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Consecuencias Neurofisiológicas en Infantes Víctimas de Violencia Sexual

Rodríguez, Conde, Karla Ceglinda

karlis.c.r.c@gmail.com

Universidad Privada San Francisco de Asís

ID ORCID 0009-0001-3472-1303

Resumen

Los datos estadísticos presentados por la defensoría del pueblo exhortan al estado boliviano
reforzar las políticas públicas de prevención de las agresiones sexuales a niños, niñas y
adolescentes por el número de casos en ascenso. Según las investigaciones realizadas es
importante describir las consecuencias neurofisiológicas producto del abuso sexual en infantes
los cuales permitirán comprender los cambios estructurales encefálicos, observar los efectos
sobre el desarrollo humano, ayudara a guiar el trabajo de evaluación y la terapia de diferentes
profesionales de la salud y proporcionar evidencias consistentes que promuevan y faciliten la
creación de políticas públicas para reducir las tasas de incidencia y velar por la salud mental
de la población. Por tal motivo el objetivo de la investigación es describir las consecuencias
neurofisiologías en infantes víctimas de violencia sexual. Para llevar adelante la investigación
se realizó la revisión teórica de diferentes artículos sobre las consecuencias neurofisiológicas
de la violencia sexual en infantes. La revisión teórica de los diferentes artículos concuerda en
que las principales consecuencias neurofisiológicas tienen repercusiones a largo plazo en la
salud mental como la depresión, trastornos de la personalidad, ansiedad, estrés postraumático.
La segregación continua de cortisol afecta la homeostasis del organismo, así mismo se ha
relacionado el acortamiento de los telómeros que se asocian con el envejecimiento prematuro,
inflamación y tumores.

Palabras clave
neurofisiología / infantes/ violencia sexual

Abstract
The statistical data presented by the People's Defender's Office urge the Bolivian state to
strengthen public policies for the prevention of sexual assaults to children and adolescents due
to the increasing number of cases. According to the research carried out, it is important to
describe the neurophysiological consequences, a product of sexual abuse in children, which
will allow us to understand the structural brain changes; observe the effects on human
development, will help guide the evaluation work and therapy of different health professionals
and provide consistent evidence that promotes and facilitates the creation of public policies to
reduce incidence rates and ensure the mental health of the population. For this reason, the
objective of the research is to describe the neurophysiological consequences in child victims
of sexual violence. To carry out the research, the theoretical review of different articles on the
neurophysiological consequences of sexual violence in infants was carried out. The theoretical
review of the different articles agrees that the main neurophysiological consequences have
long-term repercussions on mental health such as depression, personality disorders, anxiety,
post-traumatic stress. The continuous segregation of cortisol affects the homeostasis of the
body, likewise the shortening of telomeres that are associated with premature aging,
inflammation and tumors has been linked.

keywords

Neurophysiological/children/ sexual abuse

Introducción

En el pronunciamiento de la defensoría del Pueblo del mes de agosto del año 2023,

exhorta al estado boliviano reforzar políticas públicas de prevención de agresiones sexuales a

niñas, niños y adolescentes ya que según las estadísticas presentadas por el Ministerio

Público reflejan una tendencia en el incremento de denuncias de violación infante, niña, niño

o adolescente y estupro: en 2021 se reportaron 2.091 y 1.552 casos, en el 2022, 2.837 y

1.729; en el primer semestre de 2023, se registraron 1.212 y 850. Así también las oficinas del

Sistema del Servicio al Pueblo recibieron 270 denuncias (2021), 297 (2022) y 126 (a julio de

2023). Según los datos presentados claramente se observa un incremento en los casos, sin

considerar aquellos que quedan en el silencio.

Estas cifras muestran datos alarmantes que deben ser visibilizados por toda la sociedad. Por

tal motivo los autores León y Cárdenas (2021) proponen que el describir las consecuencias

neurofisiológicas del abuso sexual, permitirá comprender los cambios estructurales

encefálicos, observar los efectos sobre el desarrollo humano, ayudara a guiar el trabajo de

evaluación y la terapia de diferentes profesionales de la salud y proporcionar evidencias

consistentes que promuevan y faciliten la creación de políticas públicas para reducir las tasas

de incidencia y velar por la salud mental de la población. Las consecuencias neurobiológicas

que se producen cuando el abuso sexual se presenta a edades tempranas, tienen repercusión
en la organización estructural del cerebro y este efecto modifica la capacidad funcional

adaptativa del infante, sobre todo cuando ocurren en los periodos importantes de crecimiento

cerebral (del nacimiento a los dos años de edad). (Muñoz, Cerezo, Carballido y Ordoñez,

2020. P. 168).

Así también otros autores concuerdan que el abuso sexual infantil produce variaciones

cerebrales, alteraciones en la fisiología neurológica con consecuencias a nivel funcional,

neuroendocrino, psicológico, estructural, así como en la neuro plasticidad debido al efecto

provocado por el estrés durante el neurodesarrollo. Estas alteraciones son más perjudiciales

para el desarrollo neurológico en individuos que sufren violencia sexual en la infancia tardía

y la adolescencia temprana (O’brian, White, Wu, Killian, 2016), consecuencias que muchas

veces son irreversibles y que por tanto tendrán repercusiones en la vida adulta de las víctimas.

(Charry, Pinzón, Muñoz, Becerra, Montero, Luna, 2022, p. 3)

En Bolivia existen pocas investigaciones sobre las consecuencias neurofisiológicas en

infantes víctimas de violencia sexual y cuál es la repercusión que tiene en la vida adulta, lo

cual podría ser una causa porque el estado y otras instituciones no ponen la suficiente

atención a la problemática, al parecer los datos solo representa el número de casos, haciendo

a un lado la magnitud que representa a nivel de salud pública, a su vez que esta afecta a la

economía del país por las consecuencias que tiene a largo plazo en temas de salud mental.

Ante lo expuesto se plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son las

consecuencias neurofisiológicas en infantes que son víctimas de violencia sexual? Por tal

motivo el objetivo del presente artículo es describir las consecuencias neurofisiológicas en

infantes víctimas de violencia sexual.


Metodología

El diseño de investigación es Exploratorio porque permite al investigador familiarizarse

con el objetivo de la investigación. Descubrir ciertas propiedades y relaciones que

posteriormente pueden profundizarse. (Tintaya, P. 2009)

La investigación es tipo descriptiva y de carácter teórico. Se realizo la revisión bibliográfica de

diferentes investigaciones de otros países.

Desarrollo

Las consecuencias neurofisiológicas producto de la violencia sexual en infantes

producen desequilibrio funcional entre la amígdala y la corteza prefrontal debido a la

segregación continua de cortisol que impide mantener la homeostasis. Se podría decir que el

cerebro del infante estaría en un modo guerra, constante sensación de peligro, con un Sistema

Nervioso Autónomo desregulado, hipersensible a cualquier estímulo externo e interno.

(Cornú, 2020.p, 50). Las situaciones de estrés, como el abuso sexual muestran que las

regiones mediales prefrontales son hiporresponsivas mientras que la amígdala es

hiperresposiva según los estudios de neuroimagen realizados por DeBellis (2005, citado en

Cornú, 2020).

El estrés se define como una amenaza a la homeostasis, frente a la cual el organismo para

sobrevivir reacciona con un gran número de respuestas adaptativas que implican la activación

del sistema nervioso simpático y el eje hipotalámico- hipofisiario adrenal. Esta respuesta es

necesaria y funciona como línea de defensa protectora primaria, sin embargo, en el caso de

los infantes víctimas de violencia sexual el estrés agudo afecta varias regiones cerebrales

como la corteza prefrontal, la amígdala, el hipocampo, el hipotálamo por activación y la

segregación de la hormona cortisol. (Charry, Pinzón, Muñoz, Becerra, Montero, Luna, 2022,
p. 3-5). Según Ramos y Silva (2021, p. 162) el cortisol tiene efectos sobre aquellas

estructuras cerebrales que contienen receptores de glucocorticoides los cuales se desarrollan

en los primeros años de vida, neurogénesis postnatal.

De esta manera el estrés en edades tempranas interfiere en la poda neuronal, lo cual resulta en

una menor densidad sináptica en el hipocampo y la amígdala, quien se encarga de la

importante tarea del procesamiento del miedo y las conductas agresivas, además de dirigir la

interpretación de situaciones sociales generando consecuencias a nivel neurofisiológicas.

A. Lóbulo Frontal

El lóbulo frontal se divide en la corteza motora que está involucrada con la planificación,

organización y ejecución de movimientos voluntarios y la corteza prefrontal (CPF), que se

encarga de los procesos cognitivos, afectivos y sociales. Diversos estudios indican cambios

en el volumen total del lóbulo frontal en niños, adolescentes y adultos expuestos a maltrato,

abuso sexual e institucionalización (León y Cárdenas. 2021 p. 4).

A su vez la corteza prefrontal se encarga de inhibir la producción de neurotransmisores

que desencadenan señales de alerta a distintas zonas del cerebro una amenaza, entre ellas al

eje hipofisiario hipotalámico suprarrenal. Por lo tanto, la desregulación de este este eje se

produce ante la presencia de un estímulo amenazante prolongado en el tiempo. La

desregulación de este eje produce la concentración de dopamina, noradrenalina, adrenalina y

cortisol. Los receptores de dopamina influyen en la funcionalidad de la corteza prefrontal y

esta presenta una gran cantidad de receptores. Es así que el exceso de dopamina en el

organismo, hiporreactiva a la corteza prefrontal, impidiendo la comunicación con el resto del

cerebro (Choen y cols., 2002; como se citó en Pereira 2021). Como consecuencia, el eje

hipofisiario hipotalámico suprarrenal sigue produciendo más cortisol, al igual que ante la

presencia prolongada de un estímulo amenazante. Esta respuesta fisiológica disfuncional es la

que se genera cuando un individuo experimenta un síndrome de estrés postraumático.


B. Hipocampo

El hipocampo se vincula con la formación de memoria explicitas y la regulación

emocional, se observó que reduce el volumen hipocampal en infantes que sufren abuso

sexual. en especial en el hemisferio izquierdo. Estas alteraciones pueden reflejarse en

problemas para el aprendizaje contextual, la ubicación espacial, el aprendizaje autobiográfico

y la regulación del estrés. (Cárdenas. 2021). Así también lo confirman los estudios llevados a

cabo con resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones han hallado un

volumen del hipocampo izquierdo entre un 5% y un 18% menor en las víctimas adultas de

maltrato infantil, incluyendo la experiencia de abuso sexual, en comparación con grupos

control. (Pereda y Gallardo. 2011)

C. Amígdala Cerebral

La amígdala cerebral es una estructura es esencial en el aprendizaje emocional y la

coordinación de respuestas a estímulos prominentes, en especial a los que representan

amenaza. Las investigaciones realizadas indican que esta aumenta su volumen en las

personas expuestas a maltrato infantil entre ellas el abuso sexual. (León y Cárdenas. 2021. P

7).

Según el análisis realizado por Pereda y Gallardo (2011) en su investigación la activación

de la amígdala ante la adquisición de miedo en víctimas de abuso sexual infantil con

diagnóstico de trastorno por estrés postraumático, comparándolas con no víctimas sin

trastorno, se constató una mayor activación de la amígdala izquierda ante esta situación y una

menor función del cíngulo anterior ante la extinción del miedo. En sujetos que sufrieron

violencia sexual al observar rostros intimidantes aumento la reactividad bilateral de la

amígdala, reflejando vigilancia exacerbada frente a las amenazas ambientales, relacionadas

con alteraciones de los niveles de cortisol basal. Su persistencia en la adultez, refleja efectos
moleculares del estrés en la composición bioquímica del ácido desoxirribonucleico y cambios

epigenéticos que alteran la expresión de genes reguladores. (Behar y Barra, 2021)

Según las investigaciones de León y Cárdenas (2021) las experiencias de abuso en edades

tempranas pueden conllevar a una amígdala hiperplástica que se hiperactiva ante señales de

peligro y genera un afecto ansioso que puede favorecer un control emocional eficiente;

opuestamente, a edades más tardías como la adolescencia temprana produce más llevarían a

una amígdala contraída que genera alteraciones en el aprendizaje aversivo y grave riesgo para

desarrollar psicopatologías como depresión y trastornos de personalidad. Otro estudio

prospectivo de abuso sexual realizado antes de los 10 años, mostró retardo en la maduración

de la inhibición de respuesta, a lo largo de la adolescencia y adultez joven, aumento de

impulsividad asociada a problemas emocionales/afectivos y abuso de alcohol.

D. Acortamiento de los Telómeros

Los telómeros son estructuras nucleoproteícas localizadas en las porciones terminales de

los cromosomas, cumplen un papel importante para la estabilidad del genoma. Además de

ofrecer protección a las secuencias de ADN durante su replicación, y a los extremos de los

cromosomas ante posibles eventos de daño al ADN, los telómeros son sitios de anclaje para

proteínas reparadoras de ADN, y ofrecen información acerca de la historia proliferativa

celular. El acortamiento de los telómeros representa un marcador y un mecanismo de

envejecimiento biológico, que se vincula a enfermedades asociadas al envejecimiento.

(Sánchez, G. Cuello, D. 2020). Según las investigaciones realizadas por los autores Hinojosa

y Flores (2022) el abuso sexual puede ocasionar un acortamiento en los telómeros

produciendo una inflamación sistémica. Los cambios epigenéticos que provoca una agresión

sexual pueden ser heredados a la descendencia. Si los telómeros se acortan

significativamente, las células pueden tener un mal funcionamiento y generar inflamación y

tumores. El acortamiento generalmente se asocia con el envejecimiento, pero también con el


estrés. Se sugiere que la erosión de los telómeros tiene como efecto el envejecimiento celular,

enfermedades neurodegenerativas y la mortalidad en humanos.

Conclusiones

De acuerdo a la revisión bibliográfica se llega a las siguientes conclusiones: Las

consecuencias neurofisiológicas en infantes víctimas de violencia sexual tienen repercusiones

principalmente en la salud mental a largo plazo, como la depresión, trastornos de

personalidad, ansiedad, estrés post traumático. Los infantes víctimas de violencia sexual se

encuentran en un cuadro de estrés agudo el cual afecta varias regiones cerebrales como la

corteza prefrontal, la amígdala, el hipocampo, el hipotálamo por activación y la segregación

de la hormona cortisol

La segregación prolongada de la hormona cortisol por el estado de alarma que se genera en el

organismo afecta la homeostasis. Asi también se produce la reducción del tamaño del

hipocampo, estrechamente relacionada con problemas de aprendizaje contextual, la ubicación

espacial, el aprendizaje autobiográfico y la regulación del estrés. El funcionamiento anormal

de la amígdala cerebral produce asimetría en el volumen de la misma en el hemisferio

izquierdo, de esta forma las personas que sufrieron violencia sexual presentan mayor tamaño

de la amígdala izquierda. Por otro lado, se observó acortamiento de telómeros, los cuales se

relacionan con el envejecimiento prematuro, inflamación y tumores.


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