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Jonás, un largo camino a casa

LECCIÓN SOBRE LA OBEDIENCIA

AQUÍ ESTÁ EL PUNTO

Algunas veces simplemente le decimos que no a Dios.

Algunas veces, aun cuando sabemos lo que Dios quiere que hagamos, por alguna razón–presión de los pares,
temor, falta de incentivo –nos vamos para otro lado. Pero cuando simplemente le decimos que no a Dios,
somos nosotros los perdedores. Jonás aprendió bien esta lección.
A través de la historia de Jonás vemos qué tan lejos podemos ir para tratar de alejarnos de Dios. Y más
sorprendentemente, vemos qué tan lejos va Dios para traernos de vuelta.

INTRO
Simón dice

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* ningún material

Este juego viejito pero bueno es una lección instantánea sobre la obediencia.
Haz que tus alumnos se pongan de pie y diles que hagan todo lo que tú dices siempre que tus instrucciones
comiencen con la frase “Simón dice.” (Por ejemplo: “Simón dice: párense sobre el pie derecho.”) Si tú no dices
“Simón dice,” nadie debiera hacer lo que tú indicas. Los que en este último caso obedecen las instrucciones,
quedan fuera del juego y deben sentarse. Pasar de una orden a otra con rapidez, tratando de hacer que los
alumnos caigan en la trampa. (Si no eres bueno para pensar en el momento, escribe algunas órdenes.)
Jueguen tantas ruedas como sean necesarias para hacer que salga la mayoría de tus alumnos.

Haz una transición suave hacia la lección bíblica diciendo:

La manera de ganar este juego era hacer lo que Simón dice. La manera de ganar en la vida es hacer lo que Dios
dice. Aun así, algunas veces (por la razón que fuere), no hacemos lo que Dios dice –y generalmente, pagamos el
precio.
La historia de Jonás nos muestra qué puede pasar cuando no seguimos las direcciones de Dios. Mientras
hablamos de la experiencia de Jonás, piensen en aquellas veces en la vida, cuando eligieron no seguir a Dios. A
partir de la vida de Jonás, aprendan que no están automáticamente fuera del juego si desobedecen;
simplemente necesitan saber volver a Dios.

LECCIÓN BÍBLICA
Corrió, pero no se pudo esconder
Tu charla cubre los pasajes en Jonás que expresan su lección de obediencia. Aquí hay un bosquejo sugerido:
EL LLAMADO DE JONÁS

Jonás 1:1-3
Repasa las instrucciones que Dios le dio a Jonás y diles cómo respondió él.
Habla acerca de algunas de las razones por las que no hacemos lo que Dios nos pide que hagamos.
Da una ilustración acerca de una ocasión en la que no hiciste algo que sentías que Dios te estaba pidiendo que
hicieras – y cuenta qué ocurrió.

LA PRIMERA RESPUESTA DE JONÁS

Jonás 1:4-15
Explica qué le pasó a Jonás (y a la gente a su alrededor) cuando no obedeció.
Señala que las cosas que le ocurrieron a Jonás fueron parte de la manera en que Dios lo disciplinó por no
obedecerlo a Él.
Algunas veces las cosas malas que pasan en nuestras vidas son por nuestra propia culpa (si bien no siempre,
como en el caso de Job).
Dios creó la tormenta para guiar a Jonás de regreso al camino. Ésta es una demostración que la disciplina por
parte de Dios está motivada por amor y por gracia y no por una venganza mezquina o por mera maldad.
Como un regalo de gracia adicional, los marineros llegaron a reconocer a Dios como más poderoso que sus
propios dioses.
Algunas veces Dios actúa a pesar de nuestra desobediencia.

LA RESPUESTA FINAL DE JONÁS

Jonás 1:17
Dios proveyó que un gran pez tragara a Jonás para darle a él algún tiempo para pensar y orar acerca de su
situación.
Contrasta esta respuesta de Jonás con su respuesta al principio (1:3).

Jonás capítulo 2
La oración es nuestra mejor respuesta cuando Dios nos pide que hagamos algo que no queremos hacer.

Jonás capítulo 3
En última instancia, Jonás obedeció a Dios. Como resultado de escuchar la proclama de Jonás, los ninivitas se
arrepintieron.

Jonás capítulo 4
También el propio corazón de Jonás debía ser cambiado. Él no pensaba que los ninivitas debían recibir la
gracia de Dios.

A través de Jonás, Dios nos recuerda que Él ama a todas las personas y desea que todos vengan a Él.

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