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Yo soy una persona muy de Parroquia, es decir, soy de esas que le gusta tomarse una cerveza

en el mismo Bar de siempre. Por entonces, yo siempre al salir del trabajo paraba por alli, por el
Toni, una tabernita de esas que pasan de generación en generación, situado en el sur del Casco
Historico de Toledo.

De alli, como tantos muchos, he conocido a diferentes personas, personas con las que no
hubiese entablado una conversación si no hubiese sido por que esa pequeña porción de Toledo
en la que no existen prejuicios.

Reish, fue aquella mujer de pelo de fuego con la que aprendi muchas cosas de la vida, con la
que aprendí sexualidad y sensualidad y el valor de la amistad.

Julio, siempre supo ser bastante critico y su similitud con una cerilla (prende rapido y se apaga
rapido) era bastante notable.

Toni (el camarero) era lo que tenía que ser, el cura de la parroquía. El siempre escuchaba y veia
nuestros problemas. Siempre pense que para él, el otro lado de la barra, era como una
televisión.

Y como ellos otros muchos que han pasado por mi vida durante estos años de idas y venidas a
dicha taberna.

Y pensareis ¿idas y venidas?

Si

Os resumire un poco lo que yo he vivido antes de ‘’Caer’’ por alli

Yo, me independice con ventiún años, un momento un poco brusco de mi vida en el que me
tuve que ir a vivir con una compañera de universida por motivos de fuerza mayor. Alli paso una
semana entera en la que busque un piso o habitación en la que poder dormir, me daba igual la
que fuera. Acabe encontrando el piso. No. Una habitación de estudiantes.

Tenia tres compañeras de piso, dos con las que era imposible comunicarse por motivos de
lingüística e idioma, y la otra, Silvia, es amiga mia hasta la fecha.

Conocí al que siempre pense que sería el amor de mi vida,

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