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3. LAS PREFERENCIAS En el capftulo 2 vimos que el modelo econémico de la conducta del consumidor es ‘muy sencillo: afirma que los individuos eligen las mejores cosas que estén a su al- cance. En él tratamos de aclarar el significado de “estan a su aleance” y en éste trata- remos de aclarar el concepto econsmico de "mejores cosas" Los objetos que elige el consumidor se denominan cestas de consumo. Estas con- sisten en una lista completa de os bienes y los servicios a que se refiera el problema de cleccidn que estemos investigando, Debe subrayarse la palabra “completa”: cuando analizamos el problema de eleccién de un consumidor, debemos asegurar- nos de que incluimos todos los bienes pertinentes en la definicién de la cesta de con- Si analizamos laeleccién del consumidor en el plano més general, necesitamos no sélo una lista completa de los bienes que podria consumir, sino también una des- ctipcisn de cusndo, dénde y en qué circunstancias podria obtenerlos. Después de to- do, a los individuos les preocupa saber cusntos alimentos fendrn manana tanto ‘como saber cudntos tienen hoy. Una balsa en medio del océano Atléntico es muy di- ferente de una balsa en medio del desierto del Sahara y un paraguas en un dia Tlu- ‘vioso es un bien muy diferente de un paraguas en un dia soleado. A menudo es vit considerar que un “mismo” bien consumido en dos lugares o circunstancias distin- tas equivale a dos bienes distintos, ya que el consumidor puede valorario de forma diferente en esas situaciones. Sin embargo, cuando centramos sinicamente nuestra atencién en un sencillo problema de eleccidn, normalmente los bienes relevantes son bastante obvios. Muchas veces adoptaremos la idea descrita anteriormente de utilizar sélo dos bienes y de llamar a uno de ellos “todos los demés bienes”. De esa forma podre- ‘mos analizar elecciones de consumo que afecten a muchos bienes y utilizar grat cos de dos dimensiones, Imaginemos, pues, que nuestra cesta de consumo esté formada por dos bienes y {que x, representa la cantidad de uno de ellos y x, ladel otzo, Por lo tanto, la cesta de ‘consumo completa es (xy, x). Como sefalamos anteriormente, de ver en cuando re- presentaremos esta cesta de consumo mediante la abreviatura X. 36 / Mickosconosaa BerRNEDIA 3.1 Las preferencias del consumidor Supondremes que dadas dos estas de consumo cvlesquier, (ty %) ¥ (iy 49) eb consumidor puede ondenarla segan su atractivo. Es dec, puede decidir que una de ells es estrictamente mejor que I ora o en que le son indiferentes Utiizaremos el stnbolo > pare indicar que una cesta se prefer estritamente a otra, por lo que debe interpretarse que (i, %) > (3) siifica que el consumidor prefer estrctamente (1%), ven el sentido de que le gusta masa cesta que lay Bsa relackin de preferencia preende ser un concepto préctico. Si el consumidor pfiee una cesta a otra, significa que clegiré la que prefer, si tene posiblidad de hacerlo, Por lo tanto, la idea dela preferencia se basa en la conduct del consumidor. Para saber si ésteprefiere una cesta a otra, observamos eémo se comport ens ciones en las que hay que elegir entre dos cesta. Si sempre elige la (rx) cuando sista a jp yp) en nasal dace qua praiere In 2,2) a Gy 4 Si al consumidor le resulta indiferente elegir una u otra de las dos cestas de bie- nes, utilizamos el simbolo ~ y escribimos (xy, x;) ~ (vy, yp). Esto significa que, de acuerdo con sus propias preferencias, cualquiera de las ds estas satisfartaigual- mente al consumidor Sil individu prefiere una de las dos cestas oes indiferente entre ella, decimos aque prefiere débilmente la (, 2) ala (y ¥)y escibimos (x, %3)= ¥y 42) Estas relaciones de preferencia estricta, preferencia débile indiferencia no son conceptos independiente, jlas propias relaciones estén relacionadas entre sf! Por ejemplo, si (yx) = Wy Ya) ¥ We Ya) = Gye %- Poems conclu que 3) ~ Wy ‘y,). Es decir, si el consumidor piensa que la cesta (x,, x) es al menos tan buena como. Ia (vy ¥) ¥ que la (y, ¥q) 8 al menos tan buena como la (x, x,), debe ser indiferente entze las dos cestas de bienes Del mismo modo, si (x) & (y ¥,), pero sabemos que no se da (x, 3) ~ (Fy 9) podemos coneluir que (, 3)» (J, Ya To que significa simplemente que siel const smicor piensa que a cesta (x, ,)€8al menos tan buena como la (jy) no es ind ferente ante las dos, debe ser que piensa que la (x, 3) es estrictamente mejor que la Wy ye). 3.2 Supuestos sobre las preferencias Los economistas suclen partir de algunos supuestos sobre la “compatbiidad” de las ferencias de los consumidores. Por ejemplo, pazece poco razonable —por no deci contra- ictoria— una situactén en la que (%, x3) > yy) ¥ al mismo tiempo, (YY) (%%) pues significaria que el consumidor prefiereestrctamente la cesta X ala Y.yviceversa Por esa raz6n, normalmente los economistas parten de una serie de supuestos s0- ‘bre las relaciones de preferencia, Algunos son tan importantes que podemos lamar- Las prferencias (3) 37, los “axiomas” de la teorfa del consumidor. He aqui tres de ellos. Decimos que las pre- ferencias son: ‘Completas. Suponemos que es posible comparar dos cestas cualesquiera. Es decir, da- dda cualquier cesta X y cualquier cesta Y, suponemos que (xy) > YY) © Wy Ya) & (ry) 0 las dos cosas, en cuyo caso, el consumidor es indiferente entre las dos cestas. Reflexivas. Suponemos que cualquier cesta es al menos tan buena como ella misma: Gy a9) a ‘Teansitivas. St (ry x)= (Yy Yad ¥ (Vy Ya) >= 29) Suponemos que (ry) >= (ey 2). En otras palabras, si el consumidor piensa que la cesta X es al menos tan buena como la Yry que la ¥ es al menos tan buena como la Z, piensa que la X es al menos tan buena como la Z, El primer axioma, la completitud, es diffclmentecriticable, al menos en el caso de los tips de elecciones que suelen analizar los economistas. Decir que pueden com- ppararse dos cestas cualesquiera es decir simplemente que el consuumidor es capaz de clegir entre dos cestas cualesquiera. Cabria imaginar situaciones extremas que im- plicaran elecciones a vida o muerte en las que la ordenacién de las opciones fuera di- {ici o incluso imposible, pero estas elecciones quedan, en su mayor parte, fuera del dominio del andlisis econémico. FI segundo axioma, la reflexividad, es trivial. Una cesta cualquiera es, ciertamen- te, fan buena como una cesta idéntica, Las personas que tienen hijos pequefios a ve- ces observan en ellos conductas que violan este supuesto, pero parece probable en la conducta de la mayoria de los adultos. El tercer axioma, la transitividad, plantea més problemas. No ests claro que Tas referencias deban tener necesariamente esta propiedad. Bl supuesto de que son tean- sitivas no parece evidente desde un punto de vista puramente logico, y, de hecho, no lo es, La transitividad es una hipétesis sobre la conducta de los individuos en sus clecciones y no una afirmacién puramente légica, Sin embargo, no importa que sea 0 no un hecho l6gico basico; lo que importa es que sea o no una descripcién razona- blemente exacta del comportamiento de los individaos, Qué pensarfamos de tuna persona que dijera que prefiee la cesta X ala Yy la Ya la Z, pero que también dijera que prefiere la Z a la X? Desde luego, lo consideraria- ‘mos como prueba de una conducta peculiar Y lo que es mas importante, :cémo se comportarfa este consumidor si tuviera que clegir entre las tres cestas X, Y y 22 Si le pidiéramos que eligiera la que pretiere, ten- dla un serio problema, pues cualquiera que fuese la cesta que eligiera, siempre pre- feriria otra, $i queremos tener una teoria en la que los individuos tomen las 38 / Mickosconosda BerRNEDIA “mejores” decisiones, las preferencias deben satisfacer el axioma de la transitividad © algo muy parecido. Silas preferencias no fueran transitivas, podria muy bien ha- ber tn conjunto de cestas tal que ninguna de las elecciones fuera la mejor. 3.3 Las curvas de indiferen Como veremos, toda la teorfa de la eleceién del consumidor puede formularse en funcién de preferencias que satisfagan los tres axiomas descritos antes, ademés de al- sgunos supuestos més téenicos. No obstante, resultaré wil describirlas gréficamente ‘mediante curvas de indiferencia, Consideremos la figura 3.1, cuyos dos ejes representan el consume de los bien- es Ly 2 por parte de un individuo, Escojamos una determinada cesta de consumo (xy-) y sombreemas todas las que se prefieren débilmente a ésta. Esa érea se lla- ‘ma conjunto preferide débilmente, Las cestas de la frontera de este conjunto es decir, aquellas que cl consumidor considera indiferentes ala (x, x,)— constituyen la curva de indiferencia, Conjunto preferido débitmente: «estas preleridas détiimentes (5%) % ‘Garva de indiferenca stan erent aby ay) Figura 3.1. Conjunto preferido débilmente, El rea sombreada est formada por todas las cestas que son, al menos, tan buenas como la (2). Podemos trazar una curva de indiferencia partiendo de cualquier cesta de consu- ‘mo que queramos. Esta curva esté formada por todas las cestas ante las cuales el con- sumidor se muestra indiferente, Las prfrencits 3) 38 Uno de los problemas que plantea la utilizaciin de las curvas de indiferencia pa- 1a describir las preferencias estriba en que sélo nos muestran las cestas que el consu- ‘midor considera indiferentes, pero no cudles son mejores y cuéles peores. Algunas veces resulta atl trazar pequefias flechas en las curvas de indiferencia que indiquen Ja direccion de las cestas preferidas. No lo haremos en todos los casos, pero sf en al- .gunos de los ejemplos que puedan suscitar confusiones. Si no partimos de otros supuestos sobre las preferencias, las curvas de indiferen- cia pueden adoptar formas realmente peculiares, Pero incluso en este nivel general podemos formular un importante principio sobre ella: las curoas de idiferencia que representan distintos niveles de preferencias no pueden cortarse. Es decir, no puede darse la situacién descrita en la figura 32. SSupuestascurvas de initerencia Figura 3.2 Las curvas de indiferencia no pueden cortarse. Si se cor- taran, X,Y, y Z tendrian que ser indiferentes y, por lo tanto, no po- dlrfan encontrarse en curvas de indiferenciadistntas, Para demostrarlo, escojamos tres cestas de bienes, X, Y'y Z, tales que la X se en- ccuentre solamente en una curva de indiferencia, la ¥ en la otra y la 7 en la intersec- cin de ambas. Hemos partido del supuesto de que las curvas de indiferencia representan niveles de preferencias distntos, por lo que una de las cestas, por ejem- plo, la X, se prefiere estrictamente ala otra la Y. Segtin la definicion de las curvas de indiferencia, sabemos que X ~ Z y que Z ~ Y. A partir del axioma de la transitiv ddad, podemos concluir que X ~ ¥, Pero esta conclusion contradice el supuesto de que X > ¥, con Jo que queda demostrado el resultado de que las curvas de indife- rencia que representan niveles de preferencia distintos no pueden cortarse. Qué otras propiedades tienen las curvas de indiferencia? Fin abstracto, la res- puesta es: no muchas. Las curvas de indiferencia constituyen un instrumento para 40 / Miceosconosaa perEDIA describ las preferencias. Pueden representar casi todas las preferencias que puedan imaginarse, El truco consiste en aprender qué forma tienen las curvas de indiferen- cia correspondientes a cada tipo de referencias. 3.4 Ejemplos de preferencias Intentemasrelaconar Las preferencis con as curvas de indiferenia mediante alu nos ejemplos, Descibiremos algunas preferencia y veremos cma son ls curvas de indiferencia que ls representan. Exite un procedimiento general para construiscurvas de indiferenca dada una descripcin “verbal” de las preferenis, Primero stuamos el lépiz en una cesta de consumo cualquiera del gifco, por eempl, la (x) A continuacionimaginamos gue le damos al consumidor un poco més el bien 1, x, desplardndalo a (x, » Ary 2) Despute nos preguntamos fio tendria que tori el consumo de para que e consumidor fuera iniferenteal punto de cansume nical, y Hamamos a eta vara- Clon At A continacén nos preguntamos cbmo tendfa que vaviar el ben 2, dada tna varlacign del, para que el consumidor fuera indferente ene (x, + Ay ¢ 4) y Gx). Una ver determinado el desplazamientocorespondiene a una cela de consuin ya tenemos una parte de a curva de indiferencia, Ahora intentamos ha cet lo mismo con ota cst, y ast sucaivamentc hasta obtenceclaramente la forma general de as curvas de indiferenci, Sustitutivos perfectos Dos bienes son sustitutivos perfectos si cl consumidor esté dispuesto a sustituir uno por otro a una tasa constante, El easo més sencillo es aquel en el que el consumidor esté dispuesto a sustituir un bien por otro a una tasa igual a1. ‘Supongamos, por ejemplo, que los dos bienes son lépices rojos y azules y que al consumidor le gustan los lipices, pero le da igual el color. Escoge una cesta de con- sumo, por ejemplo, la (10, 10). Para este consumidor cualquier otra cesta que conten- {ga 20 lipices es tan buena como la (10, 10) En términos matemiticos, cualquier cesta de consumo (x, %) tal que x, + x3 = 20 se encontraré en la curva de indiferencia que pasa por el punto (10, 10)-Por lo tanto, las curvas de indiferencia de este consumidor son todas rectas paralelas con una pendiente de -1, como muestra la figura 33. Las cestas que contienen més lipices se prefieren a las que contienen menos, por lo que Jas sucesivas curvas de indiferencia son patalelas en sentido ascendente y hacia la de- recha, como indica la figura 3.3. _{Cémo se aplica este razonamiento al procedimiento general para trazar curvas de indiferencia? Si nos encontramos en (10,10) y aumentamos a cantidad del primer bien Las preference. 3) 42 fen una unidad, eudnto tenemos que cambiar el segundo para volver ala curva de in- diferencia iniial? Es evidente que tenemos que reducirel segundo bien en 1 unidad. Por lo tanto, la curva de indiferencia que pasa por el punto (10,10) tiene una pen- iente de -1. Este mismo procedimiento general puede utilizarse con cualquier cesta de bienes con los mismos resultados; en este caso, todas las curvas de indiferencia te- ren una pendiente constante de —1. (Garvos de initerenia Figura 33. Los susttutivos perfectos. Al consumir slo le interesa el sndmero total de pices yno su colo. Por lo tanto, las curvas de indi- ferencia son lineas retasy tienen una pendiente de ~1 La caracterfstica més importante de los sustitutivos perfectos reside en que las ccurvas de indiferencia tienen una pendiente constante. Supongamos, por ejemplo, «que representamos los lépices azules en el eje de ordenadas y los pares de lépices r0- josen el de abscisas. Las pendientes de las curvas de indiferencia correspondientes a estos dos bienes serian iguales 2-2, ya que el consumidor estaria dispuesto a renun- iar a dos lapices azules para obtener un par més de lapices rojos. En este libro analizaremos principalmente el caso en el que los bienes son susti- tutivos perfectos a una tasa igual a1. ‘Complementarios perfectos Los complementarios perfects son bienes que siempre se consumen juntos en pro- pporciones fijas. Los bienes se “complementan” en cierto sentido, Un buen ejemplo son los zapatos del pie derecho y los del izquierdo, Al consumidor le gustan los 2a- 42 | Microsconosaa peraRvEDIA patos, pero siempre lleva juntos el derecho y el izquierdo. No le sive de nada tener tuno solo. ‘Tracemos las curvas de indiferencia de los bienes complementarios perfecto Supongamos que elegimos la cesta de consumo (10, 10). Ahora aftadimos 1 zapato ds del pie derecho, por fo que tenemos (11, 10) Por hipétesis, el consumidor es in- diferente entre esta nueva posicién y la inicial, ya que el zapato adicional no le sirve para nada, Lo mismo ocurre si afladimos 1 zapato més del pie izquierdo: el consu- ‘midor también es indiferente entre (10,11) y (10, 10) Por lo tanto, como muestra la figura 3.4, las curvas de indiferencia tienen forma de L. cuyo vértice se encuentra en el punto en el que el ntimero de zapatos del pie iz- guierdo es igual al de zapatos del derecho. Zapatos del pie izguerto Corvas de indlerencia ‘Zapato del pie derecho Figura 3.4. Los complementarios perfectos. El individuo siempre Cy 2). Este supuesto se denomina a veces “preferencss ‘monétonas". Como hemos stigerido en nuestro andlisis de la saciedad, el supuesto de “cuanto més, mejor” probablemente slo se cumpla haste un punto determinado, Por lo tanto, el supuesto de que las preferencias son monétonas indica que slo va- mos a examinas las situaciones que se encuentran antes de alcanzar ese punto —an- tes de que haya saciedad alguna en las que ms todaofa es mejor. La economts no sera una disciplina muy interesante en un mundo en el que todas las personas estu- Vieransaciadas en su consumo de todas y cada uno de los bienes Figura 39. Preferencias monétonas. Para el consumidor es mejor la cesta que contiene una mayor cantidad de ambos bienes y, poor la que ‘ontiene una cantidad menor 48 / Microsconosda perEDIA {Qué consecuencias tiene para la forma de las curvas de indiferencia el hecho de que las preferencias sean monétonas? Implica que tienen pendiente negativa. Consideremos Ja figura 39 Si partimos de la cesta (¢, 13) y nos desplazamos en sentido ascencente y hhacia la derecha, nos desplazamos necesariamente a una posicign mejor. Sinos despla- zamos hacia abajo y hacia la izquierda, nos desplazamos necesariamente a una posiciin peor Por lo tanto, para desplazarnos a una posici6n indierente, debemos desplazarnos, ‘bien hacia la izquierda y en sentido ascendente, o bien hacia la derecha y en sentido descendente: la curva de indiferencia debe tener pendiente negativa. En segundo lugar, vamos a suponer que se prefieren las medias a los extremos. Es decir, si tenemos dos cestas de bienes (x,, x) y (¥y- ¥,) en la misma curva de indife- rencia y tomamos una media ponderada de las dos como la siguiente: tasty duet pit zig ht 7h) Ja cesta media serd al menos tan buena como cada una de las dos eestas extremas 0 estrictamente preferible a ellas. Esta cesta media ponderada contiene la cantidad me- dia del bien 1 y la cantidad media del 2 presente en las dos cestas. Por lo tanto, se en- cuentra en el medio de la recta que une la cesta xy la y. De hecho, vamos a adoptar este supuesto en el caso de cualquier peso tsituado en- lee Oy Ly no sélo cuando es 1/2, Supondremos, por lo tanto, que si (ty, 8) ~ (Ya (x, + Dy te, + Oy.) Oy) para cualquier f tal que 0 < = 1. Esta media ponderada de las dos cestasasigna un peso fala cesta X y un peso 1 ala Y. Por consiguiente a distancia que hay entre Ja cesta X y la cesta media es una proporcint de la distancia que hay entre la cesta Yyyla.Xa lo largo de la recta que une las dos cestas, Qué significa este supuesto sobre las preferencias desde el punto de vista geo- snétrico? Significa que el conjunto de cestasprefeidas débilmente a a (xy x) es un conjunto convexo, pues suponemos que ( ¥,)y (x %) sm cesta indiferentes. En ‘ese caso, si se prefieren las medias a los extremos, todas las medias ponderadas de (6) ¥ Ws, ¥p 8 prefiren debilmentea (22) y (Y¥). Un conjunto convexo tie- ne la propiedad de que si se toman dos puntos cualesquiera del conjunto y se traza cl segmento que los une, este segmento pertenece en st totalidad al conjunto La figura 3.10 muestra un ejemplo de preferencias convexas y la 3.108 y 3.10C dos ejemplos de preferencias no convexas, Esta itima muestra unas preferencias que son tan poco convexas que podrfamos liamarlas "preferencias céncavas" {Conoce el lector alguna preferencia que no sea convexa? Una posibilidad podria ser algo asf como mis preferencias por el helado y las aceitunas, Me gusta el helado y las aceitunas... pro no me gustan juntos. Es posible que cuando considere mi on- Las prfrencias 3) | 49 sumo dentro de una hora, me dé igual consumir 200 gramos de helado y 25 de ace ‘unas que 200 gramos de aceitunas y 25 de helado, pero cualquiera de estas dos ce {as sera mejor que consumir 100 gramos de cada una. Pste es el tipo de preferencias que describe la figura 3.10C. 2Por qué queremos suponer que las preferencias regulares son convexas? Porque los bienes se consumen casi siempre juntos, Las clases de proferencias representadas cn las figuras 3.10 y 3.10C implican que el consumidor preferirfa especializarse, al ‘menos hasta cierto punto, y consumir solamente uno de los bienes. Sin embargo, el ‘aso normal es aquel en que el consumidor desea intercambiar una parte de uno de los bienes por una parte del otro y terminar consumiendo una cesta cantidad de ca- dda uno, mas que especializarse en el consumo exclusive de uno de los dos. De hecho, si examinaramos mis referencias por el consumo mensual de helado y de aceitunas, en lugar de mi consumo inmediato, étas tenderian a parecerse mucho _més a las de la figura 3.10A que a las de la 3,10C. Cada mes preferitfa tener una ciet- ta cantidad tanto de helado como de aceitunas — aunque en momentos diferentes— a especializarme en el consumo de uno de los dos bienes durante todo el mes, cesta media A Preferenci B. Preferencias Preferenci convexas no convexas cncavas Figura 3.10, Varios tipos de preferencia. La parte A representa unas referencias convexas; la B, unas preferencias no convexas; la C, tunas preferencias “céncavas” Por tiltimo, una de las extensiones del supuesto de la convexidad es el supuesto de la convexidad estricta, que significa que a media ponderada de dos cestas indi- ferentes se prefiere estrictamente a las dos cestas extremas. Las preferencias conve- xas pueden tener segmentos recilineos, mientras que las estrctamente convexas leben tener curvas de indiferencia que sean "curvilineas”. Las preferencias por dos bienes que sean sustitutives perfectos son convexas, pero no estrictamente convexas. 50 Mickosconosda BerRMEDIA 3.6 La relacién marginal de sustitucién Muchas veces esti referirse ala pendiente de las curvas de indferencia en un de- terminado punto, tanto es asi que recibe incluso un nombre: se llama relacién mar- ginal de sustitucién (RMS) debido a que mide la relacién en que el consumidor esté dispuesto a susttuir un bien por el otro. Supongamos que le quitamos un poco del bien 1, Ary, y le damos Ax que es una cantidad suficiente para que vuelva a su curva de indiferencia, por lo que disfruta exactamente del mismo nivel de bienestar que antes de esta sustitucién de x, por 2 Ay /Ax; es la relacion en que el consumidor estédispuesto a sustitur el bien 1 porel2 Imaginemos ahora que Ax, es una variacién muy pequeha, es decir, una variacion marginal. En ese caso, el cociente x,/Ax, mide la relacién marginal de susttucion del bien 1 por el 2. A medida que disminuye Ax, Ax/x, se aproxima ala penden- te de la curva de indiferencia, como muestra la figura 3.1. Figura 3.11. La relacién marginal de sustituci6n (RMS). La rela- cign marginal de sustitucién mide la pendiente de la curva de in- diferencia, ‘Cuando escribamos el cociente Ax,/Ax,, siempre supondremos que tanto el nu- merador como el denominador son cifras pequefias, que zepresentan variaciones ‘marginals con respecto ala cesta de consumo inicial, Pr lo tanto, el cociente que de- fine la relacién marginal de sustitucién siempre describiré la pendiente de la curva Las prferencias (3) 81 de indiferencia, es decir la relacén en la que el consumidor esté dispuesto a sacri car una pequeria cantidad del bien 1a cambio de un pequefio aumento del consumo el bien 2 Una caracterstica algo desconcertante de la rlacién marginal de sustitucién es el hecho de que sea normalmente negatcn. Ya hemos visto que las preferencias mond- tonas implican que las curvas de indiferencia deben tener pendiente negativa. Dado que la RMS es la medida numérica de la pendiente de una curva de inditerencia, na- turalmente serd negativa La relacién marginal de sustitucién mide un interesante aspecto de la conducta del consumidor. Supongamos que Gste tiene unas preferencias “regulares’, es decir, ‘unas preferencias que son monétonas y convexas, ¥ que consume actualmente una cesta (2). Ahora le ofrecemos un cambio: puede intercambiar cualquier cantidad del bien 1 por cualquier cantidad del 20 cualquier cantidad del 2 por cualquier can- tidad del 1, a una “relacién de intercambio" E. Ts dece si enuncia a Ar, unidades del bien 1, puede obtener a cambio Fax, uni dades del 2,0 si, porelcontrario, renuncia a Av, unidades del bien 2, puede obtener ‘Ax, /E unidades del 1. En tminos geométricos, estamos ofreciéndole la posibilidad de trasladarse a cualquier punto de tna linea que tiene una pendiente de - Ey que pasa por (xx), como muestra la figura 3.12, Desplazarse en sentido ascendente y hacia la izquierda de (x, x) significa inteeambiar el bien 1 porel2,y desplazarse en sentido descendente y hacia la derecha significa intercambiar el bien 2 por el 1. En ambos desplazamientos, la relacién de intercambio es E, Dado que el intercambio siempre entrafa renunciar a un bien a cambio de oto, la elacfn de intercambio E co- rresponde a una pendiente de ~ E. Ahora podemos preguntarnos cusl tendrfa que ser la relacin de intercambio pa: za que el consumidor deseara permanccer en ( %). Para responder a esta pregun- ta basta observar que siempre que la recta de intercambio corta la curva de indiferenca, hay algunos puntos de esa recta que se prefieren a (x), decir, que se encuentran por encima de la curva de indiferencia. Ast pues, sino se produce nin- ain desplazamiento con respecto a (,%) Ia recta de intercambio debe ser tangen- te a la curva de indierencia. Es decir la pendiente dela recta de intercambio,~E, debe ser la penaiente de la curva de indiferencia en (x, x2) Con cualquier otra rela- cls de intercambio, la recta de intercambio cortarsa ala curva de indiferenca, lo. que ppermitiria al consumidor desplazarse a un punto mejor para él [As( pues, la pendiente de la curva de indiferencia, la relacin marginal de sus- fitueién, mide la elacin en la que al consumidor le es igual intercambiar 0 no los dos bienes. Con cualquier otra relacién de intercambio que no sea la relacién mar- ginal de sustitucin, desearé intercambiar un bien por el oo. Pero sila relacién de intercambio es idéntica ala relacién marginal de sustitucién, deseard permanecer en el mismo punto 52. Mickosconosaa perEDIA 3.7 Otras interpretaciones de la RMS Hemos dicho que la RMS mide la relaci6n a la que el consumidor empezaria a es- tar dispuesto a sustituir un bien por el otto. También podriamos afirmar que se en- ccuentra en el punto en que empicza a estar dispuesto a “pagar” una certa cantidad dol bien 1 para conseguir algo més del 2. fsa es la razén por la que algunas veces cofmos decir que la pendiente de la curva de indiferencia mide la disposicién mar- ginal a pagar, Si el bien 1 representa el consumo de "todos los demas bienes” y se mide en la cantidad de euros que podemos gastar en ellos, la interpretacién de la disposicién ‘marginal a pagar es muy natural. La relacién marginal de sustitucién del bien I por el 2es la cantidad de euros que estamos dispuestos a detraer del gasto en los demas bienes para consumir algo més del 2. Por lo tanto, mide la disposicién marginal are- rmunciar a algunos euros para consumir una cantidad mayor del bien 2. Pero renun- ciara esos euros es exactamente lo mismo que pagatlos para consumir una cantidad algo mayor del bien 2 Curves de indiferencla Figura 3.12. Fl intercambio a una determinada relacién. En esta f= ggura el consumidor intercambia los bienes a una relacién de inter ‘cambio E, lo que implica que puede desplazarse 2 lo largo de una recta que tiene una pendiente de =. ‘Cuando se utiliza Ia interpretacion de la RMS basada en la disposicién marginal a pagar debe tenerse especial cuidado en subrayar tanto el término “marginal” como el término “disposicin”. La RMS mide lacantidad del bien 1 que estamos dispuestos a pa- {gar por una cantidad marginal de consumo adicional del 2. Lo que teigemos que pagar Las preference. 3) | 53 realmente por una cantidad dada de consumo adicional puede ser diferente de lo que cestemos dispuestos a pagar. Lo que tengamos que pagar dependeré del precio del bien cen cuestin y lo que estemos dispuestos a pagar no dependeré del precio sino de nues- ‘as proferencias Del mismo modo, lo que estemos dispuestos a pagar por una gran variacién del consumo puede ser diferente de lo que estemos dispuestos a pagar por una variacién ‘marginal, La cantidad que terminemos comprando realmente dependeré de nuestras ppreferencias por los bienes y de los precios que tengamos que pagar porellos. Lo que festemos dispuestes a pagar por una pequefia cantidad adicional de un bien depen- dré exclusivamente de nuestras preferencias. 3.8 La relacién marginal de sustitucién y las preferencias [A veces resulta util describir Ia forma de las curvas de indiferencia en funcién de la relacién marginal de sustitucién. Por ejemplo, las curvas de indiferencia de los “sus- titutivos perfectos” se caracterizan por el hecho de que la relacién marginal de sust- ‘tucién es constante igual a1, El easo de los “neutrales” se caracteriza por el hecho de que la relacisn marginal de sustitucin es infinita en todos los puntos. Las prefe- rencias por los “complementatios perfectos” se caracterizan por el hecho de que la RMS no puede ser més que 0 o infinita Ya hemos sefialado que el supuesto de que las preferencias son monstonas im pica que las curvas de indiferencia deben tener pendiente negativa, por lo que la [RMS siempre implica reduce el consumo de un bien para conseguir una mayor can- tidad de otro. EI caso de las curvas de indiferencia convexas corresponde a otto tipo mas de RMS. Cuando las curvas de indiferencia son convexas, la relacién marginal de sust- ‘cin “a pendiente de la curva de indiferencia~ disminuye cuando aumentamos x. Por lo tanto, las curvas de indiferencia muestran una relacién marginal de sustitu- ign decreciente, lo cual significa que la cantidad del bien 1 a la que la persona ests We 43)? 2. Considere un grupo de personas A, B, Cy la relacién “al menos tan alto como”, por ejemplo, “A es al menos tan alto como B”. jEs transitiva esta relacién? ZFS completa? 3, Considere el mismo grupo de personas y la relacién “estrictamente més alto que. Bs transitiva esta relacién? zEs reflexiva? Es completa? 4, Elentrenador de un equipo de fitbol universitario dice que dados dos delante- 10s cualesquiera, A y B, siempre prefiere al ms alto y mas répido. ZRs transitiva esta relaciin? {Es completa? 5, :Puede una curva de indiferencia cortarse a sf misma? Por ejemplo, gpodrfa des- crit la figura 3.2 una inica curva de indiferencia? 6, :Podria ser la figura 3.2 una dnica curva de indifezencia si las preferencias fueran ‘monétonas? 7. Si tanto ol salchichén como las anchoas son males, tiene la curva de indiferencia pendiente positiva o negativa? 8, Explique por qué las preferencias convexas significan que “se prefieren las me- dias a los extremos”, 9. :Cusl es la relacién marginal de sustitucién de billetes de 500 euros por billetes de 1007 10, Siel bien 1 es “neutral”, ,ousl es la relacién marginal de sustitucin del bien 1 por az 131. Cite algunos otros bienes en cuyo caso sus preferencias podrian ser céncavas.

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