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27. Los derechos, sean de quien fueren, habrán de 30. De igual manera hay muchas cosas en el
respetarse inviolablemente; y para que cada uno obrero que se han de tutelar con la protección
disfrute del suyo deberá proveer el poder civil, del Estado, y, en primer lugar, los bienes del
impidiendo o castigando las injurias. Sólo que en alma, puesto que la vida mortal, aunque buena
la protección de los derechos individuales se y deseable, no es, con todo, el fin último para
habrá de mirar principalmente por los débiles y que hemos sido creados, sino tan sólo el
los pobres. La gente rica, protegida por sus camino y el instrumento para perfeccionar la
propios recursos, necesita menos de la tutela vida del alma con el conocimiento de la verdad
pública; la clase humilde, por el contrario, carente y el amor del bien. El alma es la que lleva
de todo recurso, se confia principalmente al impresa la imagen y semejanza de Dios, en la
patrocinio del Estado. Este deberá, por que reside aquel poder mediante el cual se
consiguiente, rodear de singulares cuidados y mandó al hombre que dominara sobre las
providencia a los asalariados, que se cuentan entre criaturas inferiores y sometiera a su beneficio a
la muchedumbre desvalida. las tierras todas y los mares. «Llenad la tierra y
sometedla, y dominad a los peces del mar y a
28. Pero quedan por tratar todavía detalladamente las aves del cielo y a todos los animales que se
algunos puntos de mayor importancia. El principal mueven sobre la tierra»(23). En esto son todos
es que debe asegurar las posesiones privadas con los hombres iguales, y nada hay que determine
el imperio y fuerza de las leyes. Y diferencias entre los ricos y los pobres, entre
principalísimamente deberá mantenerse a la plebe los señores y los operarios, entre los
dentro de los límites del deber, en medio de un ya gobernantes y los particulares, «pues uno
tal desenfreno de ambiciones; porque, si bien se mismo es el Señor todos»(24). A nadie le está
concede la aspiración a mejorar, sin que oponga permitido violar impunemente la dignidad
reparos la justicia, sí veda ésta, y tampoco humana, de la que Dios mismo dispone con
autoriza la propia razón del bien común, quitar a gran reverencia; ni ponerle trabas en la marcha
otro lo que es suyo o, bajo capa de una pretendida hacia su perfeccionamiento, que lleva a la
igualdad, caer sobre las fortunas ajenas. sempiterna vida de los cielos. Más aún, ni
Ciertamente, la mayor parte de los obreros siquiera por voluntad propia puede el hombre
prefieren mejorar mediante el trabajo honrado sin ser tratado, en este orden, de una manera
perjuicio de nadie; se cuenta, sin embargo, no inconveniente o someterse a una esclavitud de
pocos, imbuidos de perversas doctrinas y deseosos alma pues no se trata de derechos de que el
de revolución, que pretenden por todos los medíos hombre tenga pleno dominio, sino de deberes
concitar a las turbas y lanzar a los demás a la para con Dios, y que deben ser guardados
violencia. Intervenga, por tanto, la autoridad del puntualmente. De aquí se deduce la necesidad
Estado y, frenando a los agitadores, aleje la de interrnmpir las obras y trabajos durante los
corrupción de las costumbres de los obreros y el días festivos. Nadie, sin embargo, deberá
peligro de las rapiñas de los legítimos dueños. entenderlo como el disfrute de una más larga
holganza inoperante, ni menos aún como una
29. El trabajo demasiado largo o pesado y la ociosidad, como muchos desean, engendradora
opinión de que el salario es poco dan pie con de vicios y fomentadora de derroches de
frecuencia a los obreros para entregarse a la dinero, sino justamente del descanso
huelga y al ocio voluntario. A este mal frecuente y consagrado por la religión. Unido con la
religión, el descanso aparta al hombre de los la actividad precoz agosta, como a las hierbas
trabajos y de los problemas de la vida diaria, para tiernas, las fuerzas que brotan de la infancia,
atraerlo al pensamiento de las cosas celestiales y a con lo que la constitución de la niñez vendría a
rendir a la suprema divinidad el culto justo y destruirse por completo. Igualmente, hay
debido. Este es, principalmente, el carácter y ésta oficios menos aptos para la mujer, nacida para
la causa del descanso de los días festivos, que las labores domésticas; labores estas que no
Dios sancionó ya en el Viejo Testamento con una sólo protegen sobremanera el decoro femenino,
ley especial: «Acuérdate de santificar el sino que responden por naturaleza a la
sábado»(25), enseñándolo, además, con el educación de los hijos y a la prosperidad de la
ejemplo de aquel arcano descanso después de familia. Establézcase en general que se dé a los
haber creado al hombre: «Descansó el séptimo día obreros todo el reposo necesario para que
de toda la obra que había realizado»(26). recuperen las energías consumidas en el
trabajo, puesto que el descanso debe restaurar
31. Por lo que respecta a la tutela de los bienes del las fuerzas gastadas por el uso. En todo
cuerpo y externos, lo primero que se ha de hacer contrato concluido entre patronos y obreros
es librar a los pobres obreros de la crueldad de los debe contenerse siempre esta condición expresa
ambiciosos, que abusan de las personas sin o tácita: que se provea a uno y otro tipo de
moderación, como si fueran cosas para su medro descanso, pues no sería honesto pactar lo
personal. O sea, que ni la justicia ni la humanidad contrario, ya que a nadie es lícito exigir ni
toleran la exigencia de un rendimiento tal, que el prometer el abandono de las obligaciones que
espíritu se embote por el exceso de trabajo y al el hombre tiene para con Dios o para consigo
mismo tiempo el cuerpo se rinda a la fatiga. Como mismo.
todo en la naturaleza del hombre, su eficiencia se
halla circunscrita a determinados límites, más allá 32. Atacamos aquí un asunto de la mayor
de los cuales no se puede pasar. Cierto que se importancia, y que debe ser entendido
agudiza con el ejercicio y la práctica, pero rectamente para que no se peque por ninguna
siempre a condición de que el trabajo se de las partes. A saber: que es establecida la
interrumpa de cuando en cuando y se dé lugar al cuantía del salario por libre consentimiento, y,
descanso. según eso, pagado el salario convenido, parece
que el patrono ha cumplido por su parte y que
Se ha de mirar por ello que la jornada diaria no se nada más debe. Que procede injustamente el
prolongue más horas de las que permitan las patrono sólo cuando se niega a pagar el sueldo
fuerzas. Ahora bien: cuánto deba ser el intervalo pactado, y el obrero sólo cuando no rinde el
dedicado al descanso, lo determinarán la clase de trabajo que se estipuló; que en estos casos es
trabajo, las circunstancias de tiempo y lugar y la justo que intervenga el poder político, pero
condición misma de los operarios. La dureza del nada más que para poner a salvo el derecho de
trabajo de los que se ocupan en sacar piedras en cada uno. Un juez equitativo que atienda a la
las canteras o en minas de hierro, cobre y otras realidad de las cosas no asentirá fácilmente ni
cosas de esta índole, ha de ser compensada con la en su totalidad a esta argumentación, pues no
brevedad de la duración, pues requiere mucho es completa en todas sus partes; le falta algo de
más esfuerzo que otros y es peligroso para la verdadera importancia.
salud.
Trabajar es ocuparse en hacer algo con el
Hay que tener en cuenta igualmente las épocas del objeto de adquirir las cosas necesarias para los
año, pues ocurre con frecuencia que un trabajo usos diversos de la vida y, sobre todo, para la
fácilmente soportable en una estación es insufrible propia conservación: «Te ganarás el pan con el
en otra o no puede realizarse sino con grandes sudor de tu frente»(27). Luego el trabajo
dificultades. Finalmente, lo que puede hacer y implica por naturaleza estas dos a modo de
soportar un hombre adulto y robusto no se le notas: que sea personal, en cuanto la energía
puede exigir a una mujer o a un niño. Y, en cuanto que opera es inherente a la persona y propia en
a los niños, se ha de evitar cuidadosamente y absoluto del que la ejerce y para cuya utilidad
sobre todo que entren en talleres antes de que la le ha sido dada, y que sea necesario, por cuanto
edad haya dado el suficiente desarrollo a su el fruto de su trabajo le es necesario al hombre
cuerpo, a su inteligencia y a su alma. Puesto que para la defensa de su vida, defensa a que le
obliga la naturaleza misma de las cosas, a que hay sentado y aceptado que el derecho de propiedad
que plegarse por encima de todo. Pues bien: si se debe considerarse inviolable. Por ello, las leyes
mira el trabajo exclusivamente en su aspecto deben favorecer este derecho y proveer, en la
personal, es indudable que el obrero es libre para medida de lo posible, a que la mayor parte de la
pactar por toda retribución una cantidad corta; masa obrera tenga algo en propiedad. Con ello
trabaja volúntariamente, y puede, por tanto, se obtendrian notables ventajas, y en primer
contentarse voluntariamente con una retribución lugar, sin duda alguna, una más equitativa
exigua o nula. Mas hay que pensar de una manera distribución de las riquezas.
muy distinta cuando, juntamente con el aspecto
personal, se considera el necesario, separable sólo La violencia de las revoluciones civiles ha
conceptualmente del primero, pero no en la dividido a las naciones en dos clases de
realidad. En efecto, conservarse en la vida es ciudadanos, abriendo un inmenso abismo entre
obligación común de todo individuo, y es una y otra. En un lado, la clase poderosa, por
criminoso incumplirla. De aquí la necesaria rica, que monopoliza la producción y el
consecuencia del derecho a buscarse cuanto sirve comercio, aprovechando en su propia
al sustento de la vida, y la posibilidad de lograr comodidad y beneficio toda la potencia
esto se la da a cualquier pobre nada más que el productiva de las riquezas, y goza de no poca
sueldo ganado con su trabajo. Pase, pues, que influencia en la administración del Estado. En
obrero y patrono estén libremente de acuerdo el otro, la multitud desamparada y débil, con el
sobre lo mismo, y concretamente sobre la cuantía alma lacerada y dispuesta en todo momento al
del salario; queda, sin embargo, latente siempre alboroto. Mas, si se llegara prudentemente a
algo de justicia natural superior y anterior a la despertar el interés de las masas con la
libre voluntad de las partes contratantes, a saber: esperanza de adquirir algo vinculado con el
que el salario no debe ser en manera alguna suelo, poco a poco se iría aproximando una
insuficiente para alimentar a un obrero frugal y clase a la otra al ir cegándose el abismo entre
morigerado. Por tanto, si el obrero, obligado por las extremadas riquezas y la extremada
la necesidad o acosado por el miedo de un mal indigencia. Habría, además, mayor abundancia
mayor, acepta, aun no queriéndola, una condición de productos de la tierra. Los hombres,
más dura, porque la imponen el patrono o el sabiendo que trabajan lo que es suyo, ponen
empresario, esto es ciertamente soportar una mayor esmero y entusiasmo. Aprenden incluso
violencia, contra la cual reclama la justicia. Sin a amar más a la tierra cultivada por sus propias
embargo, en estas y otras cuestiones semejantes, manos, de la que esperan no sólo el sustento,
como el número de horas de la jornada laboral en sino también una cierta holgura económica
cada tipo de industria, así como las precauciones para sí y para los suyos. No hay nadie que deje
con que se haya de velar por la salud, de ver lo mucho que importa este entusiasmo
especialmente en los lugares de trabajo, para de la voluntad para la abundancia de productos
evitar injerencias de la magistratura, sobre todo y para el incremento de las riquezas de la
siendo tan diversas las circunstancias de cosas, sociedad. De todo lo cual se originará otro
tiempos y lugares, será mejor reservarlas al tercer provecho, consistente en que los
criterio de las asociaciones de que hablaremos hombres sentirán fácilmente apego a la tierra
después, o se buscará otro medio que salvaguarde, en que han nacido y visto la primera luz, y no
como es justo, los derechos de los obreros, cambiarán su patria por una tierra extraña si la
interviniendo, si las circunstancias lo pidieren, la patria les da la posibilidad de vivir
autoridad pública. desahogadamente. Sin embargo, estas ventajas
no podrán obtenerse sino con la condición de
33. Si el obrero percibe un salario lo que la propiedad privada no se vea absorbida
suficientemente amplio para sustentarse a sí por la dureza de los tributos e impuestos. El
mismo, a su mujer y a sus hijos, dado que sea derecho de poseer bienes en privado no ha sido
prudente, se inclinará fácilmente al ahorro y hará dado por la ley, sino por la naturaleza, y, por
lo que parece aconsejar la misma naturaleza: tanto, la autoridad pública no puede abolirlo,
reducir gastos, al objeto de que quede algo con sino solamente moderar su uso y compaginarlo
que ir constituyendo un pequeño patrimonio. Pues con el bien común. Procedería, por
ya vimos que la cuestión que tratamos no puede consigueinte, de una manera injusta e
tener una solución eficaz si no es dando por
inhumana si exigiera de los bienes privados más proporción debida. Por esto, dicha sociedad
de lo que es justo bajo razón de tributos. recibe el nombre de pública, pues que mediante
ella se unen los hombres entre sí para constituir
34. Finalmente, los mismos patronos y obreros un pueblo (o nación)(30). Las que se forman,
pueden hacer mucho en esta cuestión, esto es, con por el contrario, diríamos en su seno, se
esas instituciones mediante las cuales atender consideran y son sociedades privadas, ya que
convenientemente a los necesitados y acercar más su finalidad inmediata es el bien privado de sus
una clase a la otra. Entre las de su género deben miembros exclusivamente. «Es sociedad
citarse las sociedades de socorros mutuos; privada, en cambio, la que se constituye con
entidades diversas instituidas por la previsión de miras a algún negocio privado, como cuando
los particulares para proteger a los obreros, dos o tres se asocian para comerciar
amparar a sus viudas e hijos en los imprevistos, unido»(31).
enfermedades y cualquier accidente propio de las
cosas humanas; los patronatos fundados para Ahora bien: aunque las sociedades privadas se
cuidar de los niños, niñas, jóvenes y ancianos. den dentro de la sociedad civil y sean como
Pero el lugar preferente lo ocupan las sociedades otras tantas partes suyas, hablando en términos
de obreros, que comprenden en sí todas las demás. generales y de por sí, no está en poder del
Los gremios de artesanos reportaron durante Estado impedir su existencia, ya que el
mucho tiempo grandes beneficios a nuestros constituir sociedades privadas es derecho
antepasados. En efecto, no sólo trajeron grandes concedido al hombre por la ley natural, y la
ventajas para los obreros, sino también a las artes sociedad civil ha sido instituida para garantizar
mismas un desarrollo y esplendor atestiguado por el derecho natural y no para conculcarlo; y, si
numerosos monumentos. Es preciso que los prohibiera a los ciudadanos la constitución de
gremios se adapten a las condiciones actuales de sociedades, obraría en abierta pugna consigo
edad más culta, con costumbres nuevas y con más misma, puesto que tanto ella como las
exigencias de vida cotidiana. Es grato encontrarse sociedades privadas nacen del mismo principio:
con que constantemente se están constituyendo que los hombres son sociables por naturaleza.
asociaciones de este género, de obreros solamente Pero concurren a veces circunstancias en que es
o mixtas de las dos clases; es de desear que justo que las leyes se opongan a asociaciones
crezcan en número y eficiencia. Y, aunque hemos de ese tipo; por ejemplo, si se pretendiera como
hablado más de una vez de ellas, Nos sentimos finalidad algo que esté en clara oposición con
agrado en manifestar aquí que son muy la honradez, con la justicia o abiertamente dañe
convenientes y que las asiste pleno derecho, así a la salud pública. En tales casos, el poder del
como hablar sobre su reglamentación y cometido. Estado prohíbe, con justa razón, que se formen,
y con igual derecho las disuelve cuando se han
35. La reconocida cortedad de las fuerzas formado; pero habrá de proceder con toda
humanas aconseja e impele al hombre a buscarse cautela, no sea que viole los derechos de los
el apoyo de los demás. De las Sagradas Escrituras ciudadanos o establezca, bajo apariencia de
es esta sentencia: «Es mejor que estén dos que utilidad pública, algo que la razón no apruebe,
uno solo; tendrán la ventaja de la unión. Si el uno ya que las leyes han de ser obedecidas sólo en
cae, será levantado por el otro. ¡Ay del que está cuanto estén conformes con la recta razón y
solo, pues, si cae, no tendrá quien lo con la ley eterna de Dios(32).
levante!»(28). Y también esta otra: «El hermano,
ayudado por su hermano, es como una ciudad 36. Recordamos aquí las diversas
fortificada»(29). En virtud de esta propensión corporaciones, congregaciones y órdenes
natural, el hombre, igual que es llevado a religiosas instituidas por la autoridad de la
constituir la sociedad civil, busca la formación de Iglesia y la piadosa voluntad de los fieles; la
otras sociedades entre ciudadanos, pequeñas e historia habla muy alto de los grandes
imperfectas, es verdad, pero de todos modos beneficios que reportaron siempre a la
sociedades. Entre éstas y la sociedad civil median humanidad sociedades de esta índole, al juicio
grandes diferencias por causas diversas. El fin de la sola razón, puesto que, instituidas con una
establecido para la sociedad civil alcanza a todos, finalidad honesta, es evidente que se han
en cuanto que persigue el bien común, del cual es constituido conforme a derecho natural y que
justo que participen todos y cada uno según la en lo que tienen de religión están sometidas
exclusivamente a la potestad de la Iglesia. Por 38. Son dignos de encomio, ciertamente,
consiguiente, las autoridades civiles no pueden muchos de los nuestros que, examinando
arrogarse ningún derecho sobre ellas ni pueden en concienzudamente lo que piden los tiempos,
justicia alzarse con la administración de las experimentan y ensayan los medios de mejorar
mismas; antes bien, el Estado tiene el deber de a los obreros con oficios honestos. Tomado a
respetarlas, conservarlas y, si se diera el caso, pechos el patrocinio de los mismos, se afanan
defenderlas de toda injuria. Lo cual, sin embargo, en aumentar su prosperidad tanto familiar
vemos que se hace muy al contrario especialmente como individual; de moderar igualmente, con
en los tiempos actuales: Son muchos los lugares la justicia, las relaciones entre obreros y
en que los poderes públicos han violado patronos; de formar y robustecer en unos y
comunidades de esta índole, y con múltiples otros la conciencia del deber y la observancia
injurias, ya asfixiándolas con el dogal de sus leyes de los preceptos evangélicos, que, apartando al
civiles, ya despojándolas de su legítimo derecho hombre de todo exceso, impiden que se rompan
de personas morales o despojándolas de sus los límites de la moderación y defienden la
bienes. Bienes en que tenía su derecho la Iglesia, armonía entre personas y cosas de tan dístinta
el suyo cada uno de los miembros de tales condición. Vemos por esta razón que con
comunidades, el suyo también quienes las habían frecuencia se congregan en un mismo lugar
consagrado a una determinada finalidad y el suyo, hombres egregios para comunicarse sus
finalmente, todos aquellos a cuya utilidad y inquietudes, para coadunar sus fuerzas y para
consuelo habían sido destinadas. Nos no podemos llevar a la realidad lo que se estime más
menos de quejarnos, por todo ello, de estos conveniente. Otros se dedican a encuadrar en
expolios injustos y nocivos, tanto más cuanto que eficaces organizaciones a los obreros,
se prohíben las asociaciones de hombres católicos, ayudándolos de palabra y de hecho y
por demás pacíficos y beneficiosos para todos los procurando que no les falte un trabajo honesto
órdenes sociales, precisamente cuando se y productivo. Suman su entusiasmo y prodigan
proclama la licitud ante la ley del derecho de su protección los obispos, y, bajo su autoridad
asociación y se da, en cambio, esa facultad, y dependencia, otros muchos de ambos cleros
ciertamente sin limitaciones, a hombres que agitan cuidan celosamente del cultivo del espíritu en
propósitos destructores juntamente de la religión y los asociados. Finalmente, no faltan católicos
del Estado. de copiosas fortunas que, uniéndose
voluntariamente a los asalariados, se esfuerzan
37. Efectivamente, el número de las más diversas en fundar y propagar estas asociaciones con su
asociaciones, principalmente de obreros, es en la generosa aportación económica, y con ayuda de
actualidad mucho mayor que en otros tiempos. No las cuales pueden los obreros fácilmente
es lugar indicado éste para estudiar el origen de procurarse no sólo los bienes presentes, sino
muchas de ellas, qué pretenden, qué camino también asegurarse con su trabajo un honesto
siguen. Existe, no obstante, la opinión, descanso futuro. Cuánto haya contribuido tan
confirmada por múltiples observaciones, de que múltiple y entusiasta diligencia al bien común,
en la mayor parte de los casos están dirigidas por es demasiado conocido para que sea necesario
jefes ocultos, los cuales imponen una disciplina repetirlo. De aquí que Nos podamos alentar
no conforme con el nombre cristiano ni con la sanas esperanzas para el futuro, siempre que
salud pública; acaparada la totalidad de las fuentes estas asociaciones se incrementen de continuo
de producción, proceden de tal modo, que llacen y se organicen con prudente moderación.
pagar con la miseria a cuantos rehúsan asociarse Proteja el Estado estas asociaciones de
con ellos. En este estado de cosas, los obreros ciudadanos, unidos con pleno derecho; pero no
cristianos se ven ante la alternativa o de se inmiscuya en su constitución interna ni en su
inscribirse en asociaciones de las que cabe temer régimen de vida; el movimiento vital es
peligros para la religión, o constituir entre sí sus producido por un principio interno, y
propias sociedades, aunando de este modo sus fácilmente se destruye con la injerencia del
energías para liberarse valientemente de esa exterior.
injusta e insoportable opresión. ¿Qué duda cabe
de que cuantos no quieran exponer a un peligro 39. Efectivamente, se necesita moderación y
cierto el supremo bien del hombre habrán de optar disciplina prudente para que se produzca el
sin vacilaciones por esta segunda postura? acuerdo y la unanimidad de voluntades en la
acción. Por ello, si los ciudadanos tienen el libre frecuentar los sacramentos, que son los
derecho de asociarse, como así es en efecto, instrumentos divinos de purificación y
tienen igualmente el derecho de elegir libremente santificación.
aquella organización y aquellas leyes que estimen
más conducentes al fin que se han propuesto. Nos 40. Puesto el fundamento de las leyes sociales
estimamos que no puede determinarse con reglas en la religión, el camino queda expedito para
concretas y definidas cuál haya de ser en cada establecer las mutuas relaciones entre los
lugar la organización y leyes de las sociedades a asociados, para llegar a sociedades pacíficas y
que aludimos, puesto que han de establecerse a un floreciente bienestar. Los cargos en las
conforme a la índole de cada pueblo, a la asociaciones se otorgarán en conformidad con
experiencia y a las costumbres, a la clase y los intereses comunes, de tal modo que la
efectividad de los trabajos, al desarrollo del disparidad de criterios no reste unanimidad a
comercio y a otras circunstancias de cosas y de las resoluciones. Interesa mucho para este fin
tiempos, que se han de sopesar con toda distribuir las cargas con prudencia y
prudencia. En principio, se ha de establecer como determinarlas con claridad para no quebrantar
ley general y perpetua que las asociaciones de derechos de nadie. Lo común debe
obreros se han de constituir y gobernar de tal administrarse con toda integridad, de modo que
modo que proporcionen los medios más idóneos y la cuantía del socorro esté determinada por la
convenientes para el fin que se proponen, necesidad de cada uno; que los derechos y
consistente en que cada miembro de la sociedad deberes de los patronos se conjuguen
consiga, en la medida de lo posible, un aumento armónicamente con los derechos y deberes de
de los bienes del cuerpo, del alma y de la familia. los obreros. Si alguna de las clases estima que
Pero es evidente que se ha de tender, como fin se perjudica en algo su derecho, nada es más de
principal, a la perfección de la piedad y de las desear como que se designe a varones
costumbres, y asimismo que a este fin habrá de prudentes e íntegros de la misma corporación,
encaminarse toda la disciplina social. De lo mediante cuyo arbitrio las mismas leyes
contrario, degeneraría y no aventajarían mucho a sociales manden que se resuelva la lid.
ese tipo de asociaciones en que no suele contar También se ha de proveer diligentemente que
para nada ninguna razón religiosa. Por lo demás, en ningún momento falte al obrero abundancia
¿de qué le serviría al obrero haber conseguido, a de trabajo y que se establezca una aportación
través de la asociación, abundancia de cosas, si con que poder subvenir a las necesidades de
peligra la salvación de su alma por falta del cada uno, tanto en los casos de accidentes
alimento adecuado? «¿Qué aprovecha al hombre fortuitos de la industria cuanto en la
conquistar el mundo entero si pierde su enfermedad, en la vejez y en cualquier
alma?»(33). Cristo nuestro Señor enseña que la infortunio. Con estos principios, con tal de que
nota característica por la cual se distinga a un se los acepte de buena voluntad, se habrá
cristiano de un gentil debe ser ésa precisamente: provisto bastante para el bienestar y la tutela de
«Eso lo buscan todas las gentes... Vosotros buscad los débiles, y las asociaciones católicas serán
primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo consideradas de no pequeña importancia para
demás se os dará por añadidura»(34). la prosperidad de las naciones.
Aceptados, pues, los principios divinos, désele un Por los eventos pasados prevemos sin
gran valor a la instrucción religiosa, de modo que temeridad los futuros. Las edades se suceden
cada uno conozca sus obligaciones para con Dios; unas a otras, pero la semejanza de sus hechos
que sepa lo que ha de creer, lo que ha esperar y lo es admirable, ya que se rigen por la providencia
que ha de hacer para su salvación eterna; y se ha de Dios, que gobierna y encauza la continuidad
de cuidar celosamente de fortalecerlos contra los y sucesión de las cosas a la finalidad que se
errores de ciertas opiniones y contra las diversas propuso al crear el humano linaje. Sabemos
corruptelas del vicio. Instese, incítese a los que se consideraba ominoso para los cristianos
obreros al culto de Dios y a la afición a la piedad; de la Iglesia naciente el que la mayor parte
sobre todo a velar por el cumplimiento de la viviera de limosnas o del trabajo. Pero,
obligación de los días festivos. Que aprendan a desprovistos de riquezas y de poder, lograron,
amar y reverenciar a la Iglesia, madre común de no obstante, ganarse plenamente la simpatía de
todos, e igualmente a cumplir sus preceptos y los ricos y se atrajeron el valimiento de los
poderosos. Podía vérseles diligentes, laboriosos, mal de tanta magnitud se haga incurable por la
pacíficos, firmes en el ejemplo de la caridad. Ante demora del remedio. Apliquen la providencia
un espectáculo tal de vida y costumbres, se de las leyes y de las instituciones los que
desvanecíó todo prejuicio, se calló la gobiernan las naciones; recuerden sus deberes
maledicencia de los malvados y las ficciones de la los ricos y patronos; esfuércense
antigua idolatría cedieron poco a poco ante la razonablemente los proletarios, de cuya causa
doctrina cristiana. se trata; y, como dijimos al principio, puesto
que la religión es la única que puede curar
Actualmente se discute sobre la situación de los radicalmente el mal, todos deben laborar para
obreros; interesa sobremanera al Estado que la que se restauren las costumbres cristianas, sin
polémica se resuelva conforme a la razón o no. las cuales aun las mismas medidas de
Pero se resolverá fácilmente conforme a la razón prudencia que se estiman adecuadas servirían
por los obreros cristianos si, asociados y bajo la muy poco en orden a la solución.
dirección de jefes prudentes, emprenden el mismo
camino que siguieron nuestros padres y mayores, Por lo que respecta a la Iglesia, nunca ni bajo
con singular beneficio suyo y público. Pues, aun ningún aspecto regateará su esfuerzo, prestando
siendo grande en el hombre el influjo de los una ayuda tanto mayor cuanto mayor sea la
prejuicios y de las pasiones, a no ser que la mala libertad con que cuente en su acción; y tomen
voluntad haya embotado el sentido de lo honesto, nota especialmente de esto los que tienen a su
la benevolencia de los ciudadanos se mostrará cargo velar por la salud pública. Canalicen
indudablemente más inclinada hacia los que vean hacia esto todas las fuerzas del espíritu y su
más trabajadores y modestos, los cuales consta competencia los ministros sagrados y,
que anteponen la justicia al lucro y el precedidos por vosotros, venerables hermanos,
cumplimiento del deber a toda otra razón. De lo con vuestra autoridad y vuestro ejemplo, no
que se seguirá, además, otra ventaja: que se dará cesen de inculcar en todos los hombres de
una esperanza y una oportunidad de enmienda no cualquier clase social las máximas de vida
pequeña a aquellos obreros que viven en el más tomadas del Evangelio; que luchen con todas
completo abandono de la fe cristiana o siguiendo las fuerzas a su alcance por la salvación de los
unas costumbres ajenas a la profesión de la pueblos y que, sobre todo, se afanen por
misma. Estos, indudablemente, se dan cuenta con conservar en sí mismos e inculcar en los
frecuencia de que han sido engañados por una demás, desde los más altos hasta los más
falsa esperanza o por la fingida apariencia de las humildes, la caridad, señora y reina de todas las
cosas. Pues ven que han sido tratados virtudes. Ya que la ansiada solución se ha de
inhumanamente por patronos ambiciosos y que esperar principalmente de una gran efusión de
apenas se los ha considerado en más que el la caridad, de la caridad cristiana entendemos,
beneficio que reportaban con su trabajo, e que compendia en sí toda la ley del Evangelio,
igualmente de que en las sociedades a que se y que, dispuesta en todo momento a entregarse
habían adscrito, en vez de caridad y de amor, lo por el bien de los demás, es el antídoto más
que había eran discordias internas, compañeras seguro contra la insolvencia y el egoísmo del
inseparables de la pobreza petulante e incrédula. mundo, y cuyos rasgos y grados divinos
Decaído el ánimo, extenuado el cuerpo, muchos expresó el apóstol San Pablo en estas palabras:
querrían verse libres de una tan vil esclavitud, «La caridad es paciente, es benigna, no se
pero no se atreven o por vergüenza o por miedo a aferra a lo que es suyo; lo sufre todo, lo soporta
la miseria. Ahora bien: a todos éstos podrían todo»(35).
beneficiar de una manera admirable las
asociaciones católicas si atrajeran a su seno a los 42. En prenda de los dones divinos y en
que fluctúan, allanando las dificultades; si testimonio de nuestra benevolencia, a cada uno
acogieran bajo su protección a los que vuelven a de vosotros, venerables hermanos, y a vuestro
la fe. clero y pueblo, amantísimamente en el Señor
os impartimos la bendición apostólica.
41. Tenéis, venerables hermanos, ahí quiénes y de
qué manera han de laborar en esta cuestión tan Dada en Roma, junto a San Pedro, el 15 de
dificil. Que se ciña cada cual a la parte que le mayo de 1891, año decimocuarto de nuestro
corresponde, y con presteza suma, no sea que un pontificado.
Notas 26. Gén 2,2.
14. Mt 25,40.
25. Ex 20,8.