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ISSN: 2718-8078

Editorial
Aprendizajes del 2020

La tarea de enseñar con ese sentido inclusivo y emancipatorio demanda modelos


comunicativos abiertos que favorezcan el diálogo, la interacción y el trabajo cooperativo.
Solidaridad y colaboración implican también la praxis con sus pares en la lucha en defensa
por sus derechos y de su dignidad. Aún, frente a ideologías y construcciones de la realidad
diferentes, se puede construir colectivamente el aprendizaje, si cada persona participa de ese
mismo proyecto. No se precisa pensar igual, Los consensos y los disensos son necesarios
para construir en la diferencia se necesita inteligencia, estudio, reflexión para concretar un
objetivo colectivo.

Yachay es nuestro proyecto colectivo, es una Revista Científico-Académica, tiene como


misión estimular y facilitar el intercambio académico entre investigadores de la comunidad
científica e institucional de las carreras de Salud: Licenciatura en Obstetricia, Licenciatura en
Enfermería y Profesorado y Licenciatura en Educación para la Salud de la Facultad de
Humanidades Ciencias Sociales y de la Salud (FHCSyS) de la Universidad Nacional de
Santiago del Estero (UNSE).

Próximos a finalizar el año 2019 en China apareció un virus que empezó a azotar a la
población. Para algunos, los que vivimos en el otro extremo del mundo, representó una
coincidencia con una película titulada Virus (2013). Sin embargo, el virus se extendió. Los
contagios afectaron a Europa y, en el recién iniciado año 2020 hizo foco en nuestro país.
Esto permitió al gobierno nacional aplicar la prospectiva (que en ese momento parecía una
fantasía exagerada) para preparar los recursos humanos y materiales que enfrentarían a esta
enfermedad desconocida.
2 Editorial, Revista Yachay, 1, 2021: 1-4.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de Marzo, declaró oficialmente como


pandemia, la propagación del virus conocido como Coronavirus o COVID-19, cuando el
contagio se hizo masivo y alcanzó a más de 110 países .y territorios, obviamente las cifras de
fallecidos crecieron en cada rincón de la tierra, hasta transformarse en un dato doloroso para
cada familia que le tocó perder a un ser querido.

En este contexto la humanidad debió aprender a vivir de otra manera: la cuarentena y el


aislamiento fueron el punto inicial para un cambio radical en los estilos de vida, el apretón
de manos, el abrazo, las reuniones sociales quedaron postergadas para un futuro que nadie
imaginó que fuera tan lejano.

La técnica del lavado de manos, los tipos de barbijos y hasta la cantidad de hilos por
centímetro de las telas que protegían y las que no lo hacían, se volvió tema de conversación
y “saberes populares”. Otros aprendizajes impactaron en el uso del tiempo libre, sin apuro
de viajes o desplazamientos por la ciudad, mucha gente se dedicó al cultivo de plantas, a la
cocina casera, a aprender sobre alimentación saludable, entre otras actividades.

Al estar privados de centros comerciales y grandes tiendas, aprendimos que no


necesitábamos tantas cosas. Se ahorró en salidas, en viajes, bajó el consumo y creció la
desocupación y la pobreza. Por otro lado, al no haber eventos ni reuniones, las joyas y
vestidos de fiesta quedaron en desuso: (poco sirven los adornos sin la mirada del otro) esto
nos recordó el relato de Rafael Hitlodeo, el personaje de Tomás Moro en su libro Utopía
(1516) que narra el valor de la plata, el oro y las piedras preciosas para los utopianos. El
autor afirma:

Los vasos de noche y otros utensilios dedicados a usos viles, se hacen de oro y plata no solo
para los alojamientos públicos sino para las viviendas particulares. Con estos mismos metales
se forjan las cadenas y los grilletes que sujetan a los esclavos. Finalmente, todos los reos de
crímenes llevan en sus orejas anillos de oro (…) todo concurre, pues, para que entre ellos el
oro y la plata sean considerados como algo ignominioso (…) Recogen también perlas a la
orilla del mar, así como diamantes y piedras preciosas en algunas rocas. Pero no se afanan
por ir a buscarlas. Cuando la suerte se las depara, las cogen y las pulen para hacer adornos a
los niños. Y si éstos en los primeros años se glorían y se enorgullecen de llevar tales adornos,
cuando son ya mayores y se dan cuenta de que estas bagatelas no sirven más que a los niños,
se desprenden de ellas (…). Algo así como sucede con nuestros niños que, cuando crecen,
abandonan el chupete, los aros y las muñecas. (Moro, 1516, pág. 42).
Editorial, Revista Yachay, 1, 2021: 1-4. 3

Este relato permite ilustrar lo publicado por el diario El País de España que daba cuenta de
que el presidente del Consejo de Administración del Banco Santander en Portugal, Antonio
Vieira Monteiro, falleció en Lisboa tras contraer coronavirus, mientras Rita su hija,
comentaba por Twiter que toda la fortuna de su padre había quedado lejos de él y no le
permitían conseguir el aire que necesitaba en sus pulmones para seguir vivo. (Diario El País,
2020)- significó un gran aprendizaje para para quienes tenían dudas sobre la existencia y las
consecuencias de la extensión del virus.

El avance del virus también influyó en el sistema educativo que, rápidamente, suspendió el
dictado de clases presenciales en todas las instituciones de enseñanza pública y privada del
país y de la provincia de Santiago del Estero, en particular.

Esta medida produjo una nueva forma de enseñanza: la virtual. Alumnos y docentes debieron
adecuarse a esta situación pese a la diferencia que marca la brecha digital que agrupa por un
lado a los inmigrantes digitales –en este caso, docentes- y, por otro, a los nativos digitales,
los alumnos.

La disponibilidad de recursos tecnológicos y una conectividad de calidad sumada a las


habilidades y conocimientos para el uso adecuado de las Tecnologías de la información y de
la comunicación generaron desigualdades entre la población estudiantil en el acceso a la
educación

Las y los docentes pronto iniciamos el trabajo desde el hogar y el aprendizaje del manejo de
las plataformas; , aplicaciones; ,formularios; , plataforma de exámenes virtuales entre otros
temas y en el área de salud, se sumó la urgencia de apropiarse de la información sobre covid19
mientras se iba construyendo desde los centros de referencia internacional Además, ante la
imposibilidad de reuniones, surgieron los webinarios1 pero también las reuniones por zoom;
Jitsi; Google meet entre otros sistemas de comunicación sincrónica.

Los problemas surgidos de esa comunicación fueron muchos y agudizados por la actitud de
algunos docentes, que intentaron en línea, repetir el estilo de las clases presenciales, como
una actividad de reproducción y repetición de esquemas o fragmentos de información sin
lograr desarrollar un proceso de enseñanza y mucho menos el de aprendizaje. Fue necesario
aprender que “Saber enseñar no es transferir conocimiento, sino crear condiciones para su
propia producción o construcción” (Freire, 2004). Paulo Freire plantea la educación dialógica

1 Webinario: neologismo surgido de la asociación de web y seminario y que designa a todas las reuniones
interactivas, del tipo de seminario, que en forma total o parcial incluye la realización de sesiones no presenciales
vía internet para la enseñanza y el aprendizaje a distancia.
4 Editorial, Revista Yachay, 1, 2021: 1-4.

como “encuentro” como un proceso donde el aprendizaje surge de la problematización de


los contenidos a abordar, pero además de entender a la educación como proyecto político,
como una condición de inclusión, para formar individuos más libres y autónomos (enseñar
a pensar afirma) Este año, en la docencia virtual, tuvimos que aprender que el uso de la
tecnología no es buena ni mala; es sólo un instrumento al servicio de la didáctica.

Pretendemos crecer y seguir aprendiendo: docentes, estudiantes, investigadores están


invitados a textualizar sus experiencias en el enseñar y en el aprender, a escribir sus
reflexiones y sus investigaciones, están invitados a sumarse al colectivo de una práctica
docente crítica, para movilizar “el hacer y el pensar sobre el hacer” como diría Freire (2004)
no en soledad, sino en diálogo crítico con sus pares y con las y los estudiantes.

En este lanzamiento de Yachay en comunidad; les presentamos a los autores docentes;


egresados y miembros de la comunidad universitaria que hicieron el esfuerzo de escribir,
presentar, corregir sus artículos, algunos de ellos con mucha experiencia de escritura
académica y otros en su primera vez. Gracias por su paciencia y compromiso. Gracias a
quienes se comprometieron en la tarea de evaluar los trabajos a través del sistema referato a
doble ciego y, finalmente, gracias a la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la
Salud que puso a disposición un equipo de lujo para la edición y corrección de textos.

Yachay significa conocimiento, aprendizaje en lengua quichua y ese es el sentido de este


espacio: el compromiso con nuestras raíces, con el contexto y con el aprendizaje; esta es una
revista académica electrónica para incluir, para aprender siempre, para el aprendizaje de todos
y con todos.

Lic. Esp. Ana María del Pilar Domínguez


Revista Yachay, 1, 2021: 5-13
Artículo
ISSN: 2718-8078

Estrategias de comunicación construidas por el profesional de


enfermería en un servicio de salud hospitalario durante el cuidado de
enfermería en tiempos de COVID-19

María Rosa Quiroga1


Recibido: 6 de junio de 2020/ Aceptado: 9 de febrero de 2021

Resumen: este artículo pretende dar a conocer las estrategias de comunicación que se
implementan durante las actividades de cuidados de enfermería que se llevan a cabo en el
servicio sector azul, del hospital Independencia de la Ciudad Capital de Santiago del Estero
en tiempo de COVID-19.

En este contexto, los profesionales de enfermería se vieron expuestos a responder de forma


inmediata y mediata a continuos cambios relacionados al establecimiento de nuevos servicios,
implementación de protocolos, capacitación del personal, reorganización y reorientación de
los servicios; situación que pone en evidencia barreras en la comunicación. Además de
manifestarse dificultad entre los profesionales de enfermería, otros miembros del equipo de
salud, los pacientes y la familia.

Se concluye que identificar y analizar estrategias de comunicación en escenarios reales, ha


permitido generar espacios de formación y capacitación permanente a partir de las
necesidades que tiene el profesional de enfermería a la hora de brindar cuidados.

Palabras clave: cuidado, enfermería, COVID-19, comunicación.

Abstract: this article intends to announce the care activities that take place in the blue sector
service of the Hospital XX. Emphasising the relevance and necessary communicational
ability of the infirmary professionals during the assistance to COVID- 19 diagnosed patients.

Considering that effective communication is an ability that has been questioned in the basis
of new conditions generated by the pandemic, social isolation, mandatory lockdown, extreme
measures of selfcare; demands on new services that have been created and designed to
answer to this new health issue generated globally.

1Lic. en Enfermería por la UNSE. Docente e investigadora en UNSE. Es enfermera en el servicio del
Hospital Independencia de la ciudad de Santiago del Estero.
6 Quiroga, M. R. Yachay, 1, 2021: 5-13

In this context, infirmary professionals have been exposed to continuous changes related to
the sceneries in which assistances is provided and the unusual circumstances generated by
the isolation that patients are exposed to; not only limited contact with the healthcare team
but also and particularly with their family and acquaintances.

It leads to the necessity for generating evidences of care that allows to valuate, both
quantitatively and qualitatively, the interventions and also generate continuous training and
educational spaces for the personal centred not only in aspects focusing in knowledge and
technical abilities but also in communicational abilities.

Key words: care, infirmary, COVID-19, communication.

Introducción
Este artículo pretende dar a conocer las estrategias de comunicación que se implementan
durante las actividades de cuidados de enfermería que se llevan a cabo en el servicio sector
azul, del hospital Independencia de la Ciudad Capital de Santiago del Estero en tiempo de
COVID-19. Hace énfasis en la relevancia y necesaria habilidad comunicacional de los
profesionales de enfermería durante la asistencia de pacientes diagnosticados de COVID 19.

La habilidad comunicacional es una competencia fundamental del profesional de enfermería,


resulta esencial para establecer una relación de ayuda con las personas internadas, contribuye
a la seguridad y calidad del cuidado que se brinda y aspira a lograr relaciones armoniosas con
los integrantes del equipo de salud. Esta habilidad ha sido interpelada en base a las
características de los nuevos servicios, creados y diseñados para responder a la demanda
de esta problemática de salud generada a nivel mundial.

Es decir, que las condiciones generadas por la pandemia como el aislamiento social, la
cuarentena obligatoria, las medidas extremas de protección personal, representa un desafío
para la habilidad comunicacional entre los profesionales de enfermería, otros miembros del
equipo de salud y las personas asistidas y sus familias.

A la vez, se reflexiona en relación al fundamento teórico, que advierte la necesidad de trabajar


en la generación de evidencia relacionado a la habilidad comunicacional que tienen los
profesionales de enfermería a la hora de brindar de cuidados; como de la necesidad de
propuestas que fortalezcan las competencias comunicacionales y de interacción, sin las que
el cuidado no podría existir.
Quiroga, M. R. Yachay, 1, 2021: 5-13 7

A partir del mes de marzo y a medida que se supo sobre el impacto generado por la pandemia,
principalmente en China y Europa, surgió la inquietud de conocer implicancias en el área de
enfermería; buscando antecedentes en las redes. Se encontraron trabajos de investigación y
relatos de experiencias en los que se logra demostrar un avance sobre el rol que debe
desempeñar el personal de enfermería a nivel mundial. En este sentido y en líneas generales;
para el abordaje del cuidado en esta pandemia, se hizo hincapié en las intervenciones de
enfermería en los servicios de cuidados críticos e intermedios. Con escasa evidencia en torno
a las relaciones/comunicación entre pares y equipo de salud.

Abordaje teórico-referencial
Tomando especial atención a esta necesaria habilidad, resulta útil tomar el concepto
planteado por Urra Medina y Hernández Cortina (2015), quienes sostienen, que la reflexión
sobre la naturaleza de la enfermería como ciencia práctica, se relaciona con el cuidado y la
experiencia de salud humana, por lo tanto debe, a consideración de estas autoras, focalizarse
en lo que son los seres humanos y los cuidados humanos; representados como seres
pensantes y sintientes, con quienes interacciona por medio de una relación terapéutica;
concluye además que pensar en el cuidado de enfermería es tomar en consideración tanto la
ciencia como el arte del cuidado (Urra Medina & Hernandez Cortina, 2015).

Tal como sostiene Landete Belda (2012) en la sociedad en general y en el ámbito sanitario en
particular, el acto comunicativo, a pesar de ser una herramienta tan asequible, puede
convertirse en algo precario si existe la tendencia a “la instrumentalización de las personas”

Al indagar teóricamente, podemos afirmar que esta competencia implica la adquisición y


desarrollo de habilidades comunicacionales, efectivas y eficaces con la persona asistida y
familia, en el colectivo de profesionales de enfermería y con el resto del equipo. Potter,
Perry, Stockert, & Hall (2015) afirman que la comunicación es parte esencial de los cuidados,
se desarrolla en el contexto de una asistencia sanitaria segura y requiere de habilidades de
comunicación y colaboración efectivas, ya que asegura que la competencia en comunicación
ayuda a mantener relaciones efectivas dentro de la esfera completa de la práctica profesional
y satisfacer los estándares de cuidados legales, éticos y clínicos.

A su vez sostiene que, en contexto de una asistencia de enfermería segura y eficaz, se debe
tomar especial consideración que, “la comunicación es esencial, ya que la enfermera/o se
comunica con la familia y demás miembros del equipo, para brindar información sobre datos

7
8 Quiroga, M. R. Yachay, 1, 2021: 5-13

relativos a factores de riesgo, plan de cuidados y nivel de ayuda que requieren los pacientes”,
intervenciones que son especificas del área de autonomía profesional. (Potter P. , Perry
Griffin, Stockert, & Hall, Fundamentos de Enfermeria, 2015).

Es en este mismo sentido que Duran de Villalobos (1998) afirma que se puede favorecer el
desarrollo y crecimiento de la Enfermería como disciplina, tomando en consideración
aspectos que permitan fortalecer su base de conocimiento en una práctica fundamentada y
autónoma, que exprese el conocimiento de enfermería, al interpelar la practica con la teoría,
en torno a su objeto. En otras palabras, es de fundamental importancia el abordar la habilidad
comunicativa, no solo como una técnica sino en el despliegue de habilidades, actitudes y
conocimientos ejecutados deliberadamente por el profesional.

Organización y dinámica del servicio


El servicio Sector Azul se inicia como unidad de cuidados mínimos (diagnosticados o
sospechosos) para asistir a personas asintomáticos o con síntomas leves de COVID-19. Este
nuevo espacio ha requerido personal de salud con experiencia y personal de nuevo ingreso,
lo que ha representado un gran desafío para los mismos, la gestión de cuidados para asistir a
las demandas de las personas con sospecha de COVID-19.

En este desafío, todo el personal de salud también compartía incertidumbre, temor, dudas,
ansiedad por el impacto que ha causado esta situación de pandemia COVID-19, sobre todo
alterando la habitual forma de trabajo, por lo que había que readecuar la planificación de
todo el personal, adaptarse a nuevos protocolos y fundamentalmente entrelazar
comunicación interpersonal para promover relaciones armoniosas de trabajo.

El incremento de casos por diagnóstico de COVID-19, aumentó la demanda de cuidados


mínimos (de compañía, apoyo en las actividades necesarias para satisfacer sus necesidades
básicas) a intermedio bajo (aplicación de técnicas y procedimientos de mediana complejidad),
lo que ha generado complejizar las relaciones entre los miembros del equipo de salud, a la
hora de decidir qué tipos de cuidados se van a brindar a las personas según su condición de
salud y enfermedad con la que ingresan.

Las personas con COVID-19 que ingresan a este servicio, presentan problemas de salud de
base con complejidades agudas y crónicas relacionadas a clínicas, quirúrgicas, psiquiátricas,
como también personas con capacidades diferentes. Ellas pertenecen a diversos grupos
Quiroga, M. R. Yachay, 1, 2021: 5-13 9

etarios, provienen de diferentes localidades de la provincia, algunos sin escolaridad, otros con
formación superior/terciaria, con diferentes credos y religiones.

Las diversas características de los usuarios, demanda una estructura edilicia acondicionada,
mediada por la incorporación de equipos e instalaciones y servicios, como wifi, TV por cable,
habitaciones con intercomunicadores, cámaras de seguridad con detector de movimiento,
muebles e insumos diarios para el paciente. Estos sucesos han generado modificación
continua de los protocolos que no solo incluye los cuidados brindados, sino que también
están aquellos orientados al acompañamiento y traslados de pacientes en el ámbito
hospitalario

Esta nueva situación, exige no solo habilidades técnicas y cognitivas de los profesionales de
enfermería a la hora de brindar cuidados, sino que también se requiere de habilidades
comunicacionales con sus pares y otros miembros del equipo de salud. El desarrollo de una
transversalidad de estas habilidades entre los miembros del equipo, permite garantizar un
impacto positivo del cuidado al usuario directo y su familia.

Sin embargo, la exposición continua a los cambios edilicios, tecnológico y protocolos para la
asistencia a las personas con COVID-19, no solo ha generado alteración en las relaciones de
contacto entre los miembros del equipo de salud, sino que también ha afectado el cuidado
directo de las personas, familias y allegados en respuesta a una recomendación esencial como
es el distanciamiento social.

Comunicación con el paciente y familia como estrategia de enfermería


En este contexto y en torno a dar respuesta a las demandas, las características del cuidado
fueron variando y adaptándose según las necesidades de las personas, se promovió desde el
área de enfermería un cuidado individualizado e integral, ofrecer acompañamiento y
contención, un cuidado en el que se evidencie una especial atención a la dimensión
psicológica, emocional y afectiva.

Si bien la gestión de cuidado se orientó a promover el autocuidado e independencia del


paciente mediante intervenciones educativas, el profesional de enfermería hace hincapié en
la comunicación, considerada un eje transversal a toda actividad humana. En torno a este
aspecto, para favorecer la comunicación con el paciente y la familia, se recurrió al uso del
teléfono celular; con el objeto de iniciar y mantener una comunicación, fluida y personal.
Resultó un recurso útil y eficaz.

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A medida que se incorporaron los intercomunicadores, la comunicación se realiza por este


medio, por un lado, resulta en una herramienta económica y útil, al permitir una
comunicación bidireccional, tanto del personal del equipo con el paciente como a la inversa.
Por otro lado, su desventaja fue el impacto desfavorable ya que se afecta en gran medida, la
privacidad; debido al nivel del sonido y la ubicación, ya que permite a toda persona que se
encuentra en el área administrativa, escuchar lo que se comunica.

Si bien el uso de las tecnologías favoreció la comunicación con el paciente y familia, es el


contacto personal y trato directo lo que demandan. Este es un aspecto difícil de trabajar
puesto que la aplicación de los protocolos de atención, exigen reducir el tiempo de exposición
del personal generados por este tipo de atención. Lo que no es factible de llevar a cabo si se
considera que, la mayoría de las personas ingresadas, prefieren aprovechar los horarios de
ingreso del personal, para tratar con ellos, transmitirles sus, necesidades, temores, dudas e
inquietudes.

Las estrategias que más utiliza el personal son las de escuchar atentamente, guardar silencio,
hacerle sentir a la persona que puede expresarse con total libertas y que no será juzgado como
un modo de trasmitir seguridad y confianza, todo ello orientado a establecer la relación de
ayuda. Se toma en consideración aspectos como el tono del lenguaje que debe ser adecuado,
hablar de forma clara, concisa y utilizar palabras sencillas que la persona pueda comprender,
asegurándose que el mensaje se pudo entender.

Comunicación escrita de enfermería y sus pares


En relación a la comunicación escrita, cobra una notable relevancia, ya que se enfatiza en las
notas de evolución de enfermería en cada turno, tomando en consideración la escala de News
para valorar la condición clínica del paciente, además, el personal de enfermería debe hacer
una valoración abreviada de las necesidades básicas y las medidas implementadas para ayudar
a satisfacerlas. Si bien hubo un progreso en torno a la elaboración de informes de enfermería,
las notas de evolución son relativamente escasas en detalles que permitan una valoración
global; en torno a las intervenciones independientes que realiza el profesional de enfermería,
orientadas a responder a esas necesidades de la persona.
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Comunicación con otros miembros del equipo de salud


La comunicación con los miembros del equipo, es más personal, solo entre quienes
comparten los turnos de trabajo, no así en general. Para favorecer este tipo de comunicación,
se recurrió a establecer grupos de WhatsApp integrados por todo el plantel de personal de
enfermería, supervisores y jefe médico del servicio y personal de los servicios de estadísticas
y servicio social. Esto permitió el contacto fuera de los horarios de cumplimiento de la
función, y durante toda la jornada, cabe aclarar que, solo se comparte información y datos
relevantes en torno a la situación y condición de los pacientes que son ingresados, o bien
cuestiones concernientes al servicio.

El cuidado de enfermería debe aspirar a mantener su esencia, tomar en consideración que tal
como sostienen Hinostroza Robles & Marleni (2014):

La diferencia a la enfermería de otras profesiones del área de la salud. Afirma que se


considera la más bella de las profesiones; porque en el cuidado se descubre la expresión
de la humanidad y reflexión de nuestros valores, principios profesionales y personales y
se puede describir el cuidado profesional como un rasgo humano, como un imperativo
moral, como afecto, como un proceso de interacción personal y como intervención
terapéutica. (Robles & Marleni, 2014).

Si bien estas estrategias permitieron coordinar las actividades, resolver situaciones


concernientes a las necesidades de los pacientes y del servicio, resulta importante el repensar
este aspecto, reflexionar e identificar en tono a ¿Cuál es el verdadero aporte que realiza
enfermería en relación a la comunicación con el resto del equipo?, ¿Cuáles son las
expectativas de cada uno de los integrantes del equipo en torno al aporte de enfermería?, la
participación del profesional en la toma de decisiones, ¿Aportan a las necesidades de las
personas asistidas?, ¿En qué medida esta participación ayuda a fortalecer su autonomía
profesional?

Cabe aclarar que trabajar en este sentido, no solo se trata de establecer una rutina de trabajo,
sino de aportar claridad en torno al aporte de los profesionales de la enfermería al colectivo
profesional de los equipos de salud.

Conclusión
En conclusión, y tomando en consideración todo lo expuesto, no es difícil pensar que, si
bien estamos en camino y orientados a mejorar la calidad de cuidado, es necesario, generar

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evidencias que permitan, valorar tanto cuantitativa como cualitativamente las intervenciones
de enfermería, como también generar espacios de formación y capacitación continua del
personal, tomando como eje no solo aspectos que se enfoquen es los conocimientos y
habilidades técnicas, sino comunicacionales. El trabajar en este sentido favorecería, tal como
sostienen Aimar, Videla & Torre (2006) la sistematización de las experiencias y de las
intervenciones enfermeras, para contribuir a la identificación del conocimiento con
validación científica.

En consecuencia, para el personal de enfermería, el mantener una buena comunicación


representa cumplir con su responsabilidad profesional, es decir, desarrollar su actividad y
concretar su aporte específico a la sociedad.

Es en efecto, en este sentido que debemos proyectarnos, como colectivo profesional,


generando evidencias del cuidado que ofrecemos.

Bibliografía
Aimar, A., Videla, N., & Torre, M. (2006). Tendencias y perspectivas de la ciencia enfermera
enfermeria global Vol 5, 1-9.
Duran de Villalobos, M. M. (1998). Desarrollo teorico e investigativo. En M. M. Duran de
Villalobos, Enfermeria. Desarrollo teorico e investigativo (págs. 44-52). Bogota: Unibiblos.
Landete Belda, L. (2012). La comunicacion, pieza clave en Enfermeria. Formacion
Dermatologica, 16-19.
Potter, P., Perry Griffin, A., Stockert, P. A., & Hall, A. M. (2015). Fundamentos de
Enfermeria. En P. Potter, A. Perry Griffin, P. A. Stockert, & A. M. Hall, Fundamentos
de enfermeria (págs. 296-299).
Potter, P., Perry Griffin, A., Stockert, P. A., & Hall, A. M. (2015). Fundamentos de
Enfermeria. Barcelona, España: ElSevier.
Robles, H., & Marleni, N. (2014). EL CUIDADO PROFESIONAL DE ENFERMERÍA.
enferm. vanguard, 86-97.
Urra Medina, E., & Hernandez Cortina, A. (2015). La naturaleza del conocimiento de
enfermeria: reflexiones para el debate de una mejor comprension del cuidado. Ciencia
y Enfermeria XXI, 113-122.
Quiroga, M. R. Yachay, 1, 2021: 5-13 13

Como citar: Quiroga, M. R. (2021). Estrategias de comunicación construidas por el profesional de


enfermería en un servicio de salud hospitalario durante el cuidado de enfermería en tiempos de
COVID-19, en Revista Yachay, 1, pp. 5-13.

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Revista Yachay, 1, 2021: 15-24
Artículo
ISSN: 2718-8078

Participar en la escuela: una experiencia posible

Ivanna Gabriela Callieri1


Recibido: 23 de agosto de 2019/ Aceptado: 20 de febrero de 2020

Resumen: la convivencia entre pares en la escuela resulta un tema de preocupación instalado


en la agenda publica nacional desde hace ya algunas decadas. En consonancia con esta
preocupación, a partir del año 2006, rige en nuestro país la Ley 26206 de Educación Nacional
que plantea, entre sus propósitos educativos, la construcción de competencias para el
ejercicio de una ciudadanía responsable, participativa y democrática. A raíz de ello, en el nivel
secundario de la Provincia de Jujuy, se fueron implementando acciones ajustadas a esa
normativa. Conocer, desde la perspectiva de los adolescentes que cursan los primeros años
de la secundaria, los dispositivos que reconocen la consecución de ese propósito puede
resultar un valioso aporte para su posible fortalecimiento y reconstrucción. Debido a ello,
desde una cátedra de Psicología Evolutiva se formuló el proyecto de Investigación
denominado “Dispositivos institucionales que reconocen los adolescentes como promotores de prácticas
democráticas en los primeros años de la escuela secundaria”, avalado y financiado por la Secretaria de
Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Jujuy. Sus objetivos específicos buscan: a)
indagar en qué circunstancias los adolescentes, detectan dispositivos institucionales,
tendientes a promover prácticas de convivencia democrática, entre pares en la escuela; b)
analizar que dispositivos reconocen orientados a la gestión de los conflictos entre estudiantes;
c) describir , en el marco de qué dispositivos, encuentran propuestas para la construcción de
acuerdos entre pares. La tarea cuenta con un plan de trabajo de dos años de duración y se
desarrolla desde una perspectiva cualitativa, con un enfoque interpretativo, que cuenta con
estrategias de recolección de datos como entrevistas grupales, individuales y
semiestructuradas. Si bien el trabajo se encuentra en curso, se ofrecen avances de lo recabado
que dan cuenta de ciertos dispositivos de participación, detectados por los estudiantes en la
escuela.

Palabras clave: dispositivos, adolescentes, participación, escuela secundaria

1Licenciada en Psicología por la UNC. Docente e investigadora de la Universidad Nacional de Jujuy.


Dirección por correspondencia: ivannacallieri@gmail.com
16 Callieri, I. Yachay, 1, 2021: 15-24

Abstract: peer coexistence in school is a matter of concern installed on the national public
agenda, for some decades now. In line with this concern, since 2006, Law 26206, on National
Education, which establishes among its educational purposes, the construction of skills for
the exercise of responsible, participatory and democratic citizenship governs. As a result, at
the secondary level of the Province of Jujuy, actions adjusted to these regulations were
implemented. Knowing, from the perspective of adolescents in the first years of high school,
the devices they recognize, aimed at achieving that purpose, can be a valuable contribution
to their possible strengthening and reconstruction. Due to this, from a chair of Evolutionary
Psychology, the research project called “Institutional devices that recognize adolescents as
promoters of democratic practices in the first years of secondary school” was formulated,
endorsed and funded by the Ministry of Science and Technology, from the National
University of Jujuy. Its specific objectives seek to: a) investigate in what circumstances
adolescents detect institutional devices, tending to promote practices of democratic
coexistence, among peers in school; b) analyze which devices they recognize oriented to the
management of conflicts between students; c) describe within the framework of which
devices, they find proposals for the construction of peer agreements. The task has a two-year
work plan and is developed from a qualitative perspective, with an interpretive approach,
counting as data collection strategies, group interviews and semi-structured individual
interviews. Although the work is in progress, advances are collected, which account for
certain participation devices, detected by students in the school

Key words: devices, teenagers, participation, high school

Introducción
El equipo docente de las cátedras de Psicología Evolutiva de las carreras de Licenciatura en
Educación para la Salud y del Profesorado y Licenciatura en Ciencias de la Educación de la
Universidad Nacional de Jujuy (UNju, en adelante) detectó un tópico recurrente entre las
inquietudes de los adolescentes con los que trabajaron. Para su análisis, tomó como referencia
trabajos anteriores realizados por Callieri y otros (2017) tendientes a conocer las
particularidades del vínculo entre pares en los primeros años de la escuela secundaria.

El estudio del caso partió de la demanda de estudiantes secundarios que solicitaron a las
autoridades que se habilitaran espacios específicos, coordinados por un adulto, para hacer
oír sus voces a través del diálogo y el intercambio entre compañeros. La Ley de Educación
Callieri, I. Yachay, 1, 2021: 15-24 17

Nacional N° 26.206 vino a favorecer esta propuesta ya que plantea, dentro de la


obligatoriedad de la secundaria, el desarrollo de competencias para el ejercicio de una
ciudadanía responsable, participativa y democrática. Oraisón y Pérez (2006), siguiendo a
Paulo Freire, considera que la escuela resulta un espacio privilegiado para la participación y
formación de ciudadanía democrática, porque en tanto agente político posibilita la
convergencia entre el Estado y la sociedad civil.

En este sentido, las autoras distinguen participación como simple presencia formal que no
produce ningún cambio, ni para el propio sujeto, ni para los demás de otra participación
genuina o activa. Señalan que esta última permite a los sujetos constituir sentimientos de
pertenencia a un grupo, a una institución, etc., y tomar conciencia de sus deberes y derechos.
Asumen que, en el proceso, se produce una pérdida de algo y una ganancia de otra cosa; y,
por último, ser parte en el logro de acciones concretas que producen alguna transformación.

Desde esta perspectiva, para que la participación estudiantil resulte genuina deberá, por un
lado, ser voluntaria y, por otro, reconocer equitativamente los intereses y expectativas de
todos los involucrados. Ello requiere que los sujetos reconozcan a los otros sujetos como
semejantes.

A pesar de encontrarse en plena vigencia la Ley de Educación Nacional N° 26.206 que tiende
a fomentar la participación activa entre pares y, en consecuencia, una convivencia
democrática en las instituciones educativas, Oreisón y Pérez, en su análisis, encontraron
preocupaciones coincidentes sobre los modos en que se vehiculizan los conflictos entre los
adolescentes y los docentes en las escuelas. Por un lado, los estudiantes señalaron la necesidad
de contar con mayores oportunidades de ser escuchados en la toma de decisiones acerca de
temas que los involucraban. Los docentes, por su parte, expresaron sentirse sin recursos para
afrontar situaciones conflictivas que se presentaban entre los estudiantes.

Estudios realizados en distintos países como los de Bickmore (2011) en Canadá; Perales
Franco, Bazdresch Parada y Arias Castañeda (2013) en México; así como los desarrollados
en diferentes regiones de nuestro país, tales como el de Fontana (2014) en Chipoletti;
Errobidart (2014) en La Plata; Paulin, Tomasini, Lemme, Maite Noceti, López, F DAloisio,
Martinengo, Arce, Bertarelli, Sarachu, Silva y García Bastán (2012) en Córdoba, coinciden -
desde distintos perspectivas y enfoques - en señalar el peso que tienen las actividades que se
promueven desde el ámbito escolar con el propósito de fortalecer las trayectorias escolares,
la conciencia ciudadana y la participación adulta responsable en la vida cívica de un país.
18 Callieri, I. Yachay, 1, 2021: 15-24

A raíz de todos estos antecedentes, el equipo de trabajo integrado por los docente de las
cátedras de Psicología Evolutiva de las carreras de Licenciatura en Educación para la Salud y
del Profesorado y Licenciatura en Ciencias de la Educación de la UNJu formuló el proyecto
de investigación denominado: “Dispositivos institucionales que reconocen los adolescentes como
promotores de prácticas democráticas en los primeros años de la escuela secundaria”. El propósito
planteado consistió en conocer, desde la perspectiva de los adolescentes que cursan los
primeros años de la secundaria, los dispositivos que emplean para la consecución de su
propósito como un valioso aporte, no solo para el fortalecimiento de la ciudadanía
participativa y democrática de las nuevas generaciones, sino también para asegurar la
permanencia de los estudiantes en el sistema educativo y el logro de trayectorias escolares sin
quiebres o interrupciones.

Distintas conceptualizaciones sobre dispositivos como las de Kaminsky (1990), Azzerboni y


Harf (2008) asumen que estos cumplen la función de ordenar una serie de prácticas con el
objetivo de garantizar un adecuado funcionamiento de un sistema mayor del cual forman
parte y que tienen como objetivo conseguir un determinado efecto que regule o normalice.

En el campo de la filosofía, Agamben (2011) expresa que un dispositivo tiene la capacidad


de capturar, orientar, determinar, interceptar, modelar, controlar y asegurar los gestos,
conductas, opiniones y los discursos de los seres vivientes, de modo tal que las prisiones, los
manicomios, el panóptico, las escuelas, la confesión, las fábricas, las disciplinas sino también
la lapicera, la escritura, el cigarrillo, el teléfono celular, las computadoras, y por qué no el
lenguaje mismo son dispositivos, pero no en sí mismos, sino en tanto conforman o forman
parte de una red de saber/poder.

Garcia Fanlo (2011), siguiendo tanto a Foucault como Deleuze, describe esa asociación
como una red: un dispositivo no es un discurso, o una cosa o una manera de ser, sino la red
que se establece entre discurso, cosa y sujeto. Desde esta perspectiva, un dispositivo es un
régimen social productor de subjetividad, es decir, productor de sujetos-sujetados a un orden
del discurso cuya estructura sostiene un régimen de verdad.

En esta línea de pensamiento, Greco (2012) que se interesa por aquellos dispositivos que
se inscriben en intervenciones dirigidas a instituciones educativas, expresa:

No es un conjunto de actividades, aunque puede implicar actividades, que resultan


siempre ligadas entre sí, y pude incluir dispositivos de formación, es decir modalidades
de encuentros entre estudiantes, profesores y saberes: talleres, ateneos, reuniones, etc.
Pero su articulación y su dimensión institucional hacen a su especificidad (p.1).
Callieri, I. Yachay, 1, 2021: 15-24 19

En relación a la participación de los estudiantes, Trilla y Novella (2011) consideran que las
escuelas que promueven la participación activa de los niños y adolescentes generan mejoras
en la calidad de vida general de la población. A raíz de su investigación en centros educativos,
identifican diferentes tipos de participación: simple, referida a aquella en la cual los actores
resultan meros espectadores o ejecutantes pasivos; o consultiva, en la que se ofrece algún
tipo de consulta sobre temas específicos; o proyectiva, en la que los actores se involucran en
el diseño y ejecución de una tarea determinada. También describen un tipo de participación
a la que denominan ‘metaparticipativa’, en la que los mismos actores generan los espacios y
mecanismos de participación.

Sobre metodología de trabajo


En este estudio, se optó trabajar desde una perspectiva cualitativa que concibe a la
investigación como un proceso dinámico, reflexivo y con lineamientos flexibles, es decir,
factibles de modificaciones si los caminos investigativos así lo demandan. Vasilachis (1992)
profundiza este concepto, afirmando que la orientación cualitativa aporta datos muy ricos a
la investigación dado que conserva el lenguaje original de los actores sociales, indaga las
definiciones de las situaciones, tal como la comprenden los involucrados. Por ende, esta
metodología permite la comprensión de las complejas interrelaciones que se dan en la
realidad, en la que el investigador no descubre, sino que construye el conocimiento.

En consonancia con Barreiro (2016) el equipo seleccionó un diseño transversal y descriptivo


porque permite describir un fenómeno específico y de la forma en que se da en determinado
momento y lugar, tal como es el caso de dispositivos institucionales que reconocen los
adolescentes como promotores de prácticas de convivencia democráticas en los primeros
años de la escuela secundaria.

La población que alcanza el estudio está conformada por los adolescentes que cursan los
primeros años, de una escuela de Nivel Secundario, de San Salvador de Jujuy. Tomando en
cuenta los aportes de Barreiro (2016) se utiliza un muestreo teórico, intencional y no
probabilístico que resulta acorde a la lógica cualitativa y a los objetivos de conocimiento de
este este estudio. Debido a eso, el muestreo será abierto y flexible, donde los conceptos que
surjan del trabajo de campo, darán lugar a la construcción de nuevos conceptos, actividad
propia de las investigaciones cualitativas.
20 Callieri, I. Yachay, 1, 2021: 15-24

En este enfoque, del análisis de los datos, surgen nuevas preguntas a profundizar en el trabajo
de campo con los informantes. Tal como dice Barreiro “no se trata de un “muestreo” de personas,
sino de conceptos. Las personas solo brindan información sobre los conceptos. ” (Barreiro: 2016).

Como instrumentos de recolección de datos, se escogieron talleres grupales, siguiendo a


Cienfuetes Gil (2011) y entrevistas grupales tomando los aportes de Maldonado (2006); a su
vez, de acuerdo a Hernández Sampieri, Fernández Collado, Baptista (2010), además
entrevistas individuales semiestructuradas. Estas técnicas, en su conjunto, se consideran las
más adecuadas porque se enmarcan dentro de la perspectiva cualitativa y porque resultan
propicias para responder a los objetivos de conocimiento propuestos en el estudio, como así
también las características psicoevolutivas de los informantes.

Hasta el momento se llevaron a cabo talleres con los estudiantes de primer año y de tercer
año. También, se realizaron entrevistas semiestructuradas a estudiantes y autoridades.

Los talleres se realizaron dentro del horario escolar, en las aulas donde habitualmente se
dictan clases. A los fines de su consecución, se gestionó la autorización institucional para que
en el marco de algún módulo pedagógico, cedido por él o la docente a cargo, se permitiera,
en los cursos seleccionados, llevar a cabo la tarea con los estudiantes que aceptaran participar.
Se partió de una consigna a partir de la que los adolescentes reunidos en pequeños grupos
de cuatro integrantes discutieron sobre un gráfico en que dos jóvenes dialogaban acerca de
experiencias de participación en la escuela. Luego de un tiempo, se organizó un debate
general sobre el tema coordinado por dos integrantes del equipo de trabajo.

Para las entrevistas individuales semiestructuradas, se puso a consideración la consulta sobre


quienes querían colaborar en esta actividad y luego de acordadas las fechas se procedió a su
concreción, dentro del horario escolar y en la misma escuela.

Resultados
Como el trabajo de investigación, se encuentra en proceso de desarrollo y todavía no se
elaboraron resultados finales. En esta producción se presentan avances de lo trabajado en un
taller realizado con estudiantes que cursan el tercer año de escolaridad.

Cuando de participación se habla


Sobre el tema participación, surgieron los siguientes comentarios de los adolescentes:
Callieri, I. Yachay, 1, 2021: 15-24 21

“-Aquí en la escuela nos invitan siempre a realizar otra actividades, por ejemplo
el taller de vóley, o el de danza

“-A mí, me encantaría venir al taller de vóley, yo me anote…espero poder


venir”.

En las voces de estos estudiantes, aparece como experiencia de participación, asistir a


actividades extracurriculares organizadas por la escuela. Desde su perspectiva, participar se
circunscribe a prácticas de tipo deportiva.

Tomando los aportes de Trilla y Novella (2011) puede decirse que en estas expresiones
encontramos una tipo de participación simple porque los estudiantes se convierten en
ejecutantes pasivos porque la posibilidad de tomar decisiones refiere a tomar parte o no de
la actividad, pero no deciden cómo se realizará.

Sin embargo, compañeros de la misma división, tienen en cuenta otros aspectos, al hablar de
participación, como se puede apreciar en las siguientes afirmaciones:

“-Una vez conversamos sobre lo que opinábamos acerca de la ILE…fue lindo, un


profesor organizó…”

”-El año pasado (por 2017), hablamos con un profesor, sobre que pensábamos de las
elecciones e hicimos como un simulacro…estuvo lindo”

En estas palabras, se advierten otras perspectivas acerca de lo que reconocen como instancias
participativas. Para ellos, hablar y opinar libremente sobre temas que son del interés de la
ciudadanía en determinado momento histórico, sin estar sujetos a evaluación curricular,
podría representar una instancia de participación en la escuela. De acuerdo con el enfoque
de Trilla y Novella (2011), se trataría de un tipo de participación que los autores denominan
consultiva.

A su vez, otros participantes toman en cuenta algunas dimensiones distintas, tal como lo
muestran las siguientes expresiones:

“-Si....acá una vez al año elegimos delgado del curso…un profesor nos hace hacer”.

“-Nosotros hacemos la mesa de presentación del curso, para la fiesta de los


estudiantes… Ahí nos ponemos de acuerdo entre los que quieren participar…
¡Bah…!¡Todos quieren!¡ ¡A todos les gusta!”.
22 Callieri, I. Yachay, 1, 2021: 15-24

En estos últimos decires, se detecta que tomar decisiones acerca de algún tema de su interés,
como elegir un delegado, o bien decidir colectivamente sobre como decorar una mesa,
resultan para ellos, experiencias de participación escolar. Sobre este último punto, vale aclarar
que es una tradición que se practica en las mayoría de las escuelas de Jujuy, durante el mes
de setiembre y consiste en que durante una jornadas escolar, en una fecha determinada por
calendario académico, cada curso de la escuela, expone una mesa decorada, de manera
colectiva, según el interés del grupo y sobre un tema vinculado a la primavera. Por lo general,
se organiza un jurado, integrado por adultos de la escuela y se otorga un premio, al curso que
elaboró la mesa, supuestamente, mejor lograda.

En estos últimos discursos, se podría observar un nivel de mayor involucramiento por parte
de los adolescentes, que de acuerdo a Trilla y Novella (2011), se trataría de un tipo de
participación proyectiva, porque los actores forman parte del diseño y ejecución de una tarea
específica, de su interés.

Reflexiones finales a modo de conclusión


En los comentarios de los adolescentes, se puede notar que existen distintas interpretaciones
sobre lo que entienden por instancias y/o dispositivos de participación. En ese sentido, para
los alumnos, participar presenta diferentes matices, considerando como tal, el hecho de ser
convocados a realizar actividades más allá de lo áulico, sin el propósito de ser evaluada
curricularmente, pero con la supervisión de un adulto responsable; otros, que se habiliten
espacios para opinar sobre temas de interés general /social, que no se encuentran
necesariamente dentro de los contendidos a ser evaluados en alguna materia de las que cursa;
y algunos, tomar colectivamente decisiones como la elección de un representante por curso
o el diseño grupal de la decoración de una mesa, para exponer ante otros compañeros y
docentes.

Tomando los aportes de Oraisón y Pérez (2006) y de Trilla y Novella (2011), podría decirse,
a partir de los expresado por los adolescentes, se detecta que la escuela construye dispositivos,
que permiten cierto nivel de participación entre los adolescentes, que cuanto más intensas,
generan sentimientos más consistentes de pertenencia a la institución. Sin embargo, no se
encontraron experiencias que dieran cuenta de metaparticipación, descripta por Trilla y
Novella (op.cit.) ni que produjeran transformaciones significativas en escuela.
Callieri, I. Yachay, 1, 2021: 15-24 23

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Como citar: Callieri, I. G. (2021). Participar en la escuela: una experiencia posible, en Revista Yachay,
1, pp. 15-24.
Revista Yachay, 1, 2021: 25-35
Artículo
ISSN: 2718-8078

El patrón de conocimiento personal en enfermería y su relación con las


competencias profesionales del plan de estudios 2017 de la carrera de
licenciatura en enfermería

Ana María del Pilar Domínguez1

Paula Andrea Ledesma2


Recibido: 4 de abril de 2019/ Aceptado: 12 de febrero de 2020

Resumen: el siguiente artículo de investigación científica tiene como objetivo analizar el


patrón de conocimiento personal para reflexionar sobre la dimensión del saber ser, en la
construcción de las competencias profesionales enfermeras.

Para ello se utilizó un análisis teórico empírico, sobre el patrón de conocimiento personal
propuesto por Carper (1978)a base de las reflexiones individuales expresadas por catorce
docentes enfermeros y no-enfermeros, acerca del proceso de revisión del plan de estudios
2017 del cual surge la necesidad de revisar el encuadre que se otorga a la dimensión del saber
ser; se realizó un análisis cualitativo de estas reflexiones y se categorizaron en función de
recurrencia y convergencia de significados. Además, se tomaron elementos de la teoría
psicoanalítica de Freud y López Fernández Cao para construir dimensiones de análisis de
discursos de los docentes.

Se encontró que en la dimensión del saber ser resulta una herramienta útil el patrón de
conocimiento personal, no sólo como una estrategia para la formación de competencias en
alumnos, sino además para reflexionar sobre el rol docente.

Para ello se consideraron dos dimensiones: el darse cuenta y el autoanálisis que permite
visualizar los puntos ciegos personales para el ejercicio profesional enfermero en todos sus
ámbitos. Así mismo visibilizar las ideologías políticas, de raza, género y económicas involucra
por un lado colocarse como un sujeto de análisis y, por el otro, entrevé las relaciones de
poder y de resistencias que se establecen entre docentes y estudiantes y el cuidado.

Palabras clave: competencias, patrón de conocimiento personal, educación, enfermería.

1 Lic. en Enfermería por UNSE. Profesora e investigadora en la FHCSyS – UNSE. Dirección por

correspondencia: anadomin44@yahoo.com
2 Lic. en Psicología.
26 Domínguez, A. y Ledesma, P. Yachay, 1, 2021: 25-35

Abstract: the following scientific research article aims to analyze the pattern of personal
knowledge to reflect on the dimension of knowing how to be in the construction of
nursing professional skills.

For this, an empirical theoretical analysis was used on the personal knowledge pattern by
Carper (1978) based on the individual reflections expressed by fourteen nurses and non-
nurses teachers, about the process of revision of the 2017 study plan where there was a need
to revise the framing that is given to the dimension of knowing how to be; a qualitative
analysis of these reflections was carried out and categorized according to recurrence and
convergence of meanings. In addition, elements of the psychoanalytic theory of Freud and
López Fernández Cao were taken to construct dimensions of analysis of teacher’s
expressions.

It was found in the dimension of knowing how to be, that the personal knowledge pattern
is a tool not only as a strategy for the formation of competences in students but as a tool to
reflect on the teaching role.

For this it was considered two dimensions: the realization and self-analysis that allows
visualizing the personal blind spots for nursing professional practice in all its areas, and the
visibility of political, race, gender and economic ideologies that involves placing oneself as a
subject of analysis and on the other, and the relationships of power and resistance that are
established between teachers and students, and care.

Key words: competencies, pattern of personal knowledge, education, nursing

Introducción
El concepto de competencias encuentra dificultades en su comprensión debido a los diversos
significados que adquiere según el contexto y la multiplicidad de paradigmas educativos. A
los fines de este artículo y siguiendo a Beneitone, Esquetini, González, Marty, Siufi y
Wagenaar en Cazares (2008), entenderemos como competencias una red conceptual amplia
que forma integralmente el quehacer profesional, a través de aprendizajes significativos en
diversas dimensiones. Estas son: cognoscitiva (saber), psicomotora (saber hacer, aptitudes),
afectiva (saber ser, actitudes y valores). Además, ellas permiten el logro de capacidades que
conducen a la persona a resolver problemáticas de la profesión en un contexto específico y
cambiante.
Domínguez, A. y Ledesma, P. Yachay, 1, 2021: 25-35 27

A partir del cambio de plan de estudios en la carrera de Licenciatura en Enfermería, el


currículum propuesto aspira a realizar una transición desde un enfoque del currículum
tradicional al currículum por competencias. Este cambio responde a la naturaleza propia de
la disciplina que apunta a re-pensar las características que hacen a la esencia de la Enfermería:
los valores de la profesión, su relevancia social, su naturaleza de servicios y el compromiso
en el desarrollo particular del cuidado, su área de conocimiento disciplinar (Duran de
Villalobos, 2002).

Siguiendo a esta autora, la disciplina Enfermería está conformada por varios componentes:
perspectivas, dominio, conceptos y teoría aceptados por la enfermería y los patrones de
conocimiento de la disciplina.

En la presente investigación nos detendremos más en profundidad en el análisis de los


patrones de conocimiento en enfermería, en particular en el patrón de conocimiento
personal. Según Escobar-Castellanos y Sanhusa-Alvarado (2017) Barbara Carper, en 1978,
propuso el termino patrón de conocimiento: un patrón puede entenderse como una serie de
elementos referidos a los hechos que son recurrentes y previsibles y por lo tanto permiten
dar estructura, y se convierte así en un punto de referencia o modelo.

Por lo tanto, un patrón de conocimiento puede hacer alusión a los aspectos asociados a la
percepción, observación, experiencia y comprensión que se repiten y reconocen con
anticipación, mediante señales, las cuales se convierten en una referencia que permite
aprehender y comunicar un objeto para favorecer la acción.

Los patrones de conocimiento en enfermería, según Clements (2006), representan una forma
de valorar diversas preguntas y problemas que surgen con la práctica. Además, permiten
indicar que la disciplina es más que técnica y que contribuir a su desarrollo es un compromiso
de todos los profesionales.

Para Osorio Castaño (2016), los patrones de conocimiento en enfermería identificados por
distintas autoras son diversos. Bárbara Carper identificó en 1978 cuatro patrones
denominados empírico, estético, personal y ético. Posteriormente, Jill White, en 1995,
adicionó un quinto patrón denominado socio-político y Chinn y Krammer, en 1999,
incluyeron el patrón emancipatorio (Osorio-Castaño, 2016). Finalmente, podemos agregar el
aporte de una autora argentina Soto Vercher, en 2010, quien incorpora la palabra émico al
patrón personal y propone el patrón intuitivo en el análisis de los ya mencionados (Osorio
Castaño, 2016).
28 Domínguez, A. y Ledesma, P. Yachay, 1, 2021: 25-35

A base de lo señalado, podemos constatar que los patrones poseen ciertas características en
su manifestación: en primer lugar, se expresan de forma integrada; en segundo lugar, se
observan conexiones entre ellos, las cuales son esenciales para la expresión del cuidado y de
las intervenciones de forma holística; y en tercer lugar los patrones se ven en su máxima
expresión en el patrón estético. A continuación, mencionaremos los patrones de
conocimiento:

 Patrón de conocimiento empírico


 Patrón de conocimiento ético o conocimiento moral
 Patrón de conocimiento estético
 Patrón de conocimiento personal
Este último es expresado por el ser en sí mismo; el patrón de conocimiento personal implica
conocer el significado de salud a través de la definición del propio bienestar individual; si la
enfermera no se conoce a sí misma, presentará barreras en relación con el cuidado, al no
visibilizar sus propias limitaciones. Chinn y Kramer (1999), plantean un modelo de
conocimiento personal que parte de dos preguntas fundamentales: ¿sé lo que hago? y ¿hago
lo que sé? Al responder afirmativamente a ellas, se garantiza que la práctica se pueda llevar a
cabo de una manera holística, y se haga posible mi totalidad y la del otro en un contexto de
experiencia de relación y trascendencia.

De este modo, podemos reflexionar sobre las competencias de la profesión de enfermería, y


la influencia que posee la dimensión afectiva en el patrón de conocimiento personal. En
particular por la acción descripta por Escobar-Castellanos y Sanhusa-Alvarado (2017) como
el “darse cuenta”.

Estableceremos algunas herramientas conceptuales teóricas para reflexionar sobre aspectos


personales, como el autoanálisis propuesto por la teoría psicoanalítica y el desarrollo de la
autopercepción e ideología como elemento de conocimiento psicológico.

Para finalizar, determinaremos la influencia que este acto conlleva en el ejercicio del cuidado
en todos sus campos profesionales, incluida la docencia y la formación en el plan de estudios
2017 de la carrera de la Licenciatura en Enfermería.

Estrategias metodológicas
La siguiente investigación se encuadra en el inicio del proyecto “Articulación Curricular
Interna e integración docencia y servicio en la construcción de competencias básicas de
Domínguez, A. y Ledesma, P. Yachay, 1, 2021: 25-35 29

referencia y específicas del perfil profesional de enfermería del plan de estudios 2017–
UNSE”. Es un proceso de investigación acción, donde se constituyó un grupo de docentes
de la licenciatura en enfermería, disciplinares (enfermeros) y no disciplinares (bioquímicos,
nutricionistas y psicólogos). En los primeros encuentros, se buscó analizar, en conjunto, las
competencias profesionales del perfil del Licenciado en Enfermería, para redefinirlos de
manera consensuada y crítica. Para ello, los grupos fueron divididos en tres ejes, según el
plan de estudios: Eje comunitario, atención en los distintos niveles de complejidad y gestión
y desarrollo. Una vez conformado el equipo de investigación, definido el problema y
objetivos, se incluyó la participación esporádica de egresados, estudiantes y otros docentes,
para constituir el grupo de investigación ampliado.

Se comenzaron a bosquejar acuerdos sobre las competencias en los diferentes ejes; dentro
del eje comunitario surgió la necesidad de revisar el encuadre que se otorga a la dimensión
del saber ser en cada una de las competencias. Por lo cual se profundizó sobre el patrón de
conocimiento personal, a base de las reflexiones individuales, sobre todo el proceso realizado,
expresadas por catorce docentes que forman parte del proyecto de investigación. Se solicitó
a cada participante una reflexión personal que refleje el proceso de transformación personal
por su participación en el proyecto (Validez catalítica).

La metodología utilizada se corresponde con un análisis cualitativo. Se elaboró una grilla para
segmentar los fragmentos textuales de las entrevistas, agrupándolos por ejes temáticos,
tomando en cuenta el objetivo de evaluar la validez catalítica de transformación subjetiva de
las/los docentes. A partir de la reiteración de algunas respuestas se asignaron dos categorías
que poseen un nivel de abstracción y capacidad explicativa de los fenómenos. Los criterios
utilizados para la categorización fue la recurrencia, como reiteración de un mismo indicador
de sentido en las frases textuales, y la convergencia, entendida como una reiteración de un
mismo concepto, pero expresada en elementos de discurso disímiles.

Resultados
Se definieron distintas categorías que expresaban las mayores movilizaciones cognitivas:
integración curricular, la práctica, el contexto, perspectivas docentes, las nuevas
conceptualizaciones que generan cambios en los posicionamientos, los consensos en la
integración grupal para una formación integral, la necesidad de un horizonte común.

Cada una de estas categorías, expresadas en las reflexiones, señalan observables que dan
cuenta de las transformaciones a nivel personal de cada uno de los integrantes.
30 Domínguez, A. y Ledesma, P. Yachay, 1, 2021: 25-35

En el análisis teórico empírico, las reflexiones de los participantes, se analizaron desde dos
dimensiones teóricas: el darse cuenta y el autoanálisis por un lado y el autoconcepto: las
ideologías políticas, género y económicas.

El darse cuenta y autoanálisis


En la teoría psicoanalítica, Sigmund Freud planteaba que para poder trabajar con pacientes
era necesario someterse al análisis y descubrir las propias resistencias que poseemos, para
luego acompañar a los pacientes a hacer lo mismo. Los puntos ciegos del analista no le
permiten ir más allá:

“Quien como analista haya desdeñado la precaución del análisis propio, (...) Con facilidad
caerá en la tentación de proyectar sobre la ciencia, como teoría de validez universal, lo que
es una sorda percepción de sí mismo”. (Freud, 1912 en Cabuli 2017:1)

Se observó en los relatos de algunos docentes que no existía alusión a cambios en su persona,
sino en los sujetos a su alrededor, lo cual puede representar una dificultad para ubicarse como
sujeto de autoanálisis o introspección.

Así también se puede aportar a esta idea de autoanálisis, según Madelaine Baranger (1969)
en Cabuli (2017), que “la capacidad de tolerar la duda, de hacerse preguntas permitiendo que
medie un intervalo hasta dar con las respuestas; respuestas que a su vez no cierran, sino que
plantean nuevos problemas, esta dialéctica entre respuestas y nuevas preguntas debe ser
entendida como búsqueda permanente de la verdad” (Baranger en Cabuli (2017:1).

Para el conocimiento personal, algunos docentes expresaban la duda como estrategia para
indagar sobre su persona: “tengo más dudas que certezas. Tanto en lo teórico sobre la
elaboración de las competencias, como también para poder encontrar las estrategias y
llevarlas a la práctica” (Registro Docente, 2019).

“Esta experiencia ha sido significativa y enriquecedora, ya que me sentí movilizada.


Cuestionar nuestras prácticas docentes” (Registro Docente, 2019).

El ejercicio del cuidado podría verse beneficiado por el conocimiento de los puntos ciegos
personales instalados a nivel inconsciente en la psiquis del profesional de enfermería.

La deconstrucción de supuestos universales esgrimidos en tratamientos con protocolos de


acción permite, por un lado, encontrar la singularidad del rol personal, en detrimento de
proyectar el cuidado como una acción mecánica. Además, posibilita revisar las prácticas
Domínguez, A. y Ledesma, P. Yachay, 1, 2021: 25-35 31

ejercidas profesionalmente y cuestionar la neutralidad de las formas en que se brindan los


cuidados.

En cuanto al ejercicio de la docencia, se resaltaron los siguientes discursos en cuanto a


deconstrucción de supuestos:

“En función del análisis creo que lo principal del proceso hasta el momento fue superar la
concepción enciclopedista de la educación y la concepción contenidista del currículum para
atender además de los contenidos, al desarrollo de habilidades y poder ofrecer contextos
(reales o simulados)” (Registro Docente, 2019).

“Este proyecto, el trabajo en conjunto, nos obliga en cada reunión, material para leer, etc., a
repensar en nuestro cotidiano como docente, el significado tan valioso que tiene” (Registro
Docente, 2019).

Además, la evocación de sucesos personales puede poseer un efecto en las prácticas de


cuidado a nivel consciente e inconsciente. Estamos refiriéndonos al concepto de
transferencia y, en esta instancia, no a la que los sujetos de cuidado despliegan sobre sus
enfermeros si no a la que los profesionales, de manera inconsciente ejercen: reviven vínculos,
sentimientos y la reaparición de emociones en el presente, tal cual han sido fantaseadas en el
pasado. Este aspecto del autoanálisis resulta un desafío en las reflexiones docentes:

“Considero que las competencias que más dificultad nos representa tanto desde su
elaboración (redacción) y también al momento de enseñar y evaluar son las competencias
actitudinales, que fue motivo de varias discusiones de grupo” (Registro Docente, 2019).

El darse cuenta es reconocer un proceso de reflexión sobre las propias prácticas o sobre los
puntos ciegos inconscientes. A través del autoanálisis se realiza un aporte al patrón del
conocimiento personal, al proponer preguntas y reflexiones personales sobre actitudes y
valores propios, que interviene directamente en la dimensión del saber ser de las
competencias enfermeras.

El autoconcepto: las ideologías políticas, género y económicas.


Callista Roy define el autoconcepto como el cúmulo de creencias y sentimientos que tiene la
persona de ella y hacia ella. Este se construye por la percepción personal interna y de sus
vínculos con los demás. Además, por su parte, López Fernández Cao (2002) aporta la
narrativa para re-pensar el autoconcepto. Esta autora sostiene que la historia personal y su
32 Domínguez, A. y Ledesma, P. Yachay, 1, 2021: 25-35

reconstrucción incluyen la formación de significados de experiencias personales propias. Esta


información es una herramienta para construir el conocimiento:

“puedo ver en mí algunas transformaciones en las perspectivas a nivel conceptual,


entendiendo y reflexionando acerca de la importancia de preparar al estudiante en la
competencia para actuar adecuadamente ante situaciones que le tocan vivir y cómo ir
resolviendo cada cuestión, ya que ello no depende sólo de los conocimientos” (Registro
Docente, 2019).

Si bien esta reflexión del docente involucra el proceso personal y una transformación, los
cambios se evalúan en función del estudiante y no como crecimiento personal en su rol
docente.

Incluso Fernández Cao (2002) propone que nuestro sexo, raza, cultura, política y experiencia
de vida nos hacen ver el mundo de un modo diferente. Además de influir en los estereotipos
sobre lo que consideramos típico o característico de un grupo, son ejemplos accesibles para
conocer nuestra ideología:

“Esta reflexión genera mirarnos hacia dentro de uno, nuestras posturas epistemológicas y
ontológicas, en esta área tan difícil de abordar, por la diversidad de aspectos que involucra,
no solo del alumno sino de uno mismo” (Registro Docente, 2019).

Las ideologías poseen significaciones sobre lo político, la raza, el género y lo económico.


¿Cómo reconoce un sujeto sus ideologías en sus prácticas de cuidado? Se aprecia en algunas
reflexiones, que no surgen en los discursos las asimetrías y las relaciones de poder y de
resistencias entre docentes y estudiantes:

“porque la temática movilizaba creencias e intereses entre docentes, que exigía de una
reflexión permanente de la práctica diaria sobre qué competencias queremos que los
estudiantes logren desarrollar…//…“Estos cambios conceptuales me llevaron a replantear
mi actividad como docente” (Registro Docente, 2019).

Es para intentar responder este interrogante, que el autoconcepto sobre las ideologías,
incluye herramientas que aportan al patrón de conocimiento personal y la dimensión del
saber ser de las competencias enfermeras. Las expresiones docentes permitieron entrever que
las experiencias de intercambio y aprendizaje significativo en participación con otros y su
alteridad, producen transformaciones en su autoconcepto, aprende con el otro y permite
incorporar la conciencia de su ideología a las prácticas de cuidado.
Domínguez, A. y Ledesma, P. Yachay, 1, 2021: 25-35 33

Conclusión
El currículum, según Brovelli (2014) es un proyecto político-pedagógico, síntesis de distintas
posiciones, socialmente contextualizado, que expresa la intencionalidad de producir una
intervención social planificada, donde se confrontan posiciones ideológicas y diferentes
grupos de poder interesados en la educación. Este y otros aportes teóricos contribuyeron a
un análisis participativo del Plan de estudios.

En la dimensión del saber ser, resulta una herramienta útil, el patrón de conocimiento
personal, para la formación de competencias en alumnos y como una herramienta para
reflexionar sobre el rol docente. Para ello, si consideramos la dimensión: el darse cuenta y el
autoanálisis permiten visualizar los puntos ciegos personales para el ejercicio profesional
enfermero en todos sus ámbitos, en este caso, en el ejercicio profesional de la docencia.

Así contribuye a pensar sobre cuáles serán los valores y actitudes que deberá desarrollar el
profesional de enfermería, considerando que éstos serán propuestos en función de su
experiencia personal y recorrido profesional (no neutrales), a partir del reconocimiento de
los procesos personales en la ponderación de ciertos valores y actitudes.

Con respecto al autoconcepto: las ideologías políticas, género y económicas involucran por
un lado colocarse como un sujeto de análisis y, por otro, visibilizan las relaciones de poder y
de resistencias que se establecen entre docentes y estudiantes, en particular al abordar el
cuidado que de acuerdo con lo expresado por los docentes, resulta una tarea muy compleja.
Por último, destacamos la introspección y el aprendizaje con otros como herramientas para
deconstruir el rol neutral en la aplicación de las prácticas de cuidado, de enseñanza y de
aprendizaje.

Discusión
Al ser una investigación en pleno desarrollo, destacamos que es posible enriquecer el análisis
con los aportes de otras corrientes psicológicas como el caso de la psicología sistémica y de
la teoría de la complejidad, al poder aplicar un análisis general de los componentes que
influyen en el desarrollo del currículum y en el patrón de conocimiento personal.

Este primer análisis del patrón de conocimiento personal en un grupo de docentes debe
avanzar hacia el reconocimiento del propio entrecruzamiento de patrones, tanto como en los
distintos ámbitos de práctica.
34 Domínguez, A. y Ledesma, P. Yachay, 1, 2021: 25-35

Para finalizar, otro camino de indagación que se abre es la relación entre el patrón de
conocimiento personal y las prácticas pedagógicas que recrean en el aula.

Bibliografía
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Como citar: Domínguez, A. M. y Ledesma, P. (2021). El patrón de conocimiento personal en


enfermería y su relación con las competencias profesionales del plan de estudios 2017 de la carrera
de licenciatura en enfermería, en Revista Yachay, 1, pp. 25-35.
Revista Yachay, 1, 2021: 37-44
Artículo
ISSN: 2718-8078

San Carlos una comunidad en vías de emancipación en la promoción


de la salud

Susana Elizabeth Barbieri1


Patricia Mercedes Rojas2
Recibido: 15 de abril de 2019/ Aceptado: 12 de febrero de 2020

Resumen: la Comunidad de San Carlos se encuentra en la localidad de Nueva Francia,


Departamento Silípica, provincia de Santiago del Estero. Este escenario es clave para
visualizar la promoción de la salud, a partir de las estrategias efectuadas para la satisfacción
de las necesidades colectivas con la participación de los actores de la comunidad.

El presente artículo relata los avances del proyecto de investigación Participación y promoción:
procesos de construcción social a escala local que tiene como objetivo dar a conocer la configuración
de los procesos participativos y su vinculación con la promoción de la salud individual y
comunitaria en la localidad antes mencionada. Para estos efectos, se utiliza una metodología
de la Investigación Acción Participativa.

Mediante unas entrevistas a un grupo focal y con actores de esa comunidad, se pudo
identificar los espacios de participación en los que se gestaron los inicios de la organización
de la comunidad y los procesos de toma de decisión para la concreción de diversas actividades
tendiente a mejorar su calidad vida.

Con la información obtenida se pudo vislumbrar que esta comunidad se enmarca en la


concepción de promoción de la salud emancipadora de Chapela Mendoza (2007) que
considera a los seres humanos sujetos éticos capaces de construir conocimientos
independientes de los expertos dando significado, valor y sentido a su mundo y a su práctica.

Palabras clave: participación, comunidad, promoción de la salud

Abstract: the Community of San Carlos is located in the town of Nueva Francia,
Department Silípica, province of Santiago del Estero; this scenario is key to visualize the
promotion of health, based on the strategies carried out for the satisfaction of collective
needs, with the participation of community actors.

1 Lic. en Educación para la Salud por la UNSE. Dirección para correspondencia: barbierisusana@gmail.com
2 Lic. en Sociología por la UNSE.
38 Barbieri, S. y Rojas, P. Yachay, 1, 2021: 37-44

This article describes the progress of the research project "Participation and promotion:
social construction processes at local level" which aims to know the configuration of
participatory processes and their link with the promotion of individual and community health
in the locality before mentioned, using a methodology of Participatory Action Research.

Through interviews with a focus group, with actors from the aforementioned community, it
was possible to visualize the participation spaces where the beginnings of the community
organization and the decision-making processes for the concretion of various activities aimed
at improving its quality life.

With the information obtained, it was possible to see that this community is part of the
conception of emancipatory health promotion of Chapela Mendoza (2007), where human
beings are considered ethical subjects capable of building independent knowledge of experts,
giving meaning, value and meaning to his world and his practice.

Key words: Participation, Community, Health Promotion

La Promoción de la Salud: un debate continuo


La salud y su promoción se encuentran en constante debate, donde se presentan posiciones
hegemónicas y emancipadoras. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS en
adelante) se define que la “Salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y
no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades"(OMS, 1946).

En la Conferencia Internacional de Atención Primaria de la Salud (A.P.S.) organizada por la


OMS, Organización Panamericana de la Salud (OPS) y United Nations Children's Fund
(UNICEF), reunida en Alma Ata (URSS, 1978) se posibilita el diseño de una política de salud
internacional, a partir de la Atención Primaria de la Salud (A.P.S. en adelante), se posiciona
como estrategia para mejorar el nivel de salud de los pueblos. Esto implica la toma de
conciencia de los sujetos colectivos de su situación y de sus problemas, diferenciando los que
se pueden resolver por ellos mismos de los que demandan la exigencia de derechos al nivel
central.

En esta línea, la Carta de Ottawa (Canadá, 1986), refuerza la visión integral de la salud y la
responsabilidad de los pueblos, posicionando a la promoción de la salud, como referente
para proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar y ejercer mayor control
Barbieri, S. y Rojas, P. Yachay, 1, 2021: 37-44 39

sobre su salud, alcanzando el bienestar físico, mental y social, a partir de identificar y


satisfacer sus necesidades, y de cambiar o adaptarse al medio ambiente.

Así en 1997, en la conferencia de Yakarta se identifican las prioridades necesarias para


orientar las decisiones en los sistemas y servicios de salud, promoviendo la responsabilidad
social, incrementando las inversiones, expandiendo la colaboración, incrementando la
capacidad de la comunidad y el empoderamiento de los individuos, y garantizar una
infraestructura para la promoción de la salud.

La Educación para la Salud, surge en esta nueva visión, como un instrumento imprescindible
en la toma de decisiones en defensa y promoción de la salud en el interior de las comunidades.
En un proceso que logra que la población se apropie de nuevas ideas, utilice y complemente
sus conocimientos para así estar en capacidad de analizar su situación de salud y decidir cómo
enfrentar mejor, en cualquier momento, sus problemas. (Salleras San Martin, 1990) .

Desde una mirada holística, el cuidado de la salud incluye no solo el control sobre la biología
humana, sino también el medio ambiente, los estilos de vida y el sistema sanitario, para poder
alcanzar un comportamiento saludable y actuar de forma autónoma gozando del pleno
ejercicio de sus derechos.

La participación como herramienta para la promoción de la salud


Desde esta mirada el concepto de salud se presenta en forma dinámica e integral, y la
Educación para la Salud como un medio para mejorar la salud de las personas y de la
colectividad desde tres líneas de acción: la prevención, la promoción de la salud y el uso
adecuado de los recursos sanitarios.

El Proyecto de Investigación “Participación y Promoción de Salud: Procesos de


Construcción Social a Escala Local”3, surge como un antecedente, donde se evidencian estos
procesos participativos tendientes a la promoción de la salud desde los propios protagonistas.
Tiene como objetivo conocer la configuración de los procesos participativos y su vinculación

3 “Participación y Promoción de salud: procesos de construcción social a escala local” (2014-2015) dirigido por
Mg. Elisa Salvatierra, co-dirigido por Mg. Adriana Girardi, e integrado por Lic. Susana Barbieri, Prof. Jorgelina
González Russo, Lic. Marta Palomo, Prof. Analía Russo, Lic. Patricia Rojas y Lic. Mariela Ravainera, de la
carrera de Licenciatura y Profesorado en Educación para la Salud e la Facultad de Humanidades, Ciencias
Sociales y de la Salud de la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Tomando como antecedentes al
proyecto Participación y Ciudadanía e integración Socio - espacial para el Desarrollo Comunitario de esa misma
localidad que se llevó a cabo en el período 2009/ 2013.
40 Barbieri, S. y Rojas, P. Yachay, 1, 2021: 37-44

con la promoción de la salud, específicamente en la localidad de Nueva Francia. Para este


estudio se utilizó una metodología de investigación acción participativa; ya que implica la
acción con la participación activa de la gente y con el propósito de resolver los problemas de
la misma gente, que se pueden resolver a nivel local (Ander Egg, 2003), donde el investigador
actúa como un medio para facilitar los procesos de participación, desde el compromiso de
trabajar con los propios actores, para alcanzar la promoción y el desarrollo a partir de su
propia cultura.

Las técnicas de recolección de datos utilizadas fueron entrevistas en profundidad, grupos


focales y observación participante se pudo conocer sus inquietudes y necesidades para poder
diseñar junto a ellos propuestas superadoras para la comunidad. El diagnóstico participativo,
por ejemplo, posibilitó la concreción de la feria artesanal, productiva y cultural, bajo la
consigna de a generar un espacio de participación, comercialización y revalorización de la
cultura, conforme a las necesidades detectadas por los actores sociales involucrados. En este
espacio de participación los emprendedores y los grupos comunitarios son protagonistas en
la gestión comunitaria que permite la continuidad de la propuesta desde el año 2012.

Entre las actividades académicas, se desarrolló el Seminario Taller: Participación, Desarrollo


Comunitario y Promoción de la Salud4, que permitió articular acciones con los estudiantes y
las organizaciones locales, llevando a cabo talleres de formación y reflexión de temáticas
propuestas por la comunidad. Estas experiencias se desarrollaron en las escuelas, los clubes
y en las comunidades religiosas.

San Carlos y sus procesos participativos


La comunidad de San Carlos se encuentra a 3 Km. del centro de la localidad Nueva Francia
en el Departamento Silípica, Santiago del Estero. Su nombre se debe al dueño de las tierras
Don Carlos Leoni, por lo que adoptaron como patrono de la comunidad religiosa a San
Carlos de Borromeo.

San Carlos cuenta con 221 habitantes distribuidos en 48 hogares5 cercanos al Canal San
Martín; su suelo es cultivable y entre la producción podemos encontrar alfalfa, maíz, zapallo,
coreanito, algodón, etc. En cuanto a las actividades laborales, se encuentran el trabajo rural

4Asignatura optativa del quinto año de la carrera de la licenciatura en Educación para la Salud, FHCSyS-UNSE.
5 Según Relevamiento Socio-demográfico, económico y cultural realizado por los estudiantes de 5° año del
Instituto María Antonia de Paz y Figueroa de Nueva Francia en el año 2010.
Barbieri, S. y Rojas, P. Yachay, 1, 2021: 37-44 41

realizado en su predio o como trabajadores golondrinas, las changas6, y las mujeres realizan
tareas domésticas en sus hogares, comercializan productos de la huerta, producen dulces y
crían animales de corral, para el consumo y para la venta. Entre las actividades
socioculturales, están los encuentros deportivos Club Social y Deportivo San Carlos, con su
tradicional festival del durazno, y las fiestas patronales en honor a San Carlos.

La comunidad de San Carlos considera el año 1990, como año de inicio de sus actividades
comunitarias, pero en su libro de actas se puede observar que sus acciones comenzaron años
atrás, así lo narraba la Sra. María de Villarreal (vecina de la comunidad):

“Entre 1989 y 1980 trabajamos con huertas familiares y comunitarias. Logramos huertas
comunitarias y gallineros del INTA”...

Rememorando el panorama anterior a la conformación de la comunidad los pobladores


reconocen como fueron sus inicios y quienes fueron los principales actores partícipes del
camino emprendido. Mediante el grupo focal, los vecinos expresaban:

“aquí era todo tierra y queríamos juntarnos. Por eso surgió la idea de hacer una capilla, don
Juan Gorosito, con don Antonio y don Domingo López (albañiles) construyeron la
capillita”…

Entre las actividades que fueron realizando, se encontraban las relacionadas al campo
religioso y la vida comunitaria, como por ejemplo los festejos para el Día del Niño, las fiestas
patronales, los pesebres vivientes y rápidamente comenzaron a relacionarse con otras
comunidades religiosas.

Esta faceta religiosa fue ampliando su espectro hacia actividades sociales que incluyeran a
todos los vecinos, pues entendían que si formaban lazos y unían esfuerzos la comunidad
podría lograr un desarrollo sostenible en el tiempo. Esta condición se puede observar en el
siguiente relato:

“Teníamos la necesidad de hacer beneficios. Todos sabíamos hacer cosas y no teníamos


donde juntarnos. Nos fuimos a la casa de doña Arminda de Cordero, ella tenía máquina de
coser y unas a las otras nos enseñábamos y hacíamos cosas para vender”…

6 Trabajo ocasional, generalmente en tareas menores, que permite la subsistencia mientras se busca otro de
carácter fijo. Es un término del lenguaje coloquial en Argentina.
42 Barbieri, S. y Rojas, P. Yachay, 1, 2021: 37-44

En poco tiempo de constituirse la organización, en el año 1.996 se comenzó a visualizar


frutos del trabajo comunitario que no solo cubría las necesidades de la población católica,
sino que beneficiaba a todas las familias que habitaban el sector.

“En 1996 participamos en el Programa Nacional de Ampliación de la Red de Agua Potable.


Nos hemos capacitado como animadores y presentamos las necesidades y recibimos el dinero
para el agua potable”...

Este logro permitía que el grupo cobre reconocimiento, a través de la capacitación y logren
que llegue a todos los hogares ese recurso natural indispensable para todos los pobladores,
convirtiéndose esta iniciativa en un motor importante para sentar los cimientos de los futuros
proyectos y acciones de la organización comunitaria.

El desarrollo fue marcando tendencias de una organización comunitaria donde se


administran recursos, se gestionan proyectos, se registran acciones y se forjan actividades,
pero fundamentalmente se tejen redes y relaciones fraternas donde se comparten
conocimientos, experiencias y necesidades y se crea una identidad compartida. La diversidad
de actores fue introduciendo matices creativos e incorporando propuestas novedosas al
espacio social y territorial. Así la comunidad toda logró consolidarse con un fuerte
compromiso social hacia el “otro” y con los “otros”, desde la empatía hacia las propuestas y
empoderándose de las acciones, y llevando la experiencia a otras comunidades.

Desde las actividades de intervención desarrollados por el proyecto, los miembros de la


comunidad tuvieron una participación comprometida en cada uno de los momentos del
proceso de investigación acción. Con el roperito comunitario participan de la feria, como así
también son miembros de la comisión organizadora de la misma; donde además de
involucrarse con las actividades inherentes a la feria establecen vínculos con las
organizaciones de diferentes sectores de la localidad. Esto se refleja en la presencia de la
comunidad de San Carlos en distintos eventos sociales, culturales, religiosos y deportivos que
constituyen el quehacer cotidiano de la población. Así mismo lideran campañas solidarías en
beneficio de vecinos que atraviesan problemas de salud y diferentes necesidades económicas,
no solo de su entorno, sino también de comunidades vecinas.

En lo que respecta a las actividades de capacitación los mismos demandaron talleres de


marketing, presupuestos y costos, buenas prácticas de producción de alimentos para ser
aplicados en los diversos microemprendimientos con los que cuentan en la comunidad, como
así también temáticas como educación sexual integral, prevención del dengue, entre otras.
Barbieri, S. y Rojas, P. Yachay, 1, 2021: 37-44 43

Los mecanismos de participación se fueron construyendo de acuerdo a las necesidades y a


las inquietudes emergentes en el sector, que estimularon el trabajo comunitario
proponiéndose metas a cumplir para beneficio de todos. El grupo de animación se constituyó
como un facilitador de las tareas, donde la toma de decisiones y distribución de funciones,
son pilares fundamentales para una participación donde son protagonistas en la búsqueda de
los objetivos comunes.

La gestión de la comunidad posibilitó la autonomía, la reflexión y el conocimiento de sí


misma, a partir de la acción de sus propios actores; lo cual se inscribe en el enfoque de
promoción de la salud emancipadora planteado por Chapela Mendoza (2007), que considera
que los sujetos a partir de su propia autonomía erigen conocimientos necesarios para estudiar
y resolver sus propios problemas. Se forman sujetos éticos capaces de construir
conocimientos independientes al de los expertos, darles significados y valor en un sentido
práctico.

Desde la investigación y la acción se impulsó el reconocimiento y la valoración del trabajo


realizado en la comunidad de manera que los mismos sujetos adviertan que las experiencias
y los resultados de la autogestión les permitieron crecer como comunidad y les proporcionó
una identidad diferenciada, legitima y reconocida por sus habitantes, articulando el saber
popular y el de los expertos para mejorar la calidad de vida.

Narrar estas experiencias nutre a la ruptura de las hegemonías del saber, donde en muchas
ocasiones se desvaloriza lo que el pueblo cree, conoce, vive y siente.

Bibliografía
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Como citar: Barbieri, S. y Rojas, P. (2021). San Carlos una comunidad en vías de emancipación en la
promoción de la salud, en Revista Yachay, 1, pp. 37-44.
Revista Yachay, 1, 2021: 45-52
Artículo
ISSN: 2718-8078

La Atención Primaria de la Salud: actividad y experiencia de extensión


universitaria con estudiantes de Semiología de la Facultad de Ciencias
Médicas –UNSE
Natalia Jorgelina Nieva1
Recibido: 14 de abril de 2019/ Aceptado: 12 de febrero de 2020

Resumen: la atención primaria de salud continúa siendo potencial de cambio con necesidad
de respuestas efectivas y eficientes ante las nuevas demandas socio sanitarias. Las
universidades, desde su misión, tienen como propósito la generación, difusión y transferencia
de conocimiento a la sociedad, resaltando la extensión universitaria. Énfasis puesto,
especialmente, en la relación entre universidad, el medio social y el sistema de salud a partir
de actividades docentes y estudiantes, de manera recíproca como parte del proceso de
vinculación. Este proceso efectiviza la generación de nuevos conocimiento y enriquece las
actividades de docentes y estudiantes, y permite, a la vez, abordar las necesidades y/o
problemas de manera más integral y eficiente. Objetivos: Promover controles de salud a
personas entre 20 a 64 años. -Identificar factores de riesgo - Efectuar el seguimiento de las
personas. –Formar estudiantes en prácticas preventivas. Las actividades del proyecto fueron,
difusión, capacitación, atención médica, rastreo de enfermedades y seguimiento telefónico.
Conclusión: La enseñanza situada destaca importancia de la actividad y del contexto para el
aprendizaje. La interacción entre universidad, centro de salud y comunidad se realizó
satisfactoriamente.

Palabras clave: controles de salud, promoción de la salud, extensión universitaria,


aprendizaje situado.

Abstract: primary care continues being a potential of change that needs effective and
efficient responses given the new social and healthcare needs. The concept of health as
welfare goes beyond the sanitary sector. From their mission, the purpose of the universities
is to generate, disseminate and transfer the knowledge to the society, emphasizing the
significance of the university extension. The generation of the new knowledge enrich the

1 Natalia Jorgelina Nieva es Médico, Especialista en Medicina Familiar, Especialista en Medicina Social y
Comunitaria. Jefe de Trabajos Prácticos de la asignatura de Semiología y Medicina Preventiva de la Carrera de
Medicina, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Santiago del Estero. Dirección por
correspondencia: natynieva@hotmail.com
46 Nieva, N. Yachay, 1, 2021: 45-52

activities of the teachers and the students, allowing to present the problems from a more
integral and efficient point of view. Objectives: To promote health controls from 20 up to
64 years.to instruct students about the preventive practices. To identify risk factors. To
complete the monitoring of the patients. The activities involved in the project were:
diffusion, instruction, medical attention, disease tracking and telephone follow-up.
Conclusion: The situated learning underlines how important is the activity and the context
for the learning. The interaction between the university, the medical center and the
community was achieved successfully.

Key words: health promotion, health controls, university extension, situated learning.

Introducción
La Unidad Primaria de Atención (UPA) N° 6, ubicada al oeste de un barrio capitalino de
Santiago del Estero, asiste a personas en del área de cobertura y de influencia.

La primera área de cobertura está determinada operativamente por la Dirección de Atención


Primaria de Salud del Ministerio de Salud de la provincia y trabaja con una determinada
población a cargo. En cambio, la segunda está integrada por barrios aledaños cuya población
es usuaria.

Estas áreas, por su parte, incluyen tres barrios con un total de 1021 familias que se
distribuyen de la siguiente manera: B° SMATA, 357 familias; B° San Martín, 532; y, B° Santa
Lucía (sector sur), 132. La segunda área de influencia reúne a los barrios aledaños: Barrio
Industria, Libertad, Mariano Moreno, Campo Contreras, entre otros.

Según los formularios de censo2 2018, el área de cobertura cuenta con un total de 3.082
personas, que según el sexo, el 51% es femenino; y el 49%, masculino. El 56% de este grupo
poblacional tiene cobertura social y es usuaria del servicio de salud público y privado. Según
enfermedades crónicas no transmisibles, 5,5% de las personas tienen Diabetes tipo 2 y
9,2%(284) con hipertensión arterial.

La población de estas dos áreas utiliza los servicios de la UPA N° 6 para el cuidado de su
salud: medicina familiar, cardiología, ginecología, obstetricia, kinesiología, odontología,
enfermería, agentes sanitarios y de farmacia.

2 Formularios F 2 de la segunda fin de ronda de agentes sanitarios UPA N° 6 SMATA. 2018


Nieva, N. Yachay, 1, 2021: 45-52 47

Se destaca que esta UPA se constituye sede de formación de recursos humanos para la
residencia de medicina familiar en 1998. Su objetivo principal es ampliar su enfoque en el
servicio de atención médica con la participación de estudiantes de la Facultad de
Humanidades, Ciencias Sociales y Salud (FHCSyS) de la Universidad Nacional de Santiago
del Estero (UNSE) y de la Facultad de Medicina de Rosario, Buenos Aires y Tucumán. Estos
realizan prácticas integradas desde una visión social y comunitaria.

En el 2017, la UPA N° 6 concretó un acuerdo con la Facultad de Ciencias Médicas (FCM-


UNSE) por intermedio de la asignatura Salud Pública; y otro, en 2018, por Semiología. En
ambos casos para la ejecución de las prácticas de los estudiantes del ciclo básico de estudio.
De esta manera, amplía la franja de participación estudiantil que opta por la carrera de
medicina.

La formación de este recurso humano, propuesto como voluntariado, permitió a la UPA N°


6 promover la extensión de los servicios necesarios para asistir la salud y la enfermedad de
las personas del área de cobertura y de influencia tales como promoción y prevención, talleres
y charlas. Sin embargo, a principios del año 2018, la oferta de estos servicios tiene dificultades
para continuar de manera regular la atención y la actividad docente debido al traslado y
cambio de cargos de tres médicos quienes optaron por mejores condiciones labores en otras
entidades.

La disminución de personal médico ocasiona una serie de efectos negativos: impide que los
estudiantes puedan desarrollar el control de salud y tareas de extensión bajo la supervisión
de un médico, lo cual les impide realizar sus propias prácticas como estudiantes y, en
consecuencia, los pacientes dejan de tener atención.

Esta dificultad para ofrecer servicios de atención médica y realizar controles de salud de
calidad con regularidad se ve obstaculizada ante la demanda diaria de los usuarios que se
presentan para su atención, haciendo que las consultas médicas se desvíen en procura de una
solución a la enfermedad.

Oportunamente, en agosto de 2018, docentes y estudiantes de tercer año de la asignatura de


Semiología de la FCM-UNSE presentaron un proyecto en la Secretaría de Extensión
Universitaria-UNSE para articular actividades entre esta institución y la UPA N° 6 para el
control de salud en adultos que asisten a la atención médica. Estos proyectos adquieren el
carácter de voluntariado considerando que no hay antecedentes de este tipo en ninguna de
las dos instituciones participantes.
48 Nieva, N. Yachay, 1, 2021: 45-52

Propósitos y fines pedagógicos

Este proyecto presentado tiene en cuenta los siguientes propósitos con fines pedagógicos:

 Promover y desarrollar extensión en la comunidad a través de una organización de


salud.
 Favorecer el aprendizaje de los estudiantes de la carrera de Medicina prestando
servicios sanitarios en el primer nivel de atención y así poder articular la teoría con la
práctica de la asignatura Semiología y otras.
 Promover en la comunidad acciones de prevención a través de los controles de salud,
científicamente fundamentados.
 Gestionar seguimiento de las personas a las cuales se realizó el control de salud.
 Promover los controles de salud otorgando prioridad a la población adulta entre los
20 a 64 años de ambos sexos.
 Instruir a los alumnos sobre prácticas preventivas centradas en el paciente y la
evidencia.
 Identificar factores de riesgo para realizar promoción de la salud y prevención de
enfermedades.
 Efectuar el seguimiento de las personas para beneficiar la realización de estudios
complementarios.
Este proyecto tiene por intención favorecer el control de salud de los usuarios entre 20 a 64
años y promover el desarrollo de competencias científica técnica de los estudiantes de tercer
año de medicina.

La sociabilización y difusión del presente proyecto se realizó en reuniones con el equipo de


salud y propagandas en locales comerciales e instituciones de la comunidad. De esta manera,
responde a lo que la Carta de Ottawa de 1986 plantea acerca de la promoción de la salud al
definirla como un proceso que permite a las personas mejorar su salud. Esto no debe
percibirse como un objetivo en sí, sino como una fuente de riqueza de la vida cotidiana. Para
ello, las instituciones, entre ellas la UPAN°6, deben proporcionar a las personas los medios
necesarios para mejorar y ejercer un mayor control de su salud.

A través de la difusión por el programa radial Saludablemente de F.M. Radio Universidad –


UNSE-, los estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas informaron sobre las actividades
del voluntariado, días y horarios de atención como así también concientizar a la población
acerca de la importancia de: asistir a control de salud en periodos asintomáticos con el fin
Nieva, N. Yachay, 1, 2021: 45-52 49

de poder prevenir enfermedades e intervenir oportunamente como así también realizar


consejería de actividad física, alimentación, planificación familiar, inmunizaciones,
prevención de accidentes y caries.

La difusión de estas tareas, coordinadas y planificadas con otras instituciones y los mismos
ciudadanos, es necesaria para que el centro de salud sea visto como promotor y estratega en
la promoción de salud

Las políticas públicas se inician cuando un gobierno o una autoridad detecta la existencia de
un problema y efectúa las acciones para mejorarlo o eliminarlo (Gonzalez Garcia & Torres,
2004).

En el caso de la FCM y la Secretaria de Extensión –UNSE, se puede decir que actuaron a


nivel de la mesogestión sanitaria. Esto significa que junto a la UPA N° 6 promovieron la
articulación de distintos de centros a través de la coordinación y motivación de los integrantes
de ese centro de salud. De esta manera, efectivamente, contribuyeron a sentar las bases para
estas políticas públicas convirtiéndose en actores importantes en la promoción de la salud
y en la colaboración a la sociedad mediante la extensión universitaria. A sí mismo, el enfoque
debe ser diverso y complementario con otros sistemas de modo que la acción coordinada
lleva a practicar una política sanitaria, de rentas y social que permita una mayor equidad (Carta
de Otawa, 1986).

Por consiguiente, dado que el concepto de salud como bienestar trasciende la idea de formas
de vida sanas la promoción de la salud no concierne exclusivamente al sector sanitario. Por
ello, organizaciones como las universidades, que desde su misión tienen como propósito la
generación, difusión y transferencia de conocimiento a la sociedad, han tomado un rol
protagónico para enfatizar la importancia de la función de extensión universitaria o de
proyección social (Ortiz Riaga & Morales Rubiano, 2011).

Extensión universitaria: tarea de difusión y prevención de la salud


La extensión universitaria surge aproximadamente en el año 1870 en Inglaterra, para extender
el saber que se generaba en la universidad al pueblo trabajador. En Argentina, la extensión
surge con mayor fuerza a principios del siglo XX, siendo la Universidad Nacional de La Plata,
un actor importante tanto en su surgimiento como en su posterior desarrollo y consolidación
(Fernandéz & De Rose, 2016). Ante la convocatoria realizada por la secretaria de Extensión-
UNSE se propone generar un proyecto de extensión universitaria con una particularidad: la
necesaria participación de organizaciones con anclaje territorial y/o comunitario junto a los
50 Nieva, N. Yachay, 1, 2021: 45-52

estudiantes universitarios y docentes, con el fin de trabajar colectivamente en la planificación


y logro de objetivos comunes.

La salud fue uno de los ejes de la convocatoria que articuló la asignatura Semiología con el
control periódico de salud anual, el cual se define como la completa recolección de datos en
el interrogatorio, un examen físico completo y una batería de pruebas para rastrear
enfermedades prevalentes, con la finalidad de reducir la morbimortalidad específica para cada
enfermedad, y que deje adecuado tiempo para la discusión acerca de cómo prolongar una
vida saludable (Ciapooni & Velázquez, 2016).

Pacheco contribuye al debate del sentido de la extensión universitaria desde el campo


pedagógico reconociéndolo como un “espacio de construcción conjunta, solidaria y
comprometida con los sectores sociales con los que co-construimos la sociedad argentina”
(Zelaya & Col., 2014).

En este contexto, se capacitó a dieciséis estudiantes de medicina en el control de salud y


rastreo de enfermedades según edades, luego se realizó una evaluación de proceso a través
de una encuesta online anónima acerca del compromiso percibido, confort de la UPA,
motivación, compromiso del Jefe de Trabajos Prácticos, aporte de experiencia y su nueva
participación en un proyecto. Además, se evaluó conocimiento acerca del proyecto y
situaciones problemas para decidir el rastreo de enfermedad.

En el Capítulo XII artículo 105° del Estatuto de la UNSE (2013) menciona que la Secretaría
de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil desarrolla su actividad basada en el
concepto de comunicación, una interacción entre la Universidad y la Comunidad, para
producir las transformaciones que la realidad reclama.

La interacción entre universidad, centro de salud y comunidad se realizó satisfactoriamente,


el 21 de diciembre de 2018 cuando se presentó la devolución de resultados al centro de salud
en presencia del equipo de salud y de profesores de la FCM.

Docentes y alumnos de Semiología evaluaron los datos de 55 pacientes, determinando que


el principal factor de riesgos fueron el sedentarismo y los malos hábitos alimentarios, el 58%
presentó obesidad y sobrepeso. Los rastreos de enfermedades de mayor a menores
frecuencias fueron las dislipidemias, diabetes, cáncer de cuello de útero, de mama y de colon.
Se completaron e iniciaron vacunas en el adulto aprovechar oportunidades en salud. El
seguimiento telefónico se realizó al 79% de los pacientes con el fin de preguntar acerca de
los estudios pendientes y facilitar su realización con la entrega de turnos programados para
la realización de laboratorios y Papanicolau.
Nieva, N. Yachay, 1, 2021: 45-52 51

Las actividades prácticas de los estudiantes de medicina en el primer nivel de atención tienen
como objetivo trabajar con herramientas para lograr y perfeccionar sus competencias con
respecto a la persona, familia y grupos comunitarios, a través de experiencias áulicas y en
terreno. Además, pretende contribuir en el trabajo que realiza el primer nivel de atención. La
enseñanza situada destaca la importancia de la actividad y del contexto para el aprendizaje,
con un proceso de enculturación en el cual el estudiante se integra gradualmente a una
comunidad o cultura de prácticas sociales.

De esta experiencia, los estudiantes de medicina pudieron expresar algunos de sus


pensamientos con respecto a su trabajo en el voluntariado: “Tomar noción de la importancia
de la profesión” ,“Aprendemos a tener en cuenta el valor que tiene nuestra palabra”, “Poder
llevar la Universidad a la comunidad”, “Experiencia gratificante desde lo humano y
académico”, “Ver como los contenidos de los libros se volcaban a la realidad”, “La sensación
de poder ayudar a alguien con solo escucharlo”, “Haber adquirido experiencia en la escucha
y el dialogo”, “Aprendizaje a través de la practica y el contacto con la gente”, “Me di cuenta
de la importancia de registrar los datos y es una responsabilidad nuestra”.

Las vivencias de los estudiantes junto al equipo de atención primaria les permitieron
visibilizar su futuro rol como médico y como prestador no solo de un servicio asistencial,
sino también el de promotor de salud. La funcion de extensión permite brindar un contexto
real a los estudiantes permitiendo realizar un proceso de andamiaje entre el enseñante y sus
pares, con negociación mutua de significados y la construccion junta de saberes (Díaz Barriga
Arceo,2003).

Para concluir, la extensión universitaria representa una posibilidad real para la producción de
nuevos saberes al favorecer las actividades entre docentes y estudiantes de las diferentes
carreras universitarias que abordan el tema de la salud. Los acuerdos generados entre la UPA
N°6 y las universidades, en particular la UNSE, permitieron abordar de manera integral y
eficiente los problemas, poniendo en evidencia nuevos ámbitos de trabajo e investigación al
develar nuevas necesidades, carencias y fortalezas de la realidad en la cual se inserta,
permitiendo validar en el campo los resultados tanto de la experiencia docente como de la
acción investigativa.
52 Nieva, N. Yachay, 1, 2021: 45-52

Bibliografía
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Carta de Otawa. (1986). Organización Panamericana de la Salud. Obtenido de
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Ciapooni, A., & Velázquez, A. (2016). Medicina Familiar y Práctica Ambulatoria. Buenos Aires:
Panamericana.
Díaz Barriga Arceo, F. (2003). Cognicion situada y estrategias para el aprendizaje significativo
en Revista electronica de Investigacion Educativa , pp.105 - 117.
Estatuto de la Universiad Santiago del Estero. (2013). www.unse.edu.ar. Obtenido de
https://www.unse.edu.ar/archivos/academica/estatuto_unse.pdf
Fernandéz , M., & De Rose, C. (2016). La implementación del programa de Voluntariado
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http://extension.unicen.edu.ar/jem/subir/uploads/2018_450.pdf
González Garcia, G., & Torres, R. (2004). Políticas de Salud. Buenos Aires: Crístian Févre.
Ortiz Riaga, M., & Morales Rubiano, M. (2011). Scielo. Educacion y Educadores, 349 - 346.
Obtenido de Scielo.
Zelaya, M., & Col. (3 de Diciembre de 2014). Memoria academica UNLP. Obtenido de
http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar

Como citar: Nieva, N. (2021). La Atención Primaria de la Salud: actividad y experiencia de extensión
universitaria con estudiantes de Semiología de la Facultad de Ciencias Médicas –UNSE, en Revista
Yachay, 1, pp. 45-52.
Revista Yachay, 1, 2021: 53-67
Artículo
ISSN: 2718-8078

Microbiota intestinal: origen y desarrollo. Modulación a través de la


intervención dietética
Ana Yanina Bustos1
Recibido: 16 de abril de 2019/ Aceptado: 12 de febrero de 2020

Resumen: la composición y actividad de la microbiota intestinal humana resulta de


interacciones complejas que incluyen el genoma del huésped, su estado nutricional, hábitos
sociales, entre otros.

Investigaciones científicas recientes sugieren que las alteraciones de la microbiota intestinal


conducen a trastornos inmunes y metabólicos que contribuyen al desarrollo de enfermedades
no transmisibles tales como obesidad, síndrome metabólico, diabetes e incluso autismo y
depresión.

Este artículo revisa el origen y la composición de la microbiota intestinal, con especial énfasis
en la colonización natural y desarrollo del microbioma neonatal, así como los impactos
ejercidos por los antibióticos, el tipo de parto y de alimentación. Por último, se discuten
algunas estrategias para la restauración del equilibrio microbiano. Una comprensión más
profunda de estos conceptos permitirá optimizar estrategias terapéuticas que permitan
manipular la microbiota para combatir enfermedades y mejorar la salud.

Palabras clave: microbiota intestinal, colonización, leche materna, probióticos, prebióticos.

Abstract: the composition and activity of the human intestinal microbiota results from
complex interactions that include the host genome, its nutritional status, social habits, among
others.

Recent scientific research suggests that intestinal microbiota disturbances lead to immune
and metabolic disorders that contribute to the development of noncommunicable diseases
such as obesity, metabolic syndrome, diabetes and even autism and depression.

This paper reviews the origin and development of the intestinal microbiota, including the
natural colonization and assembly of the neonatal microbiome as well as the impacts exerted

1Docente - Investigadora en Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud. Facultad de Agronomía


y Agroindustria. Universidad Nacional de Santiago del Estero, Av. Belgrano Sur 1912, G4200 Santiago del
Estero. Centro de Investigación en Biofísica Aplicada y Alimentos (CIBAAL) Universidad Nacional de Santiago
del Estero - CONICET, RN 9- Km 1125, 4206, Santiago del Estero, Argentina. Dirección por correspondencia:
abustos@uspt.edu.ar
54 Bustos, A. Y. Yachay, 1, 2021: 53-67

by antibiotics, types of delivery and feeding. Then, potential strategies for restoration of these
microbiota insults are also discussed.

A deeper understanding of these concepts will optimize therapeutic strategies that allow
modulating the composition of the microbiota to improve health.

Key words: intestinal microbiota, colonization, breast milk, probiotics, prebiotics.

Introducción
Durante los últimos años, el papel de la microbiota en la regulación del metabolismo, de la
función inmune y del comportamiento, entre otros, ha cobrado especial interés (Lynch &
Pedersen, 2016). Colectivamente, los microorganismos que residen en y sobre el cuerpo
humano constituyen la microbiota, mientras que los genes que albergan se conocen como
microbioma. Sin embargo, como indica Salvucci (2013), ambos conceptos pueden emplearse
como sinónimos considerando que en ecología se emplea “bioma” para hacer referencia a
“ecosistemas”. Microbios y hospedador generan una relación tal que el cuerpo humano
puede considerarse como el resultado de la expresión de su genoma y de la convivencia con
millones de microorganismos a lo largo de miles de años de evolución (Salvucci, 2013). Sólo
los genes bacterianos son 150 veces más numerosos que los genes humanos y tienen una
influencia tan amplia en la regulación fisiológica que han sido reconocidos como otro órgano
(Baothman et al., 2016a).

Si bien el foco principal de atención es la microbiota del tracto intestinal, es importante


destacar que una verdadera comunidad ecológica recubre la cavidad oral, la piel, los
pulmones, el tracto genitourinario y, como veremos, también está presente en placenta y
líquido amniótico (Zhernakova et al., 2016). No obstante, la mayor población de bacterias
vive en la mitad inferior de nuestros intestinos y tiene fuerte impacto en el metabolismo
energético, la síntesis de vitaminas, la digestión, y la homeostasis inmune, entre otros
(Turnbaugh et al., 2007).

Los avances científicos recientes sugieren que perturbaciones de la microbiota intestinal


conducen a diversas alteraciones que contribuyen al desarrollo de enfermedades no
transmisibles (Cho & Blaser, 2012; Ridlon, Kang, & Hylemon, 2006).
Bustos, A. Y. Yachay, 1, 2021: 53-67 55

Composición de la microbiota intestinal

A medida que la microbiota interacciona dinámicamente con su huésped y su entorno, su


composición varía notablemente (Costello et al., 2012). En efecto, su composición es
específica para cada individuo y estable en el tiempo en adultos sanos (Faith et al., 2013),
pero extremadamente variable tanto en los primeros años de vida como en adultos mayores
de 65 años (Walton et al., 2012).

El componente bacteriano de la microbiota ha sido objeto de un estudio intensivo en los


últimos años, impulsado por proyectos a gran escala como el Proyecto del Microbioma
Humano (Peterson et al., 2009) y MetaHIT (Qin et al., 2010). Esta población se compone de
microorganismos pertenecientes, fundamentalmente, a los filos Firmicutes, Bacteroidetes, y
en menor medida a Actinobacteria y Proteobacteria, mientras que los géneros predominantes
son Bacteroides, Bifidobacterium, Clostridium, Eubacterium, Fusobacterium y Lactobacillus (Mai &
Draganov, 2009; Marchesi, 2011). La población de la microbiota se completa con
microorganismos eucariotas como Sacharomyces, Entamoeba y Pentatrichomonas, además de fagos
(Wegener Parfrey et al., 2012). En esta comunidad microbiana-hospedador, todos los
miembros interactúan e influyen recíprocamente y constituyen un complejo ecosistema que
supera la suma de todas las partes.

Establecimiento de la microbiota neonatal precoz


A medida que crecemos y nos desarrollamos con el paso del tiempo, también lo hace nuestra
microbiota. Comprender la variabilidad de los microorganismos dentro de un individuo a
través del tiempo es un paso importante que puede colaborar con la predicción de estados
de enfermedad y desarrollar terapias para corregir la disbiosis (desequilibrios en la comunidad
microbiana).

El establecimiento temprano de microbios está influenciado por diversas condiciones


perinatales y comienza incluso antes del parto, aun cuando la colonización masiva ocurre
durante y después del nacimiento. En efecto, varios factores prenatales y postnatales, como
la nutrición materna y neonatal, la exposición a contaminantes y la composición de la
microbiota, contribuyen al establecimiento de cambios epigenéticos que no solo pueden
56 Bustos, A. Y. Yachay, 1, 2021: 53-67

modular la adaptación individual al medio ambiente, sino que también influyen en estados
de salud y enfermedad en la vida temprana y futura del niño y modifican las vías moleculares
inflamatorias y la respuesta inmune. Las modificaciones epigenéticas se encuentran entre los
mecanismos más importantes por los cuales los factores ambientales pueden influir en la
diferenciación celular temprana y crear nuevos rasgos fenotípicos durante el embarazo y
dentro del período neonatal. Como se expondrá más adelante, la colonización intestinal
posnatal está determinada por la microbiota materna, el modo de parto, el contacto temprano
de piel a piel y la dieta neonatal. Esto conduce a firmas epigenéticas específicas que pueden
afectar las propiedades de barrera de la mucosa intestinal y su papel protector frente a injurias
posteriores, por lo tanto, potencialmente predispone al desarrollo de enfermedades
inflamatorias de aparición tardía (Indrio et al., 2017).

El embarazo afecta todos los sistemas del cuerpo, incluido el microbioma materno. Los
cambios gestacionales en el microbioma vaginal e intestinal (Romero et al., 2014; Koren et
al., 2012) son de particular relevancia porque estos sitios del cuerpo son responsables de la
transmisión microbiana vertical al recién nacido durante el parto natural.

Por otra parte, tradicionalmente el ambiente intrauterino se consideraba estéril y la presencia


de bacterias estaba asociado a infecciones y parto prematuro. Sin embargo, ahora está claro
que la placenta tiene su propia microbiota y que el contacto feto-placentario-microorganismo
sería un evento fisiológico relacionado con una estimulación inmune temprana del feto
(Pelzer et al., 2017). En efecto, hace más de tres décadas, la presencia de bacterias en el tejido
placentario se confirmó mediante técnicas dependientes de cultivo (Kovalovszki, Villányi,
Pataki, Veszelowvsky, & Nagy, 1982). Desde entonces, se ha proporcionado evidencia sólida
sobre la presencia de una comunidad microbiana endógena en placenta mediante diferentes
técnicas (Cao, Stout, Lee, Neoreviews, & 2014, Aagaard et al., 2014).

En relación a su composición, la microbiota de placenta de embarazadas sanas a término


presenta abundancia de Lactobacillus spp., Propionibacterium spp. y miembros de la familia
Enterobacteriaceae (Collado, Rautava, Aakko, Isolauri, & Salminen, 2016; DiGiulio et al., 2015).
De manera interesante, en tejidos placentarios de partos prematuros se registró un recuento
menor de lactobacilos lo que sugeriría un potencial papel protector de estos microorganismos
(Onderdonk et al., 2008).

Todavía no está del todo claro cómo los microorganismos colonizan la placenta, sin
embargo, fuerte evidencia indica que ascienden desde la vagina ya que se observa elevada
correlación en la composición de ambas regiones (McClure & Goldenberg, 2009). Por otra
Bustos, A. Y. Yachay, 1, 2021: 53-67 57

parte, durante el embarazo, las uniones intercelulares en la mucosa intestinal y oral se vuelven
más lábiles lo que permitiría que algunas especies puedan alcanzar la placenta a través del
creciente suministro de sangre observado durante el embarazo. Por último, la microbiota oral
también ha sido implicada como una fuente primaria de bacterias placentarias, lo cual fue
parcialmente confirmado en animales de experimentación (Wright et al., 1998). De estos
hallazgos se desprende que la composición microbiana placentaria tendría más de un origen.

Sin embargo, el número y la diversidad de microbios presentes en la vida intrauterina se


considera relativamente bajo comparado con la masiva inoculación que ocurre después del
nacimiento. El desarrollo de microbiota infantil está fuertemente influenciada por el tipo de
parto, el uso de antibióticos, la genética familiar, la alimentación, el estado metabólico y la
edad de la madre (Makino et al., 2013). Los bebés nacidos por parto natural están expuestos
a microorganismos del tracto genitourinario y gastrointestinal inferior de la madre, mientras
que los nacidos por cesárea serán colonizados principalmente por bacterias provenientes de
la piel (Rutayisire, Huang, Liu, & Tao, 2016).

La disrupción de esta colonización temprana mostró tener importantes consecuencias en la


salud futura del niño. En efecto, numerosos estudios muestran una correlación entre la
interrupción de la transmisión de bacterias de madre a recién nacido en los partos por cesárea
con un mayor riesgo del niño de desarrollar enfermedades tales como asma, diabetes tipo 1
y obesidad y enfermedad celíaca (Mueller et al., 2015). Por otra parte, evidencia
epidemiológica indica que el uso de antibióticos en el embarazo y la consecuente depleción
de la microbiota en el niño, estaría asociado con el desarrollo obesidad infantil y asma
(Metsälä et al., 2015).

Dinámica Temporal de la Microbiota neonatal


La microbiota intestinal temprana es altamente inestable y hay una variación significativa
entre bebés. En términos generales, inmediatamente después del nacimiento las primeras en
colonizar el intestino del lactante son bacterias anaeróbicas facultativas como Escherichia coli,
Staphylococcus y Streptococcus, las que reducen los niveles de oxígeno facilitando el crecimiento
de bacterias anaeróbicas estrictos como Bacteroides y Bifidobacterium spp. Este proceso toma
alrededor de uno o dos días (Makino et al., 2013).
58 Bustos, A. Y. Yachay, 1, 2021: 53-67

En el neonato, la alimentación es un factor clave que determina la composición de su


microbiota. Después del nacimiento, la leche materna promueve la colonización y la
maduración de los microbios intestinales del lactante. Su composición bacteriana varía desde
el calostro hasta la lactancia tardía y según el estado de salud materna y el modo de parto. La
microbiota de la leche materna está dominada por unos pocos géneros (Staphylococcus,
Streptococcus, Serratia, Pseudomonas, Propionibacterium) (Cabrera-Rubio R, et al. 2012; Khodayar-
Pardo, et al. 2014). También se encuentran Bifidobacterium y Lactobacillus spp. y se ha
demostrado la transferencia de estos microbios al intestino neonatal, lo que indica que la
lactancia materna es una importante ruta postnatal de intercambio microbiano madre-
lactante (Albesharat, Ehrmann, Korakli, Yazaji, & Vogel, 2011).

La leche humana, a diferencia de la leche de fórmula, es rica en oligosacáridos y moléculas


inmunes (Marcobal & Sonnenburg, 2012). Estos oligosacáridos no pueden ser utilizados por
el bebé, pero en cambio estimulan el crecimiento y la actividad de ciertas cepas bacterianas,
incluyendo Bifidobacterium spp. Las bifidobacterias en el intestino del lactante son importantes
para inhibir el crecimiento de organismos patógenos, modular la función de barrera mucosa
y promover respuestas inmunológicas e inflamatorias (Murgas Torrazza & Neu, 2011). En
efecto, se observó que los bebés alimentados con leche materna, típicamente muestran mayor
expresión de genes relacionados con actividades inmunológicas y metabólicas (Patel et al.,
2013). La sinergia de los componentes probióticos y prebióticos de la leche materna humana
promueve en los lactantes un microbioma intestinal estable y relativamente uniforme en
comparación con los bebés alimentados con fórmula (Marcobal & Sonnenburg, 2012).
Específicamente, en este último grupo, se observó mayor prevalencia de Clostridium difficile,
Bacteroides fragilis y Escherichia coli y disminución de la prevalencia de bifidobacterias (Penders
et al. 2005). En resumen, la fórmula, incluso administrada en pequeñas cantidades durante la
lactancia, puede alterar la estructura y la abundancia relativa de las comunidades bacterianas
que normalmente se encuentran en un intestino lactante. Además, numerosas investigaciones
han establecido vínculos entre la alimentación con fórmula y un mayor riesgo de problemas
de salud tempranos y posteriores. Entre ellos se destacan el desarrollo de alergias, eccemas,
y cólicos, así como aumento de peso y obesidad (Parséus et al., 2017).

Algunos estudios indican que la adición de fibras, como fructooligosacáridos (FOS) y


galactooligosacáridos (GOS), a leches de fórmula infantil permitió mejorar la composición
microbiana acercándose a la observada en niños alimentados con leche materna. En este
sentido, se reportó un incremento en el desarrollo de bifidobacterias en el intestino de bebés
Bustos, A. Y. Yachay, 1, 2021: 53-67 59

que reciben fórmula suplementada con prebióticos. También aumentan la concentración de


ácido láctico y disminuye el pH de las heces (Parséus et al., 2017). Sin embargo, a pesar de
estos hallazgos, los resultados no son concluyentes y la leche materna sigue siendo la fuente
ideal de nutrición para los bebés.

Factores que afectan la composición de la microbiota intestinal adulta


En el tracto gastrointestinal la acidez, el tiempo de tránsito y la absorción de nutrientes son
los principales factores que definen su composición microbiana (Savage, 1977). En el íleon,
el tiempo de tránsito es rápido, alrededor de 2 a 6 horas, la capa de moco es delgada y la
disponibilidad de nutrientes es baja debido a la rápida absorción. Estas condiciones son
subóptimas para el desarrollo de algunos microorganismos fermentadores. Por el contrario,
en el colon los tiempos de tránsito son de aproximadamente 24 a 48 horas, la capa de moco
es espesa y muchas fibras no digeridas están disponibles para su fermentación por las
bacterias residentes (Nicholson, Holmes, & Wilson, 2005). Esto hace que el colon sea la
región del cuerpo más densamente poblada, ya que alcanza valores de hasta 1012 bacterias
por gramo de heces, lo que equivale aproximadamente a 1-1,5 kg en peso. Este complejo y
dinámico ecosistema microbiano intestinal alberga aproximadamente 3,3 millones de genes,
es decir ~150 veces más genes que aquellos alojados en nuestras células (~23000 genes)
(Baothman, Zamzami, Taher, Abubaker, & Abu-Farha, 2016b).

La composición de la microbiota intestinal se ve afectada por numerosos factores, tales como


la dieta, medicamentos y la genética del huésped, entre otros. Numerosos estudios
establecieron que la alteración en la composición de la microbiota, condición conocida como
disbiosis, está asociada al desarrollo de numerosas enfermedades tales como asma, obesidad,
hígado graso no alcohólico, enfermedad celíaca y síndrome de intestino irritable e inclusive
autismo y depresión (Lynch & Pedersen, 2016).

La dieta es uno de los principales contribuyentes a la diversidad microbiana (Claesson et al.,


2012; Muegge et al., 2011). Se ha sugerido que cambios en la dieta pueden explicar hasta el
57% de variaciones en la microbiota en comparación con las variaciones genéticas del
huésped que representan aproximadamente el 12% (Brown et al., 2012). Como fuera
mencionado, este efecto se observa de manera temprana en niños alimentados con leche de
fórmula en relación a aquellos que reciben leche materna.
60 Bustos, A. Y. Yachay, 1, 2021: 53-67

En conjunto, estos hallazgos sugieren que pueden lograrse cambios en la microbiota a través
de intervenciones dietéticas con impactos positivos en el manejo de algunas enfermedades.
Por ejemplo, se ha demostrado en ratones que el cambio de una dieta “occidental” alta en
grasas y azúcares a una dieta baja en grasas y rica en polisacáridos vegetales puede cambiar la
microbiota en un día (Turnbaugh et al., 2009). En otro estudio, pero realizado en humanos,
el cambio de una dieta alta en grasas y baja en fibra a una dieta baja en grasas y alta en fibra
causó cambios notables en la microbiota intestinal dentro de las 24 horas (Wu et al., 2011).
Curiosamente, la dieta también se correlaciona con el enterotipo, ya que las personas con una
dieta alta en grasas animales tienen un enterotipo dominado por Bacteroides, mientras que una
dieta rica en carbohidratos se asocia con el enterotipo dominado por Prevotella (Wu et al.,
2011).

Por otra parte, el efecto de los antibióticos sobre la microbiota intestinal está bien
documentado y muestra una reducción a largo plazo de la diversidad bacteriana después de
su uso (Brown et al., 2012; Panda et al., 2014). A su vez estas modificaciones microbianas
han sido asociadas con significativo aumento de peso tanto en niños como adultos (Thuny
et al., 2010; Saari, Virta, Sankilampi, Dunkel, & Saxen, 2015). La recuperación de la
microbiota normal luego de ciertos tratamientos con antibióticos puede ser larga
dependiendo del tipo de antibiótico y su espectro de acción (Modi, Collins, & Relman, 2014).
Los antibióticos de amplio espectro, como la clindamicina, pueden tener efectos más
prolongados que persisten hasta 4 años, como lo sugieren algunos estudios (Jakobsson et al.,
2010). Además, la disrupción de la microbiota normal después del tratamiento con
antibióticos facilita la transferencia de genes de resistencia a fármacos de especies virulentas
a cepas sensibles (Modi et al., 2014). Estos estudios resaltan la importancia de comprender
mejor el papel que desempeñan los antibióticos en la modulación de la microbiota intestinal
y su impacto sobre la salud.

Modulación de la microbiota. Rol de los probióticos y prebióticos


Los probióticos y los prebióticos se encuentran entre las estrategias dietéticas más
ampliamente utilizadas para controlar la composición y la actividad metabólica de la
microbiota intestinal.

En diciembre de 2016, la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos


convocó un panel de expertos en microbiología, nutrición e investigación clínica para revisar
la definición y el alcance de los prebióticos (Walton et al., 2012). Basado en los últimos
Bustos, A. Y. Yachay, 1, 2021: 53-67 61

desarrollos científicos y clínicos, el panel actualizó la definición de prebiótico como sigue:


“un sustrato que es utilizado selectivamente por los microorganismos del huésped y que
confiere un beneficio para la salud”. Esta definición expande el concepto de prebióticos para
incluir posiblemente sustancias que no sean carbohidratos, aplicaciones en sitios del cuerpo
que no sean el tracto gastrointestinal y diversas categorías que no sean alimentos. Por lo
tanto, los prebióticos se diferencian de la mayoría de las fibras dietéticas, como las pectinas,
la celulosa y los xilanos, que estimulan el crecimiento de una amplia variedad de
microorganismos intestinales. Por el contrario, queda establecido que un prebiótico debe ser
metabolizado exclusivamente por microorganismos promotores de la salud dentro del
ecosistema indígena. Los efectos beneficiosos para la salud deben estar debidamente
documentados para que una sustancia se considere un prebiótico. Estos efectos incluyen
beneficios para el tracto gastrointestinal (por ejemplo, inhibición de patógenos y estimulación
inmune), cardiometabolismo (reducción en los niveles de lípidos en la sangre, efectos sobre
la resistencia a la insulina), salud mental (por ejemplo, metabolitos que influyen en la función
cerebral, la energía y la cognición) y los huesos (biodisponibilidad de minerales), entre otros.
La definición actual se aplica también a los prebióticos para uso en animales, en los cuales
las estrategias centradas en la microbiota tendientes a mantener la salud y prevenir
enfermedades son tan relevantes como para los humanos.

El término probiótico, que en griego significa "para la vida", fue utilizado por primera vez
por Lilly & Stillwell, (1965) para describir "sustancias secretadas por un microorganismo que
estimula el crecimiento de otro" y, por lo tanto, surgió como claro contraste con el término
antibiótico. Con el tiempo el término probiótico adquirió un significado más general y en la
actualidad la acepción más ampliamente aceptada los define como “microorganismos vivos
que ingeridos en concentraciones apropiadas son capaces de ejercer un efecto benéfico en el
huésped” (Bustos et al., 2015). Entre las propiedades benéficas atribuidas a los probióticos
se encuentran: 1) alivio del estreñimiento y del síndrome del intestino irritable; 2) reducción
de la infección por Helicobacter pylori; 3) reducción de los síntomas alérgicos; 4) prevención
del cáncer y 5) reducción de las concentraciones plasmáticas de colesterol y triacilgliceroles,
entre otros (Malpeli et al., 2015; Bustos, Font de Valdez, Fadda, & Taranto, 2018).
62 Bustos, A. Y. Yachay, 1, 2021: 53-67

Conclusiones
Microbios y hospedador generan una relación tal que el cuerpo humano puede considerarse
como el resultado de la expresión de su genoma y de la convivencia con millones de
microorganismos a lo largo de miles de años de evolución.

Los avances científicos recientes sugieren que perturbaciones de la microbiota intestinal


conducen a alteraciones inmunes y metabólicas que contribuyen al desarrollo de
enfermedades no transmisibles tales como la obesidad, síndrome metabólico, diabetes e
incluso autismo y depresión.

Una comprensión más profunda del origen y desarrollo de la microbiota intestinal así como
los factores que afectan su composición permitirá optimizar estrategias terapéuticas que
permitan manipularla para mejorar la salud.

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Como citar: Bustos, A. Y. (2021). Microbiota intestinal: origen y desarrollo. Modulación a través de
la intervención dietética, en Revista Yachay, 1, pp. 53-67.
Revista Yachay, 1, 2021: 69-80
Artículo
ISSN: 2718-8078

Orden/desorden: Positivismo y complejidad. Modos de intervención en


el campo de la salud
Josefina Fantoni1
Recibido: 7 de octubre de 2019/ Aceptado: 12 de febrero de 2020

Resumen: el propósito de este trabajo es poner en consideración dos modos de racionalidad:


positivista y relacional y sus implicancias en el campo de la salud. Estas racionalidades
condicionan y estructuran modelos explicativos de salud que exigen ser puestos en debate,
tanto en el campo académico como en la propia práctica profesional.

El positivismo ligado a fuertes concepciones teóricas políticas-sociales y a una manera de


concebir la razón, absoluta, jerárquica, fuente de una verdad cientificista/biologicista, tuvo
en el campo de las ciencias de la salud un anclaje claro y definido como fundamento para
diseñar, planificar, la vida y la moral del hombre y el de la sociedad.

Por su parte una razón relacional, abierta, plural supone una apuesta por un modo de pensar,
actuar e intervenir en salud. Una razón que problematiza la salud como problema complejo;
reconociendo en ella no sólo lo descriptivo, sino la implicancia valorativa -ética política-.

No se trata de separar para definir y programar salud versus enfermedad o diagnosticar acerca
de quién se dice sano o enfermo; sino de vincular prácticas y formación en salud capaces de
recuperar las acciones colectivas en un contexto que les dé sentido. Es decir, trabajar con
políticas educacionales, que contemplen la promoción, los hábitos como la autoatención, la
importancia del entorno afectivo y el contexto.

Palabras claves: salud, enfermedad, razón, racionalidad.

Abstract: the aim of this work is to consider two modes of rationality: positivist and
relational and their implications in the field of health. Such rationalities determine and
structure explanatory models of health that require debate, both in the academic field and
within the professional practice itself.

Positivism connected to strong political-social and theoretical conceptions, and to a way of


conceiving reason as an absolute hierarchical source of scientific/biological truth, had in the

1 Dra. En Humanidades por la UNT. Docente e investigadora en la UNSE.


70 Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80

field of health sciences clear and defined moorings as a source of truth to design and plan
man and society’s life and morals.

On the other hand, an open relational plural reason entails a commitment to a way of
thinking, acting and intervening in health; a way of questioning it as a complex problem;
recognizing not only the descriptive aspect, but also the ethical-political assessment
implications.

It is not a question of dividing in order to define and organize health versus disease, or
diagnose about those who say they are healthy or sick, but of linking practices and training
in health capable of recovering collective actions in a shared context. That is, it is necessary
to work with educational policies that take into account health promotion, habits such as
self-care, the importance of the affective environment, and the context.

Key words: health, disease, reason, rationality

Introducción
Comparto la idea de estudiar al hombre menos como anatomista y más como ecólogo. Sin
embargo, el peso de una mirada biologicista-cientificista, que fragmenta y ordena el estudio
disciplinar del campo de la salud es fuerte y, producir nuevos abordajes, es dificultoso pero
es un desafío. La apuesta por un modo de pensar, actuar e intervenir en salud, de
problematizarla como problema complejo, reconociendo no sólo lo descriptivo, sino la
implicancia valorativa -ética política-, consideramos es el camino a largo plazo para
acompañar la formación académica tanto como delinear políticas públicas en salud.

El desarrollo de la ciencia occidental en los siglos XVII y XVIII constituye una búsqueda de
racionalidad como coherencia racional. La razón se convierte en el gran “mito unificador”
del saber, de la ética y la política, al mismo tiempo que exige a la sociedad estar organizada
según la razón, según el orden y la armonía.

En este sentido, dar cuenta del anclaje claro y definido, de la impronta que el positivismo
tuvo en un campo específico como son las ciencias de la salud, supone poner en
consideración los modos de relación terapéutica, tanto como el lugar y el sentido de quien se
dice sano o enfermo.
Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80 71

Esta perspectiva de estudio está ligada a fuertes concepciones teóricas políticas-sociales y a


una manera de concebir la razón como fuente de verdad para diseñar, planificar, la vida y la
moral del hombre y el de la sociedad.

Augusto Comte, considerado el creador del positivismo, sostiene que:

[…] para explicar la verdadera naturaleza y el carácter propio de la filosofía


positivista, es indispensable echar una ojeada sobre la marcha progresiva del
espíritu humano considerado en conjunto…. Estudiando el desarrollo de la
inteligencia humana…, creo haber descubierto una ley fundamental, a la cual
está sometido… Esta ley consiste en que cada una de nuestras principales
concepciones, cada rama de nuestros conocimientos, pasa sucesivamente por
tres estados teóricos diferentes: el estado teológico o ficticio; el estado metafísico
o abstracto: el estado científico o positivo (Comte, 1973: 58).

Estas son concepciones sobre el conjunto de fenómenos que se excluyen mutuamente, para
entender que el estado positivo se dedica […] a descubrir, por el uso bien combinado del
razonamiento y la observación, sus leyes efectivas, es decir, sus relaciones invariables de
sucesión y semejanza (Comte, 1973: 59).

Vale decir que desde una visión positivista la razón se entiende como objetividad; una razón
que se pone fuera del hombre, en el orden físico. La razón científica: positivista, formal,
instrumental, operativa y rentable, resulta ser una razón productora de un conocimiento
entendido como producto y concebido como representación del mundo. Se trata de una
razón autónoma que produce y ordena de manera lineal, disyuntiva, a la sociedad, al hombre,
a la naturaleza.

El uso de la palabra “positivo” ha tenido un fuerte impacto en el campo de la salud. Según


Juan Carballeda, un estudioso de la impronta positivista en el campo de la salud:

[…] a partir de 1830 […] [el] término comienza a designar lo objetivo, lo real, lo
natural y especialmente aquello que es progresista en sentido social y político.
Positivo, es sinónimo de progreso, que se desprende de lo metafísico. Es así
como el discurso positivista se construye como discurso de “verdad”, casi
absoluta hasta principios del siglo XX (Carballeda, 2004: 152).
72 Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80

Esencialmente, desde el Positivismo se construirán los marcos conceptuales para las prácticas
que intervendrán en lo social. La propuesta positivista, que como “positivo” se había atrevido
a extender los horizontes del encerrado mundo medieval, sin embargo, remplazó los muros
eclesiásticos por los ejes cartesianos y los sistemas mecánicos que con el tiempo también
resultaron opresivos. En este sentido, “el discurso positivista, implicó, además, una forma de
construcción de la realidad en tanto que construyó sujetos de conocimiento sobre los que en
poco tiempo las prácticas comenzarán a intervenir”. (Carballeda, 2004: 154)

El proceso de imposición de la epistemología positivista, propio del denominado paradigma


simplificador, fue largo e incluyó muchas áreas diferentes del vivir humano: desde los modos
y costumbres sociales hasta las prácticas políticas; desde la concepción del espacio plasmada
en las ciudades “planificadas”, la construcción de las viviendas “conventillos”, hasta las
distinciones entre los ámbitos público y privado. Y, en el ámbito de la salud la contraposición
salud versus enfermedad y el establecimiento de parámetros para dividir lo normal-sano y
anormal-enfermo.

En este trabajo pondré en consideración, en un primer las implicancias del positivismo en el


campo de la salud y luego la manera en que estas condiciones estructuraron –programaron-
modelos explicativos de salud.

Implicancias del Positivismo en el campo de la salud


El Positivismo, en tanto su aplicación a las prácticas que intervienen en el campo de la salud,
servirá como sustento a diferentes marcos conceptuales.

La medicina y el mismo Estado cobran un papel de suma importancia. La medicina porque


asume el monopolio del cuidado y restauración de la salud sobre todas las otras ciencias o
prácticas y el Estado debido a que comienza a arrogarse una serie de responsabilidades dentro
de la salud y la educación como ejecutor de políticas públicas de control. Ambos sectores,
por diversas razones, generaron actitudes de marginalidad y estigma hacia el enfermo que
luego fueron asumidos por la sociedad.

Al respecto compartimos con Carballeda cuando explicita el caso de cómo se trataba al


enfermo que padecía de tuberculosis:

[…] la tuberculosis reafirmará la idea de vigilancia sobre los sectores más


desposeídos de la población. La vigilancia se suma a las medidas educativas, mas
relacionadas con el control y el disciplinamiento. Aquí tendrán mucho que vigilar
Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80 73

los médicos inspectores encargados de verificar el cumplimiento de las


ordenanzas, pues, en todos los conventillos y aun fuera de ellos, se siguen las
mismas prácticas. Es cuestión de educación, de infiltrar conocimientos y
nociones al parecer sencillas, precisamente porque las dicta el buen sentido, pero
que desgraciadamente caen en cerebros refractarios a esas mismas nociones... en
definitiva el daño que ellas [se refiere a las madres] no han sabido o no han
querido evitar (Carballeda, 2004: 159).

Se evidencia que la tuberculosis fue no sólo una enfermedad que se caracterizó por una
crueldad para con el organismo, sino también por la marginación, el desprecio social y el
estigma de que eran objetos aquellos que la sufrían.

Es a partir de una visión del higienismo que el estado genera una serie de funciones que antes
no poseía.

La higiene pública, también dirá cómo deberán construirse las viviendas, los
edificios públicos, las escuelas, los cementerios. El discurso médico-higienista
logrará incorporarse lentamente a un sinnúmero de facetas de la vida cotidiana.
Funda “una especie de nueva moral” que separará a unos y otros a través de sus
rasgos físicos, de su enfermedad y de su procedencia social. (Carballeda, 2004:
157).

Se puede hablar de una nueva ética, sustentada en un decálogo de conductas higiénicas que
había que cumplir para ser sano. Un cuerpo sano, para un mejor proceso productivo. Se traza
un modelo de causalidad lineal, que separa sujeto del objeto (enfermedad), que
descontextualiza, que indica las exigencias que hay que cumplir y el orden a seguir para
mantener el “orden” social. Se estructura la producción de “un discurso de la estigmatización
de los sectores populares dentro de un esquema unilineal que planteaba la relación: pobreza,
enfermedad, control. (Carballeda, 2004: 159).

La propuesta del positivismo resulta entonces, no sólo epistemológica, sino también socio-
política. En este marco, hablar de disciplina no supone sólo dividir, clasificar, ordenar
disciplinas, sino también el disciplinamiento social. Es decir, el positivismo es a la vez una
propuesta epistemológica y socio-política, tiene impronta en el control social: no excluye sino
para incluir y controlar a través de políticas públicas.

Se sostienen discursos con una enorme carga de marginalidad hacia los que enferman, pero
también contenidos ideológicos políticos que se asumen desde la misma medicina y desde el
74 Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80

Estado. Por ello, se puede atestiguar que debido, por ejemplo, al temor del contagio, el
“tuberculoso” se constituía en una amenaza al orden social y el estado tenía que garantizar
políticas de control.

Si bien todo individuo vive en una sociedad que le proporciona un cierto “orden social”, un
medio estable que se institucionaliza a través de pautas culturales, sociales, religiosas, política,
etc. en el caso de la propuesta positivista, esta institucionalización se refuerza con
mecanismos de disciplinamiento, de control y orden social para evitar que esas pautas sean
transgredidas.

Aislando a los enfermos (los tuberculosos, como también a los locos) el orden social se
deshace de los elementos simbólicamente peligrosos y a la vez demuestra su capacidad para
dominar lo que no puede domesticar.

Modelos de Salud: del modelo biomédico a la interdisciplinariedad


Analizar la organización, esto es la estructuración de modelos de intervención en salud,
implica reconocer en ellos la planificación hegemónica de parámetros de normalidad
científica y/o la participación de pluralidad de elementos socio-culturales. Implica reconocer
también, una visión de separación del sujeto y su realidad vivida o una relación del sujeto-
acción-contexto.

Una primera organización de modelo de salud es lo que se conoce como modelo


biomédico, un modelo clásico en salud que se moldeó bajo los preceptos del cientificismo
moderno. Se lo visualiza como producto de un pensamiento cientificista, simplificador,
con raíces en la reproducción de la hegemonía y neutralidad científica, en la objetivación y
en la estigmatización del enfermo como corolario de una relación jerárquica del lugar del
poder del médico.

Si bien este modelo de salud aparece como superador, al basarse en el abandono de la razón
teológica-eclesiástica por la razón médica-científica, ha devenido en la institucionalización
médica y el control sobre lo que llama desviación. Un control no sólo del individuo, sino un
control político de la población desde el Estado hacia la práctica de la medicina, iniciándose
así un proceso de medicalización. Es decir, se delineó sobre las características de la
enfermedad un modelo de salud y de políticas públicas en salud de carácter policial, de
instancias de medicalización individual y social.
Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80 75

En este sentido se puede afirmar que las políticas de prevención, a través de la medicalización,
se aplicaron más como política de control policial basado en un abordaje asistencialista,
paternalista que sobre el cuidado de no enfermar. La inexistencia de procesos de
concientización del cuidado escondía la estigmatización de determinados individuos y
grupos, su marginación o simplemente la criminalización directa de determinados estilos de
vida.

Esta visión de control hegemónico, lineal, cientificista, simplificador, se funda, según


entendemos, sobre los principios lógicos del denominado pensamiento simplificador.

Edgar Morin, referente primario del denominado pensamiento complejo, sostiene que el
pensamiento simplificador trabaja con los siguientes principios: el principio de disyunción
que tiende a aislar, a considerar los objetos independientes de su entorno, no ve conexiones;
el principio de reducción, que explica la realidad por uno sólo de sus elementos, se
establecen leyes generales, desconociendo la complejidad de la realidad; el principio de
abstracción, que se concentra en establecer leyes generales descociendo las particularidad
de donde surgen y el principio de causalidad, que ve la realidad como una serie de causas
efecto, como si la realidad planteara ingenuamente un trayecto lineal. (Morin, 2007: 89-90).
Desde esta perspectiva consideramos que los principios lógicos del pensamiento
simplificador se correlacionan con las características del modelo biomédico.

El modelo explicativo de salud biomédico, también llamado cientificista, biologicista, se


caracteriza por ser: unidimensional, en tanto reduce y explica la realidad del enfermo por
una sola de sus dimensiones, la dimensión biológica; unilineal, responde sólo a la explicación
diagnóstica, organicista, cientificista y unidireccional, en tanto es un modelo jerárquico de
sumisión del paciente y una direccionalidad objetiva de la verdad del médico como garante-
curador de la enfermedad. Vale decir, características que ponen en juego una razón
hegemónica, el saber médico versus el saber del paciente, la explicación de la enfermedad de
una causalidad lineal biológica.

La ciencia médica, encarnada en el médico, es la poseedora del saber y la razón. Los médicos
están autorizados a observar los cuerpos y, en los hechos, dirigir las conciencias. Asumen un
poder que hace que no solo pasan a ser el curador de la enfermedad, sino también los garantes
de la moral del enfermo.
76 Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80

A este modo de práctica socio-política-sanitaria, Carballeda la representa y ubica en un


tiempo histórico en Argentina, con el advenimiento del positivismo, pero bien vale para la
generalidad del modelo y su aplicación social:

El discurso médico higienista propondrá una serie de medidas que apuntarán al


«cuidado de la salud» desde pautas que se imbricarán con el disciplinamiento y
generarán una mirada permanente en la cotidianeidad. La moral sanitaria se había
puesto en marcha. De igual forma el cuidado del cuerpo se aproximaba cada vez
más a una práctica moral… El cuerpo, en la concepción de los sanitaristas…,
era un lugar a tutelar. Por otro lado, se iba construyendo una nueva geografía del
control, que tomará el conventillo, a la periferia de la ciudad, como lugar
privilegiado de experimentación. El conventillo se transformó, gracias a una
sumatoria de ordenanzas, reglamentos y normativas, en una especie de territorio
cercado por el saber médico y político. (Carballeda, 2004: 160-161).

Es decir, desde la misma medicina se generaron discursos que llevaban a estigmatizar y


marginar a los enfermos y a considerar a la enfermedad como una cuestión además de
eminentemente biológica, también de tipo moral. Por ello es que el médico se transforma en
el vigilante de la moral social y del mismo enfermo.

En términos generales, este modelo de salud, basado en el pensamiento simplificador, es el


que imperó (y aún tiene marcada presencia) mayoritariamente en el sistema sanitario
occidental. Si bien, en su momento aportó cuestiones positivas - como la racionalización de
un sistema y la eficacia terapéutica- la realidad hoy exige llevar a cabo otro modelo de gestión
en salud.

Es necesario buscar puntos de vista diferentes al de la perspectiva de la ciencia clásica que


privilegiaba la simplicidad y forjar otras formas de interacción, de producción de sentido y
de experiencias que nos permitan pensar la salud como una problemática del vivir humano
como “sujetos entramados” en lugar de concebirla como un desperfecto mecánico, como
una anormalidad biológica.

Hoy hablamos y necesitamos contener ya no procesos de salud exterior, mecánicos, sino


necesitamos políticas de salud, cuyo objetivo sea la promoción. Se trata de políticas que
contemplen los hábitos como la autoatención, la importancia del entorno afectivo, el
contexto. Es decir, trabajar con políticas educacionales, no policiales; se trata de promoción
de la salud, no solo de prevención de enfermedades.
Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80 77

Ahora bien, ir más allá del pensamiento simplificador supone un cambio en la manera de
pensar, de organizar el pensamiento, el mundo, la vida. Es poner en evidencia numerosas
incapacidades: la incapacidad de alcanzar certezas, de formular leyes, de concebir un orden
absoluto, de evitar contradicciones, de comprender la realidad como unidimensional. Supone
plantearse la heterogeneidad, la interacción, el azar, afirmando que todo objeto de
conocimiento, no se puede estudiar en sí mismo, sino en relación con su entorno.

Edgar Morin expresa que su misión es el haber puesto de manifiesto los principios básicos
del pensamiento que relaciona sin los cuales la religación no se daría. Entiende y problematiza
la realidad como sistema y propone lo que se conoce con el nombre de pensamiento
complejo. Un pensamiento más allá de los límites que dictamina el pensamiento
simplificador que se vincula ciegamente a un sistema de conocimientos para comprender el
mundo sin salirse de los límites que a si mismo se impone. Por ello la exigencia es ir de un
pensamiento unidimensional y simplista a la pluridimensionalidad compleja.

El pensamiento complejo es un modo diferente de pensar y actuar; trabaja con una dialógica
que se sustenta en una razón abierta, que acepta la ambigüedad (relación sujeto/objeto,
orden/desorden, auto/hetero-organización), que reconoce los fenómenos que son
inexplicables fuera del campo de acción. La dialógica no supera las contradicciones
fundamentales, las considera insuperables y vitales, las afronta e integra en el pensamiento.

Los principios del pensamiento complejo también llamados “operadores lógicos”, indican las
“exigencias” que hay que satisfacer para tratar las complejidades; una exigencia que
comprende “el principio dialógico, el principio del bucle recursivo y el principio
hologramático que serán las ideas faros, ideas guías de construcción de conocimiento”
(Morin, 2010: 149), como expresiones diversas y complementarias del principio de
vinculación.

No se trata de principios totalizadores, sino organizadores del sistema. Por ejemplo, el


principio dialógico, que indica la coexistencia de términos sin dejar de ser antagónicos (se
diferencia de la dialéctica porque no hay superación de los contrarios); el principio de
recursividad, que rompe con la idea lineal de causa-efecto y el principio hologramático:
mediante el cual no sólo la parte está en el todo, sino el todo está en la parte. (Morín, 2007:
105-107).
78 Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80

El pensamiento complejo es un pensamiento capaz de unir conceptos que se rechazan entre


sí y catalogados en compartimentos estancos. No impugna lo simple, sino lo articula con
otros elementos del contexto: es cuestión de separar y unir al mismo tiempo.

En este sentido, se entiende que la verdadera racionalidad es abierta por naturaleza, dialoga
con una realidad; “la racionalidad no es una cualidad propia de los científicos, los expertos,
como tampoco monopolio de la civilización occidental; en toda sociedad hay racionalidad”
(Morin, 2001: 24).

Frente a una razón hegemónica no debemos desalentarnos –exhorta Morin– sino incitarnos
a pensar, a saber y a elucidar aquello sobre lo que estamos ciegos; a asumir un modo de
pensar complejo que nos permita comprender que nuestros problemas vitales actúan en lo
invisible y lo desconocido.

De ahí que consideramos que las implicancias del pensamiento complejo en el campo de la
salud suponen poner en juego una nueva dinámica y distintas configuraciones posibles.
Irrumpe, bajo este nuevo pensamiento, un nuevo modelo de salud: el modelo integral de
salud, también conocido como modelo biopsicosocial. Un modelo que en consonancia
con una dinámica autoorganizadora, no forma compartimentos estancos y lineales, sino que
sostiene características como la pluiridimensionalidad, en el sentido que tiene en cuenta al
ser humano como ser pluridimensional, integral; es interdisciplinario, reconoce que la
medicina no asume por sí sola la cura y el cuidado, sino que supone un trabajo en equipo,
pero también porque hay un abandono de la relación jerárquica terapéutica por otra más
participativa y, finalmente, presenta como característica la complementariedad, porque no
se limita al tratamiento clínico de la dimensión biológica sino que sostiene la participación y
la intervención de prácticas culturales.

La salud, desde una perspectiva de la complejidad, exige contextualización; no puede


pensarse sino en referencia al itinerario que la misma vida lleva, a los valores que el hombre
construye, a las prácticas culturales que le dan sentido, a las configuraciones de acciones
colectivas que le dan vida. Se entiende la salud en una visión integral, relacional.

Desde esta perspectiva no puede existir una barrera infranqueable entre lo propio y lo ajeno,
el cuerpo y la mente, el individuo y la sociedad o los seres humanos y su medio ambiente. La
salud, por tanto, no puede regirse por parámetros ligados a un prototipo fijo y universal: el
"hombre sano", el “hombre normal”, concebido como un “modelo ideal” o como una
Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80 79

“normalidad estadística”. El conocimiento de las informaciones o elementos aislados es


insuficiente, requieren ser ubicados en su contexto para que adquieran sentido.

Para seguir pensando en salud


Para quienes trabajan en la medicina clínica, como también para todos los que trabajan,
forman y hacen docencia en el campo de la salud, es decir, para todos quienes quieran hacer
lugar a la complejidad en el campo de la salud, este es un desafío a la vez teórico y pragmático,
social e individual, político y ético. Desde el punto de vista epistemológico requiere, una
atención particular, ya que la salida del pensamiento simplificador implica renunciar a la
ilusión de crear una concepción universal de la salud indiscutiblemente mecanicista.

La perspectiva del pensamiento complejo no monopoliza el saber sobre la salud en los


profesionales médicos, sino que la entiende como un proyecto de vida de un grupo humano.
La responsabilidad en la planificación, la puesta en práctica y evaluación pertenecen a la
comunidad en su conjunto. Es un abordaje que relaciona, contextualiza y se concibe en la
interacción de todos los actores sociales; a la vez que exige del "enfermo" no una actitud
"paciente" ni pasiva, sino una participación activa en el cuidado de su salud.

El debate sobre los diversos modelos de atención en salud, la responsabilidad y el rol del
estado, la interacción entre la esfera pública y privada, el lugar de las prácticas culturales, la
conformación de equipos interdisciplinarios, la relación médico - paciente, son problemáticas
aún no resueltas. Los sistemas centralizados y fuertemente burocratizados ya no son
suficientes, la búsqueda de soluciones globales, definitivas y universales atenta contra la
resolución del problema como problema complejo.

Ante esta situación es necesario tornar visible el trabajo conjunto, las interacciones entre
partes y todo, las entidades multidimensionales y los problemas concretos. Sólo una
aproximación comunitaria, un tejido de redes, una contextualización de la problemática con
participación de todos los actores sociales puede aspirar a construir recorridos más abiertos,
más inclusivos en el camino de un abordaje complejo de la salud.
80 Fantoni, J. Yachay, 1, 2021: 69-80

Bibliografía
Carballeda, J. (2004) Del desorden de los cuerpos al orden de la sociedad. Buenos Aires. Espacio.
Cardona, X. (2008) Sociedad, política y salud. En Boixareu, Rosa María (coord.) De la
Antropología Filosófica a la Antropología de la Salud. Barcelona. Herder.
Comte, A. (1973) Principio de Filosofía positiva. Primera Lección. Buenos Aires. Aguilar.
Morin, E. (2001) Los siete principios necesarios para la educación del futuro. Buenos aires. Nueva
Visión
------------ (2007) (9º edición) Introducción al pensamiento complejo. Barcelona. Gedisa.

Como citar: Fantoni, J. (2021). Orden/desorden: Positivismo y complejidad. Modos de intervención


en el campo de la salud, en Revista Yachay, 1, pp. 69-80.

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