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DPCC – 4° “A- B”

PARA INICIAR MODULO N° 3


Realiza una encuesta a
IDENTIDADES EN EL CIBERESPACIO
personas cercanas.
Pregúntales lo siguiente: Hoy todas las personas –y sobre todo los jóvenes– nos movemos en un
¿Qué es la tecnología? ambiente que hasta hace poco no existía: el ciberespacio. Las plataformas
¿Cómo cambió su vida a donde ponemos imágenes, textos y audios constituyen espacios estratégicos
partir de la tecnología? tanto para decir quiénes somos como para mostrarnos ante los demás.
¿Para qué la usan?
Estamos en red
El uso que los adolescentes hacen de las tecnologías contribuye a la construcción de su identidad, por
ejemplo, cuando personalizan sus perfiles en las redes sociales o en sus celulares, cuando suben sus
foto grafías y relatan sus historias. De esa manera la identidad virtual viene a complementar el proceso de
desarrollo de la identidad y de la personalidad individual por el que están pasando.

En la actualidad existen muchas plataformas de redes sociales para todo tipo de funciones. Algunas de
ellas son las siguientes:

• Facebook. Es la red más popular: tiene 1000 millones de usuarios en el mundo.


• Myspace. Esta red surgió en el 2003 y se hizo popular por ser utiliza da, principalmente, por músicos y
bandas.
• Twitter. Mediante esta red se hacen circular mensajes de 280 carac teres como máximo.
• YouTube. Es una red social de usuarios que comparten sus videos. Cada mes más de mil millones de
usuarios acuden a YouTube.
• Instagram. Es una red que utilizan las personas para construir su identidad estética.
• Otras redes sociales son LinkedIn (con 161 millones de miembros en más de doscientos países), Flickr,
Tumblr, Pinterest, Snapchat.

Debemos tener cuidado al exponer nuestros datos personales en estas redes. Muchas veces mostramos
nuestro nombre y dirección o nuestros gustos a personas que desconocemos. Reflexionar sobre a quienes
incluimos como amigos y pensar un segundo antes de postear son prácticas importantes que debemos
considerar.
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La tecno dependencia
La tecnodependencia es cada vez más frecuente en nuestros días. Actualmente se pueden ver pulseras que
controlan las pulsaciones y horas de sueño, aplicaciones que alertan cuando el rendimiento decae,
recordatorios que llegan a los celulares, televisores inteligentes, etc.

Para luchar contra esta tecnodependencia, en algunos lugares invitan a dejar el celular en una caja en el
centro de la mesa mientras dura la comida o cena, aunque también existen otros locales en los que se
dispone de todo tipo de cargadores para que ni nuestro celular ni nuestra computadora se queden sin
batería en ningún momento.

Señales de alarma
Cuando la afición por el uso de las redes sociales se convierte en adicción, se corre el riesgo de que los
jóvenes adolescentes e, incluso, los adultos muestren cuadros de ansiedad, depresión, irritabilidad y baja
tolerancia cada vez que no pueden acceder a ellas.

Es importante estar atentos a las siguientes señales que muestran adicción por el uso de las redes sociales:

• Privarse del sueño y pasar largas horas conectado a las redes sociales.
• Descuidar los estudios y las relaciones sociales con los miembros de la familia y amigos cercanos.
• Mostrar irritabilidad cuando la conexión a la red es lenta o falla.
• Revisar el celular al despertar para ver si recibieron notificaciones.
• Sentir temor o pánico al enterarse de que olvidaron su celular o tableta en casa.
• Mentir sobre el tiempo real que dedican al uso de las redes sociales o videojuegos en línea.
• Tener más de mil “amigos” o seguidores sin conocerlos.

Los adolescentes y los medios


El sociólogo Marcelo Urresti sostiene que los adolescentes, cualquiera que sea la clase social o la familia
de la que provengan, no logran ser independientes de los discursos de los medios masivos de
comunicación, la publicidad comercial, el mercado de bienes de consumo masivo y las industrias culturales,
que los seducen ofreciéndoles variados productos de manera insistente y constante.

Se considera que los adolescentes son las personas que más consumen en las familias y que, sea cual
fue re la clase social, son los más activos en el momento de demandar y comprar cosas. Al mismo tiempo,
son muy sensibles a la mirada de los otros y suelen ser muy críticos con ellos mismos cuando se trata de la
ropa o de otros gustos.

Asimismo, el hecho de que los adolescentes se encuentren en un proceso de tránsito hacia la vida adulta
en el que construyen su identidad hace que sean más permeables, es decir, capaces de absorber con
mayor facilidad las ideas de otros.
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”Soy tu fan”, una forma de identificación
Muchas veces conocerse a sí mismo consiste en bus car modelos. Es natural en los seres humanos
“identificarse” –justamente, en la etimología de este verbo está incluida la palabra identidad– con
personas que admiran, sobre todo en los ámbitos del propio interés –el deporte, la moda, el espectáculo–.

Los actores, deportistas, cantantes suelen funcionar para otros –sobre todo para los adolescentes– como
ejemplos o metas que se deben alcanzar. Esto puede ser en cierta forma positivo porque permite aprender
de alguien que se consagró en un área, pero hay que hacer dos observaciones.

En primer lugar, con frecuencia estas personalidades son en gran medida una construcción de los medios
masivos. Los vemos en situaciones muy cuidadas y “armadas” por una industria. Para muchos de los rubros
industriales –el espectáculo, la moda, la tecnología–, los adolescentes son un nicho del mercado y estas
personalidades se transforman en “marcas” que venden determinados productos. En ese caso, no nos
estaríamos identificando con una persona, sino con un producto.

En segundo lugar, resulta notable que haya áreas importantes –como las actividades sociales, la ciencia, la
investigación– de las que no surgen esas personas que se exponen como modelos. Sería inspirador conocer
la vida de científicos, de luchadores sociales o de jóvenes con discapacidades que han logrado sus objetivos
para tomarlos como ejemplos. Sin embargo, los medios de comunicación no suelen difundirlos.

Una de las estrategias del mercado es el empleo de imágenes de adolescentes llenos de vitalidad y de
frescura, bellos, delgados y atléticos que constituyen, según algunos especialistas, un mito atrayente para
los chicos de carne y hueso, que se identifican con ellos y son impulsados a consumir. Se trata de un
modelo estético basado, en parte, en la imagen adolescente de las clases medias y altas. Este modelo se
presenta como universal: todos los adolescentes son iguales. Ello causa que los adolescentes busquen
asemejarse a él y, en definitiva, terminen pareciéndose en la forma de vestir, en los gustos, etc. De ese
modo, el mercado busca definir qué es y qué no es un adolescente para nuestra cultura. ¿Por qué razón?
Por qué es más fácil producir y vender para un público homogéneo, parecido, con gustos similares. El
desafío de los adolescentes consiste en no dejarse influir y no “comprar” estereotipos que el mercado
pretende instalar, sino construir su propia identidad.
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EL FUTURO DEPENDE DE NOSOTROS

El “efecto Google” afecta el uso de la memoria


La posibilidad de buscar en internet un dato que necesitamos es maravillosa, pero ¿en qué medida debilita
el ejercicio de nuestra memoria? Un experimento liderado por Betsy Sparrow, de la Universidad de
Columbia, y publicado en la revista Science pretende demostrar que la confianza en poder encontrar un
dato relaja el esfuerzo para recordarlo. Según los investigadores, se detectó más esfuerzo en recordar
dónde se podía encontrar un dato que en recordar el dato en sí. La existencia de buscadores como Google,
que permiten buscar todo tipo de datos, influiría en los hábitos de la memoria.

Este mecanismo mental no es nuevo de la era digital. En 1985, el psicólogo David Wegner propuso el
concepto de “memoria transactiva”, que se demuestra
en un grupo de trabajo donde un experto en una
materia se despreocupa de retener otro tipo de
conocimientos que sabe que posee otro miembro del
equipo. Uno de los experimentos para probar la tesis
consistió en dar determinadas informaciones a un
grupo de personas. A la mitad de las mismas se les
explicó que las citadas informaciones se guardarían en
un ordenador. La otra mitad estaba convencida de que
no se salvarían en ningún sistema de almacenamiento.
Las personas que pensaron que no precisaban retener
los datos porque estaban guardados demostraron
menos capacidad para recordarlos que quienes fueron
advertidos de que la información se perdería.

Es decir, inconscientemente hacemos menos esfuerzos para recordar una información que sabemos
dónde consultar.

Otra prueba consistió en escribir una serie de preguntas y respuestas en un ordenador. Algunas de ellas se
guardaban en un sitio específico, otras en uno genérico y un tercer grupo de respuestas se borraban. Al ser
preguntadas después, las personas que participaban en la prueba demostraron que recordaban mejor los
datos que habían borrado que los que habían conservado en el ordenador y que tenían muy claro cuáles
habían sido guardados, aunque no recordaran exactamente dónde. Un nuevo experimento, muy similar,
permitió ratificar que se recordaba mejor dónde se albergaba un dato, y si este había sido conservado o
borrado, que el propio dato. (“El ’efecto Google’ afecta al uso de la memoria”, 2011, párrs. 1-4) .
REFLEXIONA Y FORMULA SOLUCIONES

• ¿Cómo utilizas internet para aprender? Menciona ejemplos y piensa cómo realizarías las mismas
actividades si no tuvieras acceso a la red.
• ¿Qué datos son importantes memorizar? Menciona ejemplos de datos que has aprendido en la
escuela y que no debes olvidar.
• ¿Qué información crees que no es útil recordar porque se encuentra con facilidad en la red?

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