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“LEY DE DISCIPLINA DEL EJÉRCITO Y FUERZA AÉREA

MEXICANOS”
CAPÍTULO I
Disposiciones Generales

Artículo 1o.- La presente Ley tiene por objeto preservar la disciplina militar
como principio de orden y obediencia que regula la conducta de los
individuos que integran el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos. Sus
disposiciones son de observancia obligatoria para todos los militares que
integran el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos de conformidad con su Ley
Orgánica.

Artículo 1 Bis.- El servicio de las armas exige que el militar lleve el


cumplimiento del deber hasta el sacrificio y que anteponga al interés
personal, el respeto a la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, la soberanía de la Nación, la lealtad a las instituciones y el honor
del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

Artículo 2o.- El militar debe observar buen comportamiento, para que el


pueblo deposite su confianza en el Ejército y Fuerza Aérea y los considere
como la salvaguarda de sus derechos.

Artículo 3o.- La disciplina en el Ejército y Fuerza Aérea es la norma a que los


militares deben ajustar su conducta; tiene como bases la obediencia, y un
alto concepto del honor, de la justicia y de la moral, y por objeto, el fiel y
exacto cumplimiento de los deberes que prescriben las leyes y reglamentos
militares.

Artículo 3 Bis.- La disciplina es la base fundamental del Ejército y Fuerza


Aérea Mexicanos, los cuales existen primordialmente para defender los
intereses de la Patria y preservar su vida institucional.

Artículo 4o.- La disciplina exige respeto y consideraciones mutuas entre el


superior y el subalterno, la infracción de esta norma de conducta se
castigará de conformidad con las leyes y reglamentos militares.

CAPÍTULO II
Principios Generales de Disciplina Militar
Artículo 5o.- El militar debe proceder de un modo legal, justo y enérgico en
el cumplimiento de sus obligaciones, a fin de obtener la estimación y
obediencia de sus subalternos. Es deber del superior educar y dirigir a los
individuos que la Nación pone bajo su mando.

Artículo 6o.- En caso de extrema necesidad en actos del servicio, el superior


podrá servirse de sus armas o de la fuerza a su mando para obtener
obediencia a sus órdenes o mantener la disciplina.

Artículo 7o.- El superior será responsable del orden en las tropas que tuviere
a su mando, así como del cumplimiento de las obligaciones del servicio, sin
que pueda disculparse en ningún caso con la omisión y descuido de sus
subalternos.
Artículo 8o.- Todo militar que mande tropas, inspirará en ellas la
satisfacción de cumplir con las leyes, reglamentos y órdenes emanadas de
la superioridad; no propalará ni permitirá que se propalen murmuraciones,
quejas o descontentos que impidan el cumplimiento de las obligaciones o
que depriman el ánimo de sus subalternos.

Artículo 9o.- El militar que manifieste al superior el mal estado en que se


encuentran sus tropas, deberán hacerlo con discreción, exponiendo sin
exagerar, las circunstancias en que se hallan, a fin de que se provea lo
necesario.

Artículo 10.- Para que el militar obtenga la confianza y estimación de sus


superiores y en su caso las recompensas, deberá demostrar aptitud, buena
conducta, amor a la carrera, celo en el cumplimiento de su deber y respeto
para su persona y para la de los demás.

Artículo 11.- El militar se abstendrá de murmurar con motivo de las


disposiciones superiores o de las obligaciones que le impone el servicio.

Artículo 12.- El militar no deberá elevar quejas infundadas, hacer públicas


falsas imputaciones o cometer indiscreciones respecto de los actos del
servicio.

Artículo 13.- El militar aceptará dignamente y con satisfacción las


obligaciones que le imponga su servicio, sin oponer dificultades, pero
cuando menoscabe su jerarquía militar, tendrá derecho de representar ante
la superioridad.

Artículo 14.- Queda estrictamente prohibido al militar dar órdenes cuya


ejecución constituya un delito; el militar que las expida y el subalterno que
las cumpla, serán responsables conforme al Código de Justicia Militar.

Artículo 15.- Debe entenderse por actos del servicio, los prescritos por las
leyes, reglamentos y disposiciones de observancia general que dicte la
Superioridad.

Artículo 16.- En actos del servicio, el militar no podrá hacerse representar


por apoderado. Tampoco deberá elevar peticiones en grupo, ni solicitud
tendiente a contrariar o retardar órdenes del servicio.
Artículo 17.- Queda estrictamente prohibido al militar en servicio activo,
inmiscuirse en asuntos políticos, directa o indirectamente, salvo aquel que
disfrute de licencia que así se lo permita en términos de lo dispuesto por las
leyes; así como pertenecer al estado eclesiástico o desempeñarse como
ministro de cualquier culto religioso, sin que por ello pierda los derechos que
le otorga la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Artículo 18.- El militar está obligado a saludar a sus superiores y a los de su


misma jerarquía, conforme se prescriben los reglamentos, así como a
corresponder el saludo de sus subalternos.

Artículo 19.- En un acto oficial, donde estuviere un militar y se presentare


otro de mayor jerarquía, le cederá el asiento o lugar preeminente. Esta
formalidad no tendrá lugar, en los Tribunales Militares.
Artículo 20.- El comandante de las tropas que arribe a una ciudad o lugar
en que no hubiere autoridad militar superior, hará una visita de cortesía a
las autoridades civiles.

Artículo 21.- El militar debe comportarse con el más alto grado de cortesía
y educación, guardando la compostura que corresponde a su dignidad y la
marcialidad que debe ostentar como miembro del Ejército y Fuerza Aérea.

Artículo 22.- El militar prestará, siempre que le sea posible, su ayuda moral
y material a sus subalternos y compañeros que la necesiten, pues no debe
olvidar nunca que la solidaridad y ayuda mutua facilitan la vida en común y
el cumplimiento de los deberes militares, constituyendo el espíritu de
cuerpo, sentimiento de las colectividades que todos los militares tienen el
deber de fomentar.

Artículo 23.- El militar que porte uniforme se abstendrá de entrar a centros


de vicio y de prostitución, salvo que estén realizando actos del servicio.

Artículo 24.- Los militares rehusarán todo compromiso que implique


deshonor o falta de disciplina, y no darán su palabra de honor si no pueden
cumplir lo que ofrecen.

Artículo 24 Bis.- El militar, atendiendo a su honor y principios, debe obrar


con equidad y justicia, ser ejemplo de puntualidad y preocuparse por
cumplir con lo ordenado, anteponiendo su iniciativa e inteligencia.

CAPÍTULO III
Correctivos Disciplinarios

Artículo 24 Ter.- Correctivo disciplinario es la medida coercitiva que se


impone a todo militar del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, por haber
infringido las leyes o reglamentos militares, siempre y cuando no
constituyan un delito.

Artículo 24 Quáter.- Los correctivos disciplinarios se clasifican en:

I.- Amonestación;

II.- Arresto, y
III.- Cambio de unidad, dependencia, instalación o comisión en
observación de su conducta, determinado por el Consejo de Honor.

Artículo 24 Quinquies.- La amonestación es el acto por el cual el superior


advierte al subalterno, de palabra o por escrito, la omisión o defecto en el
cumplimiento de sus deberes; invitándolo a corregirse.

En ambos casos, quien amoneste lo hará de manera que ningún individuo


de menor categoría a la del aludido se aperciba de ella, procurando
observar en estos casos la discreción que les exige la disciplina.

Queda prohibida la reprensión que, por ser afrentosa y degradante, es


contraria a la dignidad militar.
Artículo 25.- El arresto es la reclusión que sufre un militar en el interior de
las unidades, dependencias o instalaciones militares y puede ser impuesto
con o sin perjuicio del servicio.

En el primer caso, sólo podrán desempeñarse aquellos servicios que no


requieran salir del alojamiento, por estar el militar a disposición de su
Comandante o Jefe de la Unidad, Dependencia o Instalación.

Artículo 26.- Si el que impone el correctivo no tiene bajo su mando directo


la tropa a que pertenece el que comete la falta, ordenará el arresto y dará
cuenta a la autoridad militar correspondiente, siendo ésta quien fijará la
duración del castigo, teniendo en consideración la jerarquía de quien lo
impuso, la falta cometida y los antecedentes del subalterno.

Artículo 27.- (Se deroga).

Artículo 28.- Toda orden de arresto deberá darse por escrito. En caso de que
un militar se vea precisado a imponerlo por orden verbal, surtirá efectos de
inmediato, pero dicha orden deberá ser ratificada por escrito dentro de las
24 horas siguientes, anotando el motivo y fundamento de la misma, así
como la hora; en caso de que no se ratifique, la orden quedará sin efecto.

Artículo 29.- El que impida el cumplimiento de un arresto, el que permita


que se quebrante, así como el que no lo cumpla, serán sancionados de
acuerdo a lo dispuesto en el Código de Justicia Militar.

Artículo 30.- (Se deroga).

Artículo 31.- El militar que ejerce Superioridad jerárquica o de cargo, podrá


imponer correctivos disciplinarios.

“Superioridad jerárquica” es la que corresponde a la dignidad militar que


representa el grado, con arreglo a la escala del Ejército y Fuerza Aérea.

Superioridad de cargo es la inherente a la comisión que desempeña un


militar, por razón de sus funciones, y de la autoridad de que está investido.

Artículo 32.- Tienen facultad para imponer arrestos a sus subalternos en


jerarquía o cargo, los Generales, Jefes, Oficiales y clases.
Artículo 33.- Los arrestos se impondrán a:

I.- Los Generales y Jefes, hasta por 24 y 48 horas, respectivamente;

II.- Los Oficiales, hasta por ocho días, y

III.- La Tropa, hasta por quince días.

Los Generales, Jefes, Oficiales y Tropa que no tengan destino fijo y se


encuentren en disponibilidad, cumplirán los arrestos que se les impongan
en cualquiera de los recintos militares señalados en el artículo 25 de esta
Ley.

Los militares en situación de retiro cumplirán el arresto en la instalación


militar más cercana a su domicilio.
El Secretario de la Defensa Nacional tendrá facultad para amonestar, así
como para imponer y graduar arrestos a los Generales, Jefes, Oficiales y
Tropa, hasta por quince días.
Artículo 33 Bis.- Tienen facultad para graduar arrestos:

I.- El Secretario, Subsecretario y Oficial Mayor de la Secretaría de la Defensa


Nacional, y

II.- En las tropas a su mando:

a) Los Comandantes del Ejército y la Fuerza Aérea, los Comandantes de


Mandos Territoriales, de Unidades y Organismos Circunstanciales;

b) Los Directores Generales de las Armas y Servicios, y

c) Los Directores y Jefes de Dependencias e Instalaciones.

En ausencia de los anteriores, la facultad recaerá en quien los suceda en el


mando o cargo.

Artículo 33 Ter.- Todo militar facultado para graduar arrestos tendrá en


cuenta, al hacerlo, que sea proporcional a la falta cometida, a la jerarquía, al
cargo, a los antecedentes del infractor, a las circunstancias, al grado que
ostente y al cargo de quien lo impuso.

Cuando a juicio del que deba graduar el correctivo, la gravedad de la falta


merezca la imposición de un arresto superior al máximo que le sea
permitido aplicar, dará cuenta a la autoridad facultada para que sea ella
quien lo gradúe. El militar facultado para graduar arrestos, podrá dejarlos
sin efecto o sustituirlos por amonestación.

Artículo 33 Quáter.- El que haya recibido orden de arresto, deberá


comunicar al superior de quien dependa así como al que se la impuso, el
inicio y término de su cumplimiento. Los Generales, Jefes y Oficiales lo
harán por escrito y la Tropa de forma verbal.

Artículo 33 Quinquies.- El militar que esté cumpliendo un arresto y se haga


acreedor a otro, empezará a cumplir este último desde el momento en que
se le comunique.
CAPÍTULO IV
Consejo de Honor

Artículo 34.- El Consejo de Honor se establecerá en las unidades y


dependencias del Ejército y Fuerza Aérea; se constituirá con un presidente
y cuatro vocales en las unidades y con un presidente y dos vocales en las
dependencias, conforme al Reglamento respectivo.

Artículo 35.- Corresponde conocer al Consejo de Honor:

I.- De todo lo relativo a la reputación de la Unidad, Dependencia o


Instalación;

II.- De la embriaguez, uso de narcóticos y juegos prohibidos por la ley;


III.- De la disolución escandalosa.

IV.- De la falta de honradez en el manejo de caudales que no constituya un


delito;

V.- De la negligencia en el servicio, que no constituya un delito.

VI.- De todo lo que concierne a la dignidad militar.

Artículo 36.- El Consejo de Honor tiene facultades para:

I.- Acordar las notas que hayan de ponerse en las Hojas de Servicios de los
Oficiales, y en el Memorial de Servicios de los individuos de tropa.

II.-Dictaminar sobre los castigos correccionales que deban imponerse


desde Capitán 1o. hasta el Soldado, por faltas, cuyo conocimiento sea de la
competencia de este Consejo.

III.-Acordar se solicite la baja del Ejército y Fuerza Aérea por determinación


de mala conducta, para el personal de Tropa y de los militares de la clase de
auxiliar, y

IV.-Turnar al Ministerio Público, las constancias respectivas en los casos en


que determine que es competencia de los tribunales correspondientes.

En caso de la fracción III se otorgará al militar un plazo de quince días


naturales para que manifieste lo que su interés convenga.

Artículo 37.- Los castigos correccionales a que se refiere la fracción II del


artículo anterior son:

I.- Para las clases y soldados, el cambio de unidad, dependencia e


instalación o el arresto hasta por quince días en prisión militar, y

II.- Para los Oficiales, el cambio de unidad, dependencia, instalación,


comisión o el arresto hasta por quince días en prisión militar.

Artículo 38.- (Se deroga).


Artículo 39.- Se prohíbe a los individuos que componen el Consejo de
Honor, externar los asuntos que se traten en el seno del Consejo y
murmurar de las providencias acordadas por el mencionado Consejo. El
que faltare a esta prescripción será excluido del honroso cargo que
desempeña, previa aprobación de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Artículo 40.- El Consejo de Honor, emplazará al militar de cuya conducta


va a conocer para hacerle saber la causa por que se le juzga y oír sus
descargos, a fin de que se le imparta estricta justicia.

Artículo 41.- Los miembros de un Consejo de Honor, serán responsables,


conforme al Código de Justicia Militar, de las arbitrariedades o abusos que
cometieren en el ejercicio de sus funciones.
CAPÍTULO V
Prevenciones Generales

Artículo 42.- El militar que tenga alguna queja en relación con las
disposiciones superiores o las obligaciones que le impone el servicio, podrá
acudir ante el superior inmediato para la solución de sus demandas y, en
caso de no ser debidamente atendido, podrá llegar por rigurosa escala,
hasta el Presidente de la República, si es necesario.

Artículo 43.- Todo militar que infrinja la presente Ley, así como algún
precepto reglamentario, se hará acreedor a un correctivo disciplinario, de
acuerdo con su jerarquía en el Ejército y Fuerza Aérea y, si la magnitud de
su falta constituye un delito, quedará sujeto a lo dispuesto por el Código de
Justicia Militar.
“REGLAMENTO GENERAL DE DEBERES MILITARES”
DEBER Y DISCIPLINA
Definiciones

Se entiende por deber, el conjunto de las obligaciones que a un militar


impone su situación dentro del Ejército. La subordinación, la obediencia,
el valor, la audacia, la lealtad, el desinterés, la abnegación, etc., son diversos
aspectos bajo los cuales se presenta de ordinario.

El cumplimiento del deber es a menudo áspero y difícil, y no pocas veces


exige penosos sacrificios; pero es el único camino asequible para el militar
que tiene conciencia de su dignidad y de la importancia de la misión que la
patria le ha conferido. Cumplirlo con tibieza, por fórmula, es cosa que pugna
con el verdadero espíritu de la profesión. El militar debe encontrar en su
propio honor, el estímulo necesario para cumplirlo con exceso.

La disciplina es la norma a que lo militares deben sujetar su conducta; tiene


como bases la obediencia, y un alto concepto de honor, de la justicia y de la
moral, y por objeto, el fiel y exacto cumplimiento de los deberes que
prescriben las Leyes y Reglamentos Militares.

EL SERVICIO DE LAS ARMAS EXIGE QUE EL MILITAR LLEVE EL


CUMPLIMIENTO DEL DEBER HASTA EL SACRIFICIO, Y QUE ANTEPONGA AL
INTERÉS PERSONAL, LA SOBERANÍA DE LA NACIÓN, LA LEALTAD A LAS
INSTITUCIONES Y EL HONOR DEL EJERCITO.

TITULO I
DEBERES COMUNES A TODOS LOS MILITARES.
CAPITULO I
Disciplina

Artículo 1. El interés del servicio exige que la disciplina sea firme, pero al
mismo tiempo razonada. Todo rigor innecesario, todo castigo no
determinado por las leyes o reglamentos que sea susceptible de producir
un sentimiento contrario al del cumplimiento del deber, toda palabra, todo
acto, todo ademán ofensivo, así como las exigencias que sobrepasen las
necesidades o conveniencias del servicio y en general todo lo que
constituya una extralimitación por parte del superior hacia sus subalternos,
están estrictamente prohibidos y serán severamente castigados.

Artículo 2. El principio vital de la disciplina es el deber de obediencia. Todo


militar debe tener presente que tan noble es mandar como obedecer y que
mandará mejor quien mejor sepa obedecer.

Artículo 3. Las órdenes deber (sic) ser cumplidas con exactitud e


inteligencia, sin demoras ni murmuraciones; el que las recibe, sólo podrá
pedir le sean aclaradas, cuando le parezcan confusas, o que se le den por
escrito cuando por su índole así lo ameriten. Se abstendrá de emitir
cualquier opinión, salvo el caso de hacer aclaraciones respetuosas. Para no
entorpecer la iniciativa del inferior, las órdenes sólo expresarán,
generalmente, el objeto por alcanzar, sin entrar en detalles de ejecución.

Artículo 4. Queda prohibido a los militares, cualquiera que sea su jerarquía,


dar órdenes que sean contrarias a las leyes y reglamentos, que lastimen la
dignidad o decoro de sus inferiores, o que constituyan un delito. En este
último caso el superior que las da y el inferior que las ejecuta, serán
responsables conforme al Código de Justicia Militar.

Artículo 5. La subordinación debe ser rigurosamente mantenida entre


grado y grado de la jerarquía militar; la exacta observancia de las reglas que
la garantizan, mantendrá a cada uno dentro del límite justo de sus derechos
y deberes.

Artículo 6. Entre individuos de igual grado, puede existir también la


subordinación, siempre que alguno de ellos esté investido de un mando
especial. Esta regla tiene lugar principalmente cuando un militar
desempeña un mando interino o accidental.

Artículo 7. El ejercicio normal del mando exige, de parte de todo militar, un


conocimiento perfecto de sus deberes y derechos; manteniéndose
constantemente dentro del espíritu de las prescripciones reglamentarias,
ningún militar que lo ejerza debe vacilar en tomar la iniciativa, y aceptar las
responsabilidades de su empleo.

Artículo 8. Todo militar con mando deberá conocer a sus subordinados: su


mentalidad, su procedencia, sus aptitudes, su salud, sus cualidades y
defectos.

Artículo 9. Los militares tienen obligación de desempeñar las comisiones


del servicio que se les nombre de acuerdo con sus empleos o las funciones
que desempeñen en el Ejército.

Artículo 10. Para que no ignoren las responsabilidades en que incurren si


llegan a cometer alguna omisión, falta o delito, deberán conocer con
minuciosidad las leyes militares y reglamentos que se relacionen con su
situación en el Ejército.

Artículo 11. Se prohíbe a los militares, bajo severo castigo, toda conversación
que manifieste tibieza en el servicio o desagrado por la fatiga que exige su
obligación.
Artículo 12. Aceptarán dignamente y con satisfacción las obligaciones que
les imponga su servicio en el Ejército, prestando, siempre que les sea
posible, su ayuda moral y material a sus inferiores y compañeros que la
necesiten, pues no deben olvidar nunca que la solidaridad y ayuda mutua,
facilitan la vida en común y el cumplimiento de los deberes militares,
constituyendo el espíritu de cuerpo, sentimiento de las colectividades que
todos los militares tienen el deber de fomentar.

Artículo 13. Todo militar hará por los conductos regulares, comenzando por
su inmediato superior, las solicitudes que eleve y sólo podrá salvarlos,
cuando se trate de asuntos ajenos al servicio o quejas contra algún superior;
en este caso, ocurrirá al inmediato superior de quien le haya inferido el
agravio o de quien no haya atendido su queja y aún tiene derecho de acudir
hasta el Presidente de la República.

Artículo 14. Los superiores tienen obligación de cumplir exactamente y


hacer cumplir a sus inferiores, las órdenes que hayan recibido, no pudiendo
disculparse en modo alguno con la omisión o descuido de éstos, en la
inteligencia de que, por el disimulo, recaerá en ellos la responsabilidad.

Artículo 15. Todo militar que dé una orden, tiene el deber de exigir que se
cumpla, y los oficiales y las clases inferiores el de vigilar su ejecución; tolerar
que una orden no sea ejecutada, es una falta de firmeza, y ponerse en el
caso de nulificarla sin motivo, es prueba de debilidad y de poco carácter,
ambas cosas son contrarias a la disciplina.

Artículo 16. Todo militar que se exprese mal de sus superiores en cualquier
forma, será severamente castigado. Si tuviere queja de ellos, la producirá a
quien la pudiere remediar y por ningún motivo dará mal ejemplo con sus
murmuraciones.

Artículo 17. Cuando el militar eleve quejas infundadas, haga públicas falsas
imputaciones contra sus superiores o cometa indiscreciones en asuntos del
servicio, será castigado con arreglo a lo prescrito por el Código de Justicia
Militar.

Artículo 18. Usarán su vestuario en la forma que previene el Reglamento de


Uniformes y Divisas, sin mezclar las prendas de los diferentes uniformes
entre sí ni con las de paisano, debiendo conservarlas siempre limpias y sin
roturas.

Artículo 19. Para demostrar con su porte, aire marcial y buenas maneras, el
espíritu de dignidad que debe distinguir a todos los miembros del Ejército,
tienen obligación estricta de presentarse siempre perfectamente aseados,
tanto en su persona como en su vestuario, armas y equipo; usarán el cabello
corto, la barba rasurada y sin patillas. Cuando transiten en la vía pública
mantendrán la cabeza erguida, no se desabotonarán la guerrera, no leerán
ni llevarán las manos metidas en los bolsillos. Jamás producirán escándalo,
ya sea hablando en voz alta para llamar la atención, profiriendo palabras
obscenas o insolencias, o cometiendo actos que puedan provocar el
desprecio a su persona.

Artículo 20. No podrán tomar parte en espectáculos públicos, salvo los


deportivos y culturales y con la autorización del Jefe de quien dependan.
Artículo 21. No entrarán en cantinas, garitos, ni otros sitios de prostitución;
no se exhibirán públicamente en unión de prostitutas, ni aun VISTIENDO
de paisanos, si en este caso algún indicio denuncia su identidad militar;
tampoco las introducirán ni recibirán en los cuarteles o dependencias
militares.

Artículo 22. Todos los miembros del Ejército cuales quiera que sea su
jerarquía o situación, tendrán obligación de estudiar constantemente para
estar en condiciones de poder desempeñar con toda eficiencia, la misión
que les corresponda.

Artículo 23. Fuera de los casos de maniobras o ejercicios en el campo, jamás


se sentarán en el suelo, y en todas las ocasiones de su vida, hasta en los
actos más familiares, procurarán no cometer acción alguna que pueda
traducirse en desprestigio del Ejército, en desdoro de su corporación o que
cause menosprecio a su persona.
Artículo 24. Una de las atenciones a que deben dar preferencia bajo su más
estricta responsabilidad, es no dejar de dar curso por ningún motivo ni
pretexto, a las solicitudes que por los conductos debidos lleguen hasta ellos,
para no perjudicar en lo más mínimo los intereses de los que les están
subordinados.

Artículo 25. Toda instancia que hubiere sido denegada por la Superioridad,
no podrá repetirse sino después de que haya desaparecido la causa de
motivó la denegación.

Artículo 26. Por ningún motivo manifestarán en sus conversaciones


repugnancia en obedecer las órdenes superiores, no deberán censurarlas
ni permitir que sus inferiores lo hagan aun cuando ellas originen aumento
de fatiga.

Artículo 27. Los militares tendrán obligación de certificar servicios de los


individuos de su empleo y de los de grado inferior, sin necesidad de
autorización, cuando les consten personalmente los hechos a que se
refieren, y siempre bajo su responsabilidad.

Artículo 28. Queda prohibido a todo militar, desempeñar funciones de


policía urbana o invadir las funciones de ésta, debiendo prestar su
contingente sólo en los casos especiales en que lo ordene la Secretaría de
Guerra. Cuando intervenga directamente, en caso de flagrante delito, de
acuerdo con el artículo 16 de la Constitución de la República, dicha
intervención terminará desde el momento en que un miembro de la policía
u otra autoridad se presente. Tampoco deberá en modo alguno, impedir
que la policía ejerza su autoridad, funciones y consignas.

Artículo 29. Los militares, de cualquier graduación, no intervendrán jamás


en asuntos de la incumbencia de las autoridades civiles, cuyas funciones no
les es permitido entorpecer, antes bien, respetarán sus determinaciones y
les prestarán el auxilio necesario cuando sean requeridos, siempre que
reciban órdenes de la autoridad militar competente.

Artículo 30. Queda estrictamente prohibido desempeñar el servicio de


otro, por retribución alguna o convenio previo, sin que exista motivo legal
poderoso que el superior calificará, pues el servicio militar no debe ser
motivo de comercio. Las causas para que un militar sea relevado del servicio
que le corresponde desempeñar son: enfermedad grave que le imposibilite,
inutilidad pasajera o definitiva para desempeñarlo; ser citado a diligencias
judiciales u otros motivos a juicio del superior.

Artículo 31. Todos militares tienen el derecho de expresar sus ideas en los
libros y artículos de prensa, siempre que no se trate en ellos de asuntos
políticos y religiosos o que afecten a la moral, la disciplina o a los derechos
de tercera persona. Podrán, asimismo, de acuerdo con las prescripciones
constitucionales, profesar la creencia religiosa que más les agrade; pero
queda prohibida su asistencia, portando uniforme, a los templos o lugares
donde se practiquen ceremonias religiosas de cualquier índole.

Artículo 32. Los militares respetarán el ejercicio del derecho de petición de


sus inferiores, siempre que estos lo ejerzan en forma comedida y atenta. A
toda petición deberá recaer un acuerdo de la persona a quien se haya
dirigido, la cual tiene obligación de comunicarlo en breve tiempo al
solicitante.
Artículo 33. Queda prohibido a todo militar hacer descuentos en los
haberes, salvo lo prevenido en el artículo 65 de este Reglamento, hacer
préstamos y efectuar todo acto de agio o de comercio con sus inferiores,
cualquiera que sea su origen e importe. Se recomienda a todos los Jefes y
lo exige la honradez que debe caracterizarlos, repriman con mano enérgica
tales abusos, consignando a los infractores a las autoridades competentes.

Artículo 34. Todo militar en servicio debe dar noticia de su domicilio


particular al Jefe de quien dependa, y en su defecto a la autoridad militar
de la plaza en que resida.

Artículo 35. El militar tendrá profundo respeto a la justicia, consideración y


deferencia a los inferiores a quienes nunca hará observaciones, ni
correcciones en presencia de inferiores, ni de personas extrañas y guardará
atención a los civiles.

Artículo 36. Queda estrictamente prohibido a los militares, cualquiera que


sea la situación en que encuentren en el Ejército, hacer presión moral o
material con los individuos o ELEMENTOS a su disposición para inclinar la
opinión pública en determinado sentido y burlar de ese modo la efectividad
del voto y la libertad del sufragio. Los miembros del Ejército tienen todas las
obligaciones, prerrogativas y derechos que las leyes prescriben para los
ciudadanos; de manera que el ejercicio de estos últimos no tendrá más
limitaciones que las mismas leyes señalen o cuando se afecte la
subordinación y disciplina o tienda a contrariar las órdenes del servicio, sea
en tiempo de paz o en campaña.

Artículo 37. No se permite a los militares aceptar obsequios de sus


inferiores. Se evitará, por consiguiente, que promuevan o colecten
suscripciones con ese objeto, sin que por esto se eviten las atenciones
sociales y de urbanidad que mutuamente se merecen.

Artículo 38. Cuando en el momento de recibir órdenes para ejecutar una


operación, no se encuentre a la cabeza de la fuerza el superior que la deba
mandar, el que le siga en categoría tomará desde luego las medidas
necesarias para proceder a cumplirlas.
Artículo 39. Cuando a algún militar se le marque el ¡ALTO! ¡QUIEN VIVE! por
un centinela, se detendrá y contestará: ¡MÉXICO!, el número de su
Corporación o dependencia en que sirva; en cualquier otro caso contestará
su grado y tendrá obligación de identificarse ampliamente, para cuyo
efecto los Generales, Jefes y Oficiales portarán constantemente su tarjeta
de identificación o cartera de identidad expedida por la Secretaría de
Guerra y los individuos de tropa usarán, en igual forma, otra expedida por la
Comandancia de su corporación o dependencia.

Artículo 40. El que tenga mando y sea responsable de un puesto militar,


cuidará de que se cumplan todas las órdenes y disposiciones; en caso de
ser atacado se defenderá hasta el último momento para dejar bien puesto
el honor de las armas.

Al frente del enemigo procurará siempre infundir a sus inferiores el ánimo


y entusiasmo necesarios para obtener la VICTORIA, evitando o reprimiendo
duramente las conversaciones que puedan dar lugar a la desmoralización.

CAPITULO II
Ética militar

Artículo 41. El militar que ocupa un lugar en el escalafón del ejército y


recibe como retribución un sueldo de la nación, tiene la obligación estricta
de poner toda su voluntad, toda su inteligencia y todo su esfuerzo, al
servicio del país.

Artículo 42. El militar podrá pedir su baja del Ejército cuando no esté
conforme con la orientación que el Supremo Gobierno dé a la política del
país, pero de ninguna manera mientras esté en servicio, dará mal ejemplo
con sus murmuraciones exteriorizando su disgusto; en este caso será
severamente castigado.

Artículo 43. Los miembros del Ejército, sin excepción, tienen el deber de
rehusar todo compromiso que implique deshonor, falta de disciplina o
menoscabo de la reputación del Ejército y no empeñarán jamás su palabra
de honor, cuando no tengan la seguridad absoluta de poder cumplirla. La
palabra de honor debe ser inmaculada para todo militar que sepa
respetarse y respetar a la Institución a que pertenece.
Artículo 44. El honor de las familias debe merecer el más profundo respeto
para los militares, quienes están obligados a respetarlas, tanto como
quisieran que se respetara la propia. Si es falta grave de moral y de honradez
atentar contra las familias de los civiles, mayor gravedad reviste cuando se
trate de la de un compañero; teniendo las agravantes de la falta de
consideración, si se trata de un superior, y las de la COBARDÍA Y BAJEZA si
se trata de la de un inferior.

Artículo 45. Todo militar tiene la obligación imprescindible de prestar su


contingente personal en ayuda de los miembros del Ejército, cuando se
vean comprometidos, cualquiera que sea la situación en que se encuentre,
aun cuando no les conozcan personalmente. Esto no implica en modo
alguno, que dicha ayuda se extienda al caso en que se trate de fomentar o
encubrir alguna falta o delito que cometa a (sic) pretenda cometer el que
necesite el auxilio.
Artículo 46. El militar que tenga conocimiento de que se intenta algo
contra los intereses de la Patria o del Ejército, tiene la estricta obligación de
dar parte de ello a sus inmediatos superiores, y si éstos no dan la
importancia debida a sus informaciones, podrá dirigirse a los inmediatos
superiores de los primeros; debiendo insistir en sus avisos hasta que tenga
conocimiento de que se han iniciado las gestiones de la Superioridad para
evitarlo. El que, por indolencia, apatía o falta de patriotismo oculte a
sabiendas informes de esta naturaleza, será consignado como cómplice del
delito inicial y castigado conforme al Código de Justicia Militar.

CAPITULO III
Correctivos disciplinarios

Artículo 47. Todo el que infrinja un precepto reglamentario, se hará


acreedor a una sanción disciplinaria, de acuerdo con su jerarquía en el
Ejército y la magnitud de su falta. Si ésta constituye un delito, que dará
sujeto al proceso correspondiente, de acuerdo con el Código de Justicia
Militar. La Superioridad tiene, entre otras características, la facultad de
corregir, y por lo tanto, el que la ejerce, jerárquica o de cargo, tendrá
derecho a imponer correctivos disciplinarios.

Artículo 48. Se entiende por correctivos disciplinarios, las sanciones que se


imponen a los militares por infracciones que no constituyan un delito.

Artículo 49. Los correctivos disciplinarios son:


I. AMONESTACIÓN;
II. ARRESTO, y
III. CAMBIO DE CUERPO O DEPENDENCIA.
Queda estrictamente prohibida la represión que, por ser afrentosa y
degradante, es contraria a la dignidad militar.

Artículo 50. La amonestación es el acto por el cual el superior advierte al


inferior la omisión o defecto en el cumplimiento de sus deberes, invitándolo
a corregirse, a fin de que no incurra en falta y se haga acreedor a un arresto.
La amonestación puede hacerse de palabra o por escrito. En ambos casos,
la harán de manera que ningún individuo de menor categoría a la del
aludido se aperciba de ella, procurando observar en estos casos la
discreción que les exige la disciplina. El arresto es la reclusión que sufre un
militar por un término de 24 horas a 15 días en su alojamiento, cuartel o en
las guardias de prevención; entendiéndose por alojamiento la oficina o
dependencia militar donde presten sus servicios lo interesados.

Artículo 51. Tienen facultad para imponer arrestos a sus inferiores en


jerarquía o cargo, en los límites fijados en el artículo 53: los generales, jefes,
oficiales y clases.

Artículo 52. Tienen facultad para graduar arrestos:

I. El Secretario, Subsecretario y Oficial Mayor de Guerra y Marina.


II. En las tropas a su mando:
a) Los comandantes de Grandes Unidades, de Zona y de Guarnición.
b) Los Jefes o directores de Departamentos, oficinas, establecimientos u
otras dependencias.
c) Los comandantes de Cuerpos de tropas, de armas, partidas y
destacamentos.
Artículo 53. Los arrestos a que se refieren los artículos anteriores, se
impondrán: a los generales y jefes, hasta por 24 y 48 horas,
respectivamente, en su alojamiento militar. A los oficiales, hasta por 8 días
en sus cuarteles, oficinas o dependencias. A los individuos de tropa, hasta
por 15 días en las guardias de prevención.

Los Generales, Jefes, Oficiales e individuos de tropas que no tengan


destinación fija y se encuentren en disponibilidad, cumplirán los arrestos
que se les impongan en cualquiera de los recintos militares antes
señalados. Estos arrestos pueden ser impuestos con o sin perjuicio del
servicio.

En el primer caso, sólo podrán desempeñarse aquellos que no requieran


salir del alojamiento, y en el segundo, saldrán únicamente en asuntos del
servicio con autorización del Comandante o Jefe de la dependencia.

El Secretario, Subsecretario y Oficial Mayor, tendrán facultades para


imponer y graduar arrestos a los generales, jefes, oficiales e individuos de
tropa, hasta por 15 días.

Artículo 54. Cuando el que imponga el arresto no esté facultado para


graduarlo, de acuerdo con el artículo 52, dará la orden de arresto
comunicándola al superior de quien dependa el arrestado o a la autoridad
correspondiente, informándole de las causas que lo motivaron, para que lo
gradué.

Artículo 55. Todo militar facultado para graduar arrestos tendrá muy en
cuenta, al hacerlo, que sea proporcional a la falta cometida, a la jerarquía, a
los antecedentes de los infractores y a las circunstancias.
Cuando a juicio del que deba graduar el castigo, la gravedad de la falta
merezca la imposición de un arresto superior al máximo, que le sea
permitido aplicar, dará cuenta a la autoridad capacitada para que sea ella
quien lo gradúe.

Artículo 56. Los arrestos en las Prisiones Militares, sólo se cumplirán


mediante autorización concedida por los Comandantes de Zona o de
Guarnición y siempre que se trate de resoluciones tomadas por los
Consejos de Honor.

Artículo 57. Con excepción de las clases, quienes podrán darlas


verbalmente, toda orden de arresto deberá darse por escrito; en caso de
que el que la da se vea obligado a comunicarla verbalmente, la ratificará por
escrito a la mayor brevedad, anotando el motivo.
Artículo 58. El que hubiere recibido orden de arresto, deberá comunicar al
superior de quien dependa, así como al que se la dio, haberse presentado a
cumplirla, e igual formalidad observará al terminarlo. Los generales, jefes y
oficiales lo harán por escrito y la tropa de palabra.

Artículo 59. El que impida el cumplimiento de un arresto, el que permita


que se quebrante, así como el que no lo cumpla, deberá ser consignado de
acuerdo con el Código de Justicia Militar.

Artículo 60. No se impondrá ningún correctivo disciplinario a un militar


durante el estado de ebriedad. El superior se limitará a evitar que cometa
algún desorden o continúe escandalizando, haciéndolo detener, de ser
posible por individuos de su misma jerarquía, o por la policía, para después
significarle la gravedad de la falta e imponerle el castigo a que se haya
hecho acreedor o consignarlo, en su caso.

Artículo 61. Las amonestaciones no se harán figurar en los expedientes de


los militares, pero sí los arrestos con anotación de las causas que los hayan
motivado, su duración y lugares donde fueron cumplidos.
Artículo 62. Las solicitudes de cambio de Cuerpo o Dependencia, sólo
podrán hacerla los Consejos de Honor, por ser de su competencia.
Artículo 63. Los superiores tratarán de hacerse querer de sus subalternos,
y nunca establecerán la disciplina a base de temor.

Hay algo más noble que castigar, en la elevada misión que la Nación les ha
encomendado al concederles las diversas jerarquías como es educar,
instruir y perfeccionar a sus inferiores, previendo las faltas en vez de esperar
a que se consumen para castigarlas; así como fomentar entre ellos la
fraternidad, el compañerismo y el espíritu de sacrificio que el soldado
mexicano tiene latentes y que hay que desarrollar y estimular.

TITULO II
DEBERES SEGÚN LA JERARQUIA
CAPITULO I
Del personal de tropa
a) Del soldado
Artículo 64. Un ciudadano ingresará al Ejército, previa solicitud verbal o
escrita y debidamente enterado del compromiso que contrae con la Nación
y de las obligaciones y derechos que con este hecho adquiere; firmará un
contrato donde estará especificada su filiación y circunstancias personales
de acuerdo con las formalidades que previenen las disposiciones legales.

Artículo 65. Desde que justifique su alta en la Oficina de Hacienda


correspondiente, tendrá derecho a percibir vestuario y equipo, así como el
haber íntegro que le asigne el Presupuesto de Egresos vigente, salvo el caso
de extravío de prendas, en que quedará sujeto a un descuento que nunca
excederá de la cuarta parte de su haber. Estos descuentos sólo podrán
hacerse por la Pagaduría y previas órdenes de la Secretaría de Guerra.

Artículo 66. Reconocerá como superiores a todos los generales, jefes,


oficiales, sargentos y cabos del Ejército y a sus equivalentes en la Armada, a
quienes tendrá obligación de respetar y obedecer en cuanto se refiere a la
disciplina y cumplirá con exactitud las órdenes de aquellos de quienes
dependa directamente, relativas al servicio.

b) Del cabo
Artículo 67. El Cabo, como inmediato superior del Soldado, tendrá
obligación de darle ejemplo con su conducta, amor al servicio y seriedad
con que deben tratarse todos los asuntos militares. Es el primer escalón de
la jerarquía, y de su fiel y leal desempeño dependerá su mejoramiento para
lograr los grados que le siguen en la escala jerárquica.

Artículo 68. Deberá conocer las Leyes y Reglamentos, en la parte que le


corresponda; las obligaciones del Soldado, Cabo, Sargento Segundo y
Sargento Primero.

Artículo 69. Tratará a sus inferiores con afabilidad y los hará cumplir sus
órdenes, así como las que reciba de sus superiores. No los tuteará, ni
permitirá que ellos lo tuteen en actos del servicio, jamás los llamará por
apodos y en su trato será siempre digno, para conservar así la subordinación
y mantener su autoridad.

Artículo 70. Cuidará que los soldados a sus órdenes sepan desempeñar sus
obligaciones; les enseñará a vestir con propiedad; les enterará de que la
subordinación, el valor y prontitud en el servicio, son cualidades que debe
poseer y que constituyen el verdadero espíritu de la profesión.

Artículo 71. No tolerará entre sus inferiores, murmuraciones contra el


servicio o conversaciones poco respetuosas acerca de sus superiores, y si
disimulare alguna falta o no diere parte de ella, será castigado severamente.

c) Del Sargento Segundo


Artículo 72. El Sargento Segundo estará en todo subordinado al Sargento
Primero. Conocerá las Leyes y los Reglamentos en la parte relativa a su
empleo y sus propias obligaciones, así como las de sus inferiores y las de los
superiores hasta el Teniente.

Artículo 73. No impedirá ni entorpecerá el ejercicio de las funciones de los


Cabos, ni los maltratará de palabra u otra manera, pero tendrá obligaciones
de imponerles los correctivos necesarios cuando cometieren alguna falta.
Dando parte en seguida a su inmediato superior, para que él lo haga del
conocimiento del Comandante de la Unidad o Dependencia, quien,
calificando la falta, dispondrá lo que corresponda.

Artículo 74. El Sargento Segundo observará con sus subalternos un trato


afable y digno, no usara familiaridades que relajen la disciplina; se hará
respetar y obedecer y exigirá esmerado aseo en sus inferiores, para que en
todos los actos del servicio, su presentación sea correcta.

Artículo 75. Será exacto en el cumplimiento de sus deberes para poder


exigir lo mismo a sus inferiores, y será también responsable de las
deficiencias que hubiere en los hombres a sus órdenes, debiendo ejercer
una vigilancia absoluta en que todo lo que a ellos concierne.

d) Del Sargento Primero


Artículo 76. El Sargento Primero es, en la clase de tropa, el que tiene mayor
mando y respetabilidad y el más inmediato al Subteniente. Por lo mismo,
debe vigilar con eficacia a los soldados, cabos y sargentos segundos,
haciéndoles cumplir todas las órdenes del servicio, que dicte, así como las
de sus superiores.

Artículo 77. Conocerá las obligaciones de los inferiores, y las de los


superiores hasta el Teniente; desempeñará las funciones del servicio que se
le encomienden, sin entorpecer las de sus subalternos, vigilando que en
todas las circunstancias se mantenga el orden y la disciplina. Apoyará a sus
inferiores en las determinaciones que tomen, cuando sean justas; no los
maltratará en forma alguna, y si cometieren faltas, los arrestará dando aviso
a su inmediato superior.

Artículo 78. El Sargento Primero que disimulare cualquier desorden, oyere


conversaciones indebidas o de trascendencia, contra la subordinación o
disciplina y no contuviere o remediare violentamente lo que pueda por sí,
dando parte a su Jefe inmediato, Comandante de la Guardia o superior que
más pronto hallare, contraerá una grave responsabilidad por falta de
cumplimiento a sus deberes.

Artículo 79. Tendrá especial cuidado en atender las quejas de sus


subalternos, remediando las que estén a su alcance y transmitiendo al
superior inmediato, sin modificarlas, las que no sean de su incumbencia.

Artículo 80. El Sargento Primero no deberá limitarse al cumplimiento de


su deber, sino que pondrá de su parte todos los esfuerzos que estén a su
alcance, dentro de su radio de acción, para mantener siempre la buena
reputación del Ejército, haciendo que todos sus subalternos observen un
comportamiento decoroso y digno en todas circunstancias.

“CODIGO DE JUSTICIA MILITAR”


TITULO OCTAVO
Delitos contra la existencia y seguridad del ejército
CAPITULO I
Falsificación

Artículo 228.- Será castigado con la pena de tres años de prisión todo el que
fraudulentamente y con el objeto de obtener algún provecho para sí o para
otro, o con el de causar algún perjuicio:

I.- Ponga una firma o rúbrica falsas, aunque sean imaginarias, o altere una
verdadera, en algún documento militar;

II.- aproveche indebidamente una firma o rúbrica en blanco, ajenas,


extendiendo algún despacho, patente, orden de pago o cualquiera otro
documento relativo a la posición o servicios militares, suyos o de otra
persona;
III.- altere el texto de algún documento militar verdadero después de
concluido y firmado, variando en él nombres, empleos o grados, fechas,
cantidades o cualquiera otra circunstancia o punto substancial, ya sea
añadiendo, enmendando o borrando, en todo o en parte, una o más
palabras o variando la puntuación;

IV.- expida o extienda testimonio o copia certificada supuestos de


documentos militares que no existan, o de los existentes que carezcan de
los requisitos legales, suponiendo falsamente que los tienen o agregando o
suprimiendo en la copia, algo que importe una variación substancial, y

V.- se atribuya o atribuya a la persona a cuyo nombre extienda el


documento, un nombre o una investidura, calidad o circunstancia que no
tenga y que sea necesaria para la validez del acto.

Artículo 229.- La pena señalada en el artículo anterior, se aplicará siempre


que el que hubiere infringido ese precepto, no llegare a hacer uso del
documento falso o falsificado, pues si lo hiciere, la pena será la de cuatro
años de prisión; y si con el uso de ese documento se cometiere otro delito,
se observarán las reglas de acumulación.

Artículo 230.- También se impondrá la pena de tres años de prisión, al


funcionario o empleado en el fuero de guerra que, a sabiendas, consigne o
haga consignar, en las averiguaciones o en los procesos, hechos falsos, o
que altere el texto de las actuaciones.

Artículo 231.- El que falsifique los sellos, timbres o marcas militares que se
usen en la correspondencia, libros, actas o documentos oficiales destinados
a marcar el armamento, equipo, vestuario u otros objetos pertenecientes al
ejército, será castigado con la pena de cuatro años de prisión. La misma
pena se aplicará a los que, a sabiendas, hagan uso de dichos sellos, timbres
o marcas.

Artículo 232.- El que, habiéndose proporcionado las marcas, timbres o


sellos verdaderos, destinados a los usos que indica el artículo anterior, los
utilice de un modo fraudulento en perjuicio de la nación y en beneficio
propio o ajeno, o en perjuicio de otro, será castigado con la pena de seis
años de prisión.
Artículo 233.- El que a sabiendas haga uso de pesas o medidas falsas, para
entregar o recibir los objetos que tenga a su cargo, sufrirá la pena de cuatro
años de prisión.

Artículo 234.- El que falsifique o adultere, o haga falsificar o adulterar los


víveres, forrajes, líquidos, medicinas u otras substancias confiadas a su
guarda o vigilancia, o que conociendo su falsificación o adulteración las
distribuya o haga distribuir a la tropa, caballos, ganado de tiro o acémilas,
será castigado con la pena de cinco años de prisión.

Artículo 235.- Si el delito de que habla el artículo anterior, se perpetrare por


otro que no sea el guardián o encargado de los efectos a que este precepto
se refiere, la pena aplicable será la de tres años de prisión.
Artículo 236.- A los responsables de los delitos expresados en los cinco
artículos precedentes, a quienes deba imponerse la destitución como
consecuencia de la pena privativa de libertad que les corresponda, se les
fijará para la inhabilitación otro tiempo igual al que deba durar la pena
privativa de libertad.

Artículo 237.- El que intencionalmente altere, cambie, destruya o


modifique los diarios de bitácora, navegación, o desviación del compás o
cronómetros o libros de cargo, estudios científicos o relativos a una
navegación, o que dé un falso rumbo, u observaciones de situación distintas
de las verdaderas, será castigado con ocho meses de prisión, si no resultare
daño. Si resultare éste, la pena será de tres años de prisión, y si se perdiere
el buque, se impondrá pena de treinta a sesenta años de prisión.

Artículo 238.- El que altere o cambie los planos o modelos de alguna


construcción naval, o la construcción misma, destinada al servicio de la
Armada, sufrirá la pena de un año de prisión, y si por esta causa se originare
algún daño, la pena será de seis años.

CAPITULO II
Fraude, malversación y retención de haberes

Artículo 239.- Será castigado con la pena de tres años de prisión:

I.-El que en las listas de Revista o cualquier otro documento militar haga
aparecer una cantidad de hombres, animales, haberes, jornales o forrajes
mayor de la que justamente deba figurar, o algún individuo que realmente
no exista o que existiendo no prestase servicio;

II.- El que, en ejercicio de sus funciones o con miras interesadas, favorezca


a un contratista o proveedor en la contrata respectiva, presente cuentas o
relaciones inexactas sobre gastos del servicio, naturaleza, cantidad o
calidad de los trabajos, mano de obra o provisiones destinadas al uso militar;
efectúe compras de estas últimas a precio mayor que el de plaza, o celebre
otros contratos onerosos; no dé cuenta oportunamente a la Secretaría de la
Defensa Nacional o de Marina, según corresponda, de los fondos que
tuviere en su poder por economías de forrajes o gasto común; firme o
autorice orden, libramiento o cualquier otro documento de pago o de
crédito extendido por los que se hallen a sus órdenes y que difiera en
cantidad de lo que arroje la liquidación o ajuste correspondiente; ordene o
haga consumos innecesarios de víveres, municiones, pertrechos,
combustibles u otros efectos destinados al servicio; cambie sin autorización
las monedas o valores que hubiere recibido, por otros distintos o que de
cualquiera otra manera no especificada en este o en alguno de los demás
preceptos contenidos en el presente capítulo, alcance un lucro indebido,
con perjuicio de los intereses del ejército o de los individuos pertenecientes
a él, valiéndose para ello del engaño o aprovechándose del error de otra
persona.
Artículo 240.- El jefe de corporación o de alguna otra dependencia del
ejército, del detall, el encargado del mando de la compañía, escuadrón o
batería, y en la Marina los oficiales del cargo o brigada en que apareciere
cometido el delito consignado en la fracción I del artículo precedente, si no
debieren ser castigados conforme a ese precepto, lo serán por su omisión
en la vigilancia que les está encomendada, con la pena de cuatro meses de
suspensión de empleo.

Artículo 241.- El que malverse dinero, valores o cualesquiera otros efectos


pertenecientes al Ejército o al personal que lo compone, que hubiere
recibido en virtud de su empleo o de su comisión fija o accidental, será
castigado:

I. Con prisión de ocho meses si el valor de lo sustraído no excediere de veinte


salarios mínimos;

II. Con prisión de dos años, si el valor de lo sustraído pasare de veinte salarios
mínimos y no excediere de doscientos, y

III. Cuando excediere de doscientos salarios mínimos se impondrá la pena


de la fracción anterior, aumentada en un mes por cada veinte salarios
mínimos o fracción, pero sin que pueda exceder de doce años de prisión.

En los casos de las fracciones anteriores, además de las penas privativas de


libertad señaladas, se impondrá la destitución de empleo con inhabilitación
de diez años para el servicio.

Artículo 242.- Las penas mencionadas en el artículo anterior se duplicarán


cuando el infractor se fugue para substraerse al castigo.

Artículo 243.- Las penas establecidas en el artículo 241, se reducirán, si lo


que se hubiere sustraído fuere devuelto antes de tres días, contados desde
que hubiere sido descubierto el delito en la corporación o dependencia:

I. A dos meses de prisión si el valor de lo sustraído no excediere de veinte


salarios mínimos;

II. A cuatro meses de prisión, si ese valor excediere de veinte salarios mínimos
y no pasare de doscientos, y

III. A un año de prisión en los demás casos, aumentando quince días por cada
veinte salarios mínimos o fracción de exceso, sobre doscientos, pero sin que
la pena pueda exceder de ocho años de prisión.

Si la devolución se efectuare después de tres días, y antes de que se


pronuncie sentencia definitiva, la pena aplicable consistirá en el mínimo de
la privativa de libertad correspondiente, conforme al indicado artículo 241 y
en la destitución que el mismo precepto establece.

Artículo 244.- En los casos de conato de malversación de fondos o efectos,


además de la pena privativa de libertad que corresponda, se impondrá la
de destitución de empleo, con inhabilitación para desempeñar cualquier
otro en el ejército durante cinco años.

Artículo 245.- El que indebidamente retuviere los haberes, raciones o


prendas que por razón de sus funciones estuviere obligado a entregar o
distribuir, será castigado:

I.- Si esa retención la efectuare en provecho propio o en el de otro, conforme


a lo prevenido en el artículo 241 y según el valor de los objetos substraídos,
y

II.- si dicha retención la hiciere sin aprovechar para sí o para otros, los
haberes, raciones o prendas, con la mitad de la pena que corresponda,
conforme a las reglas establecidas en el mismo precepto.

CAPITULO III
Extravío, enajenación, robo y destrucción de lo perteneciente al
ejército

Artículo 246.- A los individuos de tropa que enajenen o empeñen las


prendas de vestuario o equipo de uso personal, se les impondrá la pena de
tres meses de prisión en el cuartel, sin perjuicio del servicio. Los mismos
individuos que enajenen o empeñen caballos, acémilas, armas, municiones
u otros objetos militares destinados para el servicio, sufrirán en los términos
expresados, cinco meses de prisión en tiempo de paz, y once, en campaña.
Todo el que, sin estar comprendido en cualquiera de los casos previstos en
el artículo 241, enajene o dé en prenda los objetos militares o efectos
destinados al uso del ejército que tuviese bajo su inmediata vigilancia y
cuya enajenación no haya sido autorizada, será castigado con la pena de
dos años de prisión, y la de destitución de empleo, siempre que pudiere
serle aplicable y ya sea que proceda o no como consecuencia de la anterior.

A los que para provecho propio o de otros, compren, oculten o reciban en


prenda cualquiera de los objetos a que el presente artículo se contrae, se
les castigará de igual manera a la establecida en él acerca de los que
enajenen o empeñen tales objetos.

Artículo 247.- Serán castigados con la pena de tres meses de prisión sin
perjuicio del servicio:
I.- Los individuos de tropa que extravíen en tiempo de paz el caballo, las
armas, las municiones u otros objetos que se les hubiere entregado para el
servicio, excepto las prendas de vestuario de uso personal. En campaña se
duplicará la pena, y
II.- los soldados o clases que extravíen objetos militares o efectos destinados
al uso del ejército, que tuvieren bajo su inmediata vigilancia, siempre que
no debieren ser castigados administrativamente y sin perjuicio de que se
haga el descuento del valor de los objetos extraviados.

Los oficiales en el caso de la fracción II del presente artículo, además de la


pena privativa de libertad, sufrirán la de suspensión de empleo o comisión,
por el término de seis meses.
Artículo 248.- Al que extravíe la bandera o estandarte de una corporación
en un cuartel o en marcha, se le castigará, en tiempo de paz, con ocho
meses de prisión, y en campaña, con dos años.

Artículo 249.- Al que cometa el delito de robo de valores o efectos


pertenecientes al ejército, será castigado:

I.- Con cuatro meses de prisión si el valor de lo robado no excediere de


cincuenta pesos;

II.- con seis meses de prisión si el valor de lo robado fuere de cincuenta


pesos sin exceder de cien;

III.- con un año y seis meses de prisión, si el valor de lo robado llegare a cien
pesos sin exceder de mil;

IV.- con un mes de aumento a la pena señalada en la fracción anterior, por


cada cien pesos o fracción que excediere de mil pesos, y

V.- con un año de aumento a las penas que fijan las fracciones que
anteceden:

a).- Si el delito se comete en un lugar cerrado o en edificio que esté


habitado o destinado para habitación, y
b).- si el delincuente es obrero y el delito se comete en el taller en que
aquél preste sus servicios.
Artículo 250.- El que, maliciosamente y fuera de los casos previstos en el
artículo 203, fracción XVII y 363, destruya o devaste por otros medios que no
sean el incendio o la explosión de una mina, edificios, fábricas, buques de
guerra, aeronaves u otras construcciones militares, almacenes, talleres o
arsenales o establecimientos de marina, será castigado con la pena de siete
años de prisión.

Igual pena tendrá el que maliciosamente comunique el agua de mar con


los pañoles de pólvora, municiones o víveres, si por esa causa se inutilizaren
dichos efectos.

Artículo 251.- Si el medio empleado para la destrucción o devastación,


hubiere sido el incendio o la explosión de una mina, y para ello se hubiere
hecho uso de la fuerza armada, se impondrá pena de treinta a sesenta años
de prisión. Si no se hubiere usado de fuerza armada, la pena será de once
años de prisión.

Artículo 252.- Al que por medio de barrenos o abertura de una o más


válvulas, produzca maliciosamente la pérdida total de un buque, se le
impondrá pena de treinta a sesenta años de prisión.

Artículo 253.- El que, con intención dolosa, destruya o haga destruir frente
al enemigo, objetos necesarios para la defensa o el ataque, o para la
navegación o maniobras de un buque, todo o parte del material de guerra,
aeronaves, armas, municiones, víveres o efectos de campamento o del
servicio de barco, se le impondrá pena de treinta a sesenta años de prisión.
Si el delito a que el presente artículo se contrae no hubiere sido perpetrado
frente al enemigo ni estuviere comprendido en la fracción XVII del artículo
203, la pena será la de ocho años de prisión.

Artículo 254.- La misma pena de ocho años de prisión se impondrá a todo


el que dolosa o deliberadamente destruya, queme o inutilice los libros,
cartas náuticas, planos, actas, archivos o instrumentos científicos
pertenecientes al ejército.

CAPITULO IV
Deserción e insumisión

Artículo 255.- La deserción de los individuos de tropa que no estuvieren en


servicio, se entenderá realizada, a falta de cualquier otro hecho que la
demuestre:

I.- Cuando faltaren sin motivo legítimo a la revista de administración y no se


presenten a justificar, dentro de las veinticuatro horas siguientes;

II.- cuando faltaren sin impedimento justificado por tres días consecutivos
a las listas de diana y retreta de las fuerzas a que pertenezcan o a las
dependencias de que formen parte;

III.- cuando tratándose de marineros, se quedaren en tierra a la salida del


buque a que pertenezcan, siempre que tuvieren oportuno conocimiento de
ella, o faltaren por tres días consecutivos a bordo del barco, y

IV.- cuando se separen sin permiso del superior que tenga facultad para
concederlo, una noche del campamento o guarnición en que se hallen, o se
separen en tiempo de paz, a más de veinte kilómetros de distancia del
campamento, cuarenta de la guarnición, o quince del puerto en donde esté
el barco a que pertenezcan; y en campaña, a cualquiera distancia de la
plaza, buque o punto militar.

Artículo 256.- Los desertores comprendidos en el artículo que antecede,


serán castigados en tiempo de paz:

I.- Con la pena de dos meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio
del servicio, si se presentaren voluntariamente dentro de ocho días,
contados desde aquel en que se hubiere realizado su separación ilegal del
servicio militar;

II.- con la de tres meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio del
servicio, si dicha presentación la efectuaren después del plazo señalado en
la fracción anterior, y
III.- con la de seis meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio del
servicio, y destinados al de policía u obras militares, si fueren aprehendidos.

Artículo 257.- Los individuos de tropa que debieren ser condenados al


mismo tiempo por varios de los delitos a que se refiere el artículo anterior o
por uno solo de ellos cuando lo hubieren sido ya por otro de ese mismo
género, en sentencia irrevocable pronunciada con anterioridad, serán
castigados:
I.- Con la pena de cuatro meses de prisión en un cuartel o buque, sin
perjuicio del servicio, si se presentaren voluntariamente dentro del término
de ocho días contados desde aquel en que hubieren realizado su
separación ilegal del servicio militar;

II.- con la de seis meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio del
servicio, si esa presentación la hicieren después del plazo mencionado, y

III.- con la de ocho meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio del
servicio, y destinados al de policía u obras militares, si fueren aprehendidos.

Artículo 258.- A los sargentos y cabos a quienes en virtud de lo dispuesto


en los dos artículos que anteceden hubiere que imponer la pena de prisión
por haber sido aprehendidos, serán destituidos de sus respectivos empleos;
en los otros casos a que los mismos preceptos se refieren, además de la
pena de prisión correspondiente, sufrirán la de suspensión de empleo por
otro tiempo igual al de aquélla, y el servicio a que durante una y otra debe
destinárseles, lo prestarán en calidad de soldados y siempre que fuere
posible conforme a lo mandado en el artículo 135, en un cuerpo o
dependencia diversos de los que forman parte.

Artículo 259.- Serán castigados con la pena de un mes de prisión


únicamente, los soldados que, habiendo desertado en los casos del artículo
256, justifiquen para su defensa, que no les fueron leídas cuando sentaron
plaza, y una vez al mes lo menos, las disposiciones penales relativas a la
deserción, o que cometieron el delito por no habérseles asistido en el pre,
rancho, ración o vestuario correspondiente; por no habérseles cumplido
cualquiera otra condición de su empeño en el servicio, siempre que la falta
de pre, rancho, ración o vestuario, se haya efectuado solamente respecto de
los individuos de que se trata y no de sus demás compañeros, y que
aquéllos comprueben también que, habiéndose quejado, no se les hizo
justicia; y que la deserción no haya sido llevada a cabo por tres o más
individuos reunidos.

Artículo 260.- Los individuos de tropa que desertaren efectuando su


separación ilegal del servicio militar en tiempo de paz, y cuando estén
desempeñando actos propios de ese mismo servicio y distintos de los
especificados en el artículo siguiente, serán castigados con la pena de dos
años de prisión, si el servicio de que se trate fuere de armas, y con la de un
año si fuese económico del cuartel o buque, o cualquiera otro que no sea
de armas. Los sargentos y cabos sufrirán, además, en todos esos casos, la
destitución del empleo.

Artículo 261.- Los individuos de tropa que desertaren en tiempo de paz, y


en alguno de los casos o con alguna de las circunstancias que
especialmente se prevén en seguida, serán castigados:
I.- El que deserte de la escolta de prisioneros, detenidos o presos o de
cualquiera otra no especificada en este artículo, con la pena de tres años de
prisión;

II.- el que deserte estando de guardia, o de la escolta de municiones, o


llevándose el caballo, mula o montura, o el marino que deserte llevándose
un bote o usando de él exclusivamente para ese objeto, con la de cuatro
años;
III.- el que deserte llevándose el fusil, carabina, pistola o sable, o tratándose
de los marinos, cualquiera otra arma u objeto, que hubiere recibido para su
uso en el servicio de mar y con la obligación de devolverlo, con la de cinco
años;

IV.- el que deserte estando de centinela, con la de seis años;


V.- el que deserte escalando u horadando los muros o tapias del cuartel o
puesto militar u ocupado militarmente o saliendo de a bordo por cualquier
medio que no sea de los autorizados para el desembarco, con la de tres
años, y

VI.- el que deserté estando en una fortaleza o plaza fuerte, con la de cuatro
años.

A las clases a quienes se hubiere de aplicar alguna de las penas señaladas


en las fracciones anteriores, se les impondrá también la destitución de
empleo, ya sea que proceda o no como consecuencia de la privativa de
libertad.

Artículo 262.- En los casos de las dos primeras fracciones del artículo
anterior, si el que desertare estuviere desempeñando las funciones de
comandante de la escolta o de la guardia, será castigado con la pena de
cuatro años de prisión o con la de seis, según que estuviere comprendido
en la I o II de esas mismas fracciones.

Artículo 263.- El soldado que desertare estando de guardia o de centinela,


o cuando esté formando parte de una escolta, si hubiere sido nombrado
para alguno de esos servicios antes de haber cumplido cuatro meses de
instrucción contados desde el día en que haya sentado plaza en su
corporación, será castigado con el mínimo de la pena señalada en la
disposición legal que, sin esa circunstancia, se le hubiere debido aplicar. De
la misma manera será castigado el marino que en iguales condiciones
desertare estando de guardia militar o de centinela, o formando parte de
una escolta, o esquifazón de botes.

Artículo 264.- Cuando la deserción de los individuos de tropa se efectuare


en campaña, se observarán las siguientes reglas:
I.- En los casos a que se refiere los artículos 256, 257 y 263, se impondrá la
penalidad establecida en esos preceptos, duplicándose los términos
señalados en ellos para la prisión. Los sargentos y cabos serán además
destituidos de su empleo.

II.- En los casos previstos en los artículos 260, 261 y 262, se aumentarán en
dos años, las penas privativas de libertad respectivamente señaladas en
esos preceptos.

Artículo 265.- Los individuos de tropa que después de haber desertado


dentro de la República, hayan salido de los límites de ésta, o que desertaren
estando fuera de ella, serán castigados con arreglo a las disposiciones
siguientes:
I.- Si el delito fuere cometido en tiempo de paz, la pena será de cuatro años
de prisión;

II.- si fuere cometido en campaña, será la de siete años de prisión;


III.- si fuere cometido en tiempo de paz, pero llevándose el que lo
perpetrare, el caballo, mula o montura, o el fusil, carabina, pistola o sable, o
bote u otro objeto destinado al servicio de la Armada, la pena será la de ocho
años de prisión, y

IV.- si fuere cometido en campaña, llevándose el culpable algo de lo


expresado en la fracción anterior la pena será la de diez años de prisión.

Artículo 266.- El individuo de clases o marinería que durante las faenas que
fueren consecuencia de un naufragio o suceso peligroso para la
embarcación se ausentare durante dos días sin permiso del superior será
castigado como desertor en campaña aun cuando el hecho tuviere lugar
en tiempo de paz. Si el delito se cometiere en campaña, será considerado
como desertor frente al enemigo. Artículo 267.- Los oficiales que desertaren
en tiempo de paz y en alguno de los casos enumerados en el presente
artículo, serán castigados:

I.- El que deserte desempeñando cualquiera comisión distinta de las que se


especifican en las fracciones posteriores, si el servicio de que se trate fuere
de armas, con la pena de tres años de prisión; con la de un año y seis meses,
si aquél fuere económico de cuartel o buque o cualquiera otro que no sea
de armas; y en ambos casos, con la de destitución, ya sea que proceda o no
como consecuencia de las anteriores;

II.- el que deserte de la escolta de prisioneros, detenidos o presos o de


cualquiera otra no especificada en este artículo, con la de cinco años de
prisión o con la de cuatro, según que el que desertare fuere o no el
comandante de la escolta;

III.- El que desertare estando de guardia, o de la escolta de municiones, con


la de ocho años de prisión, o con la de seis, según que el que desertare fuere
o no comandante de la guardia o de la escolta, y

IV.- El que sin estar desempeñando servicio de armas desertare al


extranjero, con la de siete años de prisión; si estuviere desempeñando ese
servicio, con la de nueve años, y si fuere el comandante de un punto, fuerza
o buque, con la de once.

Artículo 268.- En los casos del artículo anterior y en aquellos a que se


refieren las fracciones I y II del artículo 270, si la deserción se hubiere
efectuado en campaña se aumentarán en dos años las penas privativas de
libertad señaladas en esos preceptos.

Artículo 269.- Serán considerados también como desertores, los oficiales:

I.- Que con pretexto de enfermedad u otro motivo ilegítimo se queden en


las poblaciones, sin el correspondiente permiso, cuando marchen las
fuerzas a que pertenezcan;
II.- que sin la orden correspondiente ni motivo justificado, no lleguen al
punto de su destino con la debida oportunidad, o se regresen después de
emprendida una marcha;

III.- que sin justa causa se desvíen del derrotero que se les hubiere señalado
como indispensable en su pasaporte;

IV.- que se separen una noche del campamento o de la guarnición en que


se hallen sin permiso del superior en quien resida la facultad de concederlo;

V.- que se separen a más de cuarenta kilómetros de distancia de su


campamento o a más de ochenta de su guarnición, o a más de treinta del
puerto donde esté el barco a que pertenezcan, en tiempo de paz, y a
cualquiera distancia de la plaza, buque o punto militar, en campaña, sin
licencia del superior;

VI.- que falten al servicio tres días consecutivos, sin motivo legítimo, o se
separen durante cuarenta y ocho horas del barco a que pertenezcan sin ese
motivo ni permiso del superior;
VII.- que falten al acto de la revista de administración sin causa legítima y
no se presenten a justificar dentro de las veinticuatro horas siguientes;

VIII.- que habiendo recibido cualquiera cantidad para la marcha, no


emprendan éstas a su destino, después de tres días de expedido el
pasaporte, o en el término que se les hubiere señalado, sin impedimento
legal o sin orden ni permiso de la autoridad que corresponda;

IX.- Que disfrutando de licencia temporal dejen de presentarse cuando


hubieren sido llamados antes de que fenezca el plazo por el que les hubiere
sido concedida, o sin causa justificada, cuando haya expirado dicho plazo, y

X.- Que disfrutando de licencia ilimitada no se hubieren presentado


después de dos meses de haber recibido la orden y los recursos necesarios
para ello, en caso de guerra extranjera.

Artículo 270.- Los comprendidos en el artículo anterior, serán castigados:

I.- En los casos de las fracciones I y II, con un año de prisión y destitución de
empleo;

II.- en los casos de las fracciones III a VII, con seis meses de prisión, y
III.- en los casos de las fracciones VIII a X, con destitución de empleo.
Artículo 271.- Siempre que al aplicarse la penalidad establecida en los
artículos 267, 268 y 270 deba imponerse la destitución de empleo, se fijará
en diez años al término de la inhabilitación para volver al ejército.

Artículo 272.- Los que desertaren frente al enemigo, marchando a


encontrarlo, esperándolo a la defensiva, bajo su persecución o durante la
retirada, se les impondrá pena de treinta a sesenta años de prisión.
Artículo 273.- La deserción en actos del servicio o en campaña, se
entenderá perpetrada, siempre que para llevarla a cabo se hubiere
empleado un medio violento, cuando el autor del delito se ponga fuera del
alcance de las armas de sus perseguidores, o eluda toda persecución, y en
defecto de lo anterior o de cualquiera otro hecho que demuestre la
separación ilegal del servicio militar, por el transcurso de veinticuatro horas,
sin que el individuo de que se trate se presente a su inmediato superior o a
la fuerza a que pertenezca. La deserción frente al enemigo se entenderá
cometida en el acto de separarse un militar, indebidamente, de las filas, o
un marino, del buque o fuerza a que pertenezca.

Artículo 274.- Siempre que tres o más individuos reunidos cometieren


simultáneamente alguno de los delitos consignados en este capítulo, se
observará lo que a continuación se expresa:

I. A los que en el caso de haber cometido el delito aisladamente, hubiere


debido aplicársele pena de treinta a sesenta años de prisión, se les
impondrá ésta;

II.- a los que en ese mismo caso hubiere debido imponérseles una privativa
de libertad, sola o reunida a otra de distinta especie, se les impondrá el
máximo de aquélla aumentada en una cuarta parte de su duración, y las
demás que hubiere debido imponérseles en el caso indicado, y

III. Al que hubiere encabezado la reunión o grupo si fuere individuo de tropa


se le castigará con la pena de trece años de prisión, siempre que conforme
a lo prevenido en la fracción I, no debiere imponérsele pena de treinta a
sesenta años de prisión; pero si fuere oficial o el delito se hubiere cometido
en campaña, se le aplicará en todo caso esa última pena.

Artículo 275.- Lo que por causas legítima se hubieren dispersado del


cuerpo de tropas o buque a que pertenezcan, serán castigados como
desertores, según las circunstancias que hayan intervenido en su
separación, si tan luego como les fuera posible, no se presentaren a su
mismo cuerpo de tropas o buque o a otras fuerzas o buques de guerra
nacionales o a la autoridad militar, marítima o consular más próxima.

Las mismas reglas se observarán respecto de los militares que habiendo


caído prisioneros de guerra, no se presenten oportunamente a quien
corresponda después de recobrar su libertad.

Se impondrá la pena de un mes de prisión al miembro de las reservas del


Ejército o de la Guardia Nacional, que, sin impedimento justificado, no se
presente al lugar que se le designe en el llamamiento, dentro del plazo
correspondiente.

Comete el delito de insumisión el conscripto que por virtud del sorteo le


corresponda prestar servicio activo, no se presente a la autoridad respectiva
dentro del plazo señalado para ser encuadrado en las unidades del Ejército.

A los infractores se les impondrá la pena de un mes de prisión. La pena


privativa de libertad no releva de la obligación de prestar el servicio.
CAPITULO IV BIS
Traición a las Fuerzas Armadas Mexicanas

Artículo 275 Bis.- Al militar que se incorpore a la delincuencia organizada


se le aplicará pena de prisión de treinta a sesenta años y baja de la Fuerza
Armada.

Artículo 275 Ter.- Se sancionará con pena de prisión de quince a sesenta


años y baja de la Fuerza Armada que corresponda, al militar que:

I. Utilice la fuerza, embarcación, aeronave, o cualquier otro bien o recurso


humano que tenga bajo su cargo o mando a favor de cualquier miembro
de la delincuencia organizada o asociación delictuosa;

II. Proporcione a cualquier miembro de la delincuencia organizada o


asociación delictuosa, protección o facilidades en la plaza o puesto confiado
a su cargo; así como adiestramiento, capacitación o conocimientos
militares;
III. Induzca al personal que tenga bajo su mando o a las tropas de las que
forme parte, para que presten algún servicio a cualquier miembro de la
delincuencia organizada o asociación delictuosa, o reclute personal militar
para el mismo fin;

IV. Proporcione a cualquier miembro de la delincuencia organizada o


asociación delictuosa, información a la que tenga acceso con motivo del
ejercicio de su cargo o comisión;

V. Incumpla con sus obligaciones, respecto de las tropas a su cargo, para


actuar contra cualquier miembro de la delincuencia organizada o
asociación delictuosa;

VI. Obstaculice las acciones de las fuerzas armadas o autoridad


competente, en contra de cualquier miembro de la delincuencia
organizada o asociación delictuosa;

VII. No ejecute una orden del servicio o la modifique de propia autoridad,


en ambos casos, para favorecer a cualquier miembro de la delincuencia
organizada o asociación delictuosa;
VIII. Falsifique o altere un documento o instrumento que contenga
información relativa a las operaciones de las Fuerzas Armadas o autoridad
competente en contra de cualquier miembro de la delincuencia
organizada o asociación delictuosa, o a sabiendas de que se trata de
documentos o instrumentos falsificados o alterados, haga uso de ellos;

IX. Proporcione a sus superiores información diferente a la que conozca


acerca de las actividades que esté desarrollando en las Fuerzas Armadas en
contra de cualquier miembro de la delincuencia organizada o asociación
delictuosa, u omita proporcionar los datos que tenga sobre dichas
actividades, así como de los proyectos o movimientos de éstos;
X. Conduzca o guíe las actividades de cualquier miembro de la delincuencia
organizada o asociación delictuosa, y
XI. Ponga en libertad a cualquier miembro de la delincuencia organizada o
asociación delictuosa, o proteja o facilite su fuga.

Las penas previstas en este capítulo se impondrán además de las que


correspondan a los delitos que resulten cometidos por las actividades del
individuo u organización delictiva de que se trate.

Para los efectos de este capítulo, se entenderá por Fuerzas Armadas


Mexicanas, a las instituciones armadas de la Unión, a saber: Ejército,
Armada y Fuerza Aérea.

Para los efectos de este capítulo se entenderá por delincuencia organizada


la prevista en el artículo 2o. de la Ley Federal contra la Delincuencia
Organizada y por asociación delictuosa, la prevista en el artículo 164 del
Código Penal Federal.

CAPITULO V
Inutilización voluntaria para el servicio

Artículo 276.- El que lesionándose o de cualquiera otra manera se inutilice


voluntariamente, por sí o por medio de otro, para el servicio militar, será
castigado con las penas de un año y seis meses de prisión y destitución de
empleo. Las mismas penas se impondrán al que a petición de otro, lo
inutilice con el objeto indicado.

Artículo 277.- Se impondrá la pena de ocho meses de prisión, a quien se


valga de recursos o medios fraudulentos que lo imposibiliten para el
cumplimiento de alguna obligación militar.

CAPITULO VI
Insultos, amenazas o violencias contra centinelas, guardias, tropa
formada, salvaguardias, bandera y ejército
Artículo 278.- El que ofenda o amenace a un centinela, a un miembro de
una guardia, a un vigilante, serviola, guardián o salvaguardia y el que
destruya ésta si fuere escrita, será castigado con la pena de un año de
prisión.
Artículo 279.- El que cometa violencia contra cualquiera de los individuos
mencionados en el artículo anterior, será sancionado:

I. Con pena de treinta a sesenta años de prisión si hiciere uso de armas, y


II.- con la pena de cinco años de prisión, si la violencia se cometiere sin hacer
uso de armas.
Artículo 280.- El que injurie, difame o calumnie al ejército o a instituciones
que de él dependan, armas, cuerpos, guardias o tropa formada, será
castigado con un año de prisión. Se impondrá la pena de un año seis meses
de prisión, al que ultraje la bandera nacional.
CAPITULO VII
Ultrajes y violencias contra la policía

Artículo 281.- El que injurie o ultraje a un miembro de la policía que esté en


ejercicio de sus funciones, será castigado con nueve meses de prisión; y si
lo desobedece o resiste a la orden que le haya intimado en uso de sus
facultades o ejerza violencia contra él, la pena será de un año y seis meses
de prisión.
CAPITULO VIII
Falsa Alarma

Artículo 282.- El que ocasione dolosamente una falsa alarma, o que en


marcha o en campamento, guarnición, cuartel o dependencia del ejército
cause dolosamente una confusión o desorden en la tropa o en las
formaciones de los buques, o aeronaves, en las dotaciones o en la población
donde las fuerzas estuvieren, será castigado:

I.- Con seis meses de prisión en tiempo de paz;


II.- con un año de prisión estando en campaña, y
III. Con pena de treinta a sesenta años de prisión, si estando frente al
enemigo, se hubiere causado daño a las tropas, embarcaciones o
aeronaves.

TITULO NOVENO
Delitos contra la jerarquía y la autoridad
CAPITULO I
Insubordinación

Artículo 283.- Comete el delito de insubordinación el militar que con


palabras, ademanes, señas, gestos o de cualquier otra manera, falte al
respeto o sujeción debidos a un superior que porte sus insignias o a quien
conozca o deba conocer. La insubordinación puede cometerse dentro del
servicio o fuera de él.

Artículo 284.- Se entenderá que la insubordinación se comete en el


servicio:

I.- Cuando el inferior y el superior o solamente uno de ellos se encuentre en


servicio, y

II.- cuando tenga lugar el delito, con motivo de actos del servicio, aun
cuando se encuentren francos el inferior y el superior, en el momento de
realizarse aquél.

Artículo 285.- La insubordinación en servicio, se castigará:


I.- Con la pena de un año seis meses de prisión si se hiciere por medio de
palabras o ademanes, por escrito o de cualquiera otra manera que no
constituya una vía de hecho;

II.- con la pena de tres años de prisión si el delito consistiere en alguna


amenaza;
III.- con cinco años de prisión cuando se llegue a las vías de hecho, pero sin
causar lesión;

IV.- con seis años de prisión si causare una o varias lesiones que por su
naturaleza ordinaria no tarden en curar más de quince días;

V.- con siete años de prisión cuando la enfermedad pase de quince días y
sea temporal;

VI.- con ocho años de prisión cuando quede al ofendido una cicatriz en la
cara perpetuamente notable, o se le disminuya la facultad de oír, se le
debilite para siempre la vista, o se le entorpezca o debilite
permanentemente una mano, un pie, un brazo o una pierna o cualquier
otro órgano, el uso de la palabra o alguna de las facultades mentales;

VII.- con nueve años de prisión, cuando resulte una enfermedad


seguramente incurable, la inutilización completa o la pérdida de un ojo o
de la facultad de oír, de un brazo, de una mano, de una pierna, de un pie, o
de cualquier otro órgano, o cuando el individuo quede con una deformidad
perpetuamente notable en parte visible. Si la deformidad fuere en la cara,
se tendrá esta circunstancia como agravante;

VIII.- con diez años de prisión cuando resulte incapacidad permanente para
trabajar, enajenación mental, pérdida de la vista, o del habla, o de las
funciones sexuales, y

IX. Con pena de treinta a sesenta años de prisión cuando se causare la


muerte del superior. Cuando las lesiones hayan puesto en peligro la vida del
ofendido, se agregarán dos años a las penas de prisión fijadas en las
fracciones IV a VIII.

Artículo 286.- La insubordinación fuera del servicio, cuando se cometa de


cualquiera de las maneras previstas en los artículos anteriores, será
castigada con la mitad de las penas que en ellos se establecen, pero si la
insubordinación provocara la muerte del superior, se le impondrá pena de
treinta a sesenta años de prisión.

Artículo 287.- Si el delito de insubordinación a que se refieren las fracciones


I al VIII del artículo 285 fuere perpetrado cuando el que lo cometa estuviere
sobre las armas, o delante de bandera, o de tropa formada, o durante
zafarrancho de combate con armas, el término de la pena se formará
aumentando en un tercio, el que según esas mismas disposiciones hubiere
de corresponder. Artículo 288.- Cuando el inferior haya sido excitado u
obligado a cometer súbitamente alguno de los delitos previstos en este
capítulo, por algún acto del superior contrario a las prescripciones legales o
en el que éste se haya excedido en el uso de sus facultades, se le aplicará la
mitad del mínimo de la pena que corresponda.
Artículo 289.- Si en los casos del artículo que antecede, los actos del
superior constituyen un maltrato o un tratamiento degradante para el
inferior, los términos establecidos en ese mismo precepto para la pena que
deba imponerse, serán a su vez reducidos a la mitad.

Artículo 290.- El que por violencia o amenaza intentará impedir la


ejecución de una orden del servicio dada por un superior u obligar a éste a
que la ejecute o a que la dé o se abstenga de darla, será castigado con la
pena de diez años de prisión.
Si el delito de que se trata en este artículo fuere cometido sobre las armas
o delante de la bandera o tropa formada o durante zafarrancho de combate
con armas, se impondrá pena de treinta a sesenta años de prisión.

Artículo 291.- Si en la orden cuyo cumplimiento se trate de impedir,


concurriere alguna de las circunstancias especificadas en los artículos 288
y 289, las disposiciones contenidas en esos preceptos, serán igualmente
aplicables a los casos comprendidos en el artículo que antecede. Artículo
292.- Cuando la insubordinación consistiere en vías de hecho o estuviere
comprendida en el artículo 290, si se cometiere en marcha para atacar al
enemigo, frente a él, esperando a la defensiva, bajo su persecución o
durante la retirada, se aplicará pena de treinta a sesenta años de prisión sin
tener en cuenta las disposiciones de los artículos 119 fracción III, 288 y 289.

CAPITULO II
Abuso de autoridad

Artículo 293.- Comete el delito de abuso de autoridad, el militar que trate a


un inferior de un modo contrario a las prescripciones legales. Este delito
puede cometerse dentro y fuera del servicio.

Artículo 294.- El superior que diere órdenes de interés personal a un


inferior, estorbare sin motivo justificado la ejecución de las que éste hubiere
dado en uso de sus facultades, le impidiese de cualquier modo el
cumplimiento de sus deberes, le exigiese el de actos que no tengan relación
con el servicio o que de cualquiera manera le hiciere contraer obligaciones
que sean en perjuicio del desempeño de sus deberes, será castigado con la
pena de cuatro meses de prisión.

Artículo 295.- El superior que impidiere a uno o varios inferiores que


formulen, retiren o prosigan sus quejas o reclamaciones, amenazándolos o
valiéndose de otros medios ilícitos, o que hiciere desaparecer una queja,
petición, reclamación o cualquier documento militar, o se negare a darles
curso o a proveer en ellos, o a expedir a un individuo de tropa, la certificación
de cumplido teniendo el deber de hacerlo, será castigado con la pena de
suspensión de empleo por tres meses.

Artículo 296.- Al que se extralimite en el derecho de imponer castigos


correccionales, aplicando los que no estén permitidos por la ley o haciendo
sufrir los que lo estén, al que sea inocente, o excediéndose en los que en la
misma ley estén señalados de un modo expreso respecto de la falta de que
se trate, se le impondrá la pena de seis meses de prisión si no resultare
lesionado el ofendido.
Artículo 297.- El que insulte a un inferior o procure inducirlo a una acción
degradante o a una infracción legal, sufrirá la pena de seis meses de prisión.
Si la infracción se llevare a efecto se castigará el delito que resulte.

Artículo 298.- El que infiera golpes o de cualquiera otra manera maltrate


de obra a un inferior sin lesionarlo, será castigado con la pena de un año de
prisión. El que mandare dar golpes a un inferior o que innecesariamente
mandare cualquier otro maltratamiento de obra contra él, será castigado
con la pena de dos años de prisión, si el ofendido no resultare lesionado.
Artículo 299.- El que infiera alguna lesión a un inferior será castigado:

I.- Con un año de prisión si fuere de las comprendidas en la fracción IV del


artículo 285;

II.- con dos años de prisión, si fuere de las clasificadas en la fracción V;


III.- con cuatro años de prisión, si fuere de las mencionadas en la fracción VI;

IV.- con seis años y seis meses de prisión, si se tratare de las que cita la
fracción VII;

V.- con ocho años de prisión, si fuere de las expresadas en la fracción VIII;
VI.- con diez años y seis meses de prisión, si resultare homicidio simple, y
VII. Con pena de treinta a sesenta años de prisión si resultare homicidio
calificado.

Cuando las lesiones hayan puesto en peligro la vida del ofendido, se


agregarán dos años a las penas de prisión fijadas en las fracciones I a V.

Artículo 300.- El que indebidamente haga que una fuerza armada le preste
auxilio en una riña o pendencia, que por esa causa tome mayores
proporciones, sufrirá la pena de dos años de prisión, sin perjuicio de que,
conforme a las reglas generales de aplicación de penas, se le imponga la
que corresponda, en virtud de los demás delitos que con esos actos hubiere
cometido.

CAPITULO III
Desobediencia

Artículo 301.- Comete el delito de desobediencia el que no ejecuta o


respeta una orden del superior, la modifica de propia autoridad o se
extralimita al ejecutarla. Lo anterior se entiende salvo el caso de la
necesidad impuesta al inferior, para proceder como fuere conveniente, por
circunstancias imprevistas que puedan constituir un peligro justificado,
para la fuerza de que dependa o que tuviese a sus órdenes. La
desobediencia puede cometerse dentro y fuera del servicio.

Artículo 302.- El delito de desobediencia cometido fuera del servicio, se


castigará con la pena de nueve meses de prisión.

Artículo 303.- La desobediencia en actos del servicio será castigada con un


año de prisión, excepto en los casos siguientes:
I.- Cuando ocasione un mal grave que se castigará con dos años de prisión;

II.- cuando fuere cometida en campaña, que se castigará con cinco años de
prisión, y si resultare perjuicio a las operaciones militares, con diez años de
prisión, y

III. Cuando se efectúe frente al enemigo, marchando a encontrarlo,


esperándolo a la defensiva, persiguiéndolo o durante la retirada, se
impondrá pena de treinta a sesenta años de prisión.
Artículo 304.- Los marineros que cometan a bordo el delito de
desobediencia, serán castigados:

I.- Con un año y seis meses de prisión si el barco fuere convoyando buques
mercantes que no conduzcan tropas, armas, pertrechos, víveres, o
cualquier otro elemento de guerra;

II.- con dos años de prisión si se ocasionare un daño grave, encontrándose


el barco en situación peligrosa o convoyando buques mercantes que no
conduzcan tropas o cualquiera de los efectos a que se refiere la fracción
anterior;

III.- con cuatro años de prisión si el daño grave fuere causado a los buques
convoyados, y con ocho años de prisión si se perdieren alguno o algunos de
éstos por esa causa, y

IV.- con cuatro años de prisión en tiempo de paz y cinco en campaña, si la


desobediencia fuere cometida formando parte el barco de una escuadra, y
con la de cinco años de prisión, en tiempo de paz y diez en campaña, si de
esa desobediencia resultare algún daño a las operaciones navales.

CAPITULO IV
Asonada

Artículo 305.- Los que, en grupo de cinco por lo menos, o sin llegar a ese
número cuando formen la mitad o más de una fuerza aislada, rehúsen
obedecer las órdenes de un superior, las resistan o recurran a vías de hecho
para impedirlas, serán castigados:
I.- Con diez años de prisión los promovedores, instigadores o cabecillas del
delito y con cinco años de prisión, los que hubieren secundado a los
anteriores, si el delito se cometiere en tiempo de paz, y

II. Con pena de treinta a sesenta años de prisión, a todos los promovedores,
instigadores o cabecillas de la asonada, de cabos en adelante, y con doce
años de prisión los soldados, si el delito se cometiere en campaña.

Artículo 306.- El marino que a fin de realizar el delito a que se refiere el


artículo anterior, desatracase de un buque de guerra o de otro al servicio de
la Armada, una lancha o bote armado, o sacare fuerzas armadas de buques,
arsenal, destacamento u otro establecimiento marítimo, será castigado con
cinco años de prisión.
Artículo 307.- Si consumado el motín, en campaña, los que tomaren parte
en él, volvieren al orden, antes de cometerse algún otro delito, serán
castigados con la pena de diez años de prisión, si hubieren sido los
promovedores, instigadores o cabecillas de la asonada; y con cinco años de
prisión los demás amotinados.

En tiempo de paz se reducirán a la mitad las penas señaladas. En ambos


casos no sufrirán castigo alguno los soldados que justifiquen haberse
amotinado contra su voluntad y que no pudieron abandonar las filas.

Artículo 308.- Si los amotinados volvieren al orden después de haber


cometido algún otro delito, la pena se impondrá siguiendo las reglas de
acumulación. En este caso, los soldados que justifiquen los extremos del
artículo anterior, serán individualmente responsables por el nuevo delito
cometido.

Artículo 309.- La conspiración para cometer el delito de asonada, se


castigará con un año de prisión en tiempo de paz y con tres años de prisión,
en campaña.

“LEY FEDERAL DE ARMAS DE FUEGO Y EXPLOSIVOS”

ÚLTIMA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA


FEDERACIÓN: 19 DE FEBRERO DE 2021.

Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación, el martes 11 de enero de


1972.

Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados Unidos


Mexicanos.- Presidencia de la República.

LUIS ECHEVERRIA ALVAREZ, Presidente Constitucional de los Estados


Unidos Mexicanos, a sus habitantes, sabed:
Que el H. Congreso de la Unión se ha servido dirigirme el siguiente

DECRETO

"El Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, decreta:

LEY FEDERAL DE ARMAS DE FUEGO Y EXPLOSIVOS


TITULO PRIMERO
CAPITULO UNICO
Bases Generales

Artículo 1.- Las disposiciones de esta Ley son de interés público.

Articulo 2.- La aplicación de esta Ley corresponde a:

I.- El Presidente de la República;


II.- La Secretaría de Gobernación;
III.- La Secretaría de la Defensa Nacional, y
IV. A las demás autoridades federales en los casos de su competencia.
(REFORMADO, D.O.F. 8 DE FEBRERO DE 1985)

Articulo 3.- Las autoridades de los Estados, del Distrito Federal y de los
Municipios, en sus correspondientes ámbitos de competencia, tendrán la
intervención que esta Ley y su Reglamento señalan.

Articulo 4.- Corresponde al Ejecutivo de la Unión por conducto de las


Secretarías de Gobernación y de la Defensa Nacional, dentro de las
respectivas atribuciones que esta Ley y su Reglamento les señalen, el
control de todas las armas en el país, para cuyo efecto se llevará un Registro
Federal de Armas. (REFORMADO PRIMER PÁRRAFO, D.O.F. 8 DE FEBRERO
DE 1985).

Articulo 5.- El Ejecutivo Federal, los Gobiernos de los Estados, del Distrito
Federal y los Ayuntamientos, realizarán campañas educativas permanentes
que induzcan a reducir la posesión, la portación y el uso de armas de
cualquier tipo.

Por razones de interés público, sólo se autorizará la publicidad de las armas


deportivas para fines cinegéticos y de tiro, en los términos del Reglamento
de esta Ley.

Artículo 6.- Son supletorias de esta Ley las leyes o reglamentos federales
que traten materias conexas.
TITULO SEGUNDO
Posesión y portación
CAPITULO PRIMERO
Disposiciones preliminares

Articulo 7.- La posesión de toda arma de fuego deberá manifestarse a la


Secretaría de la Defensa Nacional, para el efecto de su inscripción en el
Registro Federal de Armas.

Articulo 8.- No se permitirá la posesión ni portación de las armas prohibidas


por la Ley ni de las reservadas para el uso exclusivo del Ejército, Armada y
Fuerza Aérea, salvo los casos de excepción señalados en esta Ley.

Articulo 9.- Pueden poseerse o portarse, en los términos y con las


limitaciones establecidas por esta Ley, armas de las características
siguientes:

I.- Pistolas de funcionamiento semi-automático de calibre no superior al


.380" (9 mm.), quedando exceptuadas las pistolas calibres .38" Super y .38"
Comando, y también en calibres 9 mm. las Mausser, Luger, Parabellum y
Comando, así como los modelos similares del mismo calibre de las
exceptuadas, de otras marcas.

II.- Revólveres en calibres no superiores al .38" Especial, quedando


exceptuado el calibre .357" Magnum.

Los ejidatarios, comuneros y jornaleros del campo, fuera de las zonas


urbanas, podrán poseer y portar con la sola manifestación, un arma de las
ya mencionadas, o un rifle de calibre .22", o una escopeta de cualquier
calibre, excepto de las de cañón de longitud inferior a 635 mm. (25"), y las
de calibre superior al 12 (.729" ó 18.5 mm.).

III.- Las que menciona el artículo 10 de esta Ley.


IV.- Las que integren colecciones de armas, en los términos de los artículos
21 y 22.

Artículo 10.- Las armas que podrán autorizarse a los deportistas de tiro o
cacería, para poseer en su domicilio y portar con licencia, son las siguientes:
I.- Pistolas, revólveres y rifles calibre .22", de fuego circular.
II.- Pistolas de calibre .38" con fines de tiro olímpico o de competencia.
III.- Escopetas en todos sus calibres y modelos, excepto las de cañón de
longitud inferior a 635 mm. (25"), y las de calibre superior al 12 (.729" ó 18.5
mm.).

IV.- Escopetas de 3 cañones en los calibres autorizados en la fracción


anterior, con un cañón para cartuchos metálicos de distinto calibre.
(REFORMADA, D.O.F. 8 DE FEBRERO DE 1985)
V.- Rifles de alto poder, de repetición o de funcionamiento semi-
automático, no convertibles en automáticos, con la excepción de carabinas
calibre, 30", fusil, mosquetones y carabinas calibre .223", 7 y 7.62 mm. y
fusiles Garand calibre .30".

VI.- Rifles de alto poder de calibres superiores a los señalados en el inciso


anterior, con permiso especial para su empleo en el extranjero, en cacería
de piezas mayores no existentes en la fauna nacional. (REFORMADA, D.O.F.
8 DE FEBRERO DE 1985)

VII.- Las demás armas de características deportivas de acuerdo con las


normas legales de cacería, aplicables por las Secretarías de Estado u
Organismos que tengan injerencia, así como los reglamentos nacionales e
internacionales para tiro de competencia. (REFORMADO, D.O.F. 8 DE
FEBRERO DE 1985)

A las personas que practiquen el deporte de la charrería podrá


autorizárseles revólveres de mayor calibre que el de los señalados en el
artículo 9o. de esta Ley, únicamente como complemento del atuendo
charro, debiendo llevarlos descargados. (ADICIONADO, D.O.F. 24 DE
DICIEMBRE DE 1998)

Artículo 10 BIS.- La posesión de cartuchos correspondientes a las armas


que pueden poseerse o portarse se limitará a las cantidades que se
establecen en el artículo 50 de esta Ley, por cada arma manifestada en el
Registro Federal de Armas.

Articulo 11.- Las armas, municiones y material para el uso exclusivo del
Ejército, Armada y Fuerza Aérea, son las siguientes:

a).- Revólveres calibre .357" Magnum y los superiores a .38" Especial.


b).- Pistolas calibre 9 mm. Parabellum, Luger y similares, las .38" Super y
Comando, y las de calibres superiores. (REFORMADO, D.O.F. 8 DE FEBRERO
DE 1985)

c).- Fusiles, mosquetones, carabinas y tercerolas en calibre .223", 7 mm., 7.62


mm. y carabinas calibre .30" en todos sus modelos.
d).- Pistolas, carabinas y fusiles con sistema de ráfaga, sub-ametralladoras,
metralletas y ametralladoras en todos sus calibres.

e).- Escopetas con cañón de longitud inferior a 635 mm. (25"), las de calibre
superior al 12 (.729" ó 18.5 mm) y las lanzagases, con excepción de las de uso
industrial.
f).- Municiones para las armas anteriores y cartuchos con artificios
especiales como trazadores, incendiarios, perforantes, fumígenos,
expansivos, de gases y los cargados con postas superiores al "00" (.84 cms.
de diámetro) para escopeta.

g).- Cañones, piezas de artillería, morteros y carros de combate con sus


aditamentos, accesorios, proyectiles y municiones.
h).- Proyectiles-cohete, torpedos, granadas, bombas, minas, cargas de
profundidad, lanzallamas y similares, así como los aparatos, artificios y
máquinas para su lanzamiento.

i).- Bayonetas, sables y lanzas.

j).- Navíos, submarinos, embarcaciones e hidroaviones para la guerra naval


y su armamento.

k).- Aeronaves de guerra y su armamento.

l).- Artificios de guerra, gases y substancias químicas de aplicación


exclusivamente militar, y los ingenios diversos para su uso por las fuerzas
armadas.

En general, todas las armas, municiones y materiales destinados


exclusivamente para la guerra. (REFORMADO, D.O.F. 22 DE MAYO DE 2015)

Las de este destino, mediante la justificación de la necesidad, podrán


autorizarse por la Secretaría de la Defensa Nacional, individualmente o
como corporación, a quienes desempeñen empleos o cargos de la
Federación, del Distrito Federal, de los Estados o de los Municipios, así como
a servidores públicos extranjeros en los casos a que se refieren los artículos
28 y 28 Bis de esta Ley. (REFORMADO, D.O.F. 8 DE FEBRERO DE 1985)

Articulo 12.- Son armas prohibidas, para los efectos de esta Ley, las ya
señaladas en el Código Penal para el Distrito Federal en Materia del Fuero
Común y para toda la República en Materia del Fuero Federal.

Articulo 13.- No se considerarán como armas prohibidas los utensilios,


herramientas o instrumentos para labores de campo o de cualquier oficio,
arte, profesión o deporte que tengan aplicación conocida como tales, pero
su uso se limitará al local o sitio en que se trabaje o practique el deporte.

Cuando esos instrumentos sean portados por necesidades de trabajo o


para el ejercicio de un deporte, se deberá demostrar, en su caso, esas
circunstancias. (REFORMADO, D.O.F. 8 DE FEBRERO DE 1985).

Articulo 14.- El extravío, robo, destrucción, aseguramiento o decomiso de


un arma que se posea o se porte, debe hacerse del conocimiento de la
Secretaría de la Defensa Nacional, en los términos y por los conductos que
establezca el Reglamento de esta Ley.

CAPITULO SEGUNDO
Posesión de armas en el domicilio

Articulo 15.- En el domicilio se podrán poseer armas para la seguridad y


defensa legítima de sus moradores. Su posesión impone el deber de
manifestarlas a la Secretaría de la Defensa Nacional, para su registro. Por
cada arma se extenderá constancia de su registro.
Articulo 16.- Para los efectos del control de la posesión de armas, las
personas físicas deben manifestar, un único domicilio de residencia
permanente para sí y sus familiares. (REFORMADO, D.O.F. 8 DE FEBRERO
DE 1985)

Articulo 17.- Toda persona que adquiera una o más armas, está obligada a
manifestarlo a la Secretaría de la Defensa Nacional en un plazo de treinta
días. La manifestación se hará por escrito, indicando, marca, calibre, modelo
y matrícula si la tuviera. (REFORMADO, D.O.F. 8 DE FEBRERO DE 1985)

Articulo 18.- Los servidores públicos y jefes de los cuerpos de policía


federales, del Distrito Federal, de los Estados y de los Municipios, están
obligados a hacer la manifestación a que se refiere el artículo anterior.
(REFORMADO PRIMER PÁRRAFO, D.O.F. 8 DE FEBRERO DE 1985).

Articulo 19.- La Secretaría de la Defensa Nacional tendrá la facultad de


determinar en cada caso, qué armas para tiro o cacería de las señaladas en
el artículo 10, por sus características, pueden poseerse, así como las
dotaciones de municiones correspondientes. Respecto a las armas de
cacería, se requerirá previamente la opinión de las Secretarías de Estado u
Organismos que tengan injerencia.

Las solicitudes de autorización se harán directamente o por conducto del


Club o Asociación.

Articulo 20.- Los Clubes o Asociaciones de deportistas de tiro y cacería,


deberán estar registrados en las Secretarías de Gobernación y de la Defensa
Nacional, a cuyo efecto cumplirán los requisitos que señala el Reglamento.

Articulo 21.- Las personas físicas o morales, públicas o privadas, podrán


poseer colecciones o museos de armas antiguas o modernas, o de ambas,
previo el permiso correspondiente de la Secretaría de la Defensa Nacional.

También podrán poseer, con los mismos requisitos, armas de las prohibidas
por esta Ley, cuando tengan valor o significado cultural, científico, artístico
o histórico.

Cuando en una colección o museo no adscrito a un instituto armado de la


Nación, existan armas de las reservadas para el uso exclusivo del Ejército,
Armada y Fuerza Aérea, se requerirá, además, autorización por escrito, de la
dependencia respectiva.

Articulo 22.- Los particulares que tengan colecciones de armas, deberán


solicitar autorización para la adquisición y posesión de nuevas armas
destinadas al enriquecimiento de la colección o del museo, e inscribirlas.

Articulo 23.- Las armas que formen parte de una colección podrán
enajenarse como tal, o por unidades, en los términos de las disposiciones
de esta Ley y previo el permiso escrito de la Secretaría de la Defensa
Nacional y demás autoridades competentes.
CAPITULO TERCERO
Casos, condiciones, requisitos y lugares para la portación de armas.

Articulo 24.- Para portar armas se requiere la licencia respectiva.

(ADICIONADO [N. DE E. REFORMADO], D.O.F. 21 DE DICIEMBRE DE 1995)

Los miembros del Ejército, Armada y Fuerza Aérea quedan exceptuados de


lo anterior, en los casos y condiciones que señalen las leyes y reglamentos
aplicables.

(ADICIONADO, D.O.F. 21 DE DICIEMBRE DE 1995)


Los integrantes de las instituciones policiales, federales, estatales, del
Distrito Federal y municipales, así como de los servicios privados de
seguridad, podrán portar armas en los casos, condiciones y requisitos que
establecen la presente ley y las demás disposiciones legales aplicables.

Articulo 25.- Las licencias para la portación de armas serán de dos clases:

I.- Particulares; que deberán revalidarse cada dos años, y

II.- Oficiales, que tendrán validez mientras se desempeñe el cargo o empleo


que las motivó.
(REFORMADO, D.O.F. 21 DE DICIEMBRE DE 1995)

Articulo 26.- Las licencias particulares para la portación de armas serán


individuales para personas físicas, o colectivas para las morales, y podrán
expedirse cuando se cumplan los requisitos siguientes:

I. En el caso de personas físicas:


A. Tener un modo honesto de vivir;
B. Haber cumplido, los obligados, con el Servicio Militar Nacional;
C. No tener impedimento físico o mental para el manejo de las armas;

D. No haber sido condenado por delito cometido con el empleo de


armas;
E. No consumir drogas, enervantes o psicotrópicos, y
F. Acreditar, a criterio de la Secretaría de la Defensa Nacional, la
necesidad de portar armas por:
a) La naturaleza de su ocupación o empleo; o

b) Las circunstancias especiales del lugar en que viva, o

c) Cualquier otro motivo justificado.

También podrán expedirse licencias particulares, por una o varias armas,


para actividades deportivas, de tiro o cacería, sólo si los interesados son
miembros de algún club o asociación registrados y cumplan con los
requisitos señalados en los primeros cinco incisos de esta fracción.

II. En el caso de personas morales:


A. Estar constituidas conforme a las leyes mexicanas.
B. Tratándose de servicios privados de seguridad:

a) Contar con la autorización para funcionar como servicio privado de


seguridad, y

b) Contar con la opinión favorable de la Secretaría de Gobernación


sobre la justificación de la necesidad de la portación del
armamento, y los límites en número y características de las armas,
así como lugares de utilización.

C. Tratándose de otras personas morales, cuando por sus circunstancias


especiales lo ameriten, a juicio de la Secretaría de la Defensa Nacional,
para servicios internos de seguridad y protección de sus
instalaciones; ajustándose a las prescripciones, controles y
supervisión que determine la propia Secretaría.
D. Acreditar que quienes portarán armas cumplen con lo previsto en los
primeros cinco incisos de la fracción I anterior.

Previa autorización de la Secretaría de la Defensa Nacional, los titulares de


las licencias colectivas, expedirán credenciales foliadas de identificación
personal, que contendrán los datos de la licencia colectiva y se renovarán
semestralmente.

El término para expedir las licencias particulares y colectivas será de


cincuenta días hábiles, contados a partir de que se presenta la solicitud
correspondiente. (REFORMADO, D.O.F. 22 DE MAYO DE 2015)

Articulo 27.- A los extranjeros sólo se les podrá autorizar la portación de


armas cuando, además de satisfacer los requisitos señalados en el artículo
anterior, acrediten su calidad de residentes permanentes, salvo en los casos
de permisos de licencia temporal para turistas con fines deportivos.

La Secretaría de la Defensa Nacional podrá expedir permisos


extraordinarios de ingreso y portación temporal de armas de fuego a
servidores públicos extranjeros de migración o aduanas, en los casos y con
los requisitos previstos en los artículos 28 y 28 Bis de esta Ley, los cuales
podrán cancelarse, sin perjuicio de aplicar las sanciones que procedan, en
los casos que prevé el artículo 31 de la presente Ley. (REFORMADO [N. DE
E. ADICIONADO], D.O.F. 22 DE MAYO DE 2015)

Articulo 28.- Con base en el principio de reciprocidad, la Secretaría de la


Defensa Nacional podrá autorizar la portación temporal de armas a los
servidores públicos extranjeros de migración o aduanas, debidamente
acreditados ante el Gobierno Federal, que participen en la revisión
migratoria en los puntos de tránsito internacionales o el despacho conjunto
de mercancías en las aduanas nacionales, respectivamente, conforme a la
legislación aplicable y a los acuerdos interinstitucionales que deberán
celebrarse para tal efecto.

La Secretaría de Gobernación o la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,


según sea el caso, serán responsables de tramitar ante la Secretaría de la
Defensa Nacional, cuando menos con 15 días de anticipación al inicio de la
comisión, los permisos extraordinarios de ingreso y portación temporal de
armas de fuego respectivos, proporcionando para tal efecto la siguiente
información:

I. Copia del acuerdo interinstitucional a que se refiere el primer párrafo de


este artículo;
II. Nombre y fecha de nacimiento del servidor público extranjero;
III. Local o instalación en que se realizará la comisión oficial;
IV. Duración de la comisión oficial;
V. Acciones que pretenda realizar el servidor público extranjero;
VI. Datos de las armas y calibres que pretenda portar el servidor público
extranjero, incluyendo la huella balística, y

VII. Opinión de la Secretaría de Gobernación o de la Secretaría de Hacienda


y Crédito Público, según sea el caso.

Dichos permisos tendrán una vigencia de 6 meses; en caso de que la


comisión sea mayor a este período podrán renovarse semestralmente.

Los servidores públicos extranjeros a que se refiere este artículo sólo podrán
portar las armas que utilizan en su país de origen, como parte del
equipamiento asignado por la institución a la que pertenecen, siempre que
se trate de revólveres o pistolas de funcionamiento semiautomático cuyo
calibre no sea superior a .40” o equivalente.
La Secretaría de la Defensa Nacional determinará en los permisos
extraordinarios el arma autorizada, el local o la instalación en que será válida
la portación y los demás límites o restricciones que sean aplicables.

La Secretaría de Gobernación o la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,


según sea el caso, serán responsables de dar aviso a la Secretaría de la
Defensa Nacional, respecto del cambio de local o instalación, así como la
finalización de la comisión, para los efectos correspondientes.

En el caso de servidores públicos mexicanos que, con base en el principio


de reciprocidad y los acuerdos interinstitucionales a que se refiere el primer
párrafo del presente artículo, participen en las actividades migratorias o
aduaneras realizadas en instalaciones de países extranjeros, la Secretaría de
Gobernación o la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, según sea el
caso, serán responsables de dar aviso a la Secretaría de la Defensa Nacional
respecto de la salida y retorno de las armas que porten dichos servidores
públicos.

El personal y armamento considerado para prestar el apoyo en el extranjero


deberá estar previamente incluido en la licencia oficial colectiva respectiva.
(ADICIONADO, D.O.F. 22 DE MAYO DE 2015)

Artículo 28 BIS.- La Secretaría de la Defensa Nacional podrá otorgar, con


base en el principio de reciprocidad, permisos extraordinarios de ingreso y
portación temporal de armas de fuego a los servidores públicos extranjeros
que acompañen como agentes de seguridad, en visitas oficiales, a Jefes de
Estado, jefes de gobierno, ministros o equivalentes, siempre que se trate de
revólveres o pistolas de funcionamiento semiautomático, cuyo calibre no
sea superior a .40" o equivalente.

En casos excepcionales, se podrá autorizar el ingreso y portación de otro


tipo de armas, siempre que a juicio de la Secretaría de la Defensa Nacional
se justifique la necesidad de su uso.

La Secretaría de Relaciones Exteriores será responsable de tramitar dichos


permisos ante la Secretaría de la Defensa Nacional, cuando menos con
quince días de anticipación al inicio de la visita y a solicitud del Estado o
sujeto de derecho internacional correspondiente, proporcionando para tal
efecto la siguiente información:

I. Nombres y fechas de nacimiento de los servidores públicos extranjeros


que fungirán como agentes de seguridad;

II. Duración y lugar de la visita oficial;


III. Datos de las armas y calibres que pretendan portar dichos servidores
públicos extranjeros, y
IV. Opinión de la Secretaría de Relaciones Exteriores para conceder el
permiso.
Dicho permiso tendrá una vigencia durante el tiempo que dure la comisión
de la visita oficial. (REFORMADO, D.O.F. 21 DE DICIEMBRE DE 1995)
Articulo 29.- Las licencias oficiales para la portación de armas pueden ser
colectivas o individuales.

I. Las licencias colectivas podrán expedirse a:


A. Las dependencias oficiales y organismos públicos federales a cuyo
cargo se encuentran las instalaciones estratégicas del país.

Los titulares de las licencias colectivas expedirán credenciales foliadas


de identificación personal, que contendrán los datos de la licencia
colectiva y se renovarán semestralmente.

B. Las instituciones policiales. Estas licencias se sujetarán a los


lineamientos siguientes:

a) Dichas instituciones deberán cumplir con las disposiciones legales


de orden federal o local que resulten aplicables.

b) La Secretaría de Gobernación será el conducto para solicitar a la


Secretaría de la Defensa Nacional la expedición de licencia colectiva
a las instituciones policiales, mismas que sólo se solicitarán para las
personas que integren su organización operativa y que figuren en
las nóminas de pago respectivas, debiéndose notificar a estas
secretarías cualquier cambio en su plantilla laboral. Las autoridades
competentes resolverán dentro de los sesenta días siguientes a la
presentación de la solicitud ante la Secretaría de Gobernación, y

c) Los titulares de las instituciones policiales, expedirán a su personal


operativo, inscrito en el registro que establezca la ley de la materia,
credenciales foliadas de identificación personal, por lapsos
semestrales, las cuales, durante su vigencia, se asimilarán a licencias
individuales.

C. Los titulares de las licencias colectivas remitirán periódicamente a las


Secretaría de la Defensa Nacional y de Gobernación un informe de las
armas que se encuentren en su poder, debidamente correlacionado con
su estructura y organización operativa, señalando los folios de las
credenciales y los datos del personal que las tuviera a su cargo.

D. Las autoridades competentes se coordinarán con los Gobiernos de los


Estados para obtener, con oportunidad y exactitud, la información
necesaria para el cumplimiento de esta ley.

E. La Secretaría de la Defensa Nacional inspeccionará periódicamente el


armamento, sólo para efectos de su control, sin tener autoridad alguna
sobre el personal.

II. Las licencias individuales se expedirán a quienes desempeñen cargos o


empleos en la Federación o en las Entidades Federativas, que para el
cumplimiento de sus obligaciones requieran, en opinión de la autoridad
competente, la portación de armas.
III. Los servidores públicos a que se refiere este artículo deberán cumplir,
además, con los requisitos establecidos en los cinco primeros incisos de la
fracción I del artículo 26 de esta ley.

Articulo 30.- Corresponde a la Secretaría de la Defensa Nacional, con la


salvedad señalada en el artículo 32 de esta Ley, la expedición, suspensión y
cancelación de las licencias de portación de armas, así como su registro,
control y vigilancia.

La propia Secretaría comunicará oportunamente a la de Gobernación, las


licencias que autorice, suspenda o cancele.

Articulo 31.- Las licencias de portación de armas podrán cancelarse, sin


perjuicio de aplicar las sanciones que procedan, en los siguientes casos:

I.- Cuando sus poseedores hagan mal uso de las armas o de las licencias;
II.- Cuando sus poseedores alteren las licencias;
III.- Cuando se usen las armas fuera de los lugares autorizados;
IV.- Cuando se porte un arma distinta a la que ampara la licencia;
V.- Cuando el arma amparada por la licencia se modifique en sus
características originales;
VI.- Cuando la expedición de la licencia se haya basado en engaño, o
cuando a juicio de la Secretaría de la Defensa Nacional hayan desaparecido
los motivos que se tuvieron en cuenta para otorgarla o que por causa
superveniente se dejare de satisfacer algún otro requisito necesario para su
expedición;

VII.- Por resolución de autoridad competente;


VIII.- Cuando sus poseedores cambien de domicilio sin manifestarlo a la
Secretaría de la Defensa Nacional;
IX.- Por no cumplir el interesado las disposiciones de esta Ley, de sus
Reglamentos o las de la Secretaría de la Defensa Nacional dictadas con
base en esos Ordenamientos;

La suspensión de las licencias de portación de armas, sólo procederá


cuando a juicio de la Secretaría de Gobernación sea necesaria para
mantener o restituir la tranquilidad de poblaciones o regiones.
(REFORMADO, D.O.F. 21 DE DICIEMBRE DE 1995)

Articulo 32.- Corresponde a la Secretaría de Gobernación la expedición,


suspensión y cancelación de licencias oficiales individuales de portación de
armas a los empleados federales, de las que dará aviso a la Secretaría de la
Defensa Nacional para los efectos de inscripción de las armas en el Registro
Federal de Armas.
A la Secretaría de Gobernación también corresponde la suspensión y
cancelación de las credenciales de identificación que expidan los
responsables de las instituciones policiales, al amparo de una licencia
colectiva oficial de la portación de armas y que se asimilan a licencias
individuales.

Articulo 33.- Las credenciales de agentes o policías honorarios y


confidenciales u otras similares, no facultan a los interesados para portar
armas, sin la licencia correspondiente.

Articulo 34.- En las licencias de portación de armas se harán constar los


límites territoriales en que tengan validez. En el caso de que éstas sean para
vigilantes de recintos o determinadas zonas, se precisarán en ellas las áreas
en que sean válidas.

Articulo 35.- Las licencias autorizan exclusivamente la portación del arma


señalada por la persona a cuyo nombre sea expedida.

Articulo 36.- Queda prohibido a los particulares asistir armados a


manifestaciones y celebraciones públicas, a asambleas deliberativas, a
juntas en que se controviertan intereses, a cualquier reunión que, por sus
fines, haga previsible la aparición de tendencias opuestas y, en general, a
cualquier acto cuyos resultados puedan ser obtenidos por la amenaza o el
uso de las armas; se exceptúan los desfiles y las reuniones con fines
deportivos de charrería, tiro o cacería.

“LEY ORGANICA DEL EJERCITO Y FUERZA AEREA


MEXICANOS”

TITULO PRIMERO
MISIONES GENERALES
CAPITULO UNICO

Artículo 1. El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, son instituciones armadas


permanentes que tienen las misiones generales siguientes:

I. Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación;


II. Garantizar la seguridad interior;
III. Auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas;
IV. Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país;
y
V. En caso de desastre prestar ayuda para el mantenimiento del orden,
auxilio de las personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas
afectadas.
Artículo 2. Las misiones enunciadas, podrán realizarlas el Ejército y la
Fuerza Aérea, por si o en forma conjunta con la Armada o con otras
Dependencias de los Gobiernos Federal, Estatales o Municipales, todo,
conforme lo ordene o lo apruebe el Presidente de la República, en ejercicio
de sus facultades constitucionales.

Artículo 3. El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos deben ser organizados,


adiestrados y equipados conforme a los requerimientos que reclame el
cumplimiento de sus misiones.

TITULO SEGUNDO
INTEGRACION DEL EJERCITO Y FUERZA AEREA MEXICANOS
CAPITULO UNICO

Artículo 4. El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos están integrados por:


I.- Los mexicanos por nacimiento que no adquieran otra nacionalidad y que
prestan sus servicios en las Instituciones Armadas de tierra y aire, sujetos a
las Leyes y Reglamentos Militares;

II. Los recursos que la Nación pone a su disposición; y


III. Edificios e instalaciones.
Artículo 5. Los miembros del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, por norma
Constitucional pertenecen al Servicio Militar Voluntario o al Servicio Militar
Nacional.
Artículo 6. Los mexicanos que decidan prestar sus servicios en las
Instituciones Armadas de tierra y aire, en forma voluntaria, firmarán un
contrato manifestando su conformidad para permanecer en dichas Fuerzas
Armadas por un tiempo determinado.
Artículo 7. Los mexicanos que integran el Servicio Militar Nacional, durante
su permanencia en el activo de las Fuerzas Armadas, quedarán sujetos a las
Leyes, Reglamentos y disposiciones militares.

Artículo 8. El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos para sostener a sus tropas


y el cumplimiento de sus misiones, cuenta con los recursos que el
Presupuesto de Egresos de la Federación les asigna.

Artículo 9. Los edificios e instalaciones en el Ejército y Fuerza Aérea están


destinados para que en ellos se lleven a cabo funciones de administración
y organización, así como para el alojamiento, preparación y operación de
las tropas.

TITULO CUARTO
COMPOSICION DEL EJERCITO Y FUERZA AEREA MEXICANOS
CAPITULO I

Artículo 53. El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos desarrollan sus acciones


de Defensa Nacional en forma conjunta y se mantienen unidas en una sola
Dependencia.

Está compuesta por: Unidades de Combate, Unidades de los Servicios,


Cuerpos Especiales, Cuerpos de Defensas Rurales y Establecimientos de
Educación Militar.

CAPITULO II
COMPOSICION DEL EJERCITO MEXICANO

Artículo 54. El Ejército Mexicano se compone de Unidades organizadas y


adiestradas para las operaciones militares terrestres y está constituido por
Armas y Servicios.

Artículo 55. Las Armas son los componentes del Ejército Mexicano cuya
misión principal es el combate, el que será ejecutado por cada una de ellas
en función de cómo combinen el armamento, la forma preponderante de
desplazarse, su poder de choque y forma de trabajo.

Artículo 56. Las Armas del Ejército Mexicano son:


I. Infantería;
II. Caballería;

III. Artillería;
IV. Blindada; e
V. Ingenieros.
Artículo 57. Las Armas del Ejército se organizarán en Unidades, las que se
clasifican en pequeñas y grandes Unidades.

I. Las pequeñas Unidades se constituyen con mando y órganos de mando,


elementos o unidades de una sola Arma y de los Servicios que le sean
necesarios según proceda. Las pequeñas Unidades son: Escuadras;
Pelotones; Secciones; Compañías, Escuadrones o Baterías; Grupos; y
Batallones o Regimientos.

II. Las grandes Unidades se constituyen con Mando y órganos de Mando,


Unidades de dos o más Armas y de los Servicios que se requieran.
Las Grandes Unidades son: Brigadas, Divisiones y Cuerpos de Ejército.
Artículo 58. Los servicios del Ejército tienen la misión, composición y
funciones que les señala la parte correspondiente del Capítulo IV del
presente Título.

CAPITULO III
COMPOSICION DE LA FUERZA AEREA MEXICANA

Articulo 59. La Fuerza Aérea Mexicana se compone de Unidades


organizadas, equipadas y adiestradas para las operaciones militares aéreas
y está constituida por:

I. Comandancia de la Fuerza Aérea;


II. Estado Mayor Aéreo;
III. Unidades de Vuelo;
IV. Tropas Terrestres de la Fuerza Aérea; y
V. Servicios.
Artículo 60. El mando de la Fuerza Aérea recae en un General Piloto
Aviador, al que se denominará Comandante de la Fuerza Aérea, quien será
responsable de la operación y administración de la misma, así como del
empleo de sus Unidades, de conformidad con las Directivas, Instrucciones,
Ordenes y demás disposiciones del Secretario de la Defensa Nacional.

Artículo 61. El Estado Mayor Aéreo es el órgano técnico colaborador


inmediato del Comandante de la Fuerza Aérea, a quien auxilia en la
planeación y coordinación de las Misiones que le sean conferidas y
transforma las decisiones en órdenes, directivas e instrucciones verificando
su cumplimiento.

Artículo 62. El Estado Mayor Aéreo, estará formado por Pilotos Aviadores
Diplomados de Estado Mayor Aéreo, así como de aquel otro personal que
le sea necesario.

Artículo 63. Las Unidades de Vuelo son los componentes de la Fuerza


Aérea, cuya misión principal es el combate Aéreo y las operaciones
conexas, y que actúan en la forma peculiar que les impone la misión y el
material de vuelo de que están dotadas.
Artículo 64. Las unidades de vuelo se clasifican en pequeñas y grandes
unidades y se constituyen con mando, órganos de mando, unidades de uno
o varios tipos de material de vuelo y de los servicios que les sean necesarios.

I. Las pequeñas unidades de vuelo son las escuadrillas y los escuadrones.


II. Las grandes unidades de vuelo son los grupos, las alas y las divisiones.
Se organizarán además unidades de búsqueda y rescate, dotadas del
material aéreo apropiado para realizar las actividades de localización,
hallazgo y retorno a la seguridad, tanto de las personas víctimas de las
operaciones y de accidentes aéreos u otra clase de desastre, como de los
objetos que por su naturaleza lo ameriten.

Artículo 65. Las tropas terrestres de la Fuerza Aérea son pequeñas


unidades de arma y se constituyen con mando, órganos de mando,
unidades y los servicios que sean necesarios, y comprenden escuadras,
pelotones, secciones, compañías y batallones. Estarán destinadas
fundamentalmente a actividades de protección de instalaciones aéreas.

Artículo 66. Los Servicios de la Fuerza Aérea tienen la misión, composición


y funciones que les señala la parte correspondiente del Capítulo IV del
presente Título.

“Manual de Derechos Humanos para el Ejército y


Fuerza Aérea Mexicanos”

Capítulo IX
Fuerzas Armadas y Derechos Humanos
Primera Sección
Observancia de los Derechos Humanos en el Ejército y Fuerza
Aérea Mexicanos

Artículo 364. Conforme a lo dispuesto por el artículo primero


constitucional, todas las autoridades, incluidas las Fuerzas Armadas, tienen
la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos
humanos, en el ámbito de sus competencias.

Artículo 365. Por su parte, el artículo 89 constitucional, fracción VI, le otorga


al Presidente de la República la facultad y obligación de preservar la
seguridad nacional, en los términos de la ley respectiva, y disponer de la
totalidad de la Fuerza Armada permanente o sea del Ejército, de la Armada
y de la Fuerza Aérea para la seguridad interior y defensa exterior de la
Federación.
Artículo 366. Por Seguridad Nacional se entienden –conforme a la ley en la
materia- las acciones destinadas de manera inmediata y directa a
mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano,
que conlleven a:

A. La protección de la nación mexicana frente a las amenazas y riesgos que


enfrente nuestro país;

B. La preservación de la soberanía e independencia nacionales y la defensa


del territorio;

C. El mantenimiento del orden constitucional y el fortalecimiento de las


instituciones democráticas de gobierno;
D. El mantenimiento de la unidad de las partes integrantes de la Federación
señaladas en el artículo 43 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos;

E. La defensa legítima del Estado Mexicano respecto de otros Estados o


sujetos de derecho internacional, y

F. La preservación de la democracia, fundada en el desarrollo económico


social y político del país y sus habitantes.

Artículo 367. En ese sentido, la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea
Mexicanas señala como misión de estas instituciones:

A. Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación;

B. Garantizar la seguridad interior;


C. Auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas;

D. Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del


país; y
E. En caso de desastre prestar ayuda para el mantenimiento del orden,
auxilio de las personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas
afectadas.

Artículo 368. Ahora bien, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha


emitido jurisprudencia, en la que se sustenta la participación de las Fuerzas
Armadas en las labores de seguridad pública, cuando las autoridades civiles
lo soliciten, con estricto apego a la Constitución y a las leyes que de ella
emanan:

A. “Ejército, Armada y Fuerza Aérea. Su participación en auxilio de las


autoridades civiles es constitucional (interpretación del artículo 129 de la
Constitución) (Tesis: P./J. 38/2000, Novena Época, Pleno, Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Tomo XI, Abril de 2000, pág. 549,
Jurisprudencia)”, y

B. Ejército, Fuerza Aérea y Armada. Pueden actuar acatando órdenes del


Presidente, con estricto respeto a las garantías individuales, cuando sin
llegarse a situaciones que requieran la suspensión de aquéllas, hagan
temer, fundadamente, que de no enfrentarse de inmediato sería inminente
caer en condiciones graves que obligarían a decretarla. (Tesis: P./J. 37/2000,
Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo XI, Abril de 2000, pág. 551).

C. En todo caso, el Ejército y la Fuerza Aérea deben respetar y proteger los


derechos humanos de todas las personas.

Segunda Sección
Principios Generales para la Actuación del Personal del Ejército
y Fuerza Aérea Mexicanos en materia de Derechos Humanos
Artículo 369. Observar las mejores prácticas internacionales en relación con
los derechos humanos, absteniéndose de realizar actos violatorios de éstos.

Artículo 370. Conducir su actuación con apego al orden jurídico y a los


derechos humanos, con absoluta imparcialidad, sin discriminar a las
personas por su raza, religión, sexo, género, condición económica,
condición social, apariencia, preferencias sexuales e ideología política.

Artículo 371. Observar un trato respetuoso hacia las personas,


absteniéndose de cualquier acto de arbitrariedad o rebase del límite de las
funciones que le han sido expresamente encomendadas, de forma verbal o
por escrito.

Artículo 372. Apegarse a los principios de legalidad, eficiencia,


profesionalismo y honradez.

Artículo 373. Conocer el orden jurídico mexicano vinculado con los


derechos humanos, así como nuestras leyes y reglamentos militares para
asegurar su buen desempeño.
Artículo 374. Dar respuesta en breve término a todas las peticiones que se
formulen, conforme a lo dispuesto en el artículo 8º de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Artículo 375. Respetar la integridad física de las personas detenidas en


tanto se ponen a disposición del Ministerio Público o de la autoridad
competente.

Artículo 376. Fomentar entre el personal militar que se privilegie la vida


en todas sus actividades, desarrollando una cultura de respeto y
observancia de los derechos humanos y la legalidad.

Artículo 377. Desempeñar su misión con apego a los valores del Ejército y
Fuerza Aérea Mexicanos: honor, valor, lealtad, disciplina, abnegación,
espíritu de cuerpo, patriotismo y honradez, en oposición a cualquier acto de
corrupción.

Artículo 378. Brindar auxilio a la protección de las personas que son


amenazadas por algún peligro, así como de los bienes que le son
encomendados; su actuación debe ser digna, congruente, oportuna y
apegada al orden jurídico.

Artículo 379. El personal militar es considerado una autoridad cuando se


encuentra en ejercicio de las funciones de su empleo, cargo o comisión; por
lo que debe ajustar su actuación al respeto irrestricto a los derechos
humanos de todas las personas.

Artículo 380. Cuando el personal militar se encuentre franco pero hace


uso de su investidura o de recursos humanos y/o materiales de la institución
puede considerarse, de acuerdo a las circunstancias de cada caso, infringe
la disciplina militar, incurre en delitos del orden federal o común y viola
derechos humanos de las personas civiles.

Artículo 381. No se consideran actos de autoridad ni violaciones a los


derechos humanos, aquellos conflictos derivados de las relaciones
interpersonales en las que actué en su calidad de particular (pagos de
pensión alimenticias, accidentes de tránsito, conflictos familiares o
vecinales, entre otros).

Artículo 382. El o la Presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos


Humanos, sus visitadores generales y el personal de esta institución no
podrán detenerse por actos que realicen en ejercicio de las funciones
propias de su cargo.

Artículo 383. Se debe dar todas las facilidades y el apoyo específico


necesario que requieran las y los funcionarios de la CNDH, para el buen
desempeño de sus labores de investigación de violaciones de los derechos
humanos.

Artículo 384. Cada Comandante de organismo debe informar


oportunamente a la superioridad por conducto de la Dirección General de
Derechos Humanos de la Secretaría de la Defensa Nacional, de cualquier
petición de la CNDH y de las organizaciones de la sociedad civil a fin de no
incurrir en alguna responsabilidad.
Artículo 385. A las organizaciones de la sociedad civil protectoras de los
derechos humanos se les debe indicar que deben dirigir sus peticiones al
escalón superior de mando o bien de manera directa a la Dirección General
de Derechos Humanos.

Artículo 386. El personal militar, en el ejercicio de sus atribuciones


únicamente podrá detener a los probables responsables de la comisión de
un ilícito en el momento en que esté cometiendo, si existe una persecución
ininterrumpida (flagrancia), y deberá ponerlos sin demora a disposición de
la autoridad competente.

Derechos constitucionales que tienen las personas detenidas


1. Quienes realizan la detención se identifiquen plenamente.
2. Que su detención atienda a un mandamiento de la autoridad
competente que lo ordene, excepto en caso de flagrancia. En todo caso
deberá ser informado del motivo de su detención.

3. De no haber flagrancia, se le muestre la orden de detención o de


aprehensión.

4. Ponerse a disposición de la autoridad competente de manera inmediata.

5. Trasladarse de inmediato ante la autoridad competente que mandata su


detención o bien ante la autoridad ministerial en casos de flagrancia.

6. Guardar silencio.
7. Se respete su integridad física y/o psicológica.
8. Ser asistido por su defensor, y que en caso de que no cuente con uno, el
Estado se lo asignará.

9. Jamás se le puede golpear, dejar sin comer, amenazar, ni obligar en


forma alguna a declarar en su contra o en determinado sentido.
10. Se proporcione atención médica inmediata, en caso de que las personas
detenidas se encuentren heridas o enfermas y canalizarse a la autoridad
competente.

11. Comunicarse con su abogado o abogada, familiar, o persona de


confianza, aun antes de que se presente a declarar.

12. Declarar en presencia de su defensor.


13. Si no habla o no entiende suficientemente el castellano, se le asignará
alguien que le traduzca.

14. Siendo extranjeros se informará a las autoridades consulares


correspondientes.

15. Que se presuma su inocencia mientras no se declare su responsabilidad.

Tercera Sección
Principios Básicos Sobre el Empleo de la Fuerza y Armas de
Fuego por las y los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir
la Ley

Artículo 387. En el “…VIII Congreso de las Naciones Unidas sobre la


Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente…” celebrado en la
Habana, Cuba, del 27 agosto al 7 de septiembre de 1990, se aprobaron los
principios básicos sobre el empleo de la fuerza y armas de fuego por los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.

Artículo 388. A fin de evitar hacer uso ilegítimo de la fuerza y de las armas
de fuego en perjuicio de las personas a las que se pretende detener,
someter o asegurar, el personal militar en el cumplimiento de las misiones
asignadas, debe ajustar su conducta, entre otros, a los Principios básicos
sobre el empleo de la fuerza y armas de fuego por los funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley, así como al Manual del Uso de la
Fuerza, de aplicación común a las tres fuerzas armadas.

Artículo 389. Los principios comunes y esenciales que rigen el uso legítimo
de la fuerza y de las armas de fuego por los funcionarios o servidores
públicos encargados de hacer cumplir la ley, son:

A. Oportunidad: Cuando se utiliza en el momento en que se requiere. Ante


situaciones que pongan en peligro o riesgo la vida de civiles se debe
proteger la integridad física de las personas involucradas y sus bienes.

B. Proporcionalidad: Cuando se utiliza en la magnitud, intensidad y


duración necesarias para lograr el control de la situación, atendiendo al
nivel de resistencia o de agresión que se enfrente.
C. Racionalidad: Cuando su utilización es producto de una decisión en la
que se valora el objetivo que se persigue, las circunstancias de la agresión,
las características personales y las capacidades tanto del sujeto a controlar
como de usted, y que dada la circunstancia no puede recurrir a otro medio.

D. Legalidad: Cuando su uso es desarrollado con apego a la normativa


vigente y con respeto a los Derechos Humanos. 390. Para que el uso de la
fuerza sea proporcional se debe realizar una evaluación de la situación, a fin
de adoptar el nivel de fuerza que corresponda a la conducta de la persona
y/o la resistencia que opone mediante:

A. Disuasión: Acto de presencia.


B. Persuasión: Contacto visual e instrucciones verbales, para que el
presunto transgresor de la ley desista.

C. Fuerza no letal: Controlar a una persona en los casos de resistencia no


agresiva y agresiva.

D. Fuerza letal: Utilización de medios letales (armas de fuego,


contundentes e improvisadas) para proteger la vida propia o de terceros.

Artículo 391. Dentro del derecho nacional, el artículo 15, fracción IV, del
Código Penal Federal establece como causa de exclusión de delito a lo que
reconoce como “legítima defensa”.

Artículo 392. La legítima defensa es entendida como “la repulsa de una


agresión actual, inminente y sin derecho, utilizando la racionalidad de los
medios en relación al daño que se pretende causar, ya sea de bienes
jurídicos propios o de terceras personas.”

Artículo 393. “Repulsa”, se entiende como la acción de repeler el ataque


injustificado que está sucediendo en el momento o que está por suceder.
Artículo 394. Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
interpreta que el ataque es actual cuando reviste caracteres de inminencia
o dura todavía, de tal suerte que lo que importa para los efectos del derecho
penal, es la amenaza creada por aquella persona, y no la actualidad de la
lesión que sufre quien se defiende o, en otros términos, lo que caracteriza a
la legítima defensa es que el rechazo de la agresión se realice mientras ésta
persista, esto es, en tanto que pone en peligro la integridad corporal o la
vida de quien se defiende y aún la de una o un tercero.

Artículo 395. Por otro lado, cuando se habla de “racionalidad”, debe


entenderse en el sentido de que el medio empleado para repeler la
agresión no deba ser excesivo, es decir, que el nivel de fuerza a emplear, sea
el mínimo necesario para neutralizar el acto o amenaza hostil, procurando
causar el menor daño posible.
Artículo 396. Asimismo, por lo que se refiere al concepto “bienes jurídicos”,
se debe entender como la vida, la integridad corporal, la propiedad, etc.

Artículo 397. Finalmente, a través de diversas interpretaciones realizadas


por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se tienen las siguientes
excepciones a la excluyente de legítima defensa:

A. La reacción defensiva efectuada después de consumado el acto o


intención hostil y el peligro que se pretende la motivaron, no puede
considerarse como legítima defensa ni exime de responsabilidad penal a la
o el agente activo del delito.

B. Los actos ejecutados en contra de quien resulte con alguna ofensa con
posterioridad a la consumación de su agresión realizada, no constituyen
legítima defensa, sino actos de represalia o venganza cuya ilegalidad
impide que la responsabilidad penal se excluya por tal concepto.

Cuarta Sección
Acciones para Promover el Respeto de los Derechos Humanos
en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos

Artículo 398. El tema de los derechos humanos en el Ejército y Fuerza Aérea


Mexicanos, se ha materializado en los planes y programas de estudios de
los diferentes planteles militares y cursos de capacitación, para desarrollar
una cultura y doctrina sobre dichos derechos en donde se expresen los
conceptos y líneas de comportamiento que deben ser seguidas en las
diferentes actividades militares, una vez egresados y durante el proceso de
la ruta profesional militar.

Artículo 399. Con base a los perfiles de egreso, se estructura para su estudio
la asignatura de derechos humanos respondiendo a los diversos niveles
educativos, a los grados jerárquicos y a las funciones que desarrollarán los
discentes una vez que culminen sus estudios.

Artículo 400. Dicha asignatura comprende temas que se desarrollan en


forma teórica y práctica proporcionando una comprensión cabal de los
derechos humanos, para que los egresados normen su actuar con estricto
respeto a los derechos humanos que ampara el orden jurídico
mexicano.
Artículo 401. Para la atención de los compromisos internacionales de
México en materia de derechos humanos y como parte del Plan Nacional
de Desarrollo, el Gobierno Mexicano materializa un Programa Nacional de
Derechos Humanos que establece objetivos, estrategias y líneas de acción
tendentes a asegurar el respeto de los derechos humanos en la
administración pública federal, impulsando su promoción y defensa.

Artículo 402. La Secretaría de la Defensa Nacional como parte de dicha


administración ha implementado las siguientes acciones:

A. Con fecha 1º de enero de 2008, paso su revista de entrada la Dirección


General de Derechos Humanos, la cual tiene como misión atender los
requerimientos e inconformidades que en materia de derechos humanos
se interpongan en contra de elementos pertenecientes a la Secretaría de la
Defensa Nacional, así como promover y fomentar la cultura de respeto a los
derechos humanos.

B. Sistema educativo militar.


a. En los planes y programas de estudio con carácter permanente, se
incluyó la asignatura de derechos humanos y Derecho Internacional
Humanitario.

b. En el Centro de Estudios del Ejército y Fuerza Aérea (C.E.E.F.A.), se imparte


el curso de formación de profesores en derechos humanos.

C. Capacitación.
Se han otorgado becas en instituciones civiles y extranjeras para que el
personal militar realice estudios en materia de derechos humanos,
asimismo, se programan cursos, diplomados, talleres, seminarios y
conferencias en coordinación con la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, organismos estatales; así como instituciones educativas
reconocidas del país, en materia de derechos humanos.

D. Otras acciones.
a. Desde 1998, la materia de derechos humanos se aplica en los concursos
de las promociones especial y general.

b. Se han editado algunos materiales, entre los que se encuentran:


1. Manual de Derechos Humanos para el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
2. Manual de Derecho Internacional Humanitario.
3. Protocolo I Adicional a los Convenios de Ginebra de 1949.
4. Cartilla de Derechos Humanos para el Ejército y Fuerza Aérea.

5. Convenios de Ginebra.
c. Se fortaleció una cultura institucional de igualdad de oportunidades,
perspectiva de género, respeto a los derechos humanos de las mujeres, a
fin de combatir la violencia de género y la discriminación.
d. La Secretaría de la Defensa Nacional de igual forma atiende las
necesidades de información de la ciudadanía, sobre la difusión de la cultura,
de respeto a los derechos humanos y la

estadística de quejas por presuntas violaciones a los derechos humanos por


parte del personal militar.

“LEY NACIONAL SOBRE EL USO DE LA FUERZA”


Capítulo I
Disposiciones Generales
Artículo 1. Las disposiciones de la presente Ley son de orden público, de
interés social y de observancia general en todo el territorio nacional; tienen
como fin regular el uso de la fuerza que ejercen las instituciones de
seguridad pública del Estado, así como de la Fuerza Armada permanente
cuando actúe en tareas de seguridad pública.

Cuando las autoridades a que se refiere el párrafo anterior realicen tareas


de protección civil, y se requiera el uso de la fuerza, lo harán en los términos
que dispone la presente Ley.

Artículo 2. La presente Ley tiene por objeto:

I. Establecer las normas generales bajo las cuales los integrantes de las
instituciones de seguridad pueden ejercer el uso de la fuerza y utilizar el
armamento oficial para el desempeño de sus funciones;
II. Regular el catálogo normativo de funciones, derechos, obligaciones y
prohibiciones para los integrantes de las instituciones de seguridad que
ejercen el uso de la fuerza;

III. Establecer las reglas para el control y administración del equipamiento


oficial de los integrantes de las instituciones de seguridad;

IV. Normar los esquemas de coordinación operativa para las instituciones


de seguridad en el uso de la fuerza y del armamento oficial;

V. Brindar certeza jurídica y transparencia a la ciudadanía en relación con


el uso de la fuerza que realicen las instituciones de seguridad en el
ejercicio de sus funciones, y

VI. El establecimiento del régimen de responsabilidades por la


inobservancia de esta Ley.

Artículo 3. Para los efectos de la presente Ley, se entenderá por:

I. Agente: servidor público integrante de las instituciones de seguridad


que, con motivo de su empleo, cargo o comisión, hace uso de la fuerza.
Se considerará agente al elemento de la Fuerza Armada permanente
cuando actúe en tareas de seguridad pública, así como a las personas
que presten servicios de seguridad privada en términos de la ley, cuando
colaboren en tareas de seguridad pública;

II. Armas de fuego: las autorizadas para el uso de los miembros de las
instituciones de seguridad, de conformidad con la Ley Federal de Armas
de Fuego y Explosivos y su Reglamento;

III. Armas menos letales: aquellas a través de las cuales se disminuyen las
funciones corporales de un individuo, reduciendo al mínimo el riesgo de
causarle lesiones que pongan en peligro su vida;
IV. Armas letales: las que por su diseño y mecanismo ocasionan o pueden
ocasionar lesiones graves y la muerte;
V. Control: la acción que ejercen los integrantes de las instituciones de
seguridad sobre una o varias personas para su contención;

VI. Detención: la restricción de la libertad de una persona por las


instituciones de seguridad, con el fin de ponerla a disposición de la
autoridad competente;

VII. Instituciones de Seguridad Pública: las instituciones policiales, de


procuración de justicia, del sistema penitenciario y dependencias o
entidades encargadas de la seguridad pública de orden federal, local o
municipal, las cuales también podrán ser referidas en esta Ley como
instituciones de seguridad;

VIII. Estructuras corporales: las partes anatómicas del cuerpo, tales como
los órganos, las extremidades y sus componentes;

IX. Funciones corporales: las funciones fisiológicas de los sistemas


corporales tales como el sistema respiratorio, el sistema cardiovascular,
el sistema músculo-esquelético, entre otros;

X. Lesión: el daño producido por una causa externa que deja huella
material en el cuerpo humano;

XI. Lesión grave: el daño producido por una causa externa que ponga en
peligro la vida o que disminuya de manera permanente las capacidades
físicas de una persona;

XII. Ley: la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza;

XIII. Sujetos Obligados: las instituciones de seguridad pública, las


auxiliares, y los agentes de ambas, y

XIV. Uso de la Fuerza: la inhibición por medios mecánicos o biomecánicos,


de forma momentánea o permanente, de una o más funciones
corporales que lleva a cabo una persona autorizada por el Estado sobre
otra, siguiendo los procedimientos y protocolos que establecen las
normas jurídicas aplicables.

Capítulo II
Principios del Uso de la Fuerza.

Artículo 4. El uso de la fuerza se regirá por los principios de:

I. Absoluta necesidad: para que el uso de la fuerza sea la última


alternativa para tutelar la vida e integridad de las personas o evitar que
se vulneren bienes jurídicamente protegidos o con el fin de mantener el
orden y la paz pública, al haberse agotado otros medios para el
desistimiento de la conducta del agresor;

II. Legalidad: para que la acción de las instituciones de seguridad se realice


con estricto apego a la Constitución, a las leyes y a los Tratados
Internacionales de los que el Estado mexicano sea parte;
III. Prevención: para que los operativos para el cumplimiento de la ley sean
planificados y se lleven a cabo, en la medida de lo posible, minimizando
el uso de la fuerza y, cuando esto sea inevitable, reduciendo al mínimo
los daños que de ello puedan resultar;

IV. Proporcionalidad: para que el nivel de fuerza utilizado sea acorde con el
nivel de resistencia ofrecido por el agresor y el nivel de riesgo exhibido,
de tal forma que los agentes apliquen medios y métodos bajo un criterio
de uso diferenciado y progresivo de la fuerza, y

V. Rendición de cuentas y vigilancia: para que existan controles que


permitan la evaluación de las acciones de uso de la fuerza y sea valorada
su eficacia en términos del desempeño de las responsabilidades y
funciones previstas por esta Ley.

Artículo 5. El uso de la fuerza se hará en todo momento con pleno respeto


a los derechos humanos.

Artículo 6. El impacto del uso de la fuerza en las personas estará graduado


de la siguiente manera:

I. Persuasión: cese de la resistencia a través del uso de indicaciones


verbales o de la simple presencia de la autoridad, para lograr la
cooperación de las personas con la autoridad;

II. Restricción de desplazamiento: determinar un perímetro con la


finalidad de controlar la agresión;

III. Sujeción: utilizar la fuerza física con moderación para lograr el control o
aseguramiento de los individuos;

IV. Inmovilización: utilizar la fuerza física con intensidad, pudiendo emplear


medios o equipos destinados a restringir la movilidad de las personas
para lograr su aseguramiento;

V. Incapacitación: utilizar la fuerza física con máxima intensidad,


permitiendo el empleo de armas menos letales, así como sustancias
químicas irritantes que perturben las funciones sensoriales, con la
finalidad de neutralizar la resistencia y la violencia, teniendo alta
probabilidad de causar lesiones que no pongan en riesgo la vida del
agresor;

VI. Lesión grave: utilizar la fuerza epiletal, permitiendo el uso de armas


menos letales o de fuego con la finalidad de neutralizar a los agresores y
proteger la integridad de la autoridad o de personas ajenas, con alta
probabilidad de dañar gravemente al agresor, y

VII. Muerte: utilizar la fuerza letal como una acción excepcional,


permitiendo el uso de armas menos letales o de fuego con la finalidad
de repeler y neutralizar la agresión, no teniendo otra opción para
proteger la vida de las personas ajenas o la propia, a sabiendas que
existe un alto riesgo de causar la muerte del agresor.
Artículo 7. Se consideran amenazas letales inminentes:

I. La acción de apuntar con el cañón de un arma de fuego o una réplica


de la misma en dirección a una persona;

II. La acción de no soltar un arma de fuego o una réplica de la misma


después de advertencia clara;

III. La acción de poner en riesgo la integridad física de una persona con un


arma punzocortante;

IV. El accionar el disparador de un arma de fuego;

V. La acción de portar o manipular un explosivo real o una réplica del


mismo, o

VI. Las acciones tendientes a perturbar objetos o sistemas que puedan


tener efectos letales o incapacitantes en una o más personas.

Artículo 8. Los protocolos y procedimientos del uso de la fuerza deberán


atender a la perspectiva de género, la protección de niñas, niños y
adolescentes, así como la atención de situaciones de riesgo en el interior o
en las inmediaciones de guarderías, escuelas, hospitales, templos, centros
de reclusión y otros lugares en el que se congreguen personas ajenas a los
agresores.

Capítulo III
Procedimientos del Uso de la Fuerza

Artículo 9. Los mecanismos de reacción en el uso de la fuerza son:

I. Controles cooperativos: indicaciones verbales, advertencias o


señalización;

II. Control mediante contacto: su límite superior es la intervención


momentánea en funciones motrices;

III. Técnicas de sometimiento o control corporal: su límite superior es el


impedimento momentáneo de funciones corporales y daños menores
en estructuras corporales;

IV. Tácticas defensivas: su límite superior es el daño de estructuras


corporales no vitales, y

V. Fuerza Letal: su límite es el cese total de funciones corporales. Se


presume el uso de la fuerza letal cuando se emplee arma de fuego
contra una persona.
Artículo 10. La clasificación de las conductas que ameritan el uso de la
fuerza, ordenadas por su intensidad, es:

I. Resistencia pasiva: conducta de acción u omisión que realiza una o


varias personas, exenta de violencia, para negarse a obedecer órdenes
legítimas comunicadas de manera directa por los sujetos obligados,
quienes previamente se han identificado como autoridad. Contra la
resistencia pasiva podrán oponerse los mecanismos de reacción a los
que se refieren las fracciones I y II del artículo anterior;

II. Resistencia activa: conducta de acción u omisión que realiza una o


varias personas, empleando la violencia, el amago o la amenaza, para
negarse a obedecer órdenes legítimas comunicadas de manera directa
por los sujetos obligados, quienes previamente se han identificado como
autoridad. Contra la resistencia activa podrán oponerse los mecanismos
de reacción a los que se refieren las fracciones I, II, III y IV del artículo
anterior, y

III. Resistencia de alta peligrosidad: conducta de acción u omisión que


realiza una o varias personas, empleando la violencia, el amago o la
amenaza con armas o sin ellas para causar a otra u otras o a miembros
de las instituciones de seguridad, lesiones graves o la muerte,
negándose a obedecer órdenes legítimas comunicadas de manera
directa por los sujetos obligados, quienes previamente se han
identificado como autoridad. Contra la resistencia de alta peligrosidad
podrán oponerse los mecanismos de reacción a los que se refieren las
fracciones I, II, III, IV y V del artículo anterior.

Artículo 11. Los niveles del uso de la fuerza, según el orden en que deben
agotarse, son:

I. Presencia de autoridad: es la primera forma de contacto que tienen los


agentes con la ciudadanía en general. Se manifiesta a través de:

a) El uso adecuado del uniforme;


b) El uso adecuado de equipo, acorde a las circunstancias, y
c) Una actitud diligente.

II. Persuasión o disuasión verbal: a través del uso de palabras o


gesticulaciones que sean catalogadas como órdenes y que permitan a
la persona facilitar a los agentes a cumplir con sus funciones;

III. Reducción física de movimientos: mediante acciones cuerpo a cuerpo a


efecto de que se controle a la persona que se ha resistido y ha
obstaculizado que los agentes cumplan con sus funciones;

IV. Utilización de armas incapacitantes menos letales: a fin de someter la


resistencia activa de una persona, y

V. Utilización de armas de fuego o de fuerza letal: para repeler las


resistencias de alta peligrosidad.
Artículo 12. El uso de la fuerza solo se justifica cuando la resistencia o
agresión es:

I. Real: si la agresión se materializa en hechos apreciables por los sentidos,


sin ser hipotética ni imaginaria;

II. Actual: si la agresión se presenta en el momento del hecho, no con


anterioridad o posterioridad, y

III. Inminente: si la agresión está próxima a ocurrir y, de no realizarse una


acción, esta se consumaría.

Artículo 13. El uso de la fuerza letal será el último recurso en cualquier


operativo. En su caso, los agentes deberán comprobar que la agresión era
real, actual o inminente, sin derecho, que ponía o podría poner en peligro la
vida o integridad física de personas ajenas o de uno de ellos y que el uso de
la fuerza en los niveles referidos en las fracciones I a la IV del artículo 11, eran
insuficientes para repeler, contrarrestar o neutralizar los actos de
resistencia.

Capítulo IV
Instrumentos del Uso de la Fuerza

Artículo 14. Las instituciones de seguridad asignarán las armas solamente


al agente que apruebe la capacitación establecida para su uso y este, a su
vez, solo podrá usar las armas que le hayan sido asignadas.

Artículo 15. Los agentes podrán tener a su cargo y portar las siguientes
armas:

I. Incapacitantes menos letales:

a) Bastón PR-24, tolete o su equivalente, de acuerdo con las


disposiciones aplicables;
b) Dispositivos que generan descargas eléctricas;
c) Esposas o candados de mano;
d) Sustancias irritantes en aerosol, y
e) Mangueras de agua a presión.

II. Letales:

a) Armas de fuego permitidas, y


b) Explosivos permitidos, en este y en el inciso anterior, en términos de
la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.

Las instituciones de seguridad deberán dotar a los agentes con el equipo


de protección y vehículos con y sin blindaje, a fin de proteger su integridad
y disminuir la necesidad del uso de armas de cualquier tipo.
En todos los casos, las armas que se autoricen para los cuerpos de policía
deberán apegarse a lo establecido en el párrafo tercero del artículo 24 de la
Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.

Artículo 16. Las instituciones de seguridad emitirán los protocolos de


actuación con perspectiva de género y para niñas, niños, adolescentes y
protección de los derechos humanos, así como los manuales de técnicas
para el uso de la fuerza y la descripción de las conductas a realizar por parte
de los agentes.
El manual correspondiente determinará el contenido de las prácticas que
los agentes deberán cumplir para estar capacitados en el uso de la fuerza,
así como la periodicidad del entrenamiento para el uso de las armas
permitidas y las técnicas de solución pacífica de conflictos, como la
negociación y la mediación, así como de control de multitudes y otros
medios lícitos que limiten al máximo el uso de la fuerza en los niveles de
uso de armas incapacitantes menos letales y de armas de fuego.

El entrenamiento para el uso de las armas permitidas comprenderá


técnicas de solución pacífica de conflictos, como la negociación y la
mediación, así como de control de multitudes y otros medios lícitos que
limiten al máximo el uso de la fuerza en los niveles de uso de armas menos
letales y uso de arma de fuego.

Capítulo V
Agentes

Artículo 17. Las instituciones de seguridad deberán contar con una base de
datos que contenga el registro detallado de las huellas y las características
que impriman los proyectiles u ojivas, las estrías o rayado helicoidal de las
armas de fuego bajo su resguardo; así como de las armas y equipo asignado
a cada agente.

Artículo 18. Las instituciones de seguridad garantizarán que sus


integrantes sean seleccionados mediante procedimientos adecuados que
permitan establecer que poseen aptitudes éticas, psicológicas y físicas
apropiadas para el ejercicio eficaz de sus funciones y que reciban
capacitación profesional, continua y completa, incluyendo el uso de la
fuerza. Las aptitudes para el ejercicio de esas funciones serán objeto de
examen periódico, de conformidad con las disposiciones aplicables.

Lo anterior, de conformidad con las disposiciones relativas de la Ley General


del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y demás normatividad
aplicable.

Artículo 19. Todo agente tiene derecho a la protección de su vida e


integridad física, al respeto a su dignidad como ser humano y a su autoridad
por parte de sus superiores y de la ciudadanía.

Es obligación de la institución de seguridad a la que pertenezcan,


proporcionar a sus agentes la atención médica, psicológica y jurídica que,
en su caso, requieran.
Artículo 20. Las familias de los agentes contarán con atención médica,
psicológica y social en aquellos casos en los que el agente pierda la vida, le
sea imputado el uso excesivo de la fuerza o adquiera alguna discapacidad
por el ejercicio de sus funciones, dando especial atención a sus familiares.

Capítulo VI
Detenciones

Artículo 21. En el uso de la fuerza para la detención de una persona se


atenderán los principios y procedimientos establecidos en esta Ley, de
acuerdo con las siguientes reglas:
I. Evaluar la situación para determinar inmediatamente el nivel de fuerza
que utilizará;

II. Comunicar de inmediato a la persona o personas las razones por las


cuales serán detenidas;

III. Comunicar a la persona detenida ante qué autoridad será puesta a


disposición y solicitar que la acompañen, y

IV. Poner a disposición de forma inmediata ante la autoridad competente a


la persona detenida.

Los agentes, bajo su más estricta responsabilidad, velarán porque durante


la custodia del detenido se resguarde su integridad y se impidan actos de
tortura, tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, desaparición
forzada o cualquier otro hecho que la ley señale como delito, o que
impliquen una violación grave a los derechos humanos; así como por el
cumplimiento de las disposiciones correspondientes de la Ley Nacional del
Registro de Detenciones.

Artículo 22. Cuando para la detención de una persona sea necesario hacer
uso de la fuerza, el agente deberá:

I. Procurar no ocasionar daño a la persona susceptible de detención y velar


por el respeto a la vida e integridad física de ésta;

II. Utilizar de forma racional, subsidiaria y proporcional, los distintos niveles


de uso de la fuerza, conforme a los niveles contemplados en esta Ley, y

III. No exponer a la persona detenida a tratos denigrantes, abuso de


autoridad o tortura.

En cualquier caso, será aplicable lo dispuesto por el último párrafo del


artículo anterior.
Artículo 23. Durante una detención, se debe garantizar la seguridad de las
personas no involucradas, la de los agentes y la del sujeto de la detención,
en ese orden.

Artículo 24. Las instituciones de seguridad deberán abstenerse de ejercer


el uso de la fuerza en contra de una persona detenida bajo su custodia, salvo
que las circunstancias demanden la necesidad de su uso para el
mantenimiento del orden y la seguridad o se ponga en riesgo la integridad
de las personas.

Artículo 25. Las detenciones podrán ser registradas en medios


audiovisuales que serán accesibles por los medios que establezcan las
disposiciones en materia de acceso a la información pública y protección
de datos personales.

Artículo 26. De cada detención se llevará a cabo el registro e informe


correspondiente, en términos de lo establecido por la ley en la materia.

Capítulo VII
Actuación de las Policías en Manifestaciones y Reuniones Públicas

Artículo 27. Por ningún motivo se podrá hacer uso de armas contra quienes
participen en manifestaciones o reuniones públicas pacíficas con objeto
lícito.

En estos casos, la actuación policial deberá asegurar la protección de los


manifestantes y los derechos de terceros, así como garantizar la paz y el
orden públicos.

La intervención de las fuerzas de seguridad pública deberá hacerse por


personas con experiencia y capacitación específicas para dichas situaciones
y bajo protocolos de actuación emitidos por el Consejo del Sistema
Nacional de Seguridad Pública.

Artículo 28. Cuando las manifestaciones o reuniones públicas se tornen


violentas, las policías deberán actuar de acuerdo a los distintos niveles de
fuerza establecidos en esta Ley.

Capítulo VIII
Planeación de Operativos que requieran el Uso de la Fuerza

Artículo 29. Los agentes tienen derecho a responder a una agresión usando
fuerza letal cuando esté en peligro inminente su integridad física con riesgo
de muerte. Para calificar el hecho se deberán tomar en cuenta las
circunstancias de modo, tiempo y lugar del operativo, así como la situación
del agresor y su capacidad de resistencia.

Artículo 30. En el uso de la fuerza y la planeación de operativos siempre se


tomará en consideración la salvaguarda de los objetivos y principios que
establece esta Ley para garantizar la protección a los derechos humanos de
todos los potenciales involucrados. Además, deberán cumplir con lo
siguiente:

I. Determinar el agente o agentes al mando del operativo, que serán


responsables de su debido cumplimiento;

II. El mando deberá realizar reuniones para la coordinación con las


diferentes autoridades participantes y los agentes que participarán en el
operativo, con el objetivo de plantear las estrategias adecuadas y la toma
de decisiones para definir el cumplimiento de los objetivos;

III. Contar con planes operativos y logísticos para hacer frente al evento de
que se trate, que contemplen la forma para controlar la eventual
resistencia, considerando la capacidad de respuesta del objetivo, las
características físicas del lugar, las entradas y salidas para poder
considerar la retirada en caso de que el uso de la fuerza resulte
inadecuado y la vida de los agentes corra peligro, así como evitar la huida
de la o las personas en caso de que se trate de una detención;

IV. Los planes operativos deberán establecer acciones para repeler,


contrarrestar y neutralizar cualquier tipo de resistencia;

V. Contemplar en el desarrollo del operativo el uso progresivo y


diferenciado de la fuerza, procurando generar el menor daño posible;

VI. Contar con un plan de desplazamiento de los agentes en la zona del


operativo;

VII. Antes del operativo, pasar revista de agentes, equipo, armamento,


cartuchos y vehículos, misma que deberá constar por escrito;

VIII. Asegurar que el mando operativo mantenga una constante


comunicación con sus superiores para la toma de decisiones durante
la realización del operativo, incluida la posible negociación con las
personas que ejercen la resistencia;

IX. Evaluar los factores de riesgo para planear la estrategia adecuada;

X. Determinar las rutas para poner a salvo a las personas ajenas, y

XI. Es legal grabar o filmar el desarrollo del operativo, desde el inicio hasta
la conclusión del mismo.

Artículo 31. En el caso de los planes, estrategias y programas para actuar


frente a asambleas, manifestaciones o reuniones que se tornen violentas o
que atenten contra el orden público, se deberá considerar la presencia de
agentes capacitados para llevar a cabo negociaciones y procedimientos de
disuasión y persuasión para que los manifestantes abandonen las
conductas agresivas, debiendo buscar a los líderes para entablar el diálogo
entre éstos y las autoridades.

El agente que funja como negociador deberá permanecer en


comunicación directa y en coordinación con el mando operativo, quien a
su vez tendrá contacto directo con el mando superior.

Capítulo IX
Informes del Uso de la Fuerza

Artículo 32. Siempre que los miembros de las instituciones de seguridad


utilicen la fuerza en cumplimiento de sus funciones deberán realizar un
reporte pormenorizado a su superior jerárquico inmediato, una copia de
este se integrará al expediente del agente al mando del operativo y en lo
conducente de cada uno de los participantes.

Los superiores jerárquicos serán responsables cuando deban tener o


tengan conocimiento de que los agentes bajo su mando hayan empleado
ilícitamente la fuerza, los instrumentos o armas de fuego a su cargo y no lo
impidan o no lo denuncien ante las autoridades correspondientes.

Artículo 33. El reporte pormenorizado contendrá:

I. Nombre, adscripción y datos de identificación del agente;

II. Nivel de fuerza utilizado;

III. Circunstancias de modo, tiempo, lugar de los hechos y razones que


motivaron la decisión de emplear dicho nivel de fuerza, y

Iv. En caso de haber utilizado armas letales:

a) Detallar las razones que se tuvieron para hacer uso del arma de
fuego o explosivo;
b) Identificar el número de disparos o la cantidad de detonación de
explosivos;
c) Especificar el tipo de lesiones, el número e identidad de las
personas lesionadas y los daños materiales causados, y
d) En su caso, especificar el número e identidad de las personas
que hayan perdido la vida.

Artículo 34. Las instituciones de seguridad establecerán un programa de


evaluaciones periódicas de acuerdo con estándares de eficiencia sobre el
uso de la fuerza.

Artículo 35. Las instituciones de seguridad deberán presentar informes


públicos anuales que permitan conocer el desarrollo de las actividades que
involucren el uso de la fuerza.
Estos reportes deberán contener:

I. Los datos relacionados con las detenciones;

II. Los resultados de la evaluación corporal que se realice a las personas


detenidas;

III. El número de personas fallecidas por el uso de la fuerza, desagregado


por sexo, y

IV. En su caso, recomendaciones que con motivo de estos eventos hayan


emitido los organismos públicos de derechos humanos, y la atención
que se haya dado a las mismas.

Artículo 36. En aquellos operativos en los que se requiera y autorice desde


la planeación el uso de la fuerza letal, se podrán utilizar dispositivos
tecnológicos con el fin de registrar audiovisualmente el desarrollo del
operativo con fines de verificación.

Artículo 37. Los vehículos que se utilicen en el ejercicio del uso de la fuerza
contarán con mecanismos tecnológicos para vigilar la seguridad de los
agentes y de las personas alrededor.

Artículo 38. El material audiovisual será accesible para investigaciones y


procedimientos judiciales, en términos de la legislación en la materia.

Artículo 39. Los datos personales de los agentes que hayan utilizado fuerza
letal deberán ser tratados en términos de la legislación en la materia.

Capítulo X
Capacitación y Profesionalización

Artículo 40. La capacitación que reciban los agentes considerará los


estándares nacionales e internacionales en la materia y deberá incluir, al
menos, los aspectos siguientes:

I. Derechos Humanos;

II. No discriminación;

III. Perspectiva de género;

IV. Principios para el uso de la fuerza;

V. Adiestramiento en medios, métodos y técnicas para el control físico;

VI. Adiestramiento en el empleo de armas menos letales;


VII. Código de conducta de los servidores públicos;

VIII. Ética y doctrina policial;

IX. Responsabilidades jurídicas derivadas del uso de la fuerza;

X. Actuaciones previas, durante y posteriores al uso de la fuerza;

XI. Actuación policial, en caso de detenciones;

XII. Primeros auxilios y asistencia médica de emergencia;

XIII. Medios y métodos de solución pacífica de conflictos;

XIV. Manejo y control de multitudes;

XV. Manejo y traslado de personas detenidas o sujetas a proceso;

XVI. Manejo de crisis, estrés y emociones, y

XVII. Las demás que resulten necesarias.

Artículo 41. La capacitación a que se refiere el artículo anterior deberá


considerar el uso diferenciado, escalonado y gradual de la fuerza, tanto de
armas letales como menos letales, siempre con el objetivo de evitar daño a
la integridad física de las personas.

entro de los programas de capacitación se deberán establecer cursos de


evaluación sobre el uso de la fuerza.

Capítulo XI
Régimen de Responsabilidades

Artículo 42. Los mandos de las instituciones de seguridad, así como de la


Fuerza Armada permanente, cuando actúen en tareas de seguridad
pública, deberán verificar que el empleo de la fuerza ejercida por sus
subordinados, se efectúe conforme a lo establecido en la presente Ley y
demás ordenamientos aplicables.

Artículo 43. Las infracciones a la presente Ley, derivadas de uso indebido


de la fuerza, cometidas por integrantes de las instituciones de seguridad
pública, así como de la Fuerza Armada permanente, cuando actúen en
tareas de seguridad pública, deberán ser sancionadas en términos de las
disposiciones legales civiles, penales o administrativas correspondientes.

Artículo 44. Cualquier integrante de las instituciones de seguridad, así


como de la Fuerza Armada permanente cuando actúe en tareas de
seguridad pública, al tener conocimiento que se usó indebidamente la
fuerza, deberá denunciar el hecho ante la autoridad competente.

Manual de Táctica de Infantería


Capítulo IV
Los Desplazamientos
Primera Sección
Generalidades

166. Desplazamiento. Situación en que se encuentra una tropa que se


traslada de un sitio a otro; de acuerdo a los medios empleados, se clasifican
en:

A. Marchas. Desplazamientos que el personal efectúa utilizando sus medios


orgánicos.

B. Transportes. Desplazamientos que ejecutan las tropas utilizando medios


que no le son orgánicos.

167. Los desplazamientos pueden ser:


A. Tácticos. Se ejecutan ante la presencia del enemigo.
B. Administrativos. Se realizan en tiempo de paz y en tiempo de guerra, bajo
cualquier circunstancia ajena a la existencia o presencia de enemigo.

168. Las marchas tácticas se clasifican de la manera siguiente:


A. Por la distancia a que se encuentra el enemigo:
a. Lejos del Enemigo:
i. Durante su desarrollo y el estacionamiento de fin de jornada, se descarta
la posibilidad de encontrar núcleos terrestres importantes del enemigo. La
comodidad priva sobre la seguridad, se prefiere para realizarlas, cualquier
dispositivo o medio que facilite esta condición.

ii. La comandancia elige itinerarios cómodos y lugares apropiados para


hacer alto en las mejores condiciones, ya que el principal objetivo, es el de
facilitar el movimiento de las unidades y asegurar su comodidad.

Debe hacerse uso de la red caminera y las columnas de marcha deberán


reducirse, por lo que, la unidad puede fraccionarse, la distancia entre las
fracciones se aumenta, estas medidas reducen la fatiga y son apropiadas
para facilitar la progresión uniforme.

iii. El dispositivo en cuanto a la seguridad, se reduce al mínimo, la


vanguardia solo proporciona una relativa seguridad al grueso y en la
mayoría de los casos, sirve para jalonar el eje de progresión; la retaguardia
efectúa servicios de policía, el dispositivo debe responder a la urgencia de
escapar a la acción aérea por medio de la dispersión y el ocultamiento.

b. Cerca del Enemigo.


i. Durante su ejecución, existe la posibilidad de encontrarse con unidades
terrestres, de reconocimiento, fuerzas de cobertura, destacamentos de
seguridad y quedar al alcance de la Artillería de Campaña del enemigo.
ii. La seguridad priva sobre cualquier otra condición. Los destacamentos de
seguridad, se incrementan de acuerdo con la misión, el terreno y la situación
del momento. Los altos, siempre se hacen a cubierto de las vistas y fuegos
del enemigo y bajo el amparo de los destacamentos de seguridad.

iii. Lo más probable, es un encuentro con destacamentos de seguridad del


enemigo y que se tenga que recurrir al movimiento para evitar el contacto,
será necesario abandonar los caminos y continuar el movimiento a campo
traviesa, hasta que se tenga la certeza de haber enfrentado el núcleo
principal del enemigo.

iv. Durante el Movimiento, quien se desempeñe como comandante pondrá


especial atención de mantener la dirección, control y secreto; le señala a
cada unidad subordinada su misión, así como, las diferentes áreas del
terreno que deban alcanzar.

v. Cuando en el transcurso de la marcha se tenga necesidad de hacer alto,


ya sea para descanso de la tropa, reorganización de las unidades o por que
se haya alcanzado un objetivo o zona de reunión, es deber de la vanguardia
continuar proporcionando la seguridad, para lo cual, busca establecerse en
aquellos lugares del terreno que le faciliten el mejor cumplimiento dela
misión.
B. Por la dirección en que se encuentra el enemigo:
a. De frente.
La unidad va al encuentro del enemigo o en su búsqueda. El dispositivo de
marcha y composición de la vanguardia, están determinados por la lejanía
o cercanía del enemigo y por el tipo de medios que éste disponga. En caso
necesario, se destacan patrullas para evitar sorpresas que puedan recibirse
de otras direcciones.

b. Retrógradas.
i. Se llevan a cabo, cuando se estima conveniente ganar tiempo y espacio
alejándose del enemigo, con el fin de evitar ser destruidos o para atraerlo a
un área del terreno más apropiada para realizar el cumplimiento de la
misión.

ii. El destacamento principal de seguridad, lo o la retaguardia; debiendo


destacar patrullas a los flancos, con el objeto de impedir que el enemigo
rebase y penetre el grueso de la unidad.

C. Por su duración:
a. Normales. Son aquellas en que la longitud de la jornada y la velocidad, no
rebasan los límites aceptados para que el personal llegue a su fin en buenas
condiciones; la jornada de la Infantería a pie es de 28 a 30 kilómetros con
siete u ocho horas de desplazamiento.

b. Forzadas. Son aquellas que exigen para su ejecución un desgaste


superior al que se requiere para las marchas normales; la Infantería solo las
ejecuta en casos de necesidad absoluta y en cumplimiento de una misión
especial; consisten en el aumento de la jornada o velocidad, debiendo en
este último caso, hacerse de corta duración.

D. Por la hora en que se realiza:


a. De día. En horas de visibilidad y cuando la situación táctica lo impone aun,
a costa del secreto y la seguridad. Facilitan el control de las unidades
subordinadas y el mejor empleo de la red caminera, son recomendables
cuando se considera remota la presencia del enemigo y en caso contrario,
cuando la unidad se encuentra a cubierto de tropas amigas.

b. De noche. No obstante que acentúa la fatiga del personal, se ejecutan


con el objeto de mantener el secreto de los movimientos, limitar la acción
de la aviación y del blindaje, disminuyen la velocidad y obliga a realizar el
movimiento por mejores caminos. La seguridad impone mayor cuidado con
el dispositivo, acortándose las distancias entre los destacamentos de
seguridad, los avances tecnológicos disminuyen las ventajas que
proporcionan las horas de oscuridad.

E. Por los medios empleados:


a. A pie. El personal de Infantería utiliza para desplazarse sus propias
piernas, implicando un mayor esfuerzo y fatiga ya que debe cargar con su
armamento, municiones y equipo diverso, tanto individual como colectivo,
su velocidad es de cuatro km/h; en circunstancias normales de camino,
terreno y clima, pueden incrementarse hasta cinco o seis km/h; en terreno
montañoso o de difícil acceso la velocidad se reduce notablemente.

b. A motor. Son aquellas que se realizan utilizando vehículos a motor,


siendo éstas:

i. Parcialmente Motorizada. En estas marchas las unidades desplazan parte


de sus efectivos a pie y parte en vehículos, pueden ser orgánicos o en
refuerzo. Es una forma actual de desplazamiento de las unidades de
Infantería, ya que cuentan con vehículos para algunas de sus unidades de
maniobra, órganos de mando y control, así como, armas de apoyo; si la
situación táctica lo permite, las unidades a pie y las de a motor deben
desplazarse formando agrupamientos separados, marchando cada cual a
su velocidad normal; de no ser posible, quienes lo hacen a motor se
desplazan por saltos a retaguardia de las que marchan a pie.

ii. Motorizada por Escalones. Son aquellas en que una unidad de Infantería
emplea sus vehículos orgánicos y en refuerzo, para transportar a la totalidad
de sus efectivos, cargas orgánicas y demás medios, en una serie escalonada
de viajes sucesivos; esta marcha permite hacer llegar al lugar de fin de
jornada al personal en mejores condiciones físicas.

iii. Totalmente Motorizada. Son aquellas en que la totalidad de integrantes


de una unidad de Infantería se desplazan en un solo viaje utilizando sus
vehículos orgánicos y en refuerzo, es la manera más rápida de desplazarse,
de gran rendimiento en distancias considerables y en ocasiones se utiliza
para ciertos movimientos tácticos que demandan rapidez, tales como
envolvimientos, explotación del éxito y persecuciones.

Segunda Sección
Factores a Considerar en el Planeamiento de un
Desplazamiento

169. Para el planeamiento de los desplazamientos, cualquiera que sea su


clase, se debe realizar una fase de preparación, que consiste en estudiar los
distintos factores que intervienen, estos factores son:

A. De Índole Táctico.
a. Objeto del movimiento.
b. Distancia a que se encuentra el enemigo y su actitud.

B. De Índole Técnico.
a. Dispositivo y formación de marcha.
b. Longitud de la jornada.
c. Velocidad del movimiento.
d. Itinerarios.
e. Zonas de estacionamiento de fin de jornada.
f. Empleo de guías.
g. Escurrimiento y alargamiento.

C. Los factores de índole táctico condicionan a los de índole técnico.


170. Para que las unidades subordinadas estén en condiciones de realizar el
desplazamiento; la comandancia, debe expedir una orden preparatoria en
la que se indica la hora de inicio, la forma como va a efectuarse y la
información que se juzgue necesaria para asegurar su éxito.

171. Quienes se desempeñen como comandantes de las unidades


subordinadas, deben practicar una revista al personal, armamento y
material, para cerciorarse de que están en condiciones de iniciar el
desplazamiento.

172. Cuando sea posible, quien funja como comandante hará un


reconocimiento sobre el terreno del itinerario a seguir; en caso contrario
hace un estudio del terreno sobre la carta, tomando en ambos casos
información sobre:

A. Estado de los caminos y obras de arte.


B. Obstáculos que se puedan encontrar.
C. Puntos en los que pueda haber confusión.
D. Puntos peligrosos para el tránsito.
E. Puntos críticos con respecto a la situación táctica.
F. Condiciones meteorológicas.

Tercera Sección
La Seguridad en las Marchas a Pie.

173. La Infantería se proporciona seguridad durante las marchas mediante


los destacamentos de seguridad (normalmente 1/3 de la unidad),
dependiendo de la misión, el terreno y la situación táctica que se viva, siendo
éstos: la vanguardia, los guarda flancos y la retaguardia:

A. La Vanguardia:
a. Misión. Asegurar la continuidad de movimiento del grueso, protegerlo
contra las sorpresas y la observación directa del enemigo, proporcionando
al mando, tiempo para estudiar la situación que se le presente y dar la orden
para adoptar el dispositivo de combate.

b. Se desplaza al frente del grueso de la unidad y para el mejor desempeño


de su cometido se divide en lo siguiente:

i. Escalón de Reconocimiento. Tiene como misión rechazar la primera


resistencia fraccionaria del enemigo, así como maniobrarlas.
ii. Escalón de Combate. Se desplaza por saltos para ocupar una posición
que de acuerdo con la información que se tenga, actúa en apoyo del escalón
de reconocimiento. Si esto es posible, continúa su progresión como lo venía
haciendo; en caso contrario se aferra al terreno, ocupa y defiende los puntos
importantes, especialmente aquellos que cubran el despliegue del grueso.

c. Lejos del Enemigo. Cuando no se tema su acción se disminuirá el efectivo,


ya que siempre privará la idea de evitar fatigas innecesarias a la tropa.

d. Cerca del Enemigo. La misión de la vanguardia, consiste en sustraer al


grueso de cualquier sorpresa y de los fuegos del enemigo, tanto como lo
permita su efectivo.

e. Para cumplir con su cometido, la vanguardia adopta dispositivos


apropiados, desarticulándose en el sentido de la profundidad.

f. La distancia entre ambos escalones, estará determinada por la situación


táctica, terreno, facilidades de apoyo y medios de comunicación.

g. Al iniciarse el contacto con el enemigo, el escalón de reconocimiento


actúa de inmediato con su fuego al máximo, con objeto de rechazar la
resistencia fraccionaria; el escalón de combate, a su vez, se desplaza por
saltos para ocupar una posición que de acuerdo con la información que se
tenga, le permita actuar en apoyo al escalón de reconocimiento.

h. Si esto es posible, continúa su progresión como lo venía haciendo; en caso


contrario se aferra al terreno, ocupa y defiende los puntos importantes,
especialmente aquellos que cubran el despliegue del grueso. El titular de la
vanguardia, constantemente informa al mando de la unidad, de lo que
acontece en su frente, a fin de que éste tome su decisión.

i. Durante los grandes altos horarios la vanguardia continúa proporcionando


la seguridad.

B. Los Guardaflancos:
a. Misión. Proteger a la unidad en las marchas, contra ataques sorpresivos
por el flanco.

b. En caso de un ataque a fondo, asegura el tiempo y espacio necesarios


para el despliegue del grueso, sus efectivos están condicionados por la
situación táctica, la misión y el terreno; se divide en:

i. Escalón de Reconocimiento.
ii. Escalón de Combate.
c. Por su modo de actuar pueden ser:
i. Fijo. Cuando se tiene definido un punto que favorece un ataque por parte
del enemigo, quien se desempeñe como comandante destaca con
oportunidad un guardaflanco fijo que ocupe una posición que domine las
rutas de aproximación del enemigo; si al arribar al citado punto, no existe
peligro, asume una actitud defensiva; en caso contrario emplea sus fuerzas
sin empeñarse a fondo para retardar la acción enemiga, debiendo informar
al mando.
ii. Móvil. Cuando el peligro es constante y se necesita la protección continua
sobre el flanco, dependiendo del terreno, se desplazará paralelo a la
columna, como su trabajo se realiza con rapidez, cuando el terreno lo
permita es conveniente motorizarlos.

C. La Retaguardia:
a. Misión. Proteger al grueso del dispositivo contra un ataque sorpresivo
proveniente de la retaguardia.
b. Se desplaza atrás del grueso de la unidad, sus efectivos están de acuerdo
con la posibilidad de un ataque del enemigo por la retaguardia, así como,
por la misión y el terreno.

c. El destacamento adopta un dispositivo semejante a la vanguardia, pero


en dirección opuesta, constituyéndose de la siguiente manera:

i. Escalón de contacto o de vigilancia.


ii. Escalón de combate.
d. Cuando se cuenta con personal del Arma de Ingenieros, se asignan a la
retaguardia para que realicen trabajos que contribuyan a retardar al
enemigo.

Cuarta Sección
La Seguridad en los Desplazamientos a Motor

174. Los desplazamientos utilizando vehículos a motor revisten dos


modalidades:

A. Marchas Motorizadas. En éstas las unidades se desplazan empleando los


vehículos orgánicos y los proporcionados en refuerzo.

B. Transportes Motorizados. Consisten en desplazar a las unidades de


Infantería de un punto a otro, mediante vehículos que les han sido
proporcionados en apoyo por el escalón superior. En este caso, quien funja
como comandante de los vehículos cumple órdenes del escalón superior y
se coordina con la unidad para la planeación y ejecución del transporte.
175. Cuando una unidad de Infantería, deba realizar un movimiento táctico
a motor y reciba en refuerzo una unidad de transportes, esta queda bajo las
órdenes, autoridad y plena responsabilidad de quien se desempeñe como
comandante de la unidad de Infantería, hasta el momento en que este no
requiera continuar empleando los vehículos; a partir de este momento,
quien ejerza el mando de la unidad de transportes, vuelve a asumir sobre
ésta su autoridad y responsabilidad.

176. En transportes a motor de carácter administrativo, aun cuando sean


tropas organizadas en unidades constituidas, quien funja como
comandante de la unidad de transportes, conserva en todo momento su
autoridad y responsabilidad plena sobre el organismo a su mando,
coordinándose con quien ocupe el mando de la unidad de Infantería
transportada, para la realización del propósito o misión que cumple; en tales
casos, pueden considerarse como pasajeros al personal transportado.
177. Los movimientos a motor de la Infantería, pueden realizarse estando la
unidad encuadrada o independiente.

178. Las normas que en los siguientes párrafos se establecen, para la


preparación y ejecución de movimientos a motor, son aplicables, en lo
general a marchas y transportes motorizados, así como, a las unidades
desplazándose encuadradas o independientes, las diferencias que pueden
presentarse entre un caso y otro serán mínimas, por lo que estas
prescripciones se ajustarán, en cada caso, a la situación táctica
prevaleciente.

179. La comandancia de la unidad de Infantería, recibirá la orden del escalón


superior para desplazar a su unidad motorizada o para ser transportada; la
orden señala prescripciones respecto a:

A. Número y tipo de vehículos a utilizar.


B. Hora y lugar en que dispone de ellos y en la que deja de utilizarlos.
C. Punto de embarque.
D. Hora en que se inicia el embarque.
E. Hora de paso por el punto inicial.
F. Itinerario.
G. Formación y colocación en el dispositivo general.
H. Punto de desembarque.
I. Hora de arribo.
J. Otros detalles de coordinación.

180. De acuerdo con la capacidad de los vehículos y la futura misión de las


unidades subordinadas, se hace la distribución del personal y material que
debe ir en ellos, de preferencia debe buscarse que vayan unidades
orgánicamente constituidas; pero de no ser posible, se hacen células de
transporte y se procura señalar en cada caso, la unidad o célula que lo ocupa
para facilitar la identificación y el embarque.

181. El punto de embarque, debe tener las siguientes características:

A. Estar situado en una zona o área del terreno perfectamente identificable.


B. Lo más próximo a las tropas y que el sitio permita realizar el embarque
con facilidad.

C. Dentro de lo posible, cubierto a la observación aérea y terrestre.


182. Coordinación del Movimiento.
A. El movimiento se regula, por medio de los responsables de carro y/o de
agrupamiento, así como, por personal con misión de policía y tránsito que
se aposta a lo largo del itinerario; el medio principal de comunicación es el
radio.

B. Personal responsable de los agrupamientos o quien se desempeñe como


comandante de la unidad y su Grupo de Comando no tienen puesto fijo en
la formación, desplazándose en el sitio desde el cual puedan ejercer el
control y recibir la información con respecto al enemigo, para actuar rápida
y adecuadamente.

183. La organización de la columna está condicionada por:


A. Objeto del Transporte.
B. Posibilidad de encuentro con el enemigo.
C. Densidad del tráfico en el itinerario.
D. Misión futura de las unidades subordinadas.

184. Puntos de Desembarque:


A. Con la debida anticipación, quien funja como comandante de la unidad,
destaca un grupo de castramentadores con una escolta al sitio en que
terminará el movimiento, con el fin de llevar a cabo un reconocimiento y
elaborar un plan de estacionamiento.

B. También los integrantes de los grupos de castramentadores señalan el


punto de desembarque, proporcionan seguridad a la operación y cuando
arriban las unidades las conducen a sus respectivas áreas.

185. Seguridad:
A. Generalmente, el movimiento a motor de una unidad, no se realiza sobre
una zona en la que se considera un probable ataque del enemigo, a menos
que ya esté ocupada por tropas amigas; no obstante, esto tendrá que darse
seguridad durante el movimiento y desembarque.

B. En los movimientos a motor, la seguridad se puede proporcionar


mediante:

a. Destacamentos de Reconocimiento.
b. Vanguardia.
c. Guardaflancos.
d. Retaguardia.

186. Destacamentos de Reconocimiento. Su misión es la de reconocer el


itinerario de marcha, con énfasis en los puntos críticos, debido a las
características especiales del movimiento, es conveniente que éste marche
15 o 20 minutos adelante de la vanguardia y en continua comunicación con
quien ejerza el mando de la vanguardia y del grueso para transmitir con
oportunidad toda información que se recabe.

187. Vanguardia. Su misión la cumple en forma semejante que, en las


marchas a pie, con la diferencia del empleo de los vehículos. La importancia
de este servicio de seguridad, está en relación con las posibilidades de
encuentro con el enemigo; generalmente, se divide en escalón de
reconocimiento y escalón de cómbate, en caso de encuentro con elementos
ligeros del enemigo, realizará lo siguiente:

A. El escalón de reconocimiento desmonta de los vehículos, asume una


actitud ofensiva y trata de reducirlos.
B. Fija a esta resistencia y quien se desempeñe como comandante informa
al de la vanguardia.

C. Quien funja como comandante de la vanguardia desmonta a su escalón


de combate y lo aproxima con objeto de rechazar la resistencia.

D. De lograrlo, se embarca la vanguardia y continúa su desplazamiento.

E. Si el enemigo es considerable, el grueso hace alto y parte de su personal


apoya la acción de la vanguardia.

188. Guardaflancos:
A. Su misión consiste, en asegurar el paso del grueso por aquellos puntos en
que se pueda presentar el enemigo. La distancia a la que actúan depende
del terreno y de la acción enemiga. Su composición está condicionada por
la misión.

B. El trabajo de este destacamento, es difícil debido a la carencia de


caminos, por lo que tiene que actuar a campo traviesa y motorizado, su
actuación resulta supeditada a las condiciones del propio terreno. Debido a
estas limitantes, se impone que el guardaflanco, sea fijo para que pueda
cumplir con su misión.

189. Retaguardia. Su misión es similar a la que cumple la retaguardia en las


marchas a pie y su composición, será de acuerdo con las posibilidades de
ataque del enemigo. El empleo de personal del arma de ingenieros,
adquiere gran importancia en estos casos.

Quinta Sección
La Seguridad Contra Ataques Mecanizados y Aéreos

190. Debido a los pocos medios orgánicos, con que cuentan las unidades de
Infantería para repeler los ataques mecanizados, habrá ocasiones en que
deban ser reforzados por el escalón superior, con armas antitanque o
medios similares a los del enemigo.

191. Es necesario establecer un servicio de vigilancia, complementado con


un sistema de comunicación, para asegurar la información oportuna sobre
la presencia de unidades mecanizadas y que la unidad tenga el tiempo
suficiente para adoptar las medidas necesarias.

192. Para darse seguridad antiaérea, se deben adoptar medidas pasivas por
medio de la vigilancia, ocultación y dispersión.
193. La primera medida que debe adoptarse, es la de destacar personal de
vigilantes para que, con la debida oportunidad señalen la presencia de los
aviones.

194. Al no tener las unidades de Infantería armamento orgánico, para hacer


frente a esta clase de ataques por medios activos, se debe solicitar el
refuerzo o apoyo de armas antiaéreas.
195. Cuando las unidades cuenten con armas antiaéreas, se distribuirán a lo
largo de su dispositivo de marcha.
196. Por lo que respecta a las medidas de seguridad contra el blindaje, se
distribuyen las armas antitanque entre sus servicios de seguridad, con
objeto de cubrir las posibles rutas de aproximación de los vehículos
blindados o mecanizados del enemigo.

Sexta Sección
Transporte Aéreo, Marítimo y Fluvial

197. Cuando la unidad de Infantería, deba ser transportada por medio de


aviones o helicópteros o bien, por medio de buques, las prescripciones para
el embarque le serán dadas por las autoridades encargadas de
transportarla, por lo que, la unidad y sus medios actúan en calidad de
pasajeros.

198. En términos generales, quien se desempeñe como comandante, de


acuerdo con las órdenes recibidas, se concreta a:

A. Conducir a su unidad al campo aéreo o sitio de embarque fijado.


B. Dividirla en células de transporte o agrupamientos, de acuerdo con el
cupo e indicaciones que se le hagan al respecto.

C. Nombrar un responsable de las células o agrupamientos organizados.


D. Al arribar al punto de destino, reunir a su personal a inmediaciones del
punto de desembarque en un lugar cubierto.

199. En los transportes realizados por estos medios, quien funja como
comandante de la unidad transportada recibe órdenes que le indican:

A. Campo aéreo o muelle de embarque.


B. Cantidad, tipo y capacidad de naves destinadas al transporte.
C. Hora de inicio y término del movimiento.
D. Lugar probable para el desembarque.

200. Cuando la unidad vaya a ser transportada se realizará un


reconocimiento del sitio en que se estacionará, con el fin de obtener
información de: medios a utilizar para el embarque, lugares que debe
ocupar el personal, armamento, municiones y equipo. Estos últimos datos
le son señalados por la comandancia del escalón superior o bien por quien
ejerza el mando de la nave si actúa independiente.

201. Con los datos que arroje el reconocimiento, formula su plan de


embarque que contiene prescripciones relativas a:

A. Forma de conducir a su unidad al punto de embarque.


B. Manera de realizar el embarque, dictado por la autoridad de la
embarcación.
C. Como cubrir sus necesidades.
D. Actitud por observar en caso de alarma o zafarrancho.
E. Lugares y embarcaciones que les corresponden a las diferentes unidades
en caso de naufragio.
Séptima Sección
Transporte por Ferrocarril.

202. Dado su gran rendimiento, el ferrocarril es utilizado por las unidades de


Infantería para moverse a grandes distancias; cuando requieren ser
transportadas por este medio, reciben en la orden respectiva, la siguiente
información:

A. Estación de embarque.
B. Número y tipo de tren.
C. Hora de inicio.
D. La estación de desembarque.

203. Al recibir la comandancia de la unidad la orden de transporte, formulará


su plan que contendrá:

A. Medidas preparatorias.
B. Prescripciones para el embarque.
C. Seguridad antes, durante y después del embarque.
D. Prescripciones para el desembarque.

204. Medidas Preparatorias:


A. Recibida la orden de movimiento, la comandancia expide una orden
preparatoria, se coordina con el personal responsable de la estación de
ferrocarril, efectúa un reconocimiento del lugar de embarque, para conocer
las condiciones con que deba hacerse la operación, se revisan los andenes y
embarcaderos aprovechables, así como, el material rodante que le
corresponda utilizar, marcándolo para permitir su identificación en el punto
de destino.

B. Se envía un destacamento de reconocimiento y castrametación, para


darle protección a la unidad en el punto de desembarque y proporcionarle
alojamiento en ese sitio.

205. Prescripciones para el embarque. Se forman agrupamientos de


transporte, los cuales se integran con personal, armamento, equipo y
material que deba ir en cada tren; cuando no es posible conservar a las
unidades en forma orgánica, estos se constituyen en células de transporte.
Enseguida se expide la orden que comprende:

A. Información sobre el movimiento y su objetivo.


B. Forma en que se realiza el movimiento hacia la zona o estación de
embarque.
C. Sitio de estacionamiento.
D. Composición de los servicios de orden y policía.
E. Zona o estación de desembarque.
F. Medidas para asegurar la subsistencia del personal durante el transporte.

206. Seguridad. Si durante el embarque existe la posibilidad de una acción


por parte del enemigo, el escalón superior establece destacamentos de
seguridad sobre las probables rutas de aproximación y mantiene un servicio
de alerta contra la aviación enemiga, para lo cual, se instalan armas
antiaéreas o automáticas en puntos adecuados para actuar
oportunamente. Durante el transporte, se mantiene el servicio de vigilancia
aérea proporcionada por el escalón superior, emplazando en los carros y
plataformas a lo largo del convoy, armas antiaéreas y automáticas.

207. Prescripciones para el Desembarque. Antes de llegar al punto de


destino, quien funja como comandante de la unidad dará instrucciones
sobre:

A. Destacamentos que proveen la seguridad.


B. Lado del tren donde desembarca el personal.
C. Punto de reunión de la unidad una vez
desembarcada.

Capítulo V
El Estacionamiento
Primera Sección
Generalidades

208. Definición. Es la situación táctica en que una tropa se detiene y ocupa


un lugar del terreno después de un desplazamiento táctico y del cual se
tiene que volver a desplazar.

209. Los estacionamientos se emplean para fines de reposo, preparación


para el combate y para fines administrativos y logísticos.

210. El estacionamiento puede ser de tres tipos:


A. Acantonamiento. Se realiza en poblado y bajo techo, se considera la
mejor forma de estacionar, debido a la comodidad e higiene en que vive el
personal. Siempre que la situación lo permita, debe adoptarse:

a. Ventajas. Conserva la salud y la moral del militar, así como, el buen estado
del armamento, municiones y equipo; permite disimular los efectivos;
facilita utilizar el abrigo a su máximo y proporciona mayor comodidad en
sus necesidades personales.

b. Desventajas. Se dificulta el control de las tropas, particularmente cuando


no se encuentren alojadas formando unidades constituidas; en caso de
ataque, constituye un excelente blanco para la aviación y artillería enemiga,
dificultándose el despliegue de las unidades y su entrada en acción
rápidamente; facilita la acción del espionaje enemigo.

B. Campamento. Se lleva a cabo bajo tiendas de campaña o barracas.


a. Ventajas. Proporciona el mejor control de las unidades; facilita prepararse
con rapidez para abandonar el campamento en caso de emergencia o a una
señal determinada; permite desenfilarse a las vistas y la acción enemiga
recurriendo a la dispersión y enmascaramiento; mantiene en buenas
condiciones la salud del personal, así como, el buen estado del armamento,
municiones y equipo.
b. Desventajas. Dificultad en el transporte y construcción, por lo voluminoso
y pesado del material, requiere de un gran efectivo para su montaje y
construcción, los materiales son costosos y de poca duración; demanda de
instalaciones eléctricas, tomas de agua, incineradores y lugares adecuados
para el aseo personal.

C. Vivac. Se efectúa a campo raso, utilizando los medios orgánicos. Cuando


se realiza cerca del enemigo, se denomina vivac de alarma.

a. Ventajas. Permite a las unidades estar siempre en situación de alerta, ya


que reposan sobre el terreno de la acción; están siempre disponibles y en
manos de sus comandantes, además de poder entrar en acción
rápidamente.

b. Desventajas. Las tropas, armamento y municiones quedan expuestas a


las inclemencias del tiempo; lo cual, influye negativamente en su
rendimiento, requiere la construcción de letrinas, áreas de aseo personal y
eliminación de basura.

211. Además de los estacionamientos, existen durante las situaciones de


combate detenciones que son parte de la maniobra en ejecución, como son
la ubicación de la reserva, ocupación de áreas de reunión y ocupación de
áreas para la reorganización.

212. Cualquiera que sea la duración y el tipo de estacionamiento que se haya


elegido, tiene tanta importancia como las otras situaciones tácticas
(desplazamiento y combate), por lo que, debe ser preparado y estudiado a
conciencia.

213. Será siempre la situación que se viva con respecto al enemigo, las
operaciones a desarrollar y las facilidades que presenten las áreas donde se
opere, las que impongan el lugar y modo de estacionar; debe procurarse
que el sitio escogido presente abrigos o cubiertas a las tropas para evitar la
observación y ataques aéreos o en su caso, zonas de dispersión, así como,
obstáculos naturales para conjugar las medidas de defensa activa y pasiva.

214. El área de estacionamiento se divide en dos grandes zonas


concéntricas:

A. La exterior se denomina zona de seguridad y está destinada a los


puestos avanzados de combate.

B. La interior se denomina zona de reposo y tiene por objeto estacionar en


ella al grueso de la unidad.

Segunda Sección
Reconocimientos
215. Si la unidad actúa independiente, con la debida oportunidad, el que
ejerza el mando destara a su grupo de castramentadores, que
generalmente está integrado por un responsable o representante de cada
unidad subordinada, un representante de sanidad y transmisiones, así
como, una escolta, para que se adelante a la unidad y realice un
reconocimiento de la zona de reposo.

216. En caso de que la unidad esté encuadrada, este grupo queda bajo las
órdenes del responsable que nombre la unidad superior.

217. Este grupo de castramentadores, reconoce el área o poblado para


observar y aprovechar aquellos puntos que tácticamente revistan
importancia para la seguridad de las tropas, tales como: entradas y salidas
de la población, lugares dominantes, accidentes que compartimenten el
terreno o formen puntos de paso obligado, puentes, ríos y barrancos.
218. Señalan en forma general, el establecimiento de las zonas de seguridad
y reposo, para lo cual, es conveniente realizar un croquis.

219. Se asignan dentro de la zona de reposo, las áreas de las unidades


subordinadas, personal de refuerzo, servicios y el puesto de mando de la
unidad.

220. En coordinación con el servicio de sanidad, efectúan las inspecciones y


preparativos de carácter sanitario a que haya lugar, así como, el análisis de
las fuentes de abastecimiento de agua para beber y cocinar, ubicación de
las letrinas y cocinas.

221. Terminado el reconocimiento, el responsable del grupo de


castramentadores, elabora un plan de estacionamiento que remite a la
comandancia, para que haga las rectificaciones que crea convenientes o lo
apruebe.

222. Una vez hechos los preparativos, el grupo de castramentadores sale al


encuentro de las unidades, para que éstas, puedan llegar sin pérdida de
tiempo a las zonas señaladas para el estacionamiento.

Tercera Sección
Seguridad en el Estacionamiento

223. Las tropas que durante la marcha proporcionan laseguridad, continúan


con esta función al establecerse el estacionamiento; debido al trabajo
intenso que han venido desarrollando, se impone su relevo antes del
anochecer, para que el personal que releve, tenga tiempo de reconocer las
posiciones a ocupar, así como, las probables rutas de aproximación del
enemigo.

224. Los Puestos Avanzados de Combate. Son tropas de seguridad, su


misión, es proporcionar alerta oportuna sobre la aproximación del enemigo
y negarle la observación terrestre inmediata y los fuegos directos a la zona
de reposo.
Dentro de sus posibilidades retardan y desorganizan al enemigo y tratan de
engañarlo en cuanto a la verdadera ubicación de la zona de reposo.

225. Los Puestos Avanzados de Combate, normalmente están situados de


acuerdo con el terreno y el enemigo, ubicados en el mejor accidente del
terreno, desde el cual puedan cumplir su misión.

226. El terreno seleccionado para establecer los Puestos Avanzados de


Combate, debe reunir las siguientes características:

A. Proporcionar observación profunda y campos de tiro.


B. Contar con obstáculos en las avenidas de aproximación peligrosas; así
como, en los flancos.
C. Proveer cubiertas y abrigos.
D. Disponer de rutas de repliegue ocultas y cubiertas.
E. Obstruir al enemigo, la observación terrestre inmediata y fuegos directos
a la zona de reposo.
F. Estar dentro de la distancia de apoyo de la zona de reposo.
G. Permitir el control de las avenidas de aproximación.
227. Los efectivos destinados a cubrir la zona de seguridad, serán de acuerdo
a la situación que se tiene con respecto al enemigo, siendo normalmente
un tercio de la unidad, debiendo ser tan móviles como el terreno y los
medios lo permitan.

228. Es recomendable que los puestos avanzados, no se comprometan en


combate cuerpo a cuerpo; estos se repliegan sobre las rutas en las cuales se
han efectuado reconocimientos previamente.

229. El contacto con el enemigo es mantenido por medio de una


combinación de patrullas y puestos de observación avanzados. Es
importante el enlace entre los puestos de observación avanzados y otras
tropas amigas que operen en las cercanías del área de estacionamiento.

Capítulo VI
La Seguridad
Primera Sección
Generalidades

230. Es una condición que busca todo ser viviente en sus actividades y
organización o colectividad, para poder existir, desarrollarse y cumplir sus
propósitos. En las actividades militares tácticas, en las que existe siempre un
enemigo presente, lejano o potencial, la seguridad juega el papel más
importante.

231. La seguridad, en el ámbito de la táctica, tiene cuatro propósitos:


A. Evitar las sorpresas por parte del enemigo.
B. Preparar y lograr la sorpresa en contra del enemigo.
C. Asegurar la libertad de acción del mando y sus tropas.
D. Evitar o limitar los efectos físicos y morales del fuego y otros medios del
enemigo en las tropas propias.

232. La seguridad se clasifica en:


A. Seguridad del Mando. Es la que permite a quienes se desempeñen como
comandantes, en los diversos niveles, la libertad de acción necesaria para
preparar su maniobra y ponerla en ejecución, a pesar de la acción que el
enemigo asuma para evitarlo.

B. Esta puede ser Táctica y Estratégica:


a. Seguridad Táctica. Es la que evita exponerse a la sorpresa táctica u
obligar a variar con premura y precipitación sus proyectos originales de
marchar, estacionar o combatir, bajo las más difíciles condiciones de
tiempo, de espacio y de disponibilidad de medios ante un enemigo que se
presenta brusca e inesperadamente. Esta seguridad que le proporciona
libertad de acción, le garantiza la libre disposición de los medios y le facilita
el cumplimiento de la misión.

b. Seguridad Estratégica. Permite al titular de la unidad de teatro, darse el


tiempo y espacio necesarios para llevar a cabo la concentración y
despliegue estratégicos, a salvo de la intervención y amenaza del enemigo,
que impidan realizar la batalla en las condiciones previstas por los planes de
campaña; mediante esta, se evita la sorpresa estratégica, esto es, verse
acometido por los gruesos del enemigo antes de estar preparado para
afrontarlos.

233. La Seguridad de las Tropas. Llamada también seguridad material, su


objeto es evitar que se vean bajo los efectos inopinados del fuego o de
cualquier otra actividad destructora del enemigo, sin estar preparadas para
protegerse o para limitar sus efectos.

Representa aptitud para marchar, estacionar y realizar otras actividades


similares al abrigo de los fuegos y protección contra las sorpresas materiales
que pudieran causar la destrucción de la fuerza o bien su neutralización de
manera de quedar imposibilitada para cumplir sus misiones.

234. Quien funja como comandante para garantizar el éxito de sus


operaciones, debe tener presente las siguientes reglas generales de
seguridad:

A. Siendo esta, parte integral de cualquier operación, debe adoptarse en


toda situación, lugar y tiempo.

B. Toda unidad, agrupamiento, destacamento o fuerza de cualquier


magnitud y especialidad, es responsable de su propia seguridad. Cuando el
escalón superior o tropas amigas próximas la proporcionen en algunos
aspectos, ésta seguridad debe complementarse con la protección local
organizada a base de los medios disponibles.

C. Quien se desempeñe como comandante, debe prescribir las medidas de


seguridad para proteger a su unidad en conjunto, así como, coordinar las
adoptadas por sus comandantes subordinados.

D. Todo tipo de reconocimientos influyen en la seguridad, puesto que


proporcionan informes que servirán de guías para determinar efectivos,
composición y dispositivo de las fuerzas destinadas a proporcionar ésta.

E. Las operaciones de contrarreconocimiento, son esencialmente


destinadas a proporcionar seguridad, puesto que impiden la ejecución del
reconocimiento enemigo sobre las propias tropas.

F. Debe evitarse emplear más fuerzas de las necesarias en misiones


específicas de seguridad, ya que, caer en tal error implica el peligro de
quedar sin personal suficiente para cumplir la misión.
G. La seguridad, depende en gran parte de adiestramiento individual de las
tropas y del conjunto de la organización de que se trate. El adiestramiento,
debe tender a lograr conciencia de seguridad individual y colectiva, así
como, la disciplina de la seguridad.

H. La actitud favorable o desfavorable de parte de la población civil, en el


área de operaciones, contribuye en forma muy importante a la seguridad y
a las medidas que haya que adoptar para garantizar ésta.

I. La seguridad debe ser tomada en cuenta en todo plan de operaciones.

Segunda Sección
Formas de Acción Enemiga

235. Constituyen amenazas contra la seguridad propia, serán siempre muy


variadas, principalmente en la actualidad, debido a los adelantos
tecnológicos y científicos. Pero normalmente, el enemigo presentará una
combinación de los varios tipos de amenaza, contra cada uno de los cuales
habrá que tomar las medidas de seguridad adecuadas para
contrarrestarlas. Éstas formas de amenaza pueden ser:

A. Acción Terrestre.
B. Acción Aérea.
C. Acción Anfibia y Naval.
D. Acción Secreta.
E. Acción de Armas de Destrucción Masiva.
F. Acción Sorpresiva.
G. Acción Psicológica.
H. Acción Electrónica.
I. Acción Cibernética.
J. Acción Aeroespacial.

236. Acción Terrestre. Incluye observación; reconocimiento; acción de


patrullas de todo tipo; infiltración; golpes de mano; fuegos de artillería, de
cohetes, de armas automáticas y de tiradores; ataques nocturnos; ataques
limitados o en fuerza, con Infantería o tanques; ataques con aerotropas y
aeromóviles; acciones de fuerzas irregulares, tales como emboscadas,
interdicción y otras.

237. Acción Aérea. Incluye reconocimiento visual, fotográfico y electrónico;


fuego por medio de bombas de diversas clases, cohetes y ametralladoras;
transporte de paracaidistas, en masa o aislados; transporte de tropas
adversarias, por medio de aviones o helicópteros.

238. Acción Anfibia y Naval. Incluye asaltos, reconocimientos o golpes de


mano desde el mar, bombardeos con artillería o cohetes desde buques de
guerra, transporte de tropas adversarias de desembarco.

239. Acción Secreta. Representada por el espionaje, sabotaje, actividades


subversivas y de resistencia.

240. Acción de Armas de destrucción masiva. Comprende el empleo de


armas químicas, biológicas y radiológicas utilizando medios clandestinos,
fluviales, aéreos o terrestres; Asimismo, el uso de bombas nucleares
lanzadas desde aviones, por cohetes o piezas de artillería o colocadas en
lugares ocultos del terreno.

241. Acción Sorpresiva. Se refiere al empleo de tácticas, técnicas y armas


desconocidas.

242. Acción Psicológica. Se refiere a la propaganda enemiga entre las tropas


propias y la población; así como, actividades que están íntimamente
relacionadas con la información y contrainformacion.

243. Acción Electrónica. Las actividades realizadas por la fuerza enemiga


para negar o dificultar el empleo, control y explotación del espectro
electromagnético por parte de nuestras fuerzas.

244. Acción Cibernética. Es el empleo de las tecnologías de la información


y comunicaciones para atacar y neutralizar los sistemas informáticos
propios a través del ciberespacio.

245. Acción Aeroespacial. Es el empleo de misiles balísticos


intercontinentales y sistemas de comunicaciones satelitales en la atmósfera
terrestre y en el espacio exterior próximo.

Tercera Sección
Medios para Obtener la Seguridad

246. La seguridad se obtiene por medio de:


A. El Informe. Respecto al enemigo.
B. El Secreto. Consistente en medidas de contrainformación.
C. El Dispositivo. Distribución de tropas proporcionándose protección
recíproca.
D. La Protección. Protección física mediante corazas, blindajes,
organizaciones adecuadas del terreno, fortificaciones y vestuario protector.

247. La Seguridad por el Informe. Es la que obtienen el mando y sus tropas,


mediante la más completa, adecuada y oportuna información respecto al
enemigo. Esta información puede proceder del escalón superior, de los
órganos de búsqueda propios y de unidades adyacentes.

Desde luego que nunca se podrá saber en forma completa y precisa todo lo
necesario respecto al enemigo y esperar tal cosa para poder actuar será
renunciar a la iniciativa; de manera que las decisiones tendrán siempre que
adoptarse corriendo los riesgos consiguientes.

248. En todo caso el curso de acción que se adopte para actuar contra el
enemigo o para protegerse de él, deberá ser confirmado constantemente
por la información, a fin de estar en condiciones, mediante ésta, de
continuar su puesta en práctica como bueno o bien de modificarlo de
acuerdo con las circunstancias. La información respecto al enemigo, para
proporcionarse seguridad, puede ser desde la que envíe una fuerza de
cobertura a gran distancia, hasta la voz de alarma de un escucha.

249. La Seguridad por el Secreto. Es la que se obtiene manteniendo los


medios y actividades propias ignorados por el enemigo. Los efectivos, la
composición de las tropas, su ubicación, sus movimientos y los planes en
general, deben mantenerse en secreto, el que se logra mediante la
discreción, la ocultación y la dispersión, todo lo cual debe ponerse en
práctica por parte de cada comandante en cada nivel de mando, y por cada
militar cualquiera que sea la actividad que desarrolle.

250. Para obtener esta seguridad, la instrucción de las tropas debe prever
ampliamente lo necesario y durante las operaciones deben prepararse y
ejecutarse adecuados planes de contrainformación. Debe recordarse que el
secreto es factor esencial para preparar y aplicar la sorpresa; por lo que
cualquier operación o maniobra podrá fracasar, aun cuando haya sido
perfectamente concebida y preparada, si no se mantiene en el mayor
secreto posible.
251. La Seguridad por el Dispositivo. El dispositivo es la forma en que las
tropas son distribuidas sobre el terreno, en grupos de constitución y
magnitud adecuadas, para poner en práctica una idea de maniobra
tendiente a lograr el cumplimiento de una misión o propósito, como puede
ser el de desplazarse o de estacionar. La seguridad por el dispositivo es la
que se obtiene empleando núcleos de tropas que se protegen mutuamente
o protegen a los gruesos, contra la acción sorpresiva del enemigo. Los
dispositivos que pueden proporcionar seguridad al mando y sus tropas,
pueden ser:

A. Dispositivo General. Corresponde al escalón superior en que esté


encuadrado.

B. Dispositivo Particular. Corresponde al de la propia unidad y comprende


dos escalones:
a. Dispositivo del Grueso. Respecto a éste, quien se desempeñe como
comandante, debe hacer con las unidades que lo integran, una distribución
adecuada en frente y profundidad; articulándolas de manera que se
garantice lo siguiente:

i. Apoyos Recíprocos.
ii. Que no exista entre ellas intervalos exagerados o accidentes que
representen aislamiento para una o más unidades.
iii. Que pueda haber concurrencia de esfuerzos para responder a alguna
amenaza enemiga.
iv. Que permita, por sí mismo e independientemente de la protección que
ofrezcan los destacamentos de seguridad, evitar las sorpresas y realizar la
maniobra prevista.
v. Durante el combate, es básicamente este dispositivo el que proporcionará
la seguridad del conjunto.

b. Dispositivo de Seguridad.
i. Está representado por el empleo de tropas destacadas al frente, flancos y
retaguardia del grueso, con la función de informar al mando; darle libertad
de acción; proteger a éste y a sus tropas, cubriéndolo de ataques sorpresivos
del enemigo; con el fin de que pueda emplear al grueso donde sea preciso,
cuando sea necesario y como proceda en cada caso.

ii. Las tropas destacadas del grueso se denominan:


(A). Fuerzas de Cobertura. Cuando se envían a gran distancia y fuera del
apoyo inmediato del grueso para proporcionar seguridad táctica.

(B). Destacamentos de Seguridad. Cuando se envían a las proximidades


inmediatas del grueso para proporcionar seguridad inmediata.

iii. Las tropas del dispositivo de seguridad tienen como funciones


principales:

(A). Informar. Lo que realizan buscando, obteniendo y difundiendo al


mando y al grueso, información respecto al enemigo y al terreno, mediante
la exploración y el reconocimiento.
(B). Cubrir. Es proteger los movimientos y despliegue del grueso; para ello
tendrán en ocasiones que combatir resistiendo o actuando ofensivamente.

(C). Fijar al Enemigo. Es adelantarse a detenerlo en donde esté, para


impedirle que eluda la acción del grueso cuando éste arribe.
252. La Seguridad por la Protección. Es la que se proporciona al personal,
armamento o a determinado equipo, para evitar su destrucción; mediante
vehículos blindados, obras de organización del terreno y de fortificación, que
los protejan contra los efectos materiales del fuego y de los medios
radiactivos y químicos que use el adversario. Proporcionan también este
tipo de seguridad, ciertas prendas de vestuario que protegen contra
proyectiles, gases y radiactividad.
253. Medidas Prácticas para la Seguridad. Es la combinación de medidas
relacionadas con el informe, secreto, dispositivo y protección para
responder a los diversos tipos de amenaza enemiga, estas medidas pueden
ser:

A. Por su Naturaleza:
a. Activas. Aquellas que de una manera material actúan contra la amenaza
de que se trate, por ejemplo: la acción de una cortina de
contrarreconocimiento contra las patrullas de reconocimiento enemigas; la
acción de un campo minado contra personal o vehículos enemigos que
intenten cruzarlo.

b. Pasivas. Las que solamente protegen contra las vistas o la acción


destructora del enemigo; por ejemplo: los abrigos, el camuflaje y la
dispersión.

c. En ocasiones, las medidas activas o pasivas por sí solas podrán brindar


suficiente protección contra una amenaza específica, pero la protección
más eficaz se logrará mediante la combinación de unas y otras para
responder a las amenazas previsibles.

B. Por la frecuencia o eventualidad con que se adopten:


a. Medidas Comunes. Son aquellas que se adoptan en casi todas las
situaciones y que se aplican para obtener protección contra algún tipo de
amenaza.

b. Medidas Complementarias. Son las que se adoptan para responder a


acciones específicas de parte del enemigo.

254. Las Medidas Comunes de Seguridad consisten en cuatro tipos de


actividades;
A. La búsqueda de información y contrainformación. Deben ser
constantemente practicadas con todos los elementos y medios. En las
unidades de combate existen organismos especializados para la búsqueda
del informe, todas las tropas deben ser capaz de obtenerlo en misiones
conectadas con esta actividad, con el fin de descubrir amenazas a la propia
seguridad o de tropas amigas. La contrainformación, logra el secreto, debe
ser practicada por todo el personal en sus diversas actividades, mediante la
discreción, ocultación y dispersión.

B. El establecimiento de un dispositivo de alarma. Se organiza creando


sistemas de aviso rápido y efectivo que permiten al mando y a las tropas
propias o a tropas amigas, enterarse de la presencia de cualquier amenaza
contra su seguridad. Los órganos de información tales como: patrullas,
puestos de observación, puestos avanzados, guardias y en general,
cualquier personal en funciones de proporcionar seguridad, deben estar
capacitado para dar la alerta oportuna, permitiendo tomar la acción
necesaria para lograr la protección contra la amenaza de que se trate.
C. El establecimiento de una red de transmisiones. Es la forma de lograr y
garantizar la alerta oportuna, rápida y efectiva. Además, permitirá a quienes
se desempeñen como comandantes, controlar las actividades de búsqueda
de información y las de contrainformación así como, accionar ciertas
medidas activas para proceder contra la amenaza de que se trate. Como es
doctrinario, ésta red se organiza diversificando los medios, para asegurar las
transmisiones por uno u otro de los varios disponibles, en caso de que
alguno de ellos falle por razones técnicas o de la acción del enemigo.

D. La utilización del terreno. Consiste en aprovechar eficazmente sus


formas, accidentes y detalles, para poner obstáculos a las amenazas del
enemigo, e impedirle observar y hacer fuego contra las tropas propias,
cuarteles generales e instalaciones diversas utilizando abrigos y cubiertas
naturales en las situaciones de movimiento y estáticas. Asimismo, usando
puntos críticos y dominantes adecuados para observar las actividades del
enemigo o destruir por el fuego a sus fuerzas que intenten actuar contra las
tropas propias.

255. Las Medidas Complementarias son:


A. Organización del terreno, camuflaje, minado y fortificación, encaminados
a garantizar la seguridad por la ocultación y el mejoramiento del terreno.

B. Control de civiles y militares dentro del área de operaciones, para evitar o


controlar el espionaje, la subversión, la propaganda enemiga y otras afines
que se manifiestan en tal medio.

C. Utilización de la protección aérea en apoyo de ciertas operaciones, contra


la amenaza aérea del enemigo.

D. De carácter técnico y táctico, destinadas para la protección contra


amenazas por medios especiales de hacer la guerra, tales como atómicos,
psicológicos, electrónicos, cibernéticos, radiológicos, bacteriológicos y
químicos.

Cuarta Sección
La Seguridad Táctica y las Fuerzas de Cobertura

256. La Seguridad Táctica. Es la que proporciona al mando en las grandes


unidades, el espacio y tiempo suficientes para que conciba, prepare, ponga
en acción su maniobra y le informa respecto a la naturaleza, magnitud y
actividad enemiga a mucha distancia.

257. Se logra al destacar la mayor distancia posible, a tomar y mantener


contacto con el enemigo, fuerzas adecuadas en número y potencia de la
mayor movilidad disponible, capaz de fijar al enemigo o de retardar su
avance durante un tiempo determinado. A estas fuerzas, se les llama fuerzas
de cobertura y mediante ellas quien funja como comandante, protege a su
grueso cubriendo las direcciones peligrosas y dispone de un primer
elemento de percepción y conocimiento del enemigo.

258. Para garantizar la seguridad táctica, los mandos deben emplear aquel
personal de entre sus tropas que posean mayor movilidad que las tropas
que formen parte del grueso. La movilidad, velocidad y potencia para tales
misiones es indispensable, ya que deben ser capaces de realizar actividades
de acuerdo con su naturaleza, composición y fuerza tales como las
siguientes:

A. Pasar sobre la red de seguridad del enemigo, ya sea infiltrándose por


entre los intervalos existentes o venciendo la resistencia, con el fin de
acercarse lo más posible a los gruesos para poder informar respecto a su
ubicación, composición y actividad.

B. Adelantarse y apoderarse de una zona del terreno particularmente


importante y necesario para ser empleada en la maniobra del grueso,
cuando éste arribe a ella.

C. Cubrir una o más direcciones peligrosas para proteger al grueso, lo que


en ocasiones puede significar combatir resistiendo durante el tiempo
necesario.

D. Adelantarse a fijar al enemigo, para permitir que el grueso lo maniobre,


lo que implica acción ofensiva mediante ataques de intensidad variable
según las circunstancias.
259. Las unidades con que un mando dispone para proporcionarse
seguridad táctica, son:

A. Unidades Blindadas, principalmente de reconocimiento.


B. Unidades de Infantería Motorizada o Mecanizada.
C. Unidades de Paracaidistas, Infantería Aerotransportada, o Aeromóvil.
D. Si las características del terreno y naturaleza del enemigo lo permiten,
unidades de Caballería.
E. Armas de Apoyo, como Artillería Ligera e Ingenieros, en refuerzo de las
anteriores.

260. Además de las fuerzas antes mencionadas en toda circunstancia se


debe emplear la aviación, orgánica o en apoyo proporcionado por la fuerza
aérea, con el fin de obtener información relativa al terreno y al enemigo;
proteger a las fuerzas de cobertura contra la acción aérea enemiga y actuar
en apoyo directo de dichas fuerzas por medio del fuego; además, para
ayudar a la observación del fuego de la artillería propia, cuando el enemigo
se coloque a distancia en que esta arma pueda ser utilizada desde el
dispositivo del grueso.
Quinta Sección
La Seguridad Inmediata y los Destacamentos de Seguridad

261. La Seguridad Inmediata. Se emplea principalmente en las tropas de las


armas y de los servicios, corresponde al ámbito de acción de las pequeñas
unidades. Sin embargo, esta regla no es rígida, pues es frecuente que una
gran unidad, por ejemplo, una Brigada utilice vanguardias, retaguardias y
guardaflancos en su dispositivo particular de seguridad, para proteger el
grueso en forma inmediata; utilizando simultáneamente unidades móviles
a gran distancia en función de fuerzas de cobertura para proporcionarse
seguridad táctica.
262. La Seguridad Inmediata. Se logra principalmente mediante los
destacamentos de seguridad y utilizando también otros medios destinados
a vigilar, dar la alarma y proteger respecto a la presencia o actividad
enemiga; estos medios complementarios de seguridad inmediata suelen
ser los observadores antiaéreos, patrullas y destacamentos de policía militar,
puestos de vigilantes y escuchas, puestos de observación, escoltas de
convoyes, guardias en los cuarteles generales e instalaciones diversas,
armas antiaéreas y antitanques.

263. El establecimiento de una línea de puestos de observación y


escucha. Es un método para proveer seguridad en un frente amplio con
pocas tropas; esto permitirá, estar alerta ante un ataque enemigo. Los
puestos de observación se establecen durante el día y generalmente se
instalan en terrenos elevados, desde los cuales pueden observarse las
posibles avenidas de aproximación del enemigo. Los puestos de escucha se
establecerán durante la noche o en periodos de poca visibilidad, su
colocación debe ser en o cerca de las avenidas de aproximación o por medio
de infiltración.

264. Los puestos de observación y de escucha, deben contar con un


eficiente sistema de comunicación, este sistema está materializado por las
estaciones de radio con que está equipado.
265. La observación es más efectiva como medio de seguridad que el
establecimiento de patrullas, porque la observación es constante; sin
embargo, cuando la situación lo requiere, debido a que el sector por cubrir
es muy amplio, se utilizan las patrullas.

266. Los principales destacamentos de seguridad en situaciones de


movimiento son las vanguardias, retaguardias y los guardaflancos, que se
desplazan entre el grueso y el enemigo; asimismo, en situaciones
estacionarias cumplen estas funciones los puestos avanzados, de
observación, escucha y patrullas.

267. Al amparo de la seguridad inmediata que estos destacamentos


proporcionan, las unidades marchan, estacionan y preparan para el
combate dentro del marco general de la gran unidad de que formen parte.
Como su nombre lo indica, los destacamentos de seguridad inmediata
cubren de cerca, protegen a su grueso y evitan las sorpresas materiales.

268. La Seguridad Inmediata. Complementa a la seguridad táctica y llena


los huecos que ésta deja, a distancia próxima de la pequeña unidad que la
destaca. Las fuerzas de seguridad táctica, por su lejanía y dispersión en el
campo de batalla, no podrán impedir que elementos ligeros, tales como
patrullas y destacamentos móviles del enemigo, se infiltren cumpliendo
misiones similares y se acerquen al grueso propio para reconocerlo o
atacarlo; por lo tanto, los destacamentos de seguridad inmediata deben
estar preparados para descubrir a estos elementos, rechazarlos o fijarlos y
destruirlos.

Sexta Sección
La Seguridad Durante el Combate

269. Durante el combate ofensivo o defensivo en que se encuentre el grueso


de una unidad determinada, la seguridad descansa fundamentalmente en
el dispositivo, en la conservación del contacto y en el mejor
aprovechamiento del entorno.

270. En tales circunstancias, la seguridad por el secreto queda restringida,


ya que estando en contacto con fuerzas similares y en combate con ellas,
éstas podrán haberse percatado de los efectivos propios, intenciones
ofensivas o defensivas, armamento disponible y demás datos que no serán
posibles mantener ocultos del todo.

271. La Seguridad por el Informe, se orientará al conocimiento inmediato


de las actividades enemigas en las proximidades del frente de combate, o a
los reportes que de la retaguardia se obtengan, principalmente por medio
de la aviación. 13SEDENA, "Manual de Operaciones Militares" (2017). México:
pp. 141-156.

272. Mediante un dispositivo adecuado y que responda a las eventualidades


del combate, los diversos escalones o núcleos de tropas estarán en
condiciones de protegerse e informarse mutuamente con oportunidad y de
intervenir por el fuego, el movimiento y el choque, para asegurar hasta
donde las circunstancias lo permitan, la ejecución de la maniobra general
proyectada.

273. Durante la noche, el combate suele interrumpirse o manifestarse por


fuego intermitente y actividades de patrullaje, por lo que el dispositivo debe
experimentar algunos ajustes, buscando que las tropas más adelantadas
desempeñen el papel de puestos avanzados y que las de segundo escalón
estén preparadas para entrar en acción contra posibles ataques nocturnos.
Las armas de apoyo arreglarán sus tiros desde las horas de luz, de tal manera
que puedan desencadenarlos durante la noche, si se hace necesario, sobre
puntos que favorezcan ataques enemigos por sorpres
274. La conservación del contacto es esencial para una fuerza que actúa
ofensivamente; el enemigo procura en ocasiones romperlo para replegarse
y ponerse a salvo, lo que impedirá la ejecución de la maniobra proyectada
para fijarlo y destruirlo. Este constituye una responsabilidad para las
unidades desplegadas justamente frente al enemigo en primer escalón, las
que no deben dejarse sorprender por acciones demostrativas de fuerzas
enemigas que, mediante fuegos intensivos y ataques a objetivo limitado,
busquen detener el ataque propio para permitir el repliegue de su grueso.

275. Durante la noche la conservación del contacto resulta más difícil, por lo
que las unidades responsables de la primera línea deben de propia iniciativa
destacar las patrullas que sean necesarias para asegurarse de la presencia
del enemigo, si ocupa las mismas posiciones en que fue anteriormente
observado y si manifiesta indicios que denoten la posibilidad de un
repliegue.
Capítulo VII
El Reconocimiento
Primera Sección
Generalidades

276. Es un conjunto de actividades que se llevan a cabo en las operaciones


con el objeto de obtener información del enemigo, terreno y recursos
existentes en una zona o área de operaciones.

277. El reconocimiento se encuentra implícito en cualquier misión durante


el desarrollo de operaciones y es llevado a cabo por todos los escalones,
desde la Escuadra hasta el Batallón.

278. En cualquier situación táctica que se viva, será indispensable el


reconocimiento para obtener información de citados factores.

Segunda Sección
Información Requerida

279. Del Enemigo. Es necesario conocer su ubicación, identidad, dispositivo,


fuerza, organización, capacidad, actitud, material, equipo y moral.

280. Del Terreno. Se requiere conocer sobre localidades, áreas y puntos


críticos, avenidas de aproximación, características de los caminos y ríos,
condiciones del suelo, obstáculos, encubrimientos, cubiertas, campos de
tiro, puestos de observación y zonas de estacionamiento o reunión.
281. De los Recursos Existentes. Se necesita conocer: la disponibilidad de
víveres, fuentes de agua potable, facilidades para el abastecimiento de
combustibles y lubricantes, materiales de construcción, facilidades de
alojamiento, medios de transporte y comunicaciones, entre otros; para
obtener esta información es necesario también conocer la actitud de la
población civil.
Tercera Sección
Principios Generales

282. Los Reconocimientos se realizan de acuerdo con los siguientes


principios:

A. Las fuerzas son orientadas hacia el objetivo para conocer la situación y


movimientos del enemigo, así como el terreno que ocupa.

B. La información recolectada durante el reconocimiento deberá ser


enviada al escalón superior, con la debida oportunidad, precisión y sin
importar su valor táctico.

C. En el reconocimiento se obtiene la información por medio de la


observación, sin embargo, las tropas no deben empeñarse en el combate.

Cuarta Sección
Clasificación del Reconocimiento

283. Los reconocimientos se clasifican de la manera siguiente:


A. Lejano. Es efectuado por unidades móviles (Infantería Mecanizada o
Motorizada), con el propósito de obtener información sobre el enemigo,
principalmente sobre las reservas, probables refuerzos o apoyos e
instalaciones de abastecimientos que se encuentren en la profunda
retaguardia y fuera del alcance de apoyo de la Artillería.

B. Cercano. Es efectuado por pequeñas unidades móviles, con la finalidad


de obtener la información del terreno y del enemigo, que requiere la o el
comandante en el Área de Operaciones, que le permita conocer el
dispositivo, ubicación, organización y composición del adversario; este tipo
de reconocimiento se efectúa a distancia de apoyo de la Artillería.

C. De Combate. Es efectuado por las tropas combatientes que se


encuentran en contacto y por medio del cual se obtiene información
inmediata de los cambios del dispositivo, composición, actividades recientes
y probables intensiones de las fuerzas enemigas empeñadas en la acción o
próximas a tomar contacto, se realiza antes o durante el combate
proporcionando la información de momento que permita una pronta
valuación e interpretación de la situación con el fin de hacer los cambios
oportunos de la idea de maniobra.

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