La existencia humana oscila perennemente en dos planos
diferentes, el de la realidad (que se manifiesta a través de
su participación directa en acontecimientos físicamente tangibles) y el de la subjetividad (que resulta de la forma en que cada individuo vive su mundo interno). Es decir, entre la percepción y la imaginación.
Si bien hay entre las dos una frontera clara, no podemos
negar que existen ciertos puntos de contacto: lo que imaginamos tiende a provenir de sucesos vividos en el pasado, mientras que un sinfín de realidades se concibieron primero en una mente inquieta.
La capacidad de crear escenarios mentales es una
característica de nuestra especie, y que le permite trascender las limitaciones impuestas por la naturaleza para descubrir estrategias de las que beneficiarse, pese a que en ocasiones ello haya supuesto perjuicios para el planeta.
En este artículo ahondaremos al detalle en qué es el
fenómeno de la imaginación y en sus funciones. Asimismo, profundizaremos en aquellas áreas cotidianas en las que ostenta un papel clave, con el objetivo de ejemplificar su alcance en nuestras vidas.
superiores" Imaginación: ¿qué es y para qué sirve? La imaginación es la habilidad de crear, a nivel cognitivo, imágenes (o escenas) que no están presentes en el campo perceptivo de quien las articula, pudiendo estar condimentadas por la inclusión de elementos evocados en cualquier modalidad sensorial. De tal manera es posible reproducir situaciones del pasado que no solo implican contenidos visuales, sino también las sensaciones que las acompañaron (positivas y negativas). También permite explorar las ideas o conceptos intangibles, e incluso combinarlos para generar productos novedosos que nunca existieron o con los que no se experimentó de una manera directa.