La filtración es la técnica de separar los sólidos en suspensión de los líquidos, ya sean líquidos o gases,

utilizando un filtro poroso como mallas, tamices o mallas. Este medio retiene sólidos más grandes al
tiempo que permite el paso de líquidos y partículas más pequeñas.

Es un método común para separar mezclas en la vida cotidiana y en diversas industrias.

En el proceso de filtración, lo que queda en el filtro se llama “residuo” y lo que pasa por el filtro se
llama “filtrado”. El material filtrante que compone el filtro es fundamental para garantizar que la
filtración logre adecuadamente los objetivos previstos.

Tipo de filtro:

Filtración convencional: Utilice una membrana o malla con un tamaño de poro de 1 mm o más.

Microfiltración: Utilice un tamiz con un tamaño de poro de 0,1 a 10 micras.

Ultrafiltración: Retiene moléculas pesadas como proteínas con un tamaño de poro de 0,01 micras.

Nanofiltración: Retiene moléculas descargadas que pesan más de 200 daltons por gramo mol.

Ejemplos de filtración diaria incluyen la preparación de café, donde se usa un filtro para atrapar los
granos de café y permitir que el líquido pase, las fugas a través de tuberías rotas que fluyen a través
del concreto y los purificadores de agua que usan una variedad de materiales filtrantes para
eliminar las impurezas.

La filtración es un proceso importante que separa los componentes de una mezcla utilizando un medio
poroso que permite el paso de los líquidos reteniendo sólidos.