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Hacer Teología en

América Latina*

Jon Sobrino, S.J. '*''*'

En esta exposición quisiera presentar serio tanto la revelación y fe cristia-


el modo fundamental de hacer teolo- nas como la situación histórica, de
gía en la situación concreta de El Sal- modo que ambas cosas se iluminan y
vador, lo cual, a mijuicio, puede tener potencian mutuamente. En esta ex-
validez también en otros lugares y, posición damos, pues, por supuesto
ciertamente, en América Latina. que la teología se basa en la revela-
Lo que vamos a exponer ofrece, real- ción de Dios, y su tradición e inter-
mente, una descripción ideal, cuya pretación autorizada en la Iglesia.
realidad concreta y dificultades Aquí nos vamos a concentrar más
prácticas, tanto en la producción bien en la novedad que la realidad
como en la docencia teológicas, po- histórica introduce en el quehacer
drán ser discutidas más adelante; teológico.
pero es también real en buena parte,
y esté avalada por la experiencia. Las características más novedosas
del quehacer teológico las vamos a
Desde el principio quiero recalcar presentar en los siguientes puntos: 1)
que el hacer teología en El Salvador hacer teología en el presente histó-
(en adelante hablaremos simple- rico, asumiendo como contenido de
mente de hacer teología) toma en la teología la actual manifestación de

Ponencia presentada en el Encuentro de los Decanos de las Facultades e Institutos de Teologra de la


Compai'iía de Jesús (Marzo 27 - Abril 1 de 1989). Villa Cavalletti - Grotta - Ferrata (Roma) (Italia).
Decano der Departamento de Teologra de la Universidad Centroamericana José Simeón Cai'ias de San
Salvador. El Salvador.

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Dios y la actual respuesta de la fe, 2) ejercitar su misión de forma rele-
hacer teología como reacción de la vante para el mundo actual.
misericordia ante pueblos crucifica-
dos, concibiendo así a la teología Pero en el n. 11 de la GS aparece
formalmente como intellectus amo- otra acepción de signos de los tiem-
ris, 3) hacer teología con una deter- pos que es la que más nos interesa
minada precomprensión subjetiva ahora: "El pueblo de Dios... procura
(la opción por los pobres) y en un discernir en los acontecimientos,
determinado lugarobjetivo (el mundo exigencias y deseos, de los cuales
de los pobres). participa juntamente con sus con-
temporáneos, los signos verdaderos
1. Hacer teologia en el presente: de la presencia o de los planes de
Los signos de los tiempos Dios". Dejando ahora a un lado la dis-
cusión conciliar sobre los anteceden-
La revelación de Dios ha acaecido a lo
tes de este pasaje, es claro que, como
largo de los tiempos y, de forma defi-
mínimo, no afirma lo mismo que el
nitiva e irrevocable, en Jesucristo.
anterior, pues habla no ya sólo de la
Esa revelación nos ha sido transmi-
realidad histórica en sí misma, sino
tida de forma viviente y escrita, y es
de su dimensión sacramental. Lo his-
interpretada autorizadamente por el
tórico funge como mediación de la
magisterio eclesial. Aceptado todo
realidad de Dios; en lo histórico el
esto, como decíamos antes, quere-
mismo Dios se hace presente en su
mos recalcar el significado del pre-
realidad y en sus planes. Por ello a
sente histórico y de su novedad para
esta acepción de signos de los tiem-
la teología.
pos, distinta de la anterior, la deno-
minamos "teologal". Y digamos desde
1.1 Nuestra teología toma absolu-
el principio que si la Iglesia debe
tamente en serio el presente como
tomar en serio los signos de los tiem-
lugar de manifestación de Dios; es
pos en su acepción eclesial-pastoral
decir, toma en serio los signos de los
para la relevancia de su misión, to-
tiempos. Para explicar lo que con ello
marlos en serio en su acepción teolo-
queremos decir, retomemos dos tex-
gal es necesario para su identidad.
tos del Vaticano 11.

En el n. 4 de la GS dice que la Iglesia Esta exigencia conciliar a la Iglesia


debe escrutar "los acontecimientos, a discernir los signos de la presencia
exigencias y deseos ... el mundo en o de los planes de Dios en el presente,
que vivimos, sus esperanzas, sus as- la entendemos también como exi-
piraciones y el sesgo dramático que gencia para la teología. Ello supone
con frecuencia los caracteriza". Signo que la teología en cuanto tal debe
de los tiempos tiene aquí una acep- estar abierta a la posible palabra
ción "eclesial-pastoral", y su discer- actual de Dios, en cuanto actual; y,
nimiento es necesario e indispensa- caso de escucharla, debe hacer de
ble pues, sin ello, mal podría la Iglesia ella algo central también y principio

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hermenéutico de comprensión de En América Latina la teología
cualquier otra palabra ya dada. acepta como signo de los tiempos la
No quiere esto decir, por supuesto, realidad clamorosa del mundo de los
que la teoogía ignore o minusvalore la pobres. En palabras de G. Gutiérrez,
palabra de Dios en el pasado; trata el hecho mayor de nuestra época es
más bien de comprender ambas, in- "la irrupción de los pobres, sufrientes
terpretando circularmente una desde y esperanzados". En palabras de 1.
otra. Lo que quiere decir es que la Ellacuría, "ese signo es el pueblo his-
teología debe estar activamente tóricamente crucificado, que junta a
abierta a la posibilidad de que Dios su permanencia la siempre forma
hable en el presente, a que sea la histórica de cruciílXión. Ese pueblo
misma palabra de Dios la que actua- crucificado es la continuación histó-
lice las virtualidades de su palabra ya rica del siervo de J ahvé, al que el
revelada, a que -si el contenido de pecado del mundo sigue quitándole
su palabra fuese sustancialmente el toda figura humana, al que los pode-
mismo- sea Dios quien lo vuelva a res de este mundo siguen despojando
repetir. En otras palabras, la teología de todo, le siguen arrebatando la
debe estar abierta a la novedad de vida, sobre todo la vida".
sus contenidos, no sólo en virtud de
la razón teológica que despliega la El pueblo crucificado es, cierta-
riqueza de la revelación sino en vir- mente, signo de los tiempos en su
tud de la actual manifestación de acepción eclesial-pastoral, pues des-
Dios. Se trata pues de historizar y cribe, por desgracia, muy adecuada-
actualizar en la teología la dimensión mente lo que es nuestra época. Pero
antropológica de ser oyente de la en la teología es elevado también a
palabra; pero tanto desde la subjeti- signo de los tiempos en sentido teolo-
vidad del ser-oyente como desde la gal. En él y a través de él Dios se hace
objetividad de la palabra de Dios presente y pronuncia una palabra
(cosa que la teología espiritual ha actual, que, siguiendo a Medellín, po-
aceptado como posibilidad para la demos caracterizar de la siguiente
relación personal e indeducible entre manera: 1) es una palabra de denun-
Dios y el individuo -el presupuesto cia contra la injusticia que provoca la
ignaciano de los ejercicios-). pobreza y cuyos clamores llegan hasta
el cielo (Justicia 1), 2) es una palabra
1.2 Pues bien, nuestra teología, y de promesa que genera la esperanza
en general la teología de la liberación, de liberación de todas las esclavitu-
acepta la actual manifestación de des (Introducción 4), 3) es una pala-
Dios en los signos de los tiempos y bra de ánimo y exigencia a pasar de
desde ellos se configura a sí misma. situaciones inhumanas a otras más
Cuáles sean estos es cosa a discernir, humanas (Introducción 6).
pero lo importante es que la teología
se basa en ellos, y que ello le otorga Sin prejuzgar que existan otros,
una gran novedad. esto es declarado como signo de los

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tiempos y manüestación actual de 1.3 Aceptar la actual palabra de
Dios. Quizás desde otras latitudes Dios en los signos de los tiempos es,
pudiera argüirse, como objeción o en defmitiva, cuestión de fe y, por
como comentario, que esto que es ello, indemostrable. Pero eso no quiere
tenido hoy como novedoso signp de decir que la teología, en cuanto ejer-
los tiempos, no es en defmitiva nada cicio intelectual, no pueda argumen-
nuevo, pues ya está muy presente en tar en su favor.
la Escritura; a lo cual habría que res-
ponder que, de hecho, la teología no El que el pueblo crucifIcado sea
lo ha tenido muy presente, aunque signo de los tiempos en su acepción
esté en la Escritura; que más bien el eclesial-pastoral (su pobreza cruel,
discernimiento de eso que hoyes masiva, duradera e injusta, más la
tenido como signo de los tiempos es indignidad añadida de ser pueblos
precisamente lo que ha forzado a la del tercer mundo y los sufrimientos
teología (al menos a la teología sis- sobreañadidos provenientes de razas,
temática) a redescubrirlo en la Escri- cultura y sexo) es evidente para
tura; y que en último término lo nuestra teología y debiera ser claro
importante para la teología es captar también para teologías de otros luga-
esa realidad como palabra actual de res, lo cual, en sí mismo, impone una
Dios y confIgurarse alrededor de esa ineludible tarea a la teología, que, en
palabra. Quizás pudiera decirse tam- palabras de G. Gutiérrez, puede for-
bién que ese signo de los tiempos no mularse así: "cómo decir a los pobres
es más que un mínimo de la palabra de este mundo que Dios les ama". Sin
de Dios, que en sí mismo no agota la embargo, afIrmar que ese hecho es lo
plenitud de la revelación de Dios y más flagrante de la realidad actual es
que pudiera ser incluso peligroso por estrictamente hablando, indemos-
desviar la atención de esa plenitud; a trable, porque captar así la realidad
lo cual habría que responder que, exige una opción, una precompren-
aunque sea un mínimo, es clara y sión, como diremos más adelante.
manifiesta voluntad de Dios en el
presente e históricamente relevante El que el pueblo crucifIcado sea
para la inmensa mayoría de la hu- signo de los tiempos en su acepción
manidad; y que ese mínimo no sólo no teologal encuentra su justificación
desvía la atención de la plenitud de la teológica en las afIrmaciones del ma-
revelación sino que tiene hoy la capa- gisterio episcopal en Medellín y Pue-
cidad de encaminar a la teología, bla, y en el "sensus fIdelium" de buena
mejor que otros posibles puntos de parte del pueblo de Dios. Y la misma
partida, hacia la plenitud de sus con- razón teológica puede argumentar
tenidos. (Este tema lo hemos abor- en su favor de una doble forma. En
dado en "La centralidad del "reino de primer lugar, porque ese signo de los
Dios" en la teología de la liberación", tiempos no contradice la revelación
Revista Latinoamericana de Teolo- de Dios en la Escritura; la potencia
gía, 9 (1986) pp. 247-281). más bien, y ayuda a encontrar efI-

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cazmente en los momentos fundan- través de la teología una especie de
tes de la revelación (Exodo y Lc 4, 18) deísmo cristiano, como si Dios sí
un signo semejante a través del cual hubiese estado actuante en el origen,
Dios (y su Hijo) se manifiestan. Y en pero -después- se hubiese desen-
segundo lugar, porque constata que tendido de su creación. E insistimos
la respuesta de la fe a ese signo de los también en la realidad, porque de
tiempos genera más fe, más espe- otra forma se corre el peligro de
ranza, más caridad, más vida cris- reducir la teología a interpretación
tiana en el pueblo de Dios, en la vida de textos sin enfrentarse directa-
religiosa, en la jerarquía, más testi- mente con la realidad, a diferencia de
monio y más martirio -la verifica- la teología más original del AT y del
ción definitiva- que otras formas de NT que, en sus momentos fundantes,
vivir la fe que no pretenden respon- se confronta directamente con la
der a ellos. Aunque indemostrable, realidad -sin tener, por defmición,
pues, la aceptación de la teología de textos que citar o con los que ar-
este signo de los tiempos, es "razona- gumentar- yen ella descubre la pre-
ble" por coherente con lo que ya le ha sencia y la palabra de Dios.
sido dado en la revelación y por des-
encadenar más y mejor vida cris- De aquí se derivan dos consecuen-
tiana. cias teóricas para el quehacer teoló-
gico. La primera es que hacer teología
1.4 Aceptar y basarse en los signos es formalmente elevar a concepto
de los tiempos significa para la teolo- teológico la realidad actual en lo que
gía en cuanto tarea teórica dar prio- ésta tiene de manifestación de Dios y
ridad al presente sobre el pasado y a de responder y corresponder en la fe
la realidad sobre los textos, aunque a esa manifestación. Para ello es
ambas cosas hay que entenderlas absolutamente esencial atender con
bien: el presente de la realidad de la mayor seriedad posible a la revela-
Dios necesita esencialmente del pa- ción de Dios tal como ha quedado
sado para que el presente sea com- constatada en la Escritura y entre-
prendido como presente del Dios gada por la tradición hasta nosotros.
cristiano; la realidad nos viene dada Sin atender a esa revelación no se
-tradita- en textos y su captación puede interpretar la actual manifes-
presente siempre está ya interpre- tación de Dios como la del Dios cris-
tada, con lo cual siempre tenemos tiano. Además, esa revelación ya
algún texto sobre la realidad. Pero, constatada funge como posible co-
con todo, insistimos en el presente, rrectivo a posibles captaciones par-
pues sin ello vana será, en último ciales o aun falsas de Dios en el pre-
término, la afIrmación trinitaria de sente; y, sobre todo, funge como una
Dios, como afIrmación fundamental reserva de totalidad que no es abar-
para la teología; o, si se nos permite cable en ningún presente concreto.
una expresión chocante, sin ello exis- Pero dicho todo esto, pensamos que
te el peligro práctico de entronizar a la teología versa sobre la realidad

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presente como tal, sobre la realidad debe, hacer de la realidad argumento
vista hoy desde Dios y sobre Dios teológico; es decir, debe argumentar
visto hoy presente en la realidad. también con la realidad. Este argu-
mentar con la realidad es, de nuevo,
Lo dicho puede asustar si no se delicado y tiene sus peligros; por ello,
entiende bien; en cualquier caso es ese argumento debe ser cotejado con
delicado y tiene sus peligros -como y verificado una y otra vez en la reve-
los tiene cualquier otro modo de lación de Dios. Pero pensamos tam-
autocomprenderse la teología-o Por bién que si la teología nunca argu-
ello nuestra teología insiste en dejarse menta con la realidad, vano será
verificar y dejarse animar por el ori- repetir que Dios sigue comunicán-
gen fundante de la fe en el pasado, dose a la historia, que esa comunica-
sobre todo en Jesús de Nazaret, cosa ción de alguna forma es victoriosa
que la teología latinoamericana re- (Rahner). En otras palabras sería
calca con toda claridad. Pero si esta una contradicción repetir que es Dios
comprensión de lo que significa hacer quien se comunica alahistoriay, por
teología asusta, cabe preguntarse si otra parte, que nada en la historia
no asustaría más la concepción con- acoge esa comunicación. Pero si la
traria: reducir la teología a explicar historia acoge, en parte al menos, la
la revelación de Dios en el pasado y a comunicación de Dios, entonces algo
interpretar los textos en que se nos hay de divino en la historia, yeso
ha transmitido sin confrotarse nunca divino puede y debe ser usado como
con la palabra actual de Dios en argumento teológico.
cuanto Dios (no sólo del magisterio o
de otras teologías). Si así ocurriese se
Dicho en palabras sencillas, en la
caería en el contrasentido de repetir
argumentación teológica sobre lo que
que Dios dijo en el pasado que estaría
hoy sea pecado, esperanza, martirio,
presente en la historia, pero sin tener
etc., hay que remitirse, sin duda, a lo
que confrontarse nunca con ese pre-
que sobre ello afIrma la Escritura, la
sente prometido por Dios. En otras
tradición y el magisterio; pero no se
palabras, no tomar en serio la mani-
ve por qué no se debe argumentar
festación presente de Dios significa-
también con la realidad concreta del
ría aceptar o que Dios ya no habla
pecado, de la esperanza y del marti-
hoyo que su palabra no es escuchada
rio. En América Latina, la experien-
por la teología. Si ocurriese lo se-
cia da que el argumento de realidad
gundo, la teología viciaría su esencia;
es muy fructífero para la teología,
si ocurriese lo primero, la teología
pues, por una parte, ayuda a releer
debería guardar un largo y respe-
esos mismos temas en la revelación y,
tuoso silencio.
por otra, sin argumentar con la reali-
dad, el discurso teológico pierde vigor
La segunda consecuencia es que la y relevancia, ya la postre pierde iden-
teología puede, yen nuestra opinión tidad.

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2. La teología como "intellectus La misericordia es, pues, algo pri-
amoris" mero y último.
2.1 El signo de los tiempos en que se
Además, en la revelación la miseri-
basa nuestra teología es un mundo
cordia es una forma eficaz -que
sufriente, pueblos crucificados, lle-
aparece en pasajes fundamentales-
vados a la muerte de mil maneras: a
para mostrar lo último de la realidad
la muerte lenta que ocasionan es-
de Dios, de Jesucristo y del ser hu-
tructuras injustas y a la muerte vio-
mano. El mismo Dios es descrito
lenta ocasionada por represión, con-
como quien es "movido a misericor-
flictos y guerras, cuyo origen último
dia" (veáse la parábola del hijo pró-
está en la injusticia estructural, ver-
digo, y la lógica del éxodo)j Jesús es
dadera "violencia institucionalizada"
como dIce. Medellín. Ese sufrimiento' descrito como quien siente miseri-
cordia hacia las multitudes y quien,
ocasionado por la pobreza -y agra-
con frecuencia, hace milagros tras la
vado por la indignidad a que se somete
petición ''ten misericordia de mí". El
a culturas, razas y sexos en el tercer
ser humano cabal, tipificado por el
mundo- es masivo, el mayor de la
samaritano de la parábola, es tam-
humanidad actual, es cruel, injusto y
bién quien actúa movido a miseri-
-lo más trágico- va en aumento. El
cordia. Y a esto hay que añadir la
hecho del sufrimiento del tercer
primariedad y ultimidad con que se
mundo proveniente de la pobreza es,
describe la misericordia, pues nada
pues, innegable. Etica e histórica-
hay fuera de su mismo ejercicio que
mente exige radicalmente una res-
la ilumine o la exija. Cierto es que el
puesta. Teologal y trascendental-
éxodo Dios quiere hacer una alianza
mente cuestiona la misma creación
con un pueblo, pero la liberación de
de Dios y al Dios de esa creación.
Egipto no la realiza primariamente
Ante ese hecho debe reaccionar para que el pueblo le dé culto, sino
todo ser humano y todo creyente, y la para erradicar su sufrimiento. Cierto
reacción adecuada y necesaria es la es que Jesús se entristece cuando los
misericordia, entendida ésta como la leprosos curados no muestran agra-
reacción del sujeto ante el sufrimiento decimiento, pero el hecho de curarlos
ajeno por el mero hecho de que existe no depende de éste. Cierto es que el
el tal sufrimiento. Misericordia no es samaritano cumple con el mayor de
entendida aquí, por lo tanto, como los mandamientos, pero no actúa por
a~go meramente psicológico-afectivo,
cumplir un mandamiento, sino por la
SIDO como algo globalizantej supone
misericordia.
una visión de la totalidad de la reali- Esto significa que la misericordia
dad desde el sufrimiento ajeno, una es la reacción correcta y necesaria
respuesta adecuada a la realidad ante el mundo sufriente, y reacción
como erradicación de ese sufrimiento primera y última. Sin aceptar esto no
y una convicción de que en esa res- habrá comprensión de Dios, ni de
puesta se alcanza sentido y salvación. Jesús ni del ser humano.

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2.2 Si esto es así, entonces también de ella (momento práxico) (1. Ellacu-
la teología -como cualquier activi- ría). Por poner un ejemplo decisivo,
dad humana y cristiana- se ve exi- se conoce mejor qué es el reino de
gida por el sufrimiento ajeno y tiene Dios yel antirreino cuando -además
que ser expresión de misericordia. La de usar los conocimientos teóricos,
teología es reflexión teórica, pero escriturísticos en este caso- se in-
ante el mundo sufriente no puede tenta construir aquél y combatir éste.
eludir la pregunta de si y cómo reac- La práctica de la misericordia es muy
ciona la teoría teológica ante el mun- importante, por lo tanto, para la
do sufriente; cómo se relacionan teo- constitución del conocimiento teoló-
ría y ejercicio de la misericordia. gico.
Teoría y praxis, intellectus y miseri- Pero, por otro lado, el conocimiento
cordia, no pueden concebirse como teológico tiene como fmalidad la rea-
dimensiones paralelas ni menos aje- lización de la misericordia. La teoría
nas una a la otra. Y el modo funda- teológica está al servicio de la miseri-
mental de relacionarlas es hacer de cordia en un mundo sufriente; en
la teoría teológica el intellectus mise- lenguaje ya conocido, la teología se
ricordiae. convierte en teoría de una praxis. La
teología de la liberación pretende
Esta relación entre teoría (teoló- entonces ser "la teoría adecuada a la
gica) y praxis (de la misericordia) es praxis del pueblo oprimido y cre-
lo que recalca la teología en América yente; desea ser el momento de escla-
Latina. Pero lo recalca (y esto es lo recimiento y animación del camino
que hay que subrayar) no sólo fun- de la liberación popular, bajo la ins-
damentalmente porque participe de piración evangélica" (L. Boff); "el
una determinada corriente episte- momento ideológico de la praxis
mológica que relaciona esencialmente eclesial e histórica" (l. Ellacuría).
ambas cosas, sino porque es una teo-
logía que se origina en un mundo Esto significa que la teología, aun
sufriente y se concibe así misma como cuando se reconoce como un queha-
respuesta (teológica) a ese mundo cer específicamente intelectual y, en
sufriente. ello, autónomo, no se concibe como
algo absolutamente autónomo con
Teoría y praxis se relacionan en la respecto al quehacer fundamental
teología de dos formas distintas. Por humano-cristiano. Dentro de y junto
un lado, la teología latinoamericana a otros quehaceres históricos (mo-
cree que para la elaboración teórica vimientos sociales, culturales, políti-
de sus contenidos es necesaria una cos, económicos) yeclesiales (evan-
práctica, pues -dicho en forma téc- gelización, trabajo profético, pastoral,
nica- se conoce la realidad cuando, litúrgico, catequético) se comprende
además de hacerse cargo de ella como un quehacer intelectual que
(momento noético) y de cargar con ilumina, inspira y propicia el queha-
ella (momento ético), uno se encarga cer fundamental humano y cristiano:

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la erradicación del mundo sufriente No quiere esto decir que se minus-
(el antirreino en todas sus formas) y valore o abandone la comprensión de
la propiciación de un mundo de vida la teología como intellectus fidei
y de fraternidad (el reino de Dios en (profundización e interpretación de
todas su formas); y no se reduce, por la verdad de los contenidos de la fe)
lo tanto, aunque lo tenga en cuenta y proveniente de Agustín y sancionada
lo propicie, a hacer avanzar ellogos por Anselmo, pues sigue siendo ver-
teológico, ellogos del magisterio etc. dad la ñdes quaerens inellectum. Pero
sí quiere llamar la atención a tres
2.3 Cuál sea la práctica de la mise- hechos importantes. 1) Que la auto-
ricordia cuya teoría es la teología comprensión de la teología como in-
depende del tipo de sufrimiento exis- tellectus ñdei es algo histórico, no
tente. Sin negar otros sufrimientos, forzado por la Escritura ni el dogma;
nuestra teología se confronta ante es, pues, sólo una -aunque razona-
todo con el sufrimiento masivo y ble- entre varias posibles maneras
cruel, antes descrito, tenido como "el de autocomprenderse la teología. 2)
más devastador y humillante flagelo" Que en la revelación de la realidad de
(Puebla 29), como "escándalo y con- Dios y de la respuesta de la fe se da
tradicción con el ser cristiano ... como prioridad al elemento práxico-amo-
contrario al plan del Creador y al roso sobre el puramente cognoscitivo-
honor que se merece" (Puebla 28). La ortodoxo (no basta con decir Señor,
misericordia que se enfrenta con ese Señor, sino que hay que hacer la
tipo de sufrimiento debe tornarse en voluntad de Dios, Mt 7, 21; la fe llega a
justicia y liberación, y por ello la teo- ser en cuanto actúa por la caridad,
logía se torna en intellectus iustitiae Gal 5, 6; la verdadera religión con-
et intellectus liberationis. Y aquí está siste en visitar huérfanos y viudas,
la razón fundamental de que la teolo- Sant 1,27; quien no ama no conoce a
gía de la liberación use de todas las Dios, 1 Jn 4,8; lo que permanece para
mediaciones posibles, no sólo fIlosó- siempre es el amor, 1 Cor 13; la salva-
ficas, sino también sociales, econó- ción defmitiva depende exclusiva-
micas, etc. mente del amor necesitado Mt 25).3)
Que, dado lo anterior, es una posibi-
En lo que ahora queremos insistir lidad -yen nuestra opinión una
sin embargo es -sea cual fuere la posibilidad más cristiana- concebir
determinación de la práctica de la teóricamente la teología como inte-
misericordia- en la importancia para llectus amoris (lo cual sería conse-
la autocomprensión de la teología de cuente con la visión que, desde la his-
relacionarse esencialmente con la toria de las religiones, se tiene del
misericordia. Dentro del lenguaje cristianismo como religión funda-
convencional de la tradición, la teo- mentalmente de ágape).
logía se convierte formalmente en Proponemos, por lo tanto, que la
intellectus amoris. teología se comprenda a sí misma

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desde la totalidad de la tríada fe, Nada de esto quita que la teología
esperanza y amor, y que, dentro de se comprenda también como inte-
ella, dé prioridad al amor. Creemos llectus lidei (aunque reconozco un
que la teología debe incorporar en su déficit en esa tarea, aunque no por
propio ejercicio intelectual lo que en principio sino por otras circunstan-
Dios hay. de verdad y en los seres cias), ni menos que se comprenda
humanos de posibilidad y necesidad como intellectus spe~ pero se cree
de conocerla; lo que en Dios hay de que ambos momentos se subordinan
promesa y en los seres humanos de lógicamente a la inteligencia del amor
esperanza; pero, sobre todo, lo que en y que, además, en esa subordinación
Dios hay de amor y en los seres se potencian ambos.
humanos de posibilidad y necesidad
de realizar el amor, como el más alto Concebir la teología como intellec-
nivel de realización de su esencia y de tus amoris es la consecuencia última
su salvación. de tomar en serio en la teología la
realidad de un mundo sufriente; y,
pensamos, es la mayor novedad teó-
Dicho en otras palabras, para la
inteligencia teológica da que pensar rica que la teología de América Latina
la realidad en cuanto produce admi- ofrece a la comprensión de lo que es
ración y mueve a conocerla siempre teología. Creemos también que de esa
mejor; y por ello puede hablarse de forma la teología se hace más bíblica
una lides quaerens intellectum. Da y menos reductivamente griega; y
que pensar la realidad en cuanto es se hace, sobre todo, más relevante en
el mundo actual, pues el puro intellec-
promesa; y por ello puede hablarse
de una spes qua.erens intellectum tus lidei -independientemente de
(como lo propuso Moltmann en su intenciones subjetivas- con fre-
Teología de la esperanza reformu- cuencia ha dejado a la realidad
lando la naturaleza de la teología abandonada a su miseria y con el
como intellectus spei). Pero da que agravante de poder hacerlo en virtud
pensar también la realidad en cuanto de la autocomprensión de lo que es
es sufrimiento masivo y exigencia de hacer teología.
salvación; y por ello puede hablarse
de un amor quaerens intellectum. Se 2.4 La teología entendida como in-
comprenderá que una teología que tellectus amoris no debe ignorar el
surge en presencia de los pueblos intellectus lidei, ni por razones an-
crucificados -el signo de los tiem- tropológicas generales (la necesidad
pos- considere seriamente y en úl- de conocer siempre más y mejor), ni
timo término se decida a compren- por razones bíblicas (hay que estar
derse como intellectus amoris, como dispuestos a dar razón de la espe-
teoría de una práctica que erradique ranza), ni por razones específicas del
el sufrimiento y lo transforme en amor (la verdad de Dios ilumina y
gozo, que erradique la muerte y pro- anima a la construcción del amor).
mueva la vida. No vamos, pues, a insistir en ello, pero

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sí queremos hacer dos reflexiones como respuesta a lo que en la reali-
sobre cómo el intellectus amoriscon- dad hay de promesa primigenia, que
figura el intellectus ñdei. el amor es lo último y es lo que man-
a) En el ejercicio del intellectus tiene la esperanza, que en el fondo de
amoris surge existencialmente la la realidad hay algo bueno y positivo,
pregunta por la verdad de lo que algo que hace caminar a la historia
debe esclarecer el intellectus ñdei. En para que esta dé más de sí. Esa prác-
la realidad de un mundo sufriente y tica del amor es lo que existencial-
en el intento práxico de su transfor- mente hace razonable la fe.
mación surge la pregunta de si es
sensata la esperanza o si no es más Para la teología esto tiene las con-
sabia la resignación o la desespera- secuencias. 1) Que el esclarecer y
ción, de si el amor y su entrega es la aceptar la verdad se realizan a simul-
máxima realización del ser humano o taneo y 2) que la aceptación y escla-
si no es más que una ilusión, de si la fe recimiento de la verdad de la fe, den-
es obsequium rationabile o no será tro del intellectus amoris, acaece de
más razonable el agnosticismo o el forma más cristiana, pues la fe se
ateísmo de protesta. En contra de lo convierte en victoria (Juan) y la es-
que pudiera parecer -como se afIr- peranza es contra esperanza (Pablo).
ma, a veces, de la teología de la
liberación- la teología que se com- Esto significa que el intellectus ñdei
prende como intellectus amoris es la debe ser llevado a cabo también como
que más radicalmente se ve confron- mistagogía, que no basta dar por
tada con la verdad de Dios: ¿es ver- supuesta la verdad de la fe para, des-
dad que Dios es un Dios de vida en pués, esclarecerla teológicamente. Y
presencia de tanta muerte de los creemos que el intellectus ñdei se
pobres y de tanta muerte infligida a hace más mistagógico cuando está
quienes los defienden? integrado en el intellectus amoris. La
práctica del amor es lo que en defmi-
Estas inevitables preguntas no en- tiva nos hace afmes a Dios. El miste-
cuentran respuesta solamente escla- rio de Dios se irá entonces esclare-
reciendo y profundizando los conte- ciendo (u oscureciendo) desde den-
nidos de la fe (intellectus ñdei). El tro, no desde la pura exterioridad de
cuestionamiento proviene de la rea- la explicación de textos sobre Dios.
lidad y la respuesta, de haberla, tiene Creemos, pues, que una teología
que provenir también de la realidad. comprendida como intellectus amo-
Pues bien, la práctica del amor es, ris es la que fuerza y posibilita la
creemos, la máxima tentación, pero dimensión mistagógica de la teología,
también la máxima posibilitación pa- cuya necesidad es hoy, por lo demás,
ra aceptar la verdad de la fe. En la reconocida.
práctica del amor aparece -como
hecho no ulteriormente argumenta- b) En el ejercicio del intellectus
ble- que se mantiene la esperanza amoris acaece, por último, una nota-

JON SOBRINO. S.J. 149


ble sorpresa: en el ejercer la miseri- no dan capacidad intelectual a la teo-
cordia hacia los pueblos crucificados, logía, pero ofrecen luz y contenidos
éstos ejercen la misericordia hacia que capacitan realmente el ejercicio
nosotros; en el dar, recibimos. Es ésta intelectual.
una experiencia generalizada al nivel
personal, pero que tiene consecuen-
Dicho en forma teórica, los pobres
cias también para la comprensión de
son en sí mismos don y gracia para la
lo que es teología.
teología como algo bueno que le ha
sido dado. Y fungen también como
El destinatario del intellectus
mediación actual del aspecto de don
amoris ofrece, ante todo, un fuerte
y gracia que tiene la revelación. Yesto
cuestionamiento al quehacer teoló-
lo creemos importante. Con frecuen-
gico, que debe ser bienvenido pues la
cia la teología da la impresión de
teología con excesiva ligereza presu-
haber recibido un depósito -don y
pone que la pecaminosidad no le
gracia en su origen-, pero que una
afecta. Ese cuestionamiento versa
vez recibido ya estaría en posesión de
sobre la identidad y la relevancia de
él, sacando de él sus virtualidades. De
la teología; en una palabra, sobre si la
esta forma la teología seguiría expli-
teología es en verdad una actividad
citando la verdad de ese depósito,
cristiana, no sólo una actividad que
pero no lo haría con talante evangé-
verse sobre contenidos cristianos.
lico, no comunicaría in actu que eso
le ha sido dado. El intellectus ñdei no
Pero lo más notable de la sorpresa debe olvidar eficazmente que la ñdes
es que el destinatario se convierte en que intenta profundizar le ha sido
buena noticia para la teología, y en dada
un sentido bien preciso. Ofrece ante
todo luz (como el siervo sufriente, en
Isaías) y sabiduría (como el crucifi- El destinatario del intellectus
cado, en Pablo). Puede discutirse si amoris se convierte, pues, en don y
esa luz son contenidos teológicos gracia para la teología, y hace que
(véase la discusión entre J. Luis Se- ésta sea también intellectus gratiae,
gundo y L. Boff sobre si los pobres de inteligencia de una buena noticia que
las comunidades hacen teología o nos ha sido dada. Se da aquí una
no); pero lo que en nuestra opinión última dialéctica entre la inteligencia
está fuera de discusión es que los que pretende dar a otros salvación y
pobres de este mundo tienen la capa- la inteligencia que la recibe de otros.
cidad de hacer luminosos contenidos y esta dialéctica de agraciar y ser
teológicos que no lo son fuera de ese agraciados, amar y ser amados, libe-
mundo. Y los pobres de este mundo rar y ser liberados, que puede fungir
ofrecen también positivos contenidos como resumen de la existencia cris-
evangélicos, como dice Puebla, que tiana, es la que debe ejercitar in actu
evangelizan a la teología. Los pobres también la teología

150 HACER TEOLOGIA EN AMERICA LATINA


3. La opción por los pobres en el pobres y en contra de su pobreza
mundo de los pobres como respuesta a la mayor exigencia
El tomar en serio los signos de los ética (principio de descentramiento)
tiempos y el concebirse como inte- y 3) la esperanza de que esa visión y
llectus amoris nos parecen ser las dos esa práctica ofrecen salvación, histó-
características formales más especí- rica y trascendente (principio de sal-
ficas de la teología en América Latina vación).
y las que novedosamente la diferen-
cian de otras, autocomprensiones La opción por los pobres, así en-
teológicas. Esto no ha ocurrido por tendida, es lo que funge como
pura fidelidad a una determinada precomprensión para la teología.
noción de lo que es teología, sino en Formalmente, su necesidad es equi-
su propia realización; se debe más a parable a la exigida por otras teolo-
la fe real actuante en esa teología que gías: apertura existencial (Bult-
a una decisión teórica. mann), apertura confiada al futuro
(Pannenberg), esperanza contra es-
Una vez que existe ese tipo de peranza (Moltmann; aunque este
autocomprensión teológica pueden añade también la necesidad de una
analizarse algunos de sus presupues- práctica), la disponibilidad a ser
tos lógicos que, formulados en el len- oyente de la palabra (Rahner). Pero a
guaje convencional de la teología diferencia de éstas, la opción por los-
actual, son la precomprensión subje- pobres recalca que en la precom-
tiva y el lugar teológico. prensión debe estar explícitamente
presente también la autocompren-
3.1 La precomprensión actuante sión práxica del ser humano, la nece-
en este tipo de teología puede descri- sidad del hacer, no sólo la apertura al
birse como la opción por los pobres. sentido. Y recalca también que esa
Esta opción (preferencial) por los precomprensión es necesaria no sólo
pobres es exigida por el magisterio para comprender e interpretar los
latinoamericano para la misión pas- textos de la Escritura, sino la reali-
toral de la Iglesia;· pero en sí misma dad presente; en concreto, los signos
expresa algo más totalizan te, y en de los tiempos.
cuanto totalizante funge como pre-
comprensión para la teología. Por La opción por los pobres, como
opción por los pobres, como algo precomprensión, tiene las siguientes
totalizante, entendemos aquí: 1) la características específicas. En primer
visión, análisis e interpretación de la lugar es algo creatural, preteológico e
totalidad de la realidad desde los incluso precreyente. En América La-
pobres de este mundo, con la convic- tina se piensa que esa opción expresa
ción de que desde ellos mejor se la elección más primigenia que tiene
conoce, analiza e interpreta la reali- que hacer todo ser humano entre dos
dad (principio de parcialidad), 2) la modos de ver la vida: en favor o en
práctica en favor de la vida de los contra de los pobres; incluso la elec-

JON SOBRINO, S.J. 151


ción más primigenia entre fe e idola- para ilustrarlo nada mejor que ob-
tría, anterior a la elección entre fe y servar las reacciones mundiales a la
ateísmo (J. Luis Segundo). En esa teología de la liberación. Es induda-
elección se da la precomprensión ble que esa teología, con todas sus
más primigenia y por eso la llamamos limitaciones y defectos, ha sido un
creatural. Opción por los pobres sig- eco sin precedentes entre cristianos y
nifica entonces entrocarse en la co- no cristianos, entre creyentes y no
rriente esperanzada de la humani- creyentes, es decir, entre seres hu-
dad, que cree que la vida de los pobres manos. La razón de esa repercusión
es posible y que el sentido de la pro- se puede buscar en sus contenidos;
pia vida se decide en la activa defensa pero más primigeniamente -pues
de la vida de los pobres. no todos su contenidos son acepta-
dos, incluso por quienes la aprecian-
En segundo lugar la opción por los en su opción previa. Por decirlo con
pobres es verdadera opción. Históri- palabras sencillas, "la teología de la
camente, nada hay que fuerce a ella; e liberación ha puesto el dedo en la
incluso cristianamente hay muchos llaga de la realidad latinoamericana"
modos -y la historia da abundantes (don Luciano Méndez de Almeida).
muestras de ello- de comprender la La opción por los pobres es lo que
fe cristiana con independencia de y a hace a la teología verdaderamente
veces en contra de esa opción. Así, la ecuménica, religiosa e históricamente,
fe cristiana ha sido comprendida porque la retrotrae a lo creatural, a la
desde otros presupuestos: el sentido verdadera realidad de nuestro mun-
de la propia vida, la salvación perso- do. Y de ahí también que una teología
nal, etc. basada en esa opción ha logrado algo
sumamente importante y sumamente
No quiere esto decir que la opción difícil: que converjan lo histórico y lo
por los pobres sea arbitraria ni menos cristiano, que lo latinoamericano y lo
que sea irracional. De hecho -aunque cristiano no se debiliten mutuamente,
esto ocurra siempre dentro del círculo sino que se potencien.
hermenéutico-, la opción por los
pobres es redescubierta en la misma
revelación como la actitud funda- En tercer lugar la opción por los
mental de Jesús y de Dios hacia este pobres puede expresar -e históri-
mundo: el mismo Dios ve la totalidad camente expresa- la conversión en
de este mundo desde los pobres, su el propio quehacer teológico. Ante
reacción primaria hacia este mundo todo, esa opción expresa un cambio
es salvar la vida de los pobres; el en los presupuestos de la teología; y
camino de salvación que ofrece a ese cambio con frecuencia ocurre
todos es el defender la vida de los contra la tendencia innata a no hacer
pobres. la opción por los pobres, y por ello
puede llamársele conversión. Hay que
Al nivel histórico la opción por los estar claro que el mundo de los pobres
pobres es sumamente razonable; y por el que se opta es un mundo no

152 HACER TEOLOGIA EN AMERICA LATINA


sólo trágico e injusto sino escanda- logo, la conversión. No quiere esto
loso; es pecado. Y como todo pecado decir que una teología que hace esa
tiende a ocultarse y encubrirse, a no opción ya está inmune a toda forma
mostrarse como lo que realmente es; de hybris, pero sí significa que esta
a veces,· a mostrarse contrario a lo teología 1) es consciente de que la
que es. Escándalo y encubrimiento hybris está actuante también en la
son correlativos; si el mundo de los teología en el querer someter la ver-
pobres es escándalo, se tenderá a dad y 2) que una forma histórica
encubrirlo. Yeso es tentación tam- necesaria de superar la hybris es
bién para la teología. aceptar la verdad de la cruel realidad
masiva del mundo de los pobres.
Con esto abordamos un tema que
no suele estar muy presente en la Dicho en palabras sencillas, si la
reflexión sobre la teología: su posible muerte de decenas de millones de
pecaminosidad y su necesidad de pobres al año no cuestiona a la inte-
conversión; pero es un tema obligado ligencia teológica se puede dudar de
pues la teología, como cualquier acti- que esa inteligencia actúa con
vidad humana, está sometida a la honradez al establecer la verdad
pecaminosidad y en lo más específico fundamental. Si, sin embargo, la inte-
suyo: el uso de la inteligencia. Este ligencia teológica acepta ese cuestio-
uso puede ser no sólo limitado, sino namiento y ello le lleva a un cambio
también pecaminoso. La inteligencia en la comprensión de lo que es hacer
puede acertar más o menos con la teología, entonces se puede hablar de
verdad, pero también liberarla o conversión. Ydigamos para terminar
someterla. Yde ello ya avisa Pablo: "la que la prueba de que existe verda-
cólera de Dios se ha rebelado contra dera conversión está en si una teolo-
los que aprisionan la verdad con la gía es atacada por los poderes de este
impiedad y la injusticia". El pecado mundo, es decir, por quienes hacen la
más original de la inteligencia está en opción por los empobrecedores. La
someter la verdad, y por ello la pri- teología en América Latina puede
mera actitud que se exige a la inteli- ofrecer, al menos, una cruel persecu-
gencia teológica es la de ser honrada ción en su contra, lo cual muestra
con la realidad. que algo ha habido de conversión.

En nuestra opinión, sin caer en 3.2. Cómo se llega a esta precom-


anacronismos contra unos ni en triun- prensión, a una opción por los pobres
falismos en favor de otros, la opción que posibilita la captación teologal
por los pobres expresa hoy esa hon- de los signos de los tiempos e impulsa
radez fundamental ante la realidad a que la teología se autocomprenda
del mundo. Hacer la opción por los como intellectus amoris es cosa en
pobres es liberar a la verdad; pero esa último término in deducible en cada
liberación de la realidad objetiva pre- teólogo individual. Pero eso no exime
supone la liberación subjetiva del teó- de analizar cuál es el lugar que,

JaN SOBRINO, S.J. 153


estructuralmente hablando, mejor puede hacerse en varios lugares fisi-
propicia esa precomprensión y, así, el cos, pero tiene que hacerse desde la
lugar de una determinada teología. realidad de los pobres. Y este "desde"
Ese lugar es el mundo de los pobres. no es cosa de pura intencionalidad,
sino que debe veriflcarse. Si una teo-
Al tratar el lugar de la teología hay logía, sea cual fuere su lugar catego-
que hacer una distinción importante. rial, es "recibida" por los pobres de
La teología se hace de hecho en algún este mundo, si genera coinciencia de
lugar fáctico-institucional, y aquí por lo que son, si alimenta su esperanza,
lugar se entiende un ubi, lugar cate- su fe y su compromiso, si -la verm-
gorial. Pero la teología debe hacerse cación defmitiva- participa de la
además en un lugar entendido como suerte de los pobres, persecución y
quid, como realidad sustancial. Los aun martirio por parte de los pode-
lugares categoriales son diversos rosos de este mundo, entonces puede
(universales, seminarios, curias dio- honradamente pensar que su queha-
cesanas, comunidades de base, etc.) y cer se ha llevado a cabo desde los
cada uno de esos lugares ofrece por pobres, que su lugar es el mundo de
su propia naturaleza ventajas y limi- los pobres y que en ese mundo está la
taciones al quehacer teológico. Ideal- teología.
mente, todos esos lugares debieran
converger, complementarse con sus Ese estar en el mundo de los pobres
aportes positivos y ayudarse a elimi- y que el mundo está en la teología no
nar sus subproductos negativos. Pero es sólo un estar fáctico, sino un llegar
lo que aquí queremos recalcar es que, a estar en el mundo de los pobres. Por
sea cual fuere el lugar categorial, la ello puede hablarse con propiedad de
teología debe realizarse en la reali- encarnación del quehacer teológico,
dad sustancial, en el mundo de los de llegar a tomar carne consciente-
pobres. mente en ese mundo. Y como ese lle-
gar a estar, en toda su amplitud, es
Cómo en concreto la teología se difícil y costoso, la encarnación es
hace presente en el mundo de los también conversión. Además ese estar
pobres y cómo ese mundo se hace en el mundo de los pobres no es
presente en la teología no es algo que inerte, sino que es a la vez receptivo y
pueda determinarse mecánicamente·, práxico. Receptivo, porque en esemundo
lo que se afIrma es que el ubi debe recibe la teología luz y contenidos;
estar transido del quid. Se haga donde práxico, porque es un estar para
se haga, la teología debe dejarse afec- transformar esa realidad, como antes
tar hondamente por la realidad de decíamos.
los pobres. Su sufrimiento es lo que
tiene que dar que pensar, su espe- El mundo de los pobres es, pues, el
ranza es lo que tiene que confIgurar el lugar de la teología. Digamos para
talante salvffico de toda teología cris- terminar una palabra sobre cómo se
tiana. En otras palabras, la teología relaciona ese lugar primigenio de la

154 HACER TEOLOGIA EN AMERICA LATINA


teología con los llamados loci theolo- El mundo de los pobres es, por lo
gici entendidos en su máxima ampli- tanto, lugar primordial de la teorogía
tud; es decir, qué relación existe entre porque en él -estructuralmente-
el lugar primigenio que suministra a acaece la opción por los pobres, en él
la teología luz, motivación existen- se captan los signos de los tiempos y
cial, dirección y contenidos, y lo que en él lo ya dado a la teología da más
ya le es entregado (escritura, tradi- de sí. El mundo de los pobres es hoy el
ción, magisterio, sentencias teológi- 8itz in Leben de la teología latino-
cas, etc.); la relación entre lugar y americana. A esto hay que añadir que
fuentes de conocimiento teológico. Si es un 8itz im Leben und im Tode, una
conceptualmente hay que distinguir realidad tráfica y crucifIcada; pero
entre ambas cosas, la distinción no una realidad también -como la del
debiera llevar a la conclusión de que siervo doliente y como Jesús cru-
el lugar primigenio es sólo lugar (en cifIcado- de luz y de vida.
sentido de Ubl) y no, también, fuente
de conocimientos teológicos; ni a la ***
conclusión de que el lugar primigenio
poco o nada tenga que ver con la cap- Digamos, para terminar, lo que
tación de lo que se nos ha entregado afIrmábamos al principio. Esta pre-
en los loci clásicos. Ya hemos tratado sentación de lo que signifIca hacer
de esclarecer lo primero, y aclaremos teología en El Salvador y en América
ahora lo segundo en formulación de Latina es una presentación ideal.
1. Ellacuría. "La distinción (entre lugar Existen muchas limitaciones para
y fuentes) no es estricta, ni, menos hacer teología de esa manera y
aún, excluyente, porque de algún muchas difIcultades para que en la
modo el lugar es fuente en cuanto docencia se comunique a la vez este
que aquél hace que éste dé de sí esto o tipo de teología y el necesario cono-
lo otro, de modo que gracias al lugar y cimiento del acervo teológico adqui-
en virtud de él, se actualizan y se rido.
hacen realmente presentes unos de-
terminados contenidos. Aceptada
esta distinción, sería un error pensar Pero a mi juicio hay algo válido y
que bastaría el contacto directo muy necesario en todo lo que hemos
(aunque sea creyente y esté vivido en expuesto. Ante la realidad del mundo
oración) con las fuentes para estar sufriente de hoy -mundo mayorita-
en condición de ver en ellas y sacar de rio en la humanidad, y en aumento-
ellas lo que es más adecuado para lo no se puede presuponer que la teolo-
que ha de constituir la reflexión teo- gía no tenga que ser esencialmente
lógica". Con esto se afIrma que el afectada por ese mundo. En nuestra
lugar actual de la teología es lugar de opinión, la teología se encuentra hoy
comprensión de lo ya dado; pero con un reto de alguna manera com-
también lugar en el que lo dado da parable al que tuvieron los primeros
más de sí. cristianos y los primeros teólogos

JaN SOBRINO. S.J. 155


cuando se decidieron a ir a los "genti- por intereses espúreos. Lo que más
les". Estos ofrecían una alteridad me preocupa, sin embargo, no es que
radical a una fe nacida en suelo la teología de la liberación sea ata-
bíblico, y los teólogos del NT y de los cada, sino que paulatinamente sea
primeros siglos intentaron comuni- ignorada, sea considerada como una
car la nueva fe a los gentiles, pensar a moda pasajera que no hay ya que
Dios también desde ellos y para ellos. tener en cuenta. Y lo que en verdad
Hoy, los "pobres" ofrecen una alteri- me asusta es que, tras el desinterés
dad análoga en su radicalidad a una por la teología de la liberación, se
fe que normalmente no ha sido pen- ignore -con aparente buena con-
sada desde ellos y para ellos, y a una ciencia- aquello que le dio origen: el
teología que muy excepcionalmente espantoso sufrimiento de los seres
lo ha hecho. El reto a la teología en humanos en el tercer mundo, mayo-
este fmal de siglo es comunicar la fe ría de la humanidad. Si la teología de
cristiana a los pobres de este mundo, la liberación es limitada, corrfjasela;
pensar a Dios también desde ellos y, pero, sobre todo, aYÚdesela. A mí no
sobre todo, para ellos. me cabe ninguna duda de que la teo-
logía de la liberación sigue siendo
sumamente necesaria y urgente. Creo
Quisiera terminar con unas pala- que es también muy útil para el ter-
bras personales. En esta presenta- cer mundo y para sacudir las teolo-
ción he tratado de describir la esen- gías del primer mundo. Mi deseo per-
cia de la teología de la liberación. sonal es que las teologías de todos los
Ustedes saben que esa teología ha mundos colaboren a hacer cada vez
sido criticada y atacada; en mi opi- mejor una teología de la liberación
nión, a veces con razón, aunque la que sirva para liberar a todos los
mayoría de las veces sin razones, sino mundos.

156 HACER TEOLOGIA EN AMERICA LATINA

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