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Identificación del problema:

El caso Barrios Altos es una denuncia presentada por la Asociación Pro-Derechos

Humanos (APRODEH) y la Fundación Ecuménica para el Desarrollo y la Paz (FEDEPAZ)

ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 29 de enero de 1996.

En la denuncia, se alegaba que el Estado peruano era responsable de la masacre de Barrios

Altos, ocurrida el 3 de noviembre de 1991, en la que 15 personas fueron asesinadas por

agentes militares del Grupo Colina.

La CIDH admitió la denuncia y la llevó a cabo un proceso de investigación. En 2001, la

CIDH emitió una sentencia en la que encontró al Estado peruano responsable de la masacre

por haber violado los derechos a la vida, a la integridad personal y a la protección judicial.

La CIDH también ordenó al Estado peruano que investigara y sancionara a los responsables

de los hechos, y que reparara a las víctimas.

Por lo tanto, el caso Barrios Altos es una denuncia presentada ante la CIDH, que

terminó en una sentencia condenatoria contra el Estado peruano.

En términos legales, la denuncia es un acto procesal por el cual una persona o entidad

presenta una queja ante un tribunal o autoridad competente, para que se investigue y

sancione una conducta que considera ilegal. La demanda, por su parte, es un acto procesal

por el cual una persona o entidad solicita a un tribunal que declare sus derechos y los haga

cumplir.

En el caso Barrios Altos, la denuncia presentada por APRODEH y FEDEPAZ era una queja

ante la CIDH, para que se investigara y sancionara la masacre de Barrios Altos. La

sentencia de la CIDH, por su parte, era una declaración de los derechos de las víctimas y

una orden al Estado peruano para que los hiciera cumplir.


La sentencia consistió en los siguientes puntos:

 Declaración de responsabilidad: La CIDH declaró al Estado peruano responsable

de la masacre de Barrios Altos por haber violado los derechos a la vida, a la

integridad personal y a la protección judicial.

 Orden de investigación y sanción: La CIDH ordenó al Estado peruano que

investigara y sancionara a los responsables de la masacre, incluyendo a los autores

intelectuales y materiales.

 Orden de reparación: La CIDH ordenó al Estado peruano que reparara a las

víctimas y sus familiares, incluyendo el pago de una indemnización, la

rehabilitación psicológica y social, y la satisfacción pública.

En particular, la sentencia estableció que el Estado peruano había violado los derechos a la

vida, a la integridad personal y a la protección judicial de las víctimas, al no haber tomado

las medidas necesarias para prevenir la masacre, al no investigarla de manera efectiva y al

no sancionar a los responsables. La sentencia contribuyó a la lucha contra la impunidad y a

la construcción de una memoria colectiva sobre la violencia terrorista y las violaciones de

derechos humanos ocurridas en el Perú durante la década de 1980 y 1990.

La sentencia también tuvo un impacto importante en el derecho internacional de los

derechos humanos. La CIDH estableció en la sentencia que las leyes de amnistía no pueden

ser aplicadas para impedir la investigación y sanción de las graves violaciones de derechos

humanos.

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