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HISTORIA DEL COMERCIO Y DEL DERECHO COMERCIAL
a) El comercio en la pre-historia.
b) El comercio en la época pre-romana.
c) El comercio en Roma.
d) El comercio en la edad media.
e) Influencia de la revolución francesa en el comercio y en el derecho
f) comercial.
g) Influencia de la revolución industrial en el comercio y en el derecho
h) comercial (S. XX).
i) El comercio y el derecho comercial en los siglos XX y XXI.
j) El comercio en Chile y la aparición del Código de Comercio.
El comercio en la pre-historia.
Nacimiento del comercio en aquella época donde las tribus nómades comenzaron
con la forma más precaria y simple de actividad mercantil: el trueque de
mercaderías.
Se trataban de tribus dedicadas a la producción de ciertas especies o a la caza o
recolección de elementos indispensables para la vida.
Estas actividades hacen concluir que los intermediarios existentes en cada una de las
tribus se transformaron en los primeros comerciantes de la historia.
En la medida que crecen estos pueblos y se transforman en Imperios, como es el
caso de los egipcios, babilonios, caldeos y otros, crece con ello, el intercambio de
mercaderías y, al mismo tiempo, dicho intercambio se hace cada vez más complejo,
ya se hace indispensable crear un medio de pago que sea capaz de crear
equivalencia en los bienes entregados. En resumen, se hace necesario el dinero en
sus formas más rudimentarias.
LEYES MERCANTILES.
Concepto: todas aquellas normas que regulan materias comerciales, dentro de las
cuales no solo debe considerar el Código de Comercio, sino que, en general, todas
aquellas leyes que lo complementan o modifican, incluso aquellas contenidas en
otros códigos, como también en leyes especiales.
Ámbito de aplicación: si existe una materia que es regulada tanto por el Código de
Comercio como por una ley de comercio especial, a la vez, se debe aplicar lo
dispuesto en la ley especial, de acuerdo a las normas de hermenéutica contenidas en
el Código Civil (Arts. 19 y ss. CC).
Si existe un vacío en la ley de comercio especial, debe aplicarse de forma
predominante el Código de Comercio, y no el Código Civil. Ello, de acuerdo a lo
dispuesto en el Art. 22 inciso 2º del Código Civil (“Los pasajes obscuros de una ley
pueden ser ilustrados por medio de otras leyes, particularmente si versan sobre el
mismo asunto”).
En cuanto a las normas del Código Civil, y según lo dispuesto en el Art. 2º del
CCO; estas se aplican con antelación a la costumbre mercantil (en algunos países,
como es el caso de Italia, el orden de prelación entre ambas fuentes opera en sentido
contrario, primero se aplica la costumbre mercantil, y luego las normas del derecho
común).
En caso de existir una situación que no se encuentra regulada ni por las leyes
comerciales, ni por el CC., debe recurrirse a las costumbres mercantiles, las cuales,
siendo fuentes formales del derecho comercial, suplen el silencio del legislador,
cuando cumplen con determinadas exigencias que este mismo ha impuesto.
COSTUMBRE MERCANTIL.
Concepto de costumbre: repetición constante y uniforme de ciertas conductas
realizadas con la convicción de que con ella se satisface una necesidad jurídica que
debe ser sancionada más tarde por el juez o por la ley.
De la costumbre se distingues dos elementos:
Elemento objetivo: repetición de ciertas prácticas.
Elemento subjetivo: convicción de que la repetición de esas conductas se ajusta a
las necesidades existentes y que debería ser sancionada como ley.
Concepto de costumbre mercantil o comercial: norma de derecho objetivo, creada
por la observancia repetida, uniforme y constante de los comerciantes en sus
negocios. Nacen ya sea para suplir la ausencia de alguna regulación, para cubrir las
lagunas que existan en el contenido de los contratos o para resolver dudas de índole
interpretativas que puedan surgir.
En el Código de Comercio la costumbre cumple una doble función: primero, es
considerada por este como fuente formal del derecho (Art. 4º) y, además, le otorga
el carácter de elemento interpretativo, de acuerdo a lo dispuesto en el Art. 6º.
Art. 6º CCO: “Las costumbres mercantiles servirán de regla para determinar el
sentido de las palabras o frases técnicas del comercio y para interpretar los actos o
convenciones mercantiles”.
En este sentido, el profesor Ricardo Sandoval, sostiene que, el movimiento
codificador ha establecido la jerarquía de las fuentes y la función supletoria de la
costumbre. Pero, aun así, la imposibilidad de que los Códigos de Comercio
contengan todas las reglas hace que la costumbre siga conservando un importante
papel como fuente del derecho comercial moderno, por cuanto, al contrario de la
ley, la costumbre no es una manifestación racional o reflexiva del derecho, sino una
expresión espontánea.
Creada la costumbre por la práctica individual de los comerciantes, termina
descansando en la conciencia general del grupo social o en el territorio donde tenga
vigencia.
De este modo, y de acuerdo a lo dispuesto en el Art. 4º del CCO, la costumbre es
fuente del derecho comercial y rige en silencio de la ley, no solo cuando el
legislador se remite a ella (a diferencia de lo que ocurre en el derecho común). Es
norma jurídica y no simplemente regla de interpretación.
Requisitos: el Art. 4º del CCO señala con precisión las exigencias que la costumbre
debe reunir para suplir el silencio del legislador, considerados requisitos materiales,
a saber:
a) Que los hechos seas uniformes.
b) Que los hechos que la constituyen sean públicos.
c) Que los hechos sean generalmente ejecutados en la República o en una
determinada localidad.
d) Que los hechos sean reiterados por un largo espacio de tiempo.
A ellos debe sumarse un requisito subjetivo, el cual consiste en la convicción o
consciencia en el grupo social que, el acomodarse a este comportamiento es un
deber igual al que existe frente al mandato del legislador.
Clasificación de la costumbre.
Costumbre según la ley: aquella que constituye derecho cuando la ley se remite a
ella. Ej. Costumbre en el Derecho Civil.
Costumbre fuera de la ley: aquella que rige en el silencio de la ley. Ej. Costumbre
según el Código de Comercio.
Costumbre contra la ley: aquella que deroga la ley escrita (en nuestro sistema no
tiene cabida, puesto que la ley escrita es fuente del derecho por excelencia).
Costumbre general y particular: según si la costumbre se aplica en toda la República
o solo en una localidad.
Costumbre nacional, extranjera e internacional: según si la costumbre, tanto su
generación como su aplicación, es en territorio nacional, en un Estado extranjero o
en la comunidad internacional.
Costumbre interpretativa: tal y como se mencionó anteriormente, encuentra su
fundamento legal en el Art. 6º del CCO y, en el Art. 21 del CC (“Las palabras
técnicas de toda ciencia o arte se tomarán en el sentido que les den los que
profesan la misma ciencia o arte; a menos que aparezca claramente que se han
tomado en sentido diverso”).
En este sentido, se trata de una costumbre que no es fuente formal del derecho,
porque no suple el silencio de la ley, sino que sirve de regla para determinar el
sentido o alcance de las palabras o frases técnicas del comercio y para interpretar los
actos de comercio.
Medios de prueba de la costumbre: sin perjuicio de que la costumbre mercantil es
una fuente formal del derecho comercial, no debe olvidarse que está constituida por
hechos que deben ser acreditados para invocarla en los tribunales de justicia.
En este sentido, en general, la costumbre mercantil puede probarse mediante:
Sentencias judiciales.
Escrituras públicas.
Colecciones oficiales de costumbres.
Informes oficiales de la Cámara de Comercio.
Por testigos.
En nuestro ordenamiento jurídico, la costumbre debe acreditarse por la parte que la
invoca como norma para pedir algo en justicia y debe hacerse conforme las
exigencias formuladas en los artículos 5º y 825 del CCO.
Art. 5º: “No costando a los juzgados de comercio que conocen de una cuestión
entre partes la autenticidad de la costumbre que se invoque, sólo podrá ser
probada por alguno de estos medios:
1º Por un testimonio fehaciente de dos sentencias que, aseverando la existencia de
la costumbre, hayan sido pronunciadas conforme a ella;
2º Por tres escrituras públicas anteriores a los hechos que motivan el juicio en que
debe obrar la prueba”.
El tercer medio de prueba de la costumbre, es el informe de peritos, tratándose de
las costumbres propias de la navegación y el comercio marítimo, que el juez
apreciará conforme a las reglas de la sana crítica, según lo dispuesto en el Art. 825
del CCO.
Art. 825: “En las materias reguladas por este Libro, la costumbre podrá ser
probada, además de las formas que señala el artículo 5º de este Código, por
informe de peritos, que el tribunal apreciará según las reglas de la sana crítica”
Considerar que, el art. 825 ya citado, se encuentra dentro del Libro III del CCO, el
cual corresponde a “De la navegación y el comercio marítimos”.
PRINCIPIO DE ESPECIALIDAD.
Principio del derecho que encuentra su fuente normativa en el Art. 4º del CC: “Las
disposiciones contenidas en los Códigos de Comercio, de Minería, del Ejército y
Armada, y demás especiales, se aplicarán con preferencia a las de este Código”.
De este modo, el principio debe ser entendido de la siguiente forma: si existe una
norma que regula de manera específica una institución mercantil, ésta debe ser
preferida por sobre cualquiera otra que se refiere en términos más generales a la
misma.
En este mismo sentido, debemos tener en cuenta lo dispuesto en el Art. 1º del CCO:
“El Código de Comercio rige las obligaciones de los comerciantes que se refieran
a operaciones mercantiles, las que contraigan personas no comerciantes para
asegurar el cumplimiento de obligaciones comerciales y las que resulten de
contratos exclusivamente mercantiles”.
TEORÍA DE LO ACCESORIO.
Corresponde a una de las teorías más complejas en el Derecho Comercial debido a
que esta institución sirve para extender o limitar la noción de acto de Comercio.
Encuentra su fuente legal en el Art. 3º Nº 1º inc. 2º del CCO.
El profesor Sandoval al respecto ha señalado: “La accesoriedad consiste en
presumir mercantiles ciertos actos, cuando se relacionan con una profesión,
actividad o acto jurídico principal de carácter comercial, ya sea porque lo
facilitan, contribuyen a acrecentarlo o realizarlo, o simplemente lo garantizan”.
Este criterio permite, tanto la expansión de la aplicación del Derecho Mercantil a
ámbitos en los que su aplicación no es natural, dado que se trata de complementos o
actividades mercantiles, como la restricción de su aplicación, dejándose de aplicar
en ámbitos dado que complementan actividades de carácter civil.
Este criterio deberá ser interpretado o manipulado de acuerdo al sujeto que pretende
beneficiarse de esta idea.
VALOR DE LA COSTUMBRE EN EL COMERCIO Y EN EL DERECHO
COMERCIAL.
En cuanto a este principio nos remitiremos a lo ya estudiado y analizado en cuanto a
la costumbre mercantil.