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Alberto Núñez Feijóo y Alejandro Fernández sellaron la paz el

miércoles durante una comida con otros dirigentes del PP de


Cataluña en la que dejaron atrás las tensiones internas. Al menos,
de momento. El líder nacional del PP viajó hasta Barcelona en
plena Semana Santa para bendecir en público, como candidato a
las elecciones del 12 de mayo, al presidente del partido en
Cataluña. Un bautizo que llegó después de un “parto un pelín
delicado”, como lo calificó Fernández en un acto previo junto a la
directiva autonómica: un intento de escenificar la unidad tras dos
semanas de máxima tensión.
La vicesecretaria de Organización de los populares, Carmen
Fúnez, conversó durante más de una hora con el cabeza de lista
antes de que ambas partes pusieran fin al pulso. Pero con la
configuración de las listas, y una vez cosidas las heridas, Feijóo se
ha asegurado de que Fernández estará bajo supervisión, colocando
en la candidatura a personas afines a la cúpula nacional de la calle
Génova, según confirman fuentes de la formación. “Alejandro es
buen candidato, pero no es un hombre de partido”, señalan desde
el PP catalán.
Cuando Feijóo y Miguel Tellado aterrizaron de la mano en la sede
de Génova en la primavera de 2022, impusieron su ley. El líder del
PP y su entonces vicesecretario de Organización fueron
resolviendo uno a uno los congresos autonómicos pendientes, que
dieron lugar a baronías de su agrado. Todos menos el de Cataluña,
donde Alejandro Fernández —líder del partido en la comunidad y
portavoz en el Parlament en los momentos más duros
del procés independentista— se negaba a abdicar. Y la tensión fue
creciendo: el presidente de los populares catalanes se manifestaba
abiertamente en contra de los contactos que la dirección
nacional mantuvo con Junts tras las elecciones del 23 de julio para
sondear su apoyo a una investidura. Y Feijóo es un jefe que valora
extremadamente la lealtad.
Con el calendario electoral en la mano, el relevo de Fernández
quedó postergado para más adelante, con la idea de llevarlo a cabo
en la antesala de los comicios catalanes, que se preveían para
finales de 2024 o principios de 2025.

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