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(V.M LAKHSMI)
Cuando se dice que Jesús nació en un
pesebre estamos asegurando esotéricamente
el nacimiento espiritual de Jesús. El pesebre es
solo un simbolismo. El espíritu de sabiduría
siempre se reencarna en este pesebre del
mundo para salvar a esta pobre humanidad
doliente. Los animales del pesebre son las
pasiones humanas.
En la primera iniciación de misterios mayores recibimos el nacimiento del cristo. Todos sabemos
que en el corazón de un hombre o de una mujer, nace el cristo en un pesebre y que el pesebre
no es otra cosa que la representación de todos los yoes, símbolo animalesco que tenemos
todavía. A nadie se le está exigiendo estar cien por ciento muerto para que nazca el cristo en su
corazón; se está pidiendo que hagamos todos los días, una revisión de tres cosas fundamentales:
1. El cumplimiento de los 10 mandamientos de la ley de Dios.
2. El trabajo con los tres factores de la revolución de la conciencia.
3. En que os améis los unos a los otros demostrareis que sois mis discípulos
La gruta donde nace el niño dios representa a esa oscuridad, las tinieblas, eso tosco, las
situaciones adversas en las que nos encontramos antes de que nazca el cristo en nosotros, La
mula representa a la mente desordenada y dual, y el pesebre es el corazón de una persona que
cuando nace el niño todavía tiene yoes, esos yoes están representados en ese poco de animales,
el buey representa la pasión, esas pasiones que debemos dominar y eliminar de nosotros, las
ovejas representan el íntimo, pero no la cabra, el perro, el pato, las gallinas…, al pesebre le
ponen de todo, los pastores representan a las diferentes parte autónomas y auto-consientes de
nuestro ser.
El pesebre o nacimiento lo hizo en el siglo XIII Francisco de Asís. ¿Siglo XIII Oyen? ¿No sabían
verdad? Francisco de Asís era un sabio de sabios. Y desde entonces se celebra con el pesebre,
pero el pesebre es algo muy personal.
José era mayor que María porque representa al padre de Él, al anciano de los días, ancianidad
haciendo la aclaración en una joven, que representa a la naturaleza, porque la naturaleza
siempre es joven, porque se renueva.
La virgen del mar dio a luz a su hijo en el establo del mundo, el establo de belén es el mismísimo
cuerpo del iniciado. En el establo de belén se encuentran los animales de la mente, el deseo y
la mala voluntad, que son aspectos que debemos eliminar para que podamos celebrar nuestra
propia navidad, navidad significa natividad, es decir nacimiento, el nacimiento del cristo en
nosotros.
Los Tres Reyes Magos que
vinieron a adorar al niño,
representan los colores de la
Gran Obra: el primer color es
el Negro, cuando estamos
perfeccionando el cuerpo;
repito, está simbolizando
esto con el Cuervo Negro de
la Muerte, es la Obra de
Saturno simbolizada por
aquél Rey Mago de color
negro; entonces estamos
pasando por una muerte, la
muerte de nuestros deseos, pasiones, etc. en el Mundo Astral.
El color Blanco viene después, es decir, el momento en que ya habiendo
desintegrado todos los Yoes del Mundo Astral, tenemos el derecho a usar la túnica
de lino blanco; es claro que está simbolizada por la Paloma Blanca; ese es el
segundo de los Reyes, el Rey Blanco. Si ha avanzado mucho hacia la perfección del
Cuerpo Astral, merecería el color Amarillo, es decir, tiene derecho a usar la túnica
de color Amarillo; es entonces cuando aparece el Águila Amarilla, esto nos
recuerda al tercero de los Reyes Magos, es de raza amarilla.
Por último, la corona de la Obra es la Púrpura. Cuando un cuerpo, sea el Astral, el
Mental o el Causal, ya es de Oro Puro, se recibe la púrpura de los Reyes, porque
se ha triunfado. De manera que ahí ven ustedes los Tres Reyes Magos, no son
como muchos creen tres personas, no señor, son los colores fundamentales de la
Gran Obra, y el Jesucristo mismo vive dentro, particular tiene que nacer en este
establo que llevamos dentro para realizar la Gran Obra. Si nosotros no nos
interesamos en tener esos tres presentes que llevaran los tres reyes magos, no
vamos a poder llegar a la alta iniciación. El alquimista debe tener tres condiciones
que corresponden al incienso, una mente pura y objetiva, a la mirra, ser justo en
nuestras acciones y con nuestros semejantes y el oro, que nos indica que tenemos
que hacerle limpiezas a la energía para poder convertirnos en hombres solares,
en un pentagrama, en reyes de la creación como verdaderos hijos de dios.
Representa la corona del advenimiento, la corona ureret de la
sagrada liturgia, en aquellos que triunfan en su camino iniciático y
encarna al cristo íntimo y solarizando cada uno de sus cuerpos.