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ISAIAH BERLIN ‘Traduccién de Francisco GonzALEZ ARAMBURO CONCEPTOS y CATEGORIAS Ensayos filoséficos FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICO 6 INTRODUCCION presa mejor, no tanto en términos de la verdad fe sea, que reconoce la existencia de los valores que de verdad existen- como en términos de la veracidad. Se halla dispuesta esta conciencia a construir una vida en torno al reconocimiento de que estos distintos valores poseen cada uno una significacién humana real ¢ inte- ligible, y no son simplemente errores, desorientacio- nes, 0 tristes expresiones de la naturaleza humana. ‘Tratar de construir una vida de cualquier otra manera, ahora, seria una evasidn respecto de algo que sabe- mos ahora que es verdad. Lo que entendemos es una verdad acerca de la naturaleza humana segin ha sido revelada; revelada de la anica mancra como podia re- velarse; 0 sea, histéricamente. La veracidad que se ne- cesita es una veracidad relativa a esa experiencia his- 6 raleza humana ‘org pues, podemos ver que, en La concepeién fun- damental que se ha trazado Berlin de los valores, y en relacién con ellos, de la humanidad, eneontramos el recurso implicito, una vez mas, a la comprension his- torica. Quiza logremos ver también como cl desarrollo de su pensamiento, desde la teoria general del conoci- miento, hasta la historia de las ideas y la filosofia de la historia, no fue meramente consecuencia de un cam- bio de interés; y que su complejo sentido de la historia se halla tan profundamente comprometido con su filo- sofia, aun en sus aplicaciones mas abstractas, como se halla, muy obviamente, en sus otros escritos y en su vida misma. 1. EL OBJETO DE LA FILOSOFIA rir confiad; sina fPoseedores de autoridad o conocimi entos ine les en cstas cuestiones aE en tanto que otras, a m no s we otras, aun cuando e1 ismas no s sean en y fa enerales, muy facilmente plantean cues eiplo 0 conducen a las mismas, nn “° al tach les Beaumtas se Tes stele tama Eas Petsonas comunes las miran con desprecio, asom ianza, seguin sus t or esta bro 0 des s temperamentos. 2 razon, ya que no por otra, existe la tender naturel Vater de reformular estas preguntas de manera tal © al menos parte Puedan c! craciones 428 Puedan contestarse mediante aseveraciones. ya sea 30 2 yets.0 Dien formales: es decir: se hacen est ie Te teces Por dems desesperados, para meterias en Rcanasta empiica o en la formal, en las que meto dos SeyPlades, desarroliados a to Tanwo de. siglos dan te: es, cuya verd a Prueba por medios aceptados ieee La hist toria del conocimiento humano es, en gran 32 SL OBJETO DE LA FILOSOFIA medida, un continuado esfuerzo por encasillar a eae las preguntas en alguna de las dos eategorias “vi bles”, pues {tansprontercomovunarpreguntaidesconset tante, pueda tratar una diseiplina empirica o formal, deia de ‘Asi pues, no fue erroneo: considerar a la astronomia, en la Alta Edad Media, pongamos i caso, como disciplina “filosdfica”: en tanto cue ia respuestas a preguntas acerca de las. estrellas a a planetas no estuviesen determinadas por la oie a cidn o el experimento y el caleulo, sino dominat eee nociones no-empirices, como las de que los cue! Line perfectos estaban obligados a recorrer orbitas coe res en virtud de sus fines o esencias interiores, q fa Dios o la Naturaleza les habian asignado; aun si est ° fuese desmentido por la observacion empirica, no ee yeia claramente cual podria ser la forma de es problemas astronémicos: es decir, cual habria de ser el papel desempefado por la observacion de ates celestes reales, y cual el papel que correspondia by y afirmaciones teolégicas 0 metafisicas que no se pu a yan comprobar, ni por medios empiricos, ni por me- Soto endo las preguntas astonomicas se forme laron de modo que pudiesen descubrirse sus rebeuers tas claras, utilizando los métodos de la eed ‘on a el experimento, y confiando en cellos; respuestas ae tica euya coherencia se comprobara con a eed mente légicos 0 Tae cetae Sreuatuayeiianel a ci émica, con lo cual dejé tra : Gis inas nociones metafisieas, desvinculadas de Tas pruebas empiricas y, por consiguiente, superfluas para tas anise a et en ata ieee it cbr dtr preern cab | EL OBJETO DE LA FILOSOFIA 33 Ja nueva ciencia, y por ello se les fue relegando y olvi dando gradualmente. Asi también, en nuestro tiempo, disciplinas tales como la economia, la psicologia, la semantica y la pro- pia logica se estan liberando gradualmente de todo lo que no depende de la observacién, o de lo que no es formal; si completan con éxito este proceso. y cuando Jo completen, se lanzaran a la realizacion de carreras independientes propias, como ciencias naturales 0 formales, con un rico pasado filos6fico, pero con un presente y un futuro empirico y (0) formal. La historia x del pensamiento, de tal modo, es una larga serie de parricidios, en la cual nuevas disciplinas tratan de lo- grar su libertad dando muerte a las materias de estt- dio progenitoras, y borrando totalmente, dentro de si mismas, hasta las menores huellas que puedan subsis: tir en su interior de problemas “filosoficos”; es deci de la clase de preguntas que no levan dentro de su propia estructura indieaciones claras de las técnicas para su propia solucién, Tal es, por lo menos, el ideal de dichas ciencias; en Ja medida en que algunos de sus problemas (por ejem- plo, en la cosmologia moderna) no se formulan en tér- minos puramente empiricos 0 matematicos, su campo se traslapa necesariamente con el de Ia filosofia’ En efecto, seria temerario afirmar que cualquier ciencia desarrollada de alto nivel ha erradicado finalmente sus problemas filoséficos. En fisiea, por ejemplo, exis: ten en el momento actual preguntas fundamentales que parecen ser, de muy diversas maneras, filoséficas; 7 preguntas que tienen que ver con cl entramado mismo de conceptos, en términos del cual se han de forjar las hipotesis ¢ interpretar las observaciones. De qué ma- nera se relacionan entre si los modelos ondulatorios y los modelos de particulas? ¢Es la indeterminacién un rasgo final de la tcoria subatémica? Tales preguntas son de especie filoséfica; en particular, no hay ningan programa deduetivo ni de observaciones que conduzca direetamente a st solucién. Por otra parte, es cierto, por supuesto, que quienes tratan de dar respuesta a 34 EL OBJETO DE LA FILOSOFIA tales preguntas tienen que estar versados en fisica y bien dotados para la misma, y que cualesquier res- puestas a dichas preguntas constituirian adelantos cn la propia ciencia de la fisica.“Aun cuando, gracias a la progresiva separacién de las ciencias positivas, nin- guna de las preguntas de los fildsofos es fisica, algunas preguntas de los fisicos son todavia filoséficas, 7 “Hay una razon, y s6lo una, por la cual los aleances y el contenido de 1a filosofia no parecen reducirse mu- cho por este proceso de encogimiento. Pues, por mu chas que sean las preguntas que puedan transfor- marse, de modo tal que eaigan dentro del tratamiento empirico o formal, el ntimero de preguntas que pare- cen ser incapaces de tal tratamiento no parece redu- cirse“Este_hecho. habria desconsolado a los filésofos de la Ifustracién, convencidos como estaban de que todas las preguntas legitimas podrian obtener res- puesta a través de los métodos que tan magnificos triunfos habian aleanzado en manos de los cientificos de la naturaleza, en el siglo xvn y a comienzos del xvi Es verdad que aun en aquellos dias luminosos los hombres no parecian estar mas cerea de alcanzar la solucién a los interrogantes fundamentales, indiscuti blemente filoséficos, porque, probablemente, no te- nian respuesta acerca de si los hombres y las cosas habian sido creados para el cumplimiento de una fina lidad, por Dios 0 por la Naturaleza, y en caso de que lo hubiesen sido, con qué fin; 0 acerca de si los hombres gozaban de libertad para clegir entre posibilidades opuestas, o, por lo contrario, estaban rigurosamente de- terminados por las leyes causales que gobernaban a la naturaleza inanimada; o de si las verdades éticas y es- téticas eran universales y objetivas, o relativas y sub- jetivas; respecto de si los hombres no eran mas que amasijos de sangre y miisculos, huesos y tejido ner- vioso, en vez de ser las moradas terrenales de almas inmortales; a si la historia humana tenia una estruc tura discernible, era una secuencia causal repetitiva 0 Ia sucesién de accidentes causales ¢ ininteligibles Estas afiejas preguntas los atormentaban como habian EL OBJETO DE LA FILOSOFiA 38 atormentado a sus antepasados de Grecia, de Roma, de Palestina y del Occidente medieval. ; La fisica y la quimica no le decian a uno por qué unos hombres tenian que obedecer a otros hombres, ni en cuales circunstancias, ni cual era la naturaleza de tales obligaciones, ni qué era el bien y qué era el mal: ho dejan si la felicidad y el conocimiento, la justicia y la misericordia, la libertad y la igualdad, la eficiencia yla independencia individual, eran metas igualmente validas de la accién humana; y, para el caso, si eran compatibles entre si 0, por lo contrario, cuales habrian de clegirse y cuales eran criterios validos para tales cleeciones, y emo podriamos estar seguros de su vali- dez, y qué era lo que se podia entender por la nocién misma de validez, y otras muchas preguntas de esta indole. Sin embargo -asi decian muchos de los filésofos del siglo xvi-, hubo un tiempo en que semejante situacién de caos y duda habia prevalecido también en el campo de las ciencias naturales; empero, el genio humano habia prevalecido finalmente alli, y habia creado e! ta Naturaleza y las leyes de la Naturateza se ocultaban en la noche: Dijo Dios: “Sea Newton!” y todo fue luz, Si Newton, con un pequeio nimero de leyes fun- damentales, podia, al menos en teoria, permitirnos de- terminar la posicién y el movimiento de todos los en- tes fisicos del universo, y de tal modo abolir de un solo golpe una vasta e informe masa de reglas conflietivas, oscuras y solo intcligibles a medias, que hasta enton. ces habian pasado por ser conocimiento de la Natura- leza, {no era razonable esperar que, mediante 1a apli cacion de principios setticjantes a la conducta humana yal analisis de la naturaleza del hombre, pudiésemos obtener luces semejantes y. colocar a las ciencias hu- manas sobre fundamentos no menos firmes? La filosofia se alimentaba de los enredos y oscuri- dades del lenguaje; si se esclarecian éstos, sin duda 36 EL OBJETO DE LA FILOSOFIA habria de descubrirse que las unicas preguntas subsis- tentes tendrian que ver con ereencias humanas suje- tables a prueba, o con expresiones de necesidades, esperanzas, miedos o intereses humanos faciles de se- falar, y correspondientes a su existencia cotidiana. Constituian éstas la materia legitima de estudio de psicélogos, antropologos, socidlogos y economistas; lo ‘inico que se necesitaba era un Newton, 0 una serie de Newtons, para las ciencias del hombre; de esta ma- nera, se suprimirian de una vez por todas las perpleji- dades de la metafisica, se desterraria a la ociosa tribu de los especuladores filosdficos y, sobre el terreno de tal modo desmontado, se levantaria el edificio claro y firme de las ciencias naturales. -4> Tal fue la esperanza de los mas famosos filosofos de Ja Ilustracién; desde Hobbes hasta Hume y Helvecio, Holbach, Condorcet, Bentham, Saint-Simon, Comte y sus sucesores. Sin embargo, era un programa cond nado al fracaso. El reino de la filosofia no se dividio en una serie de estados cientificos sucesores. Las pre- guntas filosdficas siguieron (y siguen) fascinando y atormentando a las mentes curiosas, ZA qué se debe esto? Respuesta esclarecedora al * respecto es la que proporcioné Kant, el primer pensa- dor que trazé una clara distincién entre las pregun- tas sobre hechos, por una parte, y, por otra, las pre- guntas acerca de las estructuras en que estos hechos se nos presentaban; estructuras que no se modifica- an, por mucho que los hechos mismos, 0 nuestro co- nocimiento de ellos, pudiesen cambiar. Estas estructu- ras, 0 categorias, o formas de la experiencia, no eran ya la materia de estudio de ninguna ciencia natural posible. Kant fue el primero en trazar la distincién funda- + mental entre los hechos -los datos de la experiencia, por asi decirlo; las cosas, personas, los aconteeimien- tos, las cualidades, las relaciones, que observamos, in- ferimos 0 que son objeto de nuestras reflexiones- y_ las categorias en términos de las cuales teniamos expe: riencia sensible de los mismos, nos los imaginabamos, EL OBJETO DE LA FILOSOFIA aT y reflexiondbamos sobre ellos. Segan él, eran éstas ifdependiciites de las diferentes actitudes césmicas; de los entramados religiosos 0 metafisicos que pertenecian a diversas épocas y civilizaciones. Asi, por ejemplo, la mayoria de los fildsofos griegos, y sobre todo Aristételes, pensaban que todas las cosas ence- rraban en su seno finalidades asignadas por la Natura- leza, fines 0 metas que no podian menos de cumplir. Los cristianos medievales veian el mundo como una jerarquia en la que cada objeto y cada persona tenia que cumplir una funcién especifica establecida por el Creador divino; s6lo El comprendia el objeto de toda la estructura, y hacia que la dicha 0 la desdicha de sus criaturas dependiesen del grado en que cumplic- sen los mandamientos que Hevaban consigo los diferen- tes propésitos para los que habian sido creadas; las fi nalidades que, al cumplirse, realizaban la armonia universal, la suprema estructura, cuya totalidad que- daba fuera del aleance de la mente de las criaturas y era comprendida tnicamente por el Creador. Para los racionalistas de los siglos xvut y xix no ha- bia finalidad en nada, salvo la que el hombre mismo habia creado para servir a sus propias necesidades, y consideraban que todo lo demas estaba determinado por loyes de causa y efecto, de modo que la mayoria de las cosas carecian de finalidad, y cran lo que eran, y se movian y cambiaban, como lo hacian, como entes de hecho “crudo”. Estos ya eran puntos de vista profundamente di- ferentes. Sin embargo, quienes los sostenian veian entidades muy semejantes en el universo: colores, sa- bores, formas, clases de movimiento y de reposo muy semejantes, ademas de experimentar sentimientos Parecidos, perseguir fines semejantes, y actuar de ma- nera también semejante. En su doctrina de nuestro conocimiento del mundo exterior, Kant enscié que las categorias a través de las cuales lo veiamos eran idénticas en todos los hom- bres conscientes; permanentes e inalterables; en ver- dad. era esto lo que daba unidad a nuestro mundo y 38 EL OBJETO DE LA FILOSOFIA posibilitaba la comunicacién. Pero algunos de los que %* pensaban acerca de la historia, la moral y la estética se percataban del cambio y de la diferencia; lo que diferia no era tanto el contenido empirico de lo que las sucesivas civilizaciones habian visto, u oido, © pensado, como las estructuras basicas dentro de las cuales los habian percibido; los modelos en términos de los cuales los concebian; los lentes-categorias a través de los cuales los veian El mundo de un hombre que cree que Dios lo ha * creado con una determinada finalidad, que posee un alma inmortal, que existe otra vida en la que le haran expiar sus pecados, es radicalmente diferente del mundo de un hombre que no cree en ninguna de es- tas cosas; y las razones para la accion, los codigos morales, las ereencias politicas, los gustos, las rela- ciones personales del primero de los mencionados, se distinguiran profunda y sistematicamente de los del otro. Las opiniones que los hombres tengan unos de otros diferirin muchisimo entre si, precisamente a consecuencia de sus concepciones generales del mundo: las nociones de causa y propésito, de bien y de mal, libertad y esclavitud, cosas y personas, derechos, deberes, leyes, justicia, verdad, falsedad (para men- cionar algunas ideas capitales escogidas al azar), de- penden directamente del entramado gencral dentro del cual forman, valga la expresion, puntos nodales. Aun cuando les hechos que se clasifican y ordenan bajo estas nociones no son de ninguna manera idénti- cos para todos los hombres en todo momento, estas di- ferencias, sin embargo ~que las ciencias examinan-, no son lo mismo que las diferencias, mas profundas, que el llevar diferentes anteojos, cl utilizar categorias distintas, el pensar en funcién de modelos diferentes, tienen que causar en hombres de tiempos y lugares di versos, de culturas y puntos de vista distintos existinagcosasidemias que se ocupan el sentido comin EL OBJETO DE LA FILOSOFIA 39 en sus conocimientos y creencias, asi como los méto- dos de las ciencias naturales, Rampoeorestunamionma er jon acausalidad mecanica; organismo, en contraposicion a amalgama; sistema, en contraposicién a un simple es- tar pegado o unido; orden espacio-temporal, en con- traposicion a ser intemporal; deber, en contraposicién @ apetito; valor, en contraposicién a hecho; todo esto integra categorias, modelos, espejuclos. Algunos de ellos son tan viejos como la experiencia humana misma; otros tienen un caracter transitorio, Los mas transitorios hacen que los problemas de los filéso- fos adopten un aspecto mas dinamico ¢ historico.)Mo- delos y entramados conecptuales diferentes, con sus oscuridades y dificultades que los acompaian, surgen en tiempos distintos.)El caso de los problemas con- temporaneos en el entramado explicativo de la fisica, que ya mencionamos, es un ejemplo de esto. Pero hay otros ejemplos que afectan al pensamiento, no sélo de los fisicos y do otros especialistas, sino del hombre re- Mexivo, en general. Por lo que hace a la politica, por cjemplo, los hom- bres trataron de concebir su existencia social por ana. logia con diversos modelos: en una ctapa, Platon, quiza siguiendo en esto a Pitagoras, traté de tejer su sistema de la naturaleza humana, sus atributos y me- tas, conforme a una pauta geométrica, pues creyo que asi explicaria todo lo que existia. Vino después el en- tramado conceptual de Aristételes, de caracter biolo- gista; luego aparecicron las numerosas imagenes cri tianas en que abundan los escritos de los Padres de la Iglesia, asi como el Antiguo y el Nuevo Testamentos; la analogia de la familia, que arroja una luz sobre las relaciones humanas, que no nos proporeiona ningin modelo mecanico (como el de Hobbes, por ejemplo); la 40 BL OBJETO DE LA FILOSOFIA én de un ejército en campana, con su hineapié en mote eles como la Iealtad, la dedieacion, 1a obe- ‘Honcia, necesarias para superar y aplastar al enemigo (de que tanto partido se ha sacado en a Union Sovié- (ica)! la conecpcién del Estado como policia de tran- sito y vigilante nocturno, para impedir los choaues ¥ vigilar la propiedad, que se halla en el fondo de gran parte del pensamiento individualista y liberal: Ta no Pion que ve en el Estado algo mucho mayor que esto, y Gite Ip entiende como una gran empresa cooperativa, $eSada a cabo por individuos que procuran cumpli tina finalidad comin, por lo que tiene derecho a pene~ ina thasta en el ultimo resquicio de la experiencia humana, en que se inspira gran parte del pensamicnto Norganico” del siglo xix; los sistemas tomados de la peleologia, 0 de la teoria de Tos juegos, que estan en Boga en el momento actual, son todos modelos en fun- pen de Jos cuales los seres humanos, los grupos, 50- Siedades y culturas, han concebido su experiencia. Estos modelos chocan freeuentemente entre si: unos se tornan superfluos, al no poder explicar un wimero demasiado grande de aspectos de la experien- vary son, a su vez, sustituidos por otros modelos que Gostaean precisamente lo que csos modelos habian fe en desenterrar, en sacar a luz las categorias y fos modelos ocultos en funcion de los cuales pichsan los scres humanos (esto es, ¢l uso due hacen-de- palabras, imagenes y otros simbolos), para poner de manifiesto lo que de oscuro 0 eontradictorio haya en cllos; para discernir los conflictos que los oponen entre sic impiden la construccién de maneras huis convenientes de organizar, deseribir y explicar la experiencia (ya que toda descripeidn, lo mismo que toda explicacién, encicrra algin modelo cn términos del cual se llevan a cabo la descripeion y 1a explica- ion); y Iuego, en un nivel todavia “mas alto”, consist¢ én examinar la naturaleza de su propia actividad oo ictemologia, logica filosdfica, analisis lingilistico) y EL OBJETO DE LA FILOSOFIA 4 saear a luz los modelos ocultos que actiian en esta actividad de segundo orden, filoséfica./ Si se objeta que todo esto parece ser muy abstracto y estar muy alejado de la experiencia diaria, dema- siado poco interesado en los motivos fundamentales, en la felicidad 0 desdicha, y en cl destino final de lo: hombres comunes, la réplica es que tal acusacién es falsa. Los hombres no pueden vivir sin tratar de des- cribir y explicar el universo para si mismos. Los mod los que emplean para hacer tal cosa tienen que afectar profundamente sus vidas, y no menos cuando no estin conseientes de ello; gran parte de la desdicha y de las frustraciones de los hombres se debe a la aplicacién mecanica o inconsciente, lo mismo que a la utilizacion deliberada de modelos alli donde no dan buen resul- tado. __ Esta clase de parricidio sistematico es, en efecto, la historia de las ciencias naturales en su relacién con la filosofia, y por es Tene qué ver directamente con cl tema que nos ocupa.!La consideracién que viene a cuento es la siguiente! existen al menos dos clases de problemas para los que los hombres han logrado solu- ciones claras Los primeros han sido formulados de manera tal que se les puede resolver (al menos en principio, ya que no siempre en la practica) mediante la observacion y la deduccién, a partirde datos obser- vados. Estos determinan los dominios de: las ciencias. naturales y del sentido comin de la vida diaria. Lo mismo si formulo preguntas sencillas, acerca de si hay algo de comer en la alacena, 0 de qué clases de aves se encuentran en la Patagonia, 0 de las intenciones de una persona; como si planteo interrogantes mas com- plejas acerca de la estructura de la materia, o de la conducta de las clases sociales, o de los mereados in- ternacionales, sé que la respuesta, para aspirar autén- ticamente a la verdad, tiene que fundamentarse en la observacion que alguien haya hecho de lo que existe u ocurre en el mundo espacio-temporal. Algunos dirian “observacién organizada”. Me inclinaria a estar de acuerdo con ellos. Pero las diferencias a este respecto, aun cuando decisivas para la filosofia de la ciencia y para la teoria del conocimiento, no afectan a mi argu- mento. Todas las generalizaciones ¢ hipdtesis y mode- los con los que trabajan las ciencias mas evoluciona- das pueden establecerse 0 desacreditarse, en ultima instancia, s6lo por los datos de la inspeccién o de la introspeccién. El segundo tipo de pregunta al que podemos espe- rar que se nos den respuestas claras es formal. Dadas determinadas proposiciones llamadas axiomas, junto {EXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? 239 con las reglas para deducir de ellas otras proposicio- nes, puedo proceder por simple calculo. Las respuc: tas a mis preguntas serén validas 0 invalidas, segin que las reglas que acepto sin disputa como parte de una disciplina dada hayan sido usadas correctamente. Tales disciplinas no contienen aseveraciones basadas en observaciones de hecho; y, por consiguiente, no se espera hoy que nos proporeionen informacién acerca del universo, independientemente de que se las use 0 no para proporcionarlo. La matematica y la légica formal son, por supuesto, los ejemplos conocidos de ciencias formales de este tipo, pero la heraldica, el ajedrcz, y las teorias de los juegos, en general, son uti- lizaciones semejantes de los métodos formales que go- biernan tales disciplinas. ‘A.cstos dos métodos de responder preguntas se les puede calificar, muy en general, de empiricos y forma- les, Entre las caracteristieas de ambos figuran: éstas: 1. Que aun si no conocemos la respuesta a una deter- minada pregunta, si.sabemos cuales son los métodos conyenientes para buscar la contestacién; sabemos cuales son las respsiestas que vienen a cuento de estas preguntas, aun cuando no scan verdaderas. Si sc me tico de dere- pregunta como funciona el sistema sov cho penal, o por qué fue elegido el sehor Kennedy pre- sidente de los Estados Unidos, quiz no sea capaz de dar la respuesta, pero si sé en cual region tiene que encontrarse la informacién del caso, y como un especia- lista utilizaria tales testimonios para obtener la res- puesta; tengo que ser capaz de declarar esto cn térmi- nos muy generales, aunque sea sélo para demostrar que he comprendido la pregunta. De modo semejante, si se me pide la prueba del teorema de Fermat, quiza no pucda darla, y en verdad tal vez no sepa que nadie ha podido encontrarla todavia: pero también sé qué cla- ses de demostraciones:se aceptarian como respuestas aeste problema, aun cuando puedan ser incorrec- tas o inconcluyentes, y puedo distinguirlas de las ase- veraciones que no vienen al caso del tema. En otras 240 (EXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? palabras: en todos los casos, aun cuando no.conozco la respuesta, si sé.dénde.buseafla, 0 emo encontrar una autoridad 0 un especialista que sabe cémo buscarla. 2. Esto significa, en efecto, que alli donde los.con- ceptos son firmes, claros y aceptados en general, y los métodos de razonar, llegar a conclusiones etc., han sido convenidos y aceptados entre los hombres (al me- nos por la mayoria de quienes tienen algo que ver en estas cosas), alli y sdlo alli es posible construir una . Dondequiera que no es fac- tible esto -donde-los-eonceptos son vagos o demasiado - disputados, y-no-se-asté=de- acuerdo-en.generatssobre los-métod6s-de“arguientacion y los requisitos mini- mos que constituyen a un especialista, donde encon- tramos recriminaciones frecuentes acerca de lo que puede o no puede pretender que se le considere como ley, como hipétesis establecida, como verdad indis- putada, y asi sucesivamente-, nos encontramos, en el ~ mejor de los casos, en.elcreino-de-una“ciasiciencia. Los principales-candidatos para su inclusion en el cireulo magico, que no han logrado pasar las pruebas exigidas, son los habitantes de la vasta, rica y central, pero inestable, volednica y brumosa regién Ge las ““ideologias”. Una de las pruebas mas sencillas y diree- tas para descubrir en qué region nos encontramos, consiste en averiguar si un conjunto de reglas, acepta- das por la gran mayoria de los especialistas en la materia, y apta para ser incorporada en un libro de texto, puede-encontrar-aplicacién en elzeampo-er = En la medida en que pueden aplicarse Teglas;una disciplina-se.acerca al codi cienciazaceptada. La psicologia, la sociologia, la se- méatica, la lgica, y quiza algunas ramas de la econo- mia, se hallan en la tierra de nadie; unas mas cerca, otras mas lejos de la frontera que traza mas 0 menos claramente los limites de las ciencias establecidas. 3. Pero, ademas de estas dos categoriashay_pregun- tas que.caen fuera de cualquiera de estos grupos.|No j GEXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? 2a es s6lo que quiz4 no sepamos las. respuestas.a algu- nas preguntas, sino que no tenemos una idea clara de cémo ponernos a tratar de darles.respuesta -de dénde ita buscar contestacion-, de qué constituiria res- puesta valida y qué no. Cuando se me pregunta: “;dénde se encuentra la imagen én el espejo?” ‘;puede detenerse el tiempo?”, no estoy seguro de qué clase de pregunta es la que se me esta haciendo, 0, por cierto, si es que tiene, acaso, sentido. No estoy en me- jor situacion en lo que respecta a algunas preguntas tradicionales, que probablemente se han formulado desde los comienzos del pensamiento, como las de: “;e6mo empez6 el mundo?” y, luego de ésta, “,qué ocurrié antes del comienzo?” Hay quienes dicen que no son preguntas legitimas; pero, entonces, qué las hace ilegitimas? Hay algo que estoy tratando de pre- guntar, pues, indudablemente, algo me desconcierta. Cuando pregunto: “;por qué no puedo estar en dos lu- gares al mismo tiempo?”, “por qué no puedo regtesar al pasado?”, 0, pasando a otra regién, “Zqué es la justi- cia?” o “ces la justicia objetiva, absoluta?”, o también “,e6mo podemos-estar seguros de que una accién es justa?”, no alcanzo a descubrir un método obvio para zanjar todas estas cuestiones,_Unaxde-las-mas=claras mareas-distintivas-de-lonfitosofico_ de una pregunta -pues'esto-és'lo-qué son todas.estas nggdesconeiert desdé'el-prineipiownismo; que care- cemos de tée Be sal- mente-Tecouocida, para tratar de darle respuesta Descuibrimos que-no-estamos segurds de 16 que-debe- mos_hacer-para-aclarar-nuestras_mentes, buscar la verdad, aceptar 0 rechazar respuestas anteriores a es- tas preguntas. En estas condiciones, ni la.induceién (en su sentido mas amplio de razonamiento cientifico), ni la-observa- cién-directa (conveniente para las indagaciones emp’ Ticas),.ni la deduceién (exigida por los problemas for- males) parecen sernos titiles. Una vez que vemos con claridad Ta forma en que deberiamos actuar, las pre- guntas dejan de parecernos filoséficas. reguntas es. que +” ae ran {EXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? La historia -y ciertamente, el avance~ del pensa- miento humano (esto quiz4 sea una verdad trillada) ha consistido de hecho, en gran medida, en la distribu- cién gradual de todas las preguntas fundamentales . que formulan los hombres en uno u otro de dos com- portamientos bien organizados: ¢l empirico y el for- mal. Cada vez que los conceptos se tornan.firmes, cla- ros y obtienen aceptacion universal, comienza-aexistir una ciencia , natural o formal. Para emplear un. simil que no puedo decir que haya inventado yo/Ja filo» sofiae in sol radiante que, de vez en cuando, se desprende de fragmentos de si mismo; estas masas, h cuando se enfrian, adquieren una estructura firme y | reconocible que les es propia, e inician carreras inde- pendientes como planetas pulcros y regulares; pero el sol central sigue por su caniino, y no parece perder ni, masa ni brillantez Elstatusy 1a vitalidad de Ta Tilosofta sorrotra-cuestion, y parecen estar conectados directa- . mente con el grado en que se ocupa de las cuestiones que preocupan al hombre comin. La relacion de la fi- losofia con Ia opinion y el comportamiento constituye un problema capital, tanto de la historia como de la so- ciologia, demasiado amplio para que nos pongamos aqui a reflexionar sobre él. Lo que nos interesa es que Ja-filosofia-en-un-estade-de-su-desarrolla-puede-Nepar a convertirse-en-cieneia-en-te-siguiente-elapa.— ‘No fue una confusién del pensamiento lo que hizo que la astronomia, por ejemplo, fuese considerada como disciplina filoséfica, en los tiempos de Escoto Erigena, pongamos por caso, cuando sus conceptos y métodos-no eran lo-que hoy considerariamos firmes-o" claros, y el papel desempefiado por la observacion en relacién con nociones teoldgicas a priori (por ejemplo, el anhelo de todo cuerpo de realizar la plena perfec- cién de su naturaleza) hacfan imposible determinar si la amalgama a la que se conocia con el nombre de co- nocimiento de los cuerpos celestes era empirica.o_ formal. Tan pronto como se desarrollaron conceptos claros y téenicas especificas, aparecié la ciencia de la astronomia. En otras palabras, en sus comienzos, GEXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? 243 la ciencia de la astronomia no podia ser relegada a al- guno de los dos compartimientos, aun si se hubiesen distinguido claramente compartimientos tales como lo empirico y lo formal; y, por supuesto, fue parte del rango “filos6fico” de la antigua astronomia medieval el que la civilizacion de aquella época (la “superes- tructura”, dirian los marxistas) no permitiese que la distincién entre los dos compartimientos se trazara claramente. Por consiguiente, lo caracteristico de las preguntas especificamente filosofi jue no satisfacen (y al- gunas de ellas quiz nunca satisfaran) las condiciones idas a las ciencias independientes, de las cuales la principal es que 1a ruta de su solucion tenga que estar implicita en su misma formulacién. No obstante, hay algunos temas que se encuentran claramente a punto de lanzarse a volar y de divorciarse del cuerpo princi- pal en’el que nacieron, a la manera como la fisica, la matemiatica, la quimica y la psicologia hicieron en su momento. Uno de ellos es la semantiea; otro, la-psico- logia; con un pie, aunque a desgano, estan hundidas todavia en suelo filoséfico; pero.dan sefiales de una tendencia a soltarse y emanciparse, y a que sélo las memorias histéricas les hablen de sus aiios anteriores mas confusos, aun cuando hayan sido, en algunos as- pectos, mas ricos. 1 Entre Jos temas que han seguido siendo abstinada- mente filoxaficos; y, no obstante repetidos esfuerzos, ai seen ciencias, figuran al- y Su esencia misma _iuicios de valor. La ética, 1 estética, la critica que se ocupa ex- plicitamente de ideas generales; todos, salvo los mas, técnicos tipos de historia y de erudicién humanistica, viven atin en diversos puntos de este limbo, ineapaces, © no dispuestas a pasar por 1a puerta empirica, 0 por la formal. El simple hecho de que unos juicios de valor tengan que ver con una empresa intelectual no la des- nas {EXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? califica patentemente para que se le reconozca como ciencia. El concepto de salud normal encierra, eviden- temente, una valoracién, y aun cuando existe un con- senso universal suficiente acerea de lo que constituye una buena salud, un estado normal, una enfermedad, ete., este concepto, no obstante, no forma parte, como elemento intrinseco, de las ciencias de la anatom{a, la fisiologia, la patologia, ete. La busqueda de la salud podra ser el mas fuerte de los factores sociologicos y psicoldgicos (y morales) en la creacién y fomento de estas ciencias; determina cuales problemas y aspectos de la materia han recibido el maximo de atencion; pero no se hace referencia al mismo en la ciencia, tal y ‘como los usos de la historia o de 1a légica no tienen que ser mencionados en obras de historia o de logica. Si un valor tan claro, tan universalmente aceptado, “objetivo”, como es el de un estado de salud deseable, no forma parte de la estructura de las ciencias natura: les, este hecho es atin mas notable en campos més con- trovertidos. Los intentos que se han realizado, desde los tiempos de Platon hasta la fecha (particularmente persistentes y numerosos en el siglo xvm) por consti- tuir ciencias objetivas de la ética y de la estética sobre la base de valores universalmente aceptados, 0 de los métodos para descubrirlos, no han tenido mayor éxito; en lo que respecta a los valores, el relativismo, el sub- jetivismo, el romanticismo y el escepticismo, no cejan ‘en entrometerse. Podriamos preguntarnos ahora: {cual esa posicion de la teoria-politica? {Cuales son sus problemas mas caracteristicos? ;Son empiricos, son formales, 0 no son nada de esto? ;Abarean necesariamente cuestiones de valor? ;Se hallan en camino de alcanzar un status in- dependiente, 0 por su misma naturaleza estan obliga- dos a no ser sino un elemento en un corpus de pensa- miento mas grande? Entre los problemas que forman cl meollo de la teoria politica tradicional se encuentran aquellos que guardan relacién, por ejemplo, con la naturaleza de la LEXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? 245 igualdad, de los derechos, de las leyes, de la auto- ridadyde'lasreglas.-Pédimos cl andlisis de estus-con- ceptos;-0- 16s preguntamos como funcionan estas ex- presiones en nuestro lenguaje, 0 cuales formas de conducta prescriben o prohiben y por qué, o en cual sistema de valores ‘o de punto de vista encajan, y de qué manera lo hacen.\Cuando planteamos la que quiz sea la mas fundamental de las interrogamtes politicas: por qué aéberia-alguien-obedecer-aalguien?”, no preguntamos “;por qué obedecen los hombres: que, empiricamente, la psicologia, la antropologia y la sociologia podrian ser capaces de responder-, ni tam- ‘poco “,quién obedece a quién, cuando y dénde, y de- terminado por cuales causas?”, que quiza podria con- testarse fundandose en te: jonios sacados de estos campos, 0 de campos semejantes. Cuando preguntamos por qué deberia obedecer un hombre, estamos pidiendo 1a explicacién de lo que es normativo en no- ciones tales como las de autoridad, soberania, ‘liber- tad, y la justificacion de su validez en argumentos poli- ticos. Estas son las palabras en nombre de las cuales se emiten érdenes, se obliga a los hombres, se libran guerras, se crean sociedades nuevas y se destruyen las viejas, expresiones que desempenan un papel tan grande en nuestras vidas como cualesquiera otras, hoy dia. Lo-que-hace-que-tales_preguntas_scan a primera vista filosoficas es que uo-existe_acuerdo amplio sobre el significado de algunos de los conceptos.a.que nos referimos. Existen marcadas diferencias sobre lo que constituye raz6n valida para la accién en estos campos; ‘o acerca de como habran de establecerse, 0 aun hacerse plausibles, proposiciones que vengan al caso; acerca de quién o de qué constituye autoridad recono- cida para decidir estas cuestiones; y, por consiguiente, no hay consenso sobre la frontera entre la eritica piiblica valida y la subversion, “0 entre la libertad y la opresion, y asi por el estilo. Mientras las respuestas que entran en conflicto se sigan dando a tales pregun- tas por parte de escuclas y pensadores diferentes, las perspectivas para el establecimiento de una ciencia, 248 GEXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? empirica 0 formal, en este campo habran de parecer remotas. Ciertamente, parece claro que los desacuer- dos en torno a los andlisis de los conceptos de valor surgen, las mas de las veces, de diferencias mas pro- fundas, ya que las nociones de derecho, justicia o li- bertad, pongamos por caso, habran de ser radical- mente distintas para los teistas y para los ateos, para los deterministas mecanicistas y para los cristianos, para los hegelianos y para los empiristas, para los irracionalistas romanticos y para los marxistas, y asi sucesivamente. No esta menos claro que estas diferen- cias no son, al menos a primera vista, ni logicas ni em- piricas, y por lo comin se han clasificado bien como irreductiblemente filoséficas. Esto encierra por lo menos una implicacién impor- tante. Si formulamos la pregunta kantiana que diria: “zen qué clase de-mundo-es posible, en principio, la filosofia politica, la clase de discusién y de argumen- to en que consiste?”, la respuesta tendria que ser “sdlo en un mundo en el que chocan los fines". En una so- ciedad dominada por‘una sola meta, en principio solo podrfan-existir disputas acerca'de los medios iasneos para alcanzar este fin, y las discusiones sobre miedios son téenicas;-es decir, tienen cardcter.cientifico-y-em- pirico: pueden arreglarse mediante experiencias y ob- servaciones, o cualesquiera otros métodos que se usen para descubrir causas y correlaciones; se les puede reducir, al menos en principio, a ciencias positivas. En tal sociedad no podrian-surgir serias disputas acerca de finéso de valores politicos, y s6lo se suscitarian di- fereiicias en torno -a:los-eamrinos’ mas ‘directos para Jograr la nietarCiertamente, algo como esto fue aseve- rado, en efecto, por Saint-Simon y por Comte; y tam- bién, de acuerdo con algunas interpretaciones de su pensamiento, por el propio Marx, al menos después de que la “prehistoria”, es decir, la lucha de clases, haya terminado, y haya comenzado la verdadera “historia” del hombre, el ataque unificado sobre 1a naturaleza para obtener los bienes acerca de cuya deseabilidad toda la sociedad esté de acuerdo. De esto se sigue que JEXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? 287 la tinica sociedad en que la filosoffa politica en su sen- tido tradicional, es decir, el de investigacién que se ocupe no sélo de la elucidacién de conceptos, sino del examen critico de-las-presuposiciones_y_supuestos, y dé 1a discusién del orden de las prioridades y-de.los fines Ultimos, seré aquella-en la-que no-exista-acepta- cién total’ de-un-solo fin, Pueden existir muchas razo- nes para esto: porque no haya sido aceptado un solo fin por un numero suficiente de personas; porque nin- gin fin pueda considerarse ultimo, ya que, en prinici- pio, no puede éxistir garantia de que otros valores no puedan capturar la raz6n o las pasiones de los hom- bres; porque no pueda deseubrirse un fin final, tinico, por cuanto los hombres pueden perseguir muchos fi- nes distintos, ninguno de los cuales sea un medio para otro, 0 parte de éste; y asi sucesivamente. Algunos de estos fines podran ser ptblicos 0 politicos; tampoco hay raz6n para suponer que todos ellos tengan que ser, aun en principio, compatibles entre si./A inenos que la filosofia politica se circunscriba ai andlisis de conceptos o de expresiones, s6lo se le puede culti- var en una sociedad pluralista, o potencialmente plu- ralista/ Pero como todo andlisis, por abstracto que sea, encierra en sf mismo un enfoque critico de los supues- tos que se quieren analizar, esta distincién es pura- mente académica. El _monisma rigido es compatible con el andlisis filoséfico s6lo en teorfa. La desdicha de la filosofia en los regimenes despoticos de nuestra propia época nos proporciona las pruebas concretas coneluyentes de esta tesis. Mm Permitaseme aclarar mas esto. Si construyéramos.una sociedad en la que. fuese creencia universal (0 que lo ~@Féyesen al menos tantas personas como las que creen que el objeto de la medicina es fomentar 0 con- servar la salud, y estan de acuerdo en qué debe enten- derse por salud) la de que existe una sola.finalidad 248, GEXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? suprema: por ejgmplo, una sociedad tecnocratica con- sagrada al fin Unico de la mas plena realizacion de todas las facultades humanas; o una sociedad utilita- rista que se propusiese como fin cl maximo de felici- dad para los hombres; 0 una sociedad platénica, to- mista, 0 comunista, 0 anarquista, o cualquier otra so- ciedad que sea monista en este sentido, entonces, es patente que lo Gnico-que-importaria seria encontrar los-eaminos correctos para llegar al fin universal- mente aceptado. Esta_aseveracién-tiene-que-modificarse_en_dos res- pectos, al menos. En primer lugar, el esquema esta ar- ‘tificialmente simplifieado en exceso. En Ja practica, la clase de fin que puede conseguir la adhesion de uma sociedad -la felicidad, el poder, la obediencia a la vo- luntad divina, la gloria nacional, la realizacion del in- dividuo, o alguna otra pauta vital-es tan generz deja abierta la cuestién de qué clases de vidas 0 de comportamientos lo encarnal ied pued i Ninguna_so: suyas; y 6: ie a’su'vez,-encarnan-en finalidades toda- via mas especificas en niveles aun mas bajos, y asi, ha~ cia abajo, hasta Ilegar al problema de 1a conducta de todos los dias. “;Qué debemos hacer?” es una pre- gunta que se puede presentar en cualquier nivel; desde el més alto, hasta el mas bajo: en cualquier punto pueden surgir dudas y disputas en lo concer- niente a los valores de que se trate, en cualquiera de estos niveles, y a la relacién de estos valores entre si. Estas cuestiones_no.son_puramente-técnicas 0 em- pirieas; no son meramente problemas acerea .de_los mejores medios para lograr un fin dado; tampoco son mples cuestiones de coherencia légica; es decir, formales 0 deductivas; antes bien, son propiamente fi- loséficas. Para poner ejemplos contemporaneos: lo que se alega en favor de la integracién de negros y ( EXISTE AUN LA TEORIA POLITICA? 249 blancos en el sur de los Estados Unidos no es que sea un medio conducente a la realizacién de una meta ex- terna a si misma -la justicia social o la igualdad-, sino que es en si una forma de ella, un valor en la jerarquia de valores. O también, lo de “un hombre, un voto", 0 los derechos de las minorias 0 de los territorios colo- niales no son, de igual manera, medios particulares de promocion de la igualdad, que en teoria podria reali- zarse no menos bien con otros medios -mediante pro- cedimientos clectorales ms ingeniosos, por ejemplo-, | no son simples cuestiones de maquinaria, sino, para quienes creen en estos principios, ingredientes intrin- secos al ideal de la igualdad social, por lo que se les debe perseguir en si mismos, y no s6lo en vista de sus resultados. Se sigue de esto que, aun en una sociedad dominada por una sola finalidad suprema, las pregun- orno.a lo que debe hacerse, sobre todo cuando Jos fines subordinados-entran.en confljcto, no pueden respc derse_autamaticamente .mediante_un_razona- miento deductive a partir de premisas aceptadas, con el auxilio de un adecuado conocimiento de los hechos, como algunos pensadores, a veces Aristételes, 0 Ber- trand Russell en su fase media, o muchos casuistas ca- tlicos, parecen haber supuesto. Ademas, y ésta es nuestra segunda modificacion, bien podria ocurrir que‘aun cuando las formulas acep- tadas por una sociedad-fuesen sagradas e inmutables, podrian tener significados diferentes -y quiza incom- / patibles- para diferentes personas y en situaciones distintas; el analisis filoséfico de los conceptos del caso bien podria sacar a luz tajantes desacuerdos. Eso es lo que patentemente ha ocurrido « ‘cuando-é oel ideal de una sociedad se ha expresado.en términos tan vagos y generales, como los del bien comtn, el cum- plimiento de la voluntad divina, o los derechos a la vida, la libertad y la bisqueda de la felicidad, y otros por el estilo. No obstante, y a pesar de las modificaciones ante- riores, el modelo estilizado de una sociedad cuyos fi- nes estn dados de una vez por todas, y que se interesa

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