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Estos elementos son cuatro, y para cada uno de ellos existe un método de extinción de
incendios determinado. Concretamente son la combustión, un comburente como el aire,
energía y una reacción en cadena por radicales libres.
A continuación vamos a conocer cuáles son los cuatro métodos de extinción de incendios
disponibles y cómo actúa cada uno de ellos.
La eliminación de un combustible
Para que el fuego se mantenga vivo, debe existir algún tipo de combustible que sirva para
activar las llamas. El primero de los métodos de extinción de incendios consiste en la
eliminación de este. Si logramos eliminarlo del área en el que se ha producido el fuego, este
terminará extinguiéndose al carecer del elemento que lo estaba alimentando.
Para la extinción de incendios procederemos con el corte de líquidos y gases a la zona del
fuego. Se recomienda conocer el funcionamiento de las válvulas que pueda haber para
poder proceder a su cierre con rapidez. También, con la eliminación de sólidos o de todos
aquellos recipientes que tengan líquidos o gases en su interior. Otra vía es la refrigeración
de los combustibles cercanos al fuego con un extintor u contenga principalmente agua.
La inhibición
Los radicales libres son los responsables de la rápida progresión de las reacciones de los
combustibles. Cuando aquellos son neutralizados, la reacción se detiene, por lo que
detenemos también la propagación del fuego. Los extintores portátiles con polvo son uno
de los métodos utilizados sobre la base de las llamas. Por ello, son obligatorios en la
mayoría de los edificios.
El triángulo y el tetraedro del fuego son dos conceptos fundamentales para comprender el
fuego, más concretamente, cómo se produce y cómo se expande. Este conocimiento es vital
a la hora de prevenir y extinguir incendios.
Teniendo en cuenta este triángulo, para prevenir o parar el fuego se puede actuar sobre
diversos elementos. Por ejemplo, sin el calor suficiente, el fuego no puede ni comenzar. En
el caso de que apareciese, necesita que haya suficiente calor para propagarse. Para eliminar
el factor calor se puede actuar de varias formas. Una de ellas es introduciendo un
compuesto que tome una parte del calor disponible para la reacción, como, por ejemplo,
agua. También se pueden emplear polvos o gases.
Por otra parte, aunque aparezca el fuego, sin combustible el fuego se detiene. Dicho
combustible puede eliminarse de manera natural (consumido por las llamas), o
artificialmente. Esto se consigue mediante procesos químicos y físicos que impiden al
fuego acceder al combustible.
Como decíamos, la reacción en cadena es el factor que permite que progrese y se mantenga
la reacción una vez se ha iniciado ésta.
Así, el tetraedro del fuego funciona así: Para que se produzca y protege un incendio debe
generarse suficiente calor como para vaporizar parte del combustible e inflamar el vapor
que se mezcla con el oxígeno. Para que la combustión se mantenga, el propio fuego debe
generar suficiente calor como para vaporizar aún más combustible y que este vuelva a
mezclarse con el oxígeno y se inflame. Esto genera todavía más calor, por lo que el proceso
sigue una espiral de retroalimentación.
Es importante que sepas que una sujeción incorrecta no permite verter el agente extintor a
la base del fuego. Para una sujeción correcta, coge la manguera por el borde, colocando la
mano cerca de la boquilla.
2) El oxígeno del aire u otro comburente que se mezcla con el combustible en un fenómeno
de difusión.
De una manera gráfica se puede representar por un tetraedro, en el que cada cara
corresponda a cada una de los factores que acabamos de señalar.
Tipos de fuego y agentes extintores
Uno de los riesgos a los que es necesario prestar mayor atención es el de incendio. En un
incendio las personas se pueden ver afectadas por los siguientes riesgos:
• Origen eléctrico: puede ser producido por el calentamiento de una instalación eléctrica
provocada por un cortocircuito o una sobrecarga.
En caso de que llegue a producirse un conato de incendio, las actuaciones iniciales deben
orientarse a tratar de controlar y extinguir el fuego rápidamente, utilizando los agentes
extintores adecuados.
El tipo de fuego
La velocidad necesaria de actuación
La magnitud del riesgo
La ubicación de los factores de riesgo
El daño que pueda causar el posible agente extintor en las instalaciones
El coste del equipo de extinción
De agua
De espuma
De polvo
De anhídrido carbónico (dióxido de carbono)
De hidrocarburos halogenados (halones)
Específico para fuego de metales
Extintores portátiles:
Es un aparato autónomo de uso manual que contiene un agente extintor, el cual puede ser
proyectado y dirigido sobre el fuego por la acción de una presión interna. Esta presión
interna puede obtenerse por una presurización permanente de un gas auxiliar, o por la
liberación de un gas auxiliar sin encontrarse el agente extintor permanentemente
presurizado.
Deben estar próximos a los puntos donde exista mayor probabilidad de iniciarse un
incendio, así como en las cercanías de las salidas de evacuación
Que sean fácilmente visibles y accesibles, señalizados de forma adecuada.
Sujeción preferentemente sobre soportes fijados a pilares, de tal forma que la parte
superior del extintor no supere la altura de 1,70 m desde el suelo.
El funcionamiento de un Extintor portátil es el siguiente:
• Comprobar en el manómetro que está en una posición en que el extintor se puede utilizar.
• Sostener con un brazo el extintor mientras que con el otro se quitará el precinto de la
horquilla.
• Abrir la llave de salida de la manguera, vertiendo el agente extintor a la base del fuego
haciendo un movimiento de barrido.
Extintores de tipo A
Están pensados para la extinción de fuegos provocados por material seco, por ejemplo,
papel, cartón y, sobre todo, madera.
Extintores de tipo B
Son los que están dirigidos a la extinción de fuegos de tipo graso, entre los que se encuentra
el combustible líquido como el aceite, alcohol o la gasolina.
Extintores de tipo C
Este tipo de extintores son aptos para fuegos provocados por sustancias gaseosas como el
butano, propano o gas natural.
Extintores de tipo D
Para extinguir los fuegos originados por los metales combustibles, equipos eléctricos, etc.
Son los llamados fuegos de origen metálico o fuegos eléctricos. Suelen utilizarse sobre todo
en entornos industriales o profesionales.
¿Qué tipo de producto extintor rocían los extintores sobre las llamas?
El tipo de polvo que se utiliza es un agente químico especialmente concebido para sofocar
fuegos. Los extintores de polvo solo los más eficaces para apagar fuegos de tipo A, B y C.
Por ese motivo, los llamados extintores ABC, con polvo químico seco, suelen ser los más
aptos contra los fuegos de viviendas o negocios.
Agua
En este caso, el agente extintor es el agua. El agua que sale a presión va mezclada con un
aditivo químico, especialmente concebido para sofocar incendios. Los extintores de agua
son eficaces únicamente para tratar incendios de tipo A y B.
Este extintor funciona por secamiento del aire ambiental. Como los incendios se alimentan
del oxígeno del aire, el gas del extintor contribuye a disminuir la cantidad de oxígeno
presente en el aire, insuflando otro gas como el dióxido de carbono. Está recomendado para
sofocar los fuegos de tipo B, así como para preservar las instalaciones eléctricas.
Extintores de espuma
Este tipo de extintor se parece a los extintores de agua, por su composición, aunque la
mezcla que sale del envase a presión es una especie de espuma espesa. La espuma
pulverizada por estos extintores es particularmente eficaz contra los fuegos de tipo A.
La extinción se logra evitando que el tetraedro del fuego llegue a formarse. Para ello actuaremos sobre
los distintos elementos que forman dicho tetraedro con mecanismos como los expuestos a continuación:
ENFRIAMIENTO
El fuego se extingue por enfriamiento del combustible; las moléculas del agente extintor absorben
energía que se transforma en aumento de su temperatura y/o cambio de estado (vaporización) o en
la rotura de los enlaces químicos entre sus átomos. La sustracción de dicha energía impide alcanzar
la energía de activación de la reacción combustible-comburente o elimina la formación de vapores
combustibles.
DILUCIÓN
Se consigue disminuyendo la concentración de combustible con el objeto de impedir que se aporte
en cantidad suficiente para mantener la combustión. Se puede considerar como un caso particular
del apartado anterior. Un ejemplo es la aplicación de agua para diluir combustibles líquidos de tipo
polar (alcoholes).
SOFOCACIÓN
Se logra interponiendo una barrera física entre el combustible o los vapores desprendidos por el
mismo y el comburente, evitando el contacto entre ambos. Si en la combustión se genera oxígeno
este método no es útil. Ejemplos de este mecanismo es la aplicación de mantas, la proyección de
capas de espuma o cualquier otro método de confinamiento del fuego.
INERTIZACIÓN
Se logra disminuyendo e incluso eliminando la cantidad o concentración de comburente. Si durante
la combustión hay producción de oxígeno, este método no es efectivo. Este sistema y el anterior
están ligados y es de uso común denominar inertización a la acción preventiva consistente en la
dilución del comburente previa a la iniciación del fuego, se considera como inertización el
mecanismo de extinción que genera una zona de comburente diluido y sofocación al que genera una
zona sin renovación de comburente.
INHIBICIÓN
El fuego se extingue por inhibición desactivando químicamente los radicales libres intermedios y por
desactivación física interponiendo moléculas del agente extintor entre las especies reactivas. Ambos
efectos provocan la no continuidad de la reacción en cadena.