Durante mi trayectoria escolar a pesar de muchas circunstancias, no afronté ninguna
situación bastante pesada como la de los niños marginales. Jardín de 4 y 5 las curse en una escuela de campo, a la que íbamos en un transporte que pasaba por nosotros. Es una etapa que no recuerdo mucho, pero no son malos sino buenos y divertidos los pequeños momentos, así que creería que las maestras tampoco eran desagradables. Al terminar el jardín nos mudamos a una ciudad, donde comencé la primaria. La primaria al principio fue interesante aunque al mismo tiempo súper desconocido porque venía de otro lugar. A pesar de eso conocí personas lindas, tuve buenos maestros(algunos un poco más exigentes que otros o con carácter más fuerte) de igual forma no recuerdo haber tenido un trato horrible de su parte, solo algunas anécdotas en general, como por ejemplo; en 5to grado una maestra hizo que casi llorara porque una de mis debilidades era la desprolijidad y mi letra, entonces no tenía muy bien presentada mi carpeta, hizo que cambiara y acomodara todo pero no lo dijo de buena manera. Me gustaba aprender por lo tanto en la mayoría de los cursos me fue bien, solo que en los últimos grados como 5to y 6to fue donde baje bastante mis notas por situaciones en mi casa. En el secundario todo cambió, estaba llena de muchos miedos, no entendía casi nada, al comenzar primer año me frustraba mucho. Hago memoria y al principio de primer año había una profe que no parecía nefasta pero si estricta con la que casi lloré cuando nos dio una actividad que no entendía y parecía mucho para mi, pero me daba un poco de pena preguntar, eso provocó que mis miedos crecieran más. Aunque mediante pasaba fui aprendiendo y poniéndole ganas. Durante todos estos años fui mejorando, sacaba buenas notas, con la mayoría de profes el cariño era mutuo. Cada año era comenzar con temor porque me exigía demasiado a mi misma, pero también por lo que los estudiantes anteriores exponían de esos años, aunque no terminaba siendo tan mal como lo remarcaban (capaz solo costaba más cuando demandaban mucho algunos profes, como en pandemia). No obstante a los distintos y pequeños obstáculos, con exigencias propias, terminé ocupando el puesto de abanderada de la Bandera de la Nación. En conclusión los primeros años fueron complicados luego al avanzar todo se volvió más llevadero, en cuanto a la escuela no era demasiado demandante y la mayoría de los profes tampoco, solo algunos. Al comenzar el cursillo del terciario si me costó más de lo común, ya que como siempre pensaré: el secundario no nos prepara totalmente para lo que es un nivel superior pero hasta lo que va, me está encantando la carrera.