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Revista de agresión, maltrato y trauma

ISSN: 1092-6771 (Impreso) 1545-083X (En línea) Página de inicio de la revista:http://www.tandfonline.com/loi/wamt20

Taxonomía de los trastornos psicológicos y sociales


en supervivientes de abuso psicológico grupal

Omar Saldaña Tops, Emma Antelo, Álvaro Rodríguez-Carballeira & Carmen


Almendros Rodríguez

Para citar este artículo:Omar Saldaña Tops, Emma Antelo, Álvaro Rodríguez-Carballeira & Carmen
Almendros Rodríguez (2018) Taxonomía de perturbaciones psicológicas y sociales en sobrevivientes de
abuso psicológico grupal, Journal of Aggression, Maltreatment & Trauma, 27:9, 1003-1021, DOI:
10.1080/10926771.2017.1405315

Para vincular a este artículo:https://doi.org/10.1080/10926771.2017.1405315

Publicado en línea: 19 de diciembre de 2017.

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REVISTA DE AGRESIÓN, MALTRATO Y TRAUMA 2018,
VOL. 27, núm. 9, 1003-1021
https://doi.org/10.1080/10926771.2017.1405315

Taxonomía de los trastornos psicológicos y sociales en


supervivientes de abuso psicológico grupal
Omar Saldaña TopsEl, Emma AnteloEl, Álvaro Rodríguez-CarballeiraEl
y Carmen Almendros RodríguezB
ElDepartamento de Psicología Social y Psicología Cuantitativa, Universidad de Barcelona, Barcelona,

España;BDepartamento de Psicología Biológica y de la Salud, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid,


España

ABSTRACTO HISTORIA DEL ARTÍCULO


El objetivo de este estudio fue delimitar las perturbaciones Recibido el 14 de julio de 2017 Revisado el

psicológicas y sociales que pueden experimentar las personas que 2 de octubre de 2017 Aceptado el 11 de

han sufrido abuso psicológico dentro de un grupo social de forma noviembre de 2017

continuada. Se desarrolló una clasificación integral de estas PALABRAS CLAVE


perturbaciones basada en una revisión de la literatura científica. Su Abuso emocional; salud
contenido fue revisado por un panel internacional de 38 expertos en mental; psicológico
el tema. Los expertos también juzgaron la frecuencia e intensidad angustia; violencia
con la que los supervivientes de grupos abusivos suelen psicológica; grupo social;
experimentar cada perturbación. La taxonomía, que incluye 20 taxonomía; víctima

componentes clasificados en cuatro categorías principales, mostró


una validez de contenido adecuada. Los componentes considerados
más frecuentes e intensos estaban relacionados con dificultades
emocionales, seguidos de los asociados a dificultades relacionales y
de integración social, dificultades cognitivas y, finalmente, otras
conductas problemáticas específicas. Operacionalizar y clasificar los
trastornos psicológicos y sociales específicos que comúnmente
experimentan los sobrevivientes de grupos abusivos contribuye a
una mejor delimitación del fenómeno. Asimismo, contribuye a la
comprensión de los efectos a largo plazo del abuso psicológico, lo
que resulta útil tanto en el ámbito académico como clínico.

En las últimas décadas, los investigadores han documentado ampliamente


testimonios de personas que han experimentado conductas psicológicamente
abusivas en entornos grupales. Los ex miembros de grupos donde se produce abuso
psicológico informan haber sufrido una variedad de prácticas abusivas persistentes
(por ejemplo, Chambers, Langone, Dole y Grice,1994; abrigos,2012; Saldaña,
Rodríguez-Carballeira, Almendros y Escartín,2017; Saldaña, Rodríguez-Carballeira,
Almendros, & Nishida,2017). Estas prácticas incluyen, entre otras, el aislamiento de la
red social de apoyo, el control de las relaciones afectivas, la manipulación de la culpa,
la humillación y la denigración del pensamiento crítico. Grupos donde abusan

CONTACTOÁlvaro Rodríguez-Carballeira alvaro.rodriguez@ub.edu Departamento de Psicología Social y


Psicología Cuantitativa, Facultad de Psicología, Universidad de Barcelona, Pg. Vall d'Hebron 171, Barcelona 08035, España.

Las versiones en color de una o más de las figuras del artículo se pueden encontrar en línea enwww.tandfonline.com/WAMT.
© 2018 Taylor y Francisco
1004 O. SALDAÑA ET AL.

Los comportamientos que se aplican de forma continua para reclutar y retener


seguidores suelen etiquetarse como sectas, grupos de alta demanda o grupos
abusivos (Langone, 2002), y algunas fuentes sugieren que hay más de 5.000 de estos
grupos operando en los Estados Unidos y Canadá (Singer,2003), con una membresía
combinada de más de 2.500.000 personas (McCabe, Goldberg, Langone y DeVoe,
2007).
Los grupos abusivos han sido definidos como cualquier grupo social o movimiento
de cualquier tipo que exhiba una devoción o dedicación grande o excesiva hacia una
persona, idea o cosa, y emplee prácticas de persuasión y control manipuladoras y
poco éticas diseñadas para fomentar la sumisión y promover los objetivos del grupo.
líderes, en detrimento actual o posible de los miembros, sus familias o la comunidad
(West & Langone,1986). El concepto de abuso psicológico grupal fue propuesto para
describir las prácticas que caracterizan a los grupos abusivos y distinguirlos de otros
grupos no abusivos en los que tienen lugar prácticas de influencia socialmente
aceptadas (Langone & Chambers,1991). Recientemente, un panel de 31 expertos en
el área desarrolló y validó una taxonomía integral de los comportamientos
psicológicamente abusivos que pueden experimentarse en entornos grupales
(Rodríguez-Carballeira et al.,2015). Estas conductas abusivas se clasificaron en seis
estrategias principales: abuso emocional, aislamiento, control sobre la vida personal,
control de la información, adoctrinamiento en un sistema de creencias absoluto e
imposición de una autoridad única y extraordinaria.

La relevancia social y clínica del fenómeno surge de los posibles efectos


negativos sobre los individuos de las prácticas abusivas que podrían haber
endurecido dentro de estos grupos. En este sentido, los profesionales de la
salud mental suelen argumentar que los grupos donde las prácticas
abusivas causan daño a un gran número de sus miembros (por ejemplo,
Lalich & Tobias, 2006; Cantante,2003). Además, la literatura científica
disponible sobre abuso psicológico grupal ha documentado la angustia
psicológica y los problemas de adaptación de los sobrevivientes de grupos
abusivos mientras se integran en la sociedad exogrupal (Aronoff, Lynn y
Malinoski,2000). Los efectos negativos del abuso psicológico grupal implican
síntomas psicopatológicos (p. ej., Conway, Siegelman, Carmichael y Coggins,
1986; Malinoski, Langone y Lynn,1999), niveles intensos de estrés psicológico
(Saldaña, Rodríguez-Carballeira, Almendros, & Guilera,2017), y una amplia
gama de trastornos psicológicos y sociales (p. ej., Boeri,2002; abrigos,2010;
Mateo y Salazar,2014).
Los trastornos psicosociales que suelen experimentar algunos supervivientes de
grupos abusivos no suelen alcanzar el grado de gravedad de los trastornos
psicopatológicos. Sin embargo, estos disturbios pueden durar mucho tiempo
después de que los sobrevivientes rompan sus vínculos con el grupo (Matthews &
Salazar,2014), y pueden tener un impacto significativo en su calidad de vida (Boeri,
2002; Durocher, 1999). Teniendo en cuenta que estos disturbios no han sido
DIARIO DE AGRESIÓN, MALTRATO Y TRAUMA 1005

Recopilados y definidos sistemáticamente en la literatura científica previa, el


propósito de este estudio fue delimitar de manera integral los componentes de los
trastornos psicosociales experimentados por los sobrevivientes de grupos abusivos.

Síntomas psicopatológicos
La literatura científica que documenta los efectos psicopatológicos de pertenecer a
un grupo abusivo utilizando medidas estandarizadas ha sugerido que al menos
algunos individuos experimentaron síntomas de depresión, ansiedad, disociación,
quejas psicosomáticas, tendencias destructivas, distimia, dependencia y trastorno de
estrés postraumático (Gasde & Block ,1998; Malinoski et al.,1999; Martín, Langone,
Dole y Wiltrout,1992; Swartling y Swartling,1992). Otros estudios mostraron
asociaciones significativas entre las experiencias individuales de abuso psicológico
grupal y la angustia psicológica general, la ansiedad, la ideación paranoide, el
psicoticismo, la depresión, la sensibilidad interpersonal y el neuroticismo (Saldaña,
Rodríguez-Carballeira y Almendros,2017; Winocur, Whitney, Sorensen, Vaughn y Foy,
1997). En general, la evidencia disponible indica que, si bien la mayoría de las
personas que ingresan a un grupo abusivo no reportan ninguna psicopatología
previa (Martin et al.,1992; Spero,mil novecientos ochenta y dos), la mayoría de los
estudios informaron que un gran número de supervivientes de grupos abusivos
experimentaron síntomas psicológicos clínicamente significativos después de
abandonar el grupo (Aronoff et al.,2000).

Trastornos psicológicos y sociales.


Como en otras áreas de estudio del abuso psicológico, es importante considerar
que restringir los efectos del abuso psicológico a los síntomas psicopatológicos
probablemente no capture toda la gama de trastornos emocionales, cognitivos y
sociales resultantes de experiencias de abuso interpersonal (Rogers &
Follingstad,2014). Amplia evidencia ha demostrado alteraciones específicas que
no cumplen los criterios de los trastornos de salud mental clásicos (p. ej.,
Matthews y Salazar,2014; Swartling y Swartling,1992). Sin embargo, estas
alteraciones también tienen un impacto negativo severo en la salud y la calidad
de vida de las personas (Aronoff et al.,2000). Además, podrían fomentar la
vulnerabilidad al estrés, produciendo o exacerbando síntomas psicopatológicos
más graves (Saldaña et al.,2017).
Los investigadores que realizaron estudios de encuesta encontraron una amplia
variedad de dificultades en los sobrevivientes de grupos abusivos, incluyendo soledad,
sentimientos de pérdida, ira, culpa, miedo, vergüenza, insomnio, pesadillas, pérdida de
memoria, baja confianza en uno mismo, disfunciones menstruales y sexuales, y conflictos.
con sus seres queridos (Conway et al.,1986; goski,1994; Swartling y Swartling,1992). Otros
investigadores han estudiado las experiencias de supervivientes de grupos abusivos
utilizando un enfoque cualitativo (p. ej., Coates,2010; Durocher,1999), en algunos
1006 O. SALDAÑA ET AL.

casos centrados en las experiencias de grupos específicos de personas, como las mujeres
(Boeri,2002) o personas nacidas y/o criadas dentro del grupo (Gibson, Morgan, Woolley y
Powis,2011; Mateo y Salazar,2014). Estos estudios encontraron evidencia de una amplia
gama de desafíos que enfrentan los sobrevivientes que no fueron cubiertos por
investigaciones anteriores, incluida la necesidad de desarrollar nuevos límites, aprender
nuevos roles y normas sociales, funcionar en un nuevo lugar de trabajo o lograr una
educación adecuada (p. ej., Boeri,2002; Mateo y Salazar,2014). También encontraron
evidencia de déficit de habilidades sociales, desconfianza, incomprensión, alienación
extrema, distanciamiento, dificultades para tomar decisiones, sensación de confusión,
impotencia y dificultades para manejar sus emociones (p. ej., Coates,2010; Durocher,1999
).
Aunque existe un conjunto sustancial de evidencia que apunta a una amplia gama de
trastornos psicológicos y sociales específicos que pueden experimentar los sobrevivientes
de grupos abusivos, hasta donde sabemos, aún es necesario desarrollar una clasificación
integral con definiciones operativas adecuadas. Investigadores anteriores han propuesto
listas de dificultades que pueden tener las personas que experimentan abuso psicológico
grupal (p. ej., Lalich & Tobias,2006; Cantante,2003; Spero,mil novecientos ochenta y dos).
Sin embargo, sólo cubren algunos de los componentes del malestar psicosocial
identificados en la literatura disponible y, por lo general, incluyen alteraciones sin
definirlas operativamente. Sobre la base de estas limitaciones, existe una clara necesidad
de desarrollar clasificaciones más precisas, integrales y operativas de los trastornos
psicosociales específicos que experimentan los sobrevivientes de grupos abusivos, para
que puedan identificarse, tratarse y prevenirse mejor.

En cuanto a la prevalencia y gravedad de los trastornos psicosociales identificados


en la literatura científica, la escasa evidencia recopilada hasta el momento arroja
resultados divergentes (Conway et al.,1986; Lewis y Bromley,1987; Swartling y
Swartling,1992). La ausencia de una delimitación integral y de instrumentos de
medición específicos puede explicar por qué estudios anteriores solo abordaron la
prevalencia de algunas perturbaciones mediante encuestas ad hoc, lo que dificulta
sacar conclusiones firmes. Teniendo en cuenta la falta de instrumentos diseñados
para evaluar el malestar psicosocial experimentado por los supervivientes de grupos
abusivos, un posible enfoque alternativo para evaluar la frecuencia y la intensidad de
estos trastornos se basa en los juicios de un panel de expertos.
Se recomienda que paneles de expertos exploren fenómenos cuando el
número de observaciones es limitado y cuando hay falta de acuerdo,
conocimiento incompleto, incertidumbre o falta de evidencia (Powell,2003; Utkin,
2006). Además, los paneles de expertos han sido propuestos como principal
técnica para estimar la validez de contenido en el campo de la psicología (Utkin,
2006), y se utilizan ampliamente para validar definiciones y tipologías (p. ej., Daly
& Jogerst,2005; Murray, Hall-Smith y Avent,2010; Rodríguez-Carballeira
DIARIO DE AGRESIÓN, MALTRATO Y TRAUMA 1007

y otros,2015). Por lo tanto, explorar la prevalencia y la gravedad del malestar psicosocial en los
supervivientes de grupos abusivos a través de los juicios de los profesionales de la salud mental
y otros profesionales de ayuda con amplia experiencia en el asesoramiento de esta población
podría proporcionar información inicial relevante para comprender mejor el fenómeno, así
como conocimientos valiosos para los supervivientes. ' proceso de recuperación.

Objetivos del estudio

Con base en esta revisión de la literatura de fondo y las limitaciones identificadas, el


presente estudio pretende contribuir a comprender mejor el malestar psicosocial que
sufren las personas que han experimentado abuso psicológico grupal. Para ello, el
estudio aborda los siguientes dos objetivos: (1) desarrollar y validar una taxonomía
de trastornos psicológicos y sociales comúnmente experimentados por los
sobrevivientes de grupos abusivos, y (2) explorar la frecuencia e intensidad con la
que estos problemas están presentes en Las experiencias de los supervivientes,
según las opiniones de un panel de expertos.

Método
Participantes

Para validar la taxonomía y explorar la frecuencia e intensidad con la que los


sobrevivientes de grupos abusivos comúnmente experimentan cada uno de sus
componentes, contamos con la colaboración de una muestra intencional de
profesionales de la salud mental con reconocida experiencia en el campo del abuso
psicológico grupal. La identificación de posibles participantes se llevó a cabo con la
ayuda de organizaciones internacionales que brindan información, educación y
asesoramiento sobre grupos abusivos. A través de la mediación de estas
organizaciones contactamos a 45 profesionales que contaban con más de 3 años de
experiencia en los campos de educación, prevención, asesoramiento o tratamiento
de personas involucradas en grupos abusivos.
La muestra final estuvo compuesta por 38 expertos, 26 mujeres y 12 hombres,
que manifestaron su interés y voluntad de participar voluntariamente en el
estudio. Procedían principalmente de Estados Unidos (47,4%) y España (34,2%),
mientras que porcentajes menores procedían del Reino Unido (7,9%), Australia
(7,9%) y Canadá (2,6%). Su edad promedio era de 57 años (DE =
12), y habían brindado ayuda a sobrevivientes de grupos abusivos durante un
promedio de 18 años (DE =11.8). La mayoría de los profesionales procedían del
campo de la psicología (76,3%), mientras que el resto procedían de los campos del
trabajo social (13,2%), la educación social (7,9%) o la teología (2,6%).
1008 O. SALDAÑA ET AL.

Procedimiento

Para elaborar la taxonomía de los trastornos psicológicos y sociales que


experimentan los supervivientes de grupos abusivos, se realizó una revisión
exhaustiva de la literatura científica sobre el malestar psicosocial que sufre
esta población. Las búsquedas se realizaron en las principales bases de
datos (es decir, PsycInfo, Scopus y Medline). También se recopiló literatura
gris, como tesis doctorales inéditas, contactando a los autores. De las
búsquedas realizadas se seleccionaron estudios encaminados a explorar,
delimitar y/o medir las perturbaciones psicológicas y sociales vividas por
integrantes o ex integrantes de grupos abusivos.
Luego, cuatro miembros del grupo de investigación con experiencia previa en el
estudio de las diferentes formas de maltrato psicológico y sus efectos psicosociales
en los individuos extrajeron las definiciones, clasificaciones y síntomas psicosociales
contenidos en los estudios seleccionados. Se desarrolló una taxonomía consensuada
que incluía y clasificaba las perturbaciones psicológicas y sociales previamente
extraídas. Se redactó una definición operativa para cada componente de la
taxonomía con el fin de explicar con precisión las perturbaciones y los problemas de
ajuste involucrados.
Para la validación de la taxonomía se utilizó el método Delphi, que consiste en
un proceso anónimo, sistemático e iterativo de interacción grupal destinado a
obtener juicios individuales de un panel de expertos y respuestas grupales que
puedan ser interpretadas estadísticamente (Diamond et al.,2014). Este método
ha demostrado ser útil en situaciones en las que se pueden combinar opiniones
individuales para investigar un fenómeno difícil de delimitar o en el que no existe
un consenso general (Polit & Hungler,1999). Se ha aplicado, por ejemplo, en el
ámbito del maltrato psicológico grupal (Rodríguez-Carballeira et al.,2015),
violencia de pareja (Murray et al.,2010), o abuso de personas mayores (Daly &
Jogerst,2005).
El método Delphi se realizó de abril a septiembre de 2015 e incluyó dos rondas
consecutivas, utilizando el correo electrónico para la interacción entre los
investigadores y cada participante. En la primera ronda, los panelistas recibieron un
documento que contenía las instrucciones a seguir y un primer cuestionario,
incluyendo la taxonomía desarrollada. Se les pidió que juzgaran la relevancia de cada
componente de la taxonomía para caracterizar el malestar psicosocial de los
supervivientes de grupos abusivos. También se les pidió que calificaran la idoneidad
del nombre y la definición proporcionada para cada componente en una escala tipo
Likert de 5 puntos (de 1 =nada adecuadoa 5 = muy adecuado)y proporcionar
comentarios y sugerencias adicionales para mejorar estos nombres y definiciones.
Después de eliminar cualquier información que pudiera identificar a los participantes
de la base de datos de respuestas, los investigadores analizaron las puntuaciones y
anotaciones de los expertos para mejorar la taxonomía y desarrollaron una versión
revisada.
DIARIO DE AGRESIÓN, MALTRATO Y TRAUMA 1009

En la segunda ronda del estudio, los participantes recibieron un nuevo cuestionario


que incluía la taxonomía revisada y comentarios de las respuestas dadas en la ronda
anterior para cada componente (es decir, las puntuaciones de los expertos y las
puntuaciones medias). Al proporcionar esta retroalimentación, se mantuvo el anonimato
entre los participantes para reducir posibles sesgos en sus respuestas. Los expertos
evaluaron nuevamente la idoneidad de los nombres y definiciones, considerando las
modificaciones realizadas por los investigadores y la retroalimentación brindada. Luego,
utilizaron escalas tipo Likert de 5 puntos para calificar con qué frecuencia (de 1 =nuncaa 5
= siempre)y en qué grado (de 1 =de nadaa 5 =muy intensamente)En su opinión, cada
componente de la taxonomía suele ser experimentado por supervivientes de grupos
abusivos. Finalmente, se pidió a los participantes que calificaran la idoneidad de los
nombres y definiciones, considerando todo el conjunto de alteraciones psicosociales
incluidas en la taxonomía, proporcionando así una opinión global sobre su validez de
contenido.

Análisis de los datos

Los datos se analizaron mediante SPSS 20. En ambas rondas se calcularon las principales
estadísticas descriptivas de las puntuaciones otorgadas a la adecuación de los nombres y
definiciones de los componentes de la taxonomía. Se llevaron a cabo más análisis para
evaluar la mejora en el contenido de la taxonomía. En este sentido, realizamos estudios no
paramétricos de Wilcoxon.zpruebas para muestras relacionadas con el fin de evaluar la
posible diferencia de rango entre las puntuaciones en las dos rondas.

Resultados

Taxonomía de perturbaciones psicológicas y sociales.

El resultado del primer estudio objetivo fue el desarrollo y validación de una nueva
taxonomía que comprende 20 componentes de angustia psicosocial que los
sobrevivientes de grupos abusivos comúnmente experimentan (tabla 1). Estos
componentes se pueden clasificar en cuatro categorías principales, es decir,
dificultades emocionales, dificultades cognitivas, dificultades de integración social y
relacional y otras conductas problemáticas específicas. La taxonomía cubre una
amplia gama de perturbaciones psicológicas y sociales, y cada componente está
asociado a una definición operativa para facilitar un mejor análisis diferencial de las
perturbaciones y una mejor delimitación del malestar psicológico que pueden sufrir
las personas que sufren abuso psicológico grupal.
La mayoría de los expertos consideraron que todos los componentes incluidos en
la taxonomía eran relevantes para caracterizar el malestar psicosocial de los
supervivientes de grupos abusivos (Tabla 2). En este sentido, teniendo en cuenta todo
el conjunto de componentes incluidos en la taxonomía, el significado
1010 O. SALDAÑA ET AL.

Tabla 1.Taxonomía de dificultades psicosociales en supervivientes de grupos abusivos.


1. DIFICULTADES EMOCIONALES
Alteraciones en las emociones y sentimientos tras abandonar un grupo donde se vivió maltrato psicológico
durante un período de tiempo.

1.1. Ansiedad y miedo:Angustia emocional asociada con hipervigilancia y miedo al enfrentar dificultades
para arreglárselas por sí solo y lidiar con las amenazas y peligros asociados con abandonar el grupo y su
doctrina.
1.2. Dolor y pérdida:Angustia emocional asociada con experiencias de pérdida y separación de personas (es decir,
padres, pareja o hijos) u otros elementos significativos que quedan atrás al unirse o abandonar el grupo.

1.3. Vergüenza y culpa:Angustia emocional que se experimenta cuando uno toma conciencia de haber pertenecido a un
grupo abusivo y considera muchos de sus comportamientos mientras estuvo bajo su influencia como ingenuos o
inaceptables.
1.4. Tristeza y desesperación:Angustia emocional asociada con sentimientos de desánimo, inutilidad,
vacío o desesperanza, que podrían conducir a pensamientos suicidas.
1.5. Rabia y enojo:Malestar emocional vinculado a intensos sentimientos de indignación y agravamiento
hacia el grupo, su líder, uno mismo y/o familiares, debido al abuso.
1.6. Baja autoestima:Impresión desfavorable de uno mismo relacionada con bajos sentimientos de autoestima,
autoaceptación y respeto por uno mismo, que podrían provocar angustia emocional.
2. DIFICULTADES COGNITIVAS
Alteraciones en diversos procesos cognitivos como la atención, la percepción, la memoria, el razonamiento o
procesamiento de información, después de abandonar un grupo donde se experimentó abuso psicológico durante un período de
tiempo.
2.1. Embotamiento cognitivo:Deterioros cognitivos asociados con dificultades en el procesamiento de la información, falta
de concentración, falta de pensamiento crítico y flexibilidad cognitiva reducida.
2.2. Dificultades para la toma de decisiones:Incertidumbre y desconfianza en la propia capacidad para evaluar situaciones, utilizar
criterios propios y tomar decisiones autónomas independientemente de las creencias y reglas dogmáticas utilizadas previamente en
el grupo.
2.3. Problemas de identidad:Dificultades para formar un autoconcepto realista y auténtico, ajeno al establecido
por el grupo, que proporcione valores profundos, un nuevo propósito y sentido a la vida.
2.4. Rumia y evitación:Repaso recurrente de recuerdos angustiosos y evitación persistente de pensamientos o
situaciones relacionadas con experiencias en el grupo.
2.5. Pensamientos y creencias paranoicas e irracionales:Pensamientos y creencias que pueden conducir a una visión distorsionada de la realidad,

incluida la generalización excesiva, la atribución errónea o una interpretación excesivamente espiritual, emocional o persecutoria de los

acontecimientos.
2.6. Estados disociativos:Estados alterados de conciencia donde la persona se disocia y se siente
desconectada o alejada de sí misma y del entorno, desencadenados por estímulos asociados a
experiencias en el grupo.
3. DIFICULTADES RELACIONALES Y DE INTEGRACIÓN SOCIAL
Alteraciones en el ámbito de las relaciones y en la adaptación al entorno social tras abandonar un grupo
donde se experimentó abuso psicológico durante un período de tiempo.
3.1. Falta de habilidades sociales:Dificultades para comunicarse e interactuar con los demás de forma eficaz y
mutuamente satisfactoria.
3.2. Dificultades en las relaciones:Dificultades para establecer o renovar relaciones sociales estables e íntimas,
debido a una tendencia a posiciones de dependencia o desconfianza hacia los demás, y que implican
sentimientos de incomprensión y soledad.
3.3. Dificultades de integración social:Dificultades para adaptarse y (re)integrarse a la sociedad,
afrontando satisfactoriamente los problemas y exigencias del nuevo entorno cultural, como las
necesidades educativas, económicas o laborales.
4. OTRAS CONDUCTAS PROBLEMÁTICAS ESPECÍFICAS
Alteraciones en el ajuste de conductas específicas importantes para la persona después de abandonar un grupo donde
Se experimentó abuso psicológico durante un período de tiempo.
4.1. Somatización:Síntomas físicos persistentes resultantes de conflictos psicológicos no resueltos expresados a
través de dolencias corporales o trastornos somáticos.
4.2. Trastornos del sueño:Alteraciones que afectan el funcionamiento normal del ciclo sueño-vigilia, a menudo expresadas como
dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormido toda la noche o despertarse demasiado temprano, incluidas las
pesadillas.

(Continuado)
DIARIO DE AGRESIÓN, MALTRATO Y TRAUMA 1011

Tabla 1.(Continuado).

4.3. Trastornos de la alimentación:Hábitos alimentarios que implican limitar ciertos alimentos o una ingesta insuficiente o excesiva
de alimentos, incluidas cogniciones inducidas por grupos sobre propiedades poco realistas de ciertos alimentos.
4.4. Problemas sexuales:Alteraciones en las actitudes y comportamientos sexuales que impiden el desarrollo de una vida
sexual saludable, dificultando la adecuada implicación de la persona en las relaciones sexuales deseadas.
4.5. Conductas adictivas:Un patrón de conducta compulsivo en el que la persona busca una gratificación
inmediata mediante el uso de sustancias o realizando ciertas conductas que implican un malestar o
deterioro significativo.

El porcentaje de expertos que las consideraron relevantes fue del 96,2%. Por un
lado, todos los expertos consideraron relevantes los componentes de la ira y la
ira, la rumia y la evitación, los estados disociativos y los trastornos del sueño. Por
otro lado, los componentes considerados relevantes por menos participantes
fueron el embotamiento cognitivo (89,2%) y los trastornos alimentarios (89,2%).
Estos porcentajes se consideraron lo suficientemente altos como para retener
estos componentes en la taxonomía.
HaciaTabla 2muestra que, en la primera ronda del estudio, las tasas proporcionadas
por los expertos que examinaron la idoneidad de los componentes de la taxonomía
fueron altas. Teniendo en cuenta el conjunto completo de componentes, la puntuación
media de idoneidad de sus denominaciones fue de 4,15 (DE = .14), y la puntuación media
de adecuación de sus definiciones fue de 3,98 (DE = .19). Sin embargo, los expertos
propusieron varios cambios menores que los investigadores tuvieron en cuenta al
redactar la versión final de la taxonomía. Por ejemplo, sugirieron agregar el concepto de
ansiedad en nombre del componente de ansiedad y miedo y el concepto de duelo en
nombre del componente de duelo y pérdida, anteriormente denominados “miedo” y
“sentimientos de pérdida”, respectivamente. HaciaTabla 2También se muestra que las
tasas de adecuación proporcionadas por los expertos en la segunda ronda del estudio
fueron estadísticamente más altas que en la primera ronda para varios componentes, lo
que podría verse como una mejora en el contenido de la taxonomía.
Finalmente, las puntuaciones generales que los participantes proporcionaron para la
adecuación de todo el conjunto de componentes en la versión final de la taxonomía
fueron bastante altas, tanto para sus nombres (m =4,43;DE = .57) y para sus definiciones
(METRO =4,47;DE = .57). Además, los participantes no sugirieron ninguna categoría o
componente adicional que no estuviera incluido previamente.

Prevalencia y gravedad de los trastornos psicológicos y sociales.

Los resultados correspondientes al segundo objetivo del estudio fueron las calificaciones
que los expertos proporcionaron sobre la frecuencia e intensidad con la que los
sobrevivientes de grupos abusivos tienden a experimentar cada dificultad psicosocial (
Tabla 2) y las cuatro categorías principales en las que fueron clasificados (Figura 1).
En cuanto a la categoría de dificultades emocionales, el componente con puntuaciones
más altas tanto en frecuencia como en intensidad fue el duelo y la pérdida, y el
componente con puntuaciones más bajas fue la tristeza y la desesperación. Con respecto a
1012

Tabla 2.Relevancia, adecuación, frecuencia e intensidad de los componentes de la taxonomía.


Idoneidad del nombre Adecuación de la definición
1ra ronda 2da ronda Comparación 1ra ronda 2da ronda Comparación Frecuencia Intensidad

Componente Relevancia (%) M (DE) M (DE) Wilcoxonz M (DE) M (DE) Wilcoxonz M (DE) M (DE)
Ansiedad y miedo 97,2 4,08 (.95) 4,63 (.49) − 2.818** 3,86 (.98) 4,33 (.66) − 2.201* 4,03 (.33) 3,90 (.67)
O. SALDAÑA ET AL.

Dolor y pérdida 97,2 4,03 (.80) 4,70 (.54) − 3.771*** 3,78 (.92) 4,53 (.57) − 3.262*** 4,17 (.47) 4,00 (0,60)
vergüenza y culpa 97,2 4,30 (.78) 4,70 (.54) − 2.437* 3,97 (1,0) 4,53 (.73) − 2.623** 4,14 (.59) 3,85 (.66)
Tristeza y desesperación 97,2 4,00 (0,75) 4,47 (.57) − 3.095** 3,70 (1,1) 4,40 (.56) − 3.156** 3,93 (.72) 3,81 (.62)
Rabia y enojo 100 4,27 (.77) 4,63 (.62) − 2.828** 3,86 (.98) 4,23 (.77) − 1.440 3,93 (.72) 3,89 (.79)
Baja autoestima 97,2 4,03 (.83) 4,47 (.63) − 2.967** 3,81 (.99) 4,47 (.57) − 2.758** 4,10 (.62) 3,83 (.76)
embotamiento cognitivo 89.2 4,03 (1,0) 4,07 (.96) − . 611 4,22 (.82) 4,23 (.73) − . 333 3,55 (.69) 3,54 (.74)
Dificultades para la toma de decisiones 97,3 4,30 (.74) 4,63 (.49) − 2.673** 4,14 (.98) 4,59 (.63) − 2.743** 4,03 (.50) 4,00 (0,71)
Problemas de identidad 97,3 4,24 (.72) 4,37 (.56) − . 879 4,08 (.92) 4,33 (.71) − 1.642 4,04 (.74) 4,00 (0,67)
Rumia 100 4,05 (.88) 4,07 (.77) − . 905 3,84 (.96) 4,07 (.84) − 1.683 3,82 (.55) 3,79 (.62)
Pensamientos paranoicos 97,3 4,00 (.88) 4,27 (.58) − 2.496* 3,84 (.96) 4,23 (.77) − 2.556* 3,55 (.69) 3,69 (.81)
Estados disociativos 100 4,32 (.67) 4,60 (0,50) − 2.309* 4,16 (.73) 4,48 (.50) − 2.324* 3,31 (.66) 3,69 (.89)
Falta de habilidades sociales 97,3 4,22 (.75) 4.57/.50) − 2.714** 4,11 (.74) 4,47 (.57) − 2.126* 3,62 (.62) 3,45 (.69)
Dificultades en las relaciones 97,3 4,32 (.71) 4,62 (.56) − 2.828** 4,19 (.97) 4,53 (.57) − 2.486* 4,11 (.57) 3,97 (.63)
Dificultades de integración social 94,6 4,16 (.93) 4,30 (.79) − . 990 4,14 (.95) 4,50 (.73) − 2.266* 3,97 (.57) 3,83 (.60)
Somatización 91,9 4,35 (.63) 4,47 (.51) − . 707 4,16 (1,0) 4,60 (0,50) − 2.658** 3,31 (.54) 3,52 (.83)
Trastornos del sueño 100 4,30 (.62) 4,57 (.57) − 2.126* 4,32 (.63) 4,63 (.57) − 2.486* 3,72 (.70) 3,72 (.75)
Trastornos de la alimentación 89.2 4,03 (.80) 4,40 (.68) − 2.673** 3,65 (1,1) 4,43 (.57) − 3.579*** 3,18 (.77) 3,29 (.85)
problemas sexuales 91,9 4,16 (.87) 4,60 (.68) − 2.054* 4,03 (.90) 4,47 (.63) − 2.595** 3,45 (.57) 3,76 (.69)
Conductas adictivas 94,6 3,84 (.93) 4,27 (.74) − 2.804** 3,78 (0,95) 4,13 (.73) − 2.652** 3.00 (.54) 3,45 (.83)
Nota: norte =38; Relevancia = porcentaje de expertos que consideraron relevante el componente para caracterizar las experiencias de angustia de los sobrevivientes de grupos abusivos. Comparación =
diferencias de rango entre las puntuaciones de adecuación calificadas por los expertos en las dos rondas.
pag<1; *pag <.05; **pag <.01; ***pag <.001.
DIARIO DE AGRESIÓN, MALTRATO Y TRAUMA 1013

4.38 Frecuencia
dificultades emocionales
4.21 Intensidad

3.69
Dificultades cognitivas
3.36

Relacional y social 4.24


dificultades de integración 4

problema especifico 3.54


comportamientos 3.36

1 dos 3 4 5

Figura 1.Puntuaciones medias de frecuencia e intensidad de las principales categorías de la taxonomía.

En la categoría de dificultades cognitivas, los expertos consideraron los problemas de identidad


y las dificultades de los componentes de toma de decisiones como los más frecuentes e
intensos. Por otro lado, los estados disociativos fueron calificados como los menos frecuentes y
el embotamiento cognitivo como el menos intenso.
En cuanto a la categoría de dificultades relacionales y sociales, el componente con mayores
puntuaciones tanto en frecuencia como en intensidad fue las dificultades de relación, seguido
de las dificultades de integración social y la falta de habilidades sociales. Finalmente, en el caso
de la categoría de otras conductas problemáticas específicas, las alteraciones del sueño fueron
el componente calificado como más frecuente y los problemas sexuales fueron calificados como
los más intensos. Por otro lado, los expertos consideraron las conductas adictivas como el
componente menos frecuente y los trastornos alimentarios como el menos intenso.

Discusión
El objetivo de este estudio fue delimitar mejor las perturbaciones psicológicas y
sociales que pueden experimentar las personas que han sufrido prácticas de abuso
psicológico dentro de un grupo durante un período de tiempo. La taxonomía
resultante se caracteriza por recopilar y definir operativamente las dificultades
emocionales, cognitivas, relacionales y conductuales reportadas en la mayoría de los
estudios previos que utilizaron metodologías cualitativas o de encuestas para
explorar los efectos del abuso psicológico grupal (p. ej., Boeri,2002; abrigos,2010;
Conway y otros,1986; Mateo y Salazar,2014). Al desarrollar la taxonomía, evitamos
incluir los trastornos de salud mental clásicos y otros síndromes psiquiátricos que se
ha encontrado que experimentan los sobrevivientes de abuso psicológico grupal (p.
ej., Conway et al.,1986; Malinoski et al.,1999), como ya han sido ampliamente
clasificados en los principales manuales de diagnóstico psiquiátrico (p. ej., Asociación
Americana de Psiquiatría,2013; Organización Mundial de la Salud,1992). Sin embargo,
parece inevitable cierto grado de superposición
1014 O. SALDAÑA ET AL.

porque algunas alteraciones incluidas en la taxonomía, como la ansiedad, la tristeza,


la rumia, los estados disociativos, la somatización y las alteraciones del sueño, son
síntomas que, combinados con otros elementos, configuran los síndromes y
trastornos de salud mental antes mencionados.
El contenido de la taxonomía propuesta fue evaluado por un amplio panel de
expertos en el tema mediante un procedimiento riguroso y aún novedoso en este
campo de estudio (Rodríguez-Carballeira et al.,2015). Los principales resultados
mostraron que la taxonomía se consideró exhaustiva, los nombres y definiciones de
sus componentes se consideraron bastante apropiados y las puntuaciones de
frecuencia e intensidad fueron muy altas en todos los casos. Por tanto, los resultados
aportan evidencia de la validez de contenido de la taxonomía, que parece adecuada y
completa, según las opiniones de los expertos que participan en el estudio. En cuanto
a la estructura de la taxonomía, sus componentes se clasificaron en cuatro categorías
principales utilizando un enfoque psicosocial, dependiendo del área personal que se
ve principalmente afectada. Estas categorías aparecieron en el siguiente orden,
según la frecuencia e intensidad con la que las experimentan los supervivientes de
abuso psicológico grupal: dificultades emocionales, dificultades relacionales y de
integración social, dificultades cognitivas y otras conductas problemáticas
específicas.
La categoría de dificultades emocionales incluye perturbaciones ampliamente
reportadas en la literatura científica disponible, como miedo, culpa, baja autoestima y
desesperación (p. ej., Boeri,2002; abrigos,2010; Martín y col.1992; Mateo y Salazar,
2014; Cantante,2003). El componente de duelo y pérdida, considerado como la
dificultad emocional más frecuente e intensa, ha sido ampliamente reportado en
estudios cualitativos (por ejemplo, Boeri,2002; abrigos,2010; Durocher,1999). La
evidencia sugiere que la mayoría de los ex miembros de grupos abusivos sienten una
amplia gama de pérdidas después de abandonar el grupo (Goski,1994), y estas
pérdidas están relacionadas con varias dimensiones, que van desde una rutina
mundana hasta el significado de la vida (Rothbaum,1988). La evidencia también
sugiere que un gran número de sobrevivientes de abuso psicológico grupal
experimentan el componente de culpa y vergüenza (p. ej., Conway et al.,1986;
giambavo, 1993; Cantante,2003; Whitsett y Kent,2003), especialmente por aquellos
que participaron en actividades grupales que ahora consideran moralmente
reprobables (Coates,2010; Lalich y Tobías,2006). Finalmente, el componente de rabia
y enojo, que en ocasiones ha sido entendido como un síntoma de recuperación que
aparece cuando los sobrevivientes toman conciencia de los abusos a los que fueron
sometidos (Giambalvo,1993), se describió menos en estudios previos sobre los
efectos del abuso psicológico grupal (por ejemplo, Conway et al.,1986; Martín y col.
1992).
La segunda categoría fue la de dificultades relacionales y de integración social, que
cubre las dificultades sociales reportadas en la mayoría de los estudios anteriores (p. ej.,
Boeri,2002; Cantante,2003; Whitsett y Kent,2003). El componente con mayor frecuencia e
intensidad en esta categoría fue las dificultades en las relaciones,
DIARIO DE AGRESIÓN, MALTRATO Y TRAUMA 1015

que incluye, entre otros, problemas relacionados con la reconexión con miembros de
la familia, conflictos matrimoniales y parentales, sentimientos de desconfianza e
incomprensión y soledad (Boeri,2002; abrigos,2010; Lalich y Tobías,2006; Cantante,
2003; Swartling y Swartling,1992; Whitsett y Kent,2003). El componente de
dificultades de integración social también alude a problemas bien sustentados que se
experimentan en el proceso de abandonar un grupo abusivo, especialmente en el
caso de quienes nacen y/o crecen en el grupo, adaptándose a un “nuevo mundo
extraño y aterrador” (Matthews y Salazar,2014, PAG. 198). En este sentido, los
supervivientes pueden presentar una falta de educación, empleo y conocimientos
financieros (p. ej., Boeri,2002; Cantante,2003), especialmente si nacieron y/o
crecieron dentro del grupo (Matthews & Salazar,2014). También pueden sentir una
sensación de confusión, incomprensión y alienación de la sociedad exogrupal (p. ej.,
Boeri,2002; Cantante,2003), lo que en ocasiones puede hacer que se perciban a sí
mismos como “marcianos” (Boeri,2002, PAG. 338). Finalmente, la falta de habilidades
sociales fue el componente considerado menos frecuente e intenso por los expertos,
así como la dificultad social que ha sido reportada explícitamente en menos estudios
empíricos (eg, Gibson et al.,2011). Sin embargo, el desarrollo de habilidades para
construir relaciones nuevas y saludables es un tema clave que se ha tenido en cuenta
en la mayoría de los modelos de recuperación para sobrevivientes de abuso
psicológico grupal (p. ej., González-Bueso, Santamaría, Merino, Montero y Cano-Vega,
2016; Lalich y Tobías,2006; Mateo y Salazar,2014).
La tercera categoría fueron las dificultades cognitivas, con especial relevancia en
cuanto a la frecuencia e intensidad de los componentes de dificultades para la toma
de decisiones y problemas de identidad. Por un lado, los problemas de autonomía y
de toma de decisiones y las dificultades para funcionar de forma independiente en el
mundo exterior suelen reflejarse en estudios cualitativos (p. ej., Boeri, 2002;
Durocher,1999; Mateo y Salazar,2014) y por médicos con experiencia en el área (p. ej.,
Eichel,2016; González-Bueso et al.,2016). Por otro lado, después de abandonar un
grupo abusivo, la mayoría de los supervivientes experimentan dificultades para
establecer una nueva identidad por sí mismos (p. ej., Durocher, 1999; Mateo y
Salazar,2014; Cantante,2003), dejando atrás la “pseudoidentidad” creada por el grupo
que ya no eligen tener (West & Martin,1994). El componente de embotamiento
cognitivo incluye una variedad de problemas reportados por separado en estudios
previos, como dificultad para concentrarse, alteraciones en la percepción y la
memoria, pérdida de flexibilidad cognitiva y falta de pensamiento reflexivo (Conway
& Siegelman,mil novecientos ochenta y dos; Martín y col.1992; Swartling y Swartling,
1992). Otros componentes de la categoría, es decir, la rumia, los pensamientos
paranoides y los estados disociativos, se han descrito especialmente en estudios de
impresiones clínicas (p. ej., Singer & Ofshe,1990; Spero,mil novecientos ochenta y dos
). Finalmente, cabe señalar que el componente de los estados de disociación, que en
ocasiones han sido descritos como “flotantes” en la literatura sobre grupos abusivos
(Singer & Ofshe,1990; Oeste y Martín,1994), fue calificado como menos frecuente e
intenso por el
1016 O. SALDAÑA ET AL.

expertos. Sin embargo, este síntoma sigue siendo el único explícitamente asociado
con los efectos del abuso grupal en los manuales de diagnóstico psiquiátrico
actuales, aunque como una "categoría residual", es decir, el Trastorno Disociativo No
Especificado (Asociación Americana de Psiquiatría,2013).
La categoría con menor frecuencia e intensidad según los expertos fue la de otros
comportamientos problemáticos específicos, que incluyen alteraciones que tienen un
impacto negativo global en la salud y el bienestar de los supervivientes. En general, estos
trastornos han sido reportados explícitamente en menos estudios previos, aunque
algunos autores han identificado pesadillas u otros trastornos del sueño (Giambalvo,1993;
Swartling y Swartling,1992), problemas con la sexualidad (Durocher,1999; Eichel,2016),
quejas somáticas (Conway y Siegelman, 1978; Swartling y Swartling,1992), trastornos
alimentarios (González-Bueso et al., 2016) y conductas adictivas (p. ej., abuso de alcohol;
Coates,2010; Eichel, 2016). Las tasas de frecuencia e intensidad proporcionadas por los
expertos para estos trastornos del comportamiento fueron lo suficientemente altas como
para sugerir que su presencia debería tenerse en cuenta en futuras investigaciones y en
programas de asesoramiento.
La literatura disponible sugiere que el grado de malestar psicosocial que los
sobrevivientes de abuso psicológico grupal pueden experimentar después de
abandonar el grupo está determinado por varios factores (Aronoff et al.,2000; Tobías
y Lalich,1994). Aunque es posible que los supervivientes de relaciones abusivas no
informen conscientemente de los abusos endurecidos, con la consiguiente angustia
(Arriaga y Schkeryantz,2015), las conductas de abuso psicológico que los
sobrevivientes de grupos abusivos pueden haber experimentado deben destacarse
como una causa principal de las perturbaciones incluidas en la taxonomía propuesta.
Por lo tanto, se han señalado posibles asociaciones entre los trastornos psicosociales
y estrategias abusivas específicas aplicadas en entornos grupales (p. ej., Baron, 2000;
Hassan,2013; Rodríguez-Carballeira et al.,2015; Cantante,2003; Winocur et al.,1997).
Por ejemplo, las dificultades emocionales, que fueron consideradas las
perturbaciones más frecuentes e intensas por nuestros participantes, pueden ser
fomentadas por prácticas de abuso emocional, como la intimidación, la humillación y
la manipulación de la culpa, que fueron juzgadas como las estrategias abusivas más
severas (Rodríguez- Carballeira et al.,2015). Además, el control extremo sobre la vida
personal de los miembros y la imposición de una autoridad única que toma todas las
decisiones pueden generar dificultades en la toma de decisiones. Además, la
denigración del pensamiento crítico y la manipulación de la información pueden
llevar a un embotamiento cognitivo, el control de las relaciones afectivas puede
explicar los problemas sexuales reportados por algunos sobrevivientes, y las
estrategias de aislamiento pueden fomentar problemas en las relaciones y
sentimientos de soledad. Por tanto, en función de sus características personales y,
especialmente, de las prácticas abusivas vividas dentro del grupo, cada superviviente
sufrirá con mayor intensidad alguna de las alteraciones psicosociales incluidas en la
taxonomía.
DIARIO DE AGRESIÓN, MALTRATO Y TRAUMA 1017

Limitaciones

Las dificultades para acceder a profesionales de salud mental con experiencia en el


asesoramiento de ex miembros de grupos abusivos requirieron el uso de un método
de muestreo no probabilístico e imposibilitaron verificar la representatividad de la
muestra, lo cual es una limitación compartida con estudios anteriores (p. ej., Daly &
jogerst,2005; Murray et al.2010). En cualquier caso, gracias a la colaboración de tres
organizaciones principales que brindan información, educación y asesoramiento
sobre grupos abusivos, solicitamos que participaran en el estudio un gran número de
profesionales con más de 3 años de experiencia ayudando a sobrevivientes. Aún con
esta limitación, esta investigación hace un aporte novedoso debido a la precisión del
método utilizado, el número de expertos y el uso de una muestra internacional,
cuestiones importantes a la hora de intentar validar la clasificación de los posibles
efectos del maltrato psicológico. en un área donde se dispone de pocos estudios
empíricos (Almendros, Gámez-Guadix, Carrobles, & Rodríguez-Carballeira,2011).

Investigación futura

Se necesitan más estudios para seguir delimitando las alteraciones psicosociales que
pueden experimentar los supervivientes de abuso psicológico grupal. Un área de
particular interés implicaría el desarrollo de instrumentos de medición específicos,
utilizando el contenido de la taxonomía aquí proporcionada como la definición
semántica del constructo como primer paso para asegurar su validez de contenido
(Carretero-Dios & Pérez,2007). Estos instrumentos podrían administrarse a grandes
muestras de supervivientes de grupos abusivos, complementando los juicios de los
expertos aquí presentados sobre la prevalencia y gravedad de los trastornos
psicosociales para lograr una mejor comprensión general del fenómeno. Además,
aún es necesario examinar rigurosamente las relaciones entre los diferentes tipos de
conductas sexuales, físicas y psicológicamente abusivas y sus posibles resultados
negativos a largo plazo. Del mismo modo, las investigaciones futuras también deben
explorar otros factores que puedan explicar los trastornos psicosociales que suelen
experimentar los supervivientes de grupos abusivos, como la personalidad y los
recursos para afrontar la situación, otros acontecimientos vitales estresantes, la falta
de apoyo social o el asesoramiento equivocado en materia de salud mental (Goski,
1994; Saldaña et al.,2017; Tobías y Lalich,1994). Además, se necesitan investigaciones
futuras para examinar la angustia psicosocial experimentada por poblaciones
específicas de sobrevivientes, por ejemplo, mujeres o personas nacidas y/o criadas
dentro del grupo, porque su angustia posterior a la participación puede diferir en
naturaleza, prevalencia y gravedad (Boeri,2002; Mateo y Salazar, 2014).
1018 O. SALDAÑA ET AL.

Trascendencia

Este estudio tiene implicaciones relevantes tanto en el ámbito de la investigación como en


el clínico en relación con un fenómeno de alta relevancia científica, clínica y humana
(Almendros et al.,2011). Las personas que han estado involucradas en un grupo abusivo
suelen tener un estatus de multivictimizadas y estigmatizadas (Boeri,2002), y suelen tener
acceso a recursos de recuperación menos especializados, en comparación con las
supervivientes de otros tipos de abuso (Almendros, Carrobles, Rodríguez-Carballeira y
Gámez-Guadix,2009).
En el ámbito de la investigación, la taxonomía propuesta puede ser una
herramienta útil para orientar el diseño de estudios cualitativos y el desarrollo de
instrumentos de medición que permitan evaluar el fenómeno con suficientes
garantías psicométricas. Además, la taxonomía incluye perturbaciones que también
se encuentran en otras poblaciones, como los sobrevivientes de violencia de pareja
(p. ej., Beck et al., 2011). En este sentido, puede facilitar el estudio de los resultados
del abuso psicológico utilizando un marco integrador que explore simultáneamente
los diferentes contextos donde se aplica.
En el ámbito clínico, la taxonomía puede ser una herramienta valiosa para
evaluar la presencia de alteraciones psicosociales en la etapa de evaluación y
guiar los diferentes pasos en la intervención posterior. Además, puede
resultar útil para proporcionar información valiosa a los clientes (Dubrow-
Marshall & Dubrow-Marshall,2016), permitiendo un diagnóstico más preciso
(Almendros et al.,2009), considerando factores de vulnerabilidad al estrés
que podrían conducir a una psicopatología posterior (Saldaña et al.,2017), y
realizar intervenciones terapéuticas más adecuadas al fenómeno (Eichel,
2016).

Declaración de divulgación

Los autores reportan ningún conflicto de intereses. Los autores son los únicos responsables del contenido y
redacción del artículo.

Fondos
Esta investigación fue financiada por una subvención del Ministerio de Economía y Competitividad de
España (PSI2016-75915-P, AEI/FEDER, UE).

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