En esta exposición quisiera presentar serio tanto la revelación y fe cristia-
el modo fundamental de hacer teolo- nas como la situación histórica, de gía en la situación concreta de El Sal- modo que ambas cosas se iluminan y vador, lo cual, a mijuicio, puede tener potencian mutuamente. En esta ex- validez también en otros lugares y, posición damos, pues, por supuesto ciertamente, en América Latina. que la teología se basa en la revela- Lo que vamos a exponer ofrece, real- ción de Dios, y su tradición e inter- mente, una descripción ideal, cuya pretación autorizada en la Iglesia. realidad concreta y dificultades Aquí nos vamos a concentrar más prácticas, tanto en la producción bien en la novedad que la realidad como en la docencia teológicas, po- histórica introduce en el quehacer drán ser discutidas más adelante; teológico. pero es también real en buena parte, y esté avalada por la experiencia. Las características más novedosas del quehacer teológico las vamos a Desde el principio quiero recalcar presentar en los siguientes puntos: 1) que el hacer teología en El Salvador hacer teología en el presente histó- (en adelante hablaremos simple- rico, asumiendo como contenido de mente de hacer teología) toma en la teología la actual manifestación de
Ponencia presentada en el Encuentro de los Decanos de las Facultades e Institutos de Teologra de la
Compai'iía de Jesús (Marzo 27 - Abril 1 de 1989). Villa Cavalletti - Grotta - Ferrata (Roma) (Italia). Decano der Departamento de Teologra de la Universidad Centroamericana José Simeón Cai'ias de San Salvador. El Salvador.
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Dios y la actual respuesta de la fe, 2) ejercitar su misión de forma rele- hacer teología como reacción de la vante para el mundo actual. misericordia ante pueblos crucifica- dos, concibiendo así a la teología Pero en el n. 11 de la GS aparece formalmente como intellectus amo- otra acepción de signos de los tiem- ris, 3) hacer teología con una deter- pos que es la que más nos interesa minada precomprensión subjetiva ahora: "El pueblo de Dios... procura (la opción por los pobres) y en un discernir en los acontecimientos, determinado lugarobjetivo (el mundo exigencias y deseos, de los cuales de los pobres). participa juntamente con sus con- temporáneos, los signos verdaderos 1. Hacer teologia en el presente: de la presencia o de los planes de Los signos de los tiempos Dios". Dejando ahora a un lado la dis- cusión conciliar sobre los anteceden- La revelación de Dios ha acaecido a lo tes de este pasaje, es claro que, como largo de los tiempos y, de forma defi- mínimo, no afirma lo mismo que el nitiva e irrevocable, en Jesucristo. anterior, pues habla no ya sólo de la Esa revelación nos ha sido transmi- realidad histórica en sí misma, sino tida de forma viviente y escrita, y es de su dimensión sacramental. Lo his- interpretada autorizadamente por el tórico funge como mediación de la magisterio eclesial. Aceptado todo realidad de Dios; en lo histórico el esto, como decíamos antes, quere- mismo Dios se hace presente en su mos recalcar el significado del pre- realidad y en sus planes. Por ello a sente histórico y de su novedad para esta acepción de signos de los tiem- la teología. pos, distinta de la anterior, la deno- minamos "teologal". Y digamos desde 1.1 Nuestra teología toma absolu- el principio que si la Iglesia debe tamente en serio el presente como tomar en serio los signos de los tiem- lugar de manifestación de Dios; es pos en su acepción eclesial-pastoral decir, toma en serio los signos de los para la relevancia de su misión, to- tiempos. Para explicar lo que con ello marlos en serio en su acepción teolo- queremos decir, retomemos dos tex- gal es necesario para su identidad. tos del Vaticano 11.
En el n. 4 de la GS dice que la Iglesia Esta exigencia conciliar a la Iglesia
debe escrutar "los acontecimientos, a discernir los signos de la presencia exigencias y deseos ... el mundo en o de los planes de Dios en el presente, que vivimos, sus esperanzas, sus as- la entendemos también como exi- piraciones y el sesgo dramático que gencia para la teología. Ello supone con frecuencia los caracteriza". Signo que la teología en cuanto tal debe de los tiempos tiene aquí una acep- estar abierta a la posible palabra ción "eclesial-pastoral", y su discer- actual de Dios, en cuanto actual; y, nimiento es necesario e indispensa- caso de escucharla, debe hacer de ble pues, sin ello, mal podría la Iglesia ella algo central también y principio
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hermenéutico de comprensión de En América Latina la teología cualquier otra palabra ya dada. acepta como signo de los tiempos la No quiere esto decir, por supuesto, realidad clamorosa del mundo de los que la teoogía ignore o minusvalore la pobres. En palabras de G. Gutiérrez, palabra de Dios en el pasado; trata el hecho mayor de nuestra época es más bien de comprender ambas, in- "la irrupción de los pobres, sufrientes terpretando circularmente una desde y esperanzados". En palabras de 1. otra. Lo que quiere decir es que la Ellacuría, "ese signo es el pueblo his- teología debe estar activamente tóricamente crucificado, que junta a abierta a la posibilidad de que Dios su permanencia la siempre forma hable en el presente, a que sea la histórica de cruciílXión. Ese pueblo misma palabra de Dios la que actua- crucificado es la continuación histó- lice las virtualidades de su palabra ya rica del siervo de J ahvé, al que el revelada, a que -si el contenido de pecado del mundo sigue quitándole su palabra fuese sustancialmente el toda figura humana, al que los pode- mismo- sea Dios quien lo vuelva a res de este mundo siguen despojando repetir. En otras palabras, la teología de todo, le siguen arrebatando la debe estar abierta a la novedad de vida, sobre todo la vida". sus contenidos, no sólo en virtud de la razón teológica que despliega la El pueblo crucificado es, cierta- riqueza de la revelación sino en vir- mente, signo de los tiempos en su tud de la actual manifestación de acepción eclesial-pastoral, pues des- Dios. Se trata pues de historizar y cribe, por desgracia, muy adecuada- actualizar en la teología la dimensión mente lo que es nuestra época. Pero antropológica de ser oyente de la en la teología es elevado también a palabra; pero tanto desde la subjeti- signo de los tiempos en sentido teolo- vidad del ser-oyente como desde la gal. En él y a través de él Dios se hace objetividad de la palabra de Dios presente y pronuncia una palabra (cosa que la teología espiritual ha actual, que, siguiendo a Medellín, po- aceptado como posibilidad para la demos caracterizar de la siguiente relación personal e indeducible entre manera: 1) es una palabra de denun- Dios y el individuo -el presupuesto cia contra la injusticia que provoca la ignaciano de los ejercicios-). pobreza y cuyos clamores llegan hasta el cielo (Justicia 1), 2) es una palabra 1.2 Pues bien, nuestra teología, y de promesa que genera la esperanza en general la teología de la liberación, de liberación de todas las esclavitu- acepta la actual manifestación de des (Introducción 4), 3) es una pala- Dios en los signos de los tiempos y bra de ánimo y exigencia a pasar de desde ellos se configura a sí misma. situaciones inhumanas a otras más Cuáles sean estos es cosa a discernir, humanas (Introducción 6). pero lo importante es que la teología se basa en ellos, y que ello le otorga Sin prejuzgar que existan otros, una gran novedad. esto es declarado como signo de los
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tiempos y manüestación actual de 1.3 Aceptar la actual palabra de Dios. Quizás desde otras latitudes Dios en los signos de los tiempos es, pudiera argüirse, como objeción o en defmitiva, cuestión de fe y, por como comentario, que esto que es ello, indemostrable. Pero eso no quiere tenido hoy como novedoso signp de decir que la teología, en cuanto ejer- los tiempos, no es en defmitiva nada cicio intelectual, no pueda argumen- nuevo, pues ya está muy presente en tar en su favor. la Escritura; a lo cual habría que res- ponder que, de hecho, la teología no El que el pueblo crucifIcado sea lo ha tenido muy presente, aunque signo de los tiempos en su acepción esté en la Escritura; que más bien el eclesial-pastoral (su pobreza cruel, discernimiento de eso que hoyes masiva, duradera e injusta, más la tenido como signo de los tiempos es indignidad añadida de ser pueblos precisamente lo que ha forzado a la del tercer mundo y los sufrimientos teología (al menos a la teología sis- sobreañadidos provenientes de razas, temática) a redescubrirlo en la Escri- cultura y sexo) es evidente para tura; y que en último término lo nuestra teología y debiera ser claro importante para la teología es captar también para teologías de otros luga- esa realidad como palabra actual de res, lo cual, en sí mismo, impone una Dios y confIgurarse alrededor de esa ineludible tarea a la teología, que, en palabra. Quizás pudiera decirse tam- palabras de G. Gutiérrez, puede for- bién que ese signo de los tiempos no mularse así: "cómo decir a los pobres es más que un mínimo de la palabra de este mundo que Dios les ama". Sin de Dios, que en sí mismo no agota la embargo, afIrmar que ese hecho es lo plenitud de la revelación de Dios y más flagrante de la realidad actual es que pudiera ser incluso peligroso por estrictamente hablando, indemos- desviar la atención de esa plenitud; a trable, porque captar así la realidad lo cual habría que responder que, exige una opción, una precompren- aunque sea un mínimo, es clara y sión, como diremos más adelante. manifiesta voluntad de Dios en el presente e históricamente relevante El que el pueblo crucifIcado sea para la inmensa mayoría de la hu- signo de los tiempos en su acepción manidad; y que ese mínimo no sólo no teologal encuentra su justificación desvía la atención de la plenitud de la teológica en las afIrmaciones del ma- revelación sino que tiene hoy la capa- gisterio episcopal en Medellín y Pue- cidad de encaminar a la teología, bla, y en el "sensus fIdelium" de buena mejor que otros posibles puntos de parte del pueblo de Dios. Y la misma partida, hacia la plenitud de sus con- razón teológica puede argumentar tenidos. (Este tema lo hemos abor- en su favor de una doble forma. En dado en "La centralidad del "reino de primer lugar, porque ese signo de los Dios" en la teología de la liberación", tiempos no contradice la revelación Revista Latinoamericana de Teolo- de Dios en la Escritura; la potencia gía, 9 (1986) pp. 247-281). más bien, y ayuda a encontrar efI-
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cazmente en los momentos fundan- través de la teología una especie de tes de la revelación (Exodo y Lc 4, 18) deísmo cristiano, como si Dios sí un signo semejante a través del cual hubiese estado actuante en el origen, Dios (y su Hijo) se manifiestan. Y en pero -después- se hubiese desen- segundo lugar, porque constata que tendido de su creación. E insistimos la respuesta de la fe a ese signo de los también en la realidad, porque de tiempos genera más fe, más espe- otra forma se corre el peligro de ranza, más caridad, más vida cris- reducir la teología a interpretación tiana en el pueblo de Dios, en la vida de textos sin enfrentarse directa- religiosa, en la jerarquía, más testi- mente con la realidad, a diferencia de monio y más martirio -la verifica- la teología más original del AT y del ción definitiva- que otras formas de NT que, en sus momentos fundantes, vivir la fe que no pretenden respon- se confronta directamente con la der a ellos. Aunque indemostrable, realidad -sin tener, por defmición, pues, la aceptación de la teología de textos que citar o con los que ar- este signo de los tiempos, es "razona- gumentar- yen ella descubre la pre- ble" por coherente con lo que ya le ha sencia y la palabra de Dios. sido dado en la revelación y por des- encadenar más y mejor vida cris- De aquí se derivan dos consecuen- tiana. cias teóricas para el quehacer teoló- gico. La primera es que hacer teología 1.4 Aceptar y basarse en los signos es formalmente elevar a concepto de los tiempos significa para la teolo- teológico la realidad actual en lo que gía en cuanto tarea teórica dar prio- ésta tiene de manifestación de Dios y ridad al presente sobre el pasado y a de responder y corresponder en la fe la realidad sobre los textos, aunque a esa manifestación. Para ello es ambas cosas hay que entenderlas absolutamente esencial atender con bien: el presente de la realidad de la mayor seriedad posible a la revela- Dios necesita esencialmente del pa- ción de Dios tal como ha quedado sado para que el presente sea com- constatada en la Escritura y entre- prendido como presente del Dios gada por la tradición hasta nosotros. cristiano; la realidad nos viene dada Sin atender a esa revelación no se -tradita- en textos y su captación puede interpretar la actual manifes- presente siempre está ya interpre- tación de Dios como la del Dios cris- tada, con lo cual siempre tenemos tiano. Además, esa revelación ya algún texto sobre la realidad. Pero, constatada funge como posible co- con todo, insistimos en el presente, rrectivo a posibles captaciones par- pues sin ello vana será, en último ciales o aun falsas de Dios en el pre- término, la afIrmación trinitaria de sente; y, sobre todo, funge como una Dios, como afIrmación fundamental reserva de totalidad que no es abar- para la teología; o, si se nos permite cable en ningún presente concreto. una expresión chocante, sin ello exis- Pero dicho todo esto, pensamos que te el peligro práctico de entronizar a la teología versa sobre la realidad
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presente como tal, sobre la realidad debe, hacer de la realidad argumento vista hoy desde Dios y sobre Dios teológico; es decir, debe argumentar visto hoy presente en la realidad. también con la realidad. Este argu- mentar con la realidad es, de nuevo, Lo dicho puede asustar si no se delicado y tiene sus peligros; por ello, entiende bien; en cualquier caso es ese argumento debe ser cotejado con delicado y tiene sus peligros -como y verificado una y otra vez en la reve- los tiene cualquier otro modo de lación de Dios. Pero pensamos tam- autocomprenderse la teología-o Por bién que si la teología nunca argu- ello nuestra teología insiste en dejarse menta con la realidad, vano será verificar y dejarse animar por el ori- repetir que Dios sigue comunicán- gen fundante de la fe en el pasado, dose a la historia, que esa comunica- sobre todo en Jesús de Nazaret, cosa ción de alguna forma es victoriosa que la teología latinoamericana re- (Rahner). En otras palabras sería calca con toda claridad. Pero si esta una contradicción repetir que es Dios comprensión de lo que significa hacer quien se comunica alahistoriay, por teología asusta, cabe preguntarse si otra parte, que nada en la historia no asustaría más la concepción con- acoge esa comunicación. Pero si la traria: reducir la teología a explicar historia acoge, en parte al menos, la la revelación de Dios en el pasado y a comunicación de Dios, entonces algo interpretar los textos en que se nos hay de divino en la historia, yeso ha transmitido sin confrotarse nunca divino puede y debe ser usado como con la palabra actual de Dios en argumento teológico. cuanto Dios (no sólo del magisterio o de otras teologías). Si así ocurriese se Dicho en palabras sencillas, en la caería en el contrasentido de repetir argumentación teológica sobre lo que que Dios dijo en el pasado que estaría hoy sea pecado, esperanza, martirio, presente en la historia, pero sin tener etc., hay que remitirse, sin duda, a lo que confrontarse nunca con ese pre- que sobre ello afIrma la Escritura, la sente prometido por Dios. En otras tradición y el magisterio; pero no se palabras, no tomar en serio la mani- ve por qué no se debe argumentar festación presente de Dios significa- también con la realidad concreta del ría aceptar o que Dios ya no habla pecado, de la esperanza y del marti- hoyo que su palabra no es escuchada rio. En América Latina, la experien- por la teología. Si ocurriese lo se- cia da que el argumento de realidad gundo, la teología viciaría su esencia; es muy fructífero para la teología, si ocurriese lo primero, la teología pues, por una parte, ayuda a releer debería guardar un largo y respe- esos mismos temas en la revelación y, tuoso silencio. por otra, sin argumentar con la reali- dad, el discurso teológico pierde vigor La segunda consecuencia es que la y relevancia, ya la postre pierde iden- teología puede, yen nuestra opinión tidad.
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2. La teología como "intellectus La misericordia es, pues, algo pri- amoris" mero y último. 2.1 El signo de los tiempos en que se Además, en la revelación la miseri- basa nuestra teología es un mundo cordia es una forma eficaz -que sufriente, pueblos crucificados, lle- aparece en pasajes fundamentales- vados a la muerte de mil maneras: a para mostrar lo último de la realidad la muerte lenta que ocasionan es- de Dios, de Jesucristo y del ser hu- tructuras injustas y a la muerte vio- mano. El mismo Dios es descrito lenta ocasionada por represión, con- como quien es "movido a misericor- flictos y guerras, cuyo origen último dia" (veáse la parábola del hijo pró- está en la injusticia estructural, ver- digo, y la lógica del éxodo)j Jesús es dadera "violencia institucionalizada" como dIce. Medellín. Ese sufrimiento' descrito como quien siente miseri- cordia hacia las multitudes y quien, ocasionado por la pobreza -y agra- con frecuencia, hace milagros tras la vado por la indignidad a que se somete petición ''ten misericordia de mí". El a culturas, razas y sexos en el tercer ser humano cabal, tipificado por el mundo- es masivo, el mayor de la samaritano de la parábola, es tam- humanidad actual, es cruel, injusto y bién quien actúa movido a miseri- -lo más trágico- va en aumento. El cordia. Y a esto hay que añadir la hecho del sufrimiento del tercer primariedad y ultimidad con que se mundo proveniente de la pobreza es, describe la misericordia, pues nada pues, innegable. Etica e histórica- hay fuera de su mismo ejercicio que mente exige radicalmente una res- la ilumine o la exija. Cierto es que el puesta. Teologal y trascendental- éxodo Dios quiere hacer una alianza mente cuestiona la misma creación con un pueblo, pero la liberación de de Dios y al Dios de esa creación. Egipto no la realiza primariamente Ante ese hecho debe reaccionar para que el pueblo le dé culto, sino todo ser humano y todo creyente, y la para erradicar su sufrimiento. Cierto reacción adecuada y necesaria es la es que Jesús se entristece cuando los misericordia, entendida ésta como la leprosos curados no muestran agra- reacción del sujeto ante el sufrimiento decimiento, pero el hecho de curarlos ajeno por el mero hecho de que existe no depende de éste. Cierto es que el el tal sufrimiento. Misericordia no es samaritano cumple con el mayor de entendida aquí, por lo tanto, como los mandamientos, pero no actúa por a~go meramente psicológico-afectivo, cumplir un mandamiento, sino por la SIDO como algo globalizantej supone misericordia. una visión de la totalidad de la reali- Esto significa que la misericordia dad desde el sufrimiento ajeno, una es la reacción correcta y necesaria respuesta adecuada a la realidad ante el mundo sufriente, y reacción como erradicación de ese sufrimiento primera y última. Sin aceptar esto no y una convicción de que en esa res- habrá comprensión de Dios, ni de puesta se alcanza sentido y salvación. Jesús ni del ser humano.
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2.2 Si esto es así, entonces también de ella (momento práxico) (1. Ellacu- la teología -como cualquier activi- ría). Por poner un ejemplo decisivo, dad humana y cristiana- se ve exi- se conoce mejor qué es el reino de gida por el sufrimiento ajeno y tiene Dios yel antirreino cuando -además que ser expresión de misericordia. La de usar los conocimientos teóricos, teología es reflexión teórica, pero escriturísticos en este caso- se in- ante el mundo sufriente no puede tenta construir aquél y combatir éste. eludir la pregunta de si y cómo reac- La práctica de la misericordia es muy ciona la teoría teológica ante el mun- importante, por lo tanto, para la do sufriente; cómo se relacionan teo- constitución del conocimiento teoló- ría y ejercicio de la misericordia. gico. Teoría y praxis, intellectus y miseri- Pero, por otro lado, el conocimiento cordia, no pueden concebirse como teológico tiene como fmalidad la rea- dimensiones paralelas ni menos aje- lización de la misericordia. La teoría nas una a la otra. Y el modo funda- teológica está al servicio de la miseri- mental de relacionarlas es hacer de cordia en un mundo sufriente; en la teoría teológica el intellectus mise- lenguaje ya conocido, la teología se ricordiae. convierte en teoría de una praxis. La teología de la liberación pretende Esta relación entre teoría (teoló- entonces ser "la teoría adecuada a la gica) y praxis (de la misericordia) es praxis del pueblo oprimido y cre- lo que recalca la teología en América yente; desea ser el momento de escla- Latina. Pero lo recalca (y esto es lo recimiento y animación del camino que hay que subrayar) no sólo fun- de la liberación popular, bajo la ins- damentalmente porque participe de piración evangélica" (L. Boff); "el una determinada corriente episte- momento ideológico de la praxis mológica que relaciona esencialmente eclesial e histórica" (l. Ellacuría). ambas cosas, sino porque es una teo- logía que se origina en un mundo Esto significa que la teología, aun sufriente y se concibe así misma como cuando se reconoce como un queha- respuesta (teológica) a ese mundo cer específicamente intelectual y, en sufriente. ello, autónomo, no se concibe como algo absolutamente autónomo con Teoría y praxis se relacionan en la respecto al quehacer fundamental teología de dos formas distintas. Por humano-cristiano. Dentro de y junto un lado, la teología latinoamericana a otros quehaceres históricos (mo- cree que para la elaboración teórica vimientos sociales, culturales, políti- de sus contenidos es necesaria una cos, económicos) yeclesiales (evan- práctica, pues -dicho en forma téc- gelización, trabajo profético, pastoral, nica- se conoce la realidad cuando, litúrgico, catequético) se comprende además de hacerse cargo de ella como un quehacer intelectual que (momento noético) y de cargar con ilumina, inspira y propicia el queha- ella (momento ético), uno se encarga cer fundamental humano y cristiano:
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la erradicación del mundo sufriente No quiere esto decir que se minus- (el antirreino en todas sus formas) y valore o abandone la comprensión de la propiciación de un mundo de vida la teología como intellectus fidei y de fraternidad (el reino de Dios en (profundización e interpretación de todas su formas); y no se reduce, por la verdad de los contenidos de la fe) lo tanto, aunque lo tenga en cuenta y proveniente de Agustín y sancionada lo propicie, a hacer avanzar ellogos por Anselmo, pues sigue siendo ver- teológico, ellogos del magisterio etc. dad la ñdes quaerens inellectum. Pero sí quiere llamar la atención a tres 2.3 Cuál sea la práctica de la mise- hechos importantes. 1) Que la auto- ricordia cuya teoría es la teología comprensión de la teología como in- depende del tipo de sufrimiento exis- tellectus ñdei es algo histórico, no tente. Sin negar otros sufrimientos, forzado por la Escritura ni el dogma; nuestra teología se confronta ante es, pues, sólo una -aunque razona- todo con el sufrimiento masivo y ble- entre varias posibles maneras cruel, antes descrito, tenido como "el de autocomprenderse la teología. 2) más devastador y humillante flagelo" Que en la revelación de la realidad de (Puebla 29), como "escándalo y con- Dios y de la respuesta de la fe se da tradicción con el ser cristiano ... como prioridad al elemento práxico-amo- contrario al plan del Creador y al roso sobre el puramente cognoscitivo- honor que se merece" (Puebla 28). La ortodoxo (no basta con decir Señor, misericordia que se enfrenta con ese Señor, sino que hay que hacer la tipo de sufrimiento debe tornarse en voluntad de Dios, Mt 7, 21; la fe llega a justicia y liberación, y por ello la teo- ser en cuanto actúa por la caridad, logía se torna en intellectus iustitiae Gal 5, 6; la verdadera religión con- et intellectus liberationis. Y aquí está siste en visitar huérfanos y viudas, la razón fundamental de que la teolo- Sant 1,27; quien no ama no conoce a gía de la liberación use de todas las Dios, 1 Jn 4,8; lo que permanece para mediaciones posibles, no sólo fIlosó- siempre es el amor, 1 Cor 13; la salva- ficas, sino también sociales, econó- ción defmitiva depende exclusiva- micas, etc. mente del amor necesitado Mt 25).3) Que, dado lo anterior, es una posibi- En lo que ahora queremos insistir lidad -yen nuestra opinión una sin embargo es -sea cual fuere la posibilidad más cristiana- concebir determinación de la práctica de la teóricamente la teología como inte- misericordia- en la importancia para llectus amoris (lo cual sería conse- la autocomprensión de la teología de cuente con la visión que, desde la his- relacionarse esencialmente con la toria de las religiones, se tiene del misericordia. Dentro del lenguaje cristianismo como religión funda- convencional de la tradición, la teo- mentalmente de ágape). logía se convierte formalmente en Proponemos, por lo tanto, que la intellectus amoris. teología se comprenda a sí misma
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desde la totalidad de la tríada fe, Nada de esto quita que la teología esperanza y amor, y que, dentro de se comprenda también como inte- ella, dé prioridad al amor. Creemos llectus lidei (aunque reconozco un que la teología debe incorporar en su déficit en esa tarea, aunque no por propio ejercicio intelectual lo que en principio sino por otras circunstan- Dios hay. de verdad y en los seres cias), ni menos que se comprenda humanos de posibilidad y necesidad como intellectus spe~ pero se cree de conocerla; lo que en Dios hay de que ambos momentos se subordinan promesa y en los seres humanos de lógicamente a la inteligencia del amor esperanza; pero, sobre todo, lo que en y que, además, en esa subordinación Dios hay de amor y en los seres se potencian ambos. humanos de posibilidad y necesidad de realizar el amor, como el más alto Concebir la teología como intellec- nivel de realización de su esencia y de tus amoris es la consecuencia última su salvación. de tomar en serio en la teología la realidad de un mundo sufriente; y, pensamos, es la mayor novedad teó- Dicho en otras palabras, para la inteligencia teológica da que pensar rica que la teología de América Latina la realidad en cuanto produce admi- ofrece a la comprensión de lo que es ración y mueve a conocerla siempre teología. Creemos también que de esa mejor; y por ello puede hablarse de forma la teología se hace más bíblica una lides quaerens intellectum. Da y menos reductivamente griega; y que pensar la realidad en cuanto es se hace, sobre todo, más relevante en el mundo actual, pues el puro intellec- promesa; y por ello puede hablarse de una spes qua.erens intellectum tus lidei -independientemente de (como lo propuso Moltmann en su intenciones subjetivas- con fre- Teología de la esperanza reformu- cuencia ha dejado a la realidad lando la naturaleza de la teología abandonada a su miseria y con el como intellectus spei). Pero da que agravante de poder hacerlo en virtud pensar también la realidad en cuanto de la autocomprensión de lo que es es sufrimiento masivo y exigencia de hacer teología. salvación; y por ello puede hablarse de un amor quaerens intellectum. Se 2.4 La teología entendida como in- comprenderá que una teología que tellectus amoris no debe ignorar el surge en presencia de los pueblos intellectus lidei, ni por razones an- crucificados -el signo de los tiem- tropológicas generales (la necesidad pos- considere seriamente y en úl- de conocer siempre más y mejor), ni timo término se decida a compren- por razones bíblicas (hay que estar derse como intellectus amoris, como dispuestos a dar razón de la espe- teoría de una práctica que erradique ranza), ni por razones específicas del el sufrimiento y lo transforme en amor (la verdad de Dios ilumina y gozo, que erradique la muerte y pro- anima a la construcción del amor). mueva la vida. No vamos, pues, a insistir en ello, pero
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sí queremos hacer dos reflexiones como respuesta a lo que en la reali- sobre cómo el intellectus amoriscon- dad hay de promesa primigenia, que figura el intellectus ñdei. el amor es lo último y es lo que man- a) En el ejercicio del intellectus tiene la esperanza, que en el fondo de amoris surge existencialmente la la realidad hay algo bueno y positivo, pregunta por la verdad de lo que algo que hace caminar a la historia debe esclarecer el intellectus ñdei. En para que esta dé más de sí. Esa prác- la realidad de un mundo sufriente y tica del amor es lo que existencial- en el intento práxico de su transfor- mente hace razonable la fe. mación surge la pregunta de si es sensata la esperanza o si no es más Para la teología esto tiene las con- sabia la resignación o la desespera- secuencias. 1) Que el esclarecer y ción, de si el amor y su entrega es la aceptar la verdad se realizan a simul- máxima realización del ser humano o taneo y 2) que la aceptación y escla- si no es más que una ilusión, de si la fe recimiento de la verdad de la fe, den- es obsequium rationabile o no será tro del intellectus amoris, acaece de más razonable el agnosticismo o el forma más cristiana, pues la fe se ateísmo de protesta. En contra de lo convierte en victoria (Juan) y la es- que pudiera parecer -como se afIr- peranza es contra esperanza (Pablo). ma, a veces, de la teología de la liberación- la teología que se com- Esto significa que el intellectus ñdei prende como intellectus amoris es la debe ser llevado a cabo también como que más radicalmente se ve confron- mistagogía, que no basta dar por tada con la verdad de Dios: ¿es ver- supuesta la verdad de la fe para, des- dad que Dios es un Dios de vida en pués, esclarecerla teológicamente. Y presencia de tanta muerte de los creemos que el intellectus ñdei se pobres y de tanta muerte infligida a hace más mistagógico cuando está quienes los defienden? integrado en el intellectus amoris. La práctica del amor es lo que en defmi- Estas inevitables preguntas no en- tiva nos hace afmes a Dios. El miste- cuentran respuesta solamente escla- rio de Dios se irá entonces esclare- reciendo y profundizando los conte- ciendo (u oscureciendo) desde den- nidos de la fe (intellectus ñdei). El tro, no desde la pura exterioridad de cuestionamiento proviene de la rea- la explicación de textos sobre Dios. lidad y la respuesta, de haberla, tiene Creemos, pues, que una teología que provenir también de la realidad. comprendida como intellectus amo- Pues bien, la práctica del amor es, ris es la que fuerza y posibilita la creemos, la máxima tentación, pero dimensión mistagógica de la teología, también la máxima posibilitación pa- cuya necesidad es hoy, por lo demás, ra aceptar la verdad de la fe. En la reconocida. práctica del amor aparece -como hecho no ulteriormente argumenta- b) En el ejercicio del intellectus ble- que se mantiene la esperanza amoris acaece, por último, una nota-
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ble sorpresa: en el ejercer la miseri- no dan capacidad intelectual a la teo- cordia hacia los pueblos crucificados, logía, pero ofrecen luz y contenidos éstos ejercen la misericordia hacia que capacitan realmente el ejercicio nosotros; en el dar, recibimos. Es ésta intelectual. una experiencia generalizada al nivel personal, pero que tiene consecuen- Dicho en forma teórica, los pobres cias también para la comprensión de son en sí mismos don y gracia para la lo que es teología. teología como algo bueno que le ha sido dado. Y fungen también como El destinatario del intellectus mediación actual del aspecto de don amoris ofrece, ante todo, un fuerte y gracia que tiene la revelación. Yesto cuestionamiento al quehacer teoló- lo creemos importante. Con frecuen- gico, que debe ser bienvenido pues la cia la teología da la impresión de teología con excesiva ligereza presu- haber recibido un depósito -don y pone que la pecaminosidad no le gracia en su origen-, pero que una afecta. Ese cuestionamiento versa vez recibido ya estaría en posesión de sobre la identidad y la relevancia de él, sacando de él sus virtualidades. De la teología; en una palabra, sobre si la esta forma la teología seguiría expli- teología es en verdad una actividad citando la verdad de ese depósito, cristiana, no sólo una actividad que pero no lo haría con talante evangé- verse sobre contenidos cristianos. lico, no comunicaría in actu que eso le ha sido dado. El intellectus ñdei no Pero lo más notable de la sorpresa debe olvidar eficazmente que la ñdes es que el destinatario se convierte en que intenta profundizar le ha sido buena noticia para la teología, y en dada un sentido bien preciso. Ofrece ante todo luz (como el siervo sufriente, en Isaías) y sabiduría (como el crucifi- El destinatario del intellectus cado, en Pablo). Puede discutirse si amoris se convierte, pues, en don y esa luz son contenidos teológicos gracia para la teología, y hace que (véase la discusión entre J. Luis Se- ésta sea también intellectus gratiae, gundo y L. Boff sobre si los pobres de inteligencia de una buena noticia que las comunidades hacen teología o nos ha sido dada. Se da aquí una no); pero lo que en nuestra opinión última dialéctica entre la inteligencia está fuera de discusión es que los que pretende dar a otros salvación y pobres de este mundo tienen la capa- la inteligencia que la recibe de otros. cidad de hacer luminosos contenidos y esta dialéctica de agraciar y ser teológicos que no lo son fuera de ese agraciados, amar y ser amados, libe- mundo. Y los pobres de este mundo rar y ser liberados, que puede fungir ofrecen también positivos contenidos como resumen de la existencia cris- evangélicos, como dice Puebla, que tiana, es la que debe ejercitar in actu evangelizan a la teología. Los pobres también la teología
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3. La opción por los pobres en el pobres y en contra de su pobreza mundo de los pobres como respuesta a la mayor exigencia El tomar en serio los signos de los ética (principio de descentramiento) tiempos y el concebirse como inte- y 3) la esperanza de que esa visión y llectus amoris nos parecen ser las dos esa práctica ofrecen salvación, histó- características formales más especí- rica y trascendente (principio de sal- ficas de la teología en América Latina vación). y las que novedosamente la diferen- cian de otras, autocomprensiones La opción por los pobres, así en- teológicas. Esto no ha ocurrido por tendida, es lo que funge como pura fidelidad a una determinada precomprensión para la teología. noción de lo que es teología, sino en Formalmente, su necesidad es equi- su propia realización; se debe más a parable a la exigida por otras teolo- la fe real actuante en esa teología que gías: apertura existencial (Bult- a una decisión teórica. mann), apertura confiada al futuro (Pannenberg), esperanza contra es- Una vez que existe ese tipo de peranza (Moltmann; aunque este autocomprensión teológica pueden añade también la necesidad de una analizarse algunos de sus presupues- práctica), la disponibilidad a ser tos lógicos que, formulados en el len- oyente de la palabra (Rahner). Pero a guaje convencional de la teología diferencia de éstas, la opción por los- actual, son la precomprensión subje- pobres recalca que en la precom- tiva y el lugar teológico. prensión debe estar explícitamente presente también la autocompren- 3.1 La precomprensión actuante sión práxica del ser humano, la nece- en este tipo de teología puede descri- sidad del hacer, no sólo la apertura al birse como la opción por los pobres. sentido. Y recalca también que esa Esta opción (preferencial) por los precomprensión es necesaria no sólo pobres es exigida por el magisterio para comprender e interpretar los latinoamericano para la misión pas- textos de la Escritura, sino la reali- toral de la Iglesia;· pero en sí misma dad presente; en concreto, los signos expresa algo más totalizan te, y en de los tiempos. cuanto totalizante funge como pre- comprensión para la teología. Por La opción por los pobres, como opción por los pobres, como algo precomprensión, tiene las siguientes totalizante, entendemos aquí: 1) la características específicas. En primer visión, análisis e interpretación de la lugar es algo creatural, preteológico e totalidad de la realidad desde los incluso precreyente. En América La- pobres de este mundo, con la convic- tina se piensa que esa opción expresa ción de que desde ellos mejor se la elección más primigenia que tiene conoce, analiza e interpreta la reali- que hacer todo ser humano entre dos dad (principio de parcialidad), 2) la modos de ver la vida: en favor o en práctica en favor de la vida de los contra de los pobres; incluso la elec-
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ción más primigenia entre fe e idola- para ilustrarlo nada mejor que ob- tría, anterior a la elección entre fe y servar las reacciones mundiales a la ateísmo (J. Luis Segundo). En esa teología de la liberación. Es induda- elección se da la precomprensión ble que esa teología, con todas sus más primigenia y por eso la llamamos limitaciones y defectos, ha sido un creatural. Opción por los pobres sig- eco sin precedentes entre cristianos y nifica entonces entrocarse en la co- no cristianos, entre creyentes y no rriente esperanzada de la humani- creyentes, es decir, entre seres hu- dad, que cree que la vida de los pobres manos. La razón de esa repercusión es posible y que el sentido de la pro- se puede buscar en sus contenidos; pia vida se decide en la activa defensa pero más primigeniamente -pues de la vida de los pobres. no todos su contenidos son acepta- dos, incluso por quienes la aprecian- En segundo lugar la opción por los en su opción previa. Por decirlo con pobres es verdadera opción. Históri- palabras sencillas, "la teología de la camente, nada hay que fuerce a ella; e liberación ha puesto el dedo en la incluso cristianamente hay muchos llaga de la realidad latinoamericana" modos -y la historia da abundantes (don Luciano Méndez de Almeida). muestras de ello- de comprender la La opción por los pobres es lo que fe cristiana con independencia de y a hace a la teología verdaderamente veces en contra de esa opción. Así, la ecuménica, religiosa e históricamente, fe cristiana ha sido comprendida porque la retrotrae a lo creatural, a la desde otros presupuestos: el sentido verdadera realidad de nuestro mun- de la propia vida, la salvación perso- do. Y de ahí también que una teología nal, etc. basada en esa opción ha logrado algo sumamente importante y sumamente No quiere esto decir que la opción difícil: que converjan lo histórico y lo por los pobres sea arbitraria ni menos cristiano, que lo latinoamericano y lo que sea irracional. De hecho -aunque cristiano no se debiliten mutuamente, esto ocurra siempre dentro del círculo sino que se potencien. hermenéutico-, la opción por los pobres es redescubierta en la misma revelación como la actitud funda- En tercer lugar la opción por los mental de Jesús y de Dios hacia este pobres puede expresar -e históri- mundo: el mismo Dios ve la totalidad camente expresa- la conversión en de este mundo desde los pobres, su el propio quehacer teológico. Ante reacción primaria hacia este mundo todo, esa opción expresa un cambio es salvar la vida de los pobres; el en los presupuestos de la teología; y camino de salvación que ofrece a ese cambio con frecuencia ocurre todos es el defender la vida de los contra la tendencia innata a no hacer pobres. la opción por los pobres, y por ello puede llamársele conversión. Hay que Al nivel histórico la opción por los estar claro que el mundo de los pobres pobres es sumamente razonable; y por el que se opta es un mundo no
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sólo trágico e injusto sino escanda- logo, la conversión. No quiere esto loso; es pecado. Y como todo pecado decir que una teología que hace esa tiende a ocultarse y encubrirse, a no opción ya está inmune a toda forma mostrarse como lo que realmente es; de hybris, pero sí significa que esta a veces,· a mostrarse contrario a lo teología 1) es consciente de que la que es. Escándalo y encubrimiento hybris está actuante también en la son correlativos; si el mundo de los teología en el querer someter la ver- pobres es escándalo, se tenderá a dad y 2) que una forma histórica encubrirlo. Yeso es tentación tam- necesaria de superar la hybris es bién para la teología. aceptar la verdad de la cruel realidad masiva del mundo de los pobres. Con esto abordamos un tema que no suele estar muy presente en la Dicho en palabras sencillas, si la reflexión sobre la teología: su posible muerte de decenas de millones de pecaminosidad y su necesidad de pobres al año no cuestiona a la inte- conversión; pero es un tema obligado ligencia teológica se puede dudar de pues la teología, como cualquier acti- que esa inteligencia actúa con vidad humana, está sometida a la honradez al establecer la verdad pecaminosidad y en lo más específico fundamental. Si, sin embargo, la inte- suyo: el uso de la inteligencia. Este ligencia teológica acepta ese cuestio- uso puede ser no sólo limitado, sino namiento y ello le lleva a un cambio también pecaminoso. La inteligencia en la comprensión de lo que es hacer puede acertar más o menos con la teología, entonces se puede hablar de verdad, pero también liberarla o conversión. Ydigamos para terminar someterla. Yde ello ya avisa Pablo: "la que la prueba de que existe verda- cólera de Dios se ha rebelado contra dera conversión está en si una teolo- los que aprisionan la verdad con la gía es atacada por los poderes de este impiedad y la injusticia". El pecado mundo, es decir, por quienes hacen la más original de la inteligencia está en opción por los empobrecedores. La someter la verdad, y por ello la pri- teología en América Latina puede mera actitud que se exige a la inteli- ofrecer, al menos, una cruel persecu- gencia teológica es la de ser honrada ción en su contra, lo cual muestra con la realidad. que algo ha habido de conversión.
En nuestra opinión, sin caer en 3.2. Cómo se llega a esta precom-
anacronismos contra unos ni en triun- prensión, a una opción por los pobres falismos en favor de otros, la opción que posibilita la captación teologal por los pobres expresa hoy esa hon- de los signos de los tiempos e impulsa radez fundamental ante la realidad a que la teología se autocomprenda del mundo. Hacer la opción por los como intellectus amoris es cosa en pobres es liberar a la verdad; pero esa último término in deducible en cada liberación de la realidad objetiva pre- teólogo individual. Pero eso no exime supone la liberación subjetiva del teó- de analizar cuál es el lugar que,
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estructuralmente hablando, mejor puede hacerse en varios lugares fisi- propicia esa precomprensión y, así, el cos, pero tiene que hacerse desde la lugar de una determinada teología. realidad de los pobres. Y este "desde" Ese lugar es el mundo de los pobres. no es cosa de pura intencionalidad, sino que debe veriflcarse. Si una teo- Al tratar el lugar de la teología hay logía, sea cual fuere su lugar catego- que hacer una distinción importante. rial, es "recibida" por los pobres de La teología se hace de hecho en algún este mundo, si genera coinciencia de lugar fáctico-institucional, y aquí por lo que son, si alimenta su esperanza, lugar se entiende un ubi, lugar cate- su fe y su compromiso, si -la verm- gorial. Pero la teología debe hacerse cación defmitiva- participa de la además en un lugar entendido como suerte de los pobres, persecución y quid, como realidad sustancial. Los aun martirio por parte de los pode- lugares categoriales son diversos rosos de este mundo, entonces puede (universales, seminarios, curias dio- honradamente pensar que su queha- cesanas, comunidades de base, etc.) y cer se ha llevado a cabo desde los cada uno de esos lugares ofrece por pobres, que su lugar es el mundo de su propia naturaleza ventajas y limi- los pobres y que en ese mundo está la taciones al quehacer teológico. Ideal- teología. mente, todos esos lugares debieran converger, complementarse con sus Ese estar en el mundo de los pobres aportes positivos y ayudarse a elimi- y que el mundo está en la teología no nar sus subproductos negativos. Pero es sólo un estar fáctico, sino un llegar lo que aquí queremos recalcar es que, a estar en el mundo de los pobres. Por sea cual fuere el lugar categorial, la ello puede hablarse con propiedad de teología debe realizarse en la reali- encarnación del quehacer teológico, dad sustancial, en el mundo de los de llegar a tomar carne consciente- pobres. mente en ese mundo. Y como ese lle- gar a estar, en toda su amplitud, es Cómo en concreto la teología se difícil y costoso, la encarnación es hace presente en el mundo de los también conversión. Además ese estar pobres y cómo ese mundo se hace en el mundo de los pobres no es presente en la teología no es algo que inerte, sino que es a la vez receptivo y pueda determinarse mecánicamente·, práxico. Receptivo, porque en esemundo lo que se afIrma es que el ubi debe recibe la teología luz y contenidos; estar transido del quid. Se haga donde práxico, porque es un estar para se haga, la teología debe dejarse afec- transformar esa realidad, como antes tar hondamente por la realidad de decíamos. los pobres. Su sufrimiento es lo que tiene que dar que pensar, su espe- El mundo de los pobres es, pues, el ranza es lo que tiene que confIgurar el lugar de la teología. Digamos para talante salvffico de toda teología cris- terminar una palabra sobre cómo se tiana. En otras palabras, la teología relaciona ese lugar primigenio de la
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teología con los llamados loci theolo- El mundo de los pobres es, por lo gici entendidos en su máxima ampli- tanto, lugar primordial de la teorogía tud; es decir, qué relación existe entre porque en él -estructuralmente- el lugar primigenio que suministra a acaece la opción por los pobres, en él la teología luz, motivación existen- se captan los signos de los tiempos y cial, dirección y contenidos, y lo que en él lo ya dado a la teología da más ya le es entregado (escritura, tradi- de sí. El mundo de los pobres es hoy el ción, magisterio, sentencias teológi- 8itz in Leben de la teología latino- cas, etc.); la relación entre lugar y americana. A esto hay que añadir que fuentes de conocimiento teológico. Si es un 8itz im Leben und im Tode, una conceptualmente hay que distinguir realidad tráfica y crucifIcada; pero entre ambas cosas, la distinción no una realidad también -como la del debiera llevar a la conclusión de que siervo doliente y como Jesús cru- el lugar primigenio es sólo lugar (en cifIcado- de luz y de vida. sentido de Ubl) y no, también, fuente de conocimientos teológicos; ni a la *** conclusión de que el lugar primigenio poco o nada tenga que ver con la cap- Digamos, para terminar, lo que tación de lo que se nos ha entregado afIrmábamos al principio. Esta pre- en los loci clásicos. Ya hemos tratado sentación de lo que signifIca hacer de esclarecer lo primero, y aclaremos teología en El Salvador y en América ahora lo segundo en formulación de Latina es una presentación ideal. 1. Ellacuría. "La distinción (entre lugar Existen muchas limitaciones para y fuentes) no es estricta, ni, menos hacer teología de esa manera y aún, excluyente, porque de algún muchas difIcultades para que en la modo el lugar es fuente en cuanto docencia se comunique a la vez este que aquél hace que éste dé de sí esto o tipo de teología y el necesario cono- lo otro, de modo que gracias al lugar y cimiento del acervo teológico adqui- en virtud de él, se actualizan y se rido. hacen realmente presentes unos de- terminados contenidos. Aceptada esta distinción, sería un error pensar Pero a mi juicio hay algo válido y que bastaría el contacto directo muy necesario en todo lo que hemos (aunque sea creyente y esté vivido en expuesto. Ante la realidad del mundo oración) con las fuentes para estar sufriente de hoy -mundo mayorita- en condición de ver en ellas y sacar de rio en la humanidad, y en aumento- ellas lo que es más adecuado para lo no se puede presuponer que la teolo- que ha de constituir la reflexión teo- gía no tenga que ser esencialmente lógica". Con esto se afIrma que el afectada por ese mundo. En nuestra lugar actual de la teología es lugar de opinión, la teología se encuentra hoy comprensión de lo ya dado; pero con un reto de alguna manera com- también lugar en el que lo dado da parable al que tuvieron los primeros más de sí. cristianos y los primeros teólogos
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cuando se decidieron a ir a los "genti- por intereses espúreos. Lo que más les". Estos ofrecían una alteridad me preocupa, sin embargo, no es que radical a una fe nacida en suelo la teología de la liberación sea ata- bíblico, y los teólogos del NT y de los cada, sino que paulatinamente sea primeros siglos intentaron comuni- ignorada, sea considerada como una car la nueva fe a los gentiles, pensar a moda pasajera que no hay ya que Dios también desde ellos y para ellos. tener en cuenta. Y lo que en verdad Hoy, los "pobres" ofrecen una alteri- me asusta es que, tras el desinterés dad análoga en su radicalidad a una por la teología de la liberación, se fe que normalmente no ha sido pen- ignore -con aparente buena con- sada desde ellos y para ellos, y a una ciencia- aquello que le dio origen: el teología que muy excepcionalmente espantoso sufrimiento de los seres lo ha hecho. El reto a la teología en humanos en el tercer mundo, mayo- este fmal de siglo es comunicar la fe ría de la humanidad. Si la teología de cristiana a los pobres de este mundo, la liberación es limitada, corrfjasela; pensar a Dios también desde ellos y, pero, sobre todo, aYÚdesela. A mí no sobre todo, para ellos. me cabe ninguna duda de que la teo- logía de la liberación sigue siendo sumamente necesaria y urgente. Creo Quisiera terminar con unas pala- que es también muy útil para el ter- bras personales. En esta presenta- cer mundo y para sacudir las teolo- ción he tratado de describir la esen- gías del primer mundo. Mi deseo per- cia de la teología de la liberación. sonal es que las teologías de todos los Ustedes saben que esa teología ha mundos colaboren a hacer cada vez sido criticada y atacada; en mi opi- mejor una teología de la liberación nión, a veces con razón, aunque la que sirva para liberar a todos los mayoría de las veces sin razones, sino mundos.