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Una mañana —como castigo por faltar a clases—, Polly le ordenó pintar la
cerca. El hábil chico, sin nada de ganas de hacer su deber, simuló ante los
otros niños que realizar dicha actividad era divertido, y tanto dio que logró
que hicieran el trabajo por él. Tras salirse con la suya al persuadir a otros
para que culminaran la labor que le correspondía, Tom recibió el permiso
de su tía y pudo salir a jugar.
Luego, de regreso a casa tras disfrutar en sus andanzas, el chico vio a una
chica hermosa de quien se enamoró inmediatamente, y, como por arte de
magia, dio por olvidada su última conquista amorosa: Amy Lawrence.
Desesperado por la atención de la joven, comenzó a hacer decenas de
maromas arriesgadas, sin embargo, aquello no le sirvió de nada y se fue
triste por no conseguir ni una mirada.
Potter y Joe robaron unos cadáveres, mientras que el tercer intruso los
observaba. Inesperadamente, los hombres comenzaron a discutir y a
exigirle a Robinson más dinero, y este último se defendió golpeando a
Potter en la cabeza. El indio aprovechó y terminó con la vida de Robinson
con un cuchillo, luego manipuló la escena culpando a Muff, quien aún
estaba aturdido.
La situación hizo que Tom pensara en muchas cosas, una de ellas era el
sufrimiento que le daba a Polly debido a su irreverente manera de actuar.
Entonces, tomó la decisión de huir de su hogar. Fue así como salió a la
medianoche junto a sus amigos Huck y Joe Harper, rumbo a la Isla de
Jackson en una balsa. Lamentablemente, aquello derivó en andar repleto
de fechorías.
Héroes y justicia
De regreso a la escuela, Tom se convirtió en la novedad del momento.
Lleno de gloria les contó a todos sobre su gran aventura —dándole, por
supuesto, un alto nivel de exageración—. También decidió ignorar a Becky
y no rogarle más por su amor, aunque la jovencita pronto logró llamar su
atención.
Vacaciones y reflexión
Llegó el verano y Becky salió de la ciudad. Por su parte, Tom, triste por la
ausencia de su amada, debió tomar dos semanas de reposo porque
contrajo sarampión. Luego de ese periodo, cuando el jovencito volvió a
salir notó que todos en el pueblo se habían vuelto más religiosos. La
situación lo conmovió y, tras reflexionar, decidió dejar atrás los vicios y
malos hábitos.
Por otro lado, el juicio de Potter estaba por comenzar, lo que ocasionó que
el cargo de consciencia de Tom fuera cada día más pesado: un inocente
iba a ser acusado. Fue por ello que el chico decidió romper el juramento y
confesó todo lo que sabía al abogado defensor. Sawyer testificó en la
corte, lo que fue suficiente para que liberaran a Muff, pero no impidió que
el indio Joe se escapara.
El tesoro perdido
Al volver a la normalidad, Tom y Huck continuaron en la búsqueda de
tesoros enterrados. Un día se tropezaron con el indio Joe y decidieron
seguirlo, y fue así como descubrieron que tenía un botín guardado. Los
días siguientes ambos soñaban con obtener aquel tesoro, pues nunca
habían visto tanto dinero.
De pronto, aquello pasó a segundo plano para Tom, debido a que Becky
había vuelto al pueblo. La alegría del chico era desbordante. Ese fin de
semana —por insistencia de la jovencita—, la familia organizó una pequeña
reunión campestre para los niños en la Cueva de McDougal. Tras compartir
un rato, los chicos decidieron explorar los alrededores, para lo cual
armaron grupos.
Después del funeral del forajido, los chicos iniciaron el rescate del tesoro
escondido y tuvieron éxito: ahora eran ricos. Tom recibió el reconocimiento
de la familia Thatcher, quienes le propusieron ayudarlo a ingresar a la
Academia Militar. Por otro lado, la viuda Douglas adoptó a Huck, sin
embargo, él no se adaptó a los cambios y reglas de la sociedad, y decidió
escapar.