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Suramérica arde: ¿Quién tiene la culpa?

Los incendios forestales de Chile, con su terrible saldo de víctimas y daños, no son un fenómeno
aislado en América Latina. ¿Qué tanto influyen factores humanos, como las manos criminales o las
quemas agrícolas, y qué tanto corresponde a la negligencia estatal ante un fenómeno cada vez más
relacionado con el calentamiento global?

“…No existe nada que sea realmente un desastre ‘natural’. El desastre es lo que sucede porque la
sociedad permite que suceda…”, afirmó la periodista estadounidense especializada en la región,
June Carolyn Erlick, en su libro Desastres naturales en América Latina.

Los recientes incendios en Valparaíso, zona centro-sur de Chile, mataron a 132


personas y dejaron a miles de familias sin sus casas. Varias autoridades incluido el
presidente Gabriel Boric, denunciaron que los incendios fueron provocados. “Que
sepan, cualquiera que se encuentre prendiendo un foco y desatando la tragedia que
hemos visto, los vamos a buscar por todas partes y les va a caer el peso de la ley,
además del repudio de toda una sociedad entera, porque lo que han causado es
inconmensurable”, dijo Boric desde Viña del Mar luego del desastre. Ese día, también
informó que solicitó a la Unión Europea una investigación externa sobre el Sistema de
Alerta de Emergencias.

Hubo detenidos, pero la Fiscalía no los acusó porque no halló pruebas.


Hubo denuncias de los ciudadanos por presuntos nuevos pirómanos, pero la
Policía no los encontró. También hubo desinformación, como que siete
venezolanos estaban encendiendo nuevos focos en otra zona. Pero aunque
la versión se hizo viral, no era cierta.
Las autoridades chilenas apuntan en su discurso a una de las múltiples
causas de los incendios forestales, mientras evaden otras, como sus
propias responsabilidades. Estas son esenciales para prevenir el impacto
de este tipo de desastres como el de febrero de 2024, que más allá de las
importantes pérdidas materiales, ha significado una gran tragedia
humana.

Por Gricha Vera.

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