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SALUD MENTAL

Las 7 reglas
básicas para caerle
bien a todo el
mundo en un abrir
y cerrar de ojos
Contar con cualidades sociales es cada vez
más importante en el ámbito laboral, ya que
tener carisma y desenvolverse bien en público te
puede ayudar a alcanzar tus metas con
ayuda de otras personas.

Por ello, te contamos los 7 pasos claves para


caerle bien a todo el mundo en cualquier
momento. Hasta en el ascensor,
efectivamente, donde parece que el tiempo
es eterno y la incomodidad se palpa en el
ambiente.

En muchos casos, se trata de hacer sentir a


la otra persona importante
importante, no de tenerles
que impresionar con tus anécdotas, experiencias
y talentos.

Por Constantin Herrmann


14 octubre 2020

Morsa Images via Getty Images

Cualquiera que domine el arte de conducir


una charla trivial tendrá las puertas
abiertas para todo lo que necesite. ¿Se
trata en realidad de pura superficialidad?
No, en absoluto. Es el primer paso para
saber cómo caerle bien a todo el mundo,
guardarse en el bolsillo contactos
convenientes y puede que incluso alguna
amistad duradera.

Uno no se acerca a extraños e


inmediatamente comienza una
conversación sobre el amor, la vida y
nuestros sentimientos más íntimos. Para
simpatizar con compañero de conversación
durante los primeros instantes (ya sea en
un ascensor, en una fiesta o en una cena de
empresa), tienes que empezar paso a
paso, solo con una pequeña charla. Si
tocas el botón adecuado, serás encantador y
carismático. Y este talento se puede
practicar. Estas son las siete reglas
básicas para generar una conversación
pequeña y rápida.

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1. Rompe el hielo

El mantra de todos los genios del carisma:


no se trata de que te encuentres
cómodo tú, sino de hacer que los
demás se encuentren cómodos
contigo. Esta lección la tienen muy bien
aprendida en Estados Unidos, ya que es
parte de la vida diaria ser desinhibido y
hacer cumplidos completamente
inesperados. Puedes acercarte a otro
hombre y decirle: "Me gusta tu corbata".
Remata la jugada con un: "Además, las
corbatas estrechas son muy estilosas.
¿Dónde la has comprado". Sí, dar este paso
requiere de mucha valentía y confianza en
sí mismo, pero es una manera muy
efectiva de romper el hielo y, de paso,
presentarte ante la otra persona.

2. Habla menos, escucha más

El político británico Benjamin Disraeli


(1804-1881) lo resumió muy brevemente:
"Habla con una persona sobre ella misma y
te escuchará durante horas". De hecho,
numerosos estudios demuestran que la
mayoría de las personas se sienten más
atendidas e incluso importantes si te
has tomado el tiempo para
conocerlas. Por ello, es importante que
preguntes... y más aún que escuches. Una
conversación basada en la comprensión y el
entendimiento puede comenzar de la
manera más banal del mundo para, a
posteriori, convertirse en un diálogo
más profundo con un intercambio de
ideas más adulto.

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Un consejo: las preguntas que se


responden con un simple "sí" o "no"
no funcionan. Tienes que intentar hilar
una conversación para poder sacar varios
temas de conversación. Existe una
mecánica de preguntas, llamada por
las siglas 'S.T.I.L.', que te pueden ayudar
a desarrollar una buena conversación
usando preguntas comunes. A
continuación, unos ejemplos:

S: Situación

¿Qué tal te lo estás pasando? ¿Cómo


conociste al anfitrión?

T: Talento

¿A qué te dedicas?

I: Interés

¿Cuáles son tus hobbies? ¿Qué restaurante


me recomiendas para celebrar un
cumpleaños?

L: Vida (en alemán, Leben )

¿Dónde naciste? ¿Por qué te mudaste a esta


ciudad?

3. Algunos estereotipos
funcionan: habla del tiempo

Seguro que alguna vez has tenido que lidiar


con una conversación sobre el tiempo para
romper el hielo en un trayecto en ascensor.
Es, probablemente, el tema más
superficial de todos los que se te
podrían venir a la mente. Pero incluso
esta conversación banal puede ayudar a
generar un diálogo interesante en unos
pocos segundos.

El consultor de negocios Asfa-Wossen


Asserate describe en su bestseller 'Manners'
cómo desarrollar esta estrategia.
"Imagínate que el día está nublado: podrías
bromear diciendo que has visto una nube
tan, tan oscura que parecía que Dios estaba
preparando el apocalipsis final. Aunque
tengas miedo a sonar como un
lunático, ten claro que le sacarás una
sonrisa a aquel que te escuche.
También hay formas más convencionales:
'Pues parece que este verano va a ser el más
lluvioso de la década'. Tu compañero de
conversación podría responderte
perfectamente un: 'Es cierto. Todavía estoy
esperando que haga buen tiempo un fin de
semana para ir de excursión'. Y
contraatacas con un: '¿A ti también te gusta
el senderismo?'. Ya está: lo tienes en el
bolsillo. Si tu compañero de diálogo te
responde un 'no', contesta un: 'Ah, ¿y qué te
gusta hacer entonces en tu tiempo libre?'
Me gustaría hacer cosas nuevas, pero me he
quedado sin ideas". Y todo en un trayecto
en ascensor.

4. Deja claro que estás


escuchando a la otra persona

Esencial para saber cómo caerle bien a todo


el mundo. Expresiones como "Ajá",
"Sí", Interesante" o "Claro, tienes
razón" pueden funcionar como la
gasolina para el motor de una conversación,
así que no dudes en usarlos (sin excederte,
claro). Pero eso es solo el comienzo.

La regla básica en toda conversación es


tratar a todo el mundo como si fuera
un viejo amigo: simpático pero
comedido. También depende de con quién
estés hablando: no vas a saludar al CEO de
tu empresa con una palmadita en la
espalda. Pero si generas la falsa ilusión
de que la persona con la que estás
hablando te conoce de antes, se
sentirá mucho más cómoda. Algunos
trucos que te pueden funcionar (sin
pasarte: tampoco es cuestión de que
atosigues a tu compañero de diálogo) es
hacer uso del contacto físico entre el brazo o
el hombro.

Sin embargo y por encima de todo, hay


una norma básica de obligado
cumplimiento: mantén el contacto
visual. No solo en una conversación de
dos: incluso si estás en un grupo de gente,
mira a los ojos a todo el mundo con una
sonrisa.

5. Una conversación casual


puede abrirte puertas en la
oficina

En el ámbito laboral, dominar el arte de


la conversación es particularmente
importante y viceversa: la falta de este
talento es particularmente perjudicial. Ya
sea solo con tu jefe o en un grupo de
compañeros de mesa frente a la sala de
reuniones, siempre debes causar
buena impresión. Si tu jefe pregunta qué
tal estás, contesta algo interesante. Un
simple "¿Bien, y tú?" te hará parecer una
persona aburrida. Un truco: añade una
breve explicación. Por ejemplo: "Bueno,
ayer terminamos el 'Proyecto [introducir
nombre]' y estamos muy contento con el
resultado".

De hecho, la regla #2 de esta guía es muy


útil también en este tipo de situaciones:
deja que tu jefe hable sobre sí mismo
y escúchale atentamente. De esta
manera, tendrás la oportunidad de
conocerle mejor. Tres pisos en un ascensor
son suficientes para entablar un pequeño
diálogo: "No sé qué libro empezar a leer,
¿tienes alguna recomendación?" Pero ten
cuidado, en estos casos te puedes encontrar
con una pequeña trampa: siempre debes
esperar que el jefe responda con un: "¿Qué
es lo último que leíste ". Aunque sea un
cómic de superhéroes, díselo con
convicción e incluso recomiéndaselo. De
esta manera, tu jefe se reirá contigo, no de
ti.

6. Ve a contracorriente

Para entablar una pequeña


conversación, es necesario que ésta
sea relajada. Sin embargo, muchos
piensan que deben aportar contribuciones
intelectuales para mejorar la calidad de la
conversación. Sin embargo, aquí no se
trata de quedar como Einstein, sino
de caer bien.

El escritor francés François de La


Rochefoucauld (1613-1680) escribió una vez
lo siguiente: "La cortesía está en decir
cosas vacías de una manera
agradable". ¡Actúa! Por ejemplo: el
whisky, un tema popular entre caballeros
con mucha clase. Si no estás familiarizado
con el tema, te va a costar pronunciar
nombres como "Bruichladdich" o
"Auchentoshan". Para evitar un mal
trago, suelta una hipótesis que pueda
servir como inicio de un debate: "El
ron es el nuevo whisky". O enciende una
bomba atómica en clave retórica: "Me gusta
gusta que mi vaso de whisky esté a punto de
rebosar". Es posible que impresiones con tu
actitud, por estar seguro de ti mismo. En
cualquier caso, será entretenido.

7. Tan importante es saber dar


el primer paso como el último

Es igual de importante saber cómo


comenzar una conversación como
saber cuándo no da más de sí y debe
finalizar (siempre de manera educada y
amable). Para conseguirlo, date un breve
descanso (o en casos más difíciles, un
respiro) y di algo como: "Perdona, voy a
saludar al resto". Eso sí: renuncia a
cualquier excusa. Acaba siempre con un:
"Ha sido todo un placer, ¡nos vemos
pronto!", sonríe, date la vuelta y huye.

*Tema originalmente publicado en la


versión alemana de GQ.

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