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Arquitectura de Barcelona

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Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, de Antoni Gaudí. Declarado en 2005 Patrimonio de la


Humanidad por la Unesco, es el monumento más visitado de Barcelona.1

La arquitectura de Barcelona ha tenido una evolución paralela a la del resto de


la arquitectura catalana y española, y ha seguido de forma diversa las múltiples
tendencias que se han ido produciendo en el contexto de la historia del
arte occidental. A lo largo de su historia, Barcelona ha acogido diversas culturas y
civilizaciones, que han aportado su concepto del arte y han dejado su legado para
la posteridad, desde los primeros pobladores íberos, pasando por los
colonizadores romanos, los visigodos y un breve período islámico, hasta el
surgimiento en la Edad Media del arte, la lengua y la cultura catalana, con una
primera época de esplendor para el arte catalán, en que el románico y
el gótico fueron períodos muy fructíferos para el desarrollo artístico de la región.
Durante la Edad Moderna, época en que la Ciudad Condal se vinculó a
la Monarquía Hispánica, los principales estilos fueron el Renacimiento y
el Barroco, desarrollados a partir de las propuestas provenientes de los países
difusores de estos estilos, principalmente Italia y Francia. Estos estilos fueron
aplicados con diversas variantes locales, y si bien algunos autores afirman que no
fue un período especialmente esplendoroso en el devenir artístico de la ciudad, la
calidad de las obras estuvo en consonancia con la del conjunto del estado,
mientras que en cantidad fue un período bastante productivo, aunque la mayor
parte de las realizaciones no haya llegado a la actualidad. 2
El siglo XIX conllevó una cierta revitalización económica y cultural, que se plasmó
en uno de los períodos más fructíferos en la arquitectura de la ciudad,
el modernismo. Cabe remarcar que hasta el siglo XIX la ciudad estaba
encorsetada por sus murallas de origen medieval, al tener la consideración de
plaza militar, por lo que su crecimiento estaba limitado. La situación cambió con el
derribo de las murallas y la donación a la ciudad de la Fortaleza de la Ciudadela,
lo que propició la expansión de la ciudad por la llanura contigua, hecho que se
plasmó en el proyecto de Ensanche elaborado por Ildefonso Cerdá, que supuso la
mayor ampliación territorial de Barcelona. Otro aumento significativo de la
superficie de la capital catalana fue la anexión de varios municipios limítrofes entre
finales del siglo XIX y principios del XX. Todo ello supuso la adecuación de los
nuevos espacios urbanos y un aumento de los encargos artísticos municipales en
las vías públicas, que fueron favorecidos igualmente por diversos eventos
celebrados en la ciudad, como la Exposición Universal de 1888 y la Internacional
de 1929 o, más recientemente, por los Juegos Olímpicos de 1992 y el Fórum
Universal de las Culturas de 2004.
El siglo XX supuso la puesta al día de los diversos estilos producidos por los
arquitectos barceloneses, que conectaron con las corrientes internacionales y
pusieron a la ciudad en primera línea de la vanguardia. El desarrollo arquitectónico
en estos últimos años y la apuesta por el diseño y la innovación, así como la
vinculación del urbanismo con los valores ecológicos y la sostenibilidad, han
convertido la capital catalana en una de las ciudades europeas más punteras en el
terreno arquitectónico, hecho que ha sido reconocido con numerosos premios y
distinciones, como la Medalla de Oro del Real Instituto de Arquitectos
Británicos (RIBA) en 1999 y el premio de la Bienal de Venecia en 2002.3
El patrimonio arquitectónico de la ciudad goza de una especial protección en virtud
de la Ley 9/1993 del Patrimonio Cultural Catalán, que garantiza la protección,
conservación, investigación y difusión del patrimonio cultural, con diversos grados
de cobertura: nivel A (Bien Cultural de Interés Nacional), nivel B (Bien Cultural de
Interés Local), nivel C (Bien de Interés Urbanístico) y nivel D (Bien de Interés
Documental).4

Índice

 1Localización
 2Antigüedad
o 2.1Prehistoria
o 2.2Período ibérico
o 2.3Período romano
 3Edad Media
o 3.1Prerrománico
o 3.2Románico
o 3.3Gótico
 4Edad Moderna
o 4.1Renacimiento
o 4.2Barroco
 4.2.1Siglo XVII
 4.2.2Siglo XVIII
 5Siglo XIX
o 5.1Neoclasicismo
o 5.2Historicismo
o 5.3Exposición Universal de 1888
o 5.4Modernismo
 5.4.1Antoni Gaudí
 5.4.2Lluís Domènech i Montaner
 5.4.3Josep Puig i Cadafalch
 5.4.4Otros arquitectos modernistas
 6Siglo XX
o 6.1Novecentismo
o 6.2Exposición Internacional de 1929
o 6.3Racionalismo
o 6.4Posguerra
o 6.5Grupo R
o 6.6Escuela de Barcelona
o 6.7Transición y democracia
o 6.8Juegos Olímpicos de 1992
 7Siglo XXI
 8Véase también
 9Notas
 10Referencias
 11Bibliografía
 12Enlaces externos

Localización[editar]

Distritos de Barcelona.

Barcelona, capital de la comunidad autónoma de Cataluña, se encuentra en


el Levante español, en la costa mediterránea. Está ubicada en una llanura de
unos 11 km de largo y 6 de ancho, limitada en sus costados por el mar y por
la sierra de Collserola —con la cima del Tibidabo (516,2 m) como punto más alto
—, así como por los deltas de los ríos Besós y Llobregat. Por encima de la línea
de la costa y separando la ciudad del delta del Llobregat se encuentra la montaña
de Montjuic (184,8 m).5 Asimismo, desde la sierra de Collserola se adelantan en el
llano varias colinas que siguen una línea paralela a la sierra litoral: son las colinas
de la Peira (133 m), la Rovira (261 m), el Carmelo (267 m), la Creueta del
Coll (249 m), el Putget (181 m) y Monterols (121 m).6
El llano de Barcelona se encuentra en una falla que va desde Montgat hasta
el Garraf, originada en el paleozoico. El terreno está formado por sustratos
de pizarras y formaciones graníticas, así como arcillas y piedras calcáreas.7 La
costa estaba ocupada antiguamente por marismas y albuferas, que
desaparecieron al ir avanzando la línea de costa gracias a las sedimentaciones
aportadas por los ríos y torrentes que desembocaban en la playa; se calcula que
desde el siglo VI a. C. la línea de costa ha podido avanzar unos 5 km.8 La zona del
llano estaba antiguamente surcada por numerosos torrentes y rieras, que se
agrupaban en tres sectores fluviales: la riera de Horta en la zona cercana al río
Besós (o zona de levante); la riera Blanca y el torrente Gornal en la zona del
Llobregat (o zona de poniente); y, en la zona central del llano, un conjunto de
rieras procedente de la vertiente meridional del Tibidabo, como las rieras de Sant
Gervasi, Vallcarca, Magòria y Collserola.9
El clima es mediterráneo, de inviernos suaves gracias a la protección que la
orografía del terreno ofrece al llano, que queda resguardado de los vientos del
norte. La temperatura suele oscilar entre los 9,5 °C y los 24,3 °C, como media.
Presenta poca pluviometría, unos 600 mm anuales, y la mayoría de
precipitaciones se produce en primavera y otoño. Esta escasez provocó que
antaño se tuviesen que hacer numerosas obras para abastecer de agua la ciudad,
entre pozos, canales y acequias. La vegetación propia de la zona está compuesta
principalmente por pinos y encinas, y sotobosque
de brezo, durillo, madroño y plantas trepadoras. Antaño se practicó
la agricultura tanto de secano como de regadío —principalmente viñas y cereales
—, si bien hoy día la práctica totalidad de la superficie está construida. 10
Barcelona, con una población de 1 604 555 habitantes en 2015,11 es el núcleo
urbano más importante de Cataluña a nivel demográfico, político, económico y
cultural. Es la sede del gobierno autonómico y del Parlamento de Cataluña, así
como de la Diputación provincial, del arzobispado y de la IV Región Militar, y
cuenta con un puerto, un aeropuerto y una importante red de ferrocarriles y
carreteras.12

Antigüedad[editar]

Restos arqueológicos romanos, Museo de Historia de Barcelona.

Prehistoria[editar]
Existen escasos vestigios de época prehistórica en la ciudad. Si bien está
constatada la presencia humana en el Paleolítico, los primeros restos por lo que
atañe a la arquitectura proceden del Neolítico, época en que el ser humano se
volvió sedentario y pasó de una subsistencia basada en la caza y la recolección a
una economía agraria y ganadera. Estos primeros vestigios proceden de finales
del neolítico (3500 a. C.-1800 a. C.), y se manifiestan principalmente por las
prácticas funerarias con sepulcros de fosa, que solían ser de bastante profundidad
y revestidas de losas. Un exponente de ello es la tumba descubierta en 1917 en la
vertiente sudoeste de la colina de Monterols, entre las calles de Muntaner y
Copérnico; de datación imprecisa, tiene 60 cm de alto y 80 de ancho, y estaba
formada por losas planas de forma irregular. Por lo que respecta a habitáculos, de
esta época solo se ha encontrado un fondo de cabaña en lo que es la
actual estación de San Andrés Condal.13
De la Edad del Bronce (1800 a. C.-800 a. C.) se conservan igualmente pocos
restos por lo que respecta al llano de Barcelona. Los principales proceden de un
yacimiento descubierto en 1990 en la calle de San Pablo, donde se han hallado
restos de hogares de fuego y sepulturas de inhumación individuales. También son
seguramente de este período los restos hallados en 1931 en Can Casanoves,
detrás del Hospital de San Pablo, donde se han encontrado restos de murallas de
piedra y los fondos de tres cabañas circulares de unos 180 cm de diámetro.
Existen por otro lado testimonios escritos de dos monumentos megalíticos,
situados en Montjuic y Campo del Arpa, de los que sin embargo no ha quedado
ningún rastro material. Por último, del calcolítico final existen unos escasos restos
de la denominada «cultura de los campos de urnas», hallados en la masía de Can
Don Joan, en Horta, y en la vertiente sudoriental de la montaña de Montjuic, entre
los caminos del Molí Antic y la Font de la Mamella. 14
Período ibérico[editar]

Territorio de los layetanos.

Entre el siglo VI a. C. y el siglo I a. C. el llano de Barcelona estaba ocupado por
los layetanos, un pueblo íbero que ocupaba las actuales comarcas del Barcelonés,
el Vallés, el Maresme y el Bajo Llobregat.15 La arquitectura ibérica se basaba en
muros de tapial, con un sistema adintelado, con falsos arcos y bóvedas realizados
por aproximación de hiladas. Las ciudades solían situarse en acrópolis, con torres
y sólidas murallas para la defensa, dentro de las cuales se ubicaban las casas, de
una distribución irregular, generalmente con planta rectangular. 16
En Barcelona no quedan apenas restos arquitectónicos ibéricos: los principales
vestigios de esta cultura se encontraron en las colinas de la Rovira, de la Peira y
del Putget, así como en Santa Cruz de Olorde —en el Tibidabo—, pero no han
permitido establecer unas especiales características por lo que respecta a
habitáculos o sepulcros funerarios.17 Los principales restos proceden de la Rovira,
donde en 1931 se encontraron vestigios de un poblado ibérico que,
desgraciadamente, fueron destruidos al instalarse unas baterías antiaéreas
durante la Guerra Civil. Al parecer, tenía una muralla con dos accesos, mientras
que situado extramuros se halló un conjunto de silos con 44 depósitos excavados
en la roca.18
Según parece, el principal asentamiento ibérico de la zona estuvo en Montjuic —
posiblemente el Barkeno que nombran dos monedas acuñadas a finales del siglo
III a. C.—, aunque la urbanización de la montaña en fechas recientes y su uso
intensivo como cantera de piedra durante toda la historia de la ciudad ha
provocado la pérdida de la mayoría de restos. En 1928 se descubrieron en la zona
de Magòria nueve silos de gran capacidad, que probablemente formarían parte de
un almacén de excedentes agrícolas. Por otro lado, en 1984 se hallaron restos de
un asentamiento en la vertiente sudoeste de la montaña, en un terreno de unas 2
o 3 hectáreas.19
Período romano[editar]

Plano de Barcino superpuesto al plano actual del Barrio Gótico.

En el siglo III a. C. llegaron los romanos a la península ibérica, en el transcurso de


la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago, con lo que comenzó un proceso
colonizador que culminó con la incorporación de toda Hispania al Imperio romano.
En el siglo I a. C. se fundó Barcino,nota 1 una pequeña ciudad amurallada
proyectada ya de entrada con aire monumental, y que tomó la forma urbana
de castrum inicialmente, y oppidum después, asentado sobre el Mons
Taber (16,9 msnm). El máximo esplendor de la época romana se dio durante
el siglo II, con una población que debía oscilar entre los 3500 y 5000 habitantes. 20
Los romanos eran grandes expertos en arquitectura civil e ingeniería, y aportaron
al territorio caminos, puentes, acueductos y ciudades con un trazado racional y
con servicios básicos, como el alcantarillado, además de edificios como templos,
termas, circos y teatros. La arquitectura romana se basaba en la utilización de
aparejos de sillería, ladrillo y mampostería, y frente al
sistema arquitrabado griego introdujeron el uso del arco, la bóveda y la cúpula.
Adoptaron de los griegos el uso de los órdenes jónico y corintio, a los que
añadieron el toscano y el compuesto.21

Portal del Bisbe, antigua puerta Praetoria de la Barcino romana, con las dos torres de defensa y restos
de la muralla y del acueducto.

El recinto de Barcino estaba amurallado, con un perímetro de 1,5 km, que protegía
un espacio de 10,4 hectáreas.22 La primera muralla de la ciudad, de fábrica
sencilla, se comenzó a construir en el siglo I a. C. Tenía pocas torres, sólo en los
ángulos y en las puertas del perímetro amurallado. Sin embargo, las primeras
incursiones de francos y alamanes a partir de los años 250 suscitaron la
necesidad de reforzar las murallas, que fueron ampliadas en el siglo IV. La nueva
muralla se construyó sobre las bases de la primera, y estaba formada por un muro
doble de 2 metros, con espacio en medio relleno de piedra y mortero. El muro
constaba de 74 torres de unos 18 metros de altura, la mayoría de
base rectangular.23

Columnas del Templo de Augusto.

El centro de la ciudad era el forum, la plaza central dedicada a la vida pública y a


los negocios. Se situaba en la confluencia entre el cardus maximus (calles
Llibreteria y Call) y el decumanus maximus (calles Bisbe, Ciutat y Regomir),
aproximadamente en el centro del recinto amurallado. 24 En el foro se concentraban
las construcciones dedicadas a los negocios, la justicia, las termas y demás
edificios públicos, y era el lugar donde las autoridades se reunían en la Curia y
la Basilica. El recinto del foro no ha sido claramente delimitado, pero parece
coincidir aproximadamente con la actual plaza de San Jaime.25 En el foro se
encontraba el Templo de Augusto, primer emperador y fundador de la Barcino
romana. Fue construido pocos años después de la fundación de la ciudad,
probablemente a principios del siglo I d. C. Era un edificio de planta rectangular,
sobre podium, hexástilo y períptero, de unos 35 metros de largo por 17,5 de
ancho. Entre la columnata de orden corintio se situaba la cella, un habitáculo que
contenía la imagen o escultura del emperador Augusto, accesible desde el foro.
De este templo se conservan tan solo tres columnas, situadas todavía en su
emplazamiento original, aunque en la actualidad se hallan dentro del edificio
del Centro Excursionista de Cataluña, en la calle Paradís.26

Necrópolis romana, en la plaza de la Villa de Madrid.

Del resto de elementos conservados de época romana conviene resaltar


la necrópolis, un conjunto de tumbas situado en el exterior del área amurallada, en
la actual plaza de la Villa de Madrid: cuenta con más de 70 tumbas de los
siglos II y III, con restos de aras, estelas y cupas, descubiertas casualmente en
1954.27 También hay restos de dos acueductos que conducían las aguas hacia la
ciudad, uno de ellos desde la sierra de Collserola, al noroeste, y otro desde el
norte, tomando agua del río Besós; ambos se unían enfrente de la puerta
decumana de la ciudad —actual plaza Nova—. 28 También existen importantes
restos arqueológicos conservados en el subsuelo del Museo de Historia de la
Ciudad, en la plaza del Rey.29
A nivel doméstico, se conservan restos de una casa romana (domus) en la calle
de Lladó, procedente del siglo I a. C.. Era de modelo itálico, con atrio de entrada y
una superficie construida de 500 m². Fue excavada en 1927 por Josep Calassanç
Serra i Ràfols, y algunos de sus mosaicos se conservan en el Museo de
Arqueología de Cataluña.30 Por otro lado, existen testimonios de un gran edificio
termal ubicado en la actual plaza de San Miguel, de alrededor del siglo II d. C.,
sobre el que se construyó la iglesia de igual nombre en la Edad Media, la cual
conservaba hasta su derribo en 1868 un mosaico con representaciones
de tritones y otros motivos marinos.31
Con la instauración del cristianismo como religión oficial en el siglo IV, la
producción artística se desarrolló alrededor de la temática religiosa, en el que se
ha definido como arte paleocristiano. Este arte nació de las formas y tipologías
romanas, pero con un nuevo contenido basado en la iconografía cristiana. En la
arquitectura destacó como tipología la iglesia, heredera de la basílica romana, y se
incorporaron nuevas formas como la planta de cruz latina —símbolo de Jesús—, y
nuevos edificios como el baptisterio.32 El principal templo de la época fue la
basílica de la Santa Cruz (siglos V-VII), germen de la actual Catedral de
Barcelona, de la que quedan algunos restos situados en el subsuelo de la actual
plaza de San Ivo y de la calle de los Condes, así como algunos restos escultóricos
que se conservan en el Museo de Historia de la Ciudad. 33 Era un templo de
tres naves, con un baptisterio de planta cuadrada que albergaba una piscina
octogonal.34

Edad Media[editar]

Piscina bautismal de la basílica paleocristiana de la Santa Cruz (siglo VI), Museo de Historia de


Barcelona.

Las primeras construcciones intactas que se conservan en la ciudad proceden de


la Edad Media, época en que Barcelona se constituyó como condado y
posteriormente pasó a formar parte de la Corona de Aragón, convirtiéndose en un
importante eje marítimo y comercial del mar Mediterráneo. En el siglo XIII surgió
el Consejo de Ciento, una de las primeras instituciones públicas de Barcelona. El
recinto de la ciudad fue creciendo desde el primitivo núcleo urbano —lo que hoy
día es el Barrio Gótico—, y en el siglo XIV surgió el barrio del Raval. Barcelona
tenía entonces unos 25 000 habitantes.35
Prerrománico[editar]
El primer estilo producido en el ámbito del arte medieval es el
llamado prerrománico, situado entre la caída del Imperio romano y la creación de
la Marca Hispánica. Durante este período Barcelona estuvo integrada en el reino
visigodo y, tras una breve ocupación islámica, en el Imperio carolingio.
La arquitectura visigoda se caracterizó por el uso del muro de sillería, el arco de
herradura y la bóveda de cañón o de aristas. Las iglesias solían ser de planta
basilical de una o tres naves, o bien de cruz griega, generalmente con capillas
exentas y pórtico de entrada.36 En Barcelona hay pocos restos del período
visigodo, en el que la ciudad se mantuvo intramuros. Se conocen restos de un
palacio edificado en el siglo V sobre el antiguo foro romano,
posteriormente palacio episcopal. Otro palacio, tal vez donde fuera
asesinado Ataúlfo, se descubrió bajo el actual Salón del Tinell, en la plaza del Rey,
donde también se descubrió una necrópolis de la época (siglos VI-VII). 37 La
catedral continuó siendo la basílica paleocristiana, y hay constancia de que ya
existían iglesias como San Pablo del Campo, Santos Justo y Pastor y Santa María
de las Arenas —posteriormente del Mar—.38 Es probable que por un tiempo la
catedral fuese adscrita al culto arriano practicado por los primeros visigodos, hasta
la conversión católica de Recaredo en el año 587.39

Acequia Condal.

La breve ocupación islámica de la ciudad, de apenas 83 años, no dejó una


especial huella. La población de la Barshilūna (‫ )برشلونة‬musulmana siguió siendo
mayoritariamente cristiana, ya que los invasores no intentaron convertirlos
al Islam. Los valíes árabes habilitaron una guarnición militar en la ciudad, y
posiblemente convirtieron la catedral en una mezquita, como ocurrió en otras
ciudades, aunque no hay indicios de ello.40

Situación del barrio judío de Barcelona superpuesto a las calles actuales (la plaza del centro a la
derecha es la plaza de San Jaime).

Posteriormente la ciudad cayó bajo dependencia del Imperio carolingio, que


abarca desde la conquista de Ludovico Pío en 801 hasta la ofensiva dirigida
por Almanzor en 985. En esta época fue restaurada la catedral, gracias a la
iniciativa del obispo Frodoí hacia el año 877, en ocasión del traslado de los restos
de santa Eulalia a la cripta de la catedral.41 Durante los aproximadamente dos
siglos que duró la influencia carolingia en Barcelona, la ciudad contaba además de
la catedral con las iglesias urbanas de San Jaime, San Miguel y Santos Justo y
Pastor, además de las localizadas extramuros de Santa María del Pino, Santa
María del Mar y los monasterios de San Pablo del Campo y San Pedro de las
Puellas; todas estas iglesias fueron reformadas posteriormente en otros estilos. 42
Alrededor del siglo X se formaron también diversas parroquias y núcleos de
población en las cercanías de la ciudad, como San Ginés dels Agudells, San
Andrés de Palomar, San Juan de Horta, San Gervasio de Cassoles y San Martín
de Provensals.43
Durante la época medieval Barcelona tenía un barrio judío, el Call, situado entre
las actuales calles de Fernando, Baños Nuevos, Palla y Obispo. Fundado en el
692, pervivió hasta su destrucción en 1391 en un asalto xenófobo. Estaba
separado del resto de la ciudad por una muralla, y tenía dos sinagogas (Mayor,
actualmente un museo, y Menor, hoy en día parroquia de San Jaime), baños,
escuelas y hospitales.44
El desarrollo de la agricultura en el llano de Barcelona se consolidó con la
construcción, a mediados del siglo X —y seguramente por el conde Miró—, de dos
canales que dirigían las aguas del río Llobregat y del Besós a las inmediaciones
de la ciudad: la del Besós era conocida como Acequia Condal o Regomir, y era
paralela a la Strata Francisca, una vía que suponía una variante de la antigua Via
Augusta romana, y que fue construida por los francos para aproximar mejor la
ciudad al centro del Imperio carolingio. 45
Románico[editar]
Artículo principal: Arte románico de Cataluña

Monasterio de San Pablo del Campo.

El arte románico, desarrollado desde cerca del año 1000 hasta el siglo XIII, está
ligado a la creación de los condados catalanes —de los que el Condado de
Barcelona adquirió preeminencia sobre el resto—, que progresivamente fueron
ganando autonomía del Imperio carolingio, al tiempo que fueron recuperando
terreno a los reinos islámicos. Se estableció el feudalismo como régimen
imperante, y surgieron las lenguas románicas, entre las que figura el catalán.46 En
el Condado, las principales influencias provinieron de Lombardía y de las
escuelas provenzal y tolosana, si bien se crearon nuevas tipologías en el uso de la
piedra y en la cubierta de grandes superficies con bóveda que permiten hablar de
un románico auténticamente catalán.47 La arquitectura románica destaca por el
uso de bóvedas de cañón y arcos de medio punto, con muros de piedra labrada en
sillares sobre un núcleo de mampostería. Las iglesias son de una o tres naves,
con crucero ancho y girola en algunos casos, además de la presencia de uno o
varios ábsides en la parte posterior.48
Poco se sabe de la catedral de época románica, excepto que fue consagrada en
1058, lo que permite suponer que debía ser un edificio diferente del paleocristiano
o prerrománico. Probablemente ocupaba el espacio central de la actual catedral
gótica, y si seguía el modelo de otras iglesias de la época debía tener tres naves
con tres ábsides escalonados y pórtico de entrada. Tenía un campanario que
lindaba con el Palacio Condal.49 Del siglo XI es también la iglesia de Nuestra
Señora del Coll, situada al pie del monte Carmelo, de la que se conserva el cuerpo
central y el campanario, mientras que los demás elementos actuales de la iglesia
son del siglo XX.50

Monasterio de San Pedro de las Puellas.

El principal exponente del arte románico en Barcelona es el monasterio de San


Pablo del Campo, totalmente reformado entre los siglos XII y XIII. 51 La iglesia tiene
planta de cruz griega cubierta con bóvedas de cañón y una cúpula de planta
octogonal que sobresale en el exterior en forma de torre, con tres ábsides y un
pequeño claustro de columnas pareadas. La fachada tiene un tímpano con una
imagen de Jesús entre los santos Pedro y Pablo, con el Tetramorfos y la mano de
Dios.52

Palacio Real Mayor.


En el siglo XII fue reformado también el monasterio de San Pedro de las Puellas,
fundado el año 945 por el conde Sunyer pero reconstruido en estilo románico
antes de 1147, fecha en que fue consagrada la iglesia. Tenía una planta en forma
de cruz, con atrio, claustro y varias dependencias monásticas. 53 A mediados de
siglo se creó el monasterio de Santa Ana, con planta de cruz latina de una nave y
cabecera rectangular; el claustro es del siglo XV, de dos pisos, con una galería
inferior de arcos apuntados con columnas cuadrilobuladas. 54 Del siglo XII son
también: la capilla de San Lázaro, en la plaza del Pedró, que formaba parte de una
antigua leprosería; y la capilla de Marcús, perteneciente a un antiguo hospital para
pobres, con planta rectangular y un ábside que fue demolido en 1787. 55 De esta
época sería también probablemente la iglesia de San Juan de Horta, alrededor de
la cual se creó el municipio de Horta, destruida en los sucesos de la Semana
Trágica de 1909.56

Palacio Episcopal de Barcelona.

En el siglo XIII el románico fue evolucionando hacia formas que apuntaban al


nuevo estilo gótico.57 En este período, la pujanza de la ciudad a nivel
administrativo y económico comportó la construcción de numerosos edificios
públicos y palacios para la nobleza y el clero. El principal exponente fue el Palacio
Condal, posteriormente Palacio Real Mayor, que durante los siglos XII y XIII fue
ampliamente remodelado, pasando de lo que en un inicio debió ser seguramente
una construcción fortificada a un palacio plenamente señorial. Sin embargo, del
palacio románico, reformado posteriormente en estilo gótico, subsisten tan solo las
bóvedas de cañón que hay bajo el Salón del Tinell, las fachadas norte y sur y las
ventanas de la fachada principal, tapiadas al construirse el Tinell. 58
Otro exponente fue el Palacio Episcopal de Barcelona, construido entre los siglos
XII y XIII. Tenía una estructura de tres pisos con patio central, del que destacan
unas arcadas de medio punto en el lado noroccidental, con unas columnas
con capiteles decorados que son uno de los escasos ejemplos que se conservan
de la escultura románica civil de la ciudad.59 Este palacio comprendía la capilla de
Santa Lucía (1257), integrada actualmente en el claustro de la catedral, de
reducidas dimensiones y planta cuadrada, cubierta por una bóveda apuntada,
hecho que apunta ya al gótico.60
La prosperidad ganada con la expansión territorial propició los primeros
asentamientos extramuros de la ciudad, una vez alejado el peligro de las
incursiones musulmanas. Se crearon diversos núcleos de población (vila nova),
generalmente en torno a iglesias y monasterios: así ocurrió alrededor de la iglesia
de Santa María del Mar, donde se creó un barrio de carácter portuario; igualmente
en la iglesia de San Cucufate del Riego, de carácter agrario; el barrio de San
Pedro en torno a San Pedro de las Puellas; el barrio del Pino surgió alrededor de
la iglesia de Santa María del Pino; y el Mercadal, en torno al mercado del Portal
Mayor. La creación de estos nuevos barrios obligó a ampliar el perímetro
amurallado, por lo que en 1260 se construyó una nueva muralla desde San Pedro
de las Puellas hasta las Atarazanas, cara al mar. El nuevo tramo era de 5 100
metros, y englobaba un área de 1,5 km². El recinto contaba con ochenta torres y
ocho nuevas puertas, entre las que se encontraban varios enclaves de relevancia
en la actualidad, como el Portal del Ángel, la Portaferrissa o la Boquería.61

Iglesia de Nuestra Señora del Coll.


 

Monasterio de Santa Ana.


 

Capilla de San Lázaro.


 

Capilla de Marcús.
 

Capilla de Santa Lucía.


 

Portal de la Portaferrissa, en un azulejo de la fuente homónima.

Gótico[editar]
Artículo principal: Gótico Catalán

Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia.

Desarrollado entre los siglos XIII y XVI, fue una época de desarrollo económico y
de expansión geográfica: Barcelona se convirtió en uno de los principales centros
políticos, económicos, sociales, culturales y comerciales de la Corona de Aragón,
y llegaría a ser una de las principales potencias mediterráneas en los siglos XIII,
XIV y XV, en competencia con Génova y Venecia.62 La arquitectura sufrió una
profunda transformación, con formas más ligeras, más dinámicas, con un mejor
análisis estructural que permitía hacer edificios más estilizados, con más aberturas
y, por tanto, mejor iluminación. Aparecieron nuevas tipologías como el arco
apuntado y la bóveda de crucería, y la utilización
de contrafuertes y arbotantes para sostener la estructura del edificio, lo que
permitía interiores más amplios y decorados con vitrales y rosetones.63
Desde mediados del siglo XIII se introdujeron en Barcelona las iglesias
plenamente góticas, caracterizadas por la planta de una nave con cabecera
poligonal flanqueada por capillas laterales entre contrafuertes. Estas iglesias
fueron promovidas en sus inicios principalmente por franciscanos y dominicos, y
fueron sus primeros exponentes las iglesias-monasterio de Santa Catalina y San
Francisco.64 La de Santa Catalina, de la orden dominica —derribada en 1837 y
sustituida por el mercado de igual nombre—, fue fundada en 1243, y tenía nave
única de siete tramos con capillas laterales y cabecera heptagonal. 65 La iglesia de
San Francisco (1247-1297) tenía una nave con siete tramos, con capillas laterales
y ábside poligonal; se encontraba en la actual plaza del Duque de Medinaceli,
hasta que fue demolida en 1837.66 Entre los siglos XIII y XIV se construyó también
el convento del Carmen —derribado en 1875—, con nave única con cabecera
poligonal y capillas laterales, cubierta de arcos diafragma que posteriormente fue
sustituida por una bóveda de crucería.67
En 1298 se inició la reforma gótica de la Catedral de Barcelona, con una
estructura de tres naves con girola y capillas dobles, y cripta con la tumba
de santa Eulalia. La cabecera está inspirada en la Catedral de Narbona,
con deambulatorio y corona de capillas radiales. El proyecto inicial es de autor
desconocido, mientras que entre 1317 y 1339 Jaume Fabre completó la cabecera
y la cripta; Bernat Roca se encargó entre 1365 y 1388 del crucero y los
campanarios, así como las bóvedas de las naves hasta el trascoro; entre 1398 y
1405 Arnau Bargués realizó la sala capitular; en los siguientes años se construyó
el claustro, siendo maestros de obras Jaume Solà, Bartomeu Gual y Andreu
Escuder. La fachada fue construida en el siglo XIX, en estilo neogótico.68

Santa María del Pino (1319-finales del siglo XIV).

Junto a la catedral surgieron un amplio conjunto de iglesias, siendo la primera la


de Santa María del Pino, iniciada en 1319 y prácticamente concluida a finales del
siglo XIV. Presenta una sola nave de siete tramos con bóvedas de crucería, con
capillas entre los contrafuertes, siguiendo el tipo de las iglesias de órdenes
mendicantes. La fachada destaca por su gran rosetón con tracerías radiales,
comparable a las de Sant Cugat del Vallès y la Catedral de Tarragona. Junto a la
iglesia se encuentra el campanario, de planta octogonal. En su trazado
intervinieron maestros de obras como Guillem Abiell, Francesc Basset y Bartomeu
Mas.69
Poco después surgió el monasterio e iglesia de Santa María de Pedralbes, de la
orden de las clarisas, fundado en 1326 por iniciativa de la reina Elisenda de
Montcada, con intervención de los maestros de obras Antoni Nató y Guillem Abiell.
La iglesia tiene nave única con cabecera heptagonal, con capillas bajas entre los
contrafuertes del lado de la cabecera, y un coro en el lado inferior de la iglesia.
Posteriormente, entre los siglos XIV y XV, se construyó el claustro, a cuyo
alrededor se hallan las dependencias monásticas. 70

Santa María del Mar (1329-1384).

Le siguió la iglesia de Santa María del Mar, uno de los mejores exponentes del
gótico en la ciudad, construida entre 1329 y 1384 sobre la primitiva iglesia
paleocristiana de Santa María de las Arenas, con un proyecto de Berenguer de
Montagut, continuado por Ramon Despuig y Guillem Metge. Presenta tres naves
separadas por columnas octogonales, girola con capillas radiales y un interior
amplio y diáfano, donde destaca un magnífico rosetón vidriado. 71
Otras iglesias de la época son: la de los Santos Justo y Pastor (1342-1360),
de Bernat Roca, con una nave de cinco tramos con bóveda de crucería, capillas
laterales con ábside, torre-campanario octogonal y una fachada donde destaca un
ventanal apuntado en vez del habitual rosetón; 72 el convento e iglesia de San
Agustín (1347-1507), dañado durante el sitio de 1714 y que más tarde fue usado
como cuartel y actualmente como sala de exposiciones y sede del Archivo
Fotográfico Municipal, del que se conserva parte del claustro, la nave lateral de la
iglesia y el refectorio;73 y la iglesia de la Santísima Trinidad (1394) —
posteriormente de San Jaime tras la desaparición de la iglesia de ese nombre que
había en la plaza homónima en el siglo XIX—, construida sobre la antigua
sinagoga menor del barrio judío, de la que solo se conserva de época gótica la
nave y la puerta, mientras que la cabecera es del siglo XVII y el resto de
elementos son añadidos neogóticos del siglo XIX. 74
Salón del Tinell, Palacio Real Mayor (1359-1370).

También conviene destacar en la periferia de la ciudad la iglesia de San Martín de


Provensals, de origen incierto aunque fue reconstruida entre los siglos XV y XVII
en estilo gótico, de la que destaca su fachada, obra de Joan Aymerich, que
presenta unas molduras flamígeras entrecruzadas y un tímpano con una escultura
de san Martín de Tours;75 el monasterio de San Jerónimo del Valle de
Hebrón (1393), obra de Arnau Bargués, con iglesia de una nave de cinco tramos
con bóveda de crucería y dos capillas entre los contrafuertes, destruido en 1835; 76
y el convento franciscano de Santa María de Jesús (1427), situado en el camino
de Jesús —posterior paseo de Gracia—, que constaba de convento, claustro,
iglesia, cementerio y huerto, destruido en 1808. 77
En el terreno civil destacó el Palacio Real Mayor, reformado del anterior edificio
románico, en el transcurso de cuyas modificaciones se derribó la mayor parte de la
estructura anterior —solo se dejaron las fachadas—, y se construyó un gran salón
de banquetes y recepciones, la Cámara Mayor o Salón del Tinell, construido
por Guillem Carbonell entre 1359 y 1370. Se trata de una sala rectangular, de
33,5 m de longitud y 17 m de altura, con seis arcos diafragma de medio punto
apoyados sobre unos pequeños pilares con capitel, y techo de madera
policromada.78 En esta época se anexó al palacio la capilla de Santa Ágata,
construida entre 1302 y 1310 por Bertran Riquer, la cual consta de una sola nave,
con techo de madera de dos vertientes, apoyado en arcos diafragma; en el altar se
encuentra el Retablo del Condestable, de Jaume Huguet.79
El mismo Carbonell reformó entre 1367 y 1368 el Palacio Real Menor de
Barcelona, ubicado en la actual calle de Ataúlfo, un edificio originario del siglo XII
que había pertenecido a la Orden del Temple, que fue reformado en estilo gótico
con nuevas dependencias, como la Sala de los Caballos, realizada a imitación del
Tinell, o la Cámara Blanca, destinada al rey. Este palacio destacaba igualmente
por un amplio jardín con animales exóticos a modo de pequeño zoológico. 80 En la
actualidad solo se conserva la capilla, reformada entre 1542 y 1547 por Andreu
Matxí, el cual sustituyó los anteriores arcos diafragmáticos por unas bóvedas de
crucería, y construyó las capillas laterales; en 1868 Elías Rogent reformó la
fachada.81
Fachada gótica de la Casa de la Ciudad de Barcelona (1400-1402).

Salón de Ciento, Casa de la Ciudad (1373).

En esta época se creó la Casa de la Ciudad —sede del Ayuntamiento—, que en


principio consistía en un salón construido en el patio interior de la casa del
escribano del Consejo de Ciento, el grupo de prohombres que dirigía la ciudad,
cuyas reuniones se celebraban hasta entonces en el convento de Santa
Catalina.82 Se construyó entonces el Salón de Ciento, obra de Pere
Llobet inaugurada en 1373. Entre 1400 y 1402 se edificó una nueva fachada, a
cargo de Arnau Bargués, donde destacan la puerta de medio punto y una arquería
ciega sobre las aberturas, así como la decoración escultórica, de la que sobresale
un San Rafael elaborado por Pere Sanglada; se trata de la fachada que da a la
calle de la Ciudad, ya que la fachada principal actual, que da a la plaza de San
Jaime, es del siglo XIX, en estilo neoclásico.83
Se creó entonces también el Palacio de la Generalidad de Cataluña —
originalmente una institución recaudadora de impuestos y actual sede del gobierno
autonómico—, emplazado en una antigua casa señorial del Call, adquirida por
las Cortes Catalanas en 1401 tras la expulsión de los judíos. Entre 1416 y 1418
fue remodelado por Marc Safont, principalmente en cuanto a la construcción de
una nueva fachada en la calle del Obispo, ejecutada en gótico flamígero con
ornamentación escultórica de Pere Johan. Posteriormente, en 1425, el mismo
Safont reformó la galería de la planta noble, y entre 1427 y 1434 construyó la
capilla de San Jorge en el espacio donde anteriormente había una torre. 84
Palacio de la Generalidad de Cataluña, fachada gótica con el San Jorge de Pere Johan (1416-1418).

Otros exponentes de la arquitectura civil fueron: las Atarazanas, construidas entre


los siglos XIII y XIV con una primera estructura alrededor de un gran patio con
pórticos y fortificado con murallas y torres de defensa, que fue ampliada a finales
del siglo XIV por Arnau Ferrer, el cual cubrió el patio y amplió los pórticos con dos
cuerpos de ocho naves cada uno;85 la Lonja de Barcelona se construyó entre 1380
y 1404 sobre un antiguo pórtico al aire libre, obra de Pere Llobet y Pere Arvei,
aunque del edificio gótico solo queda la Sala de Contratación, que destaca por su
monumentalidad (16 m de altura), de forma rectangular con tres naves y unos
grandes arcos de medio punto que sostienen un tejado de madera, una estructura
que recuerda a la famosa Loggia dei Lanzi de Florencia;86 el Hospital de la Santa
Cruz se construyó entre 1401 y 1415 en el Raval, con un proyecto inicial de
Guillem Abiell, el cual planificó un edificio rectangular de cuatro cuerpos
dispuestos alrededor de un patio central, con dos pisos, el inferior resuelto con
bóvedas de crucería y el superior con tejado a dos aguas sobre arcos diafragma
—actualmente acoge la Biblioteca de Cataluña y la Escuela Massana—.87

Muralla del Raval, con el Portal de Santa Madrona (siglos XIV-XV).

En esta época surgieron también numerosas casas de familias nobles,


generalmente con una tipología basada en un módulo cuadrangular o rectangular,
con un patio interior que distribuye el espacio, y dos pisos comunicados por una
escalinata, con elementos constructivos basados en bóvedas de crucería, arcos
apuntados y tracerías caladas. Algunos exponentes son: el Palacio Requesens
(siglo XIV), actual Real Academia de Buenas Letras; el Palacio Nadal (siglo XIV),
actual Museo de Arte Precolombino; la Casa de los canónigos (siglo XIV), que
antiguamente acogía canónigos de la catedral y actualmente es la residencia
oficial del presidente de la Generalidad; el Palacio Berenguer d'Aguilar (mediados
del siglo XV), de Marc Safont, actual Museo Picasso; y el Palacio Cervelló-Giudice
(siglo XV), actual Galería Maeght.88
Otra tipología que surgió en este período fue la de la masía rural, un tipo de casa
solariega evolucionado de las granjas fortificadas romanas, que con el tiempo se
convirtieron en auténticas residencias señoriales. Generalmente seguían un
esquema basilical, con una planta rectangular de cuerpo central y galería con
arcada, compuesta de dos plantas y desván o granero. Una de las más antiguas
que se conserva es la de Can Vinyals o Torre Rodona, en Les Corts, original del
siglo X —época de la que se conserva la base de la torre de defensa— pero
reformada en el XIV. Del siglo XV son Can Cortada, en Horta; Can Fuster,
igualmente en Horta; y Torre Llobeta, en Nou Barris.89
El continuo crecimiento urbanístico propició una nueva prolongación del recinto
amurallado, con la construcción de la muralla del Raval, en la zona occidental de
la ciudad, que englobó una superficie de 218 ha, con un perímetro de 6 km. Las
obras duraron alrededor de un siglo, desde mediados del siglo XIV hasta
mediados del XV. El nuevo recinto urbano partía de las Atarazanas, siguiendo las
actuales rondas de San Pablo, San Antonio, Universidad y San Pedro, bajando por
el actual paseo de Lluís Companys hasta el monasterio de Santa Clara —en el
actual parque de la Ciudadela—, y hasta el mar, por la actual avenida Marqués de
la Argentera. Actualmente sólo se conserva el Portal de Santa Madrona, en las
Atarazanas.90

Santa María de Pedralbes (1326).


 

Iglesia de los Santos Justo y Pastor (1342-1360).


 

Iglesia de San Martín de Provensals (siglo XV).


 

Capilla de Santa Ágata (1302-1310).


 

Palacio Real Menor de Barcelona (1367-1368).


 

Hospital de la Santa Cruz (1401-1415).


 

Masía de Can Vinyals o Torre Rodona (siglo XIV).

Edad Moderna[editar]

Barcelona en 1563, grabado de Anton van den Wyngaerde.

En este período Barcelona pasó a formar parte del nuevo reino de España surgido
de la unión de las coronas de Castilla y Aragón. Fue una época de alternancia
entre períodos de prosperidad y de crisis económicas, especialmente por las
epidemias de peste en el siglo XVI y por conflictos sociales y bélicos como
la Guerra dels Segadors y la Guerra de Sucesión entre los siglos XVII y XVIII,
aunque en este último siglo repuntó la economía gracias a la apertura del
comercio con América y al inicio de la industria textil. La ciudad seguía
encorsetada en sus murallas —la única ampliación fue en la playa, el barrio de la
Barceloneta—, pese a que al final del período tenía casi 100 000 habitantes.
Artísticamente fue la época del Renacimiento y el Barroco, estilos en los que se
construyeron numerosos palacios e iglesias.91
Renacimiento[editar]
Fachada del Palacio de la Generalidad (1596-1619), de Pere Blai.

Artísticamente, aunque algunos autores hablan de cierta decadencia, fue una


época bastante productiva, si bien no hubo una creación verdaderamente
autóctona, ya que tanto las formas como los estilos artísticos, y a menudo los
propios artistas, vinieron de fuera. De todas formas, las innovaciones
del Renacimiento italiano llegaron tarde, hacia finales del siglo XVI, y mientras
tanto pervivieron las formas góticas.92 La arquitectura renacentista destacó por el
retorno a las formas clásicas, con el empleo de arcos de medio
punto, columnas de órdenes clásicos, bóvedas de cañón con casetones y cúpulas
de media naranja. La planta solía ser central, con espacios diáfanos y formas
armónicas basadas en estrictas proporciones matemáticas. 93
La pervivencia del gótico se denota en ejemplos como la fachada de la iglesia de
San Miguel (1519) —actualmente adosada a una pared lateral de la Basílica de la
Merced—, de los maestros de obras Gabriel Pellicer y Pau Mateu y del escultor
francés René Ducloux, con un portal gótico con pilastras corintias laterales
y hornacinas de tracería gótica.94 En esta época se hicieron también numerosas
reformas y añadidos a la iglesia del convento dominico de Santa Catalina: al
edificio gótico se le añadió en 1529 la capilla de la Natividad; en 1534 la capilla de
la cofradía de sombrereros; en 1545 el coro alto y un sagrario; en 1567 la capilla
del Rosario; y en 1602 la capilla de San Raimundo de Peñafort, obra de Pere Blai,
ya en un clasicismo plenamente renacentista.95 Entre 1540 y 1587 se reconstruyó
la iglesia de Santa María de Vallvidrera sobre una antigua edificación románica del
siglo X; de pervivencia gótica, presenta nave única con cabecera poligonal y un
campanario de planta cuadrangular.96
Las innovaciones renacentistas fueron penetrando lentamente, dando como
resultado edificios híbridos entre el gótico y el Renacimiento, como el Convento de
los Ángeles y del Pie de la Cruz (1562-1566), de Bartomeu Roig: la iglesia era de
una nave con tres salas abovedadas y ábside poligonal; actualmente acoge la
institución Fomento de las Artes Decorativas. 97 En 1566 se construyó en los bajos
de la casa de Mateu Roig, en la calle Sant Pere més Alt, la capilla de San
Cristóbal, que combina los ventanales góticos con un portal clasicista de forma
rectangular, enmarcado por columnas jónicas y un frontón triangular coronado
por acroteras con esferas de piedra.98
Pia Almoina (1546).

A nivel civil, durante el siglo XVI se hicieron numerosos trabajos en el Hospital de


la Santa Cruz: entre 1509 y 1512 se construyó en el ala de levante el Salón de
Santa Magdalena, y entre 1511 y 1518 se trabajó en el ala de poniente, donde se
situó el nuevo portal de acceso, obra de Antoni Cuberta y Antoni Papiol, un híbrido
gótico-renacentista; entre 1568 y 1575 se construyeron las escalas monumentales
que conectaban los pisos superiores con el patio, a cargo de Joan Safont.99 Otro
edificio de corte civil fue el de la Universidad de Barcelona (1536-1592), situado en
el Portal de Santa Ana, en la parte alta de la Rambla, obra de Tomàs Barsa, el
cual fue reconvertido en cuartel militar en 1720 y derribado en 1843. 100 En 1546 se
construyó la Pia Almoina —actual Museo Diocesano de Barcelona—, una
institución benéfica de asistencia a los pobres, situada junto a la catedral. El
edificio se apoyaba sobre restos de la muralla romana, y del edificio original se
conserva el cuerpo con cubierta a dos aguas, donde destaca la galería corrida del
piso superior, y el portal de medio punto.101 Entre 1549 y 1557 se construyó el
Palacio del Lloctinent —actual Archivo de la Corona de Aragón—, obra de Antoni
Carbonell. Tiene una fachada gótica con torre puntiaguda y ventanas mixtilíneas,
alineadas horizontal y verticalmente. El edificio es cuadrangular, con un patio
igualmente cuadrado, con arcos carpaneles, y una galería superior de arcos de
medio punto sobre columnas toscanas.102 En este siglo culminaron los trabajos de
reforma del Palacio Real Mayor con la construcción del Mirador de Martín el
Humano (1555), una torre rectangular de cinco plantas con galerías de arcos de
medio punto que sobresale del cuerpo del edificio, sobre el Salón del Tinell.103
Una de las primeras construcciones de espíritu plenamente renacentista fue
el Salón del Trentenario de la Casa de la Ciudad (1559), que presentaba una
galería con pórtico clasicista, al que se añadió en 1580 una puerta de
influencia serliana, compuesta de un arco de medio punto enmarcado por pilastras
adosadas y un friso con triglifos y metopas, con decoración de escudos y trofeos.
El Trentenario fue destruido en 1830 durante la construcción de la nueva fachada
neoclásica, y parcialmente reconstruido en 1929.104 Durante este período el
edificio del consistorio barcelonés se amplió también con la capilla, las escribanías
y el patio interior con galería alta (1577).105
Patio de los Naranjos del Palacio de la Generalidad (1532), de Antoni Carbonell y Pau Mateu.

El principal exponente del nuevo estilo fue la nueva fachada del Palacio de la


Generalidad (1596-1619), de Pere Blai, inspirada en modelos romanos tomados
de Antonio da Sangallo y Miguel Ángel.106 El palacio se amplió entre 1526 y 1600
con varios edificios adyacentes, hasta ocupar toda la manzana. Se construyeron
entonces la Cámara Dorada (1526), el Patio de los Naranjos (1532, Antoni
Carbonell y Pau Mateu), la lonja de Poniente (1536-1544), la lonja de Levante
(1547) y el Consistorio Nuevo (1570-1577, Pere Ferrer). Entre 1596 y 1619 Blai
construyó la nueva fachada de la plaza de San Jaime y reformó la capilla de San
Jorge —actual Salón de San Jorge—, de tres naves de igual altura —al
estilo hallenkirche o «planta de salón»—, con pilares cuadrangulares de orden
dórico-toscano, bóvedas de arista y una cúpula elíptica sobre el crucero. Por sus
líneas severas denota la influencia herreriana. La fachada presenta tres cuerpos,
el central más ancho que los laterales, enmarcados por dos pilastras corintias, y
con cuatro niveles: uno de basamento almohadillado, otro con entablamento y
ventanas con frontones alternos curvos y triangulares, otro con cornisa y ventanas
pequeñas —algunas ciegas—, y otro con entablamento y balaustrada. El portal es
dórico con arco de medio punto, con entablamento y una hornacina con el escudo
de la Generalidad; en el siglo XIX se le añadió una escultura de San Jorge,
de Andreu Aleu. La fachada se cubre con una cúpula con linterna, recubierta de
tejas verdes y amarillas.107
La Casa Gralla en 1855, poco antes de su derribo.

Por lo que respecta a palacios privados, presentan una tipología basada en un


patio interior con escalera, vestíbulo de entrada y galería superior, con decoración
de grutescos y tracerías góticas. Son exponentes de ello la casa Bassols, unida
actualmente al palacio Pignatelli y sede del Real Círculo Artístico; el palacio
Centelles (1514); y la casa Gralla (1506), de Mateu Capdevila, derribada en
1856.108 También conviene recordar las casas de los gremios de caldereros y
zapateros, que fueron trasladadas de sus antiguas ubicaciones, de donde iban a
ser derribadas, a la plaza de San Felipe Neri, creando en este lugar un conjunto
de casas de planta renacentista.109 Otros exponentes son: la Casa Clariana-
Padellàs (1497-1515), actual Museo de Historia de Barcelona, que fue trasladada
de la calle de Mercaderes a la plaza del Rey durante las obras de apertura de
la Vía Layetana; y la Casa de l'Ardiaca (1490-1514), que antaño acogía
al arcediano de la catedral y actualmente es sede del Instituto Municipal de
Historia y del Archivo Histórico de la Ciudad, tras unir este edificio con la contigua
Casa del Degà en el siglo XIX, época en que se creó el claustro interior por el que
actualmente se accede al edificio.110
En el siglo XVI las masías continuaron realizándose preferentemente en estilo
gótico, aunque poco a poco se fue introduciendo el nuevo estilo, principalmente en
partes de la fachada como puertas, ventanas, galerías y arcadas, que
incorporaron decoración escultórica, generalmente de grutescos. 111 Entre los
siglos XVI y XVII muchas de ellas se fortificaron, debido a la piratería y el
bandolerismo. Por otro lado, el enriquecimiento de los propietarios gracias a
la sentencia de Guadalupe que puso fin a la Guerra de los Remensas propició el
embellecimiento de numerosas masías.112 Algunos exponentes son: Can Mestres,
en Vallvidrera —reformada en el siglo XVIII—; Ca l'Armera, en Sant Andreu; Can
Valent, también en Sant Andreu; y Can Planas, en Sant Martí.
Puerto de Barcelona, grabado alemán del siglo XVIII.

En cuanto a urbanismo, en la primera mitad del siglo XVI se construyó la muralla


del Mar, donde se emplazaron los baluartes de Levante, Torre Nueva, San Ramón
y Mediodía.113 Por lo demás, la principal reforma urbanística fue en el entorno de la
catedral, donde se abrió la plaza de la Seo, frente al portal mayor de la catedral
(1546), así como la plaza de San Ivo, con un espacio recortado al Palacio Real
Mayor. Del mismo palacio se desmembró una parte (el patio y las alas norte y
este), que fue cedida por la Corona para servir de sede a la Inquisición —
actual Museo Frederic Marès—, mientras que el resto fue reconvertido en Real
Audiencia en 1542.114
Por otro lado, durante los siglos XV y XVI se construyó un puerto artificial que
cubriese por fin las necesidades del importante centro mercantil que era
Barcelona: paradójicamente, durante la época de esplendor del comercio catalán
por el Mediterráneo, Barcelona no contaba con un puerto preparado para el
volumen portuario que era habitual en la ciudad. El antiguo puerto al pie
de Montjuic había sido abandonado, y la ciudad contaba únicamente con la playa
para recibir pasajeros y mercancías. Los barcos de gran calado debían descargar
mediante barcas y mozos de cuerda. Por fin, en 1438 se obtuvo el permiso real
para construir un puerto: en primer lugar, se hundió un barco cargado de piedras
para servir de base al muro que unió la playa con la isla de Maians; reforzado el
muro en 1477, se alargó en forma de espigón en 1484. A mediados del siglo XVI
se amplió el puerto ante la campaña iniciada por Carlos I contra Túnez. A finales
de siglo, el muelle contaba con una longitud de 180 m por 12 de ancho. Nuevas
obras de mejora en el siglo XVII dieron por un fin un puerto en condiciones para la
ciudad.115

Iglesia de San Miguel (1519).


 

Iglesia de Santa María de Vallvidrera (1540-1587).


 

Convento de los Ángeles y del Pie de la Cruz (1562-1566), de Bartomeu Roig.


 

Palacio del Lloctinent (1549-1557), de Antoni Carbonell.


 

Casa Clariana-Padellàs (1497-1515).
 

Casa de l'Ardiaca (1490-1514).
 

Masía de Can Mestres.

Barroco[editar]

Túmulo del cardenal Juan Tomás de Boxadors, convento de Santa Catalina, obra de Salvador


Gurri (1781); grabado de Pere Pasqual Moles. En el período barroco cobró una especial relevancia
la arquitectura efímera, una mezcla de construcciones temporales, escenografía y actos lúdicos o
ceremoniales, generalmente de carácter político o religioso. 116nota 2
Siglo XVII[editar]
Como en el Renacimiento, el arte de la época siguió las corrientes llegadas desde
fuera. Como pasó con las innovaciones renacentistas, el Barroco en Cataluña fue
penetrando paulatinamente, con pervivencia de las tipologías anteriores y una
nueva mezcla estilística en la ejecución de las obras. 117 Aun así, el Barroco catalán
es de líneas más sencillas, de estructuras simples, no tan recargadas como en
el Barroco italiano, y se evidencia más en la decoración que no en los trazados,
que siguen la línea clásica. Prácticamente hasta 1660 pervivió el clasicismo
renacentista, que fue sustituido por un Barroco «salomónico decorativista» hasta
1705, fecha en que la arquitectura se fue volviendo más académica hasta
desembocar en el neoclasicismo.118
La arquitectura barroca asumió unas formas más dinámicas, con una exuberante
decoración y un sentido escenográfico de las formas y los volúmenes. Cobró
relevancia la modulación del espacio, con preferencia por las
curvas cóncavas y convexas, poniendo especial atención en los juegos ópticos
(trompe-l'œil) y el punto de vista del espectador. En convivencia con el
ideario contrarreformista, el arte se volvió propagandístico y se puso al servicio de
la ostentación del poder, tanto político como religioso. 119
Las primeras obras del siglo fueron todavía en un clasicismo renacentista, como
sería el caso del convento de San Francisco de Paula (1597-1644), con una
iglesia de nave única con capillas laterales, campanario rectangular y claustro de
dos pisos con columnas dóricas en el inferior y jónicas en el superior. Le siguió el
convento de la Merced (1637-1651), donde destaca el claustro —actualmente
incorporado al edificio de la Capitanía General de la IV Región Militar—, obra
de Jeroni Santacana, con cuatro arcadas de medio punto con columnas toscanas,
galería superior con el doble de arcos que la inferior, con columnas jónicas, y un
nivel de balcones.120
Otros exponentes son: el convento de la Santísima Trinidad (1619), de
los trinitarios calzados, una reforma de la iglesia gótica —actualmente parroquia
de San Jaime—, en que se añadió la planta jesuítica, con crucero, presbiterio y
capillas laterales intercomunicadas; el convento agustino de Santa Mónica (1626-
1636), cuya iglesia —reformada en 1887 por Joan Martorell y destruida en 1936—
seguía el mismo esquema que la anterior, mientras que el claustro —única parte
que se conserva, actual centro de arte— tiene dos pisos con arcadas sobre
pilares;121 el convento servita del Buen Suceso (1626-1635), actual sede
del distrito de Ciutat Vella;122 y la iglesia de San Ginés de Agudells (1671), que
sustituía una del siglo X, de una nave con crucero y campanario cuadrado de
cubierta piramidal, con rectoría y un cementerio.123
Iglesia de Belén (1681-1732), de Josep Juli.

La incorporación de las formas barrocas tuvo más éxito en la ornamentación que


no en el lenguaje arquitectónico propiamente dicho, como se puede percibir en la
generalización del uso de columnas salomónicas. Buenos ejemplos son la Casa
de Convalecencia del Hospital de la Santa Cruz (1629-1680) y la iglesia de
Belén (1681-1732).124 La primera, obra de Pere Pau Ferrer, tiene un esquema
claustral, con dos niveles, arcos de medio punto, pilastras dórico-toscanas,
bóvedas de arista y balaustrada en el segundo nivel. 125 La iglesia jesuita de
Nuestra Señora de Belén, obra de Josep Juli, tiene planta congregacional —al
estilo del Gesù—, nave longitudinal con bóveda de cañón, nártex de entrada bajo
el coro y capillas intercomunicadas, cada una con una cúpula elíptica con linterna.
La fachada tiene un paramento de almohadillado romboidal, puerta cuadrada,
rosetón y portada-retablo con columnas salomónicas y entablamento clásico pero
tratado barrocamente, con entrantes y salientes, flanqueado por dos estatuas de
san Ignacio de Loyola y san Francisco de Borja, de Andreu Sala.126 Siguió el
modelo de Belén la iglesia de San Severo (1698-1705), obra de Jaume
Arnaudies por lo que corresponde al trazado original y de Jeroni
Escarabatxeres en la conclusión de la fachada y la decoración interior. Es de
pequeñas proporciones (23 x 12 m), dividida en tres cuerpos verticales por
pilastras de gran tamaño, con un cuerpo central de mayor altura que acoge una
hornacina con la imagen del santo.127

Palacio del Virrey (1668-1688), de Fray Josep de la Concepció.

En este período trabajó Fray Josep de la Concepció —apodado el Tracista—,


un carmelita descalzo que desarrolló un estilo barroco clasicista, con cierta
influencia vitruviana. Entre 1668 y 1688 construyó el Palacio del Virrey, en el Pla
de Palau, reforma de un antiguo depósito de mercancías conocido como Hala dels
Draps, de planta cuadrangular con patio central, tres niveles con balcones y
fachada con elementos góticos.128 En 1675 adaptó la sala capitular de la Catedral
de Barcelona como capilla de San Olegario, en estilo gótico para no romper con la
línea del templo, y un sepulcro barroco para el santo, con una estatua de Pere
Sanglada. En 1687 realizó la iglesia de los carmelitas descalzos de Nuestra
Señora de Gracia y San José —apodada dels Josepets—, en la plaza de Lesseps,
con nave única, capillas intercomunicadas, bóveda de cañón con lunetas,
falso transepto y cúpula sin tambor. La fachada tiene tres arcos de
entrada, frontón, entablamento y un campanario de espadaña perpendicular a la
fachada.129

Puente de las torres romanas (1614).

De esta época son también varios palacios: el palacio Dalmases —actual sede
de Òmnium Cultural—, en la calle de Montcada, de tradición gótica por su
distribución alrededor de un patio central con escalera y dos plantas, presenta una
fachada con ventanas de moldeado roto y gárgolas, y un patio con columnas
salomónicas y arcos rampantes;130 el palacio Marimon o del marqués de Caldes de
Montbui destaca por su patio central con galería de arcos rebajados de estilo
toscano;131 el palacio Maldà tiene una fachada curva por su adaptación a la calle,
hecha de pequeños sillares, y un salón de varias plantas con decoración rococó;132
la casa del Gremio de Revendedores (1685) destaca por los esgrafiados de la
fachada.133
En este período las masías fueron abandonando progresivamente las líneas
góticas, con la introducción de nuevos elementos como
puertas adoveladas, ventanas geminadas, ménsulas y alféizares.134 Algunos
exponentes son: Can Masdeu, en Horta; Can Trilla, en Gracia; Can Carabassa, en
Horta; y Can Mariner, también en Horta.
A nivel urbanístico, en el siglo XVII se amplió nuevamente la muralla de la ciudad
con la construcción de cinco nuevas puertas (San Severo, Talleres, San Antonio,
San Pablo y Santa Madrona —esta última una reconstrucción de la del siglo XIV
—), se pavimentaron calles, se instalaron alcantarillas, se construyeron fuentes de
agua potable y se hicieron obras de mejora en el puerto. 135 También se construyó
un puente que unía las dos torres de la puerta decumana de la muralla romana,
junto al Palacio Episcopal (1614), formado por dos arcos rebajados, el inferior con
una pasarela con balaustrada y el superior con un cuerpo con cinco ventanas
balconeras de arco de medio punto enmarcadas por pilastras dóricas; fue
derribado en 1823.136

Claustro del convento de la Merced (1637-1651), de Jeroni Santacana.


 

Casa de Convalecencia, Hospital de la Santa Cruz (1629-1680), de Pere Pau Ferrer.


 

Iglesia de San Severo (1698-1705), de Jaume Arnaudies y Jeroni Escarabatxeres.


 

Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (1687), de Fray Josep de la


Concepció.
 

Casa del Gremio de Revendedores (1685).


 

Masía de Can Carabassa.


Siglo XVIII[editar]
Fachada del Arsenal de la Ciudadela, actualmente Palacio del Parlamento de Cataluña.

En este siglo continuaron las formas barrocas, pero más atemperadas, no tan
exuberantes como en la centuria anterior. El lenguaje arquitectónico se volvió
más clasicista, bien con un componente más barroco (San Miguel del Puerto) o
más académico (iglesia de la Merced), hasta desembocar en el neoclasicismo que
se desarrolló entre finales de siglo e inicios del XIX. 137
La llegada de los Borbones generó en arquitectura una serie de obras
de ingeniería militar, como el de castillo de Montjuïc y la fortaleza de la Ciudadela,
o incluso iglesias como la de San Miguel del Puerto en la Barceloneta (1753).138 El
castillo de Montjuic, una pequeña fortaleza del siglo XVII construida para la Guerra
de los Segadores, fue ampliado y reformado por Juan Martín Cermeño entre 1751
y 1779, con una forma pentagonal y grandes fosos y baluartes, con
influencia vaubaniana; en 1960 fue convertido en Museo Militar, con una reforma
de Joaquim de Ros i de Ramis.139
Para la construcción de la Ciudadela se derribaron 1200 casas del barrio de la
Ribera —quedando 4500 personas sin casa y sin indemnización—, así como los
conventos de San Agustín y Santa Clara, y se desvió la Acequia Condal.140 Obra
de Joris Prosper van Verboom, tenía forma pentagonal, también con influencia
vaubaniana. De su conjunto destacan el edificio del arsenal, actual sede
del Parlamento de Cataluña; el palacio del gobernador, actual Instituto Verdaguer;
y la capilla, actual parroquia castrense.141 Esta capilla, proyectada por Alexandre
de Rez en 1727, presenta un portal clasicista con testero semicircular, al estilo de
la iglesia de la Visitación de París.142
Iglesia de San Felipe Neri (1721-1752) de Pere Bertran y Salvador Ausich.

Las primeras iglesias fueron de pervivencia barroca: entre 1705 y 1716 se edificó
la iglesia de San Severo y San Carlos Borromeo —actualmente de San Pedro
Nolasco—, en la plaza de Castilla, de la orden de los paúles. Presenta nave única,
con tribunas y cúpula semiesférica, y un claustro de orden toscano, con bóvedas
de arista.143 Entre 1721 y 1752 se construyó la iglesia de San Felipe Neri, en
la plaza homónima, obra de Pere Bertran y Salvador Ausich. Presenta nave única,
crucero, capillas intercomunicadas, ábside rectangular y fachada de trazado
mixtilíneo, con inicio de entablamento y acabamiento semicircular. 144 De Pere
Bertran es también la iglesia de San Agustín (1728),nota 3 de nave congregacional
con capillas intercomunicadas, cúpula con linterna, bóveda de cañón y ábside
semicircular. La fachada es de Pere Costa (1735), con nártex de cinco arcos de
medio punto, con frontón mixtilíneo y cúpula elíptica, realizada solo en su parte
inferior, mientras que la superior continúa inacabada. 144 En 1735 se levantó la
iglesia de Santa Marta, en la Riera de San Juan, anexa a un hospital de
peregrinos del mismo nombre; afectada por la apertura de la Vía Layetana, fue
derribada en 1911, aunque la fachada fue conservada y trasladada al edificio del
convento del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, donde aún permanece.145
Entre 1736 y 1743 se construyó la Casa de la Caridad —actual Centro de Cultura
Contemporánea de Barcelona—, emplazada sobre un anterior convento medieval
de monjas agustinas bombardeado en 1651, que albergaba un complejo de
diversas dependencias dispuestas alrededor de un gran patio de planta cuadrada
y claustro de doble altura con arcadas de orden toscano, conocido actualmente
como patio Manning. En el siglo XIX se le incorporó la iglesia neogótica de Santa
María de Montalegre, así como otro patio llamado de Dones. 146
Iglesia de San Miguel del Puerto (1753), de Pedro Martín Cermeño.

La iglesia de San Miguel del Puerto (1753), de Pedro Martín Cermeño, tiene


influencia italiana, especialmente de Maderno y Della Porta, y presenta una
fachada tripartita con un cuerpo central elevado con frontón triangular —que
denota la influencia del Gesù—, y una escultura de San Miguel de Pere Costa; la
planta era cuadrada, con una cúpula central sobre cuatro pilares, pero fue
reformada por Elías Rogent en 1863, fecha en que amplió el espacio de la iglesia
y la distribuyó en tres naves, con una nueva cúpula sobre un falso crucero. 147
Uno de los mejores exponentes del barroco religioso fue la iglesia de la
Merced (1765-1775), de José Mas Dordal, que sustituía otra gótica de la orden de
los mercedarios. Presenta nave única con capillas laterales intercomunicadas,
siguiendo el esquema de las iglesias contrarreformistas catalanas, crucero con
cúpula y camarín sobre el presbiterio. La fachada denota la influencia de San
Andrés del Quirinal de Bernini, con muros laterales curvados, puerta con frontón
semicircular, rosetón y frontón superior triangular. Sobre la cúpula destaca la
imagen de Nuestra Señora de la Merced, obra original de Maximí Sala destruida
en 1936 y sustituida por una copia de los hermanos Oslé (Miquel y Llucià).148

Iglesia de la Merced (1765-1775), de José Mas Dordal.

De esta época son también dos iglesias parroquiales de antiguos municipios


colindantes de la ciudad, hoy día incorporados como barrios: San Vicente
de Sarrià, de José Mas Dordal, construida entre 1778 y 1816 sobre los restos de
una anterior iglesia gótica de 1379 —edificada a su vez sobre otra románica
consagrada en 1147—, tiene tres naves intercomunicadas por arcos de medio
punto, con cabecera plana y transepto con cúpula, así como capillas laterales; 149 y
el santuario de Santa Eulalia de Vilapicina (1782), reforma de una iglesia del siglo
X, tiene una nave de bóveda de cañón y cubierta a dos aguas, y fachada
neoclásica decorada con esgrafiados y coronada por un pequeño campanario. 150
Palacio de la Lonja (1774-1802), de Joan Soler i Faneca.

La arquitectura civil, realizada principalmente por arquitectos académicos, se fue


acercando paulatinamente al neoclasicismo, como se percibe en el Colegio de
Cirugía de Barcelona (1762-1764), obra de Ventura Rodríguez, con planta
rectangular dividida en dos áreas claramente diferenciadas: un anfiteatro circular
que servía como aula de anatomía y una zona de dependencias administrativas y
de servicios.151 En 1771 se construyó la nueva fachada del palacio del Virrey,
proyectada por el conde de Roncali, plenamente neoclásica; reformado
nuevamente en 1846 en ocasión de una visita de Isabel II, fecha en que pasó a
ser Palacio Real, fue destruido por un incendio en 1875. 152 Entre 1774 y 1802 se
reformó totalmente el palacio de la Lonja, con un proyecto de Joan Soler i Faneca.
Del edificio gótico solo quedó la sala de Contratación, alrededor de la cual se
levantó un nuevo edificio de corte clasicista que denota una cierta
influencia palladiana.153 Otro edificio ligado al comercio fue la Aduana —actual
Delegación del Gobierno—, construida entre 1790 y 1792 por el conde de Roncali,
la cual presenta trazos clasicistas, si bien denota todavía la pervivencia del
decorativismo barroco; tiene una fachada con tres aberturas, en los extremos con
un frontón triangular y en el centro con uno circular, y una decoración de estuco
imitando al mármol.154

Palacio de la Virreina (1772-1778), de Josep Ausich.

Los palacios de la época suelen tener planta cuadrangular, con un patio central al
que se accede por un vestíbulo principal, que suele destacar por una amplia
escalera de honor. Algunos exponentes son: el palacio de la Virreina (1772-1778),
construcción de Josep Ausich sobre un proyecto de Manuel de Amat y
Junyent, virrey del Perú; el palacio Sessa-Larrard (1772-1778), de Josep Ribas i
Margarit; el palacio Moja (1774-1789), de Josep Mas i Dordal; la casa Marc de
Reus (1775), de Joan Soler i Faneca; y el palacio Savassona (1796), actual sede
del Ateneo Barcelonés.155 Entre 1782 y 1784 se amplió también el palacio
Episcopal, con un nuevo edificio con fachada a la plaza Nueva, obra de Josep Mas
i Dordal.156 Cabe mencionar también la casa de la Seda o del Gremio de Veleros
(1758-1763), obra de Joan Garrido, un edificio de tres niveles que destaca por su
decoración de esgrafiados, buena muestra del decorativismo barroco. 157
Las masías continuaron con las líneas esbozadas el siglo anterior, con algún
elemento distintivo como la decoración en esgrafiado o los tejados a dos aguas
con coronamiento mixtilíneo. También se introdujo en esta época la construcción
con bóveda catalana. Algunos ejemplos son: Can Travi Nou, en Horta; Can
Planas, en Les Corts, actualmente la famosa Masía del Fútbol Club Barcelona;
Can Tusquets, en Gracia; Can Fargas, en Horta; Can Raspall, en Sarrià; Can
Rosés, en Les Corts; Can Canet de la Riera, en Sarrià; Can Móra, en Horta; Can
Sert, en Gracia; Villa Florida, en Sant Gervasi; y Can Querol, en Horta.
A nivel urbano, hay que remarcar la construcción en 1753 del barrio de la
Barceloneta, promovida por el marqués de la Mina, el cual también reparó y
amplió el puerto y fomentó la instalación del primer alumbrado público. Entre 1776
y 1778 se realizó la urbanización de la Rambla, y se proyectaron los paseos
de San Juan y de Gracia, aunque no se realizaron hasta el cambio de siglo el
primero y 1820-1827 el segundo.158 También se trazó la calle Nou de la Rambla,
por iniciativa del conde del Asalto (1778-1789).159 En 1797 se creó también el
paseo Nuevo o de la Explanada, situado junto a la Ciudadela militar, una amplia
avenida jalonada de álamos y olmos y decorada con fuentes ornamentales —de
las que se conserva la Fuente de Hércules—; durante un tiempo fue el principal
espacio verde de la ciudad, pero desapareció en las obras de urbanización
del parque de la Ciudadela.160

Castillo de Montjuic (1751-1779), de Juan Martín Cermeño.


 

Iglesia de San Severo y San Carlos Borromeo (1705-1716).


 

Patio Manning, Casa de la Caridad (1736-1743).


 

Santuario de Santa Eulalia de Vilapicina (1782).


 

Aduana (1790-1792), de Juan Miguel de Roncali.


 

Casa de la Seda (1758-1763), de Joan Garrido.


 

Masía de Can Raspall, Sarrià.

Siglo XIX[editar]

Auca de edificios notables de Barcelona (1861), Imprenta Juan Llorens. nota 4

En este período hubo una gran revitalización económica, ligada a la Revolución


Industrial —especialmente la industria textil—, lo que comportó a su vez
un renacimiento cultural. Entre 1854 y 1859 se produjo el derribo de las murallas,
por lo que la ciudad pudo expandirse, motivo por el que se impulsó el proyecto
de Ensanche elaborado por Ildefonso Cerdá en 1859. Asimismo, gracias a
la revolución de 1868 se consiguió el derribo de la Ciudadela, cuyos terrenos
fueron transformados en un parque público. La población fue creciendo,
especialmente gracias a la inmigración del resto del estado, llegando a finales de
siglo a los 400 000 habitantes.161 Artísticamente, el siglo vio la sucesión de
diversos estilos de diferente signo, como el neoclasicismo, el historicismo y
el modernismo.162
Neoclasicismo[editar]
El neoclasicismo, desarrollado entre finales del siglo XVIII y principios del XIX,
supuso un retorno al arte clásico grecorromano, impulsado por el hallazgo de los
restos de Pompeya y Herculano y la obra teórica del historiador del arte Johann
Joachim Winckelmann. En Cataluña, el impulso de la Escuela de Bellas Artes de
Barcelona (la Llotja) fue decisivo para la consolidación del arte catalán, así como
su alejamiento de su aspecto gremial y artesano. Si hasta entonces la
construcción estaba confiada a maestros de obras de formación gremial, a partir
de ahora los nuevos arquitectos tendrán ya una titulación académica. 163nota 5
La arquitectura neoclásica no fue muy productiva, destacando el nombre de Antoni
Cellers, arquitecto académico y gran teórico del clasicismo. Fue autor de la iglesia
actualmente desaparecida de los Carmelitas Calzados (1832), así como del
palacio Alòs i Dou (1818), en que hace una interpretación neoclásica del
tradicional patio catalán, con arcos serlianos sobre columnas jónicas, y una
fachada posterior al jardín con un tetrástilo jónico.169

Fachada de la Casa de la Ciudad (1830), de José Mas Vila.

Discípulo suyo fue José Mas Vila, autor de la nueva fachada de la Casa de la


Ciudad (1830), plenamente clasicista y de carácter monumental, con un cuerpo
central sobresaliente del resto, donde destacan cuatro columnas jónicas que
sostienen un ático con el escudo de la ciudad.170 Mas Vila, maestro de casas y
fuentes del Ayuntamiento, también fue el encargado de la remodelación de
la plaza de San Jaime y de la urbanización de la calle de Fernando, así como de la
construcción del mercado de La Boquería (1836-1846), inicialmente una plaza
porticada con columnata jónica, aunque a media construcción se optó por el hierro
para cubrirlo, en vez de la piedra prevista por Mas. 171 Junto con Josep Buxareu fue
igualmente el encargado de la reconversión del convento de Santa Catalina en
el mercado del mismo nombre (1844-1848).172
Capilla del Cementerio del Este (1818), de Antonio Ginesi.

Cabe mencionar asimismo la presencia del arquitecto italiano Antonio Ginesi,


autor de la capilla del Cementerio del Este (1818), de un estilo un tanto ecléctico,
que mezcla el nuevo lenguaje clásico con elementos que perduran del Barroco,
así como influencias del arte egipcio.173

Santa María de Sants (1828), de Francisco Renart.

En 1828 se construyó la iglesia parroquial de Santa María de Sants, obra


de Francisco Renart de un clasicismo programático, con portada de arco de medio
punto flanqueado por dos columnas jónicas, sobre el que se sitúa un rosetón y un
frontón triangular, y en el lateral una torre-campanario de 70 m de altura. La iglesia
fue destruida en 1936, y reconstruida entre 1940 y 1965 por Raimundo Durán
Reynals.174
Un edificio emblemático de la época fue la Casa Xifré (1835-1840), obra de Josep
Buxareu y Francesc Vila, un edificio de viviendas situado frente al palacio de la
Lonja, que destaca por sus pórticos de la planta baja, de arcos de medio punto. La
fachada tiene una decoración cercana al llamado estilo isabelino, con relieves del
escultor Damià Campeny.175 Fue el primer edificio de Barcelona con agua
corriente.176
Portal de Mar (1844-1848), de Josep Massanès.

Entre 1844 y 1848 se construyó el Portal de Mar, un monumental pórtico de


acceso a la Barceloneta desde el Pla de Palau, obra de Josep Massanès, que fue
derribado en 1859. De estilo ecléctico, mezclaba elementos clásicos, góticos y
orientales, y estaba formado por una puerta con cuatro columnas jónicas, frontón
escalonado y cúpula, mientras que en los laterales se situaban unos
monumentales arcos de herradura ultrapasados apoyados sobre dobles
columnas.177 Massanès fue autor también de un plan de ensanche en 1838, que
comprendía el triángulo situado entre Canaletas, la plaza de la Universidad y
la plaza Urquinaona, y que ya esbozaba lo que sería la plaza de Cataluña, situada
en el centro del triángulo.174
Uno de los últimos exponentes del neoclasicismo fue el Teatro Principal (1847),
de Francisco Daniel Molina, construido en sustitución del antiguo Teatro de la
Santa Cruz —originario de 1568—. Presenta una fachada clasicista de
aire romántico isabelino, con tres grandes balcones con frontón triangular
encastados en arcos de medio punto.178
Por lo que se refiere al urbanismo, el hecho más destacable de estos años fue
la desamortización de 1836, que dejó numerosos solares que fueron edificados o
convertidos en espacios públicos: así, en la ubicación del convento carmelita de
San José, en la Rambla, se construyó el mercado de la Boquería; sobre el
convento de Nuestra Señora de la Buenanueva de los trinitarios descalzos se
levantó el teatro del Liceo; en el solar del convento de los capuchinos de Santa
Madrona se situó la plaza Real; el convento-colegio franciscano de San
Buenaventura dio paso al Hotel Oriente; sobre el convento-colegio de
los carmelitas calzados de San Ángel Mártir se emplazó un cuartel de la Guardia
Urbana de Barcelona; y el convento de Santa Catalina fue sustituido por
el mercado del mismo nombre.179 De igual forma, las nuevas disposiciones
sanitarias promulgadas en esta época supusieron la desaparición de numerosos
cementerios parroquiales, cuyos solares se urbanizaron como nuevas plazas
públicas; surgieron así plazas como la de Santa María, del Pino, de San José
Oriol, de San Felipe Neri, de San Justo, de San Pedro y de San Jaime.180
Historicismo[editar]
Fachada de la Catedral de Barcelona.
Fachada de la Catedral de Barcelona antes de su remodelación (1880).

La fachada en 1900, antes de la construcción del cimborrio.

La fachada en la actualidad.

La arquitectura de mediados del siglo XIX estuvo impregnada del nuevo


espíritu romántico y, siguiendo las directrices de teóricos como John
Ruskin y Eugène Viollet-le-Duc, se enmarcó dentro del llamado historicismo,
corriente que propugnaba la revitalización de estilos arquitectónicos anteriores,
sobre todo medievales, por lo que se crearon diversas corrientes denominadas
con el prefijo «neo»: neogótico, neorrománico, neomudéjar, neobarroco, etc.181
Universidad de Barcelona (1862-1873), de Elías Rogent.

Una de sus primeras figuras destacadas fue Elías Rogent, primer director de la


recién creada Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Fue autor
de la sede de la Universidad de Barcelona (1862-1873), en la plaza de la
Universidad, un edificio sobrio y de aspecto religioso pese a su carácter civil,
especialmente en los claustros interiores, que presentan un aspecto casi
monástico. Tiene planta axial, destacando en su parte central la escalera de honor
y el paraninfo, un salón ecléctico que mezcla elementos románicos, góticos e
islámicos, a cuyos lados se sitúan los patios en forma de claustro, igualmente de
inspiración medieval.168 Fue autor también del Seminario Conciliar (1879-1882), de
estilo neorrománico, con planta de cruz griega que conforma cuatro alas que
convergen en una iglesia en el centro, de la que sobresale el cimborrio.182

Gran Teatro del Liceo (1862), de Josep Oriol Mestres.

Otro exponente fue Josep Oriol Mestres, autor de la remodelación del Gran Teatro


del Liceo (1862), un edificio de Miquel Garriga i Roca de 1847 que tuvo que ser
reconstruido tras un incendio; de la intervención de Mestres destaca la fachada y
la gran sala interior, una original composición de lonjas en hilera lamentablemente
perdida en el incendio de 1994. 183 Mestres fue autor también de la nueva fachada
de la Catedral de Barcelona (1887-1890), en un estilo neogótico inspirado en el
gótico francés; la fachada fue completada con un cimborrio proyectado
por Augusto Font Carreras.184 Otras obras de Mestres fueron: la iglesia de Santa
María del Remedio (1846-1849), que fue iglesia parroquial de Les Corts tras
separarse de Sarrià; el Teatro de los Campos Elíseos (1853), en el paseo de
Gracia —hoy desaparecido—, que destacaba por su estructura metálica; la Casa
Jover (1856), construida sobre la renacentista Casa Gralla; y el edificio de la
Compañía de Tabacos de Filipinas (1880), en el emplazamiento del
antiguo colegio jesuita de Cordellas, en la Rambla.

Iglesia y convento de las Salesas (1882-1885), de Joan Martorell.

Joan Martorell fue autor de diversas iglesias inspiradas en el gótico, como la de


las Salesas, en el paseo de San Juan (1882-1885), y la del Sagrado Corazón de
los jesuitas, en la calle de Caspe (1883-1889). La primera es de estilo ecléctico,
con evidentes influencias medievales pero plasmadas de forma personal; tiene
planta de nave única con forma de cruz latina, con capillas laterales y ábside
pentagonal con girola, así como un crucero que sobresale volumétricamente en su
parte exterior, mientras que en la fachada destaca por una alta torre acabada en
punta y con dos pináculos laterales. La segunda denota una cierta
influencia románico-bizantina, y presenta una planta centralizada con cúpula
sobre tambor rodeada de cúpulas menores para distribuir el peso; la fachada es
sobria, y destaca por los efectos cromáticos de los materiales utilizados. 185
Martorell fue el responsable del traslado de la iglesia gótica de Santa María de
Montsió —perteneciente a un convento agustino y originaria de 1388— del Portal
del Ángel a la Rambla de Cataluña, y proyectó su nueva fachada neogótica (1882-
1890); es la actual parroquia de San Raimundo de Peñafort. 186 Fue autor también
del Palacio Güell de Pedralbes, posterior Palacio Real (1862); de la iglesia y
convento de las Adoratrices (1875); y del colegio jesuita de San Ignacio (1893-
1896).
Basílica de la Purísima Concepción y Asunción de Nuestra Señora (1871-1888), de Jeroni Granell i
Mundet.

Un caso análogo al de Montsió ocurrió con la iglesia gótica de Santa María de


Junqueras, original del siglo XV y regentada por monjas benedictinas, que fue
trasladada en 1868 de la calle de Junqueras a la calle de Aragón. Entre 1871 y
1888 Jeroni Granell i Mundet se encargó de su reforma, y fue rebautizada
como Basílica de la Purísima Concepción y Asunción de Nuestra Señora. Es de
una nave con bóvedas ojivales y ábside poligonal, con un claustro rectangular de
dos plantas con una capilla neogótica adosada. 187
Otras iglesias de la época fueron: la parroquia de San Juan Bautista de
Gracia (1878-1884), de Magí Rius, Miquel Pascual y Francisco Berenguer, con
planta de cruz latina, capillas laterales y fachada neomedievalista; 188 la iglesia de
San Andrés de Palomar (1881), de Pere Falqués, reforma de la antigua iglesia
parroquial del municipio de origen románico, remodelada con un estilo clasicista
de aire ecléctico, y que destaca por su gran cúpula de 61 m de altura;189 también
en San Andrés y en 1881 se construyó la iglesia de San Paciano, de Joan Torras i
Guardiola, de una sola nave y cubierta con bóvedas ojivales nervadas. 190

Iglesia de San Andrés de Palomar (1881), de Pere Falqués.


En el terreno civil cabe destacar la fábrica Batlló (1870-1875), de Rafael
Guastavino, con una estructura de hierro y ladrillo de obra vista y cubiertas
de bóveda catalana; de la obra original se conserva el edificio del Reloj, la
chimenea octogonal y la planta de hilados, mientras que el resto fue reformado
entre 1927 y 1931 por Juan Rubió y convertido en la Escuela del
Trabajo.191 Antonio Rovira y Trías construyó los mercados de San Antonio (1876-
1882) y la Concepción (1888): el primero está considerado el mejor edificio en
hierro de la ciudad, y está compuesto por cuatro naves longitudinales que
convergen diagonalmente sobre un cuerpo central con un cimborrio octogonal; el
segundo presenta tres naves paralelas con cubierta a dos aguas, cada una con su
propia fachada coronada por un frontón triangular. 192
Otros arquitectos que convendría recordar de este período son: José Doménech y
Estapá, autor de la Real Academia de Ciencias y Artes, actual Teatro
Poliorama (1883-1884), de fachada ecléctica que combina elementos
neomedievales y neoclásicos;193 José Vilaseca, autor de los talleres de los pintores
Masriera (1882-1885), con forma de templo grecorromano, 194 y de la casa Bruno
Quadros (1883), con una exótica fachada de motivos egipcios y orientales, donde
destaca el dragón-farola de la esquina;195 Pere Falqués proyectó el Consejo
Municipal de San Martín de Provensals (1876-1887) y la torre de las Aguas del
Besós (1880); Tiberi Sabater construyó el Casino Mercantil o Bolsín (1881-1883),
un edificio ecléctico de corte neoclásico que combina elementos renacentistas con
los órdenes clásicos grecorromanos;196 Antoni Serra i Pujals edificó el palacio
Casades, actual sede del Colegio de Abogados de Barcelona (1885); Adrià
Casademunt diseñó la iglesia parroquial del Santo Ángel Custodio
de Hostafrancs (1893); y Mauricio Garrán elaboró el Palacio de Mar (1886-1900),
actual Museo de Historia de Cataluña.197

Pabellón mudéjar del Tibidabo para la Exposición Universal de 1888.

Además de los estilo neomedievales en esta época se puso de moda


el orientalismo, con un conjunto de construcciones de inspiración islámica —el
llamado neoárabe o neomorisco— influidos especialmente en la Alhambra de
Granada. Algunos exponentes fueron: el proyecto de Museo-Teatro de la
Ciudadela (1872), de Carlo Maciachini; los Baños Orientales (1872), de Augusto
Font Carreras; las casas del Teatro Español (1872), de Domènec Balet i Nadal; la
Casa del conde de Belloch, de Jeroni Granell; el Chalet del Moro (1873),
de Jaume Brossa; y el pabellón mudéjar construido en el Tibidabo para
la Exposición Universal de 1888. Un buen exponente sería también la casa de las
Aguas (o de las Alturas), actual sede del distrito de Horta-Guinardó (1890),
de Enric Figueras. Esta moda perduraría todavía en años venideros en dos plazas
de toros: la de las Arenas (1899-1900), de Augusto Font Carreras; y
la Monumental (1913-1915), de Manuel Raspall, Domingo Sugrañes e Ignasi
Mas.198 Otro exponente es la torre Sobirana, un palacio de recreo del marqués de
Alfarràs, rodeado de unos amplios jardines que hoy constituyen el parque del
Laberinto de Horta.199
Por otro lado, el siglo XIX fue la época de la Revolución Industrial, la cual tuvo una
rápida consolidación en Cataluña, siendo pionera en el territorio nacional en la
implantación de los procedimientos fabriles iniciados en Gran Bretaña en el siglo
XVIII. En 1800 había en Barcelona 150 fábricas del ramo textil, destacando El
Vapor, fundada por Josep Bonaplata. En 1849 se abrió en Sants el complejo La
España Industrial, propiedad de los hermanos Muntadas. La industria textil tuvo un
continuo crecimiento hasta la crisis de 1861, motivada por la escasez de algodón
debida a la Guerra de Secesión norteamericana. También fue cobrando
importancia la industria metalúrgica, potenciada por la creación del ferrocarril y la
navegación a vapor. En 1836 abrió la fundición Nueva Vulcano en la Barceloneta;
y en 1841 arrancó La Barcelonesa, antecedente de La Maquinista Terrestre y
Marítima (1855), una de las más importantes fábricas de la historia de Barcelona.
Cabe destacar que de Barcelona partió la primera línea de ferrocarril del estado
español, que comunicaba la Ciudad Condal con la villa de Mataró (1848).200

Plan de los alrededores de la ciudad de Barcelona y del proyecto para su mejora y ampliación,
de Ildefonso Cerdá (1859).

Paralelamente a los procesos industriales, Barcelona vivió a lo largo del siglo XIX
una amplia serie de transformaciones urbanas: se abrieron las plazas Real (1848-
1860) y Duque de Medinaceli (1849), ambas de Francisco Daniel Molina;201 se
acondicionó el puerto —cada vez más importante como llegada de materia prima,
sobre todo algodón y carbón—, con la construcción de un nuevo muelle y el
dragado del puerto;202 y se derribaron las murallas (1854-1856), tras muchos
recelos por parte del gobierno central, pero tras la constatación de que era
indispensable por el crecimiento de la población y para salvaguardar la salud
pública.203
Jardín del General.

Pero sin duda el gran acontecimiento urbano de la Barcelona del siglo XIX fue el
proyecto de Ensanche de Ildefonso Cerdá: en 1859 el Ayuntamiento nombró una
comisión para fomentar un concurso de proyectos de ensanche de la ciudad. El
concurso fue ganado por Antonio Rovira, pero el Ministerio de Fomento intervino e
impuso el proyecto de Cerdá, autor de un plano topográfico del llano de Barcelona
y un estudio demográfico y urbanístico de la ciudad. El Plan Cerdá instituía un
trazado ortogonal entre Montjuic y el Besós, con un sistema de calles rectilíneas
de orientación noroeste-sureste, de 20 metros de anchura, cortadas por otras de
orientación suroeste-noreste paralelas a la costa y a la sierra de Collserola.
Quedaban así delimitadas una serie de manzanas de planta cuadrada
de 113,3 m de lado, de las cuales Cerdá tenía previsto edificar solo dos lados y
dejar los otros espacios para jardines, aunque este punto no se cumplió y
finalmente se aprovechó prácticamente todo el suelo edificable; las edificaciones
se proyectaron con una planta octogonal característica del Ensanche, con unos
chaflanes que favorecían la circulación.204 El plano preveía la construcción de
varias avenidas principales: la Diagonal, la Meridiana, el Paralelo, la Gran Vía y
el paseo de San Juan; así como varias grandes plazas en sus
intersecciones: Tetuán, Glorias, España, Jacint
Verdaguer, Letamendi y Universidad.205
Cabe remarcar también que en el siglo XIX aparecieron los primeros parques
públicos, ya que el aumento de los entornos urbanos debido al fenómeno de la
Revolución Industrial, a menudo en condiciones de degradación del medio
ambiente, aconsejó la creación de grandes jardines y parques urbanos, que
corrieron a cuenta de las autoridades públicas, con lo que surgió la jardinería
pública —hasta entonces preferentemente privada— y la arquitectura paisajista.206
El primer jardín público de Barcelona se creó en 1816: el Jardín del General, una
iniciativa del capitán general Francisco Javier Castaños; estaba situado entre la
actual avenida Marqués de la Argentera y la Ciudadela, delante de donde hoy se
halla la Estación de Francia, y tenía una extensión de 0,4 hectáreas, hasta que
desapareció en 1877 durante la urbanización del parque de la Ciudadela.207 En
1848 se crearon en el paseo de Gracia los Jardines de Tívoli, entre las calles
Valencia y Consejo de Ciento; y en 1853 se emplazó entre las calles de Aragón y
Rosellón los llamados Campos Elíseos, que contaban con un jardín, un lago con
barcas, un teatro y un parque de atracciones con montañas rusas. Estos jardines
desaparecieron pocos años después al ir urbanizándose el paseo de Gracia. 208

Mercado de San Antonio (1876-1882), de Antonio Rovira y Trías.


 

Teatro Poliorama (1883-1884), de José Domènech y Estapá.


 

Talleres de los pintores Masriera (1882-1885), de José Vilaseca.


 

Casa Bruno Quadros (1883), de José Vilaseca.


 

Casino Mercantil o Bolsín (1881-1883), de Tiberi Sabater.


 

Plaza de toros de las Arenas (1899-1900), de Augusto Font Carreras.


 

Jardín de los Campos Elíseos.

Exposición Universal de 1888[editar]


Artículo principal: Exposición Universal de Barcelona (1888)

Vista general de la Exposición.

A finales de siglo se celebró un evento que supuso un gran impacto tanto


económico y social como urbanístico, artístico y cultural para la ciudad,
la Exposición Universal de 1888. Tuvo lugar entre el 8 de abril y el 9 de diciembre
de 1888, y se llevó a cabo en el parque de la Ciudadela, un terreno anteriormente
perteneciente al ejército y ganado para la ciudad en 1868. El incentivo de los actos
feriales conllevó la mejora de las infraestructuras de toda la ciudad, que dio un
enorme salto hacia la modernización y el desarrollo. 209
El proyecto de remodelación del parque de la Ciudadela se encargó a José
Fontseré en 1872, quien diseñó unos amplios jardines para esparcimiento de los
ciudadanos, y junto con la zona verde proyectó una plaza central y un paseo de
circunvalación, así como una fuente monumental y diversos elementos
ornamentales, dos lagos y una zona de bosque, además de diversos edificios
auxiliares e infraestructuras, como el Mercado del Borne (1874-1876), un depósito
de agua —actual Biblioteca de la UPF—, un matadero, un puente de hierro sobre
las líneas de ferrocarril y varias casetas de servicios. 210
Foto histórica del Arco de Triunfo.

La entrada a la Exposición se efectuaba a través del Arco de Triunfo, un


monumento creado para la ocasión que aún permanece en su lugar original,
diseñado por Josep Vilaseca. De inspiración neomudéjar, tiene una altura de 30
metros, y está decorado con una rica ornamentación escultórica, obra de Josep
Reynés, Josep Llimona, Antoni Vilanova, Torquat Tasso, Manuel Fuxà y Pere
Carbonell.211
A continuación venía el Salón de San Juan —actual paseo de Lluís Companys—,
una larga avenida de 50 metros de ancho donde destacaban las balaustradas de
hierro forjado, los mosaicos del pavimento y unas grandes farolas, todo ello
diseñado por Pere Falqués. El primer edificio tras el acceso por el Arco de Triunfo
era el palacio de Bellas Artes, obra de Augusto Font Carreras, de estilo
neoclásico. En el lado opuesto se ubicaba el palacio de Ciencias, obra de Pere
Falqués, de estilo neogriego, donde también se hallaba una gran sala para
celebrar congresos.212

Cascada del Parque de la Ciudadela (1875-1888).

Una vez pasados estos dos edificios se accedía al recinto propiamente dicho, en
cuya entrada destacaba la Cascada Monumental, proyectada por Fontserè en
colaboración con Antoni Gaudí, que intervino en el proyecto hidráulico y diseñó
una gruta artificial debajo de la Cascada. El conjunto arquitectónico presenta una
estructura central en forma de arco triunfal con dos pabellones en sus costados y
dos alas laterales con escalinatas, que acogen un estanque dividido en dos
niveles. El monumento destaca por su profusión escultórica, en la que intervinieron
varios de los mejores escultores del momento, como Rossend Nobas, Venancio
Vallmitjana, Josep Gamot, Manuel Fuxá, Joan Flotats y Rafael Atché.213
A la derecha de la cascada se hallaba el restaurante, conocido como castillo de
los Tres Dragones —actual Museo de Zoología—, obra de Lluís Domènech i
Montaner, de estilo neogótico pero con unas innovadoras soluciones estructurales
que apuntaban ya al modernismo, especialmente por la utilización del hierro y el
ladrillo visto. A su lado se encontraban el Círculo del Liceo y el Invernáculo, obra
de Josep Amargós, realizado en hierro y vidrio siguiendo el ejemplo del Crystal
Palace de la Exposición de Londres de 1851. A continuación venían el Museo
Martorell de Geología, de Antonio Rovira y Trías; el Umbráculo, de José Fontserè;
el pabellón de la Prensa, obra de Jaume Comerma; y el pabellón de las Colonias
Españolas, de Jaume Gustà i Bondia.214
La zona central del recinto se correspondía con la antigua plaza de armas de la
Ciudadela, donde se hallaba el principal edificio de la exposición, el palacio de la
Industria, obra de Jaume Gustà, que recogía las secciones extranjeras de la
Exposición.215 Tras el palacio, pasadas las líneas de ferrocarril, se situaron
diversos edificios, como el pabellón de la Compañía Trasatlántica, obra de Antoni
Gaudí, en estilo nazarí granadino; los pabellones de la denominada Sección
Marítima, los de Minería y Electricidad, y la Vaquería Suiza, actualmente una
escuela. Asimismo, en el paseo de Colón se erigió el Hotel Internacional, obra
de Lluís Domènech i Montaner, una obra efímera que fue desmontada tras la
Exposición.216
Fuera del recinto ferial, se realizaron numerosas obras y mejoras por toda la
ciudad: se finalizó la urbanización de todo el frente marítimo de la ciudad, entre el
parque de la Ciudadela y las Ramblas, a través de la construcción del paseo de
Colón y un nuevo muelle, el de la Fusta; se dotó de iluminación eléctrica a las
primeras calles de Barcelona (la Rambla, el paseo de Colón, la plaza de San
Jaime y el recinto de la Exposición);217 y se construyó el monumento a Colón en la
plaza Portal de la Paz, obra de Gaietà Buïgas con una escultura del descubridor
de Rafael Atché.218

El Castillo de los Tres Dragones, de Lluís Domènech i Montaner.


 

Pabellón de la Compañía Trasatlántica, de Antoni Gaudí.


 

Gran Hotel Internacional, de Lluís Domènech i Montaner.


 

Palacio de las Ciencias, de Pere Falqués.


 

Palacio de Bellas Artes, de Augusto Font Carreras.


 

Umbráculo, de José Fontseré.


 

Museo Martorell de Geología, de Antonio Rovira y Trías.

Modernismo[editar]
Artículo principal: Modernismo catalán

Casa Batlló (1904-1906), de Antoni Gaudí.

El modernismo fue un movimiento internacional que se desarrolló por todo el


mundo occidental,nota 6 y que propugnaba la creación de un nuevo lenguaje
arquitectónico desligado de estilos anteriores —especialmente por oposición al
historicismo—, poniendo especial énfasis en la relación de la arquitectura con
las artes aplicadas, en paralelo al fenómeno Arts and Crafts.219 Desarrollado entre
el siglo XIX y el siglo XX,nota 7 en Cataluña tuvo suficiente personalidad propia para
hablar de modernismo catalán, por la gran cantidad y calidad de obras realizadas
y el gran número de artistas de primer orden que cultivaron este estilo.
Estilísticamente fue un movimiento heterogéneo, con muchas diferencias entre
artistas, cada uno con su sello personal, pero con un mismo espíritu, un afán de
modernizar y europeizar Cataluña.220
Algunos rasgos esenciales del modernismo fueron: un lenguaje anticlásico
heredero del romanticismo, con tendencia a un cierto lirismo y subjetivismo;
vinculación decidida de la arquitectura con las artes aplicadas y los oficios
artísticos (vidriería, forja, cerámica, ebanistería, marquetería, esmalte, esgrafiado),
creando un estilo remarcadamente ornamental; utilización de nuevos materiales,
creando un lenguaje constructivo mixto y rico en contrastes, en busca del efecto
plástico del conjunto; fuerte sentimiento de optimismo y fe en el progreso, que
produce un arte exaltado y enfático, reflejo del clima de prosperidad del momento,
sobre todo en la clase burguesa.221
El primer modernismo, desarrollado en los años 1890, era todavía un estilo no
especialmente definido, cuyo principal componente era un goticismo abarrocado
desligado ya del historicismo, con pervivencia de ciertos rasgos clasicistas y
medievalistas, practicado principalmente por Lluís Domènech i Montaner, Josep
Puig i Cadafalch y Antoni Maria Gallissà.222 En estos primeros años había un cierto
sentimiento de indefinición, como se muestra en la obra Arquitectura moderna de
Barcelona (1897), de Francesc Rogent, donde defiende la utilización del «estilo
neogreco» para edificios públicos, «neogótico» para edificios particulares y
«neorrománico» para iglesias.223 Al mismo tiempo se seguía practicando una
arquitectura academicista ajena a las innovaciones modernistas, como se ve en la
obra de arquitectos como Salvador Viñals, Cayetano Buigas, Joan Baptista Pons i
Trabal, Francisco de Paula del Villar y Carmona, etc.224
Con el cambio de siglo el modernismo evolucionó hacia un cierto formalismo
estilístico de influencia secesionista, practicado por una segunda generación de
arquitectos como Josep Maria Jujol, Manuel Raspall, Josep Maria Pericas, Eduard
Maria Balcells, Salvador Valeri, Alexandre Soler, Antoni de Falguera, Bernardí
Martorell, etc.225 Estos arquitectos plantean la arquitectura como soporte de una
exultante ornamentación, entrando en una fase manierista del modernismo.226 Por
otro lado, continuaron las tendencias neogóticas y del eclecticismo clasicista,
practicadas principalmente por Enric Sagnier, José Doménech y Estapá, Manuel
Comas i Thos, Augusto Font Carreras, Joan Josep Hervàs, etc.227
Antoni Gaudí[editar]
Artículo principal: Antoni Gaudí
Casa Vicens (1883-1888).

Uno de los máximos representantes del modernismo catalán fue Antoni Gaudí, un


arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran
capacidad imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus
obras antes de pasarlas a planos. Dotado de una fuerte intuición y capacidad
creativa, Gaudí concebía sus edificios de una forma global atendiendo tanto a las
soluciones estructurales, como las funcionales y decorativas, integrando
igualmente los trabajos artesanales, e introdujo nuevas técnicas en el tratamiento
de los materiales, como su famoso trencadís, hecho con piezas de cerámica de
desecho. Después de unos inicios influenciado por el arte neogótico, así como
ciertas tendencias orientalizantes, Gaudí desembocó en el modernismo en su
época de mayor efervescencia, aunque el arquitecto reusense fue más allá del
modernismo ortodoxo, creando un estilo personal basado en la observación de la
naturaleza, fruto del cual fue su utilización de formas geométricas regladas, como
el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide.228
Sus primeras realizaciones, tanto durante su etapa de estudiante como las
primeras ejecutadas al obtener el título, destacan por la gran precisión de los
detalles, la utilización de la geometría superior y la preponderancia de las
consideraciones mecánicas en el cálculo de estructuras. 229 De esta época
destacan las farolas de la plaza Real (1878), así como el inicio de las obras de la
que sería su obra magna, el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia (1883).

Parque Güell (1900-1914).

Posteriormente pasó por una etapa orientalista, con una serie de obras de


marcado gusto oriental, inspiradas en el arte del Próximo y Lejano Oriente, así
como en el arte islámico hispánico, principalmente el mudéjar y nazarí. Emplea
con gran profusión la decoración en azulejo cerámico, así como los arcos mitrales,
cartelas de ladrillo visto y remates en forma de templete o cúpula.230 Sus
principales realizaciones en este período son: la casa Vicens (1883-1888),
los pabellones Güell (1884-1887), el palacio Güell (1886-1888) y el pabellón de la
Compañía Trasatlántica para la Exposición Universal de 1888.
A continuación pasó por un período neogótico, en que se inspiró sobre todo en el
arte gótico medieval, el cual asumió de forma libre, personal, intentando mejorar
sus soluciones estructurales; en sus obras elimina la necesidad de contrafuertes
mediante el empleo de superficies regladas, y suprime cresterías y calados
excesivos.231 En este estilo cabría citar el colegio de las Teresianas (1888-1889) y
la torre Bellesguard (1900-1909).

Casa Milà (1906-1910).

En el cambio de siglo desembocó finalmente en su etapa naturalista, en la que


perfeccionó su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la
naturaleza y poniendo en práctica toda una serie de nuevas soluciones
estructurales originadas en los profundos análisis efectuados por Gaudí de la
geometría reglada. Partiendo de cierto barroquismo sus obras adquirieron gran
riqueza estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez racionalista o
de cualquier premisa clásica.232 Entre las obras de este período se encuentran:
la casa Calvet (1898-1899), el portal Miralles (1900-1902), el parque Güell (1900-
1914), la casa Batlló (1904-1906) y la casa Milà (1906-1910). Estas dos últimas
son de sus obras más destacadas: la casa Batlló es muestra de su fértil
imaginación, con una fachada de piedra arenisca tallada según superficies
regladas en forma alabeada, con columnas de forma ósea y representaciones
vegetales; remata la fachada una bóveda formada por arcos catenarios cubiertos
con dos capas de ladrillo, recubierta con cerámica vidriada en forma de escamas
—en tonos amarillo, verde y azul—, que recuerda el lomo de un dragón. 233 La casa
Milà o la Pedrera presenta una fachada realizada en piedra calcárea, salvo la
parte superior cubierta de azulejos blancos; en la azotea destacan las salidas de
escalera, rematadas con la cruz gaudiniana de cuatro brazos, así como las
chimeneas, recubiertas de cerámica con unas formas que sugieren yelmos de
soldados.234
En los últimos años de su carrera, dedicados casi en exclusiva a la Sagrada
Familia, Gaudí llegó a la culminación de su estilo naturalista: después de la
realización de la cripta y el ábside, todavía en estilo neogótico, el resto del templo
lo concibió en un estilo orgánico, imitando las formas de la naturaleza, donde
abundan las formas geométricas regladas. El templo tiene planta de cruz latina, de
cinco naves centrales y transepto de tres naves, y ábside con siete capillas, con
tres fachadas dedicadas al Nacimiento, Pasión y Gloria de Jesús, y 18 torres. El
interior semeja un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes inclinadas,
de forma helicoidal, creando una estructura a la vez simple y resistente. 235
Seis de las obras de Antoni Gaudí en Barcelona han sido nombradas Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco: palacio Güell, parque Güell y casa Milà (1984);
casa Vicens, casa Batlló y fachada de la Natividad y cripta de la Sagrada Familia
(2005, además de la Cripta de la Colonia Güell en Santa Coloma de Cervelló).
Lluís Domènech i Montaner[editar]
Artículo principal: Lluís Domènech i Montaner

Hospital de la Santa Cruz y San Pablo (1902-1913).

Lluís Domènech i Montaner hizo una mezcla de racionalismo constructivo y


decoración fabulosa con influencia de la arquitectura hispano-islámica. 236 Fue el
creador de lo que denominaba una «arquitectura nacional», nota 8 un estilo ecléctico
basado en las nuevas técnicas y materiales, con un afán moderno e internacional.
Para ello, se inspiró en arquitectos como Eugène Viollet-le-Duc, Karl Friedrich
Schinkel y Gottfried Semper.237 En su obra busca la unidad constructiva y estética,
con planteamientos claros y ordenados, a través de un sistema racional que
asume el decorativismo como una parte consustancial de la obra. 238
Palacio de la Música Catalana (1905-1908).

Sus obras más relevantes fueron el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo (1902-
1913, acabado por su hijo Pere Domènech i Roura) y el Palacio de la Música
Catalana (1905-1908). El primero es un vasto complejo hospitalario heredero del
antiguo Hospital de la Santa Cruz, que ocupa nueve manzanas del Ensanche, con
un conjunto de 46 pabellones dispuestos en paralelo y diagonal según la
distribución en el recinto para tener la óptima orientación solar. Son pabellones
autónomos separados por espacios intersticiales, aunque conectados por galerías
subterráneas, de los que destacan el pabellón de administración, la sala de actos,
la biblioteca, la secretaría, la iglesia y la sala de convalecencia. 239 En esta obra
cobran especial relevancia las artes aplicadas, como la escultura —con obras
de Eusebi Arnau y Pablo Gargallo—, el mosaico, el azulejo y las vidrieras. 240 El
Palacio de la Música Catalana es un edificio articulado alrededor de la gran sala
central, de forma oval y con capacidad para 2000 espectadores. En su interior
presenta tres cuerpos, el acceso, el auditorio y el escenario, con una fastuosa
decoración con revestimientos de cerámica y una gran claraboya central que
cubre la sala, hecha de cristales de colores, además de diversas esculturas de
Eusebi Arnau y Pablo Gargallo. La fachada principal cubre el chaflán de las calles
Amadeu Vives y Sant Pere més Alt, con grandes arcos de acceso y un balcón que
circunda toda la fachada, con columnas recubiertas de cerámica, y rematado por
una cúpula de mosaico, donde destaca el grupo escultórico de La canción popular,
de Miguel Blay.241 El Hospital de San Pablo y el Palacio de la Música Catalana
fueron nombrados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.
Cabe destacar también la casa Lleó Morera (1905), una reforma de un edificio
construido en 1864: su situación en un chaflán determinó el protagonismo de la
esquina, donde se sitúa la tribuna principal y se remata verticalmente con un
templete; cada planta tiene un diseño distinto, donde destaca el trabajo
ornamental —con esculturas de Eusebi Arnau—, mutilado parcialmente en una
reforma de la planta baja realizada en 1943. 242 Otras obras suyas son: la editorial
Montaner i Simón (actual Fundación Antoni Tàpies, 1881-1886); el restaurante de
la Exposición Universal de 1888, conocido como Castillo de los Tres
Dragones (actual Museo de Zoología); la casa Thomas (1895-1898); la casa
Lamadrid (1902); el Hotel España (1903); y la casa Fuster (1908-1911).
Josep Puig i Cadafalch[editar]
Artículo principal: Josep Puig i Cadafalch
Casa Amatller (1898-1900).

Josep Puig i Cadafalch adaptó el modernismo a ciertas influencias del gótico


nórdico y flamenco, así como elementos de la arquitectura catalana rural
tradicional, con fuerte presencia de artes aplicadas y estucos.243 Discípulo de
Domènech i Montaner, fue arquitecto, arqueólogo, historiador, profesor y
político.244 Fue presidente de la Mancomunidad de Cataluña (1917-1924), cargo
desde el que impulsó la creación de diversas escuelas profesionales (Enfermería,
Comercio, Industrias Textiles), entidades científicas (Instituto de Estudios
Catalanes) y culturales (MNAC, Biblioteca de Cataluña).245

Casa Terrades o de ”les Punxes” (1903-1905).

Pasó por diversas etapas: en los años 1890 un cierto germanismo flamígero,


que Alexandre Cirici i Pellicer denominó «época rosa» (casa Martí o Els Quatre
Gats, 1895-1896; casa Amatller, 1898-1900; casa Macaya, 1899-1901; palacio del
Barón de Quadras, 1899-1906; casa Terrades o de ”les Punxes”, 1903-1905); en
los años 1900 un estilo mediterranista o «época blanca» (casa Trinxet, 1902-
1904; Can Serra, sede de la Diputación de Barcelona, 1903-1908; casa Sastre
Marquès, 1905; casa Muntadas, 1910; casa Pere Company, 1911); y desde
los años 1910 un clasicismo de influencia secesionista que desembocaría en
el novecentismo, su «época amarilla» (casa Muley-Afid, 1911-1914; fábrica
Casaramona, actual Caixa Fòrum, 1915-1939; casa Rosa Alemany, 1928-1930),
con influencia de la Escuela de Chicago (casa Pich i Pon, 1919-1921) y con
derivación hacia un cierto barroquismo monumentalista (palacios de Alfonso XIII y
Victoria Eugenia, 1923).246
Entre estas realizaciones conviene destacar la casa Amatller y la casa Terrades.
La primera presenta una fachada de aspecto neogótico, con tres partes
diferenciadas: un basamento de piedra con dos puertas en el lado izquierdo,
creando un efecto asimétrico; un cuerpo central de paredes esgrafiadas y
ornamentación de motivos florales, con una tribuna superior que recuerda a la de
la capilla de San Jorge del Palacio de la Generalidad; y un remate en forma
de gablete escalonado de cerámica roja y dorada, con posible influencia de la
arquitectura tradicional de los Países Bajos.247 La casa Terrades ocupa una
manzana entera del Ensanche, con un trazado irregular: presenta seis fachadas
inspiradas en la arquitectura gótica nórdica y en el plateresco español, rematadas
por hastiales, algunos truncados por unos plafones cerámicos con imágenes de
estilo prerrafaelita, y flanqueadas por seis torres circulares coronadas
con chapiteles cónicos terminados en aguja, que dan al edificio su sobrenombre;
está construida en obra vista, con ornamentación escultórica de piedra y cerámica
vidriada, y elementos de forja.248
Otros arquitectos modernistas[editar]

Palacio Montaner (1889-1893), de José Doménech Estapá.

Algunos arquitectos evolucionaron desde el historicismo al modernismo, con


diverso grado de asimilación del nuevo estilo, si bien en líneas generales en sus
obras se continuó trasluciendo una cierta continuidad con las formas anteriores.
Algunos de los más destacados fueron: Augusto Font Carreras, José
Vilaseca, Pere Falqués y José Doménech Estapá. El primero fue discípulo
de Elías Rogent, y desarrolló un estilo ecléctico inspirado en el neogótico y el
neoárabe; entre sus obras destacan: el palacio de les Heures (1894-1898), la sede
de la Caja de Ahorros de Barcelona de la plaza de San Jaime (1903) y la iglesia
de la Casa de la Caridad (1912).249
Josep Vilaseca practicó un premodernismo de aire clasicista, como se denota en
la casa Pia Batlló (1891-1896), la casa Enric Batlló (1892-1896), la casa Àngel
Batlló (1893-1896), las casas Cabot (1901-1905), la casa Dolors Calm (1903) y la
casa Comas d'Argemir (1903-1904).250
Pere Falqués fue arquitecto municipal de Barcelona, por lo que intervino en
numerosas mejoras urbanísticas de la ciudad; fue autor del mercado del
Clot (1889), la fuente de Canaletas (1892), la Tenencia de Alcaldía del Ensanche
(1893), la Central Catalana de Electricidad (1896-1897), las farolas del paseo de
Gracia (1900), la casa Laribal (1902), la casa Bonaventura Ferrer (1905-1906) y
el mercado de Sants (1913).251
Josep Domènech i Estapà plasmó en sus obras un modernismo de corte personal,
ecléctico, funcional y grandilocuente.252 Fue autor de la Cárcel Modelo de
Barcelona (con Salvador Viñals, 1887-1904), el Palacio Montaner —
actual Delegación del Gobierno— (1889-1893, terminado por Antoni Maria
Gallissà y Lluís Domènech i Montaner), el edificio de Catalana de Gas (1895-
1896), el Asilo de Santa Lucía —posterior Museo de la Ciencia— (1904-1909),
el Observatorio Fabra (1904-1906), el Hospital Clínico (1904), la casa Costa
(1904), la iglesia-convento de Nuestra Señora del Carmen (1909-1921) y
la estación de la Magòria (1912).253

Templo Expiatorio del Sagrado Corazón (1902-1961), de Enric Sagnier.

Otro arquitecto de estilo ecléctico fue Enric Sagnier, el cual siguió un estilo


personal de línea clasicista con mucho éxito entre la clase burguesa catalana.
Autor prolífico, fue posiblemente el arquitecto con mayor número de
construcciones en la Ciudad Condal, con cerca de 300 edificios documentados. 254
Se pueden distinguir en su trayectoria tres etapas: antes de 1900 trabajó con un
estilo ecléctico, monumental y grandilocuente; de 1900 a 1910 se acercó más al
modernismo, lo que se percibe en un mayor sentido decorativo de su obra en
estas fechas, con especial influencia del arte rococó; y desde 1910 permaneció en
un estilo clasicista de influencia francesa, alejado de las modas del momento. 255
Entre sus obras destacan: el palacio de Justicia de Barcelona (1887-1908, con
Josep Domènech i Estapà), la casa Pascual i Pons (1890-1891), el colegio de
Jesús-María (1892-1897), la Aduana del Puerto de Barcelona (1896-1902,
con Pere Garcia Fària), la casa Arnús o “El Pinar” (1902-1904), el Templo
Expiatorio del Sagrado Corazón (1902-1961), la casa Fargas (1904), la iglesia de
Nuestra Señora de Pompeya (1907-1910), la casa Ramon Mulleras (1910-1911),
la casa Doctor Genové (1911) y la nueva iglesia de San Juan de Horta (1911-
1917).

Casa-Museo Gaudí (1905), de Francisco Berenguer.

Entre los arquitectos plenamente modernistas conviene citar en primer lugar a


varios discípulos de Gaudí, como Francisco Berenguer, Juan Rubió y Josep Maria
Jujol. El primero era un maestro de obras que no obtuvo el título de arquitecto, por
lo que sus proyectos están firmados por otros artífices. Fue autor del mercado de
la Libertad (1888-1893), el Real Santuario de San José de la Montaña (1895-
1902), la casa Burés (1900-1905), el Centro Moral de Gracia (1904), el
Ayuntamiento de Gracia (1905), la Casa-Museo Gaudí del parque Güell (1905), la
casa Cama (1905) y la casa Rubinat (1909). 256
Juan Rubió practicó un eclecticismo goticista, con uso intensivo del aparejo de
ladrillo y minuciosidad en el diseño; 257 al ser nombrado arquitecto de la Diputación
pasó a un clasicismo barroquizante, aunque siempre con pervivencia
gaudiniana.258 Entre sus obras destacan: la casa Golferichs (1900-1901), la casa
Alemany (1900-1901), la casa Roviralta o “Frare Blanc” (1903-1913), la casa
Fornells (1903), la casa Pomar (1904-1906), la casa Casacoberta (1907), la casa
Manuel Dolcet (1907), la casa Rialp (1908), la casa Roig (1915-1918) y el puente
de estilo gótico flamígero de la calle del Obispo (1928). 259
Josep Maria Jujol trabajó con Gaudí entre 1907 y 1914, época en la que ya mostró
una fuerte personalidad y genio creativo. Desarrolló un estilo heterodoxo, en el
que mezclaba el misticismo católico con un sentido de la decoración
casi surrealista, con gusto por la caligrafía, las imágenes orgánicas —cercanas a
la obra de Joan Miró— y la mixtificación de técnicas y materiales, a veces cercano
al collage.260 Mucha de su producción la realizó en el Bajo Llobregat —
especialmente San Juan Despí— y Tarragona. De sus obras en Barcelona
destaca la casa Planells (1923-1924), donde muestra cierta influencia
del expresionismo alemán y del organicismo practicado en la época por Frank
Lloyd Wright.261 Otras obras suyas son: la finca Sansalvador (1909-1910), la casa
Queralt (1916-1917) y los talleres Manyach —actualmente Escuela Josep Maria
Jujol— (1916-1922). En la posguerra pasó a un academicismo antivanguardista de
inspiración franciscana muy alejado de sus obras iniciales. 262

Sede de la Caja de Ahorros de Barcelona de la plaza de San Jaime (1903),


de Augusto Font Carreras.
 

Casa Pia Batlló (1891-1896), de José Vilaseca.


 

Central Catalana de Electricidad (1896-1897), de Pere Falqués.


 

Asilo de Santa Lucía, posterior Museo de la Ciencia (1904-1909), de José Doménech y


Estapà.
 

Iglesia de Nuestra Señora de Pompeya (1907-1910), de Enric Sagnier.


 

Casa Golferichs (1900-1901), de Juan Rubió.


 

Casa Planells (1923-1924), de Josep Maria Jujol.


Otros arquitectos modernistas de interés son: Camil Oliveras, uno de los pioneros
del modernismo, especialmente por el uso de ladrillo de obra vista y la cerámica
policromada, técnica que desarrolló en la Casa Provincial de Maternidad y
Expósitos de Barcelona (1883-1924, con General Guitart);263 Antoni Maria Gallissà,
un arquitecto muy vinculado a las artes decorativas, como se denota en la casa
Llopis Bofill (1902), con una fachada con esgrafiados de motivos islámicos y
balcones en forma de tribunas de hierro y vidrio; 264 Salvador Valeri, que recibió la
influencia gaudiniana, especialmente en el uso de la bóveda catalana y el arco
parabólico, como se percibe en la torre Sant Jordi (1908) y la casa Comalat (1909-
1911);265 Antoni de Falguera fue discípulo de Puig i Cadafalch, y evolucionó desde
un cierto neorrománico hacia un estilo más sobrio al ser nombrado arquitecto
municipal (mercado del Ninot, 1892-1894; casa de Lactancia, 1906-
1913; Conservatorio Municipal de Música de Barcelona, 1916-1928);266 Jaume
Gustà pasó de la austeridad inicial a un decorativismo de tipo floral, como se ve en
la Tenencia de Alcaldía de Hostafrancs, actual Ayuntamiento de Sants-
Montjuïc (1908-1915, con Ubaldo Iranzo);267 Joan Josep Hervàs se movió en una
línea más clasicista, como queda patente en su obra más relevante, la casa Pérez
Samanillo, actual Círculo Ecuestre (1910-1911);268 Salvador Viñals practicó una
arquitectura clasicista de ornamentación modernista, como evidenció en la casa
Juncosa (1907-1909);269 Eduard Maria Balcells otorgó especial relevancia a la
vidriería, oficio del que tenía un taller, y que puso en práctica en la casa
Tosquella (1906);270 Manuel Raspall puso especial énfasis en la construcción con
ladrillo, hierro y mosaico, y también diseñó vitrales (casa Barbey, 1900; Villa
Hèlius, 1906-1909);271 Alexandre Soler fue discípulo de Domènech i Montaner, al
tiempo que recibió cierta influencia de la arquitectura vienesa, especialmente Otto
Wagner (casa Heribert Pons, 1907-1909);272 Jeroni Ferran Granell i
Manresa desarrolló una personalidad propia, con depuración decorativa y un
tratamiento plano de las fachadas (casa Granell, 1902-1904; edificios de las calles
Mallorca 219, Roger de Lauria 84, Padua 75 y Gerona 122, todos entre 1900 y
1903);273 Arnau Calvet recibió la influencia secesionista, evolucionando
posteriormente al novecentismo (Antigua Hidroeléctrica de Cataluña, 1905;
estación del Funicular de Vallvidrera, 1905-1906, con Bonaventura Conill; mercado
de Sarrià, 1911-1913, con Marceliano Coquillat);274 similar evolución a la de Calvet
tuvo Josep Maria Pericas, autor de la iglesia del Carmen (1910-1930), que aúna la
influencia gaudiniana y secesionista, así como del expresionismo alemán y
la escuela de Ámsterdam.275

Casa Llopis Bofill (1902), de Antoni Maria Gallissà.


 

Casa Comalat (1909-1911), de Salvador Valeri.


 

Conservatorio Municipal de Música de Barcelona (1916-1928), de Antoni de Falguera.


 

Casa Pérez Samanillo, actual Círculo Ecuestre (1910-1911), de Joan Josep Hervàs.


 


Casa Tosquella (1906), de Eduard Maria Balcells.
 

Casa Heribert Pons (1907-1909), de Alexandre Soler.


 

Iglesia del Carmen (1910-1930), de Josep Maria Pericas.


Conviene también mencionar a arquitectos como: Antoni Rovira i Rabassa (casa
Codina, 1892; casa Ramon Casas, 1898-1899); Manuel Comas i Thos (casa
Jaume Moysi, 1893-1895; casa Viuda Marfà, 1901-1905); José Pérez
Terraza (casa Francesc Farreras, 1899; torre Ignacio Portabella, 1905); Francisco
de Paula del Villar y Carmona (casa Climent Arola, 1900-1902; iglesia de Santa
Madrona, 1916); Bernardí Martorell (monasterio de Santa María de Valldonzella,
1900; casa Laplana, 1907; convento del Redentor, 1926); Joan Alsina (casa Oller,
1901); Telm Fernández i Janot (casas Felip, 1901 y 1905-1913); Ferran Romeu i
Ribot (casa Roure, 1901-1902); Salvador Soteras (casa Ibarz Bernat, 1901-
1904); Adolf Ruiz i Casamitjana (casa Llorenç Camprubí, 1901; torre Andreu o “la
Rotonda”, 1906-1918); Andreu Audet (Hotel Colón, 1902); Miquel Madorell (casa
Santurce, 1902-1905); Josep Amargós (torre de las aguas de Dos Rius, 1902-
1905); Juli Batllevell (casa Trias, 1903-1906; casa Antonia Burés, 1903-1906; torre
Bulart-Rialp, 1906-1907); Bonaventura Conill (casa Matas i Ramis, 1903); Roc Cot
i Cot (casa Antònia Puget, 1904-1906); Julio María Fossas (casas Josefa
Villanueva, 1904-1909; casa Marià Pau, 1907); Miquel Pascual (casa Josep
Barnolas, 1905); Jaume Torres i Grau (casas Torres, 1905-1907; casas Ramos,
1906-1908); Joaquim Codina i Matalí (casa Malagrida, 1905-1908); Juli Marial i
Tey (casa Josepa Marsans, actual albergue de Nuestra Señora de Montserrat,
1906); los hermanos Bonaventura y Joaquim Bassegoda (casa Berenguer, 1907;
casas Rocamora, 1914-1918); Jaume Bayó (casa Baurier, 1910); Josep
Graner (casa Fajol o de la Mariposa, 1912); Antoni Millàs (casa Maldonado, 1913-
1914; casa Millàs, 1915); Marceliano Coquillat (casa Josefina Bonet, 1915);
y Manuel Sayrach (casa Sayrach, 1915-1918).
En último lugar es preciso señalar de este período el interés otorgado a los
establecimientos comerciales, donde junto a la estructura arquitectónica cobran un
papel esencial las artes aplicadas, el interiorismo y la decoración. Son buena
muestra de ello: el colmado Múrria (1898); el Bar Torino, decorado por Antoni
Gaudí en 1902; la fábrica de pastas alimenticias Antigua Casa Figueras, decorada
en 1902 por el pintor y escenógrafo Antoni Ros i Güell; la farmacia Bolós,
decorada en 1902 por Antoni de Falguera; el restaurante Grill Room, del
decorador Ricard de Campmany (1902); el horno Sarret (1906); la tienda de bellas
artes Casa Teixidor, de Manuel Joaquim Raspall (1909); la confitería Reñé,
decorada por Enric Llardent en 1910; la farmacia Puigoriol, de Marià Pau (1913-
1914); y la lencería El Indio, de los decoradores Vilaró y Valls (1922). 276

Casa Viuda Marfà (1901-1905), de Manuel Comas i Thos.


 

Torre Ignacio Portabella (1905), de José Pérez Terraza.


 

Casa Trias (1903-1906), de Juli Batllevell.


 

Casas Josefa Villanueva (1904-1909), de Julio María Fossas.


 

Casas Ramos (1906-1908), de Jaume Torres i Grau.


 


Casas Rocamora (1914-1918), de Bonaventura y Joaquim Bassegoda.

Siglo XX[editar]

Plan Jaussely (1903).

El panorama artístico en el siglo XX estuvo condicionado por la convulsa situación


política, con el fin de la monarquía en 1931 y la llegada de la Segunda República,
finalizada con la Guerra Civil y sustituida por la dictadura franquista, hasta el
restablecimiento de la monarquía y la llegada de la democracia. Socialmente, este
siglo vio la llegada masiva de inmigración a la ciudad, con el consecuente
aumento de la población: si en 1900 había 530 000 habitantes, en 1930 casi se
habían doblado (1 009 000 hab), para llegar entre 1970 y 1980 al pico máximo
(1 754 900) y a finales de siglo a 1 500 000 habitantes.277
El inicio del siglo XX estuvo marcado por la expansión geográfica de la ciudad: en
1897 Barcelona se anexionó seis poblaciones limítrofes, hasta entonces
independientes: Sants, Les Corts, San Gervasio de Cassolas, Gracia, San Andrés
de Palomar y San Martín de Provensals. Igualmente, en 1904 fue
anexionado Horta; en 1921, Sarrià; en 1924, Collblanc y la Zona Franca; y en
1943 El Buen Pastor y el Baró de Viver, segregados de Santa Coloma de
Gramanet.278 La anexión de los nuevos municipios planteó la necesidad de un plan
de enlaces de la ciudad, que salió a concurso público en 1903, resultando ganador
el urbanista francés Léon Jaussely: el Plan Jaussely preveía grandes
infraestructuras viarias (paseos de ronda, diagonales, paseos marítimos), parques,
enlaces ferroviarios y áreas de servicios. Aunque solo se realizó parcialmente,
inspiró el urbanismo barcelonés durante gran parte del siglo. 279
Novecentismo[editar]
Artículo principal: Novecentismo
Iglesia de Santa María Reina (1922-1936), de Nicolás María Rubió y Tudurí.

El novecentismo supuso un intento de renovación de la cultura catalana


acercándola a las innovaciones producidas en el recién estrenado siglo XX, en
paralelo a un ideario político de reivindicación del catalanismo propugnado
por Enric Prat de la Riba. El principal teórico del movimiento fue Eugeni d'Ors, que
desde el diario La Veu de Catalunya escribió una serie de artículos enalteciendo la
labor de los jóvenes creadores catalanes de principios de siglo. El primero de
ellos, publicado en 1906, supuso el inicio del novecentismo, en convivencia por
unos años con las últimas obras modernistas, y que perduraría prácticamente
hasta los años 1940, en paralelo al surgimiento de nuevas corrientes como
el racionalismo en los años 1930.280
Contrariamente a los valores nórdicos y medievales que defendía el modernismo,
el novecentismo retornó al mundo mediterráneo, a la cultura clásica grecolatina.
También se basaron en el clasicismo renacentista, con especial influencia
de Filippo Brunelleschi, al tiempo que su sentido sobrio y depurado de las formas
les acercaba a la arquitectura racionalista que comenzaba a despuntar en
Europa.281 También se inspiraron en otros estilos del pasado, pero desligados del
medievalismo al que habían recurrido los modernistas, como el Barroco.282 Por
otro lado, la corriente más academicista de este movimiento practicó un
monumentalismo ecléctico influido por el estilo Beaux Arts, con un especial
referente en las arquitecturas francesa e inglesa, así como de la
estadounidense Escuela de Chicago.283
Dentro del novecentismo se perciben diversas corrientes: un novecentismo
«gaudiniano», practicado por discípulos de Gaudí como Juan Rubió o Cèsar
Martinell; un novecentismo «neobrunelleschiano», inspirado en la arquitectura
renacentista florentina y, especialmente, en Brunelleschi, desarrollado por Josep
Goday o Nicolás María Rubió y Tudurí; un novecentismo «protorracionalista», más
influido por las corrientes internacionales, que aúna el funcionalismo con la
ornamentación art déco, y tiene exponentes como los hermanos Ramon y Antoni
Puig i Gairalt, Ramon Reventós, Francesc Folguera, Raimundo Durán
Reynals y Jaume Mestres i Fossas; un novecentismo «ecléctico», de lenguaje
versátil y tendencia monumentalista, ejemplificado por Enric Sagnier, Josep Maria
Pericas y Eduard Ferrés; y un novecentismo «académico», que sigue una línea
clasicista tradicional que pervivirá en la arquitectura de posguerra, con
representantes como Francesc Nebot, Eusebi Bona, Adolf Florensa y Eugenio
Cendoya.284

Escuela Industrial de Barcelona (1927-1931), de Juan Rubió.

La primera corriente estuvo representada por Juan Rubió y Cèsar Martinell, ambos


discípulos de Gaudí. Rubió evolucionó desde el modernismo, estilo en el que
realizó sus mejores obras —como se ha visto en el apartado anterior—, hasta
desembocar en un clasicismo de aire barroquizante; su mejor producción en este
período fue la reforma de la Escuela Industrial de Barcelona (1927-1931). Martinell
mantuvo vivas las formas modernistas, especialmente por el uso del ladrillo y el
azulejo, como se denota en su principal especialidad, la arquitectura agraria, con
un conjunto de bodegas repartidas por toda Cataluña que han sido denominadas
como las «catedrales del vino»; en Barcelona su producción fue escasa, si bien se
pueden citar la Clínica Durán (1924), el edificio de la calle de Benavent 11 (1928)
o la fábrica Masllorens (1929-1930).285

Correos y Telégrafos (1914-1927), de Josep Goday y Jaume Torres i Grau.

En la corriente brunelleschiana destacaron Josep Goday y Nicolás María Rubió y


Tudurí. El primero recuperó formas clásicas como frontones y pilastras,
combinadas con un recurso barroco como es la técnica del esgrafiado,286 como
queda patente en obras como el edificio de Correos y Telégrafos (1914-1927), de
un estilo clásico abarrocado de gran monumentalidad; 287 y en numerosos colegios
públicos promovidos por el Ayuntamiento de Barcelona: Ramon Llull (1919-1923),
Lluís Vives (1919), Baixeras (1917-1920), Pere Vila (1921-1930), Milà i Fontanals
(1930), Collaso i Gil (1932).288 Rubió y Tudurí se dedicó especialmente a
la arquitectura paisajista: director de Parques y jardines de Barcelona entre 1917 y
1937, fue el principal promotor del «jardín mediterráneo», nota 9 lo que se denota en
obras suyas como los jardines de la Tamarita (1918), los de la plaza Francesc
Macià (1925), el parque de la Font del Racó (1926), los jardines del Palacio Real
de Pedralbes (1927), los de Salvador Espriu (1929) y los del Turó Park (1933). Su
principal edificación fue la iglesia de Santa María Reina (1922-1936), una filial
del monasterio de Montserrat —inicialmente se llamó iglesia de Santa María de
Montserrat de Pedralbes—, que denota la influencia de la capilla Pazzi de
Brunelleschi, así como del baptisterio de San Juan de Florencia.289 Otras obras
suyas, el pabellón de Radio Barcelona (1922-1929) y las oficinas de la Metro
Goldwyn Mayer (1934), son ya prerracionalistas.290

Palacio Real de Pedralbes (1919-1929), de Francesc Nebot y Eusebi Bona.

La tendencia ecléctica y academicista siguió una línea monumentalista cuyo


principal exponente fue la Vía Layetana, que fue el principal campo de pruebas de
esta corriente tras su apertura en 1908. Influida por el Beaux Arts y la Escuela de
Chicago, sería la arquitectura que resurgiría en la posguerra. Sus principales
exponentes fueron Enric Sagnier, Josep Maria Pericas, Eduard Ferrés, Francesc
Nebot, Eusebi Bona, Adolf Florensa y Eugenio Cendoya. De Sagnier, analizado en
la sección anterior, convendría recordar en esta etapa el edificio de la Caja de
Pensiones de Barcelona de Vía Layetana (1914-1917), la basílica de San José
Oriol (1915-1931) y el Patronato Ribas (1920-1930). Pericas evolucionó del
modernismo a un sobrio clasicismo (casa Diagonal, 1920). Eduard Ferrés mantuvo
un estilo postsecesionista y fue pionero en el uso del hormigón armado, como se
ve en la casa Damians, posteriormente Almacenes El Siglo (1913-1915),
construida con Lluís Homs e Ignasi Mas, donde destaca su cúpula de lucernario
esférico de influencia expresionista.291 Francesc Nebot y Eusebi Bona fueron
autores del Palacio Real de Pedralbes (1919-1929), formado por un cuerpo central
y dos alas laterales que se abren en curva a la fachada principal, con porches de
columnas toscanas y arcos de medio punto.292 En solitario, Nebot construyó
el Cine Coliseum (1923), un edificio de estilo beauxartiano inspirado en la Ópera
de París;293 y la sede del Banco de España en la plaza de Cataluña (1927-1928).294
Por su parte, Bona proyectó el edificio de La Unión y el Fénix Español (1927-
1931), de influencia francesa y estadounidense, que destaca por su cúpula de
alto tambor con una escultura del rapto de Ganimedes.295 Adolf Florensa fue autor
de la Casa Cambó (1921-1930), el edificio de la Capitanía General (1926), el
edificio Nuevo de la Casa de la Ciudad (1927-1933, con Joaquim Vilaseca y Antoni
de Falguera), el Casal del Metge (1930), la Escuela de Náutica (1930-1933, con
Joaquim Vilaseca) y el edificio de Fomento del Trabajo Nacional (con Josep
Goday, 1931-1936). Por último, Eugenio Cendoya fue autor de la iglesia de San
Miguel de los Santos y de varias sedes para bancos, como los
de Bilbao y Vizcaya, aunque su principal obra fue el Palacio Nacional de
Montjuic para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, con Enric
Catà y Pere Domènech i Roura.296

Casal de Sant Jordi (1928-1932), de Francesc Folguera.

La línea más innovadora del novecentismo fue la que se fue decantando hacia
el racionalismo que se empezaba a desarrollar en Europa de la mano de
arquitectos como Le Corbusier y Ludwig Mies van der Rohe. Estuvo representado
principalmente por Ramon y Antoni Puig i Gairalt, Ramon Reventós, Francesc
Folguera, Raimundo Durán Reynals y Jaume Mestres i Fossas. Antoni Puig i
Gairalt fue autor de la fábrica Myrurgia (1928-1930), la cual sintetiza elementos del
novecentismo clasicista, el art déco y el racionalismo.297 Su
hermano Ramon edificó la casa Pidelaserra (1932), de un exuberante
eclecticismo.298 Ramon Reventós proyectó el primer conjunto multirresidencial de
Barcelona, la casa Masana (1928), de influencia bauhausiana.299 Francesc
Folguera construyó el Hotel Ritz (1917-1919), aunque su obra más interesante fue
el Casal de Sant Jordi (1928-1932), que refleja las enseñanzas de la revista
alemana Moderne Bauformen, defensora de una arquitectura moderna pero
moderada, de ámbito burgués.300 Raimundo Durán Reynals se acercó al
racionalismo en obras como el edificio de viviendas de la calle de Aribau 243
(1933-1935) o la casa Cardenal (1935), aunque en la posguerra practicó un
clasicismo academicista.301 Por último, Jaume Mestres i Fossas construyó la
escuela Blanquerna (1930-1933), a medio camino entre el novecentismo y el
racionalismo.302
De esta época conviene mencionar igualmente a arquitectos como: Ignasi Mas i
Morell (edificio David, 1929-1931), Miquel Madorell (Teatro Tívoli, 1917-
1919), Arnau Calvet (casa Jorba, 1926), Francesc Guàrdia i Vial (edificio de la
Compañía Arrendataria de Tabacos, actual Delegación de Hacienda, 1929), Josep
Domènech i Mansana (iglesia de Santa Teresa del Niño Jesús, 1932-
1940), Vicenç Martorell i Otzet (Cuartel del Bruch, 1928-1934) y Joan Francesc
Guardiola (Can Guardiola o “Casa China”, 1929). También es de remarcar la
construcción de dos estaciones de ferrocarril: la Estación del Norte (1910-1914),
obra de Demetrio Ribes consistente en una reforma de un anterior edificio de 1861
de Pere Andrés i Puigdoller, constaba de dos edificios que fueron unidos por Ribes
con una estructura en forma de U y cubiertos por una gran plataforma metálica,
con cierta influencia modernista y secesionista;303 y la Estación de Francia (1925-
1930), de Pedro Muguruza, Raimundo Durán Reynals, Salvador Soteras y Pelayo
Martínez, con andenes cubiertos por dos grandes naves de hierro y un vestíbulo
de aspecto clasicista, donde destacan tres bóvedas de casetones.304
Por lo que respecta al urbanismo, la actuación más importante en estos años fue
la apertura de la Vía Layetana, que conectaba el Ensanche con el mar —estaba
prevista otra avenida paralela a esta, así como otra perpendicular, que finalmente
no se ejecutaron—. Surgida de un proyecto de reforma urbana de Àngel
Baixeras (Plan de reforma interior de Barcelona, 1884), las obras se realizaron en
1908, con la voluntad de crear una avenida de aspecto uniforme, por lo que la
mayoría de edificios son de aspecto novecentista, con cierta influencia de la
Escuela de Chicago.305 También en los primeros años del siglo se urbanizó la falda
del Tibidabo, con una amplia avenida que unía la avenida de San Gervasio con la
montaña, que fue ocupada por casas unifamiliares al estilo de las ciudades-
jardín inglesas.nota 10 Para el transporte se instaló un tranvía en la avenida y un
funicular para ascender a lo alto de la montaña, donde se emplazó el Parque de
Atracciones del Tibidabo.306

Casa Damians (1913-1915), de Eduard Ferrés, Lluís Homs e Ignasi Mas.


 

Cine Coliseum (1923), de Francesc Nebot.


 

Edificio de Fomento del Trabajo Nacional (1931-1936), de Adolf Florensa y Josep


Goday.
 

Fábrica Myrurgia (1928-1930), de Antoni Puig i Gairalt.


 

Casa Jorba (1926), de Arnau Calvet.


 

Cuartel del Bruch (1928-1934), de Vicenç Martorell i Otzet.


 

Can Guardiola o “Casa China” (1929), de Joan Francesc Guardiola.

Exposición Internacional de 1929[editar]


Artículo principal: Exposición Internacional de Barcelona (1929)

Vista de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.

En 1929 se celebró la Exposición Internacional en Montjuic. Para este


acontecimiento se urbanizó toda la zona de la plaza de España y la montaña de
Montjuic, y se construyeron los pabellones que acogen actualmente la Feria de
Barcelona. La Exposición tuvo lugar del 20 de mayo de 1929 al 15 de
enero de 1930, sobre una superficie de 118 hectáreas, y tuvo un coste de 130
millones de pesetas.307
El recinto de la Exposición se construyó según un proyecto de Josep Puig i
Cadafalch. El conjunto comenzaba en la plaza de España, diseñada por Puig i
Cadafalch y Guillem Busquets, quienes realizaron un conjunto monumental en
torno a un hemiciclo formado por una columnata de estilo barroco, inspirada en
la plaza de San Pedro del Vaticano. Aquí se construyeron los hoteles de la
Exposición, obra de Nicolás María Rubió y Tudurí, y en el centro se situó
una fuente monumental diseñada por Josep Maria Jujol. En el acceso de la plaza
que conduce a la avenida de la Reina María Cristina se situaron dos altas torres
en forma de campaniles, obra de Ramon Reventós, inspirados en el campanile de
San Marcos de Venecia.308
Palacio de Alfonso XIII, de Josep Puig i Cadafalch.

En la avenida de la Reina María Cristina se encontraba la sección oficial, donde se


situaban diversos pabellones: el palacio de Comunicaciones y Transportes, obra
de Félix de Azúa y Adolf Florensa; el palacio del Vestido (o del Trabajo), de Josep
Maria Jujol y Andrés Calzada; el palacio de la Metalurgia, Electricidad y Fuerza
Motriz, de Amadeu Llopart y Alexandre Soler i March; el palacio del Arte Textil,
de Joan Roig y Emili Canosa; y el palacio de Proyecciones, de Eusebi
Bona y Francisco Aznar. Cerraban la avenida los palacios de Alfonso XIII y
Victoria Eugenia —llamados inicialmente del Arte Moderno y de la Arquitectura—,
obra de Josep Puig i Cadafalch. Al final de la avenida y al pie de la montaña se
construyó la famosa Fuente Mágica de Montjuic, obra de Carles Buïgas, así
como las Cuatro Columnas de Puig i Cadafalch. El edificio principal de la
Exposición era el Palacio Nacional —actual sede del MNAC—, obra de Eugenio
Cendoya, Enric Catà y Pere Domènech i Roura.296
Esparcidos por la montaña se encontraban el resto de pabellones, como el de
Barcelona, de Josep Goday; el palacio de la Prensa —actual sede de la Guardia
Urbana—, de Pere Domènech i Roura; el palacio de las Artes Decorativas y
Aplicadas, de Manuel Casas y Manuel Puig; el palacio de las Artes Gráficas —
actual Museo de Arqueología—, de Raimundo Durán Reynals y Pelayo Martínez;
el palacio de la Agricultura —actual Teatro Fabià Puigserver—, de Josep Maria
Ribas i Casas y Manuel Maria Mayol; el pabellón de España, de Antoni Darder; el
palacio de las Diputaciones, de Enric Sagnier; el palacio de la Química, de Antoni
Sardà; el pabellón Real —conocido actualmente como Palacete Albéniz—,
de Juan Moya; el palacio del Arte Moderno y el palacio de las Misiones, ambos de
Antoni Darder.
Palacete Albéniz, de Juan Moya.

De la Sección Internacional destacó el Pabellón de Alemania, de Ludwig Mies van


der Rohe, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de estilo
internacional por su pureza formal, su concepción espacial y su inteligente empleo
de estructuras y materiales, que convirtieron a este pabellón en el paradigma de la
arquitectura del siglo XX. De planta rectangular, se elevaba sobre un podio
recubierto de travertino; la cubierta se sostenía sobre columnas cruciformes y
muros de carga, con paredes de distintos materiales. Demolido después de la
Exposición, fue reconstruido entre 1985 y 1987 en su emplazamiento original
por Cristian Cirici, Ignasi de Solà-Morales y Fernando Ramos, siguiendo los planos
dejados por Mies van der Rohe.309nota 11

Pabellón de Alemania, de Ludwig Mies van der Rohe.

Otras construcciones de relevancia efectuadas para la Exposición fueron:


el Teatre Grec, un teatro al aire libre inspirado en los antiguos teatros griegos –
especialmente en el de Epidauro–, proyectado por Ramon Reventós, que
actualmente acoge un festival de verano en la Ciudad Condal, el Festival Grec;310
el Estadio Olímpico, obra de Pere Domènech i Roura;311 y el Pueblo Español, un
pequeño recinto que recoge en su interior reproducciones de distintos ambientes
urbanos y arquitectónicos de todo el conjunto del territorio nacional, obra de los
arquitectos Ramon Reventós y Francesc Folguera.312
Con motivo de la Exposición se ajardinó buena parte de la montaña de Montjuic,
con un proyecto de Jean-Claude Nicolas Forestier y Nicolás María Rubió y Tudurí,
que realizaron un conjunto de marcado carácter mediterráneo y gusto clasicista,
con un estilo de inspiración hispanoárabe como el que Forestier había
desarrollado en el parque de María Luisa de Sevilla: se crearon así los jardines de
Laribal, los de Miramar, y los del Teatre Grec.313
Estadio Olímpico, de Pere Domènech i Roura.

Como ocurrió en 1888, la Exposición de 1929 supuso un gran impacto para la


ciudad de Barcelona a nivel urbanístico, no sólo en la zona de Montjuic, por toda la
ciudad se realizaron obras de mejora y acondicionamiento: se ajardinaron las
plazas de Tetuán, Urquinaona y Letamendi; se construyó el puente de Marina; se
urbanizó la plaza de Cataluña; y se prolongaron la Diagonal hacia el oeste y
la Gran Vía hacia el suroeste. También se realizaron diversas obras públicas: se
mejoró el asfaltado de calles y el alcantarillado, se instalaron lavabos públicos y se
sustituyó la iluminación de gas por la eléctrica. Asimismo, se remodelaron diversos
edificios, como el Ayuntamiento o la Generalidad –donde se construyó el
puente flamígero que cruza la calle del Obispo–. Se terminaron el edificio de
Correos y la Estación de Francia, que llevaban varios años en obras. Asimismo, se
construyó el Palacio Real de Pedralbes como residencia de la familia real. Durante
esa época se construyó asimismo el primer rascacielos de Barcelona, el edificio de
Telefónica en la plaza de Cataluña, obra de Francesc Nebot.314
Por último, se mejoraron las comunicaciones de la ciudad, con la construcción en
los años 1920 del Aeropuerto del Prat, la supresión de los pasos a nivel dentro de
la ciudad, la mejora de los enlaces con los barrios periféricos de la ciudad, el
soterramiento del tren de Sarrià (Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña) y la
electrificación de los tranvías públicos. También se construyó el Metro de
Barcelona, inaugurado inicialmente en 1924 y ampliado en 1926 con el servicio
del Metro Transversal entre Bordeta y Catalunya (actual L1), que unía el centro de
la ciudad con el recinto de la Exposición. Igualmente, se construyó
un funicular para acceder hasta lo alto de la montaña, así como un teleférico para
acceder a la misma desde el Puerto de Barcelona, obra de Carles Buïgas, aunque
fue inaugurado posteriormente, en 1931. Todas estas obras públicas comportaron
una fuerte demanda de empleo, provocando un gran aumento de la inmigración
hacia la Ciudad Condal, proveniente de todas partes de España. Este aumento de
población conllevó la construcción de diversos barrios obreros de «casas
baratas», como el Grupo Aunós en Montjuic y los Grupos Milans del Bosch y Baró
de Viver en Besós.315
Véase también: Eje de la Exposición de 1929 en Montjuic

Palacio de la Prensa.
 

Palacio de las Artes Gráficas.


 

Palacio de la Agricultura.
 

Palacio del Arte Textil.


 

Palacio de las Diputaciones.


 

Palacio de las Misiones.

Racionalismo[editar]
Artículo principal: GATCPAC

Pabellón de la República Española para la Exposición Internacional de París de 1937, de Josep Lluís


Sert y Luis Lacasa; réplica en Barcelona de 1992, de Miquel Espinet, Antoni Ubach y Juan Miguel
Hernández León.

En los años 1930 surgió una fuerte voluntad de acercamiento a las vanguardias


arquitectónicas europeas, donde estaba despuntando el racionalismo, un estilo
practicado en el centro de Europa desde inicios de los años 1920 por arquitectos
como Le Corbusier, Ludwig Mies van der Rohe, Walter Gropius y J.J.P. Oud. Era
un estilo que aunaba funcionalidad y estética, dando predominio al volumen sobre
la masa, con formas basadas en el rectángulo y las líneas horizontales, sin ocultar
la estructura del edificio, con paredes lisas y ventanas metálicas, sin
recargamiento ornamental.316 En Cataluña, la influencia de la arquitectura
internacional se expresó en dos líneas: un racionalismo más purista inspirado en
Le Corbusier, y un eclecticismo que aceptaba otras referencias, como el art déco o
el expresionismo alemán, con un especial referente en la Bauhaus.317
En 1930 surgió en Barcelona el grupo GATCPAC (Grupo de Arquitectos y
Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), nota 12 con
voluntad renovadora y liberadora del clasicismo novecentista, así como la de
introducir en España las nuevas corrientes internacionales derivadas del
racionalismo. El GATCPAC defendía la realización de cálculos científicos en la
construcción, así como la utilización de nuevos materiales, como las placas
de fibrocemento o la uralita, además de materiales más ligeros como el vidrio.318
Fue fundado por Josep Lluís Sert, Josep Torres Clavé, Germán Rodríguez
Arias, Sixte Illescas, Cristòfor Alzamora, Ricardo de Churruca, Manuel
Subiño, Pere Armengou y Francesc Perales; posteriormente se incorporaron otros
arquitectos como Raimon Duran i Reynals, Antoni Bonet i Castellana, Jaume
Mestres i Fossas, Antoni Puig i Gairalt, Ramon Puig i Gairalt, Alexandre Soler i
March, Francesc Fàbregas y Joan Baptista Subirana. Lamentablemente, su labor
quedó truncada con el estallido de la Guerra Civil.319

Casa Bloc (1932-1936), de Josep Lluís Sert, Josep Torres Clavé y Joan Baptista Subirana.

El racionalismo catalán tuvo unas especiales cualidades, como serían el


alejamiento del formalismo, una cierta tendencia expresionista y una clara
vinculación política con la Segunda República,320 como se denota en la creación
en 1936 del SAC (Sindicato de Arquitectos de Cataluña), dirigido por Torres Clavé
y Fàbregas, que defendía la intervención en el control de la construcción, la
colectivización de la vivienda y la orientación de la enseñanza. 321 Torres Clavé fue
director de la revista A. C. Documentos de Actividad Contemporánea (1931-1937),
basada en revistas vanguardistas como Das Neue Frankfurt, dirigida por Ernst
May, o L'Esprit Nouveau, de Le Corbusier y Amédée Ozenfant.322
Dispensario Central Antituberculoso (1934-1938), de Josep Lluís Sert, Josep Torres Clavé y Joan
Baptista Subirana.

Entre sus miembros destacó especialmente Josep Lluís Sert, un arquitecto de


fama internacional que tras la Guerra Civil se estableció en Estados Unidos. Fue
discípulo de Le Corbusier, con quien trabajó en París y al que invitó a visitar la
Ciudad Condal en 1928, 1931 y 1932. 323 Sus dos principales obras en Barcelona
en estos años fueron la casa Bloc (1932-1936) y el Dispensario Central
Antituberculoso (1934-1938), ambos en colaboración con Torres Clavé y Subirana.
La primera se basa en el proyecto de viviendas à redent de Le Corbusier (1922), y
es un conjunto de viviendas en forma de S, de bloques largos y estrechos con
estructura metálica de dos crujías, con accesos a las viviendas a través de
corredores cubiertos;324 el Dispensario presenta dos cuerpos paralelos dispuestos
en forma de L, con un jardín central que sirve de acceso. 325 Sert fue el autor
con Luis Lacasa del Pabellón de la República Española para la Exposición
Internacional de París de 1937, donde se exhibió por primera vez
el Guernica de Picasso, el cual fue reconstruido en Barcelona en 1992 por Miquel
Espinet, Antoni Ubach y Juan Miguel Hernández León.326

Bloque Diagonal (1935-1940), de Ricardo de Churruca y Germán Rodríguez Arias.

Además de Sert conviene destacar: Sixte Illescas (casa Vilaró, 1931; edificio de


viviendas de la calle de Padua 96, 1934-1935; casa Illescas, 1934-1935; casa
Masana, 1935-1940); Germán Rodríguez Arias (edificio Astoria, 1933-1934;
bloque Diagonal, 1935-1940, con Churruca; edificio de Vía Augusta 61,
1937); Ricardo de Churruca (casa Barangé, 1931-1935; casa Conill, 1935,
almacenes Sepu, 1935-1936); Pere Benavent de Barberà (edificio de viviendas de
la calle de Balmes 220, 1931-1932; edificio de la avenida Gaudí 56, 1933; casa
Jacinto Esteva, 1935-1940); Jaume Mestres i Fossas (casa Viladot, 1930-1933;
casa Sans, 1933-1936); Joaquim Lloret i Homs (clínica Barraquer, 1934-
1940); Luis Gutiérrez Soto (edificio Fàbregas o Rascacielos Urquinaona, 1936-
1944); Josep Soteras (edificio de la calle de Balmes 371 esquina ronda General
Mitre, 1935-1941; edificio de la Ronda de San Pedro 22 esquina calle Trafalgar,
1936); y Josep Maria Sagnier i Vidal (edificio de la calle de Balmes 392-396, 1935-
1942).
En el ámbito urbano cabe mencionar el Plan Macià (1932-1935), elaborado por
Sert y Le Corbusier, un proyecto que preveía una distribución funcional de la
ciudad con un nuevo orden geométrico, a través de grandes ejes vertebradores
como la Gran Vía, la Meridiana y el Paralelo, y con una nueva fachada marítima
definida por rascacielos cartesianos, además de la mejora de equipamientos y
servicios, el fomento de la vivienda pública y la creación de un gran parque y
centro de ocio junto al delta del Llobregat, la llamada Ciudad de Reposo y
Vacaciones. El inicio de la Guerra Civil truncó el proyecto. 327 También cabe
mencionar que en 1931 se creó el Colegio de Arquitectos de Cataluña, Aragón,
Baleares y Logroño, delimitado en 1933 a Cataluña y Baleares y en 1978 solo a
Cataluña; esta entidad edita desde 1944 la revista Cuadernos de Arquitectura —
desde 1981 editada en catalán como Quaderns—.328
Posguerra[editar]

Banco Vitalicio de España (1942-1950), de Lluís Bonet i Garí.

El inicio de la dictadura franquista provocó una ruptura en la integración


vanguardista de la arquitectura catalana, ya que el nuevo régimen apostó por un
estilo más academicista. La ausencia de un programa conceptual llevó a supeditar
la obra a la pericia de su autor, si bien el discurso ideológico imperante fomentó el
monumentalismo y el carácter áulico de las realizaciones del momento. En los
primeros años de posguerra resurgió el estilo novecentista, con un marcado
componente académico, en un estilo neoclásico influido por el eclecticismo
americano y el neorrenacentismo mediterráneo.329
Ante los intentos fallidos de formulación de una nueva arquitectura del régimen,
solo visibles inicialmente por la influencia pasajera de la arquitectura italiana y
alemana de tendencia historicista y regionalista, y debido a la falta en Cataluña de
encargos oficiales de las nuevas autoridades, las construcciones en la Ciudad
Condal entroncaron con el novecentismo monumentalista de los años 1920, con
pervivencia incluso de un cierto racionalismo atenuado. 330

Residencia de Oficiales (1939-1940), de Manuel de Solà-Morales i de Rosselló.

Entre los arquitectos y obras de estos años se pueden mencionar: Raimundo


Durán Reynals (iglesia de Santa María de Sants, 1940-1965; sede de Fabra &
Coats, 1941-1944; viviendas Clip, 1949-1952; palacio Julio Muñoz, 1949-
1952); Eusebi Bona (Banco Español de Crédito en la plaza Cataluña, 1940-1950;
edificio comercial Pirelli, 1948); Francesc Nebot (edificio de viviendas de la calle
de Balmes 368 esquina ronda General Mitre, 1946); Adolf Florensa (edificio de la
plaza Villa de Madrid, 1946); Lluís Bonet i Garí (Banco Vitalicio de España, 1942-
1950; Instituto Nacional de Previsión, 1947); Francesc Mitjans (edificios de
viviendas de la calle de Balmes 182, 1941-1948; de la calle de Amigó 76, 1941-
1944; y de la ronda del General Mitre 140, 1947-1949); Manuel de Solà-Morales i
de Rosselló (Residencia de Oficiales, 1939-1940); Francisco Juan Barba
Corsini (viviendas del paseo de la Bonanova 105-107, 1946); Joaquim Lloret i
Homs (viviendas El Rancho Grande, 1944); Pere Benavent de Barberà (viviendas
de la calle de la Reina Victoria 26 y ronda del General Mitre 55, 1946-1950);
y Josep Soteras (Fábrica Olivetti, 1940-1953; Edificio Industrial, 1947; fuente
monumental del paseo de Gracia, 1952).

Iglesia de Nuestra Señora de la Bonanova (1942-1962), de Josep Danés i Torras.

En esta época se restauraron numerosas iglesias destruidas o dañadas en el


transcurso de la guerra, al tiempo que se creaban otras nuevas, la mayoría en un
estilo renacentista florentino continuador de la línea iniciada por Rubió y
Tudurí: iglesia de Nuestra Señora de la Bonanova (1942-1962), de Josep Danés i
Torras; iglesia del convento de los Capuchinos de Sarrià (1940-1944), de Pere
Benavent de Barberà; iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles (1942-1957), de
Josep Danés i Torras; iglesia del Perpetuo Socorro (1950), de Joaquim Porqueras
Bañeres; iglesia de San Miguel de los Santos (1950-1963), de Antoni Fisas.331
Los años de la dictadura se caracterizaron por el desarrollismo urbano, que
consistió en la construcción desenfrenada de viviendas baratas, en gran parte
de protección oficial, para absorber la inmigración procedente, sobre todo, de
comunidades españolas como Andalucía, Murcia, Extremadura o Galicia. La
afluencia masiva de inmigración comportó un auge del chabolismo, principalmente
en Montjuic, el Somorrostro, el Pueblo Nuevo y El Carmelo, lugares donde a
finales de los años 1960 se contabilizaban unas 10 000 barracas. Aunque se
fomentó la vivienda protegida, ello no frenó la especulación. 332 La construcción de
viviendas se llevó a cabo, en muchos casos, sin una planificación urbanística
previa, y utilizando materiales baratos que, con los años, provocarían problemas
varios como la aluminosis. La fiebre constructora provocó un notable incremento
demográfico y la creación de nuevos barrios, como El Carmelo, Nou Barris, El
Guinardó, El Valle de Hebrón, La Sagrera, El Clot o el Pueblo Nuevo.333
La contienda supuso un parón en los proyectos paisajísticos de la ciudad, y en la
posguerra las actuaciones se centraron más en el mantenimiento y restauración
de las áreas existentes que no en la creación de nuevas zonas verdes. En 1940 se
puso al frente de Parques y Jardines Lluís Riudor i Carol, iniciador del paisajismo
en Cataluña.334 Actuaciones suyas fueron el jardín de Austria —ubicado en el
recinto del parque Güell—, el parque de Monterols, el de Cervantes, y diversas
intervenciones en la montaña de Montjuic encaminadas a suprimir el chabolismo,
proyecto que continuó su sucesor, Joaquim Casamor, con la creación de diversos
jardines de tipo temático, como los jardines Mossèn Costa i Llobera,
especializados en cactáceas y suculentas, y los jardines de Mossèn Cinto
Verdaguer, dedicados a las plantas acuáticas, bulbosas y rizomatosas.335 Obra
suya fueron también en Montjuic los jardines del Mirador del Alcalde y los jardines
de Joan Maragall, ubicados en torno al Palacete Albéniz; y, en el resto de
Barcelona, el parque del Putget, el de la Guineueta y el de Villa Amelia.336
Grupo R[editar]
Artículo principal: Grupo R

Camp Nou (1954-1957), de Lorenzo García-Barbón, Francesc Mitjans y Josep Soteras.


En los años 1950 hubo una renovación del panorama arquitectónico gracias
al Grupo R (1951-1961),337 un conjunto de arquitectos que conectaron la
experiencia del racionalismo y el GATCPAC con las nuevas corrientes
internacionales, como el Neoliberty, el neoempirismo y el organicismo, con
influencia de arquitectos como Alvar Aalto, Oscar Niemeyer, Bruno Zevi y Gio
Ponti.338 Se consideraban a sí mismos posfuncionalistas, partiendo
del funcionalismo racionalista pero superado sobre la base de criterios
humanistas.339 La arquitectura del Grupo R se fue desmarcando cada vez más del
estilo propio del régimen, adquiriendo un matiz reivindicativo, en que la apuesta
por la modernidad se consideraba una oposición al régimen. 340
Entre sus miembros iniciales se encontraban José Antonio Coderch, Antoni de
Moragas, Josep Maria Sostres, Manuel Valls, Joaquim Gili, Oriol Bohigas, Josep
Martorell y Josep Pratmarsó; en 1953 se dieron de baja Coderch y Valls, al tiempo
que ingresaron Manuel Ribas i Piera, Josep Anton Balcells, Francesc
Bassó y Guillermo Giráldez; en 1958 ingresaron Pau Monguió y Francesc
Vayreda.341 Estos arquitectos tomaron una nueva concienciación debido a la
conferencia de Alberto Sartoris en el Ateneo Barcelonés en 1949, donde pedía la
búsqueda de una nueva arquitectura nacional, la cual fue secundada por Oriol
Bohigas en su artículo Posibilidades de una arquitectura barcelonesa.342 Sin
embargo, con el tiempo la diversidad de tendencias de estos autores, que se
movían entre el neopopularismo, el neorracionalismo miesiano, el informalismo y
el neofuncionalismo, llevó a la disolución del grupo. 343

Park Hotel (1950-1954), de Antoni de Moragas.

En esta generación destacó José Antonio Coderch, uno de los arquitectos


españoles de la época con más prestigio internacional. Influido por Aalto, sus
obras muestran un alto grado de simplicidad y depuración volumétrica, al tiempo
que las formas curvilíneas y articuladas denotan un cierto componente
expresionista.344 Fue un defensor de la arquitectura tradicional catalana, y mostró
una gran preocupación por el interiorismo y la adaptación al entorno. 345 Trabajó
asociado con Manuel Valls desde 1942; en 1960 ingresó en el grupo
internacional Team 10.346 Entre sus obras se encuentran: la Cooperativa Obrera
La Maquinista (1951-1953), la casa de la Marina (1952-1954), el edificio de
viviendas de la calle de Johann Sebastian Bach 7 (1957-1961) y la casa Tàpies
(1960-1963).
Josep Maria Sostres fue discípulo de Sixte Illescas, y recibió posteriormente la
influencia de Giuseppe Terragni, al tiempo que se declaraba admirador de Gaudí,
al que aludía para remarcar la superación del funcionalismo racionalista. 347 Fue
autor de la casa Moratiel (1956-1957), la casa Iranzo (1957), y las oficinas de El
Noticiero Universal (1963-1965).
Antoni de Moragas se mostró partidario del diseño industrial frente al trabajo
artesanal; trabajó asociado a Francesc de Riba i Salas: Park Hotel (1950-1954),
cine Fémina (1950-1952), edificio de viviendas de la avenida Vallcarca 125 (1953),
casa de los Toros (1960-1962).
Por otro lado, los principales exponentes estos años de un racionalismo de raíces
miesianas y bauhausianas fueron Francesc Mitjans y Francisco Juan Barba
Corsini.348 El primero fue autor del edificio La Colmena (1950-1952), el conjunto
Vallmajor de viviendas y Clínica Soler Roig (1950-1954), el edificio de oficinas
CYT (1953-1959), el edificio Tokyo (1954-1957), el Hotel Barcelona (1955-1962),
el edificio Seida (1955-1967, con Josep Soteras) y el edificio de oficinas Harry
Walker (1959). Barba Corsini construyó el edificio Mitre (1959-1964) y los
apartamentos de las buhardillas de la Casa Milà (1955), al estilo de los study
houses de Los Ángeles.349

Colegio de Arquitectos de Cataluña y Baleares (1958-1962), de Xavier Busquets.

Uno de los miembros más jóvenes pero que despuntó rápidamente fue Oriol
Bohigas, arquitecto, crítico, profesor y político,350 defensor de una arquitectura
pragmática y funcional basada en la eficacia y la rentabilidad, con respeto a la
arquitectura tradicional y un especial valor otorgado a los materiales, como se
denota en su defensa acérrima del ladrillo. 351 Trabajó en asociación con Josep
Martorell desde 1951; obras suyas son: el grupo de viviendas Escorial (1952-
1955), el edificio de viviendas de la calle de Roger de Flor 215 (1954-1958), el
edificio de la calle Pallars 301-319 (1955-1960), la sede de la Mutua Metalúrgica
de Seguros (1955-1959) y el grupo de viviendas Milans del Bosch (1962-1964).
Facultad de Derecho (1958-1959), de Guillermo Giráldez, Pedro López Íñigo y Xavier Subías.

En estos años surgieron una serie de obras singulares que merecen reseñarse
especialmente: el Palacio Municipal de Deportes (1953-1955), de Lorenzo García-
Barbón y Josep Soteras, de estética brutalista,352 presenta un volumen atunelado
con una serie de crujías de arcos parabólicos, con dos grandes pantallas
rectangulares a modo de brise-soleil en los testeros;353 el Camp Nou (1954-1957),
de Lorenzo García-Barbón, Francesc Mitjans y Josep Soteras, un estadio con una
estructura de hormigón armado con capacidad para 90 000 espectadores,354 con
tres graderías superpuestas dispuestas con un trazado de cuatro curvas rebajadas
para facilitar la proximidad del espectador al terreno de juego, el cual se sitúa bajo
el nivel de la calle para procurar un mejor acceso a los niveles superiores; 355 la
editorial Gustavo Gili (1954-1961), de Joaquim Gili y Francesc Bassó, situada en
un interior de manzana del Ensanche, presenta una fachada acristalada cubierta
por brise-soleil, con una estructura diáfana plena de luz natural gracias a unos
patios laterales;356 el conjunto de la SEAT (1954-1960), de Manuel Barbero, César
Ortiz Echagüe, Rafael Echaide Itarte y Rafael de la Joya, un conjunto de
comedores, almacenes, laboratorios y oficinas con perfiles de aluminio; 357 la sede
del Colegio de Arquitectos de Cataluña y Baleares (1958-1962), de Xavier
Busquets, una torre de ocho plantas con estructura metálica en muro cortina y
cuerpo bajo de forma trapezoidal, decorado con esgrafiados de Picasso;358 y la
Facultad de Derecho (1958-1959), de Guillermo Giráldez, Pedro López
Íñigo y Xavier Subías, con una retícula estructural de cuerpos rectangulares y
patios interiores, con cerramientos de paños acristalados y paredes prefabricadas
de gres blanco, de influencia neoplasticista.359

Iglesia de San Gregorio Taumaturgo (1954-1963), de Bartomeu Llongueras.


En los años 1950 la arquitectura religiosa se abrió a los nuevos lenguajes
arquitectónicos de vanguardia, siempre respetando su particular idiosincrasia
como edificios destinados a la fe.360 Ejemplos de ello serían la iglesia de los
Hogares Mundet (1954-1957), de Manuel Baldrich, que denota la influencia de
Alvar Aalto, con decoración de los escultores Josep Maria Subirachs y Eudald
Serra; la iglesia de San Gregorio Taumaturgo (1954-1963), de Bartomeu
Llongueras, de planta circular y fachada clasicista; la iglesia de Santa Cecilia
(1957), de Jordi Vidal de Llobatera, que sorprendió por su nave interior de forma
acampanada y ligeramente inclinada.361
Por lo que respecta al urbanismo, en 1953 surgió el Plan Comarcal, un intento de
integrar la ciudad con los municipios colindantes en vías de satisfacer la fuerte
demanda de vivienda en los años de llegada masiva de inmigración, al tiempo que
intentaba frenar la especulación inmobiliaria y mejorar el entorno urbano. 362
Aunque no se llevó a cabo en su totalidad, de su planteamiento inicial surgieron
diversos planes parciales, especialmente los referentes a las zonas del Besós y
del límite de la Diagonal: en la primera se crearon los nuevos barrios de la
Verneda y del Besós, mientras que en la segunda se proyectó la Zona
Universitaria y se ampliaron los barrios de Les Corts y Collblanc.363
Por otro lado, en 1952 Barcelona acogió el XXXV Congreso Eucarístico
Internacional, que permitió la urbanización de un nuevo barrio conocido
como Congrés, con un conjunto de viviendas proyectado por Josep
Soteras, Carles Marquès y Antoni Pineda.364 En 1957 se abrió el primer tramo del
paseo Marítimo, una idea surgida en los años 1920 que aún no se había
desarrollado, con un proyecto de Enric Giralt i Ortet.365 Por otro lado, el déficit de
vivienda para acoger a la nueva inmigración llevó a la promulgación del Plan de
Urgencia Social de 1958, que llevó a la construcción de grandes bloques de
viviendas sociales en barrios de la periferia, como la Verneda, Torre
Llobeta, Polvorín, Can Clos, la Trinidad y Verdún.365
Escuela de Barcelona[editar]
Artículo principal: Escuela de Barcelona (arquitectura)

Torres Trade (1965-1969), de José Antonio Coderch y Manuel Valls.

Entre los años 1960 y 1970 surgió la denominada Escuela de Barcelona, según la


denominación propuesta por Oriol Bohigas en su artículo Una posible Escuela de
Barcelona, publicado en la revista Arquitectura en 1968. Heredera del Grupo R, la
nueva escuela se inspiró en el neorrealismo italiano que triunfaba por aquel
entonces a nivel internacional, combinando un lenguaje constructivo racionalista
con la funcionalidad y el diseño.366 La Escuela de Barcelona revalorizó
nuevamente el modernismo, y puso énfasis en el papel educador y comunicativo
de la arquitectura, a la cual otorgaban un compromiso social como elemento
dinamizador de las estructuras sociales y urbanas. Asimismo, valoraban el trabajo
artesanal y el uso de materiales tradicionales de la arquitectura catalana, como el
ladrillo y la cerámica.367 También pusieron un especial énfasis en la atención al
diseño y el interés por el detalle.368
Diversos miembros del Grupo R se englobaron también en la Escuela de
Barcelona. Al tándem Bohigas-Martorell se sumó en 1962 David Mackay,
formando la firma MBM. Además, surgió una nueva generación de arquitectos
entre los que destacaban: Federico Correa, Alfons Milà, Ricardo Bofill, Lluís
Cantallops, Lluís Nadal, Albert Viaplana, Helio Piñón, Esteve Bonell o el grupo
Studio PER, formado por Lluís Clotet, Òscar Tusquets, Cristian Cirici y Josep
Bonet. Con el tiempo la Escuela sufrió algunas escisiones importantes, como la de
Ricardo Bofill y su Taller de Arquitectura; los miembros de Studio PER, adentrados
en las corrientes posmodernas; el tándem Viaplana-Piñón y su orientación hacia
un formalismo abstractizante; y la trayectoria personal y ecléctica de Esteve
Bonell.369 Cabe destacar que a inicios de los años 1960 se titularon las primeras
mujeres arquitectas en Barcelona, como Margarita Brender, Roser Amadó y Anna
Bofill.370

Canódromo Meridiana (1962-1963), de Antoni Bonet i Castellana y Josep Puig i Torné.

En este período siguieron trabajando algunos arquitectos de la generación


anterior: José Antonio Coderch se acercó al minimalismo,371 con obras como
las torres Trade (1965-1969), trazadas sobre segmentos de círculo de tal forma
que la fachada, en muro cortina de cristal negro, recorre el perfil del edificio en una
línea continua;372 otras obras suyas fueron el conjunto residencial Raset (1968-
1973), el Instituto Francés (1972-1974, ya sin la colaboración de Manuel Valls), las
oficinas de La Caixa en la avenida Diagonal (1974-1979) y la ampliación de
la Escuela de Arquitectura de Barcelona (1978-1984).
Antoni Bonet i Castellana, formado en el GATCPAC y exiliado tras la guerra,
período en el que desarrolló su labor preferentemente en Argentina y Uruguay,
construyó a su vuelta el Canódromo Meridiana (1962-1963, con Josep Puig i
Torné), un edificio ligero formado por dos plantas paraboloides sobre pilares de
acero, con gradas en voladizo cubiertas de un brise-soleil de hormigón cerrado en
los extremos por una estructura de aluminio acristalada. 373 Fue autor también de la
torre Urquinaona (1966-1973).

Fundación Joan Miró (1972-1975), de Josep Lluís Sert.

También retornó Josep Lluís Sert, autor del conjunto residencial Les Escales Park
(1967-1973) y de la Fundación Joan Miró (1972-1975), un singular edificio
construido con hormigón y placas prefabricadas y formado por la torre de acceso
con sala de actos, bar y biblioteca, desde donde se configura un conjunto de
patios que articulan las diversas salas de exposición, dispuestas en circuito
cerrado.374
Otras construcciones de la época fuera del ámbito de la Escuela fueron: el edificio
de oficinas Hispano Olivetti (1960-1964), de Lodovico Barbiano di
Belgiojoso, Enrico Peressutti y Ernesto Rogers, con una fachada en muro-cortina
acristalado con cuerpos volados de forma escalonada hacia la parte central, a
imitación de las típicas ventanas-balcón del Ensanche; 375 el Banco Atlántico (1966-
1967), de Francesc Mitjans y Santiago Balcells, el cual denota la influencia
del rascacielos Pirelli de Milán, de Gio Ponti;376 y la Torre Colón (1965-1971),
de Josep Anglada, Daniel Gelabert y Josep Ribas, con un cuerpo de forma
hexagonal coronado por un voladizo invertido de forma troncopiramidal. 377
Edificio Hispano Olivetti (1960-1964), de Lodovico Barbiano di Belgiojoso, Enrico Peressutti y Ernesto
Rogers.

La nueva escuela estuvo liderada —sobre todo en el terreno teórico— por Oriol


Bohigas, que en 1962 formó la firma MBM con Josep Martorell y David Mackay.
En un artículo publicado en Serra d'Or en 1962, Hacia una arquitectura realista,
Bohigas señaló la crisis del racionalismo y cómo los nuevos tiempos debían
adaptarse a la realidad socio-cultural y económica, con una arquitectura que
respetase las formas tradicionales.368 Algunas de sus obras en estos años serían:
las viviendas sociales de la avenida Meridiana 312-318 (1960-1964), la casa del
Pati (1961-1964), el edificio de la calle del Conde Borrell 87-89 (1963-1966), el
edificio de la calle de Entenza 99-101 (1964-1967), la Clínica Augusta (1968-
1975), el conjunto residencial Bonanova (1970-1973) y la escuela Thau (1972-
1975).
Entre los nuevos arquitectos los que más traslucieron la influencia italiana
fueron Federico Correa y Alfons Milà, autores de la torre Atalaya (1966-1970) y del
edificio Monitor (1968-1970), inspirado este último en la torre Velasca de Lodovico
Barbiano di Belgiojoso, Enrico Peressutti y Ernesto Rogers, de aspecto brutalista y
una estructura basada en modulaciones de vanos altos y estrechos combinados
en distintas variaciones.378
Edificio Monitor (1968-1970), de Federico Correa y Alfons Milà.

Ricardo Bofill fundó su Taller de Arquitectura en 1963, una experiencia


multidisciplinar que aunaba la arquitectura con las matemáticas, la poesía, la
filosofía, la economía, la publicidad y la fotografía. 379 Siguió las directrices de la
Escuela, pero distanciándose por el tratamiento de la planta y el volumen, a los
que aplicó un cierto componente de experimentación formal, al tiempo que
introdujo rasgos tecnologicistas. Ello se acentuó a finales de los 1960, en que
denotó una fuerte influencia del grupo británico Archigram.380 En estos años fue
autor de los edificios de la calle de Johann Sebastian Bach 28 (1962-1963),
Johann Sebastian Bach 2-4 (1962-1963) y Nicaragua 97-99 (1962-1965).
El Studio PER fue creado en 1964 por dos parejas de arquitectos: Òscar
Tusquets y Lluís Clotet, y Josep Bonet y Cristian Cirici. En su obra denotan la
influencia del pop-art y de Robert Venturi, hecho que los decantará hacia
la arquitectura posmoderna.381 En estos años fueron autores de la casa Fullà
(1967-1971) y el edificio de la calle de San Mario 36 (1969-1971) el tándem
Tusquets-Clotet; y del edificio Tokyo (1972-1974) la pareja Bonet-Cirici.
Edificio de la Banca Catalana (1965- 1968), de Enric Tous y Josep Maria Fargas.

Albert Viaplana y Helio Piñón iniciaron su obra en la ciudad con el edificio Can


Bruixa (1974-1976), aunque enseguida se distanciaron de la Escuela y se
adentraron en un arte conceptual y abstracto, con influencia del grupo Five
Architects.382
Esteve Bonell fue autor del edificio Frégoli (1972-1975), un edificio de viviendas
dúplex de estilo racionalista, con diversos trazados que combinan líneas
simétricas y asimétricas, y que crean una fachada irregular marcada por tribunas
de volúmenes interrumpidos y balconadas de continuidad vertical. 383
Mención aparte merecen Enric Tous y Josep Maria Fargas, los cuales, ajenos a la
Escuela de Barcelona, son entusiastas de las nuevas tecnologías y seguidores del
estilo high-tech, al tiempo que denotan la influencia de Mies van der Rohe, Richard
Neutra y Craig Ellwood.384 Son autores del edificio de la Banca Catalana del paseo
de Gracia (1965- 1968), con una fachada planteada con alternancia de módulos
prefabricados y plafones de vidrio;385 y del edificio de oficinas del Banco Industrial
de Bilbao de la avenida Diagonal, actual sede del grupo Planeta (1969-1973), un
conjunto de tres torres octogonales recubiertas de vegetación. 386
En esta época la arquitectura religiosa, si bien no tan frecuente como la civil, dio
muestras de voluntad de pervivencia y renovación. El Concilio Vaticano
II favoreció el uso de nuevas formas estilísticas y estructurales, en consonancia
con las corrientes internacionales imperantes en el momento. 387 Algunos ejemplos
serían: la iglesia de San Odo (1958-1960), de Francesc Salvans y Emili Bordoy; la
iglesia de Santa Tecla (1958), de Josep Soteras; la iglesia de San Medín (1958-
1960), de Jordi Bonet i Armengol; y dos iglesias del grupo Martorell-Bohigas-
Mackay: la parroquia del Redentor de Gracia (1957-1963) y la iglesia de San
Sebastián del Verdún (1958, reconstruida en 1965). 388
El urbanismo de la era porciolista (1957-1973) destacó por su desenfreno
especulador, si bien surgieron algunos intentos de reordenación urbana, como el
Plan director del Área Metropolitana de Barcelona (1966), que pretendía
compatibilizar la rentabilidad y la construcción urbana, si bien su carácter
orientativo no supuso una realización práctica; y el llamado Plan 2000 (1970), un
intento algo utópico de fijar criterios para la futura ciudad, donde predomina la
importancia otorgada a las infraestructuras, al tiempo que se adquiere un
compromiso realista con el carácter desordenado del crecimiento urbano. 389
Transición y democracia[editar]
Teatro Nacional de Cataluña (1987-1997), de Ricardo Bofill.

El fin de la dictadura y la llegada de la democracia supusieron una nueva


andadura en el panorama arquitectónico de la ciudad, cada vez más inmersa en
las corrientes de vanguardia internacionales. Los nuevos
consistorios socialistas de Narcís Serra y Pasqual Maragall apostaron por el arte y
la arquitectura como señas de identidad de la ciudad, e iniciaron un amplio
programa de reformas urbanísticas, que tuvieron su punto de culminación con la
celebración de los Juegos Olímpicos. La nueva comitencia de carácter público se
vio reflejada en el aumento de equipamientos como escuelas, parques y jardines,
vías y espacios urbanos, centros cívicos, culturales y deportivos. 390
A nivel estilístico, las últimas décadas del siglo vivieron una rápida sucesión de
estilos, a veces complementarios y a veces contrapuestos, que en diversas
ocasiones convivieron simultáneamente. Desde los años 1970 hasta finales de
siglo se perciben principalmente las siguientes tendencias:

 Racionalismo ecléctico: heredero directo de la arquitectura racionalista,


entienden su tarea como disciplina, defendiendo la relación entre
construcción y arquitectura, con especial énfasis en la composición;
destacan el compromiso entre tradición y modernidad, así como el
carácter urbano de la arquitectura. Sus principales representantes
fueron: Rafael Moneo, Josep Llinàs, Josep Lluís Mateo y los
tándems Jaume Bach / Gabriel Mora y Esteve Bonell / Francesc Rius.391

 Neotradicionalismo: es una tendencia que se nutre principalmente de


modelos históricos, considerando la construcción tradicional como un
lenguaje arquitectónico puro, con influencia de la arquitectura popular y
regional, así como del novecentismo y el clasicismo moderno —como el
representado por Otto Wagner—, mientras que tienen como modelos
contemporáneos a Robert Venturi y Aldo Rossi, así como el grupo
italiano Tendenza. Por su intento de reconversión del clasicismo en un
proyecto contemporáneo esta corriente supone un antecedente de
la arquitectura posmoderna. Estuvo representado fundamentalmente
por los miembros del Studio PER: Òscar Tusquets, Lluís Clotet, Cristian
Cirici y Josep Bonet.392
 Arquitectura posmoderna: defienden la libre utilización de los estilos
históricos, con tendencia al eclecticismo, desligando el lenguaje
arquitectónico de su imagen resultante, los principios de la apariencia, la
construcción de la forma. El principal exponente de esta corriente
fue Ricardo Bofill.393

Auditorio Municipal de Barcelona (1988-1994), de Rafael Moneo.

 Neoorganicismo: surgió en contraposición al racionalismo ecléctico, con


un fuerte componente figurativista y gusto por los valores plásticos, lo
que se denota en un cierto barroquismo de las formas. Se enmarcan en
esta tendencia Santiago Calatrava y algunas obras de Josep Llinàs.394

 Arquitectura neomoderna (o vanguardismo contemporáneo): en


oposición al neotradicionalismo y el posmoderno, presentan un mayor
interés por lo conceptual y por la figuración abstractizante, y asumen la
herencia del lenguaje moderno como experimentación. Denotan la
influencia de Alvar Aalto, Frank Lloyd Wright y el constructivismo ruso y,
a nivel más actual, de Frank Gehry y Álvaro Siza. Cabría englobar en
esta corriente a Enric Miralles, Carlos Ferrater y los tándems Elías
Torres / José Antonio Martínez Lapeña y Helio Piñón / Albert
Viaplana.395

 Tradición moderna: se sitúan entre el racionalismo ecléctico y la


arquitectura neomoderna, con influencia del Estilo Internacional; sus
principales valores son el funcionalismo y el espacialismo. Se puede
situar en esta línea a las parejas Jordi Garcés / Enric Sòria y Lluís
Domènech / Roser Amadó.396
Illa Diagonal (1986-1992), de Rafael Moneo y Manuel de Solà-Morales i Rubió.

Rafael Moneo ocupó durante ocho años la cátedra de Elementos de Composición


de la ETSAB (1972-1980), desde donde ejerció un notable magisterio sobre la
nueva generación de arquitectos barceloneses. También estuvo en el consejo de
redacción de la revista Arquitecturas Bis (1974-1985), junto a Oriol
Bohigas, Federico Correa y Helio Piñón, desde donde fomentaron el interés por la
arquitectura internacional.397 En la Ciudad Condal fue autor del edificio Illa
Diagonal (1986-1992), junto con Manuel de Solà-Morales i Rubió, un «rascacielos
horizontal» de sobria y elegante fachada;398 y el Auditorio Municipal de
Barcelona (1988-1994), un edificio con forma de paralelepípedo con una
estructura de hormigón revestida de paneles metálicos. 399
Esteve Bonell y Francesc Rius fueron autores del Velódromo de Horta (1984), de
forma cilíndrica, con alternancia de paramentos de ladrillo y pilares apantallados,
cubiertos por una cornisa en forma de lámina horizontal; en su acceso se
encuentra un «poema visual» de Joan Brossa.400
Jaume Bach y Gabriel Mora han desarrollado un estilo ecléctico y decorativo, con
diseños pensados para la pequeña escala de ámbito doméstico: escuelas de la
calle de Garcilaso (1979-1982); reforma de diversas plazas del distrito de
Gracia (Sol, Virreina, Trilla, Diamant y Raspall, 1982-1985); escuela Josep Maria
Jujol (1984-1987); polideportivo de Gracia (1988-1989). 401
Ampliación del Palacio de la Música Catalana (1985-2004), de Òscar Tusquets y Carlos Díaz.

Josep Llinàs ha evolucionado desde un racionalismo esencialista hacia el


contextualismo y el expresionismo, con influencia del funcionalismo de Alvar
Aalto y Jørn Utzon, cierta tendencia a la austeridad inspirada en el racionalismo
alemán y holandés, al tiempo que evidencia rasgos gaudinianos o del
expresionismo de Hans Scharoun o Frank Gehry. Esta multiplicidad de influencias
genera una obra ambigua, situada entre la pureza visual y la exuberancia
orgánica, y que se traduce en una mezcla de elegancia y neutralidad: Biblioteca de
la Escuela de Ingenieros de la UPC (1987-1990), edificio de viviendas de la calle
del Carmen 55-57 (1989-1994), ampliación de la Facultad de Derecho (1996). 402
Josep Lluís Mateo hace un tratamiento conceptual de la arquitectura,
cuestionando la idea de belleza tradicional y asumiendo la fealdad de la
arquitectura de periferia, como se trasluce en la reconversión de la fábrica Can
Felipa en Centro Cívico del Pueblo Nuevo (1984-1991) y en el complejo
multifuncional de la calle de Joan Güell (1989-1993). 403
Los miembros de Studio PER han tenido trayectorias divergentes: Òscar
Tusquets y Lluís Clotet trabajaron juntos hasta 1983, en un estilo ecléctico y
manierista (restaurante La Balsa, 1978-1979);404 posteriormente Tusquets se
asoció a Carlos Díaz (ampliación del Palacio de la Música Catalana, 1985-2004;
edificio Núñez Triomf, 1992-1993),405 mientras que Clotet lo hizo con Ignacio
Paricio, iniciando un nuevo estilo clasicista y monumentalista (remodelación del
convento de los Ángeles, 1984-1990; Biblioteca de la UPF, 1989-2000).406 Por su
parte, Cristian Cirici y Josep Bonet han seguido colaborando (remodelación
del Museo de Zoología, 1989),407 aunque también han realizado obras en solitario:
Cirici el Vapor Llull Lofts en el Pueblo Nuevo (1997); 408 Bonet la reforma de la
plaza del Universo (1983-1985).409
Ricardo Bofill practica una arquitectura escenográfica, colorística y evocativa, sin
convenciones, con un cierto grado de superficialidad, dando valor especialmente a
la imagen.410 Ha desarrollado la mayor parte de su obra en el extranjero, aunque
en Barcelona cabe destacar el Teatro Nacional de Cataluña (1987-1997), un
templo clásico, con pórtico de un solo intercolumnio acristalado, que evidencia la
combinación de elementos antiguos y nuevos en un lenguaje mixtificado e
innovador.411

Puente de Bac de Roda (1986-1987), de Santiago Calatrava.


Santiago Calatrava es un arquitecto e ingeniero de fama internacional,
especializado en grandes estructuras, con un estilo que denota influencias
diversas, desde Antoni Gaudí hasta Jørn Utzon y Fernando Higueras. Entre 1986
y 1987 construyó el puente de Bac de Roda, formado por dos arcos gemelos de
acero que se bifurcan al tocar el suelo, de donde cuelgan cuatro series de cables
que sustentan el puente.412
El equipo Elías Torres / José Antonio Martínez Lapeña ha desarrollado un estilo
conceptual con influencia de la arquitectura mediterránea tradicional y de
arquitectos como José Antonio Coderch, Federico Correa y Alfons Milà.413 Fueron
autores de los jardines de Villa Cecilia (1985-1986), con una estructura un tanto
laberíntica, que busca realzar las diversas plazoletas que jalonan el recinto, y con
un mobiliario urbano en el que destacan los bancos, parecidos a grandes patinetes
de vivos colores, y las farolas, con formas semejantes a árboles. 414

Plaza de los Países Catalanes (1981-1983), de Albert Viaplana y Helio Piñón.

Otro tándem fue el formado por Albert Viaplana y Helio Piñón, los cuales


practicaron una arquitectura conceptual y minimalista, con tendencia a la
desmaterialización y el rigor compositivo, con geometrías oblicuas y quebradas
que les acercaron al deconstructivismo,415 con influencia de Peter Eisenman.416
Fueron autores de la plaza de los Países Catalanes (1981-1983), un espacio
situado frente a la estación de Sants, resuelto con un pavimento de granito rosa
sobre el que se sitúan una serie de elementos metálicos de diseño más escultórico
que arquitectónico, y que resultó ser el paradigma de la «plaza dura» desarrollada
esos años en el urbanismo barcelonés, aunque en este caso justificado por la
presencia subterránea de la estación.417 Otras obras suyas fueron el Centro de
Arte Santa Mónica (1985-1989) y el Hotel Hilton (1986-1992).
Enric Miralles se formó con Viaplana y Piñón, con los que trabajó entre 1973 y
1985; entre 1983 y 1991 se asoció con Carme Pinós, y desde 1993 con Benedetta
Tagliabue. Anticonvencional, de fuerte expresividad, se movía entre el organicismo
y el expresionismo, con formas fluidas y dinámicas cercanas a la escultura, que se
expresaban en el gusto por la utilización de elementos como pérgolas, voladizos,
muros curvos e inclinados, rampas y plataformas.418 Desde mediados de los años
1990 se acercó al deconstructivismo.419 En estos años destacó su Pabellón de Tiro
con Arco del Valle de Hebrón (1990-1992), unas estructuras largas y estrechas
dispuestas en abanico, realizadas con piezas prefabricadas de hormigón. 420
Hotel Plaza (1989-1992), de Jordi Garcés y Enric Sòria.

Carlos Ferrater recibió la influencia inicial de Coderch, para evolucionar


posteriormente a un cierto organicismo, con un papel relevante de la geometría y
la relación entre técnica y material, con yuxtaposición de volúmenes y uso de
formas onduladas y fractales.421 Fue autor del Hotel Rey Juan Carlos I (1988-
1992), el edificio Núñez Mallorca-Calabria-Rocafort (1990-1991) y las manzanas
de los jardines Can Torras (1990-1992).
Lluís Domènech i Girbau —biznieto de Domènech i Montaner— y Roser Amadó se
movieron en una línea más cercana al racionalismo tradicional. Fueron autores de
la reconversión de la editorial Montaner i Simón en la Fundación Antoni
Tàpies (1986-1990), así como de la nueva sede del Archivo de la Corona de
Aragón (1990-1993).401

Edificio Palau Nou de la Rambla (1990-1993), de Martorell-Bohigas-Mackay, Carles Buxadé y Joan


Margarit.

Jordi Garcés y Enric Sòria son defensores de la artisticidad de la arquitectura, por


lo que ponen especial énfasis en la creatividad de sus obras. 413 Entre ellas
destacan: la reconversión del antiguo Asilo de Santa Lucía en Museo de la
Ciencia (1978-1980), el conjunto residencial Pi i Molist (1978-1981), el Museo
Picasso (1981-1987), el Hotel Plaza (1989-1992) y el ágora Rubió i Balaguer de
la UPF —que incluye la capilla laica diseñada por Antoni Tàpies— (1994).
Por otro lado, continuaron su labor de forma independiente el equipo Martorell-
Bohigas-Mackay, estos años con la incorporación de Albert Puigdomènech:
edificio Palau Nou de la Rambla (1990-1993, con Carles Buxadé y Joan Margarit),
ampliación y nuevas fachadas de El Corte Inglés de la plaza de Cataluña (1990-
1994, con Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña), fachada del Hotel Claris
(1991).422 Federico Correa se encargó con Javier Garrido Lagunilla de la
reconversión del edificio Can Serra de Puig i Cadafalch en sede de la Diputación
de Barcelona (1987), con un nuevo edificio adosado con fachada de muro
cortina acristalado.423 Lluís Nadal continuó su labor con obras de volúmenes
simples, conjuntos discretos y homogéneos y técnicas y materiales tradicionales:
grupo residencial Río de Janeiro (1978-1981). 424 Josep Emili Donato practicó un
expresionismo purista basado en formas geométricas: escuela Eduard Fontserè
(1978-1982, con Uwe Geest), grupo de viviendas Baró de Viver (1985-1988),
residencia de ancianos Teixonera (1988-1992). 425

Parque de la Creueta del Coll (1981-1987), de Martorell-Bohigas-Mackay, con la escultura Elogio del


agua de Eduardo Chillida.

En estos años la arquitectura religiosa siguió dando muestras de renovación, con


edificios que iban más allá de su función religiosa para convertirse en
construcciones multifuncionales que aunasen el aspecto litúrgico con el social y
asistencial:426 iglesia del polígono Sant Martí, de Joan Cusidó i Cabanes; San Juan
Bautista de la Salle, de G. Sáez Aragonés y J. Santana Grajera; santuario de
Nuestra Señora del Monte Carmelo (1985-1988), de Francesc de Paula
Daumal y Miquel Campos Pascual.427

Plan General Metropolitano (1976).

La llegada de la democracia favoreció la creación de nuevas zonas verdes en la


ciudad. En esta época la jardinería estuvo muy vinculada al urbanismo, con una
concepción que conjugaba la estética con la funcionalidad, así como los aspectos
lúdicos, las instalaciones deportivas y los servicios a determinados colectivos
como niños o ancianos.428 Surgieron numerosos parques reconvertidos de
antiguas instalaciones municipales, como el parque de Joan Miró (Antoni
Solanas, Màrius Quintana, Beth Galí y Andreu Arriola), realizado entre 1980 y
1982 en el solar del antiguo matadero central de Barcelona; o bien en zonas
industriales (parque de la España Industrial, 1981-1985, Luis Peña
Ganchegui, Antón Pagola y Monserrat Ruiz; parque de la Pegaso, 1982-
1986, Enric Batlle y Joan Roig; parque del Clot, 1982-1986, Daniel
Freixes y Vicente Miranda) o de antiguas instalaciones ferroviarias (parque de
Sant Martí, 1985, Antonio Armesto, Carles Martí y Miquel Sodupe; parque de la
Estación del Norte, 1988, Andreu Arriola, Carme Fiol y Enric Pericas). En el solar
de una antigua cantera se estableció igualmente el parque de la Creueta del
Coll (1981-1987), de Martorell-Bohigas-Mackay.207
En urbanismo se creó el Plan General Metropolitano (1976), un intento de frenar la
especulación y rehabilitar los espacios urbanos más degradados, poniendo
especial énfasis en los equipamientos sociales, asistenciales y culturales. Se
buscaban entonces «áreas de nueva centralidad», en aras de una ciudad más
policéntrica y mejor conectada.429 De este plan surgió la división administrativa
actual de la ciudad en diez distritos, la mayoría coincidentes con los antiguos
municipios agregados a Barcelona.430 Buena parte de las actuaciones municipales
consistieron en la adquisición de suelo urbano, hecho favorecido por la
deslocalización de fábricas y complejos industriales que se trasladaron fuera de la
ciudad. Esta política se vio favorecida por el consistorio socialista surgido de las
elecciones municipales de 1979, que nombró a Oriol Bohigas delegado de
Urbanismo, con lo que se inició un período de fuerte inversión pública en la ciudad
que comportó un cambio radical en la fisonomía urbana y una nueva proyección
de Barcelona a nivel internacional, cuya puesta de largo se produjo con los Juegos
Olímpicos de 1992.431
Juegos Olímpicos de 1992[editar]
Artículo principal: Juegos Olímpicos de Barcelona 1992

Palau Sant Jordi (1984-1990), de Arata Isozaki.

Otra de las profundas transformaciones de Barcelona vino con motivo de


los Juegos Olímpicos de 1992. El evento supuso la remodelación de parte de
la montaña de Montjuic, donde se situó el llamado Anillo Olímpico (1985-1992),
diseñado por Carles Buxadé, Joan Margarit, Federico Correa y Alfons Milà,432 un
amplio recinto situado entre el Estadio Olímpico Lluís Companys —rehabilitado
entre 1986 y 1989 por los propios Buxadé, Margarit, Correa y Milà junto a Vittorio
Gregotti— y la plaza de Europa, con edificios como el Palau Sant Jordi de Arata
Isozaki (1984-1990), las Piscinas Bernat Picornell (1988-1991, Moisés
Gallego y Franc Fernández), la Torre de telecomunicaciones de Montjuic (1991)
de Santiago Calatrava y el Instituto Nacional de Educación Física (1985-1992),
de Ricardo Bofill.433

Hotel Arts (1988-1993), de Bruce Graham, y Torre Mapfre (1988-1992), de Íñigo Ortiz y Enrique de


León.

Para el alojamiento de los deportistas se construyó un nuevo barrio, la Villa


Olímpica del Poblenou (1985-1992), con un trazado general del equipo Martorell-
Bohigas-Mackay-Puigdomènech, y la intervención en diversos edificios de
viviendas de un amplio elenco de arquitectos, como Ricardo Bofill, Carlos
Ferrater, Esteve Bonell / Francesc Rius, Xavier Vendrell / Manuel
Ruisánchez, Albert Viaplana / Helio Piñón, Elías Torres / José Antonio Martínez
Lapeña, Òscar Tusquets / Carlos Díaz, Federico Correa / Alfons Milà, Jordi
Garcés / Enric Sòria, Lluís Clotet / Ignacio Paricio, etc.434 En la misma zona se
construyeron diversos edificios y equipamientos, como los edificios de oficinas
Eurocity 1 (1989-1992), de Roser Amadó y Lluís Domènech i Girbau, y Eurocity 2,
3 y 4 (1989-1992), de Viaplana y Piñón; la Central Telefónica (1989-1992),
de Jaume Bach y Gabriel Mora; la avenida de Icaria (1989-1992), de Enric
Miralles y Carme Pinós; el Centro de Meteorología (1990-1992), de Álvaro Siza; el
Pabellón Polideportivo y Biblioteca Municipal Nova Icària (1989-1992), de Franc
Fernández y Moisés Gallego; el Centro de Convenciones, de Frank Gehry; y los
rascacielos Hotel Arts (1988-1993), de Bruce Graham, y Torre Mapfre (1988-
1992), de Íñigo Ortiz y Enrique de León.435
Torre de Collserola (1989-1992), de Norman Foster.

Otra área de actuación fue el barrio de El Valle de Hebrón, ordenado según un
proyecto de Eduard Bru (1989-1991), que incluía edificios e infraestructuras como:
las instalaciones de tiro con arco (1990-1991), de Enric Miralles y Carme Pinós; el
Palacio de Deportes del Valle de Hebrón (1990-1991), de Jordi Garcés y Enric
Sòria; el Club de Tenis La Teixonera (1989-1992), de Antoni Sunyer; y la Villa
Olímpica de Prensa (1989-1991), de Carlos Ferrater. 436
Un elemento destacado fue la torre de telecomunicaciones de Collserola (1989-
1992), de Norman Foster, ubicada en el Tibidabo. De 288 m de altura, presenta un
fuste cilíndrico de hormigón sostenido por tres tirantes postensados anclados a la
montaña con tres puntales colocados a 120º uno de otro; en su parte central
contiene una estructura metálica de forma triangular curvilínea, que alberga un
mirador.437

Parroquia del Patriarca Abraham (1990-1992), de Agustí Mateos y Josep Benedito.

Para el evento se construyó también un centro religioso multiconfesional, la


parroquia del Patriarca Abraham (1990-1992), obra de Agustí Mateos y Josep
Benedito. El nuevo edificio acogió las necesidades espirituales de todos los
participantes en los juegos, fuese cual fuese su creencia, y posteriormente se ha
convertido en la parroquia del nuevo barrio de la Villa Olímpica. La planta se aleja
por tanto de las tradicionales formas católicas, y presenta un diseño almendrado
basado en líneas curvas de gran sencillez geométrica. 438
Los Juegos Olímpicos comportaron igualmente un proceso de creación,
restauración y conservación de los parques y jardines de la ciudad: en Montjuic,
epicentro de los juegos, se instaló un nuevo Jardín Botánico, de 14 hectáreas,
dedicado a plantas de clima mediterráneo de todo el mundo, obra de Carlos
Ferrater y Bet Figueras, y se estableció el Jardín de Esculturas anexo a
la Fundación Joan Miró. Otras actuaciones relacionadas con los juegos fueron los
parques del Mirador del Migdia (Beth Galí, Jaume Benavent y Andreu Arriola), el
del Valle de Hebrón (Eduard Bru), el del Poblenou (Manuel Ruisánchez y Xavier
Vendrell), el de Carlos I (Pep Zazurca y Juli Laviña) y tres diseñados por la
firma Martorell-Bohigas-Mackay: el parque de las Cascadas, el del Puerto
Olímpico y el de Nueva Icaria.439

Puente de la Rambla de Mar (1990-1995), de Helio Piñón y Albert Viaplana.

Con motivo de los Juegos se remodeló también el puerto viejo (Port Vell), con un
proyecto de Jordi Henrich y Olga Tarrasó. El nuevo espacio se dedicó al ocio, con
la creación del centro lúdico Maremàgnum (Helio Piñón, Albert Viaplana, Jordi
Mir, Rafael Coll), unido a tierra por la Rambla de Mar, un puente pivotante
diseñado por Piñón y Viaplana; se encuentran también en este espacio el cine
Imax (Jordi Garcés / Enric Sòria) y el Aquàrium (Esteve y Robert Terradas).
También se construyó el centro de negocios World Trade Center, de Henry
Cobb (Pei, Cobb, Freed & Partners).440
Otra actuación urbanística fue en el barrio del Raval, que se remodeló con un
proyecto de Jaume Artigues y Pere Cabrera, que consistió en la apertura de la
Rambla del Raval y la adecuación del entorno de la plaza de los Ángeles como
centro cultural, donde se ubicaron el Centro de Cultura Contemporánea de
Barcelona (1990-1993) y el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (1987-
1996).441 El primero surgió de la reconversión de la antigua Casa de la Caridad,
con un proyecto de Piñón y Viaplana, donde destaca el cerramiento del patio con
una pared acristalada que en su parte superior está inflexionada. 442 El segundo es
un edificio de nueva planta diseñado por Richard Meier, formado por dos cuerpos
conectados por una estructura en forma de cilindro, el mayor de los cuales
presenta una fachada acristalada que da a la calle. 443
Cabe destacar por último que con ocasión de los Juegos se amplió notablemente
la estructura viaria de la ciudad, especialmente con la creación de los cinturones
de ronda, dispuestos en circunvalación a lo largo de todo el perímetro urbano.
Realizados entre 1989 y 1992, se encargaron de su planificación general Josep
Acebillo, director técnico del Instituto Municipal para la Promoción Urbanística,
y Alfred Morales, coordinador de transportes y circulación del Ayuntamiento de
Barcelona.444 Por otro lado, se hizo una campaña de restauración de fachadas y
monumentos y de adecuación de paredes medianeras, llamada Barcelona ponte
guapa (1986-1992), promovida por Josep Emili Hernández, del área de Patrimonio
del Ayuntamiento.445

Torre de telecomunicaciones de Montjuic (1991), de Santiago Calatrava.


 

Eurocity 2-3 (1989-1992), de Albert Viaplana y Helio Piñón.


 

Central Telefónica (1989-1992), de Jaume Bach y Gabriel Mora.


 

Centro de Meteorología (1990-1992), de Álvaro Siza.


 

Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (1990-1993), de Albert


Viaplana y Helio Piñón.
 

Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (1987-1996), de Richard Meier.


 

Balcones de Barcelona (1992), campaña Barcelona ponte guapa.


Biblioteca de la Facultad Blanquerna (1994-1996), de Daniel Freixes, Vicente Miranda, Vicenç
Bou y Eulàlia González.

Los últimos años del siglo han estado marcados por la búsqueda de una
arquitectura más sostenible y basada en criterios ecológicos, especialmente en
cuanto al uso en arquitectura de las células fotovoltaicas de energía solar. Esta
nueva concienciación hacia el ecologismo se reflejó también en el urbanismo, con
la búsqueda de unos espacios públicos adaptados al entorno y proyectados para
los vecinos, con especial énfasis en los equipamientos y servicios comunitarios.
Estos criterios se definieron especialmente en el Foro Cívico Barcelona
Sostenible, celebrado en 1998.446
Entre las obras de estos últimos años merecen destacarse: el edificio RACC
(1990-1996), de Enric Batlle, Joan Roig y Francesc Ribas i Barangé;447 la reforma
del Palacio Nacional (1990-1996), de Gae Aulenti;296 el edificio Nexus (1992-1995),
de Lluís Nadal;448 la Biblioteca Gabriel Ferraté (1992-1996), de Ramon
Sanabria y Ramon Artigues;449 la Facultad de Ciencias de la Comunicación
“Blanquerna” de la URL (1994-1996), de Daniel Freixes, Vicente Miranda, Vicenç
Bou y Eulàlia González;450 el CEMIM (Centro de Investigaciones Marinas y
Medioambientales), de Pere Riera, Josep M. Gutiérrez, Josep Sotorres, Montserrat
Batlle, Bartomeu Busom y Franc Fernández (1996-2001);451 el Palacio de
Congresos de Cataluña (1996-2000), de Carlos Ferrater y Josep Maria Cartañà;452
la ampliación del Museo Picasso (1996-2002), de Jordi Garcés;453 el Instituto del
Teatro (1997-2000), de Ramon Sanabria y Luis Comerón;454 la reforma
del mercado de Santa Catalina (1997-2004), de Enric Miralles y Benedetta
Tagliabue;455 el conjunto Arcadias (1998-2000), de Jaume Bach y Gabriel Mora;456
y el edificio Heron City (1999-2001), de Juli Capella.457

Siglo XXI[editar]
Torre Agbar (2000-2005), de Jean Nouvel.

El cambio de siglo no deparó una modificación sustancial en el devenir de la


ciudad, que siguió apostando por la innovación y el diseño como proyectos de
futuro, junto al uso de nuevas tecnologías y la apuesta por la sostenibilidad
medioambiental. Estilísticamente, la transición de siglo ha estado marcada
nuevamente por el eclecticismo derivado de las teorías posmodernas, al tiempo
que ha cobrado fuerza la influencia de corrientes internacionales como el high-
tech, un estilo basado en el uso intensivo de la alta tecnología, y
el deconstructivismo, una corriente basada en la geometría no euclidiana y el
antilinealismo, con formas curvas y “blandas” de aspecto aparentemente
caótico.458 Cabe remarcar igualmente la progresiva importancia adquirida por
la informática en el diseño arquitectónico, con programas como CAD y Power
Point que han sustituido las antiguas formas de elaborar proyectos
arquitectónicos.459
Uno de los eventos más destacados del nuevo milenio fue la celebración
del Fórum Universal de las Culturas de 2004, que permitió nuevos cambios
urbanísticos en la ciudad: se recuperó toda la zona del Besós, hasta entonces
poblada de antiguas fábricas en desuso, se regeneró todo el barrio del Pueblo
Nuevo y se construyó el nuevo barrio de Diagonal Mar, al tiempo que se dotó a la
ciudad de nuevos parques y espacios para el ocio de los ciudadanos. 460 El perfil de
la ciudad cambió tras la construcción de un gran rascacielos de forma cilíndrica,
la Torre Agbar, así como el hotel W Barcelona, que modificó la fisonomía
del Puerto de Barcelona y, por tanto, de su frente marítimo.461
La Torre Agbar (2000-2005), obra de Jean Nouvel, es uno de los edificios más
emblemáticos construidos en el nuevo milenio, y ha cambiado significativamente
el skyline barcelonés.462 De estilo high-tech, tiene 145 m de altura y forma de
cilindro oval, inspirado según el autor en los campanarios de la Sagrada
Familia de Gaudí. La fachada tiene una doble piel de hormigón y vidrio, con un
conjunto de 4000 dispositivos led de diversos colores que se iluminan por la
noche, creando unos particulares efectos de policromía. 463
Edificio de Gas Natural (1999-2006), obra de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue.

Por las mismas fechas se construyó la nueva sede de Gas Natural (1999-2006),


obra de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue, un edificio descompuesto en cuatro
cuerpos: la «torre» es el más alto, con forma de H compuesta de dos cuerpos de
diferente altura; la «ménsula» es un cuerpo adosado a la torre que actúa de
acceso al edificio; el «portaaviones» es un cuerpo en voladizo que sobresale de la
torre central y que aporta horizontalidad al trazado del conjunto; la «cascada» es
un cuerpo bajo de fachada escalonada que restituye el alzado de las edificaciones
del entorno. Todo el edificio presenta una cubierta acristalada, cuyo juego de
reflejos entre los cuatro cuerpos genera una imagen un tanto desmaterializada del
conjunto.464
Otros edificios de estos primeros años fueron: la Biblioteca Jaume Fuster (2001-
2004), de Josep Llinàs, de planta romboidal y un trazado complejo y sinuoso que
interactúa con un entorno urbano de aspecto irregular; 465 la Illa Fort Pienc (2001-
2003), también de Llinàs, un complejo de guardería, residencia de ancianos,
biblioteca, centro cívico y mercado, con una compleja utilización de volúmenes y
espacios diáfanos;466 el conjunto residencial Illa de la Llum (2002-2005), de Lluís
Clotet e Ignacio Paricio, con tres cuerpos: un bloque de 5 plantas flanqueado de
dos torres, una de 26 plantas y otra de 18, resueltos con unos módulos de
plafones de aluminio que se van repitiendo en la fachada, mientras que todo el
conjunto se sustenta sobre unos premarcos de tubo galvanizado; 467 y la
rehabilitación del mercado de la Barceloneta (2002-2007), de Josep Miàs, con una
concepción orgánica que vertebra diferentes espacios de forma dinámica e
integradora.468
Edificio Fórum (2000-2004), de Jacques Herzog y Pierre de Meuron.

El principal impulso edilicio de estos años fue la celebración del Fórum Universal


de las Culturas de 2004. El recinto fue proyectado por Elías Torres y José Antonio
Martínez Lapeña, del que destaca una explanada polivalente de 16 ha culminada
en uno de sus extremos por una gran placa fotovoltaica que se convirtió en uno de
los emblemas del evento.469 La construcción principal fue el edificio Fórum (2000-
2004), de Jacques Herzog y Pierre de Meuron —actual sede del Museo de
Ciencias Naturales de Barcelona—, con una planta triangular de perfil bajo con
una distribución de varios patios interiores que generan espacios diáfanos, y una
fachada de aspecto rugoso de color azul añil, surcada por diversas franjas de
vidrio.470 Junto a este edificio se situó el Centro de Convenciones Internacionales
de Barcelona (2000-2004), de Josep Lluís Mateo, con una estructura metálica de
trazado irregular y formas ondulantes que oculta los elementos sustentantes,
generando en el interior unos grandes espacios diáfanos de disposición flexible. 471
El espacio del recinto y sus zonas colindantes han sido posteriormente
aprovechados para situar diversos parques públicos, como el parque Lineal de
Garcia Fària, de Pere Joan Ravetllat y Carme Ribas; el parque de los Auditorios,
de Alejandro Zaera; y el parque de Diagonal Mar, de Enric Miralles y Benedetta
Tagliabue.

Hotel W Barcelona (2009), de Ricardo Bofill.

Entre las construcciones de los siguientes años merecen destacarse: el Parque de


Investigación Biomédica (2006), de Manuel Brullet y Alberto de Pineda, un edificio
de forma troncocónica con revestimiento de lamas de madera; 472 el hotel Habitat
Sky (2004-2007), de Dominique Perrault, un rascacielos de 120 m de altura
compuesto de dos cuerpos verticales, uno colocado en voladizo sobre el otro; 473 el
hotel W Barcelona —también conocido como Hotel Vela— (2009), de Ricardo
Bofill, un edificio de 99 m de altura con forma de vela de barco, con fachada
de muro cortina acristalado;474 el edificio de la sede de la Comisión del Mercado de
Telecomunicaciones (2008-2010), de Enric Batlle y Joan Roig, con un perfil de
planimetría longitudinal asimétrica y una doble fachada de lamas horizontales que
ofrece protección solar;475 el edificio Media-TIC (2010), de Enric Ruiz-Geli, tiene
forma cúbica y está sustentado por unas jácenas de hierro recubiertas por un
revestimiento translúcido de plástico de burbujas inflables, que permiten distinguir
la estructura fluorescente del interior del edificio; 476 la torre Diagonal Zero
Zero de Telefónica (2008-2011), de Enric Massip-Bosch, de 110 m de altura y
planta romboidal, con una fachada de nervadura de aluminio blanco; 477 el edificio
Disseny Hub, sede del Museo del Diseño de Barcelona (2008-2013), de Martorell-
Bohigas-Mackay, con forma de paralelepípedo adelantado en voladizo y una
fachada de metal y vidrio, mientras que el edificio se estructura en dos cuerpos,
uno subterráneo y otro superior que da a la plaza de las Glorias Catalanas;478 y
la Feria de Bellcaire o Encantes viejos (2013), de Fermín Vázquez Huarte-
Mendicoa, una estructura en forma de marquesina que cubre el mercado al aire
libre de los Encantes, formada por diversos módulos con distintas inclinaciones
para reflejar la luz y el paisaje circundante. 479

Edificio Disseny Hub (2008-2013), de Martorell-Bohigas-Mackay.

Otras obras de estos años son: el Centro Internacional de Medicina Avanzada


(2004), de Luis Alonso y Sergio Balaguer; la ampliación de CosmoCaixa
Barcelona (2004), de Esteve y Robert Terradas; el hotel Hilton Diagonal Mar
(2005), de Òscar Tusquets; el Colegio Mayor Sant Jordi (2006), de Josep Lluís
Mateo;480 el edificio departamental de la UPF (1996-2007), de Juan Navarro
Baldeweg;481 la Subcentral eléctrica del 22@ (2007), de Víctor Rahola y Jorge
Vidal;482 el edificio de Mediapro (2005-2008), de Carlos Ferrater, Patrick
Genard y Xavier Martí Galí;483 el edificio de viviendas Illa del Mar (2008), de Adolf
Martínez, Josep Lluís Martínez, Jorge Muñoz y Enrique Albin; el Museo Can
Framis (2007-2009), de Jordi Badia;484 el conjunto de la Ciudad de la Justicia de
Barcelona y Hospitalet de Llobregat (2009), de David Chipperfield y Fermín
Vázquez Huarte-Mendicoa; el edificio Suites Avenue (2009), de Toyoo Itō; el
Instituto de Microcirugía Ocular (2009), de Josep Llinàs;485 el edificio Blau (2009),
de Antoni de Moragas, Eva Mercader Oliver y Susanna Itarte Rubió;486 el Banco de
sangre (2006-2010), de Joan Sabaté Picasó, Àlex Cazurra Basté y Horacio
Espeche Sotailo;487 el Centro Cívico de Can Travi (2008-2010), de Sergi
Serrat, Ginés Egea y Cristina García;488 la sede de GAES (2008-2010), de Jorge
Mestre e Iván Bercedo; la reconversión de la plaza de toros de las Arenas en
centro comercial (2005-2011), a cargo de Richard Rogers; la sede de Bassat
(2010-2011), de Alexa Plasencia, Antonio Buendía y Albert Arraut;489 y el edificio
Vodafone (2012), de Dominique Perrault.490
Por otro lado, la crisis económica iniciada en 2008 ha paralizado numerosos
proyectos arquitectónicos, algunos tan emblemáticos como la Torre La Sagrera,
de Frank Gehry, o la Torre Espiral, de Zaha Hadid, poniendo punto final a unos
años de edificación en la ciudad de magnos proyectos encargados a autores de
fama internacional.491

Parque del Centro del Poblenou (2008), de Jean Nouvel.

En cuanto a arquitectura paisajística, cabe mencionar el parque Central de Nou


Barris (1997-2007), de Carme Fiol y Andreu Arriola, estructurado en varios niveles
en los que destacan unas pérgolas que actúan como paneles lumínicos, así como
la presencia del agua, a través de tres lagos con surtidores; en 2007 recibió el
premio de arquitectura International Urban Landscape
Award en Frankfurt (Alemania).492 Otro espacio verde de interés es el parque del
Centro del Poblenou (2008), de Jean Nouvel, dividido en diversos espacios
temáticos, de diseño vanguardista, entre los que destacan: la Isla bajo la cúpula,
un espacio rodeado de un canal de agua que acoge una cúpula metálica rodeada
de laureles; y el Pozo del Mundo, un cráter formado por varias espirales de
tierra.493
El urbanismo del nuevo milenio ha reforzado la estructura de retícula polinuclear
impulsada desde los años 1990, lo que ha favorecido la aparición de nuevos
núcleos urbanos como el Fórum, el 22@ y La Sagrera.494 Actualmente se está
remodelando la plaza de las Glorias Catalanas, un importante eje viario donde
está prevista la soterración del tránsito automovilístico y la recuperación del
terreno para uso público.495
Las comunicaciones han mejorado con la llegada de la alta velocidad, que une la
capital catalana con Madrid y con París; se han ampliado el puerto y el aeropuerto
del Prat, con el objetivo de convertir a Barcelona en el centro logístico del sur de
Europa. También se ha ampliado la red de metro, con la prolongación de varias
líneas (3 y 5), y la creación de algunas nuevas (línea 9, 10 y 11), algunas de ellas
totalmente automatizadas. En 2012 se inició una reordenación de la red de
autobuses en forma ortogonal, para crear una red de autobús de tránsito rápido.496
También está prevista la construcción de un nuevo cinturón de ronda para mejorar
las comunicaciones del área metropolitana.

Parque de Diagonal Mar (1999-2002), de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue.


 

Centro de Convenciones Internacionales de Barcelona (2000-2004), de Josep Lluís


Mateo.
 

Biblioteca Jaume Fuster (2001-2004), de Josep Llinàs.


 

Parque de Investigación Biomédica (2006), de Manuel Brullet y Alberto de Pineda.


 

Hotel Habitat Sky (2004-2007), de Dominique Perrault.


 

Museo Can Framis (2007-2009), de Jordi Badia.


 

Edificio Suites Avenue (2009), de Toyoo Itō.


 

Edificio Blau (2009), de Antoni de Moragas, Eva Mercader Oliver y Susanna Itarte


Rubió.
 

Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (2008-2010), de Enric Batlle y Joan


Roig.
 

Edificio de GAES (2008-2010), de Jorge Mestre e Iván Bercedo.


 

Edificio Media-TIC (2010), de Enric Ruiz-Geli.


 

Torre Diagonal Zero Zero de Telefónica (2008-2011), de Enric Massip-Bosch.


 

Edificio Vodafone (2012), de Dominique Perrault.


 

Feria de Bellcaire o Encantes viejos(2013), de Fermín Vázquez Huarte-Mendicoa.

Véase también[editar]
Placa al ganador del Concurso anual de edificios artísticos del año 1903, edificio de La Caixa de la plaza
de San Jaime, obra de Augusto Font Carreras.

 Arte de Cataluña
 Historia de Barcelona
 Urbanismo de Barcelona
 Distritos de Barcelona
 Antiguos municipios de Barcelona
 Agregaciones municipales de Barcelona
 Arte público de Barcelona
 Arte urbano de Barcelona
 Mobiliario urbano de Barcelona
 Fuentes de Barcelona
 Parques y jardines de Barcelona
 Odonimia de Barcelona
 Modernismo catalán
 Arquitectura de España
 Arquitectura de Madrid
 Concurso anual de edificios artísticos (Barcelona)
 Premio FAD
 Premio de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe
 Anexo:Basílicas de Barcelona
 Anexo:Rascacielos en Barcelona
 Anexo:Edificios más altos del área metropolitana de Barcelona
 Patrimonio de la Humanidad en Cataluña
 Bienes de interés cultural de la comarca del Barcelonés
 Manzana de la discordia

Notas[editar]
1. ↑ Su nombre completo era Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino.(Barral i
Altet et al., Jornet, p. 44)
2. ↑ Algunos ejemplos serían: el túmulo en honor del obispo Rafael de Rovirola (1609), el
de Margarita de Austria-Estiria (1612), el de Felipe III (1621), el de María Luisa de
Orléans (1689), el de Mariana de Austria (1696), el de Carlos II (1700), el de Luis
XIV (1715), el de María Amalia de Sajonia (1761), el del cardenal Juan Tomás de
Boxadors (1781), el de Carlos III (1789) o el del conde de Lacy (1793). (Triadó y Barral
i Altet, 1999, p. 88-134)
3. ↑ Llamada San Agustín Nuevo para distinguirla de la iglesia del antiguo convento de
San Agustín, llamado también a veces San Agustín Viejo.
4. ↑ Aparecen los siguientes edificios: 1- ex-puertas del mar, 2- Aduana, 3- Fuente de la
Aduana, 4- Jardín del General, 5- Palacio Real, 6- Casa Lonja, 7- Casa Xifré, 8- Iglesia
de la Merced, 9- Palacio del Capitán General, 10- Plaza del Duque de Medinaceli, 11-
Puerta de la Paz, 12- Fuerte de Atarazanas, 13- antigua fundición de cañones, 14-
Casa March de Reus, 15- Iglesia de Santa Mónica, 16- Puerta de Santa Madrona, 17-
Cárcel, 18- Colegio de los PP. Escolapios, 19- Puerta de San Antonio, 20- Iglesia de
San Antonio Abad, 21- Plaza del Padró, 22- Casa de Caridad, 23- Puerta de Isabel II,
24- Colegio del Obispo, 25- Casa del marqués de Moya, 26- Iglesia de Belén,
27- Palacio del Virrey del Perú, 28- Plaza de San José, 29- Patio del Hospital,
30- Teatro Principal, 31- Fuente de la plaza del Teatro, 32- Liceo de Isabel II,
33- Iglesia del Pino, 34- Iglesia de San Jaime, 35- Casas consistoriales, 36- Diputación
provincial, 37- Interior de la Catedral, 38- Palacio del Obispo, 39- Santa Marta,
40- Santa María, 41- Paseo de San Juan, 42- ex-puerta Nueva, 43- San Pedro, 44- ex-
puerta del Ángel, 45- Torres de Canaletas, 46- Paseo de Gracia, 47- Cementerio,
48- Plaza de Toros. (AA.VV., 1995, p. 18)
5. ↑ La construcción de edificios estuvo en manos hasta prácticamente el siglo XIX de los
llamados «maestros de obras», organizados de forma gremial y cuya formación se
basaba en el aprendizaje del oficio de forma eminentemente práctica. En Barcelona
estaban agrupados en la Cofradía de los Maestros de Casas y Canteros, una
organización gremial de origen medieval que aunaba el aspecto profesional con el
religioso, bajo la advocación de los santos Pedro y Pablo. Para llegar a ser maestro de
obras había que pasar un examen promovido por el gremio, tras pasar por los grados
de aprendiz y oficial. La cofradía se regulaba a través del Llibre de ordinations de la
Confraria dels Mestres de Cases y Molers de la pnt. Ciutat, redactado entre los siglos
XIV y XVII y conservado en el Archivo Histórico de la Ciudad. Este reglamento trataba
todos los aspectos relacionados con el oficio, así como cuestiones caritativas y
asistenciales entre cofrades.164 En 1817, una Real Orden promulgada por Fernando
VII especificaba que los maestros de obras solo podían construir edificios comunes,
pero no públicos o eclesiásticos.165 La organización gremial fue dando paso
paulatinamente a la formación reglada de tipo académico, a través de la cual se
obtenía la certificación del título de arquitecto. Durante el siglo XVIII esta titulación solo
se podía obtener en la Academia de San Fernando de Madrid, y desde 1814 en la
de San Carlos de Valencia. Los intentos de fundar una institución semejante en
Barcelona fueron baldíos por un tiempo, debido a la resistencia tanto de estas
academias como de las asociaciones gremiales. El primer intento fue a principios del
siglo XIX en la Escuela de la Lonja, gracias al patrocinio de la Junta de Comercio. En
1817 se creó en esta escuela una clase de arquitectura sin estructura académica, por
lo que los estudios debían ser convalidados en Madrid o Valencia. Esta clase estuvo
dirigida por Antoni Cellers, en dos períodos comprendidos entre 1817-1825 y 1826-
1835, y por Josep Casademunt entre 1835 y 1850.166 Tras la desaparición de esta
clase en la Lonja tomó el relevo de la formación arquitectónica la Escuela de Maestros
de Obras, que pasó por diversas etapas bajo distintos nombres: Escuela de Maestros
de Obras y Directores de Caminos Vecinales (1850-1855), Escuela de Agrimensores y
Aparejadores (1855-1859) y Escuela especial de Maestros de Obras (1859-1870). 167
Por fin, en 1871 se creó la Escuela Provincial de Arquitectura de Barcelona, dirigida en
primer lugar por Elías Rogent, que ya podía expedir títulos académicos.168
6. ↑ El modernismo recibió diversos nombres según el lugar de procedencia: Art
Nouveau en Francia, Modern Style en Reino
Unido, Jugendstil en Alemania, Sezession en Austria, Liberty en Italia, etc. (Chilvers,
2007, p. 61)
7. ↑ Según Josep Francesc Ràfols, el modernismo catalán se situaría entre la exposición
de Ramon Casas, Santiago Rusiñol y Enric Clarasó celebrada en 1890 y la muerte
de Isidre Nonell en 1911, en el terreno artístico; desde la bomba del Liceo (1893) hasta
la Semana Trágica (1909) en el ámbito político; y entre la Exposición Universal de
1888 y la fundación del Institut d'Estudis Catalans en 1907, a nivel social. (Miralles,
2008, p. 8)
8. ↑ Por su artículo En busca de una arquitectura nacional, publicado en 1879 en la
revista La Renaixença. (Huertas, Capilla y Maspoch, 2005, p. 118)
9. ↑ En 1926 propuso con el texto El problema de los espacios libres —presentado en el
XI Congreso Nacional de Arquitectos— la colocación de una serie de espacios verdes
en forma de semicírculos concéntricos entre los ríos Besós y Llobregat, a todo lo largo
de la sierra de Collserola, con pequeños enclaves en la parte interior de la ciudad al
estilo de los squares londinenses; el proyecto no fue ejecutado, excepto en pequeñas
porciones. (AA.VV., 2001, p. 66-67)
10. ↑ Las teorías de Ebenezer Howard sobre las ciudades-jardín fueron introducidas en
Cataluña por Cebrià de Montoliu en 1912 con la fundación de la Sociedad Cívica de la
Ciudad-Jardín. (Montaner, 2005, p. 64)
11. ↑ El edificio acoge actualmente la Fundación Mies van der Rohe, la cual coordina el
DoCoMoMo (Asociación Internacional para la documentación y la conservación de la
arquitectura del Movimiento moderno) y organiza el Premio de Arquitectura
Contemporánea Mies van der Rohe junto a la Unión Europea. (Midant, 2004, p. 321)
12. ↑ En primer lugar se denominó GCATSPAC (Grupo Catalán de Arquitectos Técnicos
para la Solución de Problemas de la Arquitectura Contemporánea), creado en 1930
por Josep Lluís Sert, Sixt Illescas, Germán Rodríguez Arias, Ricardo de
Churruca y Francesc Fàbregas. En septiembre de 1930 participaron en la exposición
del Ateneo Guipuzcoano de San Sebastián de la que surgió el GATEPAC, en el que se
integraron como Grupo Este o GATCPAC. (Miralles, 2001, p. 136)

Referencias[editar]
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