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El documento discute si el monoteísmo es una fuente de violencia. Examina las críticas que afirman que el monoteísmo genera violencia al ser excluyente de otras creencias. Sin embargo, también reconoce que la violencia tiene múltiples causas y que los textos monoteístas no promueven la violencia sino que exhortan a la paz. Explora cómo las religiones monoteístas pueden adoptar un papel constructivo para superar la violencia.
El documento discute si el monoteísmo es una fuente de violencia. Examina las críticas que afirman que el monoteísmo genera violencia al ser excluyente de otras creencias. Sin embargo, también reconoce que la violencia tiene múltiples causas y que los textos monoteístas no promueven la violencia sino que exhortan a la paz. Explora cómo las religiones monoteístas pueden adoptar un papel constructivo para superar la violencia.
El documento discute si el monoteísmo es una fuente de violencia. Examina las críticas que afirman que el monoteísmo genera violencia al ser excluyente de otras creencias. Sin embargo, también reconoce que la violencia tiene múltiples causas y que los textos monoteístas no promueven la violencia sino que exhortan a la paz. Explora cómo las religiones monoteístas pueden adoptar un papel constructivo para superar la violencia.
En esta reflexión pretendemos ver la violencia presente en los mono-
teísmos con los ojos de la teología. Deseamos fijar los ojos sobre la concepción del Dios cristiano como fuente y autor de la vida. Partimos del hecho de que la relación entre vida y violencia siempre fue ambi- gua, y de que este hecho adquirió tintes más fuertes y presencia más visible en el inicio del presente milenio. En un segundo momento, exa- minaremos los interrogantes abiertos sobre la identidad monoteísta como posible generadora de violencia. Intentaremos rescatar sus raí- ces históricas y los principios que las regulan, sus convergencias y di- vergencias. Finalmente, nos preguntaremos cómo la teología que emer- ge de los monoteísmos puede adquirir un papel activo en el futuro de una humanidad que necesita superar la violencia y coexistir en paz.
Theologica Xaveriana 169 (2010) 275-300
La cuestión de la violencia y ateísmo, el triste legado de los ata-
del mal se sitúa en el centro de la ques terroristas del 11 de setiem- reflexión actual sobre la religión y bre, en Nueva York, que fueron se- el fenómeno religioso. El reciente guidos de otros sangrientos ataques libro del zoólogo keniano Richard en varias partes del mundo. Bajo Dawkins (Dios, un delirio), lanza el impacto del terrorismo, en su ac- vehementes acusaciones de co- tual faceta islámica, se convino en nexión entre violencia y religión, hacer la asociación equivocada de teniendo especialmente en cuenta que todo monoteísmo es belicoso las religiones monoteístas. Según y sanguinario y de que el politeís- Dawkins y otros pensadores neo- mo y el ateísmo son pacíficos. ateos, en el tema de la religión y de la violencia se encuentra el cre- Se critica también el hecho de cimiento del fundamentalismo y que en los países llamados cristia- del terrorismo. Es la gran estrata- nos, donde el cristianismo históri- gema para fundamentar todo el co es mayoría, no por eso han sa- discurso despectivo con relación a bido afrontar mejor este problema la fe, en especial a las tres grandes de la violencia. Solo en América religiones monoteístas: judaísmo, Latina (tengamos en cuenta el ca- cristianismo e islamismo. Estamos so del Brasil, el mayor país católi- tocando aquello que impulsó mu- co del mundo) son asesinadas chas de las obras actuales sobre el anualmente el equivalente a las 303 víctimas de la guerra del Vietnam, los textos monoteístas no son sim- siendo las víctimas casi en su tota- ples ni están exentos de ambigüe- lidad jóvenes, hombres y negros. dades en lo que dicen al respecto. En Colombia también existe la tris- Las escrituras no camuflan la vio- te realidad de la guerrilla armada lencia que nos escandaliza hoy si- y de los grupos paramilitares que no que la exponen. Para revelar un dividen al país y la sociedad. En Dios de alianza y paz, las escritu- esos y otros casos, la acusación he- ras no dudan en confrontarlo peli- cha por los críticos de la iglesia es grosamente con todos los tipos de que los cristianos dan respuesta es- violencia. Así, demuestran que la casa y pusilánime a ese gran pro- paz tiene su precio y que el conte- blema. No hacen justicia al evan- nido de sus páginas no es una his- gelio que afirman profesar. toria piadosa, sino una experiencia de salvación que incluye dimensio- Por otro lado, hay que situar la nes negativas de violencia, sufri- violencia en su contexto, o sea, más miento y muerte. allá de lo lógico y razonable, en el campo de lo irracional y, por esto mismo, perturbador. En este sen- Monoteísmos e imagen de tido, el tema de la violencia es fron- Dios terizo con algo también impensa- ble racional y filosóficamente, que se destaca de lo ilógico y lo per- El monoteísmo implica la fe en turbador: el amor, el deseo, la bon- un solo Dios, considerando todas dad, la comunicación con el Tras- las otras divinidades como ídolos cendente. sin consistencia. De ahí que poda- mos preguntarnos si el monoteís- En el fondo de toda esta seria mo no sería la causa de que las re- problemática, está la cuestión de la ligiones que lo profesan fueran identidad de la fe monoteísta y, excluyentes y conquistadoras y, por más particularmente, de la identi- tanto, generadoras de violencia. dad del Dios que está en su centro. El paso en dirección a la fe de un Si todas las religiones son lla- Dios único fue un paso importan- madas a posicionarse frente a los te en la historia religiosa de la hu- grandes problemas de la humani- manidad. Además, la propia con- dad, ofreciendo elementos de ayu- cepción de Dios es dinámica y da que pongan límite a las causas progresiva, y debe ser constante- y efectos de la injusticia y la vio- mente aprendida por los seres hu- lencia, es evidente que el mono- manos. teísmo, debido a la unicidad y la trascendencia del Dios es el centro A pesar de tener en sus escri- de su fe y ocupa una posición pro- turas sagradas textos fundamenta- pia y original. En medio de la vio- les con claras e indudables exhor- lencia y de la guerra que arrasan taciones a la paz y la no violencia, el planeta y bañan de sangre la his- 304 Maria Clara Lucchetti Bingemer toria, las revelaciones monoteístas la crítica de Assman, demostrando son llamadas a proponer diferen- que ignora la violencia cometida tes tipos de respuesta que serán lí- por el paganismo de las civiliza- mites puestos a la violencia, de ciones antiguas, así como de todas acuerdo a los tiempos, espacios y las conquistas de paz que el mono- culturas, pero sobre todo coheren- teísmo judeo-cristiano trajo a la tes con la perspectiva específica de historia de la humanidad. su mensaje. Con relación a la crítica inter- Hoy las religiones monoteístas na, hay que reconocer que la am- son confrontadas con un dilema bigüedad presente en la reflexión decisivo: volverse principio de pa- monoteísta es evidente. Apoyado cificación universal o contribuir a en R. Schwager, G. Barbaglio, D. la destrucción violenta del sistema Miller y X. Pikaza afirmará que la humano y del resto del mundo. Y biblia es uno de los libros más ba- para esto es necesario aceptar per- ñados en sangre de la literatura der en alguna medida para que la mundial. La imagen de Dios en el paz se establezca. Quien quiera ga- AT, en algunos de los textos, sobre nar a cualquier precio, o se atribu- todo, pre-exílicos, choca mucho a ye a sí mismo la razón “a priori” o nuestros contemporáneos, incluso no puede promover la concordia a nosotros mismos. Y el cristianis- entre los humanos. mo histórico tiene pecados a pur- gar con su historia muchas veces marcada por la intolerancia y por Críticas a los monoteísmos la intransigencia mental (incluso de sus mayores genios y santos: bendecir las cruzadas, perseguir a A. Torres Queiruga intenta sin- los herejes). tetizar el contenido de la crítica ex- terna e interna a los monoteísmos. Como representante señalado de La interpretación del la crítica externa, cita en primer pensamiento moderno lugar a David Hume: “La intole- y pos-moderno rancia de casi todas la religiones que afirman la unidad de Dios es tan notable como el principio Como afirma Torres Queiruga, opuesto de los politeístas. El espí- la seducción que el ideal burgués ritu irreconciliable y estricto de los ejerce sobre el cristianismo moder- judíos es bien conocido”. Seguida- no es fuente real de violencia. Son mente, menciona la reciente obra los sistemas idolátricos, hoy y de Jam Assman, que recurre a siempre, tal como en el Antiguo y Egipto como ejemplo de lo que se- Nuevo Testamento, los que gene- ría el monoteísmo ideal, pacífico y ran la violencia y la guerra. Así se alternativo. Torres Queiruga criti- comprende que la base de las agre- ca agudamente la unilateralidad de siones de grupos islámicos funda- No tendrás otros dioses más que a mí 305 mentalistas, dentro y fuera del cimiento de la violencia y del cho- mundo árabe, repose sobre situa- que entre la civilización árabe y ciones de profunda deshumaniza- Occidente. Lo llama efectos cola- ción (situación de los palestinos, terales del unilateralismo hegemó- pauperización de países como Ye- nico norteamericano y de sus alia- men, Somalia y Afganistán). dos. Percibimos que la violencia, en nuestro tiempo, tiene innume- Mientras, nos parece que no rables causas, y todas están conec- tiene que situarse la violencia co- tadas con la injusticia y la pérdida mo fenómeno exclusivo de la ci- de la dignidad del ser humano. El vilización árabe y de la religión filósofo André Comte-Sponville, musulmana. Es importante recor- en sus escritos, quiere proponer dar que en el siglo pasado países una reflexión sobre la coexistencia cristianos como Inglaterra e Irlan- y la tolerancia. La pluralidad y la da sufrieron una explosión de vio- diversidad son fenómenos propios lencia y represión que desembocó del mundo moderno, y proponer la en el terrorismo “católico” IRA y limitación de cualquier expresión en la respuesta de “tropas protes- de lo humano, sería traicionar el tantes”, que disputaban Irlanda ideal de las luces, sería retomar del Norte. Podemos también re- prácticas premodernas de solución cordar que la violencia surge en a los desafíos. Comte-Sponville no sistemas políticos, no necesaria- renuncia a sus convicciones ateas, mente religiosos, como la masa- pero frente a las religiones, asume cre en la Plaza de la Paz Celestial una postura de diálogo abierto y en Pekín. de convivencia respetuosa y ma- La modernidad en el siglo XX dura. experimentó una desilusión pro- El filósofo francés expone un funda, con relación al optimismo itinerario para la edificación de racionalista del siglo XIX: dos una espiritualidad secular, en de- grandes guerras, campos nazis, fensa de las tradiciones y valores. campos en la Unión Soviética, dic- En este punto, Comte-Sponville taduras sangrientas en América testifica que ninguna sociedad pue- Latina, segregación racial en Áfri- de sobrevivir sin mitos, ritos y sím- ca del Sur... Todo esto desmiente bolos, y por eso, propone el con- la tesis de que la conexión entre cepto de comunión como una gran violencia y religión deba hacerse ligazón integradora entre los hom- principal y exclusivamente a través bres. La comunión genera una es- de los monoteísmos. piritualidad que sustenta los autén- En el prefacio de su libro El ticos valores humanistas. Señala el Occidente Dividido, el filósofo ale- camino de la comunión y de la mán Jürgen Habermas apunta a la coexistencia como auténticos prin- violación del derecho internacio- cipios humanistas, más eficaces nal como una de las causas del cre- que la militancia antirreligiosa. De
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esta comunión nacen valores “sa- ateísmo, deben sumar fuerzas pa- grados”, que necesariamente no ra condenar explícitamente todo son de la creencia en lo sobrenatu- tipo de violencia, en especial el te- ral, pero sí paradigmas añadidos a rrorismo, que nace del fundamen- la convivencia social. talismo religioso. Como dice To- rres Queiruga, en lo que toca a la Si entendemos por “sagrado” fe cristiana, debemos dejar claro lo que tiene valor absoluto, lo que que nuestra especificidad es luchar se impone de manera incondicio- por la integridad humana contra nal, lo que no puede ser violado sin todo reduccionismo, ya sea éste sacrilegio o deshonra (en el senti- promovido por la economía (neo- do en que hablamos del carácter liberalismo), por el darwinismo so- sagrado de la persona humana, del cial (supervivencia de los más ca- deber sagrado de defender la pa- paces) o por la religión, tanto en su tria o la justicia, etc.), es verosímil versión fervorosa (carismáticos, que ninguna sociedad pueda dis- teología de la prosperidad) como pensar de él de manera duradera. en su versión intolerante (terroris- Lo sagrado, en este sentido, es lo mo religioso global). que puede justificar que las perso- nas se sacrifiquen por él. No es lo sagrado del sacrificador, sino del El misterio de la salvación que se sacrifica a sí mismo o está cristiana dispuesto a hacerlo. Es la dimen- sión de absoluto que caracteriza a la especie humana. La humanidad, La experiencia del Dios Padre la libertad y la justicia no son en- remite a una dimensión de con- tidades sobrenaturales. Por esto un fianza y gratitud al servicio de la ateo puede respetarlas -e incluso vida humana plena. El actual te- sacrificarse por ellas- de igual for- rrorismo se configura como un es- ma que un creyente. cándalo insoportable para quien cree y lucha por una sociedad jus- En estos tiempos de crisis de ta, fraterna y solidaria. El Dios de las ideologías, nos basta regresar a Jesucristo es aquel que no se aver- la dignidad de lo humano, en su gonzaba del fracaso humano, no especificidad y pluralidad, y per- estimula una respuesta violenta a cibirlo junto con el mundo creado las limitaciones de la existencia como parte del cuerpo de Dios. No sino que va al encuentro del fra- se trata de retomar la dimensión casado para hacerlo despertar a la panteísta, sino de rescatar la di- real dimensión de su plan de amor. mensión de la unidad y de la co- Este proyecto se adopta y comple- participación con el creador para ta en Jesucristo que, al exaltar co- llevar a buen término su reino de mo bienaventurados a los pobres paz y justicia. y a los mansos, se hace uno de Tanto la fe religiosa como el ellos. Jesús asume en su totalidad
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la belleza y el drama del ser hu- La contribución de la mano. Por esto Torres Queiruga exégesis bíblica afirma que “Jesús vive pobre y muere derrotado, pero no muere El biblista alemán Norbert infeliz”. Lohfink afirma que la asociación De esta forma, la esperanza entre violencia y monoteísmo es que Dios Padre nos muestra en su anterior a la etapa del culto exclu- hijo Jesús es trans-histórica: ven- sivo al Dios único en la historia de ce las limitaciones del existir si- Israel. tuado y, en la resurrección, revela El monoteísmo tiene la lógica el destino de la humanidad reali- de su regreso al origen único del zada en plenitud. Y este proyecto, cosmos, de un ser creador que es el Reino, no se realiza con violen- todo providente y bueno. Esta te- cia, sino con la renuncia a todo ti- sis central de la fe en el Dios úni- po de agresión, injusticia y beli- co fundamenta, según Lohfink, el cismo. pensamiento de lo verdadero y de Por eso, el Hijo de Dios solo lo falso, y puede incurrir en peli- puede ser promotor de la paz. El groso dualismo. La ruptura con la estado de paz, gestado por Cristo, concepción de varios dioses y de es una paz construida a partir del cierta armonía entre el principio valor de asumir la existencia y de del bien y del mal, poniendo en los realizar la vocación humana en un relatos de los orígenes dos dioses diálogo que apunta al éxito. El diá- que se enfrentan, desembocaría en logo es el gran instrumento para la una visión intolerante, que llevaría construcción de una ética de indebidamente a la violencia. Des- coexistencia pacífica que lleve a la de esta argumentación, se conclui- superación de la violencia y del te- ría que al hablar de religión y vio- rror. lencia, la gente es llamada a referirse a la estructura de los tres Ese es justamente el misterio monoteísmos. Lohfink remite al de la salvación cristiana. Misterio concepto de monoteísmo y apun- tan maltratado por la historia y tan ta, al usar específicamente el AT, obscurecido por los cristianos, pe- a un abordaje esclarecedor, a tra- ro que sigue ahí, sustentado por su vés del concepto de “diferencia propia fuerza interna y siempre ilu- mosaica”, que sería la distinción minado por el ejemplo de Jesús entre la religión del Dios vivo y que, pobre entre los pobres y sal- verdadero y las falsas religiones. vado en su pobreza, está en medio Busca una fundamentación de la de todos nosotros -ateos y creyen- problemática, al intentar profundi- tes- abriendo la oportunidad de un zar separadamente los conceptos encuentro en el esfuerzo común a de monoteísmo y violencia. En el favor de la verdadera universalidad primer tema, Lohfink apunta una humana. evidencia elucidadora: la fe en el 308 Maria Clara Lucchetti Bingemer Dios único viene del tiempo de la conoce sólo un único Dios, no mu- monolatría en Israel. chos dioses. En este sentido es mo- noteísta. Pero de lo que se trata es Los escritos veterotestamenta- de otra cosa: Dios crea en la histo- rios relatan la existencia del culto ria un pueblo por medio del cual a otros dioses, al lado del Dios de hace posible acabar con la violen- Israel. Y son registrados, en la bi- cia. De ahí no se sigue que tuviera blia, innumerables conflictos entre que imponerse de forma violenta, el Dios de la Alianza y la seduc- ni siquiera que esto fuera pensable. ción de estos otros dioses. Por eso, el conflicto y la guerra que cruzan las páginas de la Biblia, no pueden La fe en el Dios de la vida, ser asociados directamente al mo- clave para proseguir el noteísmo, ya que según Lohfink, camino la violencia ocurre en una época en que el tipo de culto a Dios, en Israel, no despreciaba radicalmen- Ciertamente, entre las muchas te cierta comprensión de la reali- experiencias profundamente hu- dad religiosa inmersa en un deter- manas que la biblia selecciona pa- minado contexto politeísta. ra manifestar la identidad del Dios de su fe, está también la constata- Según Lohfink, muchas ideo- ción de la violencia humana. Y no logías imperialistas y dominado- exageramos al afirmar que una de ras fueron acuñadas dentro de la las experiencias que más impresio- óptica y de la cultura de socieda- nan a los autores bíblicos es el he- des politeístas. El periodo de la cho de que los hombres se ataquen historia donde Israel fue más gue- y se maten. El hecho de que los se- rrero, combatiendo dioses e impe- res humanos se perciban como rios extranjeros, no fue en el pe- criaturas amadas por el Dios de la riodo de la monolatría. De esta vida y, al mismo tiempo, sean ca- manera, en cuanto avanza el cono- paces de infligir la muerte a sus se- cimiento de la revelación del Dios mejantes. Al lado de esto, está único en la cultura del pueblo, se igualmente la experiencia profun- desarrolla también la conciencia da y vital de un Dios que libera, de que la violencia contra la vida que hace un pacto y tiene un pro- humana, en especial contra los más yecto de vida y de paz pero, al mis- débiles, es algo que desagrada a la mo tiempo, castiga, se venga, se voluntad del mismo Dios. La reve- encoleriza, es guerrero, y no duda lación del Dios Padre, en Jesucris- en dialogar con el pueblo sobre la to, denota esa evolución de Israel, violencia. En medio de la perple- relativa tanto al entendimiento de jidad causada por estas dos percep- la naturaleza del ser divino cuanto ciones, se imponen algunas cons- a su auténtico culto y seguimiento. tataciones que nos permitirán Naturalmente, el AT canónico proseguir el camino, siguiendo la
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revelación de Dios en medio de la comprender las cosas dentro de pa- problemática de la violencia. rámetros humanos y por tanto compatibles con la lógica humana. Dios solo se manifiesta al hom- Rompe la tentación del hombre de bre a través de lo que el hombre aislarlo en un mimetismo reductor, es en realidad. Muchas veces el y se aprovecha de eso para enseñar ser humano, a través de sus lentes, al hombre que Él es Dios, o total- solo puede ver un Dios violento mente Otro, o diferente, y no Al- porque no ha madurado para ser guien que hace números con el capaz de ver y percibir otra cosa. hombre o a él se asemeja. El hombre inmerso y sumergido en el pecado de su violencia, no Dios utiliza con el hombre una puede no percibir un Dios que tam- “pedagogía progresiva” de no vio- bién actúa con violencia, en un lencia. Dios va educando paulati- cierto estadio de su fe. Y la peda- namente al hombre para una prác- gogía sabia y amorosa de Dios va tica y una actitud no violentas, a a acompañar ese itinerario del ser fin de que el mismo hombre pueda humano, respetándolo cariñosa y aguantar y asimilar lo que va sien- misteriosamente. do enseñado. Cada vez que un comportamiento violento del hom- Esta manera de ver a Dios no bre acontece y tiene consecuen- es falsa, aunque sí deformada. cias, como la guerra, la conquista Dios se revela al hombre en aque- y el saqueo de una ciudad, a este llo que es la verdad, igual que su mismo hombre le es manifestada revelación lo muestra actuando una nueva exigencia divina, que li- violentamente. Dios no se aparta, mita su violencia. Dios reduce el al ver lo deformado del hombre, deseo violento del hombre y lo por amor. Acepta este ver defor- obliga a limitar sus propios impul- mado para transformarlo y conver- sos desenfrenados y predatorios, a tirlo. Dios crea a su criatura con fin de que sea capaz de percibir la amor y en libertad. Por eso respe- vida más allá de los instintos y de ta los caminos y las opciones que la dominación. esa libertad va tomando. Va acom- pañando y revelándose en la me- La “intención” de Dios es dida en que el ser humano puede siempre llegar al amor y al perdón aguantar, al mismo tiempo que lo sin medida. Todo lo afirmado nos prepara para dar otros pasos y se- lleva a concluir que, aun “pasan- guir adelante. do” por la violencia, el Dios de la biblia quiere en verdad llegar al El Dios de la biblia no es co- amor y no a la violencia. Esa es su mo el hombre. Dios no se siente intención última y definitiva y, a obligado ni deudor de una lógica partir de esto, va “desconcertan- en que el mal se paga con el mal y do” y “deconstruyendo” los con- el bien con el bien. Dios no entra ceptos e imágenes que Israel tiene en el juego humano, que solo sabe al respecto. Y eso con el fin de que 310 Maria Clara Lucchetti Bingemer el mismo Israel pueda llegar a Él, to, para la fe cristiana en Él. Qui- única fuente de vida plena. zá la teología cristiana debería Dios no elimina mágicamente hacerse eco de la cuestión del teo- la violencia para llegar al amor, pasquismo: ¿sufre Dios? Un Dios sino que toma la violencia sobre incapaz de sufrir, ¿no sería tam- Sí a fin de romper su diabólico bién incapaz de amar y por eso más proceso. No es la violencia el pri- pobre que cualquier hombre? Pero mer elemento que aparece en el ho- un Dios que sufre, ¿qué puede sig- rizonte humano, sino el amor y la nificar para los que sufren más allá mansedumbre, dados al hombre de una confirmación religiosa de como misión, con la eficacia de la su dolor? bendición creadora del Gn 1. En La teología cristiana solo pue- verdad, el Dios de la revelación de explicar la historia de la pasión cristiana va a seguir ese camino del mundo superando la ilusión coherentemente hasta la plenitud teísta y la resignación atea cuando de su revelación en el NT, en la en- se expone la historia de la pasión carnación, vida, muerte y resurrec- de Cristo y llega a reconocer el ser ción de Jesucristo. Es ahí donde el de Dios en la muerte de Jesús en mismo Dios aparecerá enteramen- la cruz. Solo cuando se llega a es- te revestido de violencia, pero en clarecer lo que aconteció a Jesús el lugar de la víctima y no del ver- moribundo y “su” Dios, podremos dugo. deducir lo que este Dios significa para los afligidos y desamparados Por una teología para la de esta tierra. superación del binomio El lenguaje cristiano, con res- violencia y religión pecto a Dios, tiene que realizarse en la conciencia y en la plena pre- La teología crítica, así como el sencia del desamparo de Jesús, por ateísmo crítico, coinciden en el su- Dios, en la cruz, y solo en ellas frimiento como marco de la pre- puede encontrarse su justificación. gunta por la justicia. Cristianos crí- El lenguaje cristiano se convierte, ticos y ateos críticos se encuentran en la cruz de Cristo, en un lengua- en lucha contra la injusticia y su je trinitario sobre la “historia de sanción religiosa en este contexto Dios”, y debe distanciarse en con- de solidaridad práctica. Pero, en el secuencia de todo monoteísmo, así nivel de la historia de la pasión del como de todo politeísmo y panteís- mundo, ¿qué significa recordar la mo. La situación central del Cru- historia de la pasión de Cristo? An- cificado es lo específicamente cris- tes de responder a esta pregunta tiano en la historia universal, así hemos de aclarar lo que la historia como la doctrina de la Trinidad es de la pasión de Cristo significa pa- lo específicamente cristiano en la ra el ser mismo de Dios y, por tan- doctrina sobre Dios. No tendrás otros dioses más que a mí 311 Desde esta comprensión se lo que es el amor humano, que se puede interpretar mejor la afirma- da entre personas que se conside- ción central: Dios es amor. Esta ran dignas de ser amadas. En Dios frase hemos de interpretarla como cambia esta estructura, ya que de la autoidentificación de Dios con este modo el Espíritu no quiere el hombre Jesús crucificado. De la amarse a sí mismo sin amar al otro, identidad de Dios con el Mesías de al hombre que, de por sí, es peca- la cruz depende la posibilidad de do, miseria, injusticia y muerte. El entender la esencia de Dios como amor en Dios es diferente porque amor y el ser trinitario de Dios. se da unido al Crucificado, y esto Dios sólo puede ser conocido por quiere decir que es la suma gratui- el hombre en la historia. Y la his- dad que sale al encuentro de otro toria de Jesús es la historia en que que no es digno de amor: Él, en la Dios se define como amor. Al final cruz, hace justo al hombre que de de la historia de Jesús, con su por sí debería ser odioso a sus ojos muerte, se revela la plenitud de la por su pecado. esencia de Dios. Ya no cabe sepa- En un mundo de pecado y vio- rar esencia y existencia en Dios: en lencia, el amor no puede matar y la existencia (historia) de Dios se destruir sin desmentirse a sí mis- define su esencia (amor) y ambas mo. Solo le queda una opción: su- son inseparables de su ser. En la frir y morir. El amor solo puede cruz de Jesús aparece en plenitud sufrir, resistir, morir. En medio del la esencia del amor: “unión de sufrimiento del inocente, no hay muerte y vida a favor de la vida” y otro lugar para el amor -para Dios- “desprendimiento y donación si no es en medio de aquel sufri- siempre mayores”. miento, sufriendo con el débil y el Los textos neotestamentarios oprimido. Solo así el Amor es el nos dicen que el amor se mostró último sentido de la historia, más en el envío del Hijo como don del fuerte que la muerte. Solo así Dios Padre. Dios es el acontecimiento es Amor y se puede entender la re- del amor abriéndose a un tercero, lación entre Dios y el mal, entre al Espíritu Santo, distinto del Pa- Dios Trinidad y el sufrimiento del dre y del Hijo. El acontecimiento mundo. del amor se da cuando Dios (Pa- Dios sufre y pasa por la muer- dre) como amante, desprendido del te sin ser destruido por ella. El Hi- amado (Hijo), no solamente se ama jo muere abandonado; el Padre su- a sí mismo, sino que también in- fre la muerte del Hijo y recibe la cluye aquello que es totalmente di- herida de la mortalidad en su mis- ferente a Él mismo (mundo y hom- ma paternidad; el Espíritu es silen- bre) por obra del Espíritu. Dios es ciado por el poder de las tinieblas, así, por esencia, el amor, un des- y mientras es donado por ambos, prendimiento siempre mayor. Esta Padre e Hijo (es decir, dado por el definición de Dios va más allá de Padre al Hijo y recibido del Padre 312 Maria Clara Lucchetti Bingemer por el Hijo), mantiene vivo el amor tiempo esta imagen de Dios no fue trinitario que sigue bajo la sombra privilegiada por los hombres reli- de la muerte, y abre el futuro de la giosos de las grandes instituciones. esperanza y de la vida a todos los La representación de Dios fue pri- crucificados de la historia. sionera del estereotipo arcaico de un ser que recurre a la violencia para castigar a los infieles o gue- Poder absoluto e impotente rrear contra los malos. Solo tras romper con este estereotipo el hombre accede al conocimiento de Desde la cruz de Jesús, el mis- Dios que es amor y bondad. terio de Dios no sólo puede ser considerado como poder absoluto, Jesús desarmó a Dios, desarmó sino al mismo tiempo como poder las imágenes que el hombre se fa- impotente que nada sustrae al ab- bricó de Dios. Jesús derribó todos soluto de su ser. Y a partir de ahí los dioses omnipotentes de sus tro- han de ser repensados los predica- nos. La cuestión teológica central dos griegos de Dios, especialmen- es si Dios es el “Dios de los ejér- te los de la inmutabilidad y la im- citos” o el “Dios desarmado”. No pasibilidad. Es necesario afirmar podría existir peor perversión de que el corazón de Dios es vulne- la cruz de Jesús que las Cruzadas. rable y puede ser afectado por el La omnipotencia no es más que amor, que lo abre al que no es él y ilusión de la trascendencia. En rea- se deja herir por la solidaridad su- lidad es su contrario. Pues la fuer- prema y radical con el sufrimiento za de la omnipotencia es de orden de la humanidad. material y no espiritual. Imaginan- Desde la cruz de Jesús no hay do un dios omnipotente, el hombre nada en el mundo que no sea asu- está proyectando su propia volun- mido por Dios. La pasión de Dos tad de poder. Dios es pura no vio- sigue en los crucificados de la his- lencia y no es posible ser su testi- toria. Mientras, nada se pierde. No go sin volverse al mismo tiempo hay lugar para la desesperación, ya testigo de su no violencia. La an- que la redención sigue su misterio- títesis de la fe no es la no creencia, so curso. sino la violencia. Negar a Dios no es ignorar que Él exista, sino pre- En la tradición de la teología tender que Él se acomode a la vio- negativa, el misterio de Dios es lencia de los hombres, justificán- inexpresable. No podemos aproxi- dola, peor todavía, capitaneándola. marnos a él más que de manera ne- La exigencia evangélica de “ofre- gativa, diciendo qué es y qué no es cer la otra mejilla” se opone radi- Dios. Desde esta perspectiva, la calmente a la vieja Ley del talión, primera verdad que el hombre pue- que es la ley del mundo. Ofrecer de decir de Dios es que es pura no la otra mejilla es romper el engra- violencia. Pero durante mucho naje de la rivalidad fundada del No tendrás otros dioses más que a mí 313 enemigo y romper el ciclo perpe- tome conciencia de su violencia y tuo de las venganzas y de las gue- se desarme él mismo. rras. Es permitir que el adversario
CONCLUSIÓN: UN DIOS DESARMADO
En las escrituras podemos per- y despiertan un espíritu beligeran-
cibir un Dios no violento, al cual te que proviene de la Roma Anti- toda violencia es extraña. No exis- gua. También afirma que la supe- te en Él la ira, envidia, venganza ración de la violencia, o sea, la destructivas. Dios es puro amor. justicia y la paz, solo pueden tener Sin embargo, a lo largo de la his- lugar en el momento en que los se- toria, esta imagen de Dios no pre- res humanos renuncien a poseer lo valeció en las lecturas e interpre- infinito, a desear ilimitadamente. taciones del texto bíblico. Y es que, La noción de obligación sería más a lo largo de la historia, proyecta- importante que la noción de dere- mos sobre Dios nuestras pulsiones cho: “Un derecho no es eficaz a no violentas, cometiendo los verdade- ser por la obligación que le corres- ros absurdos de utilizarlo para ven- ponde”, pues, “donde hay necesi- cer en nuestras guerras, sacralizar dad, hay obligación”. nuestras dominaciones, disfrazar Nuestros mismos discursos nuestras venganzas unilaterales. más comunes, sociales y políticos, Juan Pablo II, al inicio del nue- merecerían ser revisados para pu- vo milenio, dio en nombre de la rificar la memoria y el lenguaje de Iglesia un ejemplo al mundo pi- las nuevas generaciones en lo que diendo perdón por “métodos de respecta a una sutil infiltración de violencia y de intolerancia” utili- la violencia en lo cotidiano de zados en el pasado para evangeli- nuestras vidas. zar. Propone entonces a los cristia- Nuestro Dios es un Dios des- nos católicos una “purificación de armado. Y si la religión que cons- la memoria” a fin de entrar en el truimos alrededor de la fe erigió nuevo milenio con un corazón nue- formas que parecen ponerse de vo. acuerdo con la violencia, es hora Simone Weil afirma que la pro- de revisar urgentemente la co- pia noción de derecho depende, por nexión entre fe y religión. Posible- su naturaleza, de la violencia, de mente hayamos construido socie- la fuerza, por tanto, para ella, afir- dades y comunidades eclesiásticas maciones como: “tengo derecho donde hay mucha religión y poca fe. a…”, “usted no tiene derecho a…” encierran en sí una guerra latente Hoy como ayer, el Dios de los 314 Maria Clara Lucchetti Bingemer ejércitos amenaza sobreponerse al bata contra sí mismo en varias par- Dios de la paz, en el interior de los tes del mundo. La Revelación sistemas económicos, ávidos de cristiana, al contrario, nos convo- ganancias y de poder, en los diver- ca a hablar de Dios como dulzura, sos movimientos fundamentalistas que hacen que el mismo Dios -con mansedumbre y respeto y cons- apelaciones distintas en las dife- truir en su nombre la paz que no rentes tradiciones religiosas- com- termina.
Condensó: DOLORS SARRÓ
“El Concilio todavía no podrá producir la unión completa de la cristian-
dad, pero sí podrá hacer saber nuevamente cuánto ya se tiene en común y cuánto estamos, en el fondo, ya unidos, si tan solo nos tomamos el trabajo de verlo y, en lugar de contemplar las tumbas que nos separan, prestar aten- ción a lo mucho que nos une. Aquí también tendrá efecto la decisión funda- mental del Concilio: guiarse por el sí, lo afirmativo en lugar del anti, lo nega- tivo, y así vivir de nuevo el peso de esa unidad fundamental que ininterrum- pida ha de substituir y, en la unión concreta de los cristianos, dejarle esa im- portancia que ella tiene verdaderamente y que no será superada por ninguna separación. Por supuesto, con esto el Concilio va más allá de sus límites, por- que semejante manera de realización cristiana seguirá siendo una tarea que ciertamente fue formulada por el Concilio, pero podrá ser hecha realidad solo por cada uno de los cristianos mediante la paciencia y el penoso esfuer- zo de todos los días”.
J. R ATZINGER, La Iglesia se renueva, Paulinas, Buenos Aires 1965