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¿En que punto de la evolución surgió el lenguaje?

¿Como se puede contestar esta pregunta?


¿El lenguaje surgió de forma gradual o de forma abrupta? ¿Qué es el lenguaje ¿Cómo se diferencia de otras forma de
comunicación animal?
¿Que condiciones anatómicas y neurofisiológicas posibilitan el lenguaje articulado?

EL ORÍGEN DEL LENGUAJE HUMANO


ARTICULADO
¿Cuá es el primer homínido que tuvo la capacidad del lenguaje?
¿Por qué apareció el lenguaje en la especie humana? Verónica Velásquez Herrera
1

¿Cuál es el órgano mas importante en el estudio evolutivo del lenguaje en los homínidos?
Para la interpretación del habla contamos con los denominados centros del lenguaje en el cerebro. ¿Cuáles son?
¿Cuál es el gen encargado que evidencia la existencia de la capacidad dell lenguaje en el humano?
La evolución del lenguaje humano se ha planteado desde diversas teorias entendiendo a su origen. ¿Cuáles son?
« For millions of years mankind lived just like the animals
Then something happened which unleashed the power of our imagination
... we learned to talk »
[Pink Floyd – Time]

RESUMEN
La actual diversidad de posturas e hipótesis entre quienes investigan el origen del
lenguaje articulado se debe principalmente a que esta capacidad cognitiva no deja
rastro en los restos fósiles; por consiguiente, su origen y evolución deben ser
estudiados a partir de evidencias indirectas, lo que ocasiona que toda conclusión
sobre este fenómeno sea, como bien lo dice Benítez-Burraco (2003) el resultado,
en la práctica, de inferencias construidas a partir de datos arqueológicos o restos
fósiles no lingüísticos, cuya validez puede resultar en ocasiones muy cuestionable
(p129).
El presente trabajo expone de manera amplia los aspectos que la autora considera
más importantes en relación con el origen del lenguaje; desde las condiciones
anatómicas, neurofisiológicas y socioculturales que lo hacen posible, pasando por
la evidencia fósil indirecta de esta capacidad en las fases de evolución de los
homínidos, hasta llegar a tres de las respuestas que se han planteado frente al
interrogante, aún no resuelto, de ¿por qué se originó el lenguaje articulado en los
humanos?
¿PORQUE SURGIO EL LENGUAJE?

A mediados del s XX la dimensión biológica y evolutiva del lenguaje adquiere la


importancia que tiene hoy en día; antes de esa época, se le consideraba como
una herramienta puramente cultural, una invención del ser humano
equivalente a la electricidad o la rueda (Buskes, 2009:191). Las investigaciones
sobre el origen del lenguaje en las últimas décadas, principalmente desde la
paleontología, la arqueología y la biología molecular, han arrojado tantos datos
como jamás se habían tenido, y han dado paso al planteamiento de diversas
hipótesis y teorías al respecto; empero, al día de hoy no existe consenso en

1
Curso: Paleoantropología y Evolución Humana. Universidad de Antioquia. Departamento de
Antropología.
Marzo 1 de 2012 [vero.vh@gmail.com]

1
relación con el por qué se origina el lenguaje articulado humano ni cómo se
desarrolla esta facultad en el ser humano.

Aun cuando los factores biológicos del lenguaje toman una considerable
importancia, tanto en la búsqueda de su origen como en el estudio de sus
características, el componente cultural de éste no es negado en ningún
momento; por tanto, el lenguaje adquiere una doble dimensión cultural y
biológica, es decir, se establece como una capacidad innata y biológica que a
la vez está ligada indispensablemente a un contexto sociocultural.

Ahora bien, antes de ahondar más en el tema y de comenzar a indagar en las


especulaciones e investigaciones en torno al origen del lenguaje articulado,
resulta imprescindible exponer una clara definición de lo que es el lenguaje.
Esto permitirá establecer un marco de referencia en el cual se construirá el
contenido del presente texto.

Y ¿QUÉ ES EL LENGUAJE?

El lenguaje es, en primer lugar, una facultad cognitiva exclusivamente humana.


Es además, un método no instintivo de comunicar ideas, emociones y deseos
por medio de un sistema de símbolos producidos de manera deliberada. Estos
símbolos son ante todo auditivos, y son producidos por los llamados órganos
del habla (Sapir, 1954:14). Sapir (1954) puntualiza el carácter no instintivo
del lenguaje, ya que aunque tenemos órganos que usamos para la producción
y percepción de los sonidos del habla, ésta no es una facultad que pueda
adquirirse sin la intervención directa de la cultura, es decir, si el niño no es
expuesto a una cultura con lenguaje articulado no aprenderá a hablar, como si
podrá aprender, por ejemplo, a caminar. Esto último se ha evidenciado
también mediante el fenómeno del periodo crítico para la adquisición del
lenguaje (Buskes, 2009:204) que formula que los niños deben ser expuestos a
una lengua antes de los 12 años, o nunca aprenderán a dominar las reglas
básicas del lenguaje.

Un sonido constituye un elemento del lenguaje únicamente en la medida en


que se asocie con algún elemento o con algún grupo de elementos de la
experiencia (Sapir, 1954:16) y además cuando es pronunciado de manera
consciente y voluntaria. Por otro lado, las palabras son elementos de una
lengua si están asociadas simbólica y arbitrariamente con la experiencia; en
este sentido, Chomsky (1971) lo expresa de la mejor manera cuando dice que
t oda lengua puede considerarse como una particular relación entre el sonido
y el sentido" (p34).

Las características del lenguaje, que lo diferencian de cualquier otra forma de


comunicación animal y mantienen así su unicidad en la especie humana, son:
"El lenguaje humano está semánticamente «abierto», mientras que el
lenguaje animal está semánticamente «cerrado»" (Buskes, 2009:202), es
decir, los animales que usan alguna forma de comunicación, sea por

2
medio de cantos, gruñidos, gritos o danzas, lo hacen para unos pocos
fines concretos, en cambio, el ser humano lo hace con muy diversas
finalidades e intencionalidades y que no siempre tienen que ver con la
experiencia concreta; el mundo de significación en la comunicación
humana puede llegar a ser infinito.
El lenguaje humano es generativo. (…) con un número finito de
elementos podemos generar un número infinito de frases diferentes
(Buskes, 2009:202). Esta es una de las propiedades primordiales del
lenguaje y se denomina «generatividad».
El uso normal del lenguaje (...) no se halla sujeto al control de estímulos
observables, de naturaleza externa o interna. Es gracias al hecho de que
no depende del control ejercido por los estímulos como el lenguaje
puede servir de instrumento para la formulación del pensamiento y la
expresión de los estados de ánimo (Chomsky, 1971:28). Como ya se ha
mencionado, en contraposición a esto las formas de comunicación
animal que se conocen hasta ahora han evidenciado estar relacionadas
únicamente con los estímulos externos, específicamente con la
supervivencia y los rituales de apareamiento.
La armazón básica del lenguaje, la constitución de un sistema fonético
bien definido, la asociación concreta de los elementos lingüísticos con
los conceptos y la capacidad de atender con eficacia a la expresión
formal de cualquier clase de relaciones, todas estas cosas las
encontramos perfeccionadas y sistematizadas rígidamente en cada uno
de los idiomas que conocemos. (Sapir, 1954:30). La universalidad del
lenguaje es un hecho de enorme importancia, ya que por un lado,
significa que todo ser humano puede aprender cualquier lengua como
materna y por otro, sugiere un origen común a todas las lenguas o
cuando menos establece el lenguaje articulado como uno de los legados
culturales más antiguos de la especie.

CONDICIONES ANATÓMICAS Y NEUROFISIOLÓGICAS QUE POSIBILITAN EL


LENGUAJE ARTICULADO

Ahora que se ha definido qué es el lenguaje y se ha advertido que un contexto


sociocultural es imprescindible para su adquisición, veamos qué órganos
intervienen en la articulación y percepción de los sonidos del habla. Los
estudios paleontológicos que se han hecho de estos órganos, en las especies
de los homínidos, son los que más adelante rastrearemos −en la medida de lo
posible− para ver cómo es que se ha intentado esclarecer en qué momento se
origina el lenguaje articulado como lo conocemos hoy.

3
Samuel Gili Gaya (1978) ofrece una simple y clara explicación de la manera en
que nuestro cuerpo produce la voz y de los órganos implicados en ello2:
En la mayor parte de los idiomas conocidos, los sonidos se
forman por el aire expulsado de los pulmones, en virtud de la
presión del diafragma y de los músculos de la caja torácica,
el cual pasa por los bronquios y por la tráquea hasta llegar a
la laringe. Este órgano es un tubo ancho formado por cuatro
cartílagos: el cricoides, en su parte inferior y en contacto con la
tráquea; el tiroides tiene forma de guilla y produce en la parte
anterior del cuello la prominencia llamada nuez o bocado de
Adán; los dos aritenoides se hallan en la parte posterior de la
laringe, y se mueven según las contracciones de los músculos
insertos en ellos.
En la parte superior de la laringe hay dos pares de membranas,
llamadas cuerdas vocales: el par superior recibe el nombre
de cuerdas falsas; los dos pares están separados por una
depresión conocida con el nombre de ventrículo de Morgagni;
parece que el papel principal, sino exclusivo, en la producción
de la voz corresponde al par de cuerdas inferior, cuerdas
verdaderas. Estas se oponen a manera de labios; la abertura
que dejan entre sí es la glotis; por ella entra y sale el aire
inspirado y espirado. Cuando respiramos sin voz, la glotis está
abierta. Cuando emitimos voz, las cuerdas vocales se juntan
por contracción de los músculos insertos en los cartílagos
movibles y, la glotis se cierra. La presión del aire espirado abre
la glotis y hace vibrar las cuerdas vocales. Estas vibraciones
transmitidas por la corriente de aire constituyen la voz. La
salida de la laringe tiene una válvula, la epiglotis, que sirve
para tapar la abertura en el momento de la deglución, para que
los alimentos y la saliva pasen al esófago. Normalmente está
abierta.
El sonido adquiere en la laringe la mayor parte de sus
cualidades físicas primarias. (p66-67)

Aunque otros órganos intervienen en la producción de los sonidos lingüísticos,


como la zona nasal, oral y bilabial, no es el objeto de este texto hacer una
explicación minuciosa de la manera como nuestro cuerpo emite, percibe y
procesa el lenguaje.

La laringe, por su parte, es uno de los órganos más importantes en el estudio


evolutivo del lenguaje en los homínidos, debido a que la laringe humana es
especial porque es fusiforme y está ubicada más abajo en la garganta que en
otros primates. La forma y la posición de la laringe hacen posible un amplio
abanico de sonidos (…) Sin embargo, esta capacidad vocal tiene un precio: a

2
Me permitiré resaltar en negrilla los órganos a medida que aparecen en la explicación de Gaya, aunque
valga la aclaración que en el texto original no vienen así.

4
diferencia de otros primates, nosotros no podemos cerrar nuestra tráquea
cuando comemos, por lo que podemos atragantarnos (Buskes, 2009:200).

En cuanto a la percepción de los sonidos del habla, hay dos factores


primordiales: por un lado está la captación de esos sonidos y por el otro, de
mayor importancia, la interpretación de éstos. De la captación se encarga el
aparato auditivo y cabe anotar que el oído humano tiene sus límites de
percepción, tanto de la intensidad como del tono. No son audibles los sonidos
de amplitud inferior a una diezmillonésima de mm., y los tonos apreciables por
el oído están comprendidos aproximadamente entre 16 y 16384 vibraciones
dobles por segundo, unas siete escalas. Las ondas de mayor frecuencia se
llaman supersónicas y son percibidas y emitidas por algunas especies
animales. El hombre es insensible a ellas (Gili Gaya, 1978:27).

Para la interpretación del habla −que incluye no sólo la interpretación de los


sonidos emitidos por otros, sino también la exégesis de los sonidos que
nosotros mismos emitimos− contamos con los denominados centros del
lenguaje en el cerebro, a saber, el área de Broca y el área de Wernicke. El área
de Broca, nombrada así por Paul Broca un neurólogo del s XIX, es responsable
del sonido y la articulación −es decir, de la producción (motriz) del habla
(Buskes, 2009:201); y en el s XX se descubre también que esta área está
integrada por diferentes subsistemas, como un centro que controla los
músculos del habla en la boca, otro que determina el orden de las palabras y
un tercero encargado de la asociación entre palabras (Buskes, 2009:201). El
área de Wernicke, nombrada así por el también neurólogo del s XIX Carl
Wernicke, está implicada en el procesamiento de impresiones entrantes −es
decir, en la comprensión del lenguaje (Buskes, 2009:201). La importancia de
estas dos áreas para la investigación del origen del lenguaje radica en que en
el hombre moderno estas áreas están bien desarrolladas y producen sendas
protuberancias sobre la superficie del hemisferio cerebral izquierdo" (Martínez
& Arsuaga, 2009:8).

Dicho lo anterior, quedan sentadas las bases generales para el seguimiento de


los análisis de la evidencia fósil a través de la evolución de los homínidos.

EVIDENCIA FÓSIL DE LA APARICIÓN DE LAS CAPACIDADES LINGÜÍSTICAS EN


LAS FASES DE EVOLUCIÓN DE LOS HOMÍNIDOS

En primer lugar, es preciso especificar qué son los homínidos y Campillo-Valero


(2005) ofrece esta simple definición: con el término de homínidos incluimos
los distintos fósiles que por su estructura anatómica sugieren que son primates
evolucionados con una tendencia a la adquisición de unos caracteres similares
a los que creemos que han conducido al Homo sapiens" (p6). Por otro lado, es
importante establecer que las fuentes de evidencia fósil con que se cuenta son:
el registro arqueológico y el paleontológico; mediante el primero podemos
indagar qué hicieron los homínidos del pasado, en especial con relación a la
cultura material; y el registro paleontológico nos dice qué fue lo que pudieron

5
hacer éstos organismos, al relacionar la anatomía de los fósiles con las
funciones biológicas de éstas (Martínez & Arsuaga, 2009).

Para la investigación del origen del lenguaje, el registro arqueológico nos sirve
en la medida en que para la fabricación de herramientas se hace necesaria la
transmisión del conocimiento de su manufactura y para ello lo más eficiente es
el lenguaje. Así, se supone entonces que a medida que las herramientas se
vuelven más complejas, especializadas y uniformes, y además, se fabrican
herramientas con el fin de fabricar otras, el lenguaje, asimismo, debe irse
complejizando para permitir la transmisión de esos nuevos conocimientos y
técnicas. De modo semejante, los vestigios arqueológicos de artefactos
relacionados con el arte, permiten rastrear la aparición del pensamiento
simbólico; éste y el lenguaje están tan íntimamente ligados, hasta el punto de
declararse que uno no puede existir sin el otro, que aún no se ha esclarecido
cuál de los dos se originó primero.

El registro paleontológico es el más significativo en el rastreo del origen del


lenguaje articulado, ya que se busca constatar en los restos fósiles la
existencia o no de las características anatómicas necesarias para el lenguaje
articulado, en tanto sea factible su fosilización. Empero, es muy importante
tener en cuenta lo que advierten Martínez y Arsuaga (2009):
Si a cada morfología ósea le correspondiera una, y sólo una,
función biológica sería inmediato establecer las segundas a
partir del estudio de las primeras. Pero lo cierto es que una
misma anatomía puede soportar diferentes funciones biológicas,
por lo que no es posible estar seguro de que la presencia de una
estructura anatómica o una morfología determinada implique la
existencia, en el pasado, de una función biológica concreta. Sin
embargo, la ausencia del adecuado soporte anatómico sí que
puede usarse como prueba de la carencia de una función
biológica concreta. (p6)

Dicho esto, debe quedar claro que por medio del estudio del registro
paleontológico de los homínidos se puede establecer que la carencia de una
estructura atómica señala indiscutiblemente que la capacidad lingüística
asociada a ésta no estuvo presente en esa especie; y por el contrario, que
dicha estructura aparezca en una especie no es certeza de que cumpliera
alguna función relacionada con las capacidades lingüísticas. No olvidar,
además, que para el lenguaje es necesaria la intervención de muy diversos
órganos que al mismo tiempo cumplen otras funciones que son vitales para el
funcionamiento del cuerpo humano.

Ahora bien, en el rastreo paleontológico del origen del lenguaje se analizan


principalmente: el desarrollo de las áreas de Broca y Wernicke, en el hemisferio
izquierdo del cerebro y, la forma y posición de la laringe en el aparato
bucofaríngeo. El análisis paleontológico de los cambios en el cerebro se
comprueban, por un lado con el aumento del volumen de éste, lo que se
constata en el tamaño del cráneo, además de su relación con el tamaño
corporal (índice de encefalización); valga anotar que se ha demostrado que no

6
existe una correlación directa entre el tamaño cerebral y la capacidad
lingüística (Campillo-Valero, 2005:7) y por otro lado, se utilizan moldes
endocraneales, en la manera en que Tobías (1997) nos explica: el estudio de
los moldes endocraneales brinda evidencia de la primera aparición de
impresiones en las áreas en cuestión [áreas de Broca y de Wernicke], ya que
las circunvoluciones de estas dos áreas corticales producen patrones
característicos sobre la superficie exterior del hemisferio cerebral (p204). Por
otra parte, el análisis evolutivo del aparato bucofaríngeo se torna difícil por
medio de los restos fósiles y no puede hacerse de manera directa, ya que estos
órganos no fosilizan; en cambio, deben buscarse rasgos que estén relacionados
con su existencia, como el hueso hioides, situado en la base de la lengua y
encima de la laringe, tiene forma de herradura y es el único hueso del cuerpo
humano que no está conectado a otro; su posición faculta a los seres humanos
modernos para hablar, y trabaja al unísono con la laringe y la lengua.

A continuación y para hacer el seguimiento de la aparición en los registros


fósiles de diversas características asociadas al lenguaje, nos ceñiremos al
cuadro evolutivo resumido que presenta Campillo-Valero (2005:6) y por tanto,
a las siguientes especies: australopitecinos, Homo habilis, Homo erectus y H.
ergaster, Homo neandertalensis y Homo sapiens.

o AUSTRALOPITECINOS: Engloba diversas especies que aparecieron hace 4


m.a.
Con la evidencia que se tiene, es improbable que estas especies tuvieran
las adaptaciones necesarias para el lenguaje hablado, por lo que se supone
que carecían de él (Martínez & Arsuaga, 2009:13).
- Volumen cerebral, parecido al de los chimpancés, de 450-500 cm3.
Que puede considerarse grande, relacionado con una altura de 110 a
140 cm.
- El hueso hioides, en cinco ejemplares de la especie A. afarensis,
muestran características morfológicas y dimensionales comparables
con los chimpancés (Martínez & Arsuaga, 2009).

o HOMO HABILIS: Aparece en África, hace 2,5 m.a.


- Tenía un cerebro cuantitativamente mayor que sus predecesores, con
un volumen de 700cm3 e igualmente de estatura mayor.
- Al parecer tenía un área de Broca y de Wernicke bien definidas,
aunque esta última no deja marcas tan evidentes en los moldes
endocraneales por lo que algunos investigadores dudan de su
existencia.
- Industria lítica y sociabilidad.

o HOMO ERECTUS / HOMO ERGASTER: Aparece hace 1,5 m.a.


- Primer homínido en salir de África.

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- Encefalización y esqueleto muy similar al hombre moderno. Volumen
cerebral de 800-1.000 cm3.
- Cultura Achellense o MODO 2. Restos de viviendas construidas.
Primeros en dominar el fuego.
- Es posible que el descenso de la laringe haya comenzado con éstos.

o HOMO NEANDERTALENSIS: Aparece en Europa, hace unos 150mil años.


- Convive con H. Sapiens hasta hace 40.000 años, cuando se
extinguen.
- Desarrollo de las áreas de Broca y Wernicke comparable con las de
Homo sapiens (Martínez & Arsuaga, 2009:13).
- Tracto supralaríngeo parecido al de los chimpancés (Martínez &
Arsuaga, 2009:9).

Capacidad lingüística de los Neandertal. Modelo de Lieberman. Dibujo:


Diane Salles, en The Last Neandertal, de Ian Tattersall

- Respecto del segmento horizontal de las vías aéreas superiores,


distintos autores han propuesto que las dimensiones y proporciones
de esta región de los neandertales implicarían su incapacidad para
hablar como los humanos adultos (Martínez & Arsuaga, 2009:10).
3.
- Elevada encefalización y un volumen de 1.750cm
- Hueso hioides métrica y morfológicamente similar al del humano
moderno.
- Dado lo anterior, es muy posible que esta especie hubiera
desarrollado un eficiente sistema de comunicación verbal.

o HOMO SAPIENS:
- Aparece en África, hace unos 150mil años, y rápidamente coloniza
Europa (donde se encuentra con H. Neandertalensis) y Asia.

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3
- Volumen cerebral promedio y oscilante de 1.400 cm
- Expresión artística: arte, decoración de objetos y personal,
instrumentos musicales.
- Enterramientos mucho más complejos que los de H. Neandertalensis,
además de rituales funerarios.
- Ya posee un lenguaje articulado complejo.

Debido no sólo a las dificultades o imposibilidades para identificar, en los


fósiles de homínidos, la presencia o ausencia de las características anatómicas
y los rasgos culturales que se sugieren por el registro arqueológico, otro
aspecto que obstaculiza la investigación del origen del lenguaje es la
poquísima cantidad de fósiles de cada especie que tenemos y el estado
deteriorado de éstos. Por tanto, la opinión más compartida es que la chispa del
lenguaje se dio en el género Homo ya que estas especies es casi seguro que
hayan desarrollado formas rudimentarias de tecnología y cultura, comenzando
desde el primer representante de este género, el Homo habilis, que es llamado
así precisamente porque sus restos fósiles han sido encontrados en contextos
donde hay herramientas de piedra fabricadas. Algunos autores defienden la
idea de que el Australopitecus afarensis haya desarrollado la primera forma de
lenguaje, aunque rudimentario, ya que han identificado el área de Broca en
moldes endocraneales de estas especies pero no así el área de Wernicke; lo
que sugiere a algunos de ellos que su lenguaje era principalmente gestual y
con algunos sonidos, quizá como cantos, no complejos; además de esto,
algunos fósiles de A. afarensis parecen haber estado relacionados con
herramientas, no especializadas sino más bien utilizadas de manera similar a
como usan los recursos del ambiente los simios (Tobías, 1997).

Por último, gracias a la biología molecular y a la posibilidad de secuenciar el


ADN molecular que se conserve en fósiles de homínidos (Martínez & Arsuaga,
2009:9), se abre una nueva línea de investigación en el origen del lenguaje y la
evolución de las especies, ya que este ADN fósil posibilita medir la evolución
molecular en periodos dilatados de tiempo. Aun cuando este tipo de análisis
ofrece enormes e insospechadas posibilidades, deben tenerse en cuenta sus
limitaciones: puede contaminarse debido a la manipulación; las muestras son
significativamente inestables, ya que con el tiempo el ADN sufre de oxidación e
hidrólisis progresiva; por otra parte, casi siempre la cantidad de AND
preservada es muy pequeña (Benítez Burraco, 2003:8).
Ahora bien, es importante aclarar que no se ha identificado ningún gen que por
sí mismo determine la presencia de capacidades lingüísticas, pero existe una
mutación humana del gen FOXP2 que está estrechamente relacionado con los
procesos mentales involucrados en la producción del lenguaje.

9
¿TENÍA O NO EL HOMO NEANDERTALENSIS UN LENGUAJE
ARTICULADO?

Las evidencias que apuntan a la existencia de capacidades lingüísticas en


H. Neandertalensis aún no permiten afirmar o negar que esta especie
haya dominado un lenguaje articulado complejo.
A grandes rasgos, las características a favor del lenguaje en H.
Neandertalensis son: las áreas de Broca y Wernicke bien desarrolladas;
morfología y dimensiones del hueso hioides similar a los humanos
modernos; industria lítica, cultura Musteriense y Châtelperroniense;
asimismo, recientemente se ha comprobado empíricamente la existencia
de tal variante [del gen FOXP2] en el ADN de ejemplares neandertales del
yacimiento asturiano del Sidrón (Krause et allí, 2007 citado por Martínez
& Arsuaga, 2009:9).
Y aquellas características que ponen en entredicho la posibilidad de que H.
Neandertalensis pudiera hablar, tienen que ver principalmente con el
aparato bucofaríngeo; los restos paleontológicos apuntan a que tenían un
tracto supralaríngeo similar al de los chimpancés y los humanos recién
nacidos; asimismo, respecto del segmento horizontal de las vías aéreas
superiores, distintos autores han propuesto que las dimensiones y
proporciones de esta región de los neandertales implicarían su
incapacidad para hablar como los humanos adultos (Martínez & Arsuaga,
2009:10); en estos últimos, la cavidad oral (segmento horizontal) y la
faringe (segmento vertical) son de longitudes similares —debido al
descenso de la laringe—, lo que es crucial para la producción de las
vocales /a/, /i/ y /u/ (Martínez & Arsuaga, 2009:11).
Martínez & Arsuaga (2009) defienden que aun cuando H. Neandertalensis
no parece haber tenido las adaptaciones necesarias para un lenguaje
articulado y complejo como el del humano moderno, si desarrollaron un
eficaz sistema de comunicación oral, ya que sus fósiles evidencian las
siguientes características:
I.- Relacionadas con la codificación:
1ª.- Elevada encefalización.
2ª.- Desarrollo de las áreas de Broca y Wernicke
comparable con las de Homo sapiens.
3ª.- Presencia de la variante humana del gen FOXP2.
4ª.- Distancia entre el vómer y el occipital acortada como
en H. sapiens.
5ª.- Hueso hioides del tipo humano moderno, tanto
métrica como morfológicamente.
II.- Relacionadas con la capacidad del canal:
6ª.- Patrón auditivo como el de H. sapiens, especialmente
en el valor del ancho de banda del filtrado acústico del

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oído externo y medio que permite un elevado flujo de
información acústica a su través (p13-14).
Por otro lado, y al analizar la evidencia arqueológica se evidencia que las
primeras expresiones artísticas aparecen en H. Sapiens y éstas están
relacionadas con un pensamiento simbólico, que como ya se ha
mencionado es indispensable para el lenguaje como lo conocemos hoy en
día.
En consecuencia, la opinión más compartida entre los investigadores es
que H. Neandertalensis sí tuvo una forma simple de lenguaje hablado,
aunque no tan complejo como el del humano moderno y de una
articulación más tosca.

LAS CAUSAS DE LA GÉNESIS DEL LENGUAJE

Ahora bien, para el interrogante sobre las razones y/o condiciones que
ocasionaron que únicamente los homínidos desarrollaran el lenguaje articulado
como hoy lo conocemos, se han planteado diversas teorías como respuestas,
desde tres enfoques principalmente: un origen a partir de la comunicación
gestual, un origen biológico y evolutivo y, un origen a partir de las necesidades
sociales de los grupos de homínidos.

o ORIGEN GESTUAL
Como se dijo anteriormente, los australopitecinos parecen haber tenido
el área de Broca desarrollada, y cabe recordar aquí que esta área, así
como otros órganos del cuerpo humano, no está dedicada únicamente a
las funciones de producción motriz del habla, sino que además ha sido
relacionada con el control de la motricidad muscular (Martínez &
Arsuaga, 2009:9). Debido a esto se ha planteado que el lenguaje
emergió progresivamente y en primer lugar lo hizo bajo la forma de
signos manuales (Corballis, 2001:31), los australopitecinos no sólo
contaban con el área de Broca, sino que además eran bípedos lo que les
permitía utilizar las manos para la comunicación sin impedirles el
desplazamiento.
Los argumentos a favor de esta hipótesis incluyen por un lado el que
este hecho, según Corballis (2001) explicaría también uno de los
misterios de su evolución [la del lenguaje]: ¿cómo es posible que los
sonidos fueran arbitrariamente asociados a objetos y hechos? (…) el
sonido de una palabra no permite deducir nada de su sentido. (…) [Los
gestos de las manos] habrían copiado el mundo físico, y luego se habrían
vuelto cada vez más abstractos, antes de ser sustituidos por sonidos tan
abstractos y arbitrarios como ellos (p32). Otro argumento que Corballis
(2001) considera a favor de su hipótesis es que los gestos aún hoy
acompañan la comunicación; empero sobre esta premisa, algunos

11
autores proponen que no es un argumento válido de su carácter prístino,
ya que los gestos habrían sido un complemento del lenguaje desde su
origen mismo, interpretación que defiende Elisabeth Bates, quien
defiende que el lenguaje y los gestos siempre son pensados y
ejecutados simultáneamente porque son tratados por el mismo sistema
nervioso. El lenguaje «destiñe» inevitablemente en los gestos, que no
son más que un subproducto suyo (citado por Corballis, 2001:34).
Así, Corballis (2001) plantea que el paso del lenguaje gestual al lenguaje
verbal habría significado una importante ventaja adaptativa para los
homínidos, en tanto que la verbalización habría liberado otra vez las
manos de nuestros antepasados, ofreciéndoles la posibilidad de
acompañar con una demostración sus explicaciones verbales de la
fabricación y el manejo de las herramientas (p34).

o ORIGEN BIOLÓGICO
En relación con la aparición de las características complejas en los
organismos vivos, hay dos posturas: una, asociada al llamado
gradualismo, que explica la adquisición evolutiva de las características
de manera gradual, por medio de cambios pequeños pero continuos, y
otra, relacionada con el denominado saltacionismo, que adjudica los
cambios profundos en los organismos a saltos y cambios repentinos y no
rastreables entre generaciones.
La visión del saltacionismo es defendida por varios autores, en particular
Stephen Jay Gould y Noam Chomsky (Buskes, 2009), aunque no es
tomada propiamente como un saltacionismo, sino que se explica
mediante el mecanismo de «exaptación» que se define como la
reutilización funcional de una estructura existente (Buskes, 2009:197),
es decir, que el lenguaje habría comenzado como una utilización
inventiva de algunas facultades con que contábamos, lo que la
convertiría no en una adaptación evolutiva propiamente dicha, sino en
un subproducto neutral de nuestra arquitectura mental (Buskes,
2009:198). Esta hipótesis es puesta en tela de juicio continuamente
particularmente por el psicólogo, científico cognitivo y lingüista Steven
Pinker, ya que argumenta que el lenguaje es tan vital actualmente en la
supervivencia de nuestra especie y es una capacidad que requiere de
tan complejas y diversas intervenciones simultáneas de características
fisiológicas y neurológicas, que es poco probable que todos estos
elementos se colocaran de golpe en su sitio. Es más probable que estas
adaptaciones se produjeran progresivamente y que el lenguaje se
desarrollara paso a paso (Buskes, 2009:208). Entonces, desde la visión
del gradualismo se argumenta que el motivo de la aparición del lenguaje
es que cada pequeña adaptación significó un aumento en las
capacidades reproductivas y de supervivencia de la especie.

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o ORIGEN SOCIOCULTURAL
La hipótesis del origen biológico y evolutivo del lenguaje arroja una
incómoda incógnita y es que si el lenguaje es tan útil ¿por qué no han
desarrollado otros animales un lenguaje completo? ¿Por qué somos los
únicos primates parlantes? (Buskes, 2009:213). Este inconveniente se
intenta resolver por medio de la formulación de hipótesis que se basen
en las características culturales y sociales de los homínidos.
Por un lado, una hipótesis no muy difundida, pero que puede decirse que
va de la mano con el planteamiento del origen gestual, es que el
lenguaje articulado aparece para permitir y facilitar la transmisión del
conocimiento en la fabricación de herramientas. El problema de ésta es
que de entrada sugiere que primero, los homínidos desarrollaron un
pensamiento simbólico complejo y a partir de éste surgió el lenguaje; y
como ya se ha mencionado, este aspecto sigue siendo una incógnita, ya
que muchos investigadores sugieren que uno no puede darse sin el otro,
porque el pensamiento simbólico está fundamentado en las mismas
estructuras del lenguaje.
Por otro lado, el antropólogo y biólogo evolucionista Robin Dunbar,
plantea el surgimiento del lenguaje como un lubricante social. Dunbar
advirtió que los primates, a diferencia de otras especies, suelen vivir en
sociedades complejas y además, tienen cerebros de mayor volumen al
compararlos con animales de igual masa corporal (Dunbar, 2001); en
este sentido, evidenció por un lado, que el tamaño de los grupos
denotaba mayor complejidad en sus relaciones sociales y por otro lado,
que esa complejidad en las relaciones habría incentivado el desarrollo de
cerebros de mayor volumen. Pero Dunbar (2001) se enfocó sólo en una
parte del cerebro, a saber, el neocórtex: la fina capa exterior donde
tiene lugar toda la actividad cerebral consciente. Es esta la parte del
cerebro que más ha crecido durante la evolución de los primates (p25).
Siguiendo esta línea de evidencias, puede afirmarse que mientras más
grande sea el grupo social, más complejas serán sus relaciones y mayor
el tamaño del neocórtex. Otro argumento de esta teoría es que las
relaciones entre los primates se fortalecen, lubrican y mantienen por
medio del espulgamiento y se ha evidenciado que en los primates, el
tiempo dedicado al espulgamiento mutuo crece con el tamaño del
grupo (Dunbar, 2001:26). En consecuencia, el motivo que habría
impulsado el origen del lenguaje es que a medida que el grupo crece, el
tiempo que debería invertirse en el espulgamiento sería tal que no
habría manera de realizar otras actividades, como buscar alimento, por
ejemplo; por consiguiente, el lenguaje verbal aparecería para mantener
el vínculo social en el grupo, sin tener que dejar de hacer otras
actividades vitales en el día a día; pero además de eso, el lenguaje
articulado añade otra ventaja y es la posibilidad de relacionarnos con
más de una persona a la vez, no como en el espulgamiento que es uno a
uno, aumentando así la cantidad de relaciones fortalecidas. Por último,
un argumento que va también en contra del origen cultural-tecnológico
del lenguaje, es que se ha descubierto que aproximadamente el 65%
del tiempo de conversación está dedicado a temas sociales (Dunbar,

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2001:28) por lo que la función de éste no es principalmente la
transmisión de la técnica o el conocimiento, sino más bien el
establecimiento y fortalecimiento de las relaciones sociales.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Interlingüística, 14, 129-140.

Buskes, C. (2009). Evolución y lenguaje. En La herencia de Darwin (pp. 191-


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