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Dos chicas que se aman.

En un jardín de rosas, bajo la luz del sol,


dos almas se encontraron en un tierno arrebol.
Dos chicas, dos corazones, en un baile sutil,
tejiendo un lazo de amor que no tiene fin.

Se miraron con ternura, se atraparon en su esencia,


descubriendo en sus miradas una dulce presencia.
Sus risas se entrelazaron como ríos en el mar,
y en cada gesto, en cada beso, se dejaban llevar.

Sus manos se buscaron en un mundo de pasión,


donde el amor florecía, libre de toda razón.
Se abrazaron con fuerza, sellando su destino,
unidas en un amor puro, sin ningún desatino.

Juntas caminan por la senda de la vida,


superando los obstáculos con fuerza compartida.
Dos almas que se aman, sin miedo a ser,
en un universo de amor, donde siempre querrán ser.

Que el mundo vea su amor como un brillo en el cielo,


dos chicas que se aman, en un eterno anhelo.
Que su amor sea un faro, una luz en la oscuridad,
guiándolas en su camino con felicidad.

En este poema, dos chicas se funden en un abrazo,


en un amor sincero, en un eterno lazo.
Que su historia perdure, que su amor sea eterno,
dos chicas que se aman, en un mundo tierno.

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