Si bien para construir el acorde de séptima basta con superponer una
tercera, el origen de este acorde no se basa en este método. La séptima, el factor que da su nombre al acorde de séptima, apareció primero como una nota melódica, extraña a la armonía, y de esta manera la encontramos con frecuencia. Es una disonancia, que pudo haber sido introducida como nota de paso, si una voz tenía que hacer, por ejemplo, un salto de tercera, unía los dos sonidos extremos de este intervalo pasando por el sonido intermedio, que era disonante en el acorde. Este sonido aparecía fugazmente, para no atraer la atención hacia si (en tiempo débil del compás).
El Acorde de Séptima de Dominante
Su origen puede explicarse de la siguiente manera: una voz tenía que
cantar la sucesión fa-mi. Este movimiento melódico podía ser acompañado por dos acordes fa con el IV grado y mi con el I grado. En algún momento pudo haberse querido dar intencionadamente mayor fuerza a este paso presentándolo como resultado de una necesidad. Pero el fa puede ser disonancia como séptima del V grado (sol). Entonces seguirá, como mejor resolución, el I grado (do). En esta resolución hay una apariencia de necesidad en el paso fa-mi. Si fa fuera a do resultaría inoportuno, pues tal salto no se apoyaría en ninguna razón obligatoria. Si fuera a sol, seria igualmente inoportuno, porque sol ocurre ya en el acorde precedente y no resultaría lo bastante notorio como resolución para anunciar que se ha originado por su presencia una nueva consonancia. Por lo tanto, lo mejor será ir de fa a mi.
Finalmente, la triada mayor sobre el V grado, con la inclusión de la
séptima desde la fundamental, vino a formar parte del vocabulario armónico, combinación que llamamos acorde de séptima de dominante, o V7. En este ejemplo que he tomado del tratado de armonía de Walter Pistón se puede apreciar de que manera se emplea esta séptima: El Acorde de Séptima Disminuida
Con la superposición de otra tercera sobre el acorde de séptima de
dominante, el grupo de acordes conocido como armonía de dominante se amplia e incluye dos acordes de novena de dominante, uno con la novena mayor y otro con la novena menor.
Los acordes de dominante se encuentran con más frecuencia con la
fundamental omitida, con lo que su función de acorde de dominante no pierde fuerza, aunque no este presente el quinto grado. Los compositores han mostrado una clara preferencia por los acordes incompletos con respecto al efecto más pesado y disonante del acorde de novena con fundamental. La armonía de dominante está constituida por el siguiente grupo de acordes: Con mucho, la más común de las dominantes es la última que aparece en el ejemplo, la novena menor de dominante incompleta, conocida como acorde de séptima disminuida.
La resolución regular del acorde de séptima disminuida es sobre la triada de
tónica. Es costumbre resolver los dos intervalos de quinta disminuida, cerrando cada uno en una tercera, sin preocuparse por las duplicaciones resultantes. Si la quinta disminuida está invertida, la cuarta aumentada se abrirá en una sexta. El acorde de séptima disminuida resuelve con igual facilidad sobre una tónica mayor o menor. Ejemplo:
El Acorde de Séptima de Sensible
En el acorde de séptima disminuida el intervalo entre los factores
sucesivos es siempre el mismo (tercera menor), y su intervalo complementario, la séptima disminuida, no cambia cuando el acorde está invertido. El acorde de séptima disminuida es así un acorde perfectamente simétrico. Por otra parte, el acorde de séptima sobre la sensible con el sexto grado mayor presenta una tercera mayor entre los dos factores superiores. Este acorde tiene una séptima menor entre las notas extremas, aunque incluye también una quinta disminuida, y recibe el nombre de acorde de séptima de sensible. Como este acorde esta formado por intervalos desiguales, existe una marcada diferencia en el carácter de sus inversiones. Ejemplo: En la resolución, la presencia de la quinta justa entre los grados segundo y sexto puede comportar dos quintas paralelas en la conducción de las voces. Éstas suelen evitarse subiendo el segundo grado al tercero o haciéndolo saltar una quinta descendente hacia la dominante. En ningún caso quedara duplicada la fundamental en la triada de tónica.