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LA ENTRADA QUE LO CAMBIÓ TODO

TEXTO: MATEO 21:6-11 Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó; 7 y trajeron el
asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. 8 Y la multitud, que era
muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían
en el camino. 9 Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo:
¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Hosanna en las alturas! 10 Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo:
¿Quién es este? 11 Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.

Verdad Biblica
El Señor entró triunfante a Jerusalén, en cumplimiento de las Escrituras y para mostrar que Él es
Rey, Sacerdote y Profeta.
Verdad Biblica Aplicada
Nosotros hemos recibido en nuestras vidas a Nuestro Señor Jesucristo, Él es nuestro Rey y Señor y
viene pronto a reinar en esta tierra.

Los versículos que hemos leído nos dicen que cuando nuestro Señor Jesucristo entró en Jerusalén
toda la ciudad se conmovió, es decir que esa entrada causó un gran impacto en los judios de aquella
época, por un lado Él entra con Su carácter manso y humilde, y la población que ya había visto
muchas de Sus obras y había escuchado muchas de Sus enseñanzas le reconoce como Rey. Ellos
comienzan a cantar de forma victoriosa, “¡hosanna, bienvenido y bendecido sea que el que viene en
nombre del Señor! Pero por otro Estas celebraciones irritaron a las autoridades del momento—a los
fariseos, a los escribas, a los saduceos, a la gente de poder quiénes no toleraban escuchar que este
Galileo pudiera ser proclamado como su rey. Como respuesta, ellos quisieron mandar a callar a los
seguidores de Jesús, pero como Cristo bien dijo, si ellos callaban, aún las piedras gritarían y
proclamarían quien Él es, aludiendo a Su reinado y señorío sobre toda la creación.

El cumplimiento de las profecías;


Sobre la entrada en Jerusalén:
Zacarías 9.9
Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y
salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna
Sobre lo que decían las personas: Salmo 118 25,26
Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora. Bendito
el que viene en el nombre de Jehová...

ESA ENTRADA MARCÓ EL INICIO DE ALGO QUE CAMBIARÍA POR COMPLETO LA HISTORIA
DE LA HUMANIDAD.

Es por eso que en el inicio de la Semana es importante reflexionar sobre lo que la entrada de Jesús,
no en Jerusalén, sino en nuestra vida ha producido en cada uno de nosotros, los cambios que han
ocurrido desde el momento que Jesús entró en nuestro corazón.

VEAMOS LO QUE NOS ENSEÑA LA PALABRA DEL SEÑOR :

I) LA ENTRADA DE JESÚS EN NUESTRA VIDA CAMBIÓ LA MUERTE EN VIDA


(Efesios 2:1-2) Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al
príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
La muerte espiritual es una DESCONEXIÓN TOTAL CON DIOS, es verdaderamente una separación
que es irreparable por el hombre (Romanos 3:23) por cuanto todos pecaron, y están DESTITUIDOS
de la gloria de Dios,

pero cuando Jesús entra en nuestra vida, hace que nos conectemos con Dios, produce una conexión
tan maravillosa que nos acerquemos a Dios de tal forma que nos hace sus hijos y nos vuelve parte
de su familia.

(Juan 1:12) Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios;

(Efesios 2:19) Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y
miembros de la familia de Dios,

Es una conexión IRROMPIBLE, es una conexión QUE NO SE PIERDE, es una conexión PARA
TODA LA ETERNIDAD.

II) LA ENTRADA DE JESÚS EN NUESTRA VIDA CAMBIÓ LA TRISTEZA EN


ALEGRÍA (Juan 16:20) De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo
se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.

La mayor tristeza de la vida de todo ser humano viene de sentir UN VACÍO EN ÉL CORAZÓN y ese
vacío es causado principalmente cuando una persona carece de conexiones significativas, afectivas
o espirituales, que resulta en tristeza y desesperanza.

Una persona puede tener cosas materiales, éxito académico, laboral, financiero, etc. pero siempre
habrá UN VACÍO que nada de eso puede llenar, un SIN SENTIDO en su corazón que causa tristeza,
que causa desesperanza, pues la conexión más significativa para todo ser humano está rota, es
decir la conexión con Dios.

Pero cuando Jesús entra en nuestra vida llena ese vacío, encontramos el sentido verdadero de
nuestra vida, es decir, el rumbo, el camino, pues cuando Cristo viene a nuestra vida significa estar en
EL CAMINO QUE LE DA SENTIDO A NUESTRA VIDA (Juan 14:6) Jesús le dijo: Yo soy el camino, y
la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Llenar este vacío y encontrar el rumbo o
sentido de nuestra vida PRODUCE FELICIDAD VERDADERA, EL GOZO QUE SOLAMENTE
PODEMOS ENCONTRAR EN EL SEÑOR.

III) LA ENTRADA DE JESÚS EN NUESTRA VIDA CAMBIÓ NUESTRA


ESCLAVITUD EN LIBERTAD (Gálatas 5:1) Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos
hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

Tenemos que comprender que antes que Cristo viniera a nuestra vida no solamente estábamos
muertos en delitos y pecados, sino que éramos también ESCLAVOS de esos delitos y pecados.

Éramos esclavos porque el pecado dominaba nuestra vida, el pecado tenía control de nuestra
mente, de nuestras decisiones, de nuestras acciones, de tal manera que nuestra vida estaba al
servicio del pecado y de la iniquidad (Romanos 6:19) Hablo como humano, por vuestra humana
debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y
a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

Pero cuando Cristo entró en nuestra vida NOS DIO COMPLETA LIBERTAD del pecado, vino a A
DARNOS LIBERTAD para que pudiéramos DECIDIR HACER LO BUENO VOLUNTARIAMENTE
para agradar a nuestro Señor (1 Pedro 2:15-16) Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo
bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; 16 como libres, pero no como los que
tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.

IV) LA ENTRADA DE JESÚS EN NUESTRA VIDA CAMBIÓ NUESTRA


PERSPECTIVA (Colosenses 3:1-2) Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en
las de la tierra.

La PERSPECTIVA es la manera como vemos nuestra vida, es NUESTRA VISIÓN es decir, es en LO


QUE ESTAMOS ENFOCADOS.

Antes que Cristo viniera a nuestra vida nuestra visión de vida estaba enfocada en lo terrenal,
nuestras prioridades eran mundanas, las cosas que el mundo busca, las cosas que agradan al
mundo: Los placeres mundanos, los bienes materiales, las riquezas, la fama, las pasiones de la
carne, los vicios. etc.

Y es por eso que la palabra de Dios nos hace una pregunta muy importante: (Romanos 6:21) ¿Pero
qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es
muerte.

Pero cuando Cristo entró en nuestra vida CAMBIÓ NUESTRA PERSPECTIVA, CAMBIARON
NUESTRAS PRIORIDADES, ya no se trata de buscar las cosas que el mundo busca, sino de
BUSCAR LAS COSAS DEL REINO DE DIOS Y LO QUE AGRADA A NUESTRO DIOS. (Mateo 6:33)
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

CONCLUSIÓN:
Hemos podido reflexionar sobre todos los cambios extraordinarios que ha producido en nosotros la
entrada del Señor a nuestra vida, pero hay una pregunta muy importante, LA PREGUNTA MÁS
IMPORTANTE DE ESTA SEMANA SANTA: ¿YA ENTRÓ JESÚS EN TU CORAZÓN? si tu respuesta
es “NO” entonces, ¿POR QUÉ NO INVITAS HOY A JESÚS A ENTRAR A TU VIDA?

podemos reconocer que parte de la multitud que estaba aclamándole y reconociéndole pensaban
que estaban recibiendo a un rey político, a alguien que podía tomar la posición que ellos siempre
soñaron. Ellos estaban recibiendo a esa persona que habían ideado, pero no al Hijo de Dios, a Dios
hecho carne. Parte de ese grupo, cuando descubren al final de la semana que realmente Él no era lo
que ellos esperaban, en vez de alabarle y proclamarle, lo que hacen es gritar, “¡Crucifícale,
crucifícale!” La gran multitud se redujo a un puñado de personas que todavía seguían creyendo en
Él, aunque aún esos probablemente tenían muchas dudas acerca de si verdaderamente este era la
persona que había sido prometida… y si, ¡Lo era!
La pregunta para todos nosotros a este principio de semana, dos mil años después es, ¿Donde
estamos nosotros en esta multitud? ¿Estamos con una actitud reverente y al mismo tiempo
correspondiente a lo que un rey es? ¿Estamos sometiendo nuestras voluntades, nuestras vidas y
todo los que somos a Su autoridad? O, por otro lado, ¿Está mi desobediencia y mi deseo de
autonomía e independencia hablando más como la actitud del grupo que al final estaba proclamando
que crucifiquen a Cristo?

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