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HISTORIA ET VITA .

1. La República

Después de la caída de la Monarquía, con la expulsión del


último rey, Lucio Tarquino el Soberbio (509 a. C.), Roma inició
el periodo republicano, que llegó hasta el 27 a. C.

1.1. El funcionamiento de la República

El rasgo más importante de la República es que, en


sustitución del rey, se instauró un sistema de gobierno más
complejo representado por:

• Dos magistrados elegidos por los ciudadanos, conocidos


como pretores, que más tarde recibieron el título de
cónsules. Para evitar los abusos cometidos por los reyes,
estos magistrados tenían dos limitaciones claras de poder:
eran dos y ambos tenían el mismo poder (es decir, actuaban
colegiadamente), y su cargo duraba solo un año.

• Aparecieron un conjunto de magistraturas que se


encargaban de distintas funciones. Los primeros magistrados
que no eran cónsules fueron los censores. Aparecieron en el
435 a. C. y tenían como principal misión elaborar un censo -o
clasificación- de los ciudadanos.

• El Senado, órgano asesor que ya existía en la Monarquía,


se modificó para dar entrada a los plebeyos.

Desde el siglo v a. C., los ciudadanos estaban divididos


esencialmente en dos clases sociales: los patricios, que
constituían la clase noble y que se consideraban
descendientes de los fundadores de Roma, y los plebeyos,
que no gozaban de plena ciudadanía y que eran
mayoritariamente comerciantes y artesanos.

En el año 494 a. C., los plebeyos se amotinaron en el Aventino v amenazaron con fundar una nueva
ciudad, rival de Roma. Este hecho obligó a los patricios a concederles una institución, los tribunos de
la plebe, elegidos anualmente como representantes de los plebeyos para defender sus intereses. En
el 445 a. C. los plebeyos consiguieron, mediante la ley Canuleya, legalizar los matrimonios entre
patricios y plebeyos; más adelante, las leyes Licinias Sextias (367 a. C.) establecieron que uno de los
dos cónsules tenía que ser plebeyo.
Estos cambios políticos dieron paso a una nueva aristocracia compuesta por patricios y plebeyos
enriquecidos, y propiciaron que el ingreso en el Senado fuese casi un privilegio hereditario de estas
familias. El Senado se convirtió en un órgano fundamental de poder: declaraba la guerra y firmaba
la paz, establecía alianzas con pueblos extranjeros, decidía la fundación de colonias y gestionaba las
finanzas públicas.

1.2. La expansión por Italia

El periodo republicano se caracterizó por una importante expansión territorial. La expansión de


Roma empezó por Italia: debemos recordar que en sus inicios Roma era una pequeña población que
a duras penas dominaba la región del Lacio. En la conquista de Italia fueron determinantes dos
conflictos:

• Las guerras samnitas (343-290 a. C.). Roma encontró la oposición de varios pueblos itálicos que se
unieron entre sí. En el año 338 a. C., Roma consiguió disolver la Liga Latina, de la que formaban parte
los latinos y los volscos. La confederación de los pueblos itálicos del norte (etruscos, umbros y galos)
fue derrotada en el año 283 a. C., y poco después lo fue la de los pueblos del sur.

• En el 281 a. C. la colonia griega de Tarento, al sur de la península Itálica (Magna Grecia), solicitó
ayuda a Pirro, rey de Epiro, contra Roma. Aunque este resultó vencedor en distintas batallas, no
detuvo a los romanos y tuvo que regresar a Grecia. Durante los diez años siguientes, Roma completó
la conquista del sur de Italia y de esta manera consiguió dominar toda la península.

1.3. El control del Mediterráneo

Una vez dominada Italia, Roma se propuso


expandirse por el Mediterráneo. El episodio
más conocido de esta etapa son las guerras
púnicas, que enfrentaron a Roma con la
poderosísima Cartago. Comprenden tres etapas:

• La Primera Guerra Púnica (264-241 a. C.) se


desarrolló inicialmente en Sicilia, pero después
llegó a Hispania, territorio que se repartieron
romanos y cartagineses. Fue, sobre todo, una
guerra naval, en la que los cartagineses estaban
bajo el mando de Amílcar Barca y, después, de
Asdrúbal Barca.

• La Segunda Guerra Púnica (218-202 a. C.) es


la más co-nocida, sobre todo por la expedición
de Aníbal contra Roma cruzando los Alpes. Esta
guerra provocó la derrota de Aníbal en la batalla
de Zama, así como la llegada de Cneo Cornelio
Escipión a Ampurias en el año 218 a. C.
• La Tercera Guerra Púnica (149-146 a. C.) tuvo lugar en territorio africano y significó la total
destrucción de Cartago por Publio Cornelio Escipión Emiliano.

1.4. Los conflictos internos

Los principales beneficiarios de la expansión territorial romana fueron los comerciantes plebeyos
ricos y, sobre todo, las grandes familias patricias, que recibieron inmensos latifundios trabajados por
esclavos.

En cambio, la guerra arruinó a los campesinos pobres, que se vieron obligados a emigrar. Roma se
convirtió en una gran urbe con una numerosa plebe empobrecida que sobrevivía gracias a los
repartos públicos o a su actividad como clientes (es decir, como plebeyos al servicio de los patricios).
En este contexto se desarrollaron, desde el siglo i a. C., las guerras sociales, que tuvieron tres hitos
significativos:

• Los intentos de reforma agraria de los hermanos Graco, a mediados del siglo II a. C., en virtud de
los cuales se repartía el suelo público entre los pobres y se distribuía trigo al pueblo. Los senadores
no vieron con buenos ojos estas reformas y los dos hermanos fueron asesinados.

• El levantamiento de los pueblos itálicos para reclamar el derecho de plena ciudadanía (91-89 a.
C.). El tribuno Marco Livio Druso había prometido tierras a los plebeyos y el derecho de ciudadanía
romana a los pueblos itálicos. Esto no gustó a los senadores y Druso fue asesinado en el 91 a. C.
Entonces, los ejércitos aliados itálicos se rebelaron e iniciaron la Guerra Social (91-88 a. C.). Aunque
estos pueblos fueron derrotados, finalmente consiguieron la plena ciudadanía.

• La revuelta de esclavos de Espartaco (73-71 a. C.). Los esclavos derrotaron varias veces a los
ejércitos romanos. Finalmente, Craso y Pompeyo los sometieron. Espartaco murió y gran parte de sus
hombres fueron crucificados a lo largo de la Vía Apia, en las afueras de Roma.
HISTORIA ET VITA .

1. Sistema político romano. Compara el sistema político de la Monarquía con el de la República.

Monarquía República

¿Cómo se repartía el poder?

¿Qué papel tenía el Senado?

¿Qué clases sociales había?

2. Explica qué importancia tuvieron la ley Canuleya y las leyes Licinias Sextias.

3. Completa la siguiente tabla sobre las guerras púnicas.

Primera Guerra Púnica Segunda Guerra Púnica Tercera Guerra Púnica

Escenario en el que
tiene lugar

Personajes que
intervienen

Consecuencia para
los cartagineses

2. La educación romana
2.1. Finalidad

La educación romana tenía como principal objetivo transmitir a los muchachos el ideal de virtus. El
modelo de virtud romano era el del hombre consagrado totalmente a la comunidad, por lo que a los
jóvenes se les ofrecían ejemplos de heroísmo cívico, que se presentaban como históricos incluso si
eran legendarios.

La virtus comprendía también el respeto por las tradiciones ancestrales y familiares: el joven
romano vivía en la admiración de sus antepasados y debía esforzarse por imitarlos. Continuamente
contemplaba los bustos de los antepasados familiares, ya que estaban expuestos en el atrio de la
casa y eran paseados solemnemente en cada entierro.
La virtus tenía también una dimensión religiosa. El hombre verdaderamente virtuoso debía ser capaz
de anteponer el respeto por las leyes divinas no solo por delante de su propia vida y sus
necesidades, sino también del interés inmediato de la patria. El verdadero patriotismo empezaba por
la piedad y el respeto hacia los mensajes de los dioses.

2.2. Tipos de escuelas

Entre los romanos no existían las escuelas tal y como las conocemos actualmente. La escuela podía
ser una simple habitación (taberna) o un local abierto, que daba a la calle (pergula). Las clases
empezaban por la mañana, con una breve interrupción a mediodía para comer, y continuaban
durante la tarde. Se impartía un total de seis horas de clase.

El curso se iniciaba a finales de marzo y el año escolar parece que duraba ocho meses, aunque no se
sabe con exactitud si había un periodo oficial de vacaciones de verano: es probable que las escuelas
estuviesen abiertas también durante los meses de verano, aunque debían de estar poco
frecuentadas, ya que los padres solían hacer descansar a los niños en esta estación. No había escuela
los días festivos ni los de mercado, que tenían lugar cada nueve días.

Sin embargo, la enseñanza no era obligatoria ni estaba controlada por el Estado, como hoy en día,
sino que los padres decidían libremente sobre la educación de sus hijos, de forma que muchos niños
no recibían instrucción.

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