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El Perdón de Dios

Cuando pensamos en lo que implica el perdón de Dios, nos damos cuenta que es
algo inmerecido y dado por gracia, cuando caemos en cuenta de nuestro estado
pecaminoso y que en algún momento daremos cuentas ante el Señor por cada uno
de nuestros actos sean buenos o malos, caemos a la realidad que necesitamos un
Salvador, alguien que cubra esa mancha de pecado y que quite esa carga pesada
que tenemos sobre nosotros.

Uno de los ejemplos que encontramos del perdón de Dios, de un amor incondicional,
es a través del sacrificio que hizo nuestro Señor Jesús en la cruz del Calvario, para
llevar el peso del pecado sobre él, un peso que ninguna otra persona podría cargar,
un verdadero acto de amor, pero que viene acompañado de perdón. (Mateo 27:32-
56; Lucas 23:26-49)

Cuando vemos el sacrificio que hizo Cristo, que aun colgado del madero, uno de
sus malhechores pidió misericordia. (Lucas 23:39-43) El ladrón cayó en cuenta de
su estado pecaminoso, y de la gran carga que tenía sobre él, y exclamo a Jesús
que lo tuviera en cuenta cuando él entrará en su gloria, y aunque estaba siendo
crucificado, en ese mismo momento estaba siendo libre de sus pecados. El ladrón
había entendido lo que otros que estuvieron con Cristo día tras días no habían
comprendido, que Cristo venía a quitar la carga del pecado, a salvar a todo aquel
que en él creyera.

Y aunque sus actos habían hecho que llegara a ser crucificado, aunque en su vida
haya sentido que no hizo nada bien, sino siendo un ladrón, encontró el perdón de
Dios en el momento más crucial de su vida, cuando debía decidir endurecer su
corazón, o aceptar que solo Cristo lo podía salvar. Recibiendo un regalo inmerecido
por su acto de fe y reconociendo que solo tenía una salida, y era pedir misericordia
a Cristo, que estaba siendo crucificado a su lado.

No esperes a que sea tu último día de vida, porque nunca sabrás cuando será, y
perder la oportunidad que Cristo te esta dando en este momento, podría llevarte a
la condenación, ven hoy a Cristo, y recibe el perdón que solo él puede darte, no
endurezcas tu corazón, hoy mismo puedes ser libre de toda la carga de pecado que
tengas.

“Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él,
que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.” 1 Juan 1:9

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