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JFlia 2 Cba, Compensación Economica
JFlia 2 Cba, Compensación Economica
SUMARIOS
1 - Debe procederse a la fijación de una compensación económica favor
de la esposa, por cuanto la colaboración que realizara en el taller
mecánico de su ex marido importó un aporte concreto y claro en una
actividad económica y laboral de quien fuera su esposo, que siguió
desarrollando luego de finalizada la convivencia; a lo que se suma que, al
finalizar la vida en común la accionante empeoró su situación personal, ya
que la fuente principal de ingresos que tenían como pareja conyugal era el
taller mecánico que siguió siendo trabajado por el demandado, es decir
que ella se quedó sin la forma de sustento cotidiano que juntos habían
desarrollado y él sigue manteniéndolo.
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DOCTRINA
TEXTO COMPLETO:
Expte. N° 3315043
1ª Instancia.- Córdoba, noviembre 20 de 2019.
Resulta: 1.[-] A fs. 55/64 comparece la Sra. M. M., con el patrocinio del
Ab. C. F. M. y solicita se determine la “procedencia de una compensación
económica a mi favor y a cargo del señor M. en los términos de los arts.
441, 442 y cc. del Cód. Civ. y Comercial[-] (sic).
Manifiesta que su situación patrimonial empeoró notoriamente desde el
momento de la separación de hecho con su ex cónyuge. Expresa que al
momento de iniciar la convivencia luego de celebrado su matrimonio con
el Sr. M, aquel comenzó a hacerse cargo de la administración del fondo de
comercio consistente en un taller mecánico del que da cuenta en la
demanda que inició en contra de quien fuera su cónyuge. Cuenta que se
mudaron a Córdoba aproximadamente en Mayo del año 2006, donde en
un principio “se ubicaron en un departamento independiente dentro de la
casa de mi madre” (sic) en la calle ..., de Córdoba. Relata que al comienzo
solo ella trabajaba y el Sr. M. iba a su trabajo a verla y que “quería repetir
el compartir la jornada completa conmigo como lo hacía en Buenos Aires”
(sic). Expresa que él la “incomodaba” (sic) poniendo en riesgo su puesto
de trabajo y que ante su pedido “de que no fuera más” (sic) comenzó a
vigilarla desde el estacionamiento (sic). Manifiesta que si el Sr. M. “veía
que hablaba con alguna persona la llamaba a su celular preguntándole
que estaba haciendo, la espiaba” (sic). Cuenta que “tanta obsesión y
persecución” (sic) complicaba su continuidad en el trabajo. Destaca que
su madre le pagó un curso de manejo en la academia de manejo “O.” de
veinte (20) clases de las cuales solo pudo tomar diez (10) porque el Sr. M.
“no quería que me enseñara otro hombre y mucho menos que aprendiera
a conducir” (sic). Expresa que “al poco tiempo” (sic) alquilaron con su
cónyuge un “galpón” (sic) ubicado en ... en donde instalaron un taller
mecánico. Adita que los garantes del alquiler fueron sus hermanos. A
continuación, detalla que lo inscribieron al “negocio en la Municipalidad y
ante AFIP” (sic) a nombre de su hermana menor, R. M. porque el A. M.
“decía que no podía tener nada a su nombre” (sic) ya que su ex cónyuge
le había iniciado un juicio por incumplimiento del pago de la cuota
alimentaria de sus hijos en Buenos Aires y “que lo iban a embargar” (sic).
Menciona que comenzó a trabajar como mecánico y cuando cerraba el
taller se iba a mi trabajo” (sic), en ese momento un “stand en el Hiper
Libertad” (sic) ubicado en la calle ... donde “de manera insistente y
constante” (sic) comenzó a exigirle que renuncie a su trabajo.
Asevera que M. iba en forma permanente a su lugar de trabajo “haciendo
escándalos delante de la gente” (sic), interfiriendo cuando se encontraba
con algún cliente, interrumpiéndola cuando se encontraba en su horario
de descanso. Indica que a raíz de tantos “malos momentos llorando
intentaba hacerle entender que no era momento para abandonar mi
trabajo” (sic), que ambos necesitaban ese ingreso fijo, “pero no quería
entender” (sic). Manifiesta que “este tema” (sic) era motivo de
discusiones diarias. Expresa que en una oportunidad el Sr. M. comenzó
una discusión para que ella renunciara “y se fue poniendo más violento”
(sic), pateaba las puertas de la casa de su madre, “rompía cosas
tirándolas al piso, me tiro el teléfono corporativo que la empresa me había
dado contra la pared” (sic). Señala que por los gritos de su cónyuge y su
propio llanto, su madre “se presentó en el lugar” (sic) y fue ahí cuando M.
se calmó.
Cuenta que pasaba muchos nervios, malestar físico y psíquico, que “se le
paralizaba el cuerpo” (sic) y que culminó renunciando por su salud e
integridad física y psíquica. Menciona que luego de “este grave error que
cometí” (sic), comenzó a trabajar en “nuestro” (sic) taller junto a su
esposo, “lo que le daba mucha felicidad porque me tenía controlada de
cerca” (sic). Menciona que abría el taller a las 08:00 hs. y que M. llegaba
a las 10:00 hs. Refiere que se encargaba de toda la administración del
negocio, trataba con los proveedores y clientes y gestionaba las
habilitaciones a nombre de su hermana R. M. Relata que compró las
herramientas, “como por ejemplo un banco de armado de motores” (sic) a
la Empresa M. P. de la Localidad de San Francisco de la Provincia de
Córdoba y que su cónyuge arreglaba los autos. Relata que el taller
funcionaba bien, que los clientes en un principio iban porque la conocían
“desde que era chica” (sic), porque el taller estaba ubicado en el barrio de
su casa materna. Afirma que al poco tiempo comenzaron los problemas
con los clientes por que el Sr. M. “sobrefacturaba” (sic) o no le “cambiaba
los repuestos” (sic) como era debido a los autos que reparaba, por lo que
fallaban y los clientes realizaban reclamos muy a menudo. Destaca que
“como económicamente íbamos mejorando” (sic), se mudaron de la casa
de su madre a una casa que alquilaron ubicada en la calle .... Destaca que
“ya por entonces” (sic) la convivencia se estaba “tornándose muy difícil”
(sic). Asevera que en el año 2008 compraron un inmueble de “un
dormitorio, baño y patio de estado general precario” (sic) ubicado en
calle ..., “mediante boleto de compraventa” (sic).
Indica que “la idea era acondicionar la casa” (sic) para ir a vivir en ella y
con el tiempo hacer un “galpón/tinglado” (sic) donde funcionará “nuestro
taller mecánico” (sic), atento a que “tenía mucho terreno en el fondo”
(sic). Aclara que mientras “reciclábamos” (sic) el inmueble, seguían
viviendo en la casa alquilada en el Barrio .... Repara que finalmente, a
principios del año 2009 se mudaron con su esposo al inmueble ubicado en
la calle ..., “a pesar de que estaba aún sin terminar” (sic). Alega que a
principios del año 2010 comenzó a vivir con ellos J. I. el hijo mayor de M.,
con la finalidad de estudiar Ciencias Económicas en la Universidad
Nacional de Córdoba. Adita que en el mismo año comenzaron a construir
el “galpón al fondo del lote” (sic), con la idea de que allí funcionara
“nuestro taller mecánico” (sic). A continuación, detalla que su esposo, ya
viviendo con su hijo, no la dejaba ir a trabajar en el taller, no le daba
dinero y cuando le pedía dinero para comprar alimentos “me daba de a
dos pesos” (sic), diciéndole que “tenía que hacer mucho para cobrar lo
que el ganaba” (sic).
Menciona que fue tan importante el “despegue económico” (sic) del fondo
de comercio “taller mecanico”, que pudieron construir junto con su
cónyuge el “tinglado/galpón en los fondos de nuestra casa/habitación”
(sic). Estima que “se debe establecer un equilibrio patrimonial entre los
cónyuges al momento de liquidar la comunidad de bienes y ese equilibrio
se debe establecer cuando se determine la compensación económica que
solicito” (sic). Refiere que se encuentra acreditada la relación de
causalidad entre el quiebre matrimonial y el notorio empeoramiento de su
situación patrimonial, ya que “debí irme de mi casa” (sic), para que el Sr.
M. no siga ejerciendo violencia de género en su contra y que lo “debí
hacer con lo puesto” (sic), sin llevarse nada, dejando su hogar “a las
apuradas” (sic) para preservar su seguridad física.
Relata que al momento de presentar la propuesta reguladora del divorcio,
manifestó que los ingresos generados por el taller (Fondo de Comercio)
desde Septiembre/2013 - Agosto/2015 eran muy importantes, calculando
de manera estimativa y provisoria su utilidad neta mensual en la suma de
treinta mil pesos ($30.000,00). Afirma que además, el precio del valor
locativo de un “galpón como el que tenemos” (sic) en el barrio o zona
cercana se puede estimar en la suma mensual de cuatro mil quinientos
pesos ($4.500,00) más impuestos y servicio de agua. Destaca que “es de
público y notorio que nuestra familia/pareja vivía del producido del taller
(única fuente de ingresos familiares)” (sic), que al tener que abandonar
intempestivamente la vivienda “me fui sin nada” (sic), y que actualmente
se encuentra sin trabajo, sin ingresos y sin vivienda; mientras que el Sr.
M. goza del producido ingresos integro de los del taller mecánico que “me
pertenece en un cincuenta por ciento (50%)” (sic).
Asevera que se ha manifestado en autos que el “quiebre conyugal” (sic)
ha provocado un desequilibrio económico para ella, “especialmente
cuando el matrimonio haya producido una desigualdad entre las
capacidades de ambos de obtener ingresos, cuestión que en la mayoría de
las oportunidades, el régimen económico matrimonial resulta incapaz de
solucionar” (sic). Indica que la compensación económica a su favor “no
solo procede por los motivos que derivaron en el divorcio, sino
fundamentalmente por las consecuencias objetivas que el divorcio provocó
en el patrimonio de quienes fuimos cónyuges” (sic). Aclara que aparece
claramente desbalanceada la situación económica del Sr. M. y la propia,
ya que quien fuere su cónyuge goza de un presente económico
“reluciente” (sic), pues vive “cómodamente” (sic) del producido de
“nuestro taller” (sic), en cambio ella no tiene ingreso alguno y debe
solventar sus gastos de vivienda, alimentación, vestimenta, salud, etc. Sin
tener trabajo.
Repara que al momento de fijar judicialmente la compensación, se deberá
establecer “una cifra fija (“prestación única” en los términos del Cód. Civ.
y Comercial)” (sic), que guarde proporción con las utilidades netas que ha
producido el taller “desde la fecha de la separación de hecho
(23/09/2013) hasta la actualidad; utilidad neta que estimo
provisoriamente (en base a la prueba a rendirse)” (sic) en la suma de
pesos cuatrocientos ochenta mil ($480.000,00) “producto de multiplicar la
cifra de $15.000 por 32 meses, además de sumar el 50% del precio del
valor locativo del galpón ($2.250) por 32 meses que significan $72.000
pesos más” (sic). Adjunta documental (fs. 1/54) y ofrece prueba
informativa, testimonial y confesional.
2. Por proveído de fecha 21/10/2016 (fs. 74) a la solicitud de
compensación económica se le imprime el trámite previsto en los art. 75 y
ss de la Ley 10.305 y se corre traslado a la contraria.
3. A fs. 126/133 comparece el Sr. A. F. M., con el patrocinio de las Abs. V.
S. B. y J. M. V. C. y contesta el traslado corrido. En primer lugar, niega los
hechos, la solicitud de compensación económica e impugna la documental
adjuntada por la contraria. Expresa que la Sra. M. trabajó en un “stand en
el Hipermercado Libertad” (sic) ubicado en la calle ..., por lo que “no se
ocupaba como ella alega de las tareas domésticas y del taller que
teníamos en ese momento en calle Parravichini” (sic). Añade que la
accionante fue despedida de ese trabajo, cuyo empleador era la Empresa
Uniplus Movistar, motivo por el cual realizó una demanda laboral, siendo
su abogado patrocinante el Ab. L. G. C. “en la que terminan llegando a un
acuerdo con la empleadora para evitar el proceso judicial” (sic). Reconoce
que luego de ser despedida la actora se dedicó a ser “ama de casa” (sic).
Admite como cierto también que por un corto período de tiempo “se
inscribió a su nombre, pero jamás trabajo en el taller realizando ningún
tipo de actividad tal y como ella alega” (sic). Añade que el taller mecánico
funciona en el “galpón del inmueble” (sic) ubicado en la calle ...,
contrariamente a lo que afirma la actora quien manifiesta que es parte de
la comunidad ganancial y que “erróneamente considera que aún produce
utilidades”, pertenece a su hijo J. I. M. Relata que junto a la actora, se
mudaron en 2009 a la casa ubicada en la calle ...y que, en 2010 se mudó
su hijo J. I. con ellos con la intención de estudiar la carrera de Ciencias
Económicas en la U. N. C. Agrega que al poco tiempo de comenzar la
universidad, su hijo decidió comenzar con “su proyecto de tener su taller
mecánico y dejar de los estudios” (sic). Refiere que “así es que comienza
con la construcción del galpón y posterior inicio de actividades, con el total
consentimiento mío y de mi entonces cónyuge” (sic).
Asimismo, deja constancia que el taller se encuentra inscripto, dado de
alta y habilitado a nombre de su hijo J. I. M. y que el “galpón en el que
funciona el taller mecánico” (sic) fue construido “con dinero propio de J. I.
M., con el conocimiento de mi ex cónyuge y así lo probaremos” (sic).
Manifiesta que su hijo contrata: “al Sr. Z. N. P. para la construcción del
tinglado; al Sr. F. R. para la construcción del galpón; y al Sr. A. M. para la
construcción de un baño en dicho galpón” (sic). Indica que la actora
intenta desacreditar con sus dichos “el esfuerzo personal y económico que
ha invertido mi hijo” (sic), para lograr que el taller progrese, realizando
“alegaciones y observaciones” (sic) que distan de la realidad y que
carecen de sustento probatorio, “procurando acrecer en su beneficio a
costa del empeño y sacrificio de mi hijo” (sic). Detalla que en la actualidad
es “colaborador (empleado)” (sic) de su hijo. Además destaca que
“nuestra pareja nunca vivió solo de los ingresos del taller” (sic). Afirma
que es cierto que la accionante trabajaba junto con M. M. Adjunta
documental (fs. 78/125) y ofrece prueba informativa, testimonial y
confesional.
4. Fijada la audiencia prevista a los fines del art. 81 de la ley 10.305 (fs.
134), se celebra conforme constancias de fs. 141. A la misma comparecen
las partes con sus abogados patrocinantes y al no haber arribado a
acuerdo alguno se provee la prueba ofrecida.
5. A fs. 172 comparecen las abogadas del demando y adjuntan
documental (fs. 162/171), que a su criterio resultan “de vital relevancia
para el desarrollo de este proceso” (sic). De dicha prueba se corre noticia
a la demandante, en los términos del art. 241 del Cód. Proc. Civ. y
Comercial (fs. 333).
6. A fs. 232 se certifica que se encuentra vencido el plazo previsto por el
art. 86 de la ley 10.305 para el diligenciamiento de la prueba. A fs. 237 se
corre traslado a la actora para el mérito de la prueba. A fs. 238
comparece la Sra. M. M. y presenta y realiza su alegato, entendiendo que
debe hacerse lugar a su planteo. Por su parte las apoderadas del
demandado hacen lo propio a fs. 249 y a 253.
7. A fs. 262 se dicta el proveído de “autos”, firme y consentido el mismo,
queda la causa en condiciones de ser resuelta.
Considerando: I. El pedido de compensación económica como efecto del
divorcio solicitado por la Sra. M. M. por la suma única de cuatrocientos
ochenta mil pesos ($480.000,00). Que corrido traslado el ex cónyuge se
opone, por lo que debo resolver la cuestión en base a lo dispuesto por los
arts. 441 y 442 del Cód. Civ. y Com. de la Nación, teniendo especial
consideración las pruebas aportadas en el proceso. Así, en la presente
causa deberé verificar en primer lugar la viabilidad del pedido de
compensación económica y en caso de ser procedente, el monto por el
que la misma debe ser fijada.
II. Legitimación: M. M. se encuentra legitimada activamente para iniciar
demanda de compensación económica ya que de las constancias de autos
se verifica el vínculo matrimonial (copia de partida casamiento de fs. 1) y
el divorcio de las partes (copia de la sentencia de divorcio N° 3, a fs.
41/42). Por su parte la acción esta entablada contra quien fuera su
cónyuge Sr. A. F. M., por lo que Litis quedó correctamente integrada.[-]
III. Plazo de caducidad: También se corroboró que la demanda fue
interpuesta antes que venciera el plazo de caducidad de seis meses que
prevé el último párrafo del art. 442 del Cód. Civ. y Com. de la Nación.
III. Sobre la compensación económica: es una figura de neto carácter
objetivo destinada a recomponer el equilibrio patrimonial afectado por la
relación matrimonial o convivencial que posiciona a uno de los miembros
en una situación económicamente perjudicial con respecto del otro y que
tiene por causa adecuada la sobre contribución de uno de ellos al hogar
común o al emprendimiento del otro. Es un desajuste o desequilibrio
económico entre los patrimonios de los cónyuges o convivientes que se
constata al considerar los momentos iniciales y finales de la relación, de
los que surge una desigual evolución.[-]
Desde la doctrina se señala que su “objetivo esencial ... es lograr
restablecer cierto equilibrio económico entre aquellos que compartieron un
plan de vida existencial, sea matrimonial o convivencial y que la ruptura
hubiera alterado” (cfr. Pellegrini, María Victoria, “Efectos de la finalización
de la vida en común. La compensación económica”, Tratado de Derecho
de Familia, LA LEY, 2015, T. II, p. 496).
Sin embargo para su procedencia efectiva deben tenerse en consideración
una serie de requisitos formales y sustanciales[-] (Cfr.: Molina de Juan,
Mariel, “Compensación Económica. Teoría y Práctica”, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe/Buenos Aires, 2018, ps. 87 a 154).
Dentro de los presupuestos formales encontramos: a) preexistencia de
una relación matrimonial; b) dictado de una sentencia de divorcio; c)
presentación de la demanda antes de que acaezca el plazo de caducidad.
Por su parte, los presupuestos sustanciales son los siguientes: a)
desequilibrio económico causado, para lo que se debe ponderar si existió
un “sacrificio en pos de un proyecto común por uno de los miembros de la
pareja que se extingue, es causa de una situación económica actual
realmente desequilibrante, cuya magnitud es tal que condiciona sus
posibilidades de desarrollo futuro” (Molina de Juan, Mariel, ob. cit., ps.
121/122). Para ello propone realizar un examen de “doble comparación”,
—1— interno de la pareja, es decir evaluar la situación económica de uno
de los cónyuges frente al otro, que incluye no solo los bienes de la pareja,
sino también sus potencialidades a futuro, y —2— un análisis temporal,
por lo que se debe revisar la evolución patrimonial de cada uno de los
cónyuges al comenzar la vida en común, durante su transcurso y al
momento de la finalización. b) Que el desequilibrio sea manifiesto, ya que
no cualquier desigualdad habilita la fijación de la compensación; que
exista al tiempo de la ruptura, por lo que pueden surgir inconvenientes si
su valoración es mucho tiempo después de acaecida la disrupción de la
convivencia ante por ejemplo una separación de hecho previa al divorcio;
debe probarse el empeoramiento de la situación de quien lo reclama, ya
que se encuentra en una situación de desventaja frente al otro cónyuge y
en relación a su propio desenvolvimiento personal; no se exige que el
acreedor tenga sus necesidades insatisfechas, es decir no es necesario
que esté en estado de necesidad —en los términos del derecho
alimentario—; valoración de la independencia económica del acreedor,
que se relaciona con la calificación profesional del acreedor; que el análisis
sea objetivo, es decir con independencia de las conductas desarrolladas
por las partes durante a vida compartida; que el deudor haya obtenido
alguna clase de beneficio, en base al principio de equidad que subyace a
la figura legal de la compensación. c) Causalidad adecuada entre el
proyecto de vida en común y su ruptura, ya que “en el pasado está el
germen que se arrastra en el tiempo empobreciendo al otro” (M. de J., ob.
cit., p. 148).
Finalmente, y en base al carácter netamente objetivo de la figura no
resulta viable analizar las razones que llevaron a las partes a desarrollar
esa forma de distribución de las tereas durante la vida en común. Ello
importaría “subjetivizar” la figura que fue pensada y legislada desde una
perspectiva diametralmente diferente.
IV. Análisis sobre procedencia de la compensación económica requerida.
Con respecto a la presencia de los requisitos formales, estimo que todos
ellos ya han sido verificados en el caso traído a resolución —considerandos
II) y III)—.
Pasaré a continuación a analizar los requisitos sustanciales antes
referidos, los que consideraré en conjunto.
a) En primer lugar debo señalar que las posiciones de ambas partes —sus
relatos en las demanda y en su contestación— resultan en ciertos
aspectos confusas y no viables a los fines de la que se debe probar y
analizar en la presente causa. Por una parte la actora refiere e intenta
probar una serie de situaciones en relación al vínculo matrimonial que
harían a la invocación de una causal subjetiva de culpabilidad en el
sistema del código derogado y que no son de recibo en la presente acción.
Por otra parte, ambos ex cónyuges también confunden este proceso con lo
que el que se lleva adelante en materia de liquidación de los bienes
comunes, lo que de manera alguna puede ser considerado en este juicio.
Por tal motivo ninguna de las probanzas incorporadas en base a esos
extremos será merituada. Como ejemplo de ello la prueba recabada en
relación a la titularidad del taller mecánico no puede ser tenida en
consideración ya que ello hace a la liquidación de los bienes comunes[-],
que como anticipé se tramita en un proceso diferente a éste.
b) Ante ello me interrogo: ¿existió durante el matrimonio de M. y M. una
relegación de la vida laboral, personal o profesional de M. en beneficio de
quien fuera su cónyuge? ¿Pudo el Sr. M. desarrollar su trabajo y
crecimiento gracias a la asistencia que su esposa le prestó haciéndose
cargo de otras labores?
Analizadas las pruebas incorporadas en autos, estimo que las únicas que
permiten esclarecer la cuestión son las testimoniales y las confesionales
receptadas.
c) Debo considerar en primer lugar que las partes celebraron matrimonio
el 8 de marzo de 2006 y que si bien no quedó expresamente consignado
la fecha exacta en que se produjo la separación de hecho, esta sucedió
antes de septiembre del 2014, momento en el que la actora inició una
demanda de divorcio vincular por causal subjetiva en el marco del
derogado sistema causado que preveía el Cód. Civil derogado. Entrado en
vigencia del Cód. Civ. y Comercial se readecua la demanda en base a la
nueva normativa y se dicto la sentencia el 5 de febrero de 2016.
d) De la prueba testimonial recabada quedó acreditado que M. M. trabajó
durante el matrimonio en el taller mecánico que llevaba adelante su
cónyuge. Allí realizaba tareas contables y otras de compra de repuestos
para autos —entre otras que hacían a ese giro comercial— (contestación
de la pregunta tercera y octava del pliego de posiciones —testigo M. del C.
V. L. —fs. 150/151) / contestación de la pregunta tercera del testigo R. L.
P. —fs. 153— y tercera y quinta del Sr. H. A. A. —fs. 175—). De todas
ellas se infiere que ambos cónyuges compartían tareas en ese taller
mecánico. El Sr. M. realizando las reparaciones de los autos y la Sra. M.
con tareas administrativas contables. Todos esos testimonios aparecen
veraces, más allá del descredito que se empecina en sostener el
demandado en su alegato y que no puede ser tenido en cuenta.
También quedó claro que la actora llevada adelante las tareas domésticas,
[-] tal como ambas partes lo refieren en sus escritos de demanda y
contestación.
No puedo dejar de tener en consideración además, que actora y
demandado reconocen que el taller mecánico fue puesto a nombre de una
hermana de la Sra. M., (R. M.) con el objeto de eludir las obligaciones
alimentarias que el Sr. M. tenía en relación a los hijos de una unión
anterior. Ello importó por parte de ambos cónyuges de un accionar
totalmente reprochable que vulneró derechos alimentarios, que tienen una
protección legal y constitucional. Además los dos participaron de manera
activa en esa acción, tal como surge de los dichos de la demanda,
contestación y del pliego de absolución de posiciones del demandado
(quinta pregunta). Esto se orquestó en primer lugar cuando el Sr. M. lo
propone y en segunda instancia la Sra. M. aceptando esto y a su propia
hermana haciéndose eco de una repudiable actitud contraria a derecho y
que lo único que hizo fue incumplir una cuota alimentaria. Por tal motivo
se les hace un severo llamado de atención.
e) Cabe preguntarse si la circunstancia del trabajo conjunto en el taller
mecánico viabiliza por sí misma la fijación de una compensación
económica. La respuesta resulta negativa, ya que debe analizarse si ese
trabajo realizado por la Sra. M. le impidió desarrollarse o fue en exclusivo
beneficio de su cónyuge. O que haya resignado otras tareas personales en
pos de este emprendimiento. O que el momento de la ruptura importara
un desmejoramiento en su situación personal.[-]
f) Así, también está acreditado que la Sra. M. estudió durante el
matrimonio la carrera de Corredor Inmobiliaria en el Instituto Cervantes,
tal como ella misma lo reconoce en su escrito de demanda y lo ratifica la
testigo V., quien fuera compañera en esa carrera. Este última asevera que
cursaban de lunes a viernes entre las 9 y las 12 horas (tres días) y de 9 a
10 (dos días). Es decir que durante la vigencia del matrimonio la Sra. M.
pudo seguir desarrollando tareas de capacitación que le posibilitaron la
formación para un desarrollo laboral/profesional.
g) Más allá de lo referido en el apartado anterior, resulta de consideración
el hecho que la Sra. M. dejara una actividad laboral propia para apostar al
desarrollo comercial que empezaba a llevar junto a su marido. Es decir
que efectivamente resignó su continuidad laboral para hacerse cargo o de
las tareas domésticas o asistir a su cónyuge en el taller mecánico. En este
punto, ninguna de las pruebas aportadas en la causa, me permiten
esclarecer el tema. Los dichos de los testigos, ni el resto de las probanzas
acompañadas resultan viables para dar cuenta de ello.[-]
f) Por último también debo considerar si el divorcio importó en sí mismo
un empeoramiento de las condiciones personales. En este punto también
considero la respuesta de los testigos. En primer lugar M. C. V. sostiene al
contestar la pregunta décima que “que la fuente de sus ingresos era el
taller mecánico y sí tenían un buen pasar económico. Que ella vio que
cambiaban de autos, compraban autos nuevos ... Que ella no aportaba
ingresos, trabajaba allí en el taller. Que al separarse no tenía trabajo”;
“que después de la separación pasó las mil y unas, que la testigo le dio
fuerzas para que no decayera”; “que la situación económica era mala
(luego de la separación)” y que la de M. era la misma de siempre”
(respuesta a la pregunta undécima). También este extremo es referido
por R. L. P. (cuñado de la actora), quien al ser interrogado cuál era “el
pasar económico del matrimonio” (pregunta duodécima), responde que
“tenían pasar tranquilo. Que la fuente de ingresos era el taller que
administraban los dos. Tenían distintos roles”. Seguidamente (pregunta
decimotercera) al ser interrogado por la situación de M. luego de la
separación respondió “era malísima. Que ella se separa y el dicente y su
pareja le dan cobijo” “que ella se quedó sin recursos” y que la familia “le
tuvo que conseguir un lugar en donde vivir” (fs. 154 vta.).
Es decir que la separación de hecho (y luego el divorcio), le ocasionaron a
M. M. una situación de desmejoramiento de la que tenía durante la
convivencia. Debió por lo tanto recomponer su situación patrimonial y
personal. [-]