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Índice

Introducción …………………………………………………………………………………… 2
Visión General …………………………………………………………….…………………… 3
La creación y el Big Bang ………………………………….………………………………….
4
Teorías del estado estacionario ……………………………………………………………...
12
Cosmologías cuánticas y de cuerdas ………………………………………………………
15
Otras cosmologías no estándar ……………………………………………………………..
17
El infinito y el universo ………………………………………………………………………..
20
Escatología física ……………………………………………………………………………..
22
Cosmología y Dios ……………………………………………………………………………
23
Conclusiones …………………………………………………………………………………. 24
Bibliografía ……………………………………………………………………………………. 26

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Introducción

La presente investigación se refiere al tema de la cosmología, teología y religión,


la cosmología se puede definir como un conocimiento filosófico en las leyes generales
que rigen el mundo físico y como una parte de la astronomía que trata las leyes
generales, del origen y la evolución del universo, la teología la podemos definir como la
ciencia que estudia a Dios y se fundamenta en los textos sagrados, la tradición y los
dogmas religiosos, y la religión básicamente es un conjunto de creencias acerca de la
divinidad, sentimientos de veneración o temor hacia ella o la relación de los seres
humanos con lo que ellos consideran como santo, sagrado, espiritual o divino.

La característica principal de estas tres ciencias es que las tres estudian el


origen del universo, sea del lado de la ciencia o de lo divino, Las explicaciones acerca
del origen del universo las encontramos en la teorías religiosas y las teorías científicas,
en las primeras se atribuye a la creación de un ser divino en donde se toma como tal y
no se cuestiona absolutamente nada, en tanto que en las científicas se busca dar una
explicación a través de modelos apoyados en la Cosmología Física en las que
menciona que el origen del universo es producto de una gran explosión, que siempre
está en expansión y en continuos cambios y que puede que estemos viviendo en uno
de tantos universos que hayan existido.

Para conocer el origen del universo se han realizado numerosas observaciones


e investigaciones , cabe recordar a Ptolomeo quien expuso la Teoría Geocéntrica
afirmando que la tierra sin movimiento de rotación ocupaba el centro del universo y que
el sol, la luna y las estrella giraban a su alrededor; Nicolás Copérnico quien explorando
la teoría Heliocéntrica afirmó que el Sol estaba en el centro del Sistema Planetario;
Galileo Galilei que confirmando la teoría Heliocéntrica de Copérnico con telescopio
construido por él, descubrió que Venus presentaba fases como la Luna y vio cuatro
Lunas que circundaban al planeta Júpiter, lo que probaba que los planetas se movían
alrededor del sol, además descubrió la rotación del sol observando las manchas
solares; Juan Kepler que basándose en las enseñanzas de Copérnico descubrió que

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las orbitas planetarias son elípticas y que la velocidad de los planetas aumenta al
acercarse al sol.
Sin olvidar a Isaac Newton que enunció el principio de la ley de la Gravitación Universal
y junto con las tres leyes de Kepler y los descubrimientos de Galileo Galilei se sentaron
las bases de la mecánica celeste. Los humanos han desarrollado teorías cosmológicas
mientras intentan comprender el universo. Además, la idea de la deidad con frecuencia
es un componente clave de estas teorías cosmológicas.

Cosmología, Teología y Religión

1. Visión General

El cristianismo y otras religiones monoteístas, incluido el islam y el judaísmo, creen en


un Dios trascendente y soberano que creó el universo y lo mantiene en constante
actividad. Según Newton, el mundo solo existe debido a una causa última y
sobrenatural. La cosmología, ya sea en un sentido filosófico general o científico,
siempre ha sido parte del teísmo, pero solo relativamente recientemente la cosmología
basada en la física y la astronomía ha entrado en la discusión sobre la existencia y el
papel de Dios.

En la segunda mitad del siglo XIX, cuando las consecuencias cosmológicas de la ley
del aumento de la entropía se discutieron con entusiasmo en relación con las doctrinas
cristianas de un mundo con un principio y un final en el tiempo, se puede encontrar una
aplicación limitada de la física al estudio del universo. Sin embargo, la cosmología
física es esencialmente una ciencia del siglo XX que surgió como resultado del
descubrimiento alrededor de 1930 de que el universo estaba en un estado de
expansión que posiblemente comenzó hace un tiempo limitado. Algunos aspectos de la
cosmología observacional matemática, filosófica y clásica difieren de la cosmología
como subdisciplina de la física, pero, por supuesto, los diferentes enfoques están en
constante interacción. El descubrimiento del fondo cósmico de microondas en 1965
estableció en un sentido moderno la cosmología física, que rápidamente convirtió el
modelo del big bang caliente en el modelo estándar del universo.

La cosmología física de Jim Peebles de 1971, posiblemente el primer libro con este
título, puede considerarse el inicio de la cosmología física moderna. Por lo tanto, la
cosmología física, que se basa en la física de partículas elementales y la teoría de la
relatividad general, es una ciencia moderna, pero muchas de las cuestiones
teológicamente relevantes relacionadas con la cosmología actual son antiguas. ¿Ha
existido el universo hace poco tiempo? ¿Llegará a su fin? ¿Cuál es la razón detrás de
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la evolución cósmica y las leyes naturales que permiten la existencia de la vida
inteligente? Aunque las teorías y observaciones cosmológicas más recientes están
discutiendo actualmente estas y otras cuestiones obviamente relevantes para el
teísmo, las preguntas en sí mismas (y, de hecho, muchas de las respuestas) eran
conocidas para los filósofos y teólogos medievales. Este es el caso también de la
pregunta que a veces se considera la última: ¿Por qué existe un cosmos? No hay
razón para esperar que la cosmología física moderna, o la aún más moderna en el
futuro, dé soluciones definitivas que satisfagan tanto a los teístas como a los ateos.

2. La creación y el Big Bang

En cosmología, Big Bang o Gran Explosión se refiere al comienzo el universo, es decir,


el punto inicial en que se formo la materia, espacio y tiempo. La pregunta es ¿Por qué
se llama Big Bang? Bueno, esto se debe al Astrofisico Fred Hoyle que lo utilizo a modo
de burla, tambien fue llamado átomo primigenio o huevo cosmico, por el astrofisico y
sacerdote Georges Lemaitre.

La teoría de la relatividad general puede combinarse con las observaciones de


isotropía y homogeneidad a gran escala de la distribución de galaxias y los cambios de
posición entre ellas, lo que permite extrapolar las condiciones del universo antes o
después en el tiempo. Esta es la idea central del Big Bang.

Muchos científicos han llevado a cabo diversos estudios para llegar al modelo del Big
Bang. La teoría de la relatividad fue utilizada para demostrar que el universo estaba en
movimiento constante en los trabajos de Alexander Friedman en 1922 y Georges
Lemaître en 1927.

En 1929, el astrónomo estadounidense Edwin Hubble (1889-1953) descubrió galaxias


que se alejaban de la Vía Láctea, como si el universo se expandiera continuamente. En
1948, George Gamow (1904-1968), un físico ucraniano nacionalizado estadounidense,
postuló que el universo se formó a partir de una gran explosión. Los ingenios
espaciales en órbita (COBE) han logrado escuchar los indicios de una gran explosión
inicial.

Según la teoría, un universo homogéneo e isótropo lleno de materia ordinaria puede


expandirse sin límites o disminuir gradualmente su expansión, lo que resulta en una
contracción universal. El término contrario al Big Bang, como el Big Crunch, el "Gran
Colapso" o un "Gran Rip", se utiliza para describir el final de esa contracción.

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Si el universo se encuentra en un punto crítico, tiene la capacidad de permanecer
estable ad eternum. Se ha descubierto recientemente que el universo se está
expandiendo rápidamente, algo que no se esperaba inicialmente en la teoría. Esto ha
llevado a la creación de una hipótesis adicional sobre la posible causa de este
fenómeno, la energía oscura.

Las observaciones y los avances teóricos dieron lugar a la teoría del Big Bang. En la
década de 1910, Vesto Slipher, un astrónomo estadounidense, y Carl Wilhelm Wirtz, un
astrónomo de Estrasburgo, descubrieron que la mayoría de las nebulosas espirales se
alejan de la Tierra. Sin embargo, no se dieron cuenta de las implicaciones
cosmológicas de esta observación ni de que las nebulosas supuestamente eran
galaxias que se encontraban fuera de nuestra Vía Láctea.
Además, la teoría de la relatividad general de Albert Einstein (segunda década del siglo
XX) no permite soluciones estáticas, es decir, que el universo debe estar en expansión
o en contracción, lo que él mismo consideró equivocado y trató de corregir agregando
la constante cosmológica.

De acuerdo con el modelo cosmológico estándar, el Big Bang tuvo lugar hace unos
13.797 millones de años, el modelo estándar no trata de explicar la causa de este
hecho en sí, sino la evolución del universo temprano en un rango temporal que abarca
desde un tiempo de Planck después del Big Bang hasta entre 300.000 y 400.000 años
más tarde, cuando se empezaron a formar átomos estables y el universo se hizo
transparente. Una amplia gama de evidencia empírica favorece fuertemente al Big
Bang, que ahora es esencial y universalmente aceptado.

El modelo cosmológico predominante para los períodos conocidos más antiguos del
universo y su evolución posterior a gran escala es la teoría del Big Bang. Según el
modelo estándar, el universo se expandió después de estar en un estado de muy alta
densidad y temperatura. La edad del universo sería de aproximadamente 13.800
millones de años, según las medciones modernas.

Después de la expansión inicial, el universo se enfrió lo suficiente para permitir la


formación de partículas subatómicas y más tarde de átomos simples. Debido a la
gravedad, las nubes gigantes de estos elementos primordiales se unieron más tarde
para formar estrellas y galaxias.

Después del Big Bang, que esto ya no forma parte de la teoría, el universo se enfrió y
se expandió gradualmente. Los procesos que podemos ver en la física de partículas
determinaron el desarrollo posterior del universo. Todas estas épocas, así como el
presente y el futuro lejano, se describen en la primera ecuación de Friedmann.

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Los científicos han construido su teoría de la expansión cósmica desde que Georges
Lemaître observó por primera vez en 1927 que un universo en constante expansión
debería remontarse en el tiempo hasta un único punto de origen. Aunque la comunidad
científica una vez se dividió en partidarios de dos teorías diferentes sobre el universo
en expansión: la teoría del Big Bang y la teoría del estado estacionario, defendida por
Fred Hoyle, la acumulación de evidencia observacional favorece ampliamente a la
teoría del Big Bang, que ahora es aceptada por la mayoría de los científicos.
Edwin Hubble descubrió en 1929 que las galaxias se estaban distanciando después de
analizar el corrimiento al rojo de ellas, lo que demostró una prueba observacional
significativa que respalda la hipótesis de un universo en expansión.

La radiación de fondo cósmica de microondas fue descubierta en 1964, lo que apoyó


significativamente el modelo del Big Bang porque esta teoría predijo que había
radiación de fondo en todo el universo antes de que se descubriera. Más
recientemente, las mediciones del corrimiento al rojo de las supernovas muestran que
el universo se está acelerando, lo que se atribuye al modelo Lambda-CDM de energía
oscura.

Michio Kaku ha señalado una paradoja en el término "big bang" (gran explosión) y es
que no puede haber sido grande debido a que ocurrió justo antes del surgimiento del
espacio-tiempo, y habría sido el mismo big bang lo que habría generado las
dimensiones desde una singularidad. Y no se propagó fuera de sí mismo, por lo que
tampoco es exactamente una explosión en el sentido propio del término.

La energía oscura, una forma misteriosa de energía, parece dominar el universo actual.
Esa forma representa aproximadamente el 70% de la densidad de energía del universo
actual. El hecho de que provoque que la expansión del universo varíe de una relación
lineal entre velocidad y distancia es una característica distintiva de este componente
del universo. Esto hace que el espacio-tiempo se expanda más rápidamente de lo
esperado a grandes distancias. Las ecuaciones de campo de la relatividad general de
Einstein incluyen una constante cosmológica que representa la energía oscura. Sin
embargo, los detalles de esta ecuación de estado y su relación con el modelo estándar
de la física de partículas siguen siendo investigados tanto en el ámbito de la física
teórica como por medio de observaciones.

Cuando se profundiza en el principio, surgen más enigmas. En tiempos pasados, las


energías de las partículas eran más elevadas de lo que se puede estudiar a través de
experimentos. Antes del cambio de fase que forma parte de la teoría de la gran
unificación, no hay ningún modelo físico convincente para el primer 10-33 segundo del
universo. En el primer instante, la teoría gravitacional de Einstein augura una
singularidad en la que las densidades son infinitas. Es necesaria una teoría de la

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gravedad cuántica para resolver esta paradoja física. Entre los mayores desafíos no
resueltos en la física se encuentra la comprensión de este período de la historia del
universo.

Las pruebas empíricas que respaldan la teoría cosmológica del Big Bang generalmente
se consideran tres. Las siguientes son: la expansión del universo que se describe en la
ley de Hubble y se puede observar en el movimiento hacia el rojo de las galaxias, las
medidas precisas del fondo cósmico de microondas y la gran cantidad de elementos
ligeros. Además, la teoría del Big Bang se adhiere a la función de correlación de la
estructura a gran escala del universo.

2.1 ¿De quién es el teísmo que supuestamente confirma el Big


Bang?

La teoría del Big Bang es científica, por lo que se puede determinar si es válida o no
según cómo se ajusta a las observaciones. Sin embargo, el Big Bang conlleva posibles
implicaciones teológicas con respecto al concepto de creación de la nada, ya que es
una teoría que aborda la naturaleza del universo desde su existencia más temprana
discernible.Muchos filósofos ateos han argumentado en contra de la idea de que el
Universo tenga un comienzo: simplemente podría haber existido durante toda la
eternidad. Sin embargo, con la evidencia emergente de la teoría del Big Bang, tanto los
teístas como los físicos lo han considerado capaz de explicarse mediante el teísmo.

Georges Lemaître, un sacerdote católico, contribuyó en parte a la teoría del Big Bang,
ya que creía que la ciencia y la religión no tenían ninguna conexión ni conflicto. El Papa
Pío XII afirmó en la reunión inaugural de la Academia Pontificia de las Ciencias el 22 de
noviembre de 1951 que la teoría del Big Bang no entra en conflicto con la creencia
católica.El astrofísico se opuso a la afirmación de Pío XII de que la teoría de Lemaître
confirmaba la creación de la doctrina cristiana. Lemaître sostiene que el Big Bang no es
una prueba ni una refutación de esa creencia religiosa, sino que es un tema que se
encuentra "al margen de cualquier cuestión metafísica o religiosa". Esto está en línea
con Isaías, quien habla de un Dios que se encuentra en el fondo del universo. Afirmó:

«La revelación divina no nos ha enseñado lo que éramos capaces de descubrir


por nosotros mismos, al menos cuando esas verdades naturales no son
indispensables para comprender la verdad sobrenatural. Por tanto, el científico
cristiano va hacia adelante libremente, con la seguridad de que su investigación
no puede entrar en conflicto con su fe. Incluso quizá tiene una cierta ventaja

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sobre su colega no creyente; en efecto, ambos se esfuerzan por descifrar la
múltiple complejidad de la naturaleza en la que se encuentran sobrepuestas y
confundidas las diversas etapas de la larga evolución del mundo, pero el
creyente tiene la ventaja de saber que el enigma tiene solución, que la escritura
subyacente es al fin y al cabo la obra de un Ser inteligente, y que por tanto el
problema que plantea la naturaleza puede ser resuelto y su dificultad está sin
duda proporcionada a la capacidad presente y futura de la humanidad».

Sin embargo, existen muchos seguidores del teísmo que consideran que la evidencia
de que el universo tiene una antigüedad de 13 mil millones de años podría invalidar su
creencia.

Por ejemplo, el obispo Ussher de Irlanda (1581-1656) dijo que la Biblia decía que el
universo fue creado en 4004 a. C.; e incluso en el siglo XXI, algunos pensadores
cristianos sostienen que la edad del universo sería mucho menos de 13 mil millones de
años. Por lo tanto, para estos pensadores, el Big Bang desconfirmaría el teísmo, o al
menos su versión, que se opone a la precisión literal del relato bíblico de la creación.
Debido a su compromiso con la precisión de los relatos bíblicos de la creación, parece
que el teísmo cristiano está relacionado con la creencia en un universo finitamente
viejo.

Por lo tanto, si un teísta llega a creer el relato del origen del universo y luego duda del
relato bíblico literal, perderá una razón, posiblemente su única razón, para creer que el
universo es finitamente viejo. Por supuesto, también hay teístas que interpretan el
Génesis como una metáfora que implica que el universo fue creado, pero no indica una
edad precisa para el universo. En lugar de socavar su creencia, para estos teístas,
descubrir que el universo es finitamente viejo podría confirmar su creencia.

2.2 ¿Debe buscar el teísta una confirmación en la cosmología


científica?

El teísmo cristiano tradicional sostiene que la creación ex nihilo es milagrosa, algo que
las leyes naturales no pueden explicar. Sin embargo, ¿por qué el teísta debería confiar
en poder extraer la creación ex nihilo de las leyes naturales? Comparar con otros
presuntos milagros, como la afirmación cristiana de que Jesús convirtió el agua en vino.
¿Según los teístas cristianos, la química debería predecir la capacidad del agua para
convertirse en vino? Claro que no: se supone que Dios es capaz de superar las leyes
de la naturaleza, y cuando se trata de describir lo que realmente sucedió, las leyes de
la naturaleza son anulables cuando se trata de explicar lo que realmente ocurrió (ya

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que Dios puede haber estado involucrado). ¿No sería factible que la teoría cosmológica
más destacada (la más detallada y refinada) suponga un universo con un pasado
infinito, incluso si Dios lo hubiera creado en un lapso de tiempo limitado?

El problema que acabamos de descubrir se refiere a la posición única de la cosmología


como ciencia histórica (aunque fundamentada en leyes), ya que solo cuenta con un
modelo auténtico. Los teístas no esperarían que las leyes de la química predijeran que
el agua se puede convertir en vino, pero creen que un relato histórico preciso incluiría
referencias a los milagros que ocurrieron. Entonces, ¿es la cosmología más similar a la
química o a la historia? ¿Debería una teoría cosmológica afirmar (o predecir o incluir)
que Dios creó el universo? ¿Acaso solo se debería depender de la cosmología para
establecer normas para universos que podrían haber sido violadas en el nuestro?
2.3 ¿Qué modelos cosmológicos apoyan una doctrina de la
creación ex nihilo?

Imaginemos, un teísta que adopta una postura más rigurosa y afirma que el teísmo
requiere o promueve los modelos cosmológicos de un universo de edad finita. En este
caso, el parámetro tiempo de esos modelos cosmológicos nunca debe tener valores
inferiores a un número predeterminado que se puede establecer convenientemente
como cero. Sin embargo, el intervalo (0, t) es topológicamente isomorfo al intervalo (-
∞, t), lo que indica que la duración de tiempo (finito frente an infinito) podría carecer de
significado intrínseco, físico o teológico. E. A. Milne ya había observado este punto en
1935, y Charles Misner lo hizo de manera independiente en 1969.

En particular, para reducir las preocupaciones sobre la falta de sentido de un parámetro


de tiempo acotado, Misner reemplaza el parámetro de tiempo t con el negativo de su
logaritmo (i.e., –log t). De acuerdo con Misner (1969, 1331), incluso en los modelos que
comienzan con una singularidad, "es lógico afirmar que el universo es infinitamente
viejo, ya que desde su inicio han sucedido infinitas cosas". Es interesante que la
propuesta de Misner, que se describe a sí mismo como católico cristiano, difícilmente
pueda estar motivada por el deseo de evitar la necesidad de un creador.

Ernan McMullin, un filósofo católico de la ciencia, señaló la posibilidad de que la


distinción entre tiempo infinito y tiempo finito sea convencional. McMullin concluye que
la doctrina teológica de la creación ex nihilo no debe ser objeto de una interpretación
métrica. McMullin propone una interpretación teórica de orden para la doctrina ex nihilo:
la serie de tiempo tiene un primer punto. Pero en lo que respecta a los modelos
cosmológicos actuales, este criterio teórico de orden no ayudará al teísmo.

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Por un lado, los modelos cosmológicos FRW carecen del requisito teórico de orden, ya
que carecen de un primer instante de tiempo. Por otro lado, un primer momento ideal
de tiempo podría adscribirse a cualquier espacio-tiempo, incluso aquellos con un
pasado métricamente infinito. Por lo tanto, un simple criterio teórico de orden no
funciona bien para evaluar si los modelos cosmológicos cumplen con la doctrina de la
creación ex nihilo.

En la actualidad, la forma más efectiva de determinar si un espacio-tiempo es


verdaderamente singular (en lugar de solo describirse por coordenadas insuficientes)
es si incluye estructuras geodésicas inextensibles de una longitud finita. Una geodésica
es el camino que seguiría un reloj en caída libre, intuitivamente. Si un reloj estuviera
viajando en una geodésica pasada inextensible, entonces en algún tiempo finito en el
pasado, el reloj no existía; más firmemente aún, el espacio-tiempo en sí mismo no
existía. El teólogo del Big Bang debería afirmar que la creación ex nihilo se confirma en
aquellos espacio-tiempo cosmológicos con geodésicas inextensibles. (En realidad, este
criterio se aplica a los modelos FRW.)
La dificultad principal de una propuesta como esta radica en que relaciona una sólida
comprensión teológica intuitiva con un aspecto técnico extremadamente preciso de las
variedades lorentzianas, las cuales son descritas mediante la geometría diferencial. El
riesgo es que al hacerlo, se esté agregando contenido que no está relacionado con la
teología. Un modelo futuro podría no cumplir con el criterio técnico pero seguir siendo
coherente con la teología. Además, varios teístas cristianos sostienen que las
enseñanzas teológicas fundamentales pueden entenderse por sí solas. En particular,
afirman que no solo son comprendidas por una minoría selecta de sacerdotes o sabios.
Sin embargo, es difícil aceptar que la idea de una variedad lorentziana con geodésicas
incompletas sea accesible para la mayoría de las personas.

2.4 ¿Podemos confiar en la relatividad general?

Por último, pero no menos importante, si la teología del Big Bang sostiene que la
relatividad general y los teoremas de singularidades han demostrado definitivamente
que el universo tuvo un comienzo en el tiempo, se está extralimitando. De hecho, la
cosmología relativista prevé su propia invalidez para tiempos cercanos an una
singularidad dinámica, como el Big Bang. La cosmología relativista predice su propia
invalidez debido a la intensidad de los efectos gravitatorios en la zona cercana a las
singularidades, donde se espera que los efectos cuánticos tengan un papel
predominante. Sin embargo, la relatividad general no incluye los efectos cuánticos y, de
hecho, no ha sido demostrada en tales regímenes de fuerza gravitatoria intensa. Es
poco probable que los teoremas de singularidades hagan una predicción precisa de la

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estructura que tendría una teoría posterior de la relatividad general que incorporara los
efectos cuánticos. La Sección 4 aborda este tema con más detalle.

2.5 ¿Proporciona el Big Bang evidencia para el ateísmo?

En mi opinión, la facilidad con la que podemos hacernos un Dios a nuestra medida es


una de las principales razones por las que se cree que hay un conflicto entre la ciencia
y la fe. Tenemos dificultades para "dejarnos sorprender por Dios", expresado con
palabras similares a las utilizadas por el Papa Francisco en otros contextos. Intentamos
cerrar a Dios dentro de nuestras clasificaciones mentales, en lugar de abrirnos a su
grandeza. El resultado es creer en un Dios muy diminuto. Aceptar al Dios del que nos
habla el mismo Dios es lo realmente difícil. Es difícil aceptar an un Dios que nos habla
con palabras humanas de su creación e incluso de su propia vida, y, en el cristianismo,
asumiendo la condición de un hombre de carne y hueso, que estuvo en el seno de una
mujer como cualquier otro hombre, que murió violentamente en una cruz y se proclamó
Hijo de Dios. Esto ha sido escandaloso desde el principio y lo sigue siendo.
Nos resulta más fácil imaginarlo guiado por nuestros intereses o proyectar nuestras
frustraciones sobre él. Finalmente, un dios creado según nuestras ideas. El Papa
Francisco advierte que podemos imaginar a Dios como un mago con una varita mágica
que puede hacer todo, pero esto no es cierto. Encajamos a Dios en el compartimento
de nuestra mente racional. En el mismo lugar donde observamos el entorno que nos
rodea. Cuando comprendemos que necesitamos un recipiente mucho más grande para
comprender el mundo, surge el conflicto. Nuestra compresión del mundo queda
comprometida, pero a menudo pensamos que el que queda comprometido es Dios.

El cambio traumático de las categorías que sostenían nuestra comprensión de la


realidad fue el resultado de la revolución copernicana. El mundo ha crecido mucho más
de lo que imaginábamos. Posteriormente, se produjeron varias revoluciones que
alteraron o reestructuraron la caja en la que mirábamos el mundo. La enorme riqueza y
variedad del mundo biológico en el despliegue de la vida, la dimensión del universo y
su expansión desde el Big Bang, la posibilidad de la existencia de multiversos que
puedan incluso contener diversas formas de vida nos colocan en un escenario de
vértigo. ¿Se puede ver a Dios involucrado en este escenario siempre nuevo? Muchas o
algunas de las categorías con las que habíamos conseguido acomodarnos en nuestro
mundo son las que realmente se ven comprometidas. algunas categorías en las que
posiblemente también habíamos colocado a Dios. El problema radica en intentar
concebir a Dios, su vida y acciones, así como el contenido de la Revelación, de la
misma manera que lo hacemos con la Naturaleza.

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Algunos hallazgos experimentales de los últimos años respaldan la hipótesis científica
del Big Bang. Sin embargo, el primer creador de esta hipótesis, el sacerdote católico
Georges Lemaître, advirtió que confundir el Big Bang con el acto creador de Dios sería
un error. Esto sería empequeñecer a Dios. Dios no busca revelarnos información
científica, sino aspectos mucho más significativos de nuestra existencia. Fortalecen
nuestra comprensión de Dios, nuestra situación en relación con Él, el mundo en el que
vivimos, nuestro destino, el propósito de nuestra existencia y la dependencia que el
mundo y cada uno de nosotros tienen de Él. Las ciencias están relacionadas con todo
esto, pero en un nivel diferente al que nos permite conocer la Revelación. Debido an
esto, es completamente razonable afirmar que el ocurrimiento del Big Bang no opone
objeción a la intervención creadora divina, sino que la requiere. Por la misma razón, el
modo en que la evolución explica el despliegue de la vida, tampoco compromete la
acción de Dios.

Cuando pensamos en un Dios que se dedica a hacer lo mismo que podemos explicar
mediante las leyes naturales, se puede ver una oposición o conflicto entre la Ciencia y
los contenidos de la Revelación. Si lo hace la naturaleza que nosotros explicamos
mediante leyes, ¿para qué queremos a Dios? Dios, sin embargo, no es un elemento
más en la comprensión de los fenómenos naturales, la pequeña caja desde la que
observamos el mundo. Dios es más grande que ese vaso, y cuanto más grande sea,
más asombro y admiración deberíamos sentir por Dios.

La mayoría de los físicos y filósofos han considerado que la cosmología del Big Bang
apoya o es neutral en comparación con el teísmo tradicional. Por lo tanto, en la mayoría
de los casos, los ateos han adoptado una postura defensiva, tratando de refutar las
afirmaciones de los teólogos del Big Bang. No obstante, una minoría, a la que
podríamos llamar "a-teólogosdel Big Bang", ha hecho la afirmación más firme al afirmar
que la cosmología del Big Bang refuta el teísmo. Adolf Grünbaum y Quentin Smith son
los defensores más visibles de esta ateología del Big Bang. En el caso de Smith, se
utilizan las cosmologías cuánticas para proporcionar pruebas aún más convincentes
contra el teísmo.

Los a-teólogos del Big Bang señalan una serie de puntos que parecen haber pasado
por alto sus homólogos teístas al presentar sus argumentos. Uno de esos aspectos es
que los modelos cosmológicos FRW no tienen un estado inicial. Por lo tanto, un teísta
que invocara el Big Bang no puede afirmar que existe un estado del universo, por
ejemplo, A, en el que Dios creó el universo. Debe invocar una concepción más
avanzada de Dios, mediante la creación de intervalos temporales iniciales o algo
similar.

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Los que no creen en el Big Bang sostienen que no había tiempo antes de la gran
explosión (ya que el tiempo comienza an existir junto con el universo) y que el universo
fue creado.

3. Teorías del estado estacionario

La cosmología de Aristóteles pertenecía a la categoría de teorías de estado


estacionarios porque su universo era inmutable y eterno. Einstein estaba imaginando
un universo que compartía algunas características cualitativas con el de Aristóteles: era
finito en el espacio pero infinito en el tiempo cuando en 1917 propuso el primer modelo
relativista del universo. El descubrimiento de la expansión del universo excluyó la
cosmología relativista del estado estacionario, pero no de otras formas de cosmología.
En la década de 1930, Robert Millikan, un reconocido físico galardonado con el premio
Nobel, defendió la idea de un universo constante que generaba materia y energía para
contrarrestar el aumento de la entropía.

Él creía que un universo así, eterno y en evolución, revelaba la continua actividad de su


creador, y explícitamente presentó su visión cosmológica como apoyo a las doctrinas
del cristianismo en general, y especialmente a las doctrinas sobre la inmanencia de
Dios. En 1948, Fred Hoyle, Hermann Bondi y Thomas Gold presentaron una teoría que
aceptaba un universo en expansión, en contraste con las teorías previas de un universo
en estado estacionario.
Se basaba en el "principio cosmológico perfecto", que significa que el universo es
homogéneo en sus características a gran escala tanto espacialmente como
temporalmente. A pesar de que la teoría clásica del estado estacionario clásico fue
abandonada en la década de 1960 porque no podía abarcar nuevos descubrimientos
(como el fondo cósmico de las microondas y el corrimiento al rojo de los quásares),
sigue siendo un caso instructivo en la discusión cosmológica-teológica. Más aún, esta
teoría todavía no está del todo muerta, ya que algunos de sus rasgos característicos
todavía están presentes en la cosmología del estado cuasi estable (QSSC, su sigla en
inglés) que Jayant Narlikar y algunos otros cosmólogos están defendiendo
actualmente. Aunque este modelo no cumple con el principio cosmológico perfecto,
asume una escala de tiempo cósmico indefinida durante la cual la materia se crea
continuamente.

En este sentido, es una teoría diferente a la del Big Bang porque cree que se relaciona
con la creación divina. Hoyle describió la cosmología del Big Bang como "una forma de
fundamentalismo religioso" en 1994 mientras trabajaba en el modelo QSSC. Según la
teoría clásica del estado estacionario, el universo se ha expandido desde hace mucho
tiempo y seguirá haciéndolo para siempre; sin embargo, la densidad media de la

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materia sigue siendo la misma porque la materia, o más bien la materia-energía, se
crea constantemente de la nada.

En versiones posteriores de la teoría, se afirma que la creación de materia no ocurre


sin nada. Ambas características, la infinita escala de tiempo y la creación continua de
materia, fueron controversiales y causaron grandes preocupaciones filosóficas y
teológicas. En la década de 1950, se suponía que el universo en estado estacionario
era en contra del teísmo o, al menos, que el papel de Dios como creador del cosmos
era innecesario. ¿Cómo puede Dios haber creado un universo que ha existido por
mucho tiempo? Carl Sagan, un astrónomo, divulgador científico y no creyente, afirma
que la ciencia podría contradecir an un Creador, ya que un universo infinitamente viejo
nunca habría sido creado (1997, 265).

No obstante, a pesar de que el argumento pudiera parecer un verdadero desafío para


el teísmo, los teólogos estaban bien equipados. Esta idea se había discutido desde el
siglo XIII, cuando Tomás de Aquino planteó la posibilidad de que Dios pudiera haber
creado un universo infinitamente antiguo.

Además, las respuestas teológicas an un universo infinitamente viejo no eran


completamente nuevas, ya que ya habían sido creadas en relación con modelos
eternamente cíclicos, ya sea en las versiones más especulativas del siglo XIX o en los
modelos relativistas que se propusieron de 1930 en adelante.

Según la doctrina tomista de continuans creatio, Dios crea todas las cosas, lo que
significa que su existencia depende completamente de su poder.
Si se dejaran solas, regresarían a la nada o regresarían a la nada. Desde este punto de
vista, la creación es fundamentalmente una metafísica más que un concepto físico y
temporal; es perfectamente posible un universo eterno y aún así creado. El líder del
estado estacionario, el físico William McCrea, también fue un cristiano devoto que
defendió que la cosmología, en cualquiera de sus formas, debe incluir la afirmación de
un creador divino.

Como los teólogos en la década de 1950, tanto protestantes como católicos, se


apresuraron a señalar, el universo eterno de Hoyle no era particularmente herético, ya
que seguía necesitando un creador. No sólo movilizaron el viejo concepto de la
creación divina continua, enfatizando que la creación cósmica se refiere
primordialmente a la dependencia ontológica del mundo en Dios, sino que también
subrayaron que la fe en Dios tiene poco que ver con la cosmología física en cualquiera
de sus versiones. Erich Mascall, sacerdote y filósofo de la religión, señala que el
modelo de estado estacionario no debería causar preocupación entre los fieles. Como

14
dijo en 1956, “En última instancia, la totalidad de la pregunta de si el mundo tuvo un
principio o no, carece de importancia profunda para la teología.” (Mascall 1956, 155).

Mientras que la cosmología del estado estacionario es problemática desde el punto de


vista de la teología tradicional, está perfectamente de acuerdo con las ideas de la
teología o la filosofía del proceso, donde Dios es visto interactuando creativa e
incesantemente con los procesos naturales.

En general, la filosofía de Whitehead se alinea mejor con el universo del estado


estacionario que con el universo del Big Bang. Bernard Lovell (1959), un astrónomo
británico famoso que se inspiró en la filosofía del proceso y un cristiano devoto,
simpatizó con la teoría del estado estacionario, pero no entendió por qué se debía
considerar una amenaza para la creencia en un ser divino. La creación de materia era
una señal fiable para él de la actividad de Dios

4. Cosmologías cuánticas y de cuerdas

Como mencionamos previamente, existen motivos para cuestionar la validez de la


relatividad general clásica en áreas cercanas a una singularidad –especialmente cerca
del Big Bang. En situaciones donde las distancias son mínimas y la curvatura y las
temperaturas son altas, los efectos cuánticos se vuelven prominentes y podríamos
obtener resultados distintos si la gravedad se comportara como otras fuerzas naturales
conocidas. Esto plantea dudas sobre la teoría del Big Bang, a menos que se pueda
demostrar que una cosmología relativista con una edad limitada se conserve en una
teoría de la gravedad cuántica o de cuerdas.
En este estudio, examinamos la información obtenida sobre singularidades en teorías
que buscan fusionar la gravedad y la mecánica cuántica. Concluimos que aún no
sabemos si el modelo óptimo incluirá un universo con una edad limitada, pero hay
indicaciones de que el Big Bang no marca necesariamente un comienzo absoluto.

Han sido propuestas varias teorías de cosmología cuántica. Una de las más conocidas
es la de Stephen Hawking, que da lugar a un universo ilimitado, lo que plantea la
pregunta sobre la existencia de un creador. La importancia de la cosmología de
Hawking en relación al teísmo ha sido debatida por varios autores. Sin embargo, no
sería prudente considerar la teoría de Hawking como la definitiva. Hay otros enfoques
compitiendo por incorporar efectos cuánticos en la cosmología relativista, y no estamos
obligados a aceptar su visión metafísica. Por otro lado, el modelo cosmológico de
Hawking carece de una unificación más amplia entre la teoría cuántica y la relatividad

15
general. En este apartado se exploran dos teorías cosmológicas que resultan de esas
unificaciones: la cosmología cuántica de bucles y la cosmología de cuerdas.

La Loop Quantum Cosmology (LQC) es una aproximación a la cosmología dentro del


programa de la Loop Quantum Gravity (LQG) de Rovelli (2004), que busca cuantizar el
campo gravitatorio y las estructuras del espacio-tiempo. La cuantización implica
reemplazar cantidades físicas por operadores en un espacio de Hilbert, lo que puede
tener consecuencias como la discretización del espectro de una cantidad y la
imposición de un principio de incertidumbre de Heisenberg.

Para nuestros propósitos, nos interesa saber qué sucede con cantidades como la
curvatura espacial en los espacio-tiempos clásicos FRW a medida que el tiempo t se
acerca a t0. Contestar a esta pregunta implica adentrarse en aspectos técnicos de los
operadores, pero en resumen, la propuesta de Bojowald y colaboradores resulta en un
parámetro de escala S(t) limitado, lo que implica una curvatura limitada. Además, las
ecuaciones dinámicas de LQC se extienden más allá del Big Bang, indicando que el
universo existía antes de la gran explosión.

Aunque la cosmología cuántica de bucles aún no ha desacreditado por completo el


modelo cosmológico de la gran explosión, existe una posibilidad considerable de que lo
haga en un futuro cercano. Por lo tanto, hay una posibilidad significativa de que el Big
Bang no marque el comienzo del universo, y tampoco sea el evento de su creación. A
pesar de esto, la teoría de cuerdas es más popular que la gravedad cuántica de bucles
en términos de cantidad de investigadores que la respaldan en la búsqueda de la
unificación de la teoría cuántica y la gravedad. Por lo tanto, la visión de la teoría de
cuerdas sobre el Big Bang es de gran interés para aquellos que desean evaluar cómo
la cosmología física impacta en las doctrinas teológicas tradicionales.
La cosmología de cuerdas sugiere que el universo existió antes del Big Bang, con un
"universo pre-Big Bang" simétrico pero con cantidades invertidas. Según Gasperini
(2008), esta predicción se basa en principios de simetría y en un mecanismo de la
teoría de cuerdas que evita singularidades infinitas. En esta teoría, las magnitudes
físicas están limitadas por las leyes de la mecánica cuántica, evitando crecimientos
indefinidos como en la teoría clásica.

En la actualidad, no tenemos datos empíricos para distinguir entre los modelos


competidores de la cosmología cuántica. Estos modelos hacen diferentes predicciones
empíricas y respecto a la cosmología clásica. La pregunta sobre si el Big Bang fue el
inicio del universo es empírica, no metafísica. El teísmo no es claramente compatible
con el Big Bang, pero la cosmología cuántica no es necesariamente opuesta al teísmo.
Según Chris Isham, la descripción de un universo ilimitado en la cosmología cuántica
podría encajar con la idea teísta de que Dios sostiene el universo. El teísmo se ha

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adaptado a las visiones científicas del mundo, como la cosmología aristotélica y el Big
Bang. ¿Deberíamos esperar que suceda lo mismo con la cosmología cuántica?

5. Otras cosmologías no estandar

Aparte de las cosmologías mencionadas previamente que se basan en la mecánica


cuántica, existen otras teorías del universo que no son la teoría estándar del Big Bang.
Algunas de estas teorías han sido abordadas desde un punto de vista religioso. En este
texto nos enfocaremos en dos grupos de teorías: las cosmologías cíclicas y las teorías
del multiverso.

5.1 Cosmologías cíclicas

A pesar de que las ecuaciones cosmológicas de campo de Einstein no respaldan


múltiples universos pulsantes, varios cosmólogos han propuesto formas en las cuales
un universo colapsante podría renacer desde un estado no singular, dando origen a un
nuevo universo de manera constante. Existe una motivación ateísta detrás de algunos
modelos que evitan las singularidades y sugieren un pasado y futuro infinitos. William
Bonnor, por ejemplo, considera que la teoría del Big Bang es una oportunidad para la
teología cristiana, eliminando la necesidad de milagros divinos en la cosmología.
Algunos cosmólogos encuentran atractivo el modelo oscilante por su similitud con la
teoría del estado estacionario y su evasión del problema del Génesis.

Debido a que los modelos clásico-relativistas cíclicos asumen un universo cerrado, no


concuerdan con las observaciones actuales y ya no se consideran como opciones
viables. A pesar de esto, en el siglo XXI han surgido nuevas propuestas, como la

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"cosmología cíclica conforme" de Roger Penrose y la "nueva cosmología cíclica" de
Paul Steinhardt y Neil Turok. En su teoría de cosmología cíclica conforme, Penrose
argumenta que a medida que nos acercamos al Big Bang, los objetos masivos tienen
un rol insignificante, lo que hace que la física sea dominada por invariantes conformes.
Estas invariantes controlan la física a escalas de longitud y tiempo. Penrose sostiene
que modelar el universo temprano con una métrica lorentziana es un error, ya que el
espacio-tiempo debería describirse con una clase de equivalencia conforme. La parte
"cíclica" de su teoría se refiere a la unión suave del futuro de un universo en expansión
con el pasado de otro tipo Big Bang a través de una variedad conforme. Esto implica
que el Big Bang no representa un verdadero comienzo, sino un cambio de fase entre
"épocas" distintas (Penrose 2010).

La nueva cosmología cíclica de Steinhardt y Turok se basa en la teoría de cuerdas para


explicar un universo sin inflación, donde se suceden ciclos interminables - lo que
implica que el Big Bang no marca el comienzo del tiempo (Steinhardt y Turok 2007).
Este enfoque es similar al modelo del estado estacionario, siendo considerado una
"notable reencarnación" de la antigua teoría de Hoyle. A pesar de captar mucha
atención, no está generalmente aceptado. La cosmología rebotante pre-Big Bang
propuesta por Veneziano y Gasperini, basada en la teoría de cuerdas, tampoco ha sido
ampliamente aceptada. De acuerdo con este modelo, el universo es eterno tanto hacia
adelante como hacia atrás en el tiempo, con las fases cósmicas (contracción y
expansión) separadas por un Big Bang no singular.

Propuestas previas de modelos de rebote eterno, cualitativamente similares al


escenario pre-Big Bang, se basan en ecuaciones relativistas y en la idea de un
universo de plasma. Según Hannes Alfvén, premio Nobel en 1970, el universo de
plasma era una alternativa a la teoría de la gran explosión. A pesar de no considerar un
comienzo absoluto, estos modelos pueden presentar desafíos desde una perspectiva
teísta, aunque se pueda recurrir a una creación divina perpetua como en el caso del
universo estacionario.

5.2 El multiverso

La idea moderna del multiverso es controversial desde un punto de vista teológico. La


teoría del paisaje, propuesta por Leonard Susskind y otros desde 2002, se fundamenta
en la diversidad de soluciones de las ecuaciones de la teoría de cuerdas. Estas
soluciones representan mundos posibles con distintos parámetros físicos,
interacciones, tipos de partículas y dimensiones. Los físicos del multiverso recurren a la
inflación eterna para generar múltiples universos, que se consideran reales y

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generalmente separados causalmente de nuestro mundo. La idea está relacionada con
el razonamiento antrópico, que sugiere que existimos en nuestro universo debido a la
imposibilidad de nuestra forma de vida en otros universos. Aunque tiene un poder
explicativo tentador y poco poder predictivo, muchos científicos la encuentran atractiva,
mientras que otros la consideran pseudociencia por ser casi imposible de probar.

El multiverso se percibe como una alternativa al mundo divinamente creado y a la


teología natural. Al representar nuestro universo como una casualidad, ha sido
comparado con el neo-darwinismo. Weinberg lo describe como una explicación para las
constantes naturales, similar a cómo Darwin explicó la adaptación de las formas de
vida. Para algunos teístas, el multiverso contrasta con la creencia cristiana, siendo
considerado irracional postular múltiples universos en lugar de un Dios único para
explicar el orden del universo.

Algunos filósofos han argumentado que si el teísmo es verdadero, Dios crearía un


multiverso en lugar de un único universo. Incluso se ha planteado la posibilidad de que
Dios haya creado providencialmente incluso 10500 universos con un propósito divino.
Algunos sugieren que las explicaciones del multiverso pueden recordar a la creencia en
un creador divino.

La teología mormona difiere significativamente de la teología del cristianismo tradicional


en varios aspectos. No solo postula un Dios personal creado por otro dios anterior (a su
vez creado por otro dios previo, y así sucesivamente), según la doctrina central de la
"progresión eterna" los seres humanos eventualmente llegarán a ser como Dios. Sin
embargo, debido a un número infinito de seres, les tomará una eternidad volverse
dioses. Mientras que la cosmología estándar del Big Bang se basa en un universo de
edad finita, lo cual es incompatible con el mormonismo, donde la existencia es eterna.
Mientras que los teólogos tradicionales aceptan un universo creado ex nihilo, algunos
mormones rechazan esta idea. Para reconciliar el dogma mormón de la progresión
eterna con la cosmología moderna, algunos pensadores mormones han recurrido al
multiverso.

De igual forma, el principio antrópico, integrante de la cosmología del multiverso, ha


sido debatido en contextos teológicos sin llegar a un consenso. En su forma más
común, el principio antrópico débil sugiere que lo que observamos es seleccionado
debido a nuestra existencia en un universo que nos permite existir. Algunos teístas
consideran el principio antrópico como innecesario y confuso, mientras que otros lo ven
como evidencia de un diseño divino. Richard Dawkins, por su parte, argumenta que el

19
principio antrópico contradice la idea de un mundo sin Dios. Sin embargo, algunos
teístas encuentran que el principio antrópico es compatible con un universo creado por
Dios, e incluso puede ser un respaldo indirecto al teísmo. George Ellis sugiere un
"principio antrópico cristiano" para una visión integral del universo que combine ciencia
y religión.

En relación con el argumento del diseño, revitalizado por discusiones sobre el principio
antrópico, algunos físicos y filósofos han retomado la antigua objeción de que no se
trata de un argumento a favor del Dios cristiano, sino más bien a favor de un arquitecto
cósmico deísta, o incluso de múltiples arquitectos. A pesar de esto, los teístas
argumentan que esta objeción no demuestra la inexistencia del Dios teísta. Aunque los
argumentos del diseño se vinculan con el principio antrópico, no formaban parte del
programa original establecido por Brandon Carter en 1974.

6. El infinito y el universo

Durante los últimos cien años, la teoría cosmológica ha experimentado variadas fases y
propuestas. A pesar de que algunas propuestas previas mencionaban universos con
pasados infinitos, en las últimas cuatro décadas ha predominado el consenso en torno
a la teoría del Big Bang moderno, la cual postula un pasado finito. Sin embargo, un
universo con un pasado limitado temporalmente puede ser infinito en términos de
espacio y materia. Esto podría implicar la existencia de un número ilimitado de
galaxias, estrellas, átomos y otros elementos, lo que plantea desafíos tanto filosóficos
como teológicos. Un experimento mental realizado por el matemático David Hilbert,
conocido como "el hotel de Hilbert", demostró la extrañeza de los infinitos actuales, lo
que ha sido utilizado por filósofos y teólogos para argumentar tanto sobre la existencia
de Dios como sobre la finitud del universo.

Los dilemas teológicos relacionados con un universo infinitamente grande no están


directamente ligados a la cosmología física contemporánea, pero han sido tema de
debate desde los primeros años del cristianismo. En la actualidad, es aún más
relevante debido a que el modelo cosmológico predominante presenta una curvatura
cero, lo que indica un espacio plano. A pesar de que un espacio cósmico plano no
siempre implica un universo infinito, muchos especialistas en cosmología sugieren que
el universo es infinito en términos espaciales. Los padres de la iglesia discutieron las
20
implicaciones teológicas de un universo infinito, con Juan Filópono detallando en el
siglo VI. Argumentos similares a los usados contra la infinitud temporal se emplearon.
Durante la revolución científica, se creía que el espacio físico no podía ser
verdaderamente infinito, sino simplemente indefinidamente grande. El infinito se
consideraba un atributo divino, no presente en otro lugar; afirmar la infinitud de la
naturaleza sería darle divinidad, idea herética del panteísmo. Mientras la mayoría de
teístas rechazaban la idea de un universo infinito, algunos pensadores argumentaron
que era más acorde con la voluntad y omnipotencia de Dios. Milne afirmó que se
necesita más poder divino para crear un universo infinito que uno finito. La relación
entre finitismo y teísmo, e infinitismo y ateísmo, es históricamente contingente, sin
justificación científica o teológica.

Durante la cosmología moderna inicial, los modelos relativistas de curvatura cero o


negativa a veces se relacionaban con el materialismo y el ateísmo por su implicación
de un universo infinito. Por otro lado, el universo finito y cerrado de Einstein fue bien
recibido por los teístas. Según Ernest W. Barnes, un obispo matemático de
Birmingham, un espacio infinito era visto como escandaloso en 1931. Barnes
argumentó que solo un universo finito permitiría comprender completamente la
actividad de Dios. Lemaître también creía que el universo debía ser finito para ser
comprensible. Sus modelos cosmológicos, el de expansión de 1927 y el del Big Bang
de 1931, eran espacialmente cerrados. El modelo de estado estacionario de la década
de 1950 fue impopular no solo entre los cristianos por la falta de una creación cósmica,
sino también porque implicaba un universo homogéneo de extensión infinita. Según
Stanley Jaki, sacerdote e historiador de la ciencia, un universo infinito es una cortina de
humo científica para el ateísmo. Los mormones discrepan, ya que necesitan un
universo infinito en tiempo y espacio.

Generalmente se cree que el actual modelo consensuado de un universo


geométricamente plano acelerado implica un cosmos sin límites. La mayoría de los
cosmólogos evitan los problemas filosóficos y consideran el universo infinito
simplemente como uno muy grande. Ellis se destaca por cuestionar esta idea,
argumentando que el espacio plano del modelo consensuado puede ser una
abstracción que no se sustenta físicamente. Si el universo es verdaderamente infinito y
uniforme, se plantea que habría un número infinito de copias exactas de todos los
seres vivos, una idea que perturba a nivel teológico según Ellis, Tegmark, Guth, entre
otros académicos.
Ellis señala que es preocupante que Dios pueda no poder prestar atención a todos los
seres del universo si existen muchas regiones cósmicas con seres inteligentes, lo que
implicaría numerosas encarnaciones y crucifixiones de Cristo. Ellis considera que un
universo finito fortalecería el caso, ya que implicaría un número limitado de

21
civilizaciones que necesitan redención, en lugar de un número infinito de figuras de
Cristo, lo cual sería difícil de concebir para Dios.

7. Escatología fisica

Las ecuaciones cosmológicas de campo son simétricas en el tiempo, y las leyes


fundamentales de la física se consideran válidas en todo momento. La cosmología
moderna aborda no solo el pasado, sino también el futuro del universo, incluyendo
especulaciones sobre la vida inteligente. Pasajes apocalípticos de la Biblia
relacionados con el fin del mundo y una posible nueva creación ofrecen un punto de
conexión entre la cosmología y la religión. ¿Existe una escatología secular o científica?
Especulaciones científicas sobre el futuro cósmico surgieron a fines del siglo XIX con la
controversia sobre la muerte térmica predicha por la segunda ley de la termodinámica.
Algunos científicos alemanes argumentaron que la vida podría persistir en un ambiente
altamente entrópico en el futuro, haciendo referencia a aspectos escatológicos de la
cosmología. La idea de la muerte térmica fue aceptada por autores cristianos pero
rechazada por materialistas y ateos que abogaban por un universo eterno con vida
eterna. Eddington, un cuáquero que apoyaba la muerte térmica, cuestionó la ortodoxia
eclesiástica respecto a la enseñanza del fin del mundo.

Desde los años 70, la "escatología física" ha surgido como un nuevo subcampo de la
astrofísica y la cosmología, con pioneros como Freeman Dyson y Jamal Islam (ver

22
Kragh 2011, 325-353). Se enfoca en el futuro del universo como una extensión de los
modelos cosmológicos y la premisa de que las leyes físicas actuales seguirán vigentes
indefinidamente. Se considera que el universo se expandirá perpetuamente, llegando a
un punto final en el que consistirá en un plasma de electrones-positrones rodeado de
neutrinos y fotones. Algunos estudios exploran escenarios de un universo cerrado que
colapsa en un big crunch, o el futuro de la humanidad en los próximos millones de
años. La escatología física analiza el futuro lejano de la vida y su comportamiento,
según Barrow y Tipler (Barrow y Tipler 1986, 658).

Los escatologistas físicos a menudo pasan por alto las implicaciones religiosas de sus
estudios o las rechazan. No obstante, Tipler es una excepción controvertida. Él cree
que la vida podría continuar indefinidamente en un universo cerrado y que el colapso
del universo permite la vida eterna. Según él, en el "punto omega", la vida se vuelve
omnisciente y lo temporal se convierte en atemporal. Tipler ve la singularidad final
como Dios y argumenta que la teología es esencialmente cosmología física basada en
la inmortalidad total de la vida. En su libro The Physics of Christianity (Tipler 2007),
explora más a fondo esta cosmoteología moderna, donde la teología es vista como una
rama de la física. Aunque la perspectiva de Tipler es extrema, ha generado un fuerte
debate entre los teólogos. El concepto de escatología física está relacionado con la
escatología bíblica, pero la conexión entre ambas no está del todo clara. La Biblia no se
centra en el fin del universo físico, sino en el regreso de Cristo, la transformación de los
humanos y el reino de Dios. Jefferson Davis destaca que la esperanza teológica no
puede ser explicada por la física. Aunque un universo cerrado podría ser más acorde
con la Biblia, la relación con la expansión del universo sigue siendo compleja. La
inmortalidad de las formas de vida inteligente va en contra de las enseñanzas bíblicas,
que aseguran que solo Dios es inmortal. Varios teólogos han manifestado preocupación
por las diferencias entre las visiones cosmológicas y la escatología. Pannenberg
sostiene que la idea cristiana de un fin inminente choca con las proyecciones
cosmológicas a largo plazo. Peters cuestiona cómo Dios podría recrear un universo en
constante expansión o enfrentar un posible "big crunch". Para Peters, el fin físico del
universo implicaría la inexistencia de Dios en la tradición cristiana. Mientras algunos
teólogos ven contradicciones entre la física y la escatología, Craig sugiere que la
cosmología secular abre la puerta a la consideración de un creador trascendente,
quizás de una naturaleza panteísta. En su opinión, Robert Russell (2008) sugiere que
la solución al potencial conflicto radica en la omnipotencia y la libertad de Dios para
realizar milagros, alterando así el futuro predicho por la ciencia. Este enfoque no
contradice la ciencia a menos que se asuma filosóficamente que los eventos previstos
por la ciencia son inevitables, algo que Russell cuestiona.

8. Cosmología y Dios

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El instituto de astrofísica de Canarias realizo una entrevista con Francisco Soler donde
hablo sobre la Cosmologia y Dios y afirmo que:
“La filosofía ha sido siempre un intento de entender a Dios. La belleza de la
naturaleza y la matemática que la describe da que pensar que hay un componente
racional que se deduce desde la misma ciencia. Ésta es la idea del ajuste fino del
Universo según la cual nosotros también importamos en el plan del Universo. Hay una
concordancia satisfactoria entre lo que nos dice la teología occidental sobre el Universo
como creación o el hombre como imagen de Dios y lo que podemos encontrar en lo
modelos científicos que manejamos ahora mismo. Pero es tan sólo un argumento; la
teología se sostiene por otros convencimientos que no tienen que ver con la ciencia,
así como tampoco la ciencia necesita tener en cuenta la religión para realizarse,
aunque puede haber concordancias. Es un tema difícil que requiere tiempo para
establecer argumentos. Por eso, he editado recientemente un libro, Dios y las
Cosmologías
Modernas, en el que he reunido los trabajos de distintos físicos, matemáticos y filósofos
en torno a esta cuestión.”Por tanto nos dice que La filosofía trata de comprender a
Dios. La belleza de la naturaleza y la matemática sugieren un componente racional en
la ciencia. La idea del ajuste fino del Universo implica nuestra importancia en él. La
teología occidental coincide con los modelos científicos actuales. La religión y la ciencia
pueden concordar pero se basan en diferentes convicciones.

9. Conclusiones

En resumen, la cosmología física es una ciencia moderna que ha surgido en el siglo XX


y está relacionada con la existencia y el papel de Dios en el universo. Aunque la ciencia
está discutiendo preguntas relevantes para el teísmo, no se espera que dé soluciones
definitivas que satisfagan a los teístas y a los ateos.

El Big Bang se refiere al comienzo del universo y se llama así debido a un término
utilizado por Fred Hoyle de manera burlona. La teoría del Big Bang se basa en la
combinación de la teoría de la relatividad general con observaciones de la distribución
de galaxias y los cambios de posición entre ellas. Muchos científicos han realizado
estudios para respaldar esta teoría, incluyendo a Alexander Friedman, Georges
Lemaître, Edwin Hubble y George Gamow. La teoría del Big Bang explica la expansión
y enfriamiento gradual del universo, así como la formación de partículas subatómicas,
átomos, estrellas y galaxias. La evidencia empírica, como el corrimiento al rojo de las
galaxias y el descubrimiento de la radiación de fondo cósmica de microondas, respalda
ampliamente esta teoría. Además, se ha descubierto que el universo se está
expandiendo rápidamente, lo que ha llevado a la hipótesis de la energía oscura.

24
Aunque aún hay enigmas y desafíos sin resolver, la teoría del Big Bang es ampliamente
aceptada por la comunidad científica.

La teoría del Big Bang plantea implicaciones tanto científicas como teológicas sobre el
origen del universo. Aunque algunos teístas pueden verla como una confirmación de
sus creencias, otros pueden cuestionar su fe debido a la antigüedad del universo. La
cosmología y la teología se entrelazan en un debate complejo sobre la creación ex
nihilo y la naturaleza de Dios en relación con el universo.

La cosmología del estado estacionario de Aristóteles y la teoría del Big Bang de


Einstein presentan diferentes visiones sobre el origen y la evolución del universo.
Mientras que la cosmología del estado estacionario defiende un universo eterno y en
constante creación de materia, la teoría del Big Bang propone un universo finito en el
espacio pero infinito en el tiempo. Aunque la cosmología del estado estacionario ha
sido descartada en gran medida, todavía existen algunas teorías que la defienden y
que están en línea con la idea de una creación divina.

Aparte de las cosmologías mencionadas previamente que se basan en la mecánica


cuántica, existen otras teorías del universo que no son la teoría estándar del Big Bang.
Algunas de estas teorías han sido abordadas desde un punto de vista religioso. En este
texto nos enfocaremos en dos grupos de teorías: las cosmologías cíclicas y las teorías
del multiverso.

A lo largo de la historia, la teoría cosmológica ha pasado por diversas etapas y


propuestas, pero en la actualidad, el consenso se inclina hacia la teoría del Big Bang
moderno, que postula un pasado finito. Aunque un universo con un pasado limitado
puede ser infinito en términos de espacio y materia, lo que plantea desafíos filosóficos y
teológicos.

Las ecuaciones cosmológicas de campo son simétricas en el tiempo y las leyes


fundamentales de la física se consideran válidas en todo momento. La cosmología
moderna aborda tanto el pasado como el futuro del universo, incluyendo
especulaciones sobre la vida inteligente. La escatología física se ha convertido en un
subcampo de la astrofísica y la cosmología, explorando el futuro del universo y la vida,
con algunas conexiones controvertidas con la religión.

La filosofía busca entender a Dios a través de la belleza de la naturaleza y la


matemática, sugiriendo un componente racional en la ciencia. La teología occidental y

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los modelos científicos actuales coinciden en la importancia del ajuste fino del
Universo, pero se basan en convicciones diferentes.

10. Bibliografía

https://www.iac.es/es/divulgacion/noticias/dios-y-la-cosmologia-
entrevista-con-francisco-jose-soler-gil

https://bac-editorial.es/es/estudios-y-ensayos/346-dios-y-las-
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https://www.konradlorenz.edu.co/blog/cosmologia-y-dios-a-traves-de-
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http://www.scandalon.co.uk/philosophy/cosmological_aquinas.htm

https://counterbalance.org/physics/intro-frame.html

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http://dia.austral.edu.ar/Cosmolog%C3%ADa_y_teolog
%C3%ADa#Bibliograf.C3.ADa

https://plato.stanford.edu/archives/fall2013/entries/cosmology-
theology/

https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_estado_estacionario

https://astrosabadell.org/pdf/es/bio/homes/Bondi_es.pdf

https://www.abc.es/sociedad/20141029/abci-bigbang-dios-creacion-
201410291250.html

https://www.bbc.com/mundo/noticias/
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https://es.wikipedia.org/wiki/Interpretaciones_religiosas_de_la_teor
%C3%ADa_del_Big_Bang

https://www.abc.es/sociedad/20141029/abci-bigbang-dios-creacion-
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%2F20141029%2Fabci-bigbang-dios-creacion-201410291250.html

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