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HORA SANTA

La Hermandad de Sacerdotes Operarios


«una respuesta al servicio de las vocaciones»
2 La Hermandad: una respuesta al servicio de las vocaciones

Saludo

Celebrante: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Todos: Amén
Celebrante: La Gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la
comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros.
Todos: Y con tu espíritu.

Oración
Nos pusiste, Señor, en esta tierra
como luz, como hoguera abrasadora,
a nosotros que apenas mantenemos
encendida la fe de nuestras almas.
Nos dejaste, Señor, como testigos,
como anuncio brillante entre las gentes,
a nosotros, tus amigos vacilantes.
No te oirán si nosotros nos callamos,
si tus hijos te apartan de sus labios.
No verán el fulgor de tu presencia
si tus fieles te ocultan con sus obras.
¡Ay de aquel que no siembre a manos llenas,
el que guarda en su pecho tus regalos,
el que deja a los ciegos con su noche
y no da de comer a los hambrientos!
¡Ay de aquel que no grita tu evangelio,
el que calla detrás de sus temores,
los que buscan tan solo los negocios
olvidando dar vida a tu mensaje!
Fortalece, Señor, nuestra flaqueza.
Que tus siervos anuncien tu palabra.
Que resuene tu voz en nuestra boca.
Que tu luz resplandezca en nuestras vidas.
Tú serás fortaleza de tu pueblo,
la victoria del hombre desvalido,
Con tu ayuda serán irresistibles
tus testigos dispersos por la tierra.
La Hermandad: una respuesta al servicio de las vocaciones 3

Lectura bíblica
Entre los cristianos de la ciudad griega de Corinto se han levantado críticas contra el
apóstol Pablo. Muchos lo consideran poca cosa como predicador del evangelio. Sin
embargo Pablo les recuerda que lo único verdaderamente importante, el auténtico teso-
ro, es el mensaje de Cristo.
"Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, a la Iglesia que está
en Corinto: No nos anunciamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el
Señor, y no somos mas que servidores vuestros por amor a Jesús. Pero
este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que todos vean que una
fuerza tan extraordinaria procede de Dios y no de nosotros. Nos acosan
por todas partes, pero no estamos abatidos; nos encontramos en apu-
ros, pero no desesperados; somos perseguidos, pero no quedamos a
merced del peligro; nos derriban, pero no llegan a rematarnos. Por to-
das partes vamos llevando en el cuerpo la muerte de Jesús, para que la
vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo" (2 Cor 4,5.7-10).

Cántico de Efesios (1,3-10)


Himno cristiano. Esta oración de bendición es a la vez acción de gracias y alabanza a
Dios. El nos ha hecho hijos suyos y nos ofrece la plenitud en Cristo. Es padre bueno y
salvador.
Lector: El Señor nos ha elegido para ser sus hijos.
Coro 1: ¡Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales
Coro 2: El nos eligió en la persona de Cristo
antes de crear el mundo, para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.
Coro 1: El nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya, a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.
Coro 2: Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
4 La Hermandad: una respuesta al servicio de las vocaciones

dándonos a conocer el misterio de su voluntad.


Coro 1: Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Todos: El Señor nos ha elegido para ser sus hijos.

Invocaciones
Lector 1: Sólo Dios puede dar la fe...
Todos: pero tú puedes dar tu testimonio.
Lector 2: Sólo Dios puede dar la esperanza...
Todos: pero tú puedes devolverla a tu hermano.
Lector 1: Sólo Dios puede dar el amor...
Todos: pero tú puedes enseñar a amar.
Lector 2: Sólo Dios puede dar la paz...
Todos: pero tú puedes sembrar la unión.
Lector 1: Sólo Dios puede dar la fuerza...
Todos: pero tú puedes animar al desanimado.
Lector 2: Sólo Dios es el camino...
Todos: pero tú puedes señalarlo a los otros.
Lector 1: Sólo Dios es la luz...
Todos: pero tú puede hacer que brille a los ojos de todos.
Lector 2: Sólo Dios es la vida...
Todos: pero tú puedes hacer que florezca el deseo de vivir.
Lector 1: Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible...
Todos: pero tú puedes hacer lo posible.
Lector 2: Sólo Dios se basta a sí mismo...
Todos: pero prefiere contar contigo.
—cristianos de Campinas—

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