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curso de Fotografía Digitalparte 2:

.Las Cámaras Fotográficas.


Cómo iniciarse de manera eficaz y profesional.

© Nueva edición. 2019.


autor: Ernesto Martínez

Ilustración de portada por: Ernesto Martínez.

.Tutoriales sobre Fotografía.


Índice de Contenidos:
Capítulo I Características delas Cámaras Réflex.
Las Cámaras Réflex profesionales.
Las Cámaras Réflex semi-profesionales.
Capítulo II La Exposición.Modos: Autom. Semi A y Manual.
Determina qué elemento es más importante

Ajusta La Apertura, El Tiempo De Exposición


Revisa Las Advertencias De Tu Cámara.
Los errores típicos al usar el Modo Manual
Capítulo III El Cuerpo de la Cámara.
Vista Frontal.
Vista Trasera.
Capítulo IV El Objetivo.
¿De qué está compuesto un Objetivo?
Tipos de Objetivos según su distancia focal.
Capítulo V El Visor.
Características fundamentales.
Capítulo VI La Pantalla.
Información general.
Capítulo VII Almacenamiento.
Tipos de memoria.
Capítulo VIII Conectividad al Ordenador.
Alámbrica (USB) Inalámbrica (WiFi).
Capítulo IX Botones de Acceso Directo.
Funciones.
Capítulo X El Sensor de Imagen.
Tamaño del Sensor.
Factor de Recorte.
Capítulo XI El Procesador de Imagen.
Capítulo XII El Enfoque.
Automático o Manual.
Qué modo AF elegir y cuando usarlo.
Capítulo XIII El Exposímetro.
Cuando utilizar los distintos modos de medición
Capítulo XIV La ISO.
Capítulo XV El Obturador.
Capítulo XVI Guía rápida de contenidos.
Guía para elegir una correcta exposición.
Guía para Seleccionar Ajustes de la Cámara.
Guía para conocer mejor la Cámara Reflex.
Modos de navegación por el Menú .
Configuración de una cámara Nikon D5100.
Capítulo XVII Cómo Sujetar la Cámara.
Capítulo XVIII Consejos para el cuidado básico de tu Cámara.
Capítulo XIX Accesorios para Cámaras Réflex.
Capítulo XX Conclusiones
La Vocación
El Objetivo Personal
Obstáculos en la iniciación
Bienvenidos,

Te doy la bienvenida a esta guía en donde podrás encontrar consejos


prácticos para conocer y dominar tu Primera Cámara Réflex o cualquier otro
equipo fotográfico desde Cero y si ya tienes algún conocimiento podrás
mejorar y complementar tu experiencia fotográfica de forma sencilla. El
objetivo principal de este libro es proveer la información necesaria para que
cualquier aficionado a la fotografía comprenda y aplique las técnicas básicas
cada vez que utilice su cámara fotográfica, logrando resultados superiores
cada día.

No importa el tipo o marca de cámara que tengas, podrás aplicar todo lo


que en este libro se te proporciona, de una manera práctica y sencilla... Si te
interesa aprender fotografía, has llegado al lugar correcto ¿Eres nuevo en la
fotografía? Bienvenido, sigue leyendo – aquí está el contenido perfecto para
perder el miedo y dominar con soltura todas las prestaciones de una Cámara
Réflex y así poder exprimir todo el potencial de estas majestuosas máquinas
de hacer fotos. Sientes pasión por la fotografía y has decidido iniciarte en
ella y buscas información en línea y sin embargo hay conceptos importantes
como la apertura, la velocidad de obturación, el ISO y la exposición que
siguen siendo confusos para ti. No te preocupes, así comenzamos todos.

Una vez domines los conceptos básicos (explicados de manera clara y


correcta aqui) lo comprenderás y aplicarás en cada fotografía. Es por eso que
he decidido crear esta guía de iniciación para el adiestramiento con las
cámaras Réflex que te ayudará a encontrar la información, consejos y
tutoriales que te ayudarán a darle un inicio de alta aceleración a tu carrera
como fotógrafo. La cámara es la herramienta más importante que posee un
fotógrafo. Esta no hace al fotógrafo pero sin duda, sin una cámara no
podemos hacer fotografía. La cámara es para el fotógrafo lo que es el pincel
para el pintor. Si no conocemos cómo funciona, cómo es que capta la luz y la
convierte en una imagen digital, no comprenderemos cómo usarla de la mejor
manera.

¿Qué cámara debo comprar? Definitivamente si decidiste tomarte en


serio la fotografía deberás dar el salto a una Cámara Réflex, evaluando la que
más se adaptará al trabajo o estilo que pretendes incursionar, no se trata de
gastárselo todo en la mejor cámara del momento sino en la que mejor se
ajuste a nuestras necesidades. Lo que sí nos queda claro, dar el salto a una
Cámara Réflex, será un paso imprescindible.

Bienvenidos…
Capítulo I
Características de las Cámaras Réflex o DSLR

Conozcamos primero las cámaras de gama alta, las preferidas de los


profesionales. La versatilidad y funcionalidad, acompañado de una altísima
calidad de imagen son las características generales que marcan una notable
diferencia sobre las cámaras digitales compactas o llamadas de aficionados.
Las Cámaras Reflex full frame suponen una categoría especial dentro del
escaparate de cámaras preferidas por profesionales. Por su peculiar dotación
técnica pero, fundamentalmente, por los resultados que ofrecen, son para
muchos, las más capacitadas, las mejores.

Por tanto, si deseas adentrarte en serio en este mundo de la fotografía, el


primer paso deberá ser adquirir una Cámara Réflex Digital. Pero antes,
vamos a conocer sus características. Las cámaras de fotos full frame son
aquellas cuyo sensor posee un tamaño de 36 x 24 mm, es decir, el mismo que
el cuadro o fotograma de la película de las cámaras analógicas. Los sensores
más habituales en las cámaras de objetivos intercambiables son 1,5 y hasta 2
veces más pequeños que los full frame. Por sus prestaciones, ocupan el
escalón más alto en el escaparate de cámaras de las marcas que las fabrican.

Ahora bien, es verdad que si deseas dedicarte a un tipo de fotografía en


particular, necesitarás equipo adicional aparte de tu cámara. Tal es el caso
para aquel que desea hacer macro fotografía (debería al menos obtener un
objetivo macro), fotografía de deportes (necesita un teleobjetivo), o fotografía
en estudio (necesita un equipo de iluminación artificial). En otros muchos
casos necesitarás un Flash externo para usar junto a la cámara para mejorar la
iluminación y así la lista sería interminable, como veremos más adelante.

Pero básicamente podemos afirmar que la herramienta básica e


imprescindible es la Cámara fotográfica Réflex (DSLR: Digital Single Lens
Réflex)

Las cámaras Réflex son las que comúnmente llamamos “de objetivo
intercambiable” o de Visor óptico con espejo réflex que permite visualizar la
escena a través del objetivo tal como aparecerá en la toma.

Una característica importante de este sector de cámaras digitales es su


superioridad en la calidad de las imágenes obtenidas. En gran parte debido a
un sensor de imagen de mayor tamaño y la calidad de las ópticas que
acompañan al cuerpo de estas cámaras.
Otras características a destacar y que ampliaremos más adelante son:
-Mayor rapidez de disparo (disparo en ráfagas o Fotogramas por
segundos)
-Mayor tolerancia a ISOs altos
-Control Manual absoluto de todos los parámetros
-Mayor precisión y rapidez en el enfoque
-Mayor duración de las baterías
-Construcción robusta y ergonómica
-Posibilidad de incorporarle e interactuar con muchos accesorios
fotográficos

Con el boom de la tecnología digital, hoy en día tenemos una gran


variedad de precios en cámaras DSLR. De este modo quisiera referirme
brevemente a los tipos de cámaras Réflex que hay actualmente en el mercado.

Para aquellas personas que no se vayan a dedicar a la fotografía de forma


profesional, y no piensan ganar dinero con ella, las cámaras profesionales
quedan fuera de discusión ya que tienen un precio muy elevado y lo mismo
sucede con sus accesorios.

La recomendación general para quienes se inician en el camino de la


fotografía, sea cual sea su objetivo final, es adquirir una cámara Réflex semi-
profesional, las cuales son menores en costo y tienen aún gran versatilidad.

Los fabricantes de Cámaras fotográficas clasifican sus productos por


categorías o Series, dirigen así su mercado a determinados sectores;
Aficionados, Semi Profesionales y Profesionales. En cada caso la calidad es
superior y por supuesto los precios también.

Las Cámaras Réflex profesionales:

Se distinguen, además de por sus prestaciones superiores, por el precio.


La diferencia de precios respecto de las cámaras de uso habitual (las que
vemos en manos de un usuario medio) es considerable. No hay una barrera
clara a partir de la cual las cámaras son consideradas profesionales, pero
podemos hacer una serie de distinciones al respecto.

Es importante que una cámara profesional sea resistente, duradera y


rápida. También debe ser eficaz, es decir, capaz de realizar fotos de calidad
muy rápidamente para no perder una gran ocasión.

Es importante resaltar que ni el zoom, ni los megapíxeles determinarán


que la cámara sea profesional, semi profesional o aficionado.

Lo que va a definirla, entre otras razones es la velocidad de la ráfaga,


tamaño del sensor (Full Frame o 35mm hacia arriba), velocidad de
procesamiento, calidad de la óptica disponible, Cuerpo de mayor tamaño y
construido con materiales resistentes y de alta calidad y los accesorios que
tenga o se le puedan agregar.
La marca Nikon es una de las más reconocidas y se podría argumentar
que a partir de sus modelos D7000 (para arriba) encontramos cámaras de
ámbito profesional. Fuji cuenta con la serie S (S2, S3, S5, etc.) y Canon tiene,
entre otras, la serie de cámaras D (EOS 500D, entre otras) como cámaras de
nivel profesional.

Un ejemplo de cómo los fabricante de cámaras clasifican sus modelos por Gama o Series, es muy
útil conocer esta nomenclatura a la hora de buscar una cámara para incorporar a nuestro equipo
fotográfico.

A pesar de todo, que una cámara rinda de modo profesional depende


muchas veces del uso y de la habilidad del fotógrafo.
Ventajas de un sensor full frame…
Al ser sus celdas fotosensibles muy grandes, cada una de ellas recibe una
gran cantidad de fotones es decir, más información de la escena. Estos
sensores manejan mejor el ruido incluso a sensibilidades ISO elevadas.
Ambos factores, en teoría, dan lugar a una excelente calidad de las imágenes.
Además, las full frame optimizan los objetivos poco luminosos y pueden
aprovechar todo el encuadre del objetivo, ya que una lente gran angular con
un sensor de tamaño completo responde al 100% como gran angular, lo cual
no ocurre en cámaras semi pro de sensor APS de menor tamaño con una
pérdida de ángulo de visión debido al tamaño del sensor.
Ejeplos de cámaras Profesionales Full Frame (35mm):

Canon EOS 5DS: Híper resolución: Su sensor tiene una resolución de


50,6 megapíxeles, por lo que permite recortar las imágenes manteniendo su
calidad y permitiendo impresiones a gran formato. Lo mismo ocurre cuando
se utilizan los modos de disparo 1,3x y 1,6x incluidos. Precio: 3.799 euros
Sony α7R II: Sin espejo: La primer A7 fue la primera cámara full frame
de tipo mirrorless (o CSC, sin espejo). Esta nueva versión mejora muchos
aspectos, por ejemplo, ofrece una alta sensibilidad ampliable a ISO
102.400,enfoque utomático ultrarrápido, un sistema de estabilización de la
imagen de cinco ejes y grabación de vídeo 4K. Su sensor retroiluminado
ofrece 42,4 Mp. Precio: 3.500 euros
Nikon D810: Optimización:Proporciona imágenes de 36,3 Mp y sus
puntos fuertes residen en un procesador que maneja de manera eficiente el
ruido, ráfagas de hasta 7 fps y Picture Control 2.0, que optimiza el
procesamiento de imágenes integradas en la cámara. Existe la versión D810A
especial para astrofotografía. Precio: 2.900 euros.

Conociendo cómo funciona una cámara reflex podremos aplicar estos


mismos principios cuando nos toque hacer una foto con un teléfono o una
cámara compacta, buscaremos cómo configurar de la mejor manera los
parámetros de exposición, hasta donde lo permita el equipo.

Las Cámaras Réflex semi-profesionales:


Con la incursión en el mercado de gran cantidad de modelos, este nivel, al
igual que los otros, queda algo difuso. En general, podemos decir que estas
cámaras cuestan unos cientos de dólares menos – en promedio – que las
profesionales y ligeramente mas pequeñas en tamaño y peso.

Son, por lo tanto, más accesibles al público general, aquellos fotógrafos


que no vayan a ejercer la fotografía como trabajo o estén iniciándose. Aun
así, se pueden conseguir fotos de una elevada calidad con estas cámaras. A
continuación una tabla comparativa en modelos Nikon semi profesionales
con sus características:

¿Cuál es entonces la diferencia? Las diferencias están en los pequeños


detalles, sin duda el tamaño del sensor de imagen (conocidos como APS, de
un tamaño inferior a 35mm) con un importante factor de recorte , la calidad
de la óptica que trae de serie es inferior, el motor de enfoque no viene en
cámara si no en el objetivo y los botones de acceso rápido son muy pocos.

De todos modos, para un nivel principiante e intermedio estos pequeños


detalles por lo general no tienen ninguna incidencia en el resultado de la
imagen.

Cámaras Canon:
Se identifican con un número con diferentes dígitos seguido de la letra D.
El número de dígitos indica la gama a la que pertenece, yendo desde los
cuatro dígitos de los modelos de entrada hasta las unidades los modelos
profesionales.
Cámaras Nikon:
A la inversa que en Canon, empiezan con la letra D seguido de un número
que de nuevo tienen entre cuatro cifras las gamas más bajas y una cifra las
tope de gama.
Nikon D810: Optimización

Cámaras Sony:
Están liderando la evolución en las cámaras digitales en los últimos años.
Poseen muchos de los mejores sensores del mercado y están apostando muy
fuerte por lo que muchos creen que es el inevitable futuro de las cámaras:
prescindir del espejo. Así, están diseñando unos nuevos modelos de cámaras
muy interesantes y revolucionarias. Se identifican con la letra A seguido de
dos dígitos.

Esta guía te permitirá reconocer los modelos actuales de los principales


fabricantes en un mercado donde la tecnología avanza vertiginosamente y en
consecuencia la evolución de las cámaras fotográficas. Conocer en
profundidad sus características nos permitirá una evaluación detallada para
hacer una comparación con elementos suficientes. Muchos datos técnicos de
las cámaras no los encontraremos en el manual de modelos aficionados,
(tamaño del Sensor, tipo de procesador, tipo de obturador. Etc.) y resultarán
de vital importancia para un análisis objetivo del equipo.
A continuación una lista comparativa de modelos Nikon de gama semi pro
con sensores APS con las características que debemos evaluar antes de
decidir comprar.
Capítulo II
La Exposición. Modos: Automático, Semi
Automático y Manual.
Modo de exposición (Modos P, S, A y M)

Los modos P, S, A y M se denominan "Modos de exposición" porque


permiten controlar los ajustes que determinan la exposición, es decir, la
velocidad de obturación y el diafragma. Cada uno de estos modos ofrece
distintos grados de control sobre la velocidad de obturación y el diafragma.

Automático programado (Modo P):

Recomendado para capturar instantáneas, así como en aquellas


situaciones en las que se disponga de poco tiempo para configurar los ajustes
de la cámara. La cámara establece la velocidad de obturación y el diafragma
para obtener una exposición óptima.

Automático con prioridad a la obturación (Modo S):

Se utiliza para congelar o difuminar el movimiento. El usuario elige la


velocidad de obturación; la cámara selecciona el diafragma para obtener los
mejores resultados.

Automático con prioridad al diafragma (Modo A):

Se utiliza para difuminar el fondo, o para que tanto el primer plano como
el fondo queden enfocados. El usuario elige el diafragma; la cámara
selecciona la velocidad de obturación para obtener los mejores resultados.
Manual (Modo M):
El usuario controla tanto la velocidad de obturación como el diafragma.
Permite fijar la velocidad de obturación en “Bulb” o “Time” para obtener
exposiciones prolongadas.

La exposición fotográfica correcta determina la calidad de la fotografía


final. Las Cámaras Réflex (y otros modelos mas económicos tambén lo han
incorporado) se caracterizan por su singular rueda de selección de Modos
(Dial de Modos) Una pequeña ruedecita (en muchas cámaras está en la parte
superior del aparato) que permite elegir entre los Modos Automático, Manual
y Semi auto, para definir los valores de exposición adecuados a la escena
para una Exposición.
Dial de control: Una vez hayas elegido el modo con el Dial de modos
(punto anterior), el Dial de control te permitirá seleccionar los valores de ese
modo escogido, como la apertura de diafragma (Nº F ) o el tiempo de
exposición.
Cada fabricante varía ligeramente las abreviaturas para referirse a un
Modo específico pero solo basta con familiarizarse con cada marcas.
Podríamos afirmar que este sería el primer aspecto a dominar en cuanto a los
controles de tu cámara.

Analiza la escena y elige el Modo más apropiado.

La tecnología ha avanzado y las cámaras hacen auténticas maravillas, pero,


aún no eligen el modo de disparo por ti y te piden que, a través del dial de
selección de Modo, optes por uno u otro modo.

Para poder optar por uno de los tres modos principales, presentaremos las
características de cada modo y el tipo de tomas para las que está pensado.

Manual (M). Te permite controlar de forma independiente los tres


parámetros que determinan la exposición: sensibilidad ISO, tiempo de
exposición y apertura. Es un modo especialmente indicado para situaciones
con condiciones muy específicas, en las que tienes suficiente tiempo para
preparar la toma, o buscas resultados diferentes gracias a poder contar con
pleno control de todos los parámetros.

Prioridad a la Apertura (A en Nikon, o Av en Canon). A través de este


modo es posible definir la sensibilidad ISO y la apertura del diafragma,
eligiendo la cámara el tiempo de exposición para lograr una exposición
correcta. Es el modo apropiado en aquellas situaciones en las que quieres
tener pleno control de la profundidad de campo de la toma, por ejemplo,
paisajes o retratos. Te permite elegir un número de diafragma y la cámara
evalúa el resto de los parámetros de forma automática por ti.

Prioridad al Tiempo de Exposición (S en Nikon, o Tv en Canon). En


este caso, controlas la sensibilidad ISO y el tiempo de exposición, mientras
que la apertura es elegida por la cámara para adecuar la exposición de la
toma. Es el modo idóneo para situaciones en las que deseas congelar el
movimiento, realizar panning u otro tipo de técnicas en las que el tiempo de
exposición es fundamental.
Por tanto, el resultado de este primer paso será haber tomado la
determinación de en qué modo dispararás: manual, prioridad a la apertura, o
prioridad al tiempo de exposición.

Modo de exposición: Modo P (Automático programado)

En el modo P, la cámara ajusta automáticamente la velocidad de


obturación y el diafragma para obtener una exposición óptima. Sin embargo,
puede elegir otras combinaciones de diafragma y velocidad de obturación que
darán como resultado la misma exposición: esto se denomina "programa
flexible". Elija el modo Automático programado para las instantáneas y en
aquellas situaciones en las que no quiera perderse ni una sola toma.

La cámara evalúa los valores de exposición mediante sensores pero debes


indicarle con presición donde debe medir estos valores dentro de la escena a
fotografiar para lograr mejor presición:
ISO.Selecciona El Valor De Sensibilidad ISO En Función De La
Escena:

Dependiendo del modelo de la cámara, puedes acceder a estos ajustesde


ISO mediante un botón de acceso rápido (series Pro) o dediente el menú en
pantalla ( series Semi Pro).

También en función de la escena (movimiento e iluminación de ésta),


deberás optar por un valor de sensibilidad ISO de partida. Puede que luego lo
varíes, si necesitas más luz, o te sobra. Pero inicialmente deberás partir de un
valor e ir probando.

No olvides que en cualquiera de los tres modos (Auto-Semi Auto-


Manual) el valor de sensibilidad ISO es uno de los ajustes que tú como
fotógrafo debes determinar. Para ello, puedes tener en cuenta estos consejos:
El valor más bajo posible siempre conllevará evitar la aparición de
ruido en la fotografía.
En escenas con suficiente iluminación no te muevas de ISO 100 ó 200 (el
nativo de tu sensor), salvo que necesites un tiempo de exposición muy
reducido.
En escenas con iluminación más deficiente, sube a 400, 800, 1.600, o,
incluso, 3.200. En función de los resultados que ofrezca tu sensor con estas
sensibilidades, deberás establecer un ISO a partir del que no convendrá pasar.

El objetivo de este paso es haber determinado el ISO más apropiado para


asegurar que los otros dos parámetros nos permitirán una adecuada
exposición, nitidez y profundidad de campo y, también, para garantizar un
nivel de ruido contenido.

Determina Qué Elemento Es Más Importante En La


Escena: Movimiento o Profundidad de Campo
Es posible que a esta pregunta ya le hayas dado respuesta en el primer
paso, no obstante, ahora sí deberás determinar qué es más importante en la
escena: la profundidad de campo, en cuyo caso habrás optado por el modo
manual o el modo de prioridad a la apertura, o bien el movimiento, en cuyo
caso habrás optado por el modo manual o de prioridad a la exposición.

La respuesta a este paso determinará qué parámetro será el siguiente que


definamos: bien la apertura, bien el tiempo de exposición. Y, en función del
modo elegido, se tratará del último parámetro elegido (en los modos
semiautomáticos), o bien el penúltimo (pues en modo manual habrá que fijar
el otro parámetro para lograr el resultado deseado).

En la fotografía de la derecha, como puedes ver, se tomó la determinación


de lograr ese aspecto fluido de las luces de los vehículos a través de la
fijación de un tiempo de exposición prolongado. Lo lógico para lograr esta
fotografía habría sido emplear el modo manual, o bien el modo de prioridad
al tiempo de exposición.

Ajusta La Apertura, El Tiempo De Exposición, o


Bien Ambos
Si seleccionaste el modo de prioridad a la apertura, deberás fijar
un número f adecuado para lograr la profundidad de campo que deseas
(suficientemente amplia, o muy reducida para sacar partido al bokeh de tu
objetivo y centrar la atención en el sujeto enfocado). La cámara elegirá por ti
el tiempo de exposición para lograr una exposición correcta.

Si, por el contrario, optaste por el modo de prioridad al

tiempo de exposición, seleccionarás el tiempo de exposición adecuado


para congelar el movimiento o permitir cierta fluidez. La cámara elegirá por
ti, en este caso, la apertura de diafragma con el objeto de lograr una
exposición adecuada (teniendo en cuenta el metering y la
posible compensación de exposición que hayas seleccionado).

Si optaste por el modo M manual, primero fijarás el parámetro más


importante para el resultado que deseas obtener y a continuación
determinarás el otro, eso sí, no perdiendo de vista la ayuda del exposímetro
de tu cámara, quien en todo momento te mostrará información sobre la
exposición que lograrás con la combinación elegida.

[Nota] En cuanto al modo manual, la posible selección de un ajuste distinto de 0 EV en la


compensación de la exposición originará resultados distintos en función del fabricante de tu cámara.

En el caso de Canon, no tiene en cuenta la compensación cuando el modo


seleccionado es el Manual, es decir, el exposímetro representa información
sobre la exposición real que mide en la escena, sin considerar la posible
compensación que se haya podido seleccionar.

Por su parte, Nikon sí que valora la compensación de exposición también


en modo Manual. De manera que el exposímetro aplica la compensación y la
información mostrada sobre la exposición de la toma está desplazada positiva
o negativamente en función de la compensación elegida.
A estas alturas ya debes tener claro como equilibrar las variables de
exposición para lograr un foto correctamente expuesta, la gráfica muetra
ejemplos para equilibrar la apertura de diafragma con la velosidad de
exposición, una vez teniendo claro esto , ya está todo casi listo para que
puedas disparar. Sólo es preciso tomar algunas precauciones y atender a la
ayuda de tu cámara, lo vemos en los dos últimos pasos.

Revisa Las Advertencias De Tu Cámara Y Haz Los


Últimos Ajustes
Después de haber seguido todos estos pasos es posible, especialmente en
los modos semiautomáticos, que no hayamos elegido bien los ajustes
teniendo en cuenta la situación. Te pondré dos ejemplos:

Una escena a plena luz del día, seleccionado el modo de prioridad a la


apertura y con los siguientes parámetros: ISO 800, f/1.8. Tu cámara se irá al
menor tiempo de exposición posible o directamente te mostrará una señal de
aviso (demasiada iluminación, aún optando por el menor tiempo de
exposición posible).

Una escena con escasa iluminación, seleccionado el modo de prioridad al


tiempo de exposición y con los siguientes parámetros: ISO 100, 1/1000 seg.
En este caso, tu cámara optará por la mayor apertura posible, sin embargo,
salvo que tengas un objetivo muy luminoso, es probable te advierta de que no
hay luz suficiente.

En estos ejemplos, la cámara te estará advirtiendo de que la imagen


acabará sobre o subexpuesta, respectivamente. Sólo deberás estar atento a sus
indicaciones y realizar los cambios oportunos para evitar que se produzcan
estos errores.

No te fíes a ciegas de tu Cámara. Hay situaciones en las que no decide


bien.

También habrá otras situaciones en las que, si bien la cámara no lo hará,


tú debes ser consciente de posibles resultados no deseados. La cámara
desconoce si habrá movimiento en la toma, si la profundidad de campo será
suficiente, si tienes más o menos pulso, si...

Te pondré otros dos ejemplos:

Deseas realizar un retrato en una situación de poca iluminación, para ello


optas por el modo de prioridad a la apertura con estos ajustes ISO 400, f/4. La
cámara ofrece sólo 1/20 seg como tiempo de exposición para lograr una
exposición adecuada, pues la iluminación es escasa.

Quieres congelar el movimiento de un automóvil y optas por prioridad al


tiempo de exposición con los siguientes ajustes: ISO 800, 1/1000 seg. La
cámara, tiene acoplado un objetivo muy luminoso, así que, como la
iluminación es bastante escasa, propone una apertura de f/2,8.

En ambos casos, el hecho de que la cámara elija por ti el tiempo de


exposición y la apertura, no debe significar confiar ciegamente en esta
decisión. En el primer caso podría dar lugar a una imagen trepidada ante el
más mínimo movimiento del sujeto (como en la fotografía de la derecha), y
en el segundo a una profundidad de campo escasa si el enfoque no es muy
preciso, o si el objeto es muy voluminoso.

Tu papel deberá ser revisar estos valores, considerar si son adecuados o es


necesario modificar los ajustes originales y, sólo en caso de que estés de
acuerdo con todos los ajustes, proceder a encuadrar, enfocar y disparar.

Por supuesto, el modo Automático es más cómodo. Pero con los modos
automáticos, es el software de la cámara el que decide qué foto va a hacer, sin
saber qué está fotografiando en realidad, o qué quieres expresar con ello.

El modo Manual sirve para tener control total sobre tus fotos, y para
aprender fotografía. ¡No se puede aprender fotografía con modos
automáticos! Es necesario que aprendas a controlar tú los parámetros de
exposición, equivocarte una y otra vez (estropeando muchas fotos) y
aprendiendo de ello.

Desde el momento en que leas estas líneas pon el modo M (manual), y la


ISO en control manual. Practica hasta que consigas buenos resultados, toma
una foto en automático y repite la misma en modo manual y compara los
resultados.

Entonces (y sólo entonces) pasa a usar, a veces, los modos Av y Tv, (en
Canon) cuando lo necesites por comodidad o necesidad de rapidez.

Para las ocasiones clave, en que te quieras garantizar buenos resultados,


como una celebración o un evento especial, y si aún no te desenvuelves bien
con el modo M, usa los Av y Tv, y si aun así no consigues buenos resultados,
pasa al modo P, pero no pases de ahí.

Modo P (Programada)
Como vimos anteriormente en este modo la cámara escoge apertura y
velocidad de obturación, pero deja al usuario (dependiendo de la cámara que
este empleando) controlar el ISO, modo de medición de la luz, balance de
blancos, la salida o no del flash... Es decir, que es como un modo
automático diseñado para que la cámara nos dé la apertura y el tiempo de
exposición para que no se realicen fotografías mal expuestas (sobrexpuesta o
subexpuesta) y en el que se pueden configurar sólo algunos extras que
influyen en la exposición.

Las ventajas de este modo podrían ser:

Fotos casuales en las que no tendríamos que estar ajustando valores de


exposición sin preocuparse de tantos parámetros principales como son la
velocidad de obturación y apertura del diafragma.

Para momentos en los que hay que reaccionar rápido y no hay tiempo de
configurar la cámara. Ejemplos de estas situaciones: niños jugando, la foto
típica de recuerdo de una reunión, etc.

Permite tener más tiempo en centrarse en la composición, para encuadrar


mejor y cuando la foto hay que hacerla para Ya! Sacar la cámara y disparar.

Pero claro, en estas condiciones también podemos pensar que una


compacta podría hacer lo mismo o que, para dejar que la cámara decida
aperturas y velocidades, uso el modo automático y habrá quien piense que, en
ese caso, no nos compraríamos una cámara réflex. Entonces, ¿merece la pena
dedicar un espacio en el dial de nuestras cámaras para este botón?, ¿no
convendría, por ejemplo, cambiarlo por otro para tener alguna configuración
personalizada más? No cabe la menor duda que habrá situaciones e la que la
rapidez con que tomemos la foto será decisivo para lograr la instantánea.

Manejar la cámara en Manual es casi tan sencillo como el modo


automático, y te permite conseguir los resultados que tú quieres. Siempre y
cuando contemos con el tiempo y experiencia suficiente para ajustar cada
parámetro para una correcta exposición.

Comprar una buena cámara no es suficiente para hacer buenas fotos si


solamente vas a usar el modo automático! Seguro que, si pensabas así antes
de comprar tu cámara, te has dado cuenta de que en fotografía no todo
consiste en apuntar y disparar.
El modo Manual es la clave para aprender fotografía y poder conseguir
esas fotografías espectaculares que andas buscando.

Tu cámara tiene muchos botones y el manual montones de páginas. Sin


embargo, muchas cosas son inicialmente prescindibles, y merece la pena ir
avanzando de forma paulatina y ordenada.

Comienza con lo importante, y deja lo demás para más adelante.

Lo primero, debes aprender a controlar la exposición mediante la apertura


(del diafragma) y la velocidad (del obturador). Ellos son los que controlan la
cantidad de luz que ingresa en al sensor de tu cámara y debes saber cómo
dominarlos.

Aunque la sensibilidad ISO tradicionalmente (herencia de las cámaras


analógicas) no se le ha dado tanta importancia, a efectos prácticos, tiene la
misma que los otros dos. Sólo que es doblemente fácil de configurar (en la
mayoría de los casos vas a dejarlo en 100 o 200 ISO a no ser que estés en
escenas con poca luz, de noche se vuelve imprescindible).

Olvídate por el momento de opciones avanzadas, de los estilos de imagen,


de los botones para impresión, de los modos de enfoque, de los menús
interminables, el bracketing, la compensación del flash, etc. Comienza
dominando la exposición y no te satures con otros elementos. A fin de cuenta,
esta es la base misma de la fotografía, ya sea que tengas una cámara
profesional o un teléfono, todas las cámaras de fotos por caras o económicas
que sean usaran la luz para capturar una escena.

Ya cuando necesites un poco más, aprende a identificar los distintos tipos


de luz a tu alrededor y a configurar el balance de blancos para que tus
imágenes representen los colores de la escena de manera fiel y realista (y no
se vean muy azuladas o anaranjadas) aunque el modo automático de balance
de blancos casi siempre funciona desentemente.

Luego si puedes ocuparte de la composición de tus tomas. Aprende a


seleccionar un punto de interés en tu escena y evita imágenes confusas,
desordenadas, desbalanceadas y aburridas.

Los errores típicos al empezar a usar el Modo


Manual de tu Cámara
1. Tener Miedo a Subir Demasiado la Sensibilidad ISO
Todos los fotógrafos somos muy pesados con el tema de que uses
una sensibilidad ISO lo más baja posible cuando hagas fotos. Pero no tienes
que tomarte esto al pie de la letra, 'lo más bajo posible' no significa que
siempre uses una sensibilidad ISO de 100 o 200. Una apertura demasiado alta
o una velocidad muy lenta pueden afectar a la nitidez, por lo que vale la pena
arriesgar con la ISO.

Es cierto que las primeras cámaras digitales pecaban de generar un


terrible ruido en nuestras fotografías cuando usábamos ISOs alto. Sin
embargo, hoy en día esto ha cambiado mucho y las cámaras son capaces de
proporcionar una gran calidad con una ISO 800, 1600, 3200 e incluso hasta
6400 en las cámaras de gama más alta.

El ruido es mucho menos perceptible de lo que solía ser, se


puede corregir más fácilmente en edición e incluso puede proporcionar un
toque agradable a algunas capturas. La clave está en hacer pruebas con tu
cámara cuando dispongas de poca luz y ver hasta dónde es capaz de llegar su
ISO sin mostrar demasiado ruido, así ya sabrás dónde está su límite.

2. Usar una Velocidad de Obturación Demasiado Lenta


Para poder compensar la pequeña vibración que se produce cuando
fotografiamos cámara en mano, la velocidad de obturación que elijas es
aconsejable que sea igual o superior a la distancia focal de la lente que estés
usando. Por ejemplo, si estás fotografiando con un objetivo 50 mm montado,
debes utilizar una velocidad de 1/50 s o superior para asegurarte de que la
imagen sea nítida.

Por eso, si utilizas un objetivo zoom 300 mm necesitarás una velocidad


mínima de 1/300 s para que la imagen no salga borrosa. Esto se debe a que
esas pequeñas vibraciones cámara en mano aquí serán mucho más acusadas
al hacer zoom a grandes distancias. Si hay poca luz, recuerda que
siempre será mejor subir la ISO que obtener una imagen borrosa o trepidada.

Para sujetos en movimiento necesitarás usar velocidades de obturación


más altas. Solo así conseguirás congelar el movimiento y no obtener
imágenes movidas. Para personas que caminan, hazte a la idea de que no
podrás utilizar velocidades menores a 1/250 s. Si el sujeto está corriendo o
pretendes fotografiar un ciclista o un motorista, tendrás que subir la
velocidad mucho más.

3. Optar Siempre por Aperturas de Diafragma Muy Altas


Si tienes el objetivo del kit no suele ser lo más habitual, pero si te acabas
de comprar tu primera focal fija con una apertura máxima de f/1.8 o f/1.4,
probablemente caerás. Ese desenfoque del fondo y ese bokeh tan bonito que
conseguimos usando aperturas altas nos encandila (puede que demasiado).

Sin embargo, empeñarnos en usar siempre aperturas demasiado altas


puede pasarnos factura. Optando por números f bajos obtenemos
una profundidad de campo muy baja y debemos tener en cuenta que el área
nítida de la que dispondremos también será muy limitada. Además habrá
ocasiones, como en la fotografía de paisaje o de retratos en grupo donde vas a
necesitar aperturas más cerradas para conseguir que todo lo que interesa salga
enfocado.

Para retratos, por ejemplo, tendrás que enfocar correctamente los ojos de
la persona y si está ladeada es posible que solo consigas enfocar un solo ojo y
el otro aparezca menos nítido. Por eso es mejor no arriesgar y usar aperturas
f/4 o f/5.6, que para estos objetivos suele ser su punto dulce. Conseguirás
un rostro completamente enfocado sin perder ese bokeh que tanto te gusta.

4. Elegir un Punto de Enfoque Incorrecto


Aunque uses el modo manual, puedes seguir utilizando el modo de
enfoque automático de la cámara. Antes de nada, revisa los tipos de enfoque
automático que tiene tu cámara, así como los puntos de enfoque, para
saber qué modo de enfoque utilizar en cada situación.

En ocasiones donde el tiempo apremie o no domines la situación, lo más


aconsejable es que uses el enfoque automático y una apertura que no sea
demasiado alta. Así te asegurarás de sacar imágenes nítidas. Sin embargo, si
haces una sesión de fotos y pretendes jugar con el enfoque, te resultará útil
usar el enfoque manual.

Al principio te costará usar Enfoque Manual, con el anillo de enfoque,


puedes empezar utilizando trípode y el haciendo zoom con el live view de tu
pantalla activado. Así podrás ver desde cerca y en tiempo real si estás
enfocando correctamente y comprobar que la zona que te interesa sale nítida.

5. No Usar la Compensación de la Exposición


El botón de compensación de la exposición es un gran desconocido,
incluso para fotógrafos más avanzados. Si utilizas los modos
semiautomáticos de prioridad a la apertura o a la velocidad, esta
funcionalidad puede convertirse en tu mejor aliado (sobre todo en escenas
donde predomina el contraste de luz)

Debes tener en cuenta que el fotómetro que incorpora la cámara no es


infalible y que suele considerar por defecto que todas las escenas tienen
un valor de medición de gris medio. Esto puede resultar un incordio en
escenas donde haya contrastes muy marcados de iluminación o donde la
superficie fotografiada refleje la luz del sol.

Por ejemplo, si fotografías la nieve brillante, tu cámara medirá la luz e


interpretará que necesitas oscurecer mucho la imagen obteniendo una nieve
gris en tus fotos. De igual modo, si pretendes hacer un retrato de una persona
que está en sombra con un fondo iluminado, obtendrás fondos muy quemados
o rostros muy oscuros. En estos casos deberás compensar la exposición según
necesites más luz o menos.

6. No Cambiar el Modo de Medición de la Luz

Otro aspecto importante ligado al anterior es el modo de medición de la


luz que uses para cada situación. Normalmente, el error es desconocer que
puede cambiarse y utilizar siempre el Modo Matricial o Evaluativo, que suele
ser el que viene por defecto con la cámara. Este modo mide la luz de toda la
escena y calcula una media con la que define la exposición más adecuada.

Aunque sí que es verdad que suele ser el modo más utilizado, el modo
Matricial o Evaluativo (el cual mide la luz en el 100% de la imagen) no
siempre será el más apropiado. Los modos de medición Ponderada el Centro,
Puntual o Parcial (de Canon) miden la luz priorizando ciertas zonas concretas
de la escena.
La Ponderada al Centro prioriza la parte central de la escena (un 75% de
la imagen), la Puntual se centra en un punto concreto de la escena (5% de la
imagen) y la Parcial abarca un poco más que la puntual (6-9% de la imagen).
Si los pruebas te darás cuenta de que para retratos, conciertos o fotografías a
contraluz, respectivamente, pueden ser muy útiles y efectivos.

7. Activar el Estabilizador de Imagen cuando Usas Trípode.


La opción de activar el estabilizador de imagen en un objetivo o en la
propia cámara te proporcionará imágenes más nítidas cuando estés
fotografiando cámara en mano. Sin embargo, cuando colocas la cámara en el
trípode debes acordarte de desactivar esta función.

Si dejamos activada esta función cuando tenemos la cámara en el trípode,


probablemente obtendremos imágenes trepidadas. Esto ocurre porque el
estabilizador tratará de detectar vibraciones y compensarlas, pero al no
encontrarlas se producirá una especie de efecto espectral en la imagen.

Cuando hagas fotografías con trípode coge la costumbre también de hacer


zoom sobre la imagen y asegurarte de que no aparece ese efecto borroso, así
si te dejaste activada la función sin querer podrás repetir la captura con
el estabilizador apagado.

8. Usar el Balance de Blancos Automático


Aunque uses el modo manual, el balance de blancos normalmente vendrá
también por defecto en modo automático. Es cierto que hoy en día puedes
hacer una sesión disparando en RAW y en edición cambiar el balance. De
hecho, con Lightroom puedes ajustar una imagen y aplicar los mismos ajustes
al resto de imágenes de una misma sesión en pocos segundos.

Sin embargo, si realizas ya tus capturas con un balance de blancos


adecuado te ahorrarás un paso innecesario. Nuestros ojos tienen la capacidad
de compensar la diferencia de colores en la luz, pero a nuestra cámara
deberemos ayudarla para que ajuste la temperatura de color correcta según
cada situación.

Cada cámara te ofrecerá diferentes tipos de balances, además del


automático existen algunos presets con ajustes predeterminados como sol,
sombra, nublado, tungsteno o fluorescente. También existe la opción manual
para crear un balance de blancos personalizado. Ve probando las distintas
opciones y elige la que más se adapte a lo que tú necesitas.

9. Disparar solo en JPEG y Olvidar el Formato RAW


Así es, hay vida más allá del JPEG, y mucha. Si tu cámara te permite
realizar tus capturas en formato JPEG+RAW, no dudes en seleccionar esta
opción. El formato RAWes un auténtico salvavidas que te permitirá rescatar
una captura cuando quizá pensabas que estaba perdida.

Si editas un archivo RAW en Photoshop o Lightroom (o en tu programa


de edición habitual) tendrás acceso a infinidad de información de luz y color
que te permitirá procesar tu imagen con mucha versatilidad. Podrás corregir
fácilmente y de forma efectiva errores en la exposición, el ruido, el enfoque o
el balance de blancos.

Recuerda que además de aprender a utilizar tu cámara, también es


importante dedicar una parte de tu aprendizaje al procesado y revelado de las
fotografías en programas de edición. Cuando empieces a indagar te darás
cuenta de que el formato RAW es una opción excelente para convertir una
buena captura en una fotografía espectacular.

10. No Restablecer los Ajustes al Final de Cada Sesión


Más que un error como tal es un hábito que seguramente no tienes y que
poco a poco debes incluir en tu rutina fotográfica. En la mayoría de las
cámaras, si cambias ajustes como la compensación de la exposición, el modo
de enfoque, el balance de blancos, el modo de medición, etc. seguramente se
queden puestos cuando apagues la cámara.

Esto significa que, si utilizas la cámara una semana después, esas


configuraciones de la sesión anterior seguirán seleccionadas y si no te
acuerdas de que las pusiste... En fin, te puedes volver loco viendo que
obtienes capturas extrañas sin saber a qué puede deberse. Puedes tardar horas
o incluso arruinar completamente una sesión de fotos hasta descubrir qué
ocurre.

Por eso, lo más recomendable es que al acabar una sesión restablezcas los
ajustes que hayas cambiado y los coloques con una configuración normal. De
este modo, cuando vuelvas a coger la cámara estará preparada para disparar y
no perderás el tiempo.

Al principio te costará mucho acostumbrarte a usar el modo manual. Pero


una vez tengas claro que lo principal es aprender a dominar la exposición y
empieces a hacer fotos, verás que todo será cuestión de práctica. Notarás que
vas lento, pero es normal al principio.

Un último consejo muy importante es que no te fíes 100% de la pantalla


LCD de tu cámara. Suele pecar de ser muy brillante y de no mostrar los
defectos de tu captura en el momento, por lo que podrás llevarte más de una
decepción al pasarlas al ordenador. Nuestro consejo es que confíes más en
el Histograma, él te dirá todo lo que necesitas saber de tu captura.

No te rindas, solo practicando, equivocándote y cometiendo todos los


errores que te hemos dicho (y más), serás capaz de evitarlos en un
futuro. Aprender es caer y levantarse, así que sigue practicando y, sobre todo,
mejorando.

Capítulo III
El Cuerpo de la Cámara.
Partes de una Cámara Réflex.

.El Cuerpo
Una vez que hemos visto, ¿Qué es una cámara réflex digital?, vamos a
dar un repaso por las partes más importantes que componen estas máquinas.
Empezaremos dando un vistazo externo, destacando las partes más
importantes y en el siguiente capítulo nos meteremos en las entrañas de estos
monstruos de la fotografía digital.

Como ya dijimos, cuando nos encontramos con una réflex digital no


estamos ante una cámara compacta, las cámaras réflex están compuestas,
normalmente, de dos partes bien diferencias: Cuerpo y Objetivo.

Cuerpo y objetivo hacen una pareja inseparable si queremos hacer fotos


pero podremos encontrar y comprar sin problemas cuerpos y ópticas por
separado sin que necesariamente formen un paquete.

Una vez montada la óptica en el cuerpo, ya tenemos lista la réflex digital.


Echémosle un vistazo más detallado:
Como modelo, usaremos una Nikon D5100 que ni es el tope de gama del
mercado ni el modelo más básico, así podremos ver ciertas características que
en un modelo amateur no veríamos. Evidentemente en función de la marca y
el modelo estas características cambiarán, pero básicamente nos
encontraremos con funciones y características parecidas.

Vista Frontal

Cuando miramos una cámara réflex de frente nos encontramos algo así:
Vista Trasera

Si le damos la vuelta a la cámara nos encontramos lo siguiente:

Detalla de cada una de sus partes tomado del manual de usuario:


Capítulo IV
El Objetivo:
¿De qué está compuesto un objetivo? Pues básicamente de tres
elementos: un conjunto de lentes, un mecanismo de enfoque, y un mecanismo
que regula la entrada de luz: el diafragma.

El conjunto de lentes, agrupadas entre si nos permiten dirigir la luz al


interior de la cámara. Cuanto más cantidad de luz permita meter este conjunto
de lentes en el cuerpo, mejor se considera este objetivo, aunque ya veremos
que hay muchos factores que influyen en este sentido.
Lentes hay de muchos tipos, aunque las de baja dispersión, suelen
destacarse en las características de los objetivos por los fabricantes, puesto
que gracias a ellas, se evitan algunas de las llamadas aberraciones de la
imagen.

El diafragma, situado también en el objetivo, es el mecanismo que regula


la entrada de luz. Los valores del diafragma se representan con el número f, y
debemos tener en cuenta a menor número f, mayor apertura del diafragma y
viceversa.

La relación entre el numero f y la calidad y resultado final de la imagen es


bastante alta, por lo que es uno de los factores más a tener en cuenta en los
objetivos.

Por último, el mecanismo de enfoque, es el que hace posible el


desplazamiento de las lentes, y por tanto el enfoque de la imagen acercando y
alejando a estas entre sí. En las cámaras réflex, al encontrarse en el objetivo
podemos controlarlo manualmente, con todas las posibilidades que esto nos
ofrece.

Como conclusión se suele decir que un objetivo es mejor cuanto más


luminoso (menor valor de f), más lentes tiene (más pesado) y más rápido
enfoca, por lo que ya sabes cuales son las características a elegir siempre que
te lo puedas permitir. Cuando compramos una cámara réflex generalmente
viene equipada con un objetivo básico, lo que se suele llamar el “Kit”.

Ese primer objetivo es ideal para cualquier principiante, pues le ayuda a


uno a familiarizarse con las características del objetivo y permite que con el
tiempo esa persona vaya reconociendo qué tipo de fotografía realmente le
atrae, qué limitaciones le impone su objetivo básico, y qué objetivo le haría
falta para subsanar esa limitación.
Capítulo V
El Visor:
.El visor óptico.

Característica fundamental de las cámaras réflex. A través de él se nos


ofrece mucha información sobre la toma y los parámetros que estamos
usando. Nos referiremos con más detalles cuando hablemos de la pantalla ya
que en esta aparece la misma información y resulta mucho más práctico
consultarlo desde la pantalla que desde el visor.

Esquema de funcionamiento de funcionamiento de un visor optico en


Reflex:
El Visor sirve para ver lo que estamos fotografiando, resulta mucho más
fiable que la pantalla ya que en él vemos 100% de la escena (a través de la
lente) a fotografiar tal cual saldrá en la foto, además se evita la molesta
claridad que tanto incomoda cuando estamos usando la pantalla para
visualizar (en de día soleado). Es ideal para encuadrar y para enfocar con
precisión. Resulta muy útil su uso para ahorrar la energía de la batería ya que
la pantalla es uno de los componentes de mayor consumo de energía.
Capítulo VI
La Pantalla:

El monitor LCD, o pantalla de visualización. En ella podremos hacer dos


cosas: primero, ajustar los parámetros principales de las tomas o configurar
las opciones de la cámara, y segundo, ver las fotografías que tomamos,
instantáneamente después de hacerlas. Además, la mayoría de modelos
suelen darnos mucha información sobre la toma, sus parámetros, las zonas
sub/sobreexpuestas, etc... Incluso podremos ver el histograma en la mayoría
de los modelos actuales.

En los modelos que disponen de Live view, o visión en vivo, como es el


caso, podremos encuadrar y disparar visualizando la escena por este monitor,
tal y como hacen la mayoría de las compactas. También tenemos que tener en
cuenta la movilidad de la pantalla.

Mientras en algunos casos es fija, en otros podremos girarla, pivotarla y


moverla a nuestro antojo, característica a considerar si queremos encuadrar
desde posturas difíciles con una réflex y muy útiles para la grabación de
Videos, aspectos este cada vez más popularizado en este segmento de
cámaras.

Los modelos más recientes apuestan por incrementar el tamaño de la


pantalla y su resolución, haciéndolas cada vez más nítidas y eficientes.
Capítulo VII

Almacenamiento:

Básicamente tendremos dos opciones para almacenar la foto en el


momento de hacerla: o en la memoria interna de la cámara o en una tarjeta
de memoria. Éstas son pequeñas unidades de almacenamiento, normalmente
tipo flash, con un vasto elenco de capacidades (Samsung lanzó
recientemente el micro SD “EVO Plus con 256 Gb y capacidad de escritura
de 95 MB/s).

Además son unidades rápidas y muy resistentes al uso con poca


delicadeza.

En sus inicios los fabricantes de Cámaras digitales usaban diversos


modelos de tarjetas: Compact Flash / Memory Stick / XD Media / Multi
Media / SD – MiniSD –MicroSD –MicroSDHC –MicroSDXD.

Estas últimas son las más extendidas en la actualidad y fabricadas por la


mayoría de las marcas más populares, en un esfuerzo por unificar este
segmento del mercado de insumos fotográficos y abaratar los costes de este
importante elemento de nuestro material fotográfico.

Capítulo VIII

Conectividad al Ordenador:

La mayor parte de las cámaras digitales se pueden conectar directamente


a la computadora para transferir su información. Antiguamente las cámaras
tenían que conectarse a través de un Puerto serial. El USB es el método más
utilizado aunque actualmente las cámaras están incorporando una conexión
inalámbrica Wii-Fi o Bluetooth. La mayor parte de las cámaras son
reconocidas como un dispositivo de almacenamiento USB.

Una alternativa común es el uso de un lector de tarjetas que pueda ser


capaz de leer varios tipos de medios de almacenamiento, así como efectuar la
transferencia de datos a la computadora a alta velocidad. El uso de un lector
de tarjetas también evita que la batería de la cámara fotográfica se descargue
durante el proceso de la transferencia directa, pues el dispositivo toma
energía del puerto USB.

Los conectores USB de las cámaras se diferencian por su tamaño y por su


velocidad de transferencia de datos.

Los cables USB (machos) y los conectores en la cámara (hembra)


resultan ser muy delicados y requieren tratarlos con cuidado para evitar se
dañen y pierdan la conectividad, su uso frecuente sin tomar precauciones
pueden terminar con su vida útil.

Tarjeta de memoria SD con WiFi incorporado, una alternativa muy util


para no depender de los cables USB, funciona como almacenamiento y
facilita la conectividad con el ordenador, smarphon u otro equipo con
conección wiFi..
Capítulo IX
Botones de Acceso Directo:
Dependiendo de la marca y del modelo de nuestra cámara, encontraremos
más o menos botones que cumplen funciones concretas, repasaremos los más
utilizados:

Botón para hacer saltar el flash integrado de la cámara, si el modo de


exposición está en automático el flash saltará al tocar el didparado , si estás
en modos manuales debes actvarlo de esta forma (lleva el símbolo de un
relámpago).

Botón Info: Pulse una vez para ver la configuración, y pulse de nuevo
para realizar cambios en los ajustes. Marque los elementos con el
multiselector y pulse ok para visualizar las opciones del elemento marcado.
Botón Fn puede programarse para varias funciones, como acceder a
valores ISO, entre otros, viene por defecto para activar modo de disparo
retardado. A su lado el botón para levantar el Flash. (en Nikon)

Botón para subir o bajar la exposición, mediante la velocidad o el


diafragma. Tambien conocidos como EV: Valor de Exposición. En modos de
exposición automáticos nos puede ayudar a compensar la falta o los exesos
de exposición recomendaados por la cámara.
Botón de acceso al menú, para acceder a los ajustes de Disparo,
Reproducción, Personalización, Retoque y demás configuraciones,
dependiendo de cada modelo, siempre deben ajustarce antes de tomar la foto.

Botón de navegación y selección de las opciones del menú, navega por


todas las ventanas del menú de nuestra cámara permitiendo seleccionar cada
parámetro.
Botón de ayuda (con el símbolo de interrogación “¿” o bien con la palabra
“Info”) etc. La cámara informará en pantalla o en visor con el símbolo de
interrogación cuando detecta algún parámetro en la exposición que ella
concidera incorrecto según los valores que hemos seleccionado de forma
Manual. Mediante este boton accedemos a una leyenda explicativa de las
supuestas incongruencias.

Encontraremos más botones de acceso rápido en nuestra cámara según el


modelo, como son, (Reproducción), (Eliminar foto), (Zoom), (Orquillado),
(LiveView) entre otros.

Capítulo X
El Sensor de Imagen:

El gran protagonista cuando hablamos de réflex digitales, el sensor digital


es una de las características que definen a este tipo de cámaras y hace una
función análoga al carrete de negativos de toda la vida. Se ocupa de captar
toda la información posible de la escena ya que recoge toda la luz que el
objetivo sea capaz de llevar hasta él.

El sensor está formado por píxeles sensibles a la luz, los


famosos Megapíxeles de las cámaras digitales dependen del número de
píxeles que tenga este sensor. El sensor de imagen es el elemento de una
cámara digital, tanto de vídeo como de fotografía estática, que detecta
captura la información que compone la imagen. Está compuesto por millones
de pequeños semiconductores de silicio, los cuales captan los fotones
(elementos que componen la luz, la electricidad). A mayor intensidad de luz,
más carga eléctrica existirá.

Estos fotones desprenden electrones dentro del sensor, los cuales se


transformarán en una serie de valores digitales creando un píxel. Por lo tanto
cada célula que desprenda el sensor de imagen se corresponde a un píxel o
punto. El sensor sustituye la película en la fotografía digital.

El resultado de la información del sensor, ya traducidos a formato binario,


se guarda en las tarjetas de memoria en forma de ficheros de imagen.

Sin entrar en detalles debemos mencionar las dos tecnologías más


populares del mercado de sensores son CCD y CMOS. Estos últimos se han
impuesto en los últimos años por su menor coste de producción y menor
consumo de energía y en los cuales los ingenieros han invertido su mayor
esfuerzo en desarrollar. Como es el caso de los nuevos sensores CMOS BSI
con mayor sensibilidad a la luz.

Tamaño del Sensor

El tamaño universal de un fotograma de película (analógicas) para


cámaras réflex es de 35mm de largo (la diagonal es de 43mm). Heredado de
este formato estandarizado a principios del siglo XX, los sensores de
fotograma completo (Full Frame) tienen aproximadamente esa medida. Sin
embargo, la mayoría de las cámaras DSLR no disponen de un sensor de ese
tamaño (muy costosos, solo para gamas altas), sino más pequeño, por ello se
produce una pérdida o recorte en el campo de visión de los sensores más
pequeños. Este formato de sensor se llama APS. Los sensores de 35mm se
llaman Full Frame o de fotograma completo.

Factor de Recorte
En la imagen podemos ver el recorte de un sensor APS sobre un sensor
full frame de 35mm y otros tamaños de sensores para cámaras de gama baja.

Esto afecta a la distancia focal (y ángulo de visión) de nuestros objetivos,


ya que al sufrir las imágenes un recorte sobre el sensor, las distancias focales
que tienen no son en efectos prácticos las que podemos ver en nuestras fotos.
Cada sensor tiene lo que llamamos un factor de equivalencia para poder
convertir las distancias focales de nuestros objetivos a las distancias focales
efectivas. Así, multiplicando por dicho factor de equivalencia obtenemos la
distancia focal real de la foto.

Así, cuando un Objetivo nos indica de fábrica tener una distancia focal de 50
mm está refiriéndose a su equivalente en un sensor de formato 35mm o Full
Frame, es un estándar que se respeta como referencia. Si nuestra cámara
Réflex tiene un sensor APS y colocamos un objetivo que indica 35mm de
ángulo de visión, estaremos visualizando en la práctica un 50mm de visión
real.

Quisimos extendernos en este elemento sobre los otros por su importancia


a la hora de seleccionar una cámara u otra.

Mayor tamaño de sensor, Mayor Calidad de imagen y Mayor precio de la


Cámara, este sería un rápido resumen.
Capítulo XI
El Procesador de Imagen:

El procesador de imagen es el auténtico cerebro de una Cámara


fotográfica, tan importante como el sensor de imagen, este se encarga de
procesar (revelar) la imagen captada por el sensor y convertirlo en una foto
(fichero).

El DSP, o procesador de imagen es el gran desconocido a la hora de


comparar y evaluar una cámara digital. Al igual que en muchos otros
productos, cada marca, e incluso cada modelo, pueden tener características
que lo diferencian del resto. Canon tiene los DIGIC
III, Sony el Bionz, Panasonic el Venus Engine
III, Olympus los TruePic, Nikon el Expeed y así todos, cada uno con sus pros
y sus contras.
En su interior se interpretan los datos recogidos por el sensor y se crea la
imagen final que podemos ver. El hecho de que los colores o las luces estén
mejor o peor representados y sean más o menos fieles a la realidad, es debido
en gran parte a este elemento encargado de aplicar la exposición correcta y de
construir la imagen. La rapidez de funcionamiento de la cámara está muy
relacionada con el procesador, por lo que resulta interesante conocer algunos
valores al respecto. Es importante que cuente con un buffer de memoria de
suficiente capacidad que permita captar las imágenes en ráfaga, así como un
buen sistema de reducción de ruido. También es importante saber que los
resultados del procesador dependen del firmware que tenga instalado, de
manera que con las futuras actualizaciones se pueden mejorar algunas
características o eliminar posibles fallos.
Esquema de la tecnología que se emplea para captar una imagen digital.

En resumen, aunque el procesador de imagen es un elemento difícilmente


comparable, sí puede ser un motivo para decidir o descartar una cámara
frente a otras, según sean los resultados analizados por profesionales.

Capítulo XII
El Enfoque:
En este proceso intervienen varios elementos fundamentales de la cámara
como son:

Espejo principal
Una vez que la luz ha pasado por el objetivo, lo primero que se encuentra
en el cuerpo de la cámara es el espejo principal. Este espejo principal, se
encuentra delante del sensor con una inclinación de 45º y es el primer
responsable de desviar la luz, hacia la pantalla de enfoque y el pentaprisma.
En el momento del disparo este espejo gira poniéndose en horizontal y
dejando pasar la luz directamente hacia el sensor, que captura la imagen de
forma análoga a como lo hacían los antiguos carretes de negativos.

Pantalla de enfoque
Fundamentalmente es un vidrio esmerilado que nos permite verificar
cuando el enfoque es correcto. Normalmente suelen incorporar una lente
fresnel que facilita la tarea. En algunas cámaras es intercambiable ya que en
función al tipo de trabajo puede ser que nos convengan distintos tipos de
pantallas que existen en el mercado.

Pentaprisma de espejos
Una vez que la luz ha pasado la pantalla de enfoque, se encuentra con uno
de los reyes del sistema réflex, el pentaprisma de espejos. ¿Y qué función
tiene? Pues básicamente 2: re direccionar de nuevo la imagen hacia el visor y
reposicionarla verticalmente.

Esto es debido a que la imagen que nos proyecta el objetivo al interior del
cuerpo esta invertida, tanto vertical como horizontalmente. El espejo
principal se encarga de recolocarla verticalmente, pero aún nos queda hacerlo
horizontalmente para que podamos verla correctamente a través del visor.

Visor
Es la ventana por donde miramos y a la cual llega la imagen de la escena
que queremos fotografiar. En el ocular, además de la lente fija, normalmente
disponemos de pequeñas lentes para corregir 2 o 3 dioptrías de aquellos con
algún problema en la visión.

¿Y qué pasa cuando disparamos? ¿Qué camino sigue la luz? Pues como
hemos dicho, el espejo principal gira 45º y se pone horizontal y la luz llega
directamente al sensor pasando, primero por el obturador.

El Enfoque: Automático o Manual


El enfoque automático es una de las ayudas que encontramos en casi
todas las cámaras para conseguir fotografías nítidas sin necesidad de perder
tiempo en mover el anillo de enfoque, pero en muchas ocasiones esta ayuda
se vuelve en contra, no respondiendo a nuestros deseos y enfocando dónde
quiere la cámara o simplemente, no enfocando. Estos errores, a veces culpa
del sistema de enfoque, pueden minimizarse con una buena configuración
del modo AF y teniendo en cuenta cómo funciona el autofocus.

-Modo Autofoco: La cámara ajusta automáticamente según la distancia


del sujeto, siempre que este esté a 50 cm o más del objetivo y exista
iluminación adecuada en la escena.

Podemos encontrar dos tipos de autofocus, el pasivo y el activo, teniendo


cada uno sus ventajas y desventajas.

El enfoque pasivo por contraste, uno de los más extendidos en las


cámaras digitales, trabaja buscando el contraste entre los bordes de los
objetos, moviendo el aro de enfoque hasta encontrar la escena donde las
líneas tienen mayor definición. El enfoque por contraste es bastante preciso
siempre que tengamos escenas bien iluminadas, objetos con volúmenes o con
líneas marcadas.

El enfoque activo que puede ser por ultrasonido, como el presente en casi
todas las cámaras Polaroids, o por infrarrojos, que funcionan con la cámara
emitiendo una luz y un sensor midiendo la luz reflejada. El sistema de
enfoque activo puede trabajar casi a oscuras, pero tiene la limitación de
distancia, ya que el ultrasonido y el infrarrojo, a partir de cierta distancia, no
son capaces de ser captados de vuelta por el sensor del autofocus. De ser así,
la cámara enfoca a infinito.

Si el enfoque automático de nuestra cámara trabaja por contraste, muchas


son las ocasiones en que el enfoque puede fallar o sencillamente, no
conseguir enfocar, escuchando como el motor de enfoque va hacia adelante y
hacia atrás sin detenerse en un punto e impidiendo hacer la fotografía.

Las situaciones más comunes en las que oiremos el motor de enfoque sin
detenerse son aquellas en las que la iluminación es insuficiente, como puede
ser en interiores o de noche, pero también fallará en situaciones de buena
iluminación cuando el punto de enfoque coincida con superficies lisas o sin
textura, como puede ser una pared blanca, el cielo azul o ropa negra. Otros
casos menos frecuentes son situaciones de mucho brillo o cuando tenemos un
exceso de líneas cercanas a la cámara y nos interesa el fondo. Por ejemplo,
cuando queremos hacer una foto entre los barrotes de una verja o una rejilla
metálica.
Para solucionar estos problemas lo más rápido es cambiar la cámara
a enfoque manual (puede estar en el cuerpo de la cámara o en objetivo) y
usar el anillo de enfoque para ver nítida la imagen en el visor, aunque, en
ocasiones, puede ser más rápido buscar un punto bien iluminado en la escena
o una línea marcada en el objeto, como puede ser el borde.
Pero no todos los problemas de enfoque son culpa del sistema de enfoque
automático, también es importante conocer la distancia mínima a la que es
capaz enfocar nuestro objetivo. En ocasiones, nos acercamos demasiado a un
objeto para fotografiarlo y si no lo estamos haciendo con un objetivo macro,
entraremos en la zona en la que le es imposible enfocar. Para saber cuál es la
distancia mínima de enfoque, basta mirar la distancia mínima en el anillo de
enfoque.
Si tu objetivo no tiene distancias marcadas en el anillo de enfoque, busca
alrededor del objetivo hasta encontrar donde lo indique. Esta distancia
mínima de enfoque se mide desde el plano focal hasta el objeto. Cuanto más
angular es el objetivo, menor es la distancia mínima de enfoque, siendo
común una distancia de entre 25 y 45 cm. Cuanto más larga es la distancia
focal, mayor es la distancia mínima de enfoque, siendo común que, con
teleobjetivo de 200mm, tener una distancia mínima de enfoque de 90
centímetros o superior. Esta distancia mínima de enfoque depende mucho de
la fabricación del objetivo.

El último error que podemos cometer es tener mal configurado el modo AF o


no tener el punto de enfoque donde realmente queremos que la cámara
enfoque. Para solucionarlo, veamos los Modos AF disponibles y cómo mover
el punto de enfoque sin mover la cámara.
Qué modo AF elegir y cuando usarlo
Cuando trabajamos en los modos de exposición en los que no es todo
automático (el de color verde) podemos elegir el modo en que el autofoco
trabaja y selecciona el plano de la imagen que enfoca. Según el fabricante de
la cámara, los diferentes modos AF reciben nombres diferentes, pero de
forma general podemos encontrar estos tres modos:

El sistema de AF funciona enfocando la imagen cuando pulsamos el


botón de disparo hasta la mitad. Mientras tengamos pulsado el botón, el
enfoque, se mantendrá a la distancia donde hemos enfocado. Si queremos
enfocar en otro plano, debemos soltar el botón y volver a pulsarlo. El modo
único (AF-S) está recomendado cuando queremos enfocar objetos o personas
que no están en movimiento y, salvo contadas ocasiones, es el modo AF que
más se recomienda.

El modo AF continuo (AF-C para muchos fabricantes y AI Servo en las


Canon) se activa pulsando hasta la mitad el disparador y enfocando. Si el
objeto se mueve, la cámara corrige el enfoque sin necesidad de soltar el
botón. Puedes s hacer la prueba seleccionando el enfoque continuo,
enfocando un plano cercano y luego apuntando la cámara hacia un lugar más
alejado. Oirán el motor de enfoque y verán como gira el anillo de enfoque.
Todo ello sin soltar el botón de disparo. El enfoque continuo es ideal cuando
queremos fotografiar objetos, personas o animales en movimientos ya que los
seguirá manteniéndolos enfocados.

El tercer modo AF es el automático (AF-A para muchos fabricantes). Es


el más problemático ya que la cámara cambia de único a continuo
dependiendo de si capta movimiento en la escena. La idea es muy buena, si
enfocamos un objeto estático y éste empieza a moverse, la cámara activa el
continuo y comienza el seguimiento. Pero en muchas ocasiones, el
movimiento se inicia en el fondo de la escena y la cámara lo enfoca,
desenfocando el primer término que es el que nos interesa. Este error está
muy relacionado con la selección de punto de enfoque en el visor.

Puntos de enfoque:

Si queremos que la cámara elija el punto de enfoque la configuraremos en


punto de zona AF Automática, Dinámica o Ancho (según fabricante).
Como pueden imaginar, este sistema tiene muchos riesgos ya que la cámara
elige lo que debe enfocar, dependiendo de distancias, contraste o de si detecta
caras. Para avisarnos de donde está enfocando, ilumina los cuadrados del
interior del visor.
Lo más práctico es seleccionar uno de los cuadrados del interior del visor
como punto de enfoque. Para ello, configuramos la cámara para que nos deje
desplazarnos por los puntos de enfoque, situando uno de los puntos de
enfoque sobre el objeto que queremos enfocar, facilitando a la cámara un
correcto enfoque. De todos los puntos que podemos seleccionar, el punto
central suele ser el más preciso a la hora de detectar el contraste y las líneas,
por lo que es el que se recomienda usar.

La configuración que más uso es el modo de AF en único (AF-S) y el punto


central seleccionado. Si tengo que enfocar a una persona o zona situada a la
derecha del encuadre, lo que hago es mover la cámara situando el punto
central en el ojo o la zona derecha de la fotografía, presionar hasta la mitad el
disparador, no soltar el botón y re encuadrar la fotografía. Si hiciera esto con
el AF-S o en AF-A la distancia de enfoque cambiaría y se enfocaría el
fondo. Podemos ajustar la cámara para que ésta elija por nosotros el punto
de enfoque o elegirlo nosotros mismos. Éste es el método más preciso, si
bien en aquellas fotografías donde haya mucho movimiento (por ejemplo
deportes) puede resultarnos especialmente difícil pararnos a elegir el punto de
enfoque. En ese caso es más recomendable dejar que la cámara elija por
nosotros donde enfocar, que generalmente es el objeto más cercano que
coincida con uno de los puntos de enfoque. Sin embargo, en aquellos casos
donde podamos pararnos un segundo a elegir el punto de enfoque es más que
recomendable hacerlo.

En los últimos tiempos nos hemos acostumbrado a escuchar cómo las


cámaras incorporan sistemas de enfoque automático de distintos tipos con los
que las marcas suelen presumir de rapidez a la hora de enfocar pero
¿realmente sabemos en qué consisten estos sistemas? ¿Conocemos los
diferentes tipos de AF que existen? Como siempre, vamos a tratar de
aclararlo.

El sistema híbrido, que es del que más se está hablando en los últimos
tiempos, es el resultado de la mezcla de los dos sistemas tradicionales de
autofocus pasivo que han venido incorporando habitualmente las cámaras
fotográficas. Es decir, es la mezcla del enfoque por diferencia de contraste,
usado desde siempre en las cámaras compactas digitales, con el método por
detección de fase que se viene utilizando en las DSLR.

El sistema híbrido, que es del que más se está hablando en los últimos
tiempos, es el resultado de la mezcla de los dos sistemas tradicionales de
autofocus pasivo que han venido incorporando habitualmente las cámaras
fotográficas. Es decir, es la mezcla del enfoque por diferencia de contraste,
usado desde siempre en las cámaras compactas digitales, con el método por
detección de fase que se viene utilizando en las DSLR.

Por cierto que antes de seguir hay que decir que estamos hablando de
sistemas de enfoque pasivo, los más comunes y que funcionan partiendo
únicamente de la información que llega a la cámara. La otra alternativa, los
sistemas de enfoque activo, se basan en que la cámara emite algún tipo de
onda (un ultrasonido, una luz infrarroja…) que tras rebotar en los objetos de
la escena regresa hasta el sensor AF para informarle de la distancia a la que
debe enfocar.

Por otro lado tampoco vamos a hablar de los diferentes modos de enfoque
que suelen ofrecer las cámaras. Hablamos del AF sencillo, del continuo, etc,

Enfoque por contraste:


Este sistema AF, también conocido como enfoque por diferencia de
contraste, se basa en la premisa de que el contraste de una imagen es mayor y
se aprecian mejor sus bordes cuando está correctamente enfocada. Así, las
cámaras que trabajan según este sistema trabajan directamente con la imagen
que capta el sensor analizando el contraste de la escena y sus diferencias de
luz.
En base a esta información, el procesador (que es quien se encarga de la
tarea) busca los puntos donde la iluminación cambia bruscamente y en ellos
basa el enfoque. En principio este sistema de enfoque trabaja analizando la
imagen por completo (osea sin tener en cuenta puntos de enfoque) lo que
implica que el procesador debe trabajar con una importante cantidad de
información y esto hace que sea un sistema más lento que el de detección de
fase.

Por otro lado, cuando las condiciones de luz son muy pobres, o hay muy bajo
contraste en la escena, suele tener muchos problemas, y además tampoco son
la mejor opción para el enfoque continuo. Por eso, como decíamos, este
sistema es el que han venido utilizando las cámaras compactas que no exigían
tanto en este apartado.

Sin embargo, los avances en el mercado (con procesadores mucho más


capaces) ha hecho que este tipo de AF cada vez sea más rápido e incluso casi
llegue a estar a la altura de su contrincante en cuanto a rapidez, siendo
además más preciso en general.

Enfoque por detección de fase:


Este tipo de enfoque se basa en que la cámara incorpora un sensor específico,
diferente del captor de la imagen, que se encarga del sistema autofoco. Como
decíamos es típico de las cámaras réflex porque trabaja con parte de la luz
que llega al espejo y es reenviada a un sistema secundario que la dirige a su
vez hacia el sensor de enfoque. En este camino, el haz de luz que se redirige
al sensor AF se divide a su vez en dos imágenes que llegan al sistema de
enfoque y son convertidas en una señal eléctrica. Ésta se refiere a los puntos
de enfoque concretos de que disponga la cámara, ya que el sistema funciona
detectando sólo contrastes de luz en esos puntos concretos. Así, se detectan
las transiciones en las líneas, las texturas o los bordes de un objeto
comparando los datos duplicados que llegan al sensor AF.
El procesador compara las dos señales eléctricas y hace que sus picos, que se
refieren a esos puntos donde la luz cambia, coincidan para que el enfoque sea
correcto. Algunos de los puntos de enfoque están diseñados para captar sólo
cambios verticales y otros transiciones horizontales, mientras que otros (los
denominados puntos de enfoque en cruz) pueden detectar ambas.

Las ventajas de este enfoque son sobre todo su rapidez, ya que el sistema
electrónico es muy veloz detectando los movimientos del sujeto y ajustando
el enfoque a ellos (incluso es capaz de predecirlos). Además, tal y como
hemos contado, permite elegir al fotógrafo sobre qué punto concreto quiere
enfocar.

Respecto a sus inconvenientes, se trata de un sistema bastante complejo y


caro, motivo por el que su utilización ha estado restringido a las cámaras
réflex. Enfoque híbrido

Si tanto uno como otro tipo de enfoque tiene sus ventajas ¿por qué no
juntarlos para obtener una tercera vía más efectiva? Pues eso es justo lo que
llevan investigando los fabricantes desde hace tiempo, sobre todo desde que
aparecieron las cámaras sin espejo. Este tipo de autofocus, conocido en inglés
como Hybrid AF, es un sistema de enfoque automático que combina el
enfoque de diferencia de contraste tradicional con el de detección de fase.
Esto permite mejorar la precisión del enfoque y al tiempo lograr una
respuesta rápida en el seguimiento de objetos. Claro que ¿cómo integrar un
sistema AF por diferencia de fase en una cámara sin espejo? Pues haciendo
que el propio sensor pueda hacer lo que antes necesitaba de un captor
adicional. Para ello es necesario que el sensor tenga unos píxeles que sean
capaces de detectar la iluminación que les llega por cada uno de sus lados, La
cuestión es que, en cualquier caso, el sensor tenga una información eléctrica
de uno y otro lado que pueda comparar para obtener el enfoque por fase y al
tiempo se siga dedicando una zona al enfoque por contraste. Por supuesto, a
esto ha contribuido el hecho de montar procesadores de imágenes
extremadamente rápidos que son capaces de procesar toda esta información
en tiempo real.

Sólo el futuro nos deparará si el modo híbrido acaba convirtiéndose en un


estándar o los ingenieros encuentran algún otro nuevo sistema que desterre
todo lo visto hasta ahora. Pero de momento parece que éste es el modo de
enfoque que lleva las de ganar de aquí a unos cuantos años.

Capítulo XIII
El Exposímetro:

.Exposímetro: La exposición fotográfica.

El fotómetro es un instrumento (célula fotosensible) para medir la luz


existente en una escena y que se utiliza para calcular la exposición correcta
de ésta. Todas las cámaras disponen de un fotómetro interno que mide la luz
reflejada en la escena y de manera automática calcula los parámetros de
disparo de la cámara para conseguir una buena foto.

Este fotómetro permite a la cámara calcular una exposición correcta. Sin


embargo el fotómetro de la cámara no es el más exacto, y para cierto tipo de
fotografía se utilizan fotómetros de mano o fotómetros externos. Con ellos
podemos medir la luz de forma más exacta.

Podemos dividir los fotómetros en dos en función del método que utiliza para
medir la luz:

-De luz reflejada: Mide la luz que se refleja en las superficies. Haciendo
un retrato con este método apuntaríamos con el fotómetro hacia la cara del
sujeto y mediríamos la luz reflejada en ésta.

-De luz incidente: Mide la luz que incide sobre el fotómetro. Haciendo un
retrato con este método pondríamos el fotómetro al lado de la cara del sujeto
y apuntaríamos hacia el lado opuesto para medir la luz que incide en su cara.
La luz incidente y la luz reflejada:
La luz incidente es aquella que llega a la escena (la que incide en los
objetos). Las cámaras fotográficas no tienen posibilidad de medición de la luz
incidente, y este es uno de los motivos fundamentales por los que a nivel
profesional sea necesario tener un exposímetro de mano. La luz incidente la
medimos colocando el exposímetro en la zona del sujeto y dirigiendo su
célula hacia la cámara (en algunos casos hacia la fuente). La célula, cuando
medimos en modo incidente, la cubrimos con la semiesfera translucida con el
fin de que mida toda la iluminación que llega a la escena,
independientemente de la zona de origen de la luz. Este difusor transmite el
18% de la luz que recibe (mismo porcentaje que refleja una carta de Gris
Medio). El exposímetro, en las situaciones más generales, debe dirigirse
hacia cámara; de esta forma estamos midiendo todas las fuentes de luz que
iluminan la escena desde su parte frontal. La luz debe llegar al difusor igual
que lo hace al sujeto. En situaciones particulares de una sola fuente muy
lateral o contraluz, lo conveniente es medir hacia la propia fuente (en modo
incidente, con difusor ante la célula).
Parámetros de exposición que mide la cámara con el exposímetro para una correcta exposición:

La luz reflejada, como su nombre indica, es aquella que reflejan los


objetos de la escena. Esta luz puede medirse tanto con el exposímetro de
mano como con el de cámara. Con la cámara tenemos la posibilidad de
hacerlo en modo puntual, cosa que nos permite una gran exactitud en cuanto
a la porción de superficie medida.

Con el exposímetro de mano, la forma de medir la luz reflejada es con la


célula del exposímetro desnuda (sin el difusor), dirigiendo este hacia la
superficie de la escena que queremos medir, evitando hacer sombras con
nuestra cercanía y recogiendo la luz que sale reflejada en dirección a cámara.
Algunos exposímetros de mano tienen la opción de medición puntual o de
acople de accesorio para tal fin.

El Sistema de zonas fue concebido con la fotografía analógica, aunque su


teoría todavía se sigue utilizando cuando hablamos de medición y exposición
en fotografía digital con ciertos cambios de matiz en los conceptos. Conocer
los fundamentos del Sistema de zonas nos ayudará a realizar mejores
mediciones y sobre todo, a sacar conclusiones sobre las luminosidades
medidas con el exposímetro. También nos servirá para medir correctamente
con el exposímetro de cámara, siempre que sepamos de forma muy
aproximada qué valor de luminosidad estamos midiendo (preferiblemente en
modo puntual) y seamos capaces de sacar las conclusiones de manera
acertada respecto a la exposición que pretendemos.

Medición del fotómetro de una cámara DSRL que nos ayuda a elegir una
exposición correcta.

Cuando utilizar los distintos modos de medición de


la exposición:

La exposición es la acción de someter un elemento fotosensible (en cámaras


digitales el sensor) a la acción de la luz, que, como ya vimos, es la piedra
angular de la fotografía.

Por tanto, la correcta exposición de una fotografía será el primer paso para
lograr una buena foto, al margen de una mejor o peor composición y de una
mayor o menor belleza de lo retratado.

En la exposición de una fotografía intervienen 3 elementos fundamentales


los cuales el fotógrafo debe conocer y dominar con precisión:

1. Apertura del diafragma


2. Velocidad de Obturación
3. Sensibilidad ISO
Apertura del diafragma. Determina la cantidad de luz que se deja incidir
sobre el sensor de nuestra cámara. Una mayor apertura supondrá una mayor
cantidad de luz actuando sobre el sensor.

Velocidad de Obturación o tiempo de exposición. Marca el tiempo


durante el que la luz incide sobre el sensor. Un mayor tiempo y, por tanto,
una menor velocidad darán lugar a que la luz incida durante un periodo más
prolongado sobre el sensor.

Sensibilidad ISO. Refleja lo receptivo que se muestra el sensor de nuestra


cámara ante la luz que actúa sobre él. Una mayor sensibilidad hará que, a
igual cantidad de luz y tiempo de incidencia, el sensor se haya excitado más
y, por tanto, la fotografía tenga una mayor exposición.

Capítulo XIV
La ISO:
Elección de la sensibilidad

La sensibilidad ISO es uno de los tres factores más importantes que influyen
directamente en una fotografía junto con la velocidad de obturación y el
diafragma. Estos tres factores se conocen como «triángulo de exposición», ya
que modificando uno u otro conseguirás la exposición que necesitas para
cada imagen, Tal vez el 90% de las fotos que hagas estén hechas con ISO 100
o con la sensibilidad en automático, pero hoy verás cómo te puede ayudar
esta opción de tu cámara y de qué forma utilizarla.

Comprender la sensibilidad ISO es básico para aprender a manejar la cámara


en manual o entender cómo afectan sus valores a la imagen final, se podría
decir que es el factor que menos se comprende y que más erróneamente se
usa. Hagamos un repaso rápido:

Con la velocidad de obturación indicas el tiempo exacto en el que dejarás que


pase la luz hasta el sensor, con el diafragma ajustas el ancho de «la ventana»
por la que entrará la luz (además de la profundidad de campo) y con la
sensibilidad ISO aumentas o reduces la sensibilidad del sensor para captar la
luz, es decir, si configuras una sensibilidad ISO de 800 tu cámara será más
sensible a la luz, captará mucha más luz que un ISO 100 con la misma
velocidad y diafragma.

Los valores ISO se ajustan en 100, 200, 400, 800, etc, conforme aumenta el
valor se necesita menos luz para conseguir la exposición que necesitas
manteniendo el mismo diafragma y velocidad. En algunas cámaras se permite
ajustarlo de forma más precisa, 50, 250, 640, etc. ¿Cómo funcionan los
valores ISO en fotografía?

Te pondré el ejemplo típico con el que se suele entender rápidamente.

Imagina que quiero hacer una fotografía con diafragma f/8, para conseguir la
«exposición correcta» necesito dejar pasar una determinada cantidad de luz al
sensor durante un tiempo determinado (velocidad de obturación).

Ahora te pido que exprimas aún más la imaginación e imagines que esa
exposición correcta es un vaso lleno de agua hasta arriba, siendo el agua la
luz y el diafragma el caudal del grifo (que mantendremos a f/8 todo el
ejemplo). Recuerda, cuando termine de llenar el vaso la foto estará expuesta.

Con ISO 100 (poca sensibilidad) dispongo de un recipiente muy grande que
tardará más tiempo en llenarse, es decir una velocidad de obturación lenta por
ejemplo 4 segundos y con ISO 200 (más sensibilidad) tengo un recipiente
más pequeño que necesitará menos tiempo para llenarse y conseguir la
exposición deseada, en este caso la mitad, 2 segundos. Si aumentamos a ISO
400, necesitamos la mitad de tiempo que a ISO 200, 1 segundo y así
sucesivamente. Cada paso de ISO es la mitad o el doble de tiempo que el
anterior según reduzcas o aumentes el número ISO.

¿Qué consigues con la sensibilidad ISO?

Si aumentando o reduciendo el número ISO haces que el sensor de la cámara


sea más o menos sensible a la luz, podrás capturar muchas más situaciones
que antes de entender cómo funcionaba, por ejemplo:
Escenas con poca luz en las que si ajustas una velocidad de obturación muy
larga, la foto puede aparecer movida o trepidada. Hay situaciones en las que
incluso abriendo el diafragma a f/2.8 (aumentando el ancho de la ventana por
la que entra la luz) no es suficiente, necesitamos más luz. Es en esos
momentos cuando ajustar una sensibilidad ISO más alta nos permite
mantener valores de velocidad de obturación y diafragma «correctos» para
que la foto salga enfocada y nítida o con la profundidad de campo deseada.

Movimientos muy rápidos. Imagina que estás fotografiando una cometa y no


eres capaz de congelar el movimiento de lo rápido que dan vueltas. Ajustas tu
velocidad de obturación lo más rápida posible y abres el diafragma al
máximo, ahora resulta que la foto queda oscura porque no pasa suficiente luz
al ser una velocidad muy rápida. Lo que realmente necesitas es aumentar la
sensibilidad ISO para hacer más sensible el sensor a la luz y poder disparar a
velocidades de obturación tan rápidas sin que la foto aparezca oscura.
Fotografía nocturna. Es una de las modalidades fotográficas en las que más
«jugarás» con el valor de la ISO. Aumentar la sensibilidad a la hora de
fotografiar estrellas hará que captes muchas más y aún más importante, que
no aparezcan en forma de trazas debido a exposiciones muy largas
Conseguir una profundidad de campo. Tal vez necesites disparar a una
apertura de diafragma muy cerrada (f16) para que aparezca todo enfocado o
lo contrario para conseguir un fondo desenfocado. Una vez más aumentando
la velocidad de obturación mientras cierras el diafragma compensará la
reducción de luz. Si reduces el ancho de la ventana por la que entrará la luz,
tendrás que hacer tu cámara más sensible a la luz para compensar

-Inconvenientes, ruido en las fotografías:


No todo iba a ser bueno aunque lo que voy a contarte tampoco es tan malo.

El ruido digital son esos puntitos que aparecen en algunas fotografías, es muy
parecido al grano de la fotografía analógica. Cuanto más aumentes la
sensibilidad ISO más definición, rango dinámico y contraste irás perdiendo y
habrá más posibilidades de que aparezca ruido.
Los sensores de las cámaras pueden trabajar a diferentes sensibilidades. De
este modo, a mayor sensibilidad, mayor cantidad de luz son capaces de
captar. La sensibilidad es un parámetro más que puedes configurar en tu
cámara en cada foto que disparas.

La sensibilidad se mide según el estándar ISO (heredado también de la


fotografía analógica), en el cual cuanto mayor es el número mayor es la
sensibilidad. Son sensibilidades típicas 100, 200, 400, 800, 1600. En cada
uno de estos saltos se obtiene el doble de sensibilidad. Así, una imagen
tomada en ISO 200 tiene el doble de sensibilidad que una tomada a ISO 100.
Muchas cámaras permiten además utilizar valores intermedios como 600 o
1200.

Por desgracia no todo son ventajas al aumentar la sensibilidad de nuestra


cámara. Al hacerlo estamos perdiendo definición y aumenta el nivel de ruido.
El ruido son unos puntos de colores que van apareciendo, especialmente en
las zonas oscuras.

Entonces ¿cuál es la sensibilidad que debo elegir al hacer una foto? Eso
dependerá siempre de la cantidad de luz que haya, pero siempre trata de
elegir la menor sensibilidad posible, y así obtendrás mayor calidad.
Utiliza sensibilidades altas para condiciones muy bajas de luz.

-Como guía muy básica:


.Para fotografías al aire libre con bastante luz o para sujetos estáticos, se
puede utilizar una sensibilidad ISO 100. Ésta proporciona la máxima
definición. También se recomienda para fotografías nocturnas con tiempos de
exposición muy largo.

.Para un uso mixto se recomienda una sensibilidad ISO 200, que es un


punto intermedio entre definición y velocidad.

.Para condiciones de poca luz, por ejemplo interiores, se recomienda utilizar


al menos una sensibilidad ISO400. También son recomendables para
objetivos con poca luminosidad, teleobjetivos y para congelar el movimiento
de sujetos muy rápidos, donde usamos velocidades muy altas.
Capítulo XV
El Obturador:

El obturador es otra pieza fundamental, ya que es, junto a la abertura del


diafragma, la que determina que cantidad de luz pasa hasta el sensor. ¿Y
cómo lo hace? pues a través de la velocidad de obturación (modo S en las
cámaras) que determina cuanto tiempo permanece abierto. Las velocidades de
obturación van desde 1/12000 (velocidad muy rápida) hasta exposiciones de
varios minutos (mediante el modo Bulb de las cámaras)

Se considera 1/60 la velocidad más lenta que podemos usar sujetando la


cámara con las manos para evitar movimientos y en consecuencia fotos
borrosas.
La Velocidad de obturación la controla el obturador y con este
decidiremos que cantidad de luz pasará al sensoe en un tiempo determinado
(en cámaras reflex escucharemos el sonido de este al abrir y cerrarce),
siempre la tendremos asociada a un valor ISO, uno compensará al otro, en
dependencia del resultado que deseamos lograr como explicamos
antriormente.

El obturador es una cortinilla que se abre en el momento de disparar y


limita el tiempo que el rayo de luz penetra en la cámara y alcanza el sensor.
El tiempo que la luz está alcanzando el sensor digital es lo que se llama
tiempo de exposición.

Los más conocidos son “Plano Focal” o Cortinilla y “de Diafragma” aunque
en la actualidad algunas cámara de bajo coste no incorporan uno como tal,
haciendo su función en el propio sensor de imagen. Es lo mismo que decir
que el tiempo de exposición es el tiempo que está haciéndose la foto. El
obturador es un mecanismo muy preciso y rápido que permite limitar la
exposición a tiempos muy pequeños.

Capítulo XVI
Guía Rápida de Contenidos:
Una guía para exponer correctamente tus fotos ¡Siempre! hemos comentado
sobre los tres parámetros clave para una correcta exposición: la apertura del
diafragma, la velocidad de obturación y la sensibilidad (que generalmente se
conoce como ISO). El conocido triángulo de exposición.

La apertura y la velocidad afectan directamente a la cantidad de luz que


llega al sensor:

.Si cierras la apertura, reduces el tamaño del agujero (el diafragma)


por el que entra la luz en el objetivo, por lo que la cantidad de luz que
llega al sensor es menor.
.Si abres la apertura, llega más luz al sensor.
.Si la velocidad es más rápida (reduces el tiempo de exposición), la
cantidad de luz que llega al sensor es menor.
.Si la velocidad es más lenta (aumentas el tiempo de exposición),
llega más luz al sensor.

Al mismo tiempo, cuanto mayor es el valor del ISO, más sensible es el


sensor a la luz. Es decir, más capacidad tiene el sensor de captar esa luz. Y al
revés, cuanto menor es el ISO, menos capacidad tiene el sensor de captar la
luz.

En definitiva, la apertura, la velocidad y el ISO te dan el control total sobre la


cantidad de luz que captura el sensor. O lo que es lo mismo, el control total
sobre la exposición de tus fotografías. Todos estos valores debes saber
controlarlo manualmente desde tu cámara, no dejar siepre que ella sola
decida.

Guía para Elegir una Correcta Exposición.


Guía para Seleccionar los Ajustes de la
Cámara.

Guía para conocer mejor la Cámara Reflex:


Modos de navegación por el Menú de la Cámara:
Ejemplo de configuración de una cámara Nikon
D5100:
Capítulo XVII

Cómo Sujetar La Cámara:


Seguramente te ha pasado alguna vez, sobre todo si eres principiante…
Haces una foto pensando que te había salido perfectamente nítida (o así lo
parecía en la pantalla de la cámara) y al pasarla al ordenador te has dado
cuenta de que en realidad estaba movida.

Esto es muy habitual que ocurra e influyen muchos aspectos. Si no


utilizas un trípode puede que la causa sea algún tipo vibración de tu
cuerpo en el momento de realizar de fotografía. También debes tener en
cuenta que cuanto menor sea la velocidad de obturación que utilices (por
debajo de 1/60) al realizar una captura, más sensible será la imagen a las
vibraciones. Por eso, en condiciones de poca luz es más normal que las fotos
te salgan movidas.

Sujeta la Cámara con las Dos Manos:


Aunque parece un punto obvio, más de una vez seguro que habéis visto a
alguien haciendo una fotografía sujetando la cámara con una sola mano.
Da igual si haces una foto con una réflex o con un Smartphone, usar las
dos manos siempre te va a dar mayor estabilidad, sujeción y firmeza.
Mira a través el Visor:
Intenta evitar realizar tus fotos mirando la pantalla LCD de tu cámara en
modo Live View. Si realizas tus fotografías encuadrando a través del
visor, tendrás mayor estabilidad.

Si además utilizas de punto de apoyo tu rostro (frente, pómulo,


mejilla) conseguirás ese tercer punto de apoyo que necesitas (junto con tus
dos brazos) para ganar mayor estabilidad, como si tu propio cuerpo fuera
el trípode que necesitas.

Junta los Codos al Cuerpo:

Es muy importante que pegues todo lo posible tus codos al cuerpo para
que sirvan de mayor soporte a tus brazos.

Puede que al principio te resulte un poco extraña esta postura, pero poco a
poco te acostumbrarás y comprobarás que, efectivamente, tu estabilidad
mejora notablemente.
Usa tu Espalda como Centro de Gravedad:
De igual modo que es importante la posición de tus manos, brazos o
rostro, la espalda y las piernas también lo son. Todos ellos forman parte de tu
centro de gravedad.

En última instancia, todo se reduce a que ‘cuanto mayor sea tu centro de


gravedad y mejor se distribuya el peso de tu cuerpo, menor será la
probabilidad de que te muevas.

Hago hincapié en este punto porque la posición de la espalda suele ser un


error muy frecuente. Inclinarse hacia delante o hacia atrás a la hora de hacer
fotos es muy habitual entre fotógrafos, tanto principiantes como no tan
principiantes. ¡Con lo sencillo que es dar un paso hacia adelante o hacia atrás!

Tener la espalda completamente recta y alineada siempre te va a dar


mejores resultados para mantener el equilibrio y evitar las vibraciones que
pueden provocar que tus fotos salgan movidas.

Coloca Bien las Piernas y los Pies:


La colocación de los pies es muy importante como base de la estabilidad
de todo tu cuerpo. Evita por todos los medios mover los pies o
balancearte mientras realizas una captura. Es mejor que los mantengas
ligeramente separados y alineados más o menos a la altura de tus hombros.
Recuerda que tus piernas deben estar extendidas o ligeramente flexionadas
sin llegar a estar en tensión.

También puedes adelantar ligeramente hacia el frente uno de tus dos pies
(normalmente el izquierdo) para estabilizarte, aunque lo importante es
que busques la postura con la que te sientas más cómodo y equilibrado.

Otros Consejos que Debes Tener en Cuenta:


Hay otros aspectos importantes que no debes pasar por alto a la hora de
conseguir una mayor estabilidad, como mantener una pequeña tensión
muscular. La flacidez de tu cuerpo o a la languidez de tus músculos podría
causar vibraciones. Eso sí, controla la fuerza que ejerces sobre la
cámara teniendo también en consideración su peso. Si aprietas demasiado
fuerte la cámara o incluso si ejerces demasiada presión en el disparador,
puedes provocar un ligero temblor, que es precisamente lo que queremos
evitar.

Controlar la respiración también es una tarea que debes tener muy en


cuenta, ya que al respirar también generas movimiento. Por eso es mejor que
aguantes la respiración justo en el momento del disparo fotográfico. Inspira
cuando tengas la cámara preparada, mantén el aire unos segundos mientras
presionas el disparador y expira tras realizar la fotografía. Otra técnica
consiste en inspirar y expirar el aire y antes de volver a inspirar realizar el
disparo. Lo importante es que el momento en el que realices la toma estés
completamente quieto.

Postura horizontal básica:


Después de haber visto los consejos básicos para una correcta postura y
una buena sujeción de la cámara, vamos a ver cómo aplicarlos a las
posiciones más habituales.

La postura horizontal es la más básica y la más sencilla a la hora de tomar


una fotografía. Con la palma de la mano izquierda debes sostener la mayor
parte del peso de la cámara y con los dedos sujetar suavemente el objetivo de
la cámara, de forma que puedas acceder fácilmente a los anillos de zoom o
enfoque.
En el caso de utilizar teleobjetivos con una lente muy grande deberás
dedicar tu mano izquierda a soportar únicamente el peso del objetivo para
equilibrar el peso de la cámara.

Como ya te estás imaginando, la diestra es la encargada de cambiar los


parámetros y ajustes. Con la mano derecha debes, por tanto, abrazar el lateral
derecho de la cámara, de modo que el dedo índice caiga de modo natural
sobre el disparador, y que el pulgar abrace la parte posterior de la cámara,
cerca de los controles principales.

Postura vertical básica:


La postura vertical básica, que es la más utilizada para fotografía de
retrato, es un poco más complicada que la anterior, pero las premisas en
realidad son las mismas. Solo cambia el hecho de que perdemos el brazo
derecho como punto de apoyo al no estar pegado al cuerpo.

Para conseguir la mejor estabilidad en esta posición, te aconsejo que


sea el codo izquierdo el que se encargue de sostener el peso de la cámara. Es
decir, junta todo lo que puedas el codo a tu cuerpo acercándolo ligeramente al
centro de tu pecho para conseguir mayor firmeza.

Si consigues hacerte con un grip, que permitirá un mayor agarre de tu


cámara, te resultará más fácil realizar este tipo de fotografías y te sentirás más
cómodo en la sujeción.

Más Posturas Corporales según la Perspectiva:

Con la Cámara en el Hombro:


Hay muchas variantes de esta postura, pero básicamente consiste en
colocar la mano izquierda en el brazo u hombro derecho y utilizar el hombro
izquierdo para soportar el peso de la cámara, la cual sujetaremos únicamente
con la diestra.

Esta postura te permitirá moverte horizontalmente de forma suave con un


mínimo movimiento vertical. La única desventaja es que no podrás ajustar los
anillos del objetivo con la mano izquierda. Esta posición te puede venir muy
bien si vas a utilizar un teleobjetivo con una lente voluminosa para equilibrar
mejor el peso.
Sentado sobre una Superficie:
Sabemos perfectamente que al sentarnos nuestro centro de gravedad
baja y que aumenta nuestro equilibrio, pero aun así hay formas de colocarnos
más estables que otras.

Si estiras las piernas solo estás soportando una parte de tu peso total y es
muy posible que algún balanceo arruine tu foto. Simplemente recogiendo un
poco las piernas podrás apoyar los codos en tus muslos creando una base más
sólida donde descansar el peso de la cámara.
También puedes sentarte con las dos piernas cruzadas y la espalda recta
apoyado los codos en los muslos.

Apoyado sobre tu Rodilla:


Si el ángulo de la toma que necesitas requiere que te arrodilles, hazlo,
pero flexiona una o las dos rodillas por completo, no te quedes en tensión en
posiciones intermedias.

Si ejerces una gran tensión en los músculos de tus piernas lo único que
conseguirás son más vibraciones o incluso lesiones o tirones.

Tumbado en el Suelo:
Si estás tumbado en el suelo lo más importante es la parte superior de tu
cuerpo, que es donde estará la mayor parte del peso, por lo que la posición de
tus piernas no será lo más relevante. En este caso es importante que apoyes
los brazos en el suelo, ellos son los que a modo de trípode junto con tu rostro
serán el soporte principal.

Es importante que mantengas los brazos relativamente juntos debajo de tu


pecho y no suspendidos en el aire o muy separados.

Alternativas para ganar estabilidad

Busca un Punto de Apoyo:

El simple hecho de buscar un apoyo adicional cercano a ti es una buena


oportunidad para estabilizarte aún más. Apoyar la cámara, los brazos o el
cuerpo sobre un objeto sólido como un muro, una pared, un poste o un árbol
te aportará un plus de estabilidad que no debes desaprovechar. Por eso, fíjate
muy bien en tu entorno y todo aquello que puedas utilizar para ayudarte ganar
firmeza y conseguir la mejor captura, sobre todo si las condiciones de luz son
bajas o se trata de fotografía nocturna.

Utiliza Accesorios:

Si quieres ser todavía más meticuloso con la eliminación del movimiento


en tus capturas, el trípode es la mejor opción para conseguirlo. A veces es un
fastidio tener que cargarlo, pero te dará la máxima estabilidad.

Si el problema es que realizas fotografías por de la noche o con poca


cantidad de luz, además del trípode también puedes contar con un flash. Otras
alternativas que debes tener en cuenta son el uso de lentes estabilizadoras o
incluso del grip, entre otras, que te ayudarán a mejorar la firmeza y la
sujeción de tu cámara.

¡Adiós a las Fotos Movidas También en tu Smartphone!

Hoy en día los Smartphone de última generación tienen cámaras


incorporadas de muy buena calidad y podemos realizar capturas realmente
buenas con ellos. Aunque también puede que nos salgan fotografías movidas
o con una nitidez que no es la que esperamos.
Para poder conseguir que nuestras fotografías no salgan borrosas
debemos aplicar prácticamente los mismos consejos que hemos enumerado
para realizarlas con una réflex: sujetar el móvil con las dos manos, la postura
de la espalda, los codos, las piernas etc. Aun así podemos destacar algún que
otro truco para estar seguros de que nuestras fotos de móvil salgan lo más
nítidas posible.

En este caso no deberás mirar por el visor, sino que tendrás que sujetar el
móvil a una cierta distancia para ver bien el encuadre en la pantalla, pero
intentando mantener los codos pegados a tu cuerpo, para ganar estabilidad.

Otra cosa que debes tener en cuenta, aunque parezca una obviedad, es que
debes comprobar que la lente de la cámara está en perfecto estado. Al no
tener ningún tipo de protección, estas lentes pueden sufrir golpes o ralladuras,
humedad por los cambios de temperatura o, simplemente, pueden estar sucias
por que las hayamos tocado con la mano. Límpiala suavemente con un tejido
no dañino o con una gamuza y cuídala para que esté siempre perfecta.

Por otro lado, ten en cuenta dos consejos más para cuidar la nitidez de tus
fotografías con Smartphone: evita utilizar el zoom y usa el enfoque manual.

Debes intentar hacer tus fotografías sin utilizar el zoom de tu cámara ya


que siempre perderá calidad y es más posible que aparezca ruido o que la foto
salga

Es mejor que te acerques más para realizar la fotografía que deseas y


prescindas de él.

Utilizar el autofocus de tu móvil para enfocar también es un riesgo. Yo te


aconsejo que enfoques de forma manual el punto que quieres que salga más
nítido tocándolo en la pantalla, para asegurarte de que el elemento que te
interesa aparece más enfocado que el resto de la imagen.

Capítulo XVIII
Consejos Para el Cuidado Básico de tu
Cámara:
La fotografía es un hobby caro, por eso, cuidar de todo aquello que
tenemos es totalmente imprescindible. Sea como sea tu cámara, debes
cuidarla. Debes evitar que se dañe. Sólo así podrás disfrutar de ella durante
mucho tiempo. Hacemos grandes inversiones económicas para mejorar
nuestro equipo fotográfico.

Aunque quizás la parte más importante de la cámara es el objetivo (la


lente determina, casi por completo, el resultado final de la fotografía que vas
a hacer) en el cuerpo se encuentra el alma de la cámara. Los elementos que en
él se encuentran son también muy importantes: el visor por el que
encuadramos, los espejos que hacen que podamos ver a través del visor, el
sensor que capta las imágenes, los circuitos internos que hacen que todo
funcione a la perfección. Es por esto imprescindible que tengamos mucho
cuidado del cuerpo de nuestra cámara.

Almacenaje y Protección de tu cámara:


Tanto si tenemos una cámara con objetivos intercambiables como si no,
es importante que, mientras no la usemos, la guardemos en un sitio seco,
fresco y limpio. Evita que nuestro equipo fotográfico entre en contacto
con humedades y suciedades que puedan llegar a su interior y estropearlo.

Siempre que puedas, guárdala en una bolsa o mochila adecuada para


cámaras. Y, si tu equipo está formado por una cámara de objetivos
intercambiables y deseas guardarla sin tener un objetivo colocado, acuérdate
de tenerla, siempre, con la tapa protectora colocada.

El hecho de disponer de una bolsa o mochila especialmente diseñada para


guardar y transportar cámaras es muy importante. Durante el transporte, una
cámara mal protegida puede llevarse golpes o arañazos que, seguro, no le
harán ningún bien.
Evita llevar la cámara suelta dentro de un bolso o mochila con otros
elementos. Invierte un poco de dinero en conseguir un método de transporte
que te asegure que la cámara vaya bien sujeta y acolchada y que, además,
evite que entre en contacto con otros elementos de tu equipo fotográfico para
evitar golpes y ralladuras.

Mientras tomemos fotos deberemos prestar especial atención al clima. En


ambientes con polvo o mucha humedad (Sol, playas, cascadas, nieve...)
intentaremos tener la cámara expuesta lo menos posible para evitar, todo lo
que podamos, el contacto con estos elementos que pueden llegar a ser muy
dañinos.

Si necesitamos protección extra en estas circunstancias, debemos ser


conscientes de que existen armaduras de goma o, incluso, carcasas para
fotografía acuática que, además de evitar que la cámara se moje, reducirán,
también, la posibilidad de que un golpe la dañe.

Otra manera de cuidar la cámara de caídas y golpes y que, además, nos


ayudará a evitar temblores y trepidaciones en nuestras fotos es el hecho
de agarrar bien nuestra cámara y, sobre todo, no dejar nunca suelta la correa.

Si siempre tenemos la correa en el cuello (incluso cuando la cámara esté


colocada en un trípode), estaremos reduciendo al máximo las posibilidades de
que caiga al suelo. Además, mientras no utilices la cámara, si la dejas sobre
una superficie como una mesa, asegúrate de que la correa no queda nunca
colgando. Así evitarás que mascotas y niños tiren de ella o que cualquier otra
persona la estire sin querer y, por lo tanto, la cámara termine en el suelo.
Cómo Cambiar el Objetivo de Manera Segura:
La principal ventaja de disponer de una cámara con objetivos
intercambiables es, precisamente, poder utilizar el objetivo que mejor se
ajuste a cada situación fotográfica. El hecho de separar lente y cuerpo es una
situación crítica, pues es una puerta de entrada para suciedad a la parte
interior de nuestro equipo fotográfico. Por eso, hay algunas cosas que debes
tener en cuenta cuando cambies de objetivo:

Hazlo en un lugar limpio. Libre de polvo, arena o corrientes de aire. Si


puedes cambiar de objetivo en casa, antes de salir al aire libre, mejor.

Hazlo con el cuerpo de la cámara mirando, siempre que sea posible, hacia
abajo. Evitarás que caiga suciedad en el sensor.

Ten el sensor al descubierto el menor tiempo posible. Escoge antes de


desmontar la cámara qué objetivo vas a colocar después.

Practica mucho, para que tus movimientos, al cambiar de objetivo


sean rápidos y precisos.

Pero hazlo con cariño, no seas agresivo en el momento del cambio. Un


simple golpe puede ser suficiente para romper alguna parte del delicado
engranaje que comunica cuerpo y objetivo.
Cuidados de las Baterías:

Las baterías son lo que hace funcionar todos los circuitos internos de
nuestra cámara, así que nos interesa que tengan, también, una buena salud.
Además, una batería en mal estado puede llegar a destruir la parte interna de
una cámara de fotos, así que mucho cuidado. Algunos consejos para cuidar
las baterías:

Guárdalas con su funda. Algunas baterías vienen con una funda o un


plástico que protege los elementos más sensibles para evitar que éstos entren
en contacto con suciedad. Úsalos siempre que no tengas las baterías
colocadas en la cámara.

Evita darle golpes, pueden dañar la estructura interna y externa de las


baterías.

Cuidado con las temperaturas, ni muy bajas ni muy altas. A temperaturas


bajas una batería puede descargarse más rápidamente y a muy altas pueden
dañarse.

Si no vas a usar la cámara en mucho tiempo, quítale las baterías.

Limpieza de una Cámara de Fotos:

Aunque vayamos con todo el cuidado del mundo, siempre habrá algún
momento en el que necesitemos limpiar nuestra cámara de fotos por dentro.

La manera de saber si ha llegado el momento de limpiar nuestro sensor es


muy fácil de identificar: bastará con que cerremos el diafragma todo lo que
podamos (usando un número f alto) y hagamos una foto a, por ejemplo, el
cielo. Si nuestro sensor está sucio, en la fotografía aparecerán pequeñas
manchas oscuras. Si esto ocurre, ha llegado el momento.
Pero antes de ver cómo podemos limpiar el sensor de nuestra cámara, es
importante remarcar una cosa. El interior del cuerpo de una cámara de fotos
es muy delicado. No sólo por el sensor, también por mecanismos tan
delicados como los cristales que nos permiten ver el encuadre antes de
disparar. El mínimo desajuste hará que queden inservibles y la verdad es
que el mínimo contacto puede llegar a desajustarlos. Limpiar un sensor no
tiene mucha complicación pero al ser un elemento tan delicado, puede darnos
miedo hacerlo. Por esto, si no estamos muy seguros de lo que vamos a hacer
es mejor que acudamos a un especialista para que nos limpie la cámara.

Capítulo XIX
Accesorios para Cámaras Réflex:
La lista sería interminable, cada rama o subgénero fotográfico requiere
accesorios especializados a su área, vamos a repasar los más generales e
imprescindibles para un fotógrafo.
Si bien con tener una cámara ya podemos hacer muchísimas y muy
buenas fotografías, hay 1000 cacharritos que nos pueden hacer la vida más
fácil y que serán imprescindibles para cierto tipo de fotos.

En este tema veremos por encima los más importantes y para qué sirven. No
entraré en detalles sobre marcas ni instrucciones de uso. La intención es dar a
conocer los accesorios que podemos encontrar en el mercado. Cada uno debe
evaluar después qué le conviene más.

- El fotómetro

El fotómetro es un instrumento para medir la luz existente en una escena y


que se utiliza para calcular la exposición correcta de ésta. Todas las cámaras
disponen de un fotómetro interno que mide la luz reflejada en la escena. Este
fotómetro permite a la cámara calcular una exposición correcta.

El trípode
Es un accesorio con tres patas (tres puntos de apoyo) que permite mantener la
cámara fotográfica completamente estática.

Los filtros

En fotografía los filtros son cristales que se anteponen al objetivo para


controlar y/o modificar la luz incidente de una manera concreta. Los hay
U/V, de control de Densidad, Polarizador, de Colores, etc.
Multiplicadores

Un multiplicador es un accesorio que se interpone entre el objetivo y el


cuerpo de la cámara con el fin de multiplicar la distancia focal de la lente.
Este accesorio tiene un factor de multiplicación, que multiplicándolo con la
distancia focal del objetivo nos dará la distancia focal total.

Así, si utilizamos un multiplicador 1,4X con un objetivo fijo de 50mm


obtendremos una distancia focal real de 1,4 x 50 = 70mm. Este concepto
nada tiene que ver con el de factor de recorte del sensor. Un multiplicador no
es una alternativa realista a un objetivo de mayor distancia focal, ya que
reducen la luz captada y hacen el autoenfoque prácticamente imposible
excepto en objetivos de alta gama.

Tubos de extensión
Un tubo de extensión es un accesorio que se interpone entre el cuerpo de la
cámara y el objetivo con el fin de reducir la distancia mínima de enfoque de
la lente. Aunque sean parecidos nada tiene que ver con un multiplicador. El
objetivo del tubo de extensión en vez de aumentar la distancia focal (el zoom)
es reducir la distancia mínima a partir de la cual se puede enfocar. Por eso su
uso es principalmente para la fotografía macro. Los tubos de extensión
pueden acoplarse unos a otros con el fin de reducir aún más la distancia
mínima de enfoque. Al igual que los multiplicadores, los tubos de extensión
pueden ser útiles, pero un objetivo específico macro siempre tendrá mucha
más calidad que un objetivo normal con tubos de extensión. El motivo es que
los objetivos macro dan bastante más profundidad de campo, que es crítica en
la fotografía macro.

Lentes de acercamiento
Las lentes de acercamiento son otra opción barata para reducir la distancia
mínima de enfoque. La función al fin y al cabo es la misma que los tubos de
extensión, aunque éstas son más baratas. También dan bastante menor
calidad, ya que deforman la imagen mucho más que los tubos en cuanto nos
alejamos del centro de la imagen y proporcionan incluso menos profundidad
de campo que los tubos de extensión. Las lentes de acercamiento son filtros
que se enroscan en el extremo del objetivo. Al igual que los tubos, se pueden
combinar varias lentes.

Disparador
El disparador es un accesorio que reemplaza al disparador de la cámara al
disparar. Permite disparar sin mover la cámara y por otro lado permite
disparar remotamente.

Básicamente existen dos tipos de disparadores, los de cable y los remotos.


Los primeros son los más económicos. Los más avanzados permiten incluso
programar la hora de disparo. La mayoría de las cámaras DSLR disponen de
un modo de disparo llamado BULB. Este método se utiliza en el programa
manual y es relativo al tiempo de exposición. Utilizando este modo la foto
estará haciéndose mientras el disparador esté pulsado. Los disparadores son
imprescindibles para utilizar este modo por dos razones, para no mover la
cámara y para que no se te quede el dedo pegado a ésta de por vida. La
mayoría de estos disparadores permiten bloquear el disparador, de forma que
no es necesario mantenerse pulsando el botón constantemente, ya que el
disparador lo hace por nosotros. Imagínate hacer esta foto nocturna durante 2
minutos y medio pulsando el botón.

Empuñaduras o grips

La empuñadura es un accesorio que se acopla a la cámara utilizando el


habitáculo de la batería y la rosca del trípode.

-Permite hacer fotografías verticales sin tener que girar los brazos, ya que
replica los botones de la cámara, haciéndola utilizable en vertical. Es muy útil
en retratos.

- Contiene por lo menos 2 baterías y en algunos modelos permite incluso


utilizar pilas normales. Muy útil en viajes donde puede haber enchufes
diferentes y donde puedes quedarte sin baterías. Es un “salvavidas”.

- En cámaras cuyo cuerpo es pequeño lo hace más grande y pesado. Esto


ayuda a que sea más estable y ergonómico.

-Algunos modelos de grip incorporan funciones adicionales, como


conectividad WIFI en algunos modelos profesionales.

Kit de limpieza.
No debe faltar en nuestra maleta fotográfica un kit de limpieza, debemos
estar revisando los cristales del objetivo de la cámara para que en todo
momento esté totalmente limpio, con total transparencia, para garantizar un
resultado deseado en nuestras fotos, muchas veces la causa de una foto
opaca, difusa, es por marcas de grasa y sudor incrustados en la lente.
Capítulo XX
Conclusiones.
Este libro será de ayuda para aquellos que aún no saben por dónde
empezar, y tanto más para aquellos que han empezado pero se sienten
abrumados por tanta información. Independientemente de aquellos que
planean vivir de la fotografía o los que sólo desean practicarlo como afición,
en ambos casos se busca aprender fotografía de manera correcta.

Los fotógrafos buscan esforzarse y luchar en el aprendizaje temprano de


la fotografía. Muchos de ellos, puedo decirlo, terminan desistiendo, otros
siguen luchando con una iniciación deficiente a lo largo de toda su
trayectoria. Sólo unos pocos consiguen una base sólida fruto de una buena
enseñanza que les permite seguir desarrollándose y disfrutar al máximo.

Si comenzamos cualquier actividad con poco o ningún conocimiento lo


más probable es que sigamos mal y esos males se magnifiquen con el tiempo.
En fotografía pasa exactamente lo mismo, una iniciación deficiente conlleva
innumerables tropiezos a futuro y a medida que pasa el tiempo se hace cada
vez más difícil reencausarla.

Ahora bien, los motivos de una mala iniciación en la fotografía pueden


ser muy variados y diferentes en función de quien los experimenta. Sin
embargo, hay una serie de dificultades comunes que afectan a casi toda
persona que se inicia en el mundo de la fotografía. La más común de todas
ellas, es el aprendizaje deficiente de la técnica base de la fotografía, o más
comúnmente llamada, técnica fotográfica.

La fotografía tiene su cimiento en una serie de conocimientos que se


conocen como la técnica fotográfica. Sin estos conceptos, ningún individuo
puede aspirar a convertirse en fotógrafo. Para ser un buen fotógrafo, no basta
salir con la cámara todos los días a hacer fotos y tener buenas ideas o buenas
poses.

La técnica fotográfica incluye conceptos como apertura del diafragma,


velocidad de obturación, temperatura del color, profundidad de campo, reglas
de composición y la lista sigue. Toda persona cuando se inicia se enfrenta a
problemas subjetivos, y a problemas externos.

Por un lado, existen los primeros, son problemas relacionados a los


patrones de conducta del propio individuo (comprensión, esfuerzo, disciplina,
etc.). Y por otro lado, los problemas externos, que son elementos que
condicionan el aprendizaje pero nada tienen que ver con los primeros (falta
de tiempo, falta de dinero, método de aprendizaje inadecuado, etc.).

Con toda la información en esta guía, el principiante podrá tomar ventaja,


decidir racionalmente, evitar la frustración, desarrollarse plenamente, ahorrar
dolores de cabeza, aprovechar el valioso tiempo y reducir sus costos.

Este libro es la visión de un apasionado de la fotografía que desea


compartir con los principiantes y con todos los interesados en fotografía, que
afortunadamente vamos en aumento, toda la información sobre fotografía,
que hubiera deseado tener yo mismo en mis inicios, cuando me preparaba a
abordar la fotografía desde cero.

Todos podemos aspirar ser buenos fotógrafos, si de verdad nos apaciona


debemos intentarlo. A pesar de las dificultades de tiempo y presupuesto, no
hay un motivo real para no mejorar nuestra técnica fotográfica y lograr
resultados sorprendentes.

La Vocación.
Una vocación es una disposición natural a desarrollar una habilidad, un
conocimiento o una destreza en particular. Puede ser un conjunto de destrezas
relacionadas a un tema específico o una serie de temas que reúnan algo en
común.

Desde la elección del tema y sujeto a fotografiar, pasando por cómo


configurar nuestro equipo y evaluar la escena, hasta la ejecución misma de la
captura. Cada uno de estos aspectos es de relevancia y juega su propio rol a la
hora lograr una buena fotografía.

La habilidad de transmitir un mensaje a través de nuestras imágenes, se


perfecciona a lo largo de nuestra formación y es siempre un factor a tener en
cuenta antes de tomar la fotografía. Probablemente, también sea uno de los
primeros conceptos que se enseña en fotografía.

Sin embargo, una buena fotografía es el resultado de muchos otros


factores, que si no se presentarán de manera ideal, perjudicarían el resultado
de nuestra imagen. Nos referimos aquí a otros elementos tales como la
iluminación, la exposición, la composición, o la cámara.

Además, existen más condiciones, como el instinto del fotógrafo que no


deja pasar el momento exacto, la imaginación del mismo para encontrar
nuevas posiciones, ángulos y efectos, y muchos otros.

Por lo tanto, son muchos los factores que deben alinearse correctamente
para obtener una fotografía de calidad. Pero sin duda alguna que no tenemos
la vocación para la fotografía, difícilmente alcanzaremos buenos resultados.

Lo importante a destacar es, por citar un ejemplo, que si el fotógrafo no


conoce el comportamiento de la luz en el ambiente, no logrará una exposición
correcta y su fotografía no representará fielmente la realidad, con lo cual, de
poco sirve la imaginación creadora del fotógrafo si no supo ejecutar su idea.
Lo mismo podríamos decir de manera contraria, si el fotógrafo conoce a la
perfección la técnica fotográfica pero no se le da una buena idea, y no sabe
qué fotografiar, pues de mucho no le servirá. Afortunadamente, la mayoría de
los equipos fotográficos de nueva generación hacen unas fotos muy buenas
en modos automáticos, pero si piensa que será un fotógrafo solo disparando
en modo auto, se encontrará con muchas frustaciones.

Es esencial aprender cuales son los factores base y fundamentales que


componen la técnica fotográfica para poder desempeñar una fotografía de
calidad.

Los conceptos base de la técnica fotográfica rigen para todos (sea el


fotógrafo que sea), y son el fundamento para cualquier estilo de fotografía.
Es decir, luego de dominar la técnica fotográfica, el fotógrafo impregnará su
propio estilo con imaginación, creatividad, improvisación, experimentación y
Vocación.

El objetivo personal
Si no tenemos un claro objetivo en mente, poco lograremos a futuro. Por
eso es importante plantearnos algunas preguntas esenciales para determinar
nuestra afinidad por la fotografía y llevar claridad a nuestro objetivo o meta
final.
¿Cómo sé que me gusta la fotografía?
¿Qué me gustaría lograr con mi fotografía?
¿Sería capaz de convertirme en un fotógrafo profesional?
¿Me gustaría el reconocimiento público o sólo de quienes me conocen?

Estas son preguntas que debes hacerte antes de dar el paso a la fotografía
profesional.

Mientras más claro sea tu objetivo más claro será tu hoja de ruta para
llegar a tu destino. Cualquiera que sea tu motivación, la fotografía te
recompensará con imágenes inolvidables.

Antes de aprender fotografía debemos considerar aquellos elementos que


van a influir en nuestra formación y podrían perjudicarnos si no los
manejamos adecuadamente.

A continuación comentaremos algunos de estos aspectos, los cuales son a


menudo los causantes de una mala iniciación en el arte fotográfico.

Obstáculos comunes de iniciación


Tiempo
Aprender cualquier habilidad con la suficiente destreza requiere tiempo y
esfuerzo, la fotografía no es la excepción.

Dedicando el tiempo suficiente, mejoraremos nuestras habilidades.


Podremos hacer mejores fotos y, lo que es más importante, la experiencia nos
permitirá aprovechar mejor las oportunidades que se nos presenten para hacer
mejores fotos, en las que expresemos mejor un tema, una idea, nuestra
pasión, un sentimiento, etc.

Además, hoy en día gracias a las cámaras digitales podemos hacer un


gran número de fotos, en realidad podemos practicar de forma prácticamente
ilimitada. La limitación ahora es nuestro tiempo, ya no es el número de fotos
que podemos hacer.

La cantidad de tiempo invertida en la fotografía nos puede hacer pasar de


aficionados a profesionales en un lapso de tiempo razonable.

Sin embargo, al principio debemos invertir nuestro tiempo para


formarnos y siempre lo ideal será aprender de la manera más ágil y sencilla
posible.

En fotografía, la cantidad de tiempo que invertimos en nuestro


aprendizaje nunca debe ser mayor al tiempo que dedicamos a la práctica.
Ambos se complementan, debemos dedicar igual cantidad a la formación
como a la práctica.

Esfuerzo
Aprender fotografía requiere de tu tiempo y de tu esfuerzo.

Los fundamentos básicos se pueden aprender fácilmente con un poco de


esfuerzo y dedicación. Este es un requisito indispensable no sólo para
aprender fotografía, sino para cualquier actividad de la vida. Además, es
importante tomar la decisión de no abandonar antes de tiempo, y siempre
mirar hacia adelante. Sin duda, el esfuerzo es una de las virtudes que
debemos tener para ser fotógrafos. La constancia en la práctica y la
autocrítica constructiva nos llevarán a mejorar en nuestros resultados. Ser
crítico con nuestros resultados es bueno para mejorar. Abandonar a la
primera dificultad, no nos dará un resultado digno de apreciar y no nos
acercará a el objetivo. Para poder fotografiar como queremos, debemos
dedicarle tiempo y esfuerzo a nuestro aprendizaje. Así, poco a poco veremos
una mejor destreza en nuestras acciones.

El esfuerzo debe de enfocarse en el aprendizaje de la técnica


fotográfica y no en los resultados.
Además, el esfuerzo va de la mano con la elección correcta del método
para estudiar fotografía. Existen muchos métodos para aprender fotografía,
desde un libro hasta tomando parte en cursos y talleres, debemos ser
pacientes para consolidar nuestro aprendizaje.

La paciencia es una de las virtudes del fotógrafo, desde su aprendizaje


hasta la realización de su trabajo, y dado que los resultados de todo lo que
aprendamos se presentarán con el tiempo, es de vital importancia trabajar la
paciencia desde el principio.

Frustración
Uno de los males que debe combatir alguien que se inicia en el mundo de
la fotografía es la frustración. El caso del principiante en fotografía, que
insiste en comparar su trabajo con los de gente más experimentada. Esto le
causa tremenda frustración y vive quejándose de su propio trabajo.

Resulta natural que si no tenemos el conocimiento (a veces ni el equipo)


adecuado, no vamos a obtener las mismas fotos que aquellos que han
completado su etapa de formación inicial y ya llevan años tomando
fotografías.

En lugar de frustrarnos por no obtener los mismos resultados de alguien


más experimentado, debemos preguntarnos qué es lo que diferencia nuestro
trabajo y como conseguirlo. El fotógrafo debe ver muchas fotos, de
fotógrafos distintos y con la práctica ir agudizando su ojo crítico.

Ésta es una muy poderosa técnica para mejorar progresivamente nuestro


poder de observación y nuestra habilidad en general.

Dinero
La fotografía no es la excepción, el dinero es un factor influyente sobre
nuestra iniciación. Se debe a que si no tenemos algo de dinero no podremos
adquirir una cámara réflex y nuestras posibilidades de aprendizaje estarán
drásticamente limitadas. Esto sucede porque la versatilidad y funcionalidad
que tiene una cámara réflex digital no la tiene una cámara compacta.

Hoy en día, encontrarás innumerables cursos de iniciación que utilizan


diferentes herramientas y metodologías. Universidades, escuelas, institutos,
cursos, libros, DVDs, suscripciones online, revistas, etc. Son todos diferentes
métodos de iniciación a la fotografía que deberás pagar con el sudor de tu
frente.

Al margen queda la opción de aprender gratuitamente a través de internet,


que a pesar de no ser un método recomendable para iniciarse en todos los
casos, no deja de ser una opción viable.

Si has llegado hasta aquí te felicito, dedicarle tiempo y esfuerzo a lo que


te apasiona es una virtud, continúa la ruta y supérate cada día más y
encontrarás la verdadera satisfacción.

En hora buena.

Autor: Ernesto Martínez.

galaestudio@gmail.com

galaestudio.blogspot.com

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