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TEÓRICOS - Fuentes de Información

EN EL ORIGEN Y LA CONFIRMACIÓN DE LAS NOTICIAS

Por Fabián Bergero y María Teresa Bernardi

Cada vez que desde nuestra Cátedra pedimos a los estudiantes una definición de noticia, establecen
criterios o valores a tener en cuenta para determinar -precisamente- qué es noticia. Entre ellos, coinciden
en que el hecho analizado debía estar tomado de una o varias fuentes, y que los datos obtenidos debían ser
verificables.

Es decir que valoran la importancia y la trascendencia que tienen las fuentes tanto para lograr la
información, como para chequearla y confrontarla.

De hecho, la gran mayoría de las noticias parten de una fuente: una persona que nos relata algo, un
documento que informa, un funcionario que cuenta, un testigo que denuncia.

Quedan afuera de "la gran mayoría" aquellos hechos a los que el periodista asiste en forma directa y que
no necesita que nadie se lo cuente. Es decir que el periodista es además testigo del acontecimiento.

Pero las fuentes no son sólo el lugar desde donde parten las noticias, sino también las que nos permiten
chequear un dato, para poder darlo como cierto. En el ejercicio de nuestra profesión, llegarán cientos de
personas que nos contarán grandes revelaciones, cosas feas de otras, chismes, presunciones, o nos
mostrarán documentos comprometedores y nos prometerán primicias.

Supongamos que un respetado dirigente de la Cámara de Comercio nos dice que el ministro de Gobierno
de la provincia se compró una mansión en Punta del Este. Nosotros no podemos dar por cierto el hecho,
salvo que lo verifiquemos. Es decir que deberemos recurrir a otras fuentes (personales, documentales,
bases de datos) para corroborarlo.

De modo que, como primera conclusión, podemos decir que las fuentes de información son
imprescindibles para el periodismo. Tanto para lograr la data como para chequearla. Tal como ustedes lo
habían señalado.

El segundo punto que vamos a tratar es por qué las fuentes nos dan información. Es decir, qué hace que
una fuente le cuente algo a un periodista o a un medio. El respetado dirigente de allá arriba nos contó lo
del ministro porque quería que se conociera un supuesto acto de corrupción, porque le envidiaba el chalet
o simplemente porque quería perjudicarlo porque cuando era chico le quitó la novia.

Podemos estar seguros de que no sólo ésta sino todas las fuentes tienen siempre una intención, un interés.
Siempre persiguen un objetivo. Puede ser desde el mas inocente (por ejemplo, querer que su dato salga en
el diario), pasando por el mas altruista (denunciar la corrupción) hasta el mas habitual: intentar convencer
a la audiencia de que su punto de vista es el que vale. A eso se le llama "influir" sobre el público.
Concluimos entonces en que todas las fuentes tienen un interés cuando nos dan una información.

Desconocer esto es pecar de inocentes. Y en esta profesión, nadie en el mundo creerá que publicamos una
nota determinada de una fuente determinada, porque no nos dimos cuenta de que tenía un fin
determinado. Valgan todas las redundancias.

Dice Clarín

El Manual de Estilo del diario Clarín [1] , confirma que toda noticia "debe estar debidamente chequeada y
verificada y sustentarse en fuentes legítimas y representativas".

Coincide en que toda noticia se construye a partir de testimonios de terceros, "salvo en el caso de que el
periodista estuviera presente en el acontecimiento". Pero asegura que aun así, "es necesario el registro de
testimonios de los protagonistas o testigos del hecho".

No es que el periodista no sea creíble, sino que el dato debe sustentarse en las voces y visiones de los
otros testigos, para darle mayor credibilidad. Ustedes mismos en su definición de noticia insistían en la
necesidad de que ese hecho se basara en una o varias fuentes, y que puedan ser verificables por otras
fuentes.

¿Qué es una fuente?

De acuerdo con lo escrito mas arriba, podemos decir que una fuente es una persona que nos brinda
información para que la convirtamos en noticia.

También pude ser un grupo de personas, una institución, un organismo, empresa o negocio.

Además, son fuentes una biblioteca, un archivo, un libro, una revista especializada, un boletín, un
comunicado de prensa, un documento oficial, la Internet, las redes privadas.

También las calles, las plazas, los canales, los colectivos, los cyber, y todo lo que podamos observar o
percibir con nuestros sentidos, son fuentes que nos proporcionan información.

Venga de donde venga, la información obtenida desde una fuente debe ser chequeada. Aun cuando se
trata de un documento oficial. "Sobre todo cuando se trata de un documento oficial" decía un viejo
periodista regional

El ombligo

Si alguno cree que el periodista es el centro del universo recomendamos que no lea a José María Caminos
Marcet [2] . Mucho menos el capítulo 9 dedicado a las fuentes de información e investigación periodística.
"Existe la idea de que el profesional de la comunicación es el epicentro del trabajo periodístico, y que los
demás elementos orbitan a su alrededor. Sin embargo, el periodista profesional, aun siendo fundamental
su tarea, no es nada sin una buena agenda informativa y sin buenas fuentes de información".
El catedrático español avanza aun mas. Dice que las fuentes "son la esencia de la actividad informativa y
constituyen el sello de distinción de los medios de comunicación. El mejor medio es el que está mejor
informado, y el mejor informado es el que dispone de mejores fuentes de información".

Esta es una realidad que sufriremos como estudiantes y como profesionales recién recibidos. La falta de
fuentes hará que nuestro trabajo sea realmente difícil. Por eso, la construcción de agenda de contactos
propia es una tarea que deben iniciar desde ahora. Y del mismo modo, deberán cuidar y preservar esas
fuentes. Salvo en situaciones como las que contamos en el recuadro "Cuando Nación reveló sus fuentes".

Intermediarios y fuentes

Núñez Ladevéze aporta una distinción interesante entre la fuente de información y el intermediario. Toma
como punto de análisis el lugar de donde parte la información. Y considera que es el periodista el que
recibe la información de la fuente y la transforma en noticia.

Sin embargo, y con buen criterio, explica que en las sociedades capitalistas modernas el exceso y la
división del trabajo impiden generalmente al cronista estar en contacto directo y permanente con las
fuentes de información. Por eso, debe nutrirse de otras fuentes que son en realidad productoras de
noticias. Entre ellas, cita las agencias de noticias o los servicios informativos, en las que trabajan
profesionales de la comunicación redactando noticias.

Pero también incorpora en este segmento de intermediarios a las oficinas de prensa institucional, y los
gabinetes de prensa en general.

Off and On the record

Un periodista se sienta frente a funcionario público. El funcionario habla durante cuatro horas. El
periodista publica la nota. El funcionario llama al periodista y le dice cosas como éstas: "lo que yo dije no
era para publicar", "usted nunca me dijo que la información era para publicar", "era una charla
privada, no pública", y otras cosas por el estilo. ¿Debe el periodista sentirse mal por esto?

Nuestra Cátedra considera que no. El acuerdo no escrito en ningún lado pero que se desprende del mas
puro y práctico sentido común, dice que el periodista busca información y el funcionario es la fuente. Es
decir que todas las conversaciones que mantiene el periodista son on the record. Y que la única forma de
cambiar esta relación es que la fuente diga: "esto no lo diga". Usted decidirá si acepta o rechaza el
acuerdo. Y tiene la obligación de hacérselo saber.

Un ejemplo claro de esto se dio cuando el jefe de la sección policiales de la agencia Neuquén del diario
Río Negro, el periodista Guillermo Berto, entrevistó al por entonces camarista Jorge Sommariva
(candidato a ocupar una vocalía en el Superior Tribunal de Justicia de la provincia) y le preguntó si era
dueño del campo Las Breñas, una enorme extensión de tierras en plena cordillera neuquina. El juez le dijo
que sí, pero que no cuente nada. Berto le anticipó que iba a publicar ese dato. Sommariva le anticipó que
si lo hacia, él lo negaría. Berto lo publicó. Sommariva lo desmintió.

De modo que ningún periodista tiene la obligación de anticipar que lo que el funcionario o la fuente le
diga es para ser publicado. Y si recibe como propuesta un off the record, deberá decidir si acepta o no.
Luego, respetar el acuerdo.

Explicado científicamente

El conflicto descrito mas arriba, es uno de los tantos que se producen entre la fuente y el periodista. Para
enmarcar esta situación en un contexto teórico, optamos por seguir el Caminos Marcet. El habla de cómo
pueden ser las atribuciones de la fuente. Y distingue:

 Información con atribución directa. Es el on the record, y significa dar a conocer la identidad de
la fuente que nos dio la información. No hay conflictos, aunque luego la fuente puede decir que
sus declaraciones fueron sacadas de contexto. Que sea información directa, no significa que no
haya que verificarla.

 Información con atribución reservada: Dice Marcet que la práctica mas habitual en el
periodismo de investigación (que según nuestra Cátedra es el único tipo de periodismo que existe)
es el trabajo con fuentes que no se dejan identificar. "Cuando el periodista puede publicar las
confidencias de la fuente siempre y cuando mantenga en secreto su identidad nos hallamos ante
una información con atribución reservada". Marcet propone que en estos casos el periodista
puede enmascarar la identidad de la fuente a través de atribuciones ambiguas tales como "fuentes
militares", "fuentes próximas". Esta Cátedra como veremos mas abajo- recomienda acercar lo mas
posible a la fuente, sin delatarla.

 Información para uso del periodista. Es lo que llamamos off the record. Cuenta Marcet que su uso
es bastante controvertido, en lo que hace a su alcance y utilización. Para algunos académicos, se
trata de la información que no se puede atribuir ni publicar. Dicen que sirve para que el periodista
la pueda usar, comprender otros hechos o enmarcar informaciones. Otros consideran que no es
atribuible, pero que -luego de ser chequeada- se puede publicar. Marcet sostiene la primera
postura: "son informaciones ofrecidas para el conocimiento exclusivo del periodista. Su utilidad
práctica consiste en aportar datos al periodista para la interpretación correcta de lo que está
pasando, le facilita pistas para iniciar posibles investigaciones por su cuenta y le evita perder
tiempo rastreando indicios poco consistentes".

Atribución de la fuente

El Manual de Ética Periodística del diario La Nación [3] opina que las fuentes siempre deben ser conocidas
por las autoridades de la redacción. Sin embargo, propone que éstas tanto como los periodistas que las
hayan consultado- "guardarán el secreto profesional ante cualquier requerimiento externo".
La Nación afirma que siempre se debe tratar de dar a conocer la fuente de información de la cual partió la
noticia, ya sea una agencia de noticias, un funcionario u otro medio de comunicación. Sin embargo,
reconoce que hay excepciones. Por ejemplo, cuando la fuente pide que se preserve su identidad por
razones de seguridad, temor, conveniencia u otros factores. Por eso, dice el manual que una vez que el
diario se comprometió a mantener el off the record, deberá respetarse, salvo que el diario pueda conseguir
la data por otra vía.

El código de conducta de The Washington Post [4] , afirma que el diario se compromete a revelar la fuente
de todas las informaciones "cuando sea claramente posible". Pero agrega que si el medio acepta
resguardar la identidad de una fuente "esa identidad no debe ser revelada a nadie fuera del diario".

Pero avanza en una metodología de trabajo interesante que deberíamos hacer propia. Dice que los
periodistas deberían:

1. Tratar de que la fuente revele su identidad.

2. Si no es posible, deberán tratar de buscar la misma información en otra parte, para poder citar la
fuente.

3. Y si tampoco fuera posible, los redactores "deben pedir que conste una razón para mantener
secreta la identidad de la fuente, y deberían incluir esa razón en sus crónicas".

Pero si nada de eso fuera finalmente posible, los muchachos del The Washington Post proponen algo
parecido a lo que establece el diario Clarín: dar la mayor cantidad de datos que sirvan para ubicar a la
fuente. No se trata de "mandar al frente" a quien nos dio la data, sino de acercar al lector al origen de la
información. Por ejemplo: "una fuente del ministerio de Economía"; "un funcionario de la Casa Militar";
"una fuente de la investigación judicial", entre otros posibles.

Eso si: en nuestro afán de preservan una fuente, no es posible cambiar la atribución de la información. O
sea que si el comerciante de mas arriba nos cuenta lo del ministro de Gobierno, no podemos decir que la
fuente proviene "del ministerio de Hacienda". Eso es mentira, y sólo tiene como fin engañar a la gente.

Los intereses de las fuentes

Las fuentes oficiales son las mas usadas por los medios de comunicación. La realidad es que los
periodistas realizan cada vez mas tareas dentro de las redacciones (buscan la data, la escribe, editan
páginas), y afirman tener poco tiempo para salir a la calle.

Del otro lado, las oficinas de prensa institucionales aprovechan esa coyuntura para entregar a los medios
gran cantidad de noticias, redactadas por periodistas con estilo y técnicas periodísticas, de manera que en
las redacciones sólo tengan que ocuparse de adaptarlas al espacio existente. Muchos medios, compran sin
pensarlo.
Muchas veces aparecen identificadas como tales, pero en otras ocasiones, los medios y periodistas
intentan diluir su identidad para no aparecer como voceros de un gobierno.

Esto lleva a la "invisibilidad de los realmente poderosos" como señala el profesor Lorenzo Gomis en su
Teoría del Periodismo [5] .

Una investigación llevada a cabo por los integrantes de la Cátedra de Redacción Periodística II [6] ,
confirma este dato en el caso del diario Río Negro. Analizado el origen de la información en el período
que va desde 1980 hasta el 2000, se comprueba que en la primera década analizada, un tercio de las
noticias provenían de fuentes oficiales. Ese porcentaje creció al 45 por ciento a principios de la década del
90, hasta ubicarse en el 28 por ciento a principios del 2000.

Esta devoción por las fuentes oficiales genera grandes riesgos para la credibilidad del periodista y del
medio. En su misma Teoría, Gomis advierte que es necesario preguntarse siempre no sólo a quien
beneficia una noticia, sino además a quién perjudica. "La noticia es ya una interpretación de un hecho,
pero la interpretación de la noticia se hace mejor si nos preguntamos a quién aprovecha o perjudica,
como pista para averiguar quién puede ser la verdadera fuente".

Un taquígrafo por aquí

Cuando nos introdujimos en el fascinante mundo de la noticia, en la segunda clase de este año,
contábamos que casi un 70 por ciento de los materiales que se publican en los diarios, provenía de las
oficinas de prensa de los gobiernos u otras instituciones. Y concluíamos -siguiendo al profesor Lorenzo
Gomis- que las noticias terminaban siendo versiones periodísticas de lo que querían esas fuentes.

En este documento vimos que todas las fuentes tienen algún interés. Todas tienen como objetivo lograr
que las audiencias compartan sus puntos de vista sobre la realidad. Sobre todo, las oficinas de prensa del
gobierno, que son las mas productivas en materia de información.

Es decir que muchos medios terminan convirtiéndose en voceros de la actividad de los gobiernos. Y
cuentan la realidad tal como el gobierno la ve.

Los periodistas tenemos una enorme responsabilidad en evitar que esto sea así. Nuestra tarea, es recibir
un dato y verificarlo, confrontarlo con otras fuentes. Chequearlo hasta el cansancio y tratar siempre y en
todo lugar- de saber qué hay detrás de la noticia.

Hace un par de años, en medio de la eterna crisis argentina, el gobierno provincial informó que el índice
de desocupación había bajado varios puntos. La mayoría de los medios publicaron el dato tal como lo
contó el boletín de prensa de Casa de Gobierno. Quienes quisieron corroborar el dato, descubrieron que
como por arte de magia, el Instituto de Estadísticas y Censos convirtió a todos aquellos desocupados que
recibían un subsidio por desempleo en "subocupados". Y así redujo mágicamente la desocupación,
cuando en realidad, era mayor que en el período anterior.

El gobierno veía color de rosa una negra realidad. La obligación del periodista no es transcribir, sino
investigar. Ser taquígrafos de las fuentes oficiales o periodistas, es también decisión nuestra. Lo único
claro es que quienes sólo se dedican a reproducir el discurso oficial, no son periodistas. Son meros
taquígrafos del poder.

General Roca, 2004.-

[1]
Manual de Estilo del Diario Clarín. Aguilar UTE. Buenos Aires, 1997.
[2]
Caminos Marcet, José María. Periodismo de Investigación, Teoría y Práctica. Editorial Síntesis.
España, 1997.
[3]
La Nación. Manual de Estilo y Etica Periodística. Espasa. Buenos Aires, 1999.
[4]
Citado en el Manual de Estilo y Etica Periodística de La Nación, páginas 55 y 56.
[5]
Gomis, Lorenzo. Teoría del Periodismo. Piados Ibérica. Barcelona, 1997.
[6]
Estrategias en la comunicación escrita y visual en un diario de referencia. Nuevas tecnologías: cambios
en la presentación periodística. Dirigida por el profesor Juan Carlos Bergonzi

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