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“No me imagino un mundo sin radio”

Entrevista a Pablo Refi.

Cuando le pregunté a Pablo Refi, conductor del programa Cubo Mágico en Radio
Universidad de La Plata, si me concedía una entrevista para preguntarle sobre su
experiencia con el Arte Radiofónico, muy rápidamente me respondió que sí, quedamos
en encontrarnos un lunes a las cinco de la tarde en el estudio de radio. Ese día en el
horario pactado me encontraba sentado esperando y en un momento lo veo entrar, con
sus rulos despeinados, sus anteojos característicos, nos saludamos y en seguida me
dijo ¿vamos a la terraza?, y parece que la terraza de la radio es como su casa, desde
ahí se saca fotos que luego las utiliza de forma creativa para promocionar el programa,
pero me pareció descubrir que hay en ese espacio algo más, cierta mística, y cómo no
va a ser así, si es el intersticio entre Radio Universidad y la Facultad de Bellas Artes,
¿cuántas personalidades creativas habrán transitado por ese lugar?, ¿cuántos
recitales?, ¿cuántos habrán salido a respirar un poco de aire, o a fumar un cigarrillo?,
¿acaso no es incluso para mí mismo uno de esos rincones exquisitos del histórico
edificio?. Fue justamente en ese lugar donde tuve la oportunidad de charlar con este
hombre de radio, acobijados por una tarde soleada y un viento frío, justo en la cima de
Plaza Rocha.

Lo primero que te quería preguntar como locutor es si considerás que a través de


la voz se articulan el resto de los elementos que conforman el mensaje sonoro.

Es parte, es parte del mensaje sonoro, cuando hablamos de radio estamos hablando de
música, sonido, palabras y silencio, la palabra es una parte, la palabra hablada. Calculo
yo que en cuanto a lo que decís puede llegar a ser la amalgama, bien utilizado, en
cuanto a darle un sentido a todo, la otra parte de ese universo que hace al sonido de
radio; Digo la palabra hablada, el locutor o el intérprete, el conductor, quien sabe o elige
el matiz de voz que va a poner en determinado momento puede estar jugando de
amalgama. A mí se me complica en darle un nivel de importancia como si tuviera más
relevancia la palabra, por supuesto que en la radio sí porque es el medio que lo que te
pide como espectador, parte del público es la escucha, desde ahí sí lo afirmo. Pero me
parece que es un elemento más dentro de este universo que hace a las partes de la
radio, y sí me parece que hace las veces de amalgama entre todos ellos.

Y en ese sentido, hablás de la palabra y de la expresión, supongo que no solo en


un sentido semántico sino también expresivo – afectivo, ¿es así?

Sí, creo que son dos carpetas de laburo, por un lado lo que técnicamente se llama
prosodia, que es cómo pronunciar, cómo decir, pero eso de ninguna manera puede
estar en un grado de relevancia mayor que lo que tenés para decir. La prosodia sería el
cómo, pero si no hay un qué, el cómo no tiene razón de ser. Yo no permitiría que el
cómo influya en el qué, que la afectación o… ya se me va por el lado de la utilización
del mensaje quizás, con lo cual yo lo pondría en un grado de igualdad. Es muy
importante la prosodia, claro que sí.

¿O sea que tiene que haber un equilibrio?

Claro, o sería una discusión no saldada del ámbito de la educación pública, del ámbito
de la educación superior, y si querés específicamente del ámbito de la Universidad de
La Plata, entre la técnica y el corazón de la cuestión. Me parece que la técnica es muy
importante hay que tenerla y laburarla y estudiarla, practicar mucho, ensayar, pero de la
mano de el qué, en el caso mío como comunicador radiofónico.

Nombraste los silencios, ¿qué grado de importancia, y cómo utilizas ese recurso
que es el silencio en eso que es el objeto sonoro?

Creo como locutor y comunicador, es el que más te cuesta asimilar y empezar a


trabajar, porque en un primer momento a vos te corre el aire y querés llenar todos los
espacios, y te parece que cuando te quedaste callado es porque no tenés nada más
para decir, con lo cual te apurás y se te empieza a atolondrar el discurso, y ahí es
donde te metés en unos berenjenales interesantes, creo que solamente el paso de los
años lo va puliendo. En cuanto al silencio como elemento radiofónico ha habido
grandes, no sé si en términos sería referentes cuando lo termine de nombrar, pero sí
grandes exponentes de la utilización del recurso como por ejemplo Hugo Guerrero
Marthineitz; El tipo en un momento llegó a ser el referente del silencio radial, hasta
llegar a sus últimas etapas mediáticas en las que se podía quedar callado un largo rato,
y con eso decir que él había inventado el silencio, supongo (risas), era bastante patético
verlo en televisión sin contestar las preguntas que le hacían. Igualmente está bueno,
una pausa está bien, por un lado retoma la atención del oyente, sería algo así como en
una clase levantar la voz de golpe, o repetir un concepto, o tirar una pregunta, vos vas
relojeando, ves si se están durmiendo los pibes, si están muy aburridos y ves cómo
sacudir de vuelta la atención. Para eso el silencio juega un buen rol, y además de
recaptar la atención también puede llegar a reavivar la atención del oyente en el
discurso, por ejemplo en una editorial está bueno utilizarlo en su justa medida, en algún
momento para volver a llamar la atención o retomar algo que te parece que no quedó
claro. Pero en mi forma de laburar es más instintivo que otra cosa, yo no traigo nunca
los discursos armados, algún día que pasa algo en particular, o me pasó a mí, o hay un
tema de agenda mediática que es trascendente y omnipresente, quizás venga con algo
más o menos elaborado, pero por lo general en El Cubo tengo un bloque en el que
hablo sin red, y ese trato de que salga ahí en el momento, con lo cual por eso digo que
es instintivo, porque utilizo el silencio, pero al no estar planificado previamente, ya es
parte de lo que uno tiene automatizado.

¿El programa tiene un guión?

Sí en lo musical, trato de que esto sea una bocha de sonido, que las dos horas sean un
sonido integral, porque lo que suele ocurrir al momento de hacer radio es que a veces
se van conformando compartimentos estancos donde el conductor entiende que el
momento de radio es en el que él habla, el operador entiende que el momento de radio
es en el que él pone la música, aunque el operador está siempre presente, lo simplifico
a grandes rasgos, y el productor puede llegar a entender que su momento es cuando
entra la nota telefónica o en el enlatado que armó. La idea es amalgamar todo eso, que
sea un sonido, que de hecho lo es para el oyente.

¿Se puede hacer una analogía entre el programa y una composición sonora?

Claro, sí.

¿Y en ese sentido pensás que la problemática del arte radiofónico se puede


equiparar a la de la música?
Creo que sí, en cuanto al ejemplo que acabo de dar, supongamos que sería: Si al
momento en el que va un solo de guitarra, es el momento del guitarrista y después es el
momento de los otros, ese era el ejemplo, imaginemos que soy el cantante, y cuando va
la parte (instrumental) de la música me desentiendo. Es una amalgama, es un sonido
entero la canción.

¿Participas de la producción del programa?

Sí, de hecho lo produzco, lo musicalizo y lo conduzco.

¿Cuál es el criterio con el que armaron las marcas sonoras?

La idea es la siguiente, nosotros estamos en una franja horaria que es de 18 a 20, que
según los criterios del mercado sería el horario del regreso, cuando uno mira las pautas
de programación de las radios nacionales, de las radios privadas, ese es el momento
que le llaman del regreso, por lo general hay un periodístico que hace el resumen del
día, siempre hablando del regreso a casa.

La vuelta de la ruta, ¿no?

Claro, es eso. Bueno mi idea es musicalizar ese momento, la música tiene que ver tanto
con el sonido, la idea es subirnos a ese concepto de que es un horario de regreso y
plantearlo desde un lugar alternativo, alternativo hasta ahí porque nos seguimos
montando a eso, no es algo alternativo propiamente dicho, pero sería algo así como, si
es el momento del regreso es el momento en el que tenés la posibilidad de
reencontrarte con vos mismo y de alguna manera despegarte del personaje que hiciste
durante el día en el laburo, o en la calle, en el bondi, por donde anduviste, eso tamizado
con canciones y lo que serían los puentes, como los llamo, entre las canciones que es
la parte en la que uno habla y trata de sumar algo más de poesía. Una especie de
ringtone alternativo al ringtone monofónico que tenemos en la ciudad.

¿A qué te referís con el “ringtone monofónico”?

Al ruido, los gritos, la violencia, lo que representa estar caminando en la ciudad, y en un


término más radiofónico también, si te movés por el centro, entrás en un local, salís del
local, subís a un taxi, vas a otro local, o vas por la calle y casi que te están
transmitiendo una radio en cadena. Desde ahí también hay un sonido que intenta
romper con esa monofonía.

¿Hay una elección de cierto tipo de música?, me refiero al tono, al tempo,


músicas más rápidas, más lentas.

Sí, en cuanto a los momentos de musicalización, está todo atravesado por rock, rock
independiente y sobre todo Cultura Rock, y todo cantado en castellano, digo rock
argentino, y sobre todo mucho rock platense, con esa cuestión bien identitaria que tiene
el rock de acá. Y en cuanto a las estridencias, por supuesto, uno trata de tener algunos
prejuicios musicalizadores, no vas a pegar un reggae con un rock n´ roll, que como
poder se puede, no está prohibido pero tratas de que el oído tenga un momento en el
que las cosas más o menos fluyan, una coherencia, no pegarle sopetones a la gente.
Y con respecto al rock platense, noté que tenés un nivel de información muy
grande, ¿estudiás para cada programa?

Sí, en realidad pasa que es un placer, entonces ponerle los términos del sistema,
estudiar o trabajar, es como que me cuesta, es un laburo y es un estudio por supuesto
que sí, y además a mí la radio me enseñó que la mayor cantidad de cosas que uno
hace en la vida debiera encararlas con placer, sino te ganan ellas digo. Sea el trabajo
más insoportable que sea intentaré ponerle onda, pero a este trabajo en particular me
cuesta mucho ponerlo en esos términos del sistema, pero sí, claro, se estudia y se
labura mucho, el día que más canciones entran, depende de la cantidad de invitados,
depende de si tenés o no columna, pero el día en general son veinte canciones, se me
hacen cien canciones a la semana, cuatrocientas al mes, desde ahí algunos criterios
básicos de no repetir artistas durante la semana por lo menos, no repetir estilos, tratar
de presentar uno o dos discos nuevos por semana, traer una banda nueva, el recital en
vivo con el que cerramos, todo eso va haciendo una composición musical también por
fuera, o que acompaña a la elección después de los temas que suenan cada día.

Una pregunta que me surge desde la total sinceridad, partiendo desde la base que
uno es un ignorante en esto, y por eso viene a preguntarle al que sabe, digamos.

Estamos los dos más o menos en el mismo lugar (risas).

No, no, la experiencia sola te pone en el lugar del que sabe. Y en ese sentido lo
que te pregunto es ¿qué te tendría que preguntar?, o ¿qué te gustaría que te
pregunte?

Por qué hacés radio, algo que tiene que ver con lo que estuvimos bordeando, que tiene
que ver con la expresión, me gustó mucho cuando me planteaste la entrevista para
hablar de arte radiofónico, porque por lo general, la realidad mediática nos está
poniendo en un lugar en el que los medios son meramente informativos, y en el que esa
información o los formatos informativos periodísticos, que después podemos evaluarlos
críticamente también, pero digo, es como que se fueron comiendo el espacio que
originalmente tenía la radio, que era un culto a la palabra, generar climas, proponer
momentos, yo creo que apunto ahí, a no perder esa esencia de la radio, pero no desde
un punto de vista conservador de “recuperemos aquella radio”, porque capaz que era un
embole también, simplemente no me cierra esa cuestión de que solamente estamos
para ser la jeringa de la aguja hipodérmica, de meter información a la gente, transfusión
de odio, transfusión de mensaje, me parece que esto del arte que decías cuando me
planteaste la entrevista es lo que a mí me mueve a hacer radio, tomarlo como obra
artística.

Entonces, ¿vos te sentís un artista al hacer tu trabajo?

Sí, creo que sí, también está la definición del artista y hay unas polémicas muy
interesantes al respecto.

Obviamente, el arte solo ya.

Qué es un artista, qué no lo es, en una cosa por ahí quizás me paso yo ahora para el
lado de la ignorancia total, podría llegar a argumentar que todos somos artistas en
cuanto a que intentamos más o menos encarar creativamente la vida. Cuando vos
transformás creativamente un objeto estás haciendo arte, y si todos lo hacemos, en
definitiva, ves que la mayoría de la gente va escuchando música, está conectada con un
aspecto sensible, eso lleva a transformar lo cotidiano, desde la radio intento hacer eso,
transformar el día. Hablábamos de la vuelta a casa, conectarse de otro modo,
transformarte la rutina, tirarte una onda de, nada, de que estás vivo, que justamente es
por donde me parece que los medios no pasan, ese sonido que te decía monofónico, o
un ringtone que te aturde, lo que te aturde no te deja pensar, y me parece que
últimamente los medios de comunicación en general, y la radio en particular están
apuntando a esa saturación de los sentidos, me parece que yo por lo menos voy por
otro lado, y desde ahí sí lo considero una puesta artística, ya una obra me suena un
poco más presumido.

Una pregunta que me surgió recién cuando hablabas es si cuando hablás vos le
hablás a uno solo, o sea a cada uno, o si le hablás a una masa de gente.

Es re loco eso, porque yo el otro día pensaba para plantearlo como pregunta retórica
con mis alumnos del curso de radio, porque en todo este desmonte del discurso que
planteo también, de lo que proponen los medios masivos de comunicación y cómo
desmontarlo, ahí hay una buena parte de construcción de hablarle a una masa. Pero
por otro lado uno no le habla a la masa, pero tampoco le podés hablar a una persona,
creo que va por la variación de los conceptos, si hablamos en política de pueblo, masa,
clase trabajadora, o multitud, yo estaría más cercano al concepto de multitud en cuanto
a que representa una gran variedad de individualidades reunidas en un todo. Si analizás
el electorado, resumiendo a lo groso, el votante kirchnerista supongamos, ¿el tipo es
militante peronista?, seguramente sí, pero no todo, para empezar a discriminar lo de la
masa, tenés los reconocimientos a las minorías, o a aquellos sectores de la población
que no estaban incluidos dentro del discurso político o de la visibilidad de la
participación, el casamiento que ya no es solamente entre hombre y mujer, y ahí vas
viendo cómo hay diferentes individualidades dentro de una multitud, lo de masa
personalmente me despego por que la masa tiende a unificar, tiende a igualar, además
el concepto es feo porque se supone que en la masa perdés tu individualidad, y te dejás
llevar por la totalidad.

Claro, la masa es como amorfa.

Como amorfa, irracional además, se supone que en la cancha quizás vos que sos re
pacifista te vas a poner a tirarle piedras al réferi, y no, yo creo que no.

Entonces, ¿se podría decir que le hablás a un público?

A un público, sí, o capaz que me hablo a mí viste, porque también puede ser eso ¿no?,
me cuesta mucho ver la cara o las caras, porque también ahí veo una trampa, nosotros
con El Cubo que salimos mucho a la calle, hicimos las terrazas, estamos haciendo el
ciclo en Pura Vida, hemos hecho fiestas en Pura, y alguna que otra cuestión callejera
con la “Ley de medios”, ves gente que se te acerca, te habla, que te escucha, se
presenta, te dice que tal cosa le gusta, que tal cosa no, qué bueno esto, qué bueno lo
otro, y ahí ya empezás a ver caras, y el desafío es por ahí no hablarle a esas caras
también, porque sería hasta cómodo.

Claro, ¿vos estás diciendo, no hablarle a las caras que ya viste sin tener en
cuenta las que no ves?
Las que no ves, claro.

Entiendo, me surgen varias preguntas tras lo que dijiste, se me disparan muchas


cosas, hablaste del Peronismo y me acordé de Evita, de la “Señorita Radio”.

Creo que no es casual que con el rol que jugó la radio en la Argentina, que una actriz de
radio, una voz de radio, una voz que emocionaba a la gente haya sido Eva Perón, más
allá del cargo que haya ocupado, el lugar simbólico que ocupa en nuestro imaginario, es
una persona surgida de la radio, una voz de radio, es una imagen.

¿Y casi se podría decir que cuando uno piensa en Evita es “la voz” no?, aparece
la voz esa, un poco quebrada.

Sí, el histrionismo además, la manera de decir que tenía también, muy analizable, tenía
formación radiofónica, ahí puede jugar esto que hablábamos al principio de la charla, de
la prosodia, del cómo. Pero por supuesto que estaba supeditado al qué. Yo me frené
cuando empezamos a hablar en un momento porque descreo del tecnicismo, hay una
gran escuela que desde la técnica, se cree que puede suplantar al qué, o lo que es aún
peor, desde la técnica implantar un qué, por eso en seguida me bajé de ese discurso,
pero mirá, ahí con Eva tenemos un gran ejemplo de lo técnico aplicado al qué. Si
enriquece, por supuesto que sí, más que bienvenido, y necesario incluso.

Hablaste de tus alumnos y es un poco difícil lo que te voy a pedir pero, si tuvieras
que sintetizar en una frase, ¿qué es lo más importante que les podrías decir sobre
la radio a esos alumnos?

Es re loco eso porque a mí me llamaron de un centro de formación profesional a dar


clase, yo no tengo formación docente ni experiencia docente, ni tampoco sé si podría
enseñar, por otro lado eso viene en virtud a un reconocimiento profesional, con lo cual
sí estás en el lugar en el cual podés demostrar en base a tu experiencia y tus años de
laburo enseñar cómo se hace, ahí viene todo esto que estábamos hablando al principio,
que lo vengo problematizando mucho conmigo mismo, esto del tecnicismo. Creo que lo
que más intento transmitir es el amor a lo que uno va a hacer, y sí hacer mucho
hincapié, que es medio denso y puede llegar a ser aburrido también, pero que es parte
trascendental, el hecho de que estás formando comunicadores y que hay una
responsabilidad, y desde ahí estudiar muchísimo el discurso mediático que circula.
Porque te imponen la agenda, además creo que estamos muy cercanos a la Hipnopedia
de Aldous Huxley, todo lo que vamos a decir de lo que vamos a hablar lo escuchamos
en la tele, o lo leímos en ciento cuarenta caracteres o nos llega por intermedio de un
aparato de información, y tenemos que tener mucho cuidado para ver hasta a dónde
repetimos ese discurso, por qué nos llegó, por qué hoy se habla de esto, por qué la
semana pasada estuvimos discutiendo todos si estaba bueno o no que hubiera un
debate presidencial, ¿por qué?, ¿por qué se le ocurrió a Clarín?, sí, sé por qué, pero
digo ¿por qué discutimos eso si se le ocurre a Clarín y La Nación que tenemos que
discutirlo?, ¿estaban pidiendo un debate o estaban pidiendo monopolizar ellos el
debate?, ¿a qué le llaman debate?, digo “cepillar” las palabras también, ver los términos
que utilizamos, cada palabra tiene una carga simbólica muy grande, una carga
conceptual, ¿la problematizamos nosotros o porque la escuchamos cómo la instaló
Clarín y cómo la echó a circular después con todas las repetidoras con su radio y
televisión la seguimos repitiendo?. El amor por un lado, ser artista, no sumarse a “lo
hago de taquito”, tenés que hacerlo con amor eso pero también ser consciente de una
responsabilidad, intento laburar esos dos tópicos, y lo del tecnicismo se me empezó a
despertar mucho dando clases, replantearme y problematizármelo a mí mismo, hasta
qué punto esto es como enseñar matemáticas o enseñar química o amasar un pan, me
parece que no, hay técnicas pero no sé si podríamos reducirlo, además tengo una
formación, al ser locutor me formé en el Iser que es más técnico casi que teórico, recién
ahora se está comenzando a rediseñar el plan de estudios, pero sigue teniendo aquel
resabio de formación de técnicos, entonces te enseñan a pronunciar, el cómo y ya
estamos para salir a la cancha, somos intérpretes.

¿Entonces en todo lo demás te tuviste que autoformar, en el qué?

Claro, eso es Cultura rock también, la Cultura rock nos ha enseñado a autoformarnos, a
desconfiar de todo, a tratar de leer por muchos lados, en su momento abrevó en un
movimiento que se llamó Contracultura, ¿de qué está hablando eso?, justamente que
hay una cultura oficial pero hay un montón de culturitas dando vueltas, cuando se
amalgamaron en el Movimiento del rock, se pudo hablar de Contracultura.

Y como hombre de los medios, ¿crees que la “Ley de medios” ayuda hoy en día a
estas contraculturas?

Creo que todo lo que democratiza ayuda, después hay que ver cómo se pone en
marcha, hagamos el dibujo de una torta, si el que tiene setenta y cinco por ciento en esa
torta no se suscribe a la ley o no le importa que esté esa ley, me parece que el
veinticinco restante poco puede hacer, lo importante es que está la herramienta, lo
importante es que está la ley, más tarde que temprano se va a poder aplicar. Y sí, me
parece importante en cuanto al respeto de las voces, el treinta y tres por ciento privado,
el treinta y tres para el estado, el treinta y tres para ONG’s, es como que empieza a
haber otros relatos, a mí siempre me pareció re loco que un tipo en Jujuy tenga que
estar al tanto del corte en la panamericana, o que esté nervioso porque hay un corte en
la panamericana, que te metan ficha porque la gente no puede ir al trabajo, ¿y qué le
importa al chabón en Tilcara?, de repente el chabón prende la tele y ve eso, y capaz
que está pasando algo re loco a diez cuadras de la casa y nunca se enteró. Desde ahí
me parece re copado, darle voz, visibilidad, medios de comunicación a las poblaciones
originarias me parece que es bueno, porque quizás no haya una contracultura o una
contra-hegemonía, pero sí hay muchas voces que están silenciadas por la voz
omnipresente, al empezar a tener eco y a tener lugar me parece que esa voz ya deja de
ser tan potente y podés elegir cual escuchar.

¿Vos te sentís un poco vehículo de esas otras voces?

Sí, en cuanto al rol de divulgador que tiene El Cubo, en cuanto a que el rock platense, y
fíjate que estamos hablando nada más que de rock, cuando en realidad debiéramos
hablar de cultura platense, hay un montón más de otras realidades musicales, vamos a
circunscribirnos a la música y dejemos de lado otras expresiones culturales o artísticas,
hablamos simplemente de rock cuando uno tendría que estar al tanto de lo que pasa en
Música Popular, lo que significó la apertura de la carrera de Música Popular como
impulso para eso. Ahora hablamos solamente de rock, hay una variedad enorme, una
paleta estilística terrible, un montón de estilos, bueno, mi idea es que todos esos estilos
suenen en el programa, y por ahí hay estilos que ocupan más el puesto central de la
prensa que otros, hay que tratar de que esos otros también estén, desde ahí sí, pero
sabiendo que tengo una falencia enorme en la que habría que sumar, como te decía,
música popular, tango, es impresionante, lo que pasa es que es como la de Charly
“escucho un tango y rock y presiento que soy yo”, yo quiero estar ahí, ver de qué
manera puedo pasar, que todo eso suene en el espacio de radio en el que me toque
estar.

Bueno la última pregunta, ya que todo lo anterior fue muy rico te hago la pregunta
más clisé ahora, ¿qué es la radio para vos?

Para mí es mi vida, aparte soy un gran oyente de radio, un gran escucha de radio, tengo
recuerdos de mi vieja limpiando, nosotros en casa teníamos una radio a lámpara
enorme que sabía que era de mi abuelo y ahí escuchaba Rapidísimo de Larrea, mi vieja
limpiando me iba acomodando a mí en el lugar de la casa donde no se limpiaba,
justamente como para que ensuciara lo menos posible, y era muy pibe, tendría dos o
tres años, y me acuerdo de llevarme todos los muñecos, ponerlos debajo de la radio y
yo paradito al lado haciendo la mímica de Larrea y los locutores, las publicidades me las
sabía de memoria; Lo que más me llama la atención es lo de los muñecos en cuanto a
que tenía público, porque hoy estábamos hablando de las caras, que era sin público.
Soy un gran escucha, cuando apareció Rock & Pop a mí me voló la cabeza, me explotó
el cerebro, tenía quince años y tomé la decisión de que un día iba a estar en un
micrófono, retomando lo que hacía cuando era pendejo pendejo, y es mi vida, como
escucha y como hacedor de la radio, no me imagino un mundo sin radio, no me veo en
él, no me parece que sea un lugar agradable para pasar los días.

Por Ezequiel Causa

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