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Chaim Perelman

El imperio retórico
Retórica y argumentación
Traducción de
Adolfo León GÓmez Gimldo

G R U P O EDITORIAL N O R M A
B a d a n a . Buenos Aires, Caracas, Guatemala. México,
Panemi, Quito, San José, San Juan, San Salvador.
Santa Fe de Bogotá, Santiago
Primera edición en frank: CONTENIDO
L'Empire Rhétorique. Rhttoriqw et Arguwunkition

@Librairie PhilosophiqueJ. Vrin, París, 1977


Primera edición en castellano, febrero de 1997 Introducción 9
Editorial Norma s.A, 1997
Apartado 53550 CAPITULO I
Santafé de Bogotá, Colombia Lógica, dialéctica, filosofía y retórica 19
Fotogreña de cubierta de Robledo
-
Impreso en Colombia por CargraphiccS. A. Impresi6n digitai. C A P I T U L O 11
Printcd in Colombia La argumentación, el orador y su auditorio 29
Prohibida la reproducción total o panial
C A P ~ T U L O111
por mlquier medio sin permiso csm'to dt la editorial
Las prernisas de la argumentación 43

IV
CAP~TULO

fitc Iibm reeompwo en csracrrm ITC Eaprir Selección, presencia y presentación 57

C A P ~ T U L Ov
Esta edición cont6 con el apoyo del
Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia.
. Significación e interpretación de los datos 67

C A P ~ T U L OV I
Las técnicas argumentativas 75

C A P ~ T U L OV I I
Los argumentos cuasil6gicos 81
l. Contradieci6n e incompatibiidad 82
2. Identidad, definicibn, analiticidad y tautología 89
3. La regia de justicia y IR
reciprocidad 94
4. Argumentos de transitividad, de inclusión y de división 101
5. Los pesos y medidas, y las probabididades 107

C A P ~ T U L OV I I I
L o s argumentos basados sobre la estructura de lo real 113
1. Los nexos de sucesi6n 113
2. Los nexos de coexistencia 123
3. El nexo sinibólico, las dobles jerarquías, las diferencias de orden 136
2
C A P ~ T U L OIX
La argumentación por el ejemplo,
la ilustración y el modelo 143
1. La argumentaci6n por el ejemplo 143
2.La dustnici6n 145
3.El modelo y el anbodelo 148

C A P ~ T U L Ox
-
Analogía y metáfora 153 1

El-hombreculto del siglo xx, para quienla palabra "retóri-


C A P ~ T U L QX I ca" evoca palabras vacías y floridas, figuras con nombres
Las disociaciones de las nociones 167 extraños e incomprensibles, podna preguntarse -no sin
razón- por qué un filósofo, sobre todo un lógico, experi-
C A P ~ T Ü LXOI I h e h a la necesidad de asociar argumentación y retórica.
~mplitudde la argumentación En Francia, hace un siglo, ésta se enseñaba en la clase que
y fuerza de los argumentos 183 lleva su nombre, pero después fue eliminada de los piogra-
mas porque carecía de todo valor educativo.
C A P ~ T U L OX ~ I I Personalmente, mi breve contacto con la retórica, hace
E3 orden de los agumentos en el discurso 193 casi cincuenta años -pues en esta época su enseñanza era
aun obligatoria en Mlgica-, consistió en el estudio de u n
CAPLTULO XIV pequeño manual que mezclaba el estudio del silogismo con
El imperio retórico . 201 el de las figuras de estilo. Durante mis estudios de filosofia
nadie me habló de retórica más que en términos peyorati-
vos y sabía que, en algunos de sus Diúlogos, Platón atacaba
a los sofistas y a los maestros de retórica porque estaban
más preocupados por halagar a sus auditores que de ense-
fiar la verdad, tan querida por Sócrates. Por otra parte, el
término "retórica" está ausente del Vocabdario jilosófico
de Mande, lo que indica claramente que, en su opinión,
éste no presenta ningún interds para el flósofo. Sin embar-
go, si debo insistir en el papel de la retórica, es porque mis
investigaciones me han convencido de la importancia de
esta disciplina para el pensamiento contemporáneo.
Hace más de treinta aiios, u n estudio sobre la justicia,
emprendido bajo un espíritu positivista, me permitió des-
10 EL I M P E R I O R E T ~ R I C O

pejar una regia de justicia formal según la cual "los seres a la que habían llegado los positivistas, para los cuales
de una misma categoría esencial deben ser tratados de la los juicios de valor no tenian ningún valor cognoscitivo,
misma manera"'. Pero, ¿cómo distinguir lo que es esencial ningún sentido veriñcable. Pero entonces, o sus propios
de lo que no lo es, lo que importa de lo que es desechable? razonamientos, que conducían a la condena de la ñlosofía
Me daba cuenta muy bien de que esta distinción no podía practica, estaban igualmente desprovistos de valor, o bien,
hacerse sin recurrir a juicios de valor, que en esta época si se les admitía, ellos testimoniaban que se podían justifl-
me parecían perfectamente arbitrarios y lógicamente inde- car íilosóficamenteconclusiones que tenían una importan-
terminados2. cia práctica. No podía resignarme a su conclusión, a la vez
¿Cómo se puede razonar sobre valores? ¿Existen méto- paradójica y desesperada para un flósofo, tanto mis cuan-
dos, racionalmente aceptables, que permitan preferir el to parecía admitido que no se puede fundar un juicio de
bien al mal, la justicia a la injusticia, la democracia a la dic- valor únicamente sobre juicios de hecho. ¿Los juicios de
tadura? La respuesta escéptica de los positivistas me había valor primitivos, los principios de la moral y de toda con-
dejado insatisfecho. Me puse a buscar una lógica de losjui- ducta, serían puramente irracionales, expresión de nues-
cios de valor, La obra de Goblot aparecida en 1927 bajo el tras tradiciones, de nuestros prejuicios y de nuestras
titulo Logique desjugements & valeur, no me parecía que pasiones? En casa de desacuerdo, ¿sólo la violencia sería
tratara de una manera satisfactoria sino los juicios de valor capaz de zanjar los conflictos y la razón del más fuerte se-
derivados, aquellos que aprecian los medios o los obstácu- ría la mejor? O ¿existe una lógica de los juicios de valor, y
los en comparación con su fin, es decir, los juicios tecno- desde esta hipótesis, cómo constituirla?
lógicos; pero no presentaba ningún razonamiento que Decidí consagrarme a esta tarea y para llevarla a Cabo
justificara la preferencia a tal fin más que a otro. Ahora traté de imitar al lógico Gottlob Frege, de quien había estu-
bien, en ausencia de técnicas de razonamiento aceptables, diado sus trabajos y que hace más de un siglo se había
referentes a los fines, la filosofía práctica debería renun- planteado una cuestión análoga, a propósito de la lógica
ciar a su objeto tradicional -la búsqueda de la sabiduría-, utilizada por los matemáticos. Para despejar ésta, analizó
guiando la acción por la razón; y la filosofía moral, la íilo- como con un microscopio todas las operaciones que permi-
spfía política y ia filosofía del derecho no podrían desarro- ten a los matemáticos demostrar sus teoremas. El resulta-
ilarse como disciplinas serias. Es, pues, a esta conclusión do de estos análisis fue la renovación de la lógica formal,
concebida como una lógica operatoria, que permite cálcu-
los, y no una lógica de clasificación como la lógica clásica
1. Cf. "De la Justice",enjusticcet Raison, Editions deLVniversité
de Bruxelles, 1972, pág. 26, (reimpresión de un estudio aparecido en de Aristóteles. ¿Acaso no sería posible retomar estos mis-
1945 Actualite's Sociales. Nouvelle Série. Université Libre de Bruxe- mos métodos, aplicándolos esta vez a textos que tratan de
Ues, Institut de ~ociologiéSolvay, ~ruxel¡es,office de publicité. 1945). hacer prevalecer un valor, una regla, que tratan de mostrar
[N. del A.) que tal acción o tal decisión es preferible a tal otra? Al'ana-
Este eitudio ha sido publicado en espaiiol como De lajusticia, Cen-
tro de estudios filosóficos, Universidad Nacional Autónoma de Méxi- lizar los escritos de moralistas y de políticos, oradores que
co, Colección Cuadernos, No 14, 1964, pág. 79; la traducción es de preconizan tal línea de conducta, artículos de fondo en los
Luis Recaséns Siches. (N. del T) periódicos, justificaciones de toda especie, ¿no sería posi-
2. Ibid., pág. 75.
ble despejar esta lógica de los juicios de valor, cuya ausen- i
i verdad y la vida contemplativa, los retóricas, al contrario,
cia se hace sentir tan cruelmente? acuerdan el primado a la técnica de influir en los hombres
Este trabajo, de gran envergadura emprendido con la i
por la palabra, esencial en la vida activa y, especialmente,
señora L. Olbrechts-Tyteca, nos condujo a conclusiones 1i en la política4. . .
completamente inesperadas y que han constituido para ¿Cómo puede suceder que.esta técnica del discurso per-
nosotros.una revelación, a saber, que no existía una lógica 11 suasivo haya desaparecido de nuestro horizonte intelec-
especifica de los juicios de valor, sino que lo que nosotros i tual y que la retórica llamada clrisica, queCseopone a la
buscábamos había sido desarrollado en una disciplina muy ; retórica antigua, se hubiese reducido a una retórica de
antigua, actualmente olvidada y despreciada: la retórica, el figuras que se consagra a la clasificación de las diversas
j
antiguo arte de persuadir y convencer. Esta revelación se . maneras como se puede ornar el estilo? *
t
nos produjo con ocasión de la lectura del. libro de Jean Ya en la antigüedad, algunos retóricos se habían e s p s
P a d a n Les %rs de Turbes. El autor publica ailí, como ! cializado en la declamación y en las exhibiciones litemrias
apéndice, extractos de la retórica de Brunetto Latini, el !
i sin llegar muy lejos y los filósofos, como Epicteto, no esca-
maestro de Dante. De este texto nos fue fácit remontamos f
1
timaron sus burlas: "Y este arte de decir y de ornar nues-
a la retórica de Aristótehs y a toda la tradición greco-latina tro lenguaje, si hay ahí,un arte particular, ¿qué hace él
de la retórica y de los tópicos3. Constatamos que en los do- i diferente, cuando nos proponemos enfrentar un tema,
minios donde se trata de establecer lo que es preferible, lo sino el de embellecer y organizar nuestro lenguaje como
que es aceptable y razonable, los razonamientos no son N un peinador lo hace con una ~abellera?"~
deducciones formatmente correctas ni indwiones que ¿Cómo es posible que mientras los grandes autores, ta-
van de lo particular a lo general, sino argumentaciones de 1 . les como Aristóteles, Cicerón y Quintiliano, han consagra-
toda especie que pretenden ganar la adhesi6n de los espíri- ' do a la retórica -como arte de persuadir- obras notables, la
tus a las tesis que se presentan 8 su asentimiento. retórica clásica se haya limitado al estudio de las figuras de
Esta técnica del discurso persuasivo, indispensable ' estilo, que las obras de retbrica, las más conocidas en Fran- '
para la discusión vrevia a toda toma de decisión reflexiva. cia en el siglo xvrri y xrx, fuesen las de Dumarseis es
~ Q antiguos
S la habían desarroiiado ampliamente como la : trapos ou &S diflhents sens dans les quels on peut prendre un
tkcnica por excelencia, la de obrar sobre los otros hombres j &me mot dans une meme langue, 1730) y de Fontanier
por medio del logos, término que designa de una manera f! (aparecidas en 1821 y 1827 y reeditadas en 1969 por G.
cauívoca. a la vez, Ia paiabra y la razónA Genette bajo el título Lesfigures du discours), que no veían
Es así como yo comprendía la rivalidad que opuso, du- : en la retórica sino ornamento y artificio? Esta perspectiva
rante toda la antigüedad greco-iaha, los retóricos a los ha valido a la retórica clásica el odio de los románticos
filósofos. Unos y otros pretenden tener derecho de formar
\
a la juventud; el filósofo preconiza la investigación de la 1
E
%
4. Cf. "Rhétoriqueet philosophie"en C h a h Perelman, Le charnp
k l'urgumcntation, Editions de I'Université de BmeUes, 1970, págs.
219.227.
3.Cf. L. Obrechts-Tyteca, "Rencontre avec la rhhtorique", en La 5. Epicteto, Entretiens, L. ir, xxiii, 14, en !'Les Stoiciens", traduc-
?héorie & I>urglcmentation,Lovain, Nauwelaerts, 1963, págs. 3-18. ción de E. Bréhier, Pléiede, pág. 950.

5
14 EL IMPERIO RBTÓRICO

("guerra a la retórica, paz a la gramática") y el desprecio de ser "general" [aún menos, "generalizada"); ella era, y lo era
nuestros contemporáneos, amantes de la simplicidad y de en la amplitud de su mira, sólo una teoría donde las figuras
lo natural. ¿Cómo creer que la rehabilitación de la retóxica, no merecían todavía ninguna mención particular; sólo algu-
que una nueva retórica, pueda limitarse a la clasiíicación de nas pá&nas sobre la comparación y la metáfora en un libro
la retórica de las figuras, para "renovar la empresa esencial- (de tres) consagrado al estilo y a la composición, tenitono
mente taxonómica de la retórica ciásica"? exiguo, cantón perdido en la inmensidad de un imperio. Hoy
Roland Barthes, que n o ve en la retórica antigua sino llamarnos retórica general a lo que, de hecho, es un tratado de
un objeto histórico, e s decir, actualmente superado, afir- figuras. Y si hemos tenido que generalizar tanto, evidente-
ma, sin embargo, que es u n contrasentido limitar la re- mente es por haber restringido demasiado. De Corax a nues-
tórica a las figuras7. En el mismo número de la revista tros días, la historia de la retórica es la de una restricción
CornmunicatwnsGérard Genette, se rebela contra esta ten- generaliz+.
dencia a la cual él mismo ha contribuido con sus propios Es, aparentemente, desde el comienzo de la Edad Media,
trabajos. Considera su exposición como una forma de cuando comienza a deshacerse el equilibrio propio a la retóri-
autocríticaa, en un notable articulo "Le Rhétorique res- ca antigua, del que testimonian las obras de Aristóteles y,
treinte", y del que me permito citar este extracto, bastante más aún, de Quintiliano: el equilibrio entre 10s géneros (deli-
largo pero significativo: berativo, judicial, epidíctico). Primero, porque la muerte de
las instituciones republicanas, donde ya Tácito veía una de
El año 1969-1970ha visto aparecer, casi simultáneamen- las causas de la decadencia de la elocuencia, conlleva ala des-
te, tres textos de amplitud desigual pero cuyos títulos con- aparición del género deliberativo y también, parece, del epi-
cuerdan de una manera sintomática. Se trata de La retórica díctico, ligado a las grandes circunstancias de la vida cívica.
general, del grupo de Lieja, del que se sabe que el título inicial Marciano Capella, luego isidoro de Sevilla, toman nota de es-
era Retórica generalizada;el artículo de Michel Deguy, "Por tas defecciones: "Rhetorica est bene dicendi scientiu in civilibm
una teoria de la figura generalizada", y el de Jacques Sojcher, quaestionibus"; después el equilibrio entre las "partes" se des-
"La metáfora generalizada: retórica, figura, metáfora". Bajo la hace (inventio, dispositio, elocutio), pues la ~etóricadel tn-
; cubierta denegativa o compensatoria de una generalización vium, estrangulada entre gramática y dialéctica, rápidamente
S
pseudo-einsteiniana, he trazado aquí en sus principales se ve confinada al estudio de la elocutio, de los ornamentos
etapas el recoq-ido, aproximadamentehistórico, de una disci- del discurso, colores rhetorici. La época Clásica, particular-
plina que no ha cesado en el curso de los siglos de ver estre- mente en Francia y más particularmente aun en el siglo xviii,
chado, como piel de zapa, el campo de su competencia o, por hereda esta situación que acentúa, privilegiando sin cesar en
10 menas de su acción. La retórica de Aristóteles no quería sus ejemplos, el corpus literano y especialmente el poético,
sobre la oratoria. Homero y Virgilio, y luego Racine, suplan-
tan a Demástenes y a Cicerón. La retórica tiende, en lo esen-
6. Cf. P. Ricoeur, Lu ;x!+aphore vive, París, Seuil, 1975,pág. 173.
[La metáfora viva, Ediciones Megápolis, Buenos Aires, 1977.1 cial, a volverse un estudio de la h S
i poéticas.
7. R. Barthes, "L'ancienne rhétorique", en Cornmunications, 16,
Pan's, 1970, pág. 223.
8.ibid., pág. 158,nota 4. 9.Bid.,págs. 158-159.
6
16 EL IMPERIO R E T ~ R I C O Introducción 17

En su reciente obra, consagrada a la metáfora, Paul yado de igual manera al distinguir netamente las figuras de
Ricoeur, retornando el análisis de Genette, recuerda que retórica de las de estilo:

la retórica de Aristótelm cubre tres campos: una teoría de Consideramos una figura como argumentativa si, conlle-
la argumentación, que constituye su eje central y que propor- vando un cambio de perspectiva, su empleo parece normal en
ciona,=al mismo tiempo,el nudo de su articulación con la relacidn con la nueva situación sugerida, Si, al contrario, el
lógica demostrativa y con la filosofia (esta teoría de la argu- discurso no conlleva a Ia adhesión del auditor a esta forma
mentaci6n cubre por si sola los dos tercios del tratado), una argumentativa, la figura será percibida como ornamento,
teoría de la elocuencia y una teoría de ia composición del di- como figura de estilo. Podrá susciter la admiracibn pem en el
curso. Lo que los últimos tratados de retórica nos ofrecen, es, plano estético o como testimonio de la originalidad del ora-
según la feliz expresión de Genetie, "una retórica restringi- dort2.
da"; restringida primero a la teoría de la elocución,luego a la
teoría de los tropos. La historia de la retórica es ia historia de Al examinar las figuras fuera de su contexto, como
la piel de zapa. Una de las causas de la muerte de la &órica flores disecadas en un herbario, se pierde de vista el papel
radica allí. Al reducirse así a una de sus partes, la mtórica dinámico de las figuras; eUas se convierten en figuras de
perdía al mismo tic-, el nwcm que la unía a h ñiosofh a estilo. ,LAJ P ; G ~ A + I
&és de la dialéctica. Perdido este lazo, la retórica se volvió Si ellaino se integran a una retórica concebida como el
una disciplina errática y fiitil. La retárica murió cuando el arte de persuadir y convencer, dejan de ser figuras de retó-
gusto de clasificar las figuras suplanti5 enteramente
---.-.-el sentido rica y se vuelven ornamentos referentes sólo a la forma del
-
filosóficoque animaba el vasto imperio retórico, que
mantener todas sus .pa*s juntas ~-que-gaba
--.-la bacía discursot No es, pues, serio considerar una recuperación
,-.-.--.-el todo al
* -- moderna, incluso de la retórica de las figuras, fuera del
organon y a la filosofía primeneo. contexto argumentativo.
Es la razón por la cual me parece vano esperar la reno-
Al lado de la retórica fundada sobre la tríada "retórica- vación de la retórica, de una retórica de las figuras, aun si
;prueba-persuasión", Ricoeur nos recuerda que Aristóteles éstas se estudian en la perspectiva de la lingüística estruc-
elaboró una poética que no es una técnica de acción sino tural y de la teoría literaria, sin preocuparse de la impor-
técnica de creación, que corresp~ndea la tríada '>oiesis- tancia para el estudio de las figuras de retórica de una
mimesis-catharsis"". Ahora bien, Aristóteles se ocupa de concepción dinámica de aquéllas. No basta afirmar poste-
)a metáfora e n los dos tratados, mostrando que la misma riormente que un estudio concebido asi "se sitúa al mar-
figura pertenece a los dos dominios; ejerce una acción retó- gen de la mayor parte de recuperaciones modernas de la
rica y juega, por otra parte, un papel en la creación poética. ret6rica"13 para poder desinteresarse de ella.
Es este doble aspecto de las figuras el que habíamos subra-
12. Ch. Perelman y L. Olbrechts-Tyteca, La nouvelb rhitorique,
Traitt de l'a rgi~mtntation,P.U.??., París, 1958. Tercera edición, Edi-
tions de L'Université de Bnutelles, 1976, pág. 229. En adelante se de-
10. P. Ricoeur, La m'uphore vive, págs. 13-14. signará wmo T A. Hay traducción al castellano,véase pág. 213.
11. Bid.,pág. 18. 13. Communications, 16, pág. 235
18 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

Hay más. En los Estados Unidos de ~ m é r i dla , ense-


ñanza de la retórica, que estaba integrada a los cursos de
inglés, se ha separado de ellos hace casi sesenta años y se
ha organizado en departamentos especiales consagrados a Lógica, d ialkctica,
la retórica como técnica de la comunicación y del discurso
persuasivo. Más de cinco mil profesores la enseñan actual-
mente. Han publicado miles de obras consagradas a esta
materia. Hace nueve años apareció en Pensilvania una
revista titulada Philosophg and Rhetoric, dirigida por
, En su prontuario dedicado a la antigua retórica, Roland
filósofos y retóricos, donde el estudio de las figuras no ocu- Barthes observa -con razón- que "la retórica debe ser
pa sino u n lugar muy reducido. siempre leida dentro del juego estructural de sus vecinas
El renacimiento y rehabilitación de la retórica en .el.. (gramática, lógica, poética, filosofía)"'. Yo agregaría, por
pensamiento c q @ m g a ~ m - ~ ~-a?.ist&~s ~~~ai. F.. mi parte, que para situar bien la retórica y definirla mejor,
ha sido posible sino después de un reexamen de las relacio- se necesita igualmente precisar sus relaciones con la dia-
ES entre la retórica y3!,ladialéctica, tales como habían* léctica.
establecidas por Arjstóteles y profundamente modificadas Aristóteles distinguió en su Orfianon dos especies de Fa-
enK,sen~d~desfavorLib~ega~ilil la retp&? por zonamiento~,~.razonamientos analíticos y razonamientos
&&s.Es a tal reexamen al que vamos a proceder. El ex- dialécticos. El estudio que emprendió de aquellos en los
plicará las causas de la decadencia de la retórica y dilucida- Primeros y Segundos analíticos, le valió ser considerado en
rá las relaciones de la nueva retórica con la teoría de la la historia de la filosofía como el padre de la lógica formal.
argumentación. Pero los lógicos modernos perdieron de vista, porque no se
habían dado cuenta de la importancia, que Aristóteles
también había estudiado los razonamientos dialécticos en
los Tópicos, La retórica y Las refutaciones sofsticas, lo que
hace de él, igualmente, el padre de la teoría de la argumen-
tación.
En sus Analíticos, Aristóteles estudia la forma de infe-
rencia váiida, especialmente los silogismos que permiten,
dadas ciertas hipótesis, inferir necesariamente de ellas una
conclusión: si todos los A son B y si todos'los B son C7re-
sulta, necesariamente, que todos los A son C. La inferencia
es válida cualquiera que sea la verdad o falsedad de las
premisas; pero la conclusión no es verdadera a menos que

14. cf. V. Florescu, "Rhe,toncand its Rehabilitation in Contem-


porary Philosophy",Philosophg and Rcthoric, 1970, págs. 193-224 1. Comvnunicahns, 16, 1970, pág. 194.
20 EL IMPERIO R E T ~ R I c o

las premisas sean verdaderas. Esta inferencia se caracteri- más o menos fuertes, más o menos convincentes y que
za a la vez por el hecho de ser puramente formal porque es jamás son puramente formales. Un argumento persuasivo
válida cualquiera sea el contenido de los términos A, B y e s persUa-d'Fa ai@e]ra"4uien se dirige4. Contraria-
C, (a condición de tener cuidado de que cada letra sea re- mente al razonamiento a d t i c o , el razonamiento dialécti-
emplazada por el mismo valor cada vez que ella se presen- co no es impersonal, pues él se aprecia por su acción s o b ~
te), y por el hecho de que elia establece una relación entre un espíritu. Resulta de ello que es preciso distinguir neta-
la verdad de las premisas y la verdad de la conclusión. mente los razonamientos analiticos de los razonamientos
Siendo la verdad una propiedad delas proposiciones, inde- dialécticos; los unos se refieren a la verdad v los otros a la
pendie- de la opinión ----.-. de los hombres, los razonamientos .ouini6n.
- Cada dominio exige otro tino de discurso--v es ri-
.d

analíticos
--- ...- son
- - -demostrativos
- - - "-------
- e impsonales. Pero esto no -- -contentarse
diculo --. con argu-aZZbies . por
sucede con los razonamientos dialéctico~.Un raz~namien~ parte .de
m.
,
un matemático como
...,.....,. .........- -.,-. 1...-
& -+--
exigirpruebas
-.-.-,. ....- .,.. .....- " a
científicas
~esd14~c~co~no~dice.~Ar:ist0leI~~~.s~lis~~-p~m!sas~~~n u n orador5.
~~ti~Iul_..~o~o~inion.es~,~enere!.men~.ace~%d.~Y~~ be- Ahora bien, es con respecto a este punto donde se sitúa
h.- e así las opiniones
.-.--..-.-v.---.-...--.- aceptadasportodos,
--. por la mayor la novedad, pero también el error de ~ e t r u Ramus, s error
- o por los. ñlósofos. es decir, ~ ---.-
parte o todos,
r -.. por la mayoría. ..-- que debia ser fatal para la retórica. Partiendo del nivium,
o gor
-- ---.---."*-
los más notables e ilustres entre ellos3. las artes del discurso, artes disserendi, é l define la grarnáti-
En ciertos casos, lo que eS generalmente aceptado es ve- ca como "el arte de bien hablar", esto es, el arte de hablar
rosímil, pero no se trata de confundir este verosímil con correctamente, la dialéctica como el arte del bien razonar y
una probabilidad calculable. Al contrario, el sentido de la la retórica como el arte del bien decir, del uso elocuente y
palabra Eulogos (Eulogos), que se traduce por "general- ornado del lenguaje6.
mente aceptado" o "aceptable", tiene un aspecto cualitati- Considerando a la dialéctica como "el arte general para
vo, lo que lo aproxima más al término "razonable" que al inventar y juzgar todas ~ ~ ~ ~ c opretende s w ~ que ~ , ,"no,hay
tenni& "probable". Observemos, por otra parte, que la sino un soJométodo, el de Platón y Aristóteles. Este meto-
probabilidad no se refiere sino a hechos o a acontecimien- do se encuentra en V.irgilio y :ciceSón,.en Homero y: en
ios pasados o futuros, mientras que las tesis que están en Demóstenes; preside a las matemáticas, a la filosofía, a los
discusión pueden 'referirse a &caciones intemporales, juicios y a la conducta de los hombre^"^.
tales como: 'Cel mundo es finito o irrfinito?", id la democra- Rechaza ruidosamente la distinción aristotélica entre
cia es o no la mejor forma de gobierno?": razonamientos analíticos y dialécticos, justific&do así Su
Vemos hmedktamenb que Ips-r_onamkntos.W~c~icos actitud: "aunque las co-S conocidas . . sean unas, necesarias
parten de lo que es a ~ t----a.m-.dd--- osiendo , su fin el hacer admitir . ..
otras
. tesis pue. son - ? o e- d_,-. e n ser, qmtrovertidas. Se. ..-propo:
.,-.m , ..
nen, puesL~rsuadir --,-. o convencer: no consisten en - inferen-
--
4. Aristóteles,Retórica, 1356 b, 28.
5. Aristóteles,Btica a Nicómco, L. 1. 1094 b,-25-28.
~~-?Bs~xI~~c~~v~s_~~@$~ 6. Cf.Pierre De La Ramée, Dla&ctiquc(l555), edici6n crítica de M.
Dassonville, Geneve, Droz, 1964,pBg. 61.
2. Aristóteles, Tópicos, 100 a, 30-31. 7. Ibid., pág. 50 (pag; Ir del prefacio). .
3. Bid., 100 b, 22-24. 8. lbid, pág. 25, cita del prefacio de Scholae in liberalesartes.
22 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

y científicas, contingentes y opinables, las otras, así como deliberación íntima o de una
p
. -.---.-.-. -- discusión píiblica- presen-
la vista es común para ver todos los colores, sean inmu- Hado argumentos en pro o en contra de una tesis, criti-
tables o mutables; también el arte de conocer, es decir, 1 cando o refutando una crítica. En todos estos casos no se
dialéctica y lógica es una y la misma doctrina para conocer demuestra, como en matemáticas, sino que se argumenta.
todas las cosaswg. E & ~ o r m a l si, uno concibe la lógica como el estudio
La amplitud dada así a la dialéctica, que comporta tam- del raz~namieq~~_b_a&ot@s sus formas, comgletar la o
bién el e&dio de las inferencias válidas como-el arte de ría de la demostración, desarrollada por.-la l&ica
-_ - . -- :.!-,.
--- formal
encontrar y juzgar argumentos, le quita a la retórica de c~n.una__tar!.&la~'$~~enE(1.IOn,-~~~esru~Lllqs-
Aristóteles sus dos partes esenciales, la invención y la dis- !
i namientos dialéc~co_s&Aristó_le
posición, para no dejarle sino la elocución, el estudio de las 1 Éstos consisten en argumentaciones que pretenden
formas del lenguaje adornado. Es en este espíritu, después
de esta reducción filosóficamentejustificada, corno el ami-
go de Petrus Ramus, Romer Talon, publica en Colonia, en !
I
lograr la aceptación o el rechazo de una tesis debatida: su
estudio, asi como las condiciones de su presentación, es
objeto de la nueva retórica que prolonga, amplificando, la
1572, la primera retórica sistemática limitada al estudio de de Aristóteles.
las figuras, siendo la figura, segiin la definición de Talon En efecto, Aristóteles había opuesto la retórica a la dia-
"una expresión por la cual el aspecto del discurso difiere, léctica, tal como la había examinado en los Tópicos, no
del hábito recto y ~irnple"'~. De esta manera fue instaurada i viendo en ella sino la homóloga (antistrofos] de la dialécti-
1
la retórica clásica, esta retórica de las figuras, que condujo ea". . .... se interesaba
Ésta .-.-. _los argumentos
por - - - . . utilizados en

l1
-*....., _,._.._--
_..<.. <_ ____,._Ii _-
progresivamente de la degeneración a la muerte de la retó- una controversia, o.en una discusión con un solo interlo-
rica. cutor, rnientr.sgugla ~ t ó r i c ase refiere a las técnicas del
Es de conocimiento público que la lógica moderna, tal orador que se dirige a una masa reunida en una plaza pú-
como se desarrolló desdelxe&adogdel siglo xrx, bajo la in- blica que noposee ningún saber especializadoy es incapI!az_
n-t y de los lógic-os matemáticos,,identiñcó la de seguir l.ln ra~?~~~i~~o~n_~'oco.e!ab~ado!~.
-
.lógica no con la dialéctica sino con la 1óP;ica forma1,g
!
1
Pero la nueva retórica, por oposición a la antigua, con-
$~oI~.~~0na.m:1e.~t0~.a~0aií~~0~..P_e~BIrkt0~te1~~~ Y.@r cierne a los discursos dirigidos a toda c h e de auditorios,
vidó completamsnte los razonamientos dialécticos. consi- i trátese de una masa reunida en la plaza pública O de una

i1
-.
derados como extraños a la lógica. En esto parece haber reunión de especialistas, trátese-ae un discurso dirigido a
cometido un error simétrico al de Ramus pues, si es inne- un solo individuo o a toda la humanidad incluso ella
---------*---------..--.----?-+.---
exa-
---./
*que -
la lógica formal constituye -
una discxlina separa- minará los argumentos __.-.-_ .-.. que uno se dinie-.---
--,_ a si mismo
---- ..-.cuan-
da, que se presta como las matemáticas Sa-oPera>~nesv ,,a ii
do delibe~g&tim-~eg~AConsiderando que su objeto de
cálculo. tambiénesinnegable~ue~sotros ra~oemE*2 estudio es el discurso no demostrativo, el análisis de los
cuando no calculamos -por ejemplo en el momento de la razonamientos que no se limitan a inferencias formalmen-
1
m.

9. Bid., pág. 62 (Diakctique), L. I., págs. 3-4. 11. Aristóteles, Retórica, 1354 a 1.
10. Cf.para esta T A., pág. 227. 12, lbid,, 1357 a 1-3.
10
Lúgicu, dialéctica, 25
Jilosofh retórica

te correctas, a cálculos más o menos mecanizados, la teoría u-n_fu,n,damentosólido,e.indd~utiOurd~~na&tui@~-


d s j a argumentación -ogcebida como una nueva retórica dente que garantice la verdad de lo que es percibido como
o una nueva dialéctica-, cubre todo el campo del discurso_ evidente. La evidencia - - así concebida, no es -- un estado sub-
. ---

--
que busca pe~s~~~.~.~on~ence_r,1a1~&a~e~-~~~a~_i~o: jetivo que pueda variar de--.--un momento a otro, de un indi-
no a¿cual se d i r b e ~cualquiera sea ¿am a p k sobre la cual viduo al otro; su papel, en efecto, consiste en establecer un
versa. Se podrá completar, si eso parece útil,el estudio de la- puente entre lo que es percibido como evidente por el suie-
argumentación, con metodologías especializadas, según el
tipo de auditorio y el género de disciplina. Es así como se
-
to que conoce y la verdad de la proposición evidente que
debe imponerse de la misma manera a todo ser de razónI4.
podría elaborar una 1ógiEa j u r í d i ~ ay' ~una Mgica filosófica Una argumentación jamás puede procurar la evidencia
que no serían sino aplicaciones particulares de la nueva y no es posible argumentar contra lo que lo es. Quien pro-
retórica al derecho y a la ñlosofía. pone la evidencia está seguro de que ella se impondrá con
Subordinando la lógica ñlos6fica a la nueva retórica, tamo la misma evidencia a todos sus interlocutores. La argu,
partido en el debate secular que ha opxesto la filosofía a la mentación no puede intervenir más que si la evidencia
retórica, y esto desde el gran poema de Parménides. es discutida; es lo que ya notó Aristóteles, que reconoce
Éste y la gran tradición de la metafísica occidentai, ilus- indispensable recurrir a los razonamientos dialécticos
trada por los nombres de Platón, Descartes y Kant, - ha cuando los primeros principios de una ciencia, que nor-
~~esto~siem pl~
la-k~estig_ac%n_&h verdad, ob&tp_pro- malmente se imponen por sí mismos, se ponen en tela de
laMlobe.!s losofía,a!as-técoi_m de,l9sre_t0~.~0~ y de juicioLs.Lo mismo sucede cuando se discute una defini-
los sofistas
.. -.Y.. que se -conteiitan _
--..- .. -.-.-.-...
con hacer admitir
---. ojiniones
-.--. -.. ción.
tan variadas como eng@osas. Parménides prefiere el cami- Si es gracias a la intuición como normalmente uno
no de la verdad al de la apariencia; Platón opone el saber a aprehende las nociones simples y los primeros principios
la opinión común; Descartes funda la ciencia sobre evi- de una ciencia teórica, Aristóteles reconoce q g ~ s _ j &
dencias irrefutables y considera casi falso todo lo que no es -
disciplinassgrácticas tales como la ética y la política, en las
más que verosímil; por dtimo, Kant se propone &rpulsar s e-.--las decisiones
.-.- -. y las controversias son inevitables, don- ~

{lasopiniones de la filosofía elaborando su metafísica, que -de.- el-..recurso


<-. -- --... .a. la-.argumentación
.---
se impone, trátese de una
es esencialmente una epistemología, inventario de todos deliberación íntima o de una discusión publica. Es por esto
los conocimientos que, "teniendo un fundamento a prior-i, por lo cual su Organon comprende, al lado de los Anali-
deben ser aceptados por anticipado como absolutamente ticos, que estudian el razonamiento formal, los Tópicos,
B
necesarios'! que examinan los razonamientos dialécticos que permiten
Para estar seguros de gue las tesispropu&nadas por los
--A justificar la mejor opinión, la opinión razonable (eulogos).
filósofos no constituyen opiniones inciertas y falaces,&hn
verdadeAn~les.seria&o-q~esed_enefcLaraara4 be
14. Cf, "Evidence et preuve", en Ch. Perelman,Justice et raison, op.
13. Cf. mi Logiquejundique,Paris, Daiioz, 1976. [Traducida al cas- cit., págs. 140-154 y "De L'évidence en Métaphysique", en Ch.
tellano como U&a jurúiica g la nueva retórica, Editorial Civitas, Perelman, Le champ de l'argumnztation, op. cit., págs. 235-248.
1979.1 15. Aristóteles, Tópicos,101 a y b.
'Wica, dialéctica, 27
filosofíu y redrica

Todos los que creen poder despejar la verdad indepen- problemas de conocimiento, es decir, de.verdad:o,probabi-
dientemente de la argumentación, sólo tienen desprecio lidad, o simplemente han sido considerados como irrele-
por la retórica que se ocupa de opiniones: en rigor, podría vantes para la razón.
servir para propagar verdades garantizadas en el orador Pero todos aquellos que creen en la existencia de deci-
por la intuición o la evidencia, pero no para establecerlas. siones razonables precedidas de una deliberación o de dis-
p..--

Pero si no se admite que las verdades filosóficas puedan es- cusiones donde las diferentes solu.ucionesse confrontan las-
tar fundadas sobre intuiciones evidentes, será priciso re- '! unas can las otras. no podrán arescindihdesean adqui-
currir a técnicas argumentativaspara hacerlas prevaler. La rir una clara conciencia de los métodos intelectuales utiii-
nueva retórica se convierte entonces en un instrumento z&-, -tal como la
de u ~ t e o r í ade la argvmentación,
indispensable para la presenta la nueva rethrica.
Aquel que, como Ricoeur, admite en filosofía verdades Por otra parte, ésta no se limitará d dominio práctico,
metafóricas que no pueden prevalerse de una evidencia sino que también estará en el corazón de los problemas
constrictiva puesto que ellas proponen una reestructura- teóricos para aquel que es consciente del papel que juega
ción de lo real, no puede negar normalmente la importan- en nuestras teorías la escogencia de definiciones, modelos
cia de las técnicas retóricas que tienden a hacer Prevalecer y de analogías y, de una manera más general, la elabora-
tal metáfora sobre la otrai7: él no podría olvidarlas sino ción de un lenguaje adecuado, adaptado d campo de nues-
cuando admite la existencia de una intuición que impone tras investigaciones. Es en este sentido como se podrá ligar
una sola visión de lo real y excluye, por lo mismo, todas las el papel de la argumentación a la razón práctica, papel que
dem4s's. será fundamental en todos los dominios en que uno vea en
La decadencia de la retórica a partir de finales del sido acto la razón práctica, aun cuando se trate de la solución
xv;. se debe al ascenso del pensamiento burgués que ha Rs de problemas teóricos. Debo precisar este punto para evi-
neralizado el papel de la evidencia personal del protestan- tar todo malentendido referente al alcance de la argumen-
tismo, de la evidencia racional del cartesianismo o de la tación tal como yo la concibom.
evidencia sensible del empirism~'~.
; El desprecio a la retórica, el olvido de la teoría de la ar-
a
gumentación han conducido la negación de la razón
práctica. Los problemas de acción han sido reducidos a

16. Cf. Ch. Perelmen, "Philosophie, rhétorique, liew commuas",


Bulktin k lkicadémie Ro~aiede Belgique. Ciasse des lettres et des
sciences morales et politiques, 1972, págs. 144156.
17. Cf.Ch.Perelman, "Analogie et métaphore en science,poésie et
philosophie", en Le champ de i'argumcntation,págs, 271-286. .
18. Cf. P. Ricoeur, La métaphore vive, pág. 310-321. 20. Cf. con respecto a este punto R Blanché, Le raisonncrnent,
19. Cf. Ch. Perelman y L. Olbrechís-Tyteca, "Logique et rhéto- París, P.U.F., 1973, págs. 230-231, así como M. V i b y "Nouvelle
rique", en Rhétoriqile et philosophie, Presses Universitaires de France, rhétorique et droi: r ~ turei",
e Logique et Anabse, No 73, 1976, págs.
1952, pág. 30.Véase también R. hrthes, op. cit., pág. 192. 4-10.
12
1 La argumentación,
el orador g su auditorio.

-
¿Qué es lo que distingue a la argumentación de una de-
mostración formalmente correcta? - ---
En primer lugar, el hecho de queO en
-.- una demostración

los signos u t í l i z a & ~ e & ~ ~ ~ - d ~ o _ $ ~ t gddox ~


ammguii&,contr~~o a lo que sucede en la agumenta-
ción que se desarrolla en una lengua natural,en la que la
-- ---
ambigiiedad no .--....-.----.-ni-^
está excluida por -En segundo
.-.-antic.ado.
.-.-
lugar, porqu&a demostración correcta es una demostra-
-

--
ción conforme a reglas que -- son explicitadas
-- -- -- - - e n l o s sistemas
~~&ZG&T&-ién -- -y es en este punto en el que insis-
tiremos- porqu 1status de los axiomas, de los principios
de los que sst?_pm~~ 5 s diferent_n la demostración y en la --a

~gumen@ci-c5n:
En una demostración matemática, los axiomas no están
en discusión; sea que los consideremos como evidentes,
como verdaderos, o como simples hipótesis, casi no nos
preocupamos de saber si son o no aceptados por el audito-
rio, Por otra parte, quien desee justificar la escogencia de
axiomas deberá, como ya lo observó Aristóteles en sus Tó-
picos1, recurrir a la argumentación.
Como el fin de una aqumentación no es deducir las con-
secuencias de ciertas premisas sino producir o acrecentar la
adhesión de un auditorio a Eas tesis que se preserztan a su --

a=nt<miento, ella no se desarrolla jamás en-ge~cío. La ar-


-M-------

gumentación presupone, en efecto, un c o n t a m o s espí-


2
?
t 1. Tópicos, 101 a-b.
6
La argumentacicln, 31
el orador y su auditorio

ritus entre el orador y su auditorio; es ~recisoque un dis- ello que se está dispuesto a discutir con la parte adversa o
curso sea e s c u c h a d o ~ u ~ ~ n n ~ b ~ ~ ~ ~ e _ í ~ o ique
~ ~no~se~leuacepta ~ ~ como i ~ . interlocutor. An_ depreguntar-
esto su acción será nula. Aun cuando se trate de una deli- se quién tiene razdn -,.---------- en
L....una..--.---controversia
--..--,-4--
es importante
-- -.--
beración íntima, cuando quien propone razones y el desti- s&siygo&~-g~_..@g.~:r~-arr~~diferendo a través
natario de las mismas son una misma persona, el contacto de la negociación, ---- es decir por .---- - a una argumenta-
el recurso
de los espíritus es indispensable. De alii ciertos consejos c&o~or~ekecu~o. a la fuerza:
tales como "No escuches a tu mal genio", "No discutas Como la argumentación ..,,-.-..u se propone
~ - -- influir sobre un
más el asunto'! auditorio, modificar --- sus convicciones."---- o sus
----disposicion~
-_.__
Toda sociedad que reconoce la importancia de tales mediante
---.--,.-.. un discurso -que se ,--le dir$t?~que
- bu_ ,@E_
contactos, trata de organizarlos y puede aun hacerlos obli- adhesión
, - - - .de
.., .los ... . ... ...- .?. en
. .. espíritus ..... -...lugar
. .de imponer,la-volgg@d
gatorios, La misa dominical permite el encuentro semanal r)9.r.!~~coaccI~n,? .por I-aGecFam!ent?, %.~au_nacualidad
del sacerdote con sus parroquianos; la enseñanza obligato- .-- despreciable
no .. .. ,, . .. . . . la de ser u* persona a cuyas opiniones
,

ria garantiza al maestro la presencia de alumnos sometidos damos algún valor. -.LA.. De la misma manera, es importante

a su influencia; la convocatoria anual de las, sesiones poder tornar la palabra en ciertas circunstancias, ser voce-
parlamentarias, prevista por la Constitución, pone a l go- ro de un gmpo, de una institución, de un Estado y ser es-
bierno -en una fecha fija- delante de los elegidos de la cuchado.
nación; los procedimientos judiciales aseguran al deman- Hemos visto que toda argumentación presupone el con-
dante el desarrollo normal del proceso, aun si la parte ad- tacto de los espíritus que pueden favorecer o impedir insti-
versa es recalcitrante. tuciones sociales y pdíti&. Basta pensar en el monopolio
El ritual, los programas de enseñanza, las tradiciones de los medios de comunicación que caracterizaa los Estados
parlamentarias y las reglas de procedimiento, fijan con ma- absolutistas y en todos los medios de garantizar o impedir
yor o menor precisión las materias que serían objeto de el contacto de los espíritus. La libertad de palabra y de
cokunicaciones, El hecho de no seguirlas será considera- prensa son conquistas importantes de la democracia; pero,
do como ilegal o inconveniente, una insolencia, objeto de aun en una sociedad liberal, no todo el mundo puede, no
; ridículo o de escándalo. importa en qué circunstancia, tomar la palabra y hacerse
'
Me acuerdo, aún después de treinta años, del efecto pe- escuchar. Incluso el partidario más declarado del diálogo
noso producido por un orador encargado de pronunciar no está dispuesto a comenzar una discusión con cualquie-
delante de una multitud el elogio fúnebre de un amigo di- ra sobre cualquier tema.
funto: abusó de la palabra para atacar a una parte de los ~ristóteies~~~e.hab~.~bs~nrI~ino.~~oosss~be- - no
asistentes. Elay igualmente abuso en el maestro al que se han se puede discutir__u&uiera, sino que es preciso evitar
confiado niiíos para ser educados conforme a los valores el debate*r~c~~!!~.~~%?i:.~
de una comunidad, cuando se aprovecha de esta situación
para propagar ideas y valores que suscitan el eschdalo. -Aquellosque, por ejemplo, se plantean la cuestión de sa-
El establecimiento o la ruptura de las relaciones di&- ber si es preciso o no honrar a los dioses y amar a sus padres,
máticas constituyen un elemento previo, significando con
32 EL IMPERIO R E T ~ R I C O La argummtuci6n, 33
el orador y su auditorio

tienen necesidad de una buena corrección;y aquellos que se dad práctica, no debe enseñar sólo para instruir y agradar de
preguntan si la nieve es blanca o no, sólo tienen que mira?. manera que se pueda mantener la atención, sino que debe lo-
grar también la adhesi6n del espíritu, de manera que pueda
Algunas cuestiones no merecen discusión; otras no someterlo a la voluntads.
pueden ser discutidas, pues el hecho mismo de ponerlas en
cuestión es o blasfemo o escandaloso. El auditorio no estará persuadido verdaderamente -di-
Es así como un decreto ateniense había prohibido, bajo rá San Agustín- "sino cuando es movido por nuestras pro-
pena de muerte, introducir un proyecto de ley que modiñ- mesas y atemorizado por nuestras amenazas; si rechaza lo
cara la asignación de los fondos de reserva de la ciudad3. Y que vos condenáis y abraza lo que vos recomendáis, si se
Pascal, antes de damos las razones para creer en la exis- lamenta delante de lo que presentáis como lamentable y se
tencia de Dios y en la inmortalidad del alma, consagró lar- regocija de lo que presentáis como regocijante, si se apiada
gos desarrollos para persuadirnos de la importancia del delante de lo que presentáis como digno de piedad y se ale-
problema, que sería insensato desprecia+. ja de aquellos que le presentáis como hombres que se de-
Observemos, para este propósito, que la argumentación ben temer y e~itar''~,
no tiene por fin únicamente la adhesión puramente inte- Dirigiéndose a los fieles para que cesen sus guerras in-
lectual:.ella busca muy a menudo, incitar a la acción, o, por testinas, San Agustín no se contenta con sus aplausos: ha
lo menos, crear una disposición a la acción. Es esencial hablado para que ellos derramen lágrimas y testimonien
que la disposición así creada sea lo suficientemente fuerte con esto que estaban dispuestos a cambiar de actitud.
para sobrepasar los eventuales obstáculos. Es lo que obser- Estos ejemplos, aún si desaprobamos la terminología de
va, con mucha h u r a , San Agustín en el capítulo 13 del San Agustín al hablar de "verdades prácticas", prueban
libro rv de su escrito Sobre la doctrina crisliana: que cuando se trata de tesis presentadas en un discurso
- Si las verdades enseñadas son tales que basta creerlas o
argumentativo, ellas pretenden a veces obtener de los audi-
torios un efecto puramente intelectud, una disposición a
conocerlas, dar su asentimiento-no implica otra cosa que el admitir la verdad de una tesis y a veces a producir una ac-
i reconocimiento de su verdad. Pero si la verdad enseñada debe ción inmediata o eventual. Quien argumenta no se dirige a
set aplicada e n la práctica y así es enseñada para esta prácti- lo que se considera facultades tales como la razón, las emo-
ca, no sirve de nada estar persuadido de la verdad de lo que se ciones, la voluntad; el orador se dirige al hombre completo,
ha dicho, no sirve de nada encontrar placer en la manera pero, según los casos, la argumentación buscará efectos di-
como ha sido dicho, si ella no se aprende con el fin de ser ferentes y utilizará cada vez métodos apropiados, tanto
practicada. El sacerdote elocuente, cuando presenta una ver- para el objeto de un discurso, como para el tipo de audito-
rio sobre el cual se quiere actuar. Es así como un abogado
2. Ar¡st6teles, Tópicos,105a. que alega en un asunto comercial o criminal, político o de
3. Cf. Demóstenes, "Premiere olynthienne", $19,en Harenpes et
Plaidouers politiquts, París, Belles Lettres. 1924, t. 1. -
4. :ascal, "~enskés", 315, en L'oeuvnde asc cal, Pléiade, págs. 912- k (Migne), t. xxxiv, París, 1887.
y ~ a ~n~ G t í~nd,t l o l o ~latine
918. 6 . Ibid., L.iv, cap. 12.
34 EL IMPERIO R E T ~ R I C O La ar-uncnrtacidb '35
ct oradora su auditorio

derecho común, de derecho privado o de derecho interna- ría de la argumentación, es preciso concebirlo como el con- 4
cional público, y según el género de tribunal que se trata junto de aqmllos sobre los cuales el orador quiere influir con
de convencer, no utilizará ni el mismo estilo ni el mismo

-
su argumentación.
tipo de argumentos. El Único consejo de orden general que ¿Cuál es este conjunto? Es muy variable y puede ir des-
una teoría de la arguiacntación puede dar en este caso, es de el orador mismo, en el caso de la deliberación intima,
el de exigir al orador que se adapte a su auditorio. cuando se trata de tomar una decisión en una situación
¿Cuál es este auditorio alrededor del cual centra la delicada, hasta la humanidad entera, por lo menos 10s
argumentación? miembros de ésta que son competentes y razonables, y que
A veces la respuesta es evidente: el abogado que litiga yo califico de auditorio universal, por una varie-
delante de un tribunal debe convencer a los jueces que lo dad infinita de auditorios particulares..
constituyen. Pero, ¿qué pasa con un hombre de Estado que .Para algunos, a la vez los más individualistas y los más
pronuncia un discurso en el parlamento? i Está constitui- racionalistas, la deliberación consigo mismo sería el méto-
do su auditorio por todos los que lo escuchan, aun cuando do de un razonamiento sincero y honesto, donde uno no
su discurso es transmitido por la radio? ¿Qué pasa con trata de esconder nada, no se trata de engañar a nadie sino
aquel que es entrevistado por un periodista: se dirige él o triunfar sobre sus propias incertidumbres. Es así como
este último, a los lectores del periódico, a la opinión públi- I para Pascal, "el consentimiento de si a si, y la voz cons-
ca nacional o internacional que podrá conocer sus declara- tante de la razón"' es el mejor criterio de verdad. De la
ciones? Se ve inmediatamente que no hay que identificar misma manera, Descartes, en el prefacio de sus Medita&-
el auditorio del orador con todos aquellos que están mate- nes, anuncia al lector: "Expondré primero en estas Medita-
rialmente en estado de escucharlo y, afortion, con todos ciones los mismos pensamientos por medio de los cuales
aquellos que tendrán alguna ocasión de leerlo. Por otra yo me persuado de haber llegado a un conocimiento de la
parte, se puede concebir que el orador olvide una parte de verdad cierto y evidente, para ver si por las mismas razo-
su auditorio, que se trata ya del policía que asiste al alega- nes que me han persuadido, podré también persuadir a
to, o de algunos miembros de la oposición en un discurso otrosn8.Para algunos autores, tales como Schopenhauer y
que trata de consolidar una mayoría parlamentaria. John Stuart Mill, mientras que la dialéctica sería la técnica
El auditorio no está constituido necesariamente por de la controversia y la retórica la tecnica del discurso
aquellos que interpela expresamenteel orador. En el Parla- público, la lógica se identificaría con las reglas aplicadas
mento Británico el orador debe dirigirse al presidente de la para conducir su propio pensamiento3.Para Chaignet en
Cámara mientras que, efectivamente, su discurso puede di- su obra La rhétorique et son hktoire, la distinción entre
rigirse a los miembros de su partido, a la opinión publica persuadir y convencer consistiría esencialmente en que la
nacional o internacional. Vi en un café de la ciudad una
inscripción: "Perrito, no subas sobre el asiento". Pero esto 7. Pascal, Pensées, 249. Al respecto véase T A . ,$9, "La d é l i i é r z
no implicaba que todos los perros admitidos en el café sa- avec soi-meme'!
bían leer y compren& el español.. Si se quiere definir al 8. Descartes, Oeuvrcs philosophiques, Ed. Alquié, Garnier, t. 11,
auditorio de una manera útil para el desarrollo de una teo- 353.
9. Cf. TA., pág. 53.
La argummtaci6n, 37
el oradory SU auditorh

'5
persuasión es obra de otro, mientras que uno se convence auditorio pasivo a una participación activa en el debate.
siempre por sí mismolo. Quien vaticina, sin preocuparse de las reacciones de quien
Esto sucedía antes del aporte del psicoanálisis, que nos lo escucha, rápidamente es considerado como un ilumina-
ha convencido que uno se puede engañar a sí mismo y que do, poseído por demonios interiores, más que como un
las razones que se dan pueden ser sólo racionalizaciones. hombre razonable que trata de hacer compartir sus convic-
La idea se encuentra en germen ya en Schopenhauer, para ciones. No sin razón la técnica socrática de preguntas y
quien "el intelecto" camufia los verdaderos motivos de respuestas, se presentará en este caso como adaptada a la
nuestros actos, que son completamente irracionalesli. argumentación delante de uno solo o de un pequefio nú-
El auditorio constituido por el interlocutor único del mero, mientras que la de los discursos largos se impone
diálogo, parece presentar una. ventaja innegable, sobre el delante de un auditorio numeroso. Pero no hay que trans-
auditorio constituido .por una multitud reunida en una formar en una diferencia de naturaleza la diferencia de
plaza pública, porque la idea que uno se forma de él en técnica argumentativa, impuesta esencialmente por las cir-
cuanto a sus convicciones y actitudes, puede ser puesta a cunstancias y que no se refiere sino a la adhesión; más o
prueba gracias a la técnica de preguntas y respuestas. Poco menos segura y explícita, a los argumentos desarrollados.
a poco y a medida que el diálogo o la controversia se de- Además, cuando se trata de un discurso sobre un tema
sarrolla, el orador conoce mejor a su interlocutor, pues él especializado, dirigido a un auditorio de especialistas -sean
tiene todo el derecho de suponer que éste no trata de ellos físicos, historiadores o juristas-, la técnica de pregun-
inducirlo en el error. El fin del intercambio de las ideas es tas y respuestas no es pertinente, pues en cada disciplina
el de dar a los participantes u n mejor conocimiento de los hay un conjunto de tesis y de métodos que cada especiaiis-
unos por los otros. El acuerdo manifestado en este caso ga- ta debe admitir y que sólo en casos excepcionales se some-
rantizará un desarrollo más apretado de la argumentación: ten a discusión; no se les puede discutir arbitrariamentesin
es la raz6n por la cual Zenón comparaba la dialéctica, manifestar incompetencia, pues esto iría contra la estabili-
técnica del diálogo, con un puño cerrado, mientras que la dad de las creencias cientificas13. Mientras más centrales
retórica le parecía semejante a una mano abierta12. sean éstas en una dkiplina dada; más grave es su abandono
, Esta distinción, que no carece de pertinencia, está liga-
da indudablemente al mejor conocimiento del interlocutor
que conduce a una revolución cientifica14y los partidarios
de la disciplina serán más recalcitrantes, no se doblegarán
del diálogo, por lo menos con relación al objeto de debate, a las razones de un pensador revolucionario sino después
pues sería ridículo para el orador, desarrollar su argumen- de un debate que a veces se prolonga durante toda una ge-
tación sin preocuparse de las reacciones de su único inter- neración.
locutor que necesariamente deberá pasar del papel de Es así como delante de un auditorio universal especiali-

10. París, 1888,pdg. 93. 13. Cf. M. Polanyi, Personal Knowkdgc, London, Routledge and
11. CJ LA.,pág. 55. Kegan Paul, 1958, págs. 292-294.
12. Cf. Quintiliano,De l k t i t u t i o n oratoir~,
vol. 1, L. u, cap. xx, $7. 14. Cf. Th. Kuhn, La eshucticrade las rmoluciones cient$cas, Méxi-
C$ T A. $8, "L'argumentation devant un seul auditeurn. co, E C. E.,1971.
' Laargumntación, 39
el orador y su auditorio

zado, algunas tesis y métodos son reconocidos por todos rece la necesidad del diálogo, que deberá darse sobre todos
hasta nueva orden y es superfluo asegurarse explícitamen- los puntos controvertidos. Es por esto que la dialéctica o la
te el acuerdo por parte del auditorio. Al contrario, en la técnica de la controversia es tan central en la argumenta-
ausencia de un cuerpo de verdades o tesis reconocidas es ción filosófica, como testimonian los diálogos socráticos y
cuando el recurso a la dialéctica de preguntas y de respues- los de los filósofos que se han inspirado en estos modelos.
tas puede aparecer indispensable. La distinción entre los discursos que se dirigen a algu-
Mientras que el especialista, diigiéndose a una socie- nos y los que serían válidos para todos, permite hacer com-
dad sabia y el sacerdote predicando en una iglesia, saben prender mejor lo que opone el discurso persuasivo al que
sobre qué tesis pueden fundar su exposición, el ñlósofo se pretende ser convincente. En lugar de considerar que la
encuentra en una situación infinitamente más difícil, pues persuasión se dirige a la imaginación, al sentimiento, en
su discurso se dirige en principio, a todo el mundo, al au- resumen al autómata, mientras que el discurso convincen-
ditono universal, compuesto por todos aquellos que están te hace un llamado a la raz6n15,en lugar de oponer uno a
dispuestos a entendeflo y que son capaces de seguir su ar- otro, como lo subjetivo a lo objetivo16, los puede caracte-
gumentación. El ñlósofo no dispone como el sabio o el sa- rizar de una manera más técnica y también mas exacta, di-
cerdote de un conjunto de tesis filosóficas admitidas por ciendo que el discurso dirigido a un auditorio particular
todos los miembros de su auditorio. Es la razón por la cual busca persuadir, mientras que el dirigido al auditorio uni-
estará tratando de buscar hechos, verdades y valores uni- versal busca convencer.
versales que, aún si las tesis invocadas no son objeto de Como la distinción así es-blecida no depende del nú-
adhesión explícita por todos bs miembros del auditorio mero de personas que escuchan a un orador, sino de las
universal --cosa imposible de obtener-, sin embargo, en intenciones de este último (Lquiere
.- él obtqner la adhesión
principio, deben imponerse a todo ser de razón suficiente- de algunos o de todo ser de razón?), puede suceder que el
mente ilustrado. Para esto el filósofo apelará al sentido co- orador considere a aquellos a quienes se dirige, aun si se
mún 0 a la opinión común, a la intuición o a la evidencia, trata de una deliberación íntima, como encarnación del
presumiendo que cada miembro del auditorio universal auditorio universal". Un discurso convincente es aquel
hace parte de esta comunidad a la cual el orador hace alusión cuyas premisas y argumentos son universalizables, es de-
y que tiene las mismas intuiciones y comparte las mismas cir, aceptables, en principio, por todos los miembros del
evidencias. No será suficiente manifestar su desacuerdo auditorio universal. Se ve inmediatamente cómo,en esta
con una simple negación, pues si el discurso del filósofo perspectiva, la originalidad misma de la filosofía, asociada
parece aceptable y convincente a la generalidad, debe ser tradicionalmente con las nociones de verdad y de razón,
el recalcitrante quien debe probar que él no es un "insen- será mejor comprendida por su relación con el auditorio
sato" que se opone a la opinión común, sino que tiene bue-
nas razones para sostener su posición o, por lo menos, su
escepticismo. Así, aun si en este caso no se trata de un dis- 15. Cf. Pascai, Pensées, 470, pág. 61.
curso dirigido a uno solo o a un pequeño número, sino de 16.Kan&Critiquede la raison p-, trad. T~emesayguese t Paoeud,
un llamado a la razón, es decir, al auditorio universal, apa- París, 1927, págs. 634-635.
17. Cf.T A,, $6 a $9.
18
40 EL IMPERIO RETORICO La argrntmtacUn; 41
el orador8 ru auditorw

universal y la manera como éste es concebido por el Se trataba los discursos a la manera de los espectáculos de
filósofo. teatro o de lasjustas atléticas, cuyo fin parecía ser el realce de
'
Aristóteles, que centra su Retóha, pero no los Tópicos, los participantes. Su carácter particular había hecho abando-
sobre la idea de auditorio, pues es según el carácter del au- nar su estudio a los gramáticas por los retóricos romanos,
ditorio como examina las pasiones y las emociones que el que ejercitaban a sus alumnos en los otros dos géneros, consi-
orador puede suscitar con su discurso18,distinguió tres derados como relevantes para la elocuencia práctica. El dis-
géneros oratorios según las funciones que en cada caso curso epidíctico presentaba para los teóricos una forma
incumben a los auditores. Inspirándose en la práctica degene~adade elocuencia que no buscaba sino agradar para
ateniense, distingue estos géneros según el papel reservado realzar, ornando, hechos ciertos o, por lo menos, indiscuti-
al auditor: ''Ahora bien, es preciso necesariamente que e1 dos... Por eso el género epidictico parecía competer más a la
auditor sea o espectador o juez, y que el juez se pronuncie literahira que a la argumentación2'.
sobre el pasado o sobre el porvenir. Quien se pronuncia
sobre el porvenir es, por ejemplo, el miembro de la asam- Ahora bien, para nosotros el género epidíctico es cen-
blea; quien se pronuncia sobre el pasado, el juez; quien se tral, pues su papel es intensificar la adhesión a valores, sin
pronuncia sobre el talento del orador, es espectador. Hay los cuales el discurso que pretende Uegar a la acción no po-
pues, necesariamente, tres géneros de discurso en retórica: :: dría encontrar un punto de apoyo para conmover y mover
el deliberativo, el judicial, el epidíctic~"~~. a sus auditores. Sucede con frecuencia que una ceremonia
En el -género deliberativo el orador aconseja o desacon- funeral, convocada para llorar a la víctima de un asesinato
seja y su opinión concluye en lo que parece más útil; en el político, degenera en revuelta exigiendo el castigo de los
género iudicialgcusa o defiende para decidir lo justo; en el culpables. El análisis del célebre discurso de Antonio en el
género epidíctico alaba o critica y su discurso tiene que ver Julw César de Shakespeare (acto !I, escena II), muestra cla-
con lo bello y lo feozD. ramente cuán artificial es esta distinción de géneros, pues
Si para describir el género deliberativo, Aristóteles se el orador que busca en el discurso epidíctico, tal como en el
inspiró en las asamb1~aspolíticas, y en los tribunales para elogio fúnebre, crear una comunión alrededor de ciertos
caracterizar el género judicial, son los discursos oratorios valores, puede aprovecharse de la emoción suscitada para
que se realizaban durante los juegos olímpicos los que le excitar a la acción y a la revuelta a aquellos que antes del
sugirieron las particularidades del género epidíctico. En discurso sólo habían pensado en comulgar alrededor de los
efecto, durante tales juegos los auditores se comportaban despojos del difunto.
como espectadores y si, eventualmente, tenían alguna mi- El discurso epidíctico tiene que ver con el género edu-
sión que cumplir era únicamente la de designar el vence- cativo, pues pretende menos que suscitar una acción
dor, aquel cuyo discurso merecía llevarse la &drna. inmediata crear una disposición a la acción, esperando el
momento apropiado; no se comprende ni la naturaleza ni
la importancia de él si se le asigna como finla gloria del

21. T. A., págs 63 a 64.


L ..
42 EL IMPERIO RETORICO

orador. Ésta puede, efectivamente, resultar de tal discurso; CAPITULO III


pero no hay que confundir la consecuencia de un discurso
y su h;éste buscar reforzar una copunión alrededor de
ciertos valores que se tratan de hacer prevalecer y que de- Las premisas de la argumentación
berán orientar la acción en el porvenir. Es así como toda la
ñlosofía práctica tiene que ver con el género epidíctico.

El orador, si quiere obrar eficazmente con su discurso,


debe adaptarse a su auditorio.
¿En qué consiste esta adaptación, que es una exigencia
especíñca de la argumentacidn? Esencialm-te en que el
orador no puede escoger corno punto de partida de su razo-
namiento sino tesis admitidas por aquellos a quienes se di-
rige.
En efecto, el fin de la argumentación no es como el de h
demostración, probar la verdad de la conclusión partiendo
de la verdad de las premisas, sino transferir a las conclu-
siones la adhesión concedida a las premisas. Si no quiere
correr el riesgo de fracasar en su misión, el orador no debe-
rá partir nunca sino de premisas que gocen del beneficio
de una adhesión suficiente: si ésta no fuese suficiente, la
primera preocupación de quien quiere persuadir, deberá
ser la de reforzarla por todos los medios de que dispone,
pues la transferencia de la adhesión no se realiza sino esta-
bleciendo una solidaridad entre las prernisas y las tesis que
uno se esfuerza por hacer admitir. Puede suceder que la
conclusión sea muy opuesta a las convicciones del auditor;
en este caso éste prefiere renunciar a una de las premisas
y todo el esfuerzo del orador permanece sin efecto. Esta
consecuencia es análoga al razonamiento por el absurdo
que, llegando a una conclusión falsa, nos obliga a rechazar
como falsa una de las premisas. En la argumentación, se
trata igualmente del rechazo, pero del rechazo de una de
44 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

las premisas no porque la conclusión que se saque sea fal- Notemos en relación con este punto que Bentham, se-
sa, sino porque es inaceptable. guido por Schopenhauer, caliñca de "petición de principio
Quien en su argumentación no se preocupa de la adhe- escondida en una sola palabra" el recurso, para describir
sión del auditorio a las premisas de su discurso, comete la u n fenómeno, a calificativos que lo valorizan o lo desvalo-
falta más grave: la petición áe principio; ésta, considerada rizan. Es así que lo que un observador neutro considera
tradicionalmente como un error lógico no es un error de como "fenómeno de culto", será calificado de "expresión
demostración, pues ella no se refiere a la verdad o a la fal- de piedad" por aquel al que le es favorable y de "supersti-
sedad de las proposiciones que constituyen el razonamien- ción" por aquel que lo combate2.
to. La afirmación: "si p, entonces p", que dice que una r Bentham y de Schopenhauer consiste en ver
~ l ' e r r ode
proposición se implica a sí misma, es no solamente verda- en la apreciación favorable o desfavorable un soíisma, una
decasino que es una ley lógica fundamental, es el principio petición de principio, como si toda toma de posición fuera
de identidad. Pero desde que se pasa al punto de vista en sí criticable: de hecho no hay petición de principio sino
argumentativo todo cambia, pues aquí se trata de obtener en la medida en que esta toma de posición, presuntamente
argumentando a favor d e ella, la adhesión a la tesis p; por compartida por el auditorio, es controvertida por él. Esta
consiguiente no puede presentarse desde el comienzo precisión permite poner en evidencia la relatividad de la
como una tesis ya aceptada por los auditores. petición de principio, que involucra, como toda argumen-
He aquí u n ejemplo característico de petición de princi- tación, la adhesión del auditorio.
pio, tomado de un discurso de Antifón sobre el asesinato Adaptarse al auditorio es, ante todo, escoger como pre-
de Herodes: "Sabed bien que yo merezco vuestra piedad misas de la argumentación tesis admitidas por éste último.
mucho más que u n castigo, porque el castigo es para los Entre los objetos de acuerdo, donde el orador escogerá
'

culpables y la piedad para aquellos que son objeto de una el punto de partida de su discurso, hay que distinguir
acusación injusta"'. aquellos que se refieren a lo real, a saber: los hechos, las
La conclusión dada al principio se impondría si la pre- verdades y las presunciones; y aquellos que se refieren a lo
misa menor supuesta "yo soy inocente", fuese admitida. preferible, a saber: los valores, las jerarquías y los lugares
En este caso el proceso estaría juzgado y el acusado estaría comunes de lo preferible.
libre; el hecho mismo que el proceso se desarrolle y que la Mientras que el lenguaje y el sentido común designan
sentencia no haya sido dada, nos prueba con toda eviden- por hechos y verdades elementos objetivos que se imponen
cia que se trata de una petición de principio. a todos, el análisis comprendido desde u n punto de vista
Se ve en este ejemplo que hay que distinguir la verdad argumentativo no nos permite olvidar, so pena de petición
de una tesis y la adhesión a ella; y aún si la tesis fuera ver- de principio, la actitud del auditorio con relación a ellos.
dadera, suponerla admitida, mientras es controvertida, Si nosotros acordamos el status de hechos o de verdad a
constituye una petición de principio característica. un elemento objetivo, que según las palabras de H. Poin-
caré, "es mmdn a varios seres pensantes y podría ser co-
1. Cf.O. Nava- Essai sur la rhitoriquegreqw avantdristotc, Pa- -
xís, 1900, pág. 141, n.l,citada en TA.,pág. 152. 2. Cf. T A., pág. 153.

21
46 EL IMPERIO RETÓRICO

mún a todo^"^, es decir, que presuntamente es admitido seguros, de preferencia semejante a un haz de hechos O
por el auditorio universal, podremos partir de hechos y verdades que no estamos dispuestos a abandonar. Esta
verdades como .datos estables, sin que sea necesario re- contrastación a veces puede limitarse al cuestionamiento
forzar la adhesión del auditorio con relación a ellos. "La del resultado de una experiencia elaborada con muy pocas
adhesión a un hecho, no será para el individuo sino una precauciones, pero a veces puede desembocar en una revo-
reacción subjetiva a alguna cosa que se impone a todos"'. lución intelectual de naturaleza científica, filosófica o reli-
Pero desde el momento en que un hecho o una verdad giosa6.
son controvertidos por el auditorio, el orador ya no puede Al lado de los hechos y verdades, a veces partimos de
prevalerse de ellos, a menos que muestre que el oponente presunciones que, aunque no se presentan seguras corno
se engaña o, por lo menos que no debe tener en cuenta su aquéllos, sin embargo, suministran bases suficientespara
opinión, es decir, lo descxiliñca quitándole la calidad de in- forjar una convicción razonable. Las presunciones se aso-
terlocutor competente y razonable. cian frecuentemente con lo que se produce normalmente y
Vemos así que este status de hecho o de verdad no está con lo que es razonable tomar como punto de partida.
asegurado indefinidamente, a menos que se admita la exis- Si estas presunciones, ligadas a la experiencia común,
tencia de una autoridad infalible, de una divinidad cuyas al sentido comiin, permiten orientarse en la vida, ellas
afirmaciones y revelaciones son indiscutibles, que garanti- pueden sin embargo ser contradichas por los hechos, pues
zaría los hechos y las verdades; pero a faita de tal garantía lo inesperado no debe excluirse.
absoluta, de una evidencia, de una necesidad que se im- He aquí algunas presunciones de orden general: "la pre-
pondría a todo ser de razón, los hechos y las verdades que . sunción de que la calidad de un acto manifiesta la -calidad
son admitidos como tales por la opinión común o por la de la persona que lo realiza; la presunción de la credulidad
opinión de los especialistas, podrán ser cuestionados. Ob- natural, que hace que nuestro primer movimiento sea el de
servemos, sin embargo, que si el acuerdo en relación con acoger wmo verdadero lo que se nos dice; la presunción de
ellos es suficientemente general, nadie puede descartarlos interés, según la cual concluimos que todo enunciado que
sin caer en el ridículo, a menos que dé razones capaces de se nos comunica presumiblemente nos interesa; la presun-
; justilicar su escepticismo a este respecto. Una duda gene- ción referente al carácter sensato de toda acción huma-
ralizada, tal como la preconizada por Descartes, no servi- na'".
ría de nada para descalificar un hecho particular, pues no Las presunciones se fundan sobre la idea de que es 10
sería considerada como una duda razonable. Sobre este normal lo que se produce; pero la noción de normal, sien-
punto L. Wittgenstein ha hecho reflexiones pertinentes5. . do susceptible de interpretaciones variadas, puede condu-
¿Cómo descalificar un hecho o una verdad? La manera cir a una discusión para saber si la presunción es aplicable
más eficaz de impugnarlos es mostrar su incompatibilidad en una determinada situación, dados los hechos de la cau-
con.otros hechos y otras.verdades que se presentan más sa. Se trataría ya, en este caso, de ~na~tentativapor inver-

3. H. Poincaré, La vakar de la scier~e,Géneve, 1946, pág. 65. 6. Cf. K. Polanyi, Pmsowl Knowledgc, 3a. parte: "The justificetion
4. 11: A., pig. 90. of ~ersonalKnowledge'!
5. Cf. L.Wittgenstein, Sobre la certeza, Gedisa, Barcelona. -7. Cf. T A., pág. 94.
22
48 EL IMPERIO RETORICO

tir una presunción que favorece la tesis del adversario. Es justo, bello, verdadero o real es valorizado, lo que es cali-
éste el efecto más inmediato de una presunción: ella im- ficado de malo, injusto, feo, falso o.aparente es desvalori-
pone la carga de la prueba a quien quiere oponerse a su zado.
aplicación. Observemos en relación con esto, la ambigüedad de la
La carga de la prueba -noción esencial en el procedi- expresión "realidad" o "real". Lo real en tanto que objeto
miento jm'dico-, nos remite al derecho, donde se distin- de una investigación cientíñca no admite grados. Todas las
guen varias especies de presunciones: las prestcnciones de2 realidades están en el mismo plano y, en tanto que elemen-
hombre, pueden ser tanto el punto de partida como de le- tos de un mismo universo, son todas compatiblesunas con
gada de un razonamiento; al contrario, las presunciones k- otras. Al contrario, la ontología o estudio filosófico de lo
g a b establecidas por la ley o la jurisprudencia, sea que real no duda en establecer grados en el seno mismo de lo
admitan una prueba contraria (presuncionesjuris tantum) real y en jerarquizar aspectos, mezclando juicios de valor
o que sean irrecusables (presunciones j u n s et dejure), su- con la descripción de lo dado.
ministran excelentes ejemplos de tesis sobre las cuales se Los juicios de valor en la medida en que son controver-
puede Eundar u n razonamiento jurídico, pues en todos los tidos, han sido considerados por los filósofos positivistas
casos ellas dispensan de toda prueba a aquellos que gozan como desprovistos de toda objetividad, contrariamente a
de la presunción8. los juicios de realidad sobre los cuales, gracias a la expe-
A los juicios que presumiblemente expresan lo real co- riencia y a la verificación, el acuerdo de todos sería posible.
nocido o presumido, se pueden oponer aquellos que expre- Al contrario, los juicios de valor no servirán de centro de
san una preferencia (los valores y las jerarquias) o indican unificación sino de grupos particulares; por esta razón, di-
lo que es preferible (los lugares de lo preferible). fícilmente se podrá argüir, sin petición de principio, sobre
Para retomar una definición de Louis Lavelle, se puede la objetividad de los valores.
decir que la palabra valor se aplica en todas partes donde Pero, existen valores universales admitidos por todos,
hay "una ruptura de la indiferencia o de la igualdad entre tales como: lo verdadero, el bien, lo.beElo, lo justo? ¿En este
las cosas, en.tcidaspartes donde una de ellas debe ser pues- caso no habría una contradicción can lo anteriormente di-
i ta antes que. otra, o por encima de otra; en todas partes , cho, puesto que estos valores son objeto de un acuerdo del
donde es juzgada superior y merece que sea preferidan3. auditorio universal?
- Esta definición de1 valor vale sobre.todo para las je- De hecho, estos valores son objeto de un acuerdo uni-
rarquías, donde los elementos jerarquizados se indican ex- versal en la medida en que permanecen indeterminados;
presamente. A menudo, los valores positivos o negativos desde el momento en que uno trata de precisarlos, aplicán-
marcan una actitud favorable o desfavorable con relación a dolos a una situación, o a una acci6n concreta, los desa-
lo que ellos aprecian o desprecian sin compararlos con cuerdos y las oposiciones de grupos particulares.no tardan
otros objetos: lo que se calificará con los términos bueno, en manifestarse.
Para E. Dupréel, los valores universales no son sino ins-
8. Cf. Les présumptions n lesfictions n droit, estudios publicados trumentos de persuasión, "una especie de Útiles espirituales
por Ch. Perelman, Bruxelles, Bruylant, 1974, págs. 340-341. totaimente separables de la materia que permiten modelar,
9. L. Lavelie, Traité & Valeun, París, pU.E, 1951, t 1, pág. 13.
~aspmniras 51
de la argumentación

anteriores al momento de servirse de ellos y que permane- el honor. Al contrario, el racionalismo y el clasicismo ad-
cen intactos después de que han sido utilizados, disponi- hieren a virtudes abstractas, a reglas válidas para todos y
bles como antes para otras o~asiones"~~. en toda circunstancia, tales como la justicia, la veracidad,
Los valores universales juegan un'papel importante en e1 amor a la humanidad, el imperativo categórico de Kant
la argumentación, pues ellos permitirán presentar los valo- donde lo moral se define por lo universalhable, el princi-
res particulares, aquellos sobre los cuales se establece el pio del utilitarismo de Bentham, que define el bien por 10
acuerdo de grupos particulares, como un aspecto más de- que es más útil para el mayor niimero.
terminado de los valores universales. Esta inserción de los En la argumentación, no podemos prescindir ni de va-
valores particulares en un cuadro que los supera, testimo- lores abstractos, ni de valores concretos, pero según el
nia que se desea traer~nderlos acuerdos particulares, que caso, subordinamoslos unos a los otros. Es así como para
se reconoce la importancia de la universalizaci6n de valo- Aristóteies el amor a la verdad, valor abstracto, es superior
res y del valor que se le .atribuye al-acuerdo del auditorio a la amistad debida a Platón, vaior concreto. Para Erasmo,
universal. una paz injusta, valor concreto, es preferible a la justicia,
El análisis de la argumentación sobre los valores debe valor abstracto.
subrayar la importancia de una distinción, a menudo muy Los razonamientos relativos a Dios manifiestan este
olvidada, entre los valores abstractos tales como la belleza vaivén de perspectivas. Todos los valores derivan del valor
y la justicia, y los valores concretos, tales como Francia o Dios, supremo valor concreto, o ¿Dios es el Ser perfecto,
la Iglesia. porque es la encarnacibn de lo verdadero, del bien y de lo
El valor concreto es el que se da a un ser particular, a justo? ¿Es preciso, tomando a Dios como modelo, decidir
un objeto, a un grupo, o a una institución concebidos en su que una conducta es sabia y justa porque es divina, o al
unicidad. Subrayar la unicidad de un ser es por este mismo contrario, en la medida en que un comportamiento es va-
hecho valorizarlo. Todo lo que es fungible, intercambiable, lorizado, atribuirle a Dios que no puede obrar mal? Es así
es por este mismo movimiento desvalorizado. "Los escrito- como Descartes no duda en afirmar que: "para conocer la
res románticos, al revelamos el carácter único de ciertos naturaleza de Dios, tanto como la mía la permite, s61o ten-
( seres, -de ciertos grupos, de ciertos momentos históricos, go que considerar, de todas ias cosas de las que tengo una
:
han provocado incluso en el pensamiento filosófico una re- idea, si es o no una perfección poseerlas y estaba seguro
acción contra el racionalismo abstracto, reacción que se que ninguna de aquellas que marcaban alguna imperfec-
acentúa por el lugar eminente acordado a la persona hu- ción se encuentran en 61, pero que todas las demás en él se
mana, valor concreto por ex~elencia"~~. en~uentian"'~.
Algunos .comportamientos, algunas virtudes, no pue- Los razonamientos fundados sobre valores concretos
den deñnirse y comprenderse, sino con relación a valores parecen característicos de sociedades conservadoras. M
concretos, tales como la&klidud, la lealtad, la solidaridad, contrario, los valores que sirven más fácilmente a la críti-
ca, estarían ligados a la justificación del cambio, al espíritu
revolucionario.
10.E.Dupréel, Sociolo~uGinérnIe,M,P.U.E, 1948, págs. 181-182.
11. 'Z: A., pág. 103. 12.&né Descartes, Discours de la mithode, 4a. parte, in íine.
24
52 EL IMPERIO R E T ~ R I C O Lospmnisas 53
de la argumentación

Al lado de los valores, la argumentación se apoya sobre Podemos distinguir en este punto, lo que los antiguos y, es-
jerarquías tanto concretas como abstractas, homogéneas o pecialmente Aristóteles, calificaban de lugares comunes y
heterogéneas. de lugares específicos (topoi)14.
Muchos razonamientos parten de la idea de que los - Sin embargo, para el estudio de los lugares nos limitare-
hombres son superiores a los animales, y los dioses a los mos a los lugares de lo preferible que Aristóteles examina
hombres. Para Scheler, los valores pueden jerarquizarse, entre los lugares del accidente15.Los lugares comunes son
según sus soportes: los valores relativos a las personas son afirmaciones muy generales referentes a lo que presurni-
superiores a los relativos a las cosas13. blemente vale más en algún dominio, mientras que los
Al lado de las jerarquías concretas, como los ejemplos lugares específicos se refieren a lo que es preferible en do-
que acabo de dar, otras se refieren a valores abstractos, minios particulares.
como por ejemplo: la superioridad de lo justo sobre lo útil. Cuando se dice: que lo que aprovecha al mayor número,
Un principio abstracto, tal como la superioridad de la cau- lo que es más durable y útil en las situaciones más variadas
sa sobre el efecto, puede establecer una jerarquía entre un es preferible a lo que no aprovecha sino a un pequeño nú-
gran número de realidades concretas. La superioridad de mero, es más frágil o no sirve sino en situaciones particu-
lo uno sobre lo múltiple .- _-
subtiende- toda la ontología de
Plotino. Mientras que las jerarquías heterogéneas ponen
.. lares, se enuncia un lugar de la cantidad.Se enunciará un
lugar de la cualidad si se da como razón de preferir alguna
en relación valores diferentes ("el respeto de la verdad es cosa, el hecho de que es única, rara, irremplazable, que es
superior a la amistad de Platón"), las jerarquías homogé- una ocasión que no se producirá más: carpe diem. Es un
neas son aquellas que se basan sobre la cantidad tendrá lugar que favorece la elite más que la masa, lo excepcional
preferencia la cantidad más grande de un valor positivo y, más que lo normal, que aprecia lo que es dificil, lo que hay
simétricamente, una cantidad más pequeña de un valor que hacer en el momento preciso, la urgencia. Los lugares
negativo (un dolor más débil, debe ser preferido cuando se de la cantidad caracterizan el espíritu clásico, los de la cua-
le compara con un dolor o un mal más grandes). lidad el espíritu románticol6.
Mientras que lo que se opone a lo real y a lo verdadero, Al lado de los lugares de la cantidad y de la cualidad,
no puede ser sino apariencia, ilusión o error, el conflicto que son los más usuales, encontramos en nuestra cultura
de valores no conlleva necesariamente a la descalificación el recurso a los lugares del orden (la superioridad de lo an-
del valor sacrjñcado. Al contrario, es porque uno quiere lo 'tenor sobre lo posterior, de la causa sobre la consecuen-
que sacrifica, por lo que el sacrificio es doloroso; un menor cia), lugares de lo existente (que afirman la superioridad
valor siempre permanece un valor, a pesar de todo. de lo que es sobre lo que es simplemente posible), lugares
Por último, yendo hasta lo que hay de más general, se de la esencia, que conceden una superioridad a los indivi-
llega al dominio de los valores, a los &ares de lo preferi- duos que representan mejor la esencia del género, lugares
ble, que juegan un papel análogo al de las presunciones.
14. Aristóteles, Retórica, 1358a, 12-24.
15. Aristóteles, Retórica, 1362a-1365b, Tópicos, 116a-119a.
13. Cf. Max Scheler, Leformulisme en éthiqut, trad. de M. Gan- 1 16. Cf. nuestro ensayo "Classicisme et romantisme dans l'argu-
dillac, Paris, Gailimard, 1955, @g. 121. mentation" en Le ckampde l'argumentation, pág. 397-406.
54 EL IMPERIO R E T ~ R I C O Laspmisas 55
de la argumentación

de la persona, que implican la superioridad de lo que está la misma manera el sacerdote predicando en el seno de la
ligado a la dignidad y a la autonomía de la persona. iglesia, puede admitir que los fieles reconocerán la autori-
lustremos el lugar de la esencia con dos ejemplos. Se dad de las Sagradas Escrituras.
conocen estos versos de Marot a Francisco I: I En un diálogo, quien argumenta puede asegurarse, a
medida que avanza, de la adhesión de su interlocutor a los
Rey más que Marte de honor rodeado, eslabones del razonamiento; es a esta técnica a la que hace
.Reyel m& rey, que alguna vez fue coronado. alusión Sócrates en sus discusiones con Calicles:

Proust utiliza el mismo procedimiento para valorizar a He aquí una cuestión regulada; cada vez que estamos de
la duquesa de Guermanks: "...la duquesa de Guermantes, acuerdo sobre un punto, este punto será considerado como
para decir la.verdad, a fuerza de ser Guermantes, se volvia suficientementeaceptado por una y otra parte, sin que haya
algo más y algo más agradable"". lugar de reexaminarlo. Tú no puedes aceptármelo por falta
En cuanto al lugar de la autonomía, es el que permite a de ciencia, ni por exceso de timidez, y tú no podrías al hacer-
Pascal condenar la diversión: lo, querer engañarme, pues tú eres mi amigo, dices túI9.

¿Acaso no se es feliz cuando se goza de la diversión? No, Vemos cómo Sócrates, asegurándose del acuerdo ex-
pues viene de otra parte y de afuera...18. plícito de su interlocutor, puede avanzar en su diálogo y
poner a su adversario en una situación embarazosa, Ue-
Para terminar. este capítulo, debemos aún llamar la vandolo a contradecirse; es esa la característica de la ironía
atención sobre acuerdos propios a ciertas argumentacio- socrática.
nes que se deben, ora al tipo de auditorios a los cuales se Pero Sócrates no se contenta con la adhesión, él quiere
dirige, ora al desarrollo mismo de la discusión. más, pues concluye su propósito diciendo a Caiicles: .
Cuando uno se dirige a grupos que presuntamente ad-
hieren por su profesión o su profesión de fe, a ciertas tesis, Nuestra acuerdo, por consiguiente, probará realmente
- el autor tiene derecho de contar con la adhesión a éstas; es que hemos alcanzado la verdadz0.
i I:
así como el abogado puede-contar con el hecho de que el
juez presumiblemente respeta la legislación del país, o Sacando, del hecho de que los dos están de acuerdo
cualquier otra norma legal, cualquiera sea su origen, desde sobre una tesis, esta conclusión un poco rápida de que la
que ella se reconoce por la jurisprudencia. Un sabio al diri- tesis es verdadera, Sócrates trata de mostrar que él no se
girse a sus colegas, puede suponer que eiios adhieren a lo contenta con la adhesión a la que aspira el retórico, sino
que hace parte del cuerpo reconocido de su disciplina; de que quiere alcanzar la verdad, ambición del filósofo. Pero
esto se da al precio de una generalización, sujeta a caución,

17. Proust, A la rechercke du temps perdu, t. 8, Le cóté & G m -


mantes, París, Galiitnard, 1946 - 1947, pág. 74. 19. P M n , Gorgios, 487 d-e.
18. Pascal, Pensées, 216, en L'Oeuvrc, pléiade, pág. 884. 20. Ibid.
a saber, que su acuerdo no es sino la expresión de un:
dad objetiva y por lo mismo del acuerdo del auditorio
versal.

Las concepciones modernas de la demostración que bus-


can un rigor creciente, han llegado a concebir la prueba
como relativa a un sistema en el cual todos los elementos
se formulan explícitamente, y se presenta, por este mismo
hecho, como aislado del pensamiento global. Es, por otra
parte, este esfuerzo de formalización y aislamiento el que
hace que el sistema sea mecanizable y permite a una má-
quina calcular o a un computador ejecutar correctamente
las operaciones prescritas sin intervención del pensamien-
to humano. Al contrario, la argumentación se inserta en
un pensamiento cuyos diversos elementos son solidarios
los unos con los otros.
Se han tratado de sistematizar, para hacerlas más rigu-
rosas, algunas ramas de disciplinas no formales, tales como
la física o el derecho. Estas tentativas han podido tener
éxito en la medida en que hacen corresponder fórmulas
abstractas a situaciones concretas y en la medida en que
no han chocado con experiencias que contradigan las
previsiones, con situaciones imprevistas que escapan al
esquema preestablecido. Para adaptar el sistema a la expe-
1 riencia, para flexibilizar las fórmulas utilizadas, estamos
I obligados a recurrir a la argumentación y, como conse.
cuencia, a reinsertar el sistema en el conjunto de nuestros
I
conocimientos y de nuestras aspiraciones, a restablecer el
I contacto entre el dominio que queríamos aislar y el con-
I junto de nuestras creencias y de nuestras convicciones.
i Este conjunto más o menos elaborado, más o menos flui-
do, corresponde a una visión global, sea de sentido común son válidos para nosotros, para ver .si producen exacta-
o filosóficamente más elaborada. mente sobre una razón extraña el mismo efecto que sobre
Es en tal conjunto de las tesis admitidas por su audito- el nuestra, es un medio que, a pesar de ser solamente sub-
rio, donde el orador que argumenta deberá escoger sus jetivo, sirve no sólo para producir la convicción, sino tam-
premisas: deberá inevitablemente proceder a una selec- bién para descubrir el valor partidar del juicio, es decir,
ción. ,. lo que no es en sí sino simple persua~ión"~.
Toda argumentación implica una selección previa, se- Esta reflexión de Kant recuerda el discurso de Sócrates
lección de hechos y de valores, su descripción de una ma- a Calicles3 y puede ser sometida a la misma crítica. En
nera particular, en algún lenguaje y con una intensidad efecto, si el desacuerdo de otro que.parece tan calificado
que varía según la importancia que se les otorgue. Selec- como nosotros, subraya la subjetividad de nuestra opi-
ción de elementos, selección de un modo de descripción o nión, o por lo menos el hecho de que ella no se impone a
de presentación, juicio de valor o de importancia. Todos todos, el acuerdo de los demás no basta para garantizar la
estos elementos se consideran de una manera tanto más objetividad, o por lo menos la universalidad, pues puede
justificada como manifestación de una toma de partido, suceder que no se trate sino de una opinión común a un
cuanto más netamente se ve que otra escogencia, otra pre- medio o a una época. El test de la objetividad y de la uni-
sentación u otro juicio de valor podría oponérsele. Una versalidad debe, por consiguiente, renovarse constante-
afirmación y una presentación que a primera vista parece mente. El resultado, aun favorable, no establece sino .una
objetiva e imparcial, manifiesta su cardcter voluntaria o presunción y no una necesidad o una evidencia. .
involuntariamente .tendencioso,.cuando se la confronta La escogencia de ciertos elementos que uno retiene y
con otros testimonios en sentido opuesto. El pluralismo que presenta en un discurso, los pone en el primer plano
aguza el sentido crítico. Es gracias a la intervención siem- de la conciencia y por este hecho les da una presencia que
pre renovada de los otros, como se puede distinguir mejor, impide olvidarlos.
hasta nueva orden, lo subjetivo de lo objetivo'. Un relato chino contado por Mencius, testimonia del
Es éste el criterio que permite a Kant distinguir la per- efecto de la presencia:
suasión de la convicción, como una creencia que no tiene
' sino un fundamento subjetivo de aquella cuyo fundamen- Un rey ve pasar un buey que debe ser sacrificado. Tiene
to es objetivo; pero agrega Kant: "La persuasión no puede, compasión de él y ordena que se le cambie por un cordero.
en verdad, distinguirse subjetivamente de la convicción, si Confiesa que esto ha pasado porque él veia al buey y no al
en el sujeto no se presenta la creencia sino como un simple cordero4.
fenómeno de su propio espíritu; pero el ensayo que se hace
sobre el entendimiento de los demás, de los principios que

2. Kant, Critique de la raison pwe, op. cit.,pág. 635.


1. Cf. Ch. Perelman, "A propos de I'objectivité de I'information", 3. Cf.supra, pág. 39. . . .
en Publus ct techniqucs de la d i f i i o n collective, Ed. de 1'Université de 4. Según Pauthier, Confirciuset Mencius, París, 1852,L.1, $7,cf. II:
Bmxelles, 1970, págs. 81-88. A., pág. 156.
28
60 E L I M P E R I O RETORICO

La presencia obra de una manera directa sobre nuestra Georges Campbell, influido por el asociacionismo de
sensibilidad; y efectivamente, la presentación de un objeto, Hume, ha consagrado en su Philosophg of Rketoric (1776),
tal como la túnica ensangrentada de Julio César blandida largos desarrollos a las condiciones de tiempo, de lugar, de
por Antonio, o la de los hijos de la víctima o del acusado, 1: conexión y de interés personal por las cuales un aconteci-
puede conmover a los auditores, o a los miembros de un miento nos afecta y está presente en nuestra conciencia;
jurado; pero la presencia efectiva ofrece también inconve- pero el esfuerzo del orador es meritorio cuando obtiene,
nientes, pues no sólo puede distraer a los auditores, sino gracias a su talento de presentación, que los acontecimien-
que puede conducirlos en otra dirección distinta a la de- tos que, sin su intervención hubieran sido olvidados, ile-
seada .por el orador. Es por esto por lo cual los consejos de guen a ocupar el centro de nuestra atención: lo que está
algunos maestros de retórica, que preconizan recurrir a presente para nosotros se encuentra en el primer plano de
realidades corporales para conmover a l auditorio, no de- la conciencia y se vuelve importante. Por otra parte, por un
ben seguirse siempre. . curioso efecto psicológico, lo que pierde en importancia, se
'-
Pero hay más.La técnicas de presentación, creadoras de vuelve, por ese mismo hecho, abstracto, casi inexistente,
presencia son esenciales sobre todo cuando se trata de evo- Algunos escritores, tales como: Spender y Koestler, han
car realidades lejanas en el tiempo y en el espacio. Es por observado la forma como los hombres perciben la realidad
esto que es importante no identificar la presencia, tal como de una manera influenciada por sus compromisos senti-
la concebimos, que es presencia a la conciencia, con una mentales o políticos. He aquí, con relación a este punto, la
presentación efectiva. El recurso a los efectos del lenguaje observación de Stephen Spender:
y a su capacidad de evocación, es el que establece la transi-
ción entre la retórica como arte de persuadir y la retórica Casi todos los seres humanos tienen una aprehensión
como técnica de expresión literaria. Si la retórica, según muy intermitente de la realidad; sólo un pequeño número de
Lord Bacon, es el arte "de aplicar la razón a la imaginación cosas que ilustran sus propios intereses son reales para eiios,
para mover mejor la voluntad", es sobre todo porque ella las otras que, de hecho, son tan reales también, se les apare-
combate la influencia de lo que nos rodea sobre nuestra cen como abstracciones... Vuestros amigos, porque son vues-
i sensibilidad: tros aliados, son verdaderos seres humanos... vuestros
adversarios no son sino molestas tesis,poco razonables, in-
EL sentimiento considera sobre todo lo presente, la raz6n útiles y cuyas vidas no son sino falsos juicios que VOS desea-
considera lo por venir y la serie del tiempo; y a causa de eso, ríais borrar con una bala de plomo.. .=.
lo presente que llena más la imaginación, la razón es general-
mente vencida; pero después que la fuerza de la elocuencia y El lazo que se establece entre la presencia de ciertos ele-
de la persuasión han hecho aparecer casas alejadas y futuras mentos en la conciencia y la importancia que se les otorga,
wmo presentes, entonces la razón gana su terreno sobre la ha permitido no ver en la retórica sino el arte de crear esta
revuelta de la imaginación
5. Lord E Bacon, Oftht Advai~cemtntof Learning, Oxford Univer- 6.Cf. Thr God that Failed, ed. por Crossman, London, 1950, págs.
sity Press. 1944, libro i, págs. 156-157. 253-254, citado en T. A., pág. 159.
62 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

presencia gracias a. las técnicas de presentación. Richard Esta técnica para desarrollar un tema recibió, en la teo-
Weaver, en un' discurso considerado como un clásico de la ría retórica, el nombre de ampli&ación. Se trata de una
teoría retórica americana ha podido decir: "la retórica, glo- figura de retórica que utiliza, para crear la presencia, la di-
balmente considerada, es un arte de ér~fasis"~. visión de un todo en sus partes, de la que hablaremos más
El orador no debe, como el 16gic.0, enumerar todos los adelante como esquema argumentativo.
edabones de su razonamiento: puede dejar premisas so- En otra figura, la congéries, se comienza por enumerar
breentendidas que todo el mundo conoce; de donde viene las partes y se termina por una síntesis. He aquí un ejem-
la definición aristotélica del entimema como silogismo re- plo tomado de Vico: "Tus ojos están formados para la des-
tórico?. Sin embargo, es indudable que para crear la pre- vergüenza, fa cara para la audacia, la lengua para los
sencia, es útil insistir ampliamente sobre ciertos elementos perjurios, el vientre para la glotonería, los pies para la hui-
que no son dudosos: prolongando la atención que se les da, pues tú eres toda maldad"12.
otorga, se aumenta su presencia en la conciencia de sus De la misma manera en la sinonimia o metábob, se repi-
auditorese; s61o extendiéndose sobre un tema se crea la te la misma idea con ayuda de palabras diferentes, que pa-
emoción buscadalo. . recen rectificar el pensamiento en un sentido dado, td
Se ha recomendado, por los maestros de retórica para como en este pasaje del Cid de Corneille: "Ve, corre, vuela
este efecto, diversas técnicas. La insistencia puede resultar y ~énganos"'~.
de la repetición, de la acumulación de detalles, de la acen- Mientras que la repetición de una misma palabra expre-
tuación de ciertos pasajes; se tratará un tema primero de sa simplemente la insistencia, la metdbok refuerza esta in-
una manera sintética, luego por la enumeración de las par- sistencia acentuando tal o cual aspecto. Un efecto análogo,
tes. He aquí como Fléchier, en su -oraciónfinebre de Enri- puede ser obtenido por enúlage & tiempo, donde reempla-
que de la Tour d'Auvergne, vizconde de Turena, describe zando el futuro por el presente, se realiza un efecto de pre-
las reacciones provocadas por la muerte del mariscal: sencia marcado: "si tú hablas, estás muerto'!
Estos ejemplos de figuras retóricas, nos permiten insis-
iCuánt~Ssuspiros, cuántas quejas, cuántos elogias resue- tir sobre las relaciones de las figuras con la teoría de la ar-
nan en las ciudades, en el campo! El uno viendo crecer sus gumentación.
mieses, bendice la memoria de aquel que... El otro le desea Es normal, en efecto, y hemos llamado la atención so-
una eterna paz, a aquel que..Aquí se ofrece el sacrificio ado- bre este hecho en el prólogo, que uno se sirva de maneras
rable de Jesucristo, por el alma de aquel que...Aiiá se le cele- de hablar que están fuera de lo ordinario con el finde crear
bra una pompa fúnebre. Así todo el reino llora la muerte de la persuasión. Es así como la Hipotiposis es la figura que,
su defensor...l1 según la Retórica de Herennw, "expone las cosas de una
manera tal que el asunto parece desarrollarse y la cosa su-
7. C. R. Weaver, "Language is sermonic7en R. Johannsen, Contem- ceder frente a nuestros ojos"14.
porar- Theories ofRhctoric, N.Y., Hsrper and Row, 1970, pág. 173.
8. Aristóteles. Retórica,. L. 1... 1357a.
9. T A.. pág. i94. 12. Delle institwioni oratorie,pág. 81, citado en 'I:A., pág. 237.
10. Cf. Vico, Delle instituzwni oratorie, pág. 87. 9 13. T A., p.238.
11. T A,, págs. 195-196. 14. Retórica deHercnnio, L. IV, 5 68
30
64 EL IMPERIO R E T ~ R I C O Sekcción. 65
presencia y presmtucidn

Para que haya figura, es preciso.que uno se encuentre Concibiendo las figuras como ornamentos agregados a
frente a una manera de hablar que no es ordinaria y cuya la materia misma del discurso, se ha visto en la técnica re-
forma sea discernible por una estructura particular. Es así tórica un simple estilo florido y vacío, ridículo por exceso
como la repetición constituirá una figura en la medida en de ostentación.
que ella no es requerida por el hecho .de que nuestro in- Porque no existe una sola manera perfectamente ade-
terlocutor no nos ha entendido. La interrogación será una cuada de describir lo real, cualquiera otra no sería sino fd-
figura, cuando es puramente oratoria, pues el orador co- sificación o deformación,la separación que se hace entre la
noce la respuesta a la pregunta. De la misma manera, la materia y la forma del discurso no puede ser realizada de
prolepsis es una figura útil cuando el orador presenta obje- una manera tan simple como lo ha imaginado el pensa-
ciones a las cuales se apura a responder inmediatamente. miento clásico; lo que es una manera normal, usual, de ex-
. Una figura es argumentativa si su empleo, que conduce presarse y lo que no es sino efecto literario y ornamento
a un cambio de perspectiva, parece normal con relación a no puede, la mayor parte del tiempo, ser definido de una
la nueva situación así sugerida. Al contrario, si el discurso vez por todas. Si se considera como normal una manera de
'no logra la adhesión del auditor, la figura será percibida expresarse que pasa inadvertida, ésta no puede ser indica-
como ornamento, como a u r a de estilo que permanece da independientemente del contexto a la vez lingüístico y
ineficaz en tanto medio de persuasión. Es así como una cultural del discurso. Muchos enunciados parecen la sim-
metáfora admitida pasa.inadvertida y puede volverse un ple expresión de la realidad que se describe, pero se wel-
cliché. Al contrario, una concepción teórica, como la de la ven rebuscados, artificiales, cuando se les traduce a una
duración en Bergson, será rechazada por Sartre, porque él lengua extranjera.
la relega al rango de una 6gura de retórica15,entendiendo Puede suceder igualmente que el estilo neutro sea el re-
por esto una simple figura de estilo; sultado de una investigación retórica. Es el caso de Gide
Lo que es normal en cierto contexto, no lo es en otro: cuando se esfuerza por promover juicios de valor chocan-
los vestidos de fiesta, no-.se notan en las circunstancias tes que salen de lo ordínarío, gracias a una escritura sin
apropiadas. relieve, que no choca en nada al lector1'.
i /? Subrayemos, a propósito de esto, que el lenguaje ordi-
No hay, observa el pseudo-hngin, figura más excelente ' nario usual es, por la misma razón, que las ideas recibidas
que aquella que está completamente escondida, y cuando no y que los lugares comunes, manifestación del acuerdo de
se reconoce que es una figura. No hay recurso, ni medio más , una comunidad. El acuerdo sobre la manera de presentar
maravilioso para impedirle aparecer, que lo Sublime y lo Paté- ciertos hechos, por lo menos la ausencia de reticencia a
tico porque el arte así encerrado en medio de algo grande y este propósito, puede favorecer el acuerdo del auditorio so-
sorprendente, tiene todo lo que le falta y no es sospechoso de bre el fondo del problema. Veremos cuánto implica el sim-
ningún engaño''.

Alianza, Ed., citado.en LA., pág.


15. Cf.Sartre, El sera la-~ladn,- Nicolas bileau-Despréaux en las obras de éste, Amsterdam, 1729, ci-
230. tado e n 'I:A., pág. 231.
16. Longin, Traiti du sublime, cap. XV, p8g. 973, traducción de 17. Cf. 'I:A., pág 205.
66 EL I M P E R I O R E T ~ R I C O

ple uso del lenguaje en tomas de posición que pasarían in-


advertidas si uno se limitase en el análisis retórico s610 a
las figuras de estilo.
Signijhción
e interpretación de los datos

En un discurso todos los elementos de los que el orador


habla sólo pueden ser descritos por medio de un lenguaje
que debe ser comprendido por el auditorio; de tal manera
que los hechos evocados conllevan, además del dato, la
manera de interpretarlo y de describirlo. Esto no quiere
decir que nosotros adherimos a una ontología que separa
netamente los datos inmediatos e irreductibles de las cons-
trucciones teóricas elaboradas a partir de ellos. Los*traba-
jos de J. Piaget sobre la construcción del universo en el
niño, muestran claramente que lo que parece dado a un
adulto no es sino el resultado de una construcción realiza-
da durante los primeros años de vida..
La oposición entre lo dado y lo construido, desde el
punto de vista de la argumentación, es relativa; ella permi-
te separar los elementos sobre los cuales existe un acuerdo,
de los que resultan de una interpretación, que, hasta nueva
orden, es algo unívoco e indiscutido. Pero para este pro-
pósito, es preciso distinguir la escogencia entre interpre-
taciones del mismo nivel, las a menudo más incompatibles
-cuando se pregunta, por ejemplo: si es el tren e n el cual
uno se encuentra o el tren vecino el que acaba de ponerse
en movimiento-, y la escogencia del plano de generalidad,
según el cual se describirá el fenómeno. Una misma acción
podrá ser descrita como el hecho de apretar un tornillo, de
ensamblar un vehículo, de ganar su vida, de favorecer la
corriente de exportaciones1.Se puede describir el fenóme-
1. Cf. E. Gellner, "Maxims" en Mind, julio de 1951, pág. 393, cita-
do en 'I:A., pág. 162. 32
Signifiación 69
e intrrp~etacidnde los datos

no aislándolo de su contexto, se puede también ver en él tada después de la confrontación de los puntos de vista,
una causa o un efecto, un medio o un fin,un símbolo de un L
-
.
.. - pero no puede ser considerada como una cualidad previa a
conjunto más vasto, un jalón en determinada dirección. \esta confrontación.
Aun cuando estas diversas interpretaciones no son incom- Los problemas de interpretación y de significación se
patibles, el hecho de presentar una de ellas, deja a las otras presentan a propósito de los signos y de los índices. Se en-
en la sombra: no se puede ver pues, en ellas, la expresión tiende por signo un fenómeno susceptible de evocar lo que
simplemente objetiva de lo real. Observemos por otra par- designa, en la medida en que es utilizado en un acto de co-
te, que la interpretación no es sólo selección; ella puede ser municación con el fin de esta evocación. Los índices, al
tambiisn, creación de significación, inserción en u n con- contrario, remiten a otra cosa de manera, por así decirlo,
texto nuevo, en una teoría original. objetiva, independientemente de toda voluntad de comu-
. Durante todo el'tiempo que tardamos en darnos cuenta nicación3. Las marcas trazadas sobre los árboles para guiar
de la multiplicidad de interpretaciones posibles, que la que . a los paseantes e n el bosque, son signos; las huellas dejadas
se presenta parece imponerse sin rival, no hay incitación a , por un jabalí en la nieve, son índices. Los signos lingüísti-
disociar la parte de lo dado y la parte de lo construido: la cos no son los únicos que se conocen, pero su importancia
distinción aparece con ocasión de una controversia susci- es tal, que merecen un estudio especial.
tada por una divergencia en la interpretación. Una frase pronunciada para comunicar una informa-
A propósito de la. interpretación de un texto se puede ción, puede revelar, por el acento, el origen de quien la pro-
descubrir el mismo fenómeno. Un sentido parece dado nuncia. Ella será simultáneamente signo e índice.
cuando el texto parece claro, es decir, cuando de él sólo se Delante de las marcas dejadas sobre el suelo, se puede
ve una interpretación razonable. Pero lo que parece una preguntar si se trata de indices o de signos: los arúspices
cualidad del texto, puede resdtar de la ignorancia o de la han visto signos, es decir la expresión de la voluntad de los
falta de imaginación. Señalemos la observación de Locke, dioses, en un conjunto de fenómenos a los cuales nosotros
que corrobora este punto de vista. no les daríamos la menor significación.
Mientras que una falsa interpretación de un índice
l
Más de un hombre que, a primera vista, habia creído com- constituye un error, la interpretación errónea de un signo,
prender un pasaje de la Escritura o una cláusula del código, puede además, crear un malentendido, la incomprensión
ha perdido toda su comprensión, después de haber consulra- de un mensaje.
do comentaristas cuyas dilucidaciones han aumentado sus
dudas o las han creado y han sumergidoel texto en la oscuri-
,3 Durante sigios, bajo la influencia de los pensadores
racionalistas, que consideraban el lenguaje matemático co-
'
mo el modelo en el que debía inspirarse la lengua ordinaria
i dad'
Se ve netamente cómo la claridad de un texto es una
Y-

y especialmente la de los filósofos, hemos vivido bajo la


\ impresión de que los mensajes son claros en principio; las
propiedad relativa a los intérpretes y que puede ser consta- interpretaciones múltiples resultarían de una negligencia
2. Cf. J. Locke, Ensagos sobre el entendimiento humano,L. Irr. cap. l. , --
[v., $9, citado en ?:A, pág. 168. 3.Cf. I:A., pág. 164.
70 EL IMPERIO R E T ~ R I C O Signifiuidn 71
c interpretatión de los datos

de los autores o de la mala fe de los intérpretes. De allí, por especial cuando se trata de descifrar textos sagrados o tex-
otra parte, la mala reputación de los juristas y especial- tos jurídicos6.
mente de los abogados. Algunos teóricos contemporáneos, El pensamiento de Pascal: "Cuando la palabra de Dios,
tales como 1. A. Richards, han ido más lejos. Mientras que que es verdadera, es falsa literariamente, ella es verdadera
en la tradición clásica se distingue la letra del espíritu de espiritualmente"', agrega una condición suplementaria a
un texto, él no ve en la letra misma sino un espejismo que toda interpretación de un texto sagrado: es preciso que
se disuelve, por decirlo así, entre mdtiples interpretacio- pueda ser considerado verdadero por el intérprete. En una
nes; de tal manera que, para él, la retórica, técnica de la medida menor, desde que el autor goza de cierto crédito,
expresión, como para Jean Paullran, se define como el estu- uno se esfuerza por interpretar su texto de manera que
dio de un mal entendido y de las maneras de remediarloq. pueda considerarlo como verdadero, razonable, o, por lo
menos, sensato. Pero para llegar a esto será preciso, a ve-
.
Hoy se reconoce generalmente que las matemáticas y
todos los sistemas formalizados, constituyen una lengua ces, interpretar un mismo signo de dos maneras diferen- .
i
i
artificial sometida a numerosas restricciones para la elimi- tes: el célebre fragmento de Heráclito: "Descendemos y no
nación de toda ambigüedad: se trata de una excepción con descendemos dos veces en el mismo río", nos obliga -si no
respecto a las lenguas naturales más que de un modelo que se quiere imputar a su autor una incoherencia manifiesta-
debe seguirse en todas las circunstancias. En las lenguas a dar dos sentidos diferentes a la expresión: "el mismo
naturales, en efecto, la ambigüedad, la posibilidad de inter- río", esta identidad puede ser relativa ora a las riberas del
pretaciones múltiples, es la regla. Más particularmente, la río, ora a las gotas de agua que lo constituyen.
/ lengua de los ñiósofos difícilmente podría prescindir de De la misma manera, en la medida en que el artículo iv
metáforas, caracterizadas por su falta de claridad. Aún en del Código de Napoleón instituye para el juez la obligación
el límite, sería preciso renunciar a la idea de que las expre- de juzgar: ("el juez que rehúse juzgar so pretexto del silen-
siones tienen un sentido propio: éste no sería sino una cio, de la oscuridad, o de la insuficiencia de la ley, podrá
metáfora, que se ha vuelto usual en el lenguajes. ser perseguido como culpable de denegación de justicia"),
Puesto que las palabras solas no pueden garantizar una éste -debiendo decir el derecho, aun cuando se trate de ca-
, comprensión sin falla del mensaje, es preciso buscar fuera
de la palabra, en la frase, en el contexto verbal o no, en lo
sos no previstos por el legislador- tendrá que interpretar
los textos de tal manera que su interpretación permita zan-
que se sabe del orador o de su auditorio, los suplementos jar el litigio judicial, aun si la interpretación usual no da
de información que permiten reducir el malentendido, solución.
comprender el mensaje de una manera conforme a la vo- Se ve por los ejemplos anteriores, que si la eliminación
luntad de aquel que lo emite. A veces, por otra parte, la in- de toda ambigüedad se impone a las lenguas artificiales
terpretación deberh tener en cuenta otras exigencias, en que utilizan los lógicos y los matemáticos, el uso y la inter-
pretación de comunicaciones redactadas en una lengua

4. Cf. 1. A. Uichards, ThePhilosoph~ bfRhetori~,Oxford niv ver^ 6. Cf. Ch. Perelman, "Perspectives rhétoriques sur les problkmes
Press, 1936, pág. 3. sémantiques" en Logiquc et Anal~se,1974, pág. 241-252.
5. Cf. P. Riicoeur, La m'thaphore vive, págs. 177-184. 7. Pascal, Pensées, 555;op. cit., pág. 1003, cf. T A., págs. 166-168.
34
4.5
S~nif"ación 73
e U l f e r p r e f ~ ' óde
n los datos

natural, pueden estar subordinadas a otros imperativos Sin embargo, Gide no ha dudado en utilizar esta técnica
que hacen de la exigencia de univocidad una condición su- de asimilación, algunas páginas más adelante:
bordinada. Algunos usos del lenguaje, tal como su utili-
zación poética, suponen incluso que uno se separe del Se puede amar o no comprender la Biblia, amar o no com-
sentido usual y donde la distancia con relación a este ulti- prender las Mil y Una Noches pero si ustedes lo permiten, yo
mo da a la expresión el valor afectivo buscados. dividiré el conjunto de los pensadores en dos clases, (a causa
Pero ya el uso normal del lenguaje ofrece posibilidades de dos formas inconciliables de espíritu): aquellos que delan-
de escogencia múltiples: el juego de dicaciones, de cate- te de estos dos libros se conmueven, y aquellos que delante de
gorías gramaticales, de modalidades en la expresión del estos libros permanecen y permanecerán cerrados".
pensamiento, de los lazos que se establecen entre proposi-
ciones, permiten jerarquizar los elementos del discurso, y Cuando una realidad presenta simultáneamente dos
acentuar tal o.cual de sus aspectos. aspectos, se puede mostrar la preeminencia de uno -de
Una descripción que parece neutra, devela lo que tiene elios, calificándolo por medio de un sustantivo, y al otro
de parcial, cuando se le puede oponer una descripción mencionándolo por medio de un adjetivo. Hay una gran
diferente, cuyo carácter selectivo se marca por el uso del diferencia entre la descripción de un hombre como "alma
epíteto, de una cualidad que se escoge para resaltar. Aris- encarnada" y su descripción como "cuerpo animado".
tóteles ya había llamado nuestra atención sobre esto: es así La misma idea puede formularse de manera afirmativa
como Omste es dificado, ora de "asesino de su madre", o negativa; en este último caso se presenta como la refuta-
ora de "vengador de -su padre'1g. Cada epíteto es exacto, ción de una afirmación de otro, pero que tiene la consis-
pero no expresa sino un aspecto de la realidad. tencia suficiente como para que nos demos el trabajo de
Estas calificaciones presuponen clasificaciones previas, refutarla; por otra parte, puede, bajo apariencias inocentes,
pues gracias a ellas se introducen los elementos descritos insinuar que lo que se niega, no carece, sin embargo, de
en las categoiias preconstituidas; pero se pueden construir fundamento. Al repetir regularmente, durante su campaña
clases, gracias a las conjunciones: 8, o, ni. Asociando un electoral para el puesto de gobernador de California, que
elemento a otro, se les aproxima o se tiende a ponerles en su.adversario (el gobernador en función Brown), no era
un pie de igualdad. Este juicio por asociación provoca la comunista, Nixon expandía, por este mismo hecho, el ru-
indignaci6n de André Gide: mor al cual parecía oponerse.
Al subordinar y aún al coordinar una proposición con
...Indignaos simplemente ai escuchar decir "Stirner y otra, se las jerarquiza, por lo mismo, en el espíritu de los
Nietzsche", como Nieizsche mismo se indigna al escuchar auditores. Expresiones tales como: "sino", "con excepción
decir: "Goethe~S~hiiier"'~. de", minimizan el hecho que introducen. Este pasaje mar-
ca la benevolencia de Julianoel Apóstata con relación a los
8. Cf. Jean Cohen, ShUCture de kngnge poétique, París, Flam- judíos:
marion, 1966,págs. 44,51,114,117,182.
9.Aristóteles, Retórica, L. i~i,1405b.
10. A. Gide, Prétextts, París, Mercure de France, 1947, pág. 135. 11.Ibid., pág. 175, cf. T A . ,págs. 172-173.

35
74 EL IMPERIO RETÓRICO

Ellos están de acuerdo con los gentiles, con excepción de C A P ~ T U L OVI . . .


la creencia en un solo Dios. Eso les es especial y nos es extra-
ño, todo lo demás nos es común'2.
Las técnicas argumentativas
Lo que es co@n es la regla, la excepción es de débil
importancia. /
De la misma manera, los gramáticas y los estilistas han
llamado la atención sobre la importancia de la escogencia
del tiempo, de las modalidades del discurso, del uso argu- Existe una tendencia entre los lógicos formalistas a redu-
mentativo de los pronombres, de los artículos y del demos- cir todo razonamiento deductivo a una demostración, que
trativo. Remito para esto al Tratada de la argumentación, será correcta, si las operaciones son conformes a un esque-
donde estos problemas han sido examinados más en deta- ma preestablecido, e incorrectas en el caso contrario. Toda
lle=. demostración que se efectúa en el seno de un sistema en el
*
cual se prueba o presupone su coherencia, y cuyos axiomas
son presumiblemente verdaderos, la verdad demostrada de
la conclusión, o por lo menos su probabilidad calculable, se
impone sin discusión
No puede suceder esto cuando se trata de una argumen-
tación, y esto por las razones indicadas en los capítulos
precedentes.
Como la argumentaci6n se refiere a tesis a las cuales
auditorios variados adhieren con una intensidad variable,
el status de los elementos que intervienen en una argu-
1 mentación no pueden ser fijos, como sucede en un sistema
: formal: en efecto, este status es función de la adhesión
: efectiva o presunta del auditorio. Hemos visto que no sólo
J
los hechos y las verdades pueden ser discutidos, sino que
aun la determinación de lo que es dado, no es más que la
resultante de una discusión eventual en lo que se refiere a
SU interpretación, y más particularmente en b que se refie-
re al sentido y alcances de los términos utilizados en la
descripción de lo dado. En la medida en que un mismo
dato puede ser calificado de manera variable, insertándolo
12.Cf.T A., pág. 212. en categorias sobre las cuales el acuerdo no está estableci-
13. Iúd,939,"Les modalitt?dans l'eqression de la pensée", pdg.
207-220.
76 EL I M P E R I O ~ ~ ~ 6 ~ 1 6 0

' Si se trata de un nexo entre elementos separados de una


do por anticipado, un enunciado que lo utiliza resulta de
una escogencia que no puede ser más que discutida. unidad ya dada, será determinado por las expresiones uti-
Contrario a lo que sucede en la demostración, que se lizadas por el orador, Esto no significa que este último no
desarrolla en un sistema bien definido, la argumentación pueda dudar sobre la manera de organizar estos elemen-
parte de un corpils con frecuencia mal definido, y las tesis to;. Es así como Bossuet había pensado primero escribir e]
sobre las cuales se basa pueden ser parcialmente sobreen- fin infeliz del pecador, como una consecuencia de su mala
/
tendidas o implícitas. Mientras que en una demostración, vida; luego, después de reflexionar, concibió la vida y la
la conclusión puede ser deducida de las premisas de mane- muerte como una unidad innegable:
ra constrictiva, los argumentos que se presentan en apoyo
de una tesis no la implican de manera necesaria: son más o La muerte no tiene un ser distinto +e la separe.de la
menos fuertes, como por otra parte, los argumentos que se vida, sino que es la vida que-seacaba1.
pueden presentar en favor de la tesis opuesta. Se adherirá
a una u otra de las tesis en competencia, en función de una Examinaremos en los capítulos siguientes tres tipos de
apreciación tanto de los argumentos presentados en pro y lazos, de nexos: los argumentos cuasilógicos,los argumen- ~-
.. .
en contra, como del valor de la solución que ofrecen a los tos fundados sobre la estructura de lo real y aquellos que y.

problemas en discusión. fundan esta estructura2.


En su elaboración más completa, la argumentación for- Los argumentos cuasilógicos son aquellos que se com-
ma un discurso donde los puntos de acuerdo sobre los cua- prenden aproximándolos al pensamiento formal de natu-
les uno se apoya, tanto como los argumentos presentados, raieia lógica o matemática. Pero un argumento cuasilógico
pueden dirigirse simultánea o sucesivamente a auditorios difiere de'una deducción formal, por el hecho de que él
diversos. Estos argumentos no sólo interachían los unos presupone siempre una adhesión a tesis de naturaleza no
con los otros, sino que los auditores pueden, además, to- formal, que son las Únicas que permiten la aplicación del
mar estos mismos argumentos y la relación de estos con el argumento.
orador, como objeto de una nueva argumentación. Tomemos el argumento por división donde se saca una
, Habrá, pues, que analizar el discurso en su conjunto,
sobre todo cuando se trata de la amplitud de la argumenta-
conclusión sobre el todo después de haber razonado sobre
cada una de las partes. Es así como se trata de mostrar que
ción, así como del orden de los argumentos. Pero antes de el acusado, no habiendo obrado ni por celos, ni por odio, ni
pasar a este estudio sintético, analizaremos los diferentes por ambición, no tiene ningún motivo para matar.
tipos de argumentos en su especificidad. Este razonamiento recuerda la división de una superfi-
' cie en partes; lo que no se encuentra en ninguna de las par-
Los argumentos se presentan, ya bajo la forma de un
nexo que permite transferir a la conclusión la adhesión tes, tampoco se encuentra en el espacio subdividido.
acordada a las premisas, ya bajo la forma de una disocia-
ción que trata de separar elementos que, el lenguaje o una -
tradición reconocida, han ligado previamente uno a otro. 1. Bossuet, Scnnons, vol. 11, "Sur i'impénitence finale", Paris,
Garnier, pág. 222, cf. LA.,págs. 256-257.
2. Cf. II:A,, pág. 257-258.

37
i

Pero para que el argumento sea aceptable, es preciso que se realizan allí tienen una relación admirable; es a causa
que la enumeración de las partes haya sido exhaustiva, de esta relación admirable entre el altar y el púlpito que algu-
como lo observa Quintiliano: nos doctores antiguos no han temido predicar a los fieleqque
deben acercarse a uno y a otro con una veneración semejan-
...Si en los puntos enumerados omitimos una sola hipóte- te.. .No es menos culpable aquel que escucha con negligencia
sis, todo el edificio se cae y nos prestamos a burlas3. h palabra santa, que aquel que deja caer por su falta el cuer-
po mismo del Hijo de Dios4.
Este argumento necesita una estructura -por decirlo
así- especializada de lo real, del que serían excluidas las Gracias a la solidaridad así establecida entre el altar y el
intersecciones, las interaccionesy la fluidez que caracteri- púlpito, podrá exigir a los fieles que testimonien el mismo
za las situaciones concretas. Para utilizar este tipo de argu- respeto al púlpito y al altar, la solidaridad existente entre
mentos es preciso reducir la realidad a un esquema de tipo ellos favorece esta transferencia de actitud.
lógico o matemático, sobre el cual se razona, trasponiendo,
sin embargo, la conclusión sobre la realidad concreta.
Los argumentos que fundan la estructura de lo real son
aquellos que a partir de un caso particular conocido, per-
'

'
- , \

1
Los argumentos fundados sobre la estructura de lo real rniten establecer un precedente, un modelo o una regla ge- ,
( j \ se basan sobre los lazos que existen entre los elementos de neral, tales como los razonamientos por el modelo o por el ,
,'lo real. ejemplo.
Es en esta misma categoría en la que examinaremos di-
La creencia en la existencia de tales estructuras objeti-
vas, puede versar sobre realidades variadas, relaciones de versos tipos de argumentos por analogía que sirven, ora
causalidad, de las esencias de las cuales ciertos fenómenos para estructurar una realidad desconocida, ora para tomar
no serían sino su manifestación; lo que interesa es la exis- posición con relación a ella; será examinado el uso de las
tencia de acuerdos, con relación a ellas, que no se discuten metáforas, no en la perspectiva de la poética, sino en la de
y a partir de los cuales el orador desarrollará su argumen- la retórica, mostrando en qué medida ellas orientan el pen-
tación. samiento.
He aquí la manera como Bossuet saca partido de una La técnica argumentativa que recurre a las disociaciones
estructura de lo real, conforme a la tradición cristiana y no ha llamado casi la atención de los teóricos de la retórica
sobre la cual él llama la atención de los fieles, para acrecen- antigua. Sin embargo, es fundamental en toda reflexión
tar el respeto debido a las palabras de los predicadores: que, buscando resolver una dificultad que le presenta el
pensamiento común, se ve obligada a disociar los elemen-
EI templo de Dios, cristianos, tiene dos lugares augustos y tos de lo real los unos de los otros para llegar a una nueva
venerables, quiero decir el altar y el púlpito; hay una muy es- organización de lo dado. Al disociar entre los elementos
trecha alianza entre estos dos lugares sagrados, y las obras calificados de la misma manera, lo real de lo aparente, esta-

3. Quintiiiano, Institution oratoire, vol. u, 1, v, cap. x, $67, cf. T A . , 4. Bossuet, Smnons, vol. 11, "Sur la parole de Dieu", págs. 143-145,
pág. 316. citado en 1
' :A., pág. 316.
mos en vía de elaboración de u n real Glosófico, opuesto a lo
real del sentido comúns.
Precisamente porque las disociaciones son centrales en
todo pensamiento filosófico original, es por lo que las pare- Los argumerttos cuasilógicos
jas creadas por estas técnicas serán llamadas filosóficas,
opuestas a las parejas antitéticas, tales como el bien y el
mal, y a las parejas clasificatorias, tales como "animales-
vegetales" o "norte-sur".
Terminaternos el análisis con el estudio del discurso e n ClasifiCaremos los argumentos- cuasilógicos emparentán-
su conjunto y con el examen de los problemas que plantea dolos cada vez con razonamientos formales, con los cuales
la amplitud, la fuerza y el orden de los argumentos. tienen algún parecido, pero siempre subrayando, en un
segundo momento, que todo lo que los distingue da lugar
a controversia y los hace, por este mismo hecho, no cons-
'trictivos. Para transformar una argumentación en una de-
mostración constrictiva, será necesario precisar todos los
términos utilizados, eliminar toda ambigüedad, quitar al
razonamiento toda posibilidad de interpretaciones múlti-
ples. Mientras que a cualquier espíritu no prevenido, le
llama la atención la apariencia lógica de estos argumentos,
lo que salta a los ojos de los especialistas de la lógica formal
es todo lo que los diferencia de la deducción rigurosa.
Esta falta de rigor y de precisión del argumento cuasiló-
gico podrá parecer un error lógico, pero esta acusación no
es pertinente sino cuando pretende proceder por vía de-
mostrativa. Las razones que el orador desarrolla en favor
de una tesis son de una naturaleza diferente: no se trata de
demostración correcta o incorrecta, sino de argumentos
más o menos fuertes que se pueden reforzar, cuando es el
caso, con la ayuda de argumentos de otro tipo.
Observemos de pasada, que en la antigüedad -cuando el
pensamiento científico de vuelo matemático estaba menos
desarrollado-, el recurso a argumentos cuasilógicosera más
frecuente. Hoy la primera reacción con relación a ellos es
la de subrayar su debilidad, por su puesta en relación in-
5.Cf.Ch. PereIman, "Le rdel commun et le réel philosophique",en mediata con estructuras formales.
Le c h m p & l'arpmcntatbn.
Los argumentas 83
cuasiliigicos

1. Contradicción e incompatibilidad El primer ejemplo de incompatibilidades el del maestro


1
que enseña a los niños que es preciso obedecer a sus pa-
En el seno de un sistema formal la aseveración de una dres y que no hay que mentir. Pero, ¿qué hacer cuando el
proposición y de su negación, es decir, de una contradic- padre ordena mentir, o cuando el padre y la madre dan ór-
c i h , hace que el sistema sea incoherente y por consiguien- denes inconciliables?
te, no utilizable. En este caso es preciso modificar el El segundo ejemplo será el de la persona que pretende
sistema, eliminar la posibilidad de afirmar simultánea- no matar jamás a un ser vivo y a quien se le muestra que
mente b verdadero y lo falso: es preciso escoger o lo uno o curando un absceso purulento tendrá que matar una gran
lo otro. cantidad de microbios.
Pero esta no es la solución que se impone ante una con- Se ve que la incompatibilidad obliga a escoger; a indicar
tradicción afirmada en el lenguaje ordinario. Hemos visto la regla que uno seguid en caso de conflicto, a abandonar
que frente al fnigrnento bien conocido de Heráclito: "des- la otra o a restringir su alcance.
cendemos y no descendemos dos veces en el mismo río", Es ridículo aquel que, sin darse cuenta, ilega a una in-
nuestra reacción es la de no ver él sino una contradicción compatibilidad; la risa sanciona su enceguecimientol. El
aparente: resolvemos la contradicción, interpretando de ridículo es un instrumento poderoso en la controversia y
dos maneras diferentes la expresión "el mismo río", de tal Sócrates no duda en utilizarlo a menudo en su dialéctica.
manera que la afinnación sea verdadera para la primera Será igualmente ridículo aquel que obligado a admitir una
interpretación y la negación para la segunda. incompatibilidad por su comportamiento, parece sustraer-
La contradicci6n conduce al absurdo cuando no hay se a la escogencia o a1 arreglo por compromiso2.
ningún medio de escapar por un distingue a causa de la El temor al ridículo y a la desconsideración que conlle-
univocidad impuesta a los signos utilizados. Pero no suce- va, es un medio eficaz de argumehtación y de educación;
de lo mismo en el caso de expresiones formuladas en una quien desea salvaguardar la estima de los otros, tratará de
' evitarlo a todo precio. Un hombre sabio jamás lanzará a la
lengua natural. Estas expresiones a lo más pueden ser con-
sideradas unívocas o presumiblemente unívocas, pero esta ligera una proposición errónea, pues corre el riesgo del ri-
,presunciónse borrará delante de la que prime, a saber, que dículo, incluso quien cambia de opinión, será ridículo si es
quien nos habla no nos diga cosas evidentemente absurdas. incapaz de justificar un cambio de actitud.
"
Es por esto por lo cual jamás nos encontraremos en la Observemos, sin embargo, que se puede desafiar el ri-
argumentación delante de una contradicción, sino más dículo, poniendo su autoridad en la balanza. La salida de
bien delante de una incompatibilidad, cuando una regla este conflicto es incierta. Para Isócrates el prestigio del jefe
afirmada, una tesis sostenida, una actitud adoptada, con- se mide por su capacidad de imponer reglas que parecen
lleva -sin que uno lo quiera- un conflicto en un caso dado, ridículas y por obtener, no obstante, la sumisión de sus su-
: sea con una tesis o una regla afirmada anteriormente, sea
con una tesis admitida generalmentey a la cual uno, como
todos los demás miembros del grupo, presumiblemente ad- 1. Cf."El papel de lo ridículo"en Il: A., 59.
hiere. 2. L. Olbrechts-Tyteca,Le cornique du discours, éd. de 1'Uniwrsité
de BruxeUes, 1974,pág160.
40
Los argumnitozi 85
cuasiióghs

bordinados3. Para osar oponerse a los hechos y a la razón la neutralidad entre mujeres que nos son igualmente ami-
parece necesario. un prestigio divino: por el credo quia gas, aunque eUas hayan roto por intereses en los cuales nada
absurdum, Tertuliano expresa el carácter sobrenatural de tenemos que ver, es un asunto dificil, a menudo: es preciso
su fe. escoger entre ellas o perderlas a las dos4.
Normalmente las incompatibilidades se presentan para
'

ser resueltas, pero la solución no está dada a prior&el dere- Dos grupos, tales como la iglesia católica y el partido
cho internacional privado ha sido elaborado completamen- comunista pueden decidir, ora que la pertenencia a uno de
te para resolver los conflictos de leyes ocasionados por la elios es incompatible con la pertenencia al otro, ora admi-
intervención en un sistema de derecho de leyes extranjeras tir la compatibilidad; puede incluso suceder que los diri-
al sistema, pero al cual éste impone la aplicación. gentes de estos grupos tengan con relación a este tema
El parágrafo 3 del artículo 3 O del Código Napoleónico, actitudes opuestas.
dice: "las leyes referentes al Estado y la capacidad de las Según la manera como se presentan las reglas, las situa-
personas rigen a losfianceses, aún si residen en el exü-anje- ciones descritas pueden parecer compatibles o incompati-
ro'! La jurisprudencia ha deducido, por simetría, que el bles. Cuando de dos reglas que se excluyen, una es de
Estado y la capacidad de los extranjeros en Francia están aplicación siempre, el conflicto es inevitable, pero se volve-
regidos por su ley nacional. Pero, ¿qué hacer cuando se tra- rán compatibles gracias a una división en el tiempo, en el
ta de un divorcio de dos personas casadas de nacionalidad espacio o en cuanto al objeto que permite evitar el conflic-
diferente y que la ley nacional de uno de los esposos auto- to, "Dos afirmaciones de una misma persona en momen-
riza el divorcio, mientras que la otra lo prohibe? La incom- tos diferentes de su vida, pueden ser presentadas como
patibilidad resulta de la aplicación simultánea, -prescrita incompatibles, si todos los enunciados de esta persona se
por la ley, de dos sistemas, que si hubiesen permanecido tratan como un solo sistema; si se tratanlos diversos perío-
exteriores uno- a otro, no plantearian ninguna dificultad dos de su vida como no siendo solidarios los unos con
par ticdar. otros, la incompatibilidad de~aparece"~. Lo mismo sucede-
- El confiicto puede resultar de una decisión humana. El rá en el caso de enunciados de los diversos miembros de
jefe del gobierno que decide plantear un voto de confianza, un grupo, si son considerados o no como siendo represen-
afirma que hay incompatibilidad entre el rechazo de su tativos de éste.
proposición y su continuación en el poder. Aunque resulta Entre los innumerables casos de incompatibilidad, hay
de una decisión, una vez que ésta parece irrevocable, los algunos que no resultan del hecho de que dos reglas dife-
terceros deberán tener en cuenta esta incompatibilidad / rentes se oponen, sino de que la afirmación de una regla es
como.si se tratara de un fenómeno natural. / incompatiblecon las condiciones o las consecuencias de su
Se puede aplicar a Estados en guerra lo que La BruyBre k aseveración o de su aplicación. Se puede calificar a esta in-
dijo de las mujeres que se detestan:

4. La Bruykre, Oeuvres, Pléiade, Caract?res, "Des femmes", pág.


142.
3. Isócrates, Dircours, t. r, París, 1928, Busiris, $26, T A., pág. 281. ' 5. T A., pág. 271.
86 EL IMPERIO R E T ~ R I C O Los argumentos 87
cunrildgicos

compatibilidad de autofagiu. La retorsion, es el argumento sición tiene un sentido y; en el caso afirmativo, si es analí-
que ataca la regla produciendo una autofagia evidente6. tica o fundada sobre la experiencia.
He aquí u n ejemplo cómico de aplicación de la retor- Otra forma de autofagia es aquella.que opone una afir-
sión, que hará comprender el mecanismo de esta forma de mación a las condiciones o a las consecuencias de.su apli-
razonamiento. En el momento en que, en un teatro de pro- cación. He aquí un mensaje dejado por un abogado a su
vincia, el público se alistaba a cantar la Matsellesa, un poli- doméstico: "He ido al restaurante E2 Elefante, donde usted
cía sube a la escena para anunciar que está prohibido todo puede encontrarme, pero si usted no sabe leer, lleve esta
lo que no figura en el cartel. "¿Yusted -interrumpe uno de nota al librero de la esquina quien la leerá para usted"g.
los espectadores-, usted está en el cartel?"'. A Epicuro que.recomienda al sabio no tener hijos y no
Este ejemplo muestra, a la vez, un caso de aplicación de reconocerlos si vienen al mundo, Epicteto responde iróni-
la autofagia y la manera de escapar a la retorsión, pues bas- camente:
taría hacer excepción con los representantes del orden pú-
blico, para que puedan incumplir en caso de necesidad el Creo que; aun si tu padre y tu madre hubiesen adivinado
reglamento. La estructura de la autofagia, puesta clara- que fueses a hablar así, no te habrían abandonado*.
mente en evidencia con este ejemplo c5mico8, se encuen-
tra cada vez .que uno recurre a la retorsión. La observación de Epicteto busca ridiculizar a Epicuro,
Aristóteles mostró que quien objeta el principio de no pues si sus padres hubiesen seguido sus consejos, no lo ha-
cantradicción, puede ser refutado.por retorsión, pues lo brían engendrado, o lo habrían abandonado, si hubiesen
presupone si al afirmar lo verdadero, pretende que lo de su sido sabios epicúreos.
adversario es falso: su acción implica lo que sus palabras Vemos claramente con estos ejemplos que la autofagia
niegan. El argumento no es puramente formal; pues es pre- Y no conduce al absurdo, pero que pone en ridículo a aquel
ciso poner en evidencia la incompatibilidad, formular lo que la padece. -,
que el rechazo del principio de no contradicción presupo- / Como la incompatibilidad, contrario a la contradicción
ne:Ahora bien, esta formulación podría ser el objeto de formal, no es universal y no se produce sino en una situa-
controversia. ción dada, una manera de escapar a ella consiste en exami-
. Otra situación que conduce a la autofagia es aquella en nar por anticipado todas las situaciones que podrían dar
donde se trata de aplicar la regla a sí misma, pero sin lo- nacimiento a ella. Es la actitud Zb~ica,la del jurista o la del 1'
grarlo: es lo que le sucede a los positivistas que afirman talmudista que imagina las situaciones más variadas que
que toda proposición que tiene un sentido es analítica o de podrían causar dificultades, tratando de resolverlas a priori.
naturaleza empírica; se les podría preguntar si esta propo- Una discusión entre talmudistas se refería a la regla
según la cual una paloma que se encontraba a menos de

6. Cf. C. Isaye, "La justification critique par rétorsion", h u e


philosophique de Louvain, 1954, págs. 205-233. 9. Cf.Bid.,pág. 172.
7. LA., págs. 274275. 10. Epicteto, Entretierzs, 1, xxitr, 910, en "Les Stoiciem", Pléiide,
8. Cf.L. OIbrechts-Tyteca,Le comiqwdu discours, págs. 169-173. pág. 860.
42
88 E L IMPERIO R E T ~ R I C O Los argumentos 89
cunqilógicos

cierta distancia -digamos 50 metros- del palomar, pre- t


Se evita que la situación que origina el problema no se
sumiblemente pertenece al propietario; mhs allá de esta produzca o si se produce se finge no verla, recurriendo al
distancia a quien la encontró. Un rabino impertinente se silencio, a la ficción y aun a la mentira,.
levantó para preguntar: "¿Qué hacer cuando una de las pa- Es una regla en el Japón la de no recibir visitantes sino
tas de la paloma se encuentra a menos y la otra a más de 50 en traje decente; quien sorprende en traje de trabajo a la
metros?" El talmud señala que no se le dio respuesta, sim- persona que le hace visita, fingirá no verla y no la saludará
plemente lo echaron de la Academia. (Baba Batra 236). sino en el momento en que habrá cambiado su vestido. La
La actitud de la Academia nos muestra que hay casos enfermedad diplomática es una de las técnicas que permite
que uno rehúsa tenerlos en consideración para no tener retardar una escogencia desagradable, un sacrificio dolo-
que zanjar desde antes situaciones marginales, cuya solu- roso, pero eso a precio de una mentira. Como lo dice
ción podna depender del contexto. Es la actitud práctica, Jankélévitch, comparandola mentira con la limosna: "la li-
la del hombre que rehúsa decidir y resolver por anticipado mosna, como la mentira, aplaza el problema sin resolverlo;
todos los problemas que podrían plantearse. Los jueces . aplaza la dificultad haciéndola más pesada"12.
prudentes cuando tienen que decidir en un caso delicado, Es por esto por lo cual, si se quiere resolver una incom-
se esfuerzan por limitar el alcance de la regia que les ha patibilidad y no aplazarla, se deberá sacrificar una de las
permitido motivar el juicio, por-mor a crear un prece- dos reglas en conflicto, o por lo menos arreglarla, y esto
dente y maniatar al juez futuro que tendrá que examinar operando una disociación de las nociones. Tendremos la
una especie un poco diferente. ocasión de extendemos más ampliamente sobre esta técni-
Quien no quiere sacrificar una regla o resolver una in- ca de razonamiento propia de la argumentación.
compatibilidad planteada en un momento inoportuno, se
'
las arreglará para que la situación delicada no se produzca, 2. Iden tidad, definición, analitiddadg tautología
para que no tenga que resolver la incompatibilidad: ésta es /
/"
:.
la actitud diplomática. . Una identidad puramente formal se presenta como una
Saint Simon; citado por Proust, describe ampiiamente evidencia, o se establece convencionalmente, pero en todo
los subterfugiosa los cuales la nobleza debía recurrir para caso escapa a la controversia y, por consiguiente, a la argu-
no tener que zanjar determinados problemas de primacía: mentaci6n. No es el caso de las identificacionesque encon-
x.., tramos en el discurso ordinario.
. En ciertos casos, ante la imposibilidad de llegar a un en- '-,
- X
Éstas buscan ya una identidad completa, ya unaidenti-
tendimiento,se prefiere convenir que el hijo de Luis xiv no ,.---.,_
dad parcial de los elementos confrontados.
ecibid en su casa a tal soberano extranjero, sino fuera de la La identificación de dos expresiones puede resultar de
casa, al aire libre, para que no se diga que al entrar en el casti- la definición o del análisis.
lio el uno ha precedido al otro". Cuando, gracias a una definición, se pretende identifi-
car el definiens con el definiendum, se trata de un uso
11. M.Proust, A la rechtfchedu temps p m i y Pléiade, vol. 2, Le c6te
de Gucnnantes, ir, pág. 436. 12. V.Jankélévitch, Traitédcs vertus, París, Bordas, 1949, pág. 435.

43
90 EL IMPERIO RBTÓRICO

argumentativo cuasilógico de la identidad. En efecto, a atribuido al dejnkndurn: se concibe que tal transferencia,
menos que se insista especialmente sobre el hecho de que que precisa a qué hay que atribuir el valor, no puede ser
el definiens no da sino una aproximación, las definiciones objeto de una decisión arbitraria, pues resolvería por vía
buscan tratar al tkrmino deiinido y la expresión que lo de- de autoridad una controversia sobre los valoresb4.
h e como intercambiables. Es la r a d n por la cual en fdosofía, la definicidn de un
?
I Se pueden distinguir cuatro especies de definiciones en valor controvertido debe justificarse por medio de una ar-
;la lengua natural: la definición normativa, que prescribe el gumentación, pues admitir la definición es reconocer el ar-
uso de un término; la definición descriptiva, que nos cons- gumento cuasilógico, mediante el cual el definiendum y el
nd tata su.uso normal; la definición de condensación, que in- definiens se consideran intercambiables. Al definir una.no-
.-.
;, dica los elementosesenciales de la definición descriptiva; y ción que tiene uso habitual en el lenguaje, se identifica, por

' '!,' finalmente, la definición compleja, que combina, de mane-


ra variable, elementos de las definiciones precedentes13.
Las lógicas tienen una tendencia a considerar las deh-
niciones como arbitrarias, aunque eso sólo vale para un
medio de la definición, la definición propuesta con el senti-
do habitual de la noción, lo que no puede ser,objetode una
decisión arbitraria.
; Cada vez que una noción se pueda definir de más de

sistema formal, donde los signos presumiblemente no tie- una manera, se trata de realizar una escogencia que no po-
nen sino el sentido.quese les atribuye convencionalmente, drá admitirse sin discusión -sólo si carece de efecto para el
pero esto jamás es así en una lengua natural, a menos que razonamiento-. Por el'contrario, si una definición orienta
se trate de términos técnicos que se introducen en el len- el razonamiento, debe ser justificada. Una definición legal
guaje con el sentido que se les impone. Si la palabra no se puede imponer si no se dispone de la autoridad del
preexiste, ella es solidaria en el lenguaje con las clasifica- legislador.
ciones previas, con los juicios de valor que le dan por anti- En la medida en que un juicio analítico es el que resulta
cipado una coloración afectiva; positiva o negativa, de tal ,' de convencioneslingüísticas, se ve inmediatamenteque se
manera que la definición de un término no puede ser con- podrá asimilar con él toda equivalencia fundada sobre una
siderada mas como arbitraria. Por otra parte, si éste fuera definición. La afirmación de que toda ley lógica es analíti-
i el caso, no se comprendería que se discuta frecuentemente ca, idea central en el neopositivismo moderno, resulta de
sobre el sentido de las palabras como en los diálogos plató- l a identificación de la lógica con un lenguaje convencional
nicos. Si se pretende presentar una definición descriptiva, que es determinadopor los axiomas del sistema y las reglas
ésta puede ser sometida a la prueba de la experiencia, con de deducción admitidas. Una reflexión sobre el status de la
cualquiera de sus usos. Si se trata, al contrario, de una defi- lógica, se interrogará sobre lo bien fundado de la i d e n a -
nición normativa de una palabra, tal como "justiciayyo cación de la lógica con un lenguaje y sobre los presupues-
"democracia", que designan una noción valorizada, gra- tos ñiosóficos de tal identiñcación. ¿Resulta ésta de una
cias a la definición, se transfiere sobre el dejniens el valor definición arbitraria? En caso contrario, se podrán reto-

-
13. Cf. A. Naess, Intcrpretation and Preciseness, Oslo, 1935, aip. rv 14. Cf. Ch. Perelman, "De la Justhe" en Jusrice cr raison, op. cit.,
?: A., pág. 283. págs. 10-11.
Los argumentos 93
cunsi[6gicos

mar, a propósito de la idea de analiticidad, las observacio- cia en el momento en que se pronuncia la frase, mientras
nes anteriores, en lo que se refiere a la definición. que para Strawson, en estas condiciones,la proposici6n no
Se ha dado el nombre de filosofía analítica al movimien- es falsa sino que carece de aplicación ('"I'he question does
to filosófico propagado por la Escuela de Odord, según el not arise")". De la misma manera, el anáiisis direccional
cual la tarea de los filósofos consiste en un análisislingüís- se sirve de una argumentación cuasilógica para reducir
tico. El profesor John Wisdom distingue en este campo el una expresión compleja.a sus Úitimos elementos ontoló-
análisis material, el ari&;Cis formal y el análisis filosóficoi5. gicos, de los que el orador se si- seguro, considerando
El análisis material se limitará a explicar uno u otro de los como despreciables todos los aspectos por los cuales el
términos utilizados: "A es hijo de B", significa que "A es enunciado podría diferir de los elementos Últimos a los
hijo o hija de B". El análisis formal pondrá en evidencia la cuales los reduce el análisis.
estructura lógica de las proposiciones, tal como el análisis Por medio de técnicas filosóficas diferentes, el análisis
bien conocido de Bertrand Russeil, que tiende a mostrar conduce a las mismas consecuencias argumentativas que
que la Erase: "El rey de Francia es calvo", será equivalente la definición.
a: "hay un ser y solo uno que es rey de Francia, y él es cal-. El análisis, tanto como la definición, podrá pretender
vo". Mientras que estas dos ptimeras formas de análisis se- tener un status diferente del argumento cuasilÓgico..Mien-
nan de naturaleza lingüística o lógica, el análisis filosófico tras que la definición, para escapar a la controversia, se
iría de lo complejo a lo simple, hacia los elementos últimos, presenta como arbitraria, el análisis se presenta como evi-
L
trátese de hechos fundamentales o de datos sensoriales. dente y necesario. Podríamos en este caso hacerle el repro-
L. S. Stebbing lo ha calificado de direcci~nal~~. Pero si che opuesto, a saber, que no nos enseña nada nuevo, &en
nos colocamos en el punto de vista de la argumentación y este caso carecería de interés, porque es simplemente
.no en un punto de vista ontológico, se notará que todo tautoIógico? Él no haría sino retomar en otros términos, es
'
análisis es direccional, pues se propone hacer que ciertas decir, recurriendo a una definición, el contenido de la pro-
'expresiones sean intercambiables, conduciendo al auditor posición analizada. E l carácter tsutológico del.análisis, es
hacia concepciones conformes a la idea que de él se hace el así solidario con el status no controvertido de la definición.
; orador y excluyendo las .interpretaciones diferentés que Algunas expresiones, tales como: "los negocios son los
podrían darse a los enunciados que se analizan. Se sabe negocios", "un centavo es un centzivo", se presentan lite-
. que el análisis de RusseU ha sido combatido por Strawson ralmente como tautologías indiscutibles. En realidad no se
quien ha insistido en los presupuestos patentes en el uso trata sino de tautologlas aparentes: mientras que se presen-
de un lenguaje natural, y que el análisis de Russell trata de tan como el enunciado de una identidad, todos aquellos
escamotear. En efecto, según su análisis, la proposición: que lo interpretan se esfuerzan por volver estos enuncia-
"El rey de Francia es calvo", es falsa, si no hay rey de Fran- dos suficientemente interesantes como para que merezcan

15. J. W i o m , "Lugical Constmctions" en Mind, 1931a 1933.


16. Cf. L. S. Stebbing, "The method of analysis in metaphysics", 17. Cf. P. F. ~trawso&~ntroductionto al Theor;y, London,
Proceedingsof the Aristotelian Society, vol. xxxrii, 1922-1923. , Methuen, 1952, cap. 6,111,
$7.
94 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

ser comunicados, y por consiguiente, se esfuerzan por di- , alguna vez. ¿Hay seres idénticos? El lógico alemán Frege
'
ferenciar los términos que allí se encuentran identificados. pudo demostrar que no se identifican nunca dos seres di-
Como para la contradicción, transformada por la inter- ferentes, sino únicamente dos maneras diferentes de de-
pretación en. una contradicción aparente, se transformará signar a un mismo ser: mostrando que la estrella de la
la tautología en aparente dando a los dos términos un sen- mañana es idéntica a la estrella de la tarde, se probó que
tido diferente: "pero sería falso creer que el sentido exacto estas expresiones diferentes designan el mismo y único ,
de éstos sea fijo a priori, y, sobre todo, que la relación entre cuerpo celeste2'. Pero entonces el problema que se plantea ,
los términos sea siempre la misma. La fórmula de identi- en ia práctica es el de saber en qué caso es racional o justo 'L

dad nos pone en la vía de una diferencia, pero no especifi- tratar de la misma manera a dos seres, o a dos situaciones
ca sobre qué punto debemos fijar nuestra aten~ión"'~. que diiieren, pero que asirniamos una a otra. Se trata en-
Es quien lee o escucha tal enunciado, el que debe inter- tonces no de identificación completa, sino parcial, justifi-
pretarlo cada vez de la manera más apropiada, como en cada por el hecho de que las diferencias se consideran
este bello ejemplo que nos cuenta Jouhandeau: "cuando despreciables, mientras que las semejanzas se consideran
veo todo lo que veo, pienso lo que pienso"lg. esenciales.
Varias figuras de la retórica recurren a la tautologia y a Lo que es despreciable o no depende del fin que se per-
la contradicción aparente, para obligar a darle diversos sigue. En efecto, cuando se trata de establecer correlacio-
sentidos a una misma palabram. nes entre fenómenos, de manera que se pueda prever con
una probabilidad suficiente que un fenómeno del tipo a
3. La regla dejusticia 3 la reciprocidad será acompañado o seguido por un fenómeno del tipo b, es
la experiencia, eventualmente explicada por una teoría, la
Según la definición de kibniz, dos seres a y b son idén- que permitirá determinar cuáles aspectos del fenómeno se
ticas, si toda afirmación referente a uno de estos seres es pueden despreciar, elaborando clasificaciones, buscando
' equivalente a una afirmación referente al otro. Resulta de regularidades o leyes naturales.
ello que será racional tratar de la misma manera a los seres Al contrario, cuando se trata de elaborar reglas de con-
idénticos, pues no existe ninguna razón para tratarlos de ducta que determinan cuáles son las obligaciones que de-
; manera diferente. seamos imponer a todos los individuos que se encuentran
El principio que considera como intercambiable a dos en cierta situación, cuáles son las obligaciones que uno tie-
seres idénticos puede ser tanto más fácilmente admitido, ne con relación a ellos, en otros términos, cuando se trata
cuanto que no es del todo seguro que pueda ser aplicado de leyes normativas y no simplemente descriptivas, el ca-
rácter esencial o despreciable de una u otra de sus propie-
dades, depende de los fines que la regla instaurada se
18. Cf. K
' A,, pág. 293.
19. M. Jouhandeau, Les Ana de Madame Apremont, Gallimard,
1954, pág. 61, cf. también Ch. Perelrnan, "Perspectivesrliétoriques sur 21. Cf. G. Frege. "Über Sinn und Bedeutung", Zeitschrift fir
les problkmes sémantiques", Logique et Amlgse, 1974,pág. 244. Philosophische Kritic, 1892, vol. 100, págs. 25-50. Cf. también Ch.
20. Cf. ?:A., págs. 292-294y 590. Perelman, Droit, rnoraleet philosophie, págs. 13-14.
46
Las argumentos 97
cuasiiógicos

propone perseguir.: El principio admitido generalmente de Lti era discute la asimilación entre si de dos situa-
la igualdad ante la ley, significa que todos los seres que po- ciones ncialmente diferentes. He aquí un pasaje en el
seen las propiedades exigidas por la ley; serán.tratados de que el autor rumano C.V.Gheorghiu parece rebelarse con-
la misma manera, es decir de la manera determinada por la tra el tratamiento igual a los prisioneros:
ley.
Este principio es la expresión de una regla de justicia de Estas fracciones de hombreque no tienen más que trozos
naturaleza puramente formai, según la cual "los seres de de carne, reciben la misma cantidad de alimento que los pri-
una misma categoría esencial, deben ser tratados de la mis- sioneros en perfecta posesión de sus cuerpos. Es una gran in-
ma maneraMz2. El-hechode seguir precedentes, en ausencia justicia. Propongo que estos prisioneros reciban raciones
de razones importantes para separarse de eilos, no es sino alimenticias proporcionales a la cantidad de cuerpo que po-
una aplicación de esta regla de justicia. Esta no es, por otra seen aúnu.
parte, sino la expresión de un principio de inercia, según el
cual encontramos razonable reaccionar de la misma mane- El humor macabro de Gheorghiu se rebela contra la
ra como anteriormente en situaciones análogas, si no he- desindividualización de los hombres por su inserción en
mos tenido razones para cambiar. Es así como nacen categorías administrativas variadas. Su ironía sugiere la
costumbres que dan un valor normativo a una manera de introducción de nuevas categorías administrativas y trata
obrar habitual. de producir un efecto de repulsión con relación a este des-
Se considera normalmente injusta, porque tiene la mar- precio extremo de la persona humana. Pero no se razona-
ca de la parcialidad, a una manera de obrar que se desarro- ría de otra manera si uno se esfuerza seriamente en
lla de manera diferente con relación a dos situaciones reemplazar una categoría esencial por. otra, sugiriendo por
asimilables.entre si. ejemplo, tratar a los hombres no según sus obras, sino se-
'
He aquí un ejemplo de utilización argumentativa de la gún sus necesidades.
regla de justicia en una.arenga de Demóstenes: La segunda crítica. se refiere al tratamiento que debe
darse a dos situaciones que se asimilan una a otra.
,l ¿Pretenderían, por casualidad, que una convención, si es Es así como h c k e se sorprende de que. no se deje a cada
: uno el cuidado de buscar a su manera la salvación de su
contraria a nuestra ciudad es válida, mientras que si elia les
sirve de garantía, .ellos rehúsan reconocerla? ¿Esesto lo que ' alma, mientras que se les permite gobernar como quieran
os parece su patrimoniozs;él quisiera que se aplique el mismo Libera-
lismo en materia religiosa como en materia civil. Pero hoy,
La regla de justicia y el-recurso al precedente que resul- cuando se reglamenta cada vez la economía, la asimilación
ta de ella, pueden ser objeto de dos críticas. podría producir el efecto .opuesto y conduciría, en el do-
I

22. Cf. Ch. Perelman, "De la justice" en Justice et raison, op. cit., 24. V. V i d Gheorghiu, La vingt-cinquiimkeure, París, 1948, pág.
pág. 20, y "La regle de la justice", &id,págs. 224-233. 274.
-. -.

23. Demóstenes,Harangues, t. u, "Sobre el tratado con Alejandm", 25. Locke, The Second neatise of Civil Govcrnment and A Letter
$18,París, 1925. Concenting Toteration,Oxford, 1948, pág. 136.
Las argumentos 99
ncasiI6gicos

minio de la conciencia, a la intervención creciente de los Ellos exigían de sí mismos para sus infefiores los mismos
poderes públicos, por analogia con lo que sucede en el do- sentimientos que pedían a sus superiores30.
minio económico.
' El argumento de reciprocidad es el que asimila entre si La aplicación del argumento de reciprocidad, por la in-
!
m a dos seres o dos situaciones, mostrando que los términos versión de situaciones que opera, puede hacernos reflexio-
.\ correlativos en una relación deben ser tratados de la mis- nar sobre la extrañeza de nuestras propias costumbres,
ma manera. . . mientras que nosotros las consideramos como normales
i-i En idgica formal los itiminos n y b-antecedente y con- .porque estamos habituados a eilas. De dí el efecto educa-
secuente- de una relación R, pueden ser invertidos sin in- tivo de las narraciones, tales como las Cartas Persas de
conveniente, si la relación es simétrica: mostrando que Montesquieu, donde éste nos invita a mirar nuestras insti-
esta simetría es esencial, podrá pretenderse que es preciso tuciones y nuestras costumbres con ojos de extranjero. Me
asimilar los términos entre sí y que hay lugar de aplicarles acuerdo de una tira cómica donde, delante de su amo que
la regla de justicia, que exige su tratamiento igual. toma un baño en la bañera, un gato le dice a otro: "¿por
He aquí algunos ejemplos sacados de los antiguos y de qué no pue-n lamerse como todo el mundo?".
los modernos: "lo que es honroso aprender, es honroso El recurso al argumento de reciprocidad se vuelve fran-
también "si vender (los impuestos) no es ver- camente cómico y aun escandaloso, cuando la asimilación
gonzoso para ustedes, comprarlos no lo es tampoco para de las situaciones olvida las diferencias esenciales;
nos otro^''^^. La Bruykre se sorprende de ver a "una masa
de cristianos de uno y otro-sexoque se reUnen ciertos días En Surate, un inglés destapa una botella de cerveza que
en una sala para aplaudir a una tropa de excomulgados, espumea abundantemente. A un hindú que se sorprende de
que no lo son sino por el placer que danwa. De la misma ello, él le pregunta qué es lo que le parece extraño. La que me
manera, un vagabundo se indigna: "No ilego a comprender parece extraño no es lo que sale de. la botelia -responde el
cómo la mendicidad-puedeser un delito en una sociedad hindú-, sino la manera como ustedes pudieron meter .todo
donde la caridad es una virtud"2B. eso aiiP1.
f La regla de oro, bajo varias de sus formas, resulta de la
: aplicación de la regla dr3 jLlsticia a situaciones que uno pre- L. Sterne, que deriva buen número de efectos cómicos
tende que son simémcas: de la parodia de la argumentación, recuerda este pequeño
diálogo:
No hagas a o w lo que no quieras que él te haga.
-Eh,-exclama Kysarsius, ¿quién ha tenido alguna vez la
Isócrates alaba a los ateniense cuando escribe: idea de acostarse con su abuela?
-Este jovencito -replicó Yorick- que no sólo tuvo la idea,
26. Quintiliano, Institution oratoire, vol. v, cap. x, $78.
27. Aristóteles, Retórica, L. 11, 1397a.
28.La Bruyere, ''Caracteres? Pe "quelquesusages", op.cit, pág. 482. 30. Isócrates, Discours, t. ir, Panégyrique d'~thines,g81.
29. Cf. L. Olbrechts-Tyteca,Lecomique du discours,pág. 199. 31. Cf. L. Oibrechts-Tyteca,Ld comique du discours, pág. 200.
48
100 EL IMPERIO RETÓRIco

sino que aun así la jwtificó delante de su padre, basándose en ejemplos y tantos otros en los que se aplica el ar-
la ley del Talión: "usted se acuesta -le dice él- wn mi madre, gu :o de reciprocidad a lo real, testimonian el aspecto
¿por qué no me acostaría yo con la cuasudgico del razonamiento que utiliza la regla de justicia
en situaciones consideradas como simétricas.
La Ley del Talión que aplica a los castigos la misma re-
gla de justicia que la regla.de oro aplica a la conducta mo- 4. Argumentos de transitividad, & inclusión
ral, es inaplicable cuando la simetría invocada es s61o de división
aparente, sea a causa de la intervenci6n de u n fenómeno i
?
natural, de una relación familiar o de una actitud personal, Se entiende por transitividad la propiedad formal de
que impiden la asimilación de situaciones, como en estas una relación que permite pasar de la afirmación de que ella a'

palabras recogidas por Jouhandeau: existe entre un término y un segundo, entre este segundo
termino y un tercero, a la conclusión de que se da entre
Uvy, si hubiera sabido que érais tan rico, no os amo; pero
. primer término y el tercero. Esta propiedad caracteriza a
sóis vos, en lugar de Raymond, quien me habrías desposado y relaciones tales como: "igual a", "incluido en", "más gran-
os habría engañado con él, hasta el día en que a fuerza de de que'! La relación a R c es siempre verdadera cuando son (-/
robaros, cuando habríamos podido ser felices, juntos sin vos, verdaderas las premisas a R b y b R c.
os habría dejado; pero todo ha sucedido al contrario: yo soy Pero hay casos en que la transitividad se proclama sin
-sumujei. y aunque hubiérais sido aun más rico, ni por oro ni estar siempre garantizada: "los amigos de mis amigos son
por plata, a mi Raymond no lo engañaría con ~ 0 . 9 ~ . mis amigos", afirma una transitividad argumentativa, que
podría ser contradicha por la experiencia; quien proclama
En ciertos casos uno se pregunta si la asimilación es VA- este adagio, podría defenderlo a pesar de los casos inva-
lida o no. ¿Cuál es la fuerza persuasiva de este pensamien- lidantes, afirmando que no vale sino para los verdaderos
'
to de Montaigne?: "Es locura igual llorar porque dentro de amigos: definiendo "la verdadera amistad" como transiti-
cien años no viviremos, que llorar porque no viviamos hace va, se ha transformado el adagio en una proposición analí-
j cien añoswM. tica, que ninguna experiencia podría refutar.
¿Es preciso asimilar el periodo en el que uno está muer- El silogismo afirma la transitividad de la relación de in-
to a aquel en el que aún no se había nacido? ¿Es preciso clusión o de implicación. Cuando estas relaciones se defi-
considerar que, igualmente, los seres que han nacido de- nen en u n sistema formal, la transitividad no plantea
ben necesariamente morir y sacar la conclusión de que la ninguna duda. Pero, ¿será lo mismo en el caso del sorites
inmortalidad de los dioses es una idea incompatible con el chino, donde el miembro de la Frase que constituye la se-
hecho que han nacido para venir al mundo? gunda parte de una proposición se retoma al comienzo de
la siguiente, buscando cada vez el medio adaptado al fin
32. L. Sterne, Vie et opinions de TristramShand.., trad. de Mauron, buscado?
1945, pág. 272. Me aquí un ejemplo bien conocido de Ta Hio:
33. M. Jouhandeau, Un monde, París. 1950,pág. 25.
34. Montaigne, Essais, L. 1, cap. xx, Pféiade, pág. 105,
.Losantiguos que querían desempeñar con inteligencia su Encontramos un razonamiento análogo según el cual es
papel educador en todo el pgs, primero ponían orden en su racional subordinar la parte al todo, enJankélévitch:
principado; queriendo poner orden en su principado, prime-
ro regulaban su vida familiar; queriendo regular su vida fami- La economía opera según la sucesión; como la diplomacia
liar, cultivaban primero su persona;. deseando cuitivar su según la coexistencia,,^ como ésta determina el sacrificio de
persona, primero rectificaban su corazón; queriendo rectifi- la parte al todo, del interés local al interés total, así, por sus
car su corazón,.buscaban la sinceridad en sus pensamientos; arreglos temporales, aquélla determina el sacrificio del.pre-
buscando la sinceridad en sus pensamientos, se aplicaban sente al futuro y del instante fugitivo a la duración.máslarga
primero a h ciencia perfecta. Esta ciencia perfecta consiste posible. ¿Puedes tú querer sin absurdo, que el placer de un
. ..enadquirir el sentido de las realidadess. . ..segundo comprometa los intereses superiores de toda una
4
vida?s7
¿Este paso de consecuencia a condición, que invertido
daría el paso.simétrico de condiciones a la consecuencia, Esta subordinación de la parte al todo es obvia si las di-
presenta;bajo la forma de un entimema, una transitividad versas partes son homogéneas, pero, ¿si la presencia del
constrictiva o una argumentación que debe s610 a la forma presente y de lo actual le diera una superioridadsobre todo
adoptada un valor de implicaci6n? Estamos en todo caso porvenir, el cual no es sino posible?
lejos de la transitividad formal, en la cual se deriva la exis- ¿Se puede pretender siempre.que quien pueda lo más,
tencia de una propiedad común a todos los elementos Liga- puede lo menos? Si esta afirmación expresara una verdad
dos por ella. . formal, sería inconcebible que uno pudiera oponerse a
La inclusión de la parte euel todo permite decir que .el ella. Ahora bieq-tenemos un excelente ejemplo de lo con-
todo es.más grandeque cada una de sus partes; lo que es trario en la célebre Ley Vandewelde, votada en Bblgica des-
una verdad demostrable en aritmética y en geometría, se puds de la Primera Guerra Mundial. Por iniciativa del gran
vuelve argumento cuasilógico, si se sacan consecuencias líder socialista, ella permitía la venta a cada uno dedos li-
de.este tipo: ''el todo vale más que una partey',o "lo que no tros de alcohol por lo menos, mientras que prohibía.laven-
le está permitido al todo, no le está permitido a la parte", ta de cantidades menores; aunque paradójica, esta ley
i
i "quien puede lo más,puede lo menos", donde "lo menos" contribuyó eficazmente a combatir el alcoholismo en el
se considera como una parte del todo, que es "lo más". medio obrero, que era el íinbuscado por su autor.
He aquí como Locke utiliza de .una manera implícita Es normal considerar a las especies como subdivisiones
ese tipo de argumento: o partes del género. De allí, a trasponer los razonamientos
que se refieren al todo y sus partes en razonamientos rela-
Nada de lo que está prohibido p0r.h ley a toda,iglesia,no tivos a las relaciones entre el género y las especies, no hay
puede, por. ningún derecho eclesiástico, volverse legal para . sino un paso que se da rápidamente. Lo más frecuente en
ninguno de sus miembross6. este tipo de argumentos no es concluir la superioridad de]
35. Cf. T A,, 310-311. .. ConcerningToltration, op. ch., 135.
36. Locke, l ñ e Second Treatise of Civil Goverxtnunt and A Lertcr 37.V.Jankélkvitch, Traitédes verticr, op. cit., pág. 19. .
50
104 R L IMPERIO R E T ~ R I C O Los argumentos 105
niasilógicos

género sobre la especie, sino que más bien se razona sobre Demóstenes reduce a un dilema la escogencia de .los
las especies para concluir sobre el g6nero o sobre una espe- atenienses con relación a Filipo de Macedonia:
cie aún no examinada: "para poder &mar alguna cosa so-
bre el género, es preciso que esto se contime en una de las En fin, atenienses, es una cosa que no debéis perder de
especies; Io que no hace parte de ninguna especie, no hace vista: vosotros tenéis la escogencia hoy, entre esto y aquello:
parte del génerom8. . atacar a Filipo en su país o ser atacados por Fiipo en el nues-
Este tipo de razonamiento nos recuerda los argumentos tro....iMostrar qué diferencia hay entre hacer la guerra en su
por división a los cuales se ha hecho alusión más arriba, país y hacerla en el nuestro es acaso necesario?".
pero mientras que exista un acuerdo previo sobre las espe-
cies que constituyen el género, la divisi6n se puede insti- El dilema es constrictivo si se admite que la situación se
tuir libremente, lo que permite efectos inesperados: reduce a una alternativa: no queda sino escoger la rama de
la alternativa que constituye el menor mal.
-¿Tuvo usted buen tiempo en vacaciones? La presentación de una situación bajo la forma de dile-
-0h sí, en un mes no llovió sino dos veces. ma tiende a menudo a probar h mala fe del adversario. He
-¿No más? *. aquí como Herón de ViUefosse, defensor de la autenticidad
-No, Una vez durante ocho dias y la otra durante tres se- de la Tiara de Saitapharnks, ataca d experto opuesto a esta
manas3$. tesis:

E1,argumento por.división, cuya utilización puede ser- Cuando M. Furtwangler encuentra o cree encontrar en
virnos no sólo de medio de prueba, sino también como un monumento antiguo una de las figuras o uno de los moti-
medio para crear la presencia.por la enumeración de las vos de la tiara, declara por esta razón que la tiara es falsa;
partes (consúltese la amplificación vista más arriba), está a cuando no encuentra ejemplo del mismo motivo o.de las mis-
la base del dilema, así como de razonamientos a pari y a : mas figur as...,declara igualmente que la tiara es.falsa. Es un
contrario. procedimiento de discusión completamente extraordinarioQ.
r En el dilema se examinan dos eventualidades para con-
cluir que ambas conducen a una consecuencia desagradable: Cuando uno no repara en matices y no señala todos los
elementos que permiten concluir cada vez en la falsedad
Si alguien que profesa ser el ministro de la palabra de de la tiara, reduciendo todos los razonamientos a .un dile-
Dios, el predicador del evangelio de la paz, enseña lo contra- ma que conduce siempre a un mismo resultado, la argu-
rio: o bien no comprende, o bien descuida los deberes de su mentación del adversario se presenta como la expresión de
vocación, y deberá dar cuenta de esto un día al príncipe de la
paz'O. -
Concming Tolcration,pág. 136.
38. T A., pág. 208. 41. Demóstenes, Harangues, t. 1, Premiere olynthienne, §25,27.
39. L. Oibrechts-Tyteca, Le comiqw du discours, pdg. 208. 42. Vayson De Prandennes, Lesfraudes m archéologicpreñistoriqi,e,
40. Locke, The Second TrcatLFG of Civil Govetnmcnt and A Lctter París, 1932.pág. 533.
106 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

una toma de partido completamente independiente de los mal. La aplicación del esquema argumentativo presupone
resultados de un estudio sobre la tiara. una decisión referente a la importancia de las razones pre-
Hay casos en los que la presentación bajo la forma de sentadas en favor de la asimilación o de la diferenciación
dilema se vuelve inadmisible, esto es, cuando sus dos ra- de las dos especies de un mismo género en una S i t ~ a c i 6 ~,

mas conducen a un absurdo manifiesto. Sterne está muy dada.


contento cuando puede ridiculizar una u otra forma de ar-
gumentación. He aquí cómo presenta las reflexiones de los 5. Los pesos medidas, g las probabilidades
juristas de Estrasburgo acerca de la nariz de un extranjero:
La comparación constituye un argumento cuasilógico
Verdadera -opinaron ellos-, una nariz tan monstruosa cuando no da lugar a una pesada o a una medida efectiva
hubiera sido civilmente intolerable. Falsa,hubiera constitui- que utilice un sistema de pesas y medidas; pero el efecto
do una violación más grave, más imperdonable aun de los de- persuasivo de tales comparaciones está constituido, sin
rechos de la sociedad, a quien trataba de enganar por su embargo, por la idea subyacente de que se podría apoyar su
apariencia abusiva. juicio por una operación de control.
La única objeción a este dilema, si probaba alguna cosa, Al decir: "sus mejillas son rojas como manzanas",
era que la nariz del extranjero no era ni verdadera ni falsaa. más rico que Creso", parece que expresamosun juicio con-
trolable.
La relación entre las partes y el todo, entre las especies Cuando Cicerón arma: "El crimen es el mismo por ro-
y el género que las contiene, ha dado origen en derecho a bar sl Estado o hacer derroches contrarios al orden públi-
dos clases de argumentos: el razonamiento a pan' y a con- acuerda el mismo peso a una acción que no Cae bajo
trario. ¿Se puede pretender que lo que vale para una es- el rigor de la ley, que a un delito punible.
pecie, vale para la otra? O por, el contrario, gamos a Mientras que en una pesada o una medida real, el Fa.
oponerlas? ¿Cuando una regla de derecho declara que los trón de medida es neutro e invariable, las comparaciones
hijos pueden heredar de sus padres, quiere esto igualmente de toda especie sufren el contragolpe del-término de come
decir que vale para las hijas, o las excluye de la participa- paración escogido, pues los dos términos, por la compara.
ción de la sucesión? Sólo el contexto puede dar la buena ción misma, son.reunidos en una misma clase y se vuelven
interpretación. Se sabe, por otra parte, que en la historia por eso mismo más o menos homogéneos. Decir que un
del derecho, una misma regla pudo en épocas diferentes escritor es inferior a -talmaestro reputado o que es supe-
recibir la primera interpretación, mientras que al comien- rior a una nulidad patente, es expresar cada vez un juicio
zo es la segunda la que se admite. El hecho de que se pueda defendible pero que tienen alcances muy diferentes.
oscilar entre estos dos tipos de argumentos pone en claro Este efecto no ha escapado a Bossuet, quien lo subraya
lo que distingue la argumentación de la demostraci6n for- expresamente: "...Los soberanos piadosos quieren que
toda su gloria se borre en presencia de la de Dios, y,lejos
-

43. L.Sterne, Vidag opiniones del caballero TristramShandg, Cáte-


dra, Madrid 1993,citado en T A., pág. 320. 44. Cicerón, De Oratore, L. 11, $172.
52
108 EL I M P E R I O R E T ~ R I C O

de ofenderse de que se disminuya su potencia desde esta se'', "Yo también, pero mientras llega podemos fumarnos
perspectiva, saben que jamás se les reverencia de manera uno", contesta la jovenM..
más profunda que cuando uno los disminuye de tal mane-
ra, comparándolos con Dios'"LS. En la argumentación cuasilógica es raro que el término
Acercando entre sí dos términos muy alejados, se realza de comparación esté determinado de tal manera que se im-
el término inferior pero se rebaja un poco el superior. ponga. Como el recurso a este argumento busca menos in-
De allí la superioridad de lo que es incomparable, de lo formar que impresionar, la indicación de una magnitud
que no se puede comparar sino consigo mismo, de lo que numérica absoluta podrá ser menos eficaz para este efecto
se considera único. que la indicación de una magnitud relativa, pero siempre y
Plotino, después de haber observado la superioridad del cuando el término de comparación e s g bien escogido. Para
Uno sobre cualquier otra realidad, pero temiendo la deva- '. subrayar la inmensidad de un país, en París será más fácil
luación que resulta p r a él, agrega: "Separemos de Él toda decir que es nueve veces más grande que Francia, que indi-
cosa, no digamos ni siquiera que las cosas dependen de Él car que cubre la mitad del Brasil.
y que es libre,. .. no debe tener absolutamente ninguna re- El término de comparación puede servir de contraste.
lación con nada.. . . Es así como las descripciones entusiastas de una edad de
De manera análoga, La Bruykre, al ocuparse del valor oro o de u n buen tiempo pasado sirven, sobre todo, para
de los grandes artistas, escribe: descalificar la edad y el país en que se vive.
A menudo, la comparación resulta de u n sacrificio; éste
V. ..es un pintor, C... es un músico,y el autor de M m o mide el valor atribuido a lo que se quiere obtener o guar-
-es un poeta, pero Mignard es Mignard, Lulli es Lulli, y dar; de ahí la importancia de los mártires como garantes de
Corneille es Corneiile4*. la fe.
Al pensamiento de Pascal: "No creo sino las historias
La comparación, acercando acciones diferentes, las si- cuyos testigos se harían degollar"4g,corresponde la afirma-
túa en un cierto nivel admitido por los interlocutores; pero ción de Calvino, que señala el poco afecto de los católicos a
la revelación de una divergencia sobre el asunto no dejará su religión, y opone a eHa la determinación de los protes-
de producir u n efecto cómico: tantes: "Nuestra confianza es diferente, ella no teme los te-
rrores de la muerte, ni el juicio de DiosHSo.
Una linda joven y una señora vieja y de mal genio espe- La renuncia ascética permite valorizar el estado místi-
'
ran el bus. La segunda rehúsa con indignación un cigarrillo: co, argumento del que Plotino no tiene dudas en servirse:
",$%maren la calle? Preferida abrazar al primero que Ilega- "Todo la que a Él (a el alma) le producía placer antes -dig-
nidad, poder, riqueza, belleza, ciencia-, todo esto ella lo

48. TA., págs. 329-330.


45. Bossuet, Scnnons, t. 11, "Sur l'ambition", op. cit., pág. 395. 49. Pascai, Pensées, 397, op. cit., pág. 932.
46. Plotino, Ennéadus, VI, 7,534, citado en TA.,pág. 329. 50. Calvino, Institution dc la religwn chr¿tienne. Geneve, 1988,
47. La Bniyete, op. cit., phg. 118. pág. 8.
110 EL IMPERIO R B T ~ R ~ C O Los argumentos 13 1
cuasildgicac

desprecia y dice: ¿lo diria si no hubiese encontrado bienes A los argumentos cuasilógicos o cuasimatemáticos
mej ore^?"^'. pueden aproximar todos aquenos que se refieren a proba-
Los confesores de la.fe pueden ser humildes y carecer bilidades no calculables, o por lo menos a ideas subyacen-
de reputación; su número suplirá a su falta de prestigio in- tes al cálculo de probabilidades.
dividual, como en la leyenda de las once mil vírgenes que He aquí dos razonamientos fundados sobre la idea de
acompañan a santa Úrsula. que la probabilidad de una mejor escbgencia aumenta con
En la argumentación por el sacrificio, en ausencia de el número de soluciones entre las cuales es preciso escoger
una medida objetiva, no se juzgan las cosas sino por el pre- Isócrates aconseja admitir a los jóvenes en las asambleas
cio que los hombres les atribuyen ¿Constituye este precio deliberantes: . ..

una constante? Nada lo indica. El bien sacrificado puede F

ser objeto de una ambivalencia, como también el fin busca- Puesto que la cualidad de nuestros juicios difiere, no por
do: "Se rechaza violentamente aquello a 10 cual se ha dado el número de nuestros años, sino en razón de los tempe-
demasiado o nos apegamos a.ello con una especie de deses- ramentos y de nuestra facultad de aplicación, ¿por qué no
pera~ión"~~. hacer obligatorio el Uamado a la experiencia de las dos gene.
El sacrificio inútil, que no ha tenido ningún resultado, raciones, para que ustedes tengan la posibilidad de escoger
tiende a devaluar lo que ha sido sacrificado de esta manera. entre todos los discursos sostenidos 10s consejos más Gti.
Los soldados caídos después del rechazo de una ofensiva
eran designados por sus camaradas de combate como
"aquellos que precisan volver a comenzar"53. Es también el argumento utilizado por Locke pata opa-
El argumento por.el sacrificiose volverá cómico si mide nerse a la tiranía de los príncipes en materia religiosa:
otra cosa que lo que interesa al interlocutor.
Si no hay sino una verdad, un camino para ir al cielo, qué
El empleador interroga a un candidato para un puesto y esperanzas hay de que mucha gente será conducida aUí,si no .

se sorprende: tienen sino la religión del príncipe y se ponen en la obliga.


i -Usted pide un salario muy elevado para un hombre sin ...
ción de abandonar la luz de su propia razón el estrecho ca.
experiencia. mino se disminuiría aún más; sólo un país estaria en lo
-El trabajo es tanto más dificil cuando uno no sabe cómo verdaderoS6.
hacerlo5'.
En los dos casos se pretende que es preciso preferir las
combinaciones que nos dan el mayor número de opciones:
se reduce el problema de la participación en las asambleas
51. Plotino, Ennéadas, vi, 7, $34.
52. S. Weil, L'enracinement, París, Gallimard, 1949, pág. 114.
53. J. Paulhan, Le G-er appliqué, Pah, Gaiimard, 1930, pág. 55. Isácrates, Discours, t. 11, Archidamos, $4.
133. 56. Locke Thc Second Treatise of Civil Gwernmeut and A h t e r
k corniqrrc du discoun, pág. 219.
54. L. Olbrechts-Tyteca,l Concenzing Tolei-atwn,pBg. 128. .
54
112 Z L IMPERIO R E T ~ R I C O

deliberantes, así como el de la libertad religiosa, a uno solo


de sus aspectos, la probabilidad más o menos grande de Ile-
gar al resultado esperado.
Considerando nuestra vida. como una apuesta finita Los argumentos basados
comparada con la saiud eterna, la infinidad de vida infini-
tamente feliz por ganar, la apuesta de Pascal nos invita a sobre la estructura de lo real
jugar, pues en estejuego las posibilidades están de nuestro
lado: "...Todo jugador arriesga con certidumbre para ga-
nar con incertidumbre; y sin embargo, él arriesga cierta- Cuando dos elementos de lo real están asociados entre si,
mente lo finito, para ganar inciertamente lo finito, sin en un nexo reconocido, es posible fundar sobre este nexo
pecar contra la raz6n;. . Per0.h incertidumbre de ganar es una argumentación que permita pasar.de lo que se admite
proporcional s la certidumbre.delo que se arriesga, según a lo que uno quiere hacer admitir.
la proporción de los riesgos de ganancia y de pérdida... Hemos visto cómo Bocsuet, arguyendo a partir de la so-
nuestra proposición es de una fuerza infinita cuando hay lidaridad tradicional en la iglesia entre el altar y el púipito,
lo íinito por arriesgar, en un juego en que hay tales riesgos se esfuerza por obtener de los fieles el &mo respeto para
de ganancia como de pérdida, y lo infinito por la palabra de Dios que aquel que ellos testimonian en-la
Leibniz y Bentham han querido aplicar las probabilida- comunión por el cuerpo del hijo de Dios.
des a la apreciación del valor de las pruebas y de los testi- Las estructuras invocadas habitualmente son de.0t.a
monios, y los jesuitas en su casuística,.a su manera, han naturaleza: la mayor parte de los argumentos fundados so-
recurrido al probabilismo: bre lo real apelan a nexos de sucesi6n1,tales como la rela-
Todas estas técnicas suponen la reducción de un pro- ción de causa a efecto, o a nexos de coexistencia2, tales
blema a uno solo de sus aspectos, no calculable, pero apre- como la relación entre la persona y sus actos.
ciable. en términos de frecuencia. Pero esta reducción Se trata de dos maneras diferentes de estructurar lo
puede implicar el olvido de.otros aspectos, quizás esencia- real. En los nexos de sucesión son fenómenos del mismo
¡ les, y Pascai no ha dejado de subrayarlo en sus Provinciu- nivel los que se ponen en rdación, mientras que, en los ba-
&s. sados en los nexos de coexistencia, la argumentación se
A causa de los inconvenientes de la reducción a lo apoya sobre términos de nivel desigual, tales como la esen-
formal y a lo cuantitativo, es raro que los argumentos cia y sus manifestaciones. ..
cuasilógicos puedan por si solos producir la convicción:
ellos deberán ser completados por argumentos basados so- l . Los mas de sucesidn
bre la estructura de lo real.
A partir de la afirmación de un nexo causal entre feni5-
menos, la argumentación puede dirigirse hacia la búsque-
l. 'r A, págs. 354394.
2. Ibid. págs. 394-445.
114 E L IMPERIO R E T ~ R I C O

da de las causas, hacia la determinacibn de los efectos y en un contexto determinado, controladas por medio de in-
hacia la apreciación de u n hecho por sus consecuencias. vestigaciones apropiadas.
Cuando se trata de actos intencionales, la determinación El argumento pragmático3es el que permite apreciar u n
de la. causa se acompaña de la del motivo que ha incitado a hecho por sus consecuencias. Para Bentbam, es incluso el
realizar el.acto. único argumento válido cuando se trata de adoptar una
La argumentación desarrollada sirve para dar cuenta de Tlom:
un fenómeno, para explicarlo, a veces para orientar las in-
vestigaciones. qué es dar una buena razón en materia de ley? Es alegar
. El descubrimiento de u n cadáver suscita una serie de en pro o en contra de la ley los bienes o malea que ella tiende
preguntas: ¿se trata de una muerte .natural o de un cri- a producir. &Quées dar una f& razón? Alegar en pro o en
men?, y en este Último caso, ¿quién ha podido producirlo? canha de una ley cuaiqnier otra cosa que sus efectos, 81% para
¿Quién tuvo interés en matar a la víctima? Entre los sospe- bien o para mal4;
chosos, ¿quién es el que ha tenido el deseo y la posibilidad
de.obrar?, ¿las presunciones de que se dispone son precisas El razonamiento por las consecuencias parece tan ob-
y concordantes?, den qué medida explican el desarrolio de vio que no tiene que ser justiíicado. Las consecuencias
los acontecimientos?, dotras hipótesis no serían también pueden ser observadas o previstas, seguras o presuntas. El
más aceptables?. razonamiento pragmático permite justificar incluso la con-
Observemos con relación a este punto que el mismo ducta del supersticioso:
tipo de razonamiento servirá también, tanto en una delibe-
ración íntima, como en una argumentación para uso de Si somos trece en la mesa, si enciendo tres cigados con
otro. Esta Última no será eficaz, a menos que exista entre una sola cerilla, estoy inquieto y no valgo nada. Si al.con-
los interlocutores un acuerdo sobre los motivos posibles de trario, exijo que seamos doce, o me niego a prender el tercer
una acción, sobre su pertinencia y su probabilidad en un cigado, entonces estoy seguro y recobro todas mis faculta-
contexto determinado.... . des. Por consiguiente, esta exigencia y este rechazo son legíti-
i Aquel que en un juego de azar gana un número de ve- mos y razonables?
! ces anormalmente alto puede ser sospechoso de hacer

trampa, lo que hace su éxito más comprensible. Si varios El argumento pragmático, que par& reducir el valor
testigos están de acuerdo, sin que.se hayan puesto previa- de la causa al de sus consecuencias; da la impresión de que
mente de acuerdo, estaremos incitados a concluir que han todos los valores son del mismo orden: es así como la ver-
asistido a l mismo acontecimiento del cual atestiguan la
realidad.
Admitiendo la existencia de correlaciones, de leyes na- 3. Cf. Ch. Perelman, "L'argument pragmatique", en Le &mp &
turales, del principio de que las misme causas producen 1'urgurnmtutiuti,pág. 100 a 119, tanto como T A. págs. 357-364.
10s mismos efectos, podremos llegar a constituir hipótesis 4. Bentham, Onrvrcs,t.i, f i ~ p s d c k @ . & 3 k 1 7 1 , cap. xui, &39.
5. Ch. Odier, L'aqgoisse et la pensée magiquc, NeucbBteU, Dela-
chaux, 1948, pág. 121.
56
Lbs argumcntos basados 117
sobre la estnuiura de lo real

dad de una idea en el pragmatismo sólo puede ser juzgada que se propone reducir a un resultado cuantiíativo, posi-
por sus efectos. El fracaso de una empresa o de una exis- tivo o negativo, el conjunto de las consecuencias del acto
tencia pueden, asimismo, servir de criterio de su haciona- - sometido a apreciación. Las críticas suscitadas por el utili-
lidad o de su inautenticidad. mismo contra el uso del argumento pragmático serían vá-
Max Scheler califica de fariseísmo a la concepci6n que lidas con una doble condición: que éste pretenda en cada
identiiica la moral con lo Útil6. S. Weil se rebela igualmente caso ser capaz de reducir el conjunto de las consecuencias
contra los argumentos en favor del cristianismo y que se a un resultado objetivamente calculable, y que, por otra
parecen a la publicidad del tipo: "antes de su uso y después parte, excluya el recurso a argumentos de otro tipo. Esta
de su uso". Ellos consisten en decir: "mirad cómo los hom- doble pretensión, que es la del utilitarismo de Bentham, no
bres eran mediocres antes de Criston7. es necesariamente la de todo uso del argumento pragmá-
Las objeciones más graves contra el argumento pragmh- tiw,que podría no ver en este último sino un argumento
tico derivan de las dificultades de su aplicación, pues importante, pero ciertamente no el único argumento admi-
¿cómo detenerse en la cadena indefinida de las consecuen- sible en una controversia.
cias de un acto y cómo imputar a una sola causa las conse- La mejor prueba de que no es asi se da por el mismo
cuencias que resultan frecuentemente de un concurso de hecho de que una cadena causal'*será apreciada diversa-
varios acontecimientos? mente según que se la considere como una sucesión de
- Esto lo ilustran las dificultades de toda clase que susci- causas o efectos, o gracias a la intervencilin.de1elemento
tan la aplicación del arb'do 1382 del Código Civil, según intencional, como una relación de medios a un h.El he-
el cual, "todo hecho cualquiera de un hombre que causa cho de que un mismo acontecimiento pueda ser interpreta-
daño a otro lo obliga a repararlo" ¿Cuáles son las conse- @ do de una u otra. manera puede dar lugar a efectos de
cuencias que es preciso imputar a la falta? ¿En qué medida estilo, tal como la antítesk, utilizada por Cicerón para opo-
la falta debe considerarse como la única causa de los acon- ner el fin a las consecuencias:"No es un exilio miserable el
tecimientos que se han sucedido en el encadenamiento de que tu iniquidad me ha infringido, sino un regreso giorioso
las causas y de sus efectos? el que ella me ha preparadow8. . .

i En la medida en que un acontecimiento presumible- La oposición entre fines y consecuencias.tendr$a veces


; mente ha producido efectos variados y en sentido contra- un resultado inesperado, y aun cómico:
rio, la falta de Eva que incitó a Adán a desobedecer a Dios,
lo que ha tenido por efecto privarlo del paraíso y de la in- Un rico heredera ha pagado con creces a sus gentes para
mortalidad, pero también de dar nacimiento a toda la hu- que pongan un semblante digno en las exequias de su difunto
manidad, Les un bien o es un mal? Es para responder a esta padre. Pero he aquí que esta gente entre más se le paga por
objeción para lo que fue inventado el d c u l o utilitarista estar triste, más se pone contentag.

- -

6.M.Scheler,~ e ~ r m a l i s m
encéthique,Peris, Gallimard, 1955,pág. 8. í?A., pig. 368.
194. 9. Cf.Ch. Lalo, L'Esthétiquc du +e, París, Flammarion, 1949, pdg,
7. Cf.Ch. Perelman, L'argrtnrnzt pragmatiquc, op. cit., pág. 109. 159.
118 E L IMPERIO R E T ~ R I C O l a s agumntos basados 119
sobre b estrvchcra de lo aval

. Las consecuencias podrán ser diametralmente opuestas deramente, se ama al amigo por si mismo,como el avaro
a los fines buscados, sobre todo cuando las actividades de ama a su tesoro, cuando el fin ha dejado de ser considerado
varios no están coordinadas. Esto es lo que permitid a y es el medio el que se ha vuelto-fin,cuando el valor del
Anatole.France comenzar Thais con esta fórmula llamati- amado derelativo se ha vuelto absoh~to'"~.
va: "En aquel tiempo el desierto estaba poblado de anaco- La transformación de un medio -en fin y de .un fin e n
retas"*. medio coincide can su valorización o su desvalorización.
Observemos que algunos hechos no producen las con- Mientras que el curaje.es indispensable para triunfar en la
secuencias deseadas si son percibidos como medios para guerra, Mcrates hace de la guerra un medio indispensable-
un fui, es decir, como procedimientos. Es esto lo que obser- para poner en evidencia este coraje:
vó bien Proust: "Si un hombre sintiera no ser buscado por
el mundo, le d i i a que no vaya a ninguna invitación, que ...es algún Dios que ha producido esta guem para admi-
viva encerrado en su cuarto y que no deje entrar allí a na- ración por su coraje, para Unpedir que tales naturalezas fue-
die, y entonces le harán cola delante de la puerta; o mejor sen desconocidas y que tenninasen su vida en la oscuridadu.
no le diria, pues es una manera segura de ser buscado que '

no tiene éxito, como la de ser amado, es decir, si no se la ba No ver en la guerra sino un medio de revelar el coraje
adoptado por eso, si, por .ejemplo,se guarda discreción en de los hombres puede lindar con lo ridículo; lo cómico es-
el cuarto porque se está gravemente enfermo, o se cree talla en esta publicidad imaginada por ciertas. casas de
estarlo, o se tiene alli una amante encerrada, y se prefiere pompas fúnebres, inspirada por las propagandas de apara-
eila a todo el mundo"". tos fotográficos ("apriete el botón, nosotros hacemos el res.
- De la misma manera; los efectos oratorios cuando no tos'): "basta morir, nosotros hacemos el resto'"'. Mds allá
parecen corresponder a una emoción sincera, cuando,care- de cierto límite, el .uso de una técnica de argumentaci6n,
cen de naturalidad, se descalifican como procedimientos, en lugar de persuadir provoca la risa.
lo que no dejará de tener por consecuencia una aprecia- ¿Dónde se sitúa este limite? B preciso que la despro-
ción peyorativa de la retórica. . porcidn entre los valores considenidos como fin y como
j El medio no posee sino un vdor. relativo, pues depende medio sea tal, que no se pueda tomar en serio la sugerencia
' del valor acordado al fin, considerado como independiente. presentada irónicamente, como la de J. Swift que preconi-
Pero sucede que los medios se transforman en fines, como za un medio infalible para que los nifios de los pobres no
en el caso de la avaricia o del amor: "Se ama ya cuando se sean una carga ni para sus padres ni para su país: proponía
adivina en la amada una fuente de felicidades inagotables, simplemente usarlos para darles un alimento suplementa-
indeterminadas, desconocidas... Entonces, el amado es rio a los adultos. Después de las horribles experiencias de
aún un medio, un medio único e imposible de reemplazar
.
por fines innumerables e indeterminados.. Se ama verda-
12. Goblot, La logiclue úesjugernents Hc vakur, París,1927,págs. 55-
56.
10. Cf. Olbrechts-Tyteca, Le conque du discoun, pág. 240. 13. Isócrates, Discoun, t. n, ''Panegírico de Atenas", 984..
11. LA.,págs. 366-367. 14.L. Olbrechts-Tyteca, Le urmiquc du discours, pág. 240.
58
Los argumentos basadar 121
sobre la cstrucfxra de lo real

la Úitima guerra, esta misma sugerencia leída a los d o s cho devaluado,lo que es decisivo gana en importancia: "La
de las escuelas no pareció cómica sino macabra'5. acción que, dadas las circunstancias, podrá tener pleno al-
En una pelicula, ya antigua, una prostituta trataba de cance, que no deber4 ser considerada como u n derroche,
dejar su oficio cadndose con un hombre que dirigía una será por esto mismo valorizada, lo que milita en favor de
empresa de transporte en camiones; el chulo Ijreguntó al su realiia~i6n"'~.
camionero cómo trataría él a alguien que le robase alguno Cuando entre las tesis admitidas por el auditorio y las
de sus camiones. $1 debfa esperar un tratamiento análogo defendidas por el orador hay una distancia muy grande
por parte de aquel a quien quitaba sus medios de subsis- para poder ser franqueada de una sola vez, se aconseja di-
tencia. La transformaci6n de un ser humano en medio vidir la dificultad y llegar al mismo resultado gradualmen-
provoca, según el caso, la risa o la indignación. En otro te: en lugar de ir de A a D, se propone llevar al interlocutor
contexto puede parecer perfectamente normal. primero a B, de alií a C y por fin a D: es el procedimiento
La relación "medio-ñn"está a la base de ciertos argu- de las etapas.
mentos tales como: el argumento del derroche, de lo super- Para precaverse contra esta técnica, el adversario se-val-
fluo y de lo decisivo, drá del argumento de direccidn, que previendo los desarro-
La existencia de un medio eficaz que permite realizar 110s futuros, se opone al primer paso por temor a que
un deseo, dará a este último una consistencia suficiente conduzca por una "vía enjabonada" que ya no permita
para transformarlo en fin. Bossuet compromete a los peca- detenerse en el camino, y que de abandono en abandono
dores con la penitencia insistiendo sobre el hecho de que llegará a la capitulación total. , . ,

Dios les da por misericordia el medio de salvarse. El sacri- Esta concepción dinámica de la argumentación intro-
ficio deJesús ha puesto a disposición de los Mes la posibi- duce en el proceso una nueva ambigüedad: quien argw
lidad de hacer penitencia; su impenitencia agrava el dolor menta con el fin de pasar de A a B jse contentará con el
de la Virgen y hace que el sacrificiode su hijo sea inútil: en cambio efectuado o lo considerará como una etapa en cier-
lugar de dar un medio de salvación a los hombres, esta ta dirección?.Observemoscon relación a esto que el cam-
muerte se vuelve derroche. Es una forma de razonamiento bio propuesto puede dar lugar n o a un tránsito más fácü
i frecuentemente utilizada por Bossuet en sus hacia C y luego a D, sino a la generalización del transito.de
Para evitar el derroche de esherzos hechos para alcan- A a B, por la técnica del precedente. En efecto, gracias a
zar algún fin, continuaremos obrando en el mismo senti- esta técnica, toda decisión puede ser considerada.comoun
do. Este argumento servirá igualmente para incitar a precedente que facilitará en el porvenir el tránsito de A a
aquellos que tienen dotes especiales, un saber y una wm- B. A esta técnica se opone el temor del precedente que,
petencia excepcionales,para que no los derrochen. como argumento de dirección, impide adoptar una solu-
Mientras que lo que es superfluo es por este mismo he- ción, aceptable si fuera excepcional, pero de la que n o se
aceptada su generalización.
Desde este momento, la discusión podrá comenzar so-
15. m.,pág. 242.
16.Cf. Bassuet, Smnons, vol. n, "Sur la Compassion de le Sainte
Vietge", pág. 645; G'Surla p6nitenaw,pág. 72.
122 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

bre el alcance de una decisión, la posibilidad de detenerse desarrollo desmesurado del valor que se exalta: 61 preco-
en la etapa indicada o de considerar la medida como un niza no considerar cada &ación en el dominio conside-
desa~~ollo único en su género. rado sino como una etapa en una progresión indefinida,
Cuando es el orador quien propone el tránsito inmedia- pero es obvio que el adepto de un pluralismo de los valores
to de A a D, su adversario puede sugerir un .campromiso, observara que todo valor llevado hasta el Emite conduce a
el tránsito a B, presentando esta medida como una etapa incompatibilidad con otros valores a los que impide su ra-
en la marcha gradual, con la esperanza de que no estare- lización. Una libertad infinita es incompatible tanto con lo
mos obligados a continuarla, o en todo caso, con la certi- r e d como con la existencia de varias libertades.
dumbre de ganar tiempo antes de tener que aceptar la Lgidea de superación, al indicar una dirección de pen-
medida indeseable. Este procedimiento que Beniham cla- samiento, puede servir, gracias a la exageración, tanto a la
sifica entre los "sofismas dilatorio~~"~,pero que no es más hipet.bole como a la l i t o t P .
sofístico que las otras técnicas argumentativas, comiste en
echarse el lastre,es decir, en aceptar s a d c i o s inevitab1es 2.Los nmos & coerxistenciu
cuando uno no se encuentra en posición de fuerza. En este
caso, quien quisiera obtener todo de una vez, alegará que Mientras que los nexos de sucesión unen elementos de
lo que el adversario califica de marcha gradual, conduce de la misma naturalewi, tales como acontecimientos o fenó-
hecho "a querer separar lo que debería ser un todo, a hacer menos unidos por un lazo de causalidad, los nexos de co-
nula o ineficaz la medida, segrnentá~dola"~~. existencia establecen un lazo entre realidades de desigual
A esta técnica de la división corresponde, por ofra par- nivel de las cuales la una se presenta como la expresión o
te, la oposición entre cambio cuantitativo y cualitativo. 1: manifestación de la otra, tai como la relación de una perso-
¿En qué momento el cambio, en lugar de ser un cambio de na y sus acciones, sus juicios o sus obras. Mientras que
grado, se vuelve un cambio de naturaleza? ¿En qud grado filosóficamente y de manera abstracta el nexo de coexis-
las contribuciones pueden ser asimiladas a la confisca- tencia se simbolia por la relación entre acto y esencia, el
eión? ¿En qué momento la nacionalización de ramas ente- prototipo de tal nexo es la relación que existe entre una
i
ras de la industria, transforma la econoda de un p i s en persona y sus manifestaciones. Todo lo que se afirma de
una economía socializada? Toda la discusión a este respee una persona se justifica por la manera como ésta se mani-
to, no constituye sino una variante del procedimiento por fiesta, pero es la unidad y la estabilidad de la persona la
etapas, donde cada etapa es de naturaleza cuantitativa y que unifica el conjunto de sus actos. Es el carácter de Ist
el resultado es un cambio cualitativo, un cambio de natu- persona y las intenciones que se le atribuyen, los que da-
raleza. rán un sentido y un alcance explicativo a su comporta-
El argumento de la superación sólo considera un valor; miento.
no es limitado por ningún otro que pueda obstaculizar el Si la persona se constituye a partir de sus manifestacio-
nes, éstas se interpretan en función de la idea que uno se
18. M , pág. 381.
19. Bentham, Oeuvtcs, t I, "raiaité de Sophismes polithpd"' Bni-
xelles, 1840,pág. 463. 20. LA., pie.390-394.
60
124 EL IMPERIO R B T ~ R I C O LoJ l u g r r ~ - ~ t basados
G~ 125
sobre fa eshcchtm & lo mal

hace de la persona: la persona y sus actos están en cons- cida"), acentúan este aspecto inmutable del personaje in-
tante interacción y es dificil decir cuál es el elemento que dependientemente de las contingencias. Este rasgo h a sido
precede al otro. Mientras que en los nexos de sucesión muy bien subrayado por Kenneth Burlce, el crítico ameri-
la causa precede siempre al efecto, sabemos que filosó- cano que mejor.ha analizado el uso argumentativo de las
ficamente la relación entre la persona y sus actos pudo técnicas literarias:
elaborarse de.dosmaneras diametralmente opuestas: mien-
tras que para Leibniz la mónada está.dada de una vez y su Un héroe es en primer lugar un hombre que realiza cosas
existencia se desarrolla en el tiempo de una manera deter- heroicas, y su "heroísma"reside en sus actos, pero enseguida
minada por su.naturaleza, para el exis~ncialismo,la exis- un héroe puede ser un hombre con potencialidadesde acción
tencia precede a la esencia y la persona no se constituye heroica;los soldados que se van a la guerra son héroes en este
sino en función de sus actos. La teoría de ia argumenta- ; sentido. Ahora bien, un hombre puede ser umsiderado como

ción no debe tomar posición en un debate ontológico, le un héroe porque ha realizado actos hemicos, mientras que en
basta constatar que la idea que uno se hace de h persona y mi estado actual puede ser muy de31 o muy-viejopara reeli-
la manera de comprender sus actos están en constante ~arlo2~.
interacción.
Todo lo que se refiere a la estructura de la persona será Pero al lado de esta estabilidad que fija a la persona, se
considerado como esencial y dotado de una estabilidad que insiste sobre su libertad, su espontaneidad, su capacidad
se podrá negar a lo que no es sino accidental y pasajero. de cambio, de adaptación, asimismo de conversión;.por
"Todo. argumento sobre la persona constata esta estabii- esto la persona se diferencia de un objeto. El existencia-
dad: se la presume, interpretando el acto en función de la l i m o aun llegará hasta rehusade una esencia, una natura-
persona, se deplora que esta estabilidad no haya sido res- leza. Ésta no se fijar4 sino en el momento de su muerte.
petada, cuando .se dirige-a alguien el reproche de incohe- Esto no impide que desde el punto de vista argumenta-
rencia.~de.cambio injustiíicado"". tivo, la persona sea el autor de sus actos, un ser durable al-
: La constmcción:de la persona le asegura cierta conti- rededor del cual y con relación al cual se agrupará todo lo
i nuidad, ella se considera como responsable de sus actos que se considera como sus manifestaciones. ..
: pasados, que contribuyen a su reputación, a su mérito o a '
Esta imagen ambigua de la persona y, en general todos
su demérito. Es a la persona la que se loa o se censura, a la los nexos de coexistencia construidos sobre este mismo
que se recompensa o a la que se castiga. modelo, es la que dará su especificidad a las ciencias huma-
Técnicas sociales como el lenguaje, la moral, el d e d o nas, concebidas como ciencias del espíritu, opuestas a las
y la religión, contribuirán a.acentuar esta expresión de ciencias de la naturaleza. Es en derecho y en,moral sobre
unidad y de estabilidad: la más notable de estas técnicas todo, donde el nexo "acto-persona", con las nociones co-
es la atribución de un nombre propio. Una calificación
intempod, el epíteto ("Carlo Magno el de la barba flore-
. . 22. A Grammar of Motives, New York,.1945, pág. 42, citado en ?:
21.1: A., pág. 395. A., pág. 396.
126 EL IMPERIO R E T ~ R I C O Los aigumntos basados 127
sobre & esmrctura de lo MI

melativas de responsabilidad, de irnputabiiidad y de cons- cortesano os6 decir en voz altakeque veía por temor.&
tricción, desempeñan u n papel caracteristico*. desvelar su propia inmoralidad. El engafio del mago sólo 'se
¿Cómo influyen los actos en nuestra concepción de la descubrió cuando un niño ingenuo preguntó por qué el rey
persona? Ésta puede sufnr el contragolpe de todo acto estaba desnudo. La inocencia indiscutida del niño supn-
nuevo, pues acordaremos a la persona una libertad, una mió la relación establecida por el mago entre lo que se veh
capacidad de cambiar: mientras más se hunde una persona y la moralidad del sujeto:
en la historia, más rígida se vuelve la imagen que de ella Esta narración, que.establece una. interacción enm el
tenemos. Pero esta rigidez permanece siempre relativa: eila carácbr del sujeto y sus percepciones, lleve hasta el lfmie
está a la merced de un cambio de perspectiva que atribuirá la interacción admitida frecuentemente entre .el sujeto y .
más importancia, para su~esirhcturaci6n,.a ciertos actos sus apreciaciones, e infunde la sospecha sobre toáas sus
olvidados antes y de los que se subrayartí el carácter deter- drmaciones que no serian controlables.
minante. Puesto que, salvo cuando se trata de personas Los actos pasados contribuyen a la buena o a la mala
cuya naturaleza es dada a priori, tales como Dios o Sata- reputación de la gente. El buen renombre del que se goza
nás,.las personas no son conocidas sino a través de sus se vuelve un capital que se ha incorporado a la persona, un
manifestaciones, nuestra concepción humanista del dere- activo que es legítimo utiliiar en caso de necesidad. Aún
cho impide castigar a los hombres de una manera preventi- m&, crea un prejuicio favorable o desfavorable, pues es en
va antes .de que hayan wmetido un delito: la libertad que el contexto formado por la persona donde se interpretara,
se les atribuye prohíbe asimilarlos a u n animal nocivo, a todos sus actos; atribuyéndole una intencidn conforme a la
una serpiente venenosa, o a un perro rabioso. Todo acto se idea que nos hacemos de eila.
considera.menos como el indicio de una naturaleza inva- Este fenómeno de interpretación permitió d psic6logo
riable que como una contribución a la constnicción de la americano S. E. Asch criticar.10~métodos de 6- colegas
persona, que no.se termina sino con su muerte. que habían constatado que la misma proposición se juzgti,
El juicio que se da sobre la persona de otro, por .reflejo ba de una manera favorable o desfavorable segun que fuera
puede recaer sobre la persona del juez. Si este ÚItimo acusa atribuida a uno o a otro autor: ellos veían allí la hfhencia
a alguien, sin razón, de ligereza o parcialidad, podremos del prestigio que creían irracional. Asch mostró .que &te
'
tacharlo a su vez de lo uno o de lo otro. Cuando se trata de no era el caso, pues el juicio se interpretaba de manera
apreciaciones fundadas sobre una interpretación a menu- diferente según el contexto.dado por la .persona de su
do muy controvertida, en ausencia de criterios indiscuti- aut0I2~.
bles, todo juicio puede ser devuelto contra quien lo emite. El caso más llamativo de interpretaciones divergentes
Según una leyenda oriental, un mago habla convencido al se refiere a la actividad de las personas como Dios y
rey de que los vestidos que él le daba no serían vistos sino nás, cuya conducta se juzga por anticipado de manera fa-
por las personas de una moralidad irreprochable. Ningún vorable o desfavorable. Mientras que amboscontribuyer~~

24. S. E.Asch, "l?ie Doctrine of Suggestion. Prestige and Imita.


23. Cf.Ch. Perelman y Olb~chts-Tyteca,"Acte et personne dan8 in S&I P s y c h o ~ "P, ~ ~ c h o k m,
gd vol. 55,1948, págs.
l'argumentation", RhCtorique et philosophic, París, 1952, pdgs. 49-84. 250-276.
Las awmn<tos basnaos 129
sobre la estruttnra de lo mal

a producirle aflicciones de .toda clase a Job, Calvino nos a una verdad demostrable -un hecho siempre será supe-
asegura que Dios obró bien y Satanás de manera reprocha- rior a la autoridad del Lord Maire-, pero no'es lo mismo
ble porque sus intenciones eran diametralmente opues- cuando se trata de opiniones o de juicios de valor; lo más
tas=. frecuente en una controversia no es que se discuta el argu-
Es la intención que se esconde detrás de los actos lo que mento de autoridad, sino la autoridad invocada. Pascal,
se vuelve esencial, es eila la que hay que buscar detrás de que se burla de las "gentes de condición", no duda en inVo-
las manifestaciones exteriores de la persona, pues ella es la car la de san Agustín, y Calvino opone a la autoridad de la
que les da su significación y alcance. De allí un doble jui- iglesia, la autoridad de los profetas. .
cio: el uno referente al acto mismo, el otro relativo al agen- Las autoridades que se invocan son muy variadas: a
te: "se habla no sin razón. -escribe Lalande- de erroxes veces será la "opinión unánime" o fa "opinión común", a
inteligentes (Descartes está lleno de ellos), de crímenes o veces ciertas categorias de hombres: "los sabios",~~"los fi16-
de delitos honrosos, como san Vicente de Paul engaiíando sofos", "los padres de la iglesia", "los profetas"; a veces la
para los pobres."2B autoridad será impersonak "la física*, "la doctrina", "la
La infiuencia de la persona sobre la manera de acoger religión", "la Biblia"; a veces se tratará de autoridades de-
sus actos se ejerce por intermedio del prestigio, que es la signadas espe~ialrnente~~.
cualidad de aquellos que producen en los otros la propen- El argumento de autoridad no tiene interés sino en la
sión a i~nitarlos~~. . ausencia de prueba demostrativa. Él vendrá en .apoyo de
-. "El ejemplo de los grandes -escribe Gracián- es tan otros argumentos, y quien lo utiliza no dejará de valorar la
buen retórico que persuade hasta para las cosas más infa- autoridad que concuerda con su tesis, mientras que se
me~''~. Se imita su comportamiento y se adoptan sus opi- devalúa la autoridad que sostiene la tesis del adversario.
niones. De ailí la importancia del argumento de autoridad En el limite, la autoridad indiscutida es la autoridad divi-
donde el prestigio de una persona o de un grupo de perso- na. Es el argumento fundamental que jwti6ca la sumisihn
nas se utiiiza para hacer admitir una.tesis. a la paiabra de Jesús:
El argumento de autoridad -argmzenhtrn ad ve7mn-
, diam- fue vivamente combatido en los medios científicos, Un maestro (Jesús) en quien aparece tanta autoridad,
porque fue uíilizado ampliamente de manera abusiva para aunque su doctrina sea oscura, merece bien que se crea en su
oponerse a toda novedad, a todo descubrimiento y a todo palabra: ipsum audite...No busquemos las razones de las ver-
cambio, en la medida en que ellos se oponían a autoridades dades que 61 nos enseña: toda la razón es que él hab16j0.
consideradas como infalibles.
Es claro que ninguna autoridad puede prevalecer frente Salvo cuando se trata de una autoridad absoluta, en el
conflicto entre autoridades se necesita un criterio para es-
coger: el fundamento más invocado en nuestros dias es la,
25. Cf. Calvino,Institution de la nlGion chr¿tienrte, op. cit, L 1, Ch.
XMl,91.
26. A. Lalande, La raison et les wrmcs, París, 1948, pág. 196. 29. T A,, pág. 413.
27. Cf.E Dupréei, Socioiogiegénérak,París, 1948, pág. 66. 30. Bossuet, op, cit., val. ir, "Sur la mumission due i~ la parole de
28. L'hommc & mur, Augsbourg, 1710, pág. 217. jeus-Christ", pigs. 117-121.
h arguinnitos basados 13 1
sobre la estructura de lo nal

competencia, pero se conocen otros fundamentos, tales Lo que se puede oponer a la bondad y a la justicia de Dios
como la tradición, la antigüedad, la universalidad La bús- no es sino apariencia, que sería fuerte contra un hombre,
queda de u n fundamento nuevo se acompaña frecuente- pero que se vuelve nula cuando se aplica a Dios, y cuando se
mente con el rechazo de las autoridades establecidas. la pone en la balanza con las demostraciones que nos asegu-
Un uso curioso del argumento de autoridad es aquel en ran la perfección inñnita de sus atributos92.
el que la autoridad cal3cada muestra ser incapaz de com-
prender una afirmación, 1o.queileva a la conclusión de que Las técnicas indicadas, que impiden la interacción en
ésta es incomprensible, que nadie,puedecomprenderla3'. u n sentido o en otro, pueden ser calificadas de técnicas de
Para evitar.conflictos de,competencia, el derecho hizo ruptura, pero éstas tienen muy rara vez la ocasión de ma-
de la "competencia" una noción técnica. Es competente nifestarse en la argumentación. Lo que es frecuente, al
para juzgar un litigio el juez designado conforme a las re- contrario, son las técnicas de freno que buscan no supri-
glas del procedimiento. Él es el que zanjard con autoridad, mir, sino restringir el alcance de un acto, su intluencia -so-
y la autoridad de la cosa juzgada puede ser asimilada a la bre la imagen de la persona.
verdad ante -lacual todo el mundo deberá inclinarse. El.papel del prejuicio o de la prevención favorable ,o
La interacción de la persona y de susactos, que es nor- desfavorable es,mantener, en la medida de lo posible, la
mal en toda argumentaci611, puede suprimirse o frenarse: opinión que se tiene de la persona contra los actos que pa-
en ciertos casos apartaremos la influencia de la persona recen a primera vista contradecirla. Se interpretará el acto
sobre .el acto, en otros la del acto sobre la persona. conforme al prejuicio, de manera que se guarde una ade-
Cuando se dispone de un medio para probar una ver- cuación entre el acto así-interpretado y la concepción que
dad, para -establecer un hecho de manera indiscutible, la habíamos elaborado de la persona. Si la discordancia entre
cualidad de quien la afirma no modiñca en nada el status los dos es demasiado patente, se recurrirá a otras técnicas
de la afirmación. No es porque un criminal ha inventado la de freno para impedir una influencia muy grande del acto
fórmula de un veneno por lo que podemos dudar del valor sobre el agente. Se consideran como despreciables los actos
de su receta. (Al contrario, "un error, de hecho, sume a un muy antiguos, aquellos actos infantiles o de adolescencia;
i hombre prudente en el ridículo", la interacción es reem- o aquellos que se.refieren a cierto dominio; o aquellos.que
plazada por una.acción-queva del acto ,haciala persona). son excepcionales porque han sido cometidos en un estado
Para obtener el efecto inverso, para poner la persona al de embriaguez o por efecto de una fuerte emoción; o se
abrigo, será preciso considerarla como perfecta, como divi- responsabilizará al medio, a la mala educación, a las malas
na. Todo lo que Dios hace o dice debe interpretarse en fun- , amistades.
ción de su perfección, nada podría oponérsele. Es lo que Cuando es el acto o el juicio el que se quiere poner al
Leibniz subrayó en sus Emajos áe Teodicea: abrigo de la idea que uno se hace de la persona, lo relacio-
naremos con otra fuente. Para que los sermones de los pre-

31. Este .oscuro pasaje .se puede entender refiriéndonos a ?: A., 32. Leiiniz, Oeuvres, ed. Gerhardt, vol. 6, Essais de Thédicéc, pág.
psgs. 415-416 (N del T).
132 EL IMPERIO RET~RICC! Los awummm basados 133
sobre la estructura de lo real

dicadores corrompidos sean escuchados con respeto, Pero de manera inversa, los propósitos del orador dan
h s s u e t retorna para su propósito una analogía de san de 61una imagen cuya importancia no debe subestimarse:
Agustín: . Aristóteles la considera, bajo el nombre de ethos oratorio,
como uno de los tres componentes de la eficacia en la
La zarza lleva un fmto que no le pertenecq pero que no es p e r s ~ a s i ó nsiendo
~ ~ , los otros dos el logos y el pathos, el ila-
menos el fiuto de la Wia, aunque está apoyado sobre la zar- mado a la razón por medio de argumentos y los procedi-
za... No desdeñéis esta uva con pretexto de que la veis entre mientos retóricos que tratan de suscitar las pasiones del
espinas, no rechacéis esta doctrina porque está rodeada de auditorio.
mal& costumbres; ella no deja de tener origen en Dias.. .". Sobre el modelo del nexo acto-persona,serán elaborados
. ..
otros nexos de coexistencia, cuyo empleo es ~~ir8cterlstico
Al contrario;quien quiere atacar un testimonio o una de las ciencias humanas. Cuando las ciencias históricas
apreciación tratará de establecer una solidaridad entre el desplazaron su centro de interés de los individuos hacia
agente y los actos, descalificando a aquel de quien emanan. los pueblos, los períodos, las instituciones, los regímenes
Aristóteles aconseja en su Retórica, "acusar a nuestro tur- políticos y económicos, ellas insistirán sobre nuevas ca-
no a alguien que nos acusa, pues seda el absurdo mismo tegorías. construidas a partir de la persona. Como ésta se
que el acusador fuese juzgado indigno de confianza y que manifiesta a través de sus actos, los grupos nacionales se
sus palabras mereciesen manifiestan a través de sus miembros. Gracias a.estosúlti-
.Los ataques ad personam fueron aconsejados por teóri- mos es como se podrá descubrir el Volkgeist.Por otra parte,
cos de la antigüedad. En nuestros días,-salvocuando se tra- la idea que se hace del grupo, el prejuicio favorable o desfa-
ta de descalificar a un testigo extraviado, el recurso a tales vorable que se tiene respecto a &repercute sobre la acti-
procedimientos es mal visto. En todo caso, en las materias tud que se adopta hacia aquellos que hacen parte de el.
donde las técnicas de ruptura permiten separar el orador Pero los nexos individuo-grupo presentan problemas
de su discurso, es difícil e ineficaz atacar al orador más que suigenetZs que se deben al hecho de que el individuo hace
a la tesis .queél defiende. parte normalmente de varios grupos y que no se sabe decir
i .Cuando se trata no de hechos sino de opiniones, y sobre siempre, sin dudar, con cuál de ellos es solidario, y cual es
todo de apreciaciones, no s6l0 la persona del orador, sino el grupo que representa.. Este problema no se plantea ja-
también la función que ejerce, el papel que asume, inílu- más en el lazo establecido entre una persona y sus actos.
yen innegablemente en la manera como el auditorio acoge- Es así como el miembro de u n grupo minoritario .se
rá sus palabras: las mismas observaciones pronunciadas considera más fácilmente representativo que el .miembro
por el abogado, el procurador o el juezse reciban y.com- de un grupo mayoritario: un negro perdido en una pobla-
prenderbn de maneras muy diferentes. ción blanca, un blanco perdido entre negros, un extranjero
en una masa de indígenas, darán más posibilidades de una
generalización. Seria ridículo considerar a cada indígena
3~%ssuet, op. cit., vol. u, "Sur les vaines excuses des pécheurs",
París, GarSier, pág. 489.
34.Retó&a, L.1, 141a.
Lar agunimtac b a w h 135
sobre k esmutnra dc lo real

como representativo del grupo mayoritario; al contrario, cursores o retrasados, o que se les asignar$ a un periodo
será considerado más fácilmente por sus compatriotas, posterior o anterior .aaquel en que efectivamente vivieron.
como representante de un subgrupo regional, confesional Se admitirá fácilmente que el esfuerzo de sistematización
o profesional. y de explicación de una realidad compleja y múltiple, no
Se es miembro de ciertos grupos desde el nacimiento y puede realizarse sin admitir excepciones que aparecerán
durante toda la vida, según la raza o el pueblo en que se como secundariascon relaci6n al cuadro de conjunto.
nació. Se entra en otros grupos, sean políticos o profesio- Sobre el mismo modelo se tratarán las corrientes litera-
nales, en cierto momento y uno se puede también retirar rias y artísticas (el romanticismo), $e estilos (el barroco),
de ellos. Algunos grupos son reconocidos y protegidos por de estructuras econdmicas o jurídicas [el capitalismo, el
las instituciones, el derecho, las costumbres, las tradicio- feudalismo), de ideologías (el liberalismo, el socialismo),
nes. Otros, tales como los grupos de amigos en una clase, de todas las categorias.delas que la historia no puede pres-
en un equipo deportivo, se constituyen espontáneamente cinW6.
y se desmedran después de algún tiempo. Las culturas, La manera como se elaboran estas categorías, estos ti-
las religiones, las ideologías contribuyen a los nexos de so- pos ideales, como los Uama Max Weber, y la relación que
lidaridad entre los miembros de u n grupo, que se acentúan tienen con la experiencia, con las "fuentes" de la historia,
en caso de conflicto con otros grupos, sobre todo en caso determinarán la mayor parte de los problemas metodológi-
de guerra nacional o de guerra civil. cos específicos de las ciencias humanas. Los estudios con-
Algunos individuos son considerados por sus funcio- sagrados a la.periodizacibn e n historia dan numerosas
nes como representativos: el embajador de un país extran- ilustraciones. . . : : . , -

jero, el jefe de una iglesia, el pzsidente de un partido, son No olvidemos, en efecto, que las categorías elaboradas
voceros designados institucionalmente; pero ¿en qué me- en las ciencias humanas no tienen la rigidez .y la estabi-
dida es esto cierto de los otros miembros del grupo? Nor- lidad de los objetos, ni son garantizadas por relaciones
malmente la acción de cada miembro tiene infiuencia biológicas, como en las especies. animales, sino que son
sobre la opinión que los extraños d grupo se hacen de este constnicciones del espíritu, ligadas a una distinción entre
- ; último. Para romper esta solidaridad se instituirán igual- lo que es esencial y lo que es accesorio, accidental o despre-
mente técnicas de ruptura o de freno,trátese de la exclu- ciable. El nexo de coexistencia más general será la relación
sión de un miembro o de su condena oficial; la ruptura del entre la esencia y los actos que son su manifestación: el e6-
nexo deberá ser tanto más manifiesta en cuanto que este fuerza de los metafisicos por explicar, mediante una esen-
miembro podría ser considerado más representativo. cia común, lo que los individuos tienen en común; y por la
Los nexos de coexistencia servirán para establecer una intervención de elementos exteriores, tales como la mate-
relación entre los acontecimientos, los hombres, las obras ria, el accidente, lo que los diversiñca, puede estar cerca de
y el período de h historia en la que Bstos surgen. Se habla- todas las técnicas argumentativas utilizadas en el estableci-
rd del hombre de la Edad Media o del Renacimiento, de miento de los nexos de coexistencia.
quienes se describirá el representante ideal. Es verdad que
será preciso admitir excepciones, que se calificarán de pre- 36. Cf.Les catégories m histoire, éd. par
..C fedman, Bnixelles,
1969.
66
136 EL IMPERIO RETORICO Los argumentos baradoj 137
sobre la estrvctura de & real

-. Es en relación con la esencia como se comprenderá la En una concepción romtíntica del universo, donde la
oposición entre el abuso y el uso; el abuso sirve para desig- naturaleza parece participar de la vida de los hombres, los
nar las actividades que no deberían reaccionar sobre la acontecimientos que se asemejan se reflejan en el cielo;
idea que uno se hace del funcionamiento, gracias a una nada más característico con relación a esto, que el cielo
técnica de-ruptura, que permite guardar la esencia al abri- trágico que forma el telón de fondo de buen ntímero de
go de lo que es abusivo. De la misma manera, las ideas de cuadros que presentan la.crucifixión de Jesús. Observemos
carencia.^ de demhse definen explícita o implícitamen- que a consecuencia del carácter irracional de la mayor par-
te con relación a la esencia, 1 te de las narraciones que presentan el lazo simbólico, las
' . Una esencia podrá aproximarse con la persona gracias técnicas de ruptura y de freno no pueden encontrar allí
a las figuras de retórica, tales como la personificación, la casi aplicación.
prusopopega y el apósirofi.. Sólo cuando el lazo simbólico ha sido institucionali-
zado, la argumentación puede, en esta perspectiva, desem-
3.El nexo simbblico, las doblesjerarquiás, peñar un papel. Si el rey es símbolo del Estado, cesa de
las d$i?rencias de orden cumplir con ese papel después de su abdicación. Sucede,
sin embargo, que el símbolo sea escogido no porque encar-
Se podría relacionar el nexo simbólico con los nexos de ne al país, en lo que el tiene de mejor, como un premio
coexistencia tal como.el que existe entre el símbolo y lo Nobel o un campeón de boxeo, sino porque no tiene nin-
que evoca y que se caracteriza por una relación de p a r e - -gúnsigno distintivo individualizado que lo distingue de la
pación, apoyada en una visión mítica o especulativa de un masa, tal como el soldado desconocido. No. obstante, él
conjunto del que símbolo y simbolizado hacen igualmente permitirá concentrar sobre éste los homenajes de todos
parte. En tal visión, realidades-que están alejadas en el aquellos que quisieran honrar a través de 61 a la nación y a
tiempo pueden, sin embargo, considerarse como coexis- todos aquelos que se han sacrificado por su salvación. .
tiendo dentro de una concepción intemporal de La historia. En la medida en que el símbolo da una presencia a lo
Es así como Adán,-consideradocomo la prefigura del Cris- que simboliza es como podrá servir a u- figura de retóri-
to, no se encuentra con este último en una relación de ca, tal como la metonimia.
causalidad, sino en una. relación -de participación en el Fund6ndose sobre la estructura de lo real, tanto sobre
seno de un proyecto divino que los hace solidarios. los nexos de sucesión como sobre los nexos de coexisten-
.A causa de.esta relación de participación, la acción so- cia, se pueden presentar argumentos de doble jerarquía, de
bre el símbolo toca directamente lo simbolizado: escupir l.,
los cuales el argumento a firliori constituye una aplica-
sobre una bandera es mofarse del país que simboliza;blan- ción.
dir la cruz, es hacerse el vocero del cristianismo militante. Cuando la doble jerarquía es puraménte cuantitativa,
Se insulta una religi6n, atacando sus objetos de culto; el puede fundarse sobre una correlación estadística; tal como
símbolo es indispensable para suscitar un fervor reiigioso este razonamiento que concluye del hecho de que un hom.
o patriótico, pues la emoción difícilmente puede producir- bre es más grande que otro que sus piernas son igualmente
se con una idea puramente abstracta. más largas. Pero las más interesantes son las dobles jerar-
138 EL IMPERIO RETÓRICO

quias cualitativas;,porejemplo, la que concluye de la supe- nes de moral: "no te conduzcascomo un cerdo o una bestia
rioridad de un fin la superioridad del medio que permite salvaje"; "condúcete como una persona mayor", .-se le dirá
realizar el fin preferible3'. La superioridad de los hombres al niño.
con relación a los pájaros se basa en e1,argurnentoafortio- Pero es obvio que la eficacia de este argumento presu-
ri, según el cual, "Dios, habiendo cuidado de los pajarillos, pone el acuerdo sobre la jerarquía de partida: sólo en una
no olvidard a las criaturas razonables que le son infinita- sociedad que admite una visión aristocrhtica de la socie-
mente más querida$"'. dad, la conducta de los nobles será noble y la de.losvilla-
Los argumentos de doble jerarquía más frecuentes es- nos, es decir la de los habitantes del campo, será v i l h a .
tán fundados sobre .los lazos de coexistencia y especial- Para terminar el examen de los argumentos fundados
mente sobre la relación entre una pers0na.y.sus actos. sobre la estructura de lo real, será útil señalar la importan-
Aristóteles lo expresa muy claramente en estos términos: cia que se da a la diferencia de naturaleza o de orden con
relación a las simples diferencias de grado.
El atributo que pertenece a un sujeto mejor y más honro-
.: so, es también preferible: por ejemplo, lo que pertenece a La introducción de consideraciones reletivas al orden que
Dios es preferible a lo que el hombre,y lo que per- resultan de la oposición entre una diferencia de grado y una
tenece al alma a lo que pertenece al cuerpos. diferencia de naturaleza, o entre una diferenciade modalidad
y una diferencia de principio, tiene por efecto minimizar las
.Es así como las leyes divinas son superiores a las leyes diferencias de grado, igualar más o menos los .&mino8 que
de los hombresMy el saber sin mezcla del que se nutre el no difieren entre.si, sino por la intensidad, y acentuar lo que
pensamiento de un Dios es superior a la opinión, que , los separa de los términos de otro orden. Al contrario, la

constituye el alimento de las almas humanas". Si hay una transformación de diferencias de orden en diferenciasde-gra-
jerarquía de seres, se le puede hacer corresponder una je- do, produce el efecto inverso; elia pone en relación ihninos
rarquía de conductas: para Plotino la regla. de conducta que precian separados por un4imite infranqueable y valori-
que se impone es la de acercarse al Uno y alejarse de los za las distancias entre los gradas". .. . .
i objetos sensibles que son los últimos de todo*: la Ontolo-
gía servirá de fundamento a la jerarquía de conductas. Los defensores del plan Marshall establecido para Eu-
De la superioridad de los hombres sobre los animales, ropa, asolada por la guerra, y concebido como un plan de
de los adultos sobre los niños, se sacarán fácilmente leccio- reconstrucción, pretendían que una reducción de los crd-
ditos del 25 por ciento lo transformaría en un programa de
asistencia: una diferencia cuantitativa se presentaba como
37.Cf. Aristóteles, Tópicos, L. UI, 116b, 25-30.: . - una diferencia de naturaleza.
. 38. Leibniz, Oeuvres, op,cit., vol. iv, Discurso dc mctafiiaz, xxxvn, ¿En qué momento un diferencia cuantitativa se vuelve
pág. 463.
39.TÓ~UOS, i.m, ii6b, 25-30. una diferencia cualitativa? ¿Cuántos cabellos es preciso
40. Sófocle~,Antbonu.
41. Platón. Fedro. 247d-248b.
43. T A, pág. 464.
68
Los argumentos b i u a d o J 141
sobre la cstwiura de lo real

arrancar a u n hombre para que se vuelva calvo?Es preciso brá alguna diferencia entre el valor perdido, pero ninguna
una decisión que permita este triinsito que transforma una e n la impericia del piloto"46.
diferencia de grado en diferencia de naturaleza. Una moral fundada sobre la conformidad a principios o
Por la periodización de la historia, se transforman diie- al deber no hará distinciones cuantitativas entre los actos,.
rencias continuas y graduales en diferencias de naturaleza. como una moral fundada sobre la importancia de las con-
La Edad Media difiere del Renacimiento y de los Tiempos secuenciasde un acto.
Modernos de una manera esencial y no simplemente por
matices. Estos periodos deberán ser separados por aconte-
cimientos que marcan hitos, que justifican la ruptura. El
comienzo de una nueva era siempre será caracterizado por
hechos de una importancia tal que lo que viene después
tiene que ser esencialmente diferente de lo que sucedió
antes: después de Jesús, para un cristiano,.eldestino de la
humanidad ha sido trastornado. Toda división en períodos
se funda sobre juicios de valor característicos.
Al contrario, insertando le especie humana (gracias a la
teoría de la evolución de las especies) en el reino animal,
se transforma en una diferencia de grado lo que antes
constituía un foso infranqueable caracterizado por la pre-
sencia en el hombre de un alma de origen divino.
Mientras que Montaigne, luchando contra la importan-
cia otorgada a la muerte, nos presenta toda nuestra vida
como una serie de sacudidas que marcan el paso de la ju-
ventud hacia la vejez y, en la que la muerte no sería sino la
i últimaM; Bossuet disminuye la distancia que separa a los
: hombres entre sí, mostrándolos a todos iguales ante la
muerte45.
Los estoicos establecían una diferencia fundamental
entre los hombres virtuosos y los demás: "la materia de la
falta puede ser más o menos considerable, pero la falta en
sí misma no es... ni más ni menos. Cuando un piloto pierde
una nave cargada de oro o una barca caxgada de paja, ha-

44. Montaigne,Ensallos, L.r, cap. xx. Pliiade, pág. 504


45. Bossuet, Sennons, vol. E, "Sur l'honaeurn,pág. 173.
l
La argumentanOcn por el ejemplo,
la i h s t r d ó n 8 el modelo
l.

1.La argumentación por e2 ejemplo

Argumentar por el ejemplo ea presuponer la existencia


de algunas regularidades de las que los ejemplos darán una
concreción. Lo que podrá ser discutido, cuando se recurre
a ejemplos, es el alcance de la regla, el grado de generaliza-
ción que justifica el caso particular, pero no el principio
mismo de la generalización.
Desde este punto de vista, la argurnentaci6n por el
ejemplo se rehúsa a considerar lo que es evocado como
siendo único, ligado de manera indisoluble al contexto en
el cual el acontecimiento descrito se ha producido. Por el
contrario, es a partir del caso particular que se busca la ley
o la estructura que él revela. Es así como una narración
que cuenta la manera como un hombre mediante su traba-
jo y talento se ha elevado en la escala social, aun si de ella
no se saca ninguna lección explícita, constituye sin embar-
go una lecci6n de optimismo y de fe en la sociedad que per-
mite tal éxito.
Si la descripción de una sittiación semejante puede de-
jarnos en la duda en cuanto a su alcance, la evocación de
algún número de ejemplos de la misma naturaleza no pue-
de dejar ninguna duda en el espíritu del lector: se trata de
una argumentación que busca pasar del caso particular a
una generalización. Es la impresión irresistible que dan en
una pieza de Marcel Aymé ( ~ cabeza a k los de*) dos
procuradores "igualmente preocupados por su carrera,
70
igualmente engañados por sus esposas, igualmente hipó- E3 argumento por el ejemplo siempre puede ser discuti.
critas, ingenuamente cormptos y satisfechos de sí mis- do; no sucede lo mismo con el caso invalidante que, a me-
mos"'. Saint-John Perse se sirve de esta técnica de poner nos que sea descalificado, obliga a rechazar la regla a la que
en plural, hablando de los Coliseos, de las Castillas o de las se opone o por lo menos a modificarla: es la r d n de la
Floridas, para dar a lo que es único un valor de arquetipo, importancia que le ha atribuido en. su metodología Karl
incitando a la generalizaci6n2. Poppers.
La argumentación por el ejemplo se propone a veces La utilización de un mismo concepto para describir a-
pasar de un ejemplo, no a una regla, sino a otro caso parti- sos diversos permite Fácilmente su asimilación entre si, lo
cular. Es así, describe AristÓteles, como el ejemplo de que pare& resultar de la naturaleza misma de las cosa% ES ~

Darío y Jerjes -reyes de Persia-, que no pasaron a Europa gracias al lenguaje coma aparecerá natural subsumir bajo
sino después de haberse apoderado de Egipto, nos permite una misma regla situaciones que habrán sido calificadasde
afirmar que el príncipe del que se trate, buscará igualmen- la misma manera. El deseo de diferenciar situaciones des-
te apoderarse de Egipto para pasar a.Europa3. critas por medio de un mismo término,-es el-quedeberá ser
Es importante en esta forma de argumentar que el jtistifiwdo.
ejemplo escogido no pueda ser discutido, pues es la reali-
dad de lo que se evoca lo que sirve de fundamento a la con- 2.La ilustración
clusión. Pero, ¿cuál puede ser el alcance de Bsta? Para no
generalizar indebidamente, es dtil partir de ejemplos sufi- Mienttas que la argumentación por el ejemplo sirve
cientemente variados, para que sea menor el riesgo de un para fundar o una previsión o una regla, el caso particular
extravío en la generalización. Los.cánones de John Stuart desempeña otro papel cuando la regla ya ha sido admitida:
MU referentes a -las variaciones concomitantes dan, con sirve esencialmente para ilustrar, es decir, para darle una
relación a esto, preciosas indicaciones metodológicas. cierta presencia dentro de la conciencia. Por esta razón,
.Blargumento por el ejemplo, si se combina con el argu- mientras que la realidad del ejemplo debe ser indi~cutid~,
mento afortiori,da lugar al recurso del ejemplo jerarquiza- la ilustración debe sobm todo ser. llamativa para la imagi-
1 do, tal como lo señala Aiistóteles: nación. La manera de señalar y de descniir el caso.pad.
i ,
cular dependerá esencialmente del papel que desempeñe
[Todos los pueblos honran a los sabios]: por ejemplo, los en la argumentación: sirve para establecer la regla gracias
Paros han honrado a Arquiloco, a pesar de su difamación;y a la inducción, o sirve para darle una presencia?
los Kíos a Hornero, que a pesar de todo no era su conciudada- Algunos escritores como Edgar Mari Poe y Villiers de
no; y los mitilenos a Safo,aunque era mujer; y los lacederno- 1'1sle-Adam aprovecharon esta característica de la ilustra.
nios a Quüón, aunque tenían poco gusto por las letras4. ción para dar credibiiidad a sus.cuentos fantásticos: co-
mienzan a menudo sus narraciones con el enunciado de
--

l. L.OIbrechts-Tytea,op. cit., phg. 280.


2. Cf.R Caillois,PoétiquedcSaint.John P m ,París,1954,pdg. 152.
3.Aristóteles, Retórico, L.u, 1393h
4. M , 1393; . . 5. Cf.K.Popper, La bita del dcscubn'mimtocimtífio, p a i d ó 7
146 EL IMPERIO RETÓRICO La argunteñtdn por el &npIo, 147
h üuJtraeióny el d e &

una regla que los acontecimientos que relatan presumible- más que todo la fortuna que la voluntad de algunos hom-
mente van a ilustrar, . bres en uso de razón los que los han dispuesto'!
Ei paso del ejemplo a la ilustración se hace de manera Después de haber mostrado que las leyes formuladas
insensible cuando se trata primero de justificar una regla por un sólo legislador, tal como Licurgo en Esparta; que la
antes de ilustrarla. Los primeros ejemplos deberán ser co- verdadera religión de la que s610 Dios ha hecho sus órde-
múnmente admitidos, pues su papel es dar credibilidad a nes, son superiores a lo que es obra de varios, podrd dar
la regla, los siguientes; una vez la regla es admitida, serán alguna credibilidad a su propioproyecto que, una vez esta-
sostenidos, en cambio, por esta iütima. blecida la regla, no parecerá sino simple aplicación de ella.
Descartes se sirve hábiiente de esta doble técnica al Pues lo que propone hubiera parecido descabellado sin es-
comienzo de la segunda parte del Discurso del Método: tas precauciones oratorias, a saber: u n desafio, gracias a la
duda metódica, "de las ciencias de los libros", por lo menos
...Se me ocumó considerar.-escribe él-, que a menudo aquellas que se han-"compuesto y han crecido poco a poco
no.haytanta perfección en ias obras compuestas de varias con opiniones de diversas personas", para reconstruir con
piezas y hechas par varios maestros, que'en aqueilas en las el esfuerzo de uno solo un saber sobre la razón, siguiendo
que uno solo ha trabajado. las cuatro reglas de su método.
La serie de ejemplos relativos a una misma regla, proce-
Esta idea, una de las mris caras a l clasicismo y a la mo- de del fundamento de la regla por medio de -casosparticu-
narquía centralizadora, y por la cual se oponen al feuda- lares para ilegar, gracias a la regla .así establecida, a hacer
lismo - medieval y -al pluralismo del Renacimiento, sed plausible su propia empresa, la cual tiende a aplicar en el
justificada primero por la enumeración de lo que le parecía dominio de la ciencia lo que se ha establecido por conside-
evidente a un hombre del siglo xw,a saber, -"que los edifi- raciones relativas al arte de construir y de legislar.
cios que un solo arquitecto ha emprendido y acabado, por Sucede que el caso particular, a la vez que ilustra la re-
costumbre son más bellos y mejor ordenados que aquellos gla, sirve para enunciarla al mismo-tiempo de una manera
que varios han tratado de arreglar, haciendo servir viejas concreta: "piedra que rueda no recoge musgo". veces la
j murallas que habían sido consideradas para otros h e s . regla se confirma por la comparación entre dos casos de
Así, estas antiguas ciudades que no eran al comienzo sino aplicación: "Son las circunstanciaslas que muestran a los
burgos y se han vuelto con el transcurso del tiempo gran- hombres; cuando las circunstancias se presentan, sueña
des ciudades, ordinariamente son tan mal acompasadas al que Dios, como maestro de gimnasia, te hace combatir con
precio de estos lugares regulares que un ingeniero traza en un rudo ad~ersario"~.
su fantasía. en una fianura, que aunque considerando sus A veces la ilustración no m i s t e en la descripción de
edificios cada uno aparte se encuentra a menudo tanto o un acontecimiento histórico, sino en la narración de un
más arte que en el de los otros, sin embargo al verlas c6mo caso ficticio imaginado por el autor, como aquel de los ma-
están organizados, aquí uno grande, allá otro pequeño y
cómo están sus calles curvas y desiguales, se diría que es
6. Epicteto, Entrctim, L. 1, Gxxiv, "Les StoZciens", Pléiade, p8g.
860.
72
148 E L IMPERIO R E T ~ R I C O La aqumnitacibn por el ejemplo, '149
la ilustracidny el d e l o

rineros que escogían a. la suerte a su capitán a quien prestar atención a lo que hacen y a.10 que dicen. Todo el
confiaban la dirección del navío, y esto para ridiculizar la discurso de Isócrates,.A Nicocks, se inspira en esta idea:
regla de la democracia ateniense que designaba de esta ma-
nera a los magistrados .de la ciudad7. Las utopias pueden Da tu propia ponderación en ejemplos a los otros, acor-
desempeñar esta misma funciiin. dándote que las costumbres de un pueblo se asemejan a las de
Se sacarán efe-s retóricos de la ilustración volunta- quienes lo gobiernan. Tú tendrás un testimonio del valor de
riamente inadecuada, cuando los actos descritos desmien- tu autoridad real, cuando constates que tus súbditoshan ad-
ten o a la regla, o la calificación que precede su enunciado. quirido mayor comodidad y costumbres mejor reguladas gra-
El recurso a la ironta es utilizado con brío por Marco An- cias a tu actividade. - . . t .

tonio en el discurso pronunciado ante el cuerpo de César,


en el que repite en varias ocasiones que "Bruto es un hom- E3 modelo juzga por sí mismo aquello .que vale más,
bre honrado", y describe.en detalle sus actos de ingratitud aunque pueda inspirarse, a su vez, en un modelo :divino,
y de traición que testimonian lo contrarios. tal como santa Teresa de Jesús, que trataba de imitar a Je-
sús en su conducta. Pero no se puede contar con un diicer-
nimiento suficiente en todos los imitadores, que pueden
imitar s61o las debilidades de su modelo:
El caso particular en vez de servir de ejemplo o de ilus-
tración.puede.presentarse como modelo para imitar; p r o El ejemplo de la castidad de Alejandro, escribe Pasca1, no
no es una acción cualquiera la que es digna de imitarse: se ha dado tantos continentes como el de su borrachera intem-
imita s610 a quienes se admira, a quienes tienen autoridad perante. No es vergonzoso ser tan virtuoso kmo él, y parece
y un prestigio social, sea debido a su competencia, a sus excusable ser más vicioao que
funciones o al rango que ocupan en la sociedad.
Una decisión de justicia, que sirve de precedente, se Servir de modelo puede producir un.modelo, a saber la
funda obviamente sobre la regla de justicia que exige el tra- imagen idedizada que se ha formdo.de él:quien lo toma
, tamiento igual a situaciones esencialmente semejantes. por modelo. ..-
Pero el juicio del que se inspirará, será el de un tribunal Si el inferior que imita el modelo tiene alguna tenden-
que tiene autoridad, de preferencia la Corte de Casación y, cia a asemejársele, vulgarizandouna conducta, la hace por
en su defecto, el decreto de una.Corte de Apelación. este mismo hecho menos distinguida. De allí el fenómeno
La argumentación por el modelo, como el argumento de de la moda y sus revoluciones periódicas -opuestas a fa es-
autoridad, supone que se trata de una autoridad que por su tabilidad relativa de los vestidos característicos de una cla-
prestigio sirve de caución a la acción considerada. Es la ra- se determinada-, pues cuando la sirvienta se viste como la
zón por la cual aquellos que saben que son modelos deben señora de mundo, ya es hora para que ésta tome su distan-
cia y renueve la moda.
-
7. Platón, La República, 1, VI, 48% 489d. 9, Is6crates, Discoun, t. ir, "A Nim1LV.5 31.
8. ShakespeaqJuliirs Cesar, acta NI, escena u. 10. Pascal, Pensées 182, op. ck,pág. 870.
. Pasamos así del modelo al antimodelo. Si el inferior Lo que es antimodelo y sirve de punto de partida a un
imita al superior, este último no desea por nada en el mun- argumento a contrario, ser6 a veces utilizado por un argu-
do asemejarse al inferior, a quien desprecia y a quien toma mento a firtiori: si las bestias salvajes son capaces @ en-
como ejemplo de mala vida y de mal gusto.. Montaigne era tregarse a -suspequeños, sería indecente para los hombres
muy sensible a la argumentación por el antimodelo: no dar prueba de la misma entrega.
Se percibe mejor el papel del modelo y del antimodelo
. . Hay muchos de mi temperamento que me instruyen más cuando se está seguro de haber encontrado encarnaciones
. por contrariedad que por ejemplo, y por huida que por segui- indubitables, tales como Dios o Satanás. Es por esto que
miento. A esta clase dc disciplina apuntaba el viejo Catón, las morales de inspiración religiosa definirán al justo como
cuando dijo que los sabios tienen que aprender más de los l e aquel que imita a Dios y se conforma con sus prescripcio-
cos que los locos de los sabios. Y este antiguo mhico de lira, nes. . .
que Pausanias cuenta haber acostumbrado a forzar a sus dis- La ventaja de-un modelo perfecto es que no exige dis-
. cípulos ir a escuchar a un mal músico que vivía frente a 151, cernimiento, basta inspirarse en él para estar en el camino
para que aprendiesen a d i sus desacordes y su8 falsas me- recto. Pero nada impide, si es preciso, adaptar este modelo
- lodias". divino al papel que uno quiere hacerle jugar. Bossuet pre-
senta aJesús en varias ocasiones como el modelo de los re-
Basta atribuir una conducta al antimodelo para que tra- , yes:
temos de distinguirnos de él. El caballero de Méré subraya
el efectodel antimodelo sobre su conducta: ...para dar a todos los monarcas que derivan su poder de
él, el ejemplo de modemción y de justicia, quiso él mismo so-
Yo observo también que no se huye sólo de quienes nos meterse a las reglas que ha hecho y a las leyes que estable-
desagradan, sino también de todo lo que les pertenece, y que ci6I9.
se quiere parecer a ellas lo menos posible. Si alaban la paz,
quiero desear la guerra, si son devotos y ordenados, quiero En otro sermón, dirá:
ser libertino y desordenado*.
Este gran Dios sabe todo, ve todo, y sin embargo quiere
Pero si el deseo de asemejarse al modelo da una directi- que todo el mundo le hable; él escucha todo y tiene siempre.el
va suficiente, hay.varias maneras de distinguirse del anti- oído atento a las quejas que se le presentan, siempre listo a
modelo. El contexto indicará la direcci6n a seguir: quien hacer justicia. He aquí el modelo de los reyesI4.
no quiere que se lo tome por Sancho Panza, se asemejará
instintivamente a Don Quijote. Para hcke, Dios es el modelo de la tolerancia, pues,
omnipotente, hubiera podido obligar a los hombres a la sal-

11. Montaigne, Emaaos, L. m, cap. viii. 13. Bossuef Scnnous, vol. 11, "Sur la prédication évangéliquen, Pa-
12. Chevalier de M614 Oeuvres completes, t. u, "Des agrhens", rís, Garnier, p6g. 50.
París, 1930,pbgs. 30-31. 14. "Sur I'ambitionn,iW., pág. 411. 9 1
152 E L IMPERIO R E T ~ R I C O

vación, pero sabemos que no salva a los hombres a pesar


de ellos15.Para el caballero de Méré, Jesús por sus discur-
sos y sus actuaciones nos indica cudn importante es agra-
dar, pues aun la gracia, no es sino la expresión del amor Analogía y metaforu
para aquellos que agradan a Dios. Al contrario, Simone
Weil no duda en señalar la importancia que las parábolas
del evangelio dan a la vida de los campos, y saca de ellas la
conclusión de que el cristianismo es una religibn que exal-
ta a los campesinos y a los pbductos del suelo, el pan y el Las concepciones y el papel de la analogia han variado en
W~O'~. la historia de la ñlosofía. Mientras que para algunos pen-
La riqueza de la argumentación por el modelo radica en sadores, como Platón o santo Tomás, la analogía presenta
que ella permite, aun cuando el modelo sea íinico, acen- un tipo de razonamiento específico e indispensable, para
tuar uno u otro de sus aspectos para sacar cada ves una otros, como los empiristas, ella se limita a afirmar una se-
lección adaptada a las circunstancias. mejanza bastante débil y sirve para la invención de hipóte-
sis, pero debe ser eliminada en la formulación de los
resultados de la investigación científica.
Un teórico de la argumentaciónconstatará que el recur-
so a la analogía constitwje una de las características de la
comunicación y del razonamiento no formales, que en al-
gunos casos la analogía podrd ser eliminada en finde cuen-
tas cuando la conclusión a la cual se llega se resume en una
fórmula matemática, pero que muy a menudo -sobre todo
en flosofia y en la expresión de un pensamiento religio-
so-, ella se encuentra en el centro de una visión original,
sea del universo, sea de las relaciones entre el hombre y la
divinidad.
Pase lo que pase, para conservarla en su especiñcidad,
será preciso interpretar la analogía en función de su senti-
do etimológico de proporción. Ella difiere de la proporción
p b m e n t e matemática, en tanto que no plantea la igual-
dad de dos relaciones, sino que a h a una semejanza de
relaciones. Mientras que en dgebra se afirma:
-a = -,c lo que permite a h a r por simetría:' -c = - a
15. h k e , The Sccond Treatise of Civil Gwernmcnt and A Lctter b d d b'
Concming Tokrution, op. c i t . pág. 137.
16. S. Weil, L'enracinmtcnt, París, 1949, pBg. 82.
154 EL IMPERIO R B T ~ R I C O

y efectuar sobre es- términos operaciones matemáticas . Cuando un niiio introduce el.braeo.enun vaso de boca es-

-
que conducirán a ecuaciones como: ad cb = O, en la ana- trecha para sacar higos y nueces y iiena su mano, ¿qué le su-
logía se afirma que a es a b como c es a d. No se trata ya de ceder$? No podri sacar la mano y Ilorfirá;suelta algunas -se
una división, sino de una relación cualquiera que se asimi- le dice- y podrásretkar tu mano. Tii haz de la misma maneni
la a otra relación. Entre la pareja a-b, -el tema de la analo- eon tus deseos. No desees sino un pequeno número de coses
gía- y la pareja o-d -el foro de la analogía-, no se afirma y las obtendrás'.
una igualdad simétrica por definición, sino una asimila-
ción que tiene por ñuaclarar, estructurar y evaluar el tema Leibniz, queriendo.aclarcü.la dependencia de las otras
gracias a lo que se sabe del foro, lo que implica que el foro mónadas con relación a la mónada divina, escribe -en el
proviene de un dominio heterogéneo, puesta que es mejor Discurso de metaffiica:
conocido que el del tema.
En esta perspectiva, la analogía tiene que ver con la teo- Todas -las demás sustancias dependen & Dios, como los
ría de la argumentación y no con la ontología, pues en cier- pensamientos emanan de nuestra sushnciaz.
. tos casos, después de que la analogía habrá permitido al
sabio orientar sus investigaciones y que éstas le habrán F'inalmente., Juan Escoto Eriúgena se sirve de la rela-
permitido obtener resultados experimentales, gracias a los ción de los ojos con la luz para hacernos comprender las
cuales estructurará el tema de manera independiente del relaciones entre la gracia divina y la libertad humana:.
foro, podrá abandonar la analogía como el constructor que
desmonta un andamio después de haber acabado la mns- Como el hombre rodeada de tinieblas muy espesas, aun-
tnicción del inmueble. J3s así como la analogía establecida que poseyendo el sentido de la vista, no ve nada, pues no pue-
entre la corriente eléctrica y la comente hidráulica, de ver nada antes que venga del exterior la luz, que siente
habiendo orientado las primeras experiencias en este do- aun cuando tenga loa ojos cerrados, y que la percibe, así como
minio, pudo desarrollarse posteriormente de manera inde- todo lo que le rodea, cuando abre los ojos; así también la vo-
pendiente. En otros casos la analogía será superada, tema y luntad del hombre, tanto tiempo como ae encuentra en la
( foro serán reemplazados ambos por una ley más general. sombra del pecado original y de sus propios pecados; está irn-
Pero en los dominios en donde el recurso a métodos empi- pedida por sus propias tinieblas. Pero cuando aparece la luz
ricos es imposible, la analogía es algo ineliminable; la argu- de la misericordia divina, eüa no sólo destruyela noche de los
mentación utilizada tenderá sobre todo a sostenerla, a pecados de su culpabilidad, sino que curando la voluntad del
mostrar su carácter adecuado. enfermo, le abre la vista y la hace apta para contemplar esta
-... ..
He aquí tres ejemplos de analogías ineliminables, toma- luz, purifichdolapor las buenas obrasl.
dos sucesivamente de los dominios de la ética, de la metafi-
sica y de la teología:
El primero es una exhqrtación de Epicteto: 1. Epicteto, op. cit.; L.IU,cap. u. Citado en 'f A, pág. 512.
2. Discours de Métaphgsíque, xmi. Citado en 'I:A., pág. 505.
3. Juan Escoto, Libcrdepraedestinatioñe, tv, 8. Citado en A., pig.
513.
Estos tres ejemplos ilustran el papel de la analogía, que efectos cómicos del uso incorrecto de los esquemas argu-
es el de aclarar el tema por el foro, ora explicando una rela- mentativos, nos presenta este pequeño didogo:
ci6n desconocida por otra más familiar, ora guiando a los
hombres gracias a un foro sacado de la infancia y que es Es un bravo [el rey GuiUermo] {PorDios, exclamó mi tío
objeto de acuerdo unánime de los adultos. Toby, y merece la corona! Tan dignamente como un ladrón la
La analogia de cuatro términos puede expresarse por cuerda -grit6 Trim [elcabo lealje. .
medio de tres, uno de ellos puede ser repetido en el tema y
en el. foro; su esquema será: B es a C como-A es a B: "el Decir que toda proeza merece una ,recompensa como
hombre con relación a la divinidad -escribe Heráclito-, es todo crimen merece un castigo, es una afirmación seria,
tan pueril como el.ni.iío .lo es con relación al hombre"'. pero decir que el rey Guillermo merece la corona como un
Esta misma eswctura a tres términos es la que se encuen- ladrón la cuerda, es una afumaci6n que hace reír a causa
tra en el pasaje ya citado de.Leibniz, así como en el "mito del carácter incongruente de la relación.
de la cavernan descrito en el libro VII de La República de Cuando términos antitéticos, tales como: "izquierda-
Plat6n. derecha", "superficial-profundo" se usan regularmente
,-Paraque la analogía cumpla con su papel de aclarar el como foro que sirve para caracterizar una tendencia políti-
tema por el foro, es preciso que sus dominios no sean ho- ca o la expresión de un pensamiento que se valoriza o des-
mogkneos como en una proporción matemática. Mientras , valoriza, estos términos, neutros al comienzo, adquirirán,
que en una proporción no hay. ninguna interacción entre por el papel que desempeÍían.regularmente;una connota-
los términos, éste no es el caso en la analogía. .. ción positiva o negativa. Pero. cuando un,mismo témino
A propósito de la eleccidn como Papa de Aymé, duque cumple en diversos foros papeles variados, sera evaluado
de Saboya,.elección que -fue anulada, Calvino escribe: "el ora positivamente, ora negativamente. He aquí un pasaje
tal Aymé fue apaciguado con un sombrero cardenalicio, de Ezequiel (m-19):"Pondré en sus entrañas un espíritu
como un p e m que ladra por un trozo de panvs.La aproxi- nuevo y quitar6 de su cuerpo el corazón de.piedra, y le
mación entre un duque frustrado y un perro que ladra daré un corazón de carne'! El corazán.depiedra es símbolo
j devalúa a la vez al Papa destituido y la satisfacción que le de la insumisión y el corazón de carne el de la obediencia
' fue concedida. .. piadosa. Pero cuando en la Epístola a los Romanos (capitu-
Esta interacción se vuelve cómica cuando se realiza in- lo vlir), san Pablo opone la carne ai espíritu, la carne es
dependientemente de h intención .y contrariando la vo- símbolo de pecado y el espíritu dedct,gracia.El mismo tér-
luntad del autor de la analogía. Laurence Sterne que, en su mino "carne" se ha valorizado en un caso y desvalorizado
Vida .g opiniones de Tristram S h a n d ~ no, duda en sacar en el otra.
Sucede a menudo que un elemento u otro del foro sean
modificados para aproximarlos al tema y hacer la analogía
4. Diels.- Frafimntc
- dw Vorsokratiker,prig.79, citado en T.A, pág.
505.
5. Calvino, Institution dcha r d w n chr¿timne, 1888,pág. 13.Cita- 6.L,Sterne, Vic ct opinions de Tnstmm S h a n d ~L.
, uii, cap. xrx. Ci-
do en T A,pBg. 508. tado en T A., pág. 509.
158 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

más convincente. En la medida en que el artista medieval más perfecta, que después de.haberhecho bastante camino,
quería presentar a Moisés. como la prefigura del Cristo, vuelve a menudo ai mismo punto del que partióí0.
mostrará al. profeta montado sobre un asno y su mujer
siguiéndole a pie, y esto contrariando el texto de la Escri- La prolongación de una analogía servirá a menudo para
tura, para poder poner. mejor en paralelo la escena con la la argumentación; es asl coma las dificultades encontradas
Entrada de Cristo a Jerusalén7. De la misma manera Bos- en el fundamento de nuestm saber pueden ser a s U d a s a
suet, hablando de los batallones compactos de la infanteda
:
las de una barca sacudida por la tempestad, y el hecho de
española, dice que eran tan invencibles~comotorres, pero llegar a conclusiones escépticas, al de llevar la barca a la
torres "que eran capaces de reparar sus brecha^"^. o& donde puede permanecer y podrirse. Kant oponien- ,

Si se tomasen literalmente estas modificaciones del do su epistemología a la de Hume., dice: "que importa dar a
foro, se afirmaría ora una contraverdad, ora se describiría esta barca un piloto que, siguiendo los principios ciertos de
una realidad fantástica. Pero hay un límite a tales procedi- su arte, sacados de la ciencia del gobo, provisto de una car-
mientos; cuando la afirmación referente al foro parece in- ta marina completa .yde una brújula, pueda conducirla se-
admisible porque es chocante para el sentido común, se guramente a donde quiera"".
obtienen expresiones, que Quintiliano ya había ridiculiza- Oponiendo el uso normal de una barca, a aquel al que la
do, como: ha reducido Hume, Kant subraya por analogía la superiori-
dad de su íilosofía crítica sobre el escepticismo.
Aún las Fuentes de los grandes ríos son navegables. Toda analogía pone ciertas relaciones en evidencia y
Un árbol verdaderamente fecundo produce desde que se deja otros caracteres en la sombra. Max Black subraya con
. plan@. razón que "al describir una batalla en términos tomados
del juego de ajedxz, se elimina todo lo que se refiere a los
Una analogía rica es aquella que puede ser prolongada horrores de la g~erra"'~.
de manera fecunda. La Bruykre supo sacar de ello efectos Admitir - una analogía es, pues, suscribir una cierta
bastante afortunados: escogencia de aspectos que importa poner en evidencia en
j .. la descripción de un fenómeno. A menudo, al criticar a un
. Las ruedas, los resortes, los movimientos están escandi- autor, seremos conducidos al mismo tiempo, -a oponernos
das; nada parece de un reloj sino su aguja, que avanza insen- a las analogías de las que se sirve. W. Moore, oponiéndose a
siblemente y acaba su .vuelta,imagen del cortesano, tanto ias ideas de .Wittgenstein en lo que se refiere a las relacio-
- . ? .- ... . .. .. - nes entre los enunciados y los hechos, escribe: .. .
"Si un
. ..

7.Cf. L. Rkau, ''L'influence de la forme su l'imnographie médid-


vale" en Fonnes de I'art, f o ~ &m l'tsprit,
~ 1951. Citado en 3: A*,pág. 10. Caractires, "De la Cour", $65. Citedo en L. Olbmchts-Tytea,
509. Lc comkue du discours. ~ á g 293.
.
8, Bossuef ''Oraisoa funkbre de Louis de.Bourbon,prince de toda metafísicafutura. Introducción Cita-
11. k n t , ~tole~órn~kx-a
Condé", en Oratsollsfin2bres,Pléiade, pág. 218. Citado en I: A, pág. do en T A., pág. 518.-
.. .
510. . . .
9. Institution Oratoire, L. vil, cap. In. 876. Citado en l:A., pág. 511.
enunciado representase al hecho como una h e a sobre un considera todo tropo como una metáfora, nosotros nos
disco el sonido, entonces deberiamos probablemente estar limitamos al último caso que él considera. Para nosotros la
de acuerdo con la tesis de Wittgefl~teín"'~. metáfora no es sino una analogía condensada, gracias a la
- Al criticar una tesis ilustrada por una analogía, se debe- fusión del tema y del foro. A partir de la analogía: A es a 3
rá entonces, o bien adaptar es& última para que .corres- como C es a D, la metáfora tomará la forma: "A de D", ''c
ponda mejor a mis propias concepciones o bien se deberá de B"; «A es C '! A partir de la analogia "la vejez es a la vida
reemplazar por otra analogía juzgada más adecuada. Los lo que la noche-es al día", se derivarán las metáforas: "la
dos procedimientos se encuentran en las controversias. vejez del di.","la noche de la vida" o "la vejez es una no-
Es asi como Leibniz, en su discusión con Locke, no che''.
acepta la concepción segiin la cual el espíritu, en el conoci- Son las metáforas de la forma "A es C" las más engaiio-
miento, desempeñaría un papel análogo al de una piedra sas, pues se ha intentado ver. en ellas una identificación,
de mármol sin fisura, sobre-lacual la experiencia dejaría mientras que no pueden comprenderse de una -manerasa-
sus huellas; su papel sería -más bien-, análogo al de una tisfactoria sino reconstruyendo la analogía supliendo l o ~
piedra de mármol que tendría venas y.estaría, por eso mis- términos faltantes. Observemos que esta especie de metá-
mo, predispuesta a recibir tal figura más que tal otra". fora puede expresarse de una manera aun más condensada
Al contrario, cuando la analogía -criticadase opone en y resultar de la confrontación entre una caliñcación y la
lo esencial a la manera como se concib el tema, seremos realidad a la cual se aplica. Escribiendo sobre un guerrero
llevados, para presentar nuestro propio punto de vista, a valiente, "este león se lanzó", se sobreentiende :que este
reemplazar el foro combatido por otro más adecuado. Por- guerrero es un león, lo que se explica por la analogia: "este
que concibe la actividad ciend6ca como sistemdtica, guerrero es con relación a los demás hombres como un
Michael Polanyi se opone a la analogía de .Miltonque, en le6n con relación a otros animales? De manera más gene-
su Aeropagitica, asimila la actividad de los sabios a la.delos ral, "al decir de un hombre que es un oso, un león, un lobo,
.investigadoresque se esfuerzan por descubrir los fragmen- un puerco, un cordero, se describe metafóricamente SU
-tosde una estatua rota: para él la actividad cienti6ca será cardcter, su comportamiento o su lugar entre los otros
i más bien análoga al desarrollo de una organismo vivols. hombres, gracias a la idea que uno se forma del comporta.
Aristóteles dehit5 la metáfora-como "una figura que miento o del lugar de tal o cual especie en el mundo ani-
consiste en dar a un. objeto un nombre .que conviene a mal, tratando de suscitar, con relación a e h , las mismas
otro; esta transferencia se hace o del género a la especie, o reacciones que se sienten comúnmente respecto a estas
de la especie al género, o de una especie a otra, o ya sea so- mismas especies"'!.
bre la base de una analo$a''le. Mientras que Aristóteles La fusiiin metafóriuxque tiende a asimilar el dominio
del tema al del foro, sobre todo para crear una emoci6n
13. "Structure in Sentence and in Fact" en Philosopryl of SeUnce, poética, permite, mejor que la analogía, este vaivén en que
1938,pdg. 87. Citado en 'I:A,, pág. 523.
14. Nouveaw Essais sur laEnfetrdnnentHumain, en Ocum, Edi-
ción Gerhardt, vol. v, pág. 45. Citado en T A., pág 522-523; 17. Ch. Perelman, "Analogie et métaphore en science, @sic et
15. M. Polanyi, lilrthgic of Liúen'y. London, 1951, phgs. 87-89. philosophie" en Le ckamp de I'argummtation, Bniaeiies, 1970; pbg.
16,Pdtica,145% 274.
tema y foro se vuelven -por asidecir-, indisociables. Es así carácter analógico, y la consecuencia parece seguirse de la
como en su célebre Oda a Casandra, Ronsard antes de des- naturaleza misma de las cosas. Es así como Descartes ex-
cribir a la jovencita bajo los rasgos de una rosa, comienza plotando, en la Séptima regla para la dirección del espintu,
por presentar la rosa en términos que convienen a una jo- la catacresis "el encadenamiento de las ideas", insiste so-
vencita: . bre el hecho de que en una deducción rigurosa no hay que
saltarse jamás un eslabón de la cadena, pues "allí donde un
.Linda,vamos a ver d la rosa .. . punto se omite, aunque fuese el más pequeño, la cadena se
Que ata maíiana había brotado rompe y toda la certidumbre de la conclusión se desvane-
Su bata de púrpura al sol, ce"Z0, Pero si se cambia de foro, si el razonamiento ya no es
Ha perdido algo esta tarde asimilado a un encadenamiento, sino a un tejido cuya tra-
Los pliegues de su bata púrpura, ma está constituida por argumentosentrelazados, se ve in-
Y su tinte. al vuestro parecido16. mediatamente que su solidez es de lejos superior a cada
t. uno de los hilos y que no se puede afirmar que es análogo a
Esta fusión metafórica puede indicarse mediante un una cadena, que no es más sólida que el m á s débil de sus
, adjetivo (una exposición luminosa), un verbo (se puede eslabonesz1.
pkr), un posesivo (nuestra Waterloo), una determinación Hay diversas maneras de utilizar una misma metáfora;
(la noche de la vida), la cópula [la vida es un sueño), o aun cada una pone en evidencia diversos aspectos y por ello
por el empleo de una sola palabra colocada en un contexto llega a diversas consecuencias. Es así como el método fre-
que excluye el sentido literalig. cuentemente se describe como un camino, lo que nos re-
A fuerza de ser repetidas,,lasmetáforas se gastan y exis- cuerda la etimología de la palabra "método", pero cada
te la tendencia a olvidar.que se trata de mettiforas: se dirá pensador se servirá de esta analogía a su manera.
de ellas metafóricamente que están muertas o adormecidas: He aqui lo que Descartes escribe con relación a esto en
se han vuelto maneras ordinarias de expresarse, pero su la segunda parte del Discurso del método:
aspecto metafórico reaparece cuando uno quiere traducir-
las a.una lengua extranjera que no conoce las mismas f6r- Como un hombre que camina solo y en las tinieblas, me
mulas. Cuando la expresión.metafóricaconstiwye la única resolví a ir tan lentamente, a usar tanta circunspección en to-
manera de designar un objeto en una lengua, se califica de das las cosas, que si no avanzaba sino muy poco, por lo me-
catmesk "el pie de la montaña", "el brazo de la silla". nos me guardaría de caeP.
El ye.+rso a las catacresis es muy----
eficaz en la argumen-
- .. -..
ración, pues sacando una conclusión a partir de una mane-
.&. . . -
Leíbniz, por el contrari&insiste sobreel aspecto social
- .--. - . .~ . . . . -,

ra habitual de expresarse, el lector no se da cuenta del del conocimiento. Para él, el género humano considerado

18. "A sa mlitresse*, Ode xvri, en Oncvres ComplLtes,.Pléhd6, 20. O c u m , Pléiade, pág. 58.
~0L1,$@.419-20. . . . . 21. Cf. Ch. Ferehan, Le champ de l ' ~ ~ n t a t i opág.
n , 277.
19.L. Olbrechts-Tyteca,Le comique du discoztrs,pág. 307. 22. Ocuvrcs, PLbiade, pdg. 136.
80
con relación a las ciencias que sirven a nuestra felicidad, A fuerza de se& de foro a las mismas metáforas, aigu-
es semejante a una tropa de:gente.a la cual se recomienda nos términos mutan su sentido metafórico en sentido
"marchar con concierto y con orden, compartir los d- usual: los términos "claro" o "viscoso", parecen calificar
nos, hacer reconocer los caminos y arreglarlosnP. inmediatamente un pensamiento, o u n carácter o un liqui-
Para estos dos pensadores clásicos, la ciencia está aca- do. Pero lo que parece un clichd o uso ordinario,puede vol-
bada en el espíritu de Dios: el camino está completaments ver a recuperar el sentido metafórico gracias a técnicas
trazado, basta recorrerlo. Para Hegel, al contrario, el cami- estilísticas variadas, que A. Henrp ha analizado con gran
no se construye con el progreso del conocimiento. Perso- finura2&.
nalmente, queriendo tener más en cuenta, en el progreso Basta yuxtaponer dos clichés para producir un efecto
del conodmiento, la tradición, la iniciativa y el ejercicio, de sorpresa, incluso de risa: "estas grandes verduras,
escribía que: "nuestra marcha intelectual es ayudada por crema de la sociedad'! A veces basta una alusi6n o una
nuestros padres. y por nuestros maestros; que antes de oposición. Pero la técnica más interesante para la argu-
consttuir nuevos caminos, de mejorar los antiguos, hemos mentación consiste e n desarrollar una metáfora adormeci-
utilizado un gran número de caminos trazados por las ge- da, prolongándola para dar al estilo una fuerza sugestiva
neraciones que nos y que algunos a fuerza de poco comiin. Es una técnica utilizada a menudo por La
ser olvidados, se degradan y se cubren de una vegetación Bruykre, y también por Pascal, como se ve en este pensa-
que nos hace perder su huella, que a veces estamos felices miento: "Los grandes y los pequeños tienen los mismos ac-
de descubrir después de varios siglos de abandono; que al- cidentes y las mismas molestias y las mismas pasiones;
gunos caminos son tan escarpados, que sólo los alpinistas pero el uno está arriba de la rueda y el otro cerca al centro,
bien equipados y entrenados durante mucho tiempo, osan y así es menos agitado por los mismos rnovimíento~"~~.
aventurarse por ellosw*. La expresión "estar en un callejón sin salida" [en un
:- Vemos, por estos ejemplos, que la descripción del tema impasse) se vuelve metafórica en esta Case de Bachelard:
no depende solamente de la.escogencia del foro, sino que "En lugar de un callejón sin salida como lo profesa la anti-
la idea que uno se hace del tema puede guiar la manera gua psicología, la abstracción es un cruce de avenidas"28.
i como u n mismo foro sera desam11ado. Sea lo que fuere, trátese de metáforas vivas o muertas,
i El peligro de algunas metáforas, tales como "un ramo despiertas o adormecidas, la certidumbre prevalec&nte
de alas" para designar a un pájaro, o "una nave de esca- hoy es que.el pensamiento filosófico,y aún todo pensa-
mas" para designar B un pescado, es el de ser tornadas por miento creador, no puede.prescindirde ellas. Esta idea que
imágenes que evocarían algún ser fantástico, tal como la encuentra quizás su origen en la obra de Nietnche, está
''caña pensante'! Es este el error que 1. A. Richards, a justo ampliamente extendida desde hace más de treinta años en
título, había denunciado hace mucho tiempo2s.
23. Leíbniz, Die philosophisdren Schrifim, Ed Gerhardt, val. VI[, 26. A. Henry, "La reviviscence des métaphores"en Mitoymie et
-pág. 157. métaphwc. París, 1971,pák. 143-53.
24. Ch.Perelman, Le champ de l'argumcntution, pág. 278. 2?. hscal, 0¿uvres; édr~léiade,pág. 884, l:A., pág. 544.
25.1. k Richards, Thc Philusopb af Rhetoric; pág. 16. Cf., 'l:A., 28. G. Bachelard, ~2 ratia~lismcappliqrré, París, 1949, p4g. 22. C
pág. 540. A,, pág. 545.
el pensamiento angloamericano. Para C. S. Pepper, las di- CAP^ TU LO XI
versas visiones del mundo se distinguen por sus metáforas
fundamentales (mt metaph~rs)~~. Son las metáforas que
según D. Emmet caracterizan al pensamiento m.etaf%icoSO. Las disociaciones de las nociones
Ph. Wheelwright retorna esta misma idea en dos obras
bien conocidas: The Bumirtg Fountain (~loomington,1954)
y Metaphor and RealiB (Bloomington, 1962). Retornando
esta misma tendencia en un importante articulo de síntesis,
"El uso y el abuso de la metáforan (Review of Metaph~sics, En el capítulo VI,donde hablamos por primera.vez de.las
1962-63, vol. 17, págs. 237-58y 450-721, Douglas Beg- disociaciones de nociones, señnlrmos que.se trata de una
gren .concluye: "Todo pensamiento verdaderamente crea- técnica argumentativa que no se menciona casi en la retó-
dor y no mítico, ya sea en las artes, las ciencias, la religión rica tradicional, pues ella se impone sobre todo a quien
o la metafísica, es necesariamente metafórico, de manera analiza el pensamiento ñiosófico, es decir, al que quiere
invariable e irreducti?dey! ser sistemático. Delante de las incompatibilidades que en-
Finalmente, en Alemania, M. Blumenberg elabora una cuentra el pensamiento común, cuando uno no se limita a
nueva disciplina, la rnetaforologia, que ocuparía un lugar escamotear las difidtades en la práctica, fingiendo no ver-
central en el estudio de-las culturas y de los sistemas de las, sino que se esfuerza por resolverlas de manera teórica
pensamiento31. satisfactoria, estableciendo una visión coherente de lo
¿Toda filosofía no es acaso, ,como lo afirma Derrida real, se llegartí a ello frecuentemente a travds de la disocia-
siguiendo a Nietmche, la utilización engañosa de una ver- ción de las nociones admitidas como punto.de partida. Es
dad absoluta y abstracta, mientras que ella se sitúa en la así como Kant, constatando que la práctica de las ciencias
prolongación de un mitoP2¿ESella, al contrario, escogen- naturales postula el determiniirnouniversal, y la de la mo-
cia y desarrollo de una metáfora viva como pretende Paul ral la libertad del agente responsable, se esfuerza por resol-
? ~ ~ importa. Lo que es cierto es que el pensa-
R i c o e ~ r Poco ver la antinomia que resulta de esta doble perspectiva,
1 miento filosófico, que no puede ser veriñcado empírica- disociando la nbción de realidad en realidad fenoménica,
' mente, se desarrolla en una argumentación que busca regida por el determinismo universal, y realidad noumé-
hacer admitir ciertas analogías y metáforas como elemento nica, donde reina la causdidad por la libertad1.
central de unavisión del mundo. Esta disociación entre realidad fenoménica, es decir,
realidad tal como aparece, y realidad nouménica, es decir,
29. C. S. Pepper, WoriúH~potheses,brkeley, 1942. la de las cosas en sí, es un caso tipico de utilización de la
30. D. Ernmet, . The Naturc of Metaphasical
. - 7iairPking, London, pareja apariencia - realidad, que descubrimos directa o
1945. indirectamente en todas las disociaciones.
31. H. Blumenberg, Parad&rncn zrc cinm Metaphorologu, Bonn,
A primera vista la apariencia no es nada más que una
1-52.
33. P. R i e u r , h tnétaphore vive, Parfs, 1975, págs. 325-340. 1. Cf.E.Kant, Critiquede la rakon pure, op. cit., págs. 457-60. '

82
168 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

manifestación de la realidad: es la realidad tal como apa- que pueden aparecer entre aspectos de este último, El térmi-
rece, tal como se presenta en la experiencia inmediata; no ii da un criterio, una norma que permite distinguir lo que
pero cuando las apariencias son incompatibles, cuando es válido de lo que no es entre los aspectos del término 1; éste
por ejemplo el remo sumergido en el agua aparece quebra- no es simplemente.undato, sino una conitrucción que deter-
do a la mirada y recto cuando se le toca, eiias no pueden mina, después de la disociación del término 1, una regla que
representar la realidad tal como es, pues la realidad está re- permite jerarquhr sus múltiples aspectos, caliimndo de ilu-
gida por el principio de no contradicción: un mismo objeto sorios, erróneos, aparentes -en el sentido descalificante de
no puede simultáneamente y bajo la misma relación tener esta palabra- a aqueUos que no se conforman a la regla que
,unapropiedad P y no tenerla. Es pues, indispensable dis- da lo real. Con relación al término 1, el término 11 serh;a la
tinguir entre las apariencias aquellas.que corresponden a vez, normativo y expiicativo. En el momento de la k i a -
la realidad y aquellas que no corresponden a eUa y son en- ción, permitirá valorizar o desc~lificartales aspectos bajo los
gañosas. Desde ese momento.la apariencia tendrti un sta- cuales se presenta el término 1: permitirá distinguir entre las
tus equivoco, ora es la expresión de la realidad, ora no es apariencias,aquellas cuyo status es equivoco, aquellas que no
sino una apariencia y es fuente de error y de ilusión. Mien- son sino apariencia, de las que representan lo real.
tras que la apariencia se da inmediatamente, ténnino pri- &te punto nos parece esencial, a causa de su importancia
-merodel conocimiento, la realidad que normalmente no se en la argumentación: mientras que el status primitivo de lo
conoce, cuando se conoce d o gracia8 a las apariencias, se que se ofrece como objeto de partida de la disociación es in-
vuelve el criterio que permite jugarlas: ella será el t é d - deciso e indeterminado, la disociación en tkrminos i y 11
no .rr, que será normativo w n relación al término I en la valorizará los aspectos conformes al térrninoii, y desvaloriza-
misma medida en que ella lo confirma como expresión au- rá 106 aspectos que a el se oponen: el término I,la apariencia,
téntica de lo rea1.o lo des.lifica como error y falsa apa- en el sentido estrecho de esta palabm, no es sino ilusión' y
riencia. error.
apariencia De hecho, el término 11 no viene acompañado siempre de
Sobre el modelo de la pareja podemos pre-
realidad un criterio preciso que permita separar los aspectos del tér-
mino 1: la norma que suministra puede no ser sino potencial,
/sentar las parejas f!losófi& bajo la forma de hi pareja y su principal efecto será el de jerarquizar l& términos que
término 1 resultarán de la disociación. Cuando, para resolver las anti-
término II ' nomias cosmológicas, Kant disocia la realidad, distinguiendo
los fenbmenosy las cosas en sí, el ténnino ii que construyede
El término i corresponde a lo aparente, a lo que se preaen- esta ,manera no es conocido, lo cual no quiere decir que el
ta en primer lugar, a lo actual, a lo inmediato, a lo que se ce mundo fenoméniw condicionado por nuestro poder de w-
noce directamente. El término 11, en la medida en que se nocer, se devalúe con relación a la realidad de las cosas en si.
distingue de aquél, no se compande sino con relación el pri- El término ri se beneficia de su unicidad, de su coherencia,
mero: es el tesultado de una disociación operada en el seno opuestas a la multiplicidad y a la incompatibilidad de los as-
del término i,y que pretende elimina las incompatibilidades
170 EL IMPERIO R B T ~ R I C O

pectos del término 1, de loa cuales algunos serán descaliíica- Él despreciará la vida terrestre, simüándola a un j u e
dos, y Uamados a desagireceren fin de cuentas. go, a un espect8culo:
Es mi, como en el término ir realidad y valor están estte- Tales son los actos del hombre que no sabe vivir sino una
.&amente ligados:. esto se observaparticularnienteen todas vida Inferior y exterior; él ignora que sus Iágrimasy sus ocu-
las constnicciones de los metafisico3. , paciones más serias no son sino juegos. Sólo el hombre serio
debe tomar en serio las cosas serias, el resto de los hombres
La oposición entre la realidad y la apariencia se mani- no son sino un juguete. Ellos toman sus juguetes. en serio
k t a igualmente en el pensamiento cotidiano, en la oposi- porque ignoran lo que ea serio y porque ellos mismos 8onju-
ción entre el ~ b j e t osu- ~sombra,el mundo de 4 vigilia y el .
guetea.. Pensemos también que las ldgrimas y los gemidos
del sueño, realidad vivida y aquella que no es más que una .. no son netamiamente el indicio de malea verdaderos. Si la
representacióntateabal,, . muerte consiste en cambii de cuerpo como el actor-cambia
apariencia de vestido, o bien, a veces dejar el cuerpo como el actor que
Es p q .analogía
. am &&S parejas del senti- sale definitivamente del teatro para jamás ieapareCer en le
' realidad
, escena,, ¿qué tiene de terrible el cambio de los animales los
do &mún, que metafísicos como'~lat6n y Piotino, llegan a unos en otros? (Ewadas, U, 2,95).
devaluar el mundo sensible para oponerle la realidad ver-
dadera, el mundo de las ideas o el del más allh. término 1
En el mito de la caverna, en el Libro vn de La República, Sobrela base de la oposición tal como apare-
t h n i n o 11
Ratón nos indica que las realidades sensibles con respecto ,

al mundo de las ideas, se encuentran en la misma relación ce, por ejemplo, en Fedro de Platón, su sistema filosófico se
que ¡as sombras proyectadas por los objetos con respecto a desarrolla propagando juicios de valor a partir de la pareja
los objetos mismos. Es pues el mundo de las ideas el que
constituye la realidad verdadera, e1,términou, con relación
mundo material
mundo de las ideas
sobre In parejas derivadsii
opinidn
G,
a las apariencias, el término I, que nos dan nuestros senti-
dos. conocimiento sensible
conocimiento racional '
-
cuerpo
'
devenir
inmutabilidad '
! En cuanto a las relaciones entre la vida y la muerte, ,

Plotino las asimila a las del sueño y la vigilia: pluralidad humano


Todo pensamiento íilosdfico se
unicidad ' divino
El verdadero de~~ertakconsiste en levantarse sin'el cuer-
po y no con 'ék levantarse con el cuerpo es pasar de un sueño puede presentar bajo Is forma de una fila de parejas que
a otra, y cambiar de lecho, levintarse verdaderamente, es conforman un sistema: lo hemos mostrado para los siste-
abandonar totalmenk el cuerpo (E&, iii, $6).
mas de Spinoza y M d .La influencia sobre el pensamien-
to occidental de los grandes sistemas metafisicos se marca

3.Platón,Fedro, 2476-248b y ZA, p@. 562-563.


2. Cf. TA.,pbgs. 557-58. 4. Cf.T A,, pig,563.
84
172 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

por el hecho de que, delante de cada pareja filosófica,no se Ot- iuplo de inversión de la pareja se encuentra en
duda en absoluto en atribuir a cada miembro de la pareja el
lugar del término I o 11. Es así como el sentido común no
la ob, Bergson, que invierte la pareja -
acto
esencia
,en otra:
dudará en presentar las parejas tradicionales: esencia o forma
medio consecuencia acto accidente devenir
fifl hecho o principio ' persona ' esericia
He aquí la manera como Bergson procede para operar
--
ocasión relativo subjetivo multiplicidad , normal
Y
esta inversión:
causa ' absoluto ' objetivo ' unicidad ' norma
individual partidar teoxía lenguaje 5 letra
...la vida es evolución. Concentramos un período de esta
evolución en una vista estable que llamarnos una forma... no
'

universal general ' pd'ctica ' pensamiento ' espíritu '


hay forma, puesto que la forma es lo inmóvil y la realidad es
Pero un pensamiento original no duda en operar una movimiento. Lo que es real es el cambio continuo de forma.. .
inversión de los términos de la pareja, aunque raramente ' Cuando las imágenes sucesivas no ditieren demasiado unas
esta inversión se operará sin modificar uno u otro de sus de otras, las consideramos b i a s como el acrecentamiento y
términos,- -pues se trata de indicar las razones que justiíi- la disminucibn de una sola cantidad media, o corno la defor-
individual ' mación de esta imagen en sentidos diferentes. Y es en esta
caq esta inversidn. Es así como la pareja de la cantidad media en la que pensamos cuaridó hablamos de Ia
universal
csncia de una cosa, o de la cosa misma6.
metafísica tradicional, si es invertida, dar6 la pareja
abstracto
.En .efecto, lo individual que sólo es concreto, se Sólo lo móvil es real, concreto; la forma no sería sino
, .
concreto una abstracción, creación del espíritu.
valoriza cuando se considera lo universal no como una Esa tendencia a conceder el primado a lo concreto, a lo
i realidad superior -una idea platónica-, sino como una que se da inmediatamente, conduce de manera necesaria a
abstracción derivada de lo concreto. Pero en este caso es lo la devaluación de lo real, construcción del espíritu como
inmediatamente dado lo que se vuelve real, y lo abstracto ilusi6n, simple mito. Sela constata en los pensadores que
se vuelve una elaboración teórica, derivada, correspon- desconfían de la metafísica,y que conduce a visiones de lo
teoríá real múltiples y opuestas. Se la encuentra ya en Schopen-
diente a la pareja - hauer, m4s acentuada en Nietrrsche; ella caracteriza las co-
realidad '
mentes positivistas y existenciahtas contemporáneas,

6.Cf. H.Bergwn, L'holutioir créatricc,París, 1932,pág. 327 y T A . ,


S. ibid.,pág. 562.
pá& 573. . .
Lasdis&nes 175
de las nociones
-

He aquí un pasaje deJean-PaulSartre dondese expresa porque rehúsa ver.en el devenir bergaoniano la realidad
netamente esta tendencia: verdadera, no dará a la esencia el status de término I en
una pareja.
El pensamiento moderno ha realizado.un progreso consi- Pero, ¿cómo hacer la separación entre las apariencias
derable, reduciendo lo existente a la serie de las apariciones engañosas y aquellas que no lo son? Puesto que no se pue-
que lo manifiestan. Las apariciones que manifiestan lo exis- de sostener la.tesisde que las apariencias no nos inducen
tente no son ni interiores .ni exteriores: son equivalentes jamás a error; saldremos del asunto gracias a la pareja de la
entre si, remiten todas a otras apariciones y ninguna es pri- dialéctica hegeliana y marxista correspondiente a la pareja
vilegiada... el dualismo del ser y del parecer no puede tener abstracto
según la cual es la'serie infinita de las aparicio-
derecho de ciudadanía en filosofía. La apariencia remite a la concreto
serie total de las apariencias y no a un real escondido que
nes la que permite juzgar cada una de eiias. Se obtiene así
habría absorbido para si todo el ser del existente.
. Tanto como se ha podio creer en las realidades numéni- la pareja E,
donde la parte no ea sino una abstracción
cas, se ha presentado la apariencia como un negativo puro ... todo
pero si una vez nos hemos desprendido de lo que Nietzsche con relación a la serie total de las apariciones. El primado
llamaba "la ilusión de los transmundos" y si no creemos más que se atribuye a lo concreto, concebido como una totali-
en :el ser-dedetrás-de-la-epariencia,ésta se vuelve al contra- dad, pretendiendo a la vez r e c e toda dualidad, toda
rio plena positividad, su esencia es un "parecer" que no se pareja filosófica, la reintroduce de una manera nueva por
opone más al ser, sino que al contrario ea su medida, pues el intermedio de una distinción entre la totalidad de la serie y
ser de un existente es precisamente lo que el existente pare- cada uno de sus elementos. Esto recuerda la concepción de
m...la esencia de un existente es la ley manifiesta que preside Bergson, según la cual la longitud verdadera de un objeto
a la sucesidn de sus apariciones, es la d n de la serie.. la . no sería la longitud que se esconde detris de las operacio-
esencia, como r d n de la serie no es sino el lazo de las apari- nes de medida, sino una magnitud media que resulta de
ciones, es decir, eiia tsmbikn es una aparición...Así el ser fe- una serie de medidas y que seria la magnitud m8s probable
noméniw se manifiesta, manifiesta su esencia tanto como su esiadisticamente. Pretendiendo rechazar toda dualidad en-
existencia, y no es nada más que la serie bien ligada de sus tre el ser y el parecer, lo único que descartamos es una mo-
dalidad del dualismo, pero lo reintroducimos bajo otra
forma, más próxima a los procedimientos cientíücos.
Saríxe, para rechazar la disociación entre apariencia y apariencia
realidad, el dualismo del ser y de! parecer, se sirve de una A la pareja , fácilmente se ¡e puede hacer
realidad
. técnica de razonamiento análoga a aquella de la que se sir-
medio
vió Bergson para no ver en la esencia sino una imagen me- corresponder la pareja 7 .
En efecto, cuando se trata
dia, que se asemeja mucho a "la razón de la serie*! Pero
de escoger una línea de conducta, es fácil descaii6car un
7. Sartre, L'ttreet le néant, París, 1943, págs. 11-13. LA., pág. 560. fin buscado, mostrando que no se trata sino de un fin apa-
86
176 EL IMPERIO R E T ~ R I C O Lardhciacioms 177
de las nocionea

rente, que no constituye sino un medio para realizar u n fin medio, conduce a otra pareja filosófica,
posterior. Es el íinel que se vuelve criterio, gracias al cual .
se podrá juzgar el carácter adecuado de una conducta: su
relación entre larcosas
relación entre las personas
,,
el t~rmino se desurta,
transformación en medio la relativiza con relación al fin
buscado, Pero este-,nipodrá ser descalificado a su vez pues marca una vida sin amor y sin dignidad.
' El razonamiento por disociación se caracteriza desde el
como medio para un fin más alejado. Si no se encuentra un
h-Últimoque permita detenerse en esta dialéctica de h e s comienzopor la oposición entre la apariencia y la real'tdad.
y medios, entraremos en un engranaje que quita, en fin de Esta puede ser aplicada á cualquier noción, desde,que &.
cuentas, todo sentido a la existencia. De allí el desprecio. hace uso de los adjetivos: aparente, ilusorio -por una par-
medio te- y real, verdadero -por otra parte. Utiliiar una expresión
que testimonia Martin Buber a la pareja -,que se re- tal como paz aparente o democracia verdadera, es indicar la
fin ausencia de paz verdadera, la presencia de una democracia
fiere a lo útii de nuestra actitud con relación a las cosas que aparentk uno de estos adjetivos remite al otro. Pero otros
hacen parte del domino del eso: adjetivos, remitiendo a parejas derivadas de la' pareja
apariencia opinión nombre artificio
La función de experimentación y de utilización que en el
, tales como: -
realidad verdad ' cosa ', naturaleza '
hombre se desarrolla generalmente en detrimento de la apti-
...
tud a la relación El hombre de lo arbitrario, incrédulo hasta --
convención sujeto letra
-,seiíalarán igualmentela pre-
los tuétanos, no ve sino incredulidad y arbitrariedad, esco- realidad objeto1 espíritu
gencia de fines e invención de medios. Un niundo ~mbrollado sencia de una disociación.
en los íines y los medios, he ahí su mundo.. .'. Un prefijo tal como: pseudo Cpseudoate~)~, cuasi (cuasi-
multipli~idad)~~, no (no f i l ~ d f i c o )el
~ ~adjetivo
, pretendido,
Todo este desarrollo no sirve sino para oponer a las re- el uso de comillas, indican que se trata del tkrmino 1, mien-
laciones .instrumentaiescon las Asas, la relación personal, tras que la mayúscula (el Ser), el articulo definido (¿usolu-
el encuentro con el otro, el amor humano' y el amor de ción), el adjetivo único o ver-, señalan el termino n12.
i medio
Dios. Rechazando los dos términos de la pareja -, ile- He aquí un ejemplo tomado de un estudio sobre Fran-
fin qois Mauriac;.que sin referirse explícitamente a las parejas
@SO fiícwóficas, se desarrolla de manera completamente espon-
gamos a instaurar la pareja -

y a acordar el valor a las tánea alrededor de una oposición entre términos I y 11 de
relaciones interhumanai modeladas sobre la relación per-
sonal por excelencia, aquella que se establece con Dios. En
este ejemplo, igualmente el rechazo de la dualidad fin- 9. J. Maritain, Raison ct raisons, París, 1947, pág. 161.
10.CF. Sartre, op. cit., pág. 179.
11. E Husserl, "La mise des sciences européennes et la phénomé.
Paris, 1938, págs. 7495. Citado en l:A-, pág.
8. M.Buber,Je et 'Tu, nologie transcendental"en Les Etudes P h i l o s o p k ~ 1949,
, pág. 139.
580. 12.Cf.E ! A., @@. 582-587.
178 EL IMPERIO R E T ~ R I C O Las disodoGioncs 179
de las nociones

una pareja que no tenemos sino que reconstruir (subraya- que todo aporte social no es sino super6cial y. arijñciai,
mos las palabras que remiten.a ella): una máscara y una armadura detrás de la cual es preciso
descubrir la personalidad verdadera.
Hay en Mauriac algo de audaz y de auténtico, -de buen No es necesario presentar expresamente una pareja
gusto diríamos, de impoluto-, una integridad individual, un filosófica o uno de sus términos, para que el lector intro-
nticko &puma que no se deja ni intimidar, ni faisear por el duzca espontáneamente una disociacidn tan pronto como
mundo y Ia vida social... Pero todo lo que es superestructura llega al conocimiento de un texto que sin ella sería incohe-
puramente social, es poco decirlo, que eso lo deja indiferente: rente o tautológico, es decir insignificante. De hecho-el lec-
hemos visto con qué virulencia fustiga las uconvcniencias': los . tor que testimonia una cierta buena voluntad en relación
compromisos, los prq*uicios... Tiene h o m r de las castas, de , con su autor, presume que este último no se divierte &r-
los agrupamientos factkbs. El mundo mancha ia naturaleza mando a sabiendas incoherencias,o proposiciones que no
pura modelada por el Creador... Su cuadro verdadrro es la vale la pena que sean comunicadas.
naturaleza libre. .. ¿Sería preciso recordar aquí todos los per- Este hecho puede ilustrarse con algunos versos de
sonajes que en un salón, en un bar, en la atmósfera adultera- Schiller:
& y artificial del "mundo", se han sentido sumergidos por
una ola inmensa de desesperaci6n?Ahora bien, Mauriac está ¿Cuál es la religión que yo profeso? Ninguna de aquellas
siempre en favor de la verdad contra la mentira, en favor del Que tú nombras -,y por qué ninguna? ¡Por religión!''.
espíritu contra La tradicibn, en favor de la autenrindad de las
relaciones dimctas de persona a persona.. .Y esta nobleza in- La religión verdadera le impide adherir a ninguna de las
mata,esta puma leal, esta ingenuidad incomiptible, esta re- reiiiiones positivas. Otro ejemplo lo suministran estos ver-
solucidn impávida de denunciar toda f&@cación, que, de sos de Cocteau:
toda la obra de Mauriac, hacen brotar un liarnado apresurado
a lo que yace en nosotros de más palpitante y de más sinceno. La tinta de la que me sirva, es ia'sangre azul de un cisne,
Es todo eso tambidn -esta autenticidad sin,fardo.esta ausen- Que muere cuando es preciso para estar aún más vivols.
cia cándida y osada de &ara y de annadum-, lo que ileva
a Mauriac can tanta equidad y franqueza, y a pesar de su c . - La figura llamada paradojismo, donde se formula una
tolicismo absoluto, al encuentro de los no creyentes". antitesis "con fa ayuda de una alianza de palabras que pa-
recen excluirse mutuamenten, no ser4 comprendida sino
Pase lo que pase, en este texto donde no se trata de nin- por un esfuerzo de disociación de una noción16.Sucede lo
guna pareja filosófica, no se nos puede impedir construir la mismo con las expresiones &caílas de tautologius apa-
pareja romántica sociaiípersonal, donde el término 11 indi-
ca lo que es innato y natural, sincero y auténtico, mientras
14. Cf. LA., pág. 588, véase también Ch. Perelman, "Perspectives
rhétariques sur les probkmes dmantiques" en Logique et Amlgsc,
1974, pág. 244.
13. N. Cormeau, Lpartde FranpisMawiac, Parls, 1951, phgs. 183- 15. "Plain-Chantnen Emprcintcs, 1950, pág. 9.
184. Citado en T:A., p4@. 586-587. I
16. I:A, págs. 589-590.
88
rentes y que no adquieren sentido sino gracias a la rein- ...No hay materia, si por este término se entiende una
terpretación de uno de los términos, mediante una diso- sustancia no pensante que existe fuera de la inteligencia:
ciación: "los niños son los niños", "los negocios son los pero si por materia se entiende una cosa sensible, cuya exis-
negocias", donde .se aclara lo que se ha producido por lo tencia consiste en ser percibida, entonces hay una rnareriaa.
que se produce normalmente, donde el caso particular es
considerado.comola expresión de una esencia". Es curioso notar que los existencialistas que, como lo
. Cuando el respeto por el autor es tal que se excluye que hemos visto con el ejemplo de Sartre, se opusieron a los
pueda engañarse ante lo que parece un error, estamos obli- dualismos de toda especie, no dudan en recurrir a la etimo-
gadoa a buscar un sentido verdadero que no será rnás el logía para proponer un sentido auténtico, .que sería el pri-
sentido literal. Como lo escribe Pascal: "Cuando la palabra mitivo, de preferencia al sentido habitual.
de Dios, que es verdadera, es faisa literalmente; ella es ver- Terminaremos este capitulo indicando que la retórica
dadera espirit~almente"'~. La solución de la incompatibi- en tanto que procedimiento y artificio, opuestos a la since-
dad la suministra la pareja -
letra
, Todas las definiciones
espíritu
ridad y a lo natural, caballos de batalla de los romdnticos,
fue objeto de ataques que Jean Paulhan pudo calificar de
terrori~tas.~ ¿No podría uno replicar a estas criticas, mos-
que, en un artículo s~gestivo~~, Charles Stevenson d i c ó trando que son válidas con relación a una retórica for-
de "persuasiyas" y que oponen un sentido nuevo, verda- malista, estática y escolar, pero sin ningíin alcance con
dero, al sentido habitual pero aparente., establecen una respecto a una retórica persuasiva, adaptación dinámica a
disociación de la noción definida. El recurso a tales defini- auditorios de toda especie?
ciones es regular en los escritos de íiiósofos que se ven en
la necesidad de redefinir las nociones del lenguaje común,
para adaptarlas a su propio sistemaz0.Es lo que Spinoza
nos señala expiícitamente a propósito de sus propias defi-
niciones que no son conformes al uso, sino a la naturaleza
de las cosas2'. De la misma manera Berkeley, para introdu-
!ck su concepción paradójica de la materia, exclamará:

17. ?: A-,pá@ 292-293.


18. Pascal, PnrsdM, op. cit., pBg. 1003 (555). Cf. TA., p@. 116-
167.
19. Ch. Stevenson, "Persuasive definitions" en Mind, julio de
1938.
20. Cf. Ch. Perelman, "Une conception de la phüosophie", &M 22. "Les mis dialogues entre Hylas et Philonoüs" en Oeuvns
' : A., págs.
dc i'im'titut de phiiosophk, BauxeUes, 1940, págs. 11-12. 1 ChoLsics, trad. Leroy, París, 1944,t. 11,pág. 213.
590-597. 23. J. Paulhnn, Lesfieurs dc Turbes ou lo kmur danr les kttrcs, Pa-
21.~ k , apéndice.
3ei líbm, rls, 1941.
Amplitud de la argumentanón
y ficaa de los argumentos

El problema de la amplitud es característico de la argumen-


tación: no se plantea cuando se trata de una prueba demos-
trativa; en efecto, si hsta ha sido realizada correctamente,
es válida para todos. Entre mIis sintética sea, parece mais
elegante, pues se ha podido obtener el mismo resultado
con menores gastos; sin embargo, el valor de la demostra-
ción es completamente independiente de su longitud. No
sucede lo mismo en el discurso argumentativo.
Como éste no se desarrolla en el cuadro de un sistema
cerrado, es primero preciso que las premisas sean admiti-
das por el auditorio; es preciso reforzar, si es del caso, su
presencia en el espfitu de los auditores, precisar su senti-
do y alcance y sacar de ella los argumentos en favor de la
tesis que se defiende, Como ningún argumento es constric-
tivo, sino que cada uno de ellos parece contribuir a refor-
zar la argumentación en su conjunto, se podría creer que
la eficacia del discurso está en funci6n del número de argu-
mentos.
Varias razones se oponen a esta visión optimista de las
cosas. Si es cierto que los elementos interactúan y a veces
refuerzan sensiblemente el valor de los argumentos aisla-
dos, este efecto no se produce siempre. Un argumento, si
no es adaptado al auditorio, puede suscitar una reacción
negativa. Si suscita objeciones que infiuyen en el espíritu
de los auditores, el argumento parecerá débil, y esta debili-
dad puede influir en el conjunto del discurso, pues la ima-
184 EL IMPERIO R B T ~ R I C O

gen del orador (lo que Ariitóteles caliñd de ethos orato- la valirlez. ¿El argumento. fuerte es aquel que persuade
rio), será alterada por Bsta: podrá parecer de mala fe, indig- . efectivamente, o aquel que debería convencer a todo es-
no de confianza y que m dispone de mejores argumentos píritu razonable? Como la eficacia,dewn argumento es re-
en favor de la tesis que defiende. lativa al auditorio, es imposible apreciarla fuera de. la
Por otra parte, dar razones en favor de una tesis es in- referencia al auditorio al cual se presenta. Al contrario, la
dicar que ella no es evidente y no se.impone a todos. Si es validez es relativa a un auditorio competente, la mayoría
preciso probar la existencia de Dios, es porque ésta no es de las veces, al auditorio universal. -
indiscutible; si es preciso dar prueba de la honestidad o del La fuerza de un argumento depende de la adhesión de
desinterks de una persona, es que 6sta es discutida. Cuan- . los auditores a las prernisas de la argumentación, de la per-
do el orador presenta un acontecimiento, da a entender tinencia de éstas, de las relaciones próximas o lejanas que
que éste se produjo, pero si -salvo en un trabajo de histo- ellas puedan tener con la tesis defendida; también está en
riador-, se indica la fuente de donde proviene la informa- función de las objeciones que podrían oponérseles, de la
ción, esto áa la impresión de indicar que.uno no se hace manera como uno podría refutarlas.
cargo de ella. .. Se concibe que la fuerza de. los argumentos, si no puede
'
. Cualquiera que Sea el interés de una acumulación de ser calculada en términos de probabilidad, esté en función
argumentos, hay -límitespsicológicos, sociales o-económi- del auditorio,.de sus convicciones,.de sus tradiciones, de
cos que'impiden una amplitud desconsiderada del discur- los métodos de razonamiento que le son propios. Es .nor-
so. Si éste se praenta bajo la forma de un manuscrito, el mal que se apele, para apreciar esta fuerza, a la regla dejus-
wsto de la .impresiónpuede hacer dudar al editor; y un li- ticia formal, que considera como justo y.razonable tratar
bro demasiado grueso, puede desanimar a los lectores. Si de la. misma manera situaciones .esencialmente seme-
se trata de un discurso, es preciso que se lo escuche, y la jantes. Si un argumento ha prevalecido en un medio, el
paciencia y 1a.atenciónde los auditores tienen límites, que argumento asirnili o afirtwri, permitirá aplicarlo con el
es peligroso sobrepasar. Si se participa en un debate, no mismo éxito en una nueva situación. La metodología nos
hay que olvidar que el tiempo que un orador se.toma se hace conocer los medios de prueba aceptables en el contex-
resta del tiempo del que-los demás disponen; Es la razón to de cada disciplina. La historia de una ciencia nos hace
.porla cual, cada grupo humano, cada institución, tiene sus conocer no solamente las tesis y las teorias admitidas, los
hábitos, limites para respetar, un tiempo de intervención instrumentos a utilizar en la determinaci6n de los hechos,
hablada, a veces estrictamente reglamentado. sino también las técnicas de razonamiento reconocidas, el
. . Como el número de argumentos, a priori, es indefinido, género de argumentos cuya pertinencia se admite. De la
es inevitable ,proceder.a una selección, orientada por la misma manera, .cada filosofía favorece ciertos tipos de ar-
idea que uno se hace de la fuerza de los argumentos. Esta gumentos y excluye otros. Se concibe que el.utilitarismo
firerea parece poder ser apreciada de una manera intuitiva, considere como único argumento válido .el argumento por
pero la idea que uno se haca de ella cuando se la precisa, las consecuencias, mientras que las filosofías de tipo neo:
parece tanto más confusa cuanto que alíí .se mezclan, de platónico, utilizarán de preferencia argumentos ligados a
una manera diñcil de superar, dos cualidades: la eficana y
186 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

una ontología que jerarquiza los diversosaspectos de la Fw esto lo que os impone la obligación de una caridad más
realidad1; . . . . abundante; pues tenéii más personas por las d e s debéis
. El orador tiene una tendencia mímal a sobmalorar la apaciguar a Dios.Pues si amáis a vuestros hijos, si abrís sobre
fuerza de los argumentos que presenta (wishfill thinking), sus necesidades la fuente de una caridad y de una dulzura
y a subvalorar los argumentos del.adversario. Es por esto verdaderamente paterna, recomendadlos a Dios por vuestras
que es una técnica muy eficaz, puesto que predispone a la buenas o b d .
confianza, la de restringir vo1untarh&nte el alcance de
una argumentación, la de permanecer más acá de las con- Quien prolongando la analogía de su adversario la uti-
clusiones que ella parece autorizar. . liza en su propia ventaja, dispondrd-de un argumento mis
Se disminuye o se aumenta la fuerza de ciertos argu- fuerte que quien opone a una analogía, una analogía dife-
mentos o de ciertos juicios, colohdolos en el contexto rente.
dado por la persona del.orador. El elogio del adversario, de Quien reclama un cierto tipo de prueba le da peso,
su talento de orador, de su prestigio,.de su habilidad, tien- pues admite explícitamente que hará depender su acuerdo
de a disminuir la fuerza de sus.argumentos: se insinúa que de la reaiiiación de una u otra condición. Durante una
su discurso, aparentemente eficaz, no presenta una argu- , huelga, un industrial americano de espfritu, había hecho
mentación válida para un auditorio m8s crítico y menos poner delante de los voceros del sindicato, en el tal-ilero,las
impresionable;.De la misma manera, el elogio o la crítica razones de insatisfacción de los huelguistas, lo que impe-
serán debilitados o reforzados por referencia a la severidad día en el curso de las negociaciones iritroducir nuevos ele-
o a ia indulgencia de quien los pronuncia. mentos en la negociaci6nJ. , a . .
. El argumento conocido, previsto, banal, que no es sino A causa de la regla de justicia, será considerado de
un lugar comiui, tiene menos fuerza que un argumento mala fe quien reconoce el valor de un argumento cuando
original, nuevo, propio para la causa. El auditorio supone está a su favor, pero lo niega cuando este argumento-se
que el argumento banal no ha podido ser ignorado por el vuelve contra d. . .
adversario, que -sin embargo- adoptó la tesis opuesta. Al Si argumentos distintos llegan a una misma conclu-
j d ~ a a run.argumentode sofisma,se desvaloriza por este sión, sea generai o particular, definitiva o provisional, el
' mismo hecho. Al contrario, retornando un argumento del valor acordado a cada argumento individual crecerá indu-
adversario para volverlo contra él, uno se puede valer del d&lemente4. La convergencia de argumentos,.cuandoes in-
hecho de que este último, al utilizarIo, reconoció su fuerza. discutible, produce u n gran efecto de persuasión. Esto es
El espíritu de réplica se beneficia de este elemento y tam- innegable cuando la convergencia se refiere a resultados
bién. del elemento de .sorpresa..-Esel interés de un argu- experimentales; cuando se obtiene un mismo resultado
mento de Bossuet, con.relación a aqueUos que arguyendo por medio de métodos diferentes, esta coincidencia consti-
que tienen varios hijos a su cargo, rehúsan mostrarse gene-
rosos con los pobres. A esto Bossuet replica:
2. k u e t , Sennons, vol. u, &s. 690.691,
1. Cf, "L'argument p~agmatique*en Ch. Perelman Le champ de 9. Cf. "togique et rhétmique" en Ch. Perelman y L. Oibrechts-
l'argumcntatiun, págs. 100-110. Tyteca, Rki'torir)~ct philosophie, pág. 20.
92
tuye el fundamento más sólido.del razonamiento induc- que se hace, de hecho y de derecho, va en dos direcciones.
tivo; es así como se determinó por diversos métodos el nú- En la primera se niegan los hechos de los que se ha sido
mero de .Avogadro. .. acusado, en la segunda se trata de demostrar que los he.
. Si varios testimonios independientes entte sí coinci- chos invocados no serían contrarios ni al derecho ni a la
den sobre lo esencial, el valor de cada uno será reforzado, moral. Esta doble defensa hubiera sido superflua si una ar-
pero una concordancia demasiado grande puede despertar gumentación u otra hubiese sido irrefutable, pero puede
sospechasen cuanto a la independencia de los testimonios. suceder que la duda sobre los hechos haga admitir más fá.
Si un acontecimiento poco probable se produce, puede cilmente la argumentación de derecho.
efectivamente resuitar del azar, pero si estos aconteci- En otras circunstancias, una segunda.argumentación
mientos se-reproducen muy a menudo, se buscará una ex- viene a apoyar ia primera. Es así como despues de haber
plicación que haga de esta sucesión de acontecimientos mostrado el error del adversario, el hecho de que confun-
improbables.algo fhcilmente comprensible. Si la primera dió la realidad con la -apariencia,se trata de explicar el ori-
carta de una baraja es el as de corazones y la segunda el gen del error o de la ilusión invocando las pasiones y los
rey, nadie se sorpmnderd; pero si la tercera es la dama y la intereses, la imaginación o los prejuicios que han Hiterve-
cuarta la jota de corazones; se dirá que no se han barajado nido en la formación de su juicio. En efecto, es preciso
las cartas, o que han sido arregladas previamente. Una mostrar. de manera plausiile por qué una argumentación
convergencia muy grande produce sospechas: no se tiene convincente, que debería ser admitida por todo.espiritu ra-
tampoco confianza en -10s plebiscitos que se acercan al zonable, no ha tenido efectos sobre el adversario. E s nor-
ciento por ciento de votos favorables. mal que la argumentación que se refiere a la .causa sea
Es la razdn por la cual algunas divergencias son indicio completada por una argumentación que descalifique al ad-
de sinceridad y de seriedad; una prueba de que los resulta- versario recalcitrante. .
dos no han sido arreglados por anticipado. La debilidad Sucede, por ultimo, que la amplitud resulta no. de la
manifestada por Jesiís en el momento de la cruciñxióa sir- presentación de argumentos variados, sino de la repeti-
ve de argumento en favor de la autenticidad del relato de ción, incluso de la amplificación de un solo argumento.
; 108 evangelistas. Esta insistencia tiene por efecto dar presencia a ciertos ar-
El hecho de estar siempre al acecho de todo lo que es gumentos y no siempre es inútil, pero corre el riesgo de ser
favorable a la tesis que se defiende, hará tachar de derrotis- fatigante.
. ta a aquel que insiste sobre los elementos desfavorables a la La amplitud de la argumentación tiene sus peligros
causa común, pues se preguntará si él no desea el triunfo cuando incita al uso de argumentos débiies, irrelevantes,
del adversario. .. . inconvenientes o incompatibles.
La amplitud de la argumentación se explica a veces por Si se introduce un argumento delil, se indicará que no
la ignorancia de las tesis admitidas por el auditorio. No se lo introduce sino a título subsidiario. Al contrario, si el
sabiendo qué argumento será más eficaz, se pueden pre- argumento parece débil, pero no lo es, podremos hacer de
sentar varias argumentaciones, a veces complementarias, él el centro del debate. Para refutar la acusación de irre-
incluso a veces incompah%les. Es así como la doble defensa
190 EL IMPERIO R E T ~ R I C O Amplitud de la rrrgurnGntacidA 191
y Jbmu de loP argum~tas

levancia, se mostrará la pertinencia insospechada de lo Los problemas de la amplitud y de los peligros que
que uno plantea. plantea deben examinarse en función de cada situación
Si se trata de argumentos inconvenientes, tal como ha- argumentativa. Serán considerados de manera diferente
cer su propio elogio, se subrayará que uno ha sido forzado segh que uno sea el único que defiende una .tesis o que
a utilizarlo por la actitud del adversario5.A veces el orador sean varios los que deben repartirse la tarea; según que
se contentará con hacer alusi6n a el sin desarrollarlo. Va- uno refute la tesis del adversario o que uno busque ganarlo
rias figuras de retdrica, tales como la preterición o la reti- para su propia causa.
cencia, se refieren a esta técnica en la que uno se contenta
con evocar un argumento, dejando su desarroiio a la imagi-
nación de los auditores.
A veces es ventajoso renunciar a un argumento: esta
concesión que se hace al adversario es una prueba de bue-
na voluntad, de la superabundancia de argumentos de los
que se dispone, pero que no se utilizan porque la causa que
se defiende parece sólida. Otra concesión es la de seguir al
adversario sobre su terreno, retornando punto por punto
todos los elementos de su discurso. Por otra parte, a veces
. sucede que uno le conceda al adversario para enriquecerlo
un poco más;lo que no deja de producir un efecto cómico:

Domitia se quejaba de que Junius Bassus, para reprochar-


le su avaricia, había dicho que ella tenía por costumbre ven-
der sus zapatos .wiejos.En absoluto -respondió él- jamás dGe
eso; yo dije que tú tenías la costumbre de comprarlos usados6.
1
Quien teme utilizar argumentos incompatibles, puede
efectivamente renunciar a algunos de eiios, pero puede
también atribuirlos a personajes diferentes. Kierkegaard
hacía aparecer, bajo pseudónimos variados, obras en las
que defendía tesis opuestas.

5. Demóstenes, Harangues ct plaidogm politiqucs, t. rv, "Sur le


coumnne", 53.
6. Quintiliano, Imtitution orutoirc,vol. 2, L.w, cap. u,974. Citado
. en T A., pág. 648.
C A P ~ T U L OXIII

El orden L los argumentos


i en el discurso

Bajo los nombms de disposifio, en la Antigüedad, y de mé-


todo, en el Renacimiento, la Retórica y la Dddctica trata-
ron de la organizaci6n de los temas estudiados, del orden
de los argumentos en el discurso. Se distinguieron, para
este propósito, diversas partes del discurso: el mordh, la
narración, la prueba, la recapituWn y la perorata, como
si todos los discursos tuvieran la misma estructura, cual-
quiera fuese su objeto, el auditorio y el tiempo de que se
dispone. Aristóteles había notado ya que las divisiones tra-
dicionales no valen para tal o cual género oratorio. Para él
no hay sino dos partes del discurso que son indispensa-
bles: el enunciado de la tesis de la que uno se propone ha-
cer la defensa y los medios de probarla1. Pero en estos
casos el orden se limitará esencialmente a aquel en el cual
se dispondrhn los argumentos. I

Observemos en seguida que en una demostración pura-


mente formal, el orden carece de importancia; se trata, en
efecto,gracias a una inferencia correcta, de transferir a los
teoremas el valor de verdad atribuido por hipótesis a los
axiomas. Al contrario, cuando se trata de argumentar para
. obtener la adhesión del auditorio, el orden importa. En
efecto, el orden de presentación de los argumentos modiñ-
ca las condiciones de aceptación de éstos.
El exordio, aunque en principio su objeto sea extraño a

-
1.6ra tbdo esto véase Aristóteles,Retórica, L.m, 1414a 30 1414b
19.
la tesis en discusión, es la parte del discurso que ha sido tiene que ver con el elogio y con la crítica, la narración de
estudiada por casi todos los maestros de retórica. Para los hechos será indispensableo superfiua, segtin que los
Aristóteles algunos exordios se parecen a greludjos musi- hechos sean conocidos o no por el público.-Elacusador en
cales,pero su papel en la mayor parte de los casos es fun- un proceso se esforzará por dar a los hechos una presencia
cional: mi fin es suscitar la benevolencia y el interds del tal que no los pierdan de vista aquellos que tendrán que
auditorio, disponerlo bien con relación al orador. Cuando juzgarlos; el defensor no insistirá más sobre los hechas, a
el orador es muy conocido por su auditorio, cuando el menos que sea para oponerlos a la narración de -suadver-
tiempo es corto, & puede prescindir de 61: el hecho de omi- sario,pero insistir4 sobre lo que los justifica o los excusa.
tirlo tiene que ver -sobre todo- con la amplitud y no con el . En cuanto a la argumentación misma, ¿debe seguir .o
orden del discurso. Por otra parte, con mucha frecuencia preceder la tesis que se propone.desarrollar?Cicerón acon-
en nuestros días, el fin del exordio se consigue por una pre- sejó proceder de.manera diferente según que la argumen-
-sentacióndel orador-confiadaal presidente de.lasesi6n. El tación tienda a convencer o a conmover; En-el primer caso
exordio puede tratar del orador, del auditorio, del tema -su no hay ningún inconveniente en enunciar primero la tesis
interés, su importancia- o .del adversario. Aristóteles ob- que se debe probar; en el segundo, existe interés en prepa-
serva a este respecto que el exordio que se refiere al orador rar al auditorio mediante una argumentación previa y
o a su adversario trata de descartarun prejuicio dekfavora- enunciarla tesis al finals.
ble a3 orador, o crear un prejuicio desfavorable para su ad- ¿En qué orden hay que.presentar los argumentos? Se
versarioa. Pero se observa muy útilmente que cuando. se han preconizado tres órdenes basados sobre la fuma de
trata de descartar un prejuicio desfavorable para el orador, los argumentos: el orden de fuerza creciente, el.orden de
es indispensable comemar por allí su discurso, pues no se fuerza decreciente y el orden nestoriano dondeaecomien-
escucha de buena gana a alguien a quien se considera hos- za y se termina por los argumentos más fuertes, dejando
til o despreciable. Cuando se trata de vencer al adversario los otros en el medio. . .
es preciso colocar sus argumentos alfin del discurso, de El inconveniente del orden creciente es~que,comenzar
manera que los jueces .se.acuerden claramente de la pero- por los argumentos más débiles, indispone al auditorio,
pta. Se ve que para Aristóteles el lugar de un desarrollo y deslustra la imagen del orador y es nocivo para su,prestigio
de un argumento es funcional: éste depende del fin busca- y para la atención que se le concede. El orden decreciente,
do y del medio más eficaz para llegar a él, que termina el discurso por los argumentos más-débiles,
Es así comola narración, la exposición.delos hechos, es deja en los auditores una mala impresión, a menudo la
indispensable en un proceso, pero a menudo se puede dis- única de la que se acuerdan. Es por esto por lo que-la ma-
pensar de ella en .un discurso deliberativo, cuando los he- yor parte de los retóricos de la antigüedad preconizaban el
chos pasados son ampliamente conocidos y el porvenir no orden nestoriano.
puede ser descrito. En cuanto al discurso epidíctico, que El inconveniente de este punto de vista es que eleva la

3. Cicerón, Div¿sianr de .l'art mtoin (Pwtitioncs oratoriue),


Collection dcs Universités de Frmce, H.Bornecque, Wrís, 1924, $46.
96
El orden dc lar argumentos 197
m el discurso

fuerza de.10~argumentos.como de-una magnitud inmuta- verdad. Lo mismo sucede en el caso del Discurso &l método
ble; pero éste no es el caso: la fuerza de los argumentos de Descartes.
depende de la manera como se reciben. Asf, si la argumen- Descartes continúa, radicalidolos, los esfuerzos de
tación del adversario impresionó al auditorio, es interesan- Agrícola y de Ramus, que se preguntan si no existe un or-
te refutarla para mmenzar.y abrir el camino, por así decir, den Único que se impone, el de la naturaleza de las cosas, al
antes de presentar sus propios argumentos. Al contrario, cual el discurso racional debería conformarse. Al método
cuando se habla de primero, la refutación de los argumen- de prudencia que es relativo a la opinión, se opondría el
tos eventuales del adversario, no debe preceder jamds a la método de la doctrina o de la naturaleza, "donde debe pre-
prueba de la tesis que se defiende; Muy a menudo habrá ceder lo que es más evidente de manera natural"'.
-por otra parte- interés en no evocarlos, para no dar a los En Lugar de oponer lo que es más evidente a lo que es
argumentos del adversario un peso y una presencia que su menos, Descartes, tomando por modelo el "método de los
evocación anticipada s610 puede reforzar la mayorfa de las geómetras", se opone a la retórica y a la dialdctica tradicio-
veces. .. nal que se contenta con lo verosirni. Buscando la certi-
En efecto,no es necesario perder de vista que elaudito- dumbre más ailá de las opiniones, escribirá en la primera
rio, en la medida en que el discurso es eficaz, cambia con el parte del Discurso:
desarrollo de éste Algunos argumentos tendrán un peso
difente según que se conozcan o ignoren ciertos hechos Considerando cuántas opiniones diversas puede haber en
a ciertas interpretaciones de éstos. En la medida en que el lo que se refiere a una misma materia, que sean sostenidas
fin del discurso es persuadir al auditorio, el orden de los por doctos, sin que pueda haber más de una sola.que sea ver-
argumentos se adaptará a este frn:,cada argumento debe dadera, reputaba casi como falso iodo aquello que no era sino
venir en el momento en que ejercerii más efecto; pero verosímils. .. -
como lo que persuade a un auditorio no convence a otro,
este esfuerzo deadaptación siempre debe proseguir. De aiií la primera regla de su método: "no aceptar jamás
¿Existe un orden invariable, independiente del audito- ninguna cosa por verdadera que no 1a.conocieseevidente-
rio? A tal investigación es a la que se han entregado, por mente ser tal". De allí, también; la segunda regla: "dividir
una parte, aquellos que,preconizanun orden natural o ra- cada una de las dificultades que examinaba en tantas par-
cional, y por otra parte, aquellos que no ven en el discurso celas como se pudiese y que fuese necesario para mejor re-'
sino una obra de arte. En los dos casos se busca un orden solverlas'! La tercera.regla, trata expresamente de nuestro
objetivo, determinado por consideracionescientiñcas o es- objeto, a saber: "Conducir con orden mis pensamientos,
téticas. . .. . ,
comenzando por los objetos más simples, los más fáciles de
Una manera de ignorar la importancia del auditorio ea conocer, para subir.poco a poco como'por grados, hasta el
la de no preocuparse sino de un solo tipo de auditorio, conocimiento de los más compuestos, y suponiendo aun
cuya adhesidn es garantía de verdad. Es asi como para
Piatón la retórica filosóficaes aquella que convencerá a los
mismos dioses (FGdro 273e), una retórica fundada sobre la 4. Cf,P.Ramua, Diakcticaclibri duo, París, 1560, L.u, pág. 208.~-
5. Discours dcla méthodc, op. cit., pág. 130.
198 EL IMPERIO R B T ~ R I C O

orden entre aquellos que no se preceden naturalmente los Pero tanto tiempo como uno. no haya llegado, gracias a
unos a los otros". Agregará en la última regla "hacer en cierto mdtodo, a conocer la verdad en todas las cosas y a
todas partes .enumeraciones tan completas y revisiones fin de que -escribe él- "no permaneciese irresoluto en mis
tan generales que estuviese seguro de no haber omitido acciones, mientras que la razón me obliga a serlo en mis
nada'*. . . . .
: juiciosB,ya que las acciones de la vida no s&n ningún
Nada habría.queobjetar a estas reglas si Descartes hu- retrasont0,va a presentarnos una m& provisional "que
biese querido limitar su aplicaci6n al discurso matemático, no consiste sino en tres o cuatro máximas"", Estas máxi-
pero él dará ún paso más aventurado que lo conduce a una mas se refieren más a lo razonable que a lo racional, carac-
filosofía discutible, cuando trata de mezclar una imagina- terizado por la evidencia, y son tan poco distintas que
ción propiamente filosófica con sus análisis matemáticos, duda entre el hecho de que ellas sean tres o cuatro, pues si
transformando las reglas inspiradas a partir los ge6metras las tres primeras se refieren a la moderación, a la perseve-
en reglas universalmente válidas. He aquí el pasaje en que rancia y al dominio de si -m& que del mundo-, son de
nos maniñesta su esperanza de fundar una filosofía verda- aplicación universal; la cuarta -la de emplear toda su vida
deramente racional: en cultivar su razón y en avanzar en el conocimiento de la
verdad- no puede tener el mismo alcance, porque no pue-
Estas largas cadenas de razones muy simples y fdcila de de recome& a cada hombre llevar una vida de sabio y de
las que los geómetras tienen costumbre de se& para iiegar filósofo.
a SUS .& dificiles demostraciones, me dieron ocasión de Mientras que los retóricas, hablando del orden natural,
. imaginar que todas las cosas que pueden caer bajo el wnoci- exterior 81discurso, pensaban en el orden cronológico que
. . : miento de los hombres, se siguen de la misma manera y que, a conviene para la narración, en el orden que se apoya en la
condición únicamente de que nos abstengamos de recibir costumbre, en las tradiciones y que es preciso observar
ninguna por verdadera que no-losea y que.guardemos tam- para no fracasar, la adopción de un orden único inspirado
bidn el orden que es preciso para deducir unas de otras, no por los geómetras y que va siempre de lo simple a lo com-
puede haber cosas.tan.alejadasa las cuales por fin se Uegue, I plejo, deja de hacer del problema del método un problema
1 ni escondidas que no se descubran7. :
i
retórico, de adaptación al auditorio, para convertirse en un
<
problema científico, conforme a la naturaleza de las cosas.
Para Descartes, el fin de la filosofía es.el descubrirnien-. Desde esta perspectiva, la retórica, conforme a las opi-
to de la verdad en todas las cosas, y su fundamento es la niones de Ramus, no tiene por íinconvencer sino agradar;
evidencia de que "las cosas que concebimos muy clara y a lo sumo, hacer admitir más fácilmente, gracias a la magia
distintamente son ~erdaderas"~.Su método daría naci- del verbo y de la presentación, verdades conocidas inde-
miento a una.filosofla completamente nueva, verdadera pendientemente del arte de persuadir. De allí el desarrollo
ciencia donde se procedería de evidencia en evidencia. de una tendencia, de la que se encuentran ya las premisas
6. Bid., pág. 138. G ~ ,
pág. 140.
7. Iba,pág. 138. lo. M..
pág. 142.
8. Ibid., pág. 148.
200 EL IMPERIO R E T 6 R I C 0

en la concepción platónica de la retcírica, donde el discurso


se concibe esencialmente como una obra de arte, "&&o un
ser animado que tiene cuerpo, cabeza y pies"12. En este
caso, igualmente, aun si el orden del discurso no se funda E 2 imperio retórico
sobre una ontología sino sobre una estética, pues se trata
de satisfacer exigencias de creación de una obra estética,
nos alejamos del orden propiamente retórico, que es el or-
den mejor adaptado a un auditorio dado, cualquiera que él
sea. Son las relaciones entre la flosofia y la retórica las que han
AI reducir los problemas de orden a una metodología sido esenciales en el destino de esta Última. Mientras que
científica o a una metodología estética, separamos la cues- la retórica trata de hacer prevalecer ciertas opiniones sobre
tión de fondo de las cuestiones de forma y se elimina la otras opiniones concurrentes, la filosofía, que primitiva-
problemática propia de la retdrica, la de la adaptación del mente incluía las ciencias particulares, está en busca de
discurso al auditorio. Al separar las cuestiones sobre la verdades impersonales. Parménides, al oponer en su céle-
verdad de las que se refieren a la adhesih, no se ve en bre poema la vía de la verdad, garantizada por la divinidad,
la retórica sino una simple técnica de comunicación, lo a la vía de la opinión que es la de los hombres, ineuguraba
que conduce gradualmente a su degeneracibn y a la trans- la competencia entre fildsofos y maestros de retórica. La
formación subsecuente de la retórica antigua -técnica de respuesta de Gorgias no se hizo esperar; a través de una
persuasión-, en una retórica .de las figuras, puramente triple argumentación muestra que el.ser no es; que si es,
ornamental, y a lo mejor, puramente literaria. sería incognoscible y que si uno lo conociera, seria inco-
municable; de allí la importancia de la retórica, de la técni-
ca psicológica -que obra sobre la voluntad del auditorio
para obtener su adhesión. De la misma manera, mostran-
do que sobre todo objeto existen dos discursos opuestos,
los áissoi logoi, Protrigoras niega la existencia de una ver-
dad Única. Al ser todo tema objeto de controversia, pues
siempre se puede defender el pro y el contra, es preciso
otorgar la preeminencia al retórico,maestro de la opinión.
Platón -al contrario-, en la medida en que cree en la
existencia, en todo asunto, de una verdad que el fil6sofo
debe buscar sobre todo, reconocere un papel purgatorio a
la dialéctica, que es una técnica utilizada por Sócrates para
refutar las opiniones del adversario, en la medida en que
se pueda poner en evidencia su contradicción. Tan pronto
como se contradicen, las opiniones no se pueden admitir
202 E L IMPERIO R E T ~ R I C O

simdtáneamente, y una de eUas ,-por lo menos- debe g r los que hay que utiliiar en todos los dominios. Hemos se-
abandonada en nombre de la verdad. Es así como Sócrates ñalado el pasaje de la &tim a Nicúmaco, según el cual lo
prepara e1:camino a la intuición.de la verdad. Cuando la que conviene en una demostración matedtica sería ri-
percibe, el filósofo podrá servirse de la técnica retórica dículo en un discurso y viceversa3.
para comunícarlay hacerla admitir a su auditorio. La retó- Si la intuición es ia que garantiza la verdad de los prin-
rica dignadel filósofo es la que podrá persuadir a los dioses cipios en las ciencias, es el recurso a la deliberación y a la
mismos, pues ella busca la adhesión a tesis verdaderas y no discusión el que confiere una racionalidad a las actividades
a simples opiniones1. Una retórica que, olvidando la ver- prácticas, aquellas en que hay que decidir y escoger des-
dad, se contente con la adhesión del auditorio, manteniérr,. pues de una reflexión entre los posible+y los contingentes. ,
dolo gmcias a los efectos del lenguaje, bajo el encanto de la'' Gracias a los razonamientos dialécticos y a la retórica se
palabra, recurriendo a la adulación,.es una técnica de la podrá infiuir en el juicio y orientarlo hacia tomas de posi-
apariencia. EXa se asemeja a estos hombres que .en lugar :
ción razonables. Para Aristóteles todo auditorio es un juez
de mantener .SUS cuerpos por medio de la gimnasia y que debe en íinde cuentas pronunciarse sobre la superiori-
cuidarlos con la medicina, los adulan mediante una cocina dad de una u otra de las tesis controvertidas4,cuando nin-
agradable, sin preocuparse de las consecuencias nefastas guna de ellas se impone de manera evidente. Precisamente
que resultarán de su gula2.La retórica que trata de agradar, porque el dominio de la acción es el de lo contingente, que
que .no se preocupa sino de apariencias, que maquilla la no puede ser regido por verdades científicas, es por b que
realidad por medio de 'los "colores", es la técnica dema- el papel de los razonamientos dialécticos y de los discursos
gógica por excelencia, que .deben combatir todos aquellos a retóricos es inevitable para introducir alguna racionalidad
quienes preocupa el triunfo de la verdad El retórico, coma en el ejercicio de la voluntad individual y colectiva.
el soñsta, es el maestro de la opinión, por consiguiente, de Indicamos en el capítulo 11 cómo Ramus, atribuyendo a
la apariencia; mientras que lo que importa al filósofo y al la dialéctica el estudio de toda clase de razonamientos, tan-
sabio es el conocimiento de la-verdad y de la .práctica to analíticos como dialécticos, redujo la retórica a la elocu-
del bien, conforme a esta verdad. Si la dialéctica es útil al ción, a la búsqueda de formas de expresión que se salen del
j filósofo y le permite remover las opiniones erróneas, la discurso ordinario, al estudio de los ornamentos, de las
i percepción de la verdad se hare gracias a intuiciones; la re- figuras de estilo.
torica servir4 para comunicarlas y hacerlas admitir. En Pero Descartes fue m6s lejos aún en su voluntad de eli-
es& séntido ella está claramente subordinada a la filosofía. minar toda retórica de su filosofía5.
- Las concepciones de Aristóteles serán más matizadas. El proyecto cartesiano de una fdosofia moregeometrico,
Al separar netamente las disciplinas prácticas de las cien- que fue realizado sólo por Spinoza, era el de construir un
cias teóricas, Aristóteles insiste sobre el hecho de que no
son los mismos métodos, ni los mismos medios de prueba 3. ~ristóteles,& t i a a Nicórnato, L. 1, 1094b,23-25,
4. Aristóteles, Retórica, u, 13914 7-21.
5. H.Goutier, "La résistanc.au vrai et le problhe cartésiend'une
philosophie sans rhétorique" en Retorica et Barocco, a c m bi.Caiteiü,
Roma, 1955, págs. 85-97.
sistema que, procediendo de evidencia enevidencia, no de- someterse a eUas. Generalizando, gracias a su imaginación
jaría lugar a ninguna opinión controvertida. Como Descar- íilosófica, los resultados del análisis del razonamiento ma-
tes lo describió al comienzo de su Primera Meditacidn: "La temático, exigiendo, .contra la opinión de Arist6teles;que
razón me persuade ya que no,debomenos cuidadosamente las mismas exigencias de rigor que han tenido éxito en
impedirme en dar crédito a las cosas que no son entera. matemática se apliquen en todos-losdominios, Descartes
mente ciertas e indudables, que .aquellasque no's parecen es llevado a la duda.met6dicaen lo.que se refiere a sus opi-
manifiestamente falsas;. el menor.motivo de duda que yo niones: "Para todas las opiniones que había recibido hasta
encuentre en ellas, bastará para hacer-quelas rechad"'. entonces en mi credulidad, no podía más que emprender
.Laambici6n de elaborar una filosofía cuyas.tesis sean una buena vez quitarlas para reemplazarlas después por
todas o evidentes.0 demostradas de manera cons
tiene como consecuencia la de eliminar de e& toda orma
argumentativa, la demchazar la retórica como instrumen-
F ,otras mejores, o bien las.mismas cuando las hubiera ajus-
$ado.al nivel.de la raz6n"@.. . >
, . .
Observemos que varios aiíos antes; Lord Bacon, teórico
to de la ñlosofía. . . . de las ciencias empíricas, igualmente había predicado a los
¿Cuáles son los presupuestos;detal filosofia? sabios la humildad cristiana, pidiéndoles leer atentamente
-.Primero, la idea de que Dios no solamente es la fuente, el gran libro de la Naturaleza mediante el cual Dios se re-
sino también el garante de todo saber, pues "sin el conoci- velaba a los hombres. El método inductivodebh cuidar
miento de estas dos verdades [quehay un Dios y que él no que el hombre no formule ninguna tesis que no haya en-
me.puede engañar], no veo.que pueda estar .jamAs seguro contrado en el libro de la Naturaleza, corno si las experien-
de alguna cosan7.-En efecto, su método consiste en descu- cias hubiesen sido escritas.claramente en un; lenguaje
brir "un camino que nos conduzca de esta contemplación divino. ".
del verdadero Dios, 'en el cual están encerrados todos los Despuds de haber observado el trasfondo teolágico de la
teso. de la ciencia y de la sabiduría; al conocimiento de concepción.de la ciencia, tanto en Bacon como en Descar-
las otras cosas del uni~erso"~.. ies,.despuésde habermbrayado e1 aspecto paradójico y di-
La ciencia está totalmente acabada:. no hay 'nada más fícilmente admisible de la imaginación cartesianal0 que
que descubrir. . . : quisiera que todas nuestras opiniones estén sometidas al
Es preciso d e s c o h r de toda iniciativa humana, que no mismo crihio de la evidencia de-.las tesis matemáticas,
puede conducir sino al e m r , pues eUa tiene que ver8conla queda por anotar que aun Descartes debe fiiusede las opi-
imaginaci6n y con los prejuicios. El papel creador del hom- niones, aunque sdlo sean las opiniones de su moral provi-
bre en la obra cientííica se olvida por completo. sional. .. .
Siendo las.ideas divinas completamente racionales, no En efecto, antes de reconstmir~unaciencia racional no
pueden ser sino de naturaleza matemhtica. Sólo ellas se ca- puede prescindir de una moral provisional, de algunas
racterizan por la evidencia, obligando a todo ser de raz6n a

6. Descartes, 0euvr.s et kttm, Pléiade, pág, 268.


7. Descartes,."Méditation Troisikme", iba,pág. 286. 9.Descartes, Discoursdd la méthadc, ibiú, pdg. 141..
8. Descartes, Ub4&ditation Quatri&men,ibid, pág. 301. . 10. Conaponde a cita 9 del wpítuio XUI, ptig.199.
máximas de las que la primera era: "Obedecer a las leyes y , ¿por qué escoger tal hipótesis o tal convención más bien que
a las costumbres de mi país, reteniendo constantemente la tal otra? Estas cuestiones son consideradas por la mayor
religión en.la cual Dios me dio la gracia de ser instruido parte de los matemáticos como extrañas a su disciplina.
desde mi infancia, y gobernándome en todas las cosas, se- Cuando la lógica se presentó bajo la forma de varios sis-
gún las opiniones más moderadas y más alejadas del exce- temas formalizados, gracias a la infiuencia de los matemá-
so,que fuesen recibidas comúnmente en la práctica por los ticos, los lógicos que teníari preocupaciones filosóficas se
más sensatos de aquelios con los cuales tendría que .vi- preguntaron si era preciso admitir la existencia de varias
W>,11* lógicas diferentes o si existía m sola lógica natural, pre-
Sabemos que durante toda su vida Descartes debió con- via a todos estos sistemas formalizados. ¿Y si hay una
tentarse con esta moral provisional. Su preocupación por lógica natural, cómo desgajarla? ¿Sería fácii sacarla de la
la evidencia generalizada no tuvo por efecto reemplazar la estructura misma del lenguaje natural?le,¿estaríajustiñca-
moral tradicional, expresión de la opinión común de su da por las necesidades de una discusión metódica?13Desde
medio,: por uga moral racional y universalmente válida, que se plantea el problema de la escogencia de una 16gica y
sino la de incitar a respetar escrupulosamente las reglas y de su justificación, la ciencia impersonal nos remite a sus
las opiniones dominantes, rehusando modificarlas por fundamentos filosóficos y propiamente humanos. .
toda .razón no evidente. Paradójicamente el racionalismo También las ciencias naturales pudieron prescindir du-
matemático que iba a la par. con el rechazo de toda opi- rante siglos de toda referencia a un lenguaje humano, si-
nión,.~ por consiguiente de todo intercambiode opiniones, tuado en un contexto histórico y cultural, en su referencia
de todo recurso a la dialéctica y a la retórica, llega en la a Dios, a sus ideas y a la manera como Él las revelaba a los
practica al inmovilismo y al conformismo en derecho, en hombres. La creencia en la existencia de verdades eternas
moral, en politica y en religión. contenidas en el espíritu divino y garantizadas por Él,
La ensefuma de las ciencias se inspira hasta hoy en la justificaba la elirninaci6n de todo elemento personal del
aproximación cartesiana. En los dominios que escapan a la pensamiento científico y sólo el error era atribuible a la in-
controversia no es usual referirse a las opiniones de .tal o tervención humana.
f cual sabio; las tesis enseñadas se consideran verdaderas o Suprimamos esta garantía que Dios da a la evidencia y
admitidas por hipótesis, pero apenas si se siente la necesi- , de golpe todo pensamiento se nos vuelve humano y falible,
dad de justi6carlas. y no está al abrigo de controversia. La idea de que toda teo-
Es así como los axiomas de las ciencias matemáticas, ría científica no es más que hipótesis humana que supera
considerados primero como evidencias, se presentaron necesariamente -para ser fecunda- los datos de la expe-
después como convenciones de lenguaje, sin que la manera
de exponer un sistema formal se resienta de este cambio de
perspectiva, sin embargo, fundamental. En efecto, si no se 12. Cf. G.£by, "Dihgic als Empirische Wissenschaft" e; La
mata de evidencias sino de hipótesis o de convenciones: !lñioricde l'atgumcntation, Lovain, Nauwiaerta, 1063,págs. 240-262.
13. Cf. P.Lo~nzen, MctWchesDenken, ibid, págs. 219-232. Del
P mimo autor EinjÜhrungin di6 operative Lo~ik,1955 y Formule Logik,
11. Descartes,Dismurs de IB méthodc, pág. 141. i 1967.
208 EL IMPERIO R B T ~ R I C O

riencia, y que no es ni evidenteni infalible, es una concep mula newtoniana de la atraccibn universal que se creía in-
ción moderna que Karl Popper defendid con talentoI4. Pero destructible, fue criticada severamente, cuando se dieron
a falta de una evidencia que se impone a todos, la hipótesis razones suficientes para enmendarla.
para hacerse admitir, debe estar respaldada mediante bue- Contra Descartes que quería construir todo el saber so-
nas razones, reconocidas como tales por otros hombres, bre evidencias antisísmicas, es preciso mostrar lo que hay
miembros de la misma comunidad cientíka. El status del de excepcionalen el acuerdo de los sabios debido a razones
conocimiento deja de ser impersonal, pues todo pensa- especfficas. .
miento científico se vuelve un pensamiento humano, falible, En todos los demás dominios, trátese de religión o de
situado y sujeto a controversia. Toda idea nueva deberá filosofía, de moral o de derecho, el pluralismo es la regla.
ser sostenida con instrumentos que tienen que ver con el Estos dominios no derivan su raciodidad sino del aparato
método propio de la dixipiina y apreciados en función de argumentativoyde las buenas razones que se pueden pre-
ésta. sentar en favor o en contra de cada tesis que se presente.
Vemos que si el ideal cartesiano de un conocimiento Desde Hegel es dificil negar que toda filosofía- está si-
evidente aplicable de manera universal no deja ningún tuada y es controvertida; y esta afirmación debe aplicarse
lugar a la retórica y a la dialéctica, la importancia de ésta al mismo sistema hegeliano, si uno lo separa de su trasfon-
aumenta cada vez que un dominio escapa a la evidencia. do teológico. Esto implica un cuestionamientode la episte-
Una crítica de la idea de evidencid5,al mostrar que ésta se mología y de la metafisica clásicas. En lugar de buscar una
desvanece desde que se pretende superar la intuición sub- primera verdad necesaria y evidente de la cual estaría sus-
jetiva, desde que se quiere comuni~arpor medio de un pendido todo nuestro saber, arreglemos nuestra filosofía
. lenguaje que jarnhs se impone tiende a mostrar que la es- en función de una visión, donde los hombres y las socieda-
cogencia de un modo de expresión, si no es arbitrario -y des humanas en interacción, los únicos responsables de su
pocas veces lo es- está influido por razones que provienen cultura, de sus -institucionesy de su porvenir, son los que
de k dialéctica y de la retórica. Toda actividad espiritual se esfuerzan por elaborar sistemas racionales imperfectos,
que se sitúa entre lo necesario y lo arbitrario, no es razonable pero perfectibles.
,sino en la medida en que está sustentada por argumentos El dominio por excelencia .de la argumentación, de la
1
y, eventualmente, ilustrada por controversias que normal- dialéctica y de la retbrica, es aquel en el que intervienen
mente no conducen a la unanimidad. valores. Platón, en su diálogo sobre la piedad, había mos-
Sucede que al ponerse de acuerdo sobre una metodolo- trado que el dominio privilegiado de la dialéctica es el que
gía se puede ilegar, en ciertas épocas, en ciertas disciplinas, escapa a i cálculo, al peso y a la medida, aquel en el que se
a una unanimidad que no se encuentre en otra parte, pero trata de lo justo y de lo injusto, de lo bello y de lo feo, de lo
nada garantiza su mantenimiento indebido. Aún la fbr- bueno y de lo malo, y en general de lo preferib1el6.
La concepción moderna de la filosofía que la distingue a
14. Kari R Popper, La &ea del dcsmbtimimto cientffico, Paid6.s. ésta de las ciencias, hace del recurso a la argumentación,
15. Cf. Ch. Perelman, "Evidente et preuve" en Justice et raison, bajo todas sus formas, el método propio de la filosofía.
págs. 140.1% y 'De I'évidence en métaphysique" en Le champ dc
I'argumentation, págs. 236-248. 16. Plat6n. Eutifión, 7.
En efecto, ésta no puede Zimitarse a lo que se percibe, La argumentación filosófica como la argumentaciónju-
pues ella debe separar lo importante de lo secundario, lo rídica, constituyen aplicaciones a dominios particulares de
esencial de lo accidental, lo construido de lo dado y esto en '' una teoría general de la argumentación que consideramos
función de una perspectiva, cuya permanencia y superiori- como una nueva retórica.
dad no se imponen a todos. De alií la obligación de susten- Al identificarla con la teoría general del discurso per-
tar la perspectiva escogida mediante una argumentación, suasivo que pretende ganar la adhesión tanto intelectual
gracias a analogías y metáforas de las que se mostrará la como emotiva de un auditorio cualquiera que sea, afw-
adecuación y la superioridad sobre perspectivas opuestas. mamos que todo discurso que no pretende una validez im-
Es claro que las formas de razonamiento del filósofo no personal tiene que ver con la retórica. Desde que una
pueden limitarse a la deducción y a la inducción. En la comunicación tiende a influir sobre una o varias personas,
medida en que los filósofos hacen un llamado a la razón y a orientar su pensamiento, a excitar o a calmar las emocio-
utilizan para convencer .todo un arsenal de argumentos nes,a dtngi una acción, ella es del dominio de la retórica.
'que deberían ser .aceptados por todos, les es preciso am- Ella engloba como caso particular la dialkctica, táctica de
pliar su concepción de la razón de manera que se muestre la controversia.
la racionalidad de las técnicas argumentativas y de la retó- Así concebida, cubre el campo inmenso del pensamien-
rica como teoría del discurso persuasivo. to no formaliado. Se puede hablar en este caso del impe-
Nos podría ayudar con esta empresa, .inevitable en rio retóricolB;es dentro de este espíntu que el profesor W.
nuestra época, la experiencia secular de los juristas, que Jens de la Universidad de Tubinga la ha caliñcado de "anti-
después de haber hecho depender las instituciones huma- gua y nueva reina de las cienciasn (alte und izcue Konigin
nas de un derecho natural de inspiración divina, trátese de akr Wis~ewhaften)~.
la Providencia de los estoicos, del Dios viviente de las reli- La retárica como teoría de la comunicación persuasiva
giones reveladas o del Dios racional de los flósofos, han ha suscitado un interés creciente entre los sabios y los
llegado a elaborar la teoría de un derecho razonable, objeto filósofos; mientras que hasta hace poco era despreciada en
*
del consem de una comunidad organizada1'. Europa y que, aun en Estados Unidos, donde los departa-
i No sin razón los tratados de retórica de los antiguos mentos de comunicación (speech-departments) no gozaban
: eran esencialmente obras para uso de juristas. No hay que de la estima de la comunidad universitaria, las cosas pare-
olvidar a este respecto que el derecho, contra lo que sucede cen haber cambiado hace veinte años. En todas partes se
en filosofía, por ejemplo, tiene por misión zanjar las con- habla de la rehabilitación de la retóricae1 que Jacob
troversias, y que desde ese momento éstas no pueden pro-
longarse indefinidamente. Es preciso que se llegue -en losophie, pig. 56 y <'Ceque la Philosophie peut apprendre par l'étude
derecho- a una decisión que se beneficiará de la autoridad du dmit". M.,pág. 147.
19, Cf. G. Genette, "La Rhétorique Restreinte" en Conmuni-
de la cosa juzgadals. catbns 16,1970, pág. 158.
20. W.Jens, Von dcutschmRcdc,Mtinchen, Pieper, 1969, pág. 45.
17. CC. Ch.Perelman, LoBiqueJuridiquc, París, Dalloz, 1976,gg 37, 21. Cf. V. Florescu, Retorica si rcabilitarca ei in jüosofUr contem-
M, 48,97. porama, Bucaresti,Ed. Academici R.S. Roumania, 1969, trad. italia-
18. Cf.mis "cinq letpns sur la justice" en Droit Morak et Phi- na: La retorica ncl suo sviluppo stwico, Il Mulino, Bologna, 1971;y Ch.
104
212 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

Burckhart, el bien conocido historiador, había d a s Bibliografía de las obras de Chdb Perelman y de Chaim
hace un tiempo de "monstruosa aberración" de la antigüt Perelman y Olbrechts-Tytecal
dad grecorromana.

Rhktorique et Philosophie, Pour une théorie de I'argumen-


tation en philosophie, en collaboration avec L. Olbrechts-
Tyteca, Préf. de E. Bréhier, París, P.U.F., Bibliothhque de
Phiiosophie conternporaine, 1952,161 págs.
Traité de l'argumentatwn. La Nouvetle Rhétorique, en
collaboration avec L. Olbrechts-Tyteca, París, P.UX, Co-
llection Logos, 2 vol., 1958, 734 págs. Hay traducción es-
pañola: Tratado de la argumentación. La Nueva Retdricu.
Editorial Gredos, Madrid, 1989, Biblioteca Románica His-
pánica. Manuales,(69).
Justice et Raison, Presses Universitaires de Bruxelles,
Travaux de la Faculté de Phiiosophie et Lettres de 1'Uni-
versité de Biuxelles, Bibliothhque de Philosophie, tome
xxv, 1963,256 págs., Seéd. 1970.
Philosophie Morak, Presses Universitaires de Bruxelles,
2 hscicules, 1967, 218 págs. 5" éd. 1976, 1 volume, 218
~49.
Logique et Morale, Presses Universitaires de Brwrelles,
1969.
Le Champ de l'at.gumentatwn,Ptesses Universitaires de

1. Sólo señalo las obras. El lector interesado en una bibliografía


casi completa de sus artículos deberá consultar la Rcvw I n t m t i o n a i e
dcPhilosophic, 1979, N" 127-128. Aiií aparecen también las traduccio-
nes de sus ohas a otras lenguas hasta la fecha. Según la informsci6n
1 limitada de que dispongo, su ultima obra fue L'Empirc Rhltoriquc, de
Perelman, "The.New Rhetoric, a Thtory of Practical Reasoning" la cual conozco una traducción al italiano como ii Dominio Retorico.
Great Ideas Todu~,1970, Encyciopaedia Britannica Plgss, Chicago, R c t o h cdrgummtazione, had. M . Botto, D. GibeUi, Einaudi, Tonno,
págs. 272-312. 1981. .(N.del T.)
214 EL IMPERIO R E T ~ R I C O

BmeIIes, Travaux de la Faculté de Philosophie et Letres,


Tome XL~II,1970,402 págs.
Logiqlle et Argumentation, Presses Universitaires de
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