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5to año
AP1: LA LEY Y LA GRACIA
1) Completa el texto que está debajo con las palabras correctas y realiza la actividad.
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LLAMADO A LA SANTIDAD
1) Leer los capítulos 1 al 4 del Principito y responder las preguntas de la guía de lectura
Con solo ver alrededor nuestro todos podemos darnos cuenta que hay mal
y dolor en el mundo: hay asesinatos, sufrimientos, enfermedades, etc. A todos, en
algún momento de la vida, nos toca experimentar alguna de estas cosas. Pero, ¿Por
qué hay mal en el mundo? El mal no existe en sí, sino que es la ausencia del bien.
Es como la luz y la oscuridad: lo que existe es la luz y cuando no hay luz podemos
decir que hay oscuridad (la oscuridad es la ausencia de luz).
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Las obras que todos realizamos pueden ser entonces buenas o malas. El cristiano está llamado a elegir
siempre el bien, sin embargo, sentimos en nosotros junto a la inclinación al bien, la inclinación al mal y al pecado.
¿Qué es lo que hay que seguir para hacer el bien? la ley que nos marca el camino y pedir a Dios la gracia para que
nos sostenga. Al decir la ley, nos referimos a:
- La ley Natural: está inscrita y grabada en el alma de todos y cada uno de los hombres porque es la razón
humana que nos ordena hacer el bien y evitar el mal. La conciencia es esa voz interna que nos indica el bien y el
mal. La conciencia no “crea” el bien o el mal, porque eso está ya establecido por Dios. Simplemente lo que hace
es decirnos en cada caso concreto qué decisión tomar.
- La ley de Moisés en los 10 mandamientos: Dios quiso revelarle a Moisés los preceptos morales más
importantes para que todos los conocieran. Los mandamientos expresan algo que también está inscripto en el
corazón del hombre, pero por distintas razones puede no verse claramente. San Agustín decía “Dios escribió en
las tablas de la ley lo que los hombres no leían en sus corazones”
- La ley de Cristo: cuando Jesús enseñó, no anuló los diez mandamientos, sino que fue más allá todavía.
Se basa principalmente en lo que Él dijo: ámense los unos a los otros como yo los he amado. La ley de Cristo es,
en primer lugar, la ley del amor, porque nos llama a actuar más por amor a los otros que por temor a un castigo;
también es la ley de la gracia, porque no podemos cumplirla solos, sino que necesitamos de la gracia de Dios; y
por último es la ley de la libertad porque nos inclina a obrar libremente bajo el impulso del amor.
1) Responde:
a) Si Dios creó todo lo que existe y Él es bueno, ¿por qué existe el mal?
b) ¿Para qué sirve la ley? ¿Cuáles son los tres niveles de la ley?
c) ¿La ley de Cristo va contra con 10 mandamientos? ¿Por qué?
2) Lee los capítulos 5 al 7 del Principito y responde las preguntas de la guía de lectura.
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3) Lee el siguiente texto y responde la pregunta
a) ¿A qué se refería el chico con su
respuesta?
Ahora, ¿cómo sabemos si un acto es bueno o malo? Depende de tres cosas: del objeto o acto en sí, si es
bueno o malo; de la intención con la que actuamos, es decir, el fin que nos lleva a hacer algo; y de las
circunstancias del acto incluidas las consecuencias del mismo. Por lo tanto, un acto es bueno, cuando estos tres
aspectos son buenos y es malo cuando al menos uno de ellos es malo. No es lícito hacer el mal para conseguir un
bien. Las circunstancias pueden atenuar o incrementar la responsabilidad de quien actúa, pero no modifican la
moralidad (si es bueno o malo).
Los actos malos que realizamos son llamados pecados. Pecado es toda palabra, acto o deseo voluntario
contrario a la Ley de Dios. Hay pecado cuando alguna de las tres partes de un acto es malo: el objeto, la intención
o la circunstancia. Si le decimos la verdad a una amiga, pero con la intención de que ella se enoje con otra persona,
la acción es mala, por lo tanto, hay pecado. Pero para que haya pecado tiene que haber tres cosas: que la materia
sea mala (la acción), que sepamos que lo que hacemos está mal y que libremente elijamos hacerlo.
Hay dos tipos de pecado. Primero, el pecado venial, que es cuando el acto que cometemos es el sí leve o
cuando no tengo pleno conocimiento o intención de hacer lo que estoy haciendo. La consecuencia es el
alejamiento de Dios. En segundo lugar, el pecado mortal, que es cuando el acto que cometemos es grave y tengo
plena conciencia e intención de hacerlo. Al cometer este pecado, la consecuencia es la ruptura total con Dios.
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4) Indica si los siguientes actos son buenos y analízalos en sus tres aspectos.
a) El otro día le pedí plata a mi mamá para compárame una mochila, pero en realidad la quería
para comprarme unos lápices re lindos.
b) Le robé a una compañera del colegio un lápiz porque el mío se me había roto y mi compañera
tenía muchos.
5) Piensa alguna acción que hayas realizado durante la semana. En cada caso analiza:
- ¿Qué hiciste?
- ¿Por qué lo hiciste?
- ¿Cuáles fueron las circunstancias?
Sin embargo, Dios no nos da la ley y espera que
nosotros la
cumplamos por nuestras solas fuerzas. San Pablo declara:
«Todos pecaron
y están privados de la gloria de Dios» (Rom 3,23). El pecado
no puede
existir ante Dios, que es completamente justicia y bondad. Si
el pecado
sólo es digno de la nada, ¿qué pasa con el pecador? En su amor, Dios ha
encontrado una vía que aniquila el pecado, pero que salva al pecador. Lo
hace de nuevo estar en su sitio, es decir, justo. No nos hacemos justos por nuestras propias fuerzas. Un hombre
no puede ni perdonarse el pecado ni liberarse de la muerte. Para ello debe actuar Dios en nosotros, y además por
misericordia, no porque lo pudiéramos merecer. Dios nos regala en el Bautismo «la justicia de Dios por la fe en
Jesucristo» (Rom 3,22). Por el Espíritu Santo, que ha sido derramado en nuestros corazones, somos introducidos
en la Muerte y la Resurrección de Jesucristo, morimos al pecado y nacemos a la vida nueva en Dios. Fe, esperanza
y caridad nos vienen de parte de Dios y nos capacitan para vivir en la luz y corresponder a la voluntad de Dios.
Él nos ayuda a través de la gracia. Los hombres a partir del pecado quedamos débiles, separados de Dios y sin
“fuerzas” para hacer el bien. La falta cometida fue de los hombres (seres finitos) para con Dios (ser infinito) y
por eso, aunque todos los hombres intentáramos arreglar esa falta con Dios, hubiera sido imposible. Sería como
intentar llenar de arena un pozo infinito: por más que estemos toda la vida, nunca se llenaría. La única forma de
hacerlo era que un ser infinito pagara la cuenta a otro ser infinito. Y a la vez, como la
culpa fue de los hombres, tenía que ser Dios y hombre al mismo tiempo. Jesús es Dios
hecho hombre y que vino a la tierra con la misión de salvarnos del pecado cometido,
saldar esa deuda y volver a unir al hombre con Dios. ¿De qué forma? Muriendo en cruz
y dando hasta la última gota de sangre. Por la Cruz y la Resurrección Dios se acerca
completamente a nosotros y nos hace participar de su vida mediante la gracia. «La
gracia», dice el papa Benedicto XVI, «es ser contemplado por Dios, ser tocado por su
amor». La gracia no es un objeto, sino la comunicación de sí mismo que Dios hace a los
hombres. En la gracia estamos en Dios. La gracia es entonces un don gratuito infundido
por Dios en el alma por el que participamos de la naturaleza (o vida) divina.
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La gracia nos ha sido infundida de lo alto y no se puede explicar por causas intramundanas (gracia
sobrenatural). Nos convierte en hijos de Dios —especialmente por el Bautismo— y herederos del cielo (gracia
santificante). Nos otorga una inclinación interior permanente al bien. La gracia nos ayuda a conocer, querer y
hacer todo lo que nos conduce al Bien, a Dios y al cielo. La gracia se da de modo especial en los sacramentos, que
por voluntad de nuestro Redentor son lugares destacados del encuentro con Dios. Así como los sarmientos solo
dan frutos si están unidos a la vid, nuestras acciones van dar fruto si estamos unidos a Jesús y su Iglesia: “Yo soy
la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada
pueden hacer.” Jn 15,5.
El sentido de nuestra vida es unirnos a Dios en el amor,
corresponder totalmente a los deseos de Dios. Debemos permitir
a Dios «que viva su vida en nosotros» (beata Teresa de Calcuta).
Esto significa ser «santo». Sólo en la santidad encuentra el
hombre la verdadera armonía consigo mismo y con su Creador.
Pero la santidad no es una perfección hecha a medida por uno
mismo, sino la unión con el amor hecho carne, que es Cristo.
Quien de este modo logra la nueva vida se encuentra a sí mismo
y llega a ser santo.
6) Responde:
c) ¿Podemos decir que la gracia nos hace más parecidos a Dios? ¿Por qué?
d) La santidad consiste en ser una persona buena y esforzarte por ser mejor
8) Investiga sobre la Beata Gianna Beretta Molla (la que aparece en la foto) y escribe breve su vida.
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9) El día Sábado Santo a la noche (día anterior al Domingo de Pascua) se hace una celebración que se llama la
“Vigilia Pascual” y se empieza afuera de la Iglesia y a oscuras. El sacerdote después entra con la sola luz de
una vela grande llamada “Cirio Pascual” y al momento de prender las luces del templo, se canta un canto
que hace referencia a la luz de Cristo que ilumina las tinieblas. Piensa y escribe qué relación tiene esta idea
para cada católico y con lo visto anteriormente.
GUÍA DE LECTURA DEL PRINCIPITO
1. Capítulos del 1 al 4
a) ¿Qué diferencias marca el autor entre los adultos y los niños?
2. Capítulos del 5 al 7
ORDEN NATURAL
Para comenzar a entender el tema del orden natural empezaremos por
explicar el concepto de orden.
Orden: es la manera de estar colocadas las cosas o las personas en el
espacio o de sucederse los hechos en el tiempo, según corresponde a la naturaleza
de las cosas o a un determinado criterio o norma.
Según la RAE también es encaminar o dirigir algo a su fin. Es decir, el orden
es la recta disposición de
las cosas.
1) el orden natural
2) el orden convencional.
Cada tipo de orden se refiere a ámbitos distintos. En el primer caso, por más que
muchos digan lo contrario, se debe respetar el lugar que le otorga la naturaleza a la
cosa. En el segundo caso, el margen de posibilidades se amplía muchísimo y aquí sí se
determina por consenso (por lo que dice la mayoría) si algo se ubica en un lugar o en
otro.
1. Actividad:
Decir si el orden de los conjuntos es natural o convencional:
2) Pensar y dar un ejemplo de algo que es de orden natural y otro ejemplo de algo de
orden convencional.
b) Orden
convencional:……………………………………………………………………………………………………
…………………
Lo que venimos diciendo tiene relación con la ley natural. Es decir la ley natural
deriva de la existencia de un orden natural, no de un invento de los seres
humanos.
Esta ley natural está en todo el universo y este se rige por ella. Por
ejemplo:
El derecho positivo (el que dicta el legislador) lo que debería hacer es “reconocer y
regular los derechos” “no crear los derechos”. La legitimidad de las leyes positivas,
(lo que dicta un Estado que hay que hacer), dependen en último término de su
concordancia con el derecho natural. En una antigua obra
griega Antígona de Sófocles, ya se explica la existencia de un derecho
absolutamente válido superior y anterior a las leyes humanas.
La tesis principal del iusnaturalismo (así se llama esta corriente que reconoce al
derecho natural) puede resumirse del siguiente modo:
Existen ciertos principios en relación con el bien o el mal de carácter universal: leyes
naturales o derechos naturales, que actúan como marco supralegal (por encima de la
ley humana).
Unidad 9 • La reflexión ética
El contenido de dichos principios puede ser conocido por el hombre mediante la
razón.
El derecho, además, descansa en la moral (moral, del gen. latín mōris, 'costumbre', y
de ahí mōrālis, 'relativo a los usos y las costumbres').
Si estos principios no son recogidos o sancionados por el ordenamiento jurídico
positivo, este último no puede considerarse un verdadero ordenamiento jurídico.
Para pensar:
El derecho a la vida esta en el centro de todo y es el bien moral mas importante para cuidar.
Alrededor de este derecho encontramos dinamismos naturales (cosas a las que que
naturalmente tendemos) que son la conservacion de la vida personal, de la especie, la vida
en sociedad (integracion social) y el sentido de la trascendencia. Estos dinamismos nos
llevan a acciones concretas de defensa de la vida, de procurar tener una buena calidad de
vida y desarrollo de la familia. De aquí que los derechos positivos deberian asegurar que
se proteja todo lo que tiene que ver con este derecho fundamental de la vida.
Además, para indagar más sobre el tema, se copian unos links de interés:
https://opusdei.org/es/article/coherencia-edificar-el-orden-interior/
https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/ciencia-y-fe-el-origen-del-universo-
georges-lemaitre-el-padre-del-big-bang
unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/la-busqueda-cientifica-del-orden
https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/saber/orden-natural
https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/sobre-la-clonacion
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AP: III
aunque no perceptible por los sentidos, sobre el que hemos de tener una seguridad inamovible: por
el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios. Elevado el hombre al
Unidad 9 • La reflexión ética
orden sobrenatural, el matrimonio cristiano se convierte en signo eficaz de la gracia. El matrimonio
entre bautizados es un verdadero sacramento de la Nueva Alianza. Para sanar las heridas del pecado,
el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que Dios, en su infinita misericordia, jamás ha
negado. Sin esta ayuda el hombre y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden
Si olvidamos a menudo esta realidad, pueden amilanarnos las dificultades; tenerla presente a la hora
de evaluar nuestras fuerzas, es una garantía de éxito en el aprendizaje del verdadero amor, que dura
toda la vida. No sólo nos casamos porque nos queremos, sino porque queremos querernos.
No nos cansaremos de insistir en que nunca seremos lo suficientemente expertos en el arte de amar.
Sobre nuestra capacidad de amar, nunca lo sabemos todo, ni podemos decir basta: siempre hay
recursos que poner en juego. Tener capacidad y estar llamado a realizar una misión, no es suficiente:
tenemos dos piernas con capacidad de andar y sólo logramos trasladarnos de un lugar a otro después
de bastantes meses y darnos muchos golpes contra el suelo. Somos capaces de hablar pero hasta los
tres años no entendemos las palabras de un niño. Para aprender a hablar hemos necesitado escuchar
palabras y repetirlas según los sonidos que percibíamos. Hemos tenido a alguien que nos las enseñe,
alguien a quien mirar como modelo, un testimonio vivo.
Este mismo proceso se repite para cursar con aprovechamiento la asignatura del amor: de cualquier
amor. Ha de encontrarse el modelo genuino, el más perfecto, el que brota del primer manantial. No
podemos contentarnos con menos. En definitiva, contamos con un único Modelo: el Amor de Dios
Padre en su Hijo Jesucristo. Podría parecernos inasequible tal empeño y realmente lo es, pero hay
que añadir dos consideraciones: ese modelo hay que situarlo dentro de los límites de la condición
humana, y además, contamos con la garantía de la gracia para superar la prueba. En definitiva, el
empeño de Dios es enseñarnos a amar con su Amor y por eso nos otorga abundancia de gracias por
diversos cauces.
Actividades de la Unidad
Trabajaremos investigando la vida de distintos santos:
Conocer su historia
Pensar en que aspecto pueden ser de inspiración para cada una