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Universidad Regional de Guatemala

Licenciatura en Administración de Empresas y Auditoría


Filosofía
Primer Semestre
Licda. Ligia Tovar

Capítulo 3

Douglas Eduardo Herrera Gómez 2203005


Pamela Beatríz López Choy 2203047
Pedro Donaldo Acevedo Estrada 2203205
Enma Marisabel Jordán Borrayo 2203286
Allan Roberto Rosales Carrozales 2203287
Gabriel Estuardo Guerra Aguilar 2203258

Guatemala, 17 de junio de 2022


Parte I
1. Describe las actitudes de cada uno de los personajes.
a. Manuel: irrespetuoso, intolerante
b. Raúl: interesado, atento, respetuoso, accesible
c. Rodrigo: irrespetuoso, machista
d. Blanca: irrespetuosa, impulsiva, como se dice en estos dorados tiempos “tóxica”
e. Jorge: pasivo, atento, pensativo.

2. ¿Cómo piensas que los personajes abordan los problemas?


Únicamente Raúl y Jorge prestaron atención al problema, los demás no querían saber nada de
eso. Así que no les importo nada, mientras esos dos chicos estaban buscando una respuesta
para la pequeña incógnita del problema.

3. ¿Qué piensas de sus actitudes?


Raúl y Jorge lo abordan de la mejor manera, hablando en sí del problema que Jorge estaba
haciendo mención. Manuel, Rodrigo y Blanca tuvieron un comportamiento muy malo. No
tuvieron compañerismo y no escucharon a lo que el otro chico estaba diciendo, demostrando
así falta de respeto.

Parte II
1. A Juan le dejan de tarea analizar el concepto de “democracia” para su clase de ética
ciudadana, él piensa que no tendrá problema porque es una palabra muy usada por
todos.
Pensamiento prejuiciado

2. Carolina le plantea un problema a Miguel: “si Jorge es más rico que Ramón, y éste es
más rico que Pedro, quien a su vez es menos rico que Jorge, ¿quién es el más rico y
quién el más pobre?” Miguel responde: “yo creo que es Pedro, ¿no? A mí me dan flojera
estos problemas en los que hay que pensarle y sólo pierdes el tiempo”.
Pensamiento arrogante
3. Juan se acerca a su jefe, Pedro, para comentarle entusiasmado una nueva idea para
reducir costos en las entregas de la empresa. Pedro lo escucha con fingida atención y
luego comenta con un colega: “iEste Juan, qué se está creyendo! Lo que hace para no
trabajar, ya sólo falta que me diga cómo manejar mi negocio”.
Pensamiento Impulsivo

4. Jorge está en una junta para decidir cómo iniciar la modernización de su empresa. Jorge
piensa que esos cambios obedecen a que el año pasado comentó a su jefe la necesidad
de ponerse al día. Seguramente, la reunión se debe a lo que él planteó en esa ocasión.
Pensamiento egocéntrico

5. Elabora en equipo un pequeño guion en donde aparezcan personajes que representen


a los cuatro tipos de filtros mentales, luego represéntalo en el grupo.
El guion es una carta de un libro, el nombre del libro es “La Serpiente de Essex”. Se copiará tal
y como esta para no perder lo que se indica.

Querido Will:
¿Cuánto tiempo te quedaste allí tú solo, debajo de las hayas y las sombras? Al llegar a casa,
¿dormiste algo? ¿Estás muy afectado?, ¿ya te ha entrado la culpa? Si puedes, mantenla a raya,
porque yo no siento nada de culpa.
Es por la mañana, y hay una niebla muy espesa que hace que la luz que entra en la habitación
tenga un aspecto curioso y que venga perfumada de la sal del estuario. A veces me parece que
ese olor me acompañará siempre, como si me hubiera ahogado en él. Aprieta tanto la niebla
contra la ventana que la casa parece flotar enterrada en un banco de nubes.
¿No te hablé nunca del huerto de mis padres? Habían ido guiando las ramas de los árboles
para que fueran creciendo en hileras ordenadas contra una especie de pérgola de madera;
recuerdo que siempre pensé que los habían torturado para sacarlos de su forma natural, y
estuve dos veranos sin probar la fruta.
Me acuerdo de una comida allí. Debía de ser muy pequeña porque tenía dos trenzas muy largas
en el pelo, y era muy rubia, o sea que tenía que ser cuando era una niña. Y en primavera,
porque las flores de los árboles volaban por todas partes y caían en las tazas y platos, y yo
intenté hacer una corona con ellas. Ese día teníamos un invitado, aunque no me acuerdo de
cómo se llamaba. Era un amigo de mi padre, con la cara amarilla y llena de arrugas. Parecía él
también una manzana; eso sí, una de esas que una deja encima de la mesa mucho tiempo.
Se encariñó de mí, como me veía siempre enfrascada en algún libro, y estuvo toda la tarde
contándome cosas para agradarme; por ejemplo, que cuando decíamos «jaque mate»
estábamos hablando en realidad en sánscrito, que significa «el rey está indefenso», y que
Nelson siempre se mareaba en los barcos.
Pero lo que más recuerdo es esto. Dijo: «Hay una palabra que se escribe igual y se pronuncia
igual, pero significa dos cosas opuestas. ¿Qué palabra es?». Yo no daba con la respuesta y,
claro, él estaba encantado. Hasta que explicó (con toda la parafernalia que ponen los magos al
sacarse un pañuelo de seda de debajo de la manga): la palabra EXTRAÑO. Porque si yo digo
que «extraño» algo es que lo echo de menos; pero, a su vez, un «extraño» es alguien totalmente
desconocido para mí.
Anoche no podía parar de pensar en esa palabra, como si hubieras sido tú el que me lo contara
apenas hacía unas horas. Se mezcló ese recuerdo con las flores de mayo que el viento
arrancaba de los árboles y las manzanas que había tiradas por la hierba y las castañas en el
sendero y el rasgón en la costura de tu camisa, porque nunca he logrado explicarme qué es
eso que late en estas cartas que nos escribimos, o cuando estamos sentados los dos en la
misma habitación caldeada o caminamos por el bosque, y tampoco sé si hace falta; ni siquiera
ahora que siento todavía tu impronta dentro mí... Yo por ahora solo llego a esa palabra...
Cuando no estoy contigo te extraño, pero cuando estamos juntos eres un extraño para mí; todo
lo que me acerca a ti me aleja a la vez.
Te mando esta nota con Francis, porque dice que tiene algo que contarle a Stella. Le lleva
regalos: un billete azul del autobús de Colchester, una piedra blanca con una veta azul. Dice
Martha que lo acompaña ella para cruzar el ejido y así de paso os lleva un tarro de mermelada
de ciruela.
Cora

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