El dengue es una enfermedad viral transmitida principalmente por mosquitos

del género Aedes, especialmente Aedes aegypti, que también puede transmitir
otras enfermedades como el Zika y el Chikungunya. El virus del dengue
pertenece a la familia Flaviviridae y hay cuatro serotipos diferentes: DEN-1,
DEN-2, DEN-3 y DEN-4.

Los síntomas del dengue pueden variar desde fiebre leve hasta fiebre alta,
dolores de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares,
náuseas, vómitos, erupciones cutáneas y, en casos más graves, sangrado, shock
y en casos extremos, la muerte.

El dengue es una enfermedad endémica en muchas partes del mundo,

especialmente en climas tropicales y subtropicales. La prevención se centra en
controlar los mosquitos vectores y evitar las picaduras, mediante el uso de
repelentes, ropa protectora y la eliminación de recipientes de agua estancada
donde los mosquitos pueden criar.

El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para

prevenir complicaciones graves. No hay un tratamiento específico para el
dengue, pero se pueden administrar líquidos intravenosos para prevenir la
deshidratación y medicamentos para aliviar los síntomas.

Es importante destacar que, debido a la existencia de múltiples serotipos del

virus, una infección previa por uno de ellos no proporciona inmunidad
permanente contra los otros, lo que aumenta el riesgo de padecer formas más
graves de la enfermedad con infecciones posteriores por diferentes serotipos