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O[MINDI O[l UTAOO 0[ BOYICI

CONTRA EL GOBIERNO NACIONAL

RELATIVA ALAS MINAS DE ESMERALDAS

BOGOT!-1885
-
IMPRENTA DE lJ.d LUZ
•••

Hace J!~OS meses q~e ~n el .Diario Oficial y E<n un


folleto se d1o cuenta al puhl1co :
De la reclamación que se hizo al Poder Ejecutivo
nacional para que, conforme al contrato de arrenda...
miento de las minas de esmeraldas de Muzo y Coscuez,
!e concediese prórroga de su duración por un año ;
De la negativa del Gobierno y del sometimiento de
la cuesti6n á un Tribunal de Arbitros, por resolución sus-
crita por el Secretario de Fomento, señor Napoleón
Borrero;
De mi insistencia en la reclamación, y de la organi-
zación de dicho Tribunal, por resolución de la misma
Secretaría de Fomento, bajo la firma del señor Julio E.
Pérez;
De la sentencia arbitral que, conforme al contrato,
me acordó la prórroga;
De la providencia del Ciudadano Presidente de la
Unión, en que, conformándose con la senten?ia ~rbitral,
y haciendo uso de sus facultades extraordinarias para
tiempo de guerra, ordenó :
Llevar á cabo el arrendamiento de las minas por un
- mas·
ano "'
Exp~"opiar al Estado de Boyacá, por re b~lde, el
precio del arrendamiento ($ 20,606) correspondiente á
la prórroga ;
-4:-

venderme las herramientas y útiles para el laboreo


de las minas, por $ 938-50 ;
Obligarme á consignar, en dinero sonante, aquellas
sumas, con la promesa formal de sostenerme en el goce
de las minas durante el año de la prórroga ; y
Hacerse responsable, en todo y por todo, para con
el Estado de Boyacá, declarándome á paz y salvo con su
Gobierno y el de Boyacá, en cuanto al precio del arren-
rlamiento principal, el de la prórroga y el de las herra-
mientas y útiles que le compré.
CoJ! todo esto pensé que estaba terminada la cues-
tión, en la cual no ha habido de mi parte, sino la recla-
mación franca, pública y sostenida de un derecho que
creí y creo tener, y el desembolso de la fuerte suma de
dinero que el Gobierno me ordenó consignara, expro-
piándosela y reconociéndosela al Estado de Boyacá, para
pagársela cuando se restablezca el orden público ; pero
me equivoqué, porque el Jefe Civil y Militar de Boyacá,-
.
quien representa al Gobierno nacional, vencedor y ocu-
pante de aquel Estado,-por medio de un Procurador
nombrado por dicho Jefe, y nó por la Asamblea Legis-
lativa, única autoridad que puede nombrarlo, ha de- lJ

mandado ante la Corte Suprema federal aJ vericedor


mismo que representa, para que no se cumpla su pro-
videncia expresada, y causarme á mí un gravísimo
perjuicio: á esto equivale lo que se pide en la demanda!
La competencia de la Corte fué objetada por el
señor Procurador general de la N ación y por mi apode-
rado ; pero la Corte, con el voto negativo de los señores
Magistrados Doctores Lara y Díaz, ha resuelto conocer
del negocio, el cual es de lo más anómalo que puede
presentarse ; tánto, que puede llamarse con alguna pro-
piedad así : El Gobierno nacional demanda al Gobierno
nacional.
Como tal decisión la tengo que obedecer, aunque la
creo absolutamente ilegal, la presento con sus antece-
dentes y en apelación á la opinión pública, acusándola,
con perdón de los señores Magistrados de la mayoría,
-5-

como poco conforme á la sabiduría, rectitud é imparcia-


lidad que, para honor de la Patria, siempre han reinado
en su más alto Tribunal de justicia.
Continuaré dando cuenta al público del curso que
siga este negocio, el cual, según mi modo de pensar, abre
la puerta del Poder Judicial de la Unión para entablar
ante él, y contra el Gobierno de la Unión, todas las re-
clamaciones que puedan originarse de los actos extraor-
dinarios que dicho Gobierno ha ejecutado en virtud de
las facultades que le concede el derecho de la guerra.

Bogotá, 15 de Septiembre de 1885.

ANTONIO SAMPER .

........
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11
) 0 111

1 °1 Id JI~
-8-

En tal virtud, el Gobierno de Boyacá, contando, co-


mo debía contar, con que en la fecha apuntada entraría
en la propiedad y posesión de las citadas minas, dió éstas
ell: arrendamiento al señor Lorenzo Merino, por el tér-
mino de diez años, y recibió de dicho señor la suma de
$ 45,000 como valor anticipado de las dos primera anua-
lidades.
En este estado las cosas, la Compañía explotadora
de las minas de es1neraldas solicitó del Poder Ejecutivo
de la Unión declarase que ella, como cesionaria del señor
.Juan Sordo, tenía derecho á un año de prórroga del con-
trato de arrendamiento, fundándose para ello en la cláu-
sula 2. a del artículo 8. o del contrato yá citado ; y que,
en el caso de que el Poder Ejecutivo, estimase que ella
no tenía tal derecho, sometiera el punto á la decisión de
un Tribunal de A.rbitros, de acuerdo con lo que dispone
el artículo 14 del n1isn1o contrato,--artículo que á la le-
tra dice :
"Toda cuesti( u sobre las estipulaciones del presente conttato, ó sobr&
las obligaciones qne de él emanen, será decidida por árbitros, en número
de cuatro, nombrados dos por cada parte ; y los c~sos de discordia, si loa
hubiere, ee decidirán por un quinto árbitro, que, desde antes de dar sn
decisión los cuatro principales, habrán non1bra.do, de común acuerdo, el
Secretario de Hacienda y F01nento de la Unión y Juan Sordo.='

El Poder Ejecutivo de la Unión, por conducto de la


Secretaría de Fomento, dictó una resolución, con fecha
12 de Diciembre de 1884, en la cual, después de exami-
nar con detenimiento y recto juicio todos los anteceden-
tes de la cuestión, desconoció el derecho que alegaba la
Compañía explotadora á prorrogarse por un año en el
arrendamiento ; y concluyó nombrando un árbitro, pero
sin determinar el objeto de dicho nombramiento.
Posteriormente, el señor Antonio Samper se susti-
tuyó en los derechos de la Compañía arrendataria de
las minas, y consiguió que el señor Secretario de Fo-
mento nombrara los dos Arbitros de que trata el artículo
14 · del contrato; designó por su parte el señor Samper
los dos que le correspondí~.n; y. así constituido el Tri-
.
_,,__
bunal de arbitramento, dictó, con fecha 20 de Marzo de
1885, la sentencia siguiente :
"Antonio Samper tiene derec}10 á que el Gobierno nacional le pro-
l'rogue el arrendar~nento de l~s mmas d~ Muzo y Coscnez por un año,
contado desde el dwz de J umo del cornente año, en virtud de lo dis-
puesto en la última parte del artículo 8. 0 del contrato de arrendamiento
de las minas, celebrado con Juan Sordo."

Como lo veis muy bien, señores Magistrados, esta


sentencia atropella un derecho perfecto del Estado de
Boyacá, puesto que le retarda por un año el entrar en
el goce de la propiedad de las citadas minas, que le fue-
ron cedidas por la Nación; y, lo que es más grave, le im-
pide cumplir el contrato celebrado con el señor Merino,
de lo cual habrá. de resultarle una grave responsabilidad.
Ahora, que la senten~ia arbitral trascrita atrás, en
su parte sustancial envuelve una patente violación de los
derechos del Estado de Boyacá, es punto que no necesita
demostrarse, pues basta la simple lectura del artículo 8. o
del contrato de arrendamiento celebrado con el señor
Juan Sordo, poniéndolo en relación con la ley 27 de
1878, para conocer la injusticia cometida.
En efecto: dicho artículo dispone que la duración
del contrato será de diez años forzosos para ambas par-
tes, y la sentencia arbitral lo que ha venido á declarar
es que el término forzoso · para el Gobierno es de once
años.
Para sustentar tal consecuencia, se ha tomado pie
en la segunda parte del citado artículo 8. o, que establece ,
lo siguiente :
. . . . . . . . . . . " . . . . ..... .
"
. . . . . .·. ~ ·. ·. ~: ·. ·. ·.: .;. p~1:0· J~1·a·~ ·s~;¿o· ~~tá. ~blig.ado á res~onder del
valor
del arrendamiento por todo el año siguiente al en que te'rm~ne este contrato,
en caso de que por cualquier motivo no se haya celebrado otro."

· Esta cláusula, como se comprende fácilmente, no


quiere decir otra cosa, sino que el señor J ual! Sordo
se comprometió á responder por el valor de la 'l!acante en
un año/ condición que, es sabido, ha puesto siempre el
, De~~~! de~~ ~~~ . a tr~ ~v> 4e, ~~AA~\1ÍIJ 1 .ftbrrri·
hnn~ de .Arbitr~wento, 1M p~r~ ~% en" "9- qPJY}Jlr.t\r.,~
an
la demgnaci4n qe hl~ .Arbitro,g,. ~raJ))~l ;,~ ) Q~ HftNf}c;áJ
y . la Qomp4Wíi\ . arr~nda~rj~,~ ó sn rjJJ1~e~ H UJ·;el_l!4f\o¡;
- 1 1- -

Antonio Samper. No se hizo así, sin embargo: el Estado


de Boyacá ni siquiera fué consultado en el asunto, ni se
le notificó ninguna de las providencias dictadas; el Poder
Ejecutivo nacional, atribuyéndose una facultao? ·de · q_u~:f
1~ rJ~ ~Io. b:Jibi@, ~iv;ad~, n~mbtó , dQ$r4e lgalAllllitr,os¡ y el
seijor( SaJJ~p~Jos J~trps , : dio~ , G~~a ~$k0: uYti~jQ¡ t Ii~di~H~l · at;
constit_uy~. el .'~nib.un~ll de1urhitr~~nto;d C·~~) §~~QPia,
eS, }l@f ]o m,}~~l tru1~ ry ~~t1 ~Va}Ql"t .31lg1\\lJ>O¡. , ,
1 ~~ 1

:-Eu. m~nito r de ~ e-~p u~$~or conol~yO; ~pidiendo . r~s~e


tuQ~am;ente d~ ;vooQi}r.os, seij_pv-e$~~ Ma.&}¡.St, adQ~ ; , , J ••

_ l!o Qu~ deel&;Ei.iJl .rn~J~ ,y S,lllr~ql~ · l& Sftp~eJipi~ ~\<kt


~da . pot r(}l t-\tula~o Trjl¡unaJ. : derA1ib~tr~Wt~ t(}111 q#jj ~~¡<?fa' ..
pnblieada ~níel mú_mau-q ,6;&4;& ~ftl t~i(l9fio ,. QJi!VJ:fJ{) QO~)F'~
PQQdie¡nt~ r~l ~ ~ rMp,~~~ r"Al~inwnrfr-:I q~~ !~Wtlilm::q_n~)
a)Úeqt-1~a;~oc.~Qmp~fiort:flr'@P\él} f á J ~íl~ ~_í!~r~~[rM iJ '· nn
·~ , 2t? . Q~, ~e pr~~fj.-}J&- ~l Jl?Qclelf>Ejn.(}u~i;v~. 4~ h~nYM~)
q~tt._~Q~r4g~~ i&m~tlt\\w;JlleptE>i ~lo ~~Wl~G.~ ~~.r1
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h rr ru 'J h r f JJ Í I u~ ·r 1u' ·¡ • ff J, ,n l fi r · u I . ri · r d H ) J

· . t..ta t q ) rq
-11-

Senores ~Iagistrados.

Y o, Oarmelo A rango M., Procurador general de la


Nación, en la demanda promovida ante vosotros contra
el Gobierno de la Unión, por Juan de Brigard, en nombre
y representación del Estado soberano de Boyacá, según
el poder que le ha. sido conferido, antes de la contestación
de la demanda, digo :-El Estado de Boyacá os pide que,
para decidir la competencia suscitada entre él y el Go- ·
bierno de la Unión, sobre las minas de esmeraldas de
Muzo y Ooscuez, de propiedad antes de la Nación y hoy
. del Estado, declaréis nula y sin valor la sentencia dictada
por el titulado Tribunal de Arbitramento, con fecha 20
de Marzo último, en la cual se declaró qu Antonio
Samper, como cesionario de la Compañía explotadora
de las minas de esmeraldas, tiene derecho á que el Go-
bierno nacional le prorrogue el arrendamiento de dichas
minas por un año, contado desde el día diez de Junio
del año en curso, en virtud de lo dispuesto en lo;¡ íltima
parte del contrato de arrendamiento de las minas, cele-
brado con Juan Sordo el 21 de .Abril de 1875; y por
último, se solicita de vosotros prescribáis al Poder Eje-
cutivo de la Unión la entrega inmediata, al Estado de
Boyacá, de las minas e pre~adas de Muzo y Coscuez, en
cumplimiento de la ley 27 de 1878 .
.Antes de contestar la demanda, estando en el tér-
mino legal, propongo la excepción dilatoria de declina-
toria de jurisdicción :
Dicha excepción se funda en lo Eiguiente:
Al dirigirse la demanda á esa Superioridad, se ha
juzgado que el asu_nto es de_ los de que conoce la ~,Co~te
en una sola instancia ; y haciendo examen de los negocios
de esa especie enumerados en la sección primera, capí-
tulo 2. 0, título' 3. 0 , libro l. o del Código Judicial de la
Unión, no se encuentra aHí comprendida la demanda
propuesta.
. -lS-

·.· · ·~ Los . cisos 10 y 12, artículo 18 de la s ·ección 1.a


citada, son los úni-cos que pudieran haber inducido al
demandante á considerar á la Corte como competente
para conocer de la acción propuesta en una sola instancia.
El primero dice así :
"Conoce la Corte eJl una sola instancia :
. . . . . . . . .. . . . . . . . .. . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . .
...

"10. De la~ controversias que se susciten sobre los contratos ó con-


Temos que el Poder Ejecutivo nacional celebre ó haya celebrado con lbs
Eatados, ó con los partienlares, cualesquiera que hayan sido las denomin~
ciones anteriores de este país y su forma de gobierno, desde el estableci-
miento de la República de Nueva Granada, y siempre que el contrato
ó convenio no establezca que dichas controversias deban decidirse de un
modo extrajudicial." ·

Para estar comprendida la demanda en el in~iso 10,


se necesitaría que el Estado de Boyacá hubiera celebr~do
convenio ó contrato con el Poder Ejecutiv.o nacional
sobre las minas de esmeraldas, y que se hubiese suscita-
do controversia por razón de dicho contrato. Antonio
Samper, como actual cesionario de Juan Sordo, en caso
de controversias con el Gobierno de la Unión sobre el
contrato de 21 de Abril de ~875, tampoco podría iniciar
ninguna acción ante la Corte, para ser resuelta en una
sola instancia, porque en aquel contrato se estableció
que dichas controversias deben decidirse por árbitros.
En efecto, cuando Samper se creyó con derecho á la
prórroga del arrendamiento, por un año, en oposición á
lo resuelto por el Poder Ejecutivo el 12 de Diciembre
último, se sometió la cuestión al fallo de los A.rbitros, de
acuerdo con el artículo 14 del contrato Esguerra-Sordo.
Analicemos ahora si en virtud de la 12.a atribución
'
de la Corte, en los negocios de que conoce en una sola
instancia, está la presente demanda como de su compe-
tencia:
" 12. De las cuestiones que se susciten entre los .Estados, ó entre u~o
ó algunos Estados y el Gobierno general de la Un ión, ?obre comp~tenma
de facultades, propiedades, límites ó cualquiera otro obJeto contencwso."
Este Ministerio no encuentra la oposición de intere-
-
--~· a
,
aMas con ve as
tl t rio, la resol u e··'
· dala 2,· rBi.ciemb do año próximo ado, q
recayó en la primera petición de la Gomp -¡a e lota-
dora ~e las minas de esmeraldas de Muzo y Coc~ez, fa-
V<?recJó en todo.. al Estado· de Boyacá; no es posible una
~fen~ :p1~ &anea de los derechos de dicho Estaao. ·En
j ·cio ,a itralJ. el. Ministerio público nacio al sost vo
.~(.K.,.., eilón ;~jecníiva aceptando la designación hec
') ._· ~l p4r~.ne1 Qo15(erno general para rep~esentarlo. No
y ~ un olOraot'o uel Gobierno de la Unión que revele el
propósito de arrebatarle al Estado de Boyacá· ninguno
los. derechos que pueda tener en las minas de esme-
,· ~ das a~ f4u~o y Coscuez, porque el valor del arrenda-
t~n~o)}to "Un año más, que recibió de Antonio ·Samper,
h tétndo éf carácter de un empréstito hecho por BoyacS,
pb a ~situ ación de guerra, cuyo valor reconoce el Go-
bh~.~ general y se ha obligado á devolverlo.
· 4 ])ónde está, pues, la controversia? No existe; y si
sto es así, no está comprendida en la 12: - ·,. ibución
tráscrita, la demanda propuesta.
Y estando prohibido por el artículo 89 de la Cons.:.
titución á todo funcionario público, ó corporación pública,
el ejercicio de funciones que claramente no se le Hayan
conferido, debéis declarar que la Corte es incompetente
para conocer del asunto.
Además, el Código Judicial de la Unión da reglas
para fijar la competencia de los Jueces y Tribunales na-
cionales las cuales deben aplicarse :
" Art. SG. La naturaleza de la causa, para el efecto de fijar la com-
pctenci~ de los J necea y T.ribut.lales ~acio~ales, la _determina el interés de
la N ~eion en la controversia. S1 ese 1nteres no cx1ste, la ca u a no es de la
cornpetencia dgl Poder Judicial federaL
· Art. 7. La intervención de algún representante el o la N ación en
la controversia no basta para establecer b. competen cía ele los Jueces y
Tribunales ele' la Unión, si por otra parte no aparece el interés de la
Nación."
;.::: ' =
Por lo dicho anteriormente queda demostrado que
la Nación no tiene ningún interés en las minas de esme-
raldas, .ni _?D sosten~r. el fallo. de los Arbit P~~t· 9.~~ ;fu§
contrario a sus propos1tos manifestados en la re§oluci6n
de112 ·bDibiemlu P71l ~e'ste · Mi · ~'11. ~ 4ñ ~lljuicio
biA'tadD.ncf oc orr :•ol
oq ~ · oJ ·_ · · ·r. ~, 9 .... 1)· { , ~)
t u rw.Eil 'ti»rlEemi~ pidq ~~ll AtaJlp _a.c¡\$ la~e r-
dlmpropmeBtá}fla iiecla~ pbobád ~ ~ea: d~jufttjc~.
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Bogota, Agosto 1~ . . R i 1 . J: 'JJ~ "t [
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..
Señor Magxstrado.

Y o, Uosé C. Romero, á vos atentamente digo :


Que presento y acepto el poder que me ha conferido
el señor Antonio Samper, para que en virtud- de él se me
reconozca la facultad de defender al Gobierno de los
Estados Unidos de Colombia, parte demandada, en el
juicio ordinario que ha promovido el Gobierno del Estado
soberano de Boyacá, pidiéndoos:
"l. o Que decidáis la competencia suscitada entre
el Gobierno de Boyacá y el de la Unión, sobre las minas
de esmeraldas de Muzo y Coscuez, de propiedad antes
de la Nación y hoy del Estado de Boyacá;
"2. o Que declaréis nula y sin valor la sentencia dic-
tada por el titulado Tribunal de Arbitramento, con fecha
20 de Marzo último, en la cual se declaró que el señor
Antonio Samper tiene derecho á que el Gobierno nacional
le prorrogue el arrendamiento de las minas expresadas
por un año, contado desde el día diez de Junio último,
en virtud de lo dispuesto .<~n la últin1a parte del artículo
8. 0 del contrato de arrendamiento de las minas, celebrado
con Juan Sordo; y
"3. 0 Que se prescriba al Poder Ejecutivo de la Unión,
que entregue inmediatamente al Estado de Boyacá las
minas de esmeraldas de Muzo y Coscuez, en cumplimiento
de la ley 27 de 1878."
El artículo 788 del Código Judicial de los Estados
U nidos de Colombia,, dice :
"Todo aquel ú quien pneue perjudica¡· ó aprovechar una sentencia,
annq nc no sea parte en, el juicio., puede intervenir en ~1, in ~~~ce idad ele
citación, coadyuvando o defeudwndo la eausa que le 1ntere~c.

El pe1juicio que la sentencia definitiva en este juicio


puede causar á mi poderdante, si ella es adversa al de-
mandado, es flagrante:
Porque las minas se encuentran en poder de él. por
razón de arrendamiento ;
• ?
-17--: ·

Porque él intervino, como arrendatario de las minas ·


en la organización del Tribunal de Arbitramento para'}~
decisión extrajudicial sobre si tenía ó n6 deréeho á la
prórroga del arrendan:tiento de las minas; y
Porque la sentencia ó decisión de , los .Arbitradores
cuya nulidad se demanda, fué proferida en su favor de~
clarándole el derecho á la prórroga del arrendami'ento '
por un año más, contado desde diez de Junio último.
Es, pues, incuestionable el derecho que mi poder-
dante tiene para intervenir en este juicio, cuya sentencia
definiti\'a puede perjúdicarle inme'nsamente.
Este derecho de intervención en el juicio para de-
fender la causa del demandado, que es la que le interesa,
puede ejercitarlo en cualquiera estado del juicio antes
de proferirse la sentencia definitiva, porque el artículo
788 citado es amplísimo á ese respecto ; puesto que en
él no se fija el estado del juicio en que puede verificarse
la intervención.
La defensa que yo empre·ndo en nombre de mi po-
derdante respecto de la causa del demandado es, por su-
puesto, la misma que le franquea al demandado el pro-
cedinliento para el juicio ordinario, en toda su extensión,
aunque respecto de~ una sola instancia, por haberse pro-
movido ante la Corte Suprema federal, fundándose, sin
duda, el demandante en las atribuciones lO.a y 12.a con-
feridas á este Tribunal por el artículo 18 del Código Ju-
dicial, referentes á las 6.:\ y 8. ~ consignadas en el artículo
71 de la Constitución nacional.
El estado actual del juicio es el de principiar á correr
el término de cinco días que el den1andado tiene para
contestar la demanda.
El demandado, dentro de ese térnlino, puede usar
en su defensa de las excepciones dilatorias que crea lo
favorezcan, según lo dispuesto por el artículo 395 del
Código Judicial. ..
En consecuencia, yo, como parte admitida po; la
ley para defender la causa del.demand.ado, ~engo el m1smo
derecho de proponer excepciones dilatorias, quedando
2
-18-

sujeto, como el demandado, á contestar la demanda


dentro de veinticuatro horas, si no se declarasen proba-
das las excepciones j derecho que me reservo.
Al señor Magistrado le quedan dos can1inos, legales
ambos, para proseguir conmigo el juicio· á saber:
Ordenar que se me corra traslado de la dernanda,
conforme á lo dispuesto en el artículo 408 del Código
Judicial, y por no ser el caso previsto en el artículo
255 del mismo Código ; ó
Admitir y sustanciar de una vez las excepciones
dilatorias que luégo propondré, según lo dispuesto en el
artículo 405 del Código Judicial.
Es preciso, ante todo, fijar con exactitud la cosa que
se demanda, porque de ello resultará el acierto al propo-
ner las excepciones que tiendan á mejorar el procedi-
miento á que se ha sometido la acción ó acciC')nes que
ejercita el demandante.
La demanda principia con la petición de que la
Corte " decida la competencia suscitada entre el Gobier-
no de Boyacá y el de la Unión, sobre las minas de esme-
raldas de Muzo y Coscuez."
Esto quiere decir que el Gobierno de Boyacá sost: -
ne que las minas de esmeraldas de Muzo y Coscuez le
pertenecen en propiedad ; y que el Gobierno de la
Unión sostiene también que las mismas minas le perte-
necen en propiedad. Sólo así se comprende que haya com-
pe~encia entre los Gobiernos de Boyacá y el de la Unión,
sobre las minas de esn1eraldas de Muzo y Coscuez, "de
propiedad antes de la N ación y hoy del Estado de Boya-
cá," como dice la demanda.
De ninguno de los hechos en que se funda la d_eman- ,
da ni de ninguna de las afirmaciones que el demandante
ha~e, apoyadas en leye y contra~os referentes á .tales
minas, resulta que haya corn_]Jetencza entre el Gob~erno
nacional y el de Boyacá sobre la propiedad de las minas;
lo cual sin duda, fué lo que obligó al demandante á
concretar su demanda· únicamente á lo siguiente :
-19-
::E~ mérito de lo,~xpuesto, ?Onclnyo pidiendo respetno~amente :
1: Que declarers nula y s1n valor la sentencia dictada por el titu·
lado Tribunal de .Arbitramento ; y
"~. Qne ~e prescriba al Poder, Ejecutivo de la Unión, que entregue
0

1nmed1atamente al Estado de Boyaca las minas de esmeraldas de Mnzo y


Coscuez, en cnn1plimiento de la ley 27 de 1878.''
,

A estos dos puntos, pues, quedó reducida la cosa


demandada.
El pri~er punto contiene, sin ·que háya lugar á duda
la ejercitación de la acción de nulidad contra la senten~
cía dictada por el Tribunal de Arbitros que organizaron
el Gobierno nacional y mi poderdante, en obedecimiento
.d e los artículos 14 y 15 del contrato de arrendamiento
ae las minas, celebrado por el Secretario de Hacienda y
Fomento y Juan Sordo, en 21 de Abril de 1875, y apro-
bado por el Congreso en la ley 51 de 1875 (29 de Mayo);
la cual sentencia declaró que mi poderdante tenía de- '
recho de seguir en el goce de las minas por un año más,
contado desde diez de Junio último, en virtud de lo
dispuesto en la última parte del artículo 8. o del citado
contrato de arrendamiento ; y
El segundo punto contiene también, sin que haya
lugar á duda, la ejercitación de la acción reivindicatoria
de las minas de esmeraldas de Muzo y Coscuez, que co-
rresponden en propiedad al demandante, en virtud de la
cesión que se le hizo por el Congreso en la ley 27 de
1878; cesión que es el acontecimiento colativo. ,ó títul?
de propiedad de que surge para Boyacá la acc1on resti-
tutoria que ha entablado ; todo según lo sostiene el de-
mandante.
Queda perfectamente bien establecido que .el Go-
bierno nacional no tiene competencia sobre las minas de
esmeraldas de Muzo y Coscuez con el Gobierno de Bo-
y acá ·) y resulta' además ' que no ]a tiene tampoco
d. h
sobre
.
la posesión, tenencia ú otro derecho_ sobre . IC a~ minas.
Propongo las siguientes excepciones dilatorias :
-20-

PRIMERA .

.
INCOMPETENCIA DE JURISDICCIÓN.

Fundo esta excepción en el hecho de que la Nación


no tiene interés ninguno en esta controversia que le ha
sus~itado el Estado de Boyacá, aunque aparece que un
erp.pleado del Gobierno nacional intervino en la consti-
t~ción de un Arbitramento para resolver sobre la prórroga.
del arrendamiento de las minas á que se creyó con der.e-
cho el arrendatario de ellas, por virtud del contrato de
arre~damiento celebrado por el Gobierno nacional cuan-
do las minas eran propiedad de la N~ci6n.
La Nación no tiene interés en esta contro;v.ersi~ por
la~ r~zones sig.uientes :
· l.a N.o disputa ó reclama sobr~ dichas minas acc~ón
ó par~e alguna en ellas ;
2.a No reclama para ella el derecho de arrendarlas~
ni el de conceder prórr9ga del arrendamiento que hab~a.
h~cho á Juan Sordo, ni el de percibir para sí, por vía
de precio de arrendamiento, lo que pagó mi poderdante
por dicha prórroga ; y
3. Porque la sentencia arbitral, cuya nulidad se
11

demanda, le impuso la obligación de prorrogar el arren-


damiento, á pesar de que el Gobierno nacional había
negado administrativamente tal prórroga.
El artículo 86 del Código Judicial de la Unión, dice:
"La naturaleza de la causa, para el efecto de fijar la competencia de
los Jueces y Tribunales nacionales, la detertnina el interés de la N ación
en la controversia. Si ese interés no existe, la causa no es de la compe·
tencia del Poder Judicial federal."
. _··~1-

El artículo 87 del mismo Código dice :


" La intervención de algún representante de la N ación en la contro-
versia, no basta para establecer la competencia de los Jueces y Tribunales
de la Unión, si por otra parte no aparece el interés de la Nación."

De lo expuesto resulta que, por la razón general de


falta de interés de la N ación en toda controversia la
Corte Suprema federal es incompetente pa.ra conocer' de
la que ha suscitado gratuitamente al Gobierno nacional
el Estado de Boyacá, suponiéndolo su coopositor en la
propiedad, en la posesión, en la tenencia, en el arrenda-
miento y en el usufructo de las minas, sin que tal Go-
bierno pretenda tener solo, ni en común con nadie, nin-
guno de esos derechos. Esto resulta probado plenamente
con la exposición de hechos y de derechos que el deman-
dante consignó en su escrito de demanda.
Aquí es oportuno hacer mérito del decreto número ·
266 de 1885 (24 de Marzo], expedido por el Ciudadano
Presidente de los Estados Unidos de Colombia y que, en
su parte dispositiva, dice :
"Artículo único. La Nación toma del ·arrendátario, señor D. An-
tonio Samper, la suma correspondiente al undécimo año de arrenda-
miento de las minas de esmeraldas de Muzo y Coscuez, y en consecuencia, ·
le ordena consigne inmediatamente, en ]a Tesorería general de la Unión,
el valor del expresado arrendamiento.
"Parágrafo l. 0 El Gobierno naciona] responderá al Estado de Bo-
yacá de la suma expresada cuando se haya restablecido el orden público
y lo permitan las circun~t.ancias del Tesoro. .
"Parágrafo 2. 0 Por la Secretaría de Fomento se procederá á celebrar
el contrato á que haya lugar y á comunicar el presente decreto al Gobier-
no de Boyacá."
Aunque tal decreto no figura en los autos, él ·es
auténtico y está publicado en el IJiario Oficial número
6,347, y sirve para demostrar más, si c~be,. que }a Na-
ción no tiene, en la presente controvers1a, 1nteres algu-
no, ni por haber percibido los.$ 20,606 d~l. arre~_?a.­
miento de las minas correspondiente al undec1mo ano ~;
Pues ' como se ve ' la N ación tomó, expropió, esa suma al
Estado de Boyacá, en virtud de sn derecno ennnent~,
l. •
y
prometió pagarla á su dueño cuando se haya restablecido
-12-

e.I orden público .. Tambié~ tiende dicho decreto á paten-


tizar q;te el Gobierno nacional no disputa al Estado de
B?yaca derecho alguno sobre el arrendamiento de las
m1nas.
Seguiré proponiendo la misma excepción, pero fun-
dada en otras razones.

SEGUNDA.

INCOMPETENCIA DE JURISDICCIÓN.

Sosterrgo que la Corte Suprema federal no es com-


petente para "declarar nula y sin valor la resolución
dictada extrajudicialmente por los Arbitros de 11ue trata
el artículo 14 del contrato de arrendamiento de _,_ . s mi-
nas de esmeraldas de Muzo y Coscuez, celebrado entre
.el Gobierno naeional y el señor Juan Sor~o en 21 de
A.bril de ·1875 ''; resolución que fué dictada en 20 de
Marzo último, y en que se declaró, contra la voluntad
del Gobierno nacional, que el señor Antonio Samper,
cesionario de aquel arrendatario, tenía derecho á la
prórroga del tiempo del arrendamiento por un año más,
contado desde diez de Junio último.
Las atribuciones de la Corte Suprema federal, según
el artículo 71 de la Constitución nacional, son quince, y
en ninguna de ellas se habla de la nulidad de las ?·esolu-
cione.~ q-ue dicten los Arbit?~os, á que el Gobierno general y
los particulares sometan sus diferencias en el cumpli-
miento de los contratos que celebren.
Entre las atribuciones conferidas á la Corte Supre-
-23 ·-

~a federal por el artíc~lo 18 d~l Código ~ u~icial, ya para


eJercerlas en una sola Instancia, ya en ultima instancia
ya en Sala de Acuerdo ó de cinco Magistrados, tampoc~
se encuentra la. de anular las resoluciones mencionadas.
En la ley 51 de 1875 [29 de Mayo], que a.probó el
contrato de arrendamiento de las minas, en el cual se
estableció que todas las diferencias suscitadas entre el
Gobierno nacional, arrendador, y el señor Juan Sordo,
arrendatario, respecto de las estipulaciones del mismo
contrato, se decidieran por árbitros, y que en caso de no
suceder así, seis meses después de promovida la cuestión
se decidieran por los Tribunales de los Estados U nidos
de Colombia y con arreglo á las leyes ; tampoco se con-
firió á la Corte Suprema federal la atribución de revisar
y anular la resolución de tales Arbitros.
Afirmo, pues, con toda ~Seguridad que no hay dispo-
sición constitucional, ni legal, que atribuya á la Corte
Suprema federal la facultad de conocer, y mucho menos
de conocer en una sola instancia, de la nulidad de la re-
solución arbitral de que se trata.
El artículo 89 de la Constitución nacional, dice:
''Es prohibido á todo funcionario ó Corporación públiea el ejercicio
de cualquiera función ó autoridad que c]aramente no se le haya conferido.''

N o solamente, pues, no tiene facultad la Corte p_ara


conocer de la resolución arbitral cuya nulidad se le p1de,
sino que cometería una infracción constitucional, si lo
hiciera.
Existiendo una raz6n tan poderosa, tan perentoria)
pat~a negar n la Corte su jurisdicci6n en el presen~e cas?,
como la que dejo expuesta, sobran todas las demas ;. _sin
embargo, me ocuparé de otra, que no es menos decisiva
en la cuestión. .
El demandante funda la nulidad de la resolución arbi-
tral en que es contraria al contr~to de ar~endamiento_ de
las minas celebrado entre el Gobierno nacional y el senor
Juan Sordo, expresándose~ en sustancia, así:
Porque la duración del contrato, conforme al ar-
t{culo 8.0 e él, te · 6
dec·r, diez. ños de~pués
.a r-ecibió las minas ;
Porque desde t\quella feQha pertenecen en op·e-
dad las minas al Estado de Boyaeá ;
Porque el Gobierno nacional, por conducto 4e la
Secretaría de Fomento, dictó una resolución, en la cual,
después de examinar con detenimiento .Y recto juicio, todos
los antecedentes de la cuestión, negc) la pórrroga del t 'r-
mino del arrendamiento, solicitada por el arrendatario;
y concluyó nombrando un árbitro, pero sin determinar el
obJ·eto de dicho nombramiento/
Porque después de eso, y á petición del señor Sam-
per, cesionario del arrendatario, se organizó el Tribunal
de Arbitramento, quien dictó la entencia ó re olución
acusada de nulidad, y que atropella el derecho perfecte
del Estado de Boyacá, puesto que le retarda or n año
el entrar en el goce de la propiedad de las mi ;
Porque tal resolución viola los derechos del E¡j, do
de Boyacá, porque del artículo 8.0 del contJ.·ato de ar. en- ·
damiento Esgu~rra-Sordo, puesto en relación con la ley
27 de 1878, resulta que el término forzoso del arrenda-
miento para ambas partes era de diez años, y lo que la
resolución declara ~s que tal término es de once años;
Porque la cláusula 8: establece sola ente que el
arrendatario pague el valor de la vacante del arrenda-
miento en un año ; pero nó que el año siguiente, á los diez
del término forzoso del arrendamiento, esté comprendipo
dentro de ese mismo término ; ·
' Porque si el contrato de arrendamiento concluye á
'os once años, como lo deter1nina la sentencia arbitral,
la primera parte del artículo 8. o del contrato carecerí~
de aplicación, puesto que allí se dice que el término for-
zoso es de diez años ; y si se aplica la última e tipula-
ción, mal puede deducirse entonces de la obligación d.e
responder por el térmil1o de la vacante? que supone fo -
zosamente la terminación del <;ontrato, la prórroga e
é~te por un al\ o más ; y
-25 --

Porque á la constitución del Arbitramento, conforme


al artículo 14 del contrato y al artículo 3. 0 de· la ley 27
de 1878, las partes que debían concurrir eran el Estado
de Boyacá y la Compañía arrendataria, ó su represen-
tante, señor Antonio Samper. No se hizo así, sin embar-
go: el Estado de Boyacá, ni siquiera fué consultado en
el asunto, ni se le notificó ninguna. de las providencias
dictadas.
Para resolver la nulidad de la resolución arbitral es
indispensable que la Corte éntre á resolver también sobre
el modo como deben entenderse y aplicarse los artículos
del contrato de arrendamiento que cita el demandante~
pero es el caso que la Corte no tiene jurisdicción sobre
ese contrato, porque en él (artículos 14 y 15 y su pará-
grafo) se estableció de una manera expresa, que las con-
troversias suscitadas sobre el mismo contrato se decidan
por Arbitros, es decir, de un modo extrajudicial, y esta
circunstancia constituye precisamente la excepción de la
atribución lO. a, asignada á la Corte por el artículo 18 del
Código Judicial, y que dice:
'·Conocer, en una sola instancia, de las controversias que se susciten
sobre los contratos ó convenios que el Poder Ejecutivo nacional celebre, 6
haya celebrado con los particulares, siempre que el contrato 6 convenio
no establezca que dichas controversias deban decidirse de un modo extra-
judicial."

TERCERA.

"
INCOMPETENCIA DE JURISDICVION.

La Corte no es competente para resolver que el


Poder Ejecutivo de la Unión entregue inmediatamente
al Estado soberano d.e Boyacá las minas de esmeraldas
-S-
de Muzo y Coscuez, e cum li iento de la
sea para decidir la competencia de tale& m n
entre dichas dos entidades.
No debe perderse de vista, señor Magistrado, que
nuestra Constitución política introduce algunas no eda-
d~s, tal como.la de que "la Corte Suprema federal de-
Cida. las cuestiones que se susciten entre un Estado y el
Gobierno general de la Unión sobre competencia de facul-
tades, propiedades, límites y demás objetos contenciosos,"
que aun no han sido reducidas á la práctica, y por ]o
mistno no se ha determinado por los Tribunales del orden
federal la extensión que deben tener.
La locución nueva que es preciso estudiar aquí, es la
de competencia de bienes contenciosos, y para concretar
más la cuestión, diremos : competencia de minas de esme-
raldas de Muzo y Ooscuez contenciosas/ expresión á que
está soldada la atribución de la Corte, de tal modo, que
si no existe la competencia de las minas contenciosas entre
la Nación y el Estado de Boyacá, la atribución desapa-
rece, y, por consiguiente, la Corte no puede entrar á co-
nocer y á decidir en una sola instancia de la última cosa
demandada por el Gobierno de Boyacá.
Téngase bien presente que se demanda la ¡1\ntrega de
las minas, como una consecuencia necesaria de que se
declare nula la sentencia arbitral que s ha dejado oo.
¿

poder del antiguo arrendatario, señor Samper; de suerte


que, si la Corte se declara incompetente para conocer de
la nulidad de la sentencia referida, también debe decla-
rarse incompetente para conocer de la entrega, que es
efecto de aquella nulidad.
La competencia expresada no es ni puede ser otra
cosa que el derecho de alegar pertenencia el Gobierno
na.cional, por su parte, y el Estado soberano de Boyacá,
por la suya, sobre las minas de esmeraldas de Muzo y
Coscuez, cuya propiedad es dudosa, precisamente porque
competencia es pertenencia~ y pertenencia e$ la acción ó de-
recho que alguno tiene á la propiedad de alguna cosa, y
porque contencioso es dudoso, disputable.
-21-

De modo qu~ la atr~bución de la Corte en el presen-


te caso no se extiende, ni puede extenderse, sino á quita1.
á la propiedad de las minas el carácter de dudosa de
disputable: decidiendp que las minas pertenecen á un~ de
los dos coopositores, con exclusión del otro.
Como el Estado de Boyacá no demanda al Gobierno
nacional porque le disputa la tenencia, el goce, el usu-
fructo, el uso, la posesión ó la propied.a d de las minas; y
como, por otra parte, el mismo demandante invoca en
su favor, sin duda como razón de su demanda, la ley 27
de 1878 [14 de Mayo], la cual es, á un mismo tiempo, el
acontecimiento ablativo para la N ación y el colativo para
el Estado de Boyacá, ó, en otros términos, esa ley quita
á la N ación y da al Estado de Boyacá, á un mismo tiem-
po y de una manera clara y expresa, la propiedad de las
minas ; es evidentísimo que esta controversia no versa
entre el Estado soberano de Boyacá y el Gobierno nacio-
nal, sobre competencia de minas contenciosas, y esta cir-
cunstancia negativa no es por cierto la que da jurisdic-
ción á la Corte, sino la afirmativa, porque la Constitución
y la ley dicen :
"La Corte puede ·conocer en una sola instancia de lacoMPETENCIA
Dll: BIENES CONTENCIOSOS ENTRE UN EsTADO Y EL GOBIERNO NACIONAL."

Recordemos que el punto de la demanda á que se


refiere la tercera excepción, es el de "que se prescriba
al Gobierno nacional que entregue inmediatamente al
Estado de Boyacá las minas, en cumplimiento de la ley
27 de 1878."
El demandante no demanda esto porque entre él y
el Gobierno nacional haya competencia de entrega de las
minas contenciosas.
El artículo 1. 0 de la ley 27 citada, dice:
"Cédense al Estado de Boyacá los $ 10,000 que la N ación se reservó
en las minas de esmeraldas de Muzo."
Y el artículo 3. 0 de la misma ley dice:
"Cuando termine el arrendamiento de las expresadas minas, corres-
-29- \

2. 0 El Gobierno nacional no es poseedor, tenedor ni


detentador de las minas; '
3. o El Congreso cedió al Estado de Boyacá las mi-
nas estando arrendadas ;
4. o El Estado de Boyacá sustituye al arrendador an-
tiguo de las minas, en todos sus derechos y obligaciones;
5. a El señor Antonio Samper es el tenedor de las
minas, por razón del arrendamiento prorrogado} según la
resolución arbitral;
6. o El señor Antonio Samper rehusa entr.e gat las
minas, porque se halla en el año de prórroga del término
del arrendamiento de ellas ; y ·
7. o El Estado de Boyacá adquirió de buena fe la
propiedad de las minas, en los términos de la ley 27 de
1878, la cual es justo título.
El artículo 764 del Código Civil de la Unión, dice:
"La posesión puede ser regular ó irregular.
"Se llam.a posesión regular la que procede de justo título y ha sido
adquirida de buena fe."
El artículo 770 del mismo Código dice :
"Posesión irregular es la que carece. .. de uno ó más de los requisitos
señalados en el artículo 764." ·
El artículo 775 del Código c;itado, dice:
''Se llama mera ~eneneia la que se ejerce sobre ·una cosa, nó como
dueño, sino en lugar ó á n•)mbre del dueño."
El artículo 1,981 del Código citado, dice:
"Los arrendamientos de bienes de la (Jnión ó de establecimientos
,publicos de ésta, se sujetarán á las disposiciones del capít¡¡lo l. o del títu-
1o 26 del libro 4. o del mismo Código."
El artículo 2,005, allí, dice :
''El arrendatario es obligado á restituir la cosa al fin del arren-
damiento.'' .
El artículo 2,006, allí, dice:
" La restitución de la cosa raí~
se verificará desocupándola entera-
mente, poniéndola á disposición del arrendad-or y entregándole las llaves,
si las tuviere ]a cosa."
-30-

El artículo 2,007, allí, dice :


" P~ra que el arrendatario sea constituído en mora de restituír la
eosa arrendada, . erá nece ·ario requerimiento del arrendador, etc."

Aplicando estas leyes á los siete hechos enumerados


anteriormente, resulta :
Que el Gobierno nacional dejó de ser poseedor y te-
nedor de las minas ·
Que el Estado de Boyacá es el actual regular posee-
dor y tenedor de las minas ;
Que el señor Antonio Samper es el actual tenedor ó
poseedor irregular de las minas ;
Que el señor Antonio Samper es el arrendatario de
las minas;
. Que el Estado de Boyacá es el arrendador de las
m1nas;
Que el arrendatario, señor Samper, es el obligado á
entregar al arrendador, Estado de Boyacá, las minas.
El artículo 952 del Código Civil nacional, dice :
" La acción de dominio se dirige contra el actual poseedor."

El artículo 953, allí, dice :


''El tnero tenedor de la cosa que se reivindica, os obligaav:.. declarar
el nem bre y residencia de la persona á cuyo nombre la tiene."

Por consiguient.e, el Estado de Boyacá, ya como


dueño, ya como arrendador, ó cesionario del arrendador
de las minas, contra quien está obligado á dirigir su de-
manda sobre entrega de las minas, es contra el señor
Antonio Samper, persona muy diversa del Poder Ejecu-
tivo .de la Unión.
El artículo 224 del Código Judicial, dice :
" -,i lo que se demanda os nna cosa raíz, so especificarán sus linderos
y lns demás circunstancias q ne la den á conocer y á distingir de otras con
que pudiera confundirse.' ·
0
Este artículo pertenece al capítulo 2. 0 del título 1.
del libro 2. o del Código Judicial, y al mismo pertenece
el artículo 401, que dice:
-31-
"La excepción de inepta demanda tiene lugar : l. o cuando la que se
propone no está arreglada á lo dispuesto en el C:tpítulo 2. o de este título;
2. o cnando la demanda se dirige contra diversa persona de la obligada á
responder sobre la cosa ó hecho por que se demanda."

Espero que, previa la sustanciación legal, se declaren


probadas las excepciones dilatorias que dejo propuestas.
Señor Magistrado.

JOSÉ e. RoMERO .

........
-- 3 i -

Cort1 Supr~ma Federal.-Bogotá, ocho de Septiembre dtJ mil ochoci~ntos


ochenta y cinco.

Vistos :-El señor ,Juan de Brigard, como represen-


tante legal del Estado de Boyacá (a) ha ocurrido ante
esta Superioridad, por memorial de fecha 4 del mes
próximo pasado, demandando:
1. Que se declare nula la sentencia proferida con
0

fecha veinte de Marzo del año en curso, por el Tribunal


de Arbitros organizado para decidir sobre la prórroga
del contrato de arrendamiento de las minas de esmeral-
das de Muzo y Coscuez, celebrado entre el Gobierno de
la Unión y el señor Juan Sordo el año de 1875; y
2.e Que se prescriba al Poder Ejecutivo de la Unión
que entregue inmediatamente al Estado de Boyacá las
expresadas minas.
Los hechos que han servido de fundan1e·'t.o á la de-
manda son los siguientes : (b)
Con fecha 22 de Abril de 1875, celebró el Gobierno
nacional con el señor Juan Sordo un contrato por el
cual le daba en arrendamiento las minas de esmeraldas
de Muzo y Coscuez por el término de diez años forzosos
para ambas partes, con la condición de que Sordo que-
daba obligado á responder del valor del arrendamiento
por todo el año siguiente al en que terminara el contrato,
en caso de que por cualquier motivo no se hubiese cele-
brado otro. Este contrato fué aprobado por el Congreso,
y comenzó á surtir sus efectos desde el 10 de ,Junio de
aquel año.
(a) El Estado soberano de Boyacá no está representado actualmente con-
forme á sus leyes.
(b) Se permitió el de la competencia suscitada entre el Gobie'rno de la Unión
y el Estado de Boyacá, sobre las minas de esmeraldas de Muzo y Coscuez, el cual
es el primero que se consignó en la demanda.
-33-

Vino luégo la ley nacional 27 de 14 de Mayo de


0
1878, y en su artículo 3. dispuso lo que sigue: ·
. "Cuando termine el arrendamiento de las expresadas minas (las
m1nas de esmeraldas de Muzo y Coscuez), corresponden éstas en propiedad
al Estado de Boyacá, y entre tanto queda sustituído en los derechos y obli-
gaciones que el Gobierno tiene como arrend~dor."

El demandante conceptúa que, habiendo sido fijados


diez años como término forzoso del arrenda1niento, el
contrato terminaba á la espiración de ese término_, es
decir, el 10 de Junio del presente año, y que desde en-
tonces debieron entregarse (e) las minas al Estado de
Boya.cá, por haber adquirido la plena propiedad de ellas.
Opina también que, habiendo establecido ·el artículo
3. o de la ley 27 de 187 8 que mientras subsistiera el con-
trato de arrendamiento quedaba el Gobierno nacional
sustituido por el del Estado de Boyacá en los derechos y
obligaciones que aquél tenía como arrendador, era el
mencionado Estado el que debía haber intervenid'o en la
organización del Tribunal de Arbitras; y como esa cir-
cunstancia no se verificó, y la sentencia arbitral viola el
contrato y conculca los derechos de la entidad secciona},
la sentencia arbitral en referencia es nula y de ningún
valor. Tales son las razones primordiales de la demanda.
La Corte, después de haber reconocido al / señor
Juan de Brigard por apoderado· de la parte demandante,
ordenó se diera traslado de la demanda al señor Procu-
rador general de la .N ación por el término de cinco días.
Durante dicho término se presentó el señor José O. Ro-
mero como apoderado del señor .Antonio Samper, cons-
tituyéndose parte en el juicio 7 como coadyuvante del
demandado y proponiendo las excepciones dilatorias de
incompetencia de jurisdicción y de inepta demanda. Ad-
mitida la intervención de Samper, se ordenó dar traslado
á su apoderado, quien reprodujo ó propuso de nuevo las
excepciones indicadas, de las cuales la primera fué tam-
(e) El demandante no conceptúa que las minas debieron entregársele de~de
10 de Junio último; y tan es así, que, según lo afirma, ]as arrendó al senor
erina por diez años, á contar desde el 22 de Abril último.
- 34 --

bién introducida por el representante del Ministerio pú-


blico nacional.
Posteriormente ha solicitado el misn1o apoderado
d.el señor Ant?nio Samper que el artículo sobre excep-
Clon~s s~a abierto á prueba, por haber algunos hechos
que JUStificar; pero la Corte conceptúa que es en la
Constitución y en las leyes nacionales donde están seña-
lados expresa1nente los casos en que el Poder Judicial
federal, y especialruente la Corte Supren1a, deben ejercer
sus atribuciones, y que es del n1ismo m9do en el Código
Judicial naeional, donde se indican las condiciones que
debe tener toda de1nanda ordinaria para que sea acep . .
table, y los vicios ó defectos que la caracterizan de inep-
ta ; por lo cual esta Superioridad considera las excepcio-
nes propuestas como puntos de puro derecho, y entra á
ocuparse de ellas en el fondo, por haberse urtido la tra-
mitación que prescribe la ley. (d)
Como se ha dicho, son dos las e.:·eepciones propues-
tas por el señor Procurador y por el apoderado del señor
Antonio Samper; á saber: incompetencia de jurisdicción,
é inepta den1anda. V arios son los argumentos que se han
formulado para fundar las excepciones propuestas; pero
la Corte se promete que los puntos dudosos a. :ue puede
dar lugar este incidente 7 quedarán suficientemente acla-
rados con las observaciones que á colltinuación se indican:
El inciso 6. o del artículo 71 de ]a. Constitución nacio-
nal, dice:
" Art. 71. Son atribud ones de la Corte S nprcma federal :
"6.a Decidir las cuestiones que se susciten entre los Estados, ó entre
uno ó algunos Estados y el Gobierno general de la TJnión, sobro compe-
tencia de facultades, propiedades, Hmites y demás objetos contenciosos."
Según el pasaje constitucional trascrito, la Corte
Suprema tiene jurisdicción para conocer de las cuestio-
nes que se susciten entre un Estado y el Gobierno gene-
ral, no solamente sobre con1petencia de facultades, sobre

(d) Esto fué una precipitación y una usu~paci6n ~e jurisdicción. La petici~n


lle término probatorio deb1ó resolverla el senor Mag1strado ponente por med1o
de un auto, que es de pura sustanciación y apel~ble pa~a. ante los otros cuatro
'Magi6trados. (Artículos 24, 28, 752 y 811 del Cód1go Jud1c1al).
-35-

propiedades y sobre límites, sino también sobre cualquier


otro objeto contencioso.
La palabra objeto, en el sentido lato en que la Cons-
titución ha querido tomarla, significa una cosa ó un he-
cho ; pues á cosas ó hechos tienen que reducirse necesa-
riamente las cuestiones de que trata el inciso 6. apuntado. 0

H Contencioso (dice Escdche), ·se aplica al juicio que se sigue ante el


Juez sobro derechos ó cosas que litigan entre sí varias partes contrarias·
y también á la jurisdicción que se ejerce sobre las contiendai ó debate~
de las partes por su interés."

Según. el pensamiento encerrado en esta definición,


contencioso es lo que tiene la propiedad de producir con-
tienda ó debate entre partes. De suerte que puede d~fi­
nirse la frase objeto contencioso, diciendo : que es toda
cosa ó todo hecho sobre los cuales puede haber contienda ó
debate. (e)
Ahora bien: el demandante pide en definitiva la nu-
lidad de la sentencia arbitral y la entrega de las minas.
Tanto la nulidad como la entrega son hechos, y en el ·
presente caso constituyen la materia sobre que versa
el juicio, es decir, son el objeto contencioso. Esto, en
cuanto á la aplicación estricta de la doctrina conte-
nida en el inciso copiado; pues si para que la cosa ó el
hecho puedan llamarse contenciosos, se exige que haya
diferencia entre los procederes y las opiniones de las par-
tes, los dos hechos demandados satisfacen esa exigencia.
El Gobierno nacional, por medio del señor Secreta-
rio de Fomento (Resolución de 16 de Marzo de 1885 ),
afirma que él era quien tenía personería para concurrir
á la organización del Tribunal de Arbitros; y el Gobierno
del Estado de Boyacá, por medio del .Apoderado que ha
constituído, afirma que era la entidad secciona! la que
tenía facultad para concurTir á la formación de dicho
Tribunal; que, en eonsecuencia, el fallo arbitral es nulo,
y pide se declare tal nulidad (libelo de demanda) ; luego
(e) Autoridad no es razón: la palabra cont~ncioso no la define la ley; por lo
cual debe toma.rse en su sentido natural y obvio, y nó en el que le haya. dado
Escriche ; y por esto, cont6ncioso no es lo que puede producir conti•nda 6 debalt,
sino lo dud•so, aquello en que hay razones fuert~s po1· una 11 otra pa1·te.
-36-

Ja 'nulidad es un objeto contencioso entre el referido Es-


ta~ o y el Gobierno nacional, sin que importe, por consi-
guiente, que la uulidad sea referente á una sentencia
arbitral, como en el pre ente caso, ó á una sentencia
judicial co1nún, ó á un documento público, á un contrato
etc., pues lo que se requiere es que sea matet·ia de
debate. [f]
Lo propio puede decirse respecto de la entrega. El
Gobierno general, es verdad, no ha disputado en absoluto
al Estado de Boyacá la entrega de las minas, pero con
su conducta y sus opiniones la ha hecho materia de de-
bate. Al efecto, el Estado de Boyacá sostiene que la
entrega de las minas se le ha debido hacer desde la ter-
minación de los diez años forzosos de arrendamiento ;
es decir, desde el día diez de Junio del presente año (li-
belo de demanda) (g); y el Gobierno general, al afirmar
que la cuestión sobre prórroga del arrendamiento debía
ser resuelta por el Tribunal de Arbitros, y al concurrir á
- la formación de este Tribunal, declaró tácitamente que
la entrega debía verificarse en la época que la senten-
cia arbitral designara, supuesto que de la concesión ó no
concesión de la prórroga dependía que la entrega se ve. .
rificase, bien el diez de Junio de 1886, bien t! Qe Junio de
18 5, respectivamente. Tan evidente es la deducción que
precede, que i el Gobierno nacional hubiera declarado
que era al Estado de Boyacá á quien correspondía resol-
ver la consulta de la Compañía arrendataria sobre pró-
rroga, é intervenir en la formación del Tribunal de
Arbitros; si hubiera declarado eso, se repite, y el Estado
hubiera procedido de acuerdo con esa declaratoria, el
presente juicio no habría llegado á iniciarse, porq e no
habría tenido razón de ser; luego la entrega ha enido
á ser objeto contencio~o entre la N ación y el Estado.
(J) Antes de la decisi6~ arbitral y de la demanda no .hubo competencia
entre el Gobierno de la Un16n y el del Etitado de Boyacá, n1 sobre faoultad de
nombrar árbitros, ni sobrt~ la!' minas, cuya propi dad no pone en duda ninguna
de estas dos entidades.
(g) El demandante no afirma eso, ni lo pidió al Gobierno de la UW.oo ,u.Ji1J18
la demanda.
-37-
No es por demás hacer notar que se ha formulado
una argumentación dirigida á interpretar la última parte
0
del inciso 6. del· artfculo 71, yá citado de la Constitu..
c~ón?":-argumen.tación que se funda en. un~ it;exacta apre-
Clacion gramatical, en la cual han Incurrido tanto la
parte demandante como la coadyuvante del demandado.
El inciso en referencia dice :
"6. Decidir las cuestiones que se susciten entre los Estados 6 entr~
0

alguno ó algunos Estados y el Gobierno general de la Unión, sobre eom·


peterwia d~facultades, propiedades, límites y demás objetos contenoioso8."
Se ha creído que el anterior inciso debe traducirse
del modo siguiente : " la Corte tiene facultad para deci-
dir las cuestiones que se susciten entre un Estado y el
Gobierno general, sobre competencia de facultades, com-
petencia de propiedades, co1npetencia de límit~s y compe-
tencia de objetos contenciosos"; y en esa creencia se ha
basado un largo razonamiento para demostrar que la
Corte no puede decidir la (' competencia de objetos conten-
ciosos," que en el presente caso sería lo mismo que com-
petencia de las rninas de esmeraldas de Muzo y Ooscuez
contenciosas. .
La cuestión es puramente de régimen. Basta obser-
var que los sustantivos facultades, pr~opiedades, lín~ites y la
frase obJetos contenciosos no están regidos por el sustantivo
éompetencia, sino que éste, con el complen1ento de faculta-
des, forma una frase sustantiva, y las demás palabras men-
cionadas, inclusive la locución (/¿) "objetos contenciosos,''
que es otra frase sustantiva, son :términos de la preposi-
ción a sobre ;" de suerte que lo q_ue el inciso quiere expre-
sar realmente es que "la Corte puede decidir las cuestio-
nes que se susciten entre un .Estado y el Gobierno nacional
sobre competencia de facultades, sobre propiedades, sobre
límites, y sobre objetos contenciosos." [il
En apoyo de esta interpretación, vienen la natura-
(h) La mayoría de la Corte ech6 la suya en este auto.
-
{i) La CoUHtituci6n dice.: sob1·e competencia d~ facultades, p1:opiedad.es, lí
mites 11 demás objetos contenciosos, y ese demás, hace que contenc~?sos cabfique
también á los sustantivos precedentes; por ·lo cual la Corte, sostemendo lo con~
trario, lo suprimió.
-38-

leza mistna del sistema político del país y la índole de la


Cons~i~ución nacional. [j] Como se sabe, la más grave
c?est1on que deben resolver las Constituciones que orga-
tnzan sistemas federales, es el . eñalanliento de los lími-
t~s entre la acción del Gobierno general y la de los Go-
bierno seccionales · es decir, cuáles son las facultades
que unos y otros pueden ejercer, á fin de que exista in-
dependencia en cada jurisdicción y pueda mantenerse el
equilibrio natural en el sistema político. [k] Así, pues,
la Constitución Colombiana ha hecho, hasta donde ha
sido posible, esa delimitación, y por eso se registran en
ella capítulos como los de '' Condiciones generales,"
" Derechos y deberes de los Estados," '' Delegación de
fnnciones;'' y otras muchas disposiciones, en lc1s cuales se
señalan las facultades que corresponden al Gobierno ge-
neral y á los de los Estados. Pero como esas prescripciones,
por claras que parezcan, pueden dar lugar á interpreta-
ciones diversas, y puede, en consecuencia, haber conflicto
entre las pretensiones seccionales y las del Gobierno ge-
neral, es decir, puede haber coJn]Jetencia entre dichas en-
tidades, la Constitución ha dado á la Corte Suprema la
atribución de decidir esa competencia. de facultades, co-
0
mo lo expresa el inciso 6. que se examina. Así, pues, la
co1npctencia que debe decidir la Cortt, según dicho inci-
so, es sobre facultades, pero nó sobre propiedades, sobre
límites y sobre objetos contenciosos, porque las cuestio-
nes sobre estos últimos asuntos no son, en rigor, compe-
tencias. [ l]
Si de la Constitución se pasa al Código Judicial, se
eucuentran dos disposiciones relacionadas directamente
con la jurisdicción de la Corte. Es la primera, la consig-
nada en el inciso 12 del artículo 18, que dice :
"Artículo 18. Son al'tribnciones de la Corte Sup1·cma Federal, las
siguientes :
(j) Todo eso es la Constitución política del país.
(Tl) Será sólo el equilibrio político entre aquellos Gobiernos. .
(l) Como el d mandante ocurre á la Corte para que decida. la. competencia
sttscitarla entre él y el Gvbie1'no de la Unión, sobre las minas de esmeraldas, y
como la mayoría de la Corte dice: que no hay sino competencia de facultades,
es claro que de e8ta compettmcia de minas no puede conocer¡ luego no tiene la
jurisdicción que en la sentencia se atribuye.
-39-
"Conocer en una sola instancia :
, "12. De las cuestiones que se susciten entre lQs Estados, ó entre nno
r
o algunos Estados el Gobi~rn_o general de la .rr nión, sobre competencia
de facultades, prüpledades, hmltes y demás obJetoa contenciosos."

Como puede observarse, esta disposición es el nlismo


0
inciso 6. del artículo 71 de la Constitución y por tanto
á ella le son aplicables los razonamientos pre~edentes. '
Dichas disposiciones demuestran claramente la juris-
dicción de la Corte en el presente asunto, y excusan cual-
quier otro argumento, ó cualquiera otra cita legal, por ser
prescripciones constitucionales y tener un carácter espe-
cialmente aplicable á la autoridad ante la cual se ha ini-
ciado el juicio; pero no estará fuera de lugar el hacer n1é-
rito del artículo 86 del mis\no Código Judicial. Dice así:
"Artículo 86. La naturaleza de la ca.u~a, para el efecto de fijar la
competencia de los Jueces y Tribunales nacionales, la determina el inte-
rés de la N ación. Si ese interés no existe, la causa no es de la competen-
cía del Poder Judicial federal."

Para reconocer el interés de la N ación en este asun-


to, basta tener presente que el Gobierno nacional tomó
para sí el valor del último año del arrendamiento ; luego
tenía interés manifiesto en la prórroga, (ll) pues si ésta no
hubiera tenido lugar, el señor Samper no habría consig-
nado el dinero; y consiguiente1nente lo tiene en todas
las cuestiones en que se ventile la validez ó invalidez de
la misma prórroga. Además, dado el supuesto de que el
presente juicio se resolviera de acuerdo con las preten-
siones del demandante, la N ación se vería expuesta á
reclamaciones y gravámenes que no podría t n1er si el
iuicio se decidiera en sentido contrario. Y como el inte-
rés en un asunto no se refiere soJan1ente al provecho que
pueda obtenerse, sino también al perjuicio que pueda
evitarse, (m) es indudable que ]a N ación tiene un interés
---
(ll) Tan no tenia interés en la prórroga, que la negó.
(m) La ley no dice que la competencia, de la. Corte la determina ell.nterés
que la Nación pueda deducir de la controversia, sino del interés que tengct, por
lo cual ese interés no puede comdstir sino en la parte que tenga en la cosa que
se disputa; de 1<;> contrario, no habrfo. controversia q.ue no pudiera hacerse de la.
juritdicción de la Corte, con sólo prometer á la Nac16n algo del resultado favo-
rable del pleito.
- 4:0 --

efectivo en el juicio de que se trata, y que la competen-


cia del Poder Judicial federal es consecuencia}. Y no se
diga que el Poder Ejecutivo nacional expidió un decreto
por el cual tomaba del señor Samper, por cuenta del
Estado de Boyacá, el valor del undécimo año de arren-
damiento, ó sea de la prórroga ; pues además de que
dicho decreto no existe en los autos, tampoco son puntos
decididos, si el Gobierno nacional puede legalmente pro-
ceder de ese modo, y si el pago que Samper hizo al mis-
mo Gobierno nacional debe considerarse con1o hecho al
Estado de Boyacá. (n)
Se ha propuesto también la excepción de inepta de-
manda, fundada en que la que se ha introducido ha sido
dirigida contra el Gobierno nacional, quien no es el obli-
gado á entregar las minas; pero, como lo observa la
parte demandante, resolver acerca de esa obligación del
Gobierno nacional, es resolver el fondo de la controver-
sia, por lo cual dicha excepción no puede considerarse
como dilatoria en el presente caso. [o J
" Las excepciones (dice el artícull> 396 del Código Judicial) se di vi-
den en dilatorias, que se refieren al procedimiento para suspenderlo 6
mejorarlo; y en perentorias, que se oponen á lo sustancial de la aeci6n.''

En el juicio actual, el no ser el Gobierno nacional el


obligado á entregar )as minas, se refiere á lo sustancial
de la acción ; y en consecuencia, no es excepción dilato-
ria, aunque la inepta demanda esté incluída en las ex-
cepciones dilatorias, pues la clasificación no puede alterar
en nada la aturaleza de los hechos. (P J
El artículo 211 del Código Judic1al dispone que "la
demanda sobre una cosa determinada debe dirigirse
(n) Los tienen decididos el artículo 91 de la Constitución, el Derecho de
Gentes y el libro 4. ~ del Código Militar.
(o) La mayoría de la Corte no resolvió nada sobre que la demanda no con·
tiene los requisitos legales; circunstancia que se alegó para que se declararA.
inepta.
(p) El nrtículo 401 del Código .Judicial confunde á la mayoría de la Oorte•
porque dice: La excepción de in~ptct demanda tiene lu.c;ar C?.tt!rtdo la demanda
-1e -dirige contra di·oe1·sa persona de la obligada á. 'nsponder 1obre la coBa ú hecho
que ~e demanda.
-41-

c?ntra el que se· c.o~s~~era poseedor de la cosa .... " [q]


J1.Jl demandante dirigio su demanda contra el Gobierno
nacional, sin duda porque lo consideró como poseedor de
las minas, y en la creencia de que Antonio Samper no es
poseedor,,. n~ aun .m. ero t~nedor, según los artículos 762 y
775 del Codigo Civil nacional. Por otra parte, el mencio-
nado artículo 211 del Código J udicinJ hnpone al deman-
dante el deber de den1andar al qne en su concepto ~ea
poseedor de la cosa, pero nó al que legalmente tenga ó
deba tener la posesión, pues este punto, como se ha
dicho, es materia de la sentencia definitiva. [ -r]
En atención á lo expuesto, la Corte Supren1a fede-
ral, adrninistrando justicia en nombee de los Estados
U nidos de Colombia y por autoridad de la ley, declara
no probadas las excepciones dilatorias de incompetencia
de jurisdicción é inepta demanda, propuestas por~ el señor
Procurador de ]a N ación y por el apoderado del señor
Antonio San1per, en el juicio que el Estado de Boyacá
ha iniciado sobre nulidad de una sentencia arbitral y
entrega de las minas de esmeraldas de Muzo y Coscuez,
y ordena que las partes que figtn·an como opositoras
contesten ht demanda dentro de 24 horas de notificado
el presente auto. No se hace condenación en costas.
N otifíquese, cópiese y publíquese.
Morales-- (}otes-Lara-JJíaz-Rodríguez.- Gonzá-
lez Jf., Secretario.
En el auto anterior, el señor 1\{agistrado Doctor
Lara salvó su voto en los términos siguientes :
" Antlrés Lara, 1fagistrado de la Corte Snprema fedoral, salV'a sn
vnto en ol anto anterior pJr lo qne en seguida expone:
'·La juri::H.liceión Je b Corte pum conocer en la demanda entablada
p0r el apot.lemdo del Procurador del Esta.do de Boyacs, se hace consistie
en lo qne disponen la Constitución y el Cóuigo J ndieial, de conocer en
últim~ instancia de las cuestiones que se susciten entre un Estado y el

(q) Contra el que se considera á sí mismo poseedor Je la cosa, porque se


nquf es recíproco.
(1') No dice tal cosa el artículo 211: lo que dice es: que la demanda debe di·
riyirse contra el qtte .~e considera poseedor de la cosa,, y ese se es recípi·oco: hace
rc11exivo (ll verbo considera.
-42-
Gobierno general de la Unión sobre competencia do facnltadc~, propie-
dades, lhnites ó cualquier otro objeto contcncioRo, La demanda contieuc
tres partos: comienza pidiendo qnc se (lecida la oon~petencia snscitada entro
el Gübierno de Boyacá y el de la U uiún sobre las m.ina8 de esmcr·aldas
cle }fuzo y Coscnez, y concluyo olicitando que se dcdar·e nnla la senten-
cia del Tribunal de Arbitramento y que so prescriba al Poder .Ejccuti\'O
que entrognc inmedia.tamcntc al E tado de Boyacá las min. s.
''Dos cxcepeioncs so han propuesto: h de incompetencia. de jtui Jic-
ción y la de inepta demanda. Corno jnzgn c¡ne la última e legal, por cnanto
el libelo de dernn,nda carece de la claridad y de lo-3 req ni si tos de q no tr:l-
tan los artícn los 200 Jol Uód igo Judicial y la reforma vi~-..6. i m a- primera
de la ley 4() de 1 76, pnes nO se designa iqtlÍora tÍ ¡:1 iér1 S' detn:l.llda. ; J
mlcmrts, las palabras de qne s nsa-o01npetencia sobre la," m ina,.~,-son di~­
tintas de competencia Je facnJtades que usa la. ley; se nnrnc11ta. la confu-
sión con la consec!lencia q ne se saca al fin, de pedir nua u ulidad y qnc so
dé una orden al Poder Ejecutivo.
"La excepción do irwompetl)ncia de jurisdiccifm está subordinada á
la de inepta dem.anda, pnos hasta tanto que se sep:l. qncS c.:; lo que se qnici'O,
es qnc pnede saberse qnién es el que pncde otorg~rl ).
" Bogotá, ocho de Sept.iombre de Jnil oehocion tos ochenta y cinco.
" Andl'és La1'a-Moralcs -.Díaz-llodr·íguez- Ootes- Jlütvio Oon-
zdle.z jJ[,, Sec1·ctario."

El suscrito ~Iagi~trado, ~filán Díaz, se adhiere .. 1a


opinión emitida en el voto anterior por el sciior Magis-
trado Doctor Andrés Lara.
Bogotá, ocho de Septien1bre de 1nil ochocientos
ochenta y cinco.
Jfllán JJíaz-.Jfo1·ales-Lara-Rod1·'i[JUez- Cotcs-
Flavio González .Jf., Secretario .

.......

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