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Socialismo, máxima expresión del colectivismo

“El fascismo, el nazismo, el comunismo y el


socialismo son solo variaciones superficiales
del mismo tema monstruoso: Colectivismo”
(Ayn Rand)
Por Roymer Rivas, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del
Creativismo Filosófico.
Para entender correctamente lo que significa o es en sí mismo, en esencia, el Socialismo, es
necesario conocer a profundidad un concepto y lo que éste representa. Estoy hablando del
colectivismo. La Real Academia Española1 define el término como una “doctrina que tiende
a suprimir la propiedad particular, transferirla a la colectividad y confiar al Estado la
distribución de la riqueza”; ahora bien, esto es un destello del concepto del término, lo que
significa en sentido completo. Para entender y comprender a profundidad el constructo del
“colectivismo” como concepto, que luego llevara a entender mejor los resultados de su
praxis, es necesario realizar un estudio semántico y/o etimológico del mismo.
Sobre el concepto de Colectivismo
En principio, éste sistema acentúa y glorifica el concepto de lo colectivo, un término
que proviene del latín “collectivus”, que hace alusión a grupo, asamblea o reunión, y se
deriva de 'collectio'/'collectionis', que se refiere a reunión y/o colección; hasta ahora, se
puede decir que el colectivismo se opone al concepto de individual y enaltece el concepto
de colectividad; es más importante el grupo, el conjunto, que el individuo. Ahora bien, lo
presentado a continuación no es un asunto baladí, pues, en latín, el término “collectivus”
también es el nombre de acción del verbo 'colligere', que hace referencia a resumir, reunir,
agrupar y, a su vez, está compuesto de 'con-' —que alude a 'conjunto' o 'conjuntamente'—
y 'legere' —que se refiere a 'leer, elegir, recoger'—, cuya raíz o componentes léxicos evoca
vocablos como legión, negligencia y sortilegio2.
Es necesario conceptualizar estas evocaciones que hace el término en latín; para la
Real Academia Española, legión es “cierto cuerpo de tropas”, en su segunda aceptación
dice que es un “número indeterminado y copioso3 de personas, de espíritus, y aun de ciertos
1
Todas las citas que se hagan de la RAE en esta obra serán extraídas de la versión 23.4 en línea de la Real
Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23.ª edición. Puede acceder a través de:
https://dle.rae.es.
2
El componente léxico “legere” también evoca leer, lectura, sacrilegio, elegir, leyenda, entre otros. Todo sin
que reste valor a lo que se expondrá en el párrafo. Utilizando estos vocablos, se puede decir que el
colectivismo “elige” al “grupo” por encima del individuo y pretende ser una “lectura” —estudio o análisis—
del mismo; cabe resaltar, nuevamente, que esta lectura, estudio o análisis lo hace minimizando al individuo y
contemplando al colectivo con cierta latría.
3
Abundante.
animales” y su tercera aceptación dice que se refiere al “cuerpo de tropa romana compuesto
de infantería y caballería, que varió mucho según los tiempos” 4; además, define
negligencia como “descuido, falta de cuidado” y sortilegio como “adivinación que se hace
por suertes supersticiosas”; con respecto a esta última, etimológicamente, su significado
también puede ser “hechizo o encantamiento”, que no es más que el acto de someter la
voluntad de alguien mediante fórmulas mágicas o acciones de hechicería 5. Estos vocablos a
los que etimológicamente evoca el término “colectivo” ya muestran, desde su génesis, lo
que representa el colectivismo en sí, a saber, no solo es un tipo de orden social en el que se
concede gran valor a bienestar del grupo o el conjunto por encima del bien del individuo,
sino que arremete en su contra; la esencia del colectivismo es la violencia, el sometimiento
sistemático de la voluntad de los individuos mediante acciones iracundas del nivel de tropas
sangrientas —como lo fueron los legionarios romanos— al grupo o conjunto; en suma, el
sistema niega la identidad de los individuos y pasa a percibirlos a todos como una misma
identidad, la del colectivo; niega los derechos individuales y somete a los actores sociales a
derechos colectivos, niega la propiedad —que siempre es privada— frente a una
“propiedad colectiva” que no existe, pues es un oxímoron y en realidad se traduce como
“no propiedad”.
Ahora bien, este sistema es negligente en sentido pleno por descuidar las
consecuencias ineludibles que surgen, más temprano que tarde, al aplicarlo; la praxis del
colectivismo implica riesgo para todos los actores sometidos al sistema. El no comprender
que la colectividad no es un ser personal a quien se le deba rendir adoración y/o dar tributo
y que este no es algo más allá que la agrupación de varios individuos, una manifestación de
dos o más individuos que, consientes o inconscientemente, cooperan entre sí6, lleva a negar
la identidad personal a cada uno de los individuos que componen el colectivo, reduciendo

4
Los legionarios romanos eran conocidos por su disciplina, orden y buen entrenamiento para la batalla; estas
cualidades les permitieron enfrentarse a ejércitos mayores en números y mejor equipados que ellos y, aun así,
salir victoriosos. Una legión estaba compuesta entre 4000 y 6000 soldados y el ejército romano contaba por lo
menos con unas 25 legiones, estos eran la parte principal del ejército, uno independiente y completo en sí
mismo —véase: Perspicacia para comprender las Escrituras. 1991. Volumen 1. Brooklyn, New York. Editado
y publicado por la Watch Tower Bible and Tract Society of New York, Inc. International Bible Students
Association. Sección “Ejercito”, con especial énfasis en “Ejercito romano”, págs. 780-784. Considero
necesario destacar también que la Biblia relata una oportunidad en la que Jesucristo se encuentra con dos
hombres endemoniados al desembarcar en la orilla oriental del mar de Galilea —región de los gerasenos—,
estos hombres eran tan violentos que nadie se atrevía a pasar por el camino en el que se encontraban, al
preguntar sus nombres, uno de ellos responde que se llama “legión” porque “eran muchos” (Mateo 8: 28-34;
Marcos 5: 1-13; Lucas 8: 26-39). Entiéndase entonces que la palabra hace referencia a un conjunto de
hombres actos para la guerra; además de ello, no creo sea coincidencia que un grupo de numerosos demonios
—ángeles que se rebelaron contra Dios, constituyéndose enemigos directos del Creador— decidieran llamarse
a sí mismos “legión” y que el hombre a quien poseían se mostrara, en extremo, violento.
5
Estos actos también son condenados por la Biblia (Éxodo 22:18; Levítico 19:26; Deuteronomio 18:9-14).
Por otro lado, este vocablo también le concede al concepto de colectivismo un componente intangible y vago,
casi místico.
así su singularidad humana y, en consecuencia, despojándolo de todo su ser; es decir, se le
concede a los actores, como un todo, una deforme y antinatural identidad “colectiva”, el
individuo no tiene valor y solo tiene significado en tanto y en cuanto forme parte de la
colectividad.
El resultado es previsible: el sistema, al arremeter contra los individuos, por
extensión, arremete contra el grupo que dice defender, por lo que se ve envuelta en una
paradoja ridícula; el fundamento inmoral donde se sostiene, a saber, odio, injusticia, contra-
natural y liberticida7, y el horror intelectual del sistema8, puesto que desconoce la naturaleza
del human, condena a la sociedad, en el mejor de los casos, a vivir en la miseria. Sin
embargo, quienes apoyan el colectivismo —el sistema en sí mismo— omiten el cálculo de
estas previsibles consecuencias producidas por todas las acciones llevadas a cabo con el fin
de someter el individuo al colectivo.
Llegados a este punto, podemos retomar la definición que da la Real Academia
Española al término “colectivo”9 y entender el concepto a lo largo, ancho y profundo: se
suprime la propiedad de los individuos y éste es sometido a la inexistente “propiedad
6
Considero importante destacar lo que escribió Ludwig von Mises con respecto al “yo” —individuo— y el
“nosotros” —colectivo—, en su obra titulada “La Acción Humana, Tratado de Economía” (el titulo original
es “Human Action, A Treatise on Economics”, publicada esta primera edición en ingles en 1949, siendo su
predecesora “Nationalökonomie: Theorie des Handelns und Wirtschaftens” —en Alemán—, publicada en
1940; esta es la más grande obra de Mises; la versión citada es una traducción de Joaquín Reig Albiol
publicada por Unión Editorial, décima edición). En esta obra explica que “el ego es la unidad del ser actuante
[…] el nosotros es siempre fruto de una agrupación que une a dos o más egos. Si alguien dice Yo, no se
precisa mayor ilustración para percibir el significado de la expresión. Lo mismo sucede con Tú y, siempre que
se halle especialmente precisada la persona que se trate, también acontece lo mismo con el ÉL. Ahora bien, el
decir Nosotros, es ineludible una mayor información para identificar qué Egos se hallan comprendidos en ese
Nosotros. Siempre es un solo individuo quien dice Nosotros; aun cuando se trate de varios que se expresen al
tiempo, siempre serán diversas manifestaciones individuales. El Nosotros actúa, indefectiblemente, según
actúan los egos que lo integran” (pág. 53). Entiéndase que una agrupación —colectivo— está conformada por
individuos y que no es un ser en sí mismo.
7
Al respecto, puede consultar el siguiente ensayo: Roymer Rivas. 2023. Principios inmorales del Socialismo,
el sistema más antivalores que existe. Publicado en el portal de ContraPoder News. Puede acceder a través de:
https://contrapodernews.com/principios-inmorales-del-socialismo-el-sistema-mas-antivalores-que-existe/
(Consultado el 24 de noviembre de 2023).
8
Para profundizar sobre este tema, invito a revisar: Jesús Huerta de Soto. 2005. Socialismo, calculo
económico y función empresarial. Madrid, España. Tercera edición. Publicado por Unión Editorial. Capítulo
3., donde el autor hace un buen resumen de todo el aporte de Ludwig von Mises en su análisis de la
imposibilidad del sistema.
9
Primer párrafo de este apartado, retomamos, colectivismo es una “doctrina que tiende a suprimir la
propiedad particular, transferirla a la colectividad y confiar al Estado la distribución de la riqueza” o, si gusta
más, hay varios actores copropietarios del bien. De allí que Hayek prefiera llamarlo “propiedad plural”. Ahora
bien, a efectos de lenguaje, si quiere llamar “propiedad colectiva” a una cosa para aludir a esa “copropiedad”,
es entendible, pero el punto es que quienes defienden sistemas colectivistas no aluden a ese tipo de concepto,
sino que pretenden de alguna manera que todo sea de todos —nada de nadie—.
colectiva”10; para ello se vale de una aberrante institución conocida como Estado, que no es
más que la institucionalización de un ilegitimo gobierno coactivo de human sobre human,
donde se ataca sistemáticamente su libertad 11, no solo para “redistribuir la riqueza” como
indica la RAE, sino también para modificar los comportamientos de los individuos —
sometiéndolo— con el fin de enmarcarlos en la identidad colectiva mediante el ejercicio de
la violencia o amenaza de ella. Las acciones emprendidas en el sistema colectivista no se
limitan a la repartición de la riqueza, sino que penetra en cada uno de los ámbitos de la vida
de los actores sociales.
El Fascismo como manifestación del Colectivismo
Entre las manifestaciones del colectivismo encontramos el Fascismo12; este término
a menudo es usado por los adeptos al sistema socialista para atacar y descalificar a todo
aquel que no concuerde con su cosmovisión, se escucha decir que el origen de éste radica
en la “derecha radical” y fue/es una respuesta del sistema capitalista burgués en contra de
los movimientos socialistas revolucionarios; ahora bien, estas afirmaciones son falsas y
quienes las promueven solo denotan una supina ignorancia de los hechos históricos que
dieron origen al Fascismo y las características de esta doctrina o corriente de pensamiento;
para empezar, el enmarcar al Fascismo en una dicotomía como “derecha o izquierda” limita
a las personas el conocer a profundidad las cualidades que éste manifestó tanto en su
discurso como en sus hechos, pues sus características hacen imposible clasificarlo en los
espectros políticos de “izquierda o derecha”. Sin embargo, algo es claro, este fenómeno
histórico que tuvo repercusiones en todo el globo terráqueo, que logro manifestarse con
ligeras diferencias en matices, con otros nombres, rostros y colores en otras civilizaciones 13,

10
Algunos pensarán que un bien puede ser propiedad de varios y aludir a ello como “propiedad colectiva”, sin
embargo, en sentido estricto, sigue siendo una “propiedad privada” extensiva a varios actores,
11
Para entender el por qué de esta definición, en apariencia poco relevante, pero con implicaciones filosóficas
profundas, puede consultar: Roymer Rivas. 2023. Estado, Gobierno, Dios y Orden Social. Publicado en e l
portal de ContraPoder News. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/estado-gobierno-dios-y-
orden-social/ (Consultado el 24 de noviembre de 2023).
12
Esta palabra proviene del italiano “fascio” —que significa haz, grupo—, del latín “fascis” —fasces en
plural—, que significa manojo de varas o haz —aunque también puede significar grupo—. En la antigua
roma los fasces hacían referencia a los haces de varas con un hacha encajada en medio; estos eran señal de
autoridad y poder y solían portarlos los magistrados, procónsules, cónsules, dictadores, entre otros. Más tarde
esto sería el símbolo del Fascismo como movimiento y/o sistema.
13
El Fascismo como ideología transcendió fronteras, así podemos ver las Camisas Grises de Islandia, la
Nueva Guardia de Nueva Gales del Sur (Australia), el Nazismo Alemán, El Franquismo Español,
movimientos como Faisceau, Jeunesses Patriotes, los Camisas Verdes y la Fédération Nationale Catholique
en Francia, Ferenc Szálasy en Hungría, Legión del Arcángel Miguel de Rumanía, el movimiento rexista de
León Degrelle en Bulgaria, el Nationaal Socialistische Beweging en Holanda, Nasjonal Samling de Vidkun
Quisling en Noruega, la unión de fascistas de sir Oswald Mosley en Gran Bretaña, entre muchos otros en
otras latitudes. Estos movimientos fascistas los extraje de la original y magnífica obra literaria titulada
“Anatomía del Fascismo” escrita por Robert O. Paxton (publicado por Capitán Swing Libros, S.L.Cap. 3 “El
es hermano ideológico del Socialismo, que, si bien son hermanos enfrentados, a fin de
cuentas, siguen siendo hermanos. Es necesario hacer ciertas precisiones.
Fascismo nace de las ideas Socialistas
Para empezar, el creador del Fascismo, nacido oficialmente como sistema el 23 de
marzo de 191914, Benito Mussolini, antes de crear la doctrina fascista como tal, admiraba a
Karl Marx y formo parte del Partido Socialista Italiano 15. No fue hasta el año 1914 cuando
inicia la primera guerra mundial16 que Mussolini es expulsado de las filas de los

arraigo”, pág. 96-144); la citada es la traducción al español de José Manuel Álvarez Flórez (2019) de la
publicación original en inglés titulada “The Anatomy of Fascism” (2006). Cambiando de enfoque, tengo que
decir que no concuerdo con lo expuesto por el autor con respecto a la existencia de “capitalismo”, tal y como
lo entendemos hoy día, en el régimen fascista —se alude a ello en los capítulos 1, 4 y 8 directamente, en otros
es sobreentendido—; como concepto, el capitalismo, no es un tipo de orden social, sino como el resultado del
respeto a la propiedad privada y del libre ejercicio de la empresarialidad innata de los actores sociales siempre
en busca de la consecución de sus fines individuales que, no deliberadamente, repercute en beneficio para los
demás actores, el capitalismo es, resultado de la libertad. En el régimen Fascista, la propiedad privada
supuestamente capitalista existía en tanto beneficiara al Estado y al colectivo, —con respecto a esto, el autor
expresa que “respetaban la propiedad privada de los productores nacionales, que debían formar la base social
de la nación revitalizada. Cuando atacaban a la burguesía, lo hacían porque era demasiado débil e
individualista para hacer fuerte a la nación, no por robar a los trabajadores el valor que estos añadían. Lo que
ellos criticaban del capitalismo no era la explotación, sino su materialismo, su indiferencia hacia la nación,
su incapacidad para conmover el espíritu” [las cursivas son mías] (pág. 19)—, las fábricas “capitalistas” en el
régimen no hicieron más que beneficiar al Estado en lugar de a la sociedad, entonces, no tenemos a personas
libres ejerciendo libremente su empresarialidad ni respeto pleno a la propiedad, sino a un grupo de actores
sociales que fueron obligados a ser útil para la colectividad según la concepción del régimen y a un grupo de
bandidos que se dieron cuenta que obtendrían grandes ganancias al servir al Estado —las industrias de
armamentos, por ejemplo— en lugar que a la sociedad. Empero, tengo que aclarar que me refiero al
“capitalismo como concepto” porque no soy partidario de usar el término “capitalismo” para defender el
sistema basado en la propiedad y el respeto a las libertad, dado que el origen que tiene el mismo y lo que
significa realmente —etimológica, históricamente— no es acorde al mensaje que se intenta transmitir cuando
se usa, pero hablaré de ello otra oportunidad; mientras tanto, usare el termino tal y como lo concebimos aquí
para una mejor comprensión del mensaje.
14
A pesar de que el término “fascio” fue usado en distintas ocasiones, como “los campesinos que se
sublevaron contra los terratenientes en Sicilia en 1893-1894” que se “autodenominaron los Fasci Siciliani”,
“los nacionalistas de izquierdas” que intentaron que Italia entrara en la primera guerra mundial en 1914 en el
bando aliado —Francia, Rusia y Gran Bretaña— llamados “Fascio Rivoluzionario d´Azione Interventista” y
el uso de la palabra “fascismo” que acuñó Mussolini a final de la guerra para “describir el talante del pequeño
grupo de exsoldados nacionalistas y revolucionarios sindicalistas” [las cursivas son mías] pero, para ese
entonces, no tenía el monopolio del uso de la palabra fascio ya que siguió “siendo de uso general entre grupos
militantes de diversos matices políticos” (revisar: ibíd., pág. 12); como tal, antes de esa fecha (marzo de 1919)
no existía ni un partido ni la doctrina fascista.
15
Incluso, era “una personalidad destacada del ala revolucionaria del partido”, caracterizado por su posición
radical, por lo que despreciaba al ala del partido que participaba en el parlamento de la época (ibíd., pág. 36,
ver nota 7). Mussolini ya a la edad de 18 años mostraba su afinidad política por el Socialismo internacional,
poco tiempo después, a los 19/20 años, comienza a escribir para el periódico socialista “ L´Avvenire del
movimientos socialistas por su nacionalismo radical 17 que le llevaría a formar parte del
grupo nacionalista de izquierdas llamado “Fascio Rivoluzionario d’Azione Interventista”
(Liga Revolucionaria de Acción Intervencionista) que estaba conformado por
intervencionistas de izquierda que habían abandonado las filas del socialismo; poco antes
de su expulsión había iniciado un nuevo periódico titulado “Il Popolo d´Italia” en el que
atacaba duramente la posición de los socialista y mostraba su favor en la participación de la
guerra18; para diciembre de 1914 “se habían organizado los fascisti como grupo de presión
para la intervención italiana en la guerra” en los que se enfilaba Mussolini 19. Ya poseído
completamente por un espíritu nacionalista extremista, en mayo de 1915 escribe lo
siguiente: “Estoy más firmemente convencido que nunca de que para la salvación de Italia
tenemos que disparar, y digo -disparar- por la espalda, a unas decenas de diputados, y
condenar, por lo menos, a un par de exministros a cadena perpetua. Y no sólo eso; estoy
más convencido de que el Parlamento de Italia constituye una peste bubónica 20 que

Lavoratore” (El futuro de los trabajadores); para 1903 ya se autoproclamaba como un “comunista
autoritario”; llegó a glorificar a Karl Marx calificándolo como “el más grande de todos los teóricos del
Socialismo”; poco después, en 1904, ya pensaba que la moral Socialista debía hacerse de la violencia;
también afirmo que “el movimiento socialista se había convertido en una necesidad básica para él”, que
moriría si detuviese su avance en esa corriente ideológica; en marzo de 1908 dirigió “La Lima” (un seminario
socialista); fue conocido por fomentar entre sus compañeros socialistas que no acudieran a las entidades
legales de la época y que practicaran el lex talionis (ojo por ojo), una muestra de su desprecio por la ley; en
1909 emigra a Trentino (una provincia austriaca) para dirigir el periódico L´Avvenire del Lavoratore y allí se
esperaba que Mussolini organizase a los socialistas de la región ad honorem; en 1910 comienza a dirigir una
revista socialista llamada “Lotta di Classe” (Lucha de clases); entre otras cosas. En resumen, Mussolini estaba
impregnado de Socialismo hasta el tuétano, pero no el Socialismo moderado que caracterizaba a ciertos
socialistas de la época, sino que dedico su juventud a promover las ideas socialistas radicales, no solo a través
de diversos periódicos y seminarios, sino también en manifestaciones políticas llenas de odio hacia el sistema
democrático, el estado más o menos liberal de Italia, la iglesia y al ejercito por considerar que eran “una
organización criminal concebida para proteger el capitalismo y a la sociedad burguesa”. —Estos datos los
extraje del libro titulado “Mussolini y el Fascismo Italiano” escrito por Álvaro Lozano (2012. Publicado por
Marcial Pons Historia. Págs. 61-100) en donde el autor relata la biografía de este personaje—.
16
También conocida como “La Gran Guerra”, inicia en Julio de 1914 y termina oficialmente en noviembre de
1918 cuando Alemania se rinde y acepta las condiciones del armisticio.
17
Es necesario aclarar que, si bien Mussolini se encontraba en las filas socialistas, el aporte filosófico de Karl
Marx, a quien llego a glorificar (ver nota 15), no calo mucho en él; consideraba a los socialistas de la época
como muy moderados y eso llevo a despreciarlos; más adelante llegaría a describir su experiencia del
Socialismo (1903-1914) de la siguiente manera: “... no fue una experiencia doctrinal. Mi doctrina durante ese
período fue la doctrina de la acción” (ver: ibíd., pág. 74). Estas denotan la importancia que tenía la acción
para Mussolini, y cuanto más violenta mejor.
18
Esta publicación fue financiada, en parte, por la Fiat y por industrias italianas que se beneficiarían si Italia
participaba en la guerra. (ver: ibíd., pág. 82).
19
Ibíd.
20
Esto hace referencia a la “peste bubónica” —también conocido como “la peste negra”—. Ésta es una
enfermedad infecciosa producida por la bacteria “Yersinia pestis” en la que predomina la inflamación del
envenena la sangre de la nación. Debemos extirparla” 21; cuando Italia se suma a la guerra,
los partidarios de la intervención se alistan inmediatamente, menos Mussolini, él es
reclutado poco después.
En la guerra, el ejército italiano no hace un buen papel, por lo menos no como lo
esperaba Mussolini, las tropas sufren una derrota en Caporetto —región occidental de
Eslovenia— y éste no vacila en culpar al gobierno, los mandos militares y a los socialistas 22
de dicha derrota. Analizando todos los acontecimientos, Mussolini concluye que solo “una
dictadura salvaría a Italia” y consideraba que “se debía suspender la publicación de
periódicos independientes, pues lo que el país precisaba era disciplina”23; una vez
terminada la guerra, feliz porque habían ganado y logrado anexar a Italia zonas de habla
alemana y eslava que eran consideradas como dentro de las “fronteras naturales” del país,
modifica el enfoque de su periódico para describir al marxismo como “un montón de ruinas
de ideas obsoletas”24. Todo el pensamiento de este megalómano narcisista personaje giraba
en torno a la creación de una Gran Nación, un imperio que se destacara por su expansión
territorial, un imperio que a su vez seria dominado por “una mezcla de ideas del socialismo,
del nacionalismo, del intervencionismo y del anticlericalismo” 25, de allí que su discurso se
basara en un ataque sistemático hacia el socialismo y el capitalismo 26, cosa que le consiguió
seguidores de todos los estratos sociales. Este fue el Mussolini que en marzo de 1919
crearía, junto con veteranos de guerra, sindicalistas e intelectuales, los “Fasci di
Combattimento” (Hermandades de combate). El fascismo ya había nacido.

ganglio linfático y afecta los tejidos de los órganos sexuales, axilas y ojos. En efecto, para Mussolini y su
movimiento todo el sistema italiano era una aberración y tenía que construirse una patria nueva; es curioso
que haga referencia a la peste negra y que esta se caracterice por ser potencialmente mortal y hacer bulbos en
los órganos reproductores de los infectados, puede que implícitamente estuviera diciendo que el parlamento
de Italia lo que estaba haciendo era castrar a la nación de Italia y no la permitía “reproducirse” o crecer —
según su concepción. Para mayor información sobre esta peste, consulte “La Muerte Negra” escrita por
Leticia Martínez Campos (2019) para la sección de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP)
titulado “Infectología en la historia” en:
https://www.seipweb.es/wp-content/uploads/2019/01/La_Peste_Leticia_Martinez.pdf (Consultado 24 de
noviembre de 2023).
21
En op. cit. “Mussolini y el Fascismo Italiano”, Álvaro Lozano., pág. 83.
22
Ibíd., pág. 84.
23
Ibíd.
24
Ibíd., pág. 85.
25
Ibíd.
26
Considero relevante destacar el “mínimo fascista” postulado por Ernst Nolte que Stanley G. Payne (2014)
desarrolla en su libro titulado “El Fascismo” publicado por Alianza Editorial, allí expresa que el Fascismo
“consiste en un conjunto de negativas, un aspecto central de organización, una doctrina del caudillaje y un
objetivo estructural básico, expresados como sigue: antimarxismo, antiliberalismo, anticonservadurismo, el
principio del caudillaje, un ejército del partido, el objeto del totalitarismo” (pág. 12) [cursivas mías].
Esta reunión se llevó a cabo en Piazza San Sepolcro, Milán, en un salón del club
“Alianza Industrial y Comercial”, en aquel entonces Mussolini habló en dos oportunidades,
en el primero se limita a leer tres declaraciones escritas 27 y en el segundo no hace más que
fustigar a los socialistas, prometer un gran imperio para Italia y mostrar amor por las
armas28; dos meses después, el 6 de junio, publica el programa fascista impregnado de
intervencionismo, anticapitalismo, sindicalismo y nacionalismo; entre los postulados se
encontraba el establecimiento de un sueldo mínimo para los trabajadores, la entrega de la
industrias nacionales a los sindicatos y trabajadores —sindicalización del Estado—, e
impuesto progresivo sobre el capital y la incautación del 85% de las ganancias de guerra 29.
El Fascismo y el Socialismo, dos hermanos de la misma madre: Colectivismo
A poco más de tres años de la reunión en Piazza San Sepolcro, el partido o
movimiento fascista llega al poder en Italia 30, una vez allí el régimen ataco con todas sus
fuerzas a los movimientos o partidos socialistas por considerar que habían ido en contra de
la nación, “prohibieron las huelgas, disolvieron los sindicatos independientes, redujeron el
poder de compra de los asalariados y financiaron generosamente la industria de
armamento”31, también “confiscaron propiedades de adversarios políticos, extranjeros o

27
El primero es un saludo dirigido a niños, discapacitados y prisioneros que cumplieron con su deber; el
segundo declara oponerse al imperialismo y aceptar el postulado supremo de la Sociedad de Naciones —
antecesor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)—; en el tercero compromete a los fascistas a
sabotear por todos los medios las candidaturas de los adversarios en el campo político. Estas declaraciones
son paráfrasis en español de lo expuesto por Renzo De Felice (1965) en su obra titulada “Mussolini il
rivoluzionario, 1983-1920” —en italiano— (publicado por Fondazione Istituto Gramsci., pág. 550).
28
Ibíd., pág. 550-552.
29
El programa completo en ingles se encuentra en el libro titulado “A Primer of Italian Fascism” editado por
Jeffrey T. Schnapp (2000) y publicado por University of Nebraska Press, Lincoln and London. Págs. 3-6.
30
Hasta ahora, he dedicado palabras para describir el origen socialista del fascismo vinculándolo con las
acciones de líder, Mussolini, y de los demás movimientos de izquierda —sindicatos, nacionalismo extremo—;
sin embargo, el fascismo no se limitó a la personalidad de Mussolini, estudiar el fascismo de esa manera da la
impresión de que se puede entender a plenitud solo analizando a su dirigente, pero no es así. El fascismo
ocurrió porque las naciones, las instituciones —débiles— y los diferentes estratos sociales lo apoyaron, entre
ellos conservadores y seudoliberales, por pensar que era preferible tener un gobierno de esta índole que un
gobierno socialista/marxista, no reparando en que se trataba de un monstruo de la misma especie con
apariencia distinta. El discurso de Mussolini sirvió para atraer a personas de todos los bandos, por un lado,
atacaba fervientemente a los socialistas, por lo que se ganó el favor de conservadores y seudoliberales, por el
otro, atacaba al capitalismo y la burguesía, por lo que contaba con el apoyo de los que tenían inclinaciones
hacia la izquierda —sindicalistas, socialistas, comunistas—. De aquí en adelante, me limitare a explicar las
características del fascismo ya en el poder para entender las ideas colectivistas que sostienen, o sostuvieron, al
sistema.
31
Óp. cit. “Anatomía del Fascismo”, Robert O. Paxton. Pág. 19. Con la industria de armamento se
beneficiaron pocos individuos considerados como “capitalistas”, pero más que eso, eran un conjunto de
malhechores que solo Vivian para servir al Estado oportunista creado por el régimen —comparar con nota 13
—.
judíos […] sustituyeron las fuerzas del mercado por la administración estatal” 32; si bien esta
última acción se realizó con la aprobación de la mayoría de los hombres de negocios en
plena Gran Depresión, también es cierto que estos hombres de negocios solo podían existir
—conservar su propiedad y generar riqueza— en tanto y en cuanto sirvieran al Estado,
porque en el momento en que dejara de hacerse, pasarían a ser objeto de ataque del
mismo33; también modifico las relaciones que existían entre individuo y colectivo de tal
manera que “el individuo no tenía ningún derecho fuera de los intereses de la
comunidad”34; lograron conseguir el control total de las instituciones del país y, por
extensión, de la sociedad en general. Todo lo anterior con el fin de enmarcar a la sociedad
italiana en la concepción que tenía el Duque Mussolini, y los fascistas en general, de la vida
y la propia existencia de Italia, con el fin de hacer del país un imperio. En suma, el fin
último no era la plenitud humana individual de los italianos, sino que valía más la grandeza
de la nación; para ello, se valían de “legión/es” —tropas— que ejercían la violencia o
amenazaban con usarla en caso de que algo no se alineara con el bienestar de la nación y
del discurso lleno de matices de sortilegios para lograr que los individuos ejercieran las
acciones que el régimen necesitara y/o deseara.
Tenemos entonces a un régimen que resulta ser hijo del colectivismo y hermano del
socialismo, que, aunque en un principio se llevaron bien, los separaron las formas que
tenían para llegar al poder en la Italia de entonces, por lo que terminaron odiándose y
atacándose entre sí. El siguiente cuadro resume las características que hacen que el
Fascismo no sea más que una de las expresiones del colectivismo:

Colectivismo Fascismo

Ataca a la propiedad que no


Arremete contra la propiedad,
enriquecen a la nación (colectivo);
pues lo que importa es la
reduciendo notoriamente lo que es
propiedad colectiva
intocablemente privado.

Es más importante la colectividad Es más importante la nación


que el individuo (colectividad) que el individuo.

Todo individuo que no se someta El individuo no tiene valor fuera

32
Ibíd., pág. 20.
33
Revisar nota 13 (letras cursivas). Además, es de destacar que el régimen fascista “rediseño las fronteras
entre lo público y lo privado, reduciendo notoriamente lo que antes había sido intocablemente privado”
(ibíd.).
34
Ibíd.
al colectivo es atacado de los intereses del colectivo

Se vale de la violencia, pues es el


Se vale de la violencia para
único medio con el que puede
disciplinar al individuo; esto es,
modificar los comportamientos
modificar su comportamiento para
naturales del hombre para
enmarcarlo en la cosmovisión de
adaptarlo a su concepción del
quien rige a la sociedad.
mundo

El Estado es quien rige la vida en El Estado es quien rige la vida en


el colectivo la nación35

Los intereses económicos son Los intereses económicos son


dirigidos por el grupo organizado dirigidos por un único sindicato
que, a su vez, responde que responde directamente al
directamente al Estado gobierno (Estado).

Se domina todos los ámbitos de la Lo público y lo privado es diluido


vida pública y privada mediante y controlado fuertemente por el
fuertes controles órgano director

Entonces, el discurso de que “el fascismo nació de la extrema derecha” y que es


producto del “capitalismo burgués” no es más que una vil mentira promovida por los
partidos socialistas del mundo entero; desde antes de que Mussolini se consolidara en el
poder, el propio Marx, acostumbrado a ver la historia como una profunda lucha entre
sistemas económicos, ya definía el fascismo como “el instrumento de la alta burguesía para
combatir el proletariado cuando los medios legales disponibles del Estado resultasen
insuficientes para someterlo”, el atacar al fascismo se convirtió en ortodoxia comunista
durante medio siglo, desde la época de Stalin, se dedicaron a decir que “el fascismo es la
dictadura terrorista y descarada de los elementos más reaccionarios, patrioteros e
imperialistas del capital financiero”36; pero los hechos apuntan lo contrario, la realidad es
que la ideología fascista tuvo como principal modelo el socialismo/comunismo promovido
por Marx y Engels. Mussolini criticaba eran los medios que utilizaban sus excompañeros
socialistas en ese entonces para hacerse con el poder, no el fin en sí mismo —aunque a este
fin le sumaba su nacionalismo extremo, el colectivo era la nación, que llevaba a considerar

35
Dato curioso: “la doctrina del fascismo” revisada por Mussolini y publicada en 1925 definió al fascismo
como un régimen “totalitario”. En op. cit. “Mussolini y el Fascismo Italiano” Cap. 5, “¿Un régimen
totalitario?”., pág. 159.
36
Op. cit. “Anatomía del Fascismo” Robert O. Paxton., págs. 16-17.
a los demás como una raza inferior y, por tanto, ser objeto de odio y/o desprecio; aunque
esto es comparable con el cómo consideran los socialistas a todos aquellos que no sean
adeptos a sus ideas y, en lugar de servir al colectivo, tratan de perseguir fines individuales
—. Además, muchas veces se llama al régimen fascista como “nacionalsindicalismo”, algo
que no dista mucho de lo que es la “dictadura del proletariado” descrita por Marx y puesta
en práctica por el movimiento bolchevique —leninista-comunista— caracterizado por la
violencia37; si el término “fascista” es usado por los adeptos al socialismo como sinónimo
de “violencia, dictadura, sanguinario, etc.”, entonces el socialismo habría que calificarlo
como el sistema más fascista que existe.
El Nazismo como sinónimo de fascismo
Otra expresión del colectivismo fue/es el Nazismo, esta manifestación histórica no
es más que un Fascismo, quizás más extremista, puesto en práctica en otra latitud —
Alemania—; Hitler, quien estaba resentido por la pérdida de Alemania en la Gran Guerra al
igual que la mayoría de los miembros de la sociedad alemana entera, quien, además,
admiraba a Mussolini y estaba influenciado, al igual que éste, por pensamientos de
Friedrich Nietzsche (1844-1900), se une al “Partido de los Trabajadores Alemanes” (DAP),
fundado por Anton Drexler, en 1919 y no tarda “en convertirse en uno de los oradores más
eficaces del movimiento y miembro del comité dirigente” 38; este partido lo conformarían
grupos nacionalistas con ideas socialistas; de hecho, ya para el febrero de 1920 “Hitler dio
un nuevo nombre al movimiento -el Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei,
NSDAP”39 (Partido Nacional Socialista Obrero Alemán) que luego sería conocido
popularmente como “el partido nazi” y presenta, curiosamente al igual que hizo Mussolini,
aunque un poco más específico, un programa que constituía una mezcla de antimarxismo,
nacionalismo extremo y anticapitalismo. Quizás el extremo narcicismo alemán no les
permitía calificarse a sí mismos como “fascistas”, por lo que prefirieron llamarse
“nazistas”. Una vez en el poder (1933), once años después que el partido fascista italiano lo
hace (1922), hasta su caída en el 1945 tras perder la segunda Guerra Mundial, el Nazismo

37
Para Lenin, los proletarios debían imponerse sobre los burgueses y mantener el poder mediante la violencia;
llego a escribir que todo aquel que intentara ofrecer resistencia a la revolución proletaria, serian suprimidos
despiadadamente; privados de todos sus derechos; en palabras suyas, “más que eso, no les daremos ni un pan,
porque en nuestra república proletaria los explotadores no tendrán derechos, serán privados del fuego y del
agua, ya que somos socialistas en serio” (esto es una paráfrasis de lo escrito por Lenin en “The Soviet
Constitution”, pág. 31). Estas palabras no hacen más que poner en evidencia el carácter violento de estos
regímenes. La cita textual en ingles dice así: “and if you exploiters attempt to offer resistance to our
proletarian revolution we shall ruthlessly suppress you; we shall deprive you of all rights; more than that, we
shall not give you any bread, for in our proletarian republic the exploiters will have no rights, they will be
deprived of fire and water, for we are socialists in real earnest” (puede acceder a traves de:
https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1918/prrk/soviet_constitution.htm (Consultado el 24 de
noviembre de 2023)
38
Op. cit. “Anatomía del Fascismo” (pág. 51).
39
Ibíd.
se caracterizó por ser un régimen dictatorial que exaltaba a su nación por sobre las demás y
reprimía de muchas formas40 a todo aquel que no encajara en la concepción del mundo que
tenía el líder supremo —Hitler—.
Puede verse con claridad como las características del Fascismo y Nazismo encajan
perfectamente en la concepción del colectivismo descrito en los primeros párrafos; se puede
concluir entonces que estas manifestaciones son tan solo animales de la misma especie con
ciertos rasgos distintos. Ahora bien, estos regímenes no son la máxima expresión del
colectivismo, quien ocupa este lugar es nada más y nada menos que el Socialismo. Muchos
quizás se pregunten: “¿Y el comunismo?”, porque, hasta ahora, creen que comunismo y
socialismo son dos regímenes distintos, pero no, es exactamente lo mismo; en la
terminología usada por Karl Marx y Friedrich Engels socialismo y comunismo son
sinónimos y no hacen distinción entre ellas, “en la práctica todos los grupos y sectas
marxistas hasta 1917” hicieron lo mismo, “los partidos políticos marxistas, que
consideraban el Manifiesto Comunista como el evangelio inalterable de su doctrina, se
llamaron a sí mismos socialistas. El partido más numeroso e influyente de estos últimos, el
partido alemán, adoptó el nombre de Partido Social Demócrata. En Italia, Francia y demás
países donde los partidos marxistas desempeñaban ya un papel en la vida política, antes de
1917, el término socialista sustituyó igualmente al término comunista. Ningún marxista se
aventuró nunca, antes de ese año, a establecer distinciones entre comunismo y
socialismo”41, las siglas URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), demuestran el
hecho de que estos términos eran usados indistintamente en aquella época 42. Las diferencias
que vagamente intentan atribuir entre el comunismo y el socialismo hoy en día solo tienen
el objetivo de desvincular al segundo del fracaso de la Unión Soviética –considerada
comunista, pero que, curiosamente, sus principios son socialistas y el nombre “URSS” así
lo indica– quedada al descubierto tras la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989;
aun si insisten en enmarcar diferencias, en el mejor de los casos, solo lograran
inteligentemente demostrar que ambos constituyen 2 etapas del mismo proceso, el

40
Eran asesinados o enviados a los campos de concentración nazi dirigidos por “las Unidades de las
Calaveras”. Estas unidades eran una ramificación de las “SS de Himmler” que comenzó como una minúscula
fuerza de guardia personal de Hitler. El libro “El Nazismo”, escrito por J. Thorntin, en su capítulo 7 (1967.
Publicado por alianza editorial. Pág. 86) detalla cómo era la vida en la Alemania nazi, el control que ejercía el
Estado sobre la vida en sociedad es indiscutible, negarlo es como negar que las influencias que ejercen las
leyes físicas en la vida en la tierra.
41
Ludwig von Mises. (1922). Socialismo, Análisis Económico y Sociológico. Tercera edición. Publicada por
Wister Book Foundation (WBF) bajo los auspicios del Centro de Estudios Sobre la Libertad Buenos Aires,
Argentina. Esta obra es una traducción al español de Luis Montes de Oca; la publicación original se realizó en
el año 1922 con el título “Die Gemeinwirtschaft: Untersuchungen über den Sozialismus”, la segunda edición
(1932) fue traducida al inglés en 1936 por y publicada en Londres por Jonathan Cape.
42
Lenin, comunista/socialista (se usaban los términos para calificarlo sin distinción alguna) fue el principal
dirigente de la Revolución de Octubre de 1917 (revolución bolchevique) del Partido Obrero Socialdemócrata
de Rusia. Más tarde sería el líder supremo de la URSS (1922).
socialismo tiene como fin el comunismo –Socialismo es la primera etapa– 43. Tenemos
entonces que socialismo y comunismo son sinónimos, por lo que no es necesario
analizarlos por separado.
El Socialismo como máxima expresión del colectivismo
El socialismo tiene como fin que la “administración de la industria y de todas las
ramas de producción en general deje de pertenecer a unos u otros individuos en
competencia y pase a estar en manos de la sociedad”, esto es, “la propiedad privada debe
ser suprimida y ocuparan su lugar el usufructo colectivo de todos los instrumentos de
producción y el reparto de los productos de común acuerdo, lo que se llama la comunidad
de los bienes”44; además, no teme en usar la violencia para implementar su sistema 45 46. Para
43
De hecho, esta es la tesis expuesta por Marx en “Critica del Programa de Gotha”, un escrito enviado a
Bracke en el año 1875. La publicación consultada fue la editada por “elaleph.com” (2000). Considero
importante resaltar lo que dijo Marx sobre el sistema que defendía, él dice que “en el seno de una sociedad
colectivista, basada en la propiedad común de los medios de producción, los productores no cambian sus
productos; el trabajo invertido en los productos no se presenta aquí, tampoco, como valor de estos productos
como una cualidad material, poseída por ellos, pues aquí, por oposición a lo que sucede en la sociedad
capitalista, los trabajos individuales no forman ya parte integrante del trabajo común mediante un rodeo,
sino directamente” (pág. 15) [cursivas mías]; aquí se muestra abierta y claramente el carácter colectivista del
sistema.
44
Estas palabras las escribe Friedrich Engels en “Principios del Comunismo” en Paris (1847) en respuesta a la
pregunta “¿Cómo debe ser ese nuevo orden social?”. Este escrito surge como un proyecto de la Liga de los
Comunistas y constituye el antecesor del “Manifiesto Comunista” publicado junto a Karl Marx tiempo
después.
45
Engels dice en respuesta a la pregunta “¿Será posible suprimir por vía pacífica la propiedad privada?” que,
si bien desean que sea así, si al pasar el tiempo no han logrado sus fines y, según su concepción, el
proletariado sigue siendo oprimido por el sistema capitalista, entonces los comunistas defenderán su causa
“con hechos, no menos de como ahora lo hacen de palabra” (Ibíd.). Claro ésta, esto es como decir que si el sol
sale mañana, que con plena seguridad saldrá, entonces voy a arremeter contra todo aquel que no piense igual a
mí; del mismo modo, al ser éste un sistema contranatural, que atenta contra la condición natural del hombre,
que deriva en el derecho de la propiedad, y que, por tanto, necesita modificar el comportamiento para que el
individuo se comporte antinaturalmente, con toda seguridad tiene que valerse de la violencia para poder lograr
sus cometidos.
46
El objetivo que tenía Marx era la transición del Capitalismo al Socialismo, el medio a utilizar era la
“revolución”, violencia, para el establecimiento de la dictadura del proletariado. Con respecto a esto, Mises
dice que éste quería llegar implementar el Socialismo “por medio de la revolución y la guerra civil. A los ojos
de Marx y de los doctrinarios marxistas, el rasgo característico de su partido fue la condición de grupos
revolucionarios que habían hecho profesión de la fe en la acción violenta. Su propósito era la rebelión para
establecer la dictadura del proletariado y para exterminar sin piedad a los burgueses”, más adelante dice que
“no tuvieron seguridad en el carácter inevitable del advenimiento del socialismo —puesto que Marx decía que
el capitalismo se destruiría a sí mismo y esto daría paso al socialismo—, ni tampoco confiaron en el buen
éxito de un levantamiento revolucionario. Entonces adoptaron los métodos de la acción parlamentaria,
solicitaron votos del pueblo en las campañas electorales y enviaron sus delegados a los parlamentos” (ver: óp.
cit. “Socialismo, Análisis Económico y Sociológico., págs. 557-558). Estas acciones perdurarían en el tiempo
y mantendrían en una relativa pasividad al movimiento socialista que más tarde sería criticado por Mussolini
Marx, los comunistas “destacan y hacen valer, en las diversas luchas de los proletarios, los
intereses comunes de todo el proletariado, independientemente de la nacionalidad; y, por
otra, en que, a lo largo de las diversas fases del desenvolvimiento por que atraviesa la lucha
entre proletariado y la burguesía, defienden siempre los intereses del movimiento en su
conjunto”47. En “Los Principios del Comunismo” Engels destaca que “las ramas de
producción pasaran a toda la sociedad, es decir, serán administradas en beneficio de toda la
sociedad, con arreglo general y con la participación de todos los miembros de la
sociedad”48, lo que no dice es que “toda la sociedad”, quien supuestamente pasa a ser
dueño de los medios de producción, no es más que el órgano rector —el Estado—, puesto
que es éste quien administra y realiza el arreglo general; es necesariamente así ya que, por
lógica, puede que una asociación —colectivo— vaya en contra del interés de otra
agrupación, por lo que el mismo sistema requiere de la existencia de un órgano director que
establezca el interés general para que, luego, sean estas agrupaciones las que deban
enmarcarse en las directrices dadas.
En resumen, el Socialismo es lo mismo que comunismo y tiene como fin la
supresión de la propiedad y el sometimiento del individuo al colectivo, para ello, necesaria
y obligatoriamente, porque las circunstancias así lo requieren al tratarse de un régimen que
intenta modificar el comportamiento natural de los actores sociales, se vale de la violencia
sistemática e institucionalizada dirigida por el Estado. Ahora bien, este sistema es más
peligroso e incluso peor que el Fascismo, este último profesaba odio hacia la humanidad,
era sincero, pero el Socialismo profesa amor a la humanidad, a la justicia social, a la
libertad y a la solidaridad o generosidad, y en nombre de estos valores se ha ganado el
corazón de muchos adeptos a pesar de ser un sistema que contempla el crimen como
sistema de gobierno; este poder de ocultar su naturaleza le permite calar en el corazón de
muchos, lo que le ha ayudado a mantenerse desde su génesis en la historia hasta nuestros
días.
En conclusión, el Colectivismo, Fascismo, Nazismo, Comunismo y Socialismo
forman una familia disfuncional, siendo los dos últimos en realidad un solo hijo con
trastorno de personalidad —Socialismo/Comunismo—, en donde los hijos pelean
entre ellos —Fascismo vs Socialismo— y niegan a la madre —Colectivismo—. Sin
embargo, a pesar de ello, la madre exalta a su hijo con trastorno de personalidad por ser,
más que el facsímile, quien la representa de forma superior 49; también, estos sistemas de

y daría pie al desprecio de los regímenes Fascistas hacia los movimientos socialistas; pero el Socialismo tiene
origen “revolucionario” violento y esto sería más tarde encarnado en el movimiento bolchevique de Lenin.
47
Karl Marx y Friedrich Engels. (1848). Manifiesto del Partido Comunista. Subtema “Proletarios y
Comunistas”., pág. 31).
48
Ibídem.
49
En el Diccionario Filosófico. 1965. México. Publicado por Ediciones Pueblos Unidos., se indica que “el
comunismo representa la forma superior del colectivismo”. Pág. 71.
gobiernos son ejercidos por bestias salvajes que tienen como dios la violencia y como
principios móviles el odio y la envidia, a pesar de que en palabras intenten mostrar lo
contrario.
Entender esto a profundidad es fundamental, en términos matemáticos, es
“extremadamente importante en valor absoluto”, no es un asunto baladí, todas las
desgracias de la historia de la humanidad se deben a problemas de índole intelectual y
moral, por abrazar ideas erradas, ideas como las colectivistas; por tanto, si la sociedad no
cambia sus principios filosóficos errados y no logra identificar los principios inmorales
vestidos de moralidad pura y deshacerse de ellos, si sigue comprando la idea de que el
Socialismo es movido por principios elevados, en lugar de reconocer su naturaleza
diabólica, entonces estamos condenados a caer en un abismo sin fondo, a vivir y morir en la
más absurda de las miserias.

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