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La historia comienza cuando Juvencio Nava le pide a su hijo Justino que haga algo para

que los hombres que le han apresado no lo maten. Resulta que ha sido atrapado y
condenado a muerte por un asesinato que cometió casi 40 años atrás.

Justino ama a su padre, pero teme interferir por si los hombres lo apresan y asesinan a él
también. Juvencio intenta convencer a su hijo para defenderlo, aunque Justino tiene una
esposa e hijos que lo esperan. El hombre, egoístamente, sólo desea que su hijo se sacrifique
por él y le salve la vida.
Atado y apresado, Juvencio reflexiona sobre el acto que lo llevó a acabar así casi 40 años
después. Recuerda a su amigo y compadre, Don Guadalupe Terrenos, al que llamaban Don
Lupe.

Don Lupe era un hacendado que tenía sus tierras al lado de las de Juvencio, y las tierras de
éste dejaron de producir pasto para el ganado, mientras que las de Don Lupe siguen siendo
aptas incluso en tiempos de sequía. Juvencio rompió la cerca que separaba ambos terrenos
para que sus animales se comieran el pasto de Don Lupe, lo que lleva a interminables
discusiones entre ambos.

Don Lupe arreglaba la cerca todas las mañanas, mientras que Juvencio la volvía a romper
todas las noches para que sus animales comieran. Un día, Don Lupe amenazó a Juvencio con
matar a sus animales si seguía rompiendo la verja, por lo que Juvencio advirtió al hacendado
que, de hacerlo, pagaría las consecuencias. Don Lupe, entonces, asesinó a uno de los hijos
de Juvencio.Después de este recuerdo, Juvencio relata que, un mes después de haber
asesinado a Don Lupe, estaba huyendo por las montañas. Había sobornado a un juez, pero
seguía en busca y captura. Terminó viviendo en una propiedad mientras su hijo Justino se
llegó a casar y a tener ocho hijos.

Don Lupe había dejado atrás una viuda y dos hijos pequeños, que han vivido casi 40 años sin
su compañía. A pesar de todo, Juvencio no se arrepiente de lo que hizo y cree que el asunto
se debería olvidar. Conocemos entonces al hombre que lo ha sentenciado a muerte: el
coronel, que es el hijo de Don Lupe.

El coronel explica a Juvencio que está condenado por asesinar a su padre con un machete, al
cual también encontraron con un cuerno de buey clavado en su vientre, y debe pagar por lo
que hizo.

Después de darle alcohol, los hombres del coronel asesinan a Juvencio disparándole en la
cara hasta desfigurarla. El relato termina con Justino arrastrando el cadáver de su padre, que
lleva una capucha en la cabeza.

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