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POTENCIAL DE MINERALIZACIÓN DE NITRÓGENO DE BOKASHI, COMPOST Y


LOMBRICOMPOST PRODUCIDOS EN LA UNIVERSIDAD EARTH

Article · January 2007

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Humberto A. Leblanc
Universidad EARTH
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Tierra Tropical (2007) 3 (2): 183-197

POTENCIAL DE MINERALIZACIÓN DE NITRÓGENO DE BOKASHI,


COMPOST Y LOMBRICOMPOST PRODUCIDOS EN LA UNIVERSIDAD
EARTH
M.E. Cerrato1, H.A. Leblanc, C. Kameko
Universidad EARTH
Las Mercedes de Guácimo, Limón, Costa Rica

Recibido 21 de enero 2006. Aceptado 8 de junio 2007.

RESUMEN

Los abonos orgánicos pueden ser una opción viable al uso de fertilizantes químicos para proveer
el N requerido por un cultivo. Sin embargo, la capacidad o potencial de un abono para proveer N
debe ser conocida para evitar deficiencias o excesos de N resultantes de la adición del abono al
suelo. El potencial de mineralización de N de un bokashi de Finca Comercial (FC), un compost
de Finca Orgánica Integrada (FIO) y un bokashi y un lombricompost de Finca Pecuaria Integrada
(FPI) de la EARTH, fue evaluado aplicando cantidades de abono equivalentes a 20 Mg ha-1 a
muestras de suelo con un sistema de manejo convencional y de un suelo de un sistema con
manejo orgánico. Muestras en triplicado de las 10 combinaciones de suelos y abonos fueron
incubadas aeróbicamente y a temperatura ambiente durante 20 semanas. Después de 0, 2, 4, 6, 8,
10, 12, 14, 16 y 20 semanas las cantidades de N mineralizado fueron cuantificadas en todas las
combinaciones de suelos y abonos. Las cantidades de N mineralizado de todos los abonos fueron
bajas. En el caso del bokashi de FC cantidades apreciables de N disponible fueron inmovilizadas
por la adición de este abono. Estos resultados fueron atribuidos a que la mayoría de los abonos
tenían relaciones C:N mayores de 20:1, el nivel óptimo recomendado para una mineralización de
N óptima. Los potenciales de mineralización de N de todos los abonos fueron bajos (28,7 mg kg-
1
NO3--N de suelo hasta 74,5 mg kg-1 NO3--N) y no cubrirían los requerimientos de N de varios
cultivos producidos en el Trópico. En general, los abonos orgánicos producidos en EARTH
podrán servir para mejorar algunas de las condiciones de los suelos, si embargo, no tienen la
capacidad adecuada de suministrar N.

Palabras clave: Abono orgánico, bokashi, compost, lombricompost, mineralización de N,


potencial de mineralización de N.

ABSTRACT

Organic fertilizers may be a viable alternative to the use of chemical fertilizers to provide the N
required by a crop. The potential or capacity of any organic fertilizer to provide N must be
known in order to avoid a deficiency or an excess of N resulting from the application of the
organic fertilizer to a soil. The N mineralization potential of four organic fertilizers produced at
EARTH University, a bokashi from Finca Comercial (FC), compost from Finca Integrada
Orgánica (FIO) and a bokashi and a vermicompost from Finca Pecuaria Integrada (FPI), was

1
Contacto: Manuel Cerrato (mcerrato@earth.ac.cr)

ISSN: 1659-2751
184 Cerrato et al. / Tierra Tropical (2007) 3 (2): 183-197

evaluated. The organic fertilizers, in amounts equivalent to 20 Mg ha-1, were added to samples of
a soil from a conventional management system and a soil from an organic management system.
Triplicate samples of all treatments, including one control for each soil, were incubated
aerobically at room temperature throughout 20 weeks. Mineralized NO3--N was determined in
samples after 0, 2, 4, 6, 8, 10, 12, 14, 16 and 20 weeks of incubation. The results show that all
four organic fertilizers mineralized very small amounts of N. The addition of bokashi from FC
immobilized considerable amounts of available N already present in both soils. The C:N ratios of
all organic fertilizers explain the results. Most of organic fertilizers had C:N ratios greater than
the optimum (20:1) required to induce mineralization of N. Nitrogen mineralization potentials of
the four organic fertilizers were also low, ranging from 28.7 mg kg-1 NO3--N of soil to
74.5 mg kg-1 NO3--N of soil. These potential amounts of mineralized N from the organic
fertilizers would not meet the N requirements of various crops. In general, the organic fertilizers
produced at EARTH University do not have an adequate N supplying capacity.

Key words: Organic fertilizer, bokashi, compost, vermicompost, N mineralization, N


mineralization potential.

INTRODUCCIÓN

En la Universidad EARTH, se producen abonos orgánicos en tres áreas de operación: la Finca


Orgánica Integrada (FIO), la Finca Pecuaria Integrada (FPI) y la Finca Comercial (FC). Las
metodologías de producción y los contenidos totales de nutrientes, especialmente de N, de estos
abonos han sido ampliamente estudiados (Mendoza, 1997; Ramírez y Rivera, 1998; León, 1998;
Gómez, 2001 y Vélex, 2002). Sin embargo, la capacidad o potencial de liberar N disponible de
estos abonos orgánicos es desconocida. En la universidad EARTH, estos abonos son aplicados
en sistemas de producción de varios cultivos, generalmente en dosis de 200 g m-2 (2 Mg ha-1)
cada 4 meses; sin embargo, esas dosis no toman en cuenta las cantidades de N que estarán
disponibles en diferentes tiempos después de la aplicación. La disponibilidad de N después de la
aplicación de un abono orgánico no puede ser estimada a partir del contenido de N del abono. El
análisis químico de un abono es de poca ayuda para evaluar el valor nutritivo del mismo, ya que
el análisis no indica el plazo en el cual los nutrientes estarán disponibles (Vandevivere y
Ramírez, 1995). Por consiguiente, la capacidad de liberar N disponible de un abono orgánico
debe conocerse, pues solo así podrá hacerse un uso eficiente del mismo.

La relación C:N es un factor muy importante en el proceso de mineralización de un abono


orgánico, ya que los contenidos de C y N son esenciales para la vida y la reproducción de los
microorganismos. Los microorganismos necesitan C como fuente de energía y, junto con el N,
para la síntesis de proteínas y estructuras celulares. Si la relación C:N excede 25, entonces los
microorganismos degradarán la materia orgánica si hay suficiente N disponible para ellos en el
medio, causando una inmovilización temporal de ese N. Cuando la relación C:N es baja, por
ejemplo menor que 20, la materia orgánica es degradada fácilmente, el N es temporalmente
inmovilizado dentro de los microorganismos, pero al morir estos el N será liberado al medio.
Cuando la relación C:N se encuentra entre 20 y 25 ambos procesos, mineralización e
inmovilización estarán ocurriendo aunque en general terminarán liberando N al llegar a un
equilibrio determinado (Stevenson, 1986; Epstein, 1997; Foth and Ellis, 1997).
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Determinar la relación C:N de un abono orgánico, es de gran ayuda, para saber si podemos
esperar mineralización o inmovilización del N contenido en el abono orgánico, pero conocer esta
relación, no permite cuantificar la cantidad de N que será liberada o inmovilizada. Por eso es
necesario determinar otras características de un abono orgánico como el potencial de
mineralización de N y la tasa de mineralización de N. El potencial de mineralización de N, es la
cantidad máxima de N disponible que podrá ser liberada de un abono, después de su degradación
por los microorganismos del suelo. El potencial de mineralización de N, se establece a partir de
la mineralización acumulada de N, la cual se define como la cantidad de N disponible, liberada
después de un período de tiempo específico (Brady y Weil, 1999). La tasa de mineralización de
N es la cantidad de N que se libera por una unidad de tiempo específica. La tasa de
mineralización es igual a la velocidad o grado de mineralización, y se interpreta como el
porcentaje de N que se mineraliza y que permite conocer cuánto está siendo liberado en forma
disponible en períodos específicos de tiempo (Porta et al., 1994).

El objetivo de este estudio, fue determinar el potencial de mineralización de N, la mineralización


acumulada y neta; y la tasa de mineralización de N de cuatro abonos orgánicos producidos en
EARTH.

MATERIALES Y MÉTODOS

El estudio fue realizado en las instalaciones del Laboratorio de Suelos y Aguas de la Universidad
EARTH. El experimento fue establecido usando un diseño completamente al azar (DCA) con 10
tratamientos (un testigo, cuatro abonos y dos suelos) cada uno con tres repeticiones. Los abonos
usados fueron un compost de la Finca Integrada Orgánica (FIO), un bokashi de la Finca
Comercial (FC), un bokashi y un lombricompost de la Finca Pecuaria Integrada (FPI). Las
propiedades químicas de los abonos orgánicos se presentan en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Composición química de cuatro abonos orgánicos producidos en la Universidad


EARTH.
Abono C N P K Ca Mg Fe Cu Zn Mn
------------------------ % ----------------------- ---------- mg kg-1 ----------
Compost FIO 40 2,0 0,5 2,1 1,5 0,5 9200 26 177 557
Bokashi FPI 40 1,6 0,4 2,2 1,0 0,7 15175 32 108 500
Bokashi FC 50 1,6 0,2 2,7 0,7 0,4 6750 19 58 288
Lombricompost
33 1,7 0,3 0,2 3,6 0,4 21080 49 244 610
FPI

En el experimento se utilizaron dos suelos, uno proveniente de un sistema con manejo


convencional para el cultivo de banano [Musa (grupo AAA) sub grupo “Cavendish” clon
Valery], y un suelo proveniente de un sistema con manejo orgánico para el cultivo de Noni
(Morinda citrifolia L). El suelo con manejo convencional será identificado como “suelo
convencional” y el suelo con manejo orgánico como “suelo orgánico”. Los suelos fueron
recolectados de varios puntos dentro de un área de 1 ha, a una profundidad de 0 cm - 10 cm.
Después de recolectados, los suelos fueron pasados a través de un tamiz de 2 pulgadas (0,5 cm)
186 Cerrato et al. / Tierra Tropical (2007) 3 (2): 183-197

en húmedo. La textura del “suelo convencional” es franco arcillosa y tiene una densidad aparente
de 0,85 g cm-3, mientras que el “suelo orgánico” tiene una textura franco arcillo limosa y una
densidad aparente de 0,80 g cm-3. Las propiedades químicas de los dos suelos se presentan en el
Cuadro 2.

Cuadro 2. Propiedades químicas los suelos usados en este estudio.


Suelo pH C N K Ca Mg P Fe Cu Zn Mn
---- % ---- --- cmol+ kg-1 --- ------------- mg kg-1 -------------
Convencional 5,8 3,9 0,41 0,55 5,5 1,8 92 179 7 7 11
Orgánico 5,9 5,7 0,66 1,54 5,9 3,1 24 215 5 7 14

Para la preparación de cada repetición de cada tratamiento, 300 g de suelo en base seca fueron
mezclados uniformemente con una cantidad de abono equivalente a 20 Mg ha-1 en base seca. Los
abonos fueron agregados al suelo sin haber sido secados o molidos, de esta manera se simuló una
aplicación de abono a un suelo en condiciones de campo. Todas las muestras fueron llevadas a
un contenido de humedad de 60 %. Cada una de las mezclas fue colocada en una bolsa de
polietileno de 15 cm de ancho por 20 cm de largo, la cual tenía agujeros en diferentes partes de la
misma para permitir la circulación del aire. Las bolsas con suelo y abono fueron incubadas a
temperatura ambiente durante 20 semanas. El contenido de humedad de cada muestra fue
controlado semanalmente.

Cada tratamiento fue muestreado destructivamente después de 0, 2, 4, 6, 8, 10, 12, 14, 16 y 20


semanas de incubación. Las muestras fueron mezcladas uniformemente, secadas al aire y luego
molidas. Para el análisis de NO3--N, 2,5 g de muestra fueron extraídos con 25 mL de 1N KCl.
Las concentraciones de NO3--N en los extractos fueron analizadas por espectrofotometría
ultravioleta según el método 4500 - NO3- B descrito por Greenberg et al. (1992).

Para determinar la mineralización acumulada de N, se ajustó un modelo simple exponencial


(Paul y Clark, 1996).

N t = N o (1 − e − k ⋅t ) (1)

Donde, N t es la mineralización acumulada, N o es el estimador de parámetro de punto máximo,


en este caso el potencial de mineralización, k es la pendiente de la curva, y t es el tiempo
(semanas) de incubación. A partir de este modelo no lineal se obtienen dos derivadas:

dN t
=1 − e ( − k ⋅t ) (2)
dN o

dN t
= N o ⋅ t ⋅ . e ( − k ⋅t ) (3)
dk
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Estas derivadas se utilizan para encontrar los valores de N o y k . Las soluciones se obtienen por
el método de los mínimos cuadrados no lineales, usando la transformación lineal de Gauss con el
método “Marquardt”. Para ajustar el modelo a los datos, al estimador N o se le asignó un rango
de aproximaciones de cero a cincuenta con incrementos de 0,5; mientras que al estimador k se le
asignaron aproximaciones entre 0,01 y 0,09, en incrementos de 0,01. El análisis estadístico se
hizo con el PROC NLIN de SAS v. 8.02 (SAS Institute, 1999).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Las cantidades de N mineralizado acumuladas aumentaron a través del tiempo de incubación


(Figura 1). Este aumento fue el resultado de la degradación de la materia orgánica presente en el
suelo y de los abonos orgánicos a través del tiempo. Sin embargo, las cantidades de N
mineralizado acumuladas fueron mayores en los tratamientos con “suelo orgánico” que en los
tratamientos con “suelo convencional”. Una comparación de los contenidos de materia orgánica
de los dos suelos (Cuadro 3) muestra que el “suelo orgánico” tenía un contenido mayor de
materia orgánica. La degradación de cantidades mayores de materia orgánica en el “suelo
orgánico” muy probablemente llevó a una mayor acumulación de N mineralizado; esto también
debió haber ocurrido en el suelo tratado con los abonos orgánicos. Las relaciones C:N de los dos
suelos eran conducentes a que la materia orgánica (Cuadro 3) de los mismos mineralizara
cantidades considerables de N disponible ya que ambos suelos tenían una relación C:N menor
que 20:1. Este último valor ha sido establecido como el límite superior para que ocurra
mineralización de N a partir de la degradación de cualquier material orgánico (Brady y Weil,
1999). El “suelo orgánico” probablemente mineralizó cantidades mayores de N debido a que su
relación C:N era mejor que la relación C:N del “suelo convencional”.

Cuadro 3. Contenido de materia orgánica, C, N y relación C:N de los suelos usados en este
estudio.
Suelo † Materia Orgánica C N Relación C:N
------------------------ % ---------------------
Convencional 6,74 3,91 0,41 9,54
Orgánico 9,79 5,68 0,66 8,61
† A 10 cm de profundidad.

Se observó cierta variabilidad en la acumulación de las cantidades de N mineralizado entre


tiempos de incubación contiguos (Figura 1). La variabilidad observada en estos datos podría ser
atribuida a un grado muy alto de heterogeneidad en el tamaño de partícula y en degradación que
mostraban los abonos orgánicos al inicio del experimento. Esta situación podría haberse evitado
si los abonos hubieran sido molidos muy finamente, tal y como se ha hecho en muchos estudios
de mineralización (Cabrera, 1993; Chae y Tabatabai, 1986; Curtin y Smillie, 1995; Sharpley y
Smith, 1989). Sin embargo, el criterio de los autores fue que la disminución del tamaño de
partícula de los abonos, no es una situación que representa la manera en que los abonos
producidos en EARTH son aplicados en condiciones de campo. Esto hubiese sobreestimado la
capacidad del abono de mineralizar N, debido a que con un menor tamaño de partícula, la acción
de los microorganismos se ve favorecida.
188 Cerrato et al. / Tierra Tropical (2007) 3 (2): 183-197

50
Suelo convencional Suelo orgánico
40

30

20

10

50
Suelo convencional + Compost FIO Suelo orgánico + Compost FIO
40
Mineralización de N acumulada (mg NO3--N kg-1 suelo)

30

20

10

50
Suelo convencional + Bokashi FPI Suelo orgánico + Bokashi FPI
40

30

20

10

50
Suelo convencional + Bokashi FC Suelo orgánico + Bokashi FC

40

30

20

10

50
Suelo convencional + Lombricompost FPI Suelo orgánico + Lombricompost FPI
40

30

20

10

0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 20 0 2 4 6 8 10 12 14 16 20

Tiempo de incubación (semanas)

Figura 1. Mineralización de N acumulada de los suelos sin abonos y con abonos a través de
20 semanas de incubación.

Al analizar la mineralización neta de N se observa que los abonos mineralizaron cantidades


apreciables de N (Figura 2). Pero la aplicación de bokashi de FC a los dos suelos produjo una
inmovilización del N disponible en el suelo. Esta situación está representada por los valores
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negativos de la mineralización neta de N que se observan desde la semana 0 hasta la semana 10.
La aplicación de los otros abonos no condujo a una inmovilización del N disponible presente en
el suelo, sin embargo, la aplicación de compost y de bokashi de FPI mostraron valores de cero en
la mineralización neta de N en las primeras semanas del estudio.

Al comparar la mineralización de N acumulada y con la mineralización neta de N (Figuras 1 y 2)


claramente se observa que mientras todos los suelos con abonos mineralizaron N a través del
tiempo de incubación, el N mineralizado hasta la semana 10 estaba proviniendo del suelo mismo
y una fracción significativa del lombricompost, una fracción mucho menor en los casos del
compost de FIO y del bokashi de FPI y nada del bokashi de FC. En el caso del bokashi de FC, el
N mineralizado no solo estaba proviniendo completamente de los suelos sino que parte del
mismo estaba siendo usado para degradar el abono. A partir de la semana 10 los abonos
mineralizaron fracciones mayores del total del N mineralizado, con la excepción del bokashi de
FC. Estas observaciones indican que la degradación de los abonos no fue óptima, aunque
variables como temperatura y humedad estaban siendo cuidadosamente controladas.

Una variable que influye muy marcadamente en la degradación de un abono y, por consiguiente,
en la mineralización de N es la relación C:N de los abonos. De los abonos evaluados únicamente
el compost y el lombricompost tenían relaciones C:N menores o iguales que 20:1. Las relaciones
C:N, iguales o mayores que 25:1, de los dos bokashis son conducentes a una inmovilización de N
disponible, ya que los microorganismos usarán cualquier N inorgánico disponible en el suelo
para degradar esos abonos, inmovilizando temporalmente el N inorgánico dentro de sus
organismos (Stevenson, 1986; Epstein, 1997; Foth and Ellis, 1997). Las cantidades bajas de N
mineralizado observadas en las primeras 10 semanas de incubación en los casos del compost y
del bokashi de FPI resultan del hecho de que estos abonos tienen relaciones C:N en el rango de
20:1 a 25:1 en donde puede ocurrir tanto mineralización como inmovilización simultáneamente.
La inmovilización de N, que ocurrió cuando el bokashi de FC fue aplicado al suelo, fue inducida
por la alta relación C:N de ese abono (Cuadro 4), lo cual llevó a los microorganismos del suelo a
utilizar el N disponible proveniente de cualquier otra fuente, en este caso del suelo.

Cuadro 4. Contenidos de C y N y relación C:N de los abonos orgánicos estudiados.


Abono C N Relación C:N
----------- % -----------
Compost FIO 40 2,0 20
Bokashi FPI 40 1,6 25
Bokashi FC 50 1,6 32
Lombricompost FPI 33 1,7 19
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30
Suelo convencional + Compost FIO Suelo orgánico + Compost FIO

20

10

-10

30
Suelo convencional + Bokashi FPI Suelo orgánico + Bokashi FPI

20
Mineralización neta (mg NO3- Kg suelo)

10
-1

-10

30
Suelo convencional + Bokashi FC Suelo orgánico + Bokashi FC

20

10

-10

30
Suelo convencional + Lombricompost FPI Suelo orgánico + Lombricompost FPI

20

10

-10
0 2 4 6 8 10 12 14 16 20 0 2 4 6 8 10 12 14 16 20

Tiempo de incubación (semanas)

Figura 2. Mineralización neta de N de los abonos orgánicos a través de 20 semanas de


incubación.
Cerrato et al. / Tierra Tropical (2007) 3 (2): 183-197 191

Las tasas de mineralización de N fueron un poco más altas para los suelos con compost de FIO,
bokashi de FPI y lombricompost de FPI y fueron menores para los suelos con bokashi de FC
(Figura 3). Estos resultados, al igual que los resultados presentados en las Figuras 1 y 2,
confirman la conclusión de que los abonos contribuyeron muy poco a la mineralización de N. En
la mayoría de los casos, las tasas semanales de mineralización de N disminuyeron a través del
tiempo de incubación. Este efecto ocurre debido a que las cantidades de N mineralizado son
menores a medida que la materia orgánica se degrada. En términos prácticos, esto significa que
cantidades de N mineralizado cada vez menores deben ser esperadas a medida que avanza el
tiempo después de la aplicación de los abonos.

Los abonos estudiados mineralizaron semanalmente cantidades de N en el suelo relativamente


pequeñas, todas ellas inferiores a 2 mg kg-1 de NO3--N al finalizar la semana 20 del estudio
(Figura 4). Las cantidades de N mineralizado semanalmente por los abonos estudiados no
podrían cubrir los requerimientos de N de muchos cultivos. Aunque siempre es importante
considerar el efecto a largo plazo de un abono orgánico en un determinado suelo, estudio que no
estaba dentro de los objetivos de este experimento.

El modelo simple exponencial fue exitosamente ajustado a las cantidades de N mineralizado


acumuladas de los suelos sin abono y de casi todos los suelos con abono. El modelo no pudo ser
ajustado a las cantidades de N mineralizado acumuladas del “suelo convencional” con bokashi
de FC; esto se debió a la inmovilización de N que ocurrió en este suelo y que fue discutida
anteriormente. El grado de ajuste del modelo exponencial fue superior al 80 % (R2 > 0,80) en
cinco casos de suelo con abonos y los dos suelos sin abono. Esta observación indica que al tener
el modelo exponencial un grado de ajuste bueno, la confiabilidad del mismo para predecir el
potencial de mineralización de N es también buena. El potencial de mineralización de N de los
suelos sin abono y con abono se observa en el valor de la constante de la ecuación de la regresión
exponencial. Por ejemplo, para el “suelo convencional” con compost FIO la ecuación es Nt =
74,5 (1-e-0,03t), el valor de 74,5 (mg kg-1 de NO3--N) representa el potencial de mineralización de
N del compost al ser aplicado a este suelo (Figura 5). Los potenciales de mineralización de N
variaron desde 28,7 mg kg-1 de NO3--N, para el “suelo convencional” sin aplicación de abono,
hasta 170 mg kg-1 de NO3--N, para el bokashi de FC aplicado al “suelo orgánico” (Cuadro 5).
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10
Suelo convencional Suelo orgánico
8

10
Suelo convencional + Compost FIO Suelo orgánico + Compost FIO
Tasa de mineralización de N (mg NO3--N kg-1 suelo semana-1)

10
Suelo convencional + Bokashi FPI Suelo orgánico + Bokashi FPI
8

10
Suelo convencional + Bokashi FC Suelo orgánico + Bokashi FC
8

10
Suelo convencional + Lombricompost FPI Suelo orgánico + Lombricompsot FPI
8

0
2 4 6 8 10 12 14 16 20 2 4 6 8 10 12 14 16 20

Tiempo de incubación (semanas)

Figura 3. Tasa de mineralización de N de los suelos sin abono y suelos con abonos a través de
20 semanas de incubación.
Cerrato et al. / Tierra Tropical (2007) 3 (2): 183-197 193

10
Suelo convencional + Compost FIO Suelo orgánico + Compost FIO
8

Tasa de mineralización neta de N (mg NO3--N kg suelo semana ) 6

4
-1

-2

-4
-1

10
Suelo convencional + Bokashi FPI Suelo orgánico + Bokashi FPI
8

-2

-4

10
Suelo convencional + Bokashi FC Suelo orgánico + Bokashi FC
8

-2

-4

10
Suelo convencional + Lombricompost FPI Suelo orgánico +Lombricompost FPI
8

-2

-4

2 4 6 8 10 12 14 16 20 2 4 6 8 10 12 14 16 20

Tiempo de incubación (semanas)

Figura 4. Tasas de mineralización neta de N de los abonos orgánicos a través de 20 semanas de


incubación.
194 Cerrato et al. / Tierra Tropical (2007) 3 (2): 183-197

50
Suelo convencional Suelo orgánico
40
Nt = 28,74 (1 - e-0,05 t) Nt = 46,75 (1 - e-0,07 t)
R2 = 0,82 R2 = 0,88
30

20

10

50
Suelo convencional + Compost FIO Suelo orgánico + Compost FIO
Nt = 74,48 (1 - e-0,03 t) Nt = 51,56 (1 - e-0,11 t)
40
R2 = 0,88 R2 = 0,91
Potencial de mineralización de N (mg NO3--N kg-1 suelo)

30

20

10

50
Suelo convencional + Bokashi FPI Suelo orgánico + Bokashi FPI
40 Nt = 37,12 (1 - e-0,06 t) N = 53,11 (1 - e-0,10 t)
t

R2 = 0,86 R2 = 0,92
30

20

10

50
Suelo convencional + Bokashi FC Suelo orgánico + Bokashi FC
40 Nt = 170,00 (1 - e-0,02 t)
R2 = 0,94
30

20

10

50
Suelo convencional + Lombricompost FPI Suelo orgánico + Lombricompost FPI
40 N = 29,39 (1 - e-0,12 t)
t
Nt = 47,01 (1 - e-0,13 t)
R2 = 0,71 R2 = 0,78
30

20

10

0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20

Tiempo de incubación (semana)

Figura 5. Potencial de mineralización de N de los suelos sin abono y con abono a través de
20 semanas de incubación.
Cerrato et al. / Tierra Tropical (2007) 3 (2): 183-197 195

En general, los potenciales de mineralización de N fueron mayores en el “suelo orgánico” que en


el “suelo convencional” en todos los casos excepto en el caso del compost FIO. Estos resultados
podrían ser atribuidos al hecho de que el “suelo orgánico” pudo haber tenido una flora
microbiana más saludable y mejor establecida, ya que este suelo había estado por varios años
bajo un manejo orgánico y no había recibido ningún tratamiento con agroquímicos. Este no es el
caso del “suelo convencional” ya que debido a su manejo había recibido tratamiento de
agroquímicos en detrimento de la flora microbiana. La presencia de una flora microbiana más
saludable y establecida en el “suelo orgánico” daría condiciones más óptimas para que el abono
fuese degradado. Sin embargo, en este análisis no se puede obviar el hecho de que el “suelo
orgánico” mineralizó cantidades mayores de N que el “suelo convencional” y que ésta condición,
más que las condiciones de la flora microbiana, sería una causa más probable de que los valores
de los potenciales de mineralización de N de los abonos hayan resultado mayores en el “suelo
orgánico”.

Cuadro 5. Potencial de mineralización de los abonos orgánicos estudiados, calculado a con el


modelo simple exponencial.
Suelo Abono Potencial de mineralización (N en el suelo)
mg kg-1 kg ha-1 †
Convencional Sin abono 28,7 24,4
Compost FIO 74,5 63,3
Bokashi FPI 37,1 31,7
Bokashi FC ND ‡ ND
Lombricompost FPI 29,4 25,0
Orgánico Sin abono 46,8 37,4
Compost FIO 51,6 41,3
Bokashi FPI 53,1 42,5
Bokashi FC 170,0 136,0
Lombricompost FPI 47,0 37,6
† Conversión realizada utilizando la densidad aparente del suelo y 10 cm de profundidad.
‡ ND = No determinado.

El valor del potencial de mineralización de N del bokashi de FC en el “suelo orgánico” resulta


absurdo al ser comparado con los resultados de los otros abonos. Este resultado se obtiene debido
a la naturaleza de los datos usados en la regresión exponencial. En el “suelo orgánico”, la adición
de bokashi de FC causó una inmovilización de N, que no es apreciable en la Figura 1 pero si es
muy evidente en la Figura 2. Al examinar la Figura 5 se observa que la línea de la regresión
exponencial en el caso de el bokashi de FC sigue una tendencia casi lineal y debido a esa
tendencia el modelo sobreestima el valor máximo del N que será mineralizado en el “suelo
orgánico” con la adición de bokashi de FC.
196 Cerrato et al. / Tierra Tropical (2007) 3 (2): 183-197

Las diferencias entre los potenciales de mineralización de N de los abonos y los potenciales de
mineralización de N de los suelos son pequeñas (Cuadro 5). Esta observación indica que el
potencial de mineralización de N de los abonos es bajo. Esta conclusión es congruente con los
resultados de las cantidades netas de N mineralizado y de las tazas de mineralización de N muy
bajas que se observaron (Figura 2 y 4). El Cuadro 5 también presenta los potenciales de
mineralización de N expresados en kg de N ha-1.

CONCLUSIONES

Todos los abonos evaluados mineralizaron cantidades bajas de N a través de 20 semanas de


haber sido aplicados a los suelos. De los abonos evaluados, el lombricompost de FPI mineralizó
la mayor cantidad de N después de 20 semanas de su aplicación. Las tazas de mineralización de
N de todos los abonos resultaron ser muy bajas. Desde el punto de vista nutricional, los abonos
no tienen la capacidad de proveer los requerimientos de N, durante el ciclo de varios cultivos
comúnmente producidos en el trópico de Costa Rica. Estos resultados fueron atribuidos
principalmente a que todos los abonos tenían una relación C:N casi igual o mayor que la
recomendada (20:1) para que un abono orgánico mineralice cantidades sustanciales de N. La
relación C:N del bokashi de FC fue tan alta que durante las primeras 10 semanas del estudio
inmovilizó parte del N disponible que había en los suelos. En general, los abonos orgánicos
producidos en EARTH podrán servir para mejorar algunas de las condiciones de los suelos, si
embargo, no tienen una capacidad nutricional para proveer N en una manera adecuada en un
periodo corto de tiempo.

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