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Doctrina

para 1

Catecumenos

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el


evangelio a toda criatura. El que creyere y
fuere bautizado, será salvo; más el que no
creyere, será condenado.

Marcos 16:15-16
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)(IGLESIA CRISTIANA INTERDENOMINACIONAL A.R

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a


toda criatura. El que creyerf! y fuere bautizado, será salvo;
mas el que no creyere, será condenado.
Marcos 16:15-16.
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PREFACIO

EL PRESENTE CURSO de Doctrina para Catecúmenos, es una revisión


y adición al folleto que para el efecto ya existía desde hace muchos años.
Se ha preparado este trabajo en vista de que ya era urgente hacer algunas
adiciones y aclaraciones, no solamente para beneficio de los nuevos
miembros de nuestras iglesias, sino quizá también para una ayuda más
exacta en el trabajo de los obreros que doctrinan a los catecúmenos y
para un mejor entendimiento y uniformidad en el conocimiento doctrinal
entre todo el cuerpo nacional de obreros; pero mayormente para la gloria
del Trino Dios.

Al poner al alcance de todos este sencillo trabajo, también


recordamos con gratitud ante el Todopoderoso a su siervo Josué Mejía
fundador en Cristo que fue, del Movimiento Cristiano lnterdenominacional,
que tanto predicó las doctrinas que brevemente se exponen aquí, y ahora
que precisamente se cumplen 56 años de que fue llamado por su Señor,
sale a la luz esta edición también como testimonio de que Aquél que usó
y bendijo a su siervo sigue conduciendo a su Iglesia con mano poderosa.

A Él sea la Gloria por siempre jamás.

Amén .

Portales, D. F., Agosto 2006.

JACOB SÁNCHEZ L.

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ÍNDICE

CAPITULO PÁGINA

1. DOCTRINA PARA EL CATECÚMENO QUE DESEA RECIBIR


EL BAUTISMO EN AGUA. 6

2. PUNTOS PRINCIPALES DE LA DOCTRINA DE LA IGLESIA


CRISTIANA INTERDENOMINACIONAL 13
3. LA FE CRISTIANA:

l. LA PERSONALIDAD DE DIOS 15
11. LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS INSPIRADA DIVINAMENTE
Y POR LO TANTO LA ÚNICA REGLA DE NUESTRA FE Y A LA QUE
DEBE AJUSTARSE NUESTRA VIDA. 23
111. CRISTO JESÚS ES EL ÚNICO SALVADOR DE LAS ALMAS 28
IV. LA SANTIFICACIÓN.- UNA PARTE INTEGRANTE DE LA
EXPERIENCIA DE LA SALVACIÓN, ES INDISPENSABLE PARA
VER A DIOS Y VIVIR ETERNAMENTE CON ÉL. 30
V. EL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU SANTO Y FUEGO
CONCEDIDO POR EL SEÑOR JESUCRISTO, ES UNA
EXPERIENCIA NECESARIA PARA EL PROGRESO DE LA VIDA
DIVINA EN EL CREYENTE Y PARA LLENARLE DE PODER. 32
VI. CREEMOS QUE EL SEÑOR JESUCRISTO ES EL SANADOR DE
NUESTROS CUERPOS MORTALES CUANDO ESTAMOS
ENFERMOS. 36
VIl. CREEMOS EN LA SEGUNDA VENIDA DE NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO. 39
VIII. LA RESURRECCIÓN Y LA INMORTALIDAD DEL CREYENTE. 41
4. LA SANTA CENA DEL SEÑOR 44
5. ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA 49
6. DEBERES DE LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA 51

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Doctrina para el Catecúmeno que desea recibir el Bautismo en agua.

1 DOCTRINA PARA EL CATECÚMENO QUE DESEA


RECIBIR EL BAUTISMO EN AGUA.
El Bautismo en agua es uno de los dos sacramentos u ordenanzas
instituidos por el Señor Jesucristo Mt. 28:19; Mr. 16:16.
SACRAMENTO.- Acto sagrado instituido por el Señor Jesucristo y
ordenado a su Iglesia como símbolo de una realidad superior.

BAUTISMO.- Es el Sacramento que simboliza el nuevo nacimiento del


creyente a quien es administrado y mediante el cual es aceptado como
miembro de la Iglesia Cristiana, haciendo pública profesión de su fe.
Por causa de que el Bautismo, como también la Santa Cena son
ceremonias sagradas instituidas por el Señor Jesucristo y por Él mismo
ordenada su práctica en la Iglesia, ellas se llaman también con toda
propiedad ordenanzas.
Siendo ordenado por nuestro Señor, es obligatorio para todos los
cristianos hasta el fin de la presente Dispensación. Todos los que han
sido hechos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, deben obedecer este
mandamiento para agradar a su Maestro que lo dio.
EL HECHO DEL BAUTISMO.- Físicamente consiste en una aplicación
de agua; pero espiritualmente es mucho más que eso, porque tal aplicación
se hace en el Nombre de la Divina Trinidad y todos los presentes elevan
sus más fervientes oraciones al Todopoderoso para que se designe guardar
siempre en el camino de la vida eterna al que se bautiza.
PROFESIÓN.- Además el Bautismo es un acto en el cual el catecúmeno
hace profesión pública de su fe en el Señor Jesucristo, de la salvación
operada en su alma y de su íntima comunión con su Salvador, de la
obligación de vivir conforme a los postulados del Evangelio, y por último, de
la gloriosa esperanza de participar de la resurrección y de la inmortalidad en
las regiones celestiales, ya que "si fuimos plantados juntamente con Él en la
semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección".
EL AGUA.- El uso de agua en esta ceremonia, es simbólico, pues
así como el agua tiene la propiedad de limpiar y purificar, simboliza en
este acto la limpieza que ha sido efectuada en el creyente por la Sangre
de nuestro Salvador y por el poder del Espíritu Santo Sal. 51:2; ls. 1:18;
Hch. 22:16; Ef. 5:26; Tit. 3:5.

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Doctrina para el Catecúmeno que desea recibir el Bautismo en agua.

REQUISITO DE VALIDEZ.- Siempre el bautismo debe ser administrado


por un siervo de Dios debidamente reconocido en ese carácter por la
Iglesia, para que el acto tenga validez (si bien en casos especiales podrá
ser administrado por otra persona, pero que esté autorizada por un siervo
de Dios).
FÓRMULA.- Invariablemente la fórmula bautismal es la trinitaria, lo que
equivale a decir que el bautismo debe aplicarse en el Nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo, porque así lo mandó el Señor Jesucristo. Esta
fórmula bautismal alude claramente a la intervención de las tres personas
de la Divina Trinidad en la obra de la Salvación: El Padre dio a su Hijo para
que muriese por nosotros Jn. 3: 16. El Hijo dio su vida en la cruz y con su
Sangre consumó nuestra redención He. 9: 11-12, El Espíritu Santo aplica al
hombre la Salvación consumada por el Hijo, Jn. 16:7-11; 3:3-5; 1 Co. 6:11.
Además la mención de las tres Personas en la fórmula bautismal, nos habla
de la Autoridad única y exclusiva de la Divina Trinidad en la Salvación del
hombre.
Algunos grupos heréticos enseñan que el bautismo solamente debe
aplicarse en el Nombre de Jesucristo y no en el de la Divina Trinidad, "porque
el apóstol Pedro así lo hizo", Hch. 2:38; 10:48, etc. Pero las palabras del
apóstol, solo constituyen una orden de bautizarse; mas no una fórmula ,
es claro que él no podía hacer algo diferente a lo que el Señor le había
mandado, no puede haber contradicción en la Escritura. Lo que quiere
decir bautizarse en el Nombre de Jesucristo es aceptar el bautismo que
está basado en la autoridad de Jesucristo o sea el bautismo que Él mandó,
(y al hacerlo así es cierto, que la persona está dispuesta a sujetarse a
esa autoridad habiendo aceptado a Jesucristo como su Señor), pero al
aplicarse el bautismo, tenía que emplearse la fórmula Trinitaria prescrita
por el mismo Señor Mt. 28:19.
SUJETOS DEL BAUTISMO.- Como ya se ha dicho antes, son los
creyentes los que deben bautizarse, porque las palabras del Señor Jesús
fueron muy claras y precisas, de manera que no hay ninguna duda al
respecto. "Haced discípulos ... bautizándolos ... " Significa que primero
deben ser hechas discípulos las personas, y después bautizarse. "El que
creyere y fuere bautizado será salvo mas el que no creyere será condenado".
Significa que una persona primero debe ser creyente y después bautizarse,
ya que si no lo es, aunque se bautice será condenada. Así es que deben
bautizarse los creyentes, es decir los que ya son salvos por haber creído

I CIAR Doctrina para Catecúmenos 7


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Doctrina para el Catecúmeno que desea recibir el Bautismo en agua.

en el Señor Jesús y porque ya se han arrepentido de sus pecados, los que


ya son discípulos que ya han experimentado el nuevo nacimiento, y en
manera alguna los inconversos. Por esto mismo es un desatino mayúsculo
e indisculpable en aquel día, aplicar el bautismo a personas inconversas y
en las cuales no se han apreciado los frutos de la regeneración Hch. 16:31;
Le. 13:3; Jn. 3:3.

OTROS REQUISITOS.- Además de ser creyentes, deben los que se


bautizan efectuar una completa rendición al Señor Jesucristo, estando
dispuestos a abandonar todas las cosas mundanas como placeres, vicios,
vanidades, (cines, teatros, toros, canciones, box, música mundana, etc.),
para continuar la vida de santidad delante de Dios, Stg. 4:4.
Se necesita un arreglo de la vida tanto en lo moral como en lo espiritual,
(ser legítimamente casados por la Ley y por la Iglesia). En el caso de
personas que vivan como si fueran casadas no siéndolo, es decir que viven
en amasiato, deben proceder a casarse como ordena la Palabra de Dios.
Además los que van a bautizarse no deben tener rencillas, odios,
rencores, pleitos, deudas ni nada por el estilo; sino estar conscientes de
que ya poseen una nueva vida en Cristo como dice la Biblia: si alguno está
en Cristo, nueva criatura es 2 Co. 5: 17.
SIGNIFICADO DEL BAUTISMO.- Significa que morimos con Cristo
mediante nuestra unión con Él en su muerte vicaria y hemos resucitado a
una nueva vida. Es decir, morimos para el mundo, para el pecado y para
todos los deseos carnales desde el momento en que quedamos unidos a
Cristo por la fe cuando le aceptamos como nuestro Señor y Salvador, y al
ser salvos por su muerte y resurrección también comenzamos de ahí en
adelante una nueva vida conforme a la voluntad de Dios, y el bautismo es
una demanda de que realicemos tal cosa en nuestra experiencia Ro. 6:4;
Col: 3:1 -3; 2:12; Ef 4:22; Hch. 22:16; 2 Co. 5:17; 1 P 3:21 . Esta última
referencia nos dice que debemos aspirar a tener una buena conciencia
hacia Dios por la resurrección de Jesucristo la cual es el origen de la
nueva vida que hay en el creyente. Así que si el bautismo es una confesión
pública de lo que el creyente ya experimentó antes de la verificación del
mismo, el lavamiento del pecado mediante la fe y la infusión de una nueva
vida en Él, es entonces símbolo de la salvación.
LA FORMA DEL BAUTISMO.- Las muchas congregaciones evangélicas
usan diferentes formas de administrar el bautismo. Las principales son:
Inmersión y Aspersión .

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Doctrina para el Catecúmeno que desea recibir el Bautismo en agua.

En nuestra Iglesia hemos aceptado el bautismo por derramamiento que


es un término medio entre la Inmersión y la Aspersión (consiste en meterse
en poca agua más o menos hasta las rodillas, y luego derramar agua en la
cabeza tres veces). También practicamos la Inmersión sin objeción alguna.
(no es correcto discutir con énfasis sobre la forma del bautismo, pues si
se trata de una ceremonia o rito aplicable a los ya salvos y no para que lo
sean, y dado el énfasis que algunos ponen en la forma, parecería que dan
a entender que la salvación depende de la forma del bautismo lo cual es
una herejía). Es cierto que no hay una forma única, y esto es fácil probarlo
con el testimonio de la historia.
Muy temprano en la vida de la Iglesia se practicaban por lo menos dos
formas de bautizar. El libro "Las enseñanzas de los doce Apóstoles" o
Didaché (pronunciase Didajé) recuperado en Constantinopla en 1884 y del
que los críticos dicen que data del primer siglo o principios del segundo,
nos hace ver que en aquellos remotos tiempos ya se practicaban cuando
menos dos formas. Veámoslo: en el capítulo 7 de este libro se lee: "Bautiza
en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en agua viva (o en
agua corriente). Pero si no tienes agua viva emplea otra clase de agua
y bautiza, y si no puedes hacerlo con fría entonces con caliente. Pero si
no tienen ninguna de las dos echa agua sobre la cabeza tres veces en el
Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
COMENTARIO.- En agua corriente, no quiere decir necesariamente
inmersión pero puede incluirlo; tampoco otra clase de agua, fría o caliente
querrá decirlo pero también puede incluirlo. Donde no se puede entender
inmersión es en el último párrafo, pues en el caso de que no hubiese agua,
expresamente se dice: "Derrama agua tres veces". Así es que no existe tal
cosa como, única forma válida, sino que cualquier forma es lícita y aún la
Aspersión en el caso de un enfermo que no pueda recibir otra forma.
SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS GRIEGAS.- El verbo Baptó y el
sustantivo Baptismos dan significado distintos (de donde puede derivarse
cierta forma de bautizar, y son las únicas palabras de donde podría hacerse
tal derivación).
a). SIGNIFICADO DE BAPTO. Le. 16:24; Jn. 13:26; Ap. 19:13. Como la
palabra de donde se ha traducido mojar y teñir es Baptó, se ve que
este verbo significa inmersión en estos textos.

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Doctrina para el Catecúmeno que desea recibir el Bautismo en agua.

b). SIGNIFICADO DE BAPTISMOS. Mr. 7:4; He. 6:2, 9:10. La palabra de


donde se ha traducido abluciones, bautismos y lavamientos de Baptismos;
se ve que en estos textos esta palabra significa lavamiento ritual o
ceremonial. (no se sumerge un lecho para lavarlo).
De los ejemplos siguientes no se puede derivar ninguna forma porque
sólo se presentan acciones.
VERBO BAPTIZO. Mt. 3:6, 11; Mr. 1:4-5; Le. 7:29, 11:38; Jn. 1:25-26;
Hch.19:3; Ro. 6:3; 1 Co.1:13.14.

SUSTANTIVO BAPTISMA.- Mt. 3:7; Mr. 1:4; Hch. 10:37; Ro. 6:4; Ef. 4:5;
Col. 2:12; 1 P 3:21 etc.
Estos datos están tomados de la Concordancia Greco - Española del
Nuevo Testamento según la versión de CIPRIANO DE VALERA y el Texto
Griego de EBERHARD NESTLE compilada por HUGO M. PETIER, y del
Léxico Griego - Inglés del Nuevo Testamento por WILLIAM F. ARNDT y F.
WILBUR GINGRICH.
Lo siguiente entre líneas paralelas puede omitirse y más bien se pone
aquí para instrucción del obrero, que no del catecúmeno.

El uso clásico del término "Bautizar".- Los críticos bíblicos, y especialmente


el doctor Conant, distinguido maestro bautista, han encontrado 168 casos
el empleo de esta palabra bautizar en los clásicos griegos, y muchos casos
también en los primitivos escritores eclesiásticos griegos. En el Nuevo
Testamento Griego hallamos 80 veces empleada esta palabra. Los ejemplos
de los clásicos establecen claramente el sentido, o sentidos de la palabra
en la literatura griega; y los ejemplos del Nuevo Testamento establecen
también claramente el significado, teniendo uno muy distinto en la literatura
cristiana.
En 86 de los ejemplos clásicos (tomamos las cifras del doctor Conant
como aproximadamente correctas), la palabra significa sumergir
físicamente; esto es, colocar el objeto debajo del elemento mientras el
fluido permanece estacionario y el objeto es movido o metido dentro de
él. En 82 casos la palabra quiere decir: pasar por encima de; esto es, el
objeto permanece quieto y el fluido se lleva hacia donde está el objeto y es
derramado encima de él. Estos ejemplos muestran que la palabra griega
no expresó siempre, -como tantas veces se ha afirmado-, un solo modo de

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Doctrina para el Catecúmeno que desea recibir el Bautismo en agua.

acción y por consiguiente no es un ívoca, sino que tiene dos significados


distintos, expresivos de dos modos diferentes de acción física.
Fragmento tomado del libro "EL BAUTISMO CRISTIANO", por el Dr.
Guillermo G. Williams. Páginas 21 y 22.
Esta explicación "Pasar por encima de" nos aclara mas prácticamente lo
concerniente al bautismo con el Espíritu Santo que la expresión "sumergir
físicamente".

La Biblia no nos prescribe una forma, no dice cual es la única forma


válida, por más que algunos entienden que Ro. 6:4 quiere decir inmersión;
sin embargo este pasaje no dice que somos sepultados con Cristo en el
agua, sino que "somos sepultados juntamente con él para muerte por el
bautismo", lo que equivale a decir que nuestro viejo hombre es sepultado
en la muerte de Cristo (véase el Contexto versículos 1-8) pero esto no se
efectúa por el bautismo, ya que éste no tiene poder para salvar sino por la
fe viva que depositamos en el Señor Jesucristo, cuya fe nos es dada por
el Espíritu Santo, y el bautismo que como hemos visto es una profesión de
fe y rito de iniciación en el Cristianismo es también símbolo de salvación y
por lo tanto de consagración a Cristo y de nuestra renuncia al mundo, y nos
habla de que por causa de nuestra unión con Jesucristo en su muerte por
medio de la fe, hemos quedado unidos con él también en su resurrección
para que de ahí en adelante andemos en vida nueva y ya no vivamos para
nosotros ni para el mundo sino para el Señor Jesucristo que nos salvó.
Gá: 2:20; 2 Co. 5:14-15; Gá. 6:14 (esto por cierto no quiere decir huir y salir
del mundo sino ser vencedores en él) Jn. 17: 11, 15; Ro. 8:37.
Estamos ciertos que el acto de administrar el bautismo de nada
aprovecha Gá. 5:15 porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el
hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
! S. 16:7. Así lo esencial es el arrepentimiento y la fe, que el alma sea
0

sumergida en el lavacro purísimo de la Sangre del Crucificado, y que la


persona sea regenerada por el Espíritu Santo como ya se ha dicho, pues
en caso contrario de nada le valdrá la forma cualquiera que sea.
Por tal motivo rechazamos la absurda doctrina de la REGENERACIÓN
BAUTISMAL, porque el bautismo, repetimos , no tiene poder para regenerar
a nadie, no borra los pecados ni opera la salvación en la persona, pues
esto sólo se alcanza por el sacrificio de Cristo en la Cruz, y por el poder del
Espíritu Santo actuando en las personas 1 Jn. 1:7; Jn . 1:29,3:3.

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Doctrina para el Catecúmeno que desea recibir el Bautismo en agua.

El BAUTISMO INFANTIL.- En la iglesia Católico Romana como en


algunas congregaciones evangélicas, hay la costumbre de bautizar a los
niños; sin embargo esta práctica no tiene ningún fundamento bíblico por lo
cual debe considerarse herética. Quizá haya surgido en el siglo 111; pero la
encontramos ya explícitamente mencionada en los escritos de Crisóstomo,
(siglo IV) el cual en su Homilía a los Neófitos dice: "bautizamos a los infantes
aunque no tienen pecado".
En el Nuevo Testamento no hay ni siquiera un fragmento o versículo
en el que se afirme que los apóstoles o evangelistas (como Felipe) hayan
bautizado niños. En vista, pues, de que esta práctica no se apoya en la
Biblia la rechazamos desde luego. Por lo tanto los que recibieron de niños
lo que llaman el bautismo, en cualquier iglesia que halla sido, NO FUERON
BAUTIZADOS porque ese acto no puede constituir el bautismo, y por lo
mismo cuando estas personas se convierten deben bautizarse.
El BAUTISMO EN EL NUEVO TESTAMENTO.- La primera mención
que se hace del bautismo es cuando Juan el bautista vino a la orilla del
Jordán predicando el arrepentimiento Mt. 3:2; Le. 3:16. Este bautismo no
es el Cristiano y tuvo su término.
Durante el ministerio de nuestro Señor Jesucristo, los apóstoles
bautizaban a los que creían en Él Jn. 3:22, 4:1-2. Podemos aceptar que
este bautismo era el cristiano, aunque todavía no había sido sancionado
con la solemnidad y formalidad que recibió después.
Cristo antes de ascender al cielo mandó a sus discípulos que bautizaran
en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, a los que creyesen
en Él Mt. 28:19; Mr. 16:16. Este es el bautismo que nosotros practicamos.
Los apóstoles obedecieron este mandato y en la Iglesia Primitiva eran
bautizados y de esta manera agregados a ella, los que creían Hch. 2:41,
8:12, 36, 16:33-34, 18:8, 19:5. En este último caso el apóstol Pablo bautizó
a los de Éfeso porque el bautismo de Juan que habían recibido no era el
Cristiano, y no por otro motivo.

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Puntos principales de la doctrina de la Iglesia Cristiana Interdenominacional

z PUNTOS PRINCIPALES DE LA DOCTRINA DE LA


IGLESIA CRISTIANA INTERDENOMINACIONAL

(PREÁMBULO)
NUESTRA FE.- En nuestro sistema y plan de trabajo en la obra del Señor
descartamos la hipocresía, el fanatismo y la superstición , convencidos de
que sólo son factores o armas de especulación usados sin escrúpulos por
las religiones impostoras que se disputan la superioridad del Cristianismo;
por consecuencia nuestro credo difiere de las teologías dogmáticas de
las iglesias Ortodoxa Griega, Católico Romana y Protestante. Tampoco
tenemos que ver con las teorías filosóficas de los hombres, nuestra creencia
está más allá de las teologías sacerdotales y las filosofías humanas.
Estamos ceñidos a la pureza y sencillez del Cristianismo primitivo, no
usamos dogmas ni liturgias ceremoniales. Solamente echamos mano de
los siguientes medios de gracia que están a nuestro alcance para el culto
y la alabanza a Dios.
1o. La Biblia, leída con reverencia.
2o. Himnos espirituales expresados por medio del canto sincero de los
creyentes.
3o. La oración ferviente elevada a Dios como una necesidad absoluta,
ya que por ella tenemos comunión con Dios que por este medio
vivifica nuestras almas y nos capacita para andar en el sendero de la
vida cristiana y eterna.
46. El testimonio público y veraz expresado en el culto cristiano para
manifestar nuestra gratitud . (Aquí es oportuno recordar al catecúmeno
que el testimonio debe darse siempre de manera breve para no
estorbar otras partes del culto y que debe ser absolutamente veraz
desde el principio hasta el fin). El testimonio tiene como fin primordial
glorificar a Dios declarando públicamente lo que El se digna hacer
con los suyos, y en segundo lugar servir también para la edificación
de los demás, por eso puede bien ser un medio de Gracia.
5o. El sermón o sea el mensaje evangélico que por la intervención del
Espíritu Santo se constituye en un poderoso medio de elevación

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 13


((MRD))
Puntos principales de la doctrina de la Iglesia Cristiana Interdenominacional

espiritual y para llenar nuestras almas de fuerzas espirituales para


la dura lucha de la vida cristiana y así estar firmes contra los embates
del tirano de los tiempos.
UTILIDAD DE LA CREENCIA CRISTIANA.- En la presente época
disolvente de apostasía y de manifiesto egoísmo, estando frente a frente con
problemas muy serios como el social, el económico y el moral, cuando ya
los conglomerados mundiales engañados y defraudados en sus esperanzas
de mejoramiento no creen en nada ni en nadie, se vislumbran dos figuras:
Una, la guerra cruel y sanguinaria, el odio, las venganzas y el espantoso
exterminio; la otra, entendimiento mutuo, igualdad, compasión y ternura
para los humildes, amor y servicio de los unos para los otros. Quienes
eligen lo primero, sólo saborearán inquietudes, zozobras y temores. Los
que eligen lo segundo, es decir, que aceptan a Cristo, son almas felices y
plenamente dichosas que ponen su confianza en Dios levantándose por
encima de las miserias de este mundo y llegando a la condición de híjos de
Dios. Tal es la utilidad de la creencia cristiana.

14 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


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La Fe Cristiana

3 LA FE CRISTIANA

LA FE CRISTIANA puede sintetizarse en los siguientes puntos


doctrinales:

1.- LA PERSONALIDAD DE DIOS.


11.- LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS INSPIRADA DIVINAMENTE
Y POR LO TANTO LA ÚNICA REGLA DE NUESTRA FE Y A LA
QUE DEBE AJUSTARSE NUESTRA VIDA.
111.- CRISTO JESÚS ES EL ÚNICO SALVADOR DE LAS ALMAS.
IV.- LA SANTIFICACIÓN.- UNA PARTE INTEGRANTE DE LA
EXPERIENCIA DE LA SALVACIÓN, ES INDISPENSABLE PARA
VER A DIOS Y VIVIR ETERNAMENTE CON ÉL.
V.- ELBAUTISMOCONELESPÍRITUSANTOYFUEGOCONCEDIDO
POR EL SEÑOR JESUCRISTO, ES UNA EXPERIENCIA
NECESARIA PARA EL PROGRESO DE LA VIDA DIVINA EN EL
CREYENTE Y PARA LLENARLE DE PODER.
VI.- CREEMOS QUE EL SEÑOR JESUCRISTO ES EL SANADOR DE
NUESTROS CUERPOS MORTALES CUANDO ESTAMOS
ENFERMOS.
VIl- CREEMOS EN LA SEGUNDA VENIDA DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO.
VIII.- LA RESURRECCIÓN Y LA INMORTALIDAD DEL CREYENTE.

1.- LA PERSONALIDAD DE DIOS.- Dios, el omnipotente autor de todo


cuanto existe y ha sido hecho, que para su propia gloria creó el universo y
a las criaturas inteligentes, -ángeles y hombres- que conserva y gobierna
lo creado, es un Ser Personal; lo que indica que posee los atributos
propios de la personalidad; que tiene inteligencia sentimientos y voluntad ,
cualidades éstas que sólo corresponden a la persona, ya se trate de
persona divina, humana o angélica; en otras palabras, Dios piensa, siente

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 15


((MRD))

- --- -------------------
La Fe Cristiana

y quiere, determina, salva, castiga al hombre, actúa, ejecuta, tiene interés


personal en las actividades de los hombres, por lo tanto es un Ser Personal.
"Entendemos que Dios es un Ser Personal, porque la Escritura nos hace
saber que fuimos creados a imagen y semejanza de Él, y naturalmente
se concluye que si nosotros, seres personales pensamos, sentimos y
queremos, reflejamos con ello dicha semejanza, resultando evidente que
Dios es un Ser Personal, puesto que esa similitud indica claramente que,
así como nosotros, Él piensa, siente y quiere. Dios nos demuestra que
tiene pensamiento, con sus propias palabras recogidas por lsaías "Mis
pensamientos no son vuestros pensamientos" (ls. 55:8) . Igualmente nos
hace saber que tiene sentimientos por el testimonio de las Sagradas
Escrituras. Si él nos salvó, fue movido a hacerlo por el sentimiento de amor
Jn. 3: 16. Si Él condena el pecado, lo hace respondiendo a su sentimiento
de repulsión por todo lo malo. Pro 6: 16-19. Finalmente la Biblia nos enseña
que Dios tiene voluntad propia, " 1Ti. 2:3,4 nos habla de la voluntad de
Dios". A. Blasco.
Así pues Dios es un Ser Personal; esto no se puede decir de los dioses
de las naciones, porque estos son ídolos de madera o de piedra y por lo
tanto inanimados y sin vida, no son dioses sino ídolos.

a). DIOS ES ESPÍRITU; pero al decir que Dios es un Ser Personal, y que
nosotros hemos sido creados a su imagen y semejanza; no se concluye
de ello que Dios tiene cuerpo como nosotros, porque la semejanza con
Él, radica en el espíritu. La Biblia nos enseña que Dios es Espíritu, y por
lo tanto incorpóreo. Jn. 4:24; Le. 24:39. Los ángeles son espíritus y no
tienen cuerpo; el cuerpo no es necesario para la existencia del espíritu;
aún el espíritu del hombre sigue viviendo, aparte del cuerpo, después de
la muerte. El Señor Jesucristo por causa de la obra de redención tomó
cuerpo humano, pero Él ya existía antes de su encarnación Jn. 1:1, 2. El
VERBO es Espíritu eterno.
La herejía denominada antropomorfismo atribuye a Dios cuerpo humano;
pero no es más que eso, una herejía condenada por los textos que acabamos
de citar. Siempre que la Biblia nos habla de Dios como poseyendo ojos,
pies, manos u otros miembros del cuerpo humano, entendemos que se
está empleando un lenguaje figurado para hacer mas vívida y significativa
la expresión; como ejemplo de ello veamos Sal. 102:25; 104:28-29: 11:4.
En este último ejemplo quiere decir simplemente que Dios ve y conoce
perfectamente a los humanos y nada se le esconde. O ¿acaso en pasajes
tales como Sal. 17:8 quiere decir, que Dios tiene alas?

t6 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


((MRD))
La Fe Cristiana

b). DIOS ES UNO Y ÚNICO. En este caso con la primera expresión


afirmamos que hay un solo Dios Dt. 6:4, con la segunda, que no hay otro ni
de ningún modo puede haberlo ls. 43:10; Jn. 17.3.
e). DIOS ES INCREADO y ETERNO. Sal. 90:2; ls. 43:10-13, 44:6. Para
la mente finita del hombre esto es imposible de comprender; sin embargo;
es una realidad innegable de acuerdo con la concurrencia y plenitud de
todos los atributos divinos en la persona del Todopoderoso. El santo e
inefable nombre de Dios, Jehová, encierra esta verdad, pues este nombre
viene del verbo ser en hebreo (véase la nota al calce sobre Ex. 3:15 en la
versión Reina- Valera revisión de 1960) e incluye los tres tiempos de este
verbo: Pasado, presente y futuro. De manera que el nombre significa el que
era, es y ha de venir, en otras palabras, El Eterno. Pearlman.
El Diccionario Bíblico por W. W. Rand dice así en relación a este nombre
sagrado "El significado de la palabra Jehová, es: Él ES; la palabra es la
misma que significa- YO SOY con sólo el cambio de persona. Denota, por
lo tanto, la existencia propia, la independencia, la inmortalidad y la infinita
plenitud del Ser Divino, y es una prenda de que Él cumplirá todas sus
promesas".
Entonces al ser Dios increado y eterno quiere esto decir que Él existe
por sí mismo, por su propio poder y que no tiene principio ni tendrá fin . Por
lo tanto es la fuente origen y sostén de todo cuanto existe y puede existir,
Él es la primera causa.
d). DIOS ES OMNIPRESENTE. Esto quiere decir, que posee el atributo
de la omnipresencia, palabra que viene del latín y que significa: Presencia a
la vez en todas partes, lo cual es prerrogativa únicamente de Dios, porque
aparte de Él ningún otro ser es omnipresente ya que todos han sido creados
por Él y por lo tanto son seres finitos, limitados, dependientes, y no iguales
a Dios. La Biblia nos enseña que Dios es omnipresente Sal. 139:7-10;
Pro 15:3; Dt. 4:39; Jos. 2:11 .
e). DIOS ES OMNIPOTENTE, palabra que también viene del latín y que
significa: Que todo lo puede, Él es todopoderoso; su poder es omnímodo
o ilimitado. Una muestra de su poder es la creación o el universo, obra
magnífica de sus manos, la cual es de proporciones tan vastas que resultan
inconcebibles. Los hombres de ciencia no pueden precisar exactamente
las proporciones del universo a pesar de los potentes telescopios que han
inventado, y que desde luego no pueden penetrar sino hasta una pequeña

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 17


((MRD))
La Fe Cristiana

distancia, en comparación con el tamaño del universo, y si como se dice


éste está en expansión entonces para el hombre resulta inconmensurable,
y sin embargo mayor que todo lo creado es Dios, lo cual es lógico, pues el
Creador no puede ser menor que su creación. Como la creación es obra
de Dios ésto demuestra su omnipotencia. Dios es el único ser omnipotente
Gn. 1:1, 17:1; Job 40:2; Dn. 3:17; Mt. 19:26.

f). DIOS ES OMNISCIENTE. Esta palabra se deriva igualmente del latín


y significa: Que sabe todo y no hay nada absolutamente en el universo
que Él no sepa, así es que conoce hasta los íntimos pensamientos de los
hombres y por lo tanto como dice el apóstol viene un día en que "Dios
juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres". Ro. 2: 16. Para Él no
hay secretos Él es omnisciente Gn.18: 17, 18; 2 R. 8: 10; Sal. 147:4, 5;
Jer. 1:4-5; Le. 1:51; 1 CO. 3:20; He. 4:13.

g). DIOS ES EL CREADOR. Si hemos afirmado que la creación es


obra magnífica de Dios quien a causa de su omnipotencia creo el universo
aquí afirmamos que Él es el creador. Los dichos negativos de algunos
científicos, que pretenden que el universo es obra de la casualidad , o que
la materia existe por sí misma, son absurdos e irracionales, porque no es
una explicación lógica decir que la causa de la materia es la materia como
si ésta por sí misma tuviera poder para crearse. Ahora si se toma en cuenta
que todo el universo señala un designio entonces naturalmente se piensa
en una inteligencia suprema que planeó todo de tal forma que lüs efectos
respondan a las causas y éstas a un designio sabio e inteligente. Además
de ésto, es inexplicable sin Dios la permanencia de la energía que impulsa
los astros y cuerpos siderales, pues con los millones de años que tiene
el universo ya esa energía se hubiera agotado si no existiese un poder
superior que regula y sostiene tan tremenda e inconmensurable fuerza. Los
cristianos afirmamos que esta inmensa energía es obra del todopoderoso
Dios. Así pues, Dios es no sólo el creador sino también el conservador del
universo Gn. 1:1; /s. 45:6, 7,12:5; Sal. 36:6, 147:5.
h). DIOS ES TRINO. En la unidad de la Deidad hay tres personas de
una misma substancia, poder y eternidad, es decir: El Padre, El Hijo y El
Espíritu Santo. Entonces, Dios es uno y es trino, o dicho de otro modo,
el único Dios verdadero, es Trino. Pero no podemos decir que hay tres
Dioses, sino un Dios que es trino; porque aunque cada una de las personas
de la Deidad por separado es Dios y Señor completa y absolutamente;

18 Doctrina para Cat ecúmenos ICIAR


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La Fe Cristiana

no hay tres Dioses porque no hay tres esencias divinas, sino una esencia
que pertenece por igual a las tres personas. Esto se ve claramente en la
Escritura:
1.- Cada una de las personas es Dios y Señor.
1.- EL PADRE Jn. 17:3; 1 Co. 8:6.
11.- EL HIJO Jn. 1:1; Ro. 9:5; Tit 2:13.
111.- EL ESPÍRITU SANTO Hch. 5:3-4; ls. 6:8-10, comparado con
Hch.28:25-27; 2 Co. 3:17.
2.- Hay un solo Dios Dt. 6:4; Mr. 12:29,32.
Tampoco es cierto que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres
aspectos o manifestaciones de Dios, porque no se trata de una sola persona
sino de tres personas "independientes la una de la otra por lo que hace a
la clara distinción que existe entre ellas; pero estrecha e inseparablemente
unidas, por cuanto son consubstanciales, coeternas y coiguales".
Las Escrituras señalan la distinción de las tres personas, Mt. 3: 15-17;
Jn. 14:16, 15:26; 1 Jn. 4:2, 13, 14. Sin embargo a las tres las coloca en un
mismo rango Mt. 28:19; 2 Co. 13:14.
El Credo de Atanacio concerniente a la Divina Trinidad lo explica así:
"Adoramos un Dios en la trinidad y la trinidad en la unidad, no confundiendo
las personas ni separando la substancia", etc.
Comentario. Consideramos enteramente correcto y muy exacto el Credo
Trinitrario de Atanacio porque nosotros adoramos al único Dios verdadero
el cual es trino, y cuando adoramos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
adoramos al único Dios, porque Dios es el Padre y el Espíritu Santo.
No confundimos las personas porque no decimos que el Padre el Hijo
y el Espíritu Santo son tres aspectos o manifestaciones de Dios, sino que
distinguimos claramente que el Padre es una persona distinta del Hijo y del
Espíritu; al Hijo lo distinguimos como distinto del Padre y del Espíritu Santo
y al Espíritu como distinto del Padre y del Hijo. No separamos la substancia
porque no decimos que hay tres Dioses sino un Dios que es Trino.
Es verdad que el término Trinidad no está en la Biblia; es un término que
ha surgido en la teología , pero la doctrina indicada por este término sí lo
está, y esto es lo que nos interesa. Tampoco los planetas tenían nombres
puestos por el hombre antes de ser descubiertos por él; pero ya existían .

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 19


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La Fe Cristiana

En verdad los hombres no inventaron los planetas, sólo les pusieron


nombres al descubrirlos. Tampoco los teólogos inventaron la realidad
de tres personas consubstanciales, coeternas y coiguales en la Deidad,
sólo inventaron un término propio para designarla. Así pues el único Dios
verdadero es Trino. Amén .
LA DIVINIDAD DEL SEÑOR JESUCRISTO.- En diferentes partes de la
Biblia se da al Señor Jesucristo el nombre de Hijo de Dios Mt. 16:16, 17;
2 Co. 1:19; 1 Jn. 5:13; Ap. 2:18. Este nombre afirma su divinidad, porque
lo señala como de la misma naturaleza que el Padre Celestial; si es el Hijo
del Padre, (y lo es) entonces no puede ser sino de la misma substancia que
el Padre y por lo tanto igual a Él, Jn. 20:17.
Esto es lo que dio a entender claramente el Señor Jesucristo al decir:
"Yo y el Padre uno somos", y así lo entendieron los judíos cuando oyeron
que el Señor Jesucristo decía que Dios era su Padre en un sentido único,
aunque los judíos obstinados tomaban esto como blasfemia y no podían
tolerar que Él dijera que era igual a Dios; pero adoptaron esa actitud a
causa de una ignorancia voluntaria y una extraordinaria obcecación
Jn. 5:17, 18, 10:30-33.
En su carácter de Hijo, Cristo es la Segunda persona de la Divina Trinidad,
engendrado, no creado, que por nosotros y para nuestra redención se hizo
carne mediante el poder del Espíritu Santo, quien al venir sobre la virgen
María, llevó a cabo el milagro de la concepción del niño que por disposición
divina fue llamado Jesús. De esta manera el Hijo de Dios asumió la
naturaleza humana, más no el pecado humano, no la naturaleza humana
caída, sino que fue sin pecado, y esto es lo que nos enseña su nacimiento
virginal Mt. 1:18-25; Le. 1:26-35.
En la persona del Señor Jesucristo se unieron dos naturalezas distintas,
es decir, la divina y la humana aunque sin confundirse, de cuya unión,
llamada en Teología Unión Hipostática-, resultó un sólo e indivisible Cristo
el cual es como lo dice el Credo Niceno: "Dios de Dios, luz de Luz. El
verdadero Dios de verdadero Dios".
En cuanto a su naturaleza humana. Cristo es el hombre perfecto, puro e
inmaculado, que por nosotros padeció, fue muerto y sepultado y por causa
del poder divino, al tercer día se levantó con gloria de entre los muertos y
vive eternamente Ap. 1:18.
1.- Las Escrituras dicen que Él es Dios ls. 9:6; 40:3. Mt. 1:23; Jn. 1:1,
20:28; Ro. 9:5; Tít. 2:13; 1 Jn. 5:20.

20 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


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La Fe Cristiana

2.- Posee los atributos de Dios.


a). Eternidad He. 1:8, 10-12.
b). Omnipresencia Mt. 18:20 (al mismo tiempo con todos sus
discípulos en diferentes partes de la tierra) Jn. 3:13. Dijo:
"Que está en el cielo" cuando estaba en la tierra. Esto no puede
ser sino omnipresencia.
e). Omnisciencia Mt. 9:4. Sólo Dios conoce los pensamientos
que están en lo profundo de la mente y del espíritu , porque sólo
Dios es omnisciente; Cristo es omnisciente, luego Cristo es Dios,
Mt.21:1 , 2. Sabía lo que estaba sucediendo a distancia. Lo
mismo se ve en Jn.11: 11-14.
d). Omnipotencia Mt. 28:19; He. 1:3. Si sustenta todas las cosas
con la palabra de su poder es omnipotente.
e). Inmutabilidad He. 13:8. Si eternamente no cambia es inmutable.
3.- Se le atribuyen las obras de Dios.
a). La creación Jn. 1:3, 10.
b). La conservación de lo creado (providencia) He. 1:3.
e). Ejerce la autoridad de perdonar pecados, lo cual es propio sólo
de Dios Mr. 2:5,9-12.
4.- Recibe Adoración .- La adoración sólo debe rendirse a Dios y a nadie
más. Si el Señor Jesucristo la recibe se debe a que Él es Dios. Le adoran
los ángeles y los hombres He. 1:6; Mt. 14:33,28:9, 17; Le 24:52.
La fe en su divinidad es necesaria para la salvación . Si alguien no cree
que Él es Dios, se cierra la puerta de la salvación . Primero porque lo cree
solamente hombre y por lo tanto una criatura , pero una criatura no puede
salvar a nadie. El Mesías tenía que ser divino; así lo enseñaba el Antiguo,
y lo afirma el Nuevo Testamento Sal. 110:1; Mt. 22:41-46. Los fariseos no
pudieron contestar la pregunta que les hizo el Señor Jesucristo, porque la
contestación exige confesar las dos naturalezas del Mesías. Como hombre,
es hijo o descendiente de David, mas como Dios es Señor de David. Así
pues negar su divinidad es ser un hereje. Segundo. Para ser salvos se
debe confesar que Jesús es el Señor y creer que Dios le levantó de entre
los muertos Ro. 10:9-1 1. Esta confesión es mediante la convicción que
el Espíritu nos da cuando abre nuestros ojos a la fe en el Cristo Divino.
1a. Ca. 12:3.

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 21


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La Fe Cristiana

LA PERSONALIDAD Y LA DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.- EL Espíritu


Santo es la tercera persona de la Divina Trinidad. Con las anteriores
palabras declaramos nuestra creencia en la personalidad y la deidad del
Espíritu Santo, pero como estas realidades son negadas por algunas sectas
heréticas, debemos insistir en ellas.

a). Personalidad. El Espíritu no es algo impersonal como afirma la


herejía Russelista , no es una influencia; no es la fuerza activa de Dios,
sino una persona. Su personalidad queda atestiguada por los siguientes
hechos:

1o. Se habla de él atribuyéndole el pronombre personal que corresponde


y nunca a una influencia o a una fuerza Jn. 14:26, Él os enseñará;
Jn. 15:26, Él dará testimonio; Jn. 16:8-13 y cuando Él venga ... Él os guiará.

2o. Además, en estos textos y en otros semejantes como


Hch. 13:2-4, se le atribuyen actos que solamente una persona puede realizar
y que una influencia o una fuerza jamás los puede hacer: enseñar, recordar,
dar testimonio, convencer, guiar, hablar, oír, hacer saber, glorificar, tomar,
enviar. Todos estos actos solamente pueden ser realizados por una persona,
porque para el ejercicio de ellas se necesita pensamiento, sentimientos y
voluntad , que se identifican con inteligencia. Estas son sólo facultades de la
persona y nunca pueden ser actos impersonales, con lo cual se demuestra
que el Espíritu Santo es una persona (pero se dirá que algunos de estos
actos como enseñar, recordar, dar testimonio, convencer, guiar; pueden
ser llevados a cabo por un disco fonográfico o una cinta magnetofónica;
pero estas cosas no se hicieron solas, sino que su existencia se debe a la
inteligencia; son obras producidas por la persona humana).
b). Pero el Espíritu Santo no es solamente una persona, sino una
persona divina o sea un miembro de la Divina Trinidad, y esto es lo que
se refiere a su Deidad, la cual se comprueba enseguida con las siguientes
realidades:
1o. PROCEDENCIA. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.
Esto lo sabemos por sus nombres.
a). Se le llama Espíritu de Dios 1 Co. 12:3. Aquí el Espíritu de Dios
quiere decir del Padre, lo mismo que en todos los textos donde ocurra

22 Doct ri na para Catecúmenos ICIAR


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La Fe Cristiana

esta expresión 1 Co. 3:16, etc. En Ef. 3:16 el Espíritu Santo es llamado
claramente del Padre.
b). Espíritu del Hijo Ro. 8:9. Se han hecho algunas tentativas para
desvirtuar el sentido de este texto pretendiendo que el Espíritu de Cristo no
es el Espíritu Santo. Todas las tentativas son heréticas, porque en el mismo
versículo se está diciendo claramente: "Si es que el Espíritu de Dios mora
en vosotros; y si alguno no tiene el Espíritu (de Cristo)", es decir si alguno
no tiene el Espíritu del que antes se ha hablado y se ha supuesto que mora
en los creyentes, o sea el Espíritu Santo; afirmar otra cosa no es conforme
a la razón sino conforme al capricho, tratando de dividir las Escrituras en
fracciones mínimas, desligadas éstas de su contexto, lo cual no es sana
exégesis sino el método de los herejes. 1 P 1:11; Gá. 4:6.
No es posible decir que el Espíritu de Cristo y el Espíritu del Hijo no es
el mismo; decir ésto sería una consumada herejía. Al proceder del Padre
y del Hijo cuyo acto de procedencia tuvo lugar antes de la creación de los
mundos, en la eternidad, entonces es de la misma naturaleza del Padre y
del Hijo, es consubstancial con Ellos y por lo tanto verdadero y eterno Dios.
2o. Se le llama Dios y Señor Hch, 5:3, 4. Mentir al Espíritu Santo, es
mentir a Dios, no hay diferencia. Hch. 28:25-27 comparado con /s. 6:8-10
lo que se afirma en lsaías como dicho por el Señor o sea Dios; en Hechos
se afirma que lo dijo el Espíritu Santo; en otras palabras, El Señor es el
Espíritu Santo. 2 Co. 3:17. El Señor es el Espíritu; más claridad no puede
haber, el Señor quiere decir Dios.
3o. Al igual que el Hijo posee los mismos atributos de Dios: Eternidad
He. 9:14, Omnipresencia Sal. 139:7-8, Omnisciencia 1 Co. 2:10-11,
Omnipotencia Le. 1:35; Mt. 12:28.
4o. Se le atribuven las obras Divinas:
a). La creación Gn. 1:2; Job 26:13; Sal. 104:30.
b). La Regeneración Jn. 3:6.
e). La Santificación 1a. Co. 6: 11.
11.- LA BIBLIA.- ES LA PALABRA DE DIOS INSPIRADA DIVINAMENTE
Y POR LO TANTO LA UN/CA REGLA DE NUESTRA FE Y A LA QUE
DEBE AJUSTARSE NUESTRA VIDA.
La Biblia es el libro de Dios, se le llama también La Santa Escritura y La
Palabra de Dios.

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 23


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La Fe Cristiana

Es muy, diferente de todos los demás libros escritos por el hombre. La


Biblia es de origen divino; nunca el hombre por sí mismo pudo haber escrito
un libro como la Biblia.
La Santa Escritura es guía de salvación; por medio de ella puede el
hombre saber que hay un Dios único y cómo acercarse a él y conocerle
ya que la Biblia es revelación de Dios. Así mismo el hombre por medio de
este libro santo puede saber cómo ser salvo del pecado y de la muerte y de
condenación, y encontrar el camino de la vida eterna y la felicidad que le
es inherente. También por la Biblia puede saber el hombre cuáles son sus
deberes para con su Creador y para con su prójimo, cuál es su origen y cuál
el fin glorioso que le aguarda si acepta el camino de salvación que ella le
muestra, y el peligro espantoso que le espera si lo rechaza .
Afirmamos que la Biblia es inspirada Divinamente y dada al hombre
como una revelación genuina y auténtica de Dios para él. El hecho de la
inspiración de la Santa Escritura nos es revelado en ella misma desde el
principio hasta el fin. El testimonio innegable que emana de sus profundas
y elevadas doctrinas lo asegura sin dejar lugar a ninguna duda. Nosotros
como creyentes fundamentalistas afirmamos que la Biblia es la Palabra de
Dios, y no que la contiene como lo dice el modernismo.
La inspiración que la Biblia reclama para sí misma, es en el sentido de que
los hombres santos escogidos por Dios, escribieron con sus propias manos
y con sus propias palabras, pero bajo la influencia poderosa del Espíritu
Santo el mensaje de Dios para el hombre o la revelación de su voluntad
para él, y por lo tanto la Biblia, la Santa Palabra de Dios se constituye para
toda la humanidad en única regla de fe infalible.
En los siguientes pasajes de la Biblia se presenta el testimonio de la
inspiración divina de ella. 2 S. 23:2; 2 P 1:21; 2 Ti. 3:15-17. En este último
pasaje y en el de Jn. 20:30, 31 se presenta el propósito o fin principal de
las Sagradas Escrituras. Por lo tanto conviene que insistamos en que la
Biblia no es un libro de texto científico, ni es tampoco simplemente una
historia, pues aunque contiene muchos datos científicos (como el de que
la tierra es redonda /s. 40:22) y gran parte de historia, el propósito con que
se escribió, como hemos visto, no fue nunca enseñar ciencia o historia sino
ser una guía de salvación. Así que como expresa un atinado comentario
acerca de la Biblia "Debemos leerla para ser sabios, creerla para ser salvos
y practicarla para ser santos".

24 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


((MRD))
La Fe Cristiana

La Biblia consta de 66 libros, treinta y nueve en el Antiguo Testamento


y veintisiete en el Nuevo. El Antiguo Testamento nos habla del Mesías, o
el Cristo que había de venir a salvarnos, mientras el Nuevo nos presenta
al Cristo que ya vino y que consumó la redención del hombre. Por otra
parte ambos testamentos nos declaran que el Salvador Divino vendrá por
segunda vez al mundo para el cumplimiento de los propósitos divinos y la
consumación del plan de redención en el aspecto de que ya todo quede
dentro de los límites de la eternidad.
Como creyentes evangélicos afirmamos decididamente que los 66 libros
mencionados antes son los únicos que integran la Biblia, y ésto nos lleva a
considerar lo referente al Canon sagrado.
CANON.- "Al conjunto de libros que merecen considerarse como
inspirados se le ha dado el nombre de Canon. Esta palabra se deriva de una
voz griega que significa literalmente caña; de aquí tomó el significado de
una vara de medir, una regla, y finalmente viene a significar cualquier cosa
que sirva para comparar o probar otra". Con el tiempo la palabra Canon se
aplicó a la lista de los libros que se consideran de inspiración divina y que
constituyen la regla de la vida del creyente.
"El término Canon aplicado al conjunto de libros que forman la Biblia
(ya fue utilizado en este sentido por Clemente de Roma quien escribió a
fines del primer siglo de nuestra era). Desde entonces se empleó el término
Canónicos para designar los libros que fijan la regla de lo que debe creerse
y hacerse. El Canon del Antiguo Testamento fue completado por Esdras y
sus compañeros que formaron la gran sinagoga allá por los años 430 a 424
A. C. El historiador judío Flavio Josefa atestiguó, en el primer siglo de la era
cristiana que, después del año 424 A. C. no fue añadido nada al Canon del
Antiguo Testamento" .
Los únicos libros que tienen el derecho de ser considerados divinos son
los 66 que tenemos en las versiones evangélicas de la Biblia. Hay cierta
divergencia entre las versiones evangélicas y las católicas romanas en el
Antiguo Testamento, porque además de los 39 libros que contienen las
versiones evangélicas, las católicas agregan otros libros y adiciones como
sigue:
Adiciones al libro de Ester: del capítulo 10:4 al capítulo 16.
Adiciones al libro de Daniel: capítulo 3:24-90 y los capítulos 13 y 14.
Además los libros completos de Tobías, Judith, Sabiduría, Eclesiástico,
Baruc, 1 y 2 de los Macabeos.

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 25


((MRD))
La Fe Cristiana

"Estos libros son considerados como apócrifos por la Iglesia Evangélica


desde los días de la Reforma. Al mismo tiempo, ella reconoce que estos
escritos tienen un valor histórico y didáctico; pero como lo tienen otros libros
de origen profano. Los libros en cuestión se han publicado en algunas de
las ediciones de las Escrituras que circulan entre los cristianos evangélicos,
pero siempre con la advertencia de que no pertenecen al Canon".
(INTRODUCCIÓN POPULAR Pág. 64 por A. MILES).

"NOTA: La palabra apócrifo significa fabuloso, supuesto, fingido, falso".


¿Por qué no aceptamos nosotros los libros apócrifos como inspirados?
Porque son falsos. Veamos algunas de las razones que existen para
rechazarlos:
a). "El Diccionario del Católico, reconoce en su Tomo 11 pág. 286 que
esos libros no fueron aceptados por los hebreos (y no debe olvidarse que
los judíos fueron los depositarios del Antiguo Testamento). Igualmente
confiesa dicho Diccionario que hasta una época tardía fueron admitidos en
el canon sagrado de la Iglesia (de Roma) y unidos a los primeros.
b). Resulta singular que Jerónimo (el autor de la versión conocida como
-Vulgata Latina- misma que fue proclamada oficialmente para la Iglesia de
Roma por el Concilio Tridentino) haya sido el primero en aplicar el nombre
de apócrifo a los libros espurios que Roma llama ahora deuterocanónicos.
Jerónimo los llamó apócrifos, afirmando que no tienen derecho a ningún
lugar en el Canon . (Prolongue Galeatus en la Vulgata).
e). Los Escritores cristianos primitivos rechazaron los libros apócrifos.
Puede citarse entre ellos a Melitón de Sardis ( 177 D. C.) Orígenes (320 D.
C.) Atanasia (326 D. C.) Rufino (395 D. C.) y otros. El Sínodo de Laodicea,
celebrado en 363 D. C., prohibió la lectura de los apócrifos en las iglesias
cristianas. Igualmente los Concilios de Calcedonia y de Constantinopla,
señalaron como apócrifos los siete libros de referencia.
d). Los propios traductores romanos nos dan la razón . Por ejemplo,
la versión de Scío de San Miguel confiesa: De Tobías, que los judíos no
reconocen este libro por canónico; de Judith, que es verdad que este libro
no se halla en algunos catálogos antiguos de las Escrituras; del Eclesiástico,
que no tenía lugar en el Canon primitivo de los judíos y aun la Iglesia misma
no lo admitió desde luego en el suyo; de Baruch, que no fue recibido por

26 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


((MRD))
La Fe Cristiana

los hebreos; ni se halla en el canon de los libros sagrados que publicó el


Concilio V Cartaginence; de los Macabeos, que Esdras no los pudo poner
en el canon de las Escrituras Sagradas, porque fueron escritos después
de sus tiempos. Los eruditos Nacar y Colunga en su recientísima versión
confiesan : De Tobías que San Jerónimo no incluye entre los canónicos ni
a éste ni a Judith; de Judith, que en su conducta hay cosas que la moral
cristiana no justifica; de Sabiduría, que no es admitido en el canon judío por
haber sido escrito en lengua griega, etc.

e). Nunca fueron citados por el Señor Jesucristo o por los apóstoles.
f). Contienen muchas falsedades. Veamos algunos ejemplos:
Tobías 5: 12 nos muestra un ángel mentiroso. Tobías 6: 16, 17 aconseja
un acto de brujería. 11 de Macabeos 14:42 califica de noble al suicidio.
1 de Macabeos 6: 16 dice que Antioco murió en Babilonia mientras 11 de
Macabeos 1:15-16 afirma que fue asesinado en el templo de Nanea, en
Persia. El autor de Sabiduría pretende ser Salomón, pero en 13: 11-18 cita
un pasaje de lsaías que vivió dos siglos después. La historia de Bel y el
Dragón, adicionadas al libro de Daniel son calificadas por Jerónimo (autor
de la Vulgata) como fábulas. El autor de los Macabeos reconoce no ser
inspirado por Dios, ya que dice "Si está bien y como conviene a la narración
histórica, eso quisiera yo; pero si imperfecta y mediocre perdóneseme (//,
15:38, 39). Baruc 1:1 afirma que el libro fue escrito por el propio Baruc y
más adelante cita los libros de Daniel y Nehemías que fueron escritos con
posterioridad a la época de Baruc. "Los propios libros apócrifos demuestran
su falta de inspiración".
(Notas por A. Blasco ).
En cuanto al Nuevo Testamento hay perfecto acuerdo entre las versiones
evangélicas y católico romanas ya que contienen los mismos libros,
exceptuando las notas y comentarios de las últimas.
Por lo tanto concluimos afirmando que los 66 libros de las versiones
evangélicas son los únicos que pertenecen al Canon y que por lo tanto
constituyen la regla infalible de nuestra fe y práctica cristiana .
NOTA: Acerca de nuestra Biblia.- La versión que usa casi toda la Iglesia
Evangélica de habla castellana en el mundo, es la de Casiodoro de Reina
que vio la luz en 1569, y de la cual se han hecho varias revisiones, la
primera de ellas en 1602 por Cipriano de Valera, y otras más, entre ellas

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 27


((MRD))
La Fe Cristiana

están las de 1862, 1909 Y 1960. Ésta última es la mejor y más exacta de
todas y la más apegada a los textos hebreo y griego, y por lo tanto digna de
toda confianza de parte de nosotros los cristianos fundamentalistas. Para
probarlo y quedar convencidos de la excelencia de este trabajo, basten
algunos ejemplos entre los muchos que podrían darse.
a). Acentúa. La doctrina de la unicidad de Dios y del Mediador
Jn. 17:3; 1 Ti. 2:5, (lo cual hace resaltar la falsedad de ciertas enseñanzas
heréticas y tradicionales de los hombres tocante a muchos dioses y muchos
mediadores).
b). Expresa más enfáticamente la realidad de la consubstancialidad del
Hijo con el Padre, Jn. 10:39, 14:9. En todas las revisiones estos textos
condenan las herejías que niegan la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
pero en la de 1960 no hay posibilidad de darles otra interpretación.
e). Destaca la gloriosa verdad de que el Hijo enviado por el Padre, es el
Salvador del mundo; ninguna revisión anterior lo expresaba así o con ese
énfasis en el texto de 1 Jn. 4:14.
111.- CRISTO EL SALVADOR DE LAS ALMAS
La salvación es el estado de liberación espiritual y de gracia y perdón
al que somos conducidos por el Dios único, cuando por medio de la fe
en el Señor Jesucristo somos aceptados en Él y hechos hijos de Dios
1 Co. 15:1-2; Ef. 1:5-7; 1 Jn. 3:1-2.
La salvación viene de Dios y fue provista para el hombre por medio de
Jesucristo desde antes del principio de los siglos, Jon. 2:9; 1. P 1:18-20;
Ap. 13:8.
La razón por la cual el hombre necesita la salvación es que está
condenado a causa del pecado que ha cometido, que le agobia y que es
un hecho rotundo, pues el hombre desobedeció a Dios en el principio de la
historia, y desde entonces se hizo un ser corrupto que al ser culpable ante
su Creador, no puede dar satisfacción a la Justicia Divina por su pecado ni
redimirse a sí mismo ni tampoco escapar de la condenación que merece,
Gn. 2:16, 17, 3:6, 7, 22-24; Sal. 49:6-9; Ez. 18:4; Ef. 2: 13; Ro. 3: 10-19, 23.
El pecado es la gran traged ia universal; así pues, el hombre necesita un
Salvador si es que ha de ser salvo.
La verdad más consoladora para el hombre es que hay un Salvador:
Cristo Jesús el Hijo de Dios, el cual fue enviado al mundo por el Padre

28 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


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La Fe Cristiana

Celestial de acuerdo con la promesa que había sido dada al hombre caído,
lo cual revela el inmenso amor redentor de Dios, y por cuyo motivo esa
promesa fue cumplida , Gn. 3:15; Mt. 1:21, 18:11; Le. 2:11,19:10,1. Ti. 1:15;
1 Jn.4:14; Ro. 5:8; Jn. 3: 16. Todos estos escritores testifican que Dios ha
dado a su hijo único por causa de su amor, y por ningún otro medio podrán
ser salvos los hombres.
No por las buenas obras Ef. 2:8-9 ni por los santos hombres de Dios,
sino como ellos lo dicen: Únicamente por Cristo, Jn. 1:29; Hch. 4:12;
Ef. 1:7; Jn. 3:18, 36.

a). Para poder salvarnos el Señor Jesucristo tuvo que morir en la cruz
para consumar la redención del hombre como lo dicen las Escrituras,
Mt. 27:50; Le. 23:43; Jn. 19:30; He. 9:12-15, etc.

b). El Señor resucitó de entre los muertos al tercer día lo cual da validez
y poder salvador a su muerte Le. 24:5; Hch. 2:22-24,26:23; 1 Co. 1:18,
15:1-4.

e). ¿De qué nos salva?


1.- Del castigo que merecemos o sea de las consecuencias del pecado
Ro. 6: 23; Sof. 3: 15; Le. 19:1 O; Ez. 33: 11.

2.- De la servidumbre del pecado, Ro. 6: 19-22.


Por lo tanto, lo único que se necesita para ser salvos es el arrepentimiento,
y la fe en el Señor Jesucristo, Mt. 4:17; Mr. 1:14-15; Hch. 17:30; Mr. 16:16;
Jn. 3: 18; Hch. 10:43, 16:31.

Cerno consecuencia de ello se obtiene:


1o.- La justificación, Ro. 3:21-26, 4:5-8, 5:18-19; 2 Co. 5:21 en la
justificación hay dos elementos:
a) Absolución divina.
b) El atribuir o imputar Justicia.
2o. El Nuevo Nacimiento concedido por el Espíritu Santo mediante la
instrumentalidad de la Palabra de Dios, Jn. 3:3, 6; Ef. 5:25,26; Stg. 1:18;
1 P. 1:3. El Nuevo Nacimiento consiste en la comunicación e implantación
de la vida de Dios en la naturaleza humana, lo cual resulta en una
transformación completa del carácter y de la vida, Ro. 6:4; 2 Co. 5: 17. Así

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 29


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La Fe Cristiana

es que antes que nada el creyente en Cristo Jesús debe estar bien seguro
de que en él se ha efectuado la experiencia del Nuevo Nacimiento.
3o. Después de que el hombre ha sido salvo, debe, hacer buenas obras
para cumplir la voluntad de Dios y testificar la realidad de la salvación,
Ef. 2:8-10; Hch. 16:32-34; Stg. 2: 14-26.

IV.- LA SANTIFICACIÓN DEL CREYENTE. Tanto en el Antiguo como


en el Nuevo Testamento el significado primitivo de las palabras: santo y
santidad es separación o apartamiento para vivir para Dios y para servirle a
Él, Lv. 20:7; Ro. 1:7. Igualmente santificar es hacer santo, Ap. 22:11. Por lo
tanto la santidad también se entiende como una vida de perfección moral,
1 P. 1: 15, 16.

La santidad es algo indispensable para el que acepta a Cristo como su


Salvador, pues escrito está: "Sin santidad nadie verá al Señor" He. 12:14.
La verdadera santidad caracteriza los actos externos, pero más todavía el
móvil o la intención del corazón.
1.- La santificación es posicional y comienza desde que el hombre cree
en Cristo Jesús y es regenerado por el Espíritu Santo porque al nacer de
nuevo el Espíritu sella a la persona y la pone aparte para Dios, 2 Ts. 2:13;
1 P. 1:2; Ef. 1:13; 1 Co. 1:2; Fil. 1:1.
2.- La santificación es práctica y progresiva porque el creyente debe
seguir la santidad, He. 12:14; 1 Ts. 4:3; 2 Co. 7:1.
3.- Santificador es el Espíritu Santo que actúa en nosotros los creyentes
conduciéndonos a una vida de perfección en Cristo, 1 Co. 6:11; 1 Ts. 5:23;
1 P. 1:2. Así es que el creyente no debe permanecer estancado en la vida
cristiana sino seguir siempre hacia adelante y hacia arriba, luchando por
alcanzar la perfección moral de día en día, no contristando ni apagando al
Espíritu sino agradando en todo a Dios, Ef. 4:30; 1 Ts. 5:18. En esa forma
el Espíritu irá quitando toda imperfección de la vida hasta que ella brille con
la gracia de Dios al ir siendo conformada a la imagen de Cristo.
4.- Por lo tanto el creyente debe despojarse del viejo hombre con sus
hechos y buscar el perfeccionamiento del carácter de manera que en su
hogar no haya pleitos sino por el contrario la más perfecta armonía posible
ya que dice la Biblia: "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería, etc". Ef. 4:22- 24,31,32.

30 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


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5.- Además debe el creyente crucificar la carne con sus pasiones y


deseos para lograr el progreso en la santificación, Ro. 6:1, 2, 6; Gá. 5:24.
6.- La santificación se debe comprender paralelamente con el fruto del
Espíritu del que se habla en Gá. 5:22, 23 y que debe entenderse como
lo que el Espíritu produce en el creyente, es decir, aquellas excelencias
morales o cualidades distintivas que constituyen el carácter cristiano. El
amor es prominente porque hace el bien al prójimo. El creyente no debe
sembrar el sufrimiento, no debe convertirse en victimario de los demás, y
si alguna vez se ve precisado a razonar con el prójimo señalando alguna
injusticia, para que el hermano no viva equivocadamente, lo hace siempre
en amor. Decía el hermano Josué Mejía que en Suecia los cristianos tienen
el siguiente lema: "Que nadie sufra por mi causa".
Por otra parte el creyente, que debe progresar en la santificación no da
mal testimonio en la comunidad peleando con el prójimo o en cualquier
otra forma, sino que evitará poner algún tropiezo a la gente que pudiera
apartarlas del camino de Dios y al contrario procurará con sus palabras y
hechos guiar a las personas hacia Cristo Jesús.
7.- La santidad ha de manifestarse en la vida matrimonial y familiar, por
parte del varón cristiano, en el amor y buen trato que debe dar a su esposa
siendo moderado y correcto en todos los actos de su vida, Ef. 5:28, 29;
1 Ts. 4:3-5. Además debe amar y cuidar a sus hijos (Esto será considerado
más adelante).
La mujer cristiana por su parte debe ser prudente en la vida matrimonial
y familiar, siendo buena, sujeta a su marido, amándole como también a sus
hijos, Ef. 5:22; Tít. 2:4, 5.
Los hijos cristianos deben obedecer y honrar a sus padres en todo, ya
que esto es justo y para que los no creyentes puedan ver la armonía tan
atractiva de la vida cristiana. Ef.6:1-3.
8.- En el aspecto externo de la santificación y como reflejo de la vida
espiritual interna, dice la Biblia que la mujer cristiana debe distinguirse por
su prudencia y su buen gusto y honestidad en el vestir, evitando el uso de
los pantalones y minifaldas por respeto a Dios, tanto en el templo como en
la casa y en cualquier lugar, Dt. 22:5; 1 Ti 2:9-10.
Por su parte el varón cristiano también debe ser aseado, pulcro y de
buen gusto en el vestir evitando las extravagancias modernas y el cabello
largo y abultado al estilo hippie, Ro. 12:2; 1 Co. 11:14.

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 31


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La Fe Cristiana

9.- Ya hemos visto como el Espíritu Santo actúa en el cristiano para


santificarlo; pero él por su parte debe aprovechar los medios de gracia que
Dios pone a su alcance para el progreso de la vida divina.
a). Debe orar sin cesar para que la vida de Dios fluya en él, Ef 6:18; Col.
4:2; 1 Ts. 5:17.
b). Debe leer diariamente la Biblia con devoción tanto en privado como
juntamente con todos los miembros de la familia, y debe obedecer lo que
lee, para cultivar de esta manera la vida espiritual y buscar el progreso
constante de la santificación, Jn. 5:39; Stg. 1:22.

"Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro


ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de
nuestro Señor Jesucristo", 1 Ts. 5:23.
V.- EL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU SANTO. Toda persona que se
ha convertido y ha sido regenerada , es habitada por el Espíritu Santo, y
por ese hecho es un Templo de Dios. Además de allí en adelante está
preparada esa persona para recibir el bautismo con el Espíritu Santo,
que es una promesa de Dios para los suyos. 1 Co. 6:17, 19,20; Ro. 8:9;
Jn. 14:17.
Esta posición no es admitida por algunos que piensan que el cristiano no
puede ser considerado templo de Dios mientras no ha sido bautizado con
el Espíritu Santo, los cuales al decir esto proceden fuera de la enseñanza
bíblica, pues nunca el bautismo con el Espíritu Santo fue designado para
hacer a una persona cristiana y templo del Espíritu sino para llenar de poder
al ya cristiano.
NOTA: ¿Puede alguien ser cristiano sin ser habitado por el Espíritu Santo?
No, porque si alguien puede entonces no es necesario que Dios more en
una persona para que ésta sea cristiana sino que todos los mundanos y
perdidos son cristianos, esto no es posible.
¿Cómo se hace cristiana a toda persona humana? Primero el Espíritu la
dirige a Cristo como la única esperanza de salvación, Jn. 15:16, 16:7-11.
Cuando esa persona cree en el Señor Jesucristo como el único salvador
y se arrepiente de sus pecados, el Espíritu le regenera o le hace nacer de
nuevo, Jn. 1:13, 3:3-6; como ésta es una obra interna, el Espíritu entra a
morar en el hombre y de allí en adelante permanece en él.
A esto se llama en Teología la morada interior del Espíritu.

32 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


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La Fe Cristiana

Como afirmamos que el Bautismo con el Espíritu Santo es una promesa


de Dios para los suyos, y es posterior a la experiencia de la salvación; pero
que en los que han sido salvos ya mora el Espíritu Santo; veamos esto
último brevemente.
a). Todo cristiano se ha unido al Señor, el que no se ha unido al Señor
no es cristiano, 1 Co. 6:17.
b). Todo cristiano es templo del Espíritu y es habitado por Él 1 Co. 6:19,
20. ¿O acaso el cristiano que no ha recibido el bautismo con el Espíritu
Santo no ha sido todavía comprado con la Sangre de Cristo? En tal caso
los cristianos que estaban en el Aposento Alto esperando ser bautizados
eran todavía unos perdidos. Como esto no es así, aquí podríamos dejar la
discusión; pero veamos otros textos; 2 Ti. 1:14 es inobjetable que se refiere
a todos los cristianos sean o no bautizados con el Espíritu Santo. Ro. 8:9
este texto ha sido pésimamente interpretado por algunos que han dicho
que el que no tiene el bautismo con el Espíritu Santo no es de Él. Esto es
lo mismo que en el punto anterior porque no se está refiriendo al bautismo
sino a la morada interior del Espíritu; de otro modo tendremos que aceptar
que los 120 discípulos que esperaban el Espíritu Santo en el Aposento Alto,
mientras no descendió sobre ellos y los bautizó no eran de Cristo, entonces
no eran hijos de Dios.
Lo mismo se diría de los samaritanos convertidos y bautizados en agua
Hch. 8:14-18. Igual cosa se diría de Pablo; Hch. 9:6-11, 17, pero Pablo
se convirtió en el camino. Después estuvo tres días en ayuno y oración.
Cuando Ananías lo visitó le llamó hermano; en seguida oró por él y Pablo
fue lleno del Espíritu Santo, pero ya era convertido.
Por último veamos un texto muy conocido, Jn. 14:17. Según lo expresado
por el Señor Jesucristo el mundo no puede recibir el Espíritu Santo, porque
no lo ve ni le conoce; pero los discípulos sí le conocían y ya moraba con
ellos por cuanto ya eran cristianos, no eran del mundo, ya conocían al
Espíritu. Les dijo el Señor Jesucristo: El Espíritu mora con vosotros -tiempo
presente- y esto significa que moraba en sus corazones, y lo único que les
faltaba era ser bautizados con el Espíritu Santo. Esto estaba en el futuro
por eso dijo: y estará con vosotros -futuro-. Así que concluimos afirmando
que todo aquel que se ha convertido, que es un verdadero discípulo, que
ha sido regenerado por el Espíritu Santo ya tiene al Espíritu morando en él,
y después de esto puede recibir el bautismo con el Espíritu Santo, que es
una bendición mayor todavía .

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 33


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La Fe Cristiana

En esto la posición de la Iglesia lnterdenominacional no puede variar,


porque es imposible dejar de aceptar la sana exégesis bíblica.
Por lo que hace al bautismo con el Espíritu Santo podemos definirlo
diciendo:
"Es el acto del Señor Jesucristo por el cual los creyentes somos investidos
con poder desde lo alto; viniendo sobre nosotros el Espíritu Santo en una
forma nueva, llenándonos de su plenitud y concediéndonos la facultad
de hablar en otras lenguas, como una señal divinamente designada de
que tal investidura se ha realizado, así como lo dijo el Señor Jesucristo y
como aconteció con los 120 discípulos el día de Pentecostés", Le. 24:49;
Mr. 16:17; Hch. 1:5,2:4.
Tratando de averiguar por qué este acto se llama un bautismo, se puede
comentar lo siguiente.
1o. Que el término fue revelado Divinamente a Juan el Bautista, y
luego empleado por el Divino Maestro para designar la realidad espiritual
de la investidura a que nos hemos referido, Mt. 3:11; Mr. 1:7-8; Le. 3:16;
Jn. 1:32- 34; Heh. 1:5.
2o. Se quiere significar que el Espíritu desciende sobre nosotros y nos
cubre por completo y permanecemos bajo su poder, como está bajo el agua
aquel que es bautizado por derramamiento, según hemos visto esto cuando
hablamos de ello, y en este caso es el paralelismo que debe comprenderse
ya que así lo dan a entender los siguientes textos, JI. 2:28; ls. 44:3; Le. 24:49;
Heh. 1:8, 10:44, 19:6. Por otra parte la figura empleada por Joel y ::,>or lsaías
que es derramar o derramamiento, no admite la interpretación de inmersión
en el Espíritu como lo sugieren muchas autoridades pentecosteses, entre
ellos Donald Gee.
El bautismo con el Espíritu Santo es una de las grandes realidades del
cristianismo y es una promesa de Dios en el Antiguo Testamento, y que
tiene su cumplimiento en el Nuevo, JI. 2:28, 29; Heh. 2:14, 18.
Muchas denominaciones enseñan que el derrame del Espíritu
acompañado con la señal de hablar "en otras lenguas" o "nuevas lenguas",
solamente fue para los días apostólicos; pero en esto sufren un gran error
o quieren engañarse voluntariamente, pues tal aseveración no concuerda
con la Historia Cristiana y tampoco con la Biblia, Mr. 16: 17; Heh. 2:31, 39.
BREVE EXÉGESIS DE ESTOS PASAJES ÚLTIMAMENTE CITADOS
El don del Espíritu Santo se refiere al bautismo con el Espíritu Santo,
con el consiguiente "Hablar en Lenguas" según se ve en el pasaje paralelo

34 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


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de Hch. 10:45-47. Para cuantos el Señor llamare quiere decir: Todos los
llamados por Dios, para ser salvos, ya sean judíos, gentiles, ricos, pobres y
de cualquier color de piel o sea de todas las razas y de todas las condiciones
sociales. Los llamados son los salvos.
"Estas señales seguirán a los que creen". Los que creen quiere decir los
que creen en el Evangelio en cualquier tiempo y lugar. ¿O acaso solamente
los del primer siglo creyeron en el Evangelio? ¿Los que vivimos en este
tiempo ya no estamos incluidos en la creencia en el Evangelio?
Así es que concluimos que el bautismo en el Espíritu Santo es para
todos los creyentes en toda la dispensación de la gracia .
NOTA: Se debe decir El Bautismo con el Espíritu Santo, más no
el Bautismo del Espíritu Santo pues este último es muy diferente
(1 Co. 12:13). El objeto de este bautismo es investimos de poder para
ser testigos de Cristo, para dar a conocer su mensaje de salvación con la
palabra y con las obras, Hch. 1:8.
También para que la Iglesia sea poderosa y esté avivada, para que
puedan haber las señales y maravillas, que presenció la Iglesia Primitiva
según lo narra todo el libro de los Hechos y lo dicen las Epístolas.
REQUISITOS PARA RECIBIR ESTE BAUTISMO.
a). En primer lugar si se habla del arrepentimiento y la fe en el Señor
Jesucristo, Hch. 2:38; Mr. 16:17 que ya se han citado antes, volvemos a
insistir en que la salvación es la condición absoluta para recibirlo.
Breve Comentario Exegético. El arrepentimiento es una condición
indispensable para recibir el perdón de los pecados, y es el primer paso
para volverse a Dios. Bautizarse en el nombre de Jesucristo, quiere decir
como ya lo vimos el bautismo que está en la autoridad de Jesucristo, lo cual
demanda someterse a esa autoridad.
Creer en el Evangelio, es creer en Cristo crucificado y resucitado; es
primeramente aceptar o tener por cierto que Él es el único salvador y que
no hay otro, y en segundo lugar es confiar en Él o entregarse a Él y a su
poder absoluto para salvarnos. Por este motivo ni creemos ni aceptamos
que cualquier inconverso, que permanece en las tinieblas de la idolatría,
que no se ha arrepentido ni ha aceptado al Señor Jesucristo como su único
Salvador, ni tampoco ha aceptado los demás aspectos y requerimientos
de la doctrina cristiana, puede recibir el bautismo con el Espíritu Santo,
por mucho que se diga en sentido contrario, porque lo que está escrito es
inviolable.

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 35


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b). Se debe obedecer a Dios, Hch. 5:32 por lo tanto es necesario


escudriñar las Escrituras y examinar nuestra propia vida, para ver si hay
algo en lo cual no estamos obedeciendo; y se debe obedecer tanto en lo
más como en lo menos, en lo pequeño y en lo grande.
e). Se debe pedir este Bautismo en oración y con fe en la promesa divina,
Le. 11: 13; Hch. 1:4.

d). El secreto para gozar de su plenitud y de su manifestación continua,


es la unión con el Señor Jesucristo y la permanencia en Él, Jn. 15:1-8.

VI.- CREEMOS QUE EL SEÑOR JESUCRISTO ES EL SANADOR DE


NUESTROS CUERPOS MORTALES CUANDO ESTAMOS ENFERMOS.
Cuando confesamos que, el Señor Jesucristo es quien nos sana de
nuestras enfermedades, y que a Él debemos acudir cuando estamos
enfermos, no estamos proclamando nada raro ni anormal, sino lo más
razonable y de acuerdo a las promesas de Dios reveladas en la Biblia.
Desde la antigüedad Dios se proclamó como el Sanador de su pueblo
escogido, Ex. 15:26. Promete así ponerlos a cubierto de enfermedades si
ellos eran obedientes a Él , pero respalda esta promesa de preservación
con la aseveración de que Él es su Sanador. En conformidad con esta
afirmación, el pueblo de Israel tenía la esperanza de que Jehová el Señor era
el Salvador y Sanador de su pueblo, Sal. 30:2, 3, 103:3. En él encontraban
el perdón de los pecados y la sanidad del cuerpo.
Sólo cuando estaban lejos de Dios, andando en sus propios caminos,
en desobediencia y rebelión contra Él, se ve que acudían a otros medios
2 R. 1:2, 15-17; 2 Cr. 16:12, 13. Estos dos ejemplos nos muestran los
malos resultados que tuvieron cuando dejaron a Dios y son notables porque
claramente se ve que le despreciaron y confiaron en los hombres y en los
ídolos y sin duda murieron lejos de Dios.
Como la enfermedad tuvo origen en el pecado del hombre, podemos
considerarla como una maldición, de la cual Dios quiere librarnos, tanto
como de la enfermedad del pecado que nos lleva a la muerte. Dios dio al
hombre después de la caída de éste la promesa de enviar un redentor que
vendría a liberarlo del estado de ruina y miseria en que había quedado, y

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por lo tanto el Mesías vendría a salvar al hombre del pecado y de todas


sus consecuencias una de las cuales era la enfermedad; por esto el profeta
lsaías contempla al Mesías sufriente proveyendo una doble sanidad
tanto espiritual como fisica y dice que "ciertamente llevó Él nuestras
enfermedades y sufrió nuestros dolores", y que también "fue herido por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados". Es decir que el Mesías
en su muerte expiatoria proveyó una doble sanidad para nosotros. A esto
se debe que podemos volver a él nuestros ojos para obtener una doble
cura.
Como la enfermedad es una de las maneras, con que el diablo oprime
a la gente, y también con el pecado los esclaviza para que se pierdan, a
esto se debe que el ministerio de liberación de el Mesías se ejercitó en una
forma doble, Mt. 9:1-8; Le. 13:10-16, 19:10; Jn. 8:34-36; Hch. 10:37-38,43,
y durante su ministerio el Señor mandó a sus discípulos que predicasen
el reino de Dios pero que también sanasen a los enfermos Le. 9:1, 2. Así
que es un error no predicar la sanidad divina para los enfermos y tan sólo
predicar el perdón de los pecados porque esto es nada más una parte de
la liberación que nos ofrece el Señor.
Después de su resurrección encomendó a sus discípulos la gran comisión
y mandó que se predique el evangelio para la salvación del hombre; pero
también dio la promesa de la liberación de la enfermedad Mr. 16:15-18. De
acuerdo con esto los discípulos salieron a predicar en todas partes ambas
doctrinas como dice en Mr. 16:20; Hch. 28:8, 9. En este caso el apóstol
debe haber predicado la salvación pues él sabía que lo hacía; veamos
Hch. 28:23-28. Así fue siempre en la Iglesia Primitiva.
Entonces para predicar completamente el evangelio se debe proclamar
la doble liberación que éste nos ofrece, tanto la Salvación espiritual como
la Sanidad física.
Se dice que la sanidad del cuerpo es sólo una bendición temporal, y
efectivamente así es, pues únicamente la necesitamos en esta vida
temporal sobre la tierra, pero aún así; ¿por qué hemos de despreciar esta
bendición que nos ofrece el Señor además de la salvación?
Es doctrina Novo Testamentaria que los creyentes debemos acudir
a Dios cuando estamos enfermos, y claramente se nos dice que así lo
hagamos Stg. 5: 14-16. Entonces es necesario que practiquemos la fe y
obtengamos del Señor Jesús la sanidad de nuestro cuerpo siempre que
estemos enfermos. Nunca debemos abandonar esta práctica en ninguna

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 37


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circunstancia, sino que debemos depender de Dios o para muerte o para


vida y cuando ya llegue el momento de que seamos llamados por el Señor
bendigamos a Dios.
Nuestra posición como cristianos tocante a la ciencia médica es que ella
es una bendición para las personas que no confían en Dios ni le conocen .
¿Qué harían sin la ciencia médica? Pero nosotros tenemos una fe apoyada
en la Biblia y recordemos que es mejor esperar en Jehová que esperar en
el hombre, y que Él nunca nos dejará y asimismo la de la sanidad divina
hasta el fin. Amén.
Aquí es oportuno referirnos a ciertas enseñanzas que nada tienen que
ver con la realidad Escritura!: Algunos dicen que la enfermedad sólo le llega
al cristiano a causa de sus pecados; pero que el que persevera en santidad
siempre está sano, o sea que el santo jamás puede enfermarse.
RESPUESTA. A veces el creyente se enferma porque ha pecado y es
reprendido por el Padre Celestial porque se dice en la Biblia que Dios al
que ama disciplina etc. He. 12:6.
Pero no siempre es así; ahora, tomar un caso particular y hacerlo general
en forma absoluta sin posibilidad de que pueda ser en otra forma, no está
de acuerdo con la razón ni con la Biblia, sino que es una ofuscación tenaz.
Bastan dos ejemplos para desmentir tan peregrina enseñanza:
1.- El caso de Trófimo de quien Pablo dice "A Trófimo dejé en Milete
enfermo" 2 Ti. 4:20. Entonces ¿Trófimo era un pecador por eso se enfermó?
2.- Epafrodito que había llevado al apóstol alguna ayuda financiera para
sus necesidades se enfermó en Roma. ¿Diremos que esto fue por causa
de sus pecados? ¿No dice claramente el apóstol que fue por la obra de
Cristo? Es decir ocupado en la obra de Cristo le sorprendió la enfermedad
mas no porque haya sido un pecador empedernido.
De Epafrodito dice el apóstol "pero Dios tuvo misericordia de él , ... para
que ya no tuviese tristeza sobre tristeza". Es decir Dios lo sanó teniendo
misericordia de él.
Así que la doctrina de que sólo los pecadores se enferman y no los
santos, no es de Dios, sino de los hombres, porque estos ejemplos nos
muestran que los santos también se enferman; y claro está que eso puede
acontecer porque estamos sujetos a todas las contingencias de esta vida y
del medio ambiente, a los contagios, etc.
El Evangelio no incluye la promesa de que jamás nos enfermaremos
sino de que seremos sanados por el Señor cuando esto ocurra. Amén.

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VIl.- LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR.- La doctrina de la segunda


venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo es tanto del Antiguo como
del Nuevo Testamento. El Señor personalmente dio a sus discípulos la
promesa de que vendrá por segunda vez para llevar con él a los suyos
Jn. 14:2,3.

La Segunda venida del Señor es una necesidad absoluta para que el


plan de Dios llegue a su consumación y comience el estado eterno de los
salvos y de los que no lo hayan sido, pues el presente estado de cosas no
puede durar para Siempre.
El apóstol Pedro dice que si no ha venido el Señor Jesucristo se debe a
que Él es paciente y no quiere que nadie perezca sino que todos procedan
al arrepentimiento, 2 P 3:9; pero naturalmente que tiene que llegar el tiempo
del cumplimiento de la promesa del Señor de que él vendrá otra vez.
Ciertamente el momento de su venida nadie lo sabe y salen sobrando
todas las conjeturas y cálculos a este respecto; pero de lo que debemos
estar seguros, es de que él vendrá otra vez, y el tiempo de su venida se
aproxima, Mt. 24:34-36; Mr. 13:32; 1 P 4:7; Fil. 4:5.
Por tanto como no sabemos cuando vendrá debemos estar preparados
para ese acontecimiento, pues se nos exhorta a ello, Mt. 24:42,25:13,
12:33-37; 1 Ts. 5:6.

Deben distinguirse dos etapas en su venida:


1.- El arrebatamiento de la Iglesia. El Señor vendrá hasta cierta parte
de las regiones siderales y llamará a su iglesia, la cual será arrebatada para
recibirle y estar con Él allá en las alturas por algún tiempo. Los creyentes
que ya hayan muerto serán resucitados y luego los que viven serán
transformados, y todos juntos seremos llevados por el Señor, Mt. 24:40,41;
Fil. 3:20,21; 1 Ts. 4: 13-18.

a). Este acontecimiento tomará desprevenida a la humanidad incrédula


la cual será abandonada para sufrir el juicio de la gran tribulación
Mt. 24:21,24:37-39,25:1,2; ls. 2:11,28:21; Jer. 20:7; Ap. 3:10.

b). Mientras tanto la iglesia estará regocijándose en la presencia del


Señor, Mt. 25:10; Col. 3:4.
1.- En las alturas será la fiesta de las bodas del Cordero con su iglesia,
(Ap. 19:6-8) lo cual debe entenderse como una fiesta espléndida y espiritual

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 39


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en la que la iglesia se unirá para siempre con su Señor y tendrá vestiduras


de gala como Él.
En Le. 12:35-38 se ve que el Señor honrará a sus vigilantes siervos con
un honor indescriptible e inimaginable.

11.- Se llevará a cabo el acontecimiento que muchos llaman el juicio


de las obras del creyente, pero que la Biblia no usa esa expresión y que
haríamos bien en llamarlo solamente "La prueba de las obras", para que el
Señor le otorgue o no a cada creyente la recompensa que Él quiere darle,
1 Co. 3: 12-15. Esto es lo mismo que decir que se dará el galardón a cada
uno según sus obras Ap.22: 12.
2.- Después de lo antes expuesto, y al fin de la gran tribulación, será la
venida del Señor con su iglesia hasta la tierra , Mr. 13:24-29; Zac. 14:4,5; 1
Ts. 3: 13; Ap. 1:7, 19: 11-15, 19-21 . Desde esos momentos del descenso del
Señor a la tierra tendrán lugar muchos acontecimientos, los principales de
los cuales serán los siguientes expuestos en su orden cronológico:
a). La derrota del anticristo, el falso profeta y sus huestes en la batalla de
Armagedón , el prendimiento de la bestia y el falso profeta y su lanzamiento
al lago de fuego, así como la liberación de Israel Ap. 16: 13-16, 19:19-21;
Zac. 12:7-9, 14:12-15.
b). El prendimiento de satanás y su encerramiento por mil años,
Ap. 20:1-3.
e). La conversión de Israel en un sólo día inmediatamente después de
la batalla antes dicha , Zac. 13:6, 12:10-14.
d). La resurrección de los mártires de la gran tribulación , Ap. 20:4-6.
(complemento de la primera resurrección).
e). El juicio de las naciones. JI. 3:2,3; Mt. 25 :31-46. Serán juzgados
los que hayan favorecido a Israel y los que no lo hayan hecho durante
la gran tribulación. Se entiende que la diferencia estriba en que los que
estarán a la derecha del Rey se convirtieron durante la gran tribulación ,
y por consiguiente favorecerán a Israel; en tanto que los que estarán a la
izquierda permanecieron inconversos, y nada hicieron a favor del pueblo de
Dios.
f). La Santa Cena del Señor, Mt. 26:29; Mr. 14:25; Le. 22:17, 18. En
cuanto a cuál es ese reino mencionado en las referencias anteriores véase

40 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


((MRD))
La Fe Cristiana

también Mt. 4:17, 6:10, Le. 22:28, 29; 23; 42, Ap. 20:6 El Reino del Milenio
se establecerá después del juicio de las naciones, y antes de principiar será
la celebración de la Santa Cena del Señor.
g). El milenio, que será un reinado de perfecta paz. El Señor Jesucristo
reinará materialmente con su iglesia y con sus ángeles sobre Israel y las
naciones. De las muchas escrituras que hay al respecto solamente veamos
el hermoso cuadro que se nos presenta en /s. 35. Y para aclarar cuáles son
estas naciones véase Zac. 14: 16-19.

h). La Rebelión de los infieles al término del Milenio, (no son los de la
iglesia). Su destrucción y el lanzamiento de satanás en el lago de fuego y
azufre. Ap.20:7-10.

i). El juicio de los ángeles infieles. 1 Co. 6:3; 2 P. 2:4; Jud. 6.

j). La Resurrección de Condenación. Mil años después de la primera,


Ap. 20:5,6, 11-15, Jn. 5:28, 29; Hch. 24.15, 16.
k). El juicio Final. A p. 20:11-15. Es correcto que a este juicio de los inicuos
muertos se dé el nombre del juicio final, en el sentido de que después de
éste ya no habrá ningún otro. Después del juicio sigue el tormento de esos
seres desdichados.
1). El Descendimiento de la Nueva Jerusalén morada de los justos,
Ap. 21 y 22.
m). La Eternidad.

VIII.- LA RESURRECCIÓN E INMORTALIDAD DEL CREYENTE.


a) En el principio Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló
en su nariz aliento de vida, Gn. 2:7. En ese soplo le comunicó el espíritu
o alma inmortal. En este sentido el hombre fue creado, y al igual que
los ángeles, fue creado en un estado de perfección relativa y con una
naturaleza inocente e inmaculada. Por lo cual, si hubiera el primer hombre
permanecido en completa obediencia a Dios, también hubiera dado origen
a una humanidad perfecta, pero como desobedeció fue el fundador de una
raza corrupta, pecadora y heredera de muerte, palabra en su sentido más
profundo, quiere decir: Eterna separación de la vida y la presencia de Dios,
pero sin que se pueda evitar seguir existiendo. Así que la caída del hombre

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 41


((MRD))
La Fe Cristiana

introdujo la muerte física, para todos los hombres y la muerte espiritual y


eterna para los que pequen. Lo afirmado aquí se comprueba con la Biblia.
Ro. 5:12; Ef. 2:1; Ez. 18:4; Ro. 6:23.

b) Por causa de su amor, Dios envió a su Hijo a redimirnos de este


estado de pecado, muerte y condenación, y cuando nos da la vida por
medio de la fe en Él, esta vida es eterna y espiritual, es inextinguible e
interminable en comunión permanente con el Hijo de Dios, Jn. 3:36, 10:10,
11:25; Ro. 6:23.
No obstante esto, todavía los creyentes tenemos un cuerpo mortal
y corruptible, y tendremos que morir y ser presa de la corrupción en el
sepulcro, por razón de que el postrer enemigo que será destruido es la
muerte, y esto así seguirá hasta que Cristo venga y nos lleve con Él.
e) Mientras tanto podemos regocijarnos en la realidad de que la muerte
física, no puede interrumpir la vida eterna del creyente, sino que al ocurrir
aquella y al separarse el espíritu del cuerpo, el primero es llevado al
Paraíso, sobreviviendo a la muerte del cuerpo y esperando allí el momento
de la resurrección , Lc.23:43; 2 Co. 5:8; Fil. 1:22, 23. De esta manera
podemos darnos cuenta de la seguridad que nos ofrece el Cristianismo.
Como entonces el alma sobrevive a la muerte del cuerpo en virtud de la
vida eterna que ha recibido, decimos que es inmortal y lo es a causa de la
vida de Dios que posee.
d) El acontecimiento de la resurrección e inmortalidad del creyente,
debe entenderse en relación con la segunda venida de Nuestro Señor
Jesucristo y siendo simultáneo con ella, pues entonces será cuando ocurra,
según lo hemos visto brevemente al tratar esa doctrina.
Todos los creyentes de todas las épocas, que ya han muerto,
comenzando con Adán y Eva que recibieron la promesa de la venida del
Redentor y siguiendo con Set, Noé, Sem, Abrabam, Isaac, Jacob y todos
los santos del Antiguo Testamento y todos los de la Iglesia del Nuevo
Testamento, resucitarán en la Venida del Señor y los creyentes que aún
vivan serán transformados, y es desde ese momento cuando tanto unos
corno otros serán hechos inmortales y nunca más estarán sujetos a la
muerte, sino que tendrán un cuerpo glorioso e inmortal para siempre jamás.
1 Ts. 4: 13-17; 1 Co. 15:22, 23, 43-54. Aquí vemos claramente que la doctrina
de la resurrección e inmortalidad se refiere al cuerpo del creyente, pues el
cuerpo es el que resucitará y será hecho inmortal uniéndose nuevamente

42 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


((MRD))
La Fe Cristiana

con el espíritu; y así como el hombre fue creado en el principio, pero


todavía con mayor gloria, así vivirá el creyente y esto es lo que le espera
de acuerdo con la poderosa obra redentora de Cristo el Señor.
Así podemos apreciar la superioridad del Cristianismo y su absoluta
idoneidad para satisfacer las más hondas necesidades y aspiraciones del
ser humano. El Señor Jesucristo es quien quitó la muerte y sacó a la luz
la vida y la inmortalidad por el Evangelio, 2 Tí. 1:8-10. Sin esta gloriosa
culminación el Cristianismo hubiera quedado a la altura de otras doctrinas
y creencias humanas; pero debido al triunfo alcanzado por el Señor
Jesucristo con su muerte y resurrección, nuestra victoria y gloria eternas
serán también las más venturosas realidades. Ro. 1:16; 1 Co.1:18,2:2,
15:16-22; Jn.14:19.

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 43


((MRD))
La Santa Cena del Señor

4 LA SANTA CENA DEL SEÑOR

Los sacramentos instituidos por el Señor Jesucristo para su observancia


en la Iglesia Cristiana, como lo hemos dicho, son solamente dos: El bautismo
en agua, y la Santa Cena. Si bien el bautismo se lleva a cabo una sola vez
en la vida del cristiano; la Santa Cena, en cambio, debe ser practicada por
el creyente todas las veces que se celebre en la reunión de la iglesia y así
seguirá siendo hasta que el Señor venga.

(Nota: En la Iglesia Cristiana lnterdenominacional se celebra la Santa


Cena unas tres o cuatro veces al año, aunque no hay nada escrito a este
respecto, y esto se hace así para que el acto no pierda su solemnidad y
no se vulgarice a causa de una repetición más frecuente, pues no hay que
olvidar que es un sacramento).

SANTA CENA.- Es el sacramento que simboliza la muerte vicaria del


Señor Jesucristo y la comunión de los cristianos entre sí con Él, hasta que
vuelva.
INTERPRETACIÓN.-Decimos los envangélicos que las palabras con las
que Cristo instituyó la Santa Cena cuando dijo: "Tomad, comed ; este es mi
cuerpo", y "esto es mi sangre", son figuradas y que no se deben interpretar
literalmente. Por lo cual el pan y el vino en la Santa Cena solamente son
los símbolos del cuerpo y de la sangre del Señor, que nos recuerdan su
cruento sacrificio en el Calvario donde su cuerpo fue roto, sus espaldas
estaban heridas, su cabeza coronada de espinas y por todas sus heridas
brotó sangre, esa sangre preciosa que nos limpia de todo pecado, pero el
pan y el vino tanto antes como después de la bendición, no son otra cosa
que pan y vino; son símbolos y nada más.
La Iglesia Católica Romana las interpreta literalmente y ha promulgado el
dogma de la transubstanciación. (Este dogma fue decretado por el Concilio
de Letrán en 1215 y ratificado por el Concilio de Trento 1545-63 ). Según
este dogma, al pronunciar el sacerdote las palabras de consagración, el
pan (hostia) se transforma materialmente en el cuerpo de Jesucristo y
el vino también se transforma en la sangre material , literal de Cristo. Así

44 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


((MRD))
La Santa Cena del Señor

pues, según el dogma: "Cada pedacito de pan es un cuerpo de Cristo


y cada sorbo de vino es toda la sangre de Cristo el cual es comido por
todos los creyentes y su sangre también bebida por ellos, cuantos sean los
comulgantes y cuantas veces se lleve a cabo la misa, en cuantas partes
de la tierra esto se efectúe a cada hora del día o de la noche durante todos
los siglos, y en cada pedacito de pan y sorbo de vino está presente la
Divinidad del Señor Jesucristo, por tanto hay que admitir que los elementos
consagrados tienen poder para operar en el alma cambios espirituales,
produciendo santidad y justicia en el comulgante, pues la Gracia Divina es
inherente a los elementos consagrados".
Para basar tan extraordinarios errores se apoyan en las palabras "esto"
(el pan) es mi cuerpo; y "esto" (el vino) es mi sangre, y también en aquellas
otras del Evangelio según S. Juan 6:48-58 donde leemos que Jesús dijo: "Si
no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida
en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo
le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi
sangre es verdadera bebida". Como interpretan estas palabras literalmente,
creen que al recibir "la comunión", comen y beben materialmente el cuerpo
y la sangre de Cristo.
RESPUESTA EVANGÉLICA A ESTE ERROR.-También Cristo dijo: "Yo
soy la puerta de las ovejas". Jn . 10:7. ¿Y, por eso hemos de entender que
Él es literalmente una puerta? Cuando dice: "Yo soy la vid vosotros los
pámpanos" Jn. 15:5. ¿Debemos entender que El es una planta literal de
uvas o una parra, y que nosotros somos literalmente unos sarmientos? Al
decir: "Id, y decid a aquella zorra" Le. 13:32. ¿Acaso debemos entender
que Herodes era literalmente una zorra? No. Por el contrario debemos
comprender que en todos estos casos se está usando un lenguaje figurado.
¿Y que lo mismo sucede con las palabras esto (el pan) es mi cuerpo , y esto
(el vino) es mi sangre? Así es. Por lo tanto acerca del pan y el vino, lo que
el Maestro dio a entender es que representan o simbolizan su cuerpo y su
sangre.
De la misma manera al decir: "Si no coméis la carne del Hijo del Hombre,
y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros". "El que, come mi carne
y bebe mi sangre tiene vida eterna". etc., no está hablando de comer
literalmente su cuerpo y beber literalmente su sangre, sino que quiere decir
que debemos apropiarnos por la fe los beneficios de su muerte expiatorio
para que tengamos vida. El contexto así lo aclara. Jn. 6:63 dice: "El espíritu

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 45


((MRD))
La Santa Cena del Señor

(el sentido espiritual) es el que da vida; la carne (el sentido material) para
nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son
vida". Y dijo esto porque muchos discípulos, como lo hace la iglesia católico
romana, interpretaban materialmente sus palabras y ya no andaban con Él,
porque justamente no podían tolerar el pensamiento de comer, literalmente
el cuerpo y beber literalmente la sangre, lo cual estaba prohibido en la Ley
de Moisés. Lv. 17:10, 11. Ellos eran judíos y lo sabían, por eso les aclaró
que sus palabras tenían un sentido espiritual; así que no pueden ser el
fundamento de la herejía que se pretende basar en ellas.
Por otra parte el pan y el vino (elementos de la Santa Cena) no tienen
poder para "operar en el alma cambios espirituales produciendo santidad
y justicia". La gracia divina no es inherente a los elementos consagrados.
La santidad y la justicia sólo son concedidas al alma por nuestro Señor
Jesucristo y su palabra viva, mediante nuestra fe, Ro. 1:6, 7; 1 Co. 1:2:
2 Co. 5:21; Ro. 3:21- 26; Ef. 4:24.
La Gracia Divina sólo está en Jesucristo, en el Espíritu Santo y en el
Padre Celestial y no en los elementos de la Santa Cena, Jn. 1:14-17;
He. 10:29; Ef. 1:6; Col. 1:2; Tít. 2:11, etc. En ninguna parte de la Biblia se
dice que la Gracia Divina es inherente a los elementos consagrados.
NOTA: De aquí en adelante se puede omitir la enseñanza y sólo se dice
esto para conocimiento del instructor.
1.- No podía significar el Señor que el pan y el vino se transforman en
su cuerpo y sangre, porque en ese caso habría muchos cuerpos y muchas
sangres en la institución de la Cena del Señor (según el dogma). La realidad
o la materialidad del cuerpo y la sangre de Jesucristo, y la realidad de que
en ese su cuerpo habita toda la plenitud de la Deidad (Col. 2:9) impiden
aceptar que allí había muchos cuerpos, sangres y divinidades porque
no hay más que un cuerpo, una sangre y una divinidad en la persona de
nuestro Salvador. Si la Deidad es "indivisa e indivisible" tampoco puede
multiplicarse para que haya muchos Dioses, pues no hay más que un sólo
Dios Dt 6:4, Mr. 12:29; Jn. 17:3.
Tampoco la naturaleza humana de Cristo puede multiplicarse para que
haya muchos cuerpos y sangres, pues sólo hay un cuerpo, en el cual estaba
y del cual brotó en la cruz, su única sangre Col. 1:22; Jn. 19:34.
2.- Desde que el Señor resucitó y ascendió al cielo, posee un cuerpo
transformado y de naturaleza celestial , ya no de carne y sangre. Así es que

Doctrina para Catecúmenos ICIAR


((MRD))
La Santa Cena del Señor

¿cómo el pan y el vino pueden seguirse transformando en lo que ya no


existe?

3.- Los sentidos de los creyentes católicos les dan testimonio de que
al comer el pan y beber el vino, estos elementos les dan precisamente el
sabor que les es propio y no otro, pero si hubiera una transformación real,
como se afirma en el dogma, y un cambio de la substancia, entonces los
elementos tenían que saberles a carne y sangre y no a pan y vino.

4.- Si hay la transformación de los elementos y el cambio de la sustancia,


y los creyentes católicos verdaderamente comen el cuerpo y la sangre de
Jesucristo, entonces son antropófagos y la antropofagia es un pecado.
Dios no autoriza la antropofagia, por eso en el libro de Levítico reglamentó
el consumo de carnes de animales, Lv. 11. Los antropófagos además son
asesinos que están condenados si no se arrepienten, Ex. 20:13.
5.- Si la Divinidad está presente en los elementos entonces se comen a
Dios, pero Dios es Espíritu libre, independiente absoluto y omnipotente, y
por lo tanto no puede ser comido por sus criaturas porque entonces no sería
Dios. Además ¿de qué manera se puede comer al Espíritu si es inmaterial?

6.- El apóstol Pablo inspirado divinamente, tres veces llama a los


elementos pan y copa (o sea el contenido de ella) 1 Co. 11:26-28. Así que
para él , el pan no era sino pan. Y si así era la realidad tocante al pan, es
indudable naturalmente que para él, el contenido de la copa no era sino
vino, porque sería inconsecuente decir que para el apóstol el pan sí era
pan; pero que el contenido de la copa, para él era sangre.
7.- El Señor Jesucristo llama al vino, después de la bendición "fruto de la
vid" y con ésto da a entender que para Él, el vino no era otra cosa que vino.
¿De dónde entonces han sacado lo de la transubstanciación? Mt. 26:29;
Mr. 14:25; Le. 22:17.18. Como el vino era vino para el Señor Jesucristo, así
lo es para nosotros los evangélicos. (Hasta aquí puede omitirse).

1.- REQUISITO INDISPENSABLE PARA LA CELEBRACIÓN DE LA


SANTA CENA.
a) Debe estar toda la iglesia reunida y todos deben ser admitidos e
invitados a esta conmemoración, 1 Co. 11 :7-34.

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 47


((MRD))
La Santa Cena del Señor

2.- REQUISITO PARA PODER PARTICIPAR. Se necesita ser miembro


de la iglesia, es decir haber sido bautizado en agua y estar en la plena
comunión ; esto quiere decir no haber sido suspendido o estar fuera de la
comunión de la iglesia por haber cometido algún pecado grave, pues en
un caso así, aquella persona de quien se trate no puede ser admitida por
el pastor en la Santa Cena si éste conociera el caso, hasta que no haya el
arrepentimiento y la restitución previos.

3.- ACTITUD PROPIA DEL CREYENTE. En todas las ocasiones que se


efectúe la Santa Cena deben participar los creyentes, y por ningún motivo
deben dejar de hacerlo ya que abstenerse de tal participación significa que
no se está viviendo la vida cristiana, pues de lo contrario no habría por
qué abstenerse. Por otra parte, participar de la ordenanza, pero no llevar
una vida de santidad , también es ofender a Dios y no vivir conforme a su
voluntad .
4.- PREPARACIÓN CONSTANTE Y ESPECIAL. En todo tiempo
debemos los creyentes observar una conducta correcta y sin reproche, como
lo hemos considerado al hablar de los requisitos para recibir el bautismo
en agua, pero al acercarse la celebración de la Santa Cena debemos tener
una preparación especial para ese Santo acto, acercándonos al Señor en
oración ferviente, ofreciendo algún día de ayuno (siempre acompañado con
mucha oración, pues el ayuno sin dedicarse a la oración no tiene ningún
sentido) y teniendo en lo posible un mayor recogimiento espiritual. Además
de todo esto debemos probarnos a nosotros mismos como dice la Biblia
para no tomar indignamente la Cena del Señor. 1Co. 11:27-30.
En cuanto aquellos requerimientos Bíblicos que se refieren a la necesidad
de perdonar al hermano que nos ha ofendido o de pedir perdón a quien
hemos ofendido, son cuestiones que deben arreglarse con anterioridad
a la celebración sagrada y no ya en el momento de tal celebración y
públicamente, pues estas peticiones públicas de perdón, por regla general
son más aparentes y formalistas que sinceras, y nunca edifican a los que
las escuchan. ¿Por qué no arreglar estas cosas previamente a la Santa
Cena y en forma espiritual y sincera? Mat. 18:15-18,21,22; 5:23, 24;
Col. 3:13.

Doctrina para Catecúmenos ICIAR


((MRD))
Organización de la Iglesia

5 ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA

La palabra iglesia se deriva del griego ecclesia y significa asamblea


convocada. Por lo tanto esta palabra no debe aplicarse al templo o edificio
donde se reúne la iglesia. La costumbre de aplicar el término iglesiá al
templo, se ha ido extendiendo entre el pueblo evangélico; pero el uso que
se hace de la palabra en este sentido, no tiene ningún apoyo en el Nuevo
Testamento y debe desecharse.
La iglesia es el conjunto de todos los creyentes que han aceptado al
Señor Jesucristo como su Salvador Divino, al cual siguen y aman.
El término iglesia se usa con un doble sentido en el Nuevo Testamento.
a). Se refiere a todo el cuerpo de creyentes en la tierra. Ef 1:22,23,
5:22.
b). Una congregación local Ro: 16:1,23; 1 Cor. 1:2, 14:19, etc. En nuestro
particular uso, nosotros aplicamos por extensión la palabra iglesia también
al conjunto de todas las congregaciones de una región o Presbiterio, así
como al conjunto de todas nuestras congregaciones en la República.
Fundamento. La iglesia fue fundada por el Señor Jesucristo, y Él mismo
es fundamento de ella y su propia cabeza. Él dijo: "Sobre esta roca edificaré
mi iglesia". Con la palabra roca se refería a la declaración que acababa
de hacer el apóstol Pedro de que Cristo es el hijo del Dios viviente Mt.
16:18. Esa declaración es en verdad una roca. Sobre esa realidad inmensa
está edificada la iglesia y nadie puede poner otro fundamento. Mt.21 :42;
1 Co. 3: 11; Ef 2:20; 1 P2:4-7.
LA GRAN CABEZA. Como cabeza de la iglesia nuestro Señor Jesucristo
es el guía supremo y jefe de ella puesto que así le fue dado por el Padre
Celestial. No sólo da a entender esta designación el dominio de nuestro
Salvador sobre la iglesia sino la unión espiritual de ella con él para siempre.
También indica que Él es el que nos da la vida, porque llena por completo
a la iglesia de su plenitud Ef. 1:22, 23.
EL CUERPO ESPIRITUAL. La iglesia es el cuerpo de Cristo en sentido
figurado y espiritual, pues es un conjunto de miembros animados por una
vida común, la vida de su Salvador resucitado Ro. 8:1 O,12:5. Por lo tanto
los miembros del cuerpo de Cristo deben estar perfectamente unidos a

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 49


((MRD))
Organización de la Iglesia

su Salvador y unos a otros, sin que haya discrepancias ni desavenencias


entre ellos. Ef. 4:15, 16.

PRINCIPIO. Sediceque la iglesia tuvo su principioeneldíade Pentecostés


y que allí fue el nacimiento de ella. Sin embargo esta apreciación no es
exacta porque en ese entonces la iglesia ya existía. Los 120 discípulos ya
formaban un conjunto regular de creyentes, pero lo que sucede es que en el
día de Pentecostés quedó formalmente organizada la iglesia, y consagrada
como tal por el bautismo con el Espíritu Santo, y en ese día se añadieron a
ella los tres mil que creyeron por la predicación apostólica Hch. 2:41.
PROPÓSITO. La iglesia existe por la voluntad de su fundador, para que
cumpla las funciones que le han sido asignadas por Él.

a). Debe predicar a Cristo y la salvación ofrecida por Él , para que la


gente sea salva. Mt. 28:19, 20; Mr. 16:15; Hch. 1:8. Por lo tanto no debe
desmayar en ese trabajo, sino seguir en él hasta la vuelta de su Señor.
b). Debe proveer un medio de adoración para la práctica de la vida
cultual en común Hch. 11:25, 26; He. 10:25.

e). Debe proveer comunión religiosa para que crezcan y se desarrollen


los nuevos convertidos Hch 2:41-44.

d). Debe ser una luz en un mundo obscuro pregonando la moral cristiana
Mt. 5: 16; Fil. 2:15.
El gobierno, ministerio y organización de la iglesia local en nuestro
movimiento es de la siguiente manera:
a) Pastor j) Diáconos
b) Pastor asociado (o pastores) k) Diaconisas
e) Pastor infantil 1) Secretario de la Iglesia
d) Evangelistas m) Tesorero
e) Maestros n) Sociedades con sus directivas
f) Administradores o) De p. Escuela Dominical
g) Ayudantes p) Director de Sociedad Coral
h) Misioneros q) Director de Dep. Musical
i) Profetas

50 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


((MRD))

--- -------------------------
Deberes de los Miembros de la Iglesia

6 DEBERES DE LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA.

El cumplimiento de los deberes que aquí se mencionan trae como


consecuencia el beneficio personal del creyente, asimismo, el de la familia
como también la prosperidad de la obra del Señor y la promoción de su
gloria. Mencionaremos en primer lugar:
LA ORACIÓN Y LA ALABANZA A DIOS Le. 11:9-13; Ef 5:18-20;
ls. 40:31. Tanto en el hogar como en la reunión de la iglesia debe el creyente
orar y alabar a Dios, porque estos actos no sólo deben expresar nuestra
gratitud sino también manifestar el gozo de la vida cristiana con motivo
de la salvación que hemos recibido de nuestro Dios. Ya se ha hablado
antes de estos actos devocionales; pero aquí se insiste en ello sobre
todo relacionándolo con la celebración del culto familiar que por ningún
motivo debe omitirse en ningún hogar cristiano. Esto quiere decir que a
determinada hora del día, cuando estén presentes todos los miembros de
la familia,deben tener un momento de adoración a Dios y de meditación en
la Palabra Divina para que la vida espiritual se fortalezca en estos tiempos
peligrosos y para que siempre haya un altar a Jehová el Señor en el hogar
cristiano. Gn. 12:7, 13:18.
LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS. Es deber de los padres cristianos
educar a sus hijos en el camino del Señor instándolos en primer lugar que
acepten al Señor Jesucristo como el único y personal Salvador 1 Ti. 2:5;
Hch. 4:12, 16:31 con el fin de que tengan la experiencia de la salvación ya
que ésta no se hereda, sino que se adquiere personalmente mediante la fe.
También se debe insistir en los fundamentos de nuestra religión cristiana,
por ejemplo: La creencia en la Trinidad Divina, en la unidad y unicidad
de Dios haciéndoles ver la necesidad de adorarlo sólo a Él, Ex. 20:2-7;
Mr. 12:29-31.
Además se les debe enseñar a ser respetuosos con sus mayores y con
sus instructores y pastores; así como que sean educados y reverentes
en el templo no jugando ni corriendo en los atrios y pasillos, ni comiendo
golosinas, como tampoco estar haciendo ruido, y entrando y saliendo del
santuario o permaneciendo en la puerta o en la banqueta durante el culto.
Véase Lv. 19:30; Dt. 6.5-9.

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 51


((MRD))
Deberes de los Miembros de la Iglesia

También se debe alentar en ellos la vocación al santo ministerio


evangélico 2 Ti. 1:5; Hch. 16: 1-3; Mt. 9:36-38. Por supuesto no se les debe
decir que se hagan ministros, sino que le ofrezcan su vida a Dios para que
si Él quiere llamarlos, sea esto para su honra y gloria, pero también será un
honor para ellos, lo cual debe hacerlos humildes y sencillos.
LA LECTURA DE LA BIBLIA. Se habló de ello relacionado con la doctrina
de la santificación pero desde un punto de vista devocional, ahora aquí se
menciona en el aspecto intelectual con el objeto de poseer un conocimiento
amplio de la Escritura para estar afirmados en ella, Jn. 5:39; 2 Ti. 3: 15-17.
DEFENSA DE LA FE. Es deber de cada creyente y de cada miembro
de la familia cristiana rechazar toda herejía y toda doctrina demoniaca, no
permitiendo la entrada de ellas en el hogar, Ro. 12:16, 17; 1 Co. 16:13;
1 Ti. 4:1-3; 2 Jn 9-11; Jud. 3,4.

Además, teniendo en cuenta que nuestra Iglesia lnterdenominacional


no está de acuerdo con el ecumenismo actual, no debe aceptarse ningún
esfuerzo tendiente a la unificación en ningún aspecto con los que tienen
creencias idolátricas. Nuestro deber es amarles y anunciarles el evangelio
para que salgan de las tinieblas y sean salvos, y es todo lo que se pueden
hacer porque las doctrinas que ellos sustentan y las que nosotros profesamos,
son diferentes y ellas son las que nos separan. Por ejemplo nosotros no
podemos aceptar ni por un momento la adoración a las imágenes, el culto
a los muertos, las oraciones por los muertos, la transubstanciación, las
indulgencias, los muchos mediadores, la corredención , la tradición, la
confesión auricular, la adoración a un hombre, el ministerio sacerdotal ,
las reliquias, mandas, peregrinaciones, penitencias, etc., 2 Co. 6:1,4-16;
Ap. 9:20, 18:4; fvlt. 22:39; Hch. 26:18.
CONFESAR A CRISTO. No sólo es un deber sino motivo de honra
confesar ante la gente al Rey de reyes y Señor de señores Mt. 10:32,33;
Mr. 8:38; Ro. 1:16.
LA ASISTENCIA A LA CASA DE DIOS. Es nuestro deber asistir a la
casa de Dios, lo más que sea posible para congregamos con los demás
creyentes y practicar la vida cultual porque ésta es la voluntad de Dios,
y también debemos servir con alegría y alabanza. No tenemos por qué
distraemos y quedamos en la casa en perjuicio de nuestra vida espiritual,
Sal. 27:4, 84: 1, 100:4, 150:1; He. 10:25.

52 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


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Deberes de los Miembros de la Iglesia

LA OBSERVANCIA DEL DÍA DE REPOSO. Debemos procurar por todos


los medios posibles no trabajar en el día de Domingo porque ese es el día
en que nuestro Señor Jesucristo resucitó de entre los muertos y es por lo
tanto un día especial que se distingue de los demás, por eso se le llama el
día del Señor, (Ap. 1:10) queriendo indicar el día en que el Señor resucitó.
Si tenemos obligación de trabajar en ese día, pidamos a Dios que• nos
conceda un trabajo donde no estemos sujetos a ello y procuremos asistir
a los cultos de la iglesia en ese día, como lo hacía la iglesia primitiva.
Jn. 20: 19-26; Hch. 2:1, 20:7; Ap. 1:10.
SOSTENIMIENTO DE LA OBRA EVANGÉLICA. Es deber de todos
los miembros de la iglesia contribuir financieramente teniendo en cuenta
las siguientes necesidades: Conservación y gastos. varios del templo,
el extendimiento de la obra, envío de misioneros, sostenimiento de los
siervos del Señor, construcción de nuevos templos en toda la República,
sostenimiento del Instituto Nacional Teológico "San Pablo", sostenimiento
de viudas, ancianos y huérfanos, etc., sin duda que todo esto nos parecerá
abrumador; pero debemos tener presente que ésta es la voluntad de Dios
según lo revelado en la Biblia, es el ideal divino y por eso mismo nos promete
bendición y nos da todas las cosas en abundancia, al mismo tiempo nos
pide que no seamos tacaños ni avaros sino que gastemos el dinero no
sólo para nuestro beneficio y el de los nuestros sino también en todos
los aspectos que hemos señalado porque entonces estaremos haciendo
tesoro en los cielos. Como el sistema de contribuciones monetarias que se
prescribe en el Nuevo Testamento para la iglesia cristiana no es el de los
diezmos sino el de las ofrendas voluntarias, éstas deben hacerse liberal
y sistemáticamente como también en proporción a las entradas. Por vía
de aclaración es conveniente reiterar aquí que el sistema de diezmos y
primicias bajo el régimen del. Antiguo Testamento, fue establecido por una
parte e incluido por la otra en la Ley de Moisés según la disposición divina, y
fue de carácter obligatorio, para todo el Pueblo de Israel con excepción de la
tribu de Leví; .aunque no. siempre fue íntegra la Nación en el cumplimiento
de esta prescripción, sino que en épocas de decadencia, se retrajeron de
cumplir este ordenamiento, lo cual fue censurado por medio del profeta
Malaquías, Mal. 3:8- 10; Dt. 18:4; Nm. 18:13.
Bajo la Dispensación de la Gracia, como queda dicho el sistema
contributivo ha cambiado y a eso se debe que la Iglesia lnterdenominacional,
no ha predicado el diezmo; pero si· ha enseñado que todos debemos dar

ICIAR Doctrina para Catecúmenos 53


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Deberes de los Miembros de la Iglesia

nuestra ofrenda en la forma que se ha mencionado, generosa y alegremente.


Si a pesar de lo dicho, algún hermano insiste en dar el diezmo, nuestra
iglesia no se lo impide y lo deja en completa libertad; pero siempre en el
entendimiento de que no lo hacen como precepto ordenado en la Biblia, sino
como una meta que voluntariamente se traza y en tal caso debe hacerlo
honradamente para no ofender a Dios.

Las ofrendas voluntarias debiendo ser proporcionales, dan margen para


que se muestra la liberalidad cristiana en forma más abundante todavía que
con los diezmos; si hemos recibido mucho de Dios no se justifica el simple
diezmo por que si "teniendo sustento y abrigo" debemos estar contentos
como dice el apóstol cuánto más con todo lo que Dios nos ha dado.

Por lo tanto debiéramos pensar en tomar solamente lo que necesitamos


para nosotros y nuestras familias y dar todo lo demás para la obra de Dios,
aunque sea el veinte, treinta o cincuenta por ciento. De cierto que nadie
se va a empobrecer en esa forma sino al contrario, tendrá más bendición.
1 Co. 16:1-2; 2 Co. 9:6-8; Fil. 4:14-18; 1 Co. 9:8-14; Gá. 6:6-10;
1 Ti. 5:9,16, 17,18: 6:17-19; He. 13:5,6; Hch. 20:35,11:41, 12:33.34;
2 Co. 8:10, 11.

FÓRMULA OPCIONAL DEL BAUTISMO:

CAT. Aquí hay agua. ¿qué impide que yo sea bautizado?


Oficiante. si crees de todo corazón, bien puedes.
CAT. Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Oficiante. Desciende al agua (o entra en el agua).
El hermano Josué Mejía Hernández fundador por la gracia de Dios de
la Iglesia Cristiana lnterdenominacional de la República Mexicana, oficiaba
así:
Yo te bautizo en el nombre de el Señor Jesús; conforme a su mandamiento:
En el nombre del Padre, en el nombre del Hijo y en el nombre del Espíritu
Santo.
Y aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin
mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro
Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los
siglos, Amén. Jud.24-25

54 Doctrina para Catecúmenos ICIAR


((MRD))
((MRD))
IGLFSIA CRISTIANAINTHRDENOMINAQONAL, A.R.

l 1

Comisión General de Difusiones lnterdenominacionales

Reforma No. 141 Col. San Simón Ticumac 1 C.P. 036601 Delg. Benito Juárez 1 México, D.F.

((MRD))
e •

Comisión General de Difusiones Interdenominacionales

IGLESIA CRISTIANA INTERDENOMINAOONAL, AR.

((MRD))

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