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Ministerio de Educación

Colegio Cristiano el Buen Pastor

Ensayo de Español

Tema: Miguel Cervantes Saavedra

Katherine Loaiza

12ºe

Profesor: Mario Rodríguez

Año Lectivo

2020
Miguel de Cervantes Saavedra, Alcalá de Henares, 5, 29 de septiembre de 1557 -
Madrid, 22 de abril de 1616, fue soldado, novelista, poeta y dramaturgo español.

''Los únicos seres reales son los que nunca han existido'' Oscar Wilde
La locura en la literatura; la naturaleza humana; un libro universal sin fecha de
caducar; una metafórica crítica del mundo; don Quijote, una obra imposible de
superar; otros espacios más allá de la Tierra; ''quijote, quijotesco'' adjetivos
denotativos; adelantado a su tiempo en la crítica; análisis psiquiátricos,
psicológicos; miles de ensayos sobre un personaje de ficción y una corta biografía
sobre su autor; comenzar desde cualquier palabra o hecho común a escribir; el
fenómeno metafísico de la transferencia espiritual del autor con sus personajes;
analizando la personalidad de don Miguel de Cervantes, un poco de neurociencia
en la ficción.

Cuando pienso un referente en mi lengua natal sobre una obra en español, sin que
haya de por medio ningún otro libro que me llegue a la memoria, habiéndolos de
mucha calidad y genialidad, de inmediato, por excelencia, me viene a la cabeza de
forma automática Don Quijote de la Mancha, del inimitable e inalcanzable Miguel
de Cervantes Saavedra. Aparecen en la imaginación las figuras predominantes de
Don Quijote, Sancho Panza, Rocinante y Dulcinea entre otros. Todos personajes
clásicos que por placer, por obligación escolar y cultura general hemos leído, y nos
enamoramos de la obra. Si bien es cierto, Don Miguel de Cervantes escribió
muchas obras de éxito, y tuvo encargos y pedidos, dio la medida universal con Don
Quijote de la Mancha. A menudo he divagado sobre don Miguel de Cervantes
Saavedra, de cómo se le ocurrió, pensó y diseñó su obra maestra, anhelando como
todo autor, escribir una historia original que tuviera un valor universal, con un tema
que fuera comprensible en cualquier lengua y cultura. Tenía el fuego y el talento de
sobra para escribir una obra genial desde la nada misma, y solo buscaba el tema,
hasta que lo halló, representado en algo tan simple como la locura. En todas partes
y en todas las épocas hay locos, como en todos los estratos sociales, sean ricos y
pobres. La locura entre los hombres es un mal singular y plural, la tenemos entre
nosotros lejana o cercana desde que nacemos hasta que morimos. Tan común es la
locura que, pareciera que nadie se salva de ella, porque en algún momento de la
vida puede aparecer en alguna patología, trastorno de la personalidad, por
depresiones, cambios del humor, por golpes y avatares de la vida. Está en las
organizaciones y entramados sociales desde el punto de vista cultural, político,
militar, religioso y científico, vale pues decir que vivimos en un entorno de locura.
Pues bien, partiendo de esa premisa, el reto de don Miguel de Cervantes Saavedra,
era encontrar el tópico literario, el leí motiv y el prototipo de personajes que
encajaran dentro de la imaginería de todos, que nos representara a todos, do
quiera hubiera personas, y nada mejor ni más propicio que crear a un loco
simpático; un viejo loco, lector de novelas de caballería, que subyugado por esas
lejanas historia del pasado, se le ocurre reeditar las hazañas de sus héroes y
leyendas, dándoles por cierto vida el mismo. En tiempos de don Miguel de
Cervantes, no existían profesiones como la Psiquiatría, Psicología ni Sociología –
conocimientos y funciones científicas para reconocer, clasificar y diagnosticar la
locura. Por lo tanto la literatura era la mejor herramienta para dar forma a la psiquis
de los personajes y detallar sus relaciones en el entramado social en que viven y se
desarrollan con tanta perfección– por lo que nadie mejor que los escritores podían
y pueden desempeñar desde siempre, con tanta maestría esas funciones de
manera innata, al hacer las descripciones psicológicas y ambientales de su
personajes, con sus modos de vidas, sus interrelaciones sociales, sus conflictos, y
dilemas culturales. Todos los lectores que hemos leído el Quijote de la Mancha, o
visto las películas, obras de teatro, o leído cientos de artículos y referencias sobre la
personalidad de don Quijote, sabemos que era un loco, pero en este caso un loco
cuerdo, de esos que a menudo conocemos en algún lugar cercano a nosotros. Don
Quijote era simpático, inteligente por lo ingenioso y por la sabiduría que emanaba
dentro de una engañosa ingenuidad, dado su estado patológico producto quizás
de una locura senil. Sea como sea esa genial locura nos atrapa. Don Miguel de
Cervantes, tenía un aguzado conocimiento de la psicología humana, don natural
propio, ampliado y desarrollado con la lectura de obras de su época y clásica, y por
la escritura misma, lo que le hacía ser un perfecto conocedor del hombre y su
sociedad. Su propuesta al crear a don Quijote, le llevó a concebir un prototipo
universal, la del hombre bueno, del héroe, ingenuo, altruista, transgresor,
revolucionario, dispuesto a combatir el mal y mejorar el mundo. Cervantes sabía
que el hombre, o los hombres mejor dicho, no cambian de la noche a la mañana su
naturaleza, y que al imaginar y dar vida a un sujeto tan común como el Quijote,
posesionado de un ideal como fueron los caballeros nobles andantes o de las
cruzadas –modelo obsoleto de su época y en extinción–, con las cualidades
comunes de todos los hombres, de creer en cosas imposibles y de luchar por ellas,
se impondría al tiempo, porque el hombre no cambiará dado que su esencia es ser
así. Supo dotar de un perfil común a un personaje que sería el prototipo mundial
del hombre soñador e ingenuo tanto aquí, en Europa, las Américas, Asia, China, etc.
y ese es uno de los elementos de éxito de la obra, la capacidad de representar en
cuerpo y alma, el espíritu del hombre universal. Resulta curioso y al mismo tiempo
relevante, entender el valor de la obra de Cervantes con don Quijote, que es su
libro más difundido. Don Miguel se puso por sobre todos los genios de la literatura
universal de todos los tiempos, por su capacidad, talento y conocimiento de la
psicología humana, al dar vida al Quijote, estudiado por expertos y legos de la
conducta humana siglos más tarde. Vale decir, con el respeto a las religiones del
mundo y sus deidades, don Quijote es un ser mítico por excelencia, una especie de
Jesús, pero de ficción literaria. Y es por eso, por el carácter universal de un viejo
loco que sale a arreglar el mundo –cosa que todos queremos hacer, cada cual
como puede–, es que don Quijote ha encajado en la humanidad, y eso es gracia al
genio de Cervantes que supo extraer la naturaleza del hombre y retratarla de
manera que todos nos sentimos identificados. Esta genialidad ha cortado las alas a
la pléyade de escritores del mundo que, pese a crear obras señeras, extraordinarias,
geniales, no han podido superar, ni podrán superar la psicología de don Quijote,
porque Cervantes se adelantó, así de sencillo. Cervantes describió la esencia
humana tal como es en un desgarbado, débil y atolondrado hombre mayor, ahíto
de historias, de epopeyas que quería vivir él en una lucha por enfrentarse a los
obstáculos y a defender a los débiles ¿qué persona altruista no quiere o siente eso
alguna vez, de salir en defensa de alguien, que lo necesite? Por eso, veo muy difícil
que otro escritor, por genio que sea, pueda ser capaz de crear una obra que supere
el Quijote de Cervantes, lo digo con mucho respeto, incluyéndome a mí mismo,
porque Cervantes lo hizo ya, hace más de cuatrocientos años atrás. Es posible
innovar, recrear, plagiar el molde a don Quijote, pero igualarlo es muy difícil, a
menos que los humanos iniciemos la conquista del espacio y otros mundos, y los
nuevos humanos adquieran otras costumbres, otras experiencias, creen otras
culturas, y una mentalidad distinta a la del actual hombre en la Tierra, y que en otro
hábitat diferente, si es que alguna vez fuera posible, genios de la palabra
comiencen a escribir la historia de esa hazaña y al cabo de largo tiempo haya ya
prototipos de esa cultura alienígena que dé identidad a esa gente para escribir
obras geniales sobre ellos. Cervantes ya lo hizo con don Quijote acá en nuestro
planeta y en español, y ese es otro motivo de orgullo. Las historias del libro Don
Quijote de la Mancha son ágiles y sencillas, abruma el talento, el acopio de
palabras, la prosa poética, el ingenio y la chispa en los textos que atrapan desde el
principio. En la época de Cervantes el teatro era muy popular y fue ahí donde
adquirió experiencia en la creación de diálogos brillantes como autor de obras de
teatro, teniendo como contrincante a Lope de Vega.
Cervantes, con su obra más universal, como Don Quijote de la Mancha, hizo un
aporte al hombre mismo, al describir nuestra psicología más generosa, como la de
ponerse al servicio de causas imposibles, como lo hizo frente a los molinos de
vientos, que representaban el progreso, el desarrollo y la tecnología, y el viento, el
impulso y el dinamismo imparable de las sociedades en desarrollo. Esa es una
extraordinaria representación metafórica del mundo modernizándose, a la que el
Quijote se oponía, por la desaparición de los caballeros y sus leyendas, en
complicidad con su autor Cervantes.
Hoy en día, quijote Querer luchar por un mundo mejor, en contra de fuerzas tan
grandes como las políticas de uno u otro lado, del capitalismo, a favor de las
campañas ecológicas en defensa de la Tierra, la industria insaciable de productos
con fecha de caducidad, de guerras religiosas, de un terrorismo incomprensible, de
una explotación y un desequilibrio en la repartición de los bienes, de la educación
que enseña a trabajar pero no educa para la paz ni el humanismo, la pandemia de
la corrupción, etc. Si quisiéramos atacar todo esto desde un punto de vista literario,
y mucho más que queda en el tintero, tendríamos que ''crear'' una historia como
Don Quijote, para hacerla divertida y de paso criticar los anti valores sociales de las
sociedades modernas, sin hacernos de enemigos poderosos, pero desde el punto
de vista literario de ficción, no vale la pena intentarlo, porque Cervantes ya lo hizo
hace cuatro siglos atrás y ese es su aporte, y la delantera que ha tomado por sobre
todos los escritores universales, y no es poca cosa, saberlo y reconocerle ese
privilegio, de ahí su importancia y mérito.

Que increíble Cervantes y todo el siglo de oro Español. Que gran herencia tienen
allá en España, qué orgullo que deben sentir. Yo como heredero de la hispanidad,
acá en América, también me siento receptor desde el idioma que hablo a diario y
los apellidos que me constituyen.
Reclamar su muerte en nombre de una persona que no existe parece ser más
propio de alguien que ha perdido el juicio. Mi interpretación es que su sufrimiento
corporal es tanto que lo ve como un agüero de su propia muerte y, incapaz de
volver a la realidad o de encontrar un motivo lógico para hallar su muerte, intenta
convencer al otro de que lo mate sin salir de su propia concepción falsa del mundo.
Simplemente hay que imaginarse los pensamientos de un escorpión que se pica a
sí mismo cuando está rodeado de fuego. Don Quijote no teme por su honor, Don
Quijote está batido, destrozado. Además, ya que estamos, habláis de tener 50 años
como si fuese un pasatiempo. Tener 50 años hace 400 era ser un anciano. No creo
que la seguridad social le cubriese entonces las vacunas, los calmantes y el dentista
a Don Quijote.

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