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Otoño de 1997
Cita recomendada
Pirages, Dennis (1997) "Teoría ecológica y relaciones internacionales", Indiana Journal of Global Legal Studies: vol. 5: Edición. 1, artículo 3.
Disponible en: http://www.repository.law.indiana.edu/ijgls/vol5/iss1/3
PIRAJES DENNIS *
INTRODUCCIÓN
El artículo de David Fidler plantea una serie de cuestiones importantes que existen en
el nexo entre la teoría de las relaciones internacionales , la globalización y las enfermedades
infecciosas emergentes y resurgentes .' Me gustaría explorar más profundamente algunas de
estas ideas en el contexto de la teoría de las relaciones internacionales . La mayoría de los
enfoques teóricos tradicionales de las relaciones internacionales no reconocen ni siquiera
los factores ecológicos más básicos para explicar el comportamiento interestatal y el
surgimiento de problemas globales . En este artículo, sugiero un enfoque ecológico de las
relaciones internacionales , capaz de aumentar la comprensión de las causas y consecuencias
de la globalización, que proporcione una alternativa eficiente y útil al realismo, el liberalismo
y la teoría crítica de las relaciones internacionales : los tres marcos teóricos comúnmente
aceptados mencionados. por Fidler.
* Profesor de Ciencias Políticas , Director del Programa Harrison sobre la Agenda Global Futura ,
Universidad de Maryland. El profesor Pirages es también autor/editor de once libros y cuarenta artículos.
I. PERSPECTIVAS TRADICIONALES
Para evitar ser demasiado duro con una disciplina adolescente de relaciones
internacionales , basta decir que las tres llamadas " escuelas en competencia" del
pensamiento de las relaciones internacionales (la realista, la liberal y la radical) tienen
credenciales dudosas como teorías científicas y ejercen poco poder predictivo. , y ahora
ofrecen poca orientación política para abordar los problemas del globalismo del siglo
XXI . En un mundo que cambia rápidamente y que experimenta lo que se ha descrito
como una aceleración de la historia, estas perspectivas tradicionales ofrecen poca ayuda
para anticipar y abordar los numerosos problemas que ahora enfrentan los habitantes
de una aldea global emergente . Los enfoques teóricos tradicionales de las relaciones
internacionales , centrados en los hombres y sus motivos, son cada vez más obsoletos
ante los implacables cambios ecológicos y tecnológicos que están transformando el
sistema estatal en uno global .'
Las perspectivas realistas , basadas en modelos de comportamiento estatal de "
bola de billar" , bien pueden explicar los patrones de comportamiento soberano del
siglo XIX , pero hacen poco para aumentar la comprensión de los matices de las
relaciones políticas contemporáneas entre sociedades complejas y semisoberanas .
Las fronteras estatales son ahora mucho más porosas debido a las múltiples presiones
externas de la globalización y a las presiones internas de electorados más educados
y étnicamente diversos. Estas presiones limitan cada vez más las opciones de los
soberanos. Si bien es posible que sea útil para explicar las maquinaciones de los
autócratas europeos del siglo XIX o los patrones de comportamiento de los déspotas
contemporáneos en los países menos industrializados, la perspectiva realista, que
enfatiza la naturaleza unitaria del Estado y una búsqueda perpetua de poder, es de
poca utilidad para predecir y Explicar los cambios en el mundo contemporáneo .
Muchos de los cambios importantes recientes en las relaciones internacionales, que
van desde las transiciones a la democracia y la reducción de las fuerzas armadas en la
ex Unión Soviética , hasta la entrega de una importante soberanía nacional por parte de
los países que componen la Unión Europea , sólo pueden describirse como anomalías
cuando analizado dentro de los límites de un paradigma realista .
La Ilustración y la abundancia económica que surgió de la Revolución
Industrial dieron forma al liberalismo, la siguiente tradición. Con su énfasis
el siglo pasado han sido considerables, han sido fácilmente superados por las
muertes por enfermedades infecciosas . Incluso durante las hostilidades de la
Primera Guerra Mundial , por ejemplo, una epidemia de gripe que se originó en
Kansas en 1918 y luego se extendió por todo el mundo mató a entre veinte y treinta
millones de personas, muchas veces el número de bajas en el campo de batalla.
Una teoría predictiva de las relaciones internacionales que pueda dar cuenta de
estas amenazas biológicas a la seguridad humana y abordar las causas y las
innumerables consecuencias humanas de la globalización, incluidas las enfermedades
infecciosas emergentes y resurgentes , se basa mejor en una perspectiva ecológica.
Este enfoque destaca las interacciones evolutivas entre las poblaciones humanas,
entre ellas y el entorno físico , y entre ellas y los microorganismos patógenos.' El Homo
sapiens, como la mayoría de las otras especies grandes , vive en unidades básicas
llamadas poblaciones. Para los biólogos, una población es un sistema dinámico de
individuos potencialmente capaces de cruzarse entre sí.6 Por tanto, en teoría , los
límites de muchas poblaciones humanas podrían localizarse midiendo diferencias
genéticas sutiles entre los pueblos. De hecho, se ha utilizado con éxito un enfoque
similar a éste para mapear las primeras migraciones humanas comparando similitudes
genéticas de poblaciones actualmente geográficamente distantes .'
4. Véase ALFRED CROSBY, LA PANDEMIA OLVIDADA DE AMÉRICA : LA EPIDEMIA DE INFLUENZA DE 1918 (1990).
Las teorías que intentan explicar cómo se comportan los seres humanos, individual
o colectivamente , en relación con la naturaleza o con otros seres humanos pueden
basarse más útilmente en el estudio de la evolución de la interfaz ecosistema sociedad
" . Como punto de partida , se puede desarrollar un marco teórico que base la teoría de
las relaciones internacionales en las realidades ecológicas . Esta síntesis entre ecología
y relaciones internacionales es útil para evaluar tanto las consecuencias de la globalización
como las causas de las enfermedades emergentes y resurgentes .
poblaciones; (3) entre las demandas territoriales de las poblaciones humanas y las de otras
grandes especies; y (4) entre poblaciones humanas y diversos tipos de microorganismos
patógenos. Es la última de estas relaciones la que preocupa más en el resto de este artículo.
12. Véase WILLIAM H. DURHAM, COEVOLUCIÓN: GENES, CULTURA Y DIVERSIDAD HUMANA (1991). Ver
en general CR HALLPIKE, LOS PRINCIPIOS DE EVOLUCIÓN SOCIAL (1986).
13. Véase WILLIAM H. MCNEILL, PLAGUES AND PEOPLE 77147 (1976).
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al casi eliminar numerosas poblaciones indígenas durante la era del imperialismo , cuando los
europeos entraron en contacto por primera vez con estas personas. Los europeos, que trajeron
consigo la viruela y muchas otras enfermedades, los conquistaron fácilmente.
poblaciones biológicamente ingenuas del Nuevo Mundo casi sin que se disparara un solo tiro . 4
Muchos otros estudios históricos han destacado el impacto de las enfermedades y
los factores ecológicos relacionados en el curso de las relaciones internacionales. Henry
Hobhouse ha documentado el impacto de las enfermedades y los cambios agrícolas en
5
la evolución de las primeras sociedades, la política y la economía europeas . Alfred
Crosby ha utilizado el término imperialismo ecológico para describir la rápida expansión de todo tipo
de flora y fauna europea al resto del mundo inmediatamente después de la conquista militar .
6
En resumen, el estudio de la historia del desarrollo social
y las relaciones internacionales desde un punto de vista ecoevolutivo puede arrojar
valiosos conocimientos sobre las consecuencias sociopolíticas de las interacciones
humanas con la naturaleza y los microorganismos patógenos . Este punto de vista
teórico tiene mucho que ofrecer cuando se aplica al estudio de la globalización
contemporánea .
que alguna vez fueron declaradas vencidas por un ex Cirujano General de los Estados Unidos ,
9
constituyen ahora una crisis de salud global según la Organización Mundial de la Salud .
18. Véase Thomas F. HomerDixon, On the Threshold: Environmental Changes as Causes of Acute
Conflict, INT'L SECURITY, otoño de 1991, en 76. Véase también Thomas F. HomerDixon, Environmental
Scarcities and Violent Conflict: Evidence from Casos, INT'L SECURITY, verano de 1994, en 5.
19. Véase David P. Fidler, El regreso del cuarto jinete: enfermedades infecciosas emergentes y
Lavabo Internacional , 81 MINN. L. REV. 771.773 (1997).
20. JUNTA DE SALUD INTERNACIONAL , INSTITUTO DE MEDICINA, EL INTERÉS VITAL DE AMÉRICA EN
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Las innovaciones en el transporte son el factor más obvio para acelerar el movimiento de
personas y, por lo tanto, aumentar el alcance y la rapidez de los contactos humanos . Hace sólo
cuatro décadas los viajes transoceánicos eran relativamente raros y la mayoría de los viajes se
realizaban en barcos de vapor de movimiento lento . Hoy en día, el uso cada vez mayor del transporte
aéreo rápido sitúa a casi todas las zonas urbanizadas del planeta a un día de viaje para la mayoría
de la población del mundo . El número de personas que viajan internacionalmente en aviones
comerciales ha aumentado de sólo dos millones en 1950 a 280 millones en 1990.21 Se espera que
esta cifra alcance los 600 millones en el año 2000. Esta nueva movilidad se refleja también en
importantes aumentos en los viajes aéreos nacionales . En los Estados Unidos , en 1985, 382 millones
de personas realizaron viajes en líneas aéreas regulares . En 1994, esta cifra había aumentado a
528 millones.
23. Véase OFICINA DEL CENSO DE EE.UU. , RESUMEN ESTADÍSTICO DE LOS ESTADOS UNIDOS : 1996 645 (1996).
25. Véase BANCO MUNDIAL, INFORME SOBRE EL DESARROLLO MUNDIAL 1996: DEL PLAN AL MERCADO 219 (1996).
26. Dennis Pirages, Microseguridad: organismos patógenos y bienestar humano , WASH. P., Otoño
1995, en 5.
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Los mejillones cebra nómadas han llegado a los Estados Unidos desde Europa en el agua
de lastre de los buques de carga . Estos mejillones ahora están prosperando en su nuevo
entorno y causando daños por cientos de millones de dólares a los ecosistemas
acuáticos.27 Docenas de otros migrantes , desde abejas asesinas hasta superbacterias ,
se han trasladado a nuevos entornos estadounidenses.28
La creciente escala de producción y distribución de alimentos y los consiguientes riesgos
de enfermedades asociados son otro aspecto de la globalización. La aparición de la enfermedad
de las "vacas locas " entre los rebaños de ganado británico ha tenido importantes repercusiones
en el comercio internacional de carne vacuna y en la balanza de pagos británica . 9 En 1996,
un grave ataque de intoxicación alimentaria en Japón enfermó a más de 10.000
personas y mató a varias más.30 En 1997, en Estados Unidos , las bayas importadas
de Centroamérica fueron responsables de trastornos intestinales generalizados.3
Así , el lado oscuro de la tecnología es la creación del potencial de epidemias a
gran escala que pueden requerir innovaciones tecnológicas adicionales para resolverse.
El movimiento más rápido de un gran número de personas, ya sea en avión o en metro,
aumenta la velocidad con la que las enfermedades pueden pasar de una persona a otra.
El crecimiento demográfico y el desplazamiento hacia selvas tropicales , antes prístinas ,
siguen liberando microorganismos con los que el Homo sapiens tiene poca experiencia.
La urbanización y el desarrollo de megaciudades crean situaciones potencialmente
explosivas para la propagación de enfermedades. Incluso el mayor uso de antibióticos
para combatir enfermedades amenaza con crear cepas bacterianas resistentes.32
CONCLUSIÓN
27. Véase Leslie Roberts, Zebra Mussel Invasion Threatens US Waters, SCIENCE, 21 de septiembre de 1990, en
1370.
28. Véase Elizabeth Culotta, Biological inmigrantes Under Fire, SCIENCE, 6 de diciembre de 1991, en 1444.
29. James Harding, La Agencia de Carne del Reino Unido da la bienvenida a la flexibilización de las reglas de las " vacas locas" , FINANCIAL
30. Sakai Revises Toll of 0157 Upward, MAINCHI DAILY NEWS, 23 de agosto de 1997, disponible en LEXIS,
News Library, archivo ARCNWS.
3 1. Jeff Gerth y Tim Weiner, Tainted ImportsImports Swamp US FoodSafety Efforts, NY TIMES, 29 de
septiembre de 1997, en Al.
32. Fidler, supra nota 1, en 19.
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