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STEPHEN

KING
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Tiaducción dc
Jofr e ltromedes Beutnagcl

PrArA ¡,riÉr ¡onor¡i, ¡.r.


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Lo meior es ser sincero. i

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Los mentirosos medr¿¡.

Título origitrl O» 1¡,/r,r¡

Prim¿n .dici,ó¡: m.rzo. 2oól

?ubüddó por ¡ado .oñ d ¡üor, rcDGenkdo Dor


¡ulph M, vicü¡nz4 Ltd,
I d. I¡ e¡ducidn: lofr. Hóm.dB B.nn¡o.l
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O2OOl, Pl¡z¡ &1.;r Ednore!, S. A
Tr¿v.r.n d. G¡i.ra7-ae óro2r R¡r.rñ",
Quü risüuú.u rh'brd4 ,n t¡ ¡u@ror,on .¡E d. td u
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EpEduaióñ rc¡l o 6d d. .r¡ obn Dú curldue DJrc o ;;c
diñic¡tq coñiÉn¿dó! l¡ E!rcmf¡ t dr.be;r odo¿*,L
di,ribuciú d( n.mplfs d.;u¡iEdu;f.,tquitú ó pRr¡moFbhcd

Prin&.| in Sp¿i! - lmprcso .n Esp.ñ.

IS¡N| 8,r-Ol-O1t,lt-X
Deóailo lcg.L B.3,030 - 2001
¡otüoñposi.ión: For! S. A.
¡mp¡.so m A &M Gr¡fic, S, L,
s.nu ¡¿.p¡tu¡ de Mqod¿ (Bdceloe)
L 01,+45X
de su marido y le dan Ia custodia de su hija Nell. Entonces Dic este ejercicio, es lo siguie¡te: cambiar los sexos del d.nugolrist"x !h
empieza a perseguirla. Jane contraataca pidiendo una orden j Protaeon;std antes de empezar a elaborar la situación del relato,
.i"Í. p..o ii-" d. t"n poco como
un¿ sombrill¿ en.un Dicho de otra maner¡: convierte a la mujer en perseguidora (pue-
comó pueden corroborer muchas muiere" maltrat¿das Por úhi de haberse escapado del manicomio, no de la cárcel) y al marido en
mo, después de un incidente terrorífico que relata¡ás con víctima. Nárralo sin argumento previo, dejándote llevar por la si-
detalle (quizá una paliza en público), el cabrón de Richard tuación y la inversión iflesperada que acabo de proponerte, y p¡e-
veo que te saldrá de perlas. . . siempre y cuando seas sincero con la
manera de hablar y comportarse de ús personajes. La sinceridad
c¿sor no es la situacjon, Veámosl¿. narrativa compensa muchos defectos de estilo, como demuestra la
Un día, poco después de ir Dick a la cárcel,Jane recoge a N ob¡a de escrito¡es como Theodore Dreiser, Ayn Rand y otros
en Ia guardéría y Ia lleva a casa de una amiga para una fiesta prosistas acartonados, pero mentir es la falta míxima e irrepara-
cumpliaios. Luego vuelve a casa, dispuesta a darse el luio de estl ble. Está claro que los mentirosos mednn, pero sólo a gran esca-
tranquila dos o tris horas. Quizá haga Ia siesta, piensa Se dirige la, no en la selva de la redacción, donde el objetivo tiene que ser
una iasa, no a unpiso; es verdad quJes ioven y asalariada, pero lo primero una palabra y luego otra. Si estando en ella ya empiezas
requiere la situación, Cómo encontró la casa, y por qué tiene la a decir mentiras sobre lo que sabes y sientes, se de¡rumba todo.
tarde libre, son cosas que te dirá la historia, y que, si encuentrae Cuando hayas acabado el ejercicio, escríbeme a w.ww.ste-
justificaciones válidas (como que Ia casa es de sus padres, o que phenking.com y dime cómo te ha salido. No puedo comprome-
sólo la vigila, o cualquier otra cosa), parecerán premeditadas. lL te¡me a poner nota a todas las respuestas, pero sí a leer con gran
Al entrar nota algo raro, una sensación vaga que la i interés tus aventuras, aunque sólo sea una parte. Tengo curiosi-
da. Como no sabe identificarla, la atribuye a los nervios, a las dad por saber qué fósil has desenterrado, y cuánto has consegui-
cuelas de cinco años de infierno con don Simpático, ¿Qué si no do sacar intacto de la tier¡a.
¡Si Dick esri baio llauel
Antes de hacer la siesta, Jane decide tomarse una infusión
ver las noticias. (¿El cazo de agua hiruiendo puede usalse
tarde? Quizá, quizá.) El titular es una bomba: Por le mañana
e Dy^Lw+-.,.
I DC
q--
han escapado tres hombres de la cárcel matando a un vigilar La descripcicin convierte al lecror en parrícipe sensori¡l de l¿
Dos de los tres han sido capturados casi enseguida, pero el te historia. A describir se aprende, que es una deias razones prin-
ro sigue libre. Las noticias no especifican el nomb¡e de ni cipales de que sólo puedas hace¡lo bien si lees y escribes mucho.
de los presos (al menos las del canal que cstá puesto), pero Jar Resulta que no es cuestión sólo de cómo, sino de cuánto. La ¡es-
que está sola en la casa (como ya habrás justificado- de mane puesta al cuánto te la dará la lectura, y Ia del cómo, páginas y pá-
plausible), tiene la certeza de que Dick era uno de los tres. ginas de escritura. Sólo aprenderás practicando.
iabe porque acaba de identificar la sensación extraña delrestí El primer paso de la descripción es la visualización de lo que
lo. Ei¿n iestos de olor a tónico caPilar vitalis. EI de DicL. J: quieres hacer vivir al lector, y el último, rrasladar a la página lo
permanece sentada y sin poder levantarse, porque el miedo le que ves en tu cábeza. Fácil, lo que se dice fácil, no es. Repito mi
entu-e.ido lot músculos. Cuando o¡ e los pasos de Dick por pregunta de antes: ¿quién no h¿ oído un comentario así: «Fue
€scalera, piensa: "Es el único capaz de tener tónico capilar genial [o espantoso, rarísimo, divertidísimo...]. ¡Es que no puedo
en Ia cárcel." Debe levantarse, correr, pero no puede... describirlol-? Si quieres ser buen escriror, esLás obtigado a poder !
¿A que es una historia bastante buena? Yo creo que sí, Pe describirlo. y de una manera que comunique reconocimienro al)
odginal, lo que se dice original, no es. Lo dicho: por desgrac lecto¡. Si sabes hacerlo te pagarán tus esfuerzos, y te lo habrás me-
ced; dos o ties semanas sale en el periódico el titular <uN HoM recido, Si no, coleccionarás notas de devolución y es posible que
BRE DA UNA PALIZA IO MATA] A SU EX MUJER.} LO qUC tE PidO, te plantees hacer caffera en el fescinante mundo del telemárketing.

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Una descripción insuficiente deja al Ieoor perplejo y miol guna duda, te lo demostrarán hasta l¿ saciedad los libros que
El exceso de descripción lo abruma con detalles e imágenes.', leas). Hasta es posible que sea más fácil lo primero.
truco es encontrar un buen punto medio. También es i Uno de mis restaurantes favoritos de Nueva York es el Palm
te seber qué describiry qué descanar en el proceso principal, Too de la Segunda Avenida, especializado en carnes. Si decidiera
e§ contar algo. ambientar una escena en el Palm Too, tengo clarísimo que in-
A mí, la literatura que describe exhaustivamente las cluiría las observaciones de mis visitas. Antes de ponerme a es-
rísticas físicas y la indumentaria de los personajes me deja cdbir, me tomaría el tiempo de evocar una imagen del local, re-
unte frío. (Me irrita especialmente el inventario de curriefdo a mi memoria y llenándome el ojo mintal (que es un
pía. Si tengo ganas de leer descripciones de prendas ya pediré u ojo cuya visión mejora por el uso). Lo llamo ojo mental porque
c¿tálogo,) No recuerdo muchos casos en que sintiera la necesi es la expresión que nos suena más a todos, pero mi intención real
dad de describir el aspecto físico de los actores de una hi es abrir todos lo sentidos. Será un r¿st¡eoin la memoria, breve,
mía. Prefiero dejar que les ponga cara y cuerpo (y ropa) el pero intenso, una especie de sesión de hipnosis. Como en ellas,
tor. ¿A que tienes bastante con saber que Car¡ie \fhité es cuanto más se practica más fácil resulta.
alumna de iñtituto solitaria, con acné y un vestuario de ju Las primeras cuatro cosas que se me ocurren al pensar en
_
do de guardia? Del resto puedes encargarte tú, sin necesiáad-d PalmToo son: a) Ia penumbra del bary el contraste con laluz del
que te la describa grano a grano y falda a falda. Casos de peri espejo de detrás de la barra, que capta y refleja la de la calle; D) el
dores en el instituto los conoce todo el mundo; si yo describo serrín del suelo; c) Ias caricaturas de la pared, que tienen mucha
mío, excluyo el tuyo y pierdo une parte del vínculo de co
Bracia,y d) el olor ebistec y pescado.
prensión que deseo forjar entre los dos. La descripción arrar Si siguiera pensando me aco¡da¡ía de más cosas (y lo que no
en la imaginación del escritor, pero debería acabar en la del leo.r reco¡dase me 1o inventaría, porque durante el proceso visualiza-
tor. A la hora de conseguirlo tiene muche más suerte el esc¡i dor se funden verdad y ficción), pero ya hay bástantes. Tampoco
que el cineasta, conden¿do eternamente a enseñar demasiado,., se trata de visitar el Taj Mahal, ni pretendo hacer propaganáa de
incluido, en nueve casos de cada diez, l¿ cremallera de la espal- ningin restruranre, Orr¡ cosá impoft¿nre que hay que iecordar
da del monstruo. e: que lo esencial no es el marco, sino Jr histori¿. Nó es ¿conse-
0/ Para que el lector se sienta defltro de la hisroria, concedo más jable, ni en mi caso ni en el tuyo, hacer descripciones más fron-
importa.ncia al escenario y el arnbiente que a la descripción do dosas de la cue¡ta sólo porque sea fácil. §o és esa la carne que
ñl personájes. Tampoco comparto la opinión de que ia descripciórt hay que poner en el asador
l física deba ser un atajo hacia la personalidad. Ahorradme pues, si tniendo presente esro ulrjmo. reproduzco un eiemplo na-
sois tan amables, los
"ojos azules e inteligentes" del prot¿gonis- rr¡li!o que llev¿ a un personaje ¿l P¡lm Too:
ta, y su obarbilla pronunciada de hombre de acción,. Son ejem,
plos de mala técnica y escritura perezosa, el equivalente de los El taxi frenó delante del Palm Too a las cuat¡o menos cuar-
pesadísimos adverbios, to de uná tarde despejada de verano. Billy pagóla carrera,
Para mí,, una descripción acertada suele componerse de una se apeó y buscó a Martin con l¿ mi¡¿da, ño istaba, Dán-
serie de detalles bien escogidos que lo resumen rodo. En la ma- dose por satisfecho, entró.
yoría de los casos serár los primeros que se le ocurran al escritot En contraste con la luz y el calor de la Segund¡ Aveni-
Se trata de un punto de p¡rtida muy válido. Luego, si re entran da, el Palm Too parecía una cueva. El espejo de det¡ás de la
ganas de cambiar, añadir o quitar detalles, adelante, que para eso j barrarecogia una parte del resplandor de la calle, y brilla-
se ha hecho Ia revisióu, pero creo que en casi todos los casos los ba en la penumbra como un espejismo. Billy tardó un poco
detalles que se visualizan err prim€r lugar son los más fidedignos, en ver algo más, hasta que se le ecostumbró la vist¿. Én la
además de los mejores. Deberías tener presente que en la des- barra había algunos clientes bebiendo a solas. Detrás está-
cripción es tan fácil pasarse como quedarse corto (y, si tienes al- b^ el núitte h^bl^r.do con el barman. Tenla lá corbáte des-

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hecha y la camisa arremengáda. con las muñecas peludas a próxima visita a Nueva York o pida un folleto por correo. Yo a
¡
la vista, Billy se fiió en que todavía había serrín en el sue- he gasrado barranre tint¿ pere i;siflu¿r que P¿lm Too será un Js-
lo, como si fuera un local clandestino de los eños veinte v cenario importlnte de mi hisLori¿. Si resuha no serlo, durante Ia
no un restaurante de cambio de milenio donde estabá revisión convendrá recortar unas cuantas líneas de la parte des-
prohibido fumar, y hasta plantar un salivazo de tabaco en- cripriva, Claro que podria conservarlas con el argumeito de su
tre los pies. Los dibuios de las peredes (c¿riceturás de los calidad. pero bueno. si me pagan er que Ja crlid¿d ie sobreentien-
políticos cor¡uptos de la ciudad, de algún pe¡iodista ¡etira- de. Parr lo que no me pagan e" para darme caprichos.
do hacía siglos o muerto de cirrosis, de algún famosillo que Mi párrrlo descripri,,o sobre Palm Too cootiene descripción
no ácáb¿ba de reconocerse) seguían haciendo cabriolas direcrr r"algunos clienter bebiendo a solas.) ¡ otra un pocó más
desde el suelo al techo. Flot¿ban olores de bistec y cebolla i poética (.brillába en Ia penumbra como un espejismo"). Son váli-
frita. Todo igual que siempre. das ambas, pero tengo cierto gusto por la metáfora. El uso del sí-
Se ace¡có el ¡¡aítre. mil. ¡ de otros recursos de lenguaie {igurrdo. es uno de los gran-
desea? La cocina no abre hasta las seis, pero el des placere: de la n¿rr¡riua. tanto prra eJ escriror como para el
-¿Qué
bar.,. Iector. Cuando un símil da en el blanco, nos procura la misrna sa-
e Richie Martin Billy, cJsirccicin que encontrar a un r iejo amigo en una muhirud de des-
-Busco -dijo conocidos. A veces. comp¿rar dos objetos que no presenran nin-
La llegada de Billy en taxi es narración, o acción, si prefieres guna relación aparente (como el ba¡ de un restaurante y una cueva)
el segundo término. Desde que entra en el restaurante predomi- nos permite percibir algo viejo a una luz nueva y más intensa.+
na la descripción pura y dura. He puesto casi todos los detalles Tengo la impresión de que el escritor y el lector colaboran en una
que se me han ocurrido de manera espontáÍea al evocar mi re- especie de milagro, hasta cua¡do el resultado es claro pero no be*
cuerdo del Palm Too aurénrico, añadiendo algunas cosas, entre llo. Quiza cargre un poco las l;nus. pero br,eno. es io que creo.
elles lo del maítre e¡tre dos úrnos, que me parece acertádo. Me Cu¡ndo un simil o merifor¡ no funciona. el resultado puede
gustan mucho la corbata deshecha, Ia camisa arremangada y las rer comico o penoso, H.rce poco lei esra frase en una noveh que
muñecas peludas. Parece una foto. Lo único que falta es el olor a preficro no nombrar: "Se quedó senrado al lado del cadáve¡ im-
pescado, y se debe a que era más fuerte el de cebolla. pa.ible y aguardando al iorense con la mism¿ paciencia que si es-
Regresamor a la hisroria en ri medi¿nre una :ecuencia n¿rrali- perara un sándwich de p,:ro.- Si hay una conexión eschrece.
.ra (el maitre oc'tpa el centro de la escena) seguida por el diálogo.
dora. yo no la he caprado. Por lo t¿nro. cerre el libro sin.eguir
A esas alturas ya vemos el escenario con claridad. Podría ha6er leyendo. El escritor que sepá lo que tieÍe enrre maros, que
añadido un montón de detalles (Como la estrechez de la sala, Tony cuenre conmigo prra acomp.rñ.rrlo. Fl que no... Digamos que
Bennett cantando por los altavoces, el adhesivo de los Yankees en uno y¿ tiene má5 de cincuenra ¿ños. ) en el mundo hay muchos
la caja), pero ¿de qué serviríal Tratándose de ambientación, y de libros. \o puedo perder el riempo con los que esrán m;l e5criros.
descripción en general, un simple almuerzo equivale a un festín. El símil zen es una t¡ampa del lenguaje figurado, pero no la
Queremos saber si tsilly ha encontrado a fuchie Marin. Por esa únic¡. L¿ más habitual ty repito que caer en ell¿ suele deberse a
historia hemos pagado veinticuatro dólares, no por lo demás, Ex- lah¿ dr lcctur¡) es el empleo de símrle,. meriloras e imjgenes que
phl erse acerca del resraurante aflojarír el rirmo de la hisroria, y caen dentro del tópico.
hast¿ podri¿ ¿burirnos ¿l errremo de romper el encanr¿m;enlo
"Era hermosa como un sol", "Bob iu-
chaba como un tigre"... No me hagas perder el tiempo (ni el de
que sabe tejer la buena namativa. Muchas veces, cuando un lector nádie) con recursos tan manidos. Quedarás como un vago o un
deja un libro a medias por aburrido, el aburrimiento se debe a que
el autor quedó fascinado por sus poderes de descripción, pir-
AJnque r¡ñpoco $ sá1,¡n.e Io de .p¡re. á u1¡ cJe!¿.. porque esti
diendo de r isrr su prioridrd, que er que no se pare li pelori. El
mu). vrrto. Ha) que recorocer que e\ un¿ comparaci<in un poco perezosa;
lector que quiera saber rlgo má< sobre Pelm Too. que vrya en su no llegá á eer un ióprco, pero poco le taha.

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ignoranre. Ninguno de los dos calificativos será beneficioso para tenderse como una pelota, un planeta o un simple cfrcu-
tu prestigio de escritor. lo-, ¿Tú crees que es verdad lo que dicen. que Ia tierra giro
Ya que hablamos del tema, mis símiles favoritos proceden del al¡ededo¡ del sol?
género detectivesco en su verti€nte durar la que se practicaba en iYo qué sé qué dicen! Mistqh
los cuarenta y los cincuenta, y de los descendientes literarios de -¿Yo?
Butts-, -contestó
Yo no he estudiao en mi vida lo que dice tal o cual,
los escritores de esa época. Dos ejemplos: «Estaba más oscuro que porque nadie dice lo mismo, te acaba por dole¡te la cabeza
un cargamento de culos, (George V Higgins), y y te qued¿s sin amenito.
"Encendí un ci-
garrillo que sabía a pañuelo de fontanero" (Raymond Chandler). ¿Qué es? el niño.
La clave de una buena descripción empieza por ver con clari- *¡Anda con el nene!-preguntó
-¿Amenito?
iQué preguntón! *exclamó
dad y acaba por escribir con claridad, mediante el uso de imáge- Mistuh Butts. Le cogió el palo al niño y to partió-. ¡El
nes frescas y un vocabulxio sencillo. Ln ere xpecro, mir prime- amenito es cuando tienes que comerl ¡Si no, te pones
ros maestros fue¡on Chandler, Hammett y Ross MacDonald, y es malo! ¡Y luego dice lá gente que soy un inorante!
posible que mi respeto porlafuerza del lenguaje descriptivo com- apetito ---diio serenáfiente el niño, y empezó de
pacto aumentara al leer aT S. Elior yYa C, Williams (como enZa -Ah,
nuevo a dibujar, esta vez con el dedo.
canetilla rojd, corl sn contraste entre ésta y las gallinas blancas).
Ocurre con la descripción lo mismo que con todos los aspec- El diálogo bien construido indicará si un personaje es listo o
tos del arte narrativo: que aprenderás practicando, pero Ia prác- tonto (Mistuh Butts no es neces¿riamente bobo sólo porque no
tica, por sí sola, nunca te llevará a la perfección. ¿Por qué iba a sepa decir napetito"; para llegar a una conclusión tenemos que
hacerlo? ¿Qué gracia tendría? Y cuantos más esfuerzos hagas de s€Buir escuchándoie un poco más), honrado o tramposo, gracio-
claridad y sencillez, más aprenderás sobre Ia complejidad del so o cascarrabias... EI buen diálogo, como ios de George V Hig-
idioma. Practica el arte, recordando en todo momento que í¡ o{i- gins, Peter Straub y Graham Greene, es una delicia, y el malo un
cio es decir qué ves, y sigue con la historia.
No todos los esc¡itores dominan igual el diálogo. Es un cam-
po donde se puede mejorar, pero, como ha dicho un gran hom-
7 bre lCiint Ersrwood. para más seña,1. -unr persona riene que ser
consciente de sus límites". H. P. Lovecraft era genial escribiendo
Ahor¿ habla¡emos un poco del diálogo, la parte sonora de cuen¿os macabrosr pero como dialoguista era un desastre. Debía
nuestro programa. LI diálogo dr voz a los personajes. ¡ es esen- de saberlo, porque de los millones de palabras que componen su
cial para definir su manera de' ser. La pega es que los actos de la rarativa sólo corresponden a diálogo menos de cinco mil. El si-
gente son más reveladores que lo que dicen, y que las palabras guiente fragmento de El color surgid,o d.el espacio, en grte tn
son traidoras: lo que dicen las personas suele comunicaruna ima- granjero agonizante describe la presencia alienígena que invadió
gen que a ellas se les pasa totalmente por alto. su pozo, ilustra los problemas dialogísticos de Lovecraft. Nadie
Con la n¿rración direcra podrás contarme que tu protagonis- habla así, ni en su lecho de muerte;
ta, Miscuh Butrs. iue mal ¿lumno. y que ni siquierr se dejo ver
mucho en elcolegio. pero se puede indirar lo mi.mo ¿ trates de Nada.,. Nada... el color... quema... frío y húmedo,,. pero
sus propias palabras, y con mucho más color. Además, una de las queña... vivía en €l pozo.., lo vi yo... como una especie dé
reglas cardinales de la buena nar¡ativa es no contar nada que no humo... igual que las llores la primavera pasada.,. el pozo
se Pueda mostrar: b¡illaba de noche... todo vivo.., le chupaba a todo la
vida.., en la piedra,.. debió de salir de aquella piedra... no
qué crees? el niño, Dibulaba en el polvo sé qué quiere.,. aquello redondo que sacaron de la piedra
-¿Tú
con un -preguntó
palo, sin levant¿r la cábeza. El ¡esultado podíe en- los de la universidad... e¡¿ del mismo aolor... igual, como

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