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APOCALIPSIS

lunes, 3 de enero de 2011

LA SEGUNDA TROMPETA

LA SEGUNDA TROMPETA

“Elsegundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo


en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se
convirtió en sangre”. Apocalipsis 8:8.

Juicio de Dios en el mar


Vamos a dar continuación a esta aproximación al Apocalipsis, y
estamos ahora en la serie de las trompetas. Hoy nos corresponde
considerar lo relativo a la segunda trompeta. Vamos a poner mucha
atención. Apocalipsis 8:8-9: “8Y (en esta traducción falta la palabra “Y”,
que está en el griego) el segundo ángel tocó la trompeta, y como una
gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera
parte del mar se convirtió en sangre. 9Y murió la tercera parte de los
seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves
fue destruida”. En estos dos versos, el 8 y el 9, está descrita de manera
sucinta esta segunda trompeta. De detalles de crítica textual,
solamente ese “y” que falta al comienzo del verso 8, y también aquí en
esta palabra donde dice: “una gran montaña ardiendo en fuego”; esta
traducción que estamos leyendo es correcta; la mayoría de los
manuscritos y los manuscritos más antiguos lo dicen así; sin embargo,
hay algunos pocos manuscritos que la palabra “en fuego” no lo dicen,
posiblemente consideraron que decir “ardiendo en fuego” era una
redundancia, entonces algunos manuscritos no contienen esa expresión
“en fuego”; pero los más antiguos y la mayoría la contienen, y esta
traducción también la contiene; así que lo dejamos así como está,
porque realmente es serio lo que dice aquí: “Y el segundo ángel tocó la
trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada
en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Y murió la
tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera
parte de los naves fue destruida”. Aquí el énfasis es el inicio del juicio
de Dios en el mar. La primera trompeta fue en la tierra: granizo y
fuego; aquí es en el mar.

Ustedes recuerdan en el capítulo 7 lo que decía en el versículo 3: “No


hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos
sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”.

Cuando ya los ciento cuarenta y cuatro mil de las tribus de Israel han
sido sellados, entonces ahora sí Dios permite que se haga daño a la
tierra, a los árboles y al mar. Ya en la trompeta pasada se hizo daño a
la tierra, se hizo daño a la tercera parte de la tierra, a la tercera parte
de los árboles y a las plantas. Ahora, en esta segunda trompeta, Dios
permite que se haga daño al mar; no a todo el mar, sino a una tercera
parte; ya cuando lleguemos a las copas veremos que ya es el mar en
general; las copas consuman la ira y ya el mar en general es convertido
en sangre como de muerto, pero aquí apenas es la trompeta, aquí se
está iniciando el juicio. Como hemos dicho, las trompetas inician el
juicio y las copas de la ira lo consuman. Aquí estamos viendo el juicio
del Señor sobre el mar. “El segundo ángel tocó la trompeta, y como
una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar.” Esta
palabra es bastante interesante: “Como una gran montaña ardiendo en
fuego fue precipitada en el mar”. Se pregunta uno: ¿es literal? o ¿es
simbólico? Cuando vimos la primera trompeta vimos que era literal,
vimos que las copas son literales, las plagas que vivió Egipto fueron
literales; ese granizo con relámpagos fue literal; y ahora vemos que
aquí se habla de convertir la tercera parte del mar en sangre, y
estamos viendo que Dios utilizaría otra vez en el tiempo final esta clase
de prodigios.

El agua se convierte en sangre


Vamos a ver cómo ya una vez en Éxodo sucedió; vamos al capítulo 7;
allí vemos cómo de una manera literal la plaga de convertir las aguas
en sangre se cumplió ya en el inicio. En Éxodo 7:14 aparece la plaga de
sangre: “14Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está
endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. 15Vé por la mañana a
Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y
toma en tu mano la vara que se volvió culebra, 16y dile: Jehová el Dios
de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para
que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido
oír. 17Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he
aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está
en el río, y se convertirá en sangre. 18Y los peces que hay en el río
morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua
del río. 19Y Jehová dijo a Moisés: Dí a Aarón: Toma tu vara, y extiende
tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y
sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que
se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así
en los vasos de madera como en los de piedra. 20Y Moisés y Aarón
hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que
había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las
aguas que había en el río se convirtieron en sangre. 21Asimismo los
peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los
egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de
Egipto. 22Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus
encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los
escuchó; como Jehová lo había dicho. 23Y Faraón se volvió a su casa, y
no dio atención tampoco a esto. 24Y en todo Egipto hicieron pozos
alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del
río. 25Y se cumplieron siete días después que Jehová hirió el río”. Aquí
se nos describe un juicio de Dios sobre Egipto, que representa el
mundo, para que deje libre al pueblo del Señor, para que el propósito
de Dios avance. Como el enemigo se opone, Dios utiliza la dureza, la
obstinación del enemigo para mostrar su poder. Dice: Te he levantado
para esto, para mostrar en ti mi poder. No sólo la plaga del granizo y
esta de la sangre, sino otras que acontecieron en Egipto, se repiten
otra vez al final, porque Dios había prometido que haría señales
semejantes y más abundantes.

Maravillas al final de los tiempos


Vamos a ver eso en otros versículos. Vamos por ejemplo a Miqueas,
para ver allí unas promesas que nos explican por qué aparecen otra vez
estas plagas, estas maravillas hacia el fin. Acordémonos de que
estamos en tiempo de inicio de gran tribulación, que los ciento cuarenta
y cuatro mil sellados ya están en pie, o si no, no se tocarían estas
trompetas; no se haría daño a la tierra y al mar si todavía no hubieran
sido sellado los israelitas; este es el tiempo de angustia, y el tiempo de
angustia es principalmente para Israel y también para los cristianos, o
sea para el pueblo de Dios; por eso Dios tiene que volver a castigar con
plagas al mundo como al principio, y eso estaba prometido que sería de
esa manera. Vamos a ver eso en Miqueas 7; vamos a ver allí en la
Biblia esas promesas que Dios ya las había hecho, y por eso se
cumplen aquí. Miqueas 7:15,16; dice Dios así: “15Yo les mostraré
maravillas como el día que saliste de Egipto”. En Egipto Dios mostró
maravillas cuando decretó esas plagas; pero dice que Dios lo volvería a
hacer otra vez; y por eso es que aquí en Apocalipsis está sucediendo de
nuevo: “Yo les mostraré maravillas como el día (se repetirán otra vez
plagas al final como hubo al principio) que saliste de Egipto. 16Las
naciones verán, (ya no es solamente Egipto, sino las naciones) y se
avergonzarán de todo su poderío; pondrán la mano sobre su boca,
ensordecerán sus oídos”.

Claro, este es un trompetazo fuerte. La tercera parte del mar


convertida en sangre, así como el Nilo fue convertido en sangre. No
solamente aquí aparece la promesa.

Miremos en Isaías 11:15-16, donde también promesas semejantes


fueron hechas por el Señor. “15Y secará Jehová la lengua del mar de
Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y
lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias.

16Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de


Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra
de Egipto”. Fíjense en esa frase: “de la manera”; o sea, Dios traerá de
nuevo, juntará a su remanente otra vez, y hará maravillas como lo hizo
al principio; lo que decía Miqueas, lo dice aquí otra vez Isaías: “Habrá
camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, (hoy es
Irak; ¿cómo habrá camino?) de la manera que lo hubo para Israel el día
que subió de la tierra de Egipto”. Significa que Dios estará juzgando las
naciones en esta segunda trompeta, específicamente con la plaga de
este gran monte que cae al mar, una montaña ardiendo en fuego que
cae al mar, y la tercera parte del mar se convierte en sangre; como en
el principio Dios convirtió las aguas en sangre, eso se repetirá en la
segunda trompeta y se repetirá de nuevo en la segunda copa; la
segunda trompeta es un tercio y la segunda copa es el todo. Dios no
hace todo de golpe, sino de a poquito para dar oportunidad a la gente
de arrepentirse. Él solamente va apretando cuando la gente se
endurece.

En otro pasaje, Éxodo 34:10, también podemos ver esto. Veámoslo


teniéndolo presente con Miqueas y con Isaías. Miren lo que dijo Dios:
“He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; (¿cuando está
haciendo esto? después de que había salido de Egipto, después de que
ya habían sido liberados de las diez plagas) haré maravillas (otra vez,
Dios está prometiendo a Israel que Él volvería a hacer maravillas; no
solamente hizo con las diez plagas, lo haría de nuevo) que no han sido
hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en
medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda
la que yo haré contigo”. Ya hizo cosas tremendas cuando los sacó de
Egipto, pero ahora, dice el Señor, que ya va a haber tiempos en que no
van a decir: Mire, Jehová que sacó a su pueblo de Egipto, no; van a
decir que lo trajo de la tierra del norte y de todas las partes donde
estaba esparcido, pero Dios lo trae. Cuando hay impedimento, hay
plagas; hay que entender que estas trompetas son en relación con todo
el plan y el propósito de Dios.

Miremos algo en Jeremías 23:7,8, que no es tan exacto, ni tan


parecido, pero que tiene algún punto de relación; lo que les estaba
diciendo está aquí: “7Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová,
en que no dirán más: Vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de
la tierra de Egipto, 8sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la
descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las
tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra”. Ahí está
la profecía que les había mencionado, mostrando que el Señor haría
obras maravillosas otra vez hacia el final; lo hizo al comienzo con su
pueblo y lo hará otra vez al final, literalmente.

Interpretación literal y espiritual


Entonces, hermanos, aquí nos estamos fijando en algo curioso; aquí
habla de una gran montaña ardiendo, pero aparece una palabra
misteriosa que nos permite interpretar esta cosa en los dos sentidos:
en el literal y en el simbólico; porque miren lo que dice: “Y el segundo
ángel tocó la trompeta”; si dijera: y una gran montaña ardiendo en
fuego fue precipitada en el mar, sólo podríamos interpretarlo de una
manera literal, y de hecho tenemos que interpretarlo de una manera
literal, pero lo literal tipifica lo espiritual, pues también se subentiende
una similitud diciendo: “y como una gran montaña”; la palabra en el
griego es: hos, que se traduce: como si; o sea, esta palabra “como”
está mostrando como lo literal refleja algo espiritual; una montaña
ardiendo en fuego cayendo al mar, revela algo espiritual; por eso dice:
“Y el segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña...”;
ese “como” es la palabra de semejanza, es la palabra de analogía, y por
eso tenemos que tener en cuenta los dos aspectos: el aspecto físico y
el aspecto espiritual que lo físico representa; porque eso es lo que es
una analogía, una semejanza, “como una gran montaña ardiendo en
fuego fue precipitada en el mar”. Sí, hay varios pasajes en la Biblia
donde se habla de montañas literales siendo tocadas por el Señor y
ardiendo en fuego. Por esa expresión: una gran montaña ardiendo en
fuego, aquí pareciera que fuera como la explosión de un gran volcán,
¿verdad? En la siguiente trompeta habla de una especie de meteorito,
de aerolito, de asteroide que viene en la tercera, y dice que cayó del
cielo; pero aquí no dice que cayó del cielo; posiblemente sea una
tremenda montaña que está cerca del mar. Hermanos, no estoy siendo
dogmático en lo que les voy a decir, pero ¿cuál es la montaña más
grande que existe cerca del mar? porque existen montañas mayores,
pero en el interior del continente; por ejemplo, el Himalaya, el Everest
y otras montañas que son altísimas pero no están al lado del mar;
están en el interior del continente.

Montaña precipitada al mar


¿Saben ustedes cuál es la montaña más grande del mundo, más alta
del mundo, que está cerca del mar? La Sierra Nevada de Santa Marta;
tiene más de 5700 metros de altura y está al lado del mar; ninguna
otra montaña del mundo es una montaña tan grande que esté al lado
del mar; yo ya lo he estudiado, lo he leído, y de eso se gloría Colombia,
de tener la montaña más alta al lado del mar; la única que es así tan
grande es la Sierra Nevada de Santa Marta; una montaña altísima al
lado del mar. ¿Qué pasaría si en estas convulsiones del planeta llega
eso a convertirse en realidad? Porque las montañas tienen por dentro
fuego; pueden ser volcanes, y aquí aparece una gran montaña ardiendo
en fuego precipitándose al mar; o sea, es una explosión de la
naturaleza fuera de lo común, es una trompeta de juicio, es una cosa
inmensa; de todas maneras Juan vio una montaña inmensa ardiendo
en fuego que fue echada al mar; podría ser también un volcán, una
explosión, no sabemos que pueda haber provocado esto; de todas
manera fue el toque de Dios; dio el permiso a que cualquier cosa
sucediera y algo pasara. Yo no estoy diciendo que es la Sierra Nevada
de Santa Marta, pero también les digo: ¿por qué no puede ser? No soy
dogmático, pero en toda la tierra no hay una cordillera tan alta al lado
del mar como la Sierra Nevada de Santa Marta. Ahora, la Biblia habla
de montañas siendo tocadas por el juicio de Dios y encendidas en
fuego. Vamos a ver varios de esos versos.

Vamos por ejemplo a Isaías 64, que es un pasaje sumamente


interesante; desde el verso 1 para apercibirnos de todo el contexto.
“1¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se
escurriesen los montes, 2como fuego abrazador de fundiciones, fuego
(fuego de los montes ardiendo) que hace hervir las aguas, para que
hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a
tu presencia! 3Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca
esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti. 4Ni nunca
oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que
hiciese por el que en él espera”. Ahora, ¿ustedes piensan, si esta
oración inspirada por el Espíritu Santo hecha por Isaías, tendría
respuesta? Claro, esta es una oración que es inspirada por el Espíritu
Santo, y esta oración es parte de la Biblia, esta es una oración que
tendrá respuesta; y aquí ¿qué es lo que está orando por el Espíritu?
¿qué clase de juicio está pidiendo Isaías acá? Él dice: “Si rompieses los
cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes,
como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las
aguas”; y dice cuál es la intención de esa oración de Isaías: “para que
hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a
tu presencia”. ¿No les parece que precisamente esta segunda trompeta
es la respuesta a esta oración de Isaías? Una montaña ardiendo en
fuego cayendo al mar, como dice acá: “fuego abrasador de fundiciones,
fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre”;
porque así se hizo notorio el nombre del Señor con Israel; con Faraón
de Egipto hizo notorio su nombre; y esa misma frase utiliza Isaías ya
para el futuro, haciendo notorio su nombre; ahora estamos en el
tiempo de juicio donde Dios hace notorio su nombre haciendo estas
maravillas que Él prometió que haría de nuevo al fin, como hizo con
Israel en el principio en una escala menor.
Vamos a otro pasaje muy interesante. Vamos a Isaías 54:10. Esta
profecía está en el contexto del consuelo del Señor a Israel. Se titula
“El amor eterno de Jehová hacia Israel”; ya ha sufrido mucho, entonces
el Señor lo consuela, y en medio del consuelo a Israel, dice Dios:
“Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se
apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará,
dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti”. Vemos que en medio de la
convulsión, en medio del desastre incluso de los montes, esta montaña
ardiendo en fuego cayendo al mar, Dios sigue manteniendo fidelidad a
su pueblo.

Dios, nuestro amparo y fortaleza


Esto aparece más claro allí en el Salmo 46, donde con toda claridad se
ve este aspecto. Voy a leerlo, ya que es corto, en un contexto más
amplio: “1Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en
las tribulaciones”. ¿Auxilio dónde? En las tribulaciones. “2Por tanto, no
temeremos, aunque la tierra sea removida, (entonces la tierra será
removida) y se traspasen los montes al corazón del mar”. Aquí el
espíritu de profecía en los hijos de Coré estaba ya adelantando el
cumplimiento de la segunda trompeta; montes siendo traspasados al
corazón del mar. “Y se traspasen los montes al corazón del mar;
3aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa
de su braveza”. Entonces después de mostrar esa situación caótica,
dice: “4Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, (como decía en
Isaías: en medio del juicio, Dios guarda a su pueblo, como dice: no
harás daño hasta sellar mis escogidos) el santuario de las moradas del
Altísimo. 5Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la
ayudará al clarear la mañana. 6Bramaron las naciones, titubearon los
reinos; dio él su voz, se derritió la tierra.

7Jehová de los ejércitos está con nosotros; (miren esas dos caras de la
moneda: lo terrible y a la vez la misericordia de Dios) nuestro refugio
es el Dios de Jacob. 8Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto
asolamientos en la tierra. 9Que hace cesar las guerras hasta los fines
de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en
el fuego. 10Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado
entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. 11Jehová de los
ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob”.

Este Salmo 46 habla de montes siendo echados en el mar, y sin


embargo el Señor guardando en ese mismo contexto a su pueblo. ¿No
les parece que ese Salmo 46 tiene relación clarísima con la segunda
trompeta? ¿En qué otra parte se habla de montes echados al mar, sino
precisamente en la segunda trompeta?
Ahora pasemos a la siguiente parte: Habacuc 3:10 habla en el contexto
de la venida del Señor. Él dice en el verso 4: “4Y el resplandor fue
como la luz; rayos brillantes salían de su mano, y allí estaba escondido
su poder. 5Delante de su rostro iba mortandad, y a sus pies salían
carbones encendidos”. Y luego desde el 8, para tener el contexto, dice:
“8¿Te airaste, oh Jehová, contra los ríos? (eso es en la tercera
trompeta) ¿Contra los ríos te airaste? ¿Fue tu ira contra el mar (esa es
la segunda trompeta) cuando montaste en tus caballos, y en tus carros
de victoria? 9Se descubrió enteramente tu arco; los juramentos a las
tribus (y acabamos de leer esos juramentos en Miqueas, en Éxodo y en
Isaías) fueron palabra segura. Hendiste la tierra con ríos. “10Te vieron
y tuvieron temor los montes; pasó la inundación de las aguas; el
abismo dio su voz, a lo alto alzó sus manos, (y ahí está el contexto)
11El sol y la luna se pararon en su lugar; a la luz de tus saetas
anduvieron, y al resplandor de tu fulgente lanza. 12Con ira hollaste la
tierra, con furor trillaste las naciones.

13Saliste para socorrer a tu pueblo, para socorrer a tu ungido.


Traspasaste la cabeza de la casa del impío, (este es el anticristo)
descubriendo el cimiento hasta la roca”. Entonces, hermanos, ahí nos
damos cuenta de que allí habla también de esos montes y de
inundación de aguas. Hasta aquí vemos el aspecto literal, y luego
vamos a mencionar porqué hay que tener en cuenta un aspecto
simbólico; no sólo simbólico, ni sólo literal; los dos; pero entonces
sigamos en la otra parte que dice allá en Apocalipsis: “y la tercera parte
del mar se convirtió en sangre. 9Y murió la tercera parte de los seres
vivientes que estaban en el mar”. Noten que Dios está juzgando
también a los seres del mar.

Será afectado el océano Atlántico


Vamos a ver eso en Sofonías 1:3; dice Dios así: “Destruiré los hombres
y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar”. Dios dijo
que destruiría los peces del mar. En la segunda copa todo ser vivo en el
mar perece, pero comienza con la segunda trompeta. Con la segunda
trompeta la tercera parte de los seres vivos que estaban en el mar, o
sea los que estaban en esa parte del mar, perecieron; y eso ya lo había
dicho Dios aquí por Sofonías: destruiré los peces del mar, y cortaré a
los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice
Jehová. Esto de Sofonías comienza a cumplirse con la segunda
trompeta, donde dice: y murió la tercera parte de los seres vivientes
que estaban en el mar; y ahora dice en Apocalipsis 8:9: “y la tercera
parte de las naves fue destruida”; claro, si hubo ese tremendo
cataclismo en el mar, imagínense las tremendas olas, ese terrible
maremoto que se forma de una situación así; esto produce unos
tremendos maremotos, que las naves ya sean submarinas o que estén
arriba, sean transatlánticos, buques de pescadores, buques de turismo,
la tercera parte de las naves será destruida. Uno se pregunta: Bueno,
aquí habla de la tercera parte del mar y la tercera parte de las naves;
claro, son las naves que están en esa tercera parte. ¿Cuál sería ese
mar? ¿Qué versículos hablan para dar una pista sobre qué parte del
mar probablemente caería? Aquella montaña ardiendo que provocaría
este desastre; porque la vez pasada miramos, y ¿el granizo dónde
caería? Y vimos que es en el Asia, ya sea en Asiria, ya sea en Gog y
Magog; o sea, allí está claramente dicho que caería granizo allá; bueno,
entonces esa es posiblemente la parte donde va a caer el granizo,
¿pero cuál será la parte de los mares; porque hay varios océanos; está
el Atlántico, está el Pacífico, está el Índico y están los mares del norte,
el de la Antártida? ¿En cuál de esos mares? Hermanos, por un versículo
que se los voy a leer, parece que se refiere al Atlántico, y les voy a
decir por qué.

Juicio contra las naves de Tarsis


Vamos a Isaías 2:11-17. En estas cosas no quiero ser dogmático, pero
sí ir a la Escritura y decir lo que ella dice. Isaías allí está hablando en el
contexto del fin; habla del reino universal de Jehová, y dice así: “11La
altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los
hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día.

12Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y


altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido; 13sobre todos los cedros
del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán;
14sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados;
15sobre toda torre alta, (claro, comenzó apenas por las de World Trade
Center, pero es sólo el comienzo) y sobre todo muro fuerte; 16sobre
todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas. 17La
altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será
humillada; y solo Jehová será exaltado en aquel día”.

Aquí Dios da una clave, habla de las naves de Tarsis; Tarsis era en el
lenguaje bíblico antiguo lo que corresponde al Occidente; estaban los
fenicios, que eran los principales navegantes de aquella época antigua;
ellos tenían una colonia en el extremo occidente que se llamaba
Tartesos; de ahí viene la palabra Tarsis; hoy día es lo que es España;
Tarsis abarca también Portugal e Inglaterra; ese es el Occidente.
Cuando Jonás huyó de Nínive, él fue a Tarsis; eso es al extremo
Occidente. Por eso es que las naciones de la órbita occidental capitalista
son llamadas los mercaderes de Tarsis o los príncipes de Tarsis. Fíjense
en que América ¿fue colonizado por quién? Por los españoles, por los
portugueses y por los ingleses; significa que Tarsis colonizó a América;
es decir, América son los príncipes de Tarsis, y la cabeza de Tarsis está
en Europa Occidental, en la península Ibérica; eso es lo que era Tarsis,
lo que hoy es España, lo que es Portugal, lo que es Inglaterra; es el
occidente del mundo conocido en aquella época; y Dios dice que Él
haría este juicio con las naves de Tarsis. Ahí está hablando que una
tercera parte de las naves sería destruida.

Bueno, ¿y cuáles naves? Las de Tarsis; aquí Dios revela que son las de
Tarsis; o sea, está incluida América; es decir, probablemente sea el
Océano Atlántico el que va a ser afectado por la segunda trompeta, y
ahí es donde más están los barcos del Caribe; los de Europa vienen a
las islas Azores, vienen a las Canarias, luego van entrando un poco más
a la Española, a las islas de Caribe, las Antillas mayores, las menores;
ahí es donde vienen a hacer su descanso, ¿verdad? Hay islas también
en el Pacífico Sur, pero allí no se mencionó el Pacífico Sur; puede ser,
pero no lo mencionó. En cambio, Tarsis fue mencionado
específicamente. Entonces si Dios dice que con la segunda trompeta la
tercera parte de las naves fue destruida, quiere decir que esa parte del
mar que fue afectada, es allí donde esas naves serán destruidas; pero
la otra profecía dice que Dios hará juicio con las naves de Tarsis, y las
naves de Tarsis, son precisamente las del Atlántico; entonces lo más
probable, sin ser dogmático, es que esa segunda trompeta va a sonar
por los lados del Atlántico; dice que es una tercera parte, o sea, tiene
que ser alguno de esos océanos; puede ser el Atlántico, puede ser el
Pacífico, puede ser el Índico, pero cuando habla de juicio sobre las
naves de Tarsis, y aquí habla sobre la tercera parte de las naves, esa
Tarsis es el Occidente, o sea el Océano Atlántico. También la Sierra
Nevada de Santa Marta está a la vera del Atlántico, en las latitudes
centrales como para afectarlo todo mediante las corrientes marítimas.
La sierra Nevada de Santa Marta ha sido el monte mágico de los
ocultistas gnósticos, y sede de terribles matanzas y narcotráfico
mundial.

El sentido simbólico y espiritual


Hermanos, vamos a ver un poquito más otra vez, y vemos el aspecto
simbólico. “8Y el segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran
montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte
del mar se convirtió en sangre. 9Y murió la tercera parte de los seres
vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue
destruida”. Eso en el sentido literal; pero como les dije, cuando dice
acá: “y como una gran montaña ardiendo...”, ese “como” es la palabra
de semejanza; es decir, hay una caída literal de una gran montaña al
mar, pero cuando dice: como una, ese “como” está dando el espacio
para una interpretación simbólica; es decir, que así como los montes
físicos son afectados por el juicio de Dios, en la Biblia también se le
llama montes a los reinos, entonces probablemente esto implique la
caída de un gran imperio; vamos a ver eso en algunos pasajes.

Vamos a Zacarías; allí ustedes van a ver cómo esa palabra “montes”,
no se refiere solamente a montes físicos, sino que los montes físicos
son figura de los reinos, principados que se expresan en civilizaciones,
en reinos naturales, reinos humanos. Entonces vamos a Zacarías 4:7:
“¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a
llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia
a ella”. Aquí Zorobabel figura como el reino. El sacerdote era Josué hijo
de Josadac y el reino estaba con Zorobabel edificando la casa de Dios;
pero para que la casa de Dios sea edificada, la oposición, el reino que
se opone, debe ser derruido. “¿Quién eres, tú, oh gran monte? Delante
de Zorobabel serás reducida a nada”.

Primeramente Babilonia es representada en la Biblia como un gran


monte destruidor; pero Dios destruyó a Babilonia y nombró a Ciro para
que Ciro viniera y barriera a Babilonia y le dejara a Israel edificar su
casa, la casa de Dios; entonces ese monte representa no solamente el
monte físico, sino un reino espiritual; o sea, un principado que expresa
su naturaleza en un reino, un tipo de civilización. Los montes
representan reinos.

Vamos a ver lo de Babilonia aquí en Jeremías 51:24-25: “24Y pagaré a


Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos
hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dice Jehová. 25He aquí yo
estoy contra ti, oh monte destruidor”; o sea, aquí Babilonia es
comparada con un monte que destruye; así como aquel monte físico
ardiendo en fuego destruye la vida en el mar, así este imperio destruye
las naciones que son representadas por el mar. Como dice Apocalipsis
17. “25He aquí yo estoy contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová,
que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te haré
rodar de las peñas, y te reduciré a monte quemado”. Vemos que este
es un monte ardiendo, quemado. ¿Quién era este monte? Babilonia.

En Apocalipsis 17 también vemos los montes representando reinos.


Está hablando en el contexto de la Babilonia espiritual, que es Roma;
después estudiaremos eso con más detalle. Apocalipsis 17:9: “9Esto,
para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes,
sobre los cuales se sienta la mujer, 10y son siete reyes.”

Fíjense que aparecen siete cabezas, o sea, siete príncipes naturales,


siete reyes.

La manifestación del mundo espiritual en el material


Acuérdense de que el dragón tenía siete cabezas y que la bestia
también tenía siete cabezas; o sea, las cabezas del dragón son los
principados demoníacos que se expresan en las civilizaciones. Por
ejemplo, en Daniel 10 apareció el imperio Persa, y hay un príncipe
demoníaco llamado el príncipe de Persia que se expresaba en la
civilización Persa. Revela que cuando fue quitado el Imperio Persa,
vino el príncipe de Grecia, un príncipe demoníaco que se llamaba el
príncipe de Grecia, y por eso surgió la civilización griega; o sea que hay
principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo; los
gobernadores de las tinieblas son esas cabezas que se expresan en los
reinos de la tierra. Entonces el príncipe de Persia se expresa en el
imperio Persa, el príncipe demoníaco de Grecia se expresa en el imperio
Griego; y ahora dice acá que la mujer, esta gran ramera que es
Babilonia la misteriosa, o sea la actual Babilonia que es Roma, se sienta
sobre una bestia de siete cabezas. Les recomiendo leer el libro “Las Dos
Babilonias” de Alexander Hislop, donde muestra todo lo de la Babilonia
antigua, y cómo pasó al romanismo; el paganismo de la Babilonia
antigua cómo se mezcló con el cristianismo, lo tergiversó y llegó a ser
el catolicismo. Hoy en día aparece la Babilonia misteriosa del Nuevo
Testamento, que dice San Juan que es la ciudad que reina sobre los
reinos de la tierra, ¿y quién reinaba en los tiempos de Juan? Roma; o
sea que Juan le llama a Roma, Babilonia, vestida de púrpura, de
escarlata, con un cáliz de oro. Después lo estudiaremos con más
detalle; pero ¿qué dice acá en Apocalipsis 17:9? “Esto, para la mente
que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes”.

La caída del príncipe de Roma


Fíjense en que los montes son cabezas de la bestia y del dragón; ¿se
dan cuenta? En el libro de Enoc, libro I, capítulo 18, habla de la gran
montaña en fuego cayendo al mar; allí lo habla también, y dice que es
un ángel caído, que es uno de los ángeles; no es todavía Satanás, que
eso es en la quinta trompeta, pero antes aparece un ángel caído;
porque antes de que suba el anticristo tiene que caer Roma. Aquí
vemos que Babilonia es llamada monte, y también esa mujer en el
Nuevo Testamento, Babilonia, es Roma. Dice allí: “Son siete montes,
sobre los cuales se sienta la mujer y son siete reyes”; o sea que esos
montes representan también reinos. Así como un monte físico, una
explosión volcánica, terrible, como nunca la había habido, cayendo
hacia el mar, destruyendo la tercera parte del mar, convirtiendo las
aguas en sangre como en la primera plaga de Egipto, es como una
señal física de una caída de un imperio; así también, antes de que
venga el anticristo tiene que caer Roma, porque Roma es la que impide
que venga el anticristo. Eso lo dice 2ª a los Tesalonicenses, y vamos a
leerlo para que lo puedan comprender allí.

En 2 Tesalonicenses 2, lo dice el apóstol Pablo hablando prácticamente


de manera críptica, porque esta carta circulaba por el imperio romano;
porque si lo decía claramente le cortaban la cabeza; aunque después se
la cortaron de todas maneras. Leemos desde el verso 1 para tener el
contexto general: “1Pero con respecto a la venida de nuestro Señor
Jesucristo, y nuestra reunión con él, (es cuando la iglesia se va a reunir
con el Señor en lo alto, esta palabra reunión es: episinagogia, significa,
reunión en lo alto) os rogamos, hermanos, 2que no os dejéis mover
fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu,
ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que
el día del Señor está cerca. 3Nadie os engañe en ninguna manera;
porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición, 4el cual se opone y se levanta
contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se
sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”.
Este es el anticristo.

El orden de caída de los imperios mundiales


De esto hablaba Daniel capítulo 11; y Pablo, de manera oral le
enseñaba a la iglesia en Tesalónica que habría de venir el anticristo, y
les mostraba las profecías de Daniel 11 y las de Daniel 7. ¿Qué hay en
Daniel 7? Los imperios mundiales. Aparece primero Babilonia, luego
aparece Media y Persia, luego aparece Grecia, luego aparece Roma, y a
Roma le salen diez cuernos, y entre esos diez cuernos sale el cuerno
blasfemo que es el anticristo; pero mientras está Babilonia no puede
llegar Persia. Cuando sea quitada Babilonia llega Persia, cuando sea
quitada Persia viene Grecia, cuando sea quitada Grecia viene Roma; y
Pablo está en Roma, pero Pablo sabía lo que decía Daniel, y él se lo
enseñaba a la iglesia: Este no es el fin; de Roma tienen que salir diez
cuernos que le van a dar autoridad a la bestia, que es el anticristo; sólo
que estamos en el tiempo de Roma, pero después de Roma viene el
anticristo. Retomamos, pues 2 Tesalonicenses 2:5: “5¿No os acordáis
que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? (lo que
enseñaba Daniel) 6Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, (aquí
Pablo habla en forma críptica; él está hablando en Roma, pero lo da a
entender) a fin de que a su debido tiempo se manifieste”. El anticristo
se va a manifestar después, pero ahora está Roma, ahora es el tiempo
de Roma, todavía no es el tiempo del anticristo; pero a esta cuarta
bestia le salen diez cuernos que le dan su poder a ese otro cuerno
blasfemo que es el anticristo. Entonces, a su debido tiempo, pero
todavía no puede venir el anticristo porque ahora está Roma, ¿se dan
cuenta? “7Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que
hay quien al presente lo detiene, (mientras está Roma, no está el
anticristo) hasta que él a su vez sea quitado de en medio”. Cómo va a
decir Pablo: Roma va a caer? Pero la iglesia sabía; ¿se acuerdan lo que
yo les decía? Cuando éste sea quitado de en medio. “8Y entonces se
manifestará aquel inicuo”; o sea, para que el anticristo se manifieste,
tiene que caer Roma.

Ahora, fíjense en que esa mujer está sentada sobre siete montes; esos
son siete reyes, o sea, siete imperios; cinco han caído, dice Juan en
Apocalipsis 17, o sea, los imperios que fueron antes de Juan, es decir:
Egipto, Asiria, Babilonia, Persia y Grecia; esos son los cinco que habían
sido antes; uno es, dice Juan, ese es Roma; y el otro aún no ha venido;
el otro es el reino dividido donde tiene que salir el octavo que es de
entre los siete, que es el anticristo, o sea que Pablo sabía que antes de
venir el anticristo, y Juan también lo dice, tiene que caer Roma. Por eso
en Apocalipsis 17:15 dice: “15Me dijo también: Las aguas que has visto
donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y
lenguas”. Aquí el mar, que es físico, representa las multitudes. “16Y los
diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, (que
es la ciudad que reina sobre los reinos de la tierra; era Roma en tiempo
de Juan; o sea, Roma es esta gran ramera, vestida de púrpura, el
colegio episcopal, y de escarlata, el colegio cardenalicio; eso está bien
descrito allí que es Roma) y la dejarán desolada y desnuda; y
devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; 17porque Dios ha
puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de
acuerdo, (los diez cuernos) y dar su reino a la bestia, (este es el
anticristo) hasta que se cumplan las palabras de Dios. 18Y la mujer que
has visto es la gran ciudad que reina (en tiempos de Juan, Roma) sobre
los reyes de la tierra”. La gran ramera es Roma; y aquí vemos que
antes de que estos diez cuernos le den su poder a la bestia tiene que
ser destruida Roma con fuego. Aquí dice que será quemada con fuego y
también caerá en el mar. Vemos que Babilonia cae como una gran
piedra de molino al fondo del mar. ¿No dice eso Apocalipsis 18? O sea
que lo más probable es que ese espectáculo, digamos, terrible que
acontece literalmente en el mar con esos maremotos, con esas
destrucciones, representa también a lo espiritual, que es la caída de
uno de esos montes, y el monte que tiene que caer antes de que el
anticristo reine, es Roma. Entonces este monte puede tener ese
significado espiritual también, porque dice aquí: “como una gran
montaña”, o sea, que la gran montaña física, la caída del hecho físico
es una figura, una semejanza de algo espiritual, porque dice: “como”,
“hös”, esa palabra aquí en Apocalipsis 8:8: “Y como una gran montaña
ardiendo en fuego fue precipitada en el mar”; o sea que lo físico es la
montaña ardiendo, pero el “como la montaña”, es la analogía, es la
semejanza; por eso hay hermanos que interpretan esto en sentido
totalmente literal; otros que lo interpreten sólo en sentido espiritual. Yo
creo que sí hay razones para interpretación simbólica espiritual, puesto
que las montañas representan reinos; pero también hay que
interpretarlo literalmente, porque las plagas se cumplieron literalmente
allá en Egipto; por lo tanto, Dios dijo que haría nuevamente eso como
lo leímos en Miqueas, en Isaías, en Éxodo 34; por lo tanto,
posiblemente sucederá de nuevo.
Terminemos, hermanos, esta consideración de la segunda trompeta,
leyendo de nuevo los dos versos de Apocalipsis 8: “8Y el segundo ángel
tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue
precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.
9Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar,
y la tercera parte de las naves fue destruida”. Esto es para que lo
tengamos presente y estemos muy alertas a todo lo que está pasando.
Vamos a orar. ☐

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