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DEMENCIA

Ludmila Gabotto, 44520679

Para empezar, ¿Que es la demencia?

La demencia no es una enfermedad específica sino, más bien, un término general


para referirse a una alteración de la capacidad para recordar, pensar o tomar
decisiones, que interfiere en la realización de las actividades de la vida diaria.

Es un término que engloba varias enfermedades que afectan a la memoria, el


pensamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas.

La enfermedad empeora con el tiempo. Afecta principalmente a las personas de


edad, pero no todas las personas la contraerán conforme envejecen.

Entre los factores que aumentan el riesgo de sufrir demencia cabe destacar:

 la edad (es más común en personas de 65 años o más)


 la hipertensión arterial
 un exceso de azúcar en la sangre (diabetes)
 el exceso de peso o la obesidad
 el tabaquismo
 el consumo excesivo de alcohol
 la inactividad física
 el aislamiento social
 la depresión.

La demencia es un síndrome que puede deberse a una serie de enfermedades


que, con el tiempo, destruyen las células nerviosas y dañan el cerebro, lo que
generalmente conduce al deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad
para procesar el pensamiento) más allá de lo que podría considerarse una
consecuencia habitual del envejecimiento biológico.

Si bien la conciencia no se ve afectada, el deterioro de la función cognitiva suele


ir acompañado, y en ocasiones precedido, por cambios en el estado de ánimo, el
control emocional, el comportamiento o la motivación. La demencia tiene
consecuencias físicas, psicológicas, sociales y económicas, no solo para las
personas que viven con la enfermedad, sino también para sus cuidadores, las
familias y la sociedad en general.

Fases de la demencia

La escala FAST logra clasificar en 7 fases. En la fase de adulto normal no se logra


apreciar deterioro alguno. Después de esto viene la fase de adulto anciano normal
donde el paciente tiene conciencia personal de que ha sufrido algún tipo de declive
funcional. En la fase 3, descrita como enfermedad de Alzheimer o demencia
temprana el paciente presenta deficiencias funcionales en situaciones de trabajo
exigentes. En la siguiente fase el paciente necesita ayuda para realizar tareas
complejas que antes llevaba a cabo con normalidad. Por último, en las fases
restantes de la escala FAST, el paciente no puede llevar a cabo el aseo personal de
forma independiente, hasta llegar a la etapa final, en la cual, se pierde la habilidad
del habla casi por completo. De igual manera, el paciente pierde progresivamente su
capacidad para caminar, sentarse o incluso sonreír.

La demencia tiene un efecto abrumador en las familias y sus cuidadores. A menudo


surgen presiones físicas, emocionales, así como económicas que pueden causar
mucho estrés a las personas involucradas en su cuidado

Síntomas

A veces, la persona tiene cambios de humor o de conducta antes de que


empiecen los problemas de memoria. Los síntomas empeoran con el tiempo y la
mayoría de las personas con demencia precisarán ayuda en su día a día.

 olvidar cosas o acontecimientos recientes


 perder o extraviar cosas
 perderse al caminar o conducir
 sentirse desubicado, incluso en lugares familiares
 perder la noción del tiempo
 dificultades para resolver problemas o tomar decisiones
 problemas para seguir conversaciones o a la hora de encontrar las
palabras
 dificultades para realizar tareas habituales
 errores de cálculo al juzgar visualmente a qué distancia se encuentran los
objetos

Los cambios comunes en el estado de ánimo y el comportamiento incluyen:

 sensación de ansiedad, tristeza o enojo por las pérdidas de memoria.


 cambios en la personalidad.
 conducta inapropiada.
 renuncia al trabajo o a las actividades sociales.
 pérdida de interés por las emociones de otras personas.
La demencia afecta a cada persona de una manera diferente, en función de las
causas subyacentes, otras condiciones de salud y el funcionamiento cognitivo de la
persona antes de enfermar.

La mayoría de los síntomas empeoran con el tiempo, mientras que otros podrían
desaparecer o manifestarse únicamente en las últimas etapas de la demencia. A
medida que la enfermedad avanza, aumenta la necesidad de ayuda con los
cuidados personales. Las personas con demencia pueden no ser capaces de
reconocer a familiares o amigos, desarrollar dificultades para desplazarse, perder el
control sobre la vejiga y los intestinos, tener problemas para comer y beber y
experimentar cambios de comportamiento, como exhibir una conducta agresiva, que
provocan inquietud tanto en la persona con demencia como en las que lo rodean.

Formas comunes de demencia

La demencia es causada por distintas enfermedades o lesiones que afectan directa


e indirectamente al cerebro. La enfermedad de Alzheimer, que es la forma más
común, representa entre un 60% y un 70% de los casos. Otras formas incluyen
demencia vascular, demencia por cuerpos de Lewy (agregados anormales de
proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que
contribuyen a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del
cerebro). La demencia también puede aparecer después de un accidente cerebro
vascular o en el contexto de determinadas infecciones, como el VIH, de resultas del
consumo nocivo de alcohol, de lesiones físicas reiteradas al cerebro (conocidas
como encefalopatía traumática crónica) o de deficiencias nutricionales. Los límites
entre las distintas formas de demencia son difusos y frecuentemente coexisten
formas mixtas.

Tratamientos

Por el momento no hay ningún tratamiento que ralentice o detenga su avance, pero
es mucho lo que se puede hacer para apoyar tanto a las personas que viven con la
enfermedad como a quienes las ayudan en su día a día.
Las personas con demencia pueden mantener su calidad de vida y mejorar su
bienestar

 con actividad física


 participando en actividades e interacciones sociales que estimulan el cerebro
y mantienen su actividad diaria

Los medicamentos actuales no curan el Alzheimer, pero dos tratamientos —


aducanumab (Aduhelm) y lecanemab (Leqembi) demuestran que la eliminación de
la beta-amiloide, una de las características de la enfermedad de Alzheimer, en el
cerebro reduce el deterioro cognitivo y funcional en las personas que viven con el
Alzheimer temprano. Los mismos medicamentos usados para tratar el Alzheimer se
encuentran entre los fármacos que a veces se recetan para mejorar los síntomas de
otros tipos de demencia. Los tratamientos sin medicamentos también pueden aliviar
algunos síntomas de la demencia.

Algunos de los medicamentos que se usan para aliviar sus síntomas son:

 Los inhibidores de la colinesterasa, como el donepezilo, para el alzhéimer


 Los antagonistas de los receptores del NMDA, como la memantina, para el
alzhéimer grave y la demencia vascular
 Los fármacos para controlar la tensión arterial y el colesterol pueden prevenir
daños en el cerebro debidos a la demencia vascular
 Los inhibidores selectivos de la receptación de serotonina (ISRS) pueden
ayudar con los síntomas graves de depresión si los cambios sociales y en el
estilo de vida no han servido, pero no deben ser la primera opción

Si hay riesgo de que las personas que viven con demencia se lesionen o lesionen a
otros, el haloperidol y la risperidona, por ejemplo, pueden ayudar, pero nunca
deben ser la primera opción.

Cuidado personal

Los síntomas de la demencia pueden controlarse de distintas maneras:


 Haciendo ejercicio
 Seguir una dieta saludable
 Dejar el tabaco y el alcohol
 Acudir al médico periódicamente
 Anote las tareas y las citas cotidianas para no olvidar cosas importantes
 No abandone sus aficiones y haga actividades que disfrute
 Busque nuevas formas de mantener activa la mente
 Tiempo de calidad, pase tiempo con amigos, familiares y participe en la vida
comunitaria

Planifique las cosas con antelación. Con el paso del tiempo, puede ser más difícil
tomar decisiones importantes que le afecten personal o económicamente. Por ese
motivo, conviene:

 Tener a personas de confianza que le ayuden a tomar decisiones y a


comunicarlas
 Informar por anticipado de sus decisiones y preferencias en materia de
cuidados y apoyo
 Llevar encima, al salir de casa, un documento de identidad con su dirección y
los contactos de emergencia
 Recurrir a familiares y amigos
 Contar a conocidos cómo le pueden ayudar
 Unirse a un grupo de apoyo local

Es importante admitir que cuidar y apoyar a una persona que vive con demencia
puede suponer un desafío que tendrá consecuencias para la salud y el bienestar de
los cuidadores. Las personas que prestan apoyo a una persona que vive con
demencia deben ponerse en contacto con familiares, amigos y profesionales para
obtener ayuda, descansar periódicamente y cuidarse, experimentar con técnicas de
gestión del estrés, como ejercicios basados en la atención plena, y buscar ayuda y
orientación profesional si es necesario.
Causas comunes de la demencia

La demencia es causada por daños a las células del cerebro. Este daño interfiere
con la capacidad de las células cerebrales de comunicarse entre ellas. Cuando las
células del cerebro no pueden comunicarse normalmente, el pensamiento, el
comportamiento y los sentimientos se ven afectados.

El cerebro tiene muchas regiones distintas y cada una es responsable de distintas


funciones (por ejemplo, la memoria, el juicio y el movimiento). Cuando se dañan las
células de una región en particular, esa región no puede desempeñar esas
funciones normalmente.

Distintos tipos de demencia se asocian con tipos específicos de células del cerebro
en ciertas regiones del cerebro. Por ejemplo, en la enfermedad de Alzheimer, los
niveles elevados de ciertas proteínas dentro y fuera de las células cerebrales
dificultan que las células cerebrales se mantengan sanas y se comuniquen entre sí.
La región del cerebro llamada hipocampo es el centro del aprendizaje y la memoria
en el cerebro, y las células del cerebro en esta región con frecuencia son las
primeras en sufrir daños.

Se clasifican, según la causa que las origina, en demencias primarias y secundarias.


Las demencias primarias son las que están provocadas por enfermedades
degenerativas que afectan al sistema nervioso como la enfermedad de Alzheimer,
la enfermedad por cuerpos de Lewy, la demencia fronto-temporal y la
demencia asociada al Parkinson. Las demencias primarias son las más
frecuentes.

La enfermedad de Alzheimer: La enfermedad de Alzheimer es la causa más


frecuente de demencia. No se conoce como se produce la degeneración de las
neuronas.

Enfermedad por cuerpos de Lewy: Es la segunda causa de demencia


degenerativa primaria. Se caracteriza por la presencia de cuerpos de Lewy en la
corteza cerebral y un deterioro de las funciones cerebrales, de carácter fluctuante,
con episodios de confusión, falta de atención y lenguaje incoherente. Los cuerpos
de Lewy son a cúmulos de proteínas anormales que se forman en las neuronas de
la corteza cerebral y también en zonas subcorticales.

Demencia fronto-temporal: Se caracteriza por la degeneración del lóbulo frontal y


de los temporales del cerebro. Representa el 10% de los casos de demencia
primaria. Se manifiesta por un cambio de la personalidad progresivo y del
comportamiento, con alteración del lenguaje. Es la segunda causa más frecuente en
personas menores de 65 años.

La demencia asociada a la enfermedad de Parkinson. Los pacientes con


enfermedad de Parkinson desarrollan con frecuencia una demencia que se
caracteriza porque la memoria está menos afectada que en otras demencias y
desarrollan, de forma precoz, síntomas como depresión, alucinaciones o delirios.

Las demencias secundarias son aquellas producidas por una enfermedad conocida,
de tipo vascular, inflamatoria (esclerosis múltiple…), infecciosa (VIH), hidrocefalia,
tumoral, traumática o endocrino-metabólica (hipotiroidismo, déficit de vitamina
B12…).
La más frecuente de las demencias secundarias es la enfermedad cerebro
vascular. Es una causa muy frecuente de demencia, la segunda después de la
enfermedad de Alzheimer.

La demencia vascular se caracteriza por la aparición de lesiones en el cerebro,


unas veces por falta de riego sanguíneo y otras, por hemorragias. Producen un
deterioro de las funciones cerebrales afectando la capacidad de las personas para
relacionarse social y laboralmente.

Abordaje desde el rol del AT

La demencia es una enfermedad difícil tanto para las personas que la padecen
como para su familia. El impacto de la demencia en las personas cuidadoras, la
familia y la sociedad, puede afectar a todos los ámbitos de la vida, tanto al nivel
físico como al aspecto psicológico, al social y al económico.

Las personas cuidadoras, familiares en la mayoría de los casos, conviven con la


persona afectada en su propio domicilio, sobre todo en las primeras etapas de la
enfermedad. A medida que la enfermedad va avanzando la persona con demencia
se va haciendo más dependiente, los cuidados van cambiando y puede ser
necesario compartirlo con personas cuidadoras externas a la familia o con las
residencias sociales.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la enfermedad se prolonga


generalmente durante años, lo más habitual es que, en principio, los familiares sean
los encargados del cuidado. En estos casos es conveniente:

 Designar a un miembro de la familia que sea la persona cuidadora principal.


El resto de los familiares deben aceptar su grado de responsabilidad y
compartir con la cuidadora principal los cuidados del enfermo. La cuidadora
principal no debe sentirse culpable por descargar en otros miembros de la
familia e incluso amigos o vecinos dichos cuidados.
 No dar las cosas por hechas, esto debe hablarse y dejar claro desde el inicio
a la hora de responsabilizarse de la atención a su familiar enfermo.
Es importante que la persona designada a su cuidado conozca las
características de esta enfermedad, cómo puede afectar a su vida y cómo
prestar los cuidados sin que se afecte su estado de salud física y mental, a largo
plazo y a su autonomía.

Cada persona enferma de demencia tiene una evolución propia con unas
características particulares. El deterioro cerebral progresivo va haciendo que
pierda poco a poco sus habilidades personales y sociales y de esta manera se
va haciendo más dependiente de la persona que le presta los cuidados. Por
tanto, requiere una gran dedicación, lo que supone que la cuidadora o el
cuidador tengan menor libertad personal y, en ocasiones, implica dejar su trabajo
y que necesite más recursos económicos o prescindir de su vida personal.

El cuidado de una persona dependiente tiene repercusión sobre el estado


emocional y físico de las cuidadoras y los cuidadores. Cuando no se han
atendido las propias necesidades o se ha decidido renunciar a su vida personal y
profesional y hay un exceso de responsabilidad, las personas cuidadoras pueden
ver afectado su bienestar emocional presentando los siguientes síntomas
psíquicos y sociales:

 Tristeza
 Fatiga emocional
 Irritabilidad
 Abandono del cuidado personal
 Sentimientos de culpa
 Rechazo hacia la persona dependiente con distanciamiento emocional
 Actitud negativa hacia el cuidado, el propio trabajo y hacia sí misma
 Aislamiento y soledad, pérdida del tiempo de ocio individual y compartido.

Es recomendable que para evitar esas complicaciones en esta tarea es


importante que la persona cuidadora tenga en cuenta las siguientes
recomendaciones:
 En primer lugar, que sea consciente de la importancia que tiene la
labor que ha asumido y admita que está haciendo lo humanamente
posible.
 Comparta la responsabilidad con la persona dependiente
fomentando el auto cuidado y diga NO ante las demandas
excesivas de ésta.
 Acepte toda la ayuda que tenga disponible y admita que tiene
derecho a cometer errores y a no culparse por ello.
 Comparta el cuidado con otras personas siempre que sea posible y
busque ayuda en los familiares, los amigos, los servicios de la
administración pública o los servicios privados.
 Es importante que dedique tiempo para su propia preparación física
y psíquica.
 Dedique más tiempo a sí mismo o misma haciendo cosas que le
gusten como leer, escuchar música, pasear, descansar o practicar
relajación.
 Preste atención a sus necesidades y cuide de su salud: dormir 8
horas, hacer ejercicio físico con regularidad, evitar el aislamiento,…
 Organice el tiempo, planifique los cuidados y reparta las tareas.
 Mantenga el contacto con sus amigos y amigas y cuide las
relaciones familiares con la pareja, los hijos, etc.…

Objetivo del AT

El objetivo principal de un acompañante cuando asume la responsabilidad de cuidar


a una persona con este tipo de patologías es ayudar tanto a las personas con
demencias a mantener unos niveles aceptables de autonomía y calidad de vida,
como a sus familiares para que convivan junto a la persona con demencia con una
mayor calidad de vida.

Sabemos que un diagnóstico de demencia puede ser traumático para el sujeto


afectado y para sus familiares. El sufrimiento psíquico aparece en su dimensión
singular y en su dimensión vincular. Desde el dispositivo de Acompañamiento
Terapéutico es importante ubicar quienes sufren, construir hipótesis sobre esos
sufrimientos e instrumentar intervenciones. Tanto las personas afectadas, como los
que son «compañeros de cuidados» padecen pérdidas progresivas en diferentes
áreas de su vida y deben enfrentar duelos muy dolorosos. Cada persona en función
de su singularidad y su historia desplegará modos diferentes de funcionamiento
psíquico ante dichas pérdidas, transformaciones y duelos.

Cuando el sufrimiento psíquico no puede ser elaborado, por exceso o falta recursos
psíquicos por parte del afectado y/o de su cónyuge, hijos o familiares cercanos, es
importante advertirlo e intervenir desde diferentes entrevistas con los hijos, con el
cónyuge, con familiares, con los profesionales tratantes, con asistentes
gerontológicos, con directivos de geriátricos, con curadores, etc., para prevenir
mayor padecimiento y la aceleración del deterioro en la persona afectada, para
poder redefinir objetivos del AT e intervenir en el sentido de los mismos, para darle
lugar a las demandas del sujeto afectado y alojar las angustias de los cónyuges y
familiares que comienzan a movilizarse por las intervenciones.

Objetivos Específicos para la persona con demencia:

 Retrasar el deterioro general ocasionado por la enfermedad (cognitivo y


funcional).
 Dar seguridad e incrementar la autonomía personal.
 Evitar la desconexión con el entorno y fortalecer las relaciones sociales.
 Dignificar y estimular la autoestima.
 Minimizar el estrés.

Hay que tener en cuenta que el AT no solo acompaña al paciente, si no es un gran


apoyo y guía para la familia para afrontar los cambios que surgirán desde el
diagnostico.

Objetivos Específicos para la familia y/o cuidador principal:


 Proporcionar un tiempo de respiro en el cuidado de la persona con demencia.
 Enseñarles estrategias de intervención y afrontamiento adecuadas a cada
momento de la enfermedad.
 Proporcionarles un lugar de encuentro en el que puedan compartir
experiencias creando un grupo de autoayuda.

Propuestas desde el rol de AT para familiares de personas con demencia

 Realizar una intervención integral para lograr el máximo bienestar de los


cuidadores y de sus familias, ofreciendo información (de ayuda económica,
sobre la propia enfermedad, de las diferentes redes de apoyo) y soporte
psicológico y emocional, además de aportar orientación en todo momento de
cómo realizar el cuidado. Esta intervención deberá ser a nivel individual (con
cada miembro de la familia, y, en especial, con la persona cuidadora), y a
nivel grupal, si es posible con toda la familia.
 Acompañar y trabajar con todos los miembros de la familia (niños,
cuidadoras, adolescentes) para poder afrontar mejor las nuevas situaciones
y cambios que puedan surgir en el entorno familiar y reducir el impacto
negativo. Mediante técnicas y herramientas adaptadas a la edad de cada
uno y en función a sus necesidades.
 Servir como punto intermedio entre el equipo interdisciplinario y el entorno
familiar
 Desarrollar habilidades sociales en el entorno familiar, basadas en el respeto
y la empatía.
 Propiciar una buena comunicación, para así prevenir de posibles conflictos y
favorecer la toma de decisiones entre ellos.
Conclusión de Ludmila Gabotto

La realidad de las personas con demencia, así como de sus familias, es un proceso
muy duro y delicado, sobre todo para la persona designada a cuidar, que es la que
aguanta el mayor peso, ya que, aunque tenga el apoyo y la ayuda del resto de
miembros, ella es la que dedica la mayor parte de su vida a la atención de su
familiar, lo cual puede derivar en una sobrecarga y estrés continuado.

Con este trabajo he podido observar que, en la mayor parte de los casos, tal y como
la teoría afirma, son las mujeres las que, por un motivo u otro, se hacen cargo del
cuidado y del sostén familiar, lo que nos conduce a pensar que se debe, a parte de
los motivos personales o individuales, a que todavía nos encontramos en una
sociedad tradicional en la que a la mujer, por el simple hecho de ser mujer, se le
atribuye el rol de cuidadora, por “ser” la más capacitada para ejercer dicha tarea.

El impacto que el cuidado informal de una persona con demencia supone para toda
la familia es muy elevado, ya que se producen una serie de cambios en todos los
ámbitos de la vida de las personas: los más pequeños se ven en una situación que
puede llegar a ser muy dura, ya que no comprenden qué es lo que está sucediendo
y se les ofrece poca información sobre eso. Las cuidadoras se ven ante una
situación de estrés y cansancio (físico y psicológico) continuo que afecta en gran
medida a sus relaciones sociales fuera del hogar, y por supuesto para el propio
enfermo cuya situación se va deteriorando a medida que avanza la enfermedad. Por
estos motivos, es muy importante que las familias cuidadoras cuenten con una red
de apoyo, tanto social como institucional.

Por estas y demás razones destaco la importancia de la figura del AT como agente
de apoyo a familias con personas que necesitan cuidados y, especialmente, con
personas que padezcan la enfermedad de demencia o alguna otra patología que así
lo necesite.
Bibliografía

Aguilar Fergadis, Amérisa Herramientas de acompañamiento para cuidadores de adultos mayores


con demencia
(https://repositorio.iberopuebla.mx/bitstream/handle/20.500.11777/5276/
EQ5_ASE3_Documento_Editorial.pdf?sequence=2&isAllowed=y)

Índice 21.2 demencia

González Daniel Guía y Apuntes de conceptos básicos del acompañamiento terapéutico


para abordar pacientes con patologías graves.

Psicología social y AT. 5-1

Centros para el control y la prevención de enfermedades

(https://www.cdc.gov/aging/spanish/features/dementia.html#:~:text=%C2%BFQu
%C3%A9%20es%20la%20demencia%3F,-English%20(US)&text=La%20demencia
%20no%20es%20una,actividades%20de%20la%20vida%20diaria.)

(https://www.isesinstituto.com/noticia/5-tecnicas-de-estimulacion-para-enfermos-de-
alzheimer)

(https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dementia)

(https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000739.htm)

(https://www.geriatricarea.com/2020/02/19/acompanamiento-terapeutico-en-el-
campo-de-las-demencias/)

(https://alzheimercatalunya.org/es/5-consejos-para-comunicarse-con-personas-con-
demencia/)

(https://www.centrorie.com.ar/que-es-un-acompanante-terapeutico)

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